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Repaso Historia del diseño Música psicodélica Arte psicodélico
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Tras haber absorbido accidentalmente una cantidad infinitesimal de un compuesto, Albert Hofmann llegó a casa zigzagueando con su bicicleta por las apacibles calles de Basilea. Acababa de descubrir los efectos del LSD, inaugurando la era de la psicodelia.
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n 1938 Albert Hofmann, químico suizo de los laboratorios Sandoz, inició sus investigaciones sobre el ácido lisérgico, nombre que había dado al núcleo común de todos los alcaloides del cornezuelo (un hongo parásito del centeno). Cinco años más tarde, el 16 de abril de 1943, se produjo un hecho fortuito que modificó decisivamente el curso de los acontecimientos. Hofmann descubrió los efectos del LSD-25 (abreviado del alemán Lyserg Säure Diethylamid; 25 porque de una serie de veintiséis derivados o compuestos sintetizados era el que hacía veinticinco), naciendo, de esta manera, la psicodelia. Un término que deriva del griego (psiké y deloun) y significa “algo que manifiesta la mente, el espíritu o el alma” o lo que es capaz de tener “efectos profundos” sobre la naturaleza de la experiencia consciente.
algo que manifiesta la mente, el espiritu o el alma.
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urante los primeros años el LSD se empleó casi exclusivamente con fines médicos, en psiquiatría, psicoanálisis e investigaciones sobre el cerebro. Hacia finales de los años cincuenta los laboratorios Sandoz regalaban dietilamida de ácido lisérgico sin limitación alguna a todos los psiquiatras que la solicitaban. Por esos mismos años Hofmann recibió una propuesta de la CIA para poder fabricar masivamente LSD con finalidades bélicas, invitación en el que rechazó categóricamente.
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Albert and the LSD Revelation Revolution
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Los Primeros Psiconautas
l Hospital de Veteranos de Menlo Park, en California, se comprometió en 1959 a la puesta en práctica de un programa experimental que comprendía ensayos con LSD. Entre las cobayas humanas que voluntariamente se sometieron a los experimentos se encontraba el joven novelista Ken Kesey, quien, persuadido del potencial lúdico de la sustancia, comenzó a interesarse vivamente hasta conseguir más y difundir su
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Tras las experiencias iniciales de Hofmann varios intelectuales, representantes de muy diversas tendencias e ideologías, se acercaron a la autoexperimentación con LSD. Aldous Huxley, Robert Graves, Gregory Bateson, Arthur Koestler, Henri Michaux, Anaïs Nin, Alan Watts, Timothy Leary, Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William Burroughs fueron los primeros en atravesar el umbral de las puertas de la percepción y descubrir unas dimensiones de conciencia poco rutinarias.
empleo, convirtiéndose en un verdadero profeta del ácido. En poco tiempo Kesey aglutinó en torno suyo un grupo de personas que anhelaban experimentar los efectos del LSD. Pronto se les conocería como los Merry Pranksters (Alegres Bromistas). oincidiendo con este incipiente movimiento psicodélico, que estaba comenzando a gestarse en la Costa Oeste, algunos teó-
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ricos, como el filósofo Alan Watts y los profesores de psicología Timothy Leary y Richard Alpert, comenzaron a preconizar entre los estudiantes universitarios el uso del psicofármaco, a través de experiencias místicointelectuales-orientalistas, como vehículo sacramental e instrumento de liberación del individuo frente a la voracidad del sistema. “Cambia la mente y cambiarás el mundo”.
Muchos jovenes estadounidenses se lanzaron a un consumo ritual de alucinogenos. ara ellos consumir LSD no era una P experiencia frívola sino algo profundo y trascendente que los situaba en una esfera superior de conocimiento. Aunque todavía no pesaba ningún tipo de prohibición sobre el LSD, los días de Leary como ciudadano libre estaban contados. Como paso previo, en la primavera de 1963, él y Alpert fueron expulsados de la Universidad de Harvard.
esey y los Merry Pranksters atraveK saron Estados Unidos de costa a costa en un destartalado y llamativo
autobús para conectar y sintonizar con el grupo de Leary, protagonizando un viaje épico. El encuentro, sin embargo, resultó decepcionante. Kesey proponía el consumo de ácido porque sí, por diversión, para experimentar la alegría del movimiento, la vida en acción. Nada podía estar más lejos de la tesis y las aspiraciones de Leary. En esencia, Kesey y los suyos lograron rescatar el LSD del estamento terapéutico y de los intelectuales. No tenían ningún tipo de pretensión intelectual. La cosa fue extendiéndose y, en pocos meses, la costa californiana se convirtió en un hervidero donde miles de jóvenes tomaban drogas psicodélicas (LSD, mescalina, psilocibina, ketamina, marihuana) no por un afán intelectual, teorético y especulativo, sino únicamente con fines lúdicos o recreativos.
