Homenaje a un gran Maestro
“Cuando comienza a experimentar con la magia, recorre el color en el espacio donde encuentra cosmogonías planetarias. Allí encuentra su poder en el expresionismo derivado del mismo abstracto. Su reposo ante la vida y la fuerza de convicción personal lo modelan místico, con un profundo sentimiento de creencia religiosa. Su obra se encumbra al pináculo de la fascinación cromática y espacial.” Willie Hostos
Nacido en 1930, estudió pintura y escultura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colomiba. Aprendió junto a los maestros Julio Abril: escultura y anatomía, Enna Rodríguez: escultura y pintura, Hernando Tejada: Historia del Arte y Teoría de los Estilos, Luis Alberto Acuña: Mitología de los nativos Colombianos.
• Estudio en Costa Rica el Arte abstracto y Cubismo puro y analítico con Juan Cris.
• Estudio en Medellín Colombia Técnicas de pintura con el gran maestro del Arte el Uruguayo Báez.
DOCENCIAS
• Profesor de Diseño de la Universidad de Costa Rica
ESTUDIOS REALIZADOS
• 1950 estudio de pintura y escultura en la escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Aprendiendo junto a los maestros Enna Rodríguez escultura y pintura Hernando Tejada: Historia del Arte y Teoría de los estilos y Luis Alberto Acuña: Mitología de los nativos Colombianos.
• Estudia en Buenos Aires Argentina diferentes técnicas al lado del maestro Quinquela Martini.
• Estudia en México con O. Corman técnicas varias; realizando para la Universidad de México su mayor trabajo allí; como fue un mural en mosaico vidriado veneciano.
• Profesor de Diseño e ilustración en la Universidad Litoral de Barranquilla
• Profesor y Director del grupo de Pintores y Escultores “TOTEM” en Costa Rica.
• Profesor y Director de la Escuela de Arte ALIAR para niños en San Andrés Isla.
• Taller de Estética Aplicada. Barranquilla, 1988.
• En 2010 dicta clases de pintura en la Universidad Santo Tomas sede Tunja. Ref: Pbro. William Gómez
EXPOSICIONES
• Galería Van Riel, Buenos Aires, 1953.
• Museo de Zea, Medellín, 1965.
• Extensión Cultural, Cartagena, 1965.
• Colectiva Juegos Florales Enrique A. Echandi, Galería Artes y Letras, Galería Amiguetti, 1966, San José de Costa Rica.
• Pinturas de Ojeda. Hotel Tropicana, 7 al 14 de enero de 1966, San Andrés.
• Cuarta Exposición de Pinturas para Socios, Costa Rica Country Club, octubre 28 a noviembre 5 de 1967.
• Los Planetas de Ojeda, Galería Integral Octavio Sierra, deciembre 15 de 1975, Barranquilla.
• Exposición Enrique Ojeda, Centro Colombo Americano, junio 15 al 30 de 1980, Barranquilla.
• Polidimenciones Sincrómicas, mayo de 1980.
• Exposición Colectiva de Pintores de la Isla I.I.S.A. 1981 - 1986, Hotel Tiuna, octubre 23 de 1983. San Andrés.
• Pinturas de Ojeda, Hogar de Infancia San Pedro Claver, diciembre 18 de 1987, San Andrés.
• Acuarelas del Maestro Enrique Ojeda, Hotel El Edén, marzo 20 de 1992.
• Exposición Colectiva de Artistas Boyacenses. Centro Cívico y Comercial Plaza Real, noviembre 18 a diciembre 10 de 1994, Tunja.
• Cuarta exposición de Arte Religioso “Ciudad de Tunja”. Marzo de 2001, Tunja.
• Exposición Plástica Temporada del Viento, Casa Cultural Gustavo Rojas Pinilla, agosto 24 a septiembre 6 de 2001, Tunja.
• Festival Internacional de la Cultura, Septiembre de 2010.
ALGUNOS RECONOCIMIENTOS
• XII Bienal Internacional de Suba 2021. Certificado de Participación XII Salón de Artistas Consagrados. Bogotá, Colombia.
• Homenaje Póstumo en la 4° Biennale D´Arte Contemporanea di Salerno, Italia. Noviembre de 2021.
• Certificado de Reconocimiento III Expolatina de Arte 2021. Por su excelente y destacada participación en la Exposición Virtual “Uniendo Naciones en tiempo de Pandemia”. Diciembre de 2021.
• Durante el 42 Festival Internacional de la Cultura, realizado en la ciudad de Tunja, capital del departamento de Boyacá, Colombia, durante el mes de noviembre, se rindió; homenaje póstumo al maestro con la entrega de la Estatuilla Especial “por toda una vida construyendo Patria a través del arte y la cultura”
• Mensión de Honor otorgada por el Centro Cultural Costaricense, 1964.
• Mensión de Honor otorgado por el Country Club. Costa Rica, 1967.
