Nuestra señora de akita

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NUESTRA SEÑORA DE AKITA: CURIOSIDADES MARIANAS EN EL PAÍS DEL SOL NACIENTE La influencia de la Virgen María y los hechos relacionados con sus apariciones ante personas de origen humilde no solamente han tenido lugar en Europa y América; también en el Lejano Oriente asiático, concretamente en Japón, hay historias de fenómenos milagrosos relacionados con la Madre de Jesús. El hecho de que las apariciones marianas hayan tenido lugar en un país como Japón, con un porcentaje reducido de población cristiana, hace que el interés sea de alguna manera mayor o en el mejor de los casos especial si comparamos estos hechos con lo ocurrido en Francia (Nuestra Señora de Lourdes) y Portugal (Virgen de Fátima), países en los cuales, al contrario que el país nipón, la población es mayoritariamente cristiana católica. La historia de las apariciones de Nuestra Señora de Akita tiene su origen en el mes de junio de 1973. La protagonista de estos sucesos, la hermana Agnes Sasagawa, se encontraba orando en el convento del pueblo que da nombre a la Virgen cuando se percató que el sagrario donde se guardaba el pan consagrado en la Eucaristía, comenzó a emitir un brillo especial. Varios días más tarde, el 28 de junio, la hermana Agnes comenzó a sentir un dolor punzante en la palma de su mano izquierda: una llaga cruciforme emanaba sangre provocándole también un molesto escozor. Las apariciones tuvieron lugar a principios de julio de ese mismo año: hubo tres apariciones. En cada una de ellas, ocurridas en los meses de julio, agosto y octubre de 1973, la Virgen María le pide a la hermana Agnes varios rezos por aquellos que se han visto afectados por las irregularidades que imperaban en el mundo en aquellos días. Dicho esto, la hermana Agnes le hizo saber a sus superiores las revelaciones marianas y, a partir de ahí, comenzó un proceso de investigación que se prolongó durante varios años. Mientras se llevaban a cabo estas investigaciones, la humanidad veía cómo los ideales en pro de un mundo de orden perfecto defendido en los años sesenta, habían “mutado”, en el caso de los países del mundo libre, en una ola de excesos en la droga y el descontrol juvenil y en el caso de los países de la órbita socialista, la defensa a ultranza a favor de las sociedades igualitarias desembocó en corrupción por parte de quienes ostentaban el poder. La respuesta definitiva a la investigación realizada para verificar las apariciones de Nuestra Señora de Akita llegó en junio de 1988. El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el por entonces cardenal Joseph Ratzinger (el Papa Emérito Benedicto XVI), confirmó la existencia de los milagros que habían tenido lugar tras las revelaciones marianas, siendo uno de los más significativos la sanación de la sordera que la hermana Agnes había padecido durante muchos años. Se elaboró una estatua de madera inspirada en Nuestra Señora de Todos los Pueblos (Países Bajos), agregando características y rasgos asiáticos al rostro de la Virgen. La fama de la estatua de Nuestra Señora de Akita ha dado la vuelta al mundo debido a las lágrimas que emanan de sus ojos y son cada vez más las personas que han podido presenciar este acontecimiento.


En ambas imágenes podemos apreciar la estatua de madera que representa a Nuestra Señora de Akita. Esta imagen fue elaborada por una persona de creencias budistas. En la foto de la derecha se puede apreciar una de las numerosas lágrimas que han otorgado fama mundial a la Virgen de Akita.

Antonio López Ramírez


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