“Sólo a Dios gloria” (Soli Deo Gloria) es la enseñanza bíblica de la soberanía de Dios sobre todos los aspectos de la vida del creyente. Toda la vida debe ser vivida para la gloria de Dios. Toda la gloria es sólo para Dios, puesto que la salvación sólo viene de Dios, así como la fe, la esperanza y el amor. Por lo tanto, la finalidad es que el hombre le sirva y le honre, poniendo a Dios primero, y después… también.
Somos administradores de Dios, a quienes él nos ha confiado: tiempo, tesoros, talentos, templo y la administración de la tierra. Ser un fiel mayordomo es un privilegio que Dios ha concedido al creyente para que crezca en amor y para que logre victorias sobre el egoísmo y la codicia. El siervo fiel se regocija por las bendiciones recibidas como fruto de su fidelidad.
“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.” 1 Corintios 4:1, 2.