• Mensión de Honor otorgada por la Universidad de Costarica, 1967.
• Primer Puesto Pintores de la Isla.
• Premio A.I.S.A. 1987.
Maestro ENRIQUE OJEDA
Críticas
EUSINIO TOCARRUNCHO ALBA
Atento a recordar el hecho más relevante de su vida, ataviado con un buzo de lana, un pantalón caqui y una gorra de cuero que resalta su rostro octogenario, presiento que ha abandonado por un momento el ejercicio de la creatividad fomentada por la disciplina y la inquietud espiritual. Nos atiende en un corredor con macetas de geranios, rosas, claveles y violetas, que anteceden a su estudio. Con la alegría de esos soles picantes del verano tunjano no logro imaginar que este hombre de apariencia tranquila, de dialogo fácil y fluido, a los diez y seis años haya decidido viajar por el río Magdalena a bordo de una balsa hecha por él mismo: ¡navegó desde honda hasta Barrancabermeja con el equipaje más valioso de toda su vida: pinceles y colores. Es que Enrique Ojeda, desde su infancia sintió el deseo de pintar y esa fuerza, más grande que él mismo, lo llevo por Colombia pintado de todo, hasta murales con temas de grandes toreros, inicialmente para comerciantes.
No tardó en comprender que en el lienzo podía ejercer la libre expresión de su ser y una práctica de sus meditaciones. Entonces tomó clases de Escultura y Anatomía con Julio Abril y Enna Rodríguez; Historia del Arte y Teoría de los estilos con Hernando Tejada y Mitología de los nativos colombianos con Luis Alberto Acuña en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá.Ser artista es para Ojeda como cuando un espíritu se apodera de un cuerpo y lo impulsa a una disciplina ética y lúdica: Pintar por deleite y viajar por placer. Recorrió el país “de paso por cada pueblo”, sin olvidar su consigna de “vivir para el arte” y en la “búsqueda de la yuca”, asegura, añorando la hospitalidad de los nortesantandereanos y los antioqueños; nunca dejó esa “danza de alejamiento y acercamiento” entre el pintor y su obra, para sentir cada cuadro, para quererlo hacer, para convertirlo en formas a partir de lo que sentía y lo que quería expresar.“Nunca aguanté hambre”, afirma, memorando su gusto por pintar y por viajar. A los veinte años llega a México y se vincula con O. Gorman en la elaboración de un mural en mosaico vidriado veneciano para la Universidad de México.
Pronto regresa al país y en Medellín toma clases de pintura con el Uruguayo Báez, un año después hace su primera exposición en Barranquilla.
El deseo de viajar y la nostalgia de haber quedado huérfano siendo un bebé lo arrastra por una temporada a pintar en San Andrés la maternidad de las isleñas y rodeando la Isla se deleita con los paisajes de la isla pintando marinas. Se traslada a Costa Rica y luego de constatar su inclinación por el arte abstracto y descubrir al más puro representante del cubismo analítico: Juan Gris; decide, con pintores, escultores, teatreros y poetas de varias nacionalidades crear el grupo artístico TOTEM. Quieren beber de lo figurativo, del impresionismo, del Pop Art., del surrealismo y del Expresionismo los conocimientos que determinan el rumbo del resto de sus vidas artísticas. Dueño de un bagaje plástico más completo emprende una correría por Suramérica. Cuando en una calle de Buenos Aires, Barrio Boca, barrio de marineros y comerciantes, cerca al muelle; Kinkela Martini invitándolo a su taller, le pide: “entra pibe”, Ojeda hacía rato había entrado al descubrimiento de las fuerzas vitales que orientarían si vida; el goce intelectual y artístico de ejecutar una obra y sus resultados. Con Kinkela pintan del natural sobre todo escenas marinas. Va hasta Uruguay y Paraguay, regresa por Brasil y termina su ciclo en Venezuela. Ojeda se compromete con su entorno, además de viajar y leer de todo, a sus obras traslada el dolor, el amor, las visiones del cosmos, las pasiones y la lucha por sobrevivir. Es a partir de estas vivencias que expresa sus sentimientos en el lienzo. Ejecuta combinaciones cromáticas con valores emocionales de la luz, extrayendo formas orgánicas para dar expresión a lo que siente con el hecho vital y espontáneo intuitivo y orgánico para exaltar lo irracional con empastes de sincronismo con que expone las serie: “Los planetas de Ojeda”, un conjunto de obras de tendencia hacia el expresionismo abstracto que lo destaca desde Barranquilla hasta hoy.