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ntre 1964 y 1966, antes que la aviE dez de la prensa descubriera el LSD (prohibido formalmente por pri-
mera vez en 1966 por una ley californiana), el Summer of Love fuera manufacturado y vendido, y Haight Ashbury se convirtiera en un infierno viviente para unos y en un gran circo de atracciones para otros, ciudades como San Francisco, Berkeley y Los Ángeles estallaron en un inmenso alucine colectivo. Fue un fugaz momento de esperanzas e ideales, un amago de revolución que bailaba al ritmo de Grateful Dead, The Doors, Janis Joplin, Jefferson Airplane, Santana y otras formaciones musicales de corte psicodélico. Una experiencia multitudinaria, hinchada de misticismo, orientalismo y no-violencia y que daría finalmente la ecuación básica del Flower Power: iluminación interior = liberación de los instintos agresivos = amor recíproco = amor universal paz en el mundo.
ra la primera vez que los jóvenes, E como colectivo, tomaban la iniciativa por sí mismos. Puede que esa
cultura underground o contracultura naciera predestinada al fracaso, pero su influencia se iba a dejar sentir con fuerza muchos años más tarde. La ecología, el movimiento de liberación sexual, el pacifismo, el antimilitarismo, la contestación política, la cultura de la droga, el arte pop, la música rock, las soluciones alternativas y tantos otros aspectos tuvieron su génesis en ese momento mágico y efímero, prácticamente irrepetible, que en Europa se proyectó a través del Mayo francés del 68.
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Antes de que el LSD fuera prohibido, en España era utilizado únicamente con fines clínicos. Muy pocos sabían sobre el fármaco como vehículo de exploración de espacios interiores ni se interesaban en la autoexperimentación como forma de conocimiento.
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na de las pocas excepciones la personificaba Antonio Escohotado, un joven profesor que impartía filosofía y derecho en la Universidad Central Complutense de Madrid. En abril de 1967 la prestigiosa Revista de Occidente publicó un trabajo de Escohotado titulado “Los alucinógenos y el mundo habitual”, en el que se ocupaba ampliamente de las modificaciones perceptivas, filosóficas y culturales que implicaba el consumo de drogas visionarias.
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bviamente, los poderes públicos no iban a consentir por mucho tiempo que sustancias capaces de aniquilar la “organización del campo perceptivo” de los españoles y su “impulso al trabajo cotidiano y arduo” pudieran circular con absoluta libertad en la España de Franco. Toda invitación química al pen-
actuan especificamente sobre la conciencia. samiento, la reflexión y la crítica quedaba fuera de lugar. De este modo, con fecha 31 de julio de 1967, el general Camilo Alonso Vega, en calidad de Ministro de la Gobernación, dio una orden sometiendo al régimen de control de estupefacientes “los productos alucinógenos en general y con carácter especial los denominados LSD-25, mescalina y psilocibina”. Nadie podía seguir cuestionando que la intervención del Estado en la dieta farmacológica de los ciudadanos no obedecía a un aparente interés.
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Lluvia ácida sobre Ibiza a devaluación de la peseta de 1967 atrajo a los primeros hippies a Ibiza, y con ellos llegó el primer ácido a España. El fármaco estaba prohibido pero, al principio, nadie pareció preocuparse lo más mínimo. De hecho, según ciertas informaciones, en 1967 se descubrió en Madrid “un laboratorio donde se obtenía clandestinamente LSD”, y durante los años 67 y 68 la
Tras la liquidación del Summer of Love californiano y la resaca del Mayo francés del 68 se produjo una verdadera diáspora juvenil. La hasta entonces apacible isla de Ibiza y la remota capital de Nepal se convirtieron en dos auténticos santuarios, en los últimos reductos, donde aún cabía la posibilidad de colmar tantas ansias de paz y libertad y disfrutar de la vida en perfecta armonía.
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Brigada Central de Estupefacientes no llegó a decomisar ni una sola dosis del producto. ntes de partir hacia la India, Alejandro Vallejo-Nágera, considerado por muchos el primer hippy autóctono, abrió en Ibiza La Cueva de Alex Babá, una discoteca por la que en poco tiempo desfilaría media Europa. Fue la época en que
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se inauguraron otros locales míticos, como el bar La Tierra y el Lola’s Club (después vendría el no menos famoso club Amnesia, regentado por Antonio Escohotado y Manuel Sáenz de Heredia), donde el consumo de marihuana, hachís y LSD permitía presagiar a los más optimistas que la aventura psicodélica aún era posible y que el Flower Power todavía continuaba siendo una feliz realidad.
Una especie de lunatico made in USA que se habia autoproclamado lider de una extrana secta satanica.
n agosto de 1969 tuvo lugar un suceso que conmovió a toda la sociedad occidental. Charles Manson y sus secuaces asesinaron salvajemente en Bel Air (California) a varias personas, entre ellas a Sharon Tate, esposa del cineasta Roman Polanski. Los asesinos eran consumidores de LSD, ma-
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rihuana y otras drogas psicoactivas. No hacía falta ningún elemento más para que se desatara una formidable ofensiva contra los alucinógenos y sus usuarios. En España, en poco tiempo el LSD pasó a ser una sustancia diabólica, intrínsecamente maligna, una droga esencialmente criminógena,
los que más abundaban eran los hippies de temporada. El hippismo de plástico —o simple snobismo— llegó a tales extremos que en el madrileño hipódromo de la Zarzuela se celebró una concentración ‘hippy’, con fines benéficos, a la que asistieron las nietas del propio general Franco, las señoritas Fierro, Osuna, March, Urquijo, Vega Seoane, el Dúo Dinámico y otros prometedores retoños del Régimen. La prensa del momento puntualizaba: “En realidad se trataba de una fiesta de disfraces. Sólo que el modo de vestir de los ‘hippies’ se presta para estas cosas”.
