Abrirse al silencio (Pasajes de la poesía en la sociedad)

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Abrirse al silencio Pasajes de la poesía en la sociedad.

Ensayos.

Karst. Escritores de Echeverría la Península Yucateca en 2016 Adán [Type the company name] | Error! No text of specified style in document.

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Abrirse al silencio. Pasajes de la poesía en la sociedad. Catarsis Literaria El Drenaje. 1a. Edición 2017.

D. R. © Adán Echeverría. D. R. © de la presente edición Catarsis Literaria El Drenaje.

Abrirse al silencio.

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Abrirse al silencio. Pasajes de la poesía en la sociedad.

por: Adán Echeverría

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Pasajes de la poesía en la sociedad.


Ensayos.

Abrirse al silencio (Pasajes de la poesía en la sociedad)

Adán Echeverría

Ensenada, Baja California. 2017

Abrirse al silencio.

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Contenido. Capítulo 1 Escritores y lectores en México: una relación de altibajos 1.1 No culpen a la sociedad de lo que lee. 1.2. Los literatos complejos o los complejos del literato 1.3 Sexualidad, juventud y las batallas por crecer 1.3.1 Las desenvueltas censuras 1.3.2 Diversidad sexual y feminismo retardado 1.4 Los recuerdos y las ilusiones. Matrimonios, divorcios, familias 1.5 Los ideales de la juventud y la educación en México

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Capítulo 2 Poesía Mexicana 1960 – 2016 2.1. Sobre la crítica de poesía, los innecesarios textos 2.2. De una discusión (sin) estética sobre un portal de poesía 2.3 Lectores de poesía mexicana: gustos y recomendaciones 2.3.1 De una pequeña encuesta 2.3.2 El poeta más importante de México 2.3.3. Sobre los poetas nacidos en México a partir de 1960 2.4. Mirar dentro del poema. La poesía en las tripas. 2.5 Encender la palabra para imaginarse uno mismo

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Capítulo 3 Abrevar la tradición 3.1. La enseñanza de la poesía 3.2. Leer y Releer poesía 3.3. Editarnos los unos a los otros 3.3.1. Los creacionistas imberbes 3.3.2 ¿Publicar o no Publicar? Trazo autobiográfico

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Capítulo 4. ¡Esto somos! Consideraciones últimas y final feliz 4.1. Teoría de dos mundos: Creativos y Seguidores 4.2. Lo relativo al Yo 4.2.1. Buscar dentro del otro 4.3. La poética del grito 4.3.1. En la tradición un canon 4.3.2 Concluir

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Capítulo 1. Escritores y lectores en México: una relación de altibajos. Los hay que escriben para conseguir los aplausos humanos, gracias a las nobles cualidades del corazón que la imaginación inventa o que pueden poseer. Yo, por mi parte, me sirvo del genio para pintar las delicias de la crueldad. Lautréamont

Sobre la poesía mexicana se han realizado diversos apuntes en los terrenos de lo estético; y pretendiendo abarcar toda la literatura se ha intentado contenerla planteando límites e imposiciones que sólo suman a la tradición lectora un poco del folclorismo de los diferentes 'críticos' y antologadores que se enfrentan a ella. Estos aparentes límites tienen mucho de visiones sociales, enfados políticos, y pretensiones de inclusión, y poco de valor más allá del aspirar a ser "geniales", o con el fin de agradar a un grupo con el que se comparten estéticas, pero poco funcional para llegar a un mayor número de lectores. Para crear clasificaciones e intentar separar "la paja" del "heno", siempre servirá el presupuesto, el mecanismo de los contactos sujetos en el tiempo, y las instituciones en que los críticos se demarquen. La poesía es mucho mayor —toda la literatura— a estos parabienes de autores y antologadores. Lo estético es apenas un sujeto comunicativo, reflejo de las lecturas y experiencias de cada autor. El avance tecnológico con fines de comunicación ha creado, desde los noventas del siglo XX, las posibilidades para que el alcance lector tenga solo una limitación: Las ganas de quien quiere buscar información; y su precaria conciencia de ¿qué literatura quiero encontrar y sobre cuál validar mis búsquedas?, donde Abrirse al silencio.

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todo lector, buscador de tesoros, planteará su conocimiento, creará su gusto literario, establecerá su propio canon. La poesía ha dejado de depender de los grupúsculos que quieran apropiarse las verdades absolutas. Las torceduras generacionales, y sus consabidas tomaduras de pelo, no son más que ejercicios superfluos, en los que las convenciones vigentes pretenden acomodarse de acuerdo a los muy diversos factores que representen a una generación: por edad, o por las décadas de su nacimiento, por las posibilidades y figuraciones de eventos o sucesos trágicos o mercadológicos; y desde esos nichos hablar de generaciones X, Atari, del Terremoto (en México el ocurrido en 1985), generaciones inexistentes, que solo ahondan en un folclorismo inane que a nadie le interesará con el paso de los años. Todas estas clasificaciones son inexactas, obsoletas, banales y al final, en esta vigencia de milisegundos en que habitamos el ciber espacio, han dejado de apuntar sobre el divergente discurso de la obra y los autores que se van leyendo y releyendo continuamente. Porque es en este releer los trabajos de los poetas mexicanos y los poetas extranjeros, afincados y editados en México, donde se puede reconocer si se está entrando o no a la tradición literaria de nuestro país: En el gusto de los lectores. Sólo el tiempo pondrá en su lugar a los poetas, artistas por extensión; y es ese mismo tiempo el que demostrará si un autor sigue en el gusto de los lectores, o solo fue el amanuense de un grupúsculo que creyó en él y apostó por su trabajo, su ingenio, sus buenas relaciones públicas. La multiplicidad de talleres literarios, de encuentros de escritores, premios de literatura, ferias de libro y lectura, portales de internet, blogs —bitácoras electrónicas— páginas en redes sociales, revistas virtuales, bardas pintadas con 6

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versos, t-shirts y un sin fin de etcéteras, pueden ser ahora un medio para que el lector se acerque a los autores. El fin siempre justificará los medios, y desde cualquier medio uno se va enterando de las producciones literarias, que han dejado de ser pocas. No nos damos abasto para conocer el sin fin de propuestas literarias que aparecen, surgen, se crean por cada parte de un país tan vasto como México. Y esta misma vastedad de espacio geográfico, sumado a los ya poco más de 200 años de imprenta en nuestro país, que para este 2016, nos debe hacer reconocer que como lectores, investigadores, escritores, estamos muy lejos de conocerlo todo, y nos impele a tener la mente abierta para no despreciar aquello que no conocemos, y que quizá nos vaya superando. Hay que tener el sano juicio de entender lo que son los presupuestos de cultura, los presupuestos para ediciones de libros en nuestro país, y sumar estos parabienes al simplismo centralista en que como país aún nos desenvolvemos. Dejar de pensar que sólo en la Ciudad de México (capital del país), Guadalajara, Monterrey, son los espacios donde la literatura se desarrolla y donde habitan y existen los verdaderos escritores (por evitar decir 'mejores' o 'únicos'), y ayudar a las empresas editoriales de amplio mercado a quitarse la venda; para que juntos viajemos a las diferentes regiones geográficas, ayudados por las redes sociales, la internet, para recorrer los caminos de la literatura y descubrir aquellas "joyas literarias" esparcidas por esos espacios de la geografía nacional. Justo es poner un ejemplo: En mayo de 2016 pude mirar en la ciudad de Ensenada, Baja California, en el encuentro Mares de Tinta que cumplía 18 años de realizarse ininterrumpidamente, el homenaje que se rindió a la doctora Hilda Graciela Albert Palacios, por sus más de 40 años de presencia literaria en esta ciudad bañada por el Mar Pacífico; Abrirse al silencio.

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homenaje de la comunidad literaria de Ensenada por la formación de escritores que ha realizado para esta región, por haber dedicado cuatro décadas de su vida a trabajar con jóvenes, a departir la literatura, a enseñar las letras a cuatro generaciones de ensenadenses, y que pudieron abrevar en la voz y creatividad de la Dra. Albert Palacios. Personajes como ella abundan en los 32 estados de la república mexicana, y no las conocemos, no las leemos, no las publicamos, porque seguimos cerrando los ojos, vendados en el centralismo. En estos 206 años de un México independiente, el mismo centralismo intenta reconocer el trabajo de apenas unos cuántos (ocultando el trabajo de otros). ¿Cuáles son los escritores de Oaxaca? Andrés Henestrosa es un cálido ejemplo. De Veracruz, podemos seguir admirando autores de la talla de Jorge Cuesta (ensayo y poesía), Sergio Galindo (novela y cuento) y a Rubén Bonifaz Nuño (poesía); a Gorostiza, Pellicer y Becerra por Tabasco; Sabines y Bartolomé por Chiapas; Daniel Sada por Baja California, Rafael Ramírez Heredia por Tamaulipas, Manuel Acuña y Julio Torri de Coahuila; Jorge Lara Rivera, Ermilo Abreu Gómez por Yucatán, entre tantos nombres que nos haría falta espacio. Y seguimos empeñados en negarnos a mirar hacia las periferias, en mirar únicamente los centralismos en los que nos hemos propuesto documentarnos. Escritores buenos y escritores malos los hay en cada una de las 32 entidades federativas, porque muchos de los autores mantienen algunos vicios, y presentan algunas de sus obras lejos de un valor literario. Muchos de dichos autores, aún con las publicaciones corriendo por las librerías, nada tienen que ver con una construcción estética sino con la simple banalidad 8

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que los rodea, un aura de gracia que se cae a pedazos al abrir las tapas de sus publicaciones. Alguna vez el escritor Francisco Hinojosa, quien fuera a impartir unos cursos a la ciudad de Mérida, contó la anécdota de cómo llegó a ser editado en grandes tirajes: "Había llegado a las Ediciones de la SEP, una mujer que poco sabía de literatura, pero con una consigna 'rojilla y patriotera', y al ver que en los llamados Libros del Rincón, solo había obras de Michael Ende, Collodi, Melville, Singer, se enojó y puso a sus colaboradores a buscar a los escritores mexicanos que escribían para niños. Yo apenas empezaba en esto de la literatura, y hacía algunos cuentos, no para niños, pero cuando me avisaron que había que asistir a esa reunión en la SEP, ahí en el Distrito Federal, decidí darme una vuelta. La mujer en cuestión expuso su necesidad de libros de historias escritas por mexicanos, para la niñez mexicana; y claro, habría grandes tirajes y buena paga por estos cuentos. Así que me puse a escribir para niños. Y así comencé esta carrera en la literatura infantil". No estoy seguro si para la niñez mexicana era mejor tener a Francisco Hinojosa en los Libros del rincón, que a Melville, a Collodi, a Singer, Barrie o a Michael Ende, pero agradecí la honestidad de Hinojosa. Es bueno que haya historias contadas por mexicanos pero sería un error sacar a los clásicos de la literatura infantil, por un acto 'patriotero'. Lo mejor es abogar por la convivencia de autores mexicanos, con ilustradores mexicanos, junto con la presencia de las "plumas consagradas de la literatura universal", que terminará por ser positivo para la niñez mexicana que abreva de esos programas de lectura. La diversidad siempre es lo mejor. Abrirse al silencio.

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En la literatura mexicana, en la poesía, el discurso poético viene a ser lo que menos conoce la gente que gusta de leer poesía. Haga usted este ejercicio: Hábleme del libro más importante de Julián Herbert, cuál es la temática principal que Alejandro Tarrab sostiene en sus poemarios, o de Maricela Guerrero, Manuel Iris, Nadia Escalante, Daniel Bencomo o en Daniel Saldaña Paris; cuáles son los temas de Dolores Dorantes, Amaranta Caballero, Lucía Yépez, o Alexandra Botto. ¿Es posible agrupar las poéticas de Ángel Ortuño, Luis Alberto Arellano y Álvaro Solís? ¿Cuál es el mejor poema que ha dado a la tradición Karen Villeda o Paula Abramo? ¿Cuál es el estado de la poesía escrita por mujeres en las primeras dos décadas del siglo XXI? ¿Cuáles pueden ser las preocupaciones de las poetas mexicanas en esta actualidad, si con Susana González-Aktories señalamos que: 'es ya en si un hecho indignante que a estas alturas de la historia literaria se sigan elaborando antologías exclusivamente femeninas'? No hay que olvidar que en cuestiones de democracias y presupuestos las antologías vienen a ser ese paradigma que refleje el tiempo literario de una sociedad, una fotografía de las preocupaciones de su tiempo. Toda literatura –lenguaje al fin- no deja de ser un acto de comunicación. Y es que a la poesía sólo se acercan los poetas (hombres y mujeres), pero muchos de estos poetas se acercan más a otros poetas que a los poemas que estos desarrollan, escriben y cantan. Los poetas no se acercan a la crítica, la soslayan; no se dejan atrapar sobre ella, no se dejan recibir en sus versos, no conocen las entrañas sensoriales de sus colegas, sino apenas sus escándalos, amoríos, rompimientos, desfachateces, e incluso si son buenos para la bebida, o pueden ser buenos padres, o si acaso tienen los contactos 10

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suficientes y veraces que nos permitan acceder a dichos presupuestos que presumen detentar. Los poetas no se acercan a sus fórmulas creativas ni de discurso, a sus texturas, sus inclinaciones; no se preguntan ¿cuáles son y han sido sus lecturas?, ¿cuál ha sido su evolución, desde aquel primer libro, al más reciente libro que han sacado?; no saben si además de escribir poemas, trabajan y entregan ensayos, cuentos, novelas. Los poetas de este año 2016, en México, tienen cientos de contactos poetas en las redes sociales, muchos de ellos becarios, premiados, editados en la enorme diversidad que existe, y ni aun así se leen, ni escriben sobre sus obras nada más allá que unas palabras de presentación de libro, las reseñas casi siempre halagadoras, y algunas diatribas si no congenian; pero pocos son los estudios profundos sobre sus poéticas, sus visiones, posturas, y mucho menos sobre aquellos que —quieran o no los académicos— forman parte de su misma generación de escritores, porque conviven con ellos, se aman y se insultan, toman partido por unos o por otros, están llenos de "gregarismos presupuestales", y nunca a favor de estéticas ni de poéticas en las que puedan conciliar sus búsquedas. El tema de la poesía en México es amplio y los textos pocos. Desde 2009, los promotores culturales Rubén Falconi y Romina Cazón, lanzaron el Panorama de la Poesía Mexicana, donde agrupan la obra de 69 autores. Y en 2008 apareció el proyecto Del silencio hacia la luz. Mapa poético de México, con la voz de al menos unos 600 autores publicados y premiados en el país, ubicados por la entidad donde nacieron. En las páginas de estas dos obras, los temas son tan variados e incluyen temas que pueden causar escozor social, lo que habla de las preocupaciones vigentes como de posturas críticas sobre la época en que escribieron sus Abrirse al silencio.

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autores. Porque los autores siempre retratan ese fragmento social que les toca mirar, pensar, criticar además de vivir; y esta diversidad temática valida lo expuesto por GonzálezAktories: "la poesía mexicana actual se ha vuelto inabarcable". ¿Existen libros sobre la poesía mexicana? Claro que existen. Existen libros, existen prólogos, artículos críticos, pero no son del todo abrevados por los lectores de poesía, sino por el mundo de la investigación académica. La poesía tiene otro mundo lector, el pueblo; que también quiere saber de la poesía, que también puede validarla, valorarla, comprarla, compartirla, hacerla suya, y en muchas ocasiones es en este mundo lector, hacia donde muchos "poetas", no logran acceder: Son los poetas quienes no logran contactar con los lectores, no los lectores los que no entienden su poesía. Muchos poetas se conforman con ser leídos por sus pares, y para la sobrevivencia económica (ya que no venden obra) persiguen la beca, el premio, los contactos, y de no conseguirlo (los poetas son muchos, los presupuestos pocos) dan clase, son editores, redactores, promotores de cultura, talleristas, periodistas, columnistas, traductores, correctores de estilo, o tienen alguna otra profesión, alejada del mundo literario. Pero seguimos pensando que la Poesía no se vende porque no hay buenos lectores de poesía, diciendo que para leer poesía se necesita tener un doctorado en semiótica y no sé qué tantos dislates. Lo cierto es que escriben arreglitos de palabras para discutir con sus pares, y no poesía que pueda ser abrevada ni por la tradición ni por la población. Sobre ello se ha discutido mucho, y en México se ha llegado a una dicotomía en el gusto por la lectura y escritura de la poesía mexicana, estableciendo dos parámetros tan disímiles como adversos, Octavio Paz y Jaime Sabines. Y la 12

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pregunta siempre será: ¿cercano a quien te sientes? Si pensamos en Paz como el arreglo del lenguaje en la transmisión de un conocimiento y una experiencia poética, o si abrevamos con Sabines ese diálogo visual con las historias cercanas a sus personajes, y desde esa visión poética en que utiliza el leguaje. Tu trabajo poético ¿cercano a quien se encuentra? Entre Sabines y Paz hay un gradiente enorme, pero uno puede estar más cercano a uno que a otro. No poder contestar, ni poder situar a un autor mexicano, demuestras que la poesía y las poéticas de los autores mexicanos no se difunden, porque ni se discuten ni se cuestionan. Son muchos los poetas, pocos los que leen la obra, pocos los que critican con argumentos, los que profundizan, los que se acercan a estudiarlos de manera concienzuda, o simplemente a leerlos de manera constante. Una de las formas de acercarse a la Poesía Mexicana, considerando entonces el amplio número de obras, autores, premios, becas y demás, es hacerlo por medio de las Antologías, ese retrato generacional que ahorra presupuestos. Lo mismo pasa con una gran cantidad de músicos de la escena rockera de México, son muchos los acoplados de bandas, cantantes, y músicos, que rinden homenajes a tal o cual artista, o se suman a festivales para poder grabar en conjunto y dar a conocer sus trabajos. No debemos extrañarnos de que los poetas de este México actual apostemos por la antología, de que las editoriales pretendan este tipo de agrupaciones, conjuntos de poetas, compilaciones de poemas para generar un muestrario del cual los lectores puedan escoger algún autor. Lo triste del asunto, es que en las antologías que cuentan con presupuestos oficiales se observe a los mismos autores, como si fueran los únicos, lo cual ya está superado desde Abrirse al silencio.

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hace casi más de un lustro: Mapa poético de México, Panorama de la Poesía Mexicana. Las antologías que presentan la intención de poner límites al congregar y retratar un espacio de tiempo de la creación poética son las menos, las que sólo leen aquellos involucrados en las mismas, y algunos estudiosos de la poesía mexicana, como es mi caso, pero el resto de la sociedad no las acepta, nos las abreva, no las consulta, no accede a ellas, no tiene interés siquiera en revisarlas. Aquellos que trabajamos con la poesía mexicana las leemos como un acto de disciplina, y nos damos cuenta de sus carencias. Sobre las antologías podemos leer que: "Los años más fecundos en la elaboración de antologías poéticas comienzan en la década de los setenta, con la publicación de treinta y seis antologías." como dice Susana GonzálezAktories; 36 antologías para la década de los sesenta, ese número ha crecido y cada año crecerá más; la ensayista intenta ser más clara y señala que Gabriel Zaid además de poner al día un ejercicio crítico-estadístico de poetas, desarrolla la "antolometría" es decir, "la evaluación de los poetas mediante estadísticas y taxonomías de diversos tipos." Cero profundidad sobre el pensamiento a través del tiempo que viven los autores. Malva Flores, en el prólogo de su libro de ensayos La culpa es por cantar (precisamente un libro en el que se busca discutir sobre poesía mexicana) nos recuerda que "Ser incómodo" ha sido la función de los poetas pero, además de pellizcarle el culo a la presentadora, o levantarse en el foro, y hacer el performance de tipo(a) rudo(a) "o de protagonizar escándalos en las ferias y pasillos literarios, los poetas eran incómodos porque eran críticos (no sólo de poesía). Eso también ya está pasado de moda, al menos en la forma como 14

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acostumbrábamos." Las lecturas de poemas vueltas espectáculo: — ¡Me desnudo y que me bañen con sangre! — ¿Escuchaste el poema? — No, pero qué cuerpazo tenía la chava. Recuerdo un encuentro de escritores en Mexicali; era el turno de leer al poeta Óscar David López, quien se levantó de la mesa, se acercó a una esquina del entarimado, sacó de una bolsa dos maracas, y comenzó a agitarlas mientras iba declamando los poemas del que era su más reciente libro. El compañero a lado mío se inclinó para decirme: "Supongo que las maracas vienen con el libro, para que tenga sentido el performance." Además del espectáculo de "clown", del "performance" a la hora de la lectura de las creaciones poéticas, el romanticismo del poeta-lector aún nos queda a algunos, y se nos tacha, como atinadamente define Malva Flores, de 'poetas de mantel': "poetas que no practican gimnasia en el escenario, no disponen de un aparato pictórico-esotérico- musical que los acompañe y leen sentados frente a una mesa cubierta con un paño verde o azul". Pero el escándalo ahí pervive. Las redes sociales han dado valor a los miles de millones de individuos 'e individuas' que leen poemas, y escriben textos para ponerse a discutir con los poetas. Y se acostumbran a decir: — No tengo por qué esperar que una editorial diga que soy poeta. — ¿Y dónde publicas tus textos? — En un blog que está súper genial, hay buenísimos poetas, excelentes; y mis textos gustan mucho. No creo necesitar el premio Aguascalientes, ni que me publique

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Tierra Adentro para saber que mis poemas son mejores que los de muchos que están antologados por todos lados. Y pretenden pensar y validarse en aquello del autodidactismo, pero de manera irresponsable: "Que flojera estar comprando libros en las librerías, si uno puede obtener lo que quiera del internet." O el post que recientemente leí en una red social: "Me dijeron que vaya a talleres de literatura, que tome clases de literatura, que busque becas y ganar premios; que sólo así se valida uno como poeta. Acá les dejo la carta de la editorial Por… que ha decidido publicarme sin todas esas tonterías que me dijeron que haga y no hice. ¿Cómo les quedó el ojo?". Y el muchacho (o muchacha) no cabe en el orgullo de haberlo logrado sin necesidad de otros poetas. Yo siempre le diré a los escritores que aplauden las autoediciones, o que pagan en las editoriales por la publicación de su obra: "para publicar un libro en papel, deja que alguien invierta en ti, no seas tan soberbio, que alguien valide tu trabajo: un jurado, un especialista, un editor, un grupo editorial". Pero en ocasiones me topo con personas que me callan diciendo: "T.S. Elliot, publicaba sus propias obras. No tiene nada de malo que tú mismo seas gestor de tu obra, y creador". Y tampoco que tú seas el único lector, añadiría. 1.1 No culpen a la sociedad de lo que lee. Si las editoriales y los medios de comunicación, que se mueven por el dinero que en ellos invierten sus anunciantes, esas mismas empresas editoriales, promueven 'un tipo de lectura', la gente —que pretende ser lectora— eso leerá, deseará leer y promoverá como lecturas necesarias entre los suyos. Uno se acerca a los stands de libros de una 16

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feria, camina en las librerías y ahí están las listas de "Los más vendidos". Uno lee reseñas todo el año, y algunos esperan ansiosos esas listas de Los Mejores Libros del Año, pero no quiere resistir y pensar que la gran mayoría de esas reseñas son pagadas a los reseñistas por las mismas editoriales, con el fin de promover a sus autores. Hay reseñistas honestos, pero por supuesto. Pero si un reseñista se lanza contra una obra para decir lo que realmente piensa, la editorial no lo buscará, ni le pagará sus columnitas. Entonces el crítico honesto se ve tentado a hablar de la literatura, de las oportunidades, y no profundizar en la obra que la editorial le ha acercado. Hay que ser inteligentes. Vivir del: "Todos los libros nos dejan algo", pero aclarar que lo que nos puede dejar incluso es No volver a leer a ese autor. Me da mucho gusto que la gente lea, intento poner de mi parte —al igual que muchos otros promotores de lectura— en sugerir lecturas, autores y obras a los participantes de mi taller de creación literaria, a los compañeros escritores con quienes comparto lecturas, mesas, tertulias, para que lean más allá del entretenerse. Comparto con aquellos que escriben en mi revista para que lean más allá de la propia obra personal, y trabajo en brindar espacios para esparcir el pensamiento de aquellos que les gusta la lectura. Me da gusto que la gente lea —insisto, insistiré siempre—, y quisiera muchos espacios y oportunidades para que puedan hacerlo y contagiar siempre a más personas de este vicio. Pero desde la casa, desde el ordenador portátil, la tableta, el teléfono móvil, con las redes sociales solamente, será difícil competir con empresas mercantiles que influyen económicamente en universidades y gobiernos para la planeación —y la estadística— de ferias de libro y lectura, Abrirse al silencio.

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en todas sus dimensiones y alcances. Mi crítica no es solamente a las empresas editoriales, que de sus ventas tienen que sobrevivir; mi crítica intenta acercarse a los organizadores, y sobre todo a esos muchos estudiantes de literatura y comunicación que trabajan en dichas ferias, en cualquier puesto de organización, promoción y atención de los diferentes stands. Mi crítica es a esos universitarios cuyos estudios — muchas veces con formación cercana a la literatura, la sociología, la historia— les permite el conocimiento de saber, y deben tener conciencia, de qué cosa es un texto literario, y qué cosa sólo es un producto mercantil de una editorial (Jordi Rosado, Werever[loquesea], Carlos Cuauhtémoc Sánchez y otros), y por alguna razón (casi siempre la económica, aunque no siempre) se privan de opinar, o peor… enaltecen —por ese mismo sueldo— participar, organizar, decidir, planear, llamar por teléfono, hacerla de staff, y en fin… trabajar como organizadores de estas ferias de lectura y libros a favor de esas empresas editoriales que ofertan un sin fin de 'basura literaria'. Estudiantes de literatura, comunicación, periodismo que durante la planeación no dicen nada; en el armado de aquellos libros no vierten su opinión, en el diseño de los programas de las ferias, en el ordenamiento de los espacios para las lecturas no aciertan a verter su pensamiento, pero cuando ocurre el montaje, cuando todo el circo está armado y comienza la función, entonces se quejan del pueblo que acude a esas ferias de libro y lectura, en busca de productos literarios, y se llevan –las más de las veces- esos productos que parecen libros, huelen como libros, se venden como libros, están formados de hojas, tapas, lenguaje, pero que no son literatura. Como universitario que has sido formado en 18

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letras (con cuatro o cinco años de estudios de literatura), saber que ofreces como literatura un producto que no lo es, es como ser biólogo y promover el daño sobre un manglar porque te pagan un buen dinero (en ocasiones ni siquiera tan bueno). ¿Dónde el juramento como profesional para los egresados de escuelas y licenciaturas en literatura? ¿Cuál es —si lo hay— o cual sería su juramento profesional?: "Yo prometo siempre ser crítico de todo texto que pretenda aparecer como literario", habrían de decirse. Y mientras los fotógrafos de los periódicos de una ciudad se dan a la tarea de documentar eventos multitudinarios sobre esos "bufones literarios" que promueven las editoriales, existen autores como Raquel Castro y Alberto Chimal, Rodrigo Castillo, Luis Jorge Luis Boone, que se enfrentan a salones vacíos por la pobre o nula promoción que se ha hecho de sus obras de ficción, o sus ensayos literarios. La editorial que dirige Rodrigo Castillo, sobre ensayo literario deportivo, respecto del boxeo (La dulce ciencia), intentó una presentación en una Feria del Libro y se encontró con una sala totalmente vacía, pero decenas corrían a tomarse la foto con Carlos Cuauhtémoc, con Jordi Rosado, y demás fauna, para publicar en las redes sociales y decir: "Este soy Yo, en la feria del libro". Porque poner a competir a poetas, narradores y ensayistas en los mismos salones con los Youtubers, y los artistas de la farándula, es un equívoco. Es una forma trágica de humillar a un escritor literario, que sabido es que no tendrá las mismas oportunidades para acercar lectores. Y no solo porque su editorial no haya hecho la suficiente promoción de su trabajo, de su obra; lo terrible es que esos 'organizadores de la feria', en toda jerarquía de decisión, no promueven a los escritores (cualesquiera que sea el mercado al que va dirigido) de acuerdo a las expectativas lectoras que Abrirse al silencio.

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tiene cada obra, intentando que cada autor pudiera tener su propio público. Porque no podemos olvidar que lo que se busca es dar impulso a la industria editorial, no a la industria de los escritores de literatura. Un libro es un producto, cualquiera que fuera su temática, incluso los libros literarios. Y un escritor de literatura, puede tener sus propios espacios, dentro de las ferias, para que aquellos lectores que buscan la literatura se acerquen a ella, conozcan a los nuevos autores, a los autores con más trayectoria, a los autores locales de cada entidad, o ciudad donde se realice dicha feria. Hay que culpar a los organizadores por no estar a la altura, culpar a las mismas editoriales por publicar diversidad de temas y ofrecerla toda sin distingos, como si de literatura se tratase siempre, como si fuera un texto literario el Poemario escrito por Roberto Gómez Bolaños, que las obras de Roberto Bolaño; o las traducciones al español de las obras de Jim Morrison, o el acoplado de las canciones de Joaquín Sabina, equiparándolas con las obras de Oliverio Girondo, Enrique Molina, Alí Chumacero, las traducciones de Baudelaire, Keats, Aude, entre tantas; y luego culpar a todos los que participan en los medios de comunicación que promueven y reportan y no critican lo que se ofrece en estas ferias. Nunca será culpa de los lectores, si eso es lo que les ofrecen. No puede ser válido culpar a los que van por el autógrafo de cualquiera de esos bufones literarios, si les han dicho que son escritores, y se los topan en ferias de libro, ven sus rostros y su nombre en las portadas de libros, y son presentados en mesas de lectura por otros escritores. Cuando queramos que el pueblo mexicano lea buena literatura, empecemos por criticar la que hoy oferta cada una de las editoriales por mediación de cada una de las librerías. 20

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El trabajo de leerlo todo es fascinante, pero nos ahorramos el esfuerzo. Salgamos de la Escuela del Resentimiento que bien ha sabido mencionar Harold Bloom, y subidos en las palabras de Mariano Azuela, quien desde la mitad del siglo XX dio por terminada la discusión entre académicos y escritores, al señalar lo aburrido y engorroso que puede ser para alguien que desde la academia busca ser crítico de la literatura, sin permitirse escribirla, cultivarla y menos analizarla. La literatura es un proceso estético de comunicación, y debe ser medida en su forma de influir en las sociedades, llegando a formar parte del pueblo. Recordar que Dante con La Divina Comedia, tomó del pueblo el italiano y construyó su idioma. Que Chaucer hizo lo propio con el inglés que hablaba el pueblo al componer Los cuentos de Canterbury, que Lutero lo hizo al verter la Biblia al alemán, y que Cervantes impulso nuestro español con su Quijote. La literatura es comunicación y debe venir del pueblo y volver al pueblo como un ejercicio estético, que permita sus propios rompimientos, entregar las mutaciones del idioma, y recoger esos espacios de la sociedad analizada en las páginas de toda obra. Dice Mariano Azuela que no se necesitan años de estudios académicos para apreciar la literatura, menos para escribirla. Por ello es penoso que en 2016 se vuelva sobre esos pasos para señalar que solo pueden criticar la literatura aquellos que tengan estudios académicos en el tema, validado por algún posgrado. Más penoso resulta leer a otros personajes de la literatura en esta tonta discusión ¿En qué les convierte discutir con un tonto? La literatura es superior a estas disputas que no son más que la humareda, que deja el flamazo editorial en algunos sitios de internet, en algunas páginas de periódicos y revistas. Abrirse al silencio.

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Si la literatura es en primera instancia una forma de comunicación de las ideas, dentro de un estética tal que permita el uso diferente de las palabras que forman una lengua, la discusión debe centrarse en dos posturas: 1) ¿Cómo le hacemos llegar la literatura a los lectores?; 2) ¿Qué producto literario es el que le estamos creando? Nos debemos concentrar en saber y reconocer qué se debe o no encontrar dentro de una Feria de Libro, Lectura y demás 'sugerencias y apuntes' que quieran verter en el título de los mencionados eventos. Ser conscientes de que los lectores no solo leen poesía, cuento, novela, ni ensayos académicos o literarios. Y que las biografías de los escritores y escritoras no es aquello sobre lo que se trazan las ganancias de las empresas editoriales, que bien o mal, trabajan, generan empleo, pagan sus impuestos, y contribuyen a la cultura en este país. Cuando vamos a la librerías — reconózcalo—, los espacios para los libros literarios son los más pequeños. De una librería con un espacio aproximado de 40 x 40 metros, usted podrá encontrar una pared con el acervo literario ordenado alfabéticamente. Una sola pared para los libros literarios de autores de diversos países. Y entre los anaqueles de esa pared uno puede, sí es gran buscador, encontrarse algunas obras de poesía, una tablita o dos del anaquel, y si tienen suerte también un pedacito dedicado a Literatura Mexicana. ¿Entonces que hay en los demás anaqueles de las paredes restantes de la librería? Pues sí, querido lector, también existen otros libros que no son de literatura. Hay un número inmenso de libros de: superación, religión, escolares, técnicos, de programas de cómputo, jardinería, niños, jóvenes, política, sociología, antropología, carísimos libros de arte —hermosos igual—, comics, revistas y discos compactos, blue rays, pósters, tazas, llaveros, separadores, 22

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etc. Toda librería que quiera competir y vivir de sus ventas igual vende y oferta otros productos, además de los libros de literatura. Así que si se venden en librerías, tienen hojas escritas e impresas, una cubierta a manera de portada, y deben ser leídos para enterarte de su contenido, entonces parece y se asemeja a un LIBRO, aunque su contenido no fuera literario. Por ello debemos coincidir en que las ferias del libro y la lectura: Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Feria Internacional de la Lectura Yucatán, ofertarán eso que hemos aceptado en llamar libros, y no deberíamos esperar que solo abunden los libros literarios, y que solo caminen por ahí los escritores con su aura de Chéjov, Sallinger, Poe, Kafka, Cervantes, Camus, Garro, Lessing, Darío, Quiroga, Chimal, Jorge Lara, Jhonny Euán, Ortuño, Renán, Bracho, Espejo, Malpica, Alanís Pulido, Beltrán, los hermanos Huerta, Volpi, entre otros. También se pasearán por esos pasillos sociólogos, médicos, psicoanalistas, youtubers, mercadólogos, cronistas deportivos, politólogos, de acuerdo al éxito que reporten a las editoriales que invirtieron en sus obras. Para los que nos gusta la literatura, claro que sería una joya, y un gran acierto, que se difundieran libros con una profundidad rebosante en ideas, historias, personajes y descripciones asombrosas; pero tendremos que aceptar — aunque nos enoje— que el dinero mueve al mundo, y que toda empresa editorial que pretende un beneficio económico llevará a las Ferias a los autores que más ganancias les reporten. Esto es un negocio, dejad atrás el romanticismo literario. Como vimos anteriormente, los organizadores habrían de tomar determinaciones para, tal como sucede en las librerías, hacer sus ferias y eventos por géneros, y estoy Abrirse al silencio.

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seguro que todos quedaríamos conformes si hubiera Ferias solo del Libro Literario, Feria del libro Cómico, del Libro Académico, tal como ya existe la Feria del Libro Infantil y Juvenil, arriba mencionada. Mientras no suceda, es vergonzoso que se lancen contra los lectores que hacen largas filas para tener el autógrafo de un Youtuber con éxito de ventas, y llorar porque no hacen la misma fila para que Jorge Volpi firme ejemplares. Mientras no se definan ferias de acuerdo a los géneros en que se distinguen los libros, las Ferias de Libros serán justo eso Ferias; súbase al carrusel y decida bien a qué autores ir a ver, tal como decide a quién leer, cuando intenta comprarse un libro. Pero piense en que si algunos autores literarios de por sí se portan como "la divina garza" sin agotar sus ediciones de 300 ejemplares, no quiero pensar en cómo serían si vendieran lo que Carlos Cuauhtémoc Sánchez. 1.2. Los literatos complejos o los complejos del literato. La verdadera imaginación poética, (…) es siempre creadora de mitos. Octavio Paz

Actualmente los jóvenes son muy dados a hablar de los demás en estos términos: — Tengo un amigo Literato. — Yo conozco a uno que es Filósofo. — Mi compañero es Psicólogo y te va a estar analizando. El primero es un recién graduado de la licenciatura en literatura, el otro aun estudia su licenciatura en filosofía y humanidades, y el último está por terminar psicología; pero la terminología en la que los jóvenes se expresan ¿dónde fue 24

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aprendida? En las redes sociales, por supuesto. En el no mirar los logros con el paso del tiempo, sino en la premura de devorarse el mundo de un solo bocado, y el afán de pertenencia en el que tratan de encajar. El asunto aumenta en sus coloraciones risibles cuando han abandonado la academia, y desde la corta edad han sobrevivido trabajando, entonces señalan de ellos mismos: "Soy periodista", cuando hacen notas para el periódico local; "soy reportero", pero apenas copian y pegan el boletín de prensa que les llega al correo electrónico; "soy corrector de estilo", pero trabajan de capturistas en alguna imprenta; "soy editor", cuando pasan de un procesador de textos al armado en una paquetería de diseño gráfico, e imprimen sus plaquetitas en una impresora láser. "Soy columnista", porque sostienen –eso sí, con mucha constancia y disciplina- su bitácora personal en un servidor gratuito. Hoy día los jóvenes son muy dados a rellenar sus currículas, a fantasear acerca de sus publicaciones en portales del internet, a enarbolarse como personas de izquierda, diciendo de todo aquel que los rodea: "Ese político es un torpe, aquel es un seudo periodista, nosotros los editorialistas somos francotiradores, esa mujer ni sabe actuar, seguro que alguien le está dando alguna ayudadita para aparecer en el cine; con quien se habrá arreglado ese chamaco para ser asesor consultivo del instituto de cultura; cómo puede tener un espacio en el periódico ese tipo que no sabe poner las tildes en las palabras; no puede ser que fulano sea del consejo editorial si apenas es un rapazuelo, cuál es su trayectoria, cómo pueden irse a París esa bola de niños caprichosos que ni siquiera escriben poesía"; y así descalifican al contrario lo mismo que festejan el logro de algún amigo, siendo ambos de la misma escuela, de la misma Abrirse al silencio.

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generación, de la misma edad, del mismo estrato social, poseedores de la misma cultura neocomunicativa en resumidas cuentas: Academia mas Internet. Lo real en este mundo es que las palabras de Rubén Darío acerca del tesoro que puede ser la juventud, ha caído en la terrible cursilería. Ser joven se ha vuelto sinónimo de vago, y va junto con pegado a eso de pretender ser artista (en cualquiera de sus disciplinas). El que ha tenido una pequeña oportunidad, por una puerta abierta, se siente con derecho de descalificar al otro. No olvidemos a la actriz de Televisa, Wendy González, que se quiso hacer la graciosa insultado a la premio Nobel Rigoberta Menchú, utilizando su rostro, pasándolo por un proceso de diseño fotográfico para aparentar un maquillaje, y burlarse: "Así se ven aquellas que aunque utilicen maquillaje y paqueterías de internet, sabemos que no son lo que aparentan". Haciendo burla de las mujeres de los pueblos originarios, porque en su tarada cabeza, en su pequeño mundillo, pretende creer que ella no ha pasado por un proceso de mestizaje a lo largo de las generaciones de su familia. Valga el ejemplo para demostrar lo que muchos jóvenes empiezan a padecer: excesos de soberbia, al ver la oportunidad de ofender al otro, y juntarse con varios para hacerlo. Recuerdo a un compañero, de esos que conmigo les encanta hacer versitos y participar en concursos y premios, perseguir becas, desanimarse, volver a animarse, volver a caer en el clásico: "Seguro está amañado este concurso". Acudí con él a una oficina a ver a una importante autoridad cultural y cuando el guardia nos preguntó por nuestras generales, mi amigo dijo: "Soy Fulano de tal, Escritor", y levantó el mentón, como si el cielo se abriera y bajara Edgar Allan Poe en forma de cuervo, mientras se escucha la voz de 26

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Carlos Pellicer decir: "Este chico es mi amado, en él quisiera poner todas mis confidencias". Pero en vez de eso, el guardia de la entrada escribió en la hoja del registro: "Desempleado". Luego, carraspeando en el hartazgo, volteó hacia mí y dijo: —¿Y usted? –solté mi nombre y recalqué: "Maestro en Ciencias, Maestro en Ciencias Perenganito de Tal". —Ah, claro, maestro, permítame, —el guardia se enderezó en su asiento, cogió el teléfono muy derechito, y marcó el número de la extensión— Ahora mismo lo comunico. Permítame un momento, por favor. Tome asiento. No comprendo el significado de este tipo de trato que se dispensa a los compañeros que, como yo, nos dedicamos a la literatura (u a otra actividad artística) y además abrazamos una carrera profesional. Porque para muchos Ser Escritor no es un trabajo verdadero, para muchos no deja de ser un "hobby", un "pasatiempo": "Pregúntale a Manuel; él toma eso de las fotografías más de serio, lo tiene como un hobby". He escuchado decir a una persona sobre su hermano, un fotógrafo de becas, premios, exposiciones en galerías, que realiza además campañas publicitarias. Al parecer los artistas mexicanos, en algún sector del universo poblacional, y me atrevo a decir, del universo social, no son considerados personas productivas, porque el arte no es considerado un trabajo, una profesión. Y ante todo esto tiene que ver el profesionalismo con que verdaderamente muchos se dedican al arte. Para el 2010 realicé, junto con otros compañeros un proyecto para entrevistas a todos aquellos jóvenes (menores de 35 años) que se dedicaban a alguna disciplina artística o que al menos eso decían. Sus respuestas me hicieron dar cuenta sobre lo poco profesionales que son: "Yo no leo — Abrirse al silencio.

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decía uno de ellos— yo solo veo documentales; de esa forma aprendo; no creo en la academia". Otra de ellos, en una charla dijo: "Soy Monodidacta, todo lo he aprendido sola"; y era notorio porque si no sabía siquiera la diferencia entre ser Monodidacta y Autodidacta, pues qué esperanza. Lo interesante del caso, es que en muchas ocasiones este tipo de personas tienen talentos naturales, y han tenido la oportunidad de ganar algún premio, de tener alguna beca, para intentar vivir del trabajo artístico que desarrollan, pero son los menos. Los más son aquellos que he decidido denominar "Faroles: personas que hablan de sus amplios conocimientos, cuando en la realidad no los poseen, o sus conocimientos del arte que desean desarrollar son mínimos". Es por ellos que generalmente la gente suele decir de los artistas que somos unos vagos, unos desempleados, unos mal vivientes; o peor, que algunas autoridades pretendan creer que las becas que ganamos como parte de nuestra creatividad, son tan solo "becas-limosna", que se otorgan por caridad, para que ese muchacho o muchacha se calle y deje de estar fastidiando, para las estadísticas. He ahí el error de que dentro de la juventud mexicana se creen esos idearios lingüístico-expresivos-de-reconocimiento, a manera de protección, para que digan de sus compañeros: 'Fulana de Tal, Lingüista', a la estudiante de lengua y literatura, o Filósofo al estudiante de filosofía y letras o filosofía y humanidades. Mi amiga La Escritora, a la chica que publica sus pensamientos en una red social. Y que sean absorbidos por los medios de comunicación para crear absurdos como: 'Be more nerd', y que lo anuncien como un hallazgo. Para el siglo XIX un estudiante de medicina seguía siendo Bachiller y ya era respetado por la sociedad, vean el caso de Raskolnikov, en la novela Crimen y castigo. Manuel 28

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Acuña se quitó la vida a los 24 años pero que, como estudiante de medicina, era respetado socialmente e invitado, por los maestros y las autoridades educativas, a dar lectura a sus poemas o a ser quien dijera los discursos en los eventos públicos o en los festejos de la universidad, el liceo; e incluso era tan interesante en su trabajo, que comenzaba a causarle cierto enfado a personajes como Guillermo Prieto, con quien tuvo rencillas, impulsadas por los lectores de ambos escritores de la época. El siglo XIX respetaba a sus jóvenes, y esos jóvenes poseían fuerza literaria; a pesar de su edad Juan Díaz Covarrubias, con su novela El diablo en México, escrita a los 22 años, dejó a nuestro país una joyita literaria sobre el amor juvenil en aquellos días en la capital, luego fue fusilado por órdenes de Maximiliano a tan corta edad. Y nosotros ni respetamos a los jóvenes, ni les brindamos oportunidades, y si podemos seguimos resolviendo sus poemas a los 25, 30, 45 años. ¿Cuándo dejarán de ser jóvenes? Para el Fonca, para el Instituto Nacional de la Juventud, con 35 años aún eres joven. Hay doctores en ciencia de 28 años, que ya tienen dos o tres hijos, pero siguen siendo considerados Jóvenes Creadores. Es un error. Joven se debería ser hasta los 24 años, hasta los 27 años si se basan en el tiempo fisiológico cuando las epífisis de los huesos dejan de crecer. Este desatino social y administrativo permite a los jóvenes sentirse enjuiciados y al mismo tiempo ser jueces de los demás jóvenes, pero lo peor es que los mantiene 'añiñados'; 'añiñadas' y viviendo de los mil berrinches, pidiendo que el gobierno, que sus padre, que la sociedad los siga sosteniendo. Y este absurdo de que a los jóvenes artistas se les 'minimice' tiene que ver con esas oportunidades que se brindan a muchos de estos jóvenes que luego son tiradas al Abrirse al silencio.

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caño. Cuántos de ellos reciben becas de arte y se la pasan consumiendo drogas o alcohol con ese dinero, para nunca publicar aquel poemario, aquel libro de cuentos, aquella novela, o peor: para nunca terminar dicho proyecto. Muchos dicen: "El Fonca no me obliga a publicar la obra, así que no tengo siquiera que terminar". Pero qué pena. El hecho de pensar en todos aquellos trabajadores, ancianos, ancianas, los ciudadanos que con sus impuestos han permitido que goces de parte de ese presupuesto de la federación, y ni siquiera tengas el sano convencimiento de terminar tu proyecto de beca. Lo mismo ocurre con muchos becarios del Conacyt, en cuestiones de ciencia. Me ha tocado ver a estudiantes —sin importancia de género— que deciden gastarse el emolumento de las becas, y nada los obliga a devolver el dinero, ni a terminar los estudios. Pero ya han paseado Europa, tienen carro, han sabido cómo gastar el dinero, decir que son "becarios", y para poca cosa sirve su oportunidad, porque el pueblo que les brindó ese recurso económico, no recibe ni siquiera un pequeño texto en agradecimiento que valide un poco de su esfuerzo. Conocí en una fiesta a un joven que consiguió un apoyo para pasar algunos meses en Holanda para desarrollar un proyecto de creación artística. Cuando mi novia le preguntó qué tal era Europa, o qué le había gustado más de su estancia en aquel país, el joven contestó: "No tengo la menor idea. Yo estaba drogado en mi cuarto todo el tiempo. Ahí las drogas son libres y nadie te causa problemas por mantenerte en el viaje", reía estúpidamente. Y así se tiran a la basura las oportunidades. Actos que refuerzan los estereotipos que nos alejan de ser escritores respetados como lo fueron Prieto, Acuña, Reyes, Federico Gamboa, Juan Díaz Covarrubias, Rosario Castellanos, Juana de Asbaje, Elena Garro, Fernando 30

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Benítez, Cosío Villegas, quienes desde una corta edad trascendieron con su disciplina, sus lecturas, sus obras, su diario desenvolverse en la vida y el tiempo que les tocó vivir. Me sigo preguntando si en verdad los literatos somos gente compleja o acaso es que muchos “artistas” tienen complejo de literatos. Porque los autores de literatura de todas las épocas debemos comprender la sociedad en la que vivimos y abordar los mismos temas que preocupan al ser humano: nacer, crecer, reproducirse (o intentarlo) y morir; cuatro verbos que engloban el ciclo de la vida para el hombre y todos los seres vivos, de donde podemos escribir. La mayoría de los textos ocurren en ese 'intentar reproducirnos", que implica ideales de amor, desamor, soledad, parejas, compañía, malos tratos, matrimonios, embarazos, hijos, divorcios, escapes con el novio, romanticismo, sufrimiento. Usted, querido lector, puede tomar cualquier libro de su librero, novela, cuento, poesía, e intentar etiquetar sobre qué parte del ciclo de la vida transcurre la obra, y así podríamos establecer el tema de todas las obras literarias. Porque somos seres vivos, somos seres animales, somos seres humanos, y nacemos, crecemos, nos reproducimos (o lo intentamos) y morimos. Y entonces asistamos donde situamos la literatura erótica: en el tema de Intentar reproducirnos; donde situamos el cuento Viaje a la semilla justo en el mirar el ciclo de la vida ir hacia atrás, como también lo ha descrito Fitzgerald en su cuento El curioso caso de Benjamin Button. Porque nuestro lector es parte de la sociedad, toda en su conjunto, es que intentaré situar su actualidad.