A través de los años se ocupa con la sinceridad emotiva en la libertad de la pincelada expresiva, la pasta cromática que alcanza una paz interior, con evidentes relieves y predominio del trazo y la línea, los entrelazamientos flotantes, los ritmos vibrantes, los bordes abiertos con referencias de automatismo y de orfismo que sin describir la naturaleza se ocupan de ella en obras como: Fura, Orquedad, Líridas y acuáridas. Su obsesión por la vida del hombre a la orilla del mar lo lleva otra vez a San Andrés. Esta vez su empeño se centra en el drama de ser humano y la relación con su entorno en obras donde lo típico de las costumbres isleñas y la sensualidad desnuda de la mujer negra está presente. En sus ratos de ocio contempla la belleza de la mujer que se broncea en las playas, capitanea un barco pequeño y aún saca tiempo para dirigir la Escuela de arte para niños ALIAR. Al volver a Barranquilla dirige el taller de Estética Aplicada y continúa con sus trazos que nos hablan de los valores puros del arte en la abstracción lírica sin abandonar el expresionismo figurativo. Hace propuestas siempre artísticas, siempre estéticas de un saber estructurado experimentado, probado en la lucha por comunicar sus sentimientos en un trabajo analítico y comparativo de las formas. Los colores son más plenos de trópico pero mimetizan sueños, misterios, sufrimientos y poesía en obras como Ritual, Irachica, Tena, Sin título e Hitiko.
Los géneros se repiten con una actitud diferente. En toda su obra, Enrique Ojeda, se plantea: ¿Quiénes somos? ¿Para dónde vamos? ¿Existe vida en otros universos? Y en su tendencia figurativa nos da algunas claves para entender la tolerancia, la entrega a una causa, la soberbia, la desazón espiritual, la obediencia, la fe, los mitos y la presencia de un ser superior en obras como: Inocencia, Crucifixión, Revelación, Contrición, Pesca milagrosa, Nacimiento, Espartano, Gitana y Moisés; expresión de los sufrimientos y las esperanzas del hombre en un mundo anarquizado por el materialismo.
En la obra de Enrique Ojeda se siente la esperanza de un arte vigoroso y vivo que continúa siendo una abstracción. Sus obras nos recuerdan lo que realmente somos, nos dan un tema de meditación para descubrirnos a nosotros mismos y nos hacen tomar conciencia de las posibilidades concretas para tener contactos con los temas más profundos de nuestra existencia. Sus obras enseñan que el silencio es importante en un mundo lleno de ruido y de charlatanería banal, pero también claman a gritos que el arte descubre que en la sensibilidad de un pueblo está su fuerza pues el arte participa de la vida que tiene su importancia hoy, mañana y siempre.
WILLIE HOSTOS
El Maestro Enrique Ojeda cumple casi setenta años de su vida en el arte de la pintura desde cuando inicia sus primeros estudios del trazo dibujístico al amparo de diversos maestros que orientan un talentoso virtuosismo pleno de curiosidad y entusiasmo por la aventura y el descubrimiento de inconmensurables realidades que -aún hoy- la vida le depara. Siempre ha sido un misántropo, la obra así lo refleja. Los limpios trazos a la plumilla de los tantos paisajes urbanos solitarios dejan entre ver a un hombre contemplativo, espectador de la luz y admirador del detalle, concreto en el uso de la perspectiva y preciso en la descripción de las texturas de cielo y tierra. Enrique Ojeda usó el talante natural en sus primeros pasos para demostrar una constante a lo largo del quehacer como buen obrero del arte plástico: poner la obra en la cosmovisión del observador tal y como él lo hace como espectador del universo.
Haciendo una reflexión concisa del anterior comentario, encontramos dos premisas claras en los inicios de la obra por él materializada: la contemplación detenida del contexto y, el ejercicio bien hecho de la tarea plástica. Con estos elementos de juicio, se puede dar paso hacia un análisis pormenorizado de los diferentes logros en distintos momentos de su devenir creativo. Por un lado, en las imágenes iniciales, precisó omitir cualquier figura que irrumpiera en el escenario elegido. Buscaba la precisión en la captura de la luz sobre la piel de una manzana. Destacaba la esbeltez de la columna que sostenía el umbral de una casona. Descubría el movimiento suave de la nube que la brisa arrastraba a otras finitudes. La segunda fase, y tan importante como la primera, hacer del medio expresivo la excusa perfecta para demostrar que sabe hacer las cosas con el lenguaje que la técnica le proveía. Aquí denotaba rigor y autocritica recia. Con esas fuerzas controladas y con el gusto por una vida de cambio constante, la trayectoria de su Obra se ajusta, se reacomoda, se recrea y toma decisiones creativas y poéticas que lo conducen a lo abstracto, geométrico, lo expresionista y con mucha frecuencia, al neofigurativismo.