Lo cierto es que en Ibiza y Formentera comenzaron a proliferar grupos de jóvenes cuya existencia se centraba en el consumo de derivados del cáñamo (kif, grifa, marihuana, hachís) y LSD que se ritualizaban. juicio del psiquiatra Enrique González A Duro, “se trataba de una ideología importada, mal asimilada y puramente imitativa,
decir verdad, aquí en España, más que A hippies hubo —y continúa habiendo— freaks (literalmente del inglés, raros o extra-
ya que el movimiento hippy no pudo desarrollarse mínimamente en España por las especiales condiciones socioeconómicas y políticas que aquí sufríamos”.
vagantes), personajes malditos, más o menos inadaptados o automarginados, que se drogaban y rechazaban de forma visceral el orden social vigente pero que, aparte de eso, no poseían una ideología común ni concreta.
es que ser hippy en España —como dijera Y el periodista y escritor Luis Carandell— era “casi una postura heroica”. Desde luego, ha-
bía una minoría de hippies auténticos, pero
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Efectos de la prohibiciOn i bien inicialmente el LSD contaba como principal atractivo con la posibilidad química de transgredir la realidad, al convertirse en una sustancia prohibida se añadía la posibilidad real de infringir la norma. Dicho de otro modo, a la atracción de experimentar estados de realidad no ordinaria se añadía la tentación por el fruto prohibido y la fascinación por el peligro. Las consecuencias no se harían esperar e inmediatamente el LSD comenzó a venderse y consumirse en otros lugares —aparte de Ibiza y Formentera— del Estado español como Madrid, Barcelona y la Costa del Sol.
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ntes de la prohibición pocos hubieran dudado en calificar de valientes a los intrépidos psiconautas. No obstante, tras la prohibición esos mismos valientes se convirtieron, de repente, en culpables. Por lo tanto, la consecuencia más visible de la prohibición de las drogas visionarias fue la lucha que desataron las fuerzas del orden contra el LSD y sus usuarios, a quienes invariablemente les era aplicada la famosa Ley de Vagos y Maleantes (sustituida en 1970 por la Ley de Peligrosidad Social).
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principios de la década de los setenta la psicodelia conoció su edad de oro en Barcelona. En lugares como Les Enfants Terribles y la librería Trilce se daban cita intelectuales, veteranos del rollo y demás freaks ansiosos de viajar o alterar.
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xistían grupos de psiconautas más o menos constituidos como la llamada
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no podía enloquecer a nadie que previamente no estuviera ya loco. 15
Cofradía del Vino (formada por un grupo de intelectuales simpatizantes o curiosos del LSD) y el Tercer Frente de Liberación Universal, que lanzó el “Manifiesto de la Soledad: (un discurso introspectivo y psicodélico). La nómina de pioneros en experimentar los efectos del LSD contaba ya con algunos nombres que, años más tarde, alcanzarían cierta fama y notoriedad.
A pesar de este hecho, algunos psiquiatras pretendieron legitimar científicamente la prohibición que pesaba sobre el psicofármaco. La intervención de supuestos expertos como el catedrático Luis Rojas Ballesteros no vino sino a reafirmar la tesis de que la dietilamida de ácido lisérgico estaba prohibida.
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pesar de este hecho, algu nos psiquia tras preten die ron legitimar científ icamente la prohibición que pesaba sobre el psicofármaco. La intervención de supuestos expertos como el catedrático Luis Rojas Ballesteros no vino sino a reafirmar la tesis de que la dietilamida de ácido lisérgico estaba prohibida, no tanto por atentar contra el interés de la salud pública, sino más bien en aras de la moral social imperante, ya que podía inducir a la negación de los principios de actividad, trabajo productivo, utilidad social y rentabilidad económica, es decir, porque atentaba directamente contra los pilares básicos del orden social establecido.
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urante los primeros años el LSD se empleó casi exclusivamente con fines médicos, en psiquiatría, psicoanálisis e investi-
jovenes decepcionados de la politica o individualistas gaciones sobre el cerebro. Hacia finales de los años cincuenta los laboratorios Sandoz regalaban dietilamida de ácido lisérgico sin limitación alguna a todos los psiquiatras que la solicitaban. Por esos mismos años Hofmann recibió una propuesta de la CIA para poder fabricar masivamente LSD con finalidades bélicas, invitación en el que rechazó categóricamente. ara entender la gran inP tolerancia que durante el último lustro del francés.