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1.3 Sexualidad, juventud y las batallas por crecer 1.3.1 Las desenvueltas censuras Isaac Bashevis Singer en su magnífica novela "Sombras sobre el Hudson" cuenta una anécdota del régimen Stalinista; en mejores palabras describe una escena como la siguiente: "Dos amigos de toda la vida se encuentran una tarde noche en una cantina, se saludan como siempre, se sonríen, y piden un trago, luego uno de ellos mira al otro y le dice: ‘Estoy un poco harto de las cosas’, entonces se hace un silencio, los dos se miran de nuevo, con un gesto duro, vuelven a sonreírse, apuran su bebida, y salen de la cantina. Se despiden y cada uno toma un camino opuesto, uno al sur, otro hacia el norte. Al llegar cada quien a la esquina, dobla y arranca a correr, con destino a las oficinas del Partido Comunista a denunciar al otro, porque uno sabe que se Quejó del sistema, y el otro sabe que puede ser denunciado por haber escuchado la queja y no haberlo denunciado, y los dos temen por su vida". Valiente amistad la de estos personajes que se conocían de toda la vida. Eso, más o menos, es lo que se han vuelto las redes sociales. Nada tan peligroso como una cámara en manos de un ignorante o de un cobarde, de alguien que no tiene los arrestos para dirimir un pensamiento y hacer uso de su libertad, salvaguardando la libertad del otro. ¿Qué cosa es lo permitido y qué cosa lo prohibido? Vaya, ahí está la Constitución y las leyes que de ella emanan, y está igual el sentido común, como las agencias contra el crimen, con su consabida corrupción, limitantes y falta de profesionalismo; pero ahí están, y hay que ir a ellas a levantar una denuncia. Las armas no son las peligrosas; puedo bañarme en balas, pasármelas por mi cuerpo, lanzarlas al aire y hacer malabares con ellas, e incluso con rifles y pistolas y no moriré ni 32

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mataré por eso. Son las intenciones las que matan. Lo mismo ocurre con los videos que todos toman con sus teléfonos móviles. Todo puede ser sacado del contexto. El Otro se ha convertido en el enemigo. Porque el Otro no es una extensión de uno mismo, y eso molesta a los que no quieren pensar, a los que les da pereza reconocer al otro. Se dicen: "¿Pero cómo no puede pensar como yo? ¿Cómo puede escribir lo que escribe? ¿Cómo puede ganar lo que gana? ¿Cómo puede tener el hombre que tiene? ¿Tan feo y con suerte? Seguro tiene ese puesto porque mostró los senos.¿Cómo puede irse a París con el dinero de la federación si es sólo una alumnita de Tedi López que escribe mal? ¿Cómo pudo ganar el premio Aguascalientes, cómo pudo ganar cualquier premio? ¿Cómo le publican tanto? ¿Cómo tiene tantos seguidores? ¿Cómo puede ser guapo, tener tantas chicas, y además publicar en todas las revistas?". Y todos tenemos mil y un respuestas para cada pregunta. Lo importante debería ser si las preguntas anteriores son las adecuadas. Recurro al Libro de Job para contestarles: "¿Dónde estabas tú cuando hice mi proyecto para la beca? ¿Qué hacías tú mientras yo escribía mi libro, lo revisaba, lo imprimía, lo tallereaba, lo volvía a reescribir, lo imprimía de nuevo, juntaba mi dinero, lo ponía en una paquetería, y lo enviaba a un concurso? ¿Qué cosa hacía tú mientras yo me dedicaba a establecer relaciones y contactos? ¿Acaso conoces mi vida y mis actos más que yo?" Aunque también podríamos decirnos, con mucha claridad: "Si tienes pruebas para tus acusaciones, entonces lo necesario es Presentarlas". Pero siempre ha ocurrido que se presentan acusaciones, y pocas veces se presentan pruebas. Porque cuando se presentan pruebas, entonces la comunidad reacciona siempre Abrirse al silencio.

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de otra manera; como ha quedado documentado en la prensa, en los juzgados, en la historia. En cualquier ámbito de nuestra vida, pensamos que las redes sociales nos han puesto a todos en el mismo nivel para la discusión, y no reparemos en pensar que el Otro puede ser alguien más leído, mucho más docto, estar más ilustrado sobre cierto tema. Nos dedicamos a la descalificación amparados en el anonimato que nos permite la comodidad de nuestro ordenador, lejos de todos, para convertimos en aquello que he decidido llamar "machitos de ordenador". Creemos que esa forma de actuar es la democracia, que así se logra la equidad, el equilibrio de las clases sociales. Que todos somos iguales, a imagen y semejanza de ese dios que nos hemos inventado. Y dioses al fin, lo podemos todo, hasta castigar al Otro por no ser como queremos que sean, o como hemos decidido que deben de ser, a nuestro servicio siempre. Qué cosa es la igualdad, tan lejana del equilibrio. Pensamos en entregar derechos humanos para todos, aún para los que violaron los derechos de los otros. El Otro, el Diferente, siempre será el Enemigo: "Si haces eso, te acuso en la red social, si haces lo otro, si piensas diferente, si eres negro, si eres mexicano, si eres rico, si eres político, si eres amarillo, si estás fuerte y eres un presumido y vanidoso con una enfermedad mental que se llama vigorexia, si te gusta el sexo entonces eres un pornógrafo, de moral cuestionable; porque un padre y una madre no tienen derecho a pensar en el sexo, si dices gilipolleces, si respiras sin mi permiso… te acuso en la red social". Porque la Red Social se ha convertido en ese nuevo ídolo en el que todos andamos escribiendo nuestras flaquezas y sangrando nuestras culpas, deseosos de ser leídos, y de ser aprobados por los demás. Y entonces los comentarios se 34

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vuelven mucho más hirientes: "Si no crees, respeta, pedazo de basura atea. Si crees arrepiéntete pedazo de cielo mío". Jamás lo diferente nos había causado tanto miedo como en esta actualidad, y todo lo que se necesita es: "Salir de la red social y continuar con nuestra vida". Porque esperamos — insanamente— que la disciplina y el orden la pongan las redes sociales, pero la ponemos todos vía estos servidores cibernéticos, nosotros somos quienes censuramos. Y así como antes gritábamos: "¡Al ladrón!, ¡Al ladrón!" Nos volvemos como aquella 'chicas' de Salem que acusaban a todos los de la villa: “Su espectro está acá parado junto a mi oído diciéndome cosas vulgares; ayúdenme, quítenmelo, quítenmelo”. Y todos los pueblerinos de la 'red social' corren –dan Me gusta, comparten, recomiendan, retuitean— para socorrerte: “Tú, demonio, porqué asustas así a esas pobres creaturas, porqué no las dejas en paz, no ves que te están acusando”. Aunque nadie vea nada, aunque todo sea una gran mentira, aunque no tengamos si quiera el conocimiento de qué se le está acusando, quienes son los acusados, quiénes los acusadores. Si todos lo dicen, debe ser cierto, y habrá que sumarse. Aplicar lo que en sicología es la Teoría del Conformismo: "Escucho que lo que dicen es incorrecto, pero decirlo me hará diferente, entonces acepto la mentira que todos dicen, para parecer normal y ser aceptado". Y así de ridículos se ven todos, apuntando con el dedo a los Otros: "Tú, le tiraste limonada a esa niña scout; Tú, golpeaste a otro porque eres un guarura malo; Tú, que escupiste al político. Tú, que dijiste que quieres a su hija en tu cama. Tú, que acusas la nueva antología que se lleva 20 autores a Francia; Tú por qué hablas del aborto y ni siquiera eres mujer. Tú, que eres mujer y no te quejas del heteropatriarcado; Tú, que no dejas entrar a la escuela al niño de cuatro años, con su Abrirse al silencio.

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pelito largo y su vestidito de niña, sólo porque tiene pene, pero yo que soy su madre se que quiere ser niña". Para qué aburrirlo, piense cuántas veces se ha sumado a esas cacerías de brujas vía un video, sin saber de qué va el asunto. En estas lecturas morbosas nos pasamos gran parte de las horas de todos los días. Los creadores igual nos alimentamos de toda esta parafernalia, y tal como indica Ítalo Calvino en sus propuestas para el nuevo milenio (que es ahora), deberíamos ser capaces de apropiarnos de estos medios y de esta tecnología para poder reencontrar el camino de nuestra creatividad y creación; marcando y disponiendo de esos nuevos temas y espacios para nuestra literatura. Medir el impacto de los medios electrónicos en la sociedad: "Violan a una joven menor de edad, el padre de la joven hace un trato con los violadores y sus familiares, los filma en video, y un año después los violadores rompen el trato —a decir del padre de la víctima—, y entonces pone una demanda. Mirar las novelas de todos los días que aparecen en las redes sociales. Los fracasos de pareja, los rompimientos, los nuevos encuentros, aquellas chicas y chicos que se suicidan, o que se desnudan frente a las cámaras. La censura pública que quieren imponer no es más que leña para hacer arder más la llama de nuestras conciencias, como aquellas hogueras en que quemaban brujas. Cuando menos lo esperan, este seguir "censurando dislates" les cobrará factura en cosas que ustedes mismos quieran, o hagan, porque, no pueden olvidar que ustedes también son El Otro de muchos de sus contactos.

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Dudar del amor romántico no es lícito dudar de la realidad del amor ni de su importancia. Schopenhauer

Continuamente me he encontrado en las redes sociales con definiciones sobre el Amor. Como el Concepto que es, cada quien lo explica de diferente manera y tiene una distinta definición; por ello mismo no es posible que se pretenda establecer una clasificación sobre algo que no puede ser definido de la misma forma por dos. Entre esas búsquedas, alguna parte del feminismo, más allá de esas definiciones se lanzan sobre el Amor Romántico arguyendo que en él se encuentra la prisión para el ser humano, en especial la prisión sobre la mujer. Indican que la mujer debe liberarse del 'amor romántico' para poder liberarse de los yugos que las han hecho y las hacen débiles. ¿Mujeres débiles? No las conozco. Mujeres que han sido sometidas, que han sido pisoteadas desde la infancia, conozco muchos casos, como de infancias duras y terribles para niños y niñas por igual. La debilidad entonces no está en los genitales, sino en las intenciones de los que pretenden someter y los que son sometidos. Quien puede someterá a quien sea más débil que él: Hombre sobre hombre débil, Mujer sobre hombre débil, Hombre sobre mujer débil, Mujer sobre mujer débil, Hombres y Mujeres adultos, sobre niños o niñas, Gobiernos sobre pueblos, Tiranos sobre pueblos, Dictadores sobre pueblos; en fin, todos aquellos que pretendan someter a alguien que se sienta débil. Y esta debilidad no únicamente se ve dibujada en lo físico, se ve en lo mental, en lo espiritual, en lo económico, en la sensibilidad. Donde no hay libertad, no hay amor; sentir o saberse dependiente de alguien, siendo un adulto, habla de Abrirse al silencio.

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inmadurez. Donde hay opresión no hay amor. Donde hay chantaje no hay amor. El amor es libertad sobre uno mismo. El amor es una expresión personal. El amor se entrega, fluye, se expulsa hacia afuera. No es una energía que entra a nosotros y nos haga funcionar, el amor se genera desde adentro, no es receptor sino promotor, surge no se ingiere. Se expele, no se recibe. El amor es unidireccional, va de mi hacia los demás, y no necesita un agente externo para formarse en mí. Cada quien emite el amor, lo irradia; somos fuentes de amor, que en ocasiones, por cuestiones sociales nos vamos limitando y secando, secando. Es posible que existan detonantes que nos hagan hacer surgir el amor dentro de nosotros, un beso, una caricia, un atardecer, un buen trato, una mirada, una palabra de comprensión, una palmada en la espalda cuando la necesitábamos, pero siempre se consolida ese surgir nuestro amor, y una vez que surge, no necesita seguir siendo alimentado como si fuera una fogata. El amor no necesita ser correspondido, no pretende ser recíproco. Uno ama, y no debe pensar si es amado. Pensarse amado, creerse amado, creer que alguien que creemos amar no nos ama, y sentir dolor por ello, o sentirse débil es el colmo de la vanidad, de la soberbia. No existe Amor Romántico y Amor Libre, el amor no tiene clasificaciones, como constructo que es, cada persona lo pueda definir a su modo, porque lo siente. Es indefinible como convención; surge desde muy dentro de cada uno y solo Es. Yo me di cuenta cuando mis hijos nacieron, fue el detonante. Entendí que los amaría siempre aún en contra de ellos mismos. Mis hijos pudieran no amarme, pudieran incluso odiarme, o negarme como es natural que lo hagan, y yo seguiré amándolos. Así descubrí que el amor es unidireccional, va de mí hacia ellos. No espera reciprocidad para seguir surgiendo; y así es como 38

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debo amar a una pareja, en mi caso a una mujer. Amar de mí hacia ella, como amo a mis hijos, con todo mi corazón, luchando porque mi pareja siempre esté confiada, contenta, plena. Si nos dedicamos a pensar: "Mi vida está incompleta porque ella o él no me ama", estás cometiendo un terrible error por no saber amarte. Si tuvieras que decir: "Ella o Él me dejó por otro/otra, ¿por qué lo hizo, si yo lo amo?" Realizamos un acto de soberbia, vanidad, alguien que no ama y solo quiere ganar el amor del otro, porque cree que lo merece. Alguien que cree que merece ser el elegido para la otra persona. Esas personas son falsas, no saben amar, porque nunca han sentido el verdadero amor, sino la expresión de su vanidad y soberbia. Los celos no son signos del amor sino de la falta de valor en uno mismo, que suceden por la falta de acuerdos en el desarrollar una relación. Las relaciones de pareja no surgen a partir del amor, no seamos vanos: surge por el deseo, por el gusto, surge desde los ojos, y sobre los estereotipos de lo bello en cualquier sociedad en la que nos desarrollemos. Él me gusta, Ella me gusta. Me excita, lo (o la) quiero para mí; nos apropiarnos los unos de los otros para sentir que nos corresponden, creerlo porque somos vanidosos. Yo creo en el amor de Dante por Beatriz. No en amores que piden reciprocidad, no en amores que esperan ser correspondidos, no en amores que necesiten adorarnos, no en la necesidad que tenemos del otro. Una pareja no es una necesidad, tampoco nos es necesario el sexo para pensar en el amor. El sexo no tiene nada que ver con el amor, ni con el romance. Uno puede conseguir sexo por teléfono, como se piden las pizzas, puede disfrutar del sexo como se disfruta de un cigarro, una canción, de un video juego. El sexo no es algo inherente al amor. Se puede tener Abrirse al silencio.

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un gran sexo y no tener amor por alguien. Las relaciones de pareja se consolidan respecto a los acuerdos, respecto a querer estar en pareja, en aceptar dónde se está parado y qué se quiere ofrecer o se está dispuesto a recibir. En una relación de pareja pueden amarse entre sí, pero puede amar solo una parte, o no amar ninguna, y esa pareja puede ser funcional, con base en acuerdos, para perseguir esa felicidad. Por eso son posibles las relaciones múltiples, todo se basa en acuerdos. Una chica que vive y tiene sexo con dos chicos, o tres chicas, o tres chicos, o un chico y dos chicas, y las relaciones que logren consolidarse, siempre y cuando acepten los acuerdos que se hayan establecido El individuo es el núcleo de la sociedad, y no la familia. Familias las hay de muy diferentes formas, de toda la gama que nos permita la diversidad. Siempre pensando como adultos y diferenciándonos de la decisión de tener descendencia, de tener hijos, en cualquiera de esos grupos diversos que se han formado, los acuerdos deben permitir desarrollar el quién o quiénes se van a hacer cargo de esos infantes. No se debe permitir a la sociedad juzgar esas relaciones de pareja o de la diversidad; permitirlo habla de esa debilidad de miras de los que conforman la pareja, el trío, la sociedad grupal que está formándose. Los acuerdos deben incumbir solo a quienes deseen ser parte de ese todo. El amor es superior a ello, porque ya hemos dejado claro que el amor es unidireccional, va de mí hacia los demás, de ti hacia los demás, y no espera ni ser recibido, ni se alimenta del amor de otra persona. Recordarlo siempre: Un hombre puede vivir con muchas mujeres, siempre y cuando todos estén de acuerdo en que eso es lo que quieren, y no porque alguien es forzado a ello. Una mujer puede tener muchos hombres, en cuanto todos puedan aceptarlo, y que no vivan violentándose, 40

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porque no existe la propiedad privada del amor. Una mujer puede tener a otra mujer, o a varias, si así lo han decidido. Las parejas pueden decidir sobre compartir su sexualidad con otras personas, si saben aceptar lo que desean vivir y sentir. En toda relación uno no debe hacer lo que el otro y otra quiere, sólo por agradar; tiene que hacerse responsable de sus actos y saber siempre donde se está parado; y si no pueden ser parte de ello, es mejor que no participen. Pero en nada de eso existe más amor que el que uno debe tenerse hacia uno mismo. Las imposturas del amor son constructos sociales, que intentan definir lo indefinible. El amor surge desde uno, se da sin esperar ser recibido, aquel al que lo doy puede no importarle, y eso no hará que yo deje de amarlo, que yo deje de amarla. Mi amor, como en el verso de Díaz Mirón, será un ave que cruza el pantano cuyo plumaje no se mancha. 1.3.2 Diversidad sexual y feminismo retardado El mito de la Reyna Bruja Sabemos la historia de aquella niña feliz, cuya madre muere, por lo que padre se casa con otra mujer. Al paso de los años, el padre muere y entonces ¿qué será de la niña huérfana? Esta historia de niños y adultos siempre nos es interesante, sobre todo en una época, en el que el matrimonio vuelve a verse a la ligera. Aquella parejas que se casan y desde ese mismo día saben que poseen la llave para decir: "si no me va bien, me divorcio y listo", y se sienten seguros de que eso es la libertad. Si todo fuera tan simple. Lo interesante es saber entonces cuál fue la razón del matrimonio, habiendo tantas otras formas permitidas de unir los caminos, las esencias, los cuerpos, ¿para qué llegar al Abrirse al silencio.

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matrimonio? Pero se llega y se sale de él con la misma determinación irresponsable. Lo trágico de esta historia, son los infantes que han sido concebidos bajo esa dualidad que así lo decidió. Podemos pensar en el caso de la niña huérfana (los dos padres han muerto), pero aquella mujer/hombre que nunca fue su madre/padre (la madrastra/el padrastro) deciden tener un nuevo hombre/mujer y darle nuevos hijos, al formar un matrimonio. ¿Y los niños del anterior matrimonio a quién le pertenecen en esa nueva familia? A nadie, quieren decir muchos, a la familia, piensan otros; a ellos mismos, digo yo. Como padres debemos saber que podemos faltar a nuestros hijos, y enseñarles que como individuos son el núcleo de la sociedad. Sin embargo, alguien debe hacerse responsables por ellos. Pero si esta responsabilidad viene desde el amor, la cosa siempre será mejor para los infantes. Le cumplo a mis hijos porque los amo. Pero si aquellas parejas no aman a los hijos de sus parejas, seguro no los querrán conservar. Tengo cuatro hijos, con tres mujeres distintas, y a mis cuatro hijos intento darles por lo menos lo económico, y sin enojarme por hacerlo, sin sentir que son una carga, sin sentirme el mejor padre del mundo por hacerlo, sino al menos sabiendo que quiero para ellos lo mejor, y eso me motiva todos los días. No me gusta pensar en mis hijos como una responsabilidad (para eso están los juzgados, las leyes para obligarnos); si como padre solo cumples por responsabilidad entonces no los amas. Uno debe amar a sus hijos, decidir su nacimiento, planearlo junto con su pareja. Recuerdo aquella alumna que se inyectaba agua (con una amiga enfermera) porque le había dicho a su novio que quería tener un hijo, y como él no quería, ella iba a embarazarse sin decírselo. Que diferente mujer es aquella que me contó que decidió tener hijos cuando así lo quiso, pero no quiso jamás tener un esposo ni 42

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un marido. Había decidido ser madre soltera, y así se lo hizo saber a aquellos que decidieron embarazarla. Los acuerdos. Pero la sociedad está llena de esos personajes del cuento de la pobre huérfana: Reynas, Brujas y Madrastras, Blanca Nieves y esos Espejos de todos los días que no son más que los varones de las tan citadas Reynas. Porque nadie se pone a pensar en qué ha sido de esa "nueva mujer" que fue desposada por el padre de aquella chica, de aquel crío. Nadie se pone a pensar en la historia de vida de aquella madrastra de Blanca Nieves. Esa obsesión por su belleza, ¿de dónde le venía? De haber sido en la infancia relegada, abandonada, lastimada, maniatada: "Nadie te va a querer, por fea, Nadie se va a fijar en ti porque diste un mal paso, Nadie te va a tomar en cuenta porque no eres virgen". "Las mujeres que no son vírgenes son como copas vacías", dice el poeta; Cómo me dan pena las abandonadas, cantan por otro lado. Pero el padre de aquella Blanca Nieves la encontró linda, y la quiso amar, y la quiso tener en casa, y quiso casarse con ella, y sí, tal vez pensó: "¡Te va a encantar mi hija!" Y sí, tal vez aquella 'madrastra' fue feliz, y decidió crecer a esa hija que no era fruto de su vientre. Y sus complejos comenzaron a pasarle factura: "¡Cómo me veo!", le preguntaba a su esposo, como seguro le preguntó a todo hombre antes; "¿Aún te parezco linda?" Y he ahí entonces quién es la metáfora del Espejo: los hombres, el otro de aquellas mujeres necesitadas de aceptación, que no son todas. Porque así como hay mujeres que disfrutan decirle siempre al novio: "¿Cómo me veo?, ¿Cómo me queda esta falda? ¿Quieres que me corte el cabello?"; las hay que se obsesionan y dan aquel terrible paso hacia la angustia, para que aquellas preguntas de "coqueteo" se vuelvan una "obsesión". Mujeres que en ocasiones matan a sus hijos porque el novio iba a dejarlas: Abrirse al silencio.

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"Es que no soporto a tu hijo"; "Todo está bien, me gustas mucho, pero tienes hijos y yo no quiero cargar con ellos". He ahí, dentro de la Obsesión, el nacimiento del EspejoHombre-Novio-Amante-Esposo: "Espejito, espejito; ¿quién es la más hermosa del reino?". Y hay que buscar de dónde vienen esas obsesiones, cómo es que se desatan, como pasan de aquel coqueteo de: "Te gusta mi vestido"; "Pues la verdad, no te queda tan bien"; "Pues ni modo, porque a mí sí que me gusta", y listo, prueba superada. Lo que debería ocurrir. Pero dentro de la obsesión, el dolor de no Agradarle a su hombre (o a su pareja, en todo caso, no limitemos el género), se vuelve una enfermiza obsesión. Si las analizamos, nos encontramos con mujeres (u hombres) que han sido maltratadas, vilipendiadas, acusadas por una visión estética de cortas miras: Tener una pareja se vuelve necesario para cuestionarle siempre: "Soy yo la más bonita del reino"; "¿Cómo me queda esta falda, este vestido?", "¿Te gusta mi peinado'?", y sufren con una respuesta negativa, sufren con un alejamiento, tienen miedo de perder a la pareja. Y entonces pueden convertir a la mujer en alguien frágil. El cuento nos narra eso. Una mujer entrada en la madurez que necesita la aceptación de los hombres a su belleza, la aceptación del Otro sobre su forma de ser, vestir, comportarse, una mujer necesitada de afecto, necesitada de palabras y de que le hagan la corte. Les es necesario tener un varón domesticado (leer a Esther Vilar) que responda siempre: "Si, lo eres. Eres la más hermosa de todas". Pero esa pareja-hombre, al ser dentro de esta 'Verdad-Mito', tan solo un Espejo, tan sólo sirve para repetir lo que ellas mismas piensan y quieren de sí mismas (pasan del miedo, a la soberbia, al autoritarismo); entonces nos encontramos con otra faceta de este comportamiento social que quieren 44

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imponer en la mujer: No sólo está necesitada de afecto porque no se lo dieron en la infancia, sino que ahora, esa aceptación va formando y deformando un carácter plegado en dos objetivos: 1) si no le gusta como soy, lo obligaré a que le guste; 2) si le gusta como soy, es porque soy la mejor, y eso deben pensar todos. Eso las convierte —desde esta perspectiva machista judeo-cristiana medieval— en frívolas, recias, duras, vanidosas, sin corazón: "Brujas". Y qué mejor estereotipo para estas Brujas que las Madrastras, esas que jamás serán las Madres (símbolo de la más grande pureza, impuesta por el cristianismo: la virgen madre de Jesucristo, inmaculada, que está ahí para interceder por nosotros). Luego entonces la Madrastra tiene que ser Bruja, y el Padre que se casó con la Madrastra porque no pudo con la soledad, es un Fauno Libidinoso, incapaz del control de su soledad, que deja todo en manos de su carne, desposando a esa Mujer-Madrastra-Bruja para satisfacer su deseo sexual, pero que jamás amará como amó a su Esposa (bajo un sacramento divino), jamás la amará como madre (no es ni será jamás la madre de sus hijos). Y entonces dejamos a la víctima del cuento a lo más débil, la niña que se hace jovencita, y que además es huérfana; representada además como la "virgen". La joven va creciendo con un parecido a su madre (la máxima belleza, la máxima bondad), que tiene que ser odiado por ese "ente maligno" que tiene que ser la Madrastra-Bruja. Ese Espejo entonces nos muestra a una mujer que se cuestiona a sí misma. "Espejito (YO, Mi Reflejo) ¿Quien es la más bonita del reino?" Al desdoblarse en la misma historia, la Reyna-Bruja es también la mujer que se siente aún joven, y se sabe lista y poderosa para competir con la niña (que no es su hija) y va creciendo. La ella que se esconde muy dentro, en el pasado, o en el futuro Abrirse al silencio.

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ilusorio alejado de lo que se tiene como formación educacional, el anhelo del inconsciente, esa que se fue, la que se quiere ser, la otra que envidia la belleza de la juventud que antes poseyó y que ahora la está abandonando (o eso, al mirar el tiempo solo como un acto de envejecer, porque no se mide con los ojos de la experiencia sino con los ojos de la vanidad), la contrincante. Una Misma en su idealización. El espejo responde: "Una más bella existe, Reyna, su nombre es Blanca Nieves" (el Yo, Mi reflejo diciendo: tu juventud, tu animo, tu fuerza, eso que te procura la belleza, y que no está montada en la soberbia en la que tú estás). Esto entonces solo genera odio, rencor, afán de competencia y destrucción. Y la joven Blanca Nieves escapa, corre al bosque, el neblinoso bosque que es la vida, la libertad, pintada en la oscuridad como ese laberinto de bestias que la quieren atrapar, la rascan, la arañan, la aterran, pero que al serenarse después de la caída al suelo, al lodo, y mirar bien con sus ya adaptados ojos a la oscuridad, observa la belleza de lo natural, porque lo natural es correr a lo desconocido. Y el Espejo (el Yo, Mi reflejo) dice: "Una más bella, Reyna, la joven Blanca Nieves es más bella que tú". Y sólo son las palabras y los juicios de la sociedad que entran a la cabeza de esa mujer: "Eres sólo la madrastra, nunca serás la madre, nunca serás la primera esposa, jamás serás mejor, jamás serás como aquella, eres sólo una suplente, ahí viene la hija a quitarte lo que creíste poseer". La bruja Reyna entonces (envejecida en la soberbia) dice: "Tráeme su corazón, limítala, mátala, destrúyela, arranca la juventud, la aventura, la diversión". Desaparecida Blanca Nieves, embotellada la mujer joven, apresada en el veneno de la manzana (el sexo, el erotismo, la comunión cristiana, los encierros, los conventos, los internados, la culpa) se puede quedar sola con 46

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la Soberbia, para la dominación del otro, de la juventud, de la pareja y gritar: "Tú, varón, solo eres el objeto para que yo me mire, y que siempre tendrá que decirme que Soy Linda, Buena, la más Bella del Reino, porque eres mi Espejo, para eso te escogí, y si no lo dices, te sacó de mi vida, y encontraré a otro que sí me lo diga; soy yo la que me lo aclaro todos los días. Y eso que puedo controlar, es lo que quiero; no quiero el laberinto del bosque, no las correrías ni los cantos, no el amor romántico, no los príncipes azules. Traedme su corazón. Mandar a los cazadores, ordenarles, tenerlos a los pies. Espejito, espejito: quien es la más bonita del Reino. Tú, mi Reyna, eres lo máximo, y esa es su redondeada esfera de felicidad". Esa Soberbia, esa Necesidad de Aceptación que es el Castillo de su propio envejecer en las ideas, envejecer y consumirse, como en aquel cuento de Clarice Lispector: La partida del tren. ¿Para qué la experiencia de la juventud?, esa que siempre ofrece asombros, ¿para qué? Si puede terminar por lastimarnos (por vez primera, o lastimarnos de nuevo). Se puede crecer, amarrar a la conciencia, desaparecer los dolores de la infancia, las angustias de la juventud, y quedarse Libres en la edad Madura, creyendo tan sólo en la Soberbia. Aprendido el tropiezo del amor de juventud, me queda la Soberbia: "Yo lo puedo sola, construirme el castillo, tener a mi espejo-pareja, bien tranquilo para que siempre me cuente de Lo bella que soy, lo maravillosa que le parezco; los dos acá, encerrados en el castillo, donde controlo mi reino, controlo a los otros que son la vida, donde controlo mi Superioridad sobre el otro que me rodea, la otra que no se me puede escapar: "Traedme su corazón".

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Premisas para un equilibrio. "Pero en esta concepción el cuerpo es la maldad, es el pecado, lo que condena al hombre, ya que la mujer ni siquiera tiene alma." Santo Tomás

¿Leyeron el epígrafe? Bien, vuélvanlo a leer, y léanlo cuántas veces puedan leerlo hasta que logren comprender algo muy sutil: Eso de los padres de la iglesia y su sabiduría es todo un insulto. Porque bien pareciera que estos sabios pensadores, que nos han entregado en la educación occidental, lanzaban sus frases y sus sentencias para demostrarse a sí mismos como unos machistas tontos: “La mujer ni siquiera tiene alma = la mujer es una desalmada = la mujer es un animal = los animales no tienen alma”. ¿En esta educación han decidido crecer a sus hijos? Ir en contra de Santo Tomás es lo mismo que discutir con un tonto, te convierte en su igual; y ante estos ideales yo no quisiera ser como Santo Tomás y tener que decir que la mujer ni siquiera tiene alma. ¿Acaso no una mujer me dio la vida? ¿Acaso mis cromosomas no están compuestos en parte de mi madre y de mi padre? Pensamientos como el anterior que está como epígrafe no son más que simbolismos, y para los símbolos es que los seres humanos nos agrupamos en sociedades, para tener símbolos que nos representen el colectivismo, el gregarismo. Y así, llegamos al hoy y a toda la batalla que algunos han decidido crear entre el bien y el mal, lo negro y lo blanco, esas dualidades: rojos y azules, norte y sur. La realidad es que el bien y el mal son la misma cosa, el uróboros que no deja de morderse la cola hasta el infinito, y a ratos somos buenos como al rato somos malos, con todos 48

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sus gradientes de 'valemadrismo' así como de personitas bien portadas. Si todos los entes, los seres vivos somos igual de capaces para la maldad como para los mayores actos de humanismo, aquellas cosas buenas que las sociedades intenten convencernos respecto a la moral, podremos decir (con Santo Tomás) que sí hay mujeres desalmadas, pero añadir que es lo mismo para el otro género: igual hay hombres desalmados. Concentraciones de testosterona, concentraciones de estrógenos, deben ser los factores a medir sobre la agresividad; pero para la agresividad existe el control de las acciones, el autocontrol, y de esta forma hay que encontrar las primeras respuestas a los actos que nos intrigan de una persona en el cómo le fue a cada quien en la infancia. Hay mujeres buenas como hay hombres buenos, en todos los gradientes. De esta forma la maldad no es una cuestión de genitales sino de oportunidades. Y es por ello que no podemos perder de vista las siguientes premisas para aceptarnos, si aceptamos primero que aquello de la Equidad es una muy corta aspiración, y que lo único real es el Equilibrio en las sociedades como en los individuos. 1. La maldad no viene en las hormonas sexuales sino en la mala educación, y en los malos tratos. Que cada quien reflexione en el cómo fue educado, en quienes lo educaron, en el cómo ha educado a los suyos, y aquello que todo el tiempo lo influencia. 2. Mi dios es un dios de amor que no mira los genitales de sus creaturas sino sus actos. Cada quien su religión, de acuerdo a su propia imaginación (Fe); pero siempre preferiré un dios que busca la armonía a los golpes de todos los días; mi dios no es vengativo, ni es de aquellos que abandona; porque no se mide con parámetros humanos. Porque en el respeto al otro está la tranquilidad social. Mi Abrirse al silencio.

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dios lo sabe, y aquel libre albedrío es parte de su amor. Todos los incurables tienen cura… dice el poeta. 3. Es en el semen que otorga el hombre en donde se encuentra el otro cromosoma X necesario para la carga cromosómica XX que define fenotípicamente a una mujer. Semen que no sirve para nada más que alimentar a los espermatozoides, y de vehículo para alcanzar la meta que es el óvulo de la mujer. Si el óvulo y el espermatozoide se complementan para dar lugar a un ser humano, ¿cómo entonces pretendemos que no somos complementarios? Dejemos atrás aquella tontera de que por tener "testículos" se debe ser odiado por las mujeres. Terminemos con aquello de “esa chica dice estar enamorada, es rehén del patriarcado”; sean inteligentes y asómense la biología celular, a los estudios cromosómicos, a la endocrinología, a la neurociencia. Disfruten el cómo ocurre la maravilla de la unión entre un óvulo y un espermatozoide, como se diferencian los cromosomas que forman a los humanos, y griten ¡Vaya!, cuando miren que del mismo testículo puede venir el cromosoma X y el cromosoma Y, que necesitan aparearse con los cromosomas X que vienen de la una mujer (XX). De esta forma las mujeres son bien mujeres por ser homocigotas, y carecer de cromosomas Y, (la perfección), mientras que el varón siempre será mitad mujer (por tener su cromosoma X), y no alcanzará la perfección. 4. La generalización de los argumentos es el inicio del error. Ese se explica solo, lo saben bien. Y siempre que alguien vuelva a esa aventura de que por ser hombre es malo, y por ser mujer se es buena, piensen en ese dragoncito que se muerde la cola, y vuelvan a repasar estas premisas y dejen de estar haciendo alarde de su ignorancia. Ciego también es aquel que no quiere ver. 50

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Ella soy yo. Son muy citados los: “no te debes de entregar al sexo porque la virgen María se ha sacrificado por ti y perder la virginidad fuera del matrimonio es un insulto a ella y a su hijo muy amado”. Ese cuento de la madre abnegada, pasiva, callada, es la peor historia que nos vende la jerarquía católica, que no llamaremos iglesia. El poder brindado a una clase sacerdotal (hijos de mujeres) para la ruina de las mujeres (a quienes no conocen en la sexualidad, según sus reglamentaciones). Creer que una madre es capaz de ver que crucifiquen a su hijo y no hacer nada. Creer que una madre (y hay que establecer que Madre no es la que Pare, sino la que decide Tener al hijo y cuidarlo) no haga nada mientras su hijo es castigado, ofendido, martirizado, es una injusticia al valor de toda mujer que quiso traer un hijo al mundo, con todo el esfuerzo que ello representa: los cambios corporales, hormonales, físicos, sentimentales, de ideales, de sueños, el reacomodo de sus pensamientos para saber que desde ese preciso momento en que ha aceptado tener al hijo, las cosas ya no serán iguales. Porque toda mujer se dejaría matar antes que permitir que lastimen a su hijo. Por ello es que esta versión de la biblia, tan manoseada por el paso de los siglos, es la principal cadena, el principal grillete de la mujer, como de la sociedad. Más no lo es la biblia, como el manoseo y la mala interpretación de aquellos textos. La mujer tan llena de contradicciones que los libros de la Biblia nos pinta. Una mujer le corta la cabeza a un rey, una mujer pisará la cabeza de la serpiente, una mujer es elevada viva al cielo, una mujer busca y persigue al profeta Elías. Mientras una mujer frente a Salomón, es capaz de regalar su hijo a otra mujer, con tal de que no lo partan a la mitad, con tal de que la criatura no Abrirse al silencio.

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muera, enalteciendo la sabiduría de aquel rey, otra es capaz de regalar a su hijo al templo (Samuel) para seguir con su hombre al que no le podía dar hijos. Una mujer acepta ser madre siendo virgen, otra mujer acepta ser madre siendo anciana. La mujer que nos vende el nuevo testamento (lo dicen falsamente, hipócritamente, persiguiendo obtener un poder con el manoseo de la historia), pasivamente mira como matan a su hijo y sólo sufre con abnegación, porque un profeta ciego le había dicho: “una espada traspasará tu corazón”, ¡la gran mentira!, ¡el gran grillete! Hoy esa espada sigue atravesando el corazón en cada uno de esos pasajes del día a día en que una mujer no sabe quién es en esta sociedad, quién es para esta sociedad. ¿Quieren ser cómo esta mujer que ha creado la iglesia?, ¿dónde quedan los amoríos de Magdalena y el Cristo?, ¿dónde la descendencia del pecado y la culpa? Jesús debe sentirse avergonzado de que el gran impostor de Pablo (aquel judío que perseguía cristianos y que luego fue convertido), el homofóbico, el misógino, haya pintado a esta mujer de la cual se han apropiado las instituciones de la Moral para someter a la 'perfección' de nuestra especie que son las mujeres. A los romanos les convenía; no tener que enfrentarse a más Cleopatras, no más Mesalinas, no más mujeres como Esther ni como Judith, acabar con esa mujer fuerte, y gozar a la mujer que no habla, que sabe callar, la mujer florero, la mujer paisaje. Aprovechar esa "manoseada palabra divina" para someter su espíritu y su inteligencia, su sensibilidad y su erotismo, y condenarla. "Sólo tú podrás pisar la cabeza de la serpiente". Cómo nos la ha representado Pier Paolo Pasolini en su Evangelio según Mateo, toda la lujuria despertando en el rostro de la actriz que interpreta a María durante la infancia, esa niña de 14 años embarazada por obra del espíritu, que 52

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corre a ver a su prima que ya espera a Juan el bautista, con esa fortaleza de mujer que señala: "hágase en mi según tu palabra"; y que en el mismo filme se vuelve sombra traslúcida del evangelio, cuando Jesús se hace adulto en la cinta, y se ve a María de nuevo con su ancianidad a cuestas, y puede pensarse que quizá el poeta-director, para poder entender esa pasiva actitud de una madre, plantea que solo sería si la madre fuera una anciana decrépita, y por eso la pinta de esa forma, con el riesgo que corre perder la temporalidad de la historia que nos cuenta, porque el personaje de la virgen María, en solo treinta y tres años que han pasado —la edad de su hijo Jesús al morir—,envejece hasta ser una mujer de más de setenta años. Una mujer de 45 años, hubiera luchado con todo para liberar a su hijo. Lo anterior ha repercutido en la muerte de tantas mujeres por la violencia de los hombres. Es claro que por querer dominar a la mujer y hacerla menos, la iglesia nos ha vendido la historia de la virgen María como una mujerpaisaje, como la mujer que nunca luchó por la liberación de su hijo ante la crucifixión, y caminó el vía crucis llorando derrotada. Ni la madre de cualquier asesino estaría tan tranquila si ve que a su hijo lo martirizan; ¿por qué?, simple, cargaron nueve meses a ese niño en su vientre y decidieron tenerlo, traerlo a este mundo; le limpiaron la cola cuando se hacía caca, le vieron aprender a caminar, decir las primeras palabras; con orgullo lo vieron convertirse en hombre, ése hombre que puede pararse ante miles y decir “Bienaventurados los pobres de espíritu...”, ¿cómo creer que a esta madre no tuvieran que amarrarla para evitar que se tire a los pies de los verdugos para liberar a su hijo? El segundo punto que suma en la muerte de tantas mujeres es el hecho de que en este país, el desprecio hacia Abrirse al silencio.

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los pobladores naturales se ha mantenido y es increíble el mal trato que se les dispensa. Las etnias no significan nada para grandes sectores de la población, en diferentes puestos de gobierno, en diversas instituciones, en diferentes sociedades. Baste leer el folclórico cuentario "El Diosero", de Francisco Rojas González, que disfrazado de etnólogo, pinta a los naturales como tontos, como llenos de supercherías, burlándose en cada cuento de sus tradiciones, costumbres que simplemente no comprende, y se le hace divertido plasmarlos con ese punto de vista. Y desde esas mismas visiones los primeros sacerdotes, los primeros obispos mexicanos miraron todo lo que les era extraño como diabólico, y aprobaron, aplaudieron e incluso muchos de ellos se beneficiaron de su explotación, matanzas, y sumisión a la que fueron sometidos los pobladores naturales de nuestro México. Y cuando ellos se cobraban alguna ofensa, porque veían que como humanos, igual podían sentir el derecho de cobrar venganza (observe usted lo que ocurriera en el sureste de México con la llamada Guerra de Castas que se fue alargando por casi 50 años); para que no se levantaran, para que pudieran ser maniatados inventaron a la virgen de Guadalupe, que nos la venden pintada en nuestro color de piel, nos obligan a quererla, nos invitan a valorarnos como ella, a espejearnos y a hacernos pensar que ella es nuestra madre natural, celestial, la misma que durante tantos años hemos tenido a nuestro alcance. Y este sincretismo no ha sido más que otro grillete para generar dominación, decir que la virgen, en un acto de piedad, se ha hecho morena para parecerse a nosotros. Uno tiene que mirar las cosas con malicia: "Una 'diosa' de los europeos, se hace morenita y toma de mandadero a un tal Juan Diego, y lo trae de un lado a otro cumpliéndole sus caprichitos"; y con eso, evitan los 54

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levantamientos de las etnias, "que los indios hagan reverencia a este modelo de mujer morena", haciendo que el postulado de la iglesia en México sea: todos tienen que ser como el indio Juan Diego, sumisos y obedientes. Dos factores apreciamos de entrada como precursores de la violencia: Menospreciar a la mujer, menospreciar a los pueblos originarios, que da como resultado que aquellos que detenten cualquier puesto de poder (desde sólo la fuerza física hasta un puesto gubernamental), miran a todo lo que está por debajo de ellos, como "lo débil", que puede ser utilizado como un objeto, dejando de lado el remordimiento, la conciencia, los valores, porque para ellos son simples objetos que pueden ser sacrificados, vilipendiados, lastimados, sin importar, porque no los consideramos seres humanos. Ese pensar en el Otro como algo utilizable, ese Otro por debajo de nosotros. Y desde esa hipocresía citadina, se puede mirar la malicia plasmada en El Diosero que va permeando civilizaciones, que va siendo mirado por generaciones, sin que se le cuestione. Todo indio irá feliz a su reservación, toda lengua original caminará al olvido, todo apellido indígena que sea castellanizado. El indio Tizoc (película de Ismael Rodríguez) es más real; porque luego de deslumbrarse con la niña María, se dice a sí mismo: "Prometiste ser mi esposa, ahora me cumples; nada de que Yo no sabía de tus tradiciones de entregar pañuelos; si no sabes de mis tradiciones, para qué vienes a mi tierra, ¿acaso sólo vienes para explotar a nuestro pueblo y nuestros recursos naturales?". Y en el punto más alto de su sentimiento, Tizoc puede decir gritando, y elevando el pecho con orgullo: "¡Este indio no quere bendición!", amenazando Abrirse al silencio.

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al sacerdote católico que sube la montaña tratando de convencerlo de calmarse y entregar a la niña María. Esas son las mujeres que nos quiere entregar la jerarquía católica, las jerarquías de todas las religiones cristianas. Mujeres envases, mujeres puentes (sirven para encarnar dioses, sirven para interceder por nosotros, pero nada más). Esa visión de la jerarquía eclesiástica, en que todo se ha podrido, como la historia de los cristeros, en el abandono, el oprobio, por la demencia del poder. Estos dos puntos tan importantes han hecho que la mujer y las etnias no signifiquen nada para la historia de México. ¿A quién entonces puede importarle las muertas de Juárez, las niñas abusadas por extranjeros en Tijuana, en Acapulco, en Cancún, las muertas de Mérida, de Chetumal, de Ensenada, de Santa Cruz Pinto; las mujeres secuestradas en Tlaxcala? Si la sociedad, no sólo el gobierno, no se cansa de contradecirse: "aquellas feministas más recias, las que consiguen los logros son unas machorras", eso dicen de la futbolista Maribel Domínguez, de Ana Guevara, de Soraya Jiménez (qepd). Bromas que todos aplauden como: "dicen que Ana Gabriela Guevara corre rápido porque de chica sus primos la retaban diciendo: vieja el último, y ella se hizo rápida pa no ser vieja", y nos causa risa. La burla constante sobre las minorías. Burlarnos de los pueblos originarios, de las mujeres, de los débiles visuales, de los homosexuales. O lo contrario que es igual de malo (ya lo decía Nietzche) la victimización, la caridad vía la lástima: "Pobrecitos niños, son autistas, pobrecitos padres son unos mártires porque tienen a su hijo autista". No ha sido sólo una vez que me ha tocado escuchar a una mujer (madre divorciada o madre soltera) decir: "Yo no tuve la culpa de tener a una hija idiota", en referencia a que su hija había sido 'diagnosticada' 56

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con trastorno de déficit de atención, o autismo, o cualquier cosa de esas que están 'bien de moda', y de las que muchas parejas, o mujeres u hombres apuestan en la victimización. "Mi hijo comenzó a pegarle a las personas, lo tuve que llevar al paido siquiatra, porque no es normal que un niño tenga ese comportamiento" —¿Y qué edad tiene tu hijo?— uno se atreve a preguntar, para escuchar esta respuesta: "Va a cumplir un año. Pero desde que su padre se fue de la casa, y comenzamos los trámites del divorcio se ha visto totalmente afectado. Se nota que a mi hijo le está afectando que su padre ya tenga otra mujer". Qué cosa puede uno decir ante semejante respuesta. ¿Es el niño el que necesita ayuda sicológica para aceptar el divorcio o ella? ¿De qué niño hablamos si no ha cumplido un año, es apenas un bebé? Desde la Constitución Política se habla de la diversidad cultural que nos ha formado, y parece que no es así, que se trata de letra muerta; que la discriminación étnica, por el color de la piel, por los apellidos, por las preferencias sexuales es motivo de risa. Así han triunfado muchos de los cómicos mexicanos, parece tradición: "Nadie te extrañará más de dos horas", dice el poeta, y dice bien. Porque es fácil decir que Rosario Castellanos era tan sólo una amargada, Sor Juana no pasa de lesbiana, Doña Marina era la gran traidora, que amaba a los españoles por encima de los de su pueblo, pero no son capaces de decir que fue arrebatada a su pueblo (o vendida, que quizá fuera peor), que fue violada, que fue ultrajada por uno o varios de aquellos "soldados" de Hernán Cortés, y que en un supremo acto de inteligencia Doña Marina (La Malinche) decidió ser fuerte, demostrar su inteligencia en el dominio de varias lenguas, y en la capacidad para entender el Castellano, y servir de intérprete Abrirse al silencio.

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para ganarse de nuevo la vida, y una nueva oportunidad; pero la historia la tacha de "traidora". Y así tantas mujeres sometidas por los hombres o por otras mujeres, dentro de este matriarcado que nos ha tocado vivir, dentro de este patriarcado que queremos reconocer. Tomadas de las manos por debajo de la mesa, en espera de que las miradas se diluyan. La discriminación de siempre: "las niñas de diecisiete no piensan", que siguen diciendo muchos directores y directoras de escuelas secundarias, escuelas preparatorias, para no ponerse a hablar sobre la sexualidad a los jóvenes, sin importar los genitales. Y sin embargo Julieta, la de Shakespeare, tenía catorce años, la virgen María tenía 14 años cuando el arcángel Gabriel le anunció que sería madre; es muy distinto controlar la edad de los seres que conforman una sociedad, pero la fisiología no se puede controlar, el despunte de hormonas, el prepararse para ser padres, el llegar a ser fértiles no viene a ser lo mismo. Se necesita educación, la educación sexual. Y los escritores han hecho lo suyo. Lean aquella novela de José Tomás de Cuéllar: Los Mariditos, una novela que debería ser obligatoria para los estudiantes de secundaria. Ahí tienen El varón domado de Esther Vilar, para estudiantes de preparatoria, hombres y mujeres por igual. Y para aquellos que estudian humanidades, biológicas, derecho, deberían darles a leer El manifiesto contra sexual, de Beatriz Preciado, sólo por nombrar tres pequeñas grandes obras que podrían servir de base para un conocimiento de las diversidad sexual, del aprendizaje de las responsabilidades del sexo, y de la vida de pareja.

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La “Cuerpa” que todos somos. En recientes pláticas y lecturas me he topado con aquella resistencia contracultural que hacen al lenguaje, aquellos y aquellas, paladines y paladinas, de la lucha contra el sistema (dejen tomo aire) 'heteropatriarcalfalocentricoespialidoso', en el que muchos han querido denotarse. Y en ese ámbito de imaginarios, y sin decidir meterse a revisar el avance y evolución de los lenguajes y los idiomas a través de la historia de las sociedades, consideran —desde el español, aclaro— que lo que no se nombra no existe (Santa Lagarde nos lleve al paraíso); y son reticentes a señalar que cuando una mujer en un grupo de personas se reúne, es completamente una actitud de “invisibilizar” el decir Ellos, Aquellos, Nosotros, y se lanzan a pretender crecer en el concepto de no visualizar a la mujer que hay en ese grupo, ocultándola, lacerando su ser mujer. Peor cuando se trata de un grupo de mujeres en las que se encuentra un solo personaje del género “tiene-pene”, donde —señalan— que el lenguaje se vuelve más excluyente por el solo hecho de que al haber ahí uno de esta “especie tiene-pene”, no puede decirse Ellas, porque el Ellas no lo agrupa, y entonces tiene que decirse de nueva cuenta Ellos, lastimando ahora no solo a una, sino a todas las mujeres que son parte de ese conjunto. Se dice Ellas y El. Y sobre esta búsqueda se han enfrascado desde los postulados de algunas pensadoras y pensadores del tema (Santa Lagarde de nuevo nos socorra). Me parece una discusión adecuada, pero si la discusión se hace desde el fanatismo, pierde todo sentido. Y entonces aparecen quienes pretenden (por flojera disfrazada de 'lenguaje incluyente') para validar el ‘ella y el’, en vez de razonar y escribir Algunos, Ellas y El, El y Ellas, Ellos y Ella, Otros, Otras, el Nosotros y muchos etcéteras que permite el lenguaje, Abrirse al silencio.