Recuerda el maestro, que su primer dibujo lo realizó en una pizarra a los 7 años y, como si fuera un hechizo, durante el resto de la vida tuvo un lápiz en la mano para expresar lo que deseaba. El gusto por el arte lo invitó a conocer los talleres de los maestros que más admiro en las ciudades que visitó. También se encontró curioseando con permiso o sin él, los talleres y salones de las escuelas de bellas artes. Las galerías, salones de arte o los grandes museos donde, según cuenta, le daban permiso para contemplar la obra durante muchos días, o incluso copiarlas. Aprendió las diferentes técnicas y medios de la obra
en serie: grabados al agua fuerte, en cobre, en madera, de los cuales quedan pocos datos pues parte de esa obra se perdió en un robo en Barranquilla.
En el continuo e infatigable trasegar cultivo todas las técnicas conocidas en las artes plásticas incluso la escultura de la que hasta hace poco tiempo mantenía unas piezas de digna recordación. De la experiencia asociativa no fue ajeno a pesar de sentirse un creador solitario y exigente. En varios países pretendió conformar grupos pero solo fue en Costa Rica cuando estuvo vinculado a uno rotulado “el Totem” con el cual realizó varias acciones derivadas del arte y la cultura entre las cuales se pueden mostrar exposiciones colectivas, formación de públicos amigos del arte y fomentó de la plástica en los niños más pequeños. Este accionar disciplinado tuvo repercusiones importantes en el ambiente artístico de Centro América y del Caribe y que en el caso de San Andrés y Providencia sembró entusiasmo, apego y recordación a él como ser humano y como artista, con sabia capacidad de liderazgo y congregación que ni él mismo Maestro pretendía poseer. Allí con alegría y visión organizó la Asociación de Pintores “ALIAR” con la cual obtuvo innumerables logros económicos, artísticos y comunitarios en la isla durante cerca de 15 años.
Cuando comienza a experimentar con la magia del espacio, el color y la textura sin compromiso con la forma ni la realidad, siente que su vida realmente toca el cielo de la creación artística. Es en ese momento que se siente liberado. En adelante ya no representa realidades. No las quiere reflejar, sin salir por el mundo en busca de la incertidumbre diaria le causaba revuelo interior, es en este momento cumbre donde se encuentra con la interiorización vivida de la vida misma. Aquí se dobla y desdobla su conciencia, su inteligencia adquiere dimensiones plenas de satisfacción. Es aquí donde su lenguaje penetra los caminos de la seducción con la vida. Sugiere emociones y sensaciones que van de lo trivial a lo místico, de la pasión al erotismo y de la parsimonia cotidiana a la alegría infranqueable de la conciencia. Ahora es pintor ABSTRACTO. Ahora es PINTO.
Recorre el color en el espacio donde se encuentra cosmogonías planetarias. Allí aumenta su poder en el expresionismo derivado del mismo abstracto. Su reposo ante la vida y la fuerza de convicción personal lo modelan místico con un profundo sentimiento de creencia religiosa. Su obra se encumbra al pináculo de la fascinación cromática y espacial.
El trabajo aquí redimido y que más le ha prodigado satisfacciones es una serie llena de
pasión que le denominó “la conquistas del espacio: los planetas de Ojeda”. Es un compendio de más de 45 obras pintadas durante varios años en la que refuerza el gusto por espacio y libertad del color en un gesto de danza y fuerza cromática sobre fondos negros, vacíos que contienen el espíritu y la pasión desarrollada en el contacto permanente de la crítica y la introspección sensorial de la realidad. Posteriormente retoma los primeros ejercicios de una arte abstracto geométrico expresionista que se encamina a una composición detallada, rigurosa de los cánones espaciales con columnas que enredan lunas menguantes como signos celestiales de una visión cósmica, real y nocturna. Cuadros de gran formato con texturas esponjosas y alta calidad en su factura, movimientos ondulantes que van más allá de la composición del cuadro, dejando ver una onda que reproduce la huella humana al igual que las manos primigenias de las pinturas de las cuevas de Laxcaux y Altamira.
Las tendencias europeas
Su admiración por Picasso y por los expresionistas europeos lo conduce nuevamente a la figuración con un relato poético en donde el ser humano sólo se representa. SOLO ES. Símbolo, idea, ensoñación y relación, dialogo y representación emotiva. Este ser humano que surge de universos inspirados en la noche y el arco iris. En paisajes oníricos, donde el hombre y la mujer en cercanías hablan de un intimismo mágico, sobrecogedor y solitario, en un paisaje llano, oscuro y totalmente subjetivo.
En los últimos 20 años la figura humana aparece constantemente con una lejana añoranza de etnicidad afroamericana, donde los fondos son música de tambor de un exótico continente y la expresión de los rostros busca profusamente una respuesta en el espectador. Toda esta obra tiene títulos con palabras buscadas en los toponimios muiscas o africanos, que al igual que la obra pintada pertenece a la nostalgia de culturas lejanas en el tiempo pero cercanas a un interés por redescubrirnos, por reinventarnos, por preguntarnos.