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Aires de libertad
o necesita estímulos alucinatorios para llenarse los ojos de imágenes hermosas, los oídos de música y el alma de alegría”, hasta Javier García Sánchez, quien, a pesar de no haberlo probado, se autodefinirá como “un hijo del ácido lisérgico, del LSD”, pasando por Mariano Antolín Rato, para el que “hoy en día no hay modo de saber lo que se toma”, los escritores españoles irán incorporando en sus obras referencias muy
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Tras las experiencias iniciales de Hofmann varios intelectuales, representantes de muy diversas tendencias e ideologías, se acercaron a la autoexperimentación con LSD. Aldous Huxley, Robert Graves, Gregory Bateson, Arthur Koestler, Henri Michaux, Anaïs Nin, Alan Watts, Timothy Leary, Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William Burroughs fueron los primeros en atravesar el umbral de las puertas de la percepción y descubrir unas dimensiones de conciencia poco rutinarias.
concretas al fármaco: Juan Marsé, Xavier Noguerol, Rosa Montero, Jesús Ferrero, Javier Memba, etcétera. n este sentido, no es de extrañar que en 1986, precisamente el año que más cantidad de LSD se ha decomisado en el Estado español, Jesús Ferrero se quejara amargamente, recordando los años del fervor psicodélico: “Porque ahora, cuando te tomas un ácido no alucinas. Y puede ser por
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dos cosas. Porque los ácidos son peores, o porque nosotros hemos cambiado… Es decir, que la vida real estaba llena de un ambiente de alucinación y cualquier mínimo elemento te disparaba. Que era una época alucinógena en sí misma”. La psicodelia nunca llegaría a arraigar profundamente en el Estado español, excepto en contados círculos minoritarios. La democracia y el nuevo clima de libertad se produjo una desmitificación.
MALOS TIEMPOS
esde 1973 el mercado neD gro de drogas en España había comenzado a verse inun-
“pensada especialmente para vencidos” - Eduardo Haro Ibars
dado de heroína. Se trataba de una invasión “pensada especialmente para vencidos”, según palabras de Eduardo Haro Ibars. Algo parecido sucedería a partir de 1982 con la cocaína, una droga que dejará de ser consumida exclusivamente por restringidos círculos minoritarios de elite y que, poco a
poco, sutilmente promocionada desde Estados Unidos, irá ganando adeptos entre todas las capas sociales. Prácticamente, casi la totalidad de los consumidores y adictos a la heroína, así como muchos usuarios.
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Manifiesto hippy en Estados Unidos.
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rácticamente, casi la totalidad de los consumidores y adictos a la heroína, así como muchos usuarios de cocaína, habían probado anterior o simultáneamente sustancias psicodélicas como hachís y LSD. De manera que algunos expertos en la materia, los mismos que habían condenado la marihuana y el LSD por sus supuestas propiedades intrínsecamente criminógenas y enloquecedoras, disponían de un nuevo argumento en contra de los alucinógenos: el consumo de derivados del cáñamo y de LSD conduce inexorablemente al consumo progresivo de otras drogas como la heroína y la cocaína. Pero el hecho de que la mayoría de usuarios de heroína y cocaína hayan consumido previamente drogas visionarias no da pie a asegurar que éstas lleven a las otras. Falta saber el número de consumidores de sustancias
La historia del movimiento psicodelico sigue. psicodélicas que jamás pasaron —ni pasarán— a emplear heroína o cocaína, aunque, como asegura González Duro, “es fácil adivinar que son muchísimos más los que no escalaron a las drogas duras que los que sí lo hicieron”.
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n 1979 un “viajero incorregible” de la talla de Mariano Antolín Rato publicaba en la revista El Viejo Topo un artículo extenso, que en la actualidad resulta imprescindible para comprender el desarrollo de la psicodelia-
Este experimentado psiconauta concluía su disertación preguntándose sobre el futuro de la psicodelia, para rematar con una introspección, muy personal: “La historia del movimiento psicodélico. http://revistareplicante.com/historia-de-la-psicodelia/
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El resurgir medida que transcurría la décaA da de los ochenta, la ilusión desbordante que había presidido la se-
gunda mitad de los años setenta se desvanecía y abría paso a la normalidad, la rutina y la resignación. Algunos artículos como “La sicodelia revisitada” de Ramón Surio y Toni Talarn, o “El gran resacón del LSD” escrito por Jaime Gonzalo, sólo constituían un repaso nostálgico de aquello que había significado el movimiento psicodélico y el fenómeno hippy en Estados Unidos, allá entre 1964 y 1969. Parecía que el escepticismo final de Mariano Antolín Rato estaba más que justificado.
nicamente en Valencia y su área U de influencia se detectaba un consumo masivo y difícilmente explicable de mescalina entre ciertas tribus urbanas juveniles, que habían hecho de la noche sin fin y del baile en discotecas after hours (literalmente, del inglés, “después de horas”) su peculiar forma de entender el ocio. Algo parecido sucedía en Ibiza con la metilenedioximetanfetamina, conocida popularmente como éxtasis, una especie de psicodélico sintético, que Antonio Escohotado califica de “potencia leve o media”. En 1989, de un modo un tanto inesperado pudimos asistir a un reaparecimiento de la psicodelia. El resurgir psicodélico, en este caso, venía directamente asociado con la irrupción del acid house (de traducción literal carente de significado, se trata de una música rítmica de baile) y su estética visual.
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EL FUTURO Locura y creatividad l hecho de que a mediados de julio de 1992 hayan compartido la mesa de oradores personajes como el químico Albert Hofmann, el filósofo Antonio Escohotado, el psiquiatra Javier Escobar, los escritores Javier Marías y Carlos Suñén, el arquitecto y periodista Xavier Utray, el autor y director de teatro Albert Boadella y la
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cantante Olvido Gara, Alaska, en un curso de verano de la Universidad Complutense, ejemplifica el interés que existía entonces en España por la psicodelia. arias generaciones de psiconautas intercambiando experiencias y hablando sobre “Locura y creatividad”, bajo la tutela
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de la doctora Elena Ochoa, directora del curso. El LSD y demás alucinógenos y el número extra de verano 1992 de la revista Ruta 66 dedicó un completo informe de Carlos Riobo sobre el LSD, en el que trata de derribar algunas falsedades y rebatir viejos tópicos, contemplando el fenómeno LSD desde múltiples dimensiones.