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intercambian la vocal que creen brinda el género ofensivo (pobres vocales tan culpables y tan cómplices), y las sustituyen por una letra “x” (quizá recordando al actor mexicano cómico-infantil Xavier López 'Chabelo', por aquello de la 'espantosa la x', que siempre aparecía en sus concursos), o por el signo “@”. Yo quisiera ver a esas editoras y editores del lenguaje incluyente poder desarrollar su carrera dentro de una editorial, que trabajen en Penguin, Alfaguara, Siruela, Tusquets, Almadía, y hagan todos los cambios a las obras clásicas, por “x” o por “@”. Si nos dedicamos a hacer caso a estos tres fanatismos de Cuerpas, Heteropatriarcados y Amor Romántico como todo lo fantasmal que ha impuesto el daño a la mujer, deberíamos renegar de toda la obra de Jane Austen, porque carecería de sentido, o quizá peor, sería un insulto para la mujer. ¿Cómo podríamos valorar a las hermanas Bennet de Orgullo y Prejucio? ¿Cómo valorar a Anne Elliot la protagonista de Persuasión? No es en las obras; no es en los autores donde se encuentran nuestros 'fantasmas'; ¡despertemos! No seamos fanáticos de las causas, y analicemos siempre con profundidad cada caso de discriminación, de ataque, de abuso, de dominación, de esclavismo, de golpes, de violencia, de logros. Cada caso tiene muchas historias, referidas a cada uno de los personajes involucrados como a la época, los entornos sociales, que en vez de demeritar los castigos, debe hacernos comprender cómo se ha llegado a tanto, para intentar corregirnos; corregirnos como humanidad en los niños y niñas, para permitirles una mejor sociedad en su futuro. Y las obras literarias pueden ser esas máquinas del tiempo para mirar esas otras sociedades del pasado. Cuando ya el fanatismo es de un grado superior comienzan la utilización de términos como Mi Cuerpa, el 60

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Cuerpo de los hombres y la Cuerpa de las mujeres, y en la feminización de su terminología irradian un avanzado desconocimiento del significado de una lucha necesaria sobre la valoración del equilibrio social (que nunca la equidad), asumiendo desde la intransigencia, el significado del ser fanáticas (eso tú lo serás, las oigo decir). Y entonces hablamos de Migrantas y Migrantes, Pueblos y Pueblas, como si las vocales tuvieran esa forma mágica de visualizar aquellos que las instituciones de la sociedad ha querido invisibilizar; instituciones como la Academia, la Religión, los Partidos Políticos, todas aquellas escuelas del Resentimiento y la Venganza. Hablemos entonces de La Crista, la Diosa, la Espírita Santa. Hablemos entonces del varón joven y virgen al que se le apareció una bellísima Árcángela Gabriela para decirle: "De ti saldrá la semilla que devolverá la luz al mundo. Darás a luz a una Hija a quien pondrás por nombre Emmanuela, o Jesusa, y será la salvadora, que será entregada al martirio para el perdón de sus pecados". Hablemos entonces de una Mujer Mahoma, al que la misma Arcángela Gabriela le dictó todos los versos del Islam, para que se los aprendiera de memoria. Digamos que nuestra Madre Diosa, nos ha entregado a su Hija Crista, que se reunió con sus doce apóstolas para dejarnos este legado de Amor, en el que yo sí creo. Dejemos atrás los fanatismos, para no volvernos lo mismo que criticamos. Porque es fácil asumir, desde un puesto de la locura religiosa, el cambio hacia un fanatismo feminista. Muchas de 'estas personajas femeninas' despiertan agradeciendo a Dios, en el disfrute de su religión, para luego fanatizar a sus seguidoras en conceptos de Feminismo Social, Comunitario, de la Periferia, porque no validan las Abrirse al silencio.

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Ideas Feministas de Occidentes, aquellos opresores colonialistas, y ni siquiera han leído a Franz Fanon ("perdona, pero no leo en inglés porque es parte de la opresión del imperio", terminan diciendo). Es en el perder las miras de la diversidad en donde encuentran el tropiezo de sus ideas. Porque habrá que desconfiar siempre de todos los sistemas, y para ello hay que conocer el mayor número de sistemas en los que estamos insertos. Yo desconfío de la gente que quiere coordinar un grupo social, si se trata de un “hermano” que pertenece a una religión (cualquier religión y sus múltiples sectas), pero más si esta religión tiene una historia de empoderamiento masculino. Un varón como salvador del mundo. Un varón iluminado hijo de una virgen. ¿Cómo puede la coordinadora de temas feministas servir a dos Dioses: religión y feminismo? Aun no he escuchado que para la comunión de los católicos el sacerdote ofrezca la hostia diciendo: "La Cuerpa de la Virgen, la Cuerpa de Magdalena". Amén. Porque en este odio sistematizado y generalizado del feminismo a ultranza no hay más que un fanatismo contra todo aquel que no acepte sus premisas y promesas. Deja de lado a las mujeres que quieren enamorarse y quieren disfrutar a su hombre, que valoran su belleza física, que disfrutan y adoran los penes; y tasan en la misma medida a los hombres que respetan, aman y valoran a las mujeres. Cerrando los ojos a la diversidad, tan necesaria para el sano Equilibro —o Equilibria—, de los entornos sociales.

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1.4. Los recuerdos y las ilusiones. Matrimonios, divorcios, familias. Asistí a una plática sobre el divorcio. Uno de los requisitos para poder continuar el proceso para llevar a cabo mi separación voluntaria de quien fuera mi segunda esposa, en la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia. La psicóloga que nos atendió, a nosotros y a 18 parejas más, se portó de excelente, como todo el personal de esa dependencia. Nos felicitó por pensar en nuestros hijos, — todas las parejas tenían hijos—, ya que, en sus palabras, es el amor por nuestros hijos lo que nos ha hecho creer que lo mejor para ellos y para nosotros, es evitar los continuos enfrentamientos en que hemos caído, y que la idea de No lastimarlos es una de las principales razones que nos hacen tomar esta decisión: "existen ex esposos, ex parejas, ex suegros, ex cuñados pero Nunca Ex Papás". Y aclaró, con total razón: "Si decidieron separarse para la tranquilidad de sus hijos, para evitar que los vean discutir, pelear, lastimarse, tienen que entender que ahora que están separados, deben hacer lo posible por No pelear; porque si lo hicieran y frente a ellos, ¿cuál sería la necesidad de estar separados si nada ha cambiado para la percepción de sus hijos? Si han podido tomar la decisión de ponerse de acuerdo en que lo mejor para sus hijos es vivir separados, por las razones que sean, necesario es que tengan la capacidad de lograr acuerdos en todos los planes que conciernan a sus hijos. Deben reconocer que ambos tendrán la oportunidad de volver a formar una pareja, y que lo mejor será ser cordiales con las nuevas parejas de sus ex parejas. El diálogo, los acuerdos, la capacidad de entenderse debe estar siempre presente. No será fácil, pero deben lograr pensar en lo mejor para sus hijos. Ellos, ya de por sí al verlos separados, deberán atravesar por Abrirse al silencio.

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ciertas actitudes, pensamientos, y ustedes deben lograr No pasarles las responsabilidades de los actos y desacuerdos que entre ustedes ocurran. Si a ustedes les es difícil lograr la tranquilidad, imagínense lo difícil que puede ser para ellos. Es ahora cuando el amor por sus hijos, ese que sintieron a la hora de desearlos, a la hora de ilusionarse por el embarazo, por verlos nacer, caminar, por jugar con ellos, debe ser el motor para hacer el más grande esfuerzo en el respeto para con sus ex parejas". Me gustó descubrir que la labor que ellos desarrollan en bien de los niños de las parejas que estamos atravesando un divorcio, es de un interés real por la salud emocional de los pequeños, y por influir en un proceso mucho más inteligente para la separación. Uno no decide unirse a otra persona con el pensamiento de: "Si no funciona este matrimonio, nos separamos; a mis hijos siempre los voy a querer, aunque no viva son su padre/madre". Cuando se contrae matrimonio, la mayoría de las personas lo hace pensando que todo será luchar por seguir adelante con esa relación, porque es mucho más fácil terminar y comenzar una relación que luchar por mantenerla. Pero las cosas nunca son como uno las plantea al principio, y no nos queda más que ser lo suficientemente responsables para contener nuestros rencores y rumiarlos en la intimidad. Lo que nuestra ex pareja haga ahora con su vida, jamás dejará de importarnos, mienten los necios que digan lo contrario; pero lo que sí es una verdad es que nada podemos hacer más que desearles lo mejor, quererlos en silencio, mirar por entregarles buenos momentos de cordialidad, por ser una relación que se extenderá hasta la muerte, al compartir hijos que llevan nuestros apellidos en su nombre, en su vida, en sus genes; jamás dejarán de ser parte de nuestra vida. Quiero 64

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mucho a la madre de mis hijos, adoro a mis niños, y soy enormemente feliz con la mujer que el día de hoy comparte mis humores, alegrías, victorias y tristezas. Mi responsabilidad está en la felicidad de mis hijos, la comprensión y el respeto, así como el amor hacia mi mujer, y en el respeto, el cariño y la cordialidad para con la madre de mis pequeños. Claro que no me equivoqué al haberla elegido en su momento. Es la mejor madre para mis niños, fue una gran compañera. De mi depende no romper con esa armonía y respetarme para ser ejemplo de mis niños, quererlos y cuidarlos porque los amo. Como me dijo el abogado de la Procuraduría: "para realizar el trámite en esta dependencia ambos tienen que querer ponerse de acuerdo; acá, perdonen si soy duro, ustedes no nos interesan más que sus hijos". Ante esto, ni hablar, hay que poner los pies en la tierra. La separación, junto con el divorcio es un proceso duro, difícil, y de enfrentamiento, que mucho tiene que ver con la Vanidad. Uno no debe alarmarse de que otra persona llegue a la vida de nuestras ex parejas; al contrario, habrá que pensar en la inteligencia de aquella mujer u hombre que nosotros mismos asumimos como pareja y aclarar: "si yo me considero un tipo bueno, y ella me eligió en su momento, ¿por qué ahora elegiría mal?" Hace poco vi una película que lleva por título en español "Bajo la misma estrella" (cuyo nombre en inglés es The fault in our stars), de esas que acabas diciendo: "A qué hora se va a morir esta mujer", a la que le alargan y alargan la agonía, con la finalidad de causar lástima en el espectador. Ideas de superación que terminan siendo un insano medio 'poscolonizante' de decir: "Hay que aprender a sufrir sin quejarse"; ideología usada indiscriminadamente desde muchas religiones en una mala lectura de "Que difícil les Abrirse al silencio.

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será a los ricos entrar en el reino de los cielos", que utilizan para convencer (y someter) diciendo: "Ser pobre no está mal, ser miserable es aceptar el destino de los dioses (y eso significa Nuestras estrellas, Our Stars); no tienes dinero, no pierdas la esperanza, sigue siendo feliz, porque 'bien aventurados los pobres'". Esas malas lecturas que hacen creer que dios nos quieres miserables y contentos. Nada más falso. Este tipo de historias tienen ese aliento, buscar la lástima, tergiversar la superación personal, por el conformismo: No puedo respirar, tengo problemas cardiacos, pero puedo enamorarme; y además claro, enamorarme de alguien con una limitación igual a la mía, alguien que también ha sufrido, o sufre otro tipo de enfermedad terminal. El amor entre dos condenados a muerte, el amor entre dos personajes con enfermedades terminales que prueban a enamorarse aún sabiendo la despedida final, que lejos de aquella Filadelfia de Jonathan Demme, protagonizada por Tom Hanks, como un enfermo de VIH. Que lejos de aquella obra maestra de La teoría del todo, de James Marsh en donde la primera esposa de Stephen Hawking termina abandonándolo por un clérigo. Dos historias en las que no se busca causar lástima. No. En esta historia de Bajo la misma estrella, la idea es sentir lástima por la mujer, sentir lástima por su pareja. Y alargar esa sensación durante 126 minutos. Tengo que volver a la escena de Merlina Adams que es encerrada en una cabaña apartada del campamento de verano al que la han enviado, para mirar las películas de Disney, una tras otra para que pueda comprender 'La felicidad', en la ideología de 'Los finales felices'. Para poder terminar de ver la película puse toda mi disciplina y no abandonar la sala de cine, me impuse recordar lo que aquel sabio poeta dijera: "De cualquier cosa 66

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es posible aprender algo", y en efecto, está 'endulcorada y moquienta' película me trajo aquella escena —e idea— de los Para Siempre, que tantas parejas se dicen una y otra vez, con cuánto erotismo carguen dentro de sus genitales. Aún me parece asombroso ese proceso hormonal, bioquímico, por el cual una persona puede tener una sensación en los genitales, que sube por los impulsos nerviosos, ser vuelven hormonales, e impulsa a los neurotransmisores para hacernos pensar que 'Nos estamos Enamorando', y que luego se transforman en las más sublimes mentiras, las más terribles burlas respecto a sus relaciones de pareja. ¿Cuántas veces le has dicho a tu pareja?: "Para siempre, mi amor, lo nuestro será para siempre". Y luego pones tus genitales en otro nuevo personaje, donde levantamos la mirada, y volvemos a decir: "Para siempre mi amor, lo nuestro será para siempre; siempre estaremos Bajo la misma Estrella". Así de cínicos seremos toda nuestra vida. He tenido que pasar por mucho en la vida, para darme cuenta que aquello del miedo a la soledad que se pregona por acá y por ahí, es un sólo un invento 'neocristiano' de cobardía y abandono. Y es que la soledad es algo que uno tiene que aprender a valorar. En la soledad uno se mira a sí mismo desde todas las perspectivas, y logra aprender lo que en verdad se es, lo que en verdad tiene en sus adentros. Es el egoísmo en la ventanita de tus ojos; habría que lograr que ese egoísmo viaje hacia el cerebro y de ahí se libere con el habla. Uno tiene que saberlo: habremos de decirle que no y que no, al chantaje de todos los días: "No me levantes la voz porque me voy", "Si te quedas será obedeciendo lo que yo te diga", "Pero amor, ¿por qué me dejas, qué tiene ella que no tenga yo?". ¡Basta! Tenemos derecho a la soledad. Derecho a olvidarnos de las personas Abrirse al silencio.

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con las que no podemos convivir: y si no olvidarlas, si podemos (y debemos) dejarlas totalmente de lado. Derecho a no "tener que dar explicaciones" a nuestras ex parejas, a nuestras familias. "Soy más feliz con él de lo que fui contigo", dicen algunas ex parejas. Y uno se pregunta, si se es más feliz con alguien, acaso decirlo no son demostraciones tardías y no solicitadas. La felicidad siempre será una búsqueda. Poco debe importarnos lo feliz que alguien sea cuando ya no está conmigo; su felicidad solamente debe hacernos decir: "Qué bueno que ahora estás mejor, te felicito, tal vez yo alguna vez igual me sienta bien; lo intentaré". El narcisismo, queriditos, es aquello que intentamos llamar Amor. Duele pensar que alguien nos deja por otro, por otra. "¿Me dejas por esa basura?" se dicen e insultan; pero cariñitos, si vos crees que tu pareja te deja por algo peor, que solo anda con basura, ¿en qué te convierte?; la retórica va contra todo dolor expresado. Te vas, perfecto; para qué el drama. Si no te gusto hay cientos de miles que pueden darte mejores cosas, y que quieren dártelo; no como yo, que ya no quiero darte nada. Las palabras exactas: "ya no quiero darte más". Los acuerdos son el cimiento de todas las relaciones. Empezar y terminar una relación es lo más fácil. Sostenerse en ellas debe ser un reto, y sólo pocos quieren lanzarse a por él

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¿Nos divorcia por favor? Corrompidos por un resplandor de ríos y de grandes sorpresas hemos perdido para siempre la paciencia de las familias Enrique Molina

Hace no mucho leí: “Mientras todo mundo se quiere divorciar, los homosexuales andan peleando que los dejen casarse. Solo ellos tienen esperanza en el matrimonio.” El comentario me causó risa, aunque soy consciente de que la búsqueda no es sólo querer unirse ante la ley, sino tener la posibilidad de hacerlo si lo desean. A muchos les preocupa y hasta alarma el aumento permanente de los divorcios en la sociedad. Ante ello, no debemos solo definir si estamos a favor o en contra, sino reconocer la diversidad de los seres humanos, sus gustos., opiniones y que las leyes deben proteger y brindarnos derechos por igual. Por mi parte considero el matrimonio como una figura obsoleta (y me he casado y divorciado en tres ocasiones); he disfrutado lo disfrutable de la convivencia, y también he sufrido lo indecible, al final me quedan las memorias, los recuerdos que espero tener el cuidado que me hagan crecer. Reconozco la sexualidad como una búsqueda, y una conquista muy lejana de las historias de amor. El matrimonio entonces, lejos del caramelo pasional y visto desde lo Civil, no viene a ser más que un contrato entre dos individuos que les permite ocupar un sitio en esta fiesta social que el estado ha puesto o hecho creer como un paradigma. La seguridad social, los testamentos, las propiedades, y un largo etcétera quedan establecidos de manera legal en la figura del matrimonio. La realidad es que en el juego de las pasiones, o del amor, del cual tenemos que apuntar su cursilería, como Abrirse al silencio.

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significantes intrínsecos del matrimonio, son de una total y hasta mortal deferencia. El matrimonio consiste una propiedad intelectual muy difícil de desterrar de nuestros actos. Eso hace que vivamos en el abismo de los celos, de la pertenencia, del rencor agazapado, y sumidos en el constante horizonte de las infidelidades, resueltas con facilismo como: "Si no funciona, me divorcio". Lo que comienza como una hermosa luna melosa, llena de sueños, con el paso de los años viene a transformarse en una lucha por el poder. Llévese esta figura a su máxima expresión en la sociedad: el matrimonio entre el pueblo y sus gobernantes. El mundo de ensueño va terminando con base en las traiciones, las mentiras de parte de aquel que cree tener el poder y las víctimas acaban siendo ambos, el más débil o, si creemos en el amor, el que creyó estar enamorado. En las parejas, en el mayor de los casos, la infidelidad es una de las principales causas del rompimiento, porque en los hogares difícil se nos hace (a pesar de lo políticamente correcto) reconocer libertades como: “Creo que ya no te amo, no disfrutamos estar juntos, peleamos demasiado, no siento nada cuando me besas, creo que me estoy dejando llevar por una nueva emoción”. Los neurotransmisores se han acostumbrado a su carga normal, y en vez de valorar la estabilidad de un amor pleno y estable, necesitamos una dosis de pasión que nos vuelva a inundar. Y en vez de juntos sentarse a planear su separación (como planearon la boda), pierden el control, contratan abogados, intentan herir al otro lo más que puedan, lo corren de la casa o la violencia puede crecer y terminar en lo trágico. Nos llenamos de vengancitas, golpes, injurias y acabamos, las más de las veces, en los juzgados como participantes de un juego estúpido de querer negar la existencia o el 70

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reconocimiento del otro. Siempre me ha parecido de una enorme tristeza esas parejas que durante años se bebieron, devoraron y paladearon fluidos sexuales y mentales (con deleite y glotonería) ahora utilicen en el juzgado Cartas Poder con sus abogados para no tener que verse ni enfrentarse, utilizando intermediarios hasta para cobrar pensiones, y policías para evitar llegar a los golpes. ¿Cuándo perdimos la cordura? ¿Cuándo nos permitimos ser tan tontos para faltarnos el respeto de esta manera? En cualquier relación para que exista pleito dos (o más) tienen que querer y decidirse Nunca aceptaré a los bufones que señalan a la familia como el núcleo de la sociedad, porque la sociedad está formada por individuos, he ahí su núcleo. Por eso creo en los divorcios exprés como una posibilidad de actuar con inteligencia, de redefinirse, revalorarse en el aprendizaje de lo vivido con la certeza de poder comenzar de nuevo. Y festejo las iniciativas de los matrimonios para personas del mismo sexo, tienen el derecho a saber que igual pueden fracasar en cuestiones de matrimonios legales, se merecen también la oportunidad de saber qué cosa es un divorcio. Nada pasa más allá de lo que nosotros permitamos. Las pasiones tienen que ser contenidas y que la inteligencia nos devuelva la cordura. Soy un convencido de que las parejas gay como las heterosexuales, conocen los riesgos y los beneficios del matrimonio. Ahí está el dolor y la felicidad, cohabitando en busca de mantener el equilibrio. La felicidad es una búsqueda, jamás podremos negarlo, ni debemos alejarnos de este conocimiento. Dejemos de asustarnos por las separaciones. La vida continúa, el sol saldrá de nuevo, la noche llegará, habrá frío, caerá la lluvia, y el aire continuará soplando. Hay que llorar lo que se tenga que llorar, guardar Abrirse al silencio.

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el luto necesario, ser consciente del respeto por el otro y seguir adelante, fuera de los rencores y las vengancitas. Luego de una separación, el amor es salir adelante. El amor es dejar ir. El amor es de dientes y uñas y mocos. El amor es doblarse de dolor en una hamaca. El amor es fundirse en otras pieles en busca del olvido. El amor es un zumbido constante en la cabeza. El amor es aquel tonto del espejo que no deja de sonreír. Todo lo demás es un disfraz. Uno no aprende con el amor, y con el olvido, con el desamor, y con una nueva experiencia; uno vuelve a la batalla y con la misma fuerza va enamorándose sin darse cuenta del cómo ha ocurrido. Contrario a comer que es natural y necesario, el amor es un invento social que disfrazan de natural. Para eso es que sirven las hormonas, las modas, las cien millones de revistas, imágenes, ideas, dichos, para intentarnos hacer pensar que el amor es algo diferente de un invento, a un concepto que no se puede definir por todos de la misma manera. "El ser humano jamás estará completo sin otro", es una de las grandes mentiras sociales. Nos hacen crecer en este ideal de cobardía. Tenemos derecho a la soledad. El humano es para estar solo, para enredarse con quien quiera, para no tener propiedades más allá del pensamiento, y no puede pensar que un hombre o una mujer serán de él, o de ella, y mucho menos pensar en aquella pertenencia. No existe la propiedad privada del amor. Uno se queda donde se siente mejor, uno busca aquello que lo hace florecer. Uno necesita de esa luz, esa energía, pero uno no puede pedirla, ni tomarla por la fuerza. El amor no es un empoderamiento más. El amor es unidireccional, no atrapa, alimenta, no encierra brinda alas. Es un invento que juega con las emociones, y las emociones son hormonas disparadas. Si logramos aceptar las mil y un diferencias 72

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existentes entre los géneros y aceptamos mi propuesta de equilibrio que nunca de equidad, sabremos que la mujer es emocional de una mayor forma que el hombre. Que la mujer no es una cazadora, pero tampoco una presa. Que la mujer es el estado de perfección de la humanidad y que el hombre se ha encargado, por miedo siempre, de no decírselo para poder someterla. Nada peor que el someter a una mujer. Nada peor que robar un beso. Que hablar mal de una mujer, es imperdonable. Solo la mujer es capaz de perdonar estos actos, y no porque sea parte de su sometimiento sino porque es parte de su perfección. El juicio social, el juicio de otras mujeres que actúan en una sociedad de procesos establecidos les ha quitado el derecho de ser mujeres, les ha hecho volverlas Concepto, y no saber definirse: la mujer no es la antítesis del hombre, no es su revés, ni mucho menos su complemento. La mujer es la perfección de la especie humana. La perfección del óvulo. Es la perfección del endometrio. Es la perfección de la posibilidad de ser madre, si se desea. Es la posibilidad de decir Sí a la maternidad, o dejarla pasar por otros ideales. La sociedad es quien las ha vuelto seres que se acusan unas a otras, se limitan unas a otras. Hemos hecho que nuestras mujeres empiecen la vida derrotadas socialmente desde la cuna. Dejad de seguid pastores. Abandonemos nuestro ser social. De perseguir nuestra propia sombra y nuestras grandes tristezas, para ir en busca de la felicidad, nuestro derecho inalienable. ¿Cómo amar a nuestro prójimo si no podemos ofrecernos respeto a nosotros mismos? Si ni siquiera alcanzamos a entender que nosotros somos Los otros de los demás. Tiempo hay para el amor, y tiempo hay para la reflexión que cada relación de pareja nos ha dejado. Nunca Abrirse al silencio.

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busques un amor, siempre es necesario que el amor pase a tu lado. Tú irradiaras amor, y nadie puede impedírtelo. Pero si habrá necios que te digan, que te impulsen a creer que mereces ser amado. No, no es así. No eres mejor que nadie. No mereces ser amado. Mereces amar, necesitas amar, estás hecho para amar. No necesitas ser amado para la protección de tu descendencia, de tus genes. Tu amor es mayor a eso. Tu ser inmortal viene de tus actos, y de tu influencia en aquellos que te rodean y saben que eres su Otro. El amor es unidireccional, irreductible e indestructible. Sólo tú puedes cerrar el flujo de tu amor hacia los demás. No necesitas ser amado para amar. Necesitas amar. Aléjate de todo aquel que te dice que necesitas ser amado, ése no se ha permitido saber que puede amar sin esperar, y quiere contagiarte.. 1.5. Los ideales de la juventud y la educación en México. En los años 80 estuvo de moda aquella canción de Los prisioneros (grupo chileno) ¿Por qué no se van? que decía más o menos así: "Si sueñas con Nueva York y con Europa / te quejas de nuestra gente y de su ropa" y el coro remataba: "¿Por qué no se van, no se van del país?" Viene a mi mente por toda esta gente que sigue y sigue quejándose de que la mejor educación está fuera del país. Y dicen: los partidos políticos son los malos, pero bien que votan en cada elección; dicen: el fútbol es para enajenados, pero si se acerca el mundial, se olvidan de Eduardo Galeano y se juntan con la banda a mirar los partidos en las megapantallas del zócalo. Dicen despreciar la música ranchera, pero pasan dos días en Cuba y levantan la mano con su tequila o mezcal y gritan: "Si muero lejos de ti / que digan 74

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que estoy dormido". El mexicano, ay, el mexicano... tan lejos de dios y tan cerca de las redes sociales, tan lejos de Octavio Paz y tan cerca de Patty Chapoy, tan lejos de The New Yorker pero tan cerca de TV Notas, tan lejos de Mario Molina, pero tan cerca del Subcomandante Marcos, tan lejos de Lorenzo de Zavala pero tan cerca de McDonalds. Tan cerca de AMLO y tan lejos de Flores Magón. Porque México ha dado sabios en cada época; pero cuántos mexicanos han leído a Samuel Ramos; son más los que conocen de Ninel Conde. El mexicano, ay, el mexicano que dice Amor como dice entiérrame esta daga. Que dice Amor como dice, aun no cierren los moteles. Que acusa el machismo pero dice: "Mi niño guapo, cuando crezca tendrás un millón de novias, y yo estaré ahí para espantarte a esas mujeres". El mexicano, ay, el mexicano, que corre del burdel hacia el confesionario. Que se queja de la corrupción mientras compra su certificado de preparatoria en Santo Domingo. Que todas las mañanas se queja del país, y se ríe con las noticias narradas por un payaso. El mexicano, ay, el mexicano: cuya filiación política es acomodaticia. ¿Ese es el mexicano? ¿Aquel que no es capaz de tener más postura política, que hacia donde el viento del dinero cambia? Hay que amarse los unos a los otros, y las otras a las unas, y las unos a las otras y en todas las combinaciones... pero cuando de amor se trata, muchos asumimos un ideal de competencia, donde vale más decir: "Quieres que sea tu sirvienta, y que me quede en casa". "Para eso eres mi marido, para que me mantengas"; "Ni creas que he de planchar la ropa, que no soy tu madre"; "A qué hora harás la cena, vienen mis amigos"; "¿Con esa ropa vas a salir?, me avergüenzas". Y cuando la relación de pareja se trastoca, se preguntan: "No sé por qué ha cambiado mi marido, antes era Abrirse al silencio.

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tierno conmigo". El mexicano y la mexicana, que dicen: "Te amo, y por eso decidí abortar"; para no tener que decir: "No sé quién era el padre de este niño, así que a todos los chicos con quien estuve en estos dos meses, les pediré dinero para solucionar el asuntillo". Tal como lo eres en la vida, lo serás en sociedad. Querido mexicano, hay que reconocer que cuando mueras "nadie te extrañará más de dos horas". Estado en la red social: "Aquí en el velorio, todo triste". Viviendo más que Jesucristo. Morir a los 33 está pasado de moda. Y no es que Jesucristo sea obsoleto, mucho menos un sistema que ha dividido la historia en Antes y Después... pero ¿qué respuestas le tiene uno a la vida si al cruzar la barrera de los 30 años la vida nos sigue tratando de enseñar lo poco importante que somos para los demás? No importa, sino lo importante que podamos ser para nosotros mismos. El mayor enemigo que tenemos es aquel que se esconde en el fondo del espejo, que todos los días nos mira y señala, querámoslo o no, nuestras propias miserias. Alegrémonos, por tener nuestro propio retrato a lo Dorian Gray ahí escondido en nuestro ático, nuestro sótano, en el armario; eso que sabemos que somos para nosotros mismos. Los alcohólicos lo conocemos cada día al despertarnos de una nueva borrachera, los más cínicos (quizá los más felices) lo miran apenas unos segundos, y luego le tiran la manta encima con un: "¡Cállate y déjame en paz!", y la vida continúa. Siempre he pensado en la celebración de aniversarios, como un recordatorio de: ¿Qué hice durante un año... para qué viví un poco más? He vivido más años que aquel Jesús llamado el Cristo, y alguna razón existirá para 76

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tener ese beneficio. Si el hijo de un dios tuvo la gentileza de cagar y orinar en su forma humana en este planeta durante 33 años, porque este ser que soy ha tenido la oportunidad de vivir más: ¿acaso el destino es igual de ciego que la justicia? ¿Y si llego a los 80? Desde los 20 años, borracheras más borracheras menos, recuerdo una fiesta jurada en la que con un amigo ofrecí morir a los 40, ponerme una meta, marcar mi final como lo deben hacer los decididos. Aquellos días yo había cruzado con celeridad la etapa suicida de todo joven. Porque la idea de suicidio es tan natural como ir al baño. Toda persona al crecer tiene que enfrentarse a la autoridad, y negarla con razonamientos o sin ellos, eso es la juventud, eso es lo que nos arrastra luego a la edad adulta. Por esos años yo estaba harto y decidí que no había razón alguna de atentar contra mi vida. Para ser suicida se necesita algo más, una razón de importancia y no la pura vanidad, una razón de extremo, y no el puro capricho. Desde entonces amé a los que se logran inmolar, adoré a los kamikazes. En la fiesta de mis 20 años, hice jurar a un amigo que me mataría al cumplir los 40. Tal vez mi amigo no lo recuerde (sigo vivo, pareciera que olvidó su promesa). Pero es necesario es que uno lo recuerde siempre: cada minuto de la vida son importantes, para nadie más que para ti. La lucha está en vencer a ese enemigo que eres tú mismo. La persona del espejo es la más importante, el enemigo. Hay que destruirse hasta las cenizas, porque cada vez que lo logres de las mismas cenizas ese otro tú volverá a nacer para humillarte, para intentar dominarte de nuevo. Cada vez que cumplo un año más miro la meta (mi propia muerte) que se aleja formando el horizonte y hacía ahí seguiré. He vivido más años que el Cristo, y aún no se consigue aquello de Antes y Después de mí. El mayor temor Abrirse al silencio.

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ahora es pensar que los años me serán infinitamente pocos para todo lo que quisiera lograr de mi propia vida, mirar a aquellos que quiero, aquellos que están ahí viniendo detrás de mí. El nacimiento de mis hijos me hizo darme cuenta de esa metáfora: los 33 años son una miseria, porque los años jamás alcanzarán. No son los años que cumplas, sino los años que vivas: he vivido poco me he cansado mucho, dice el poeta. Quiero ver crecer a mis hijos, verlos triunfar, realizarse. Me harán falta muchas vidas para sentirme necesariamente satisfecho. Pero la vida tiene un límite. Cada día nos acerca más a la muerte. Cada vez que cumplo años tengo que convencerme de estar preparado. Y estar preparado para la muerte es disfrutar cada día como si fuera el último. El hombre del espejo lo sabe, el hombre del espejo tengo que ser yo. Alejar a los niños – protegerlos. Apareció un video por las redes sociales y los noticiarios en el que se observa a un hombre de edad madura, del que se indica ser de nacionalidad canadiense, dando besos en la boca a dos niñas menores de 10 años. Al ser recriminado por la persona que lo encontrará infraganti, y filmara el video, el personaje indicó que las niñas son sus amigas, y que el padre de las mismas está de acuerdo. El tipo fue detenido, pero las autoridades de aquel municipio del estado de Guerrero, han dicho que Abusar de Menores no es un delito considerado como grave. Si el abuso de menores no es un delito grave, y los que abusen de menores pueden salir de la cárcel con el pago de apenas 50 mil pesos, ¡¿qué puede impedir que la infancia sea rehén de los deseos de los adultos?! 78

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En Veracruz, una joven menor de edad fue violada por cuatro jóvenes. Se supo en las pesquisas que el padre de la joven víctima, había llegado a un acuerdo con los violadores. Surgen los cuestionamientos: ¿Qué hacía una joven menor en una discoteca en horarios sólo para adultos? ¿A qué clase de acuerdo puede llegar el padre con aquellos que hicieron daño sexualmente a su hija? ¿Por qué el padre de la joven, que ahora quiere buscar justicia, no decidió ir por su hija a la discoteca? Por un lado vimos a un padre permitiendo que sus hijas menores de diez años sean besadas por individuos adultos, por otro lado un padre que dice haber llegado a un acuerdo con los violadores. ¿Y las madres de estos personajes, qué opinan de todo ello? Las autoridades, la sociedad, todos tenemos la obligación de proteger a la infancia. En Cancún, Quintana Roo, un padre reporta a la policía, que su hija de diez años se encuentra con su madre en un bar sólo para adultos, y asume que la madre de la niña la está ofreciendo a los clientes por dinero. La policía logró sacar a la menor, y al interrogar y detener a la madre, ésta dijo que sólo le estaba enseñando a su hija cómo debería comportarse con las personas adultas, para que nadie la tomara como tonta. Es necesario proteger a la infancia. No hacerlo es un acto aberrante. ¿Acaso no han sido ya reportados niños de secundaria que mataron a otro niño de seis años, por andar jugando a ser sicarios? ¿Acaso no filmaron a una jovencita de prepa haciendo sexo oral a un compañero de su escuela, ambos menores, filmados por menores? Habrá que bajar la edad legal. Para todos ha sido natural que un niño de seis años se vaya con unos niños de secundaria a jugar a un baldío. ¿Dónde están los padres de estos niños? Los padres de las historias que acá les comento, estaban presentes, y Abrirse al silencio.

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eran ellos mismos quienes habían llegado a acuerdos con los que abusan de sus hijos. Ser padre no es sacar un chorro de semen, ser madre no es recibir un chorro de semen. Para ganarse el título de madre, el título de padre, habrá que portarse como eso mismo. ¿Ante los ojos de quien? Solo de nuestros hijos, de nadie más. No te hace madre sólo parir, no te hace padre sólo embarazar. Y luego todos corremos a decir que No al Aborto, sin ponernos a pensar en la responsabilidad de nuestros actos. No conformarse con seis. Excelente, Sobresaliente, Suficiente y No Suficiente. A, B, o F. 100, 24 o cero. 10, 7, 6 y hasta un hermoso 5. Tuve una maestra en la secundaria a la que solíamos apodar La Piraña. Recuerdo que era menudita, pequeña, delgada y llena de arrugas, como una tierna viejecita, que nada tenía de tierna, y que tampoco tenía muchas ganas de enseñar nada. Impartía la materia de Educación Cívica. Imaginen que tan mal me fue en esa clase, o más bien, que tan poco aprendí en ella, que la pasé con Suficiente, que equivalía a un redondísimo y espigado 6. La Piraña era una delicia en el salón. Jamás recordaré cuáles eran las tareas que solicitaba. Pero aún puedo verla llamándonos mediante su lista de asistencia, en cada clase para entregar nuestra libreta con el resumen de la lectura que nos había marcado. Yo nunca estaba enterado de las tareas solicitadas, así que, junto con otros muchos flojos y despistados, buscaba la forma de salir adelante sin haber hecho la tarea, por lo que comencé a observarla para buscar una manera de burlar sus acciones. Así pude ver la oportunidad: La maestra solo estampaba su firma, y no leía lo que contenían las libretas. Por ello para salir adelante, arrebataba la tarea de los que sí la habían 80

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hecho para copiar lo más rápido posible el resumen de una cuartilla o cuartilla y media y, a pluma o lápiz, emborronar una plana o dos de la libreta. Cuando la Piraña me llamaba, yo ponía mi 'falso resumen' frente a sus ojos y ella entonces decía, mordisqueándose los labios. “Muy bien, jovencito, excelente”, por esa cuartilla y media. Era tierno y macabro escucharla decir, siempre con ternura, a aquel que entregaba la apurada copia del resumen en apenas un parrafito garabateado. Ella se mordía los labios salivando un poco: “Joven, esta tarea está incompleta, te mereces… un Cerito”, sonreía con bondad y te zampaba en la libreta y en su lista un terrible Cero con tinta roja, que por cuestiones de promedio, luego era imposible solventar, y al final del curso no hallabas manera de alcanzar el anhelado Suficiente y te sabías debiendo la materia. ¿Cuándo como estudiantes o como sociedad decidimos conformamos con tener Suficiente de calificación? ¿A eso es a lo que aspiramos?, ¿a tener 60, a pasar apenas la materia con 6? Todos los que hemos estudiado en escuelas públicas, —supongo que habrá sus pequeñas diferencias—, en alguna ocasión hemos dicho: "Con que logre pasarla me conformo". Y hasta he escuchado a padres que le dicen a sus hijos: "Al menos no sacaste cinco". Entonces el estudiante va creciendo con promedio de 7 en la primaria, un notorio 6.9 en la secundaria, donde muchas materias se las llevó a extraordinario. Logra entrar a la educación preparatoria y acá, de extraordinario en extraordinario, va saltando los escollos, esquivando repetir el año, de 6 en 6, de siete en siete, y siendo constante en las filas de inscripción para las primeras, segundas, terceras oportunidades extraordinarias. Muchos incluso han tenido que recurrir a sus padres para que soliciten en la Abrirse al silencio.

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Coordinación Académica su Examen Especial, que significa que no pudo pasar en las oportunidades extraordinarias, y sus padres tienen que ir de “rogones” para ver si su hijo o hija consigue aprobar la materia, como limosnero ante un Coordinador lleno de nobleza y corazón bondadoso, que a partir de ese momento no se cansará de decir que gracias a él sigues estudiando. No hablemos de la corrupción. Esa la conocemos todos. Comprar maestros, pagar exámenes, alguien que presenta por ti, las muy conocidas chafas a la hora de estar presentando, sobreviviendo, sí, sobreviviendo, como cantaba Mercedes Sosa. Y logran entrar a la Facultad. Inician sus estudios universitarios. Y en este país, hay que aplaudir esa intención. Muchos jóvenes desertan en el camino. Pero estos sobrevivientes del Seis, del Suficiente, ya tienen mérito por el hecho de estar en la Universidad. De nuevo el conformismo, restarle valor al hecho de ser de los pocos que logran entrar a cursar estudios superiores, estudiar una licenciatura, una ingeniería. Las escenas se repiten. Novatadas, borracheras, salidas los fines de semana, noviazgos, embarazos, divorcios de los padres, depresiones, drogadicción, alcoholismo, maestros mal pagados que se ensañan con los estudiantes, prácticas profesionales, competencia leal y de la otra, todo lo que tiene que correr un universitario; aunado a ser carne de cañón de sus maestros para marchas y protestas, que en muchas ocasiones tiene como único fin logros presupuestales, o ser rehenes de partidos políticos, y no peticiones para mejorar 'currículas', para tener mejores laboratorios, para asistencia a congresos, ni para exigir mejor calidad educativa. Justo en esa juventud, entre los 13 y los 24 años, cuando el ser humano —sin importar género, ni religión— se empieza a desmarcar de las 82

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autoridades, a cuestionarlas. En es esa edad cuando comienzan los coqueteos políticos, los escarceos sociales, los espíritus izquierdosos. Pero las prácticas educativas que permiten aprobar una materia continúan siendo las mismas: Si puedes pasar con seis, ¿para qué esforzarse? El estudiante buscará la forma de llevarse el menor número de materias al examen extraordinario. Pasará las que pueda con 60, igual sigue siendo Suficiente, y si pierde alguna, la preocupación es conseguir dinero (en ocasiones sus padres ya no quieren solventar su desidia) para poder inscribirse a un examen extraordinario más. Por ello su promedio de la licenciatura va del 6 al 7.99 y se pierden la oportunidad de que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), o alguna otra Institución, los pueda becar para continuar sus estudios de posgrado en el país o el país que hayan elegido. Que viene a ser lo de menos. Lo terrible es enfrentarse a la vida. Como sobrevivientes, muchos de ellos afirman: Una calificación no define mis capacidades, y hay mucho de cierto en ese pensamiento. Pero la otra realidad también descubre a Médicos con promedio de 60, Abogados que apenas pasaron las materias, Biólogos que se titulan tomando un curso de dos meses que les costó 4 mil pesos, o aquellos que se titulan por promedio, y a los que la desidia de no esforzarse les hace nunca hacer los trámites para la obtención de su título, y entonces: cuatro años tirados a la basura. Terminan una licenciatura y no tienen título porque nunca lo tramitaron. Actualmente, la educación superior en México, permite que los estudiantes no tengan que hacer tesis, para qué las tesinas. "Si alcanzan el promedio, dales el Título", pero que al menos hagan el trámite (en muchas ocasiones consiste sólo en pagar un dinero), y las estadísticas marcan la Abrirse al silencio.

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tendencia: "más gente a ser profesional, más gente que para Nada se comporta como profesional". Los gobiernos han hecho propuestas para hacer que la educación preparatoria sea obligatoria, e incluso se ha trazado que la educación obligatoria sea requisito para establecer la edad laboral de la juventud de México: "Para que una empresa no pueda contratar a un joven mexicano (de cualquier sexo) si no ha concluido su educación obligatoria"; y es una idea estupenda. Hasta ahora que escribo estas líneas, la educación secundaria es la obligatoria, lo que en promedio entrega una edad de 15 años. Lo importante entonces sería que la preparatoria fuera obligatoria y pública en su totalidad. Hay que seguir luchando, y seguir exigiendo. Uno habría de continuar preguntándose ¿Por qué tenemos que conformarnos? Alguna vez mi padre me dijo: "Si esa persona pudo hacer tal cosa, porque tú no podrías hacerlo, nunca debes limitarte". Y siempre he creído en esa premisa. Si alguien logra sacar 100 en una materia, porque yo no puedo, qué me lo impide. Acaso lo primero que te lo impida seas tú mismo. Todos tenemos las capacidades, a menos que haya algún impedimento físico o mental que se nos haya diagnosticado. Es necesario, para que un país siga creciendo, que todos nos exijamos en el día a día. Que no nos conformemos con sacar seis, que no nos conformemos con pasar la materia. Las materias que más nos son enojosas, son las que debemos pasar con 10; hay que ponernos esos retos en la vida. Siempre intentar ser mejores que el día de ayer. En aquellos días de la secundaria, como un clásico Sobreviviente del 6, recuerdo que jamás hice resumen alguno en la materia de La Piraña. Un día le dije a mi amiga Gabriela Alonzo que la maestra no leía lo que le 84

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entregábamos. Gaby dijo que estaba loco, que claro que lo leía. No, insistí, solo mira el bloque de letras, y con base en si son pocas o muchas pone la calificación. Y me decidí a probarlo, corriendo el riesgo de que me tronara. Me dediqué durante una clase a escribir cualquier tontera. Contar cómo nos había ido en el descanso, a contar que Superman había bajado al patio del colegio y las chicas se habían vuelto locas por él, y sandeces de ese tipo. Así logré cubrir cuartilla y media de letras y párrafos. Los demás chicos del salón ya estaban enterados de mi “resumen”, y cuando La Piraña levantó la vista y me llamó, trepé la tarima y fui hasta su escritorio con la mirada de los cuates sobre mi libreta. Puse la tarea ante su vista y La Piraña me dijo: "Muy bien, jovencito, perfecto, te mereces un 10". La risa fue contagiosa en todo el salón, volviéndolo una fiesta. Todos gritaban en burla: "Maestra, maestra, maestra", y La Piraña, conmovida hasta las lágrimas, solo alcanzó a decir: "Ay, muchachos, yo igual los quiero mucho". Después mis compañeros también decidieron entregar cualquier cosa en vez de su resumen. Nadie volvió a abrir el libro de Civismo para hacer la tarea. Lo cual, seguro estoy, tan sólo fue en detrimento de nosotros mismos. Aprender la ingratitud. En muchos ámbitos de la vida me he topado con la ingratitud. Uno de los primeros casos quizá fue cuando dirigía, a los 14 años, el grupo de acólitos en una capilla católica en la ciudad de... El grupo estaba formado por poco más de veinte chicos como yo, cuyas edades variaban entre los 11 y los 14 años (para los chicos entre 14 y 17 había otro coordinador). Mi labor era establecer horarios para cubrir todas las misas y el apoyo al grupo de sacerdotes en las Abrirse al silencio.

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actividades diarias, preparar a los compañeros para las actividades y festividades a realizarse cada mes, y los etcéteras necesarios. Yo me desvivía y organizaba horarios que no hirieran susceptibilidades y no consideraba favoritismos en los horarios de las misas, a todos nos tocaba por igual las misas de mayor número de parroquianos como las que eran una total excepción. Los que saben del tema considerarán cuáles eran las misas que mas asistentes tenían, y aquellas que solo había que venir por dos o tres viejecitas. Bueno, el padre Guadalupe Arzápalo jamás consideraba el número de personas que asistían o no al templo, la misa se ofrecía, la homilía era igual de pensada, preparada, y vaya que era larga. Los acólitos de entonces (hablamos de niños entre los 11 y 14 años) en su mayoría eran sumamente responsables y estaban interesados en dar cumplimiento a los horarios que yo establecía, pero los había que igual preferían pegarse a ti, hacer como que te ayudaban, ofrecerte su “sabio consejo”: “Porque no mejor le dices a fulano y no a perengano”, y yo siempre cometí el error de tomar en cuenta las opiniones en pro de que los muchachos estuvieran siempre contentos, y que esta actividad fuera algo que nos hiciera sentir bien y la disfrutáramos. Hasta hoy mantengo amistad con la gran mayoría de aquellos que fueron acólitos conmigo, pero comprendí desde entonces que las personas, una vez fundada su personalidad (lo que ocurre a los diez años), deciden si son amables, agradecidos, disciplinados, o deciden que tú les vales, y buscan sacar el mayor provecho de ti, de todos los demás y desestabilizar la armonía. Eran necesarias juntas para ver si se mantenía o si se expulsaba del grupo de acólitos a algunos de estos niños, los coordinadores a los que yo debía igual mi disciplina estaban en contra del comportamiento de algunos de ellos; yo 86

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intentaba fungir como mediador, pero no había mucho que hacer, los compañeros no ponían de su parte ni aunque yo pusiera la cara por ellos, y ellos terminaban burlándose hasta de mi: "No necesito que des la cara por mí", terminaban diciendo; "Pues, entonces, cumple con el castigo que se te impuso, de qué te quejas, si nadie te obliga a ser acólito". Y todo terminaba siendo: "Él me dijo que ya no podía ser acólito. Me expulsó del grupo porque le caigo mal". Hacerse las víctimas les queda tan bien a las personas, y es la decisión más fácil, para quienes tienen ese talento. Lo mismo me ha ocurrido, años después con los compañeros de los talleres de creación literaria que he impartido. Se acercan a ti, te piden apoyo para publicaciones, que les enseñes cómo contactar revistas, como contactar editores, editoriales, escribir proyectos culturales; y uno les enseña, les pone frente al micrófono, les permite hacerse cargo de algún pasquín, de alguna revista, de alguna columna literaria, los ayudas a trabajar en algún periódico, les publicas alguna plaquette, y cuando pueden te dicen: "No sabía que por querer trabajar contigo teníamos que tener una amistad. No estoy buscando amistades". Y lo peor, cuando pueden se dedican a cerrarte las puertas que tú les abriste. Ha ocurrido que llegan a escribirme de algún Encuentro de Escritores, de alguna Revista pidiéndome que confirme si he recomendado a tal o cual persona que se acercó a ellos diciendo: Soy alumno o alumna de Fulano de Tal, y yo no estaba ni enterado, o peor, cuando lleva años lejos del taller, y muchos de esos años los ha dedicado a ensuciar tu nombre, tus proyectos, publicando en bitácoras personales (blogs), en contra de la dinámica que uso para la creación y revisión de textos literarios. Y aún con todo, siempre digo: "No, no la recomendé; no sé de qué me hablas, y si fue mi alumna Abrirse al silencio.