En la colección aparece este conjunto como pinturas inspiradas en la noche de la soledad creativa, las cuales surgen del obscuro mismo en el infinito espacio entre atributos geométricos cuadrados y curvas entrelazadas y definen unan corporeidad humana idealizada entre sombras, como imágenes de la conciencia misma. última parte de su obra ya no muestra bordes concretos, desafía la atmosfera, el dibujo preciso. La representación del símbolo sin embargo se mantiene la expectativa dialogante del ser humano con el observador entre una aparente aura luminosa y fondos oscuros de la vaguedad cósmica. En esta obra se sugiere el retrato y la desnudez humana en conjuntos místicos de gran poder espiritual. Para el Maestro Ojeda esta obra es el resultado de un progreso contundente, profundamente ligado con la creencia a un Dios Creador Supremo vinculado con la ficción humana.
No siempre para el hombre corriente la ficción se convierte en pasión. En el arte casi son sinónimos. Se tocan y se enaltecen. No se niegan. Y es pasión por lo que se tránsfuga en el arte, en la conquista eterna de la trascendencia, en el desarrollo paulatino del crecimiento espiritual, en la imaginación con ideas concretas del deseo, en la gran libertad para expresarse en el tiempo que para Enrique Ojeda es: “la misma libertad.
En cada obra de estos ciclos se armonizan las texturas ópticas con las atmosferas de los acabados las cuales forman un conjunto de señales que nos llevan a sintetizar la espiritualidad con que su última obra denota la gran cercanía a Dios… Toda esta colección se torna contemplativa por un lugar metafísico en la conciencia del inconsciente humano. Al margen de ésta concordancia pictórica existe una obra con representaciones bíblicas religiosas neoclásicas y que no cuentan más que las ilustraciones de antiguos pintores religiosos. Ángeles y demonios, almas y espíritus que rodean los planos de fondos azules, no representan mucho en la iconografía plástica de la mejor obra creativa que posee el Maestro.
El proyecto
En la incansable búsqueda del ya y del ahora, Enrique Ojeda se encuentra en el diario acontecer de su más exigente proyecto que es el acercamiento a las artes, siente que ennoblece su orgullo y sublima su alma. Viaja de país en país; traba amistad con hermosas mujeres que se convierte en el centro vital de su existencia y creación, pero su proyecto es la pintura. Comienza pintando la realidad, toda la realidad.
Se da cuenta que su realidad es otra, es intimista, es sugerente, es expresiva y se propone penetrar los difíciles caminos de la obra sin forma como pretexto, sino una obra que sugiere otras realidades con el color, con el tratamiento del espacio y la textura.
La cúspide hasta ahora alcanzada está en la serie de la conquista del espacio. Es ciencia y es ficción, es espíritu y es arte. Ahí se entrelaza la soledad creativa que en él se devela con pasión erótica y comunicación infinita.
El pintor logró desde hace 20 años la más alta técnica conjugada con la idea. Surgieron “Lirídas y Acuáridas” serie que aúna la técnica con la imaginación. Que alcanza los recónditos dédalos de la mente con la experticia cromática. Así como su nombre lo sugiere, penetra en lo abstracto desde la figuración. Es un salto de garrocha que pone a prueba lo que busca el pintor y lo que propone como proyecto. Es la misma vida lograda.
ENRIQUE OJEDA
La Polémica
El Maestro Ojeda nunca ha tenido su trabajo, y sin embargo surge una pregunta polémica ¿Por qué no ha realizado exposiciones individuales en los últimos 15 años? La respuesta es simple: “…nunca he tenido tanta obra para mostrar en conjunto, durante años trabajo sobre una idea persistente que entrega diferentes formas de pintar pero no he logrado tener la obra completa para una exposición. La serie “la conquista del espacio” la trabajé durante varios años y siempre es coherente, no he podido almacenar la obra para una exposición individual, la obra siempre va.
¿Cómo viajó tanto por el mundo para satisfacer su necesidad transhumante y curiosa? La respuesta es evidente cuando pensamos que nunca tuvo tanta Obra para mostrar en una exposición. Cada grupo vendido era la cuota inicial para vivir una ciudad nueva. Sin ataduras era un hombre afortunado. Personas que compraron, mujeres que colaboraron, razones existen por doquier. Siempre viajó y siempre vivió. Confiesa que ha sido feliz y ese es el insumo de su obra y de su existencia. Su trabajo quizás nunca será visto completo porque se encuentra disperso por el mundo en manos de coleccionistas, particulares y entidades públicas y privadas.