Es difícil predecir el futuro que aguarda a la psicodelia, entre otras consideraciones, porque las drogas visionarias siguen alimentando la nómina de drogas prohibidas. Aunque cada vez son más las voces calificadas. juicio del psiquiatra Enrique González Duro, “se A trataba de una ideología importada, mal asimilada y puramente imitativa, ya que el movimiento
hippy no pudo desarrollarse mínimamente en España por las especiales condiciones socioeconómicas y políticas que aquí sufríamos”.
es que ser hippy en España —como dijera el Y periodista y escritor Luis Carandell— era “casi una postura heroica”. Desde luego, había una
minoría de hippies auténticos, pero los que más abundaban eran los hippies de temporada. El
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hippismo de plástico —o simple snobismo— llegó a tales extremos que en el madrileño hipódromo de la Zarzuela se celebró una concentración ‘hippy’, con fines benéficos, a la que asistieron las nietas del propio general Franco, las señoritas Fierro, Osuna, March, Urquijo, Vega Seoane, el Dúo Dinámico y otros prometedores retoños del Régimen. La prensa del momento puntualizaba: “En realidad se trataba de una fiesta de disfraces. Sólo que el modo de vestir de los ‘hippies’ se presta para estas cosas”. decir verdad, aquí en España, más A que hippies hubo —y continúa habiendo— freaks (literalmente del inglés,
raros o extravagantes), personajes malditos, más o menos inadaptados o automarginados, que se drogaban y rechazaban de forma visceral el orden social vigente pero que, aparte de eso, no poseían una ideología común ni concreta.
Pink Floyd fue una banda de rock británica, considerada un icono cultural del rock del siglo xx y una de las bandas más influyentes en la historia de la música, que obtuvo gran popularidad gracias a su música psicodélica que evolucionó hacia el rock progresivo con el paso del tiempo.
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nicialmente el grupo estaba formado por el baterista Nick Mason, el tecladista y vocalista Richard Wright, el bajista y vocalista Roger Waters y el guitarrista y vocalista principal Syd Barrett, quien se convirtió en el primer líder de la banda. Bob Klose fue guitarrista inicialmente por un corto tiempo, pero no llegó a aparecer en ningún disco. El extraño comportamiento de Barrett, causado por el excesivo consumo de drogas, especialmente LSD,1 hizo que su amigo David Gilmour se integrara al grupo en diciembre de 1967 y que quedase definida la formación clásica del grupo tras la marcha de Barrett en abril de 1968. Es conocido por sus canciones de alto contenido filosófico, la experimentación sónica, las innovadoras portadas.
Floyd comenzó con Pink un gran éxito en la es-
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cena underground londinense a finales de los años sesenta, con Syd Barrett como principal compositor. La salida de Barrett hizo que el cantante y bajista Roger Waters se convirtiera gradualmente en la fuerza conductora y dominante en la primera mitad de los años setenta, la época de mayor éxito en ventas de la banda, hasta su abandono en 1985. El grupo grabó durante esta época muchos álbumes que se convirtieron en grandes éxitos comerciales, como The Dark Side of the Moon (1973).
WISH YOU WERE HERE (1975)
Pink Floyd (1975)
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ESTILO INIGUALABLE de LOS PINK FLOYD
l consumo masivo de drogas como el LSD por parte de Barrett provocó que sus composiciones oscilaran entre las clásicas melodías de pop como «Astronomy Domine» y la experimentación de temas más largos como «Interstellar Overdrive», hasta el límite de que The Piper at the Gates of Dawn fue considerado como uno de los mejores álbumes psicodélicos jamás publicados.21 Las letras de este trabajo, divertidas y hu-
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Pink Floyd es conocido principalmente por el estilo espacial de sus composiciones y por sus elaborados álbumes conceptuales de mediados de los años 1970, pero lo cierto es que comenzaron como una banda mucho más convencional. Sus primeros años estaban teñidos de la psicodelia imperante en aquel momento (finales de los años 60), aunque comenzaba a mostrar algunas trazas de los que se acabaría convirtiendo en el rock espacial característico de la formación.
morísticas y a veces emulando viajes espaciales como metáforas del sentimiento psicodélico, contrastan con el sonido envolvente del teclado de Wright y con las melancólicas líneas de guitarra de Barrett, dando un sonido general a menudo caótico y confuso. on la publicación de A Saucerful of Secrets en 1968, el estilo de la banda dio un giro debido a la salida de Barrett de ella y a la
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entrada de David Gilmour. Definido como un álbum de transición, en él se mezclan las canciones psicodélicas semejantes a las firmadas por Barrett y piezas más experimentales, con influencias de la música clásica y que ayudaron a marcar el posterior sonido de Pink Floyd. En este álbum aparece la última canción compuesta por Barrett, «Jugband Blues». Los discos Music from the Film More, Ummagumma y Atom Heart Mother.
