LA AUTORIDAD PEDAGÓGICA EN CUESTIÓN UNA CRTICA AL CONCEPTO DE AUTORIDAD EN TIEMPOS DES TRANSFORMACIÓN MARIA BEATRIZ GRECO
AUTORIDAD E IGUALDAD SOCIAL; PARADOJAS DE UN EJERCICIO EN TIEMPOS DE FORMACIÓN. •
El desafío fundamental es intentar reponer sentidos, reencontrar lo que no se puede perder, aprender o perder lo que ya no se puede ser, hacer lugar a algo que aún no está.
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La igualdad es la gran meta social alcanzada por el conocimiento explicado y se confirma por el modo de educar, su desigualdad estructural.
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Raciere reconstruye el conocimiento a un tipo de autoridad jerarquizada y a un orden social “desigualdad igualada”.
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La desigualdad en triple sentido: 1) La razón pedagógica divide las inteligencias en dos: la empírica y la sistemática. 2) Es una lógica vertical que se opone a la horizontal de los aprendizajes entre pares. 3) Todo proceso lleva tiempo y un orden detallado y determinado en el tiempo establecido por fuera de las temporalidades subjetivas.
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El maestro igualmente sostiene un encuadre de trabajo que incluye: su palabra, sus sentidos, una alternancia de presencias y ausencias.
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La autoridad se reubica de su tradicional plano de superioridad a la jerarquía que sostiene una asimetría propia.
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El maestro ignorante acerca el conocimiento y la enseñanza, organizando un campo de trabajo donde enseñanza y convivencia no se separan.
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Se debe habilitar la escena de otro modo, compartiendo espacio y diferenciando lugares.
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Una autoridad es un lugar paradójico donde se niega una posición de superioridad.
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Anula una lógica de órdenes y obediencias que promueven el corrimiento del lugar de la autoridad.
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Se culpa al alumno de no querer aprender, pero no nos preguntamos qué ocurre, como producir movimientos en ese sentido.
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La autoridad es otorgada y asumida por el aprendiz apropiándose de sus posibilidades de aprendizaje en el marco de una relación.
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Es necesario proporcionar un lugar de posibilidad y habilitación, de igualdad e ignorancia, de imprevisibilidad y trabajo.
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La autoridad generadora de procesos emancipatorios, implica que es posible ejercer una ruptura cuando lo cotidiano de la imposibilidad se instala.