Series
Las series corresponden a un grupo compacto de trabajos unificados en forma y color, pero específicamente en torno a una imagen que se desarrolla sucesivamente en busca de diversos escenarios estéticos de encuentro y resignificación. En el largo trabajo que el Maestro a desarrollado, su expresión serial la ha puesto al servicio de lenguajes como el grabado sobre plancha en bajo relieve, calcografía, aguafuerte, en dibujo a la pluma, en pintura al óleo, en acuarela, en escultura y la fotografía. Este último lenguaje está oculto en la producción como artista plástico. Otro de los grupos de obra que el Maestro ha realizado está plasmado en la ilustración religiosa, la cual para mí no sugiere la fuerza contundente que motiva la abstracción por él realizada y que en los últimos 20 años ha logrado variar de la tendencia expresionista a la abstracta.Muchos de sus cuadros parecen representaciones ilustrativas que cuentan sucesos de la Historia Sagrada con cielos profusamente azules sobre paisajes estériles y personajes en acción. Los bodegones, riñas de gallos y otros temas solo son ejercicios de taller que mantienen vivo el espíritu creativo.
Colecciones
Las colecciones privadas en distintos puntos del planeta alcanzan en cada propietario cantidades interesantes de obra clasificada de una y otra serie, incluso de varias técnicas.
Se encuentran en Colombia, (Liubek) Alemania, Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, España, (Nuchutell) Suiza, Holanda, Argentina y varios países mas donde dejo huella su prolijo pincel. En Tunja varios coleccionistas agrupan su producción formando una buena cantidad de admiradores, principiando por destacar la que guarda celosa y admirablemente el señor Humberto Villamil, quien se ha convertido en respetuoso admirador y exaltador de su trabajo artístico.
Su vida
El Maestro Ojeda conoció la orfandad de padre y madre a muy temprana edad. Ese vacío por la falta de unos padres hizo que su espíritu tomara rumbos universales como gran caminante en búsqueda diaria de lo inesperado. De padre Sotaquireño y madre Tunjana heredó un gran gusto por la belleza. Inicio su recorrido por el mundo a los 22 años viajando a Cali donde tomó las primeras lecciones de dibujo y pintura con diferentes maestros. Posteriormente se encontró de viaje por Latinoamérica donde se detuvo para vivir un tiempo importante en Argentina; allí visitó los Museos de Arte Moderno y las Escuelas de Bellas Artes. Acrecentó el estudio autodidacta y reforzó la lectura por los grandes maestros de la historia del arte. Su vida la convino en la conquista del amor y de la búsqueda incesante de los misterios de la estética. Los caminos siempre se abrieron en el horizonte para viajes continuos entre América y Europa, entre África y la India cultivando el amor y en busca de la felicidad. Ojeda es feliz. El Maestro la conquistó y la encontró. La pintura y las mujeres fueron toda su vida.
Sus ojos se humedecen cuando habla de los hijos que han quedado de las experiencias con bellas mujeres artistas, escritoras y amantes de un hombre que sedujo hasta la impaciencia el amor por la pintura. En el escenario del arte aparece otra faceta del pintor, la cual recrea con igual o mayor entusiasmo. Es la fotografía. Tal vez él nunca sintió como un lenguaje capaz de reemplazar su taller de pintura. La fotografía fue un encantamiento de la imagen seductora y sensual de la mujer. En su taller mostró ese oculto placer por el desnudo femenino logrado de sus modelos que en alguna ocasión fueron también sus mujeres. Hermosas composiciones con bellos contrastes de piel y paisaje, de actitudes que nos sugieren “deseos encantados” llenos de libertad como expresión que al igual que en sus obras pictóricas “recrean el tiempo que para mi es libertad misma”.
Ellas le dan sentido a su obra y a su existencia. También cambia por ellas. También viaja por ellas. Conoce mujeres que le adquieren colecciones, que son sus “marchands”, sus protectoras. Al igual que Picasso, lo sufren, odian y son madres de sus hijos. Fueron sus modelos y la inspiración continua de sus sueños. La próxima ruta lo espera en Alemania, donde intercambiara el amor de padre con su hija bailarina. Artista ella que triunfa en los
talados bávaros. A los 81 años su espíritu continúa creando fantasías pictóricas y rutas de viaje, su arte inicia hoy otra nueva etapa.
El alma de un artista
Ponerle título o buscar una palabra que identifique a un artista como Ojeda se hace muy difícil porque su vida ha sublimado el arte y lo humano que se consagran en una sola idea: la ética de un hombre. Esa ética es la verdad de que existe Dios, “…No miento la mentira va contra Dios. Me da vergüenza cometer pecados”. Tres fuentes son para el Maestro las más importantes plataformas de vida: Las mujeres, sus hijos y la pintura. Con las mujeres sintió el impulso de la pasión y del deseo. Deseo que convirtiera en realidad en los tensos lienzos colgados en las paredes de salones de arte en exposición y en el intenso amor que les profesó. Cuando habla de ellas los labios tiemblan, los ojos brillan en los recuerdos entrañables del amor, la seducción y la pareja. Cuando recuerda a sus hijos, los ojos se humedecen, tiemblan la voz y sus manos.