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(alumnos), y tiene talento para la ficción, como te habrás dado cuenta, pero bueno... conócela". Porque siempre he pensado que No se le tiene que poner piedras a una persona, en ocasiones —cuando la persona no tiene talento— solo basta con dejar de ayudarla, y entonces se descubren que solos no pueden lograr lo que lograban cerca de mí. Ante esos signos de la ingratitud que siempre se repiten en los personajes que uno siempre ayuda, surge aquella frase que alguna vez me enseñara un maestro: ¡¡¡Que se arruinen solos!!! No estamos tampoco para buscar ponerles trabas, pero tampoco tenemos que ser sus guardas; les hemos ayudado, y seguiremos ayudando a todo aquel que se acerque, pero podemos solamente dejar de meter las manos por ellos. En verdad que nuestros alumnos no son nuestros amigos, jamás. Como decía el sabio: ¡A mis alumnos los desprecio. Fuera de mí! Domar la condición humana. Hace unas semanas tuve la oportunidad de brindar, en dos sesiones, una charla sobre la importancia del Factor de Impacto en las revistas científicas. Una y otra vez la plática sobre la excelencia académica, sobre los concursos de plazas, sobre los requisitos establecidos en el Sistema Nacional de Investigadores, sobre la edición, producción de textos científicos nos llevó a hablar de la corrupción imperante en nuestro país, México. Y entonces eché mano de una de esas oraciones que uno escucha por ahí y que sabe que en algún momento tendrá trascendencia y necesita ser utilizada: "Domar la condición humana", algo que el presidente de México había dicho en un evento en el que se daba inicio a algo que denominaron como el Instituto o la Ley o la ley que instituye, —cualquier cosa— para terminar 88

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en Corrupción. Alguna apología, de seguro, pero la frase es digna de rescatarse. Y una y otra vez se la dije a mis oyentes, en aquella oportunidad: Es necesario Domar la condición humana. Y aplica para todo: "El que no roba no avanza", Domar la condición humana. "Se ha fugado el Chapo, cómo hacer para que no ocurra": Domar la condición humana. "Hoy tuve que dar mordida a los de la policía": Domar la condición humana. "Mi hijo presentó examen de admisión para la secundaria, pero quedó en la tarde, voy a ver cómo le hago para pasarlo a la mañana, así tenga que pagarle a alguien": Domar la condición humana. Y todo debiera tratarse de este Mantra: Domar la condición humana. Y qué falta nos hace. Siempre tendré muy claro que ante todo discurso y ante toda lectura uno tiene que aprender algo de ello, sacarle provecho. Cómo le hacemos para Domar la Condición Humana. Qué cosa significa en un mundo donde los religiosos abusan de las mujeres y de los infantes, qué significa para las religiones Domar la condición humana. Qué cosa significa para las relaciones de pareja, Domar la condición humana. En las oficinas, en el taller, en el comercio, en la fábrica, en las escuelas, en las prisiones, en los partidos políticos, en el Senado, en el Congreso, en las Instituciones de Cultura, qué cosa significa Domar la condición humana. Recién leía un comentario de una poeta de Chihuahua que decía algo como esto: “Entiéndase claro: Si no eres feminista estás contra el feminismo y por lo tanto en contra de los derechos de la mujer y de las mujeres por ende”, y uno tiene que quedarse sorprendido ante la intelectualidad que se prefigura —la mujer se dice poeta, el Fondo Nacional de Cultura y Arte, Fonca, la ha becado como Abrirse al silencio.

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poeta—, ¿y para todo lo que la mujer da es para establecer una dicotomía? Conmigo o Contra Mí; Con la Luna o Con el Sol; Con los Rojos o con los Azules, La Oscuridad o La Luz; la Maldad o la Bondad. ¿Cómo puede juzgarse esta capacidad de asombro por pensamientos de esta ralea? Es por demás innecesario argumentar al respecto, toda vez que se ha escrito como la última palabra, fruto de la furia en el desamor. La soberbia vestida de intolerancia, incapaz para el diálogo, para la aceptación de las otras formas de pensamiento y de expresión. La Censura en la punta de los labios, en la punta de aquel carbón que escribe la Sentencia Final: "Si no me obedecen, si no se me unen, están en contra de los derechos de la mujer". ¿De qué mujeres habla? ¿De aquellas que son capaces de escribir en el siglo XVIII los derechos de la mujer? ¿De aquellas que cargan a sus tres hijos en el micro bus, los llevan a la escuela, y nunca dejarán de alimentarlos? ¿O de aquellas que venden a sus hijas menores a un "chulo" para que las regentee y pueda sacarles dinero? ¿Aquellas que se paran en una esquina y envían a sus hijos a pedir limosna por las calles? A cada persona, por sus actos, sin importar sus genitales; esa es mi premisa. ¿Cómo discutir con el intolerante? Es fácil. No se discute con ellos. Se les escucha. Acá el Domar la condición Humana, nos habla de “cada quien habla cómo le fue en la feria”; y la irresponsabilidad en la que se inscribe este tipo de argumentación tiene un mucho de misógino, toda vez que discrimina a todo aquel sector que busca la mediación, que no busca el abuso del poder en la genitalidad, porque el “hijoputismo” no viene pegado a las hormonas sexuales, ni a los caracteres sexuales. Si uno termina por admitir que Estar contra el Feminismo es ir en Contra de de los derechos de la mujer, se sitúa en el 90

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mismo lugar de lo que critica. El dolor ha hablado disfrazado de rencores. Domar la condición humana, debe hablarnos del autocontrol, mirarse al espejo y juzgarse sin miramientos. Lo que son las máscaras. Lo he dicho hasta el cansancio, pero lo seguiré diciendo: La búsqueda de lo políticamente correcto es la peor forma de abuso al ser humano, institucionalizado en una Moral pre establecida por aquellos que detentan el poder, con el fin de someter a ciertos sectores de la sociedad que les son ajenos, y por tal motivo inferiores. Es lo contrario de Domar la Condición Humana, que habla de autocontrol, porque una cosa es aprender a controlarse uno mismo, y otra muy diferente que una sociedad dicte, desde los medios masivos de comunicación, lo que debe ser el comportamiento humano. La intención de someter socialmente, para hacerlo sentir aislado; es violentar sus tradiciones, su cultura, su crítica social, en pro de personajes cortados con la misma tijera. Lo peor es cuando un grupo de personas (mujeres, hombres, mixtos) se reúnen para hacer de esa búsqueda de lo políticamente correcto, un ideal. Reuniones para encasillar pensamientos, para liberar autoestimas que no hacen otra cosa que limpiar de tradición, sentimiento, sensación, emoción, todo aquello que no sea socialmente aceptado. Las obviedades como ‘Tú no eres mi dueño’, tienen tanto de destructivo en cuánto que solo es un frasear el sinsentido, algo ridículo de tan obvio, innecesario en la expresión. No puede uno andarse por ahí hablando de lo obvio como si fuera el máximo descubrimiento. ¡Claro que no es nadie es tu dueño!, he ahí la obviedad en el discurso, en el reclamo insano y tonto. La situación es más simple: "Si algo no me gusta, no lo hago, si alguien no me Abrirse al silencio.

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gusta o me hace daño, me alejo". Pero no puedo andar buscando siempre a una persona, que digo que me hace mal porque socialmente eso debo decir, cuando no puedo alejarme de él. Si no puedo alejarme de él, me adapto, descubro el sistema en el que se desarrolla la relación, y me hago parte de ese sistema para usarlo a mi favor. La felicidad no es una meta, siempre será una búsqueda. Mienten aquellos psicólogos que aprueban sus materias con seis; que se la pasan leyendo a Foucault sin entenderlo, a Cioran sin entenderlo, a Piaget sin entenderlo, y a tanto pensador extranjero sin haberse devorado primero a Samuel Ramos, o a Cosío Villegas, o Alfonso Reyes. La libertad no tiene gradientes, es una palabra con un simple significado, o hay libertad o no la hay, y no puedes ser libre si no has podido prescindir de los mascarones de la sociedad. Uno no puede ponerse el disfraz necesario para cada fiesta. Uno tiene que decir que su sexualidad es un disfrute y no un regalo, no una moneda de cambio, al menos que se decida a cobrar por sexo como una digna profesión (como dice el poeta: La puta ofrece su precio, nunca engaña); como no son monedas de cambios los hijos ni las emociones. El primer chantaje emocional debe ser contra uno mismo, y hay que pararlo. La primera voz a escuchar es la que nos habla en el interior, no hay que dejarla atrapada en el fondo de nuestra cabecita idiota. No puedes prescindir de ser un idiota si el espejo mismo te lo grita. Tu principal enemigo eres tú mismo, tu principal cadena, tu primer escollo a librar. Pero no puedes liberarte de ti mismo si has permitido que ese “ti mismo” sea rehén de todo aquel que se acerca a ti, si eres rehén de la sociedad. Tu liberación primera es dejar de hablar de soledad y sentirla en la carne, gozar de ella. La soledad no puede ser tu problema, al contrario, debe ser tu 92

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liberación, para poder ser tú mismo sin necesidad de usar máscara alguna. No falsearte respecto de las indecisiones de la vida o de los miedos. Poder decir: "Tuve una novia que estaba loca y siempre se aparecía al fondo de mis párpados", y no sentirse temeroso ni perseguido, sino honrado. El primer requisito para estar con alguien es querer estar. Si tienes temor, indecisión, miedo, vergüenza, lástima, una corazonada, los mil etcéteras, no seas ridículo y no intentes cambiar para estar con alguien, porque las relaciones ocurren solamente por los acuerdos que se tomen. Se responsable de tus actos y no te la pases en el cambio constante del disfraz. Me enferma la gente que llama Godínez a las personas que trabajan en las oficinas; y espero que todas esas personas que en verdad se apellidan Godínez, pasen de esta tonta, ridícula, ofensiva y estúpida burla surgida de un sector cuasi-fresa de la Ciudad de México, de aquel sector que tiene coptadas las libertades de expresión si no son las suyas: hablo de los medios nacionales de radio, televisión y prensa de sociales, espectáculos y linduras como ésas. Personitas de poquísima estatura y menos de dos dedos de frente, que por amiguismo en medios de comunicación, y cuyas esferas socioeconómicas les da para tener amistad con personajes de la política, y todas radicadas y cimentadas en la Ciudad de México, hoy por hoy, asfixiante por la burda capacidad en sus habitantes para cuidar el ambiente, pretenden cubrir el insulto sobre una clase social que lucha todos los días por dar cohesión social: la clase media. Sabido es ya de dos personajes que fueron retratados por las cámaras y guiones de cine y televisión en México, durante la segunda mitad del siglo XX: el personaje de Gutierritos, aquel oficinista que era vilipendiado por todos sus compañeros, jefes, e incluso su familia, en especial su Abrirse al silencio.

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esposa. Gran documento de cine que tenía la sana voluntad de retratar el abuso del poderoso sobre el débil. El abuso de todos sobre aquel ser pacífico, a veces lento, que tal vez por vivir respirando el plomo que entonces aún soltaban los miles de automóviles de la ciudad de México, pudo haber afectado sus capacidades conductuales y de aprendizaje. Y un segundo personaje genial de la serie de televisión La vecindad del Chavo, o El Chavo del Ocho como igual se le conoció, donde aparecía Godínez, interpretado por el hermano de Roberto Gómez Bolaños, guionista de la serie televisiva; personaje distraído que siempre aparecía al fondo del salón escolar. El pobre intelecto de algunos conciudadanos del otrora Distrito Federal, tuvieron la gracia de fusionar el nombre Godínez, para renombrar a aquel Gutierritos, imaginando que el niño de aquella escuelita de la televisión creciera dando como resultado a aquel personaje del cine. Pero como es necesario en todo ensayo, a pesar de la nimiedad de un tema, ir hacía las profundidades para poder desentrañar todo aquello que se tienen en la mente, en las tripas, en la piel, puedo plantear mi propia teoría para culpar a alguien más por el uso y abuso de ese mote de Godínez (las familias que en verdad llevan este apellido –con mucho orgullo y honor- me lo permitan), a todas luces ofensivo para todo un grupo de habitantes de este país, de de toda Hispanoamérica. En principio habrá que reconocer que Godínez es un apellido castellano, y sabemos que la terminación “ez”, significa “hijo de”; de esta forma analizamos que un González, sería un hijo de Gonzalo, un Hernández se le llama a un hijo de Hernando; por lo tanto un Godínez, sería hijo de Godino o de Godín, muy utilizado entre los “godos”; he ahí de dónde viene el apellido. 94

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Mi teoría para el comienzo y impulso de esta burla sobre las personas y familias apellidadas Godínez viene del impacto en medios dos personas que se las dan de divertidas pero que en muchas ocasiones abusan de ser cínicas. Una de ellas es Martha Debayle y la otra es la simple de Gaby Vargas; esto en cuanto a personas de carne y hueso. Pero así podemos analizar las páginas de revistas como Chilango, o portales como 'eldeforma', 'merca20', 'cultura colectiva'. Hasta el “escritor” Jorge Pinto que ha llevado la burla a sus bolsillos con un “Manual del Godínez” editado nada menos que por la editorial Aguilar. Entonces por un lado queremos espantar el fantasma del bullying y por otro lo promovemos, editamos, y vendemos. Están aprobando la burla de los apellidos, de las personas y de sus familias; aún recuerdo aquellas niñas que se burlaban de dos hermanos en la secundaria por su apellido Godínez, y el caos que ocasionaron en su familia, y otras familias, cuando la menor de los hermanos se cortara las muñecas por no poder resistir la burla de todos los días, y que el niño –el hermano- haya golpeado a una de aquellas niñas que era la cabecilla de tanta burla sufrida por su hermanita, y todo porque su padre y, por supuesto, ellos llevaban el apellido Godínez: "Nunca dejarás de ser una Godínez como tu padre y toda su familia", y todas las demás chicas la empujaban, le tiraban del cabello, le escribían notas en la espalda. Y ante este dolor, y esta tragedia que aquel sector de la Ciudad de México, insufla y festeja risa a risa, yo tengo una mejor propuesta. Por qué no mejor “a todos los simplistas que pululan en las radios nacionales” les llamamos Los Debayle. Acá algunos ejemplos: 1) Eres tan insípida como una Debayle; 2) Tus conceptos son ridículos y sin sustancia, pareces todo un Debayle; 3) Ya vinieron los Abrirse al silencio.

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Debayle, sus estupideces son hilarantes; 4) Órale tú, Debayle, deja de decir sandeces; 5) Pero qué Debayle eres... no todo puede ser una Debaylada tras otra, hay que pensar antes de opinar. 6) Tus Debayladas son de antología, eres igual de ridícula que la Debayle. 7) Y esos Debayles que siempre sacan notas ridículas de los espectáculos, ahí van ladrando y persiguiendo a los artistas como "debayles" esperando que les tiren un huesito en forma de nota para poder publicarla en su programita. Y así podríamos seguir en este ideal. Si todo se tratara de burlarnos del otro, burlémonos con ganas de aquellos que todo el tiempo están presentes en la radio, la televisión y la prensa, y no de las familias de aquellos que son iguales que nosotros, y no por seguir la bola, y no sin siquiera saber de qué carajo estamos hablando. El respeto se gana, mis queriditos, no se mama. O mejor aún: Porque mejor no nos burlamos de nadie, sino de nosotros mismos. No uses Godínez para hablar de oficinistas, respétate un poco, no seas un "Debayle" cualquiera. Si lo importante es mofarnos de los otros, piensa que tú eres el Otro de los demás. La literatura toda es el reflejo de una sociedad, qué estamos leyendo y qué cosa estamos escribiendo, qué es aquello que estamos publicando en esta Era del Caos en la que ahora estamos conviviendo. Si toda obra es el reflejo de la sociedad en la que los autores se dibujan, la sociedad misma puede volverse nuestra propia censura.

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Capítulo 2 Poesía Mexicana 1960 – 2016. Hace más de diez años me di cuenta que la revisión de la “poesía” que se está escribiendo en México habría de dejarme buenas lecturas, aunque he podido darme cuenta que los poetas mexicanos crean una obra poética cargada de altibajos, todo por perseguir —las más de las veces— presupuestos en becas, premios y prebendas, que incide en su crear proyectos literarios con poco espíritu, solamente para intentar convencer el criterio de un jurado, o un grupo de tutores, en demerito de una creatividad que surja desde su interior, lo que termina por afectar su obra. Un claro ejemplo será leer la obra de Balam Rodrigo (Chiapas, 1974), que en la última década ha ganado un gran número de premios de poesía, que le ha permitido la publicación de sus obras. Si uno revisa las mismas puede encontrar que aquellas obras como sus "Poemas de Mar Amaranto", y aquel "Bitácora del árbol nómada" son mucho más intensos y honestos que "Silencia" o "Braile para sordos", estos dos poemarios premiados en concursos literarios. Esto porque el autor no se está permitiendo la escritura, sino que intenta agradar a un grupo preciso de jurados o seleccionadores. Científico de formación Balam Rodrigo ha sabido aplicar un "método" para conquistar los premios. Ya lo decía el maestro Rafael Ramírez Heredia sobre la obra poética de Herminio Martínez, quien ganaba premios de poesía por todo el país, para poder tener el dinero suficiente que le permitiera dedicarse a la narrativa, su verdadera pasión. Es por ello no todos los libros que se diga de poemas terminan siendo un buen poemario; porque muchos de estos libros de "poemas" no son más que un constructo hecho a la medida para un concurso, y es avalado apenas por el gusto de una tercia de Abrirse al silencio.

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jurados, que –además- se sienten tocados por "el hado" para ser quienes tomen dichas decisiones. Esto lo digo como el lector que soy de poesía, que ha tenido que revisar el trabajo de poco más de 1000 autores mexicanos nacidos a partir de Sor Juana Inés de la Cruz. Baste señalar los autores compilados en las más de mil páginas del proyecto "Del silencio hacia la luz" que fuera editado en agosto de 2008, más las muchas antologías que se han desarrollado en México (en diferentes épocas), para el disfrute de los lectores (y las sobradas polémicas en las que siempre se quieren desbordar los autores de poesía mexicanos, nunca los lectores). Han caído ante mis ojos libros como "A contraluz. Poéticas y reflexiones de la poesía mexicana reciente", (FETA, 2005), compilado por Rogelio Guedea y Jair Cortés, donde se pueden leer los apuntes de quince “poetas” mexicanos expresando su forma de mirar, vivir, palpar la poesía, desde alguna intención crítica. Libros como "Escribir poesía en México", "La luz que va dando nombre", o joyas históricas como la "Antología de poetas mexicanos" editada y publicada por la Academia Mexicana de la Lengua de 1894, cuya reseña introductoria está firmada por José María Vigil (1829-1909). Porque abrevar de los compendios de poesía, como de las antologías que se han desarrollado sirve no sólo para conocer la obra poética ahí reunida, sino que permite mirar de un solo vuelo, la época del México y del mundo que les ha tocado vivir, y que ha influenciado su trabajo literario. Por ello es necesario generar y sostener en el tiempo la discusión con respecto a la creación poética, buscando siempre el debate de las ideas como de las propuestas que cada uno vierte en la época en que le toca escribir, revisar desde Jorge Cuesta, Gilberto Owen, Parménides García 98

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Saldaña, Salvador Novo, Ramón López Velarde, como los trabajos de Gabriel Zaid, Samuel Gordon, Armando Alanís Pulido, Malva Flores y otros tantos. El sólo hecho de reunir a quince autores para hablar sobre la poesía (que realizan Guedea y Cortés en su antología para hacerlos hablar de poesía) siempre se me ha hecho demasiado limitado, pero esboza un inicio, una intención ceñida a los presupuestos de los editores. Siempre uno se queda con las ganas de saber qué es lo que Jair Cortés piensa sobre la poesía, la crítica de la misma, y de la vida mexicana que le toca vivir. Rogelio Guedea, en cambios, nos lo viene dando de a poco, en cada uno de sus textos: una apertura real, un conocimiento inmenso e intenso de la literatura mexicana, y su sociedad cuajada de tantas diferencias, desestimadas todas por aquellos personajes que detentan el poder. Ustedes pensarán que son demasiados los poco más de 1000 poetas que uno tiene la oportunidad de leer y revisar en México, pero si consideramos que somos un país de casi 200 millones de habitantes, con una historia independiente de poco más de 200 años, sumados a los 300 años de época colonial, la historia literaria y poética de nuestro México es vasta, por lo que conocer a un poco más de 1000 autores es pobrísimo; me acuso de no haberlo leído todo. Desde esas fechas (2007) me he ido convenciendo de la necesidad de abrevar dentro del panorama de los poetas en México, conocer más sobre estos autores, y revisar a muchos otros, a todos los que pueda (como dice Dylan Thomas, en su "Manifiesto", leer todo lo que cae en nuestras manos, para luego quedarnos con aquello que nos ha gustado, y volver siempre a esas lecturas). Que mejor forma de conocer a los autores que por medios de sus obras, consultando sus escritos, ya sea los libros publicados o el cúmulo de revistas Abrirse al silencio.

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impresas que fueran cayendo en mis manos; de esta forma el trabajo es doblemente hermoso: leer autores y conocer las propuestas de editoriales y revistas literarias –impresas y electrónicas. Hay que reconocer que esta es una tarea que se presentaba fuera del alcance de la mayoría de los lectores de poemas, pero mi terquedad y mi gusto por la poesía me han enseñado el adecuado camino. Recordé una sentencia que una vez alguien dijo en un taller de lectura: "si quieres, puedes leerte toda la obra de algún escritor ruso, te llevarás algunos años pero podrías hacerlo; lo que se aconseja sería leer al menos una obra de cada autor, así conocerás más estilos, disfrutarás muchas más visiones, podrás recuperar diferentes emociones y formas de pensar", y me quedé con esa intención. Puedo darme cuenta que no necesito leer la obra completa de Sara Uribe, y que abrevar su mayor registro Antígona González, puedo darme una idea de su poética, sus búsquedas y su capacidad creadora. Las muestras de poesía que se escriben en México vía antologías y compilaciones, no es más otra misión imposible, con la posibilidad del libro en formato electrónico. Reunir a los poetas en un solo documento, para admirar la poesía que están creando, disfrutarla, juzgarla, paladearla. Que cada lector, cada antologador pueda encontrar su propia razón para reunir la poesía mexicana siempre será una idea bienvenida; porque la distribución de muchos de los poemarios que se publican en ediciones de autor, así como por editoriales independientes, o por medio de los institutos de cultura de cada uno de los estados, no cuentan con los suficientes canales de distribución, y ante muchas de esas dificultades, la lectura e investigación es necesaria, como es necesaria la crítica, los comentarios, el debate y la discusión de los poetas, los lectores y los 100

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editores. Es difícil y duro para la economía de muchos lectores poder conseguir toda la colección de poesía del Fondo Editorial Tierra Adentro (FETA), y habrá que dejar de mirar siempre hacia el centralismo tan insistente en el país, porque el país de las letras, el país de la palabra, el sitio donde la poesía se escribe no puede ser limitado a revistas o editoriales de la capital, cualquiera que sea su gradiente de prestigio. La distribución de los libros de poesía es verdaderamente reducida, sin embargo la comunidad poética no es del todo egoísta, y un autor siempre nos va presentando a otro, te conduce hacia los otros; y de esta forma es como las antologías van tomando forma, los grupos van hermanándose, en torno a un solo lenguaje poético universal (sin adalides que mitifiquen algún tipo de estética, dado que incluso los más incrustados en su soberbia, son medidos con la misma tara… el tiempo). La poesía mexicana es una poesía de altibajos. Se ha pretendido hacer creer que ciertas instituciones culturales gubernamentales validan a los autores mediante becas y ediciones, y que todo lo demás, en cuestiones de estética, queda por debajo de esas recompensas monetarias. Los inconvenientes son muchos respecto a este tipo de "validación del poeta", que no de los poemas. Porque al ser una institución con un presupuesto federal, aquellos que trabajan para dicha agencia del gobierno, aun como asesores externos, no dejan de sentir –mediante el cobro de un presupuesto- que su palabra y juicio poético adquiere un valor agregado. Y necios son aquellos que comparten la opinión de que la poesía, la literatura, el arte puede ser medida con tal subjetividad. El gusto de un pequeño jurado, avalado por una institución y su normatividad, termina siendo quien precipite la obra de todos aquellos que no Abrirse al silencio.

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fueron beneficiados con dicho premio, exaltando aquella obra y más a aquel autor que fue beneficiado por este grupúsculo de "decididores asalariados". José Donoso, en el prólogo que escribe para la novela "El Astillero" de Juan Carlos Onetti, para la editorial Bruguera, cuenta la anécdota de un premio en el que fue jurado y pudo leer por vez primera la obra que ahora prologaba, señala como quiso convencer de las bondades y grandeza de la obra del narrador uruguayo, pero no lo consiguió, razón por la cual el premio en cuestión lo obtuvo otra obra y otro autor, de los cuales no recordaba ni el nombre. Con base en esta anécdota es que uno tiene que sopesar el gusto del jurado para 'validar' una obra poética, literaria. En México, las instituciones federales de la cultura, con tal de no caer en dichos cuestionamientos, impulsan toda una carrera de marketing respecto al autor y a la obra que han premiado. Desde luego, no vaya a ser que lo dicho por sus jurados no rinda los frutos necesarios al paso del tiempo. Pero hay mucho de sin sentido, porque se pretende librar una batalla contra el tiempo, que no es más que una batalla contra el gusto de los lectores. Todo se vuelve una lucha y competencia por presupuestos. Una batalla campal que en ocasiones ha sido hasta cubierta por infinidad de revistas y periódicos, para conseguir puestos de directores, editores, jefes de departamento, consultores, asesores, jurados, tutores de becas, así como de todos los escritores que se van agrupando alrededor de los personajes que ganan las batallas, y por ende, los presupuestos. Limitando un amplísimo mundo de letras a unas cuantas decenas. Y haciéndole creer al resto del mundo que la Poesía Mexicana está hecha por autores a los que ellos han validado vías las becas de la Fundación de Letras Mexicanas, el Fondo 102

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Nacional para la Cultura y el Arte, con dos de sus vertientes: Sistema Nacional de Creadores y Jóvenes Creadores. La búsqueda del lector que soy y he sido, me ha permitido conocer y mirar más allá de estas limitaciones. Limitarse en la 'era del internet' es un total retroceso. Es por eso que siempre alcanzo a leer a aquellos que han sido declarados triunfadores, como a todos aquellos que buscan sus ediciones en otros ámbitos, y así leo mediante las antologías, los libros, las revistas, los portales de internet, la obra de los autores de México. Y es justo de esta misma forma como ahora (en 2016) comienzo a mirar las poéticas de los poetas contemporáneos de los Estados Unidos (quizá por vivir ahora tan cerca de la frontera norte de México). Los autores continúan enviándome sus poemarios, sus revistas, algunas antologías y así mi gusto y conocimiento sobre la poesía mexicana se alimenta y retroalimenta. He podido revisar desde los volúmenes de poesía yucateca compilados por el investigador Rubén Reyes con "La voz ante el espejo", donde se logró reunir a los poetas yucatecos nacidos en los siglos XIX y XX; hasta "Un camino de hallazgos", que reúne poetas de Baja California, compilada por Gabriel Trujillo Muñoz en 1992, y pude observar que lo mismo debe ocurrir con los colectivos de poesía nacionales. Un indeterminado número de documentos colectivos de poetas han llegado a mí, ora de librerías de viejo, ora por medio de obsequios, y muchos de ellos he tenido que comprarlos; libros como "Poetas de Tierra Adentro", "El manantial latente", "Eco de voces", y muchos otros. Aún así, a pesar de la extensa bibliografía que he conseguido, sigue siendo insuficiente. Con un poco de mirar el mundo de la literatura en México, uno puede darse cuenta y tomar conciencia de lo injusto que han estado siendo la infinidad de antologías, cuadernos Abrirse al silencio.

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colectivos de poesía, así como los apartados que en diversas revistas nacionales se han desarrollado acerca de grupos de poetas, reunidos debido a la amistad, al compañerismo, por formar parte de un taller literario, hasta por el hecho de hablar de Mafias literarias, (hay una insistencia con esto de las mafias, porque nos hemos sumido hasta el cuello en la corrupción, digan si eso no es poesía). La antologuitis y la antolometría, ha ido en aumento, y cada libro, ensayo, nota acerca del tema poético viene a ser un pequeño muestrario que permite al lector y al crítico, la oportunidad de reconocer la calidad de dichos antologadores, y preguntarse ¿es ésta la poesía que se escribe en México?, ya que cada “autoridad” que se dedica a realizar compilaciones pudiera pensar que su selección es aquella que debe representar a la poesía que se desarrolla en este país, en un espacio de tiempo reducido. Y muchos otros dirán, faltó este autor, ignoraron a tal escritor. De nuevo una cuestión de presupuestos que supera a los gustos. Lo cierto es que el número de antologías es inmenso, al cual debe sumarse el poder de la tecnología y los alcances que tienen las páginas web, para ver que el número de los autores reunidos por medio de una moderna “asamblea de poetas” crece de manera exponenciada. Ya Samuel Gordon, presentó algunos breves atisbos sobre la poesía mexicana al fin de siglo, señalando las diversas antologías que tuvo que revisar y recorriendo un número aproximado de 200 poetas contemporáneos, de los que señala: "son las generaciones sin generación, donde lo único que podría agruparlos son las antologías". Así tenemos libros como "Poetas de Tierra Adentro", "El manantial latente", "Cartografía de la literatura oaxaqueña actual", los Anuarios de poesía mexicana, los libros denominados "Los mejores poemas mexicanos", los 104

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colectivos resultado de las becas de jóvenes creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), y un muy grande etcétera. Para dejar constancia de ese panorama que señala Gordon, el 'Mapa Poético de México' pretendió ordenar a los autores desde la simplicidad de su lugar y fecha de nacimiento. No ordena el trabajo de los autores por inventos retóricos de connotación de sentimientos, automatismo, ni imágenes de la naturaleza, tampoco por medio de expresiones del subconsciente que no aclaran nada como poemas pertenecientes a estratos adánicos, o metalingüísticos, no, nada de eso. Prefiere ordenarlos siempre por su lugar y año de nacimiento y reunir a los poetas cuyos trabajos han sido reconocidos por medio de premios, publicaciones, o inclusiones en las ya mencionadas antologías; considerando dos requisitos: 1) Haber publicado al menos una plaquette de poesía o haber ganado un premio de poesía (estatal, regional o nacional); y 2) Haber publicado poemas en alguna revista de las que el Sistema de Información Cultural (SIC) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ha censado estado por estado. Esto porque el SIC es una base de datos totalmente incluyente, administrada ajora por la actual Secretaría de la Cultura que siempre ha servido de herramienta para conocer las publicaciones periódicas, sus editores y los autores que participan en ellas. En ocasiones para los mismos autores, conocer las revistas indexadas en el SIC, les ha permitido relacionarse con las revistas para promocionar su obra en otros estados de la república mexicana. Para decir quién es o quién no es poeta, o qué es o no un poema, o poesía, basta que los antologadores consideren la publicación de sus obras, validándolas, pero repito, será el Tiempo quien indique cuáles de todos esos 'autores' entran a la tradición Abrirse al silencio.

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literaria, de acuerdo al gusto de los lectores. Con las nuevas tecnologías hay que estar preparados para encontrar autores que son más leídos que aquellos que puedan tener todos los presupuestos que entreguen las instancias del gobierno. Los autores mexicanos de poesía son señalados como poetas por aquellos jurados que decidieron otorgarles un premio, por los editores que decidieron publicarles un libro, o por los consejos editoriales de las revistas que decidieron arriesgarse a publicarles algún poema; lo cual permite al futuro lector conocer un amplio margen de la creación poética que se desarrolla en México, sumar esfuerzos por la tradición literaria y, sobre todo, tener una visión amplificada de la poesía que se viene escribiendo en México en los últimos años. Porque toda antología, toda revista que publica poemas, todo poemario que es publicado debe servir para mantener un reconocimiento para toda la comunidad poética existente en el país, esos seres cuyo principal reto es romper con la hoja en blanco, y lanzarse a dominarla; expandir su creatividad, su talento, sus propias miserias, sus demonios, en la búsqueda de la frase correcta, de la oración exacta, y que comparten entre sí, una sola cosa: el arriesgarse a ser leídos. 2.1. Sobre la crítica de poesía, los innecesarios textos. El 16 de abril de 2011 el escritor Heriberto Yépez causó revuelo entre un sector de lectores y escritores de México con la nota Qué chula mi narcocultura, donde apunta: “Es frecuente que la intelectualidad nacional pida la legalización. Yo también estoy a favor de ella, pero estoy más a favor de que mientras la droga sea traficada por personas sin escrúpulos —narcos o policías, militares, funcionarios corruptos— seamos radicales: renunciemos al 106

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narco-consumo. Vamos al grano: el consumidor de droga mexicano, junto con el gringo, es el patrocinador directo de todos estos asesinatos.” Mientras leía la discusión que se armó al respecto, pasaba las páginas del libro "Escribir poesía en México" que apareciera en 2010, por Bonobos Editores, en su colección Postemporáneos, y me detuve en estas líneas de Maricela Guerrero: “Naturalmente la forma de hacer crítica en nuestro país ha oscilado entre el ninguneo y la ofensa, (…)”, y entonces, para saldar la discusión ñoña sobre cruz cruz cruz que se vaya el narco y venga Jesús, me quedé con mi propio ideario ¿por qué son peores la coca y la mota, o las demás drogas duras, que el cigarro, la taurina, la cafeína y el alcohol? ¿Por qué tenemos permiso de emborracharnos a libre albedrío y no fumarnos un churro? ¿Por qué? ¿O acaso los poetas, aburridos en ocasiones, tenemos que denostar los ideales del otro para no llegar a nada, y tener el sano pretexto de escribir? Y sobre este sano pretexto de escribir, y abonando a la discusión, Vivian Abenshushan le contesta a Yépez: “Hace meses que no prendo un churro, pero si lo hiciera, no tendría por qué sentir que estoy, por eso, del lado del “mal”, como no lo hago cuando acompaño mi comida al lado de mi hijo y mi esposo, con una botella de vino tinto. ¿Cuál es la diferencia? Que una es legal y la otra no. Punto.” Unos escritores discutiendo si las drogas son malas o no, si los que las consumen son responsables directos de la violencia que causa tantas muertes y desapariciones en México, o si la legalización puede o no ser una solución. Tiene que ver con que los escritores mexicanos igual son ciudadanos de esta malograda república y tienen el medio y la capacidad para poder debatir. Yo lo celebro, aunque sigo siendo escéptico. En casi cinco mil años de prostitución, aún no tenemos una Abrirse al silencio.

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prostitución legal, y ha empeorado el tráfico de niños y niñas, mujeres y jovencitos que son obligados a prostituirse. Qué nos hace pensar esto. Que la legalización de ninguna droga detendrá las ganas de lastimar al otro. Porque la maldad habita en la necesidad de tener en poder adquisitivo que nos haga sentirnos bien, con la menor cantidad de esfuerzo. Yo se que la carne de puerco es legal, pero no puedo tener certeza de que la carne que me venden en ningún mercado sea carne de cerdo, puede ser carne de burro, de perro, de caballo, o hasta carne humana, y ¿por qué? Porque el que me vende la carne, quiere tener la mayor ganancia con la menor inversión. Sabido es que hay hombres y mujeres que pueden decidir prostituirse para tener dinero vía sexo, pero para alguien que busca la riqueza con la menor inversión, le será más fácil secuestrar niños, mujeres, jovencitas, jovencitos, obligar a estas personas a tener sexo, ofrecerlas sólo como carne para ser usada, lacerada, y sin siquiera tener que pagarle, lo cual le dejará mayores ganancias. Lo mismo seguirá pasando con toda legalización. El empoderamiento, y las búsquedas económicas son aquello que siempre hará a alguien querer pasar sobre otra persona, grupo de personas, o pueblos. Por eso celebro toda intención de debate y discusión, siempre y cuando sostenga argumentos. Y lo celebro porque al revisar el libro "Escribir poesía en México", los compiladores señalan sobre el carácter del proyecto: “la discusión en torno al binomio arte y sociedad está en el aire”, y van más lejos al intentar definir lo que el lector encontrará en el libro: “Ensayos que exploran la pulsión estilística, paratextual y simbólica que entrelaza las prácticas poéticas contemporáneas con la dinámica social, cultural y política de nuestro país.” Agrupados por Santiago Matías, director del 108

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proyecto Bonobos Editores, y los poetas Julián Herbert y Javier de la Mora, los ensayistas compilados se cuestionan el presente, se contradicen y confrontan entre sí, lo que establece un atractivo espacio para la discusión. ¿Cuál es el siguiente paso?, que toda discusión llegue a los lectores. Sirva este pequeño texto para informar y enseñar un pedacito del trabajo que los autores compilados y sus compiladores encierran en el libro Escribir poesía en México. Creo, sin temor a mentir, que contiene ensayos que puedo considerar imprescindibles. Aclaro que puede tratarse de mis propias búsquedas, pues como afirma Tedi López Mills (1959) “Sus miembros señalan: esto es poesía, esto no es poesía y, generalmente, la que aprueba el examen se asemeja a la que escriben ellos. La tradición se busca en los otros. Como si el conocimiento sólo pudiera ser autorreferencial”. A mi gusto son de destacar, además del trabajo de López Mills titulado “Poesía y tradición desde el ahora”, los trabajos de Luis Alberto Arellano (1976), Ernesto Lumbreras (1966), Maricela Guerrero (1977), y para todo editor en México el texto que nos deja León Plascencia Ñol (1968); me repito, quizá puedan ser mis búsquedas, pero en estos textos uno se siente contaminado por la actualidad, por el deseo del poeta para mirar su mundo, de sentir desde el ahora, de reconocerse como lector dentro del “drama” vivencial que los autores desarrollan. Luis A. Arellano nos narra el paso de tallerista literario a punto de tirar la toalla por la burocracia imperante en un reclusorio donde “Todos los lunes, durante dos años, llegaba a medio día (…). Cada lunes en ese pasillo me preguntaba si valía la pena dejarlo y no volver la siguiente vez.” Con una prosa limpia, serena, clara, anecdótica, llena de camaradería te lleva de la mano por las vivencias que tuvo: “Mis talleristas hablaban mucho sobre lo Abrirse al silencio.

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que los llevó a prisión. Constantemente revisaban dónde fallaron, por qué los agarraron, a quién olvidaron sobornar.” Y con base en el anecdotario vivencial del cual deja testimonio, en ocasiones de manera que hierve la sangre, expone su planteamiento como creador: “Como otros tantos, he sido tomado por una poética más inestable que enseñe marcas del proceso y de la persona que participa en él. Estoy en una búsqueda que no tiene un punto de llegada deseable”. El texto de Maricela Guerrero me recordó mucho el de Sylvia Koniecki, "Análisis sobre el mito de Kurt Cobain", (2004) en el que se retrata a la generación de jóvenes nacida en la década de 1980. Guerrero define a su generación, la nacida en la década de 1970, “(…), una de las preguntas más complicadas de responder a estas alturas sería aquella que interroga por la pertenencia a un tiempo y un espacio…”. Luego de definir, con base en su nostalgia, en los recuerdos de su infancia y desarrollo adolescente, y extrapolar sus vivencias a su generación, con base en sus lecturas y estudio literario, da muestra de que los poetas que comenzaron a publicar en la década de los noventa: “… optaron por la búsqueda del lenguaje en poemas metafísicos con vocabulario enrarecido, en los que se aspira a un cierto frenetismo verbal con poemas de un grado magnánimo de precisión y exacta manufactura de altos vuelos retóricos; poemas de lujo intelectual en los que se aspira a la descripción de estados del alma en tránsito espiritual hacia el infinito de la música de las esferas, estados del alma viajando en la búsqueda del sentido sagrado del lenguaje y la eternidad, algo así como la búsqueda de la divina gracia, poemas en lontananza y amadas etéreas inalcanzables (…) , poemas en los que se prescinde de lo biográfico o histórico y se adopta una postura de iluminado en trance, en loco afán 110

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contra la corporeidad que tanto nos ata a este mundo material, caduco e incierto”, y lo hace con un encantador tono burlón. La intención de la autora se logra, leer este ensayo sobre la generación de poetas mexicanos nacidos en la década de 1970, da muestra de un ojo avizor que todo creador debe tener. El poeta es un ciudadano más con credencial de elector. Que vive y convive dentro del mismo contrato social, y desde ahí, se aísla, se corrompe, se rompe, se desborda, se aniquila y se vuelve a levantar para decir: existo, existo, existo. El trabajo de E. Lumbreras es una crónica vivencial sobre la toma de Oaxaca por las autoridades federales en 2006, mientras brindaba una serie de talleres literarios. Un foto-reportaje de imágenes poéticas narradas. Como lector puede uno estar ahí, caminar con el autor y sus talleristas en las noches oaxaqueñas, de barricadas y bombas molotov. Sentarse con ellos a discutir la necesidad de la poesía en la sociedad: ningún poema ha servido para aniquilar a un tirano, para destruir un imperio, para sacudir a un pueblo y encaminarlo a la revuelta, y no ha dejado de hacerlo. El texto de Lumbreras es genial, pues como dice López Mills: “Nunca he sabido qué obligaciones tiene el poema”, y en el texto de Lumbreras uno puede palpar y darse cuenta de esa aseveración. Estos tres ensayos sobresalen por su factura, por su intencionalidad, su denuncia, interrelación y claridad. Textos que muestran, enseñan, educan. A ellos puede uno sumar el de Plascencia Ñol; el trazado de una ruta como editor, texto confesional necesario para todos aquellos que quieren dedicarse a la edición de libros en México, más si la intención son libros de arte, más si se trata de libros de poesía: “Editar poesía es una aventura fallida. Sólo la obsesión permite seguir. Editar es el arte de la suplantación.” Abrirse al silencio.

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Trece ensayos más los acompañan. Todos dignos de mayor discusión que la que me atrevería a señalar en estas líneas. Textos que invitan a reflexionar en el título y en la apuesta: Escribir poesía en México. Carla Faesler sobre los diferentes medios alternativos para la poesía, y un recuento de daños, Myriam Moscona nos regala un tramado “feisbukero” para desarrollar sus intenciones literarias muy ad hoc. Un adormilante texto de Pura López Colomé sobre la traducción, que encantará a los puristas y los interesados en el tema. Un casi-largo texto de Josú Landa sobre el valor y lugar de la poesía en el consumo preferencial del mexicano promedio: “(…) es estúpido esperar que la poesía ocupe un lugar más amplio y visible en el actual orden cultural, si no se le permite estar al tú por tú con la economía, la política, el deporte, el espectáculo y los noticieros, en los espacios ‘reales’ del presente”. Pero son de destacar tres textos escritos por Juan Carlos Bautista (1964), Hernán Bravo Varela (1979) y Óscar de Pablo (1979) de amplios vuelos que terminan ahogándose por ser reiterativamente de apariencia entreguista. En los tres trabajos uno puede encontrar posturas, intenciones, una vasta cultura y capacidad para el desarrollo de las ideas, y yo me pregunto: ¿era necesario arruinar su texto hacia la adulación de la figura de Luis Felipe Fabre (1974), volviéndolos innecesarios? Primero el texto de Bautista va perdiendo vuelo sobre su digresión y apuntes de cómo ha ido permeando la violencia cotidiana del México bravo, hacia la literatura. Toma como base a Velarde para luego tocar el trabajo y denuncia hecha por Teresa Margolles en la Bienal de Venecia y su ya célebre exposición ¿De qué otra cosa podríamos hablar?, pasar por Camelia La Texana, amansar su discurso, controlarlo y subirlo a la poesía de Villaurrutia, 112

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Gorostiza, Sabines, Paz, Julio Ortega, Novo, Reyes y uno debe acabar diciendo: “El que mucho cita, poco tiene que decir” y ellos solos se descubren. Es entonces, cuando se han agotado las citas, que se abre la adulación: “Abro al azar el tomo recopilado por Fabre, Divino tesoro, antología de la jovencísima poesía mexicana, y leo cosas sorprendentes, que anuncian una sensibilidad inédita.” Su alusión es sorprendente (igual abro al azar el "Divino tesoro" (2008) que extraigo de mi librero) y leo estos versos: Ven. Dime daniel, danielito, niño de aliento dime lindo, requetelindo, dolor de espina. Lindo pájaro sin patas condenado al vuelo. Pero ven aquí, no me ando por las ramas: existo alrededor de un árbol (colorín o jacaranda de púrpura estampida). Daniel Saldaña París

Y esos versos del poeta Daniel Saldaña antologado en "Divino tesoro" no parecen ni siquiera versos mucho menos cosas sorprendentes como quiere apuntar Bautista, y menos anuncian una sensibilidad inédita. Para salvarse de la risa, en su intervención en "Escribir poesía en México" Bautista recurre a un poema de Omar Pimienta (1979), que no parece tan tomada al azar como señala (ya vimos lo que ocurre si abrimos esa antología 'al azar'); porque la voz poética de Pimienta permea por sí sola en sus búsquedas desde mucho antes de "Divino tesoro", pero como dice López Mills: “la que aprueba el examen se asemeja a la que escriben ellos. La tradición se busca en los otros”. La cosa no queda ahí. Cual evangelio sinóptico, Bravo Varela se trepa al ensayo y nos entrega una lucha entre Avelina Lésper y Teresa Margolles a propósito de la misma exposición: ¿De qué otra cosa podríamos hablar? (ajá, dice uno, como si no Abrirse al silencio.

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hubiera más temas, y continúa). De la misma forma recorre la tradición del arte y las poéticas, su contaminación o asimilación de la violencia (Eliot, Julio Hubard, Jorge Hernández Campos, Bertold Brecht, Pier Paolo Passolini, Gorostiza, Cuesta, Chumacero, Sabines, Segovia, por mencionar algunos de los autores que nombra y repito: "El que mucho cita, poco tiene que decir"), hasta caer de nuevo del 'cielo escritoril' hacia la 'llanura adulatoria': “En contraste, el dogma establece la creencia en el ‘poema mexicano promedio’, definido así por Luis Felipe Fabre: Solemne, formalmente impecable, aséptico, apolítico, pretendidamente atemporal y sublime, tradicional con uno que otro detalle moderno: bellísimas aves surcando el éter”. Yo me pregunto si un creador del talante, sagacidad y capacidad de Bravo Varela requiere de esos trucos cuando es capaz de escribir: “La poesía mexicana no ha sabido corromperse —es decir, contradecirse— como debiera: le ha faltado decisión, cinismo, incertidumbre.” Uno tiene que leer y releer cada uno de estos textos y apartar las intenciones mitificadoras que los alumnos-compadres quieren hacer de su maestro-compadre, y quedarse con ¿qué diablos ha querido decir, explicar, proponer, debatir? ¡Que se arruinen solos!, diría el editor. No bastando la repetición hecha por Bravo Varela, viene Óscar de Pablo y con un texto muy rico en soberbia se explaya en un ensayo sobre el valor de culto y el valor de exhibición, como si se tratara de una pobre discusión en las redes sociales. Luego de debrayar al estilo de los anteriores autores, cita tras cita (Aristóteles, Walter Benjamin, Homero, Góngora y Sor Juana, Huidobro, Gorostiza, Neruda, entre otros), misma fórmula, diferente capacidad, con un estilo pulcro, de fácil lectura si te tapas la nariz ante el tufo del histronismo ególatra, caminas hasta el 114

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final del texto con un delicioso sabor de ‘chido’, para descarrilarte de nuevo con un: ajá, ahí van de nuevo, porque De Pablo se lanza con el mismo rubor: “(…) el buen gusto nacionalmente uniformado (marca del “verdadero poeta serio”) llegó a valorarse muy por encima del poder renovador de las ideas poéticas de fondo y de forma. El canto del cisne de esta forma de pensamiento único fue la muestra de poesía "El manantial latente" (publicada en 2002). Dicha muestra tuvo el inmenso mérito de reflejar la realidad de la joven poesía profesional de su momento: una serena uniformidad de gusto que, leída a la luz de los desgarramientos posteriores, resulta más bien asfixiante”, y uno tiene que jalarse el cabello y exclamar: ¡qué dijo! Y se atreve a más dislates (habría de celebrarse el atreverse a plantear el debate, si lo fuera): “Ahora bien, desde el momento de aquella publicación, ha podido constatarse entre los poetas jóvenes un verdadero cambio de sensibilidad dirigido a cuestionar radicalmente el ‘estilo nacional’. La muestra de poesía joven publicada en 2008 "Divino tesoro", que no pretendía ser representativa de la totalidad, sino de la tendencia, consiguió demostrar la profundidad de este giro”. Válgame dios, “la profundidad”, “el canto del cisne”, “el verdadero poeta serio”, “el estilo nacional”. Como decía mi Tía Evelia: "eres como el henequén, te cultivas solo", a lo que yo añadiría: “dime lo que presumes y te diré lo que careces”. Pero qué necesidad de adularse unos a otros. El “estilo nacional” entre ellos es recurrente: “¿Cómo se inserta, pues, Nosotros que nos queremos tanto en esta pequeña gran historia? Bajo el amparo, pienso de un risueño y cordial gesto alfonsino: los poetas que conforman el consejo editorial de El Billar de Lucrecia fueron invitados por Rocío Cerón, su directora, a participar en la antología; a su vez, Abrirse al silencio.