TUVIERON UNA EPOCA BASTANTE OSCURA. nimals es uno de los álbumes más A oscuros de la época dorada de la banda, en el que Waters trata a la especie humana como cerdos, perros y ovejas, en una metáfora de la sociedad actual basada en el libro Rebelión en la granja. En este trabajo, la guitarra de Gilmour toma el papel protagonista, mientras que las aportaciones de Wright se reducen ampliamente,109 y las canciones son mucho más largas de lo habitual, ya que todas superan los diez minutos excepto «Pigs on the Wing», que viene separada en dos partes de minuto y medio cada una.
on The Wall, la supremacía de Waters en el control compositivo de Pink Floyd se hizo claramente patente. Con todo, es uno de los discos más famosos de la discografía de la banda y uno de los más vendidos de la historia, aunque no superó a The Dark Side en cifras. El disco es una ópera rock basada en una estrella de rock que se aísla del mundo a base de consumir drogas, construyendo un muro a su alrededor. Aunque Waters lo haya negado varias veces, el álbum parece una autobiografía suya, puesto que el protagonista, llamado «Pink», guarda varias similitudes con él. El disco está compuesto básicamente por canciones cortas de uno, dos ó tres minutos aproximadamente, unidas con piezas más largas como «Comfortably Numb» o «Hey You». La canción «Another Brick in the Wall» se alzó rápidamente como la canción más representativa .
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iban desde las baladas pop hasta el rock psicodélico. ueron una banda de rock inglesa activa durante la década de 1960, y reconocida como la más exitosa comercialmente y críticamente aclamada en la historia de la música popular.1 2 3 4 5 Formada en Liverpool, estuvo constituida desde 1962 por John Lennon (guitarra rítmica, vocalista), Paul McCartney (bajo, vocalista), George Harrison (guitarra solista, vocalista) y Ringo Starr (batería, vocalista). Enraizada en el skiffle y el rock and roll de
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los años cincuenta, la banda trabajó más tarde con distintos géneros musicales, que iban desde las baladas pop hasta el rock psicodélico, incorporando a menudo elementos clásicos, entre otros, de forma innovadora en sus canciones. La naturaleza de su enorme popularidad, que había emergido primeramente con la moda de la «Beatlemanía», se transformó al tiempo que sus composiciones se volvieron más sofisticadas.
Estilo musical los que más abundaban eran los hippies de temporada. El hippismo de plástico —o simple snobismo— llegó a tales extremos que en el madrileño hipódromo de la Zarzuela se celebró una concentración ‘hippy’, con fines benéficos, a la que asistieron las nietas del propio general Franco, las señoritas Fierro, Osuna, March, Urquijo, Vega Seoane, el Dúo Dinámico y otros prometedores retoños del Régimen. La prensa del momento puntualizaba: “En realidad se trataba de una fiesta de disfraces. Sólo que el modo de vestir de los ‘hippies’ se presta para estas cosas”.
En su encarnación inicial, los Fab Four revolucionaron el sonido, estilo y actitud de la música popular y abrieron las puertas del rock and roll a toda una ola de bandas del rock británico. juicio del psiquiatra Enrique González A Duro, “se trataba de una ideología importada, mal asimilada y puramente imitativa, ya que el movimiento hippy no pudo desarrollarse mínimamente en España por las especiales condiciones socioeconómicas y políticas que aquí sufríamos”.
decir verdad, aquí en España, más que A hippies hubo —y continúa habiendo— freaks (literalmente del inglés, raros o extravagantes), personajes malditos, más o menos inadaptados o automarginados, que se drogaban y rechazaban de forma visceral el orden social vigente pero que, aparte de eso, no poseían una ideología común ni concreta.
es que ser hippy en España —como dijera Y el periodista y escritor Luis Carandell— era “casi una postura heroica”. Desde luego, ha-
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Las primeras influencias las obtuvieron de músicos como Elvis Presley, Little Richard y Chuck Berry, entre otros, cuyas canciones solían interpretar en numerosas ocasiones en sus actuaciones en vivo.
las principales influencias en el movimiento del género del folk rock.
fue un intento de I igualar el nivel.
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riginalmente comenzaron como grupo de estilo skiffle,248 pero pronto se embarcaron en el rock and roll genuino de los años 50.249 Conforme pasó el tiempo, su repertorio se fue ampliando hasta incluir una extensa variedad de música pop. Como reflejo de la variedad de estilos que exploraron, Lennon dijo sobre Beatles for Sale: «Podías calificar a nuestro último álbum como un LP de The Beatles de country & western»,250 mientras que la banda fue acreditada por Allmusic, y en particular Rubber Soul, como una de
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ncorporaron asimismo elementos de música clásica en su música, comenzando con el uso de un cuarteto de cuerda en la canción «Yesterday», del álbum Help!. Sin embargo, tal y como señaló Jonathan Gould, este no fue «ni remotamente el primer disco pop en hacer uso prominente de cuerdas [...] más bien, ocurrió que el sonido más tradicional de las cuerdas había permitido una nueva apreciación de su talento como compositores por aquellos oyentes que en cierto modo sentían alergia al estruendo de las baterías y las guitarras eléctricas». Hicieron uso de las cuerdas para crear distintos efectos. En «She’s Leaving Home», por ejemplo, grabada para el Sgt. Pepper, escribe Gould que «está construida en el molde de una balada sentimental victoriana, sus palabras y la música se rellenan.