Los recuerdos afloran con emoción sensible de padre humilde, generoso y universal. Poco le falta para hablar de la pintura. Aquí su corazón se hincha y el taller queda envuelto en el aroma de la musa que siempre lo acompañó; cosa parecida a lo que decía Alejandro Obregón “El pintor siempre debe estar trabajando y tener la ventana abierta de su taller porque la musa de la inspiración pasa en cualquier momento y lo debe encontrar trabajando…”
La pintura es el pan de cada día, es el genio que lo sobrecoge, es el desdoblar de su alma generosa y humilde. Tiene la convicción de que su propia libertad. “es mi libertad y me siento feliz, a pesar de que he tenido problemas en la vida siempre siento la libertad por lo que me provee la pintura. Pinté muchos cuadros eróticos con la imagen femenina “Hoy sus cuadros neo-figurativismo continúan siendo eróticos, buscan representar la pareja cercana y quizás mirando al observador, o quizás de espaldas a él mirando el mismo horizonte. Son como fantasmas de seres que viven en cada persona, pues no son personas, no son retratos. Están ahí en contemplación perpetua desde sí mismos hacia el infinito universo o quizás de sí mismos a sí mismos.
Son las imágenes del hombre y la mujer que se encuentran uno al lado del otro. Desnudos. En una relación ensimismada, pero cercanos. “…para mí la pasión es muy importante. La pasión es todo y con pasión se hace la vida, se hace la pintura, se hace el deseo”. Apunta el Maestro.
En busca del destino
Para un pintor el destino es la trascendencia de la obra en el regazo de la finitud humana. La obra que se desarrolla en los últimos cuatro lustros ha encontrado su estilo; no queda más que la perfección de ella misma en el largo ascender de la cúspide que reta el camino del pintor. Es un pintor sano transparente. El destino es la pintura neofigurativa, ahí se agolpan maravillados el deseo, la pasión y la estética. Ahí se encuentra la experiencia del largo camino que solo la Providencia tendrá a bien detener. La neo figuración es un adjetivo traído de la nueva figuración europea, tendencia que agrupo muchos pintores afanados por encontrar propuestas que cambiaran el mundo. Para el Maestro quizás el mundo no cambie pero su pintura si dejará una impronta imborrable donde se confunde el misticismo con la pasión y la contemplación perpetua de lo humano.
Su inspiración
El convencimiento de que Dios existe ha marcado el camino de la inspiración de la vida pictórica y su relación con los demás seres de la naturaleza; en todos los actos se ve un sentido de lo religioso y de lo místico. Siempre quiso ser un poeta del color inspirado por Dios. Su estrecha relación con el mundo de lo mágico le permitió transformar el ser primigenio que habita en él, en un ser completamente convencido de una obediencia exhaustiva a las reglas que el ser Supremo puso sobre la tierra en el mejor sentido cristiano. Para él Dios es el camino y la misma felicidad.
Lo místico se observa más profundamente sugerido en la obra abstracta y en la neofigurativa. El Maestro gusta de usar formatos pictóricos de gran dimensión. La sensibilidad de la textura adquiere dimensiones atmosféricas que se relacionan con inspiración Divina en difusas imágenes femeninas. Es el dialogo con nuestro Creador, con su naturaleza inmaterial, con su halo de vida. La mujer es el “polo a tierra” entre lo espiritual y lo material. De ella ha ganado la ternura de madre, la pasión frenética y el erotismo juvenil; de Dios la armonía y la fe en su pintura y en la vida. Dios y mujer ponen de manifiesto una inspiración permanente donde la razón no tiene cabida pero tiene forma. Una forma que con el tiempo concreta su inspiración artística.
El regreso a su ciudad natal
Hace cerca de 20 años el Maestro Ojeda regreso a Tunja la ciudad natal de su madre para reconocer el cambio de una comarca colonial a una metrópoli moderna como las que visitó en posteriores pasajes. En esta tierra ha desarrollado gran parte de la obra que
hoy se considera importante estilísticamente con una muy buena proyección comercial. La reconocen gentes de la empresa privada, admiradores y coleccionistas. En un medio hostil para la pintura como es Boyacá, el Maestro Enrique Ojeda ha logrado penetrarlo y posicionarse asertivamente.
La ciudad como estado no ha reconocido. La gente del común ofrece testimonios de impacto que han generado su obra. Ha regresado para tener en la mira el siguiente destino en el exterior. Quiere volver a Alemania o Estados Unidos. La ciudad materna lo acogió y le entregó su evolución y cambiante imagen, pero no lo descubrió. Estas líneas procuran hacerlo rindiendo homenaje a la perseverancia, la constancia y la humildad de un trabajo sincero que marcara un hito en la producción artística del departamento.