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ellos tenían la misión de invitar a otro u otra poeta a formar parte de la muestra. (…) los lectores deben, a mi juicio, tener en cuenta que se trata de una antología que se ríe de las antologías…” (Marcelo Pellegrini, en 'Clichés de antología', que sirve de prólogo a Nosotros que nos queremos tanto, 2008). Inscrito con letras de oro al igual que textos de esta naturaleza: “A "Divino tesoro" no lo mueve, entonces, un afán canonizador, sino de registro”, dice Luis Felipe Fabre al iniciar el texto introductorio a su antología, para terminar diciendo: “(…) podría decirse que los modernos de hoy serán los cursis del mañana. "Divino tesoro", desde su título, quiere evitar el trámite moroso del tiempo, así que se adelanta y asume desde ya esa gozosa fatalidad”. (Divino tesoro. Muestra de nueva poesía mexicana 2008). Entonces ellos son los modernos. Hasta el cansancio las palabras de López Mills: “la que aprueba el examen se asemeja a la que escriben ellos. La tradición se busca en los otros”. El tedioso afán mitificador de Bautista, Bravo Varela y De Pablo se traza dentro del libro Escribir poesía en México ¿les es tan necesario crear el mito? Los compiladores Julián Herberth, Javier de la Mora y Santiago Matías señalan en su prólogo: “Por mera formalidad, y como gesto de cortesía dirigido a los campeones del resentimiento, incurrimos en la falta de resaltar lo obvio: esto no es una antología —en el sentido justiciero y omnímodo que suele darse a tales documentos—; es simplemente la expresión de una conjetura colectiva.” Si uno teje puentes entre Nosotros que nos queremos tanto, Divino tesoro y el texto que ahora nos ocupa Escribir poesía en México, ¿en verdad pensamos que el afán de decir “campeones del resentimiento” es algo que al lector, ciudadano común, le importe? Trataré de explicarme. Como se aborda de manera clara e interesante dentro de los 17 116

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ensayos que conforman el libro, los poemas, las poéticas y los ensayos sobre el tema de la poesía y la sociedad, que ellos mismos señalan como intención, fracasa, porque los temas que discuten terminan solo importándoles a aquellos buscadores de poesía, aquellos interesados en el poema, en dedicarle su tiempo, lectura, dinero —el menos de ser posible. Entonces, si los mismos que formamos la tradición nos leemos una y otra vez, supongo que escribimos en una inteligencia para nosotros mismos, los lectores que somos cuando no escribimos. Lectores atrapados ya en la tradición o que quieren saber de ella y penetrarla. Lectores de poesíapoetas, poetas-lectores de poesía. Si una persona quiere entrar a esta escena poética mexicana y le entregamos “mitos” de “nosotros somos los buenos, los demás nos odian, y como nos odian, los odiamos más, diciéndoles que no nos importa que nos odien”, ¿qué ganamos, quién gana con estos dislates? ¿la sociedad mexicana, cuyos impuestos forman los presupuestos que luego gozan como becas, dinero para sus ediciones? Decía mi sobrina: “El maestro de matemáticas es un ‘tonto’, corregí la forma en que explicó las ecuaciones, y por no reconocer que se equivocó, se enojó y me sacó del salón.” A lo que le contesté: "Pero si vos crees que el maestro de matemáticas es un ‘pendejo” para qué discutes con él y pierdes el tiempo. ¿Si discutes con alguien que para ti es ‘pendejo’ en qué te convierte a ti?" Nos quejamos de que no haya lectores de poesía, pero a los que quieren acercarse los atrapamos en el camino con: "¡Hey!, no te lleves con aquellos, la piedra filosofal se llama Luis Felipe Fabre es el mejor". Y otros refutan: "No no y no, Mario Bojórquez es mejor", y los cansamos y hartamos para que nos griten: "¡Estamos hasta la madre de sus acusaciones de mafias!" Abrirse al silencio.

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Ellos son de la mafia, no, ellos son, no, ustedes, no aquellos, todos somos, nadie es, y la mafia se ríe y se ríe desde su cómodo sueño. ¿Qué ganamos? Que cada quien lea lo que tenga que leer, y lo que quiera. Pero no ofrezcamos innecesarios textos adulatorios sobre nuestros compadres, que la obra sea la que hable de cada quien. El tiempo, querido lector –no me cansaré de decirlo- pondrá en su lugar a los poemas. Causa tristeza, insisto, que tres compañeros de grandes vuelos poéticos como Bautista, Bravo Varela y De Pablo tengan que recurrir a mitomizar la figura de un camarada (Fabre en este caso). Pero cada quien sus búsquedas. Como lector de poesía les comparto a los interesados mi postura. 2.2. De una discusión (sin) estética sobre un portal de poesía. ¡Oh!, pederastas incomprensibles, no seré yo quien lance injurias contra vuestra gran degradación Lautréamont

Los insultos no son las palabras que hemos asumido como "malas", sino las intenciones de quienes las dicen. Cuando se intenta lastimar, denigrar, denostar, acusar, hacer menos a otra persona, a un grupo de la sociedad, a un pueblo todo, mediante palabras, se está insultando. Todos sabemos de la existencia de "los machitos de ordenador", porque desde la comodidad de tu casa y sofá, puedes mentarle la madre a alguien, amenazarlo y hasta decirle: "Cuando vengas a Cuernavaca, te voy a partir la cara, por haberme descubierto y expuesto junto a los Poetas Corruptos y sus tranzas". Desde la seguridad de tu casita puedes sentirte capaz de decir lo que quieras: "Lo tuyo no es poesía". Y recibir una agresión: "A tu madre sí que le ha gustado". Y 118

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decir que de esto se trata la crítica literaria. El que se lleva se aguanta. Tres temas entonces: 1) lo que es y no es la poesía, el arte, la literatura (y su discusión de arandelas y arañazos), 2) lo que es el ser gregarios, agruparse, coincidir y tomar partido por quien se victimiza, sin conocer más allá de las múltiples historias, creer siempre lo primero que se lee en las redes sociales sin indagar en serio en cada tema, y 3) convertirse en aquello mismo con que se discute y menosprecia. Si discutes con un "tonto", te conviertes en otro tonto. De la literatura, poética y estética, cada quien sus gustos: y que el tiempo ponga en su lugar a los poetas. Los premios, publicaciones y becas, en este México, no validan el excelente poema ni poeta, toda vez que las becas no se brindan a la excelencia. La riña, la rijosidad y los distintos motes de "emergente", la otra poesía, el poeta de arrabal, los excluidos, los acusa-mafias, tampoco validan poetas y poemas. ¿Y entonces qué valida al poema y al poeta? Y la respuesta no es más que otra pregunta: ¿Es importante? Si no piensan subirse a una discusión seria, de posturas y propuestas, evidencias y muestra de fallos, entonces tan sólo leamos los poemas, que existe mucho qué leer y poco tiempo. Si dos andan discutiendo sobre poesía en una red social, en este tenor: Los poetas de tu página son malos; mi trabajo es mil veces mejor. Y el aludido replica: Tú eres un cursi. Y los dos se la pasan dándose de zapes virtuales por sus definiciones de estética, presupuestos, o demás, productos de esa Escuela del Resentimiento tan acunada entre escritores mexicanos, allá ellos, son muy sus ganas de pelear estupideces. Pero cuando uno de esos personajes, en una red social, se las da de 'Adorador de Ted Bundy', o de Abrirse al silencio.

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cualquier sicópata, y dice que prefiere a la hija del contrincante con quien discute, en su cama, pues habla de quien es. Y en efecto debería ser denunciado. Quizá por fanfarrón y por irse de lengua vía teclado. Debería demandársele. Dudo mucho que el tipejo en cuestión esté buscando agredir sexualmente a una niña de dos años —la edad de la hija del 'poeta ofendido', quien lo expuso a la comunidad literaria de México, haciéndose la víctima –lo cual siempre es lo más fácil, y hasta mostrando el papelito (sellado y todo) de la denuncia que puso en algo llamado La Policía Cibernética (que tuvo que recordarme a Blade runner de Ridley Scott). Lo interesante es que yo no recuerdo el nombre de ninguno de los dos autores que se dieron de arañazos virtuales; sólo recuerdo que la víctima era un "chavito" que entonces gozaba de la beca del Fonca. No soy sicólogo ni siquiatra (gracias a Krishna), pero cierto es que el hecho en sí mismo, no me parece el patrón de comportamiento de un probable pederasta; quien las más de las veces busca pasar desapercibido para los adultos, y vuela por debajo del radar. Eso de andar anunciando en las redes sociales que cometerán ese delito de abuso de una menor de dos años, no me parece una amenaza; pero sí me parecen habladurías de un pobre imbécil (de quien no necesito escribir el nombre porque no intento que se quede en el inconsciente de nadie); me parece un tipo con quien no vale la pena discutir, que no merece mayor atención como la que "muchos otros poetas", quieren darle. Lo triste del asunto es que —y por eso escribo estas líneas— algunos de los que decidieron sentirse ofendidos cuando se hicieron públicas las acusaciones, quieran asumir al comentar en los post de discusión de redes sociales: "Ya se notaba en sus poemas, (añadiendo la liga los malísimos poemas del fulano), que el 120

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tipo es un pederasta", y luego pongan textos tomados de la Revista Clarimonda, o alguna otra liga en la internet. Como si dicha revista, al publicar sus escritos, le diera la validez a las acciones que el citado individuo pueda cometer como delitos, en su vida privada. Expongo acá algunos de esos post: "Esta bazofia no puede ampararse en la libertad de expresión ni en la creatividad, y van de la mano con sus actos misóginos pedófilos" (señala una acalorada Ivette Lacaba); "Tiene un blog, cuyo primer poema demuestra lo retorcida que es su mente" (dice luego Ricardo Lozano); al parecer desconociendo lo que es un hablante lírico o un personaje dentro de un trabajo literario —no discutamos la estética de los textos del personaje en cuestión, acá no vale la pena entrar en ese asunto, toda vez que es un hecho que le han publicado algunos libros por las autoridades culturales de la entidad federativa en la que vive. Miremos. Enrique Serna señala que para las mujeres la actitud de los poetas al elevarlas a un altar terminó por dañar, al paso de los años: "La idolatría masculina era en realidad una discriminación encubierta, porque si bien los varones endiosaban a la amada cuando querían conquistarla, en la vida real no podían tolerar sus anhelos de independencia." Ya Baudelaire sentenció: "Amar a una mujer inteligente es placer de pederasta". Acá entonces valdrá la pena recordar que "pederasta" es el abuso sexual de un menor, y "pedofilia", la atracción sexual por estas personitas. Al fulano de la discusión debe demandársele en las instancias legales por sus dichos que rebasaron el decoro, la prudencia, el bien hablar, pero no se puede llegar a decir: "y sus versos lo delatan como pederasta, como pedófilo" como posteara Joaquín Peón Iñiguez, editor y escritor yucateco radicado en Jalisco; o —desde su parapeto de Abrirse al silencio.

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ridículo y penoso centralismo— señalar como J.M Servín: "yo creo que sólo es el típico escritor resentido que abunda en el interior del país, esto es una muestra de su frustración porque nadie lo pela", porque supongo que en la Ciudad de México, capital del país, o en las capitales de las otras 31 entidades federativa del país, no existen 'típicos escritores resentidos', solo en provincia (lo que sea que esto signifique en un mundo globalizado). Susana González Aktories tiene a bien indicar que en México el problema del centralismo sigue tan vigente como hace décadas; y no es un absurdo reconocer que la poesía de la que más se habla en los medios de comunicación, y redes sociales, termina siendo la de los grupos poéticos de la Ciudad de México; y el permanente equívoco de que los poetas que quieren triunfar, tienen que seguir haciendo un esfuerzo por vincularse con grupos de esas latitudes. Eso ha quedado superado, por más que a muchos aún les cause escozor como a Servín. Es muy cándido andar por la vida peleándose con el mundo, jugando a ser figura pública con ínfulas artísticas y creer que todos los otros, son felices de mirar y valorar nuestro triunfo. La envidia, el egoísmo siempre en los cielos de la sociedad, al acecho esperando el primer tropiezo para saltar sobre nosotros con sus garras, y despedazarnos públicamente. El que se lleva se aguanta. Es de pena en verdad que los poemas que alguien escribe, quieran ser tomados como Prueba Pericial o Prueba Sicológica para trazar el Perfil Siquiátrico de un individuo, que por fanfarrón se quiso pasar de "machito de ordenador", discutiendo con un tío, que igual andaba de "fanfarrón" y pretencioso. Si quisiéramos aceptar que los que escriben sobre "incesto", "violencia sexual", "maltrato", "pederastía" "asesinatos", son autores que 'segurísimo' son asesinos, 122

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violadores, perpetradores, pederastas en potencia, nada se publicaría; ¿a dónde nos conduciría este razonamiento de a = b? Qué pena, querida comunidad de escritores mexicanos. La polémica es sobre que el individuo "tachado hoy de posible pederasta", criticaba el portal de nombre Poesía Mexa (https://poesiamexa.wordpress.com/), apenas un blog de Word Press, una plataforma donde cada quien puede crear – de forma gratuita- sus páginas, o revistas o bitácoras personales, y en la mencionada se pueden descargar libros en PDF de autores mexicanos. Y de ese mismo portal de Poesía Mexa he podido sacar algunos autores, escogido algunos versos, de lo que... por el símil de los temas, deberían ser entonces (de acuerdo a los argumentos expuestos por algunos comentaristas de ese pleito de red social) posibles infractores sexuales, asesinos, violentos, que 'bien apuntan las cosas que de seguro serían capaces de hacer': 1) "descubrir que mi novia era hombre, matarla, cocinarlo (tampoco diría que soy celosa o temperamental) o reunir firmas para que la casa del caníbal se vuelva un restaurante vegano", versos extraídos de un poema de Ángel Ortuño en uno de los libros que cuelgan de ese portal de Poesía Mexa. Me parece un texto sumamente interesante; pero de acuerdo a lo que van contando sobre el supuesto "pederasta", entonces el poeta A. Ortuño, que escribe los versos citados, cuyo hablante lírico quiere comerse a su novia, luego de matarla, debería ser un posible asesino. No lo creo. No saquemos los versos del contexto, entendamos de una buena vez la idea del hablante lírico, la recreación de personajes. Porque en esto raya la idiotez del tema. En que una cosa es una infracción verbal, una fanfarronería de red social, que merece la sanción de los operadores mismos donde se suscribe, y levantar una denuncia en el Ministerio Abrirse al silencio.

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Público del Estado Mexicano, en las Autoridades Cibernéticas, solicitar una orden de restricción, e intentar probar que el susodicho personaje quería lastimar a una niña de dos años. Pero con la finalidad de mostrar algunos ejemplos más, trataré de llegar a diez. He acá los versos de algunos poetas que encuentran en el mismo portal de Poesía Mexa, con algunos de la antología Panorámica de la Poesía Mexicana de Falconi y Cazón: 2) sigo aquí porque / me tiré por la ventana / en medio de la noche / cuando tenía 7 años / porque violé a mi madre / y lamí un cuchillo / como si fuera mi padre / sigo aquí porque es cálido / y no necesito / ninguna esperanza / solo olvido /y ropa limpia (Ismael Velázquez Juárez). 3) Se puede matar con el mismo juego, llevan-do cables a los cuellos de las personas, despeinando sus cabezas con la estática. Sus aureolas atadas lentamente, suspendidas como un tendedero de apóstoles en cables. (Alejandro Tarrab). 4) "La niña juega inocente, del otro lado del cristal, mientras yo me concentro en humedecer mi vagina un poco más." (Carla Patricia Quintanar). 5) El olor de una virgen despierta a los durmientes / de dientes afilados / y cuajadas lagrimas / El olor de una virgen / como neblina / cubre el pantano: / tiernas margaritas flotan sobre hirvientes ponzoñas / grandes fauces las devoran / y, como plumas, sus pétalos vuelan / El olor de una virgen / rompe cadenas de Titanes / y los cien brazos de los monstruos / la cubren de caricias / El olor de una virgen /ha penetrado la tierra /y todos los demonios danzan / redimidos. (Yolanda Ramírez Michel).

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6) "Uno sueña con él en todas sus formas / y aparece en el cuerpo de un violentísimo hombre / y en su mirada arde el odio que ha tragado / el amor" (Estephani Granda Lamadrid). 7) "y polvo de alquitrán en los pulmones / y sexo y droga y quizás amor, quizás un poco de amor. / Punto" (Mario Z Puglisi). 8) —Llévese a mi hija, don Abramo. / Es flaca, pero tiene / ojos de lechuza, / ancas firmes. / Cám-biele el nombre. / Llévesela, don Vincenzo, / y hágala bien feliz / con sus comercios. (Paula Abramo). 9) Seríamos capaces de matar con tal de que no los consumieras, ya tú sabes, ¡eh! Lo hacemos por ti y por tu bien. De la oficina de alcohol, azúcares, carbohidratos y explosivos te aseguramos que somos capaces de matar por tu seguridad: Imagine all, like us. (Maricela Guerrero). 10) Marcas para que nunca me olvides, cicatrices para que me tengas en tu pensamiento, ¿te duele? Es una forma de amar, amar y doler, amor y dolor, quien te quiere te hará llorar (Maricela Guerrero). La aparente violencia que se cita en los anteriores versos, son un reflejo de una sociedad, una búsqueda por medio de la palabra de exponer historias, sensaciones, visiones, experiencias mentales, casualidades de lo social en que cada autor se mira inmerso y presenta una reacción estética. Es triste que se celebren como intelectuales y como poetas, y acusen al otro de Enfermo Mental, sin antes leer sus propias composiciones poéticas, las que ustedes mismos y mismas, escriben. Los invito a buscar conmigo, la violencia sexual y, física, contra la mujer, niños y niñas, ancianos, la violencia respecto del Otro que existe en la Abrirse al silencio.

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poesía mexicana, solamente para validar o invalidar aquello que muchos de ustedes postearon respecto a un pleito de "machitos de ordenador". Por ahora me viene a la mente, entre la literatura universal: El juguete rabioso, Las cavas del vaticano, La biblia satánica, Historia de un Ojo, o el poema Canonicemos a las putas, de Jaime Sabines, autor siempre mencionado por gran número de lectores mexicanos, más allá de otros poetas; y de este poema, como de Jaime Sabines jamás se escucha decir: "Sabines prefería a las putas; pobre de su familia, seguro regenteaba a las pobres mujeres, lo dice claro en sus versos, seguro las lastimaba, y las sobajaba y..., que lo bloqueen del feis". ¿Cuántos libros has leído de violencia explícita? ¿En verdad crees que el autor del libro, tiene además una vida llena de delitos sexuales, violentos y de lessa humanidad? ¡Por favor!, no seamos ingenuos. No puedo imaginarme qué le pasaría al escritor de la novela Lolita, si en esta contemporaneidad se atreviera a postear un pequeño fragmento de su obra; tal vez algo como esto: "Hay que ser artista y loco, un ser infinita-mente melancólico, con una burbuja de ardiente veneno en las entrañas y una llama de suprema voluptuosidad siempre encendida en su sutil espinazo (¡oh, cómo tiene uno que rebajarse y esconderse!), para reconocer de inmediato, por signos inefables —el diseño ligeramente felino de un pómulo, la delicadeza de un miembro aterciopelado y otros indicios que la desesperación, la vergüenza y las lágrimas de ternura me prohíben enumerar—, al pequeño demonio mortífero entre el común de las niñas; y allí está, no reconocida e ignorante de su fantástico poder." (Vladimir Nabokov).

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2.3 Lectores de poesía mexicana: gustos y recomendaciones. Un autor no leído es un autor víctima de la peor censura: la de la indiferencia. Octavio Paz

2.3.1 De una pequeña encuesta. El 1 de abril de 2016, luego de una enorme campaña de egos y súper egos respecto de la poesía mexicana contemporánea y sus animadores, desatada en las redes sociales, en especial, tuve a bien leer el comentario que la compañera poeta Mavi Robles-Castillo posteara, y que entre otras cosas decía algo como esto: “Hay un problema grave con la poesía mexicana, más allá de que gracias a la moda de los slams ahora parecen más merolicos que poetas, hay demasiados. México es el país con más poetas, según las redes, es decir, cualquiera dice soy poeta; eso sí, pocos o casi ninguno pueden defender su poema con el poema mismo, hacen todo tipo de aracles en el escenario que distraen del texto mismo, cuya calidad es regularmente mala; si fuese buena, esos aracles excesivos no serian necesarios”. Ya Malva Flores en el prólogo de su libro La culpa es por cantar, señalaba que pocos son los poetas que aun gustan de leer sus poemas sentados tras de una mesa, a los que denominó “poetas de mantel”. Y uno tiene que recordar, que claro que la poesía es oralidad, claro que la poesía debe ser contada, cantada, gritada a los demás, a los oyentes. Pero desde hace algunos siglos se tuvo la fortuna de desarrollar los procesos de imprenta, el lenguaje que había pasado de la oralidad a guardarse en otros tipos de papeles –papiros, pieles, telas-, para luego ser difundido de manera masiva por las imprentas vía los libros, folletos, periódicos, revistas, panfletos. Abrirse al silencio.

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Este 2016 continuamos mirando cómo esas nuevas tecnologías nos arrebatan la mirada, y nos permiten ver que la poesía va tomando nuevos rumbos, se va expandiendo en nuevas formas; pasa del papel impreso al papel imaginario de una serie de procesadores de texto, en el que el mismo romanticismo nos representa la simulación de una hoja de papel para que escribamos, un espacio para poder asentar los caracteres mediante un teclado, o mediante el dictado hecho con la voz. Pero a pesar de que esta era digital, que empezara a finales del siglo XX, permite un mundo diferente de soportes técnicos y tecnológicos que día a día se van descubriendo y en los cuales la creatividad y la ciencia computacional serán los límites, el resultado continúa siendo la transmisión de conocimientos. Voces, videos, sonidos, imágenes, figuras que se mueven, se han vuelto el medio por el cual el lenguaje se transmite. Algunos pensamos aún, que esas nuevas formas de expresión artística, que permiten la mezcla visual, sonora, e incluso táctil, y se presentan como poemas, no necesariamente lo son, dependerá del valor estético que queramos asignarle. Definitivamente el consumo multiplataforma nos permitirá acercarnos a esas nuevas tendencias, valorarlas y validarlas, e incluso comenzar a degustarlas para compartirlas con otros contactos, por medio de las redes sociales en que nos desenvolvemos día con día, e incluso para encontrar una forma novedosa de nombrarlas cuando se alejan de lo que conocemos como 'poemas'. También es cierto, que a pesar de todo lo bueno que uno puede encontrarse en la red, de igual manera, podemos encontrar, -y nos encontramos- con posturas egóticas más que estéticas, amparados en esa situación necesaria de "No necesitar la validación del otro sobre nuestra expresión", que en un principio es una idea 128

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muy sana, pero que tampoco nos da derecho para despreciar a pie juntillas los bastantes años de tradición artística y literaria que nos ha precedido. Es singular la postura de aquellos que dicen: "Yo no leo escritores muertos, solo me deleito con los escritores que están vivos y con los que puedo, incluso, intercambiar mi trabajo. Valoro a esos nuevos artistas, nuevos poetas que se arriesgan en los nuevos materiales, las nuevas formas, las nuevas tecnologías. Y por eso no leo el Canon, ni me interesa, por eso no soy fanático de lo que marcan las historias, y no me dejaré convencer de las autoridades universitarias y de todos esos críticos obtusos que siguen pensando arcaicamente, y no miran el cambio y las nuevas propuestas." Cada quien sus filias y sus fobias. Seguro estoy que ni Chaucer ni Spinoza, ni Cioran o Cervantes, ni Dante ni Goethe, van a protestar porque un grupo de “estetas” decidan no leerlos. Lo cierto es que –me atrevo a señalar- aquellos a los que nos gusta la literatura, leerla, platicarla, consumirla, recomendarla, no tomaremos muy en serio a aquellos grandilocuentes que gritan por todos lados Su No Necesidad de Conocer un Canon Literario, su No Necesidad de Lectura de Clásicos, por una simple razón: "Lo que hoy somos es el resultado de la inventiva y creatividad de los que nos precedieron". Cualquier buen lector, cualquier autor contemporáneo estará de acuerdo conmigo en ello. Abrevar de la tradición, conocer aquello que nos precedió, jamás irá en detrimento de nuestro trabajo. Necesario es conocer primero, para poder romper después. No se puede romper aquello que no se conoce. Porque no conocerlo, en definitiva no te brinda el impulso de querer romperlo. Pienso en el Ateo que no le preocupan las religiones y sus mitos, totalmente alejado de aquel que actúa en un claro: 'Gracias a Abrirse al silencio.

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Dios, soy Ateo', e intenta que todos los que lo rodean, piensen como él. Mi preocupación y mi olvido consistirán en darme cuenta de lo ridículo del asunto, dado que si fueras Ateo, tus preocupaciones no pueden ser las de los Creyentes, porque deberías sentirte ajeno a sus sentimientos. Lo mismo con el canon literario, negarlo no lo inhabilita, ni conseguirá la no existencia de su corpus. Pero conocerlo, permitirá criticarlo. En este sentido, las nuevas tecnologías, las mutables tecnologías que día a día evolucionan, nos irán brindando nueva plataformas para lo mismo: Expresar nuestro pensamiento y comunicarlo, crear diversos corpus para compartir con el otro, todo posible lector que se acerque. Y el proceso continuará siendo: "Emisor-MensajeReceptor", lo que cambia son los medios, y la temporalidad para alcanzarlos. Para qué confundirnos. Volviendo a la poesía, volviendo a la palabra escrita en la búsqueda estética de la construcción y comunicación de ideas, luego de leer las muchas posturas que todos asumen, con tanta ligereza, sobre lo que es y no es poesía, es o no es poema, sobre quién es o quién no es poeta, he tenido la idea de que en primer lugar habría que medir en qué agua estamos nadando; es decir: ¿cuál es el conocimiento que los lectores de poesía, lectores de poemas, discutidores de literatura, tenemos acerca de la poesía mexicana, escrita por mexicanos, escrita y editada desde México? Para contestarme, desarrollé un pequeño cuestionario que publiqué en las redes sociales, con siete puntos: (1) Para ti, ¿cuál es el poeta mexicano o la poeta mexicana más importante?, y una vez que los encuestados definieran qué poetas consideran los más importantes para México, enmarcar la propuesta de lectura de este trabajo, entre los poetas nacidos a partir de 1960, para considerar la poesía 130

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contemporánea en este mismo artículo, sobre lo que ahora, para este 2016, se está distribuyendo y dando lectura; toda vez que a partir de esa década de nacimiento, los y las poetas de mayor edad flucturarán alrededor de los 50 años, y ese medio siglo de existencia les habrá permitido ser publicados y leídos, y los más jóvenes —si consideramos incluso a los nacidos a partir del año 2000—, ya tendrán 16 años, y podríamos considerarlos —de ser editados y leídos— nuestros poetas más jóvenes; considerar que la mayoría de los autores que se encuentren en el rango de edad entre 16 y 56 años, puedan tener acceso a una red social en la intenet, y hayan tenido contacto con las nuevas tecnologías, para la edición, lectura, y para compartir su trabajo con la infinidad de lectores que puede brindarnos la red. Bajo este considerando se establecieron los siguientes puntos (2) Menciona el nombre de tus cinco poetas favoritos nacidos en México a partir de 1960. (3) ¿Cuáles cinco libros de poesía de autores nacidos a partir de 1960 recomendarías leer a un nuevo lector de poesía? (4) ¿Cuáles poetas mexicanos han influido en tu trabajo poético? (5) ¿Qué poetas de tu generación (considera la década de tu nacimiento) recomendarías leer? (6) Menciona las tres revistas literarias (impresas o de internet) publicadas en México (o desde México) que recomendarías a los nuevos lectores. (7) ¿Qué importancia tienen el ISBN o el ISSN para ti y para las obras literarias? Esta última pregunta permite conocer si los lectores de poesía tienen alguna valoración por estos sistemas establecidos para la identificación a nivel internacional de una publicación; qué opinan de ello, ya que muchas ediciones en la actualidad no privilegian el uso de estos índices. Como antecedente a esta encuesta, uno puede consultar un ejercicio similar al que ahora presento realizado Abrirse al silencio.

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por la revista Letras Libres, en febrero de 2005, titulado “Los diez mejores poetas mexicanos vivos”, cuyo resultado fue el siguiente: 1 José Emilio Pacheco / 2 Eduardo Lizalde / 3 Alí Chumacero / 4 Gabriel Zaid / 5 Rubén Bonifaz Nuño / 6 David Huerta / 7 Ramón Xirau / 8 Francisco Hernández / 9 Homero Aridjis / 10 Coral Bracho. Hagamos notar que de los 10 poetas que se sugieren, solamente hay una mujer. Los resultados de nuestra encuesta que estuvo abierta del 1 al 3 de abril de 2016 —dije pequeña encuesta— arrojó los siguientes datos de interés para todo lector de poesía. En primer lugar mencionar que en tres días se superaron los 50 encuestados, por lo que agradezco a todos la oportunidad que me brindaron de conocer algo de su gusto literario. Como todos mis proyectos, el que ahora expongo tiene como principal ideal el homenajear a los autores, a la literatura toda, y valorar el esfuerzo y las intenciones de los lectores. He acá los resultados: 2.3.2 El poeta más importante de México. He visto los mejores cerebros de mi generación destruidos por la locura, famélicos, histéricos, desnudos, arrastrándose de madrugada por las calles de los negros en busca de un colérico picotazo Ginsberg

El género de los encuestados no fue factor a la hora de responder la encuesta: hombres (29) y mujeres (27), procedentes de 14 de los 32 estados de la república mexicana, (43.75%). A la pregunta número 1, sobre a quién consideran como el poeta o la poeta de más importancia nacido en México, se mencionaron un total de 22 poetas, entre los que el más mencionado fue Octavio Paz (19141998, nacido en la Ciudad de México, murió a los 84 años); 132

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es interesante que el segundo lugar en menciones fuera la indicación de que es 'Imposible dar el nombre de un solo poeta'. En tercer lugar privilegiaron a Amado Nervo (18701919, nacido en el estado de Jalisco, murió a los 48 años). En cuarto lugar con el mismo número de menciones Rubén Bonifaz Nuño (1923-2013, nacido en Veracruz, murió a los 89 años), José Gorostiza (1901-1973, nacido en Tabasco, murió a los 71 años), Jaime Sabines (1926-1999, nacido en Chiapas, murió a los 72 años), Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695, nacida en lo que hoy se conoce como el Estado de México, murió a los 43 años), Rosario Castellanos (19251974, nacida en lo que hoy se conoce como Ciudad de México, murió a los 49 años) y Coral Bracho (nacida el 22 de mayo de 1951 en la Ciudad de México, tiene 64 años). El quinto lugar fue para los poetas Enriqueta Ochoa (19282008, nacida en Coahuila, murió a los 80 años), José Emilio Pacheco (1939-2014, nacido en la Ciudad de México, murió a los 74 años), José Carlos Becerra (1936-1970, nacido en Tabasco, murió a los 34 años) y Efraín Bartolomé (nacido el 15 de diciembre de 1950 en Chiapas, tiene 65 años). Con una sola mención, por lo que todos ocuparon el sexto lugar en el gusto por los lectores fueron mencionados: Concha Urquiza (1910-1945, nacida en Michoacán, murió a los 35 años), Ramón López Velarde (1888-1921, nacido en Zacatecas, murió a los 33 años), Xavier Villaurrutia (1903-1950, nacido en la Ciudad de México, murió a los 47 años), Jorge Cuesta (1903-1942, nacido en Veracruz, murió a los 38 años), Efraín Huerta (1914-1982, nacido en Guanajuato, murió a los 67 años), Nezahualcóyotl (1402-1472, nacido en lo que hoy se denomina Texcoco en el Estado de México, murió a los 70 años), Alejandro Aura (1944-2008, nacido en la Ciudad de México, murió a los 64 años), Francisco Abrirse al silencio.

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Hernández (nacido en Veracruz en 1946, tiene 70 años), José Luis Rivas (nacido en Veracruz en 1950, tiene 66 años), y alguien decidió incluir a Ignacio Manuel Altamirano (18341893, nació en Guerrero, murió a los 58 años), que aunque escribiera poemas, su obra de mayor significancia fuera la novela. De los 22 poetas el más veces mencionado fue Octavio Paz. Se aprecia un gusto por el trabajo de cinco autoras (Sor Juana Inés de la Cruz, Rosario Castellanos, Coral Bracho, Enriqueta Ochoa y Concha Urquiza). Un poeta perteneció a la época prehispánica (Nezahualcóyotl), y otra de la época colonial (Sor Juana Inés de la Cruz). Es interesante que los lectores no mencionaron a ningún poeta novohispano del siglo XVIII. Un escritor es del siglo XIX (Ignacio Manuel Altamirano). Dos poetas vivieron entre los siglos XIX y XX (Amado Nervo y Ramón López Velarde). Observándose una preferencia por los poetas nacidos en el siglo XX (17), de los cuales cuatro están vivos: Coral Bracho, Efraín Bartolomé, Francisco Hernández y José Luis Rivas. Igual se debe señalar la preferencia por tres poetas que murieron jóvenes: Ramón López Velarde (33 años), José Carlos Becerra (34) y Concha Urquiza (35 años). Para situarlos en la geografía de México, podemos señalar que los autores acá mencionados se reparten en 11 de los 32 estados de la república, ordenados por el mayor número de autores por estado: Ciudad de México (6 autores), Veracruz (4 autores), Estado de México (2), Chiapas (2), Tabasco (2), y representados con un solo autor: Coahuila, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán y Zacatecas. Al comparar nuestros resultados con la lista de diez autores vivos publicada por Letras Libres, se comparten cuatro poetas: José Emilio Pacheco, Rubén Bonifaz Nuño, 134

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Francisco Hernández y Coral Bracho; Serrato-Córdoba en un análisis del 2008 señala que los lectores de poesía de México declararon que su autor favorito era Amado Nervo (60 por ciento), Pablo Neruda (35 por ciento) y Jaime Sabines (5 por ciento). Así vemos que en dos encuestas a lectores, se coincide en seis autores; nuestros encuestados brindan a 16 autores más; uno de esos nuevo autores que se encuentra ya en el gusto de los lectores es Octavio Paz, quien ganara el Premio Nobel de Literatura en 1990 (hace ya 26 años). Serrato Córdoba intenta que creamos que: "El lector promedio está preparado para asimilar el lenguaje de la poesía modernista, que es lo que su comprensión y gusto le permiten 'digerir'", y que "la poesía es un género cuyo lenguaje es tan especializado, o más especializado como las matemáticas o la física espacial". No concuerdo con una especialización poética para la comprensión o el gusto por la poesía, porque reconozco la mutabilidad del lenguaje, tanto como las aportaciones que todos los autores (poetas) hacen al habla cotidiana. No es el habla cotidiana el que se inscribe en las creaciones poéticas, sino las creaciones literarias las que con el paso de los años se inscriben en el habla cotidiana. Recuérdese la obra de Jonathan Swift y la extracción de vocablos como 'yahoo', utilizado ahora a diarior en la transmisión de correos electrónicos, o aquellos poemas de Vanessa, nombre de mujer que no existía antes de ser nombrado por el autor de Los viajes de Gulliver. Los autores nombran el mundo, y los lectores van adquiriendo esas ideas como parte de su gusto, haciendo que pasen a formar parte de la comunicación diaria entre los pueblos. No me parece el nombrar a los lectores "poco capaces", o "de educación poética limitada" por no gustar de los trabajos poéticos de ciertos autores. Los principales factores para que Abrirse al silencio.

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los autores sean leídos o sean poco leídos, es que se distribuyan poco, mucho, suficiente –¿qué sería suficiente? Limitarse a pensar que los autores no son del gusto de los lectores, porque los lectores no tienen la formación que se requiere para entenderlos, es un equívoco, una postura cargada de egocentrismo, que pretende poner a los poetas como pináculos de las sociedades, ajenos al común de las personas. Su talento, y capacidades creativas no los hacen más humanos, sino personas suficientemente leídas, capaces de utilizar el lenguaje como una herramienta, mediante una estética propia para la comunicación de ideas. El abanico de posibilidades lectoras y el gusto de los poemas de los autores de poesía, es tan amplio como lo es la sociedad humana en la que nos desenvolvemos. De esta forma habría que considerar en qué punto de la definición de poeta queremos estar, como autores. De acuerdo a lo que estima Rubén Darío cuando dice: "¡Torres de Dios! ¡Poetas!"; con lo que acusa Heberto Padilla: "¡Al poeta, despídanlo! / Ese no tiene aquí nada que hacer. / No entra en el juego. / No se entusiasma. / No pone en claro su mensaje". O más cerca del pueblo, como indicara Manuel Machado: "Hasta que el pueblo las canta, / las coplas, coplas no son, / y cuando las canta el pueblo, / ya nadie sabe el autor. / / Procura tú que tus coplas / vayan al pueblo a parar, / aunque dejen de ser tuyas / para ser de los demás. // Que, al fundir el corazón / en el alma popular, / lo que se pierde de nombre / se gana de eternidad." Cada autor decidirá cómo quiere ser medido por el tiempo, y de esa decisión dependerá su estética, su forma de comunicarse mediante el lenguaje poético, y la cercanía que tendrá con sus lectores, porque el acto de la comunicación literaria no termina al publicarse el libro, sino hasta ser leído y asimilado por un lector 136

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2.3.3. Sobre los poetas nacidos en México a partir de 1960. He visto, durante toda mi vida, a los hombres de estrechos hombros, sin exceptuar uno solo, cometer actos estúpidos y numerosos, embrutecer a sus semejantes y pervertir las almas por todos los medios. Lautréamont

La segunda mitad del siglo XX en México nos trajo la "revuelta" de los pensamientos y las ideas, transformadas en movimientos sociales de organizaciones pacifistas con un número creciente de estudiantes, que se fueron sumando de manera progresiva. Si para finales de la década de los 50’s las confrontaciones se dieron por parte del movimiento obrero y campesino en contra de las políticas de austeridad salarial del Estado mexicano, para los años sesenta, esta batalla corrió por los salones de las escuelas de formación universitaria, tanto la Universidad Autónoma de México (UNAM) como en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) (Domínguez Chávez, 2011). La UNAM, fundada a inicios del siglo XX, se fue cargando de una ideología liberal, 'pintándose de rojo' hacia la mitad del siglo, y que tuvo su punto más álgido en las décadas de los sesenta y setenta, cuando este pensamiento de las izquierdas comenzó su declive hacia los ochenta, hasta volverse una ideología plana, y heterogénea para finales del siglo XX. Como señala Francisco Zapata, "los líderes de algunos de movimientos sociales como Arturo Gámiz, Rubén Jaramillo o Genaro Vázquez, situados al margen del partido gobernante y sus organizaciones sociales, se distanciaron y radicalizaron, y en ese espíritu la juventud mexicana va poniendo los cimientos para la construcción de una nueva ideología" (Zapata, 2012). Cimientos que no fueron construidos en buena roca, porque Abrirse al silencio.

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con los asesinatos de estudiantes ocurridos en 1968 y 1973, los levantamientos armados, -el de Lucio Cabañas de los setentas, el del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) y el EPR (Ejército Popular Revolucionario) en los noventas-, aunados a las devaluaciones que ha venido sufriendo la moneda nacional mexicana frente al dólar norteamericano, y el crecimiento de la cultura del Crimen Organizado, y vivir día con día para nombrarse, renombrarse hasta descubrirnos sitiados en un sistema político, rebasado por el Narcotráfico y su cultura de violencia indiscriminada, de desapariciones forzadas, cobros de piso, asesinatos y captura de migrantes, como por el secuestro de jóvenes y niños para volverlos asesinos bajo el control de los cárteles y sus brazos armados, así como la pobre confianza de la mayoría de los ciudadanos en los partidos políticos y sus representantes de todas las facciones, tan llenas de corrupción en todos sus niveles, los cuarenta últimos años del siglo XX nos ha entregado un México con doscientos años de “simulada independencia” y “simulado estado de paz y armonía”. Este 'apenas sobrevivir' como país ha permitido que en este 2016 se pueda sentir la "inminente desesperanza de la banalización para todo tema nacional", lo que todos los días ocurre mediante el uso y abuso de los avances en la tecnología de la información, que ha situado a las conciencias mexicanas dentro de una enajenación-educativareticente, y una lucha unipersonal para salir adelante respecto de los ideales de vida y sobrevivencia. Como señala José María Espinasa “El 68, con la represión a los estudiantes y los fastos olímpicos fue un año clave y se inició, pasada la primavera sesentera, un periodo de hondas decepciones en el terreno político y de distanciamiento del creador y el artista respecto del papel que la Revolución le había asignado en la 138

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construcción de una identidad que se caía a pedazos”. (Espinasa, 2012). Y hay que añadir que ante las críticas de los “intelectuales” el sistema político mexicano respondió con oídos sordos y endurecimiento del autoritarismo, desde la propia presidencia de la República, que veía la amenaza de una conjura comunista que los alejara de ser “el buen vecino” de los Estados Unidos de América (Domínguez Chávez, 2011). Con base en todo lo anterior es que ha ido evolucionando la cultura y el arte en México, durante la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del XXI. La poesía y los poetas, no han podido quedar inmunes a esta "banal desesperanza". Los años que van de 1960 a 1982 trajeron cambios profundos en la estructura productiva de la economía mexicana, y de esa misma manera, y por la convivencia con estos sistemas político económico de México, los "intelectuales" de nuestro país y de nuestra literatura han ido decreciendo en su búsqueda del conocimiento, para poder siquiera precisar sus impresiones sobre la “(in)cultura política” que ha secuestrado a este país. Estos intelectuales del siglo XX, alguna vez representados por Justo Sierra, Alfonso Reyes, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Carlos Monsivais, José Emilio Pacheco, que con sus muertes han dejado un vacío de orfandad en la expresión del pensamiento, que ha sido trastocado a favor de la mercadotecnia de la industria editorial, como bien lo ha apuntado Gabriel Zaid en muchos de sus textos, y representada en sus Ferias de Libros y Lecturas, Premios Literarios de Poesía, Cuento, Novela y Ensayo, Becas de Creadores Jóvenes o del Sistema Nacional de Creadores, todo con tal de sitiar al creador, y maltratarlo económicamente por la burocracia institucional, y volverlos Abrirse al silencio.

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rehenes de contadores y administradores de los Institutos y Secretarias de Cultura regidas bajo cualquier partido en el poder; todo con la aparente idea de llegar a las masas, pero manteniendo el alto precio de los libros en detrimento de las sociedades minoritarias, que los miran en ocasiones inalcanzables, porque apenas cobran el salario mínimo; o desdeñando la figura de la “beca por excelencia” hacia un “artista mendigante” al que se le puede decir: “Venga el próximo mes, su cheque aún no sale”. Como ha dicho Zermeño, "la palabra 'intelectual' sustituye a la del 'pensador' (como individuo que se concibe a sí mismo como constructor de la nación en proceso), fraguada durante el siglo XIX. Así, el intelectual se define en principio como un hombre de letras y de cultura que remeda a la época del humanismo y, sólo posteriormente y según las circunstancias políticas, podrá concebirse como un hombre que puede tener influencia social y política." Esa figura del intelectual que se encuentra ahora moribunda en México, por la situación financiera, social y política: "Estudiar en México no es motivo ya de mejora económica". No sólo el exceso de días sin clase o sin trabajo, que ya acusaba Lorenzo de Zavala desde el primer tercio del siglo XIX, que se ha mantenido hasta nuestros días; sino el desprecio de los políticos por los maestros de preescolar, primarias y secundarias –educación pública obligatoria-, y de los mismos maestros por los políticos, que los ha enfrentado durante los últimos 20 años, abandonando escuelas, y alumnado. La figura totémica sindical que se fue corrompiendo y que en vez de dar una vuelta de timón para volver a sus raíces, busca ser desparecido en beneficio de los patrones, en este caso los gobiernos estatales y federales. Seguro estoy que si los maestros volvieran a las aulas, y planearán sus marchas y 140

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plantones con anticipación considerando jamás perder una hora de clase, los mismos padres de familia de los alumnos se sumarían a ellos. Si se decide tomar una semana de marchas y plantones, los maestros podrían organizarse para dar más horas de clase y así cubrir los temarios, dando clases por adelantado, y marcando tareas e investigaciones en esos recesos que utilicen para irse de marchas y plantones. Pero ha sido más fácil abandonar las aulas y dejar al alumnado sin clases, y en ocasiones a punto de perder los semestres, los años. Aquel 'intelectual' que era sinónimo de sabio, hoy apenas y parece un mote, una broma, dado que no existe un comportamiento de sabiduría, sino un comportarse apenas como sabelotodo ególatra, lleno de desprecio por aquellos que son diferentes, con posturas erradas sobre la lectura, y los libros: "Sólo de los lectores será el paraíso", "Mientras más leo me veo más sexi", "Jugar en el parque es para los tontos que no disfrutan leer", y algunas otras por el estilo. Los escritores mexicanos, a partir de 1950 comenzaron con la imitación a los escritores gringos y dieron mayor impulso sobre las creaciones respecto de la “volátil vida de las grades ciudades” como en la literatura norteamericana 'de aparador, alejándose de las búsquedas que perseguían imitar la cultura europea, e incluso la oriental (Juan José Tablada el arte japonés, Octavio paz el arte hindú). La lucha entonces, entre el intelectual, la cultura, la política, la economía en el país, para este 2016, es una carrera de alcances y lejanías, donde la figura 'divinizada' del internet juega una parte primordial para aquella sociedad que no se permite la "incipiente resistencia del ordenador", cuya enajenación en sus aparatos de acceso a la red, les permite informarse, educarse, consumirse, y enviarse unos a otros, los motivos de su pensamiento. He acá, uno de los puntos Abrirse al silencio.

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primordiales en la recreación de la "poesía contemporánea de la internet": Si no alcanzo a comprarme libros, los descargo de las páginas de la red, si no logro ser considerado por una editorial, creo la propia, y llego a los lectores que tengo en la cercanía, y discuto con aquellos que se creen dueños de las verdades absolutas. La tecnología y los medios avanzan de una manera mucho más rápida que el pobre cerebro de muchos humanos. Las capacidades extra sensoriales no se activan con la misma rapidez que quisiéramos, y por eso damos al traste con nuestras intenciones, las más de las veces. Las redes sociales tienen sus propias reglamentaciones que deben ser usadas siempre a tu favor, algo así como los Diez Mandamientos de las Iglesias que todos juntos nos honramos de profesar, que están, las más de las veces, creadas para la protección de uno mismo al volvernos parte del Contrato Social. Y que con el paso de los años han dejado en el poder del internauta el ideario de la censura, dando al traste con el tema de las libertades de expresión. Es así, que todo lo que escribamos y publiquemos en las redes sociales o en el mismo correo electrónico, así como en los chats, siempre puede ser usado en tu contra, por una simple razón: jamás tendrás la certeza de que el otro, el recipiendario, te tenga estimación o use tu información de manera adecuada. Este es el México que le ha sido heredado a los poetas que nacieron en la segunda mitad del siglo XX, en particular a partir de los sesenta (década de clara inflexión social y cultural). Y es sobre esos poetas, que al año en que escribo estas líneas, 2016, son parte fundamental en el reconocimiento de la tradición literaria y poética de todos los mexicanos que hoy pueden leerlos. Es por ello que los siguientes cinco puntos del cuestionario entregado a los lectores participantes de la 142

Pasajes de la poesía en la sociedad.


encuesta, pretende mostrar el conocimiento y reconocimiento que sobre estos autores se puede verter, y determinar si se les está permitiendo formar parte de la tradición poética de este país. Para analizar y desmenuzar las respuestas, podemos referirnos punto por punto. a) Los poetas favoritos Los encuestados mostraron tener preferencias variadas, y mencionaron a un total de 57 autores (33 hombres y 24 mujeres), por supuesto que entre sus autores favoritos no todos son nacidos a partir de 1960, hay algunos que nacieron en la primera mitad del siglo XX como las poetas Rosario Castellanos, Enriqueta Ochoa y Guadalupe Amor, y los poetas José Gorostiza, José Carlos Becerra, así como los poetas Baudelio Camarillo quien naciera en Tamaulipas en el año de 1959, así como Neftalí Coria nacido en Michoacán (1959). La preferencia por los poetas del México actual situó a Ernesto Lumbreras (Jalisco, 1966) con el mayor número de menciones, seguido por Armando Alanís Pulido (Nuevo León, 1969), Julián Herbert (Guerrero, 1971), Jeremías Marquines (Tabasco, 1968), Baudelio Camarillo y A.E. Quintero (Sinaloa, 1969). Los demás poetas tuvieron el mismo número de menciones. Entre los hombres se mencionaron a: Jorge Fernández Granados (Ciudad de México, 1965), Armando Salgado (Michoacán, 1985), José Agustín Solórzano (Guanajuato, 1987), Balam Rodrigo (Chiapas, 1974), Fernando Trejo (Chiapas, 1985), Juan Joaquín Péreztejada (Veracruz, 1962), Rubén Chávez Ruiz Esparza (Aguascalientes, 1967), Benjamín Valdivia (Aguascalientes, 1960), Alí Calderón (Ciudad de México, 1982), Manuel Iris (Campeche, 1983), Ramsés Salanueva (Hidalgo, 1972), Aldo Robinson Butzman (Durango, 1988), Lorenzo Morales (Tabasco, 1973), Mario Bojórquez Abrirse al silencio.