Deep purple
Origen de deep purple
eep Purple es una banda británica de heavy metal y hard rock formada en Hertford, Reino Unido, en 1968, que está considerada como una de las pioneras del hard rock y el heavy metal, aunque durante su carrera también ha incorporado elementos del rock progresivo, rock sinfónico, rock psicodélico, blues rock y de la música clásica. Deep Purple ha vendido más de 120 millones de discos en todo el mundo.2 Un concierto reali-
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Iba a llamarse Roundabout, llamado así porque los músicos iban a entrar y salir de él, conformando una suerte de grupo abierto, con cambios cíclicos en su alineación, como si estuvieran en una rotonda (roundabout significa “rotonda” en inglés). Interesado en el plan, Edwards aceptó financiar la banda con dos compañeros de negocios: John Coletta y Ron Hire, con los que formaba HEC Enterprises. En 1967, Chris Curtis, el antiguo batería de The Searchers, contactó con Tony Edwards, un empresario londinense, para pedirle si podía ser el representante del nuevo grupo que había ideado. El primer músico en ser reclutado fue el teclista de corte clásico Jon Lord. Lord había tocado en The Artwoods, cuyo líder es de los Rolling Stones.
zado en el Rainbow Theatre, de Londres, en julio de 1972, hizo que fueran registrados como “la banda más ruidosa del planeta” en los años 70’s por el libro Guinness de los récords. l año 2013 una encuesta realizada por la estación de radio británica Planet Rock clasificó a Deep Purple en el 5º lugar entre las “bandas más influyentes de la historia”. La banda ha sufrido múltiples cambios en su ali-
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neación a lo largo de las décadas, aunque permaneció inactiva desde julio de 1976 hasta su reunión, en abril de 1984. Sus cuatro primeras alineaciones son a menudo etiquetadas como “Mark I”, “II”, “III” y “IV”. La “Mark II”, formada por Ian Gillan (voz), Ritchie Blackmore (guitarra), Jon Lord (teclados), Ian Paice (batería) y Roger Glover (bajo), es considerada la alineación más exitosa, y la que mayores ventas ha cosechado.
Los comienzos: Roundabout los que más abundaban eran los hippies de temporada. El hippismo de plástico —o simple snobismo— llegó a tales extremos que en el madrileño hipódromo de la Zarzuela se celebró una concentración ‘hippy’, con fines benéficos, a la que asistieron las nietas del propio general Franco, las señoritas Fierro, Osuna, March, Urquijo, Vega Seoane, el Dúo Dinámico y otros prometedores retoños del Régimen. La prensa del momento puntualizaba: “En realidad se trataba de una fiesta de disfraces. Sólo que el modo de vestir de los ‘hippies’ se presta para estas cosas”.
Para el puesto de bajista, Lord recomendó a su amigo de la infancia Nick Simper, con quien había coincidido en una banda llamada The Flower Pot Men, y que era también ex-miembro de Johnny Kidd & The Pirates. juicio del psiquiatra Enrique González A Duro, “se trataba de una ideología importada, mal asimilada y puramente imitativa,
decir verdad, aquí en España, más que A hippies hubo —y continúa habiendo— freaks (literalmente del inglés, raros o extra-
ya que el movimiento hippy no pudo desarrollarse mínimamente en España por las especiales condiciones socioeconómicas y políticas que aquí sufríamos”.
vagantes), personajes malditos, más o menos inadaptados o automarginados, que se drogaban y rechazaban de forma visceral el orden social vigente pero que, aparte de eso, no poseían una ideología común ni concreta.
es que ser hippy en España —como dijera Y el periodista y escritor Luis Carandell— era “casi una postura heroica”. Desde luego, ha-
bía una minoría de hippies auténticos, pero
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El primer éxito de la banda llegó en abril de 1968, con la edición del sencillo «Hush», canción original de Joe South que alcanzó el 4° puesto en Estados Unidos y el 2° en Canadá, aunque en el Reino Unido pasó desapercibida. Se realizó una grabación de la canción.
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omando como ejemplo al grupo estadounidense Vanilla Fudge, Purple desarrolló un rock psicodélico con influencias -en el teclado de Lord- de la música de Bach y Rimsky-Korsakov. Después del éxito de su primer single la banda lanzó su primer álbum, llamado Shades of Deep Purple, en julio de 1968 en los EE.UU.. En el Reino Unido se publicó en septiembre del mismo año, y fue completamente ignorado. En este álbum debut destacan temas como «Hush», «Prelude: Happiness / I’m So Glad», «Mandrake Root» o «Hey Joe», más una versión de «Help», de los Beatles. Gracias al single «Hush» y al buen recibimiento que también tuvo el disco debut en Estados Unidos, la banda se embarcó en una gira como teloneros de Cream. El siguiente álbum, The Book of Taliesyn, fue publicado en EE.UU. en diciembre de 1968, para
Fue publicado en el Reino Unido en noviembre de ese mismo aNo pero la crItica de su paIs natal. que coincidiese con su gira de promoción, y alcanzó el puesto 38 en este país. En Reino Unido fue publicado en julio del año siguiente y volvió a pasar inadvertido.