El rostro de la vida
Un retrato del pintor nos dibuja a un hombre sereno, confiado, aventurero, de mente joven y espíritu alegre, recio en su convicción, amigo íntimo de Dios, respetuoso de la vida y soñador eterno. El Maestro Ojeda es un pintor clásico; es un hombre común y corriente; es un ser universal, amigable y sin bohemia; habla con la solidez y la tranquilidad que da el recorrido y la experiencia. Es solitario, trabajador infatigable y triunfante en lo que más sabe hacer: La pintura. La Providencia le otorgo la suerte de tener varios hijos en varios rincones del planeta. Algunos de ellos también salieron con dotes artísticas y lo retratan tierno y maravilloso padre. Su hermana también octogenaria lo percibe sincero y autentico. Sus hermanos, hijos del segundo matrimonio de su padre, lo respetan. Sus amigos lo admiran. Sus amantes lo recuerdan frenético y sexual. La vida del Maestro Enrique Ojeda seguirá plasmando realidades y ficciones mientras su obra trascenderá en las memorias que guarde con celo la humanidad.
Arte ABSTRACTO
RITUAL. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.60 x 1.60 m. Colección Particular.
TRILOGÍA Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.01 x 1.50m. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
FUHRA Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.77 x 0.77 m. Colección Particular.
HITHOCO Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.77 x 0.77m. Colección Particular.
BHACHUE. Año 2004. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.60 x 1.60 m. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
NOCTURNO Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.70 x 1.10 m Fechado en 2001. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
CHAKEM Año 2002. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.90 x 1.46 m. Colección Particular.
LÍRIDAS Y ACUÁRIDAS. Año 2007.
Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.70 x 1.55 m. Colección Particular.
JINETE ROJO. Año 2003. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.10 x 1.40 m. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
NENCATACOA Año 2005 Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.80 x 1.12 m. Colección Particular.
OKHEDAD. Año 1999. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.45 x 1.15 m. Colección Particular.
THENNA. Año 2006. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.80 x 0.97 m. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
BOREAL Año 2011. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.90 x 1.10 m Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
LUMÍNICO Año 2010. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.00 x 2.00 m Colección Particular.
NOCHE Y DÍA. Año 2010. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.68 x 1.46 m. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
PAISAJE EN CROMÓSFERA.
Año 2009. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.40 x 1.50 m. Colección Particular.
BODEGÓN. Año 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.99 x 1.39 m. Colección Particular.
HYGUAQUE. Año 2010. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.75 x 1.75 m. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
Arte RELIGIOSO
JESÚS EN EL HUERTO Colección 2000. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.22 x 1.40 m (0.75 x 0.85 m). Fechado en año 2000. Colección Particular.
RESURRECCIÓN Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.27 x 1.57m (0.90 x 1.20 m). Fechado en el año 2001. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
REVELACIÓN Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.26 x 1.76 m (1.00 x 1.47 m). Fechado en año 2001. Colección Particular.
LA VICTORIA Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.22 x 1.62m (0.99 x 1.39 m). Fechado en el año 2001. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
MOISÉS Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.22 x 1.62 m (1.00 x 1.40 m). Fechado en año 2001. Colección Particular.
CRUCIFIXIÓN Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.99 x 1.39 m (1.00 x 1.20 m). Fechado en el año 2001. Colección Particular.
MESIAS Colección 2000. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.20 x 1.60 m (0.99 x 1.39 m). Fechado en 2000. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
LEVIATÁN Colección 1995. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.13 x 1.40 m (0.90 x 1.20 m). Fechado en año 1995. Colección Particular.
PRIMERA CAÍDA Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.22 x 1.62 m (0.99 x 1.39 m). Fechado en año 2001. Colección Particular.
NACIMIENTO Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.99 x 1.39 m. Fechado en el año 2001. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
INOCENCIA Colección 1997. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.22 x 1.62 m (1.00 x 1.40 m). Fechado en año 1997. Colección Particular.
PESCA MILAGROSA Colección 2001. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.99 x 1.39 m . Fechado en el año 2001. Colección Particular.
BAUTISMO Colección 2000. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.20 x 1.60 m (0.99 x 1.39 m). Fechado en 2000. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
EL MAESTRO Colección 2000. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.17 x 1.57 m (0.97 x 1.37 m). Fechado en año 2000. Colección Particular.
CONTRICIÓN
Colección 1996. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.99 x 1.39 m. Fechado en el año 1996. Colección Particular.
Arte FIGURATIVO
ESPARTANO. Año 1998. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.17 x 1.64 m. (0.90 X 1.38 m) Colección Particular.
GITANA. Año 2010. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.17 x 0.85 m. Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
VILLA DE LEYVA AÑOS 10. Año 1969. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.02 x 0.78 m. Colección Particular.
AUTORETRATO Año 2011 Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.55 x 0.65 m. Colección Particular.
CHIVA. Año 2000. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 1.23 x 1.60 m. (1.00 x 1.40 m) Colección Particular.
Maestro ENRIQUE OJEDA
RIÑA DE GALLOS. Año 2000. Técnica: mixta, óleo y acrílico sobre lienzo. 0.25 x 0.35 m. Colección Particular.