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(Sinaloa, 1968), Óscar de Pablo (Ciudad de México, 1979), Álvaro Solís (Tabasco, 1974), Francisco Alcaraz (Sinaloa, 1979), Roberto Rico (Chiapas, 1960), Marco Fonz (Ciudad de México 1965 – Chile, 2014), Luis Armenta Malpica (Ciudad de México, 1961), Félix Suárez (Estado de México, 1961), Samuel Noyola (Nuevo León, 1965) y Guillermo Vega Zaragoza (Ciudad de México, 1967). Y entre las mujeres poetas mencionaron a Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972), Dolores Dorantes (Veracruz, 1973), María Cruz (Ciudad de México, 1974), Jennifer Clement (nació en EEUU en 1960, viviendo en la Ciudad de México desde 1961), Claudia Posadas (Ciudad de México, 1970), Esther M García (Chihuahua, 1987), Hanna Figueroa (Nayarit, 1988), Maricarmen Gerardo (Veracruz, 1969), Sara Uribe (Querétaro, 1978), Ileana Garma (Yucatán, 1985), Gabriela Balderas (Ciudad de México, 1973), María Baranda (Ciudad de México, 1962), Natalia Toledo (Oaxaca, 1967), Irma Linares (Michoacán, 1960), Aída Valdepeña (Ciudad de México, 1976), María Rivera (Ciudad de México, 1971), Malva Flores (Ciudad de México, 1961), Angélica Santa Olaya (Ciudad de México, 1962), Roxana Elvridge-Thomas (Ciudad de México, 1964), Adriana Tafoya (Ciudad de México, 1974) y Estrella del Valle (Veracruz, 1971). Si agrupamos a estos autores en la geografía mexicana, por el lugar donde nacieron, entonces podemos observar que su distribución fue la siguiente: Ciudad de México (17 autores), Veracruz (4), Chiapas (3), Michoacán (3), Sinaloa (3), Tabasco (3), Aguascalientes (2), Nuevo León (2), mientras que en los estados de Campeche, Chihuahua, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Querétaro, Tamaulipas, Yucatán, y EEUU se mencionaron solamente a un autor. 144

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De las 24 mujeres sugeridas como favoritas, 11 son nacidas en la Ciudad de México (45.8%), lo que parece indicar que no se está leyendo a las mujeres poetas nacidas en provincia, como sucede con los hombres poetas nacidos en provincia, ya que de los 33 poetas varones citados, solamente 6 son nacidos en la Ciudad de México (18.2%). Es interesante mirar que los poetas favoritos de los encuestados para este 2016 en su mayoría son nacidos en provincia: de los 57 autores, solamente 17 son nacidos en la Ciudad de México (29.8%). Es de importancia reconocer lo que Serrato Córdoba nos dice: “Los poetas prácticamente escriben para otros poetas especializados en temas literarios, lo que implica que el lector común y corriente tiene que hacer un esfuerzo mayor de comprensión” (Serrato Cordoba, 2008); y apuntar lo que escribió Tedi López Mills: "“Sus miembros señalan: esto es poesía, esto no es poesía y, generalmente, la que aprueba el examen se asemeja a la que escriben ellos". b) Los libros de poemas que se recomiendan A los encuestados se les pidió que nombraran algunos de los libros de autores nacidos a partir de 1960, y que recomendarían a quienes que se quieren acercar a la poesía en México. El mayor número de menciones lo tuvo el libro El cielo de Ernesto Lumbreras; después, empatados en número de menciones, los poemarios 200 gramos de almendras de A.E. Quintero, El nombre de esta casa de Julián Herbert y Bitácora de Mujeres Extrañas de Esther M García. Resulta sumamente refrescante que los lectores encuestados tengan entre sus recomendaciones el texto de esta poeta del norte de México, no sólo por el tema que se aborda, sino por tratarse de una autora nacida a finales de la década de los 80 Abrirse al silencio.

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De Ernesto Lumbreras también mencionaron como uno de los libros que recomendarían leer a alguien que quiera acercarse a la poesía mexicana de nuestros días Lo que dijeron las estrellas en el ojo de un sapo. Del escritor Armando Alanís Pulido recomendaron dos de sus libros: Gritar por poder gritar y Combustión espontánea. También fueron nombrados dos libros del poeta Baudelio Camarillo: En memoria del reino y Poemas de agua dulce. Otros escritores de los que se mencionaron dos de sus libros como recomendables fueron: Francisco Alcaraz con La musa enferma y Tiempo en vuelo; Jorge Fernández Granados con Si en otro mundo todavía y Los hábitos de la ceniza; de Jeremías Marquines ¿Dónde tiene el hoyo la pantera rosa? y Acapulco golden. Para los encuestados estos libros fueron los que consideraron como favoritos por el número de menciones que recibieron. Sin embargo, también fueron mencionados: Me llamo Hokusai de Christian Peña; Ni las flores del mal, ni las flores del bien de José Agustín Solórzano; Estancia de Ánimas de Armando Salgado; Braile para sordos de Balam Rodrigo; Solana de Fernando Trejo; El deseo postergado de Mario Bojórquez; Los endemoniados de Óscar de Pablo; Cantalao de Álvaro Solís; Atavismos del caminante de Lorenzo Morales; Ciencia del Alejamiento de Ramsés Salanueva; Ebriedad de Dios de Luis Armenta Malpica; Legiones de Félix Suárez; Bestiario íntimo de Neftalí Coria; En los brazos de Urania de Alejandro Farfán; Los disfraces del fuego de Manuel Iris; Mímesis para gusanos de Daniel Medina Rosado; La casa de la pereza de Juan Joaquín Péreztejada; Un naipe de picas de Rubén Chávez Ruiz Esparza; Toda la lluvia de Sergio Cordero; Nectáfora de Fernando Reyes; Desde la patria del insomnio de Guillermo Vega Zaragoza; El próximo extraño de 146

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Jennifer Clement; Pájaros de Kenia Cano; Antígona González de Sara Uribe; Traslación de dominio de María Rivera; El libro de las grietas de María Cruz; Universo de Náufragos de Aída Valdepeña; Isla o sirena de Mary Carmen Gerardo; La selva afuera de Estrella del Valle; Imágenes para una anunciación de Roxana Elvridge Thomas; y el libro Imperio de Rocío Cerón. También recomendaron: Hablemos de poesía, 20 ensayos sobre poesía actual mexicana, compilación Adriano Rémura y Sergio García Díaz. Además, los encuestados nombraron libros de autores nacidos antes de 1960 como: Ojo de Jaguar y Cuadernos contra el Ángel de Efraín Bartolomé; Muerte sin fin de José Gorostiza; El otoño recorre las islas de José Carlos Becerra; Retorno de Electra de Enriqueta Ochoa; Yo soy mi casa de Guadalupe Amor; y Poesía no eres tú de Rosario Castellanos. La poesía mexicana para el 2016 es nutrida, desbordada y lo que es más importante leída. Más allá de las relaciones editoriales-lectores, las posibilidades de las nuevas tecnologías permiten el acercamiento desde diversos espacios del orbe, para la captura de los autores mediante sus obras literaria. Las plataformas electrónicas para poder levantar, trepar, subir los archivos en PDF de los poemarios ahí quedan, para que nosotros, los lectores nos podamos acercar a ellas. El tiempo que toda persona tiene frente a un ordenador, una tableta electrónica, un teléfono móvil que permite la descarga y lectura de archivos, brinda esa gran facilidad para llegar a un mundo incontable de lectores y lecturas. Que sean entonces nuestras lecturas de las obras, las que puedan enriquecer el gusto lector por la poesía mexicana, para poder consumirla, recomendarla a otros nuevos lectores. Este pequeño ejercicio que no duró más de una semana, nos ha ofrecido una variedad de nombres, y de Abrirse al silencio.

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obras poéticas que no tendríamos por qué desdeñar de principio, y que sí nos podría permitir el acercamiento hacia nuevos conocimientos de la literatura que se está escribiendo y leyendo en esta república mexicana. Sea pues este un ejercicio que permita el diálogo, que permita igual establecer la posibilidad del gusto, de un fragmento de lectores de poesía, que tuvieron a bien responder los siete puntos de la encuesta. 2.4. Mirar dentro del poema. La poesía en las tripas. Si la poesía no me hace sentir algo, no me sirve. Los textos tienen que decirme algo. Recuerdo muy bien cuántas veces torturé a mi pareja para contarle lo mal que me caía el personaje femenino, Jana, de la magistral obra "Mi querido Mijail" del autor Amos Oz. Su forma de fastidiar a su esposo, su forma de quejarse todo el tiempo, de no dejarlo en paz. Pero uno podía mirar a esta mujer ir enloqueciendo en su relación de pareja, y al mismo tiempo ir enloqueciendo a su pareja. Todos los días durante una semana, le contaba a mi mujer lo odiosa de esa mujer: "¡Es una mujer espantosa! Es una novela absurda, no sé cómo se atrevió el autor a escribir algo como esto". —Pues ya no la leas— decía mi afligida y hasta harta esposa; harta de mí y de que me quejara tanto de esa mujer, pero que siguiera torturándome con su lectura. Y entonces, al leer el último párrafo y cerrar el libro, pude darme cuenta de que Amos Oz era un narrador gigante, un novelista inmenso, y que había hecho conmigo lo que había querido. Como decía Rafael Ramírez Heredia: "Un autor tiene que tener doblegado a su lector, doblegado y llevarlo de rodillas, junto al piso; porque el lector siempre querrá levantarse, y 148

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derrotarlo, quitarse la venda, pero el autor tiene que mantenerlo en el piso, adorándolo siempre. Ese es el autor magistral, el que siempre mantiene doblegado a su lector, con la maravilla de sus palabras". Eso es justo lo que me había ocurrido. Odiaba tanto a Jana, porque había podido entenderla, sentía que era tan humana, que me la podía encontrar en cualquier parte, y podía sufrir las angustias de su esposo, ese tan querido Mijail. Y tal como ocurre con la novela, ocurrirá en el cuento, y por cierto que igual en la poesía. Porque el acto de la lectura, de la comunicación de las ideas de un autor, ocurre justo cuando un lector dice: Es verdad, me ha pasado esto. Yo sé lo que se siente. Ya lo he visto, ya lo he vivido. Cómo me duele este poema. Y así me ocurrió cuando leí apenas un poema del autor colimense Avelino Gómez Guzmán. No he podido reconocer la razón exacta, quizá el hecho de saber que quizá no pueda darle sepultura a mi padre. Él dejó de estar con nosotros en 1999, una vez que yo me había separado ya de mi primera esposa. Estuvo cerca de mi hasta que me hice hombre; así es, puede decirse que lo tuve en la niñez y la adolescencia. Recuerdo que cuando aún estaba en la secundaria, un día, me convencieron los amigos de que les permitiera ir a la casa. No recuerdo con qué motivo, quizá solo a jugar futbol en la calle. Esa tarde cuando llegué con mis compañeros a mi casa, la sorpresa fue que había muebles, ropa, zapatos y trastos usados puestos a la venta en la terraza. Mi padre se deshacía de todo lo que podía, o mi madre le permitiera. Llegó el fin de semana y mi padre se fue a vivir a Cancún; comencé a verlo sólo en vacaciones y en las fiestas de navidad. Hoy de vez en cuando llama a la casa, muy poco. Me entero por ahí que pregunta por mí. Ha llegado con algún regalo para mi hijo. Pero casi Abrirse al silencio.

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no nos buscamos. Por eso a ratos me detengo a pensar que quizá no tenga oportunidad de enterarme que ha muerto, hasta ya pasado algún tiempo. Que no estaré ahí, en su lecho, para tomarle la mano y cerrarle los ojos. No estaré presente el día que lo entierren. Me admito poco melodramático, pero quizá lo anterior fue la razón por la que desde el primer poema del libro "El mal hábito", de Avelino Gómez Guzmán, me quebré por dentro y se me salieron las lágrimas. Intenté calmarme, y quise intentarlo de nuevo, esta vez realicé una lectura en voz alta y no pude concluir el poema y ya la voz se me quebraba. Dejé pasar los días, regresé al libro y pude terminarlo, pero con esa sensación en el pecho, ese calor en las orejas, que ocurre cuando la emoción te va recorriendo, se para en tu hombro y entra por tus orejas, te llega a las venas, te sonroja, brinca en el abdomen. Por más que quise “aguantarme como los machos”, el texto al final volvió a disolverme. El poemario está dividido en tres partes pero todo él es un libro intenso. Quiero detenerme en un poema en especial que poco a poco ha ido encarnando en mí. Pertenece a la primera parte del libro, quizá la más lograda, y nombrada también El mal hábito. Apenas abrirlo se enfrenta uno de golpe con el poema Corte de pelo. Estoy seguro que como yo, al inicio dirán: "qué título tan poco poético", pero deben seguir adelante: Puede ser, Padre, que esa bicicleta verde no existió / sino que yo, todos los días, la soñaba. Y entonces uno se queda mirando con detenimiento, a dónde me llevan, se pregunta y continúa: Las tardes que subía a tu lado, / llevando mis ocho años en el esqueleto verde / de tu verde bicicleta. Y el camino / rumbo a la peluquería era la distancia / de dos meses y una melena de niño asoleado. La reminiscencia de un recuerdo vago que se agarra del “Puede 150

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ser” inicial del poema nos pone alerta. Sigamos: Los piojos mordiendo la raíz / del cabello y la mujer del estudio fotográfico, / ciega, que confundía mi tristeza con la enfermedad. Dios, “la mujer ciega que confunde mi tristeza con la enfermedad”, digan si esto no es enorme, “puede ser”. El poema hace una pausa con estos versos: Y tantas fotografías rechazadas por mi cabello largo. / Y tantos recorridos verdes en la verde bicicleta, / rumbo al peluquero. Se logra la ambientación. Y todo el poema es imagen que se ha ido construyendo: quizá lo he soñado, quizá es un recuerdo muy vago de una emoción guardada que ha permanecido oculta tantos años y el poeta la va trayendo a la luz: el niño y su padre callados en la bicicleta rumbo al peluquero; hay una tristeza, quizá una llamada de atención del padre hacia el niño de ocho años. Ahí van los dos, el niño en el “cuadro” de la bicicleta, el hombre manejando, callados; el niño triste con el pelo largo, quieto, escuchando al padre hablar con el peluquero. Ahora tengo tu estatura, Padre. / Y pienso que esa bicicleta no existió, sino que yo, / todos los días, la construía para que me llevaras / a cortar el pelo. Y a tomarme el retrato de niño / asoleado que secretamente guardo en tus ojos. Y todo se rompe, toda idea preconcebida del lector se ha roto, como se ha roto ese recuerdo. Miramos al hablante lírico, desde su ahora, su adultez: “tengo tu estatura”; se ha hecho hombre, ha querido dejar atrás la tristeza, y con esa actitud va el reclamo de abandono “Puede ser”… la bicicleta no existió, sino que siempre se construye, todos los días, para intentar el recuerdo de algún momento juntos, con esa esperanza de que el recuerdo mejore, y nada; de nuevo ese instante de sentirse pequeño entre las piernas del padre que va pedaleando, callados, con el respeto-miedo-temor de que el padre esté Abrirse al silencio.

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enojado con el niño. Ese hombre del ahora que quiere decirle tantas cosas a su padre, qué quiere decirle: “háblame, no subamos al peluquero callados”, ése que se pregunta “¿está enojado conmigo papá?” La terrible imagen del niño que mira al padre enorme, sin poder entender sus pensamientos, intentando agradarle, ahí va, con miles de pensamientos girando en la cabeza, rumbo al peluquero, y el padre callado, serio: “todos los días la construía para que me llevaras a cortar el pelo”, porque quiero entenderte, quiero que me hables, “ahora tengo tu estatura”, y al final siempre será su “niño asoleado que el padre guardará en sus ojos”. Porque no pueden cambiarse los recuerdos, y el niño que ha crecido tiene que aceptarlo. Difícilmente uno podrá encontrar el mismo pensamiento, emoción, sentimiento que el autor quiso expresar al escribir el texto. En este caso, el comentario sobre este poema de Avelino Gómez Guzmán, es únicamente sobre la sensación que explotó en mis vísceras. Y lo comparto. Citar: Gómez Guzmán, Avelino. (2003). El mal hábito. Editorial Praxis. México, D. F. 60 pp. 2.5 Encender la palabra para imaginarse uno mismo. Ya tengo el tokonoma, el vacío, la compañía insuperable, la conversación en una esquina de Alejandría. José Lezama Lima

Hay que imbuirse en la tradición literaria sin dejar de lado el homenaje, la influencia, el sentir, y con todo y a pesar de todo, crear el propio espacio para la hoja blanca. Descubrirse en el caer de la voz, en las palabras que surgen del intelecto por una causa, haber sido tocado por el poema, por la poesía toda, por las lecturas y ese cable que se tensa 152

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para encontrar el sonido adecuado. Villaurutia, Lezama Lima, Cortázar, quizá Wallace Stevens, por ahí algún dejo de Jaime Sabines y hasta Ernesto Lumbreras, visitando así mismo las coplas infantiles o los trabalenguas, todo lo que va formando nuestra tradición, vive y anida, es el sentir desbordado que apunta a una visión amplia de la palabra. Es el alimento, el combustible que despierta la flama. Porque un poemario no tiene porque ser un libro fácil, sino es un calidoscopio, un poliedro de significaciones; siempre habrá al menos dos lecturas en todo texto, y digo al menos porque una es la lectura "tal cual" y sin interpretaciones, y las otras serán de acuerdo al conocimiento con que cada lectora se acerque a la obra. Es sentarse ante todo frente al ritmo que el autor ha pautado en su lectura, pero va más allá de la sonoridad, tiene en su cadencia de ideas, signos, significantes ese complemento que lo lleva a ser un abanico de posibilidades, a estallarnos en el rostro, como una caja de sorpresa, y deleitarnos. Desde el vértigo y velocidad en que se vierte un autor, miramos a la voz caer, y podemos detenernos en la contemplación del bosque metáfora que es la vida misma, para avanzar completos hacia nuevas posibilidades que nos brinda el poema, para apuntarnos hacia la soledad, hacia la nostalgia, hacia mirarnos el rostro en el espejo. Como la poesía es ese ardor que dura y va quemándonos a cada lectura, todo autor cierra su libro con una idea degustable. Cae la voz si nadie la escucha, cae hacia la flama del poema, hacia la luz de la hoja en blanca, y ceniza ya, como punta de carbón dibuja sus formas en el papel. Hágase los signos, signifiquen, que el poeta ha madurado las ideas, y estas caen como frutos a la canasta del libro. Y con ese cúmulo de incendios en el vientre, el autor Abrirse al silencio.

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va por el atajo hacia los lectores, ofreciendo esos racimos de fuego, incendiando las gargantas, los ojos, los sentidos. En el principio fue la oralidad, pero el hombre descubrió su capacidad de representar por medio de signos los fenómenos a su alrededor, y darles un significado colectivo. En el principio fue la palabra y la palabra nos hizo darnos cuenta que somos más que sólo carne, nos evidenciarnos desnudos de intelecto, asimilarnos como semejantes, y necesitarnos como seres superiores. Así, los más fuertes corrieron al campo a imitar a los animales en la depredación, y los más débiles, quizá los más cínicos, se hicieron pasar por débiles y se quedaron a contemplar y consentir a las mujeres. Se cantaron las glorias, y vaya gloria la que representa llevarse la pareja a la cama (la cueva diríamos). De ahí los pasos hacia la escritura fueron volviéndose cotidianos y reconocidos en el paso de la historia. Y los cantos se volvieron instrumento para nombrar los sucesos, alabar a las fuerzas superiores que no lograban contener, imaginarse los elementos que no podían entenderse hasta celebrar el concepto. Así es como la poesía ha ido desenvolviéndose con el paso de los años, de continente a continente como se pasan los virus, se trasladaron los idiomas a galope, a vela, o por el puro encontronazo de culturas. Pero la voz se mantiene sumergida en el intelecto. ¿Cuándo la voz, cuándo el intelecto? “La poesía se vive, se transmite entre las miradas de los paseantes, por la palabra, por los poros de la piel, por el símbolo” nos dice el poeta Julio César Félix, para llevarnos por la palabra al descubrimiento de los símbolos que lo forman como creador. Estar ahí, detrás de la imagen, celebrar la palabra en los sentidos, celebrarse a sí mismo en este constructo de ideas. Que la palabra sea una extensión de mí, reconocerlo como 154

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una hoja cerebral, ser libro y vida, caminar entre las ideas que somos del mundo, celebrar el verso de existir y no quedarse callado. Demostrarse sabio de tristezas, pleno de aspavientos, saber que los límites existenciales son los del papel, ahí, la blancura desesperante a ser descubierta, leerse hacia adentro, leerse para todos cada madrugada frente al ordenador, con la insaciable sed del conocimiento, permanecer de pie hacia el horizonte, en la plena contemplación del mundo, cuando uno se ha desatado por dentro y se ha leído. El autor no se conforma con saberse palabra, con mirarse intelecto desbordado, se ha dado cuenta que existe y que después de eso será la Nada. El autor sabe ahora que tiene la oportunidad de reconstruirse. A disfrutar la sensación de verse desde adentro; el autor lo ha comprendido ya, experimentar la búsqueda. Y la oralidad fue reivindicada. El personaje que se es en sí mismo pleno de luz, de palabra, palabra interna y palabra que se desdobla hacia sí misma. Se cierra el círculo, la transparencia del delirio, el uróboros que habita el abismo de la mente, de la conciencia que se abre hacia el más reciente fuego. La batalla cotidiana del ser pensante, que puede abandonarlo todo, menos los adentros, su alma le pide regresar, pisar el suelo, el sueño y mantenerse en esta evolución. Porque uno debe poder recomponerse, autolimitarse a gozar de los excesos, llorar las alegrías del disfrute de la borrachera diaria de pensarse. Uno no debe abandonarse, ni aletargarse en el disfrute intelectual de uno mismo; debe imaginarse, consumirse dentro de su voz, por esa callada voz de la agonía accidentada de ser la vida misma. La vida que nos rodea y golpea los dientes, masca los pezones, y nos hace despertar para meternos dentro de la pesadilla. Y ese hombre que se era viene a rendirse, a quedarse ciego ante el Abrirse al silencio.

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desengaño, listo para las nuevas posibilidades. El autor va desgranando sobre las hojas blancas su propia piel. Y uno se acerca a compartir este desvestirse, este desabrocharse, este arrancarse con furia el manto que le cubre el alma. Tal vez sea la profesión, tal vez la profecía, ese llamado que todos tenemos a decirnos, a significarnos, a develarnos ante los otros. ¿Y a quién le importa? El poeta no lo sabe y no tiene por qué saberlo, el poeta solo cumple con ese acto. Uno se sumerge en cada breve obra y se ilumina de versos. Las imágenes van abriéndose paso por nuestros ojos, y astillan nuestra mente, para luego caer sobre la hoja blanca. Nos hacen sentir esa tristeza absurda del arrobamiento. Porque el poema vive y habita ya en las páginas, y uno se complace brevemente de este pequeño incendio en el que sin poder salvarse, quedará intoxicado por ese humo agridulzón en el que sabe que al final, al respirar de nuevo, levantar la vista y saberse vivo, está la marca de la esperanza ahí, por todos lados, aleteando a nuestro alrededor, en nuestro interno, dejándonos en esa ternura dolorosa que el autor nos ha lanzado al rostro. Eso es gozar de la lectura. Sabernos intoxicados con el autor. Saber que nadie nos escucha, y somos como esos niños acariciados por emisarios de la muerte, y aún así nos sabemos vivos. El poeta nos devuelve esa esperanza, ahí guardada en alguna parte, manoteando por ser vista, que quizá pueda nombrarse amor, o como cada quien quiera y partiendo de esa ternura, que a ratos quiere aflorar, el autor enseña la negrura del mundo contemporáneo. Es a través de los poemas, como entendemos que estamos, al mismo tiempo, siendo testigos de un diálogo, donde los lectores somos el pretexto, para reconocer esa conversación del autor con esa persona amada, una conversación casual sobre la 156

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vida y el descanso que da al cerrar los ojos sobre la avena tibia de los pechos de la mujer, que uno ha aprendido –con el poeta- a morder a su manera; para ser parte de la búsqueda del lenguaje, de esa persecución de las ideas, algo como el hacernos siempre un mundo. Ese mundo propio que es la nuestra literatura, la nuestra idea del poema, la nuestra idea de ser el vaso comunicante en el que nos es necesario dibujarnos la vida, el pensamiento, las sensaciones. Porque uno se sabe preso de esta maldición que es el ser poeta, cuando a media noche (ese alfabeto invertido) nos despertamos al darnos cuenta que la frase tal, el adjetivo que pusimos, no termina de agradarnos, y entonces la noche nos maldice con el insomnio sin ojos trepado encima de nuestra nariz, con ese su olor a mediocridad con que se burla y nos insulta. El monstruo del insomnio que va creciendo hasta apoderarse de nuestras manos, ojos, piernas, y nos impide respirar. Caminamos al ordenador, y trazamos nuestro sueño hacia vislumbrar el ojo frío de algún demonio que nos pretende derrotar, llenándonos de angustia, el desesperante principio de la creación que nos va dañando el espinazo, la columna vertebral, las nalgas, las piernas colgadas, movernos hacia un lado, quemarnos la lengua con el café caliente, y estar seguros de que tenemos que mejorar el texto. Y nos vamos mirando el reflejo en la pantalla del ordenador, y la hoja blanca va burlándose de nuestro empeño. Buscamos descansar de este maldito oficio, y maldecimos porque tenemos que recurrir a nuestras fuentes, todos los otros poetas refugiados en los libros, y escudarnos en Darío, en el manifiesto de nuestro padre Dylan Thomas, y sabemos que nos leemos y nos disfrutamos, porque muchos escribimos para llenar esos huecos de la literatura que nos gusta consumir, con esa propia forma de decir las cosas, aventajar Abrirse al silencio.

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a los lugares comunes, que como perros rabiosos nos persiguen y se ríen como hienas con el hocico de sus letras junto a los ojos. Y es lo que nos queda, envenenarnos en la ponzoña del lenguaje. Ya lo ha escrito, dicho y advertido antes Huidobro en su Arte Poética: "Que el verso sea como una llave que abra mil puertas". Y el poema abre la boca y nos muestra los colmillos afilados del desprendimiento, los colmillos hartos ya del intelecto. El poema se nos echa encima con sus fauces negras, buscándonos el cuello. Uno tiene que defenderse, y avanza la página, pero el rugido es grave y nos va estallando los nervios. El poema enseñoreado nos mira pequeños. Nuestros ojos van dejando apenas su huella de locura, de deseo inacabado, sobre el borde de la página, y como ese dios creador que nos creemos, tiramos un dado más, y nos arriesgamos a seguir vivos.

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Capítulo 3. Abrevar la tradición. 3.1. La enseñanza de la poesía. Un poema al menos debe contener tres aspectos principales: imagen, ritmo y sentido (IRS). Tres componentes que están y deben estar siempre presentes en cada una de las obras para que estas sean consideradas como poéticas. No importa en cuál de los géneros literarios, establecidos por la crítica, queremos escribir nuestras ideas. Dejad que los críticos literarios, los académicos, establezcan el género al que pertenece cada creación que construyas, como escritor lo que debe importarte es escribir, y que cada una de tus obras tenga imágenes (que los lectores puedan ver e imaginar lo que leen), ritmo (de sonidos y silencios, de ideas), y sentido (aún el sin sentido es un sentido, trata de que todas las palabras y signos que utilices estén bien ubicados y bien pensados, que sea la palabra exacta que querías). Lo importante no es conocer la teoría literaria sino saber escribir y tener el talento para comunicar las ideas de una forma diferente a la que cualquier otra persona lo haría. Los temas no varían demasiado, pero los autores buscan comunicar desde sus propias ideas, sus propias intenciones, sus propias búsquedas. Y para ello siempre tener en la mente las palabras del poeta Jorge Lara Rivera: “Es ésa la mejor forma en que lo puedes decir”. En un taller literario al que asistiera, la poeta Gloria Gervitz dijo muy claro que un cuento es un poema tensado al máximo. Y si un cuento es un poema, entonces volvemos al inicio, recordar que todo poema tiene al menos: imagen, ritmo y sentido. La poesía es una forma de comunicar ideas, toda vez que como bien dijera el maestro Oscar Wong, todo Abrirse al silencio.

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verso es una idea. Y las ideas estarán entrelazadas, brindado sentido, dentro de un ritmo específico. Una imagen es aquello que podemos imaginar. Las palabras escritas solo son signos que se han establecido para representar fonemas, y estos fonemas representan la oralidad que forma nuestro idioma, y la posibilidad de establecer convenciones para poder entender cada letra, cada palabra. Sabemos de antemano que aquello que llamamos silla sirve para sentarse; luego entonces todo aquello que sirva para sentarse, podría ser considerado una silla si le damos ese uso. Al nombrarla, escucharla, y crear una imagen en el cerebro sobre lo que representa la palabra, y su función, podemos acceder a su significado, y entramos en contexto. Es algo que podemos imaginarnos. La imagen puede contener metáforas, pero no toda imagen es una metáfora, aunque toda metáfora es una imagen Para definir las metáforas podemos pensar en la unión de dos palabras (representaciones de algo), que al ser unidas o vinculadas en un contexto crean un significado diferente. Piensa en metáforas fáciles como: "Te creo si me dices que la luna es de queso". ¿Qué tipo de metáfora es "luna de queso"? Sabemos que la luna, para los que habitamos este planeta, es aquel satélite que gira alrededor de la tierra y que de acuerdo a su cercanía crea un aumento en las mareas. Y que el queso es un producto lácteo (de la leche). ¿Y qué significado adquiere cuando las juntamos? En el verso anterior se hace alusión a la "credulidad", del hablante lírico. Es una exclamación de aceptar y creer lo que una segunda persona le puede decir. Y se plantea el hecho de creer de esta forma, totalmente que ocurre cuando alguien se enamora: "Te amo de tal manera que te creo si me dijeras que la luna es de queso"; aunque sé que no lo es, quiero demostrarte que soy capaz de creerte cualquier cosa que 160

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digas. "La luna de queso" termina siendo una metáfora del amor incondicional. Por ello hay que privilegiar las imágenes y las metáforas por encima de los conceptos abstractos. Uno puede imaginarse una "luna de queso", como puede imaginarse "un gato saltando sobre la luna", o puede imaginarse "un chopo de cristal", pero algunos llenas sus textos de palabras como amor, fe, esperanza, paz, pensamiento, sentimiento, felicidad, conceptos que cuesta mayor trabajo imaginárselos, porque cada lector tendrá una propia idea de cada uno de esos conceptos. Mientras más logremos hacer que el lector se involucre, sienta, mire, huela, saboree, escuche las palabras, abrevará con mayor facilidad los textos que escribamos. El sentido nos permite desarrollarnos dentro del campo semántico. Hasta el sin sentido es una tipo de sentido. Reconocer las ideas, los sujetos, el hablante lírico, el narrador, los personajes, los sucesos, qué cosa está ocurriendo, qué se está sintiendo, y no caminar sin ton ni son en el poema, a menos que esa "locura de la sinrazón" sea la intención del poeta, del narrador, del novelista. El ritmo es el que se nos permite, en el idioma en que nos expresamos, no sólo comunicar ideas, sino escoger las palabras que mejor suenen, y juntarlas para que los sonidos puedan estimular al lector. El uso de las cesuras como los signos de puntuación, como gozar cada sonido de las letras que forman una palabra, una frase, una oración. Esa musicalidad será la búsqueda de cada autor, y ahí ira encontrando su estilo propio, su propia voz, su propia esencia literaria. No todos los idiomas tienen el mismo ritmo. En pocas palabras, la palabra es oralidad, la poesía es oralidad, de ahí el equívoco en la construcción de géneros como el Poesía Sonora; porque toda poesía es sonora, siendo oralidad entonces suena por ser Abrirse al silencio.

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la reunión de diversos fonemas, cuyos sonidos son captados por el oído, y representados en el intelecto. Pero ocurre que muchos académicos, sintiéndose iluminados han dado ese tipo de definiciones. Por ejemplo Lauro Zavala alguna vez dijo que una mini ficción tiene que estar basada en una obra mayor, y de alguna forma homenajearla, y si no es así, entonces no es una mini ficción. Qué tontería. Quisiera saber entonces a que obra homenajea El Dinosario escrito por Monterroso. Las limitaciones que quiere imponer el Dr Lauro Zavala, me traen a la mente lo que bien decía Mariano Azuela: "Nada embrutece tanto como el trato diario con los sabios." Los conceptos son aquello que nos es más difícil imaginarnos. Conceptos como el amor, la nada, el alma, el cielo como paraíso al que van las almas. Este tipo de conceptos dañan el poema, porque no son cosas que podamos imaginarnos. Cuando un texto abunda en conceptos, tendrá que ser rescatado por los otros dos puntos que son el ritmo y sentido. ¿Cuál es el sentido en el que se está usando el concepto dentro del texto? Si uno pregunta a un variado número de personas "¿Qué entiendes por Amor?", cada persona encontrara una forma diferente para definirlo, o para demostrar su forma de entender qué es el amor. Lo mismo para cada concepto. De tal forma es que debemos prescindir de estos conceptos en el poema. Gautier opinaba que el artista no tenía ningún compromiso con la ética y que, por el contrario, su obligación era alcanzar la perfección en la forma y la expresión. Por eso, para escribir un poema uno debe verter todo el conocimiento de una sola sentada, todo lo que uno quiere comunicar; y luego de verterlo en la hoja de papel, tendrá ese amasijo de letras en el que –con cincel en mano162

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deberá encontrar el poema, borrando, añadiendo, puliendo las palabras poco a poco, haciéndolas brillas, limpiando acá, desgastando ahí, pegando, reparando, haciendo todo el trabajo de ensuciarse las manos con el carboncillo y las cenizas, usara la argamasa, así como distintos tipos de colorantes, para encontrar ahí, la luz de su poema. Para Valéry la poesía era la más hermosa de las técnicas creativas. Y la estamos volviendo algo que pretendemos sea para académicos iluminados, señalando cínicamente cosas como: "La poesía es tan especializada como la física cuántica". Una vez que hemos definido ligeramente los tres principios básicos y mínimos que debe tener cualquier poema: Imagen, Ritmo y Sentido, hay que apuntar sobre el trabajo de escritor. Sobre el hecho en sí mismo de escribir. Ante todo hay que establecer que lo único que te hace mejorar día con día y tener una rutina para la escritura es la disciplina. Una disciplina lectora y de escritor. Un reportero le preguntó a Carlos Fuentes si el hecho de ser un autor tan prolífico le hacía estar escribiendo día y noche, y le pidió que le dijera cuál era su rutina diaria. Fuentes le dijo: "Me levanto a las seis de la mañana, tomo el desayuno con mi esposa mientras leo los periódicos (nótese que usó el plural), checo la agenda, y si tengo compromisos casi siempre son por las mañanas; al medio día almuerzo, y luego durante cuatro o cinco horas diarias, escribo sin parar. Antes de dormir, siempre leo una o dos horas". Escribir cuatro o cinco horas diarias. He ahí un escritor. Mariano Azuela dijo: "Reconozco que como escritor tengo la manga muy ancha, y he tenido la oportunidad de leer hasta siete veces En busca del tiempo perdido". He ahí a un lector. ¿Cuántas horas al día lees, cuántas horas al día escribes? ¿Lees y escribes a Abrirse al silencio.

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diario? De eso se trata ser escritor. Por eso te dejo acá estos 13 puntos que espero te ayuden a dedicarte a la literatura: 1. "Sigan sus sueños sin desesperarse". Ten un sueño, y ve por él. Siempre habrá imponderables, siempre habrá escollos, pero debes seguir tus sueños. 2 "No pierdan el piso, la gente no correrá a pedirles autógrafos cuando caminen por las calles." En una ocasión el maestro Rafael Ramírez Heredia contó que estaba hospedado en un hotel, en una ciudad donde impartía uno de sus talleres de narrativa. Bajaba en el elevador al lobby, y cuando la puerta del elevador se abrió, decenas de reporteros se acercaron para rodearlo, mientras los fotógrafos le tiraban las luces de sus flashes. Entonces el maestro sonrió, mientras pensaba que al fin le hacía justicia la vida, reconociéndolo como el artista que era, cuando se percató que la puerta del otro elevador se abrió para dejar aparecer la torneada figura de Ninel Conde, que era la persona a la que la prensa había ido a esperar. 3. "Sean responsables y dedicados, tengan disciplina al leer y al escribir". Una amiga poeta me dijo que desde que era niña quería ser escritora, hoy lo ha conseguido mediante sus más de cinco libros publicados, sus lecturas en muchas ciudades del país. Ella, que fue alumna de mi taller literario, era una lectora voraz. He conocido a muchos chicos en el taller, algunos con grande talentos. Y como alguna vez le dije a esta mujer: No tienes tanto talento, pero vaya que eres dedicada. Se gastaba los ojos leyendo cada una de las obras que yo recomendaba. Ella quería ser escritora, y fue por su sueño. 4. "Sean observadores, escriban a diario sobre lo que miran." Luego de leer un texto de Julio Cortázar en el que su 164

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personaje logra aislarlo todo y concentrarse solamente en los botones cuando iba caminando, entendí lo que debe ser la mirada de todo artista. Cada persona a tu alrededor es una historia, todos tienen una historia, tú mismo tienes cientos de historias en ti, cuanto más los que te rodean. Uno tiene que saber percibirlo, observar, escuchar. Un autor tiene que aprender a escuchar a los demás, para nutrirse de ideas. 5. "Jamás dejen de ser críticos consigo mismos y con los demás." Tienes que ser siempre crítico con la sociedad en la que te desarrollas, que no es lo mismo que ser contestatario. 6. "Aprendan teoría y estructuras literarias para que al leer puedas ir mirándolas, apreciándolas, y apliquen las teorías existentes a sus lecturas, para que aprendan a usarlas 'en automático' con sus textos". 7. "Nunca tengan miedo de perder algún texto, vuelvan a escribirlo, siempre les saldrá mejor, y no sean flojos para hacerlo". Dejen de sufrir o de poner pretextos de "toda mi obra estaba en ese ordenador, ahora lo he perdido todo. Eso dicen los necios. Los escritores, se ríen del caos y vuelven a escribir. 8. "No se disfracen de escritores, ni de bohemios, ni de hipsters sábelo todo, ni tampoco de turistas, fans, ni grupies literarios". En la literatura lo que siempre importa son las obras y no los autores ni la vida de los autores (menos sus fotos con los autores, pero sí las reseñas de los libros que han leído). Dejen de presumir sus fotos con tal o cual escritor o escritora. Dejen de poner en sus fichas biobibliográficas: Cursé talleres con Monterroso, fui alumno de David Huerta, estuve en una cena con Juan José Arreola. Que tus textos sean tu carta de presentación. Abrirse al silencio.

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9. "No presumas lo que lees, presume mejor – mediante crítica publicada, ensayos literarios o académicoslo que te ha dejado una lectura". No actúes como una foca aplaudidora, di lo que piensas de una obra sin que te de miedo herir la susceptibilidad de nadie, pero se honesto. Si la leíste, y decidiste usar el tiempo de tu vida para hacerlo, nadie te puede impedir decir lo que en verdad piensas de una obra. Pero no actúes como si la verdad fuera tu Hermana. Presenta argumentos sobre lo que no te agrada de una obra. 10. "Deja de seguir el hit parade de la literatura que hacen revistas, periódicos y editoriales". Siempre hay dinero de por medio en ello; hablamos de empresas editoriales, que intentan posicionar a sus autores, y los libros que les han publicado en el ojo y el bolsillo de los posibles lectores, y no siempre en el gusto. Toma todos los cánnones y estos hit parade como guías de lectura y abre y revisa los libros, y lee lo que te dé la gana. 11. "Nunca persigas presupuestos de becas y concursos con vanidad". Ten respeto por los otros, incluso por aquellos que con sus impuestos generan ese bolsa económica que paga premios y becas. Utiliza las fechas de sus convocatorias como fechas límite para tener disciplina en tu escritura, y participa en todos los concursos que puedas. Y compórtate como un buen perdedor si no ganas, y como un gran crítico –con pruebas claras- si consideras que hubo corrupción para beneficiar a alguien. 12. "Nunca pierdas de vista que tienes que divertirte y aprender de ti al escribir una obra para comunicar tu pensamiento". Los lectores de tu obra serán aquellos que quieran comunicarse contigo.

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13. "Escribe siempre con honestidad, jamás queriendo enseñar a los demás". En toda lectura hay un aprendizaje, toda obra te deja algo, hasta el decir: que mala obra, es un aprendizaje. Tú sólo utiliza el lenguaje lo mejor que puedas y sepas para comunicar tus ideas. Porque el proceso creativo es algo tan interesante. El ponerse a pensar en ello es ya interesante. Y lo digo porque estoy seguro que todos tenemos un proceso creativo, pero quizá los tipos como yo no lo miran del todo, o acaso es que no les queda del todo claro. Lo real, en lo que a mí respecta, es encontrarme con textos publicados firmados con mi nombre y decir: "¿Yo escribí esto? Quizá solamente soy el instrumento de algún ángel que guió mi pluma, de algún demonio que me dictó todo junto al oído" Del proceso creativo puedo señalar que pude darme cuenta comprendo que la cosa está en romper con la hoja blanca. Claro que me surgen mil y un ideas todos los días y a todas horas, porque todo motiva una idea para escribir. Mis perras que no dejan de ladrar, el estado de ánimo de mi corazón respecto a los amores y las amantes, y por supuesto mis hijos; mi infancia, mi adolescencia, aquellos días de campamento, aquellos niños en algún campamento, aquellos jóvenes corriendo detrás de un balón, como aquellos jóvenes corriendo tras de un tren. Aquella niña que siempre me sonreía y que cuando quiso invitarme un poco de chile molido, lo puso en la palma de su mano ofreciéndomelo, y yo, en vez de seguir el erotismo de lamer su mano, soplé sobre aquella montañita granitos de chile que volaron hasta su ojo, lastimándola, lo cual ocasionó que me expulsaran ese día del colegio, y que la chica jamás quisiera volver a hablarme. Todo suscita una historia, todo suscita un poema, un acto creativo. Pero en ocasiones me porto irresponsable respecto a ser disciplinado, Abrirse al silencio.

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y cuando repaso algunos logros que he obtenido en mi vida personal digo: "¡¿Y si leyera más?! ¡¿Y si perdiera menos el tiempo?!", y no queda más que tomar lo que está a nuestro lado, enfrente de nosotros, en el espejo. Esto soy, esta carga de huesos, grasa y carne. Volvamos al proceso creativo: Romper con la hoja blanca, he dicho, y es así como empieza cualquiera de mis historias. Creo que la disciplina de escritor incluye ser un gran observador, un crítico de las cosas que ocurren en la sociedad, un crítico de la simpleza humana, retocada por la soberbia pero simpleza al fin. Cojo el teclado, abrimos el procesador de textos, y al aparecer la hoja blanca procuro cubrirla de letras, de ideas que se van ordenando conforme avanzan desde mi cerebro hasta mis dedos, la memoria va creando su magia y las palabras se ordenan hasta formar ideas; y cuando descubro una idea la sigo, hasta que se me agote la fuerza. Entonces releo, cambio de idea, y releo, y luego leo de nuevo y voy limpiando, quitando aquellos equívocos. El mismo camino me conduce acerca de la opinión, la mini-ficción, el relato corto, el poema. El texto en sí mismo me va diciendo "¡Hey!, por acá no es! ¡Hey!, métale más fuerza que esto se cae, se cae. ¡Hey!, que no ha terminado conmigo, apenas comienza a dibujarme. Y así, uno olvida a ratos, y luego relee, esconde, relee, y mientras va releyendo el texto, la vida continúa, y es así como trato de terminar una idea, y lanzarla a la lectura: publicarla, para poder abandonar el texto y comenzar con otra idea, tal como dijera García Márquez: "Publico libros para olvidarme de ellos". En ocasiones las ideas caen juntas. Muchas de ellas, y uno intenta defenderse, escribiendo a cuatro manos, a diez ojos, a tres mentes, para poder dar con todas, luchar contra todas y tratar de salir bien librado del libro de cuentos, del 168

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poemario. Todo concluye a buen fin cuando alguien lee, y dice: "¡Este autor sí que está loco!" Y uno sabe que esto de escribir ha llegado a buen puerto. 3.2. Leer y Releer poesía. Leer poesía es una tarea que requiere cierto entrenamiento. Mario Bojórquez.

Justificar los malos textos pensando que el otro, el lector, no tuvo la capacidad ni el entrenamiento suficiente para poder acceder a las obras crípticas de las que nos jactamos, es de una total candidez. Es así como muchos autores van por el mundo, con una currícula de premios y publicaciones influenciando en la mente de jovencitos y jovencitas que buscan adentrarse en el mundo de las letras vía la clase o el taller y son engañados. Uno quiere pensar que aquello de “cierto entrenamiento” que señala el epígrafe de arriba tendría que estar referido al: "dime lo que lees, dime cuánto has leído y discutamos", lo cual es falso porque cada quien lee sus propias búsquedas. Todo escritor que se precie de querer serlo tendría que estar consciente de que se escribe con la simple idea de comunicar. Pero si tu currícula sólo está inundada de premios y publicaciones has logrado has logrado agradar el gusto de un grupo pequeño de dictaminadores, y se te antojará rodearte de pequeños escritorcillos en ciernes, a los que educarás en tus propias aguas, para volverlos tus alegres compadres, a quienes dar palmaditas, que luego retornarán como aplausos y el círculo se cerrará a través de las ideas literarias que se comparten. Los presupuestos ay, los presupuestos. He ahí uno de los grandes males que tiene la literatura. De todo libro se aprende algo, y me sostengo, hasta de la mala poesía se Abrirse al silencio.

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puede aprender, se aprende de mirar los errores que los demás cometen, pero ¿qué es mejor, estimado lector, mirar la paja en el poema ajeno, o la viga en el propio? Nadie tiene la suficiente capacidad, ni jamás la conseguirá, para poder decir: "Esto es o no es poesía, jamás podrá decirlo como la última palabra; pero goza de todo el derecho a decirlo si al final de su comentario agrega: "Para mí". La poesía, toda, la que se produce en México es una poesía de altibajos, que mucho habla de la vanidad de los autores, y del hecho real de vivir en un país en el que uno no puede cómodamente detenerse años a escribir poesía nada más, pues hay que luchar para comer todos los días. Las diversas estructuras metodológicas para el análisis literario, cualesquiera que sean usadas para hablar de una u otra obra, siempre estarán cargadas de un enorme subjetivismo (leer a Terry Eagleton). Toda crítica debe acompañarse de un "para mí". Para mí esto no es poesía, sí es poesía, y argumentar, por favor, argumentar los por qués. Me encanta la cara que ponen algunos autores cuando el presentador de su poemario habla de su obra; la cara siempre es de: "Yo jamás pensé en todo eso que dice, pero qué padre que lo diga". Y entonces poder convencerse a sí mismo y a la siguiente oportunidad creer que en verdad pensó en todo eso que el presentador dijo, y desde esa idea explicar la gestación de su obra al periodista, aunque el periodista ni siquiera sepa de literatura y sólo asiste a cubrir una nota para cubrir su cuota de notas diarias, que le permitan hacerse de un salario. Es una realidad que tu bagaje de conocimientos de libros y literatura te hará tener las herramientas para poder disfrutar de un poema o de una obra. Pero, si el entrenamiento que dicen que tiene que tenerse para leer poesía fuera una necesidad intrínseca para poder acercarse a un libro de poesía, a un 170

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poema, entonces, para qué pensar en programas de Salas de Lectura y de Fomento a la Lectura, si los lectores neofitos jamás podrán leer poesía porque no cuentan con ese entrenamiento. Esa postura del entrenamiento no es más que un pretexto para ocultar las propias carencias, justificar los pocos lectores a tu obra. Necesario es escribir pensando en un lector mucho más audaz que nosotros, un lector al que no se busque educar, sino con el que se busque compartir. 3.3. Editarnos los unos a los otros. En ocasiones, como editor, me gusta detenerme sobre la obra colectiva que es una revista y decidirme a pensar ¿Qué fue primero el libro o la revista? El libro, dirán algunos. Y para que un autor logre ver su trabajo impreso ¿acaso no requiere del editor, del ya en desuso tipógrafo, del diseñador, el impresor? Al final es el autor, al que se le da reconocimiento. Ustedes recordarán que Dostoyevski y Balzac crearon obras maestras acosados por sus editores, quienes les habían adelantado pagos por sus obras. Uno no puede dejar de pensar en aquello que es la creación de la obra, la revisión de la misma, hasta el claro objetivo de tenerla impresa en copias para los muchos lectores que fueron teniéndola frente a sí. ¿Y entonces las revistas? Bien, pues, el hecho de editar es el mismo. El trabajo de un equipo, la consecución de un objetivo. Qué hermoso trabajo el del editor que se permite conocer autores, tratar con ellos, apapacharlos, exigirles, reclamarles, corregirles, y peor aún, mantenerse ahí en lo oscurito porque el trabajo que se hace, ahí como a escondidas es de un reconocimiento menor. Emanuel Carballo en su Diccionario crítico de las letras mexicanas en el siglo XIX (Oceano-Conaculta, 2001 señala que “el periodismo literario nació como un parásito de las Abrirse al silencio.

