Delia Lerner LEER Y ESCRIBIR EN LA ESCUELA: LO REAL, LO POSIBLE Y LO NECESARIO Enseñar a leer y escribir es un desafío que trasciende a la alfabetización en sentido estricto. El desafío que enfrenta la escuela es el de incorporar a los alumnos en la cultura de lo escrito, que los alumnos sean miembros plenos de la comunidad de lectores y escritores. Participar en la cultura escrita supone apropiarse de una tradición de lectura y escritura asumiendo una herencia cultural. Para concretar el propósito de formar a los alumnos, es necesario hacer de la escuela una comunidad de lectores que acuden a los textos buscando respuestas para los problemas, un ámbito donde lectura y escritura sean practicas vivas y vitales, preservar el sentido que la lectura y escritura tienen como prácticas sociales para que los alumnos se apropien de ellas. DIFICULTADES INVOLUCRADAS EN LA ESCOLARIZACIÓN DE LAS PRÁCTICAS Estas prácticas son indisociables, ofrecen resistencia al análisis como a la programación secuencial e implican conocimientos implícitos y privados. RELACIÓN SABER-DURACIÓN VERSUS PRESERVACIÓN DEL SENTIDO La organización del tiempo de la enseñanza entra en contradicción con el tiempo de aprendizaje, y también con la naturaleza de las prácticas de lectura y escritura. TENSIÓN ENTRE DOS NECESIDADES INSTITUCIONALES: ENSEÑAR Y CONTROLAR EL APRENDIZAJE Se intenta ejercer un control exhaustivo sobre el aprendizaje de la lectura, permite al maestro evaluar la comprensión y fluidez de la lectura en voz alta. Se plantea inadvertidamente un conflicto de intereses entre la enseñanza y el control, si se pone en primer plano la enseñanza, hay que renunciar a controlarlo todo. Lo posible es hacer el esfuerzo de conciliar las necesidades inherentes a la institución escolar con el propósito educativo de formar lectores y escritores.
PARA TRANSFORMAR LA ENSEÑANZA DE LA LECTURA Y ESCRITURA Intentar que la escuela produzca transformaciones sustanciales sin perder especificidad institucional y sin renunciar a su función de enseñante. El desafío es formar lectores que sepan elegir el material escrito adecuado para buscar la solución de problemas que deben enfrentar y no solo alumnos capaces de oralizar textos seleccionados por otro. Formar críticos capaces de leer entre líneas asumiendo una posición propia. Que los niños manejen con eficacia los diferentes escritos. Promover el descubrimiento y la utilización de la escritura como instrumento de reflexión sobre el pensamiento como recurso para organizar y reorganizar el propio conocimiento. EN LA ESCUELA ¿ES FACTIBLE EL CAMBIO?
La institución sufre tensión entre la rutina repetitiva y la moda. La innovación tiene sentido cuando forma parte de la historia del conocimiento pedagógico, cuando retoma y supera lo producido. Sin embargo se tienen dificultades para instalarse en el sistema escolar, en cambio innovaciones pasajeras toman fuerza que no afectan lo esencial del funcionamiento didáctico. Propuestas de cambio producto de la búsqueda rigurosa tienen en general dificultad para expandirse en el sistema educativo, ya que afectan el núcleo de la práctica didáctica vigente.