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publicaciones de otra índole, noticiosas o políticas, hasta que su invasión ganó casi totalmente un primer periódico el Diario de México que se publicó entre 1805 y 1817”. Carballo añade que sin embargo el semanario El Renacimiento es el documento que mejor sintetiza el carácter literario y aún cultural y social de toda esa época. Así se fueron generando las revistas que daban luz de la vida cultural de un país que se abría por sí mismo camino, desde la voz de sus autores. De nuevo Carballo señala: "Dado el centralismo en todos los órdenes que desde entonces prevalecían en el país, era más fácil hallar a los profesionales en la ciudad de México y los aficionados en las capitales de provincia, con la excepción frecuente de Guadalajara, Mérida y Puebla que sostuvieron de principio a fin de siglo, una apreciable vida cultural y artística. Los escritores se especializaron (se era poeta, narrador o dramaturgo pero no las tres cosas) y los lectores asumieron el papel que les correspondía en el circuito cerrado de la literatura: el de recreadores de la obra de arte". Para qué se publica una revista de literatura, por qué se escribe, y peor, por qué el estado, el gobierno federal, invierte en la publicación de un fondo editorial y en una revista de literatura. “Aprendimos una lección esencial: que la literatura mexicana no era, simple y sencillamente, la literatura que se escribía en la ciudad de México sino la literatura que se escribía (y se escribe) por todos los rumbos del país. Nos descubrimos, al leerla, como una comunidad que hablaba desde entornos diferentes, pero que vivía experiencias culturales similares que la conectaban a la vez a una red de afinidades y correspondencias, de vasos comunicantes que le daban una identidad generacional tanto por sus similitudes como por sus diferencias.” Estas palabras que el poeta 172

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bajacaliforniano Gabriel Trujillo escribió hace una década, recogidas en el libro Entrecruzamientos, describen en buena medida el ánimo con el que la revista Tierra Adentro fue creada hace casi cuarenta años por Víctor Sandoval. Sabemos que cada generación de escritores y poetas han sido los voceros de su contexto social. Sara Uribe, Feli Dávalos, ¿marcan tendencias? Tal vez sí, para aquellos que los van leyendo y recomendando. Pero si puede anunciar instantes creativos: Dalí Corona escribe "Mientras que con una mano / acomoda la silla / con la otra enreda la cuerda / de tender la ropa / a su cuello. /Un giro, tal vez dos / y sus pies se bambolean / sobre el filo de las seis de la tarde." Y así las revistas literarias han marcado mi vida, como la de muchos autores mexicanos, de los cuales la gran mayoría comenzara por publicaciones en revistas, antes de llegar a los libros, siguiendo parámetros similares a: Revista – Antología – Plaquette – Libro. “Queremos que Tierra Adentro propicie y multiplique el diálogo entre los jóvenes creadores y lectores del país, y que dé proyección no sólo a disciplinas ligadas a la literatura —como lo ha hecho siempre— sino a todas las expresiones culturales.” Rafael Tovar y de Teresa. Los que nos gusta leer podemos disfrutar revistas como La palabra y el hombre, Armas y Letras, El Búho de René Avilés Fabila, Cultura de Veracruz, Castálida, La Colmena, Parteaguas, Blanco Móvil, entre tantas otras.

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3.3.1. Los creacionistas imberbes. yo también soy un dios a mi manera un creador que no produce nada Nicanor Parra.

¡Hartos ya de aquellos que se dicen músicos porque saben mover las maracas, pintores porque hicieron el dibujo de un perrito en su libreta mientras estaban aburridos en la escuela, escritores porque su maestra de secundaria los alienta a escribir y declamar poemas en los festivales de la madre, diseñadores porque hicieron el logo del trabajo de su equipo de prepa, el logo de su banda o el logo de la marca de la empresa de su papito! Para poder ser un artista se requiere algo de lo que muchas personas carecen: Disciplina. Y esta no se alcanza inscribiéndose en un taller gratuito, pasando con seis las materias de la licenciatura. La disciplina del artista se vive todos los días, en el a cada rato, en el insomnio, en el saber que no se está conforme con el primer texto que se lanza a una red social. "Soy poeta porque 15 personas le dieron Me gusta a mi poema por los 43 desaparecidos", "Yo diseñé tres memes sobre la fuga del Chapo, soy el mejor diseñador del mundo". La situación no puede quedar en ello. No puede quedar en no despedazarnos sobre la hoja en blanco, y menos sobre la crítica. ¿Quiénes son los escritores mexicanos? ¿Los músicos? ¿Los artistas visuales? ¿Los actores y actrices? ¿Los directores de teatro? ¿Cuántas obras has leído de ellos este año? ¿A cuántas puestas en escena has asistido? ¿A cuántos conciertos has ido? ¿Qué obras visuales te han llamado la atención? ¿Qué fotógrafo mexicano recomiendas al mundo? ¿Quiénes son los artistas en este 'ómbligo de la luna'? La realidad es que las presentaciones de libros están vacías, las puestas en escena están vacías, o la asistencia es 174

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muy poca. "Somos todos los que estamos", dijo alguna vez un maestro durante una lectura de poemas, ¿y nos tenemos que conformar? ¿Dónde los medios de comunicación? ¿Dónde el interés de las empresas de comunicación por la promoción de los artistas? Pareciera que todo se tratara de enviar volantes electrónicos (flyers) a los correos electrónicos y paren de contar. ¿Cuándo nos decidiremos por fin a respetar a los artistas, y también a exigirles mediante la crítica a su trabajo? Que el tiempo ponga en su lugar a los poetas, dice el filósofo. 3.3.2 ¿Publicar o no Publicar? Trazo autobiográfico. ¿Cuál es la intención de la literatura? ¿Para qué sirve la poesía? ¿Cuál es la situación de los libros en la sociedad del siglo XXI? Comunicar el pensamiento podría ser una de las respuestas que engloben las preguntas anteriores. La representación mediante signos de la oralidad, la búsqueda del código que se comparte y es utilizado para hacer llegar alguna idea al lector. O como tallerista romántico, pensarla como la contaminación de los espíritus. Desde el año 2003 ofrecer talleres literarios resultó una experiencia que habría de contaminar mi vida de forma insaciable y volverse contagiosa. Proyectos de vida, me dije, todo tiene que convertirse en un proyecto de vida y no en vanas intenciones. Andaba con mi guitarra, mal tocando y garabateando las letras que me llevaron a aquel Festival de Rock. Recuerdo el primer libro que me compré aquel año: La isla del tesoro. ¿Qué se leía si venías de una familia de trabajadores clase medieros cuyas intenciones jamás caminaron acerca de la literatura? Se leía comics, claro. Pero recuerdo las veces que desgasté el disco de vinil con el poema "Mi cristo roto". La declamación jamás fue lo mío, Abrirse al silencio.

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aunque en la primaria fuera siempre el elegido para hacerlo en los homenajes. El que busca encuentra. Como todo joven supe que el mundo tenía que ser algo más que rock, chicas y reventón. Las preocupaciones literarias comenzaban a taladrar mis neuronas. Y en aquellas páginas de un suplemento del periódico local, encontré poemas y narraciones de escritores que vivían en mi ciudad, que se reunían todos los martes en un café. Me decidí a ir a escucharlos. Me sentaba con algún amigo a contemplar y escuchar sus lecturas mientras nos servían alguna bebida amarga para mitigar la sed de cultura. De las canciones de rock garabateadas en cuadernos comenzaron a llenarse más y más páginas que no alcanzaban los pocos conocimientos musicales para ir creciendo a la par. Se llenaron libretas, y tocando y preguntando en la Universidad, en el Ayuntamiento, llegué a la Casa de la Cultura, una tarde, para hablar con el director: "Escribo poemas y quería ver la oportunidad de compartirlos con alguien porque quisiera publicarme un libro"; aquel director de dicha casa; miró mis “engargolados”, fue pasando las hojas y dijo: "justo estoy comenzando a reunir compañeros en un taller de Literatura, si quieres vuelve a las 6 de la tarde". Ahí vi por primera vez escuché las creaciones de otros que como yo querían departir sus textos y escuchar comentarios sobre los mismos. Muchos de aquellos conocidos se han quedado en el camino, o han cambiado sus búsquedas, pero siguen intoxicados por la literatura. A la tercera o cuarta sesión me armé de valor y mostré mis trabajos; uno de los que coordinaban el taller los tomó, preguntó: "¿te gusta la poesía?", y tirando mis trabajos a la basura escupió: "olvida todo lo que has hecho hasta hoy, tienes que comenzar de nuevo". Lo que se fue a la basura fueron mis sueños, y me dije: "nadie me va a detener". He 176

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visto en esta carrera de tallerista de letras a muchos que se siguen disfrazando de aquel personaje Fombona, tan bien retratado por Monterroso en su cuento "Obras completas" capaces de destruir los sueños de cualquier joven que aspira a ser escritor. El mundo me fue llevando por otros caminos y acabé, como muchos universitarios, en la radio de la universidad haciendo algunos programas, transmitiendo canciones, música instrumental y leyendo poemas de algunos autores que me gustaban, y luego me probé en la Editorial de la misma casa de estudios, haciendo corrección de estilo. En aquellos días editaba la Revista de mi facultad, y me habían invitado a un proyecto que buscaba la integración de compañeros con la misma intención, hacer edición de una revista de mayor alcance: fusionar las revistas estudiantiles de las diferentes facultades en un solo proyecto de revista de la universidad. Yo me hice cargo de la parte de literatura, junto con otros compañeros, que igual han quedado en el limbo de las letras, abandonando las intenciones. Continuaron pasando los días. Me invitaron a casa de un maestro escritor que ya era mayor, quien revisó los mismos “engargolados” retrabajados, que yo me negaba a lanzar a la basura, y sus palabras fueron: "en tus letras hay poesía, tienes que limpiar los textos y encontrarla". Y sin desistir por las caídas llegué a los talleres que se impartían en Bellas Artes, les enseñé el “engargolado”, lo miraron y me inscribieron en un taller que estaban impartiendo; así tuve participación en algunas sesiones con la maestra Coral Bracho quien vino como maestra invitada a mi ciudad. No fue sino hasta el 2001 cuando conseguí, por un concurso, la publicación de mi primer libro, el engargolado que había sido tirado a la basura y que yo me había dedicado a revisar y reordenar una y otra vez. Esta ha sido, en resumen, un poco Abrirse al silencio.

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el derrotero que muchos tuvimos que caminar en aquellos años. Hoy doce libros publicados después, con este mismo impulso, surge la idea de continuar el trabajo, y la búsqueda se mantiene en dos vías: brindar un espacio para nuevas voces y darlas a conocer a nivel nacional e internacional. Es bíblico aquel pensamiento de: "el que pide recibirá", y si lo juntamos con mi propuesta: "usa el sistema", el resultado es conseguir apoyo de quien puede dártelo. Se trazaron las líneas editoriales con un fin claro: "tiene que gustarnos tu trabajo", lo que representa, abrir bien los ojos, no casarnos con ideas propias, sino mirar y ser capaces de encontrar, el poema que está ahí dentro, en esos primeros escritos". Los días y las lecturas nos tienen que hacer evolucionar. Uno mira atrás y siempre dirá: "pude haber mejorado ese poema". Los poemas se abandonan. Se publica para abandonar un texto que no te deja descansar. Bien lo han dicho autores como García Márquez u Octavio Paz, cada que reviso mis trabajos publicados, corrijo algo. Se publica para avanzar al siguiente libro. Como editor hay que saber ser ese muelle donde el poeta deje la barca y continúe su camino en el mundo de las letras. ¿Qué nos compete a nosotros?, leerlos, decir lo que pensamos, mimetizarnos con el autor, ofrecer un punto de vista que pretenda mejorar el trabajo, que la obra publicada sea un consenso entre autor y editor. El editor tiene que ser ese compañero que, no sólo se dedique a dar palmaditas al autor, sino que pueda, con su lectura y su punto de vista, ofrecer oportunidades al autor para mejorar su creación. Nunca será lo mismo un taller que un trabajo editorial. El trabajo de editor tiene que ser más competitivo, más combativo, porque es el cambio al último minuto antes de que la obra se despida y camine hacia el lector. Balzac revisaba sus textos en las placas tipográficas y 178

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hacía cambios. Lo imagino como una relación simbiótica, o como un matrimonio, autor-editor, dejando que su hijo (la obra) se vaya en el tren hacia nuevos mundos. Si no estuvimos ahí de acuerdo en lo mejor para la obra, la crítica lectora será capaz de demolerla. Otro punto del editor es aprovechar todo el recurso, hasta el último centavo. Las plaquettes son obras publicadas de menos de 60 páginas. Cuando tienen 60 o más páginas hablamos de libros. Dentro de mi grupo de trabajo ofrecemos plaquettes iniciales. La idea es publicarte una plaquette y dejarte ir. Reconocemos con Dietrich Schwanitz: "No tenemos que leer de principio a fin todos los libros que caigan en nuestras manos", por ello es necesario que desde jóvenes, nos preocupemos con escribir para lectores más capaces que nosotros mismos. Es en el respeto hacia el lector en donde afianzaremos la calidad del texto que queremos publicar. Si me preguntan que por qué pierdo mi dinero en hacer revistas de las que no gano dinero, y peor, porque invierto en proyectos editoriales el dinero que gano como en mi trabajo como científico. ¡qué otra respuesta habría además de: "¡Me gusta promover los textos de los compañeros escritores!" Soy consciente de la necesidad de la comunicación que es la Palabra para el cambio en el destino de los pueblos, los vencidos, los marginales, para poder gozar e intentar mejorar las sociedades. Algunos de estos escritores y compañeros ofrecen talleres literarios para ganar dinero, otros para conocer autores jóvenes en busca de alguna relación; en el mundo del taller literario hay de todo, porque cierto es que los psicólogos y psiquiatras han tenido la tonta idea de que deben enviar a sus pacientes a escribir sus biografías, y a sacar su catarsis por medio de la literatura –y quizá no estén del todo errados-; pero los envían al taller Abrirse al silencio.

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de literatura, y acá tenemos a los locos, bipolares, a los narcisistas y a otros muchos que cometen el error continuo de escribir pero jamás leer, de escribir pero jamás corregir. Jóvenes y adultos que escriben en el desamor, la misoginia, en la misantropía, esos anarco-cualquier cosa que ven en la expresión literaria una motivación para su rebeldía –que se agradecería si además hubiera una búsqueda estética, de cualquier índole-, y para luchar con su mente como si fueran aquel patriarca bíblico en pleito con su ángel. El caso es que en estos talleres de literatura acaban estas personitas y uno mira casos como: "Maestro, en verdad tengo dieciocho años, no sé por qué mi mamá lo acusa a usted de pervertir mentes". "Maestro, de verdad soy siquiátrica, he acá mi carnet del seguro social, se lo traje para que vea que asisto a todas mis citas". ¿Y la literatura? Leer, escribir, ofrecer lecturas, brindar conferencias y talleres literarios, escribir sobre ello, es parte del quehacer literario. Muchos son los que vienen al taller, pocos los que se van quedando con la disciplina de leer, prepararse y escribir. Poco a poco fui descubriendo que lo mío era la edición, ya sea de revistas, como de plaquettes y libros; poder comentar las creaciones, hablar de autores; leer alguna obra y recomendarla, poder encontrar Sombras sobre el Hudson, leer El señor presidente, encontrar y dar lectura a Mi querido Mijail, por esa casualidad que la vida nos presenta. Y paladear a los tantos poetas, desde deshacerme en García Lorca, hasta enloquecer con Pablo de Rokha, Enrique Lihn, Enrique Molina, con Auden, con Whitman, y claro, rendir una total adoración al trabajo de Dylan Thomas. Tuve suerte de conocer el Programa Nacional de Salas de Lectura y sus acervos, claro; y disfruto escuchar aquellas primeras lecturas de queridos alumnos que poco a poco 180

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fueron llenando los espacios de las revistas que edito y he editado. Aquellas épocas en la imprenta, cuando trabajaba de fotomecánico, de diseñador, y tenía ante mis ojos la formación de los libros para alguna editorial me sirvieron tanto. Aquellas veces que hice algunos libros para la dirección de literatura, los libros y antologías, las compilaciones. Todo me condujo a donde hoy estoy habitando. Al camino que ahora surco. El mundo de los libros, de las lecturas. Puedo decir que mi vida ha sido buena entre los libros. Pero no entre los autores y su intransigente narcisismo: que si estos no son poetas, que si aquellos son amigos de, que si aquellos tienen todos los beneficios, que aquellos no los deben publicar, que esos otros son una mafia, y la mafia de aquellos y todos la misma mafia. Con la mafia me acuesto y con la mafia me levanto. Yo tengo que decirles a todos, queridos escritores mexicanos: pónganse a escribir y déjense de quejas insanas. Dejen de lado el quejerío y lean y pónganse a escribir. Menos lecturas entre amigos y más tallereo, menos milonga y más camote, menos aspaviento y más sudor. Menos quejas y más proyectos, más medios donde tener oportunidad de publicar. Agrúpense, formen revistas, hagan libros electrónicos, reseñas, comenten lecturas, comenten libros, asistan a galerías, vean cine, danza, puestas callejeras, vayan a las tocadas, vayan al café, lean, lean, lean, lean y escriban todos los días, una dos tres cuatro cuartillas, dos, tres y hasta cuatro horas seguidas. Jamás se detengan. Jamás claudiquen. La literatura no es para los débiles, ni para los cobardes. Si sientes que eres depresivo, ve con tu siquiatra o acaricia un caballo, un delfín, una zarigüeya, pero deja la literatura, hazte a un lado. O escribes o te dedicas a la contaduría. O escribes o ves vaginas en un consultorio. O escribes o mejor te dedicas a Abrirse al silencio.

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pintar uñas y cortar cabello. O escribes o sirves bebidas. O escribes o métete a la lucha libre. O escribes o trabaja de economista. O escribes o vete a arar el campo, a hacerte hombre bajo el sol, a construir edificios. Para ser escritor se necesiten ovarios y testículos, se necesitan muchas ganas, mucho sudor e insomnio, se necesita observar y jamás dejar de opinar. Dejen el quejerío, y pónganse a leer, y luego de leer hay que tomar acciones, ser mejor, escribir e ir sobre el pensamiento. El acto de creación literaria debe concebirse como un acto de arriesgarse. Este es el punto de partida en el que he vivido para representar mi formación, correr los riesgos de presentar la obra ante el público, un acto cotidiano de violentarse a sí mismo, desnudarse, entregar la voluntad (como una especie de salto mortal, del que más de una vez sales con moretones al espíritu), ser el punto honesto de cualquier representación de tus propios demonios, fantasmas y peticiones de auxilio en esta sociedad que nos demarca y nos da forma. Como seres sociales, comunicarnos es una permanencia. Vincular el espíritu y ser círculo y cuadratura de un rostro que se difumina en todos los personajes, hablantes líricos y pretensiones que nos avisan que estamos vivos, que estamos destinados a recrearnos continuamente en las letras. Alguien me comentó en una ocasión: toda obra presentada en un taller o para una revista, es una creación que merece respeto, antes no existía, y alguien (alguna mente) le dio forma en esta hoja en blanco. Y creo en esa verdad. El pensamiento, esa libertad del ser humano, de ser persona, aspecto y derivación, en este mundo que continúa avasallándonos, nos permite encarar la realidad desde la ensoñación que percibimos. No hay mayor oscuridad que la de no encontrarse en el hablar cotidiano, y no representarse 182

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signo y remolino de ideas. Aunque siempre haya necesidad (por lo menos en mi caso) de negarlo todo como principio, el raciocinio que brinda el ensimismamiento, nos permite reconocer nuestros rostros en las lecturas de otros. Sentí que mi búsqueda daba frutos; de admirar el trabajo de los escritores que revisaba, ahora tenía la oportunidad de participar en la elaboración de una revista, paladear los textos, definir los estilos, las columnas, revisar cada acento, cada coma, incorporar las imágenes, y sobre todo, comenzar a recorrer uno a uno las personalidades de los autores yucatecos, así como de los colaboradores nacionales e internacionales que envían sus textos (sus creaciones), platicar con ellos vía correos electrónicos, y saturarme las noches del trabajo de edición. Sigo disfrutando la emoción de ver publicada mi revista y es esa misma sensación la que me hace planear el siguiente número. Me siento orgulloso de lidiar y agradecer la crítica sobre mi trabajo, sobre los contenidos, sobre la revista toda, sobre mi propia obra. Todos merecemos una oportunidad. ¿Todos? Habríamos de preguntar. Las oportunidades, contrario al tema comunista, deben existir pero sin la esperanza de que todos accedan a ellas sin esforzarse, menos que a todos se les reparta o exija su participación. Mucho menos en cuestión de arte, la literatura en lo que nos toca. Es en la neurosis compulsiva del artista donde las furias viven agazapadas. Hay un lugar justo para la Palabra, y un lugar indispensable para que surja el silencio. La literatura es un discurso único y propio, con sus reglas injustas y ornamentales de todos los días, que estarán dibujadas siempre desde el pensamiento y formación de cada autor, y evolucionan con base en el intelecto y la connotación de la sociedad de cada época. Luego de las batallas diarias en la era de la propaganda, de Abrirse al silencio.

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los mismos aspavientos en que siempre nos vertimos convertidos en palabra (hablada o escrita), la búsqueda seguirá siendo el silencio. Esa ruptura hacia el lenguaje en que nos hemos refugiado cotidianamente. De nada nos valió esbozar los primeros actos del lenguaje en nuestros balbuceos de la infancia, si la pureza del momento quedó atrás, al ser parte de nuestro propio idioma y recrearlo. No hay más que un resplandor constante en nuestros internos, y esa voz diminuta que nos acecha constantemente y que busca su expresión: la Palabra. Hubo un antes en que el pensamiento se encontraba detenido en los conventos y el pueblo no tenía acceso más que de oídas: oralidad y fe. Las personas no tenían libertad para las lecturas y retenían las ideas de la época por medio de la tradición, el dialogo, la conversación: “Los primeros documentos que muestran palabras escritas en nuestra lengua (…) se escribieron en la segunda mitad del s. X., o sea entre el año 950 y el año 1000, (Alatorre, 1995)”. La aparición de la Divina Comedia, en una lengua diferente (italiano) a la oficial (latín), permitió la apertura hacia nuevas oportunidades de la comunicación de ideas en ese otro sector de la sociedad que era el oprimido; la literatura comenzó su crecimiento: Los cuentos de Canterbury de Chaucer en inglés, la traducción de la Biblia por Lutero al alemán, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha por Cervantes en español. La palabra escrita escapó de los monasterios y cabalgo por la Europa formándonos la historia; y con los golpes de las conquistas, el empuje de un idioma sobre otros, las improntas, las mezclas se hicieron mayores, para llegar a nuestros días, mirándonos en el espejo, con ese espanto de que todo se repite una vez más, bien lo dice Giambatista Vico. 184

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A pesar de que renombrados literatos insistan en que la literatura es para los elegidos, para pequeños grupos tocados por la mano del entendimiento, es la misma modernidad quien nos ha puesto en la justa capacidad (por no decir oportunidad y limitarlo a los azares), de buscar el despunte de nuestras propias intenciones en espera de que el otro (el lector en este caso), pueda tener acceso a ellas. Cierto es que la literatura no es para elegidos, pero tampoco es para los débiles, sino para aquellos que busquen domesticarla, batallar con ella, y hacerla una herramienta. El crecimiento y evolución de las plataformas y soportes de las comunicaciones, en tiempo, aire, espacio, pueden alcanzarse con un parpadeo. Y con esa idea puedo afirmar que en estos momentos, es mucho mayor mi biblioteca electrónica –más de 1000 libros–, que la impresa y ordenada en los libreros de mi cuarto. La educación pública así como las bibliotecas, los libros electrónicos, los múltiples programas tanto de cómputo, como de las instituciones, junto con las oportunidades de reunión a las lecturas de los compañeros, nos dan para esta época, esa garantía de la expresión y sólo nos queda el hecho de intentarlo. Aunque se sepa que ningún programa de lectura podrá funcionar sobre el ideal de conseguirse el alimento. Primero curarse el hambre y luego poder leer, porque la lectura no es solo una forma de obtener información, también es un medio para el esparcimiento. La creación literaria, lo mismo que la lectura, es un acto egoísta de soledad; y es partiendo de ese reconocimiento que uno tiene que entender sólo la parte que le pueda brindar su propia formación. Hay que pensar con el espíritu de Vasconcelos con su: Libros que leo sentado y libros que leo de pie; o en el libro de Harold Bloom: "Cómo leer y por qué" para protegernos dentro de nuestra propia opinión; sólo para Abrirse al silencio.

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dar ejemplos del gusto que puede tener cada lector. Sin embargo, y con todas las descalificaciones que pueda tener un libro, cuanto más una antología o compilación de creación literaria, es necesario dejar fluir, luego de la lectura, el pensamiento para que las generaciones futuras realicen los análisis necesarios, y nos lancen al olvido. En su artículo "¿Cuál muerte del libro?" publicada en el número 98 de la revista El Universo del Búho, Jorge Bravo nos dice: “El libro ha vivido amenazado de extinción desde hace siglos. Las predicciones más apocalípticas no han logrado exterminar a ese 'objeto-mundo' que es la primera industria cultural de la que tenemos memoria (…). El advenimiento de Internet -insisten no pocos- vino a concluir la erradicación del libro, aún lejos de consumarse”. Y hace el análisis en datos y cifras de que el libro sigue tan vigente como en sus mejores tiempos. Uno podría también hojear el documento titulado Redvistas. Catálogo de la poesía por Internet (1996-2001), un trabajo crítico de Alejandro Palma Castro, publicado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en 2004 en la cual se señala que sugerir una literatura espacial que alternase con la realidad y la virtualidad genera una hiper realidad. Sabemos que la tecnología tiene sus pros y sus contras. Ya he dicho que el acervo de mi biblioteca electrónica es con mucho mayor a la que tengo en los anaqueles de mi cuarto. Es verdad que, algunas personas, me incluyo, hemos podido leer Ensayo de la ceguera, Los versos satánicos, Las cavas del Vaticano y muchas otras obras solamente en electrónico con todo lo que implica un posible daño a los ojos. Sin embargo, lo hacemos porque nos es cómodo; pasarnos la noche haciendo un reporte en el ordenador, escuchando música en MP3, revisando los correos electrónicos y repasando las historias 186

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en los archivos PDF, porque estamos atados siempre a un escritorio, y es el ordenador nuestra ventana al mundo. Cada vez nos resulta más habitual involucrarnos con términos como jpg, megabytes, pdf, usb, láser, cd, dvd, plataforma web, mail, blog, metadatos, zippear, scannear, hasta el alt suprim reset del clic y lo repites en que pudiéramos coincidir. Es así como viajando en esta navegación del ciberespacio he ido descubriendo infinidad de portales dedicados a la literatura, muchos de los mismos los he ido “linkeando” en una bitácora personal, o blog en el que desarrollo un intercambio de ideas con otros viajantes del ciberespacio.

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Capítulo 4. ¡Esto somos! Consideraciones últimas y final feliz. 4.1. Teoría de dos mundos: Creativos y Seguidores. Años ha, que la humanidad no logra ponerse de acuerdo en la creación del mundo y del universo. Refirámonos al mundo. Unos dicen que en alguna piedra interestelar venía cierto tipo de moléculas que pudieron haber encontrado en este planeta el sitio idóneo para desarrollarse evolutivamente, debido a las características ambientales de aquella época. Otros, más optimistas, indican que algún ser eterno tomó polvo de la tierra y con un poquito de agua modeló a un ser, en el que sopló (aire) y le dio vida, (trabajo= vida, energía, calor, fuego) —esas teorías de los cuatro elementos—, aunque algunos días antes (seis para hacer caso a la numerología), había dicho cual mago: "Nada por acá, la nada por todos lados, que se haga la luz, bien muchachito, muy bien, que se hagan los árboles, bien, eso es, así, que la tierra, el agua y el cielo sean habitados (hemos descubierto que por todos lados pululan seres vivientes, y que a aquellos primeros “organismos pensantes” a los que se les dio orden de poner nombre a las criaturas, pues no pudieron con la chamba; se dedicaron a las manzanas y fueron expulsados de aquel paraje, porque no dieron el ancho en la misión encargada diciendo: 'que el resto lo hagan los naturalistas, ya vendrá Linneo y habrá que dejarle algo')". Algunos siglos pasaron desde entonces, y entre muertes, vidas, sexo, vidas, muertes, se nos han ido algo así como unos 5 mil años, poco más, poco menos (de acuerdo a la desviación estándar). Así las cosas, llegamos a esta época, en que me paso los días leyendo, pensando, existiendo (tal vez en ese orden), y de todo lo leído, de todo lo vivido, lo que más escozor provoca, es el diálogo diario con aquellos seres 188

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humanos en los que no puedo mirar la misma sentencia universal de: “hechos a imagen y semejanza”, que dicen y redicen esos libros, alguna vez sagrados. Me identifico como El Otro, y como ellos me desprecian, yo los aborrezco. Ellos no son como yo, no me les parezco más que en lo fenotípico y en esos espacios moleculares que parecen declararme de la misma especie. Y al darme cuenta de esta diferenciación de caracteres, me voy quedando a solas, -grata virtud-, o solo, que tiene cierta diferencia, lo que me da tiempo para pensar. En alguna etapa de mi vida, gustaba de jugar escondido de los otros. Niño al fin, encantadoramente tímido, que cuando alguien, esos otros habitantes de mi hogar, que la providencia me ha hecho llamar padres, hermanos, llegaban, buscaba detener mis actividades personales, al orden de responder a sus "¿Qué hacías?", con un sincero "Nada, absolutamente nada", que ocultara mis propias diversiones. Con el tiempo me he ido percatando de los muchos seres humanos que como yo, tienen y han tenido similares comportamientos: igual se sienten fuera de moda, se reconocen aislados, porque les es incapaz establecer relaciones con los otros. Esos muchos comparten ciertos elementos de su personalidad: siempre dirán lo que piensan y por hacerlo no serán bien recibidos. Los otros prefieren que uno diga mentiras, con tal de que el contacto con los otros sea de manera agradable. Ahora tienen la indecencia de llamar a eso “políticamente correcto”, y yo, y los que son como yo, nos vemos arrinconados al desprecio que sienten por nuestras versiones de la vida. Despreciándolos de la misma forma, e ignorándolos las más de las veces. Aislándonos más y más, felices por ello. De esos derroteros me he percatado, por lo que tengo la sana pretensión de reconocer al menos dos planos diferentes de existencia Abrirse al silencio.

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sensorial y del pensamiento, entre los que la humanidad se ha dividido. Pretendo establecer la diferencia que el intelecto me ha mostrado, la existencia de al menos dos mundos que coexisten, -no hablemos de razas, ni de ser superiores los unos o los otros. Nada de esas cosas, el objetivo que persigue este texto no está en definir a unos mejores que otros, sino en establecer las irreconciliables diferencias que nos negamos a mirar. En uno de esos mundos habitan “los creativos”, aquellos capaces de generar pensamientos novedosos, que crean de mundos y personajes, creadores de sistemas, de ideas, de temáticas. Son esos monstruos (si entendemos monstruo como prodigio) que han construido la historia de la humanidad. Entre ellos se ubican los autores mismos de esos libros que cada sector quiere llamar “sagrados”. Ese mundo de verdaderos dioses, mundo de Creadores es el que podemos anotar como una metáfora del Olimpo, el Nirvana, el Mitnal, y cualesquiera que conozcamos o hayamos escuchado. Es el mundo creador de Mitos: monstruos, héroes, brujas, dragones, elfos, dioses, semidioses, infiernos, carontes, cancerberos, paraísos, shivas, kukulkanes y quetzalcoatls, tlalocs, esfinges y tantísimos más. Ese mundo de “los creativos” está habitado por los poetas (y por extensión todo creador de arte), los científicos, los inventores, los filósofos; aquellos capaces de revolucionar la historia misma de la humanidad. Ese mundo se rige por sus propias reglas. Un mundo amoral (puesto que han inventado la moral para el sometimiento del otro), un mundo de solitarios (por eso crearon el amor), un mundo de guerreros (inventaron las guerras para mantener el miedo en los del otro grupo, sus contrarios, del que más adelante hablaré), un mundo donde sus habitantes toman el control 190

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racional de su vida y su voluntad. Marx habita este mundo, lo ha habitado Jesús, alias El cristo, lo ha habitado Mahoma, Gandhi, Castro, lo habitó Hugo Chávez, por supuesto; igual lo ha habitado Baudalaire, Rimbaud, Marco Polo, Jonathan Swift, Hernán Cortés, Miguel Ángel, Dante, Milton, Blake, Jim Morrison, Toni Morrison, Naipaul, Singer, Lessing, Giardinlelli, Volpi, Collodi, Lautremont, Auden, Austen, Mary Shelly, Darío, Guillermo Prieto, Vasconcelos, Octavio Paz, Bolaño, Sor Juana, y tantísimos otros que hoy podemos mirar en la historia pasada y presente, capaces de… El otro plano o el otro mundo que coexiste con el primero es el mundo de “los seguidores”, esos que viven, se ajustan a las reglas, se desajustan, que sólo viven pendientes siempre en seguir a alguien. Son los que siguen las modas, los que siguen al líder, los que se alinean, los que caminan en los senderos marcados, y no pueden alejarse de lo que ya conocen o se ha establecido. Los que asisten a cursos para "formadores de líderes". Ellos viven, no son capaces de… sino que siguen al… siempre serán “los seguidores”. No necesitan razonar en el por qué lo hago, por qué se hace, son incapaces de crear. "Si está bien claro", dicen; "apareció en la prensa", se alienan; "lo dice Dios", fantasean y se persignan; "está escrito en la biblia", alegan. Obedecen, no brincan las rejas, se forman en las líneas, levantan la mano cuando alguien dice que lo hagan, aplauden si hay que aplaudir, se suicidan frente al lente de una camarita en vivo por una red social, y en esta época consumista, atestan los mercados, dan funcionalidad al sistema creado por algún monstruo creativo. Lo mismo, llenan las salas de conciertos, que atestan las librerías. Hacen rebosar los estadios, son siempre los espectadores, ahí permanecerán mirando, lo han hecho desde las cavernas, en el Circo Romano, durante la Abrirse al silencio.

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crucifixión, al pie del cadalso, cerca de la guillotina cuando caían las cabezas de los reyes, abofetean a Jesús frente al sumo sacerdote. Corren a acusar a Enkidu con Gilgamesh. Gozan con el morbo, buscan saciarlo. Son incapaces de ser ellos los que generen el espectáculo, solo son cómodos asistentes al espectáculo de la vida. Lo mismo, asisten a las marchas que se forman en las filas del banco. Y como en el otro mundo (el de los creativos) los hay en todos sus gradientes. En ambos mundos se sufre o se hace sufrir, eso no es diferencia. Lo que difiere y reconoce la existencia de ambos mundos, es que unos saben por qué lo hacen, y otros lo hacen y listo. Hay asesinos, ladrones, flojos, cobardes, mañosos, tramposos, humildes, huraños. La diferencia está en que “los Creativos” pueden darse cuenta de cada acto, reflexionan en ello. “Los Seguidores” actúan, se dejan llevar, sus sentimientos están ahí, y si pudieran medirse, estarían lo más cerca del promedio. Si los sentimientos de “los Creativos” pudieran medirse, estarían en los extremos. Los más sensibles, los más crueles. Los más humildes, los más vanidosos, mírese a Warhol, como ejemplo. Mírese a Octavio Paz, cuya soberbia inundaba el ambiente que pisaba. Mírese las decisiones de Delmira Agustini, la destreza y capacidad definitoria de Alfonsina Storni, quien en el poema “Partida” es capaz de narrarnos la idea de su muerte, es tan hermoso y conmovedor; pareciera que primero murió, y luego de ahogada, regresó a escribir y contarnos como se sintió. La sensaciones en “los Creativos” son llevadas hasta los extremos, hasta matarse se convierte en un acto poético, milagroso, con una decisión clara, precisa; no como “los Seguidores”, cuyas muertes suicidas, las más de las veces, 192

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son con una carga enorme de patetismo: "abriré fuego en la discoteca, no importa que estén desarmados; hoy me siento poderoso, pero antes llamaré al 911". Los Creativos saben y tienen claro aquel: “cuando tengas ganas de morirte, muérete y ya”. Puede haber grandes asesinos Creativos. Ted Bundy es un ejemplo sobresaliente de asesino de los Creativos. Henry Lee cae en el modelo de los Seguidores, no hay mayor reflexión. Si consideramos lo que ahora conocemos de la historia, Hitler fue eso, un gran asesino capaz de crear mundos. En el extremo contrario están todos los fanáticos religiosos que se explotan por una causa que ni siquiera entienden, no pueden ser otra cosa que “Seguidores”; son incapaces de crear mundos, sólo siguen órdenes, siguen el camino marcado por aquellos que les dan dinero, por un ansia de pertenecer a ellos, son seguidores en toda la extensión de la palabra. Esta teoría entre Creativos y Seguidores está bien definida. Pero uno de los grandes problemas es no poder encontrar las diferencias entre ambos mundos (Seguidores y Creativos), porque continuamente ambos planos pueden rozarse: porque todos se dirán Creativos, y acusarán a los otros de Seguidores, pero "por sus obras los conoceréis". Hombres y mujeres, mujeres y hombres se empeñan en no reconocer sus diferencias, en no darse cuenta de a qué mundo pertenecen, y que por el estrato social en el que se identifican son incapaces de alejarse unos de otros. El daño que ocasiona el romántico consumismo. No reconocen el daño que le pueden hacer al otro, que viven haciéndole. Mucho de ello viene porque algunos de los libros escritos por “los Creativos”, como lo es la Biblia, el Corán, el Ramayana, se ha vuelto lectura de “Seguidores”, que no tienen la capacidad para entender los textos que ahí se Abrirse al silencio.

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encuentran. Los “Creativos” inventaron sistemas de sumisión, para vivir a expensas de esos Seguidores que permanecen ahí, en la red, en la trampa creada para ellos, de la que no quieren salir, aunque vivan sometidos, sojuzgados, vilipendiados, sufriendo miles de abusos físicos y mentales. Los “Seguidores” no sólo son esclavos de libros como la Biblia, lo son de todas sus derivaciones, institutos y escuelas de poder. Lo mismo sucede con toda esa literatura teológica, que han impuesto las cadenas morales y de superstición que los Seguidores gozan y necesitan, para alimentar sus culpas y explicarse la vida: "si me porto mal, me castigarán". Cuando un “Creativo” se acerca a esos libros, de inmediato lee y se da cuenta, pero qué chiste, qué padre, está clarísimo, es fascinante la cantidad de bobos e ineptos que viven maniatados por su lectura, y disfrutan las capacidades de la imaginación, valoran la ficción, encuentran la metáfora, leen ente líneas, buscan hasta encontrar el raciocinio, las intenciones; luego cierra el libro y se aleja tranquilamente, sin furia ni excesos de burla. Reconoce las capacidades de sometimiento, y en ocasiones crea sus propios métodos de sumisión: El libro de Mormón, es un claro ejemplo de esos grandes plagios creativos teologales, donde unos 'creativos' se dijeron, "qué interesante, hagamos lo mismo", porque hay Seguidores siempre dispuestos. En la primera infancia (pero en ocasiones durante toda la vida, lo cual es triste) los humanos actúan indistintamente tanto “Creativos” como “Seguidores”. Pero dentro de la catarsis se quitan las máscaras y se reconocen. En ocasiones se ha hecho tarde: "Un hombre bebe y bebe alcohol acompañado con su mujer, los dos hijos pequeños de ambos están en otra casa, y ellos aprovechan y beben sin parar, desde la tarde, felices y amistosos; a la mañana siguiente, él no recuerda qué pasó, 194

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despertó desnudo, junto al desnudo cadáver de su mujer, que presenta catorce cortes de un cuchillo, que está ahí tirado entre sus cuerpos". Se quitaron las máscaras y se miraron. El Creativo destruye al Seguidor, y dándose cuenta de sus actos, tranquilamente, sereno, llama a la policía, y es capaz de esperar para enfrentar la justicia. Se reconoce como Creativo, no intenta escapar, sabe de sus capacidades; un Seguidor huiría preso de miedo, no aceptaría haber perdido el control. No es la droga ni el alcohol, no es el amor, es el pensamiento, el saber que se perdió el control porque estaba bebido, y reconocerlo, aceptar lo que uno hizo, dar muerte a uno de los personajes que vivían para mi, dirá al final. Aceptar la verdad, aceptar los actos. Ser capaces de reconocer la peor podredumbre que te inunda. Reconocerse siempre, y no esconderse, ni lamentarse, ni andar chillando porque se es malo. Porque ¿quién define lo malo de lo bueno? “Los Creativos” son quienes gobiernan el mundo y han establecido su Moral. Ya Rousseau lo ha dejado muy claro: "firmamos un contrato social para abandonar aquella ley de la selva, del más fuerte". Los “Seguidores” cuando viven ahí en los juzgados, ocupando esos nichos, no se preguntan nada, sólo aplican leyes, revisan procedimientos. Muchos asesinos confesos quedan libres, con base en procedimientos y leyes escritas por algún Creativo, que así se burla y burla de los que puede. Los Seguidores no piensan, solo aplican las leyes que le han hecho aprender y cumplen a raja tabla, o la burlan a escondidas, y cuando son atrapados bajan la carita avergonzados. Triste es cuando un Creativo no puede reconocer y darse que lo es. Cuando las cadenas, los golpes, las injurias sufridas desde la infancia le impiden mirarse 'capaz de', y solo le queda pensar que es como todos, 'hay Abrirse al silencio.

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que seguir a…' Estos niños sufren, sufren demasiado. Ya hemos hablado de que sus sentimientos se alejan de la media. Irán hasta debajo de la depresión, y hasta arriba en la mayor algarabía. Por sus actos los reconocerás. Y sólo se les reconocerá cuando actúen. Los Creativos ven el universo y tratan de darse una explicación, los Seguidores se quedan mirando y diciendo: "qué cosa ves, dónde, dónde, no lo veo, se aburren y se van". Los Creativos no se aburren, todo se lo toman en serio, hasta divertirse es para ellos algo serio, un derecho inalienable, esa búsqueda de la felicidad que no piensan abandonar. No pueden dejar de pensar, no tienen descanso. Lo mismo escriben, que leen, que siguen estudiando, que asisten a cursos, y siguen pensando, y en pensar se les va la vida, y envejecen. Aún los que la fortuna les impidió los recursos para asistir a colegios, cuando son Creativos, se preguntan y responden el mundo, con el empirismo, escuchando a los otros, mirando en la experiencia; no se detendrán jamás, el botón de pausa lo tienen atrofiado. Los Seguidores dicen: no veo las noticias porque sólo me preocupo. Los Creativos las miran, las discuten, las hacen suyas, las despedazan, sus escritos son la materia de las noticias, ahí están buscando las mil maneras para salir adelante. Defínase así: "Un hombre está en una ventana mirando a un hombre que está caminando, viviendo, corriendo, hablando, leyendo, pensando. Sea el Seguidor el cómodo espectador, sea el Creativo ese que no puede detenerse, el que vive y camina, el que persigue". Muchos Seguidores pueden creer que son Creativos, y quieren caminar por ese mundo. Uno los mira en las facultades, en los institutos de investigación, en los palacios legislativos, uno los mira opinar, pueden incluso escribir columnas, hacer 196

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libros, libros que serán la apropiación de lo que algún Creativo ha dicho antes, nunca nuevos conceptos, nunca rompimientos de esquemas ni de paradigmas. Pero uno los descubre “Seguidores” porque les preocupa ganar con cualquiera de sus actividades, únicamente lo hacen para ganar algo, ya sea dinero, fama, ganar su nombre en una placa, ganar reconocimiento, tiene que haber alguna ganancia, una medalla, y piensan en ese sentido. A los “Creativos” ganar no les importa. Ganar sólo puede ser un escalón más en su búsqueda, la comprobación positiva o negativa de sus tesis. Si esto, tal; si no, tal otro, reflexionan, y plantean nuevas ideas, nuevas búsquedas, el fin de un camino, señala el inicio de otro camino. Siempre se gana, aceptando o rechazando la hipótesis planteada. Entonces viven en un mundo donde siempre se gana, ganar tiene otra acepción que los “Seguidores” jamás comprenderán. Morir incluso, para los Creativos es una forma de ganar. Un Creativo o Creativa sabe que cuando una nueva idea revolotea en su interior y no le deja dormir; se tiene que levantar y trabajar a cualquier hora. Crean y son por ello, dioses. Los dioses de los que tenemos referencias han sido creados e inventados por esos seres capaces de pensar, pensar, pensar, y dejarse llevar por el pensamiento para generar a los seres extraordinarios que le son tan necesarios a los “Seguidores” para poner en ellos sus culpas y culparlos de todo: "No pude con esto, dios no lo quería, logré tal cosa, dios me lo permitió, esto no puede ser, así lo quiso dios". Como los “Creativos” no buscan ni poder ni gloria ni ganar nada, sólo ríen divertidos de sus creaciones, y de cómo los Seguidores se compadecen y se lamentan, llevándole sus rezos y sus milagrerías. Porque nada de lo que hoy sabemos, lo sabemos por nuestra propia cuenta. Todo lo Abrirse al silencio.

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que sabemos es la combinación y apropiación de lecturas, interacción social, experiencia. Los Creativos se pasarán la vida interaccionándolas. Los Seguidores sólo las repetirán como loritos. Muchos de esos genios “Creativos” llevan años muertos, sus cadáveres fueron integrados a la tierra, sus moléculas han formado parte, a través de los años, de hierbas, flores, frutos, proteína animal, por lo que de alguna forma Shakespeare, Cristo, Buda, Einstein, Gandhi, Hitler, Nabokov, Villa, Zapata, y cualquier ser que fue muerto y enterrado en algún sitio de este planeta, ha otorgado alguna molécula biológica, algún fragmento de su ADN, por pequeño que sea, a mi cuerpo, a tu cuerpo, al cuerpo de cualquiera de nosotros. Estamos formados por esos fragmentos de cadáveres. Los “Creativos” lo saben, nos debemos a nuestros ancestros. Los “Seguidores” siguen sin entender, les basta nacer, crecer, fornicar (sin tienen oportunidad: reproducirse) y luego morir. Los “Creativos” persiguen la inmortalidad lo mismo que la felicidad, inmortalidad que encuentran en las obras que nos han dejado. Los escritores ahí están, para siempre en las bibliotecas, los arquitectos, los filósofos, los coreógrafos, los músicos, los cineastas, los pintores, ahí están, ahí habitarán para siempre en sus obras. En cada una de las líneas que alguien, incluso algún Seguidor, dirá alguna vez, cuando las ideas se vuelvan del dominio público: “dejad que las coplas vayan al pueblo a parar, que lo que se pierde de gloria, se gana de eternidad”. Sólo aquel con la capacidad de entender la metáfora del Diluvio bíblico puede darse cuenta. Es el ser humano el diluvio de la humanidad, su arrasarlo todo. Cada nacimiento de un nuevo niño, es esa señal, el arco iris que indica una nueva oportunidad. Cada recién nacido un arco iris. Y 198

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seremos quienes formemos para el futuro un Creativo o un Seguidor. Tiempo, espacio e interacción, forma el ambiente, nunca será igual el ambiente para ninguno de los hermanos en su primera infancia, ni siquiera para hermanos gemelos, toda interacción desencadenará una respuesta, y jamás serán similares, menos idénticas. Cuando el Creativo se logre dar cuenta de su propio sitio dentro del universo, se dedicará a lo que le corresponde, y dejará en paz a los Seguidores; se servirá de ellos cuando le convenga, y seguirá su propia búsqueda, saludándolos de lejos, ahí, ensimismado, creando esos mundos, en que los Seguidores alguna vez abrevarán, y decidirán seguir uno u otro sendero. 4.2. Lo relativo al Yo. Creemos estar en la verdad cuando realmente estamos en el error. Y es preferible la humildad de reconocernos más cerca del error que de la verdad; es mejor pensar que el equivocado somos nosotros que pensar que los otros están mal, pero... Cotidianamente pensamos que los otros son los equivocados, y ese pensamiento tan lleno de vanidad, anuncia nuestra egolatría. Para poder caminar hacia el conocimiento real de nosotros mismos, lo primero será embotellar nuestros egos. Darnos cuenta de nuestros actos, observarnos continuamente. Tenemos que espiarnos. Decirle al hombre del espejo "Sé que estás ahí, sé que me observas". Antes de ser juez de los demás, juzguémonos. Autoevaluémonos. Cuando escuchaba aquel discurso de Al diablo las instituciones, me convencí de que había un gran material de análisis en esas palabras. La palabra “diablo” con sus implicaciones neo-cristianas de lo malo y lo prohibido, junto a la palabra “instituciones”, referidas al orden. No había mejor grito de batalla que aquel, en ese preciso momento, Abrirse al silencio.

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para dar un golpe brutal al orden establecido. Pero la comedia no funcionó. No había terminado siquiera el primer acto cuando pudimos percatarnos que nada había cambiado. Que el director de escena era un fiasco y que era mejor salirse del teatro y hacer la reseña en la prensa especializada para que los nuevos espectadores no asistieran a posteriores funciones. Estos nuevos espectadores eran los jóvenes cargados de esperanza. Y dichos jóvenes leyeron bien los comentarios de la crítica. Ávidos de reconocer que su perspicacia es mejor a esa edad, su natural intución, la ensoñación de sus ideales tuvo como principio la negación de los valores políticos de los que se percataba al observar a una Sin Clase Política gobernando. Los jóvenes de México cansados de la hegemonía entre dos únicos partidos que se disputaban el poder a través del país. Es sobre la infancia y juventud donde debe centrarse el análisis de toda personalidad. Como adulto solo podemos mirar el egoísmo, pensar en él. Y es correcto que cuando uno gobierna debe pensar en los otros. Pero el egoísmo como forma de gobierno, tiene que ver con la realidad y no con los ideales, una realidad de empoderamiento. La realidad externa sólo es comprensible a través del Yo. Tenemos que estar de acuerdo con estas palabras de Max Stirner: "Somos los servidores de nuestros pensamientos. El hombre maduro hace de sí el centro de todo, cosa que no hace el joven, distraído por un montón de cosas que no son él: dios, patria, y otros pretextos del 'entusiasmo'". Como los 'pretextos del entusiasmo' que señala Stirner pueden leerse las marchas de silencio por la paz, por la exigencia de tal o cual consigna. Los arrebatos, a causa del dolor y de la justicia, que son transformados por los medios de comunicación. Mirar y conocer cuáles son nuestras 200

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intenciones. Como sociedad necesitamos volver a nacer, ser niños de nuevo. Como niños tendremos que medir de nuevo al que da las órdenes, y con la rebeldía infantil hay que probarlos, ver de qué son capaces, apretar cada vez más hasta que la cuerda reviente. Recibir los castigos, las violaciones, y continuar como niños, probando y probando. Cuando nos demos cuenta que la fuerza del palo ya no nos asusta, entonces habremos vencido. Dios habrá muerto. Seré yo mismo el egoísta. Hoy destruyo esas vaguedades, entro en posesión de mis pensamientos. Y me celebro a mi mismo por mi valor de negarlo todo como principio. Pensar en mí, en los míos, en lo que me interesa (Egoísmo Positivo). Yo los invito a todos a hacer lo mismo. A pensar en sí mismos, a creer en sí mismos, a creer en sus propios ideales. Negar a los padres, negar la historia, negar a los partidos políticos. Pero no la negación a ultranza. Conocer para saber por qué se niega. Negar como repetición del otro no tiene sentido. Es aborregarse, ser solo conjunto, ser solo masa. No sigan modas, ni sigan ideales del otro. Sean su propio Otro, sientan como su propio otro, su Yo tiene que ser igual su Otro, la máxima expresión del sí mismo. Ser el Yo y reconocerse el Otro, al mismo tiempo. Piensen, sientan y nieguen. Al conocer de fondo las cosas uno puede asumir lo propio y negar lo que deba ser negado. Porque hay que estar conscientes de que a nadie le importas. Al saber que a nadie le importas, sin dramatismos, siempre ganas. Porque cuando alguien te hace un daño, era de esperarse, estabas preparado para ello, sabías que no le importabas. Pero si alguien te hace un bien, te alegrarás el doble porque aun sabiendo que no le importas, reconoció tu ser y decidió ayudarte, fue contra su propia naturaleza. Siempre se gana al saber que no le importas a nadie. Es por ello que uno debe vivir observando, Abrirse al silencio.

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reconociendo el sistema en el que se encuentra, analizarlo, y usarlo a su favor. Conocer las escuelas y doctrinas, servirse de ellas, y cuando las hayamos superado, hacerlas a un lado, dejarlas atrás. Un niño no desea ni ideas ni pensamientos, desea jugar, sus miedos le son transmitidos, un niño nace sin temores, todo es aprendizaje, y experiencias; un joven no persigue más que intereses espirituales, ideales, ideologías. En cambio los intereses del hombre y la mujer, adultos, son materiales, personales, llenas de temores y viven por el empoderamiento, con las ganas de pasar sobre los otros, o de pasar desapercibido, (practican el Egoísmo Negativo). Pensar en ser el único nos lo ha dicho Stirner, y en eso creo. El resultado de la cultura sofística es este: la inteligencia no se detiene ante nada; el de la educación escéptica: el corazón no se deja conmover por nada. Una cosa no es ni buena ni mala en sí, es el hombre el que la juzga de un modo o de otro. Mi moral jamás será tu moral. La moral del estado jamás será mi moral. Sólo juzgándome podré calificar mi comportamiento. Soy mi propio juez, y puedo ser todo lo corrupto que quiera conmigo. Salir bien librado siempre, pero eso jamás implicará lo mismo para el otro. Todo lo que hago es en beneficio de mí. Trabajo para mí o no trabajo para mí. Y en lo que concierne a mí, a mi vida, a mis necesidades, es desde donde uno tiene que plantearse la vida. Un día llegó un amigo a contarme su vida. Estábamos en la cantina y desde ahí se puede aplicar el inicio del juicio sobre él y sobre mí, quiénes éramos en ese momento, y lo que fuimos después de aquella plática. Es necesario engañar al mundo, porque es nuestro enemigo. Toda historia tiene al menos dos versiones, ésta la que yo escuché esa tarde: Un matrimonio fallido, el desgaste de los acuerdos, el apoyo mutuo de la amistad y el respeto, 202

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trastocado por los fallidos intentos, la cobardía de la separación, y el involucramiento de terceros en la escena: hijos, amantes. Era notorio el daño que la religión (sexo fuera de matrimonio, pecado) causa dentro de la mente de los jóvenes (casarse para evitar el estado de pecado en que sienten al tener sexo, y no por el convencimiento del amor). Religión, familia, estado, son las cadenas para una pareja que pretende amarse. El amor queda arrinconado y los ideales de “afectamos la moral de mis padres, de la iglesia, soy tu amante y no tu novia” y esos ideales de culpa, planeando sobre el inconsciente colectivo en pleno siglo XXI. Jóvenes que se casan sin tener siquiera resueltos sus recursos vitales para esta sociedad: educación, trabajo, casa, ¿cuántos jóvenes se mudan a vivir juntos, o se casan sin pensar en la economía? Habría que volver a la novela de Los Mariditos de José Tomás de Cuéllar; novela que debería ser leída y analizada desde la educación primaria, para todos los niños y las niñas, los maestros, los educadores, los padres de familia. No la leyeron y se presentaron los problemas de la economía. Donde el dinero se impone, el amor se descompone. Son los acuerdos los que hacen funcional a una pareja. Ser cómplices, además de amantes. Cuando la necesidad apremia el amor se sale por la ventana. Y cuando las decisiones de una pareja, que no se plantea acuerdos desde el inicio o los rompe, terminan por separarlos, aquella relación que empezó siendo de dos, empieza a buscar alianzas en los otros: involucran a familiares, padres, hermanos, abogados, parientes, amigos, amigas, nuevas parejas, y hasta testigos y jueces para resolver algo que ellos dos no tuvieron ni la madurez ni la capacidad de resolver por sí mismos. Y aquella sociedad que busca intervenir para solventar a estos "incapaces" ¿qué beneficios tienen? Esos Abrirse al silencio.

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otros tipos de empoderamiento. Los padres al sentir que han rescatado a su hijo o hija de aquella pareja (no se olvide usted que aquel hijo o hija, que hoy rescatado, decidió por sí solo andar con dicha pareja, la mayoría de las veces por sí misma, y no por alguna imposición, ni basado en alguna consulta con sus padres); al sentir que han rescatado a sus hijos, pretenden volver a empoderarse de la vida y actos de aquel que ha sido rescatado. Y la gran mayoría de las veces, aquel hijo o hija que fue rescatado, en unos meses ya volvió a buscar o a la misma persona, o a alguna otra, y de nuevo las batallas con sus padres. Ciclos de errores una y otra vez. Los abogados ganan dinero en estos casos. Un amigo especializado en divorcios me contaba lo mucho que le divertían, y lo mucho que ganaba siendo abogado de divorcios. Aquellos jóvenes, adultos, inmaduros que regresan al hogar familiar, miran a una familia que los acoge sin preguntar por sus propias fallas, aceptan que son "víctimas", sin preguntar por sus actos, por sus decisiones, sin cuestionar. Acostumbrados estamos a pensar que la familia es el núcleo de la sociedad mexicana. Errados y ciegos estamos. El núcleo de la sociedad es el individuo. Cada uno de nosotros debe hacerse responsable de sus propios fracasos. Debemos negar a nuestros padres y madres. Regresar a la casa familiar es regresar a la infancia. Ceder nuestra autoridad bajo la autoridad de nuestros padres de nueva cuenta. El que tenga oídos que oiga. Nada nuevo hay bajo el sol. Aquellos que forman esas parejas, y que luego se acusan unos a los otros, y recurren a terceros para validar su "victimización", como dos cobardes que no se atreven a enfrentar las cosas, y en su egoísmo negativo ¿cuál de ellos se preocupa por sus hijos; de haberlos? Ambos con el mismo discurso. Yo me preocupo por mis hijos, ella no. Yo me 204

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preocupo por mis hijos, él no. Y los niños mirando desde abajo el odio, los golpes, el rencor. Los niños que son una nueva oportunidad para la humanidad, arrastrados, violentados en sus derechos, y ninguno pensando en lo mejor para ellos, preocupados por herirse los unos a los otros. El daño sicológico está hecho no sólo en nuestra mente, aumente el daño en el inconsciente colectivo. Niños como monedas de cambio. Porque no hemos aprendido que los niños no son nuestros, no son nuestra propiedad y no son solamente una responsabilidad. Si no los amamos, para qué los engendramos. Los niños vienen a traer felicidad a nuestras vidas, son esa esperanza de una humanidad mejor. Despertemos de una vez de esas fallidas relaciones de pareja en la que no conseguimos los acuerdos. Acuerdos, todos con el fin de protegernos de nuestras propias fallas. Despertemos. De nada sirve despertar si todos los demás siguen dormidos. Sacudamos a los otros, mediante nuestra propia conciencia. Nos queda hacer nuestra parte únicamente. Pensar para nosotros. Discutir sobre nosotros, jamás involucrar terceros. Convencernos de nuestros propios actos. Nos quedan las lecturas todas que nos permitan llegar a conclusiones propias. Porque sabemos que lo más terrible de la vida es vivir. Algunos aún hacen aspavientos acerca de las ventajas del vivir, sobre la energía poderosa que nos trae la mañana, la facultad imperativa de vivir en armonía, "eres lo que comes, como te ven te tratan" y todas esas mojigateces existenciales. Vivir es una enfermedad, de antemano, es lo que yo digo, y la muerte sería la única cura para salir de este plano. Podemos imaginar el nacimiento de un ser humano y que viva rodeado de otros seres humanos. Todo contacto (seamos simplistas y no pensemos en si está vivo como feto; Abrirse al silencio.

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si no tiene conciencia pero ya tiene alma, seamos simplistas), desde que está en el vientre, influye en él. Las caricias de la madre, el estado de armonía en la que puede crecer el individuo (lo positivo), o las patadas, el alcohol, la misma mujer que se golpea una y otra vez el vientre, o que simplemente le vale ese parásito en sus entrañas (lo negativo). Cuántos hombres que matan a los niños, abandonan a las madres y las dejan solas. Cuántas madres que matan a sus hijos, para que su hombre no se vaya, no las deje. Esos errores de quedar embarazada. Parir no te hace madre. Embarazar no te hace padre. Todos esos actos negativos y positivos de aquellos que participaron en la fecundación de un óvulo, todo ha influido en el niño desde antes de nacer. Soy un convencido de que todo individuo se forma por la asimilación de todo lo que lo rodea, sumado a su genética, esa información que venía en sus genes. Genes más ambiente, nos enseñan en las aulas (o deberían), dan forma a los individuos. Ambiente de lecturas, ambiente de regaños y golpes, ambiente de consentimientos, ambiente digno de La infancia de un jefe, ambientes de abandono, envidias, mentiras, verdades, mentiras a medias, mentiritas, pequeños actos de corrupción. "Hablaré con tu maestra; esa maestra le tiene tirria a mi hijo, yo pago mis colegiaturas", "Pago mis impuestos, merezco mejor servicio en esta clínica", y el niño escuchando y viendo, escuchando y viendo. "Eres una tonta, no sirves para nada". "Qué clase de padre eres si no puedes ni conseguir trabajo". "Dejemos a los niños en el bosque, ya no podemos mantenerlos; cuando las cosas mejoren, yo te daré nuevos hijos, que para eso soy tu mujer". Cada vez que peleo con la madre de mis hijos, doy una lección, ¿cómo es asimilada es algo que no podré ver hasta años después? 206

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Somos los responsables de las infancias. Es ahí donde tenemos que lamentarnos, o enfocarnos con todo, para mejorar los ambientes. Vivir es una enfermedad, decía, y dudo en no tener la razón, espero el largo debate. Cuando una persona se pierde en episodios de violencia, o de ira, es cuando más humano se vuelve. La gente acostumbra a pensar: "Actúas como un animal, pareces una bestia, sacas el animal que tienes dentro". Claro que no. Los animales hacen todo por instinto. ¿Acaso nuestras capacidades pueden ser tan claras para que lo que inferimos en etología sea una certeza? Creemos. Creemos que. Creemos tal o cual cosa acerca del lenguaje de los animales. Pero, piénsenlo, los miramos desde el punto de vista humano. Nuestra inteligencia nos ha hecho crear incluso dioses a imagen y semejanza nuestra: Y dios hizo al hombre a imagen y semejanza. Claro: si fuéramos delfines, dios sería un delfín. Si el Génesis lo hubiera escrito una mujer, dios sería mujer. Mi dios puede ser gay, puede ser down, puede tener Transtorno con Déficit de Atención, mi dios puede ser autista, puede ser ario, puede ser negro, puede ser amerindio, puede ser un león, o una foca, o un macho cabrío con pezuñas y cola puntiaguda que cargue un trinchante. Cada quien su propio dios. Yo tengo un dios que es Amor y no un vengador que lanza rayos y castiga tus errores. No necesito dioses, pero mi espiritualidad me hace reflexionar. Mi meditación me calma y me transporta a pasajes de la vida y mis lecturas, para intentar entenderme. El humano ha podido llegar a la luna, intenta explorar el universo que no cesa de expandirse, pero le falta bucear dentro de sí mismo, remover sus adentros, inspeccionar su mente, sondearla para hallar respuestas. Abrirse al silencio.

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El pensamiento tiene que ser antropocéntrico, porque aún no inventamos un lenguaje inter especies. Nos comunicamos sólo entre nosotros. Aceptamos convenciones plasmadas por regionalismos, y les llamamos idiomas a esos fonemas que dan representación a aquellos signos que nuestra mente interpreta como lenguaje. Todo pensamiento entonces, todo bienestar, toda búsqueda de la felicidad tiene que ser en pro del ser humano, del ser humano cercano a mí. Pensar para todos es irresponsable. Vivir es una enfermedad, porque atentamos contra el otro. Deseamos ser el mejor. "Sé el mejor", le dices a tus críos, como lo hace todo padre; y todos los niños entonces quieren ser el mejor, y comienza la disputa, si fallan sienten no lo ven como algo personal, piensan, sienten, creen que le han fallado a otros. A los que se retrasen un poquito les aplicamos un: dios aborrece a los tibios. Cada palabra, cada gesto, desde la casa, desde el hogar, desde la escuela, desde su grupo de amigos, influye en el niño; si a eso le sumamos la información genética que le permita procesar estas influencias, si le permitimos, y brindamos las herramientas para que puedan procesar tales o cuales influencias, entonces el niño sabrá reaccionar para, ante todo, sobrevivir para él mismo: "Si le digo a mi padre se enojará, mejor no se lo digo". "Mamá no me perdonará tal cosa, le diré mejor a mi padre, le diré a mi amiga, le diré al desconocido, le diré a mi pareja". No les enseñamos a nuestros hijos a negar a sus padres, no les enseñamos que ese es el acto natural. Cuentan las estadísticas que en México, aquello de los núcleos familiares se va perdiendo. Hijos sin uno de los padres cerca de ellos, hijos sin madre cerca; hijos al cuidado de las abuelas, de las guarderías, de los hospicios, de las correccionales. Desde hace cuánto los niños son educados 208

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desde los 40 días de nacidos en las guarderías. La vida nos ha empujado a eso. Yo aún fui un niño que creció al cuidado de su abuela (nací en 1975). Pero hay muchos hijos, que desde los 40 días de nacidos (la incapacidad por maternidad) son llevados a las guarderías de ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, y aún más, durante cinco días a la semana, donde tienen que convivir con aquellas educadoras, humanas igual, que sus propias carencias y fortalezas tienen. Esas generaciones de niños de guardería que tienen sus propios comportamientos. Situémonos en uno de los miles de futuros. ¿Qué futuro le espera a esos niños cuyos padres murieron o desaparecieron o fueron decapitados? ¿Quién se ha acercado a darles una explicación? Un tipo vendía agua potable por las noches, fue decapitado, dejó a una niña y a un niño, ambos menores de 10 años. Luego de tres años: ¿Cómo piensan aquellos niños? Vivir es una enfermedad. Hay que afrontarlo. Hay que saber convivir con esta enfermedad, buscar sanar el día a día. Es una enfermedad porque estamos rodeados de puros enfermos mentales. Cada uno de nosotros que se pusiera ante un siquiatra no saldría bien librado. Todo siquiatra que se examine, no saldría bien librado. Aceptamos las convenciones. Vivimos el proceso del conformismo. Sabemos que hay cosas que no están bien, pero como todos los demás dicen que así es como es, tenemos miedo de ir en contra y de no ser aceptado. Personas que para buscar trabajo tienen que firmar su hoja de renuncia, sabemos que es ilegal, "todos la hemos firmado", dicen en el departamento de recursos humanos, y es el hambre, las ganas de trabajar, pensar que no hay más oportunidades, y aceptamos esa convención. Aceptamos formar parte de ese paradigma. Cielos, Infiernos, cosas que todos han aceptado en creer: "Tú Abrirse al silencio.

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no eres creyente", nos acusan, nos señalan con el dedo. Faltaría que te importe. "Esos son los grandes poetas", y entonces aceptamos que es así, aunque al leerlos nos parezcan malos, o mediocres, o fatuos, o vacíos, o banales, o artesanos de la palabra sin sentimientos, sin emociones. "¿Cómo te atreves a decir eso del poeta, ha ganado todos los premios de México?" Y para no quedar mal con la sociedad, creemos que así debe ser. Y aceptamos tal convención, tal paradigma. Vivimos para sobrevivir. Y sobrevivir implica luchar el día a día. Vivir es una enfermedad. Cada que despertamos después de un sueño placentero, el estado de ánimo se encuentra en mejor disposición, estamos las más de las veces, felices por estar despiertos, llegar al final del día y seguir en ese estado, es el reto diario. Acostarnos y pensar en lo hecho durante la jornada, analizar cada acto propio, pensar en nosotros, nuestro triunfal acto de egoísmo. Reflexionar por unos minutos, y despedirnos de ese día con la esperanza de volver a ver la luz del día siguiente. En eso consiste la vida. Todo lo demás, son pasatiempos. Pequeños triunfos, grandes derrotas. Al educarnos nosotros mismos trazamos las líneas de aquel Contrato Social en el que estamos envueltos, enseñaremos lo que hemos aprendido, para bien o para mal. Sobre los libros que hemos leído, las ideologías que creemos practicar, hablaremos de lo que admiramos, de lo que odiamos. Formaremos y deformaremos a los que nos escuchan. Ellos me influyen, yo influyo en ellos. Pero entonces, el niño ¿qué arma, qué defensa tiene contra sus padres? Con qué elemento se defiende del que lo ha concebido y hoy quiere formarlo o deformarlo. Para eso dejo esta sentencia: "Negarás a tu padre y a tu madre". Luego de una época de los por qué por la que pasa todo infante en su 210

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crecimiento, que son bien o mal resueltos por el que es consultado, continúa la educación, la observación hace que el niño al ir creciendo pueda darse cuenta de: Mis padres no vives como predican, y entonces la toma de Troya: Mi padre no es el todopoderoso, hasta llegar al clarísimo Dios ha muerto, que refiere la negación de toda teoría, el refundarse en el acaso. Pero ¿quiénes logran conseguirlo, si nos han engañado desde la cuna? Nos dicen hasta el hartazgo: "Madre solo hay una", yo les digo "Parir no te hace madre, el título de 'madre' hay que saber ganárselo"; nos dicen: "Honraras a tu padre y a tu madre", yo les digo "Negarás a tu padre y a tu madre". Entender que si las iglesias lo han vuelto un mandamiento, es porque no es algo natural, por eso han tenido que volverlo un Mandamiento, una forma de reprimir nuestros actos, nuestra vida. Los hijos son para amarlos. Y aquel hijo que se siente amado, será recíproco con quienes los engendraron como con todos los demás. Pero nos han engañado desde la cuna, y ¿quiénes logran salvarse? Incluso, habría que preguntarse ¿quiénes pueden conseguirlo? Los que lo deciden. Impulsemos para que lo logren. Los que parten de negarse a sí mismos para negar al padre, a la madre, a los dioses, mirarse en el espejo, construirse desde los cimientos: poder reconstruir el templo en tres días. Y ¿qué construiremos? Construiremos aquello que nos beneficia, aquello con lo que estemos de acuerdo, aquello con lo que veamos de cerca la búsqueda de la felicidad. Vivir es una enfermedad, porque desde niños vivimos entre enfermos. Nadie se salva. Pregúntatelo. Traza tu árbol genealógico y plantéate quienes han influido en ti, y cuál fue su vida. Los grupos de autoayuda, los psicólogos, las religiones, los partidos políticos, el grupo juvenil, el Abrirse al silencio.

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alcoholismo, la drogadicción, la soberbia, el despilfarro, el niño consentido, el niño abandonado, la jaula de oro, el qué dirán, algo de esto hay en alguna de las personas mayores que te cuidaron. Algo de esto hay en cada uno de los seres humanos con los que conviviste. ¿Alguna vez decidiste negarlos a todos? Decir, como Whitman: que se callen ahora las escuelas y los credos, los conozco, los aprecio y los dejo atrás, ya me han servido. Lo más humano de cada uno de nosotros es cuando somos el peor ser humano. Si vivir es una enfermedad, los seres humanos pensamos como resultado de esa enfermedad. Escondemos nuestros instintos. Cuando decidimos matar, robar, violentar el estado de derecho, ofender, lastimar, tenemos un objetivo, en la mayoría de los casos no nos dejamos llevar por el instinto, lo hacemos con un pensamiento claro, y eso, es ser un humano en toda la extensión de la palabra. Un humano capaz de vencer a otro ser humano, capaz de derrotarlo. Eso es lo único para lo que un humano ha sido formado. El Contrato Social nos impele a respetarnos, pero nos forman para pasar encima del otro, y luego nos dicen Amaos los unos a los otros, como yo los he amado. Y deberían decir: Ámate a ti, para poder amar desde ti a los otros, ámate a ti, como si tú fueras tu propio otro. Querer que el otro nos sirva con el menor esfuerzo. Y creemos que esa es la búsqueda de la felicidad. Que equivocados estamos. Vivir es estar enfermos. 4.2.1. Buscar dentro del otro. Alguna vez leí: "El conocimiento de Dios no se da a partir de un complejo y trabajoso proceso de pensamiento filosófíco-religioso, sino que el deseo de ser salvado de las fuerzas de la naturaleza, le ha llevado a refugiarse en un ser que concibe como superior". Y esas ficciones ponemos todo 212

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nuestro empeño, y dejamos de luchar por nosotros mismos. Cada que tenemos que despedirnos de alguien decimos: "Adiós", dentro de una connotación judeo-cristiana en la que "esperamos que si no te vuelvo a ver, vayas con dios, dios te proteja y te guarde en su camino, ve con dios". Porque al separarnos del otro, y perderlo de nuestra vida, sabemos que solo lo tenemos en la memoria. El destino es caprichoso, y de pronto uno puede pasar de este mundo en un cerrar de ojos. "Me envío una foto donde se veía muy feliz, justo antes de que el tipo entrara a la discoteca y abriera fuego matándolo a él, y a 48 personas más." La vida es tan frágil como eso. Si no estamos en la presencia del otro, no sabemos si el otro ha pasado de esta vida. Por eso decimos: "Adiós", pero podemos decir "Hasta luego". Cuántas veces no hemos escuchado: “Eres mi dios”, “Eres mi diosa”; “Me hace sentir protegida”, “Sin ti me muero”, “Lo eres todo para mí”, “Haz lo que quieras pero no me dejes”, “Volvería a vivirlo todo con él, todo”, “Antes de dejarme, hazme un hijo”, “No me importa lo que diga mi familia, o mis amigos, quiero estar contigo”, “Déjame demostrarte que te puedo hacer feliz”, “Yo soy responsable de mis decisiones, y decido estar contigo aunque seas casado”, “No lo quiero como a mi anterior novio, pero es tierno y amable, es muy educado, por eso me voy a casar con él”, “Una busca seguridad económica, tú no tienes ni trabajo, te amo, pero de amor no se vive”, “No he podido arrancarme su nombre de mi piel, pero es necesario salir con otro; otro que sí me trate bien”, “Si lo ves dile que aún lo amo, que siempre lo amaré”, “Tú eres esa maldita que me quitó su amor”, “¿Pero cómo pudiste engañarme con él?”, “Eres solo mía, jamás te dejaré estar con otro, antes te mato y mato a tus hijos”, “No quiero que tengas hijos, porque no quiero que te Abrirse al silencio.

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dediques a nadie más que a mí”, “Si me dejas, me mato, te juro que me mato”, “Sólo tú me haces feliz”, “Sólo tú me entiendes”, “Daría mi vida por él”, “Te lo has llevado todo, me dejas sin nada”, “Le diste sentido a mi vida”, “Mi mundo eres tú”, “Si te vas, no volverás a ver a los niños”, “Me voy, y los niños se vienen conmigo”, “Eres lo peor que me ha pasado”, “Eres lo mejor que me ha pasado”, “Antes de ti, todo era felicidad”, “No te preocupes, amor, estoy acá para que no te pase nada”, “Nadie te va a querer como yo te quise”, “A ver si esa tonta te amará como yo”, “Todo lo que me pasa es por tu culpa”, “Tú eres el culpable de todas mis lágrimas”, “Si me pasa algo, será culpa tuya”, “Mira cómo me tienes, derrotada, supongo que te hace feliz verme triste”, “La verdad nunca te quise”, “Ya te dije que me dejes de buscar”, “No era amor, solo fuiste un capricho”, “Jamás la quise, pero era divertida”, “No sé cómo pude aguantarle tantas cosas”, “Serás mi tumba”, “No soy tu prisionera”, “No eres mi dueño”, “¿Acaso creíste que te amaba?”, “Una como tú, la encuentro en cualquier esquina”, “Si no te gusta, vete”, “Engáñame si quieres, pero déjame seguir contigo”, “Me conformo con que llegues a dormir”, “Así son los hombres, ya verás que regresa contigo”, “Aunque pasen los años, sé que volverá”, “No sé qué hacer con mi vida desde que no está”, “Hazle como quieras, yo no voy a dejarte”, “A ver si así te quedan ganas de burlarte de mí”, “De mi nadie se burla, entiéndelo de una buena vez”, “La puerta está abierta, si no te gusta vete”, “Llegaste tarde, no estoy para andar consintiendo caprichitos”, “En otro momento te hubiera abrazado, pero ahora no tengo la más mínima intención de pedirte que te quedes”, “Estar conmigo ha sido tu decisión, jamás te he forzado a estar acá”, “Nada de lo que digas o hagas me hará volver a quererte”, “¿Qué tengo que hacer 214

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para que entiendas que ya no podemos continuar?”, “Si quieres, podemos seguir siendo amigos”. Y en el etcétera puedes añadir las frases que tú conozcas, porque la gran mayoría de las veces nos sentimos tan sólo víctimas de los caprichos del otro, y eso nos hace evadir nuestras responsabilidades. Acércate al espejo y piensa en todas esas oraciones que has leído, ¿cuándo seremos capaces de decir? "La verdad el chico por el que ella me dejó, es más guapo, quizá más atento, tiene don de gente, ella hizo bien en dejarme"; "Creo que está mejor sin mí, lo amo demasiado pero me había vuelto tan fastidiosa con él, que bueno que decidió rehacer su vida lejos de mí, era lo mejor para él, soy una berrinchuda irresponsable". Y no decimos cosas similares y no nos las cuestionamos porque nos han creer que por aceptar nuestras fallas somos débiles, porque nos han hecho creer en: "No llores, se fuerte", "No llores, eres tan débil que das náuseas", "No llores, te ves más bonita cuando sonríes". Hemos decidido no buscarnos dentro del otro, porque creemos que el Otro está siempre equivocado. Y ese, querido lector, ése ha sido uno de nuestro más grandes errores. Necesario es que nos volvamos protagonistas de nuestra propia vida, pero en una versión honesta de nosotros mismos, aceptando tanto nuestros errores como validando nuestros aciertos.

Abrirse al silencio.

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4.3. La poética del grito. En el principio todo era el grito, y para poder entenderse se convirtió en palabra. Sobre esa palabra, que llamamos lenguaje, surge la comunicación apropiando la naturaleza como símbolo. La poesía es oralidad. De ahí el equívoco del término Poesía Sonora, al performance donde algunos gruñen como cerdos, pían como aves, y desde la guturalidad tienen pretensiones de ser los poetas que se creen percibir. La invención de la imprenta es uno de esos pequeños momentos de la historia cuando se dió por terminada la Edad Media, validemos su momento histórico; y si fue con la caída de Constantinopla, con el descubrimiento de América, que se logró trazar una nueva época para el ser humano, y salir del oscurantismo, tendremos que seguir en aquella búsqueda de los nuevos signos, para estos nuevos mundos que somos al abrir cada libro, al leer cada obra. La invención del internet, tiene el mismo valor humano que la invención de la imprenta, pero no la sustituye, sino la renueva. De esta forma, la oralidad de toda poesía fue grabada en hojas de papel mediante los tipos arreglados en las planchas de la imprenta, y la reproducción de las ideas se hizo mayor. La internet sigue validando este romanticismo y lo reafirma en su propósito, la comunicación de idas. Pero suma a ello, la vos y el video, devolviendo la sonoridad a los poemas, la voz y la oralidad a la poesía y los poetas. Por eso mismo, claro que en su "perfomance" pueden gruñir como cerdos y crear alguna estética, hacer los sonidos que deseen, pero "Eso no puede ser llamado Poesía Sonora". Sonidos y Ruidos, claro que los hay, y pueden incluso hallar y mostrar un ritmo (aún el más arrítmico), y establecer algún sentido, pero el acto de arrastrar los fonemas y reconstruirlos mediante la audición, debe ser nombrado "como algo 216

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diferente". No tengo yo el nombre, pero los invito a ser creativos y bautizar sus intenciones audibles, pero no llamándola Poesía Sonora, porque toda la Poesía, al ser Oralidad, es una Poesía Sonora. 4.3.1. En la tradición un canon. Para poder entender La poética del grito, y establecernos sobre ella, primero habrá que mirar la tradición. Tal como decía Giambatista Vico, pasamos de la Edad Teológica (Biblia, Corán, Mitologías China, Hindú, Griega, Romana, Egipcia, Celta, Popol Vuh), a la Edad de los Héroes (semidioses y héroes y heroínas de las mismas obras citadas, más el Poema de Gilgamesh, las hazañas de los jueces, profetas, los reyes Saúl, David y Salomón, así como La Ilíada, La Eneida), a la Edad Humana (desde La Odisea, a las rebeldías que se narran en Las mil y una noches, El Decamerón, Los cuentos de Canterbury, para llegar a la obra de Cervantes, Shakespeare, Moliere, Goethe), ya que en esta época, comenzamos con el Romanticismo a sentirnos humanos, demasiado humanos, habría que decir con Nietzche, y reconocer en la filosofía y el arte, esa Muerte de Dios, que no es otra cosa que el desmarcarnos de la Institución fundada en aquellos apóstoles cristianos, en sus festejados Corruptores, desde Pablo hasta Benedicto XVI (y ya miraremos lo que nos deja Francisco, para los siguientes años). El arte por el arte dicen algunos al leer la obra de Oscar Wilde excepto cuando leen su De profundis donde el autor plantea todo su sentimiento ante la censura de una sociedad que lo arroja a la prisión. La poesía ha muerto, y no en plena era socialista, sino mucho antes, desde aquella obra de Stirner El único y su propiedad. Y así, cuando llegamos a Bertold Brecht, lo escuchamos gritar: La poesía no se vende Abrirse al silencio.

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/ porque ya nadie quiere comprarla. Avanzamos las hojas del tiempo y nos apuntamos ya con Heberto Padilla, para terminar cumpliendo aquel oráculo de: ¡Al poeta, despídanlo! Ese, ese no tiene aquí nada que hacer. Hay que sacar al Aguafiestas. Porque desde aquellos días con la fundación de La república, Platón nos quiso enseñar el por qué habría que expulsar a los poetas, para lograr una sociedad más clara, fundada en la economía racionalistas y no en un mundo cargado de ideales. Pero los poetas vuelven, y la Palabra que es toda forma de comunicación, sigue ahí, entre sus dientes, siendo masticada. Y esa es la poesía. Mírenlo bien, aquel masticar y masticar el lenguaje, para comunicar las ideas en pleno escupitajo. Es en este acto dónde tenemos que detenernos; mirarnos, desde cada átomo, cada cabello, cada célula, toda gracia inundada en nuestros defectos, cada acto de egoísmo y de soberbia en que nos hemos sobrevivido. Hasta acá hemos llegado cuajados en la Época del Caos, que esperemos se prolongue, para no volver cíclicamente a otra Edad Teológica, como nos lo han querido hacer creer los fatalistas. Porqué todo lenguaje no es más que una convención de aquellos símbolos, el cómo traducimos los sentidos, para darnos representatividad, como comunidad, pueblo, e historia. Desde ahí hemos perseguido la tradición, para conocerla, romperla, deformarla y transformarla. Esa es la cresta de la ola. Esa Cultura perseguida siempre del proceso Contra cultural. Y debemos saber situarnos en el reconocimiento de ser los perseguidos, para detenernos y enfrentar a los que nos persiguen, saber analizarlos, y ser perseguidores. Así miramos hoy la poesía, persigue la tradición, pero no niega a los que la persiguen para romperla. Para cada grupo que se asienta en una época, hay un grupo 218

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que sale a desafiarlo, para el Romanticismo, surge el Modernismo, que es enfrentado, en nuestro México por el grupo de Los Contemporáneos; para negarlos surge Octavio Paz, el más joven que ingresara de la mano de Carlos Pellicer, y que terminara negándolos; para negar a Paz surgen los Infrarrealistas, y en medio de esa batalla, dejamos escuchar la voz de aquellos Estridentistas, agrupados por Manuel Maples Arce que nos dice: Yo soy un punto muerto, en medio de la hora. ¿Cuál es aquella hora, en la que el hablante lírico de Maples Arce, se sitúa? La hora de la revolución poética. ¡Mole de guajolote para todos, por favor! Abigael Bohórquez terminará diciendo con su Manifiesto Poético: "Mientras no tenga el lápiz / curvaturas de hoz para segar el trigo, / rumor de cascos para horadar la mina, / devoción de machetes para abrir carreteras / no me sirve. Ya no estoy para rosas. / Si vienen a saber si estoy en casa / que no estoy para nadie; / mucho menos para esos menesteres / de cantar a la boca, a la libélula, / al sol, a la oropéndola, a unos ojos remando. Mientras no tenga el lápiz / sonido de martillos levantando edificios / cantos de obrero en marcha,/ ímpetu de azadón, / pico y máquina de coser, / mientras no venga mi lápiz / a decir las verdades del hombre, / mientras venga a decirme solamente / de un agónico tacto,/ no me sirve. Ha de cantarse, esto es lo que se debe / señoritos poetas / de intocables perfiles y cafés literarios / al hombre por el hacha, / al hombre por el túnel, / al hombre por la huelga, / por la turbina, / por la válvula, / por el soplete, / por el tractor y el émbolo, / ha de cantarse al hombre por la ordeña,/ por la siega, / por los claros oficios, / por la cabalgadura,/ por el fierro de herrar, / por el volante / y el Abrirse al silencio.

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verano sudado / y la axila perpetua/ el muslo ejidatario / y el ombligo minero. Puede el hombre, si quiere, / con terquedad de péndulos / llegar hasta los huecos de un cuarto amanecido, / son saliva y cigarros / romperse una quijada, / puede hacer lo que guste; Yo canto al zapatero, / al leñador, / al paria, / al hombre estrictamente situado en sus bolsillos, / (…) Canto al hombre del mundo, / por el dedo en las llagas de su estatua, / de su hambre y de su hombría; / si no tiene mi verso / sonido de martillos levantando edificios, / cantos de obrero en marcha, / ímpetu de azadón, / pico y máquina de coser, / si no viene mi verso / a decir las verdades del hombre / no me sirve. / Eso es todo." Porque es la vida misma la que nos impulsa, porque nos hemos descubierto afuera ya de la Caverna, y hemos estudiado las estrellas, las profundidades del mar y de la tierra, y hemos sondeado, desde el psicoanálisis y con la psiquiatría, los recovecos de la mente humana, las funciones del cerebro, y sabemos de la Esquizofrenia, y del Trastorno de Déficit de Atención, como del Trastorno de Personalidad, y la Bipolaridad, y hoy nos anunciamos: "Hola, soy paciente psiquiátrico, y merezco tu respeto. Hola, soy homosexual y también tengo derechos, No me llames indio, no me llames Puta, no me digas Zorra, no me digas que todo hombre debe mantener a su mujer, que es su obligación, no me digas Los niños no lloran." Ya no me calles diciendo: "Calladito te ves más bonito", porque ha llegado la hora del Carbunclo y el Chancro, y de las demostraciones, ceremoniosas de romper con los Pudores, y mirar en el Otro, aquel Contrato Social descrito por Rousseau: Para no terminar como las bestias de 220

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la naturaleza, donde sobrevive el más fuerte, el más rápido, hemos firmado esta convención, de pertenencia social. Nos respetamos. ¿Cuándo inventaron pues la moral, la censura? Y como todo poema es una manifestación estética del lenguaje, y el lenguaje la herramienta de comunicación de las sociedades, todo poema es social, y es con el mismo poema con quien debemos y podemos afianzarnos, para Respetarnos y Redescubrirnos en el Respeto por el Otro, en medir los límites de Uno Mismo, en el Inicio del Otro. Esa es entonces La poética del Grito. Una forma de hablar en la poesía de nuestras dolencias, nuestros miedos, y nuestros desenfrenos, sabiendo y reconociéndonos como El Otro. Seamos el Otro. Somos El Otro. El Otro que soy para los demás. Vencer el Ego, desterrar al Súper Ego, y reconocer la calidez del Otro que somos para ellos, la agonía del Otro que soy para los demás. Porque somos El otro de cada ser que está a nuestro lado, y nos rodea, nos abre camino, nos deja pasar, nos detiene, nos empuja, nos escupe, nos canta y nos celebra, como Whitman, más allá de Whitman: Yo me celebro y me canto, Yo soy el Único, y soy diferente a ti, Soy tú Otro, Soy el Otro, Mi Propio Otro, que poco a poco habré de ir descubriendo, al mirar hacia dentro de mí, al mirar a los otros en Mi, al mirarme. Y así poder reconocernos, y como el Otro que somos, ganar en la diversidad. No hay que mirarnos a nosotros mismos para mirar luego al Otro en aquellos –canallada soberbia- sino saber y reconocer que nosotros somos El otro de los que nos rodean. Y como ese Otro que somos debemos hablar, comunicarnos, exigir el respeto, en ese beneficio que ahora se nos brinda al reconocerlo. Mirar nuestras profundidades, todo aquello que nos hace tan diversos y tan mutables. Somos únicos, Abrirse al silencio.

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diferentes. Individuales y plenos. Sabemos y reconocemos que no es la Familia el núcleo de la sociedad (payasadas cristianas), que nos quieren seguir contando los Necios, sin mirar el fracaso y la desesperación de aquellos muchos que siguen rechazando por ser diferentes, por ser individuos que no encajan en sus montados teatros sociales. Cada Individuo es el núcleo de una sociedad, es el átomo que cohesiona, mediante los dos tipos de enlaces que nos ha entregado la Química. Enlaces iónicos que son tan volubles, y como enlaces covalentes difíciles de romper, que se brindan el uno al otro la energía vital del reconocimiento; yo te comparto mi energía y recibo energía de tí. He ahí la poesía de nuestros tiempos, he acá La poética del grito, desde la cual podemos escuchar la voz del poeta español Miguel D'Ors, en su Camino de Imperfección decir: Joven, / yo era un vanidoso inaguantable. / “Esto va mal”, me dijo un día el espejo. / “Tienes que corregirte”. / Al cabo de unas semanas era menos vanidoso. / Unos meses después ya no era vanidoso. / Al año siguiente era un hombre modesto. / Muy modesto. / Modestísimo. / Uno de los hombres más modestos que he conocido. / Más modesto que cualquiera de ustedes. / O sea / un vanidoso inaguantable / viejo. La poesía que ha desbaratado el silencio, y que se ha vuelto grito inmodulado, grito creciente, grito incómodo que surca los espacios, hasta encontrar receptor y atravesarlo. ¡Cuántas veces nos hablaron de las grandes civilizaciones!, y ahora reconozcamos al tiempo histórico que todo lo sepulta debajo de los polvos, cuyos granos no dejan de viajar de un lado a otro en esta esfera. A qué seguir esperando, si tenemos ante los ojos la Maravilla del lenguaje que salta desde un ordenador, y nos arroja las mil posibilidades para dejar de ser Callados, para dejar de Ser las Víctimas, para dejar de ser 222

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La Queja, y ser la Voz; para comenzar a ser Aquel que puede hablar, Aquel que tiene las posibilidades de la Reflexión. En una sociedad (en toda sociedad) que tiene que evolucionar, y continuar su evolución, somos el átomo, somos los individuos que la conforman y la habitan, debemos perseguir la búsqueda del Otro que somos muy dentro de nosotros, para sabernos, por demostración interior, que somos capaces de Recibir aquello que pedimos para el Otro. En una sociedad que cada día se aísla, seremos la posibilidad de la reunión. El reconocimiento del Individuo como núcleo social, nos sitúa ahí a todos: sin importar el género, la religión, la diversidad sexual, política, alimentaria y económica. Dejar de decir: Si haces eso estás mal, Si comes aquello estás mal, Si dices que no lo hagan también estás mal. Y comenzar a pensar en lo propio, los que yo hago; si yo escucho, si yo que Soy Tratado como El Otro de los demás, puedo mirar mi alrededor, y entonces será lo mío aquello que fastidie o no fastidie a los demás. Mírate al espejo cuando estés triste, y ve la cara que pones en tus tristezas, lo ridículo que te ves. No vives en un cortometraje. Mientras tú sufres no están saliendo los créditos a un costado de la escena que montas. A nadie le importas. Nadie te extrañará más de dos horas, dice el poeta. La Poética del Grito que se aplica en todos nuestros actos. Ese gesto que no necesita de dioses, ya muertos desde el siglo XIX, pero sí necesita de la Espiritualidad, y la reclama, aquella espiritualidad que es la búsqueda de todo conocimiento, todo respeto de creencias, toda diversidad de cultos que no harían otra cosa que reconocernos similares, mínimos reconocedores de aquello que 'Nos Es Desconocido', y que nos haga alcanzar aquellos conceptos que podemos llamar el Amor, la Esperanza, alguna Fe Abrirse al silencio.

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cualquiera, en la que podemos sentarnos el uno frente al otro y exponer nuestros miedos, temores, logros y justicias, unos enfrente de nosotros como en Toda Reunión de Autoayuda y decirnos: "¡Hola!, me llamo Adán, y soy poeta". Abandonar los temores que nos inculcaron cuando niños, y exponernos completos dentro del poema. Y es bajo aquel polvo cotidiano en el que los años de nuestra vida transcurrieron, transcurren, para formar aquella historia donde todo seguirá ocurriendo; espacios de tiempo bañados de sangre, de espada, de hoguera, de alimentos genéticamente modificados, de estrés, de vacunas que pueden hacernos daño, de sexos y perversiones, de arrestos y libertades condicionales, donde tendremos que seguir habitando con los sicópatas, y con los moralistas, y con aquellos que sufren la persecución de creer que son Libres, que como tantas cosas que podemos reconocer en las múltiples sociedades humanas seguirán haciéndonos daño. ¿Acaso no sabemos que el Hombre, el Ser Humano, es una maravilla para la adaptación, y la sobrevivencia? Y que al final logrará adaptarse a cualquier barbarie, para sobrevivir. La poética del grito está en la modernidad, en el ser modernos, en el reconocernos parte de este siglo XXI, y nos sitúa en el raciocinio espiritual que nos brinda todo lenguaje, cómo dice el poeta Ángel González en su poema Luz llamada día trece. "A cada cosa por su solo nombre. / Pan significa pan; amor, espanto; / madera, eso; primavera, llanto; / el cielo, nada; la verdad, el hombre. Llamemos luz al día, aunque se asombre / quien dice "Es martes hoy, ayer fue santo / Tomás, mañana será fiesta". ¡Cuánto / más verdadera que cualquier pronombre / es esa luz que cuaja el aire en día! / Hoy es la luz llamada día trece / de materia de mayo y sol, digamos. 224

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Y si hablamos de mí -puesto que hablamos, / de algo hay que hablar-, digamos todavía: / pasión fatal que como un árbol crece." No somos el árbol, sino las ramas del árbol, el fruto del árbol, la raíz, el tallo y las hojas del árbol. Porque somos la fundación del todo, la célula toti-potencial que puede mutar o puede especializarse, y ser función, ser objetivo, ser necesidad en este sistema de procesos y procedimientos que nos entrega hoy el universo social en que nos desempeñamos. Porque como dice el poema Oda a los nuevos bardos, -también de Ángel González-, necesaria es lanzar a la basura aquellos arquetipos del poeta que solo busca en el presupuesto la función de pertenencia a una tradición que pretende ser impuesta en la beca, el premio y la edición, y entonces el poeta español deja claro lo que he decidido llamar La poética del grito: "Mucho les importa la poesía. / Hablan constantemente de la poesía, / y se prueban metáforas como putas sostenes / ante el oval espejo de las oes pulidas /que la admiración abre en las bocas afines. Aman la intimidad, sus interioridades / les producen orgasmos repentinos: / entreabren las sedas de su escote, / desatan cintas, desanudan lazos, / y misteriosamente, / con señas enigmáticas que el azar mitifica, llaman a sus adeptos: / -Mira, mira... Detrás de las cortinas, / en el lujo en penumbra de los viejos salones / que los brocados doran con resplandor oscuro, / sus adiposidades brillan pálidamente / un instante glorioso. / Eso les basta.

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Otras tardes de otoño reconstruyen / el esplendor de un tiempo desahuciado / por deudas impagables, perdido en la ruleta / de un lejano Casino junto a un lago / por el que se deslizan cisnes, cisnes / cuyo perfil / -anotan sonrientessusurra, / intermitente, eses silentes: aliterada letra herida, / casi exhalada / -puesto que surgida / de la aterida pulcritud del ala en / un S. O. S. que resbala / y que un peligro inadvertido evoca. / ¡Y el cisnecero-cisne que equivoca / al agua antes tranquila y ya alarmada, / era tan sólo nada-cisne-nada!" 4.3.2 Concluir. La poética del grito, entonces, para que podamos entendernos, en este comentario final, nos sitúa en el Ahora. En esta posibilidad de mirar, desde la multiplicidad de plataformas, los recovecos de la historia de la humanidad, y sus sociedades, dramas, y batallas, como grandes descubrimientos (el canon y la tradición de querer y saber leer). Y es en este ahora, en dónde tenemos que Gritar el reclamo de Estar Vivos, de saber que Lo estamos, más allá de las revoluciones, las guerras, los dramas existenciales, Existimos. Y somos, Individuos, que le damos cohesión a las sociedades del Hoy. Dejemos atrás el drama del Yo, y busquemos al Otro que somos en Nosotros mismos, El otro que somos para los demás, porque lo somos. Y que sea nuestro hablar, nuestro poema, nuestro Yo hablante, aquel que sirva de ejemplo a nuestra propia vida, representada en el Caos que provoca nuestra existencia en los demás. Gritemos en el Poema, nuestra propia Gloria, nuestra Propia Ruina. Gritemos por la salvación; Gritemos nuestra asexualidad; miremos nuestros cromosomas y no nuestros 226

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genitales; leamos nuestras feromonas y no las gastadas censuras; Gritemos por nuestra oscuridad. Por nuestra alegría y nuestro lamento. Ya no basta el canto, lo que nos queda es el Grito, y el Grito surcará las avenidas, la selva, las montañas, los océanos. Vayamos a por él.

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Algunas Referencias a lo largo del texto. Calderón, M. (s/f) Desde la orilla o la generación de los 50 en Puebla. Graffylia. revista de la facultad de filosofía y letras. pp. 92-103 Cerón, R. (Ed.) (2008). Nosotros que nos queremos tanto. Poesía contemporánea de México. Ediciones El billar de Lucrecia y Secretaría de Cultura del Estado de Colima. 283 pp. Domínguez Chávez, H. 2011. 1940-1970: el contexto socioeconómico y político. Historia de México II. Tercera Unidad. Programa de Cómputo para la Enseñanza. UNAM. 11 pp. Espinasa, J. M. 2012. Nacionalismo, cultura e identidad en el siglo xx mexicano. En: Los grandes problemas de México. Coordinadores generales Manuel Ordorica y Jean-François Prud’homme. 2. MOVIMIENTOS SOCIALES. El Colegio de México. Ilán Bizberg y Francisco Zapata. 374 pp. Fabre, Luis Felipe. (Comp.) (2008). Divino tesoro. Muestra de nueva poesía en México. (Autores nacidos entre 1976 y 1990). Colección Libros de la Meseta, Casa Vecina. Espacio Cultural. México, D.F. 170 pp. Falconi, R y R. Cazón. 2009. Panorama de la poesía mexicana. Revista Almiar. Margen Cero. 148 pp. González-Aktories, S. 1995. Antologías poéticas en México.Una aproximación hacia el fin de siglo. Anales de Literatura Hispanoamericana, núm. 24. Servicio de Publicaciones. UCM. Madrid, 239-250. Herbert, J.; De la Mora, J. y S. Matías. (Comps.) (2010) Escribir poesía en México. Ensayos sobre poesía. Editorial Bonobos y Conaculta. México. 276 pp. 228

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Abrirse al silencio. Pasajes de la poesía en la sociedad. por: Adán Echeverría Editado para su lectura en PDF en Marzo de 2017 en Ensenada, Baja California, bajo el cuidado de la Catarsis Literaria El Drenaje.

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