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urante los primeros años el LSD se empleó casi exclusivamente con fines médicos, en psiquiatría, psicoanálisis e investigaciones sobre el cerebro. Hacia finales de los años cincuenta los laboratorios Sandoz regalaban dietilamida de ácido lisérgico sin limitación alguna a todos los psiquiatras que la solicitaban. Por esos mismos años Hofmann recibió una propuesta de la CIA para poder fabricar masivamente LSD con finalidades bélicas, invitación en el que rechazó categóricamente. En este disco sobresalen canciones como «Anthem», la instrumental «Wring That Neck» (también conocida como «Hard Road»), «Kentucky Woman» (de Neil Diamond), o «River Deep - Mountain High», hit compuesto por Phil Spector, Jeff Barry & Ellie Greenwich.
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Algunos de los fans del grupo les siguieron de concierto en concierto durante Anos... rateful Dead (también conocidos entre sus seguidores como “The Dead”) fue un grupo de rock y folk rock estadounidense influido por la psicodelia. Creado en 1965 por integrantes de otro grupo, Mother McCree’s Uptown Jug Champions, Grateful Dead se dieron a conocer gracias a su estilo de composición único y ecléctico –que fusionaba elementos del rock, folk, bluegrass, blues, country y jazz– y por las largas improvisaciones que realizaban en sus actuaciones.
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rateful Dead se convirtió en la banda residente de facto de los Merry Pranksters (Bromistas Alegres) de Ken Kesey, con su sonido primerizo altamente influenciado por los Acid Tests (‘Tests de Ácido’) empapados de LSD de Kesey, así como por el R&B. Sus influencias musicales variaron ampliamente basándose en la música psicodélica de la época, combinándola con blues, jazz, rock and roll y bluegrass. Estas distintas influencias fueron destiladas en un todo diverso y psicodélico que convirtió a Grateful Dead en “los padrinos pioneros del mundo de las bandas de improvisación (jambands)”. Su último concierto fue el 9 de julio de 1995 en el estadio Soldier Field de Chicago. Con motivo del fallecimiento de Jerry Garcia el mes siguiente.
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Los DEADHEADS
l Hospital de Veteranos de Menlo Park, en California, se comprometió en 1959 a la puesta en práctica de un programa experimental que comprendía ensayos con LSD. Entre las cobayas humanas que voluntariamente se sometieron a los experimentos se encontraba el joven novelista Ken Kesey, quien, persuadido del potencial lúdico de la sustancia, comenzó a interesarse vivamente hasta conseguir más y difundir su
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Muchos de sus fans, comúnmente conocidos como Deadheads (Cabezasmuertas), seguían las giras de la banda. A diferencia de muchos otros grupos, Grateful Dead animaban a sus fans a grabar sus conciertos.
empleo, convirtiéndose en un verdadero profeta del ácido. En poco tiempo Kesey aglutinó en torno suyo un grupo de personas que anhelaban experimentar los efectos del LSD. Pronto se les conocería como los Merry Pranksters (Alegres Bromistas). oincidiendo con este incipiente movimiento psicodélico, que estaba comenzando a gestarse en la Costa Oeste, algunos teó-
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ricos, como el filósofo Alan Watts y los profesores de psicología Timothy Leary y Richard Alpert, comenzaron a preconizar entre los estudiantes universitarios el uso del psicofármaco, a través de experiencias místicointelectuales-orientalistas, como vehículo sacramental e instrumento de liberación del individuo frente a la voracidad del sistema. “Cambia la mente y cambiarás el mundo”.
STEAL YOUR FACE Lo cierto es que en Ibiza y Formentera comenzaron a proliferar grupos de jóvenes cuya existencia se centraba en el consumo de derivados del cáñamo (kif, grifa, marihuana, hachís) y LSD que se ritualizaban. bía una minoría de hippies auténticos, pero los que más abundaban eran los hippies de temporada. El hippismo de plástico —o simple snobismo— llegó a tales extremos que en el madrileño hipódromo de la Zarzuela se celebró una concentración ‘hippy’, con fines benéficos, a la que asistieron las nietas del propio general Franco, las señoritas Fierro, Osuna, March, Urquijo, Vega Seoane, el Dúo Dinámico y otros prometedores retoños del Régimen. La prensa del momento puntualizaba: “En realidad se trataba de una fiesta de disfraces. Sólo que el modo de vestir de los ‘hippies’ se presta para estas cosas”.
juicio del psiquiatra Enrique González A Duro, “se trataba de una ideología importada, mal asimilada y puramente imitativa,
decir verdad, aquí en España, más que A hippies hubo —y continúa habiendo— freaks (literalmente del inglés, raros o extra-
ya que el movimiento hippy no pudo desarrollarse mínimamente en España por las especiales condiciones socioeconómicas y políticas que aquí sufríamos”.
vagantes), personajes malditos, más o menos inadaptados o automarginados, que se drogaban y rechazaban de forma visceral el orden social vigente pero que, aparte de eso, no poseían una ideología común ni concreta.
es que ser hippy en España —como dijera Y el periodista y escritor Luis Carandell— era “casi una postura heroica”. Desde luego, ha-
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Una especie de lunatico made in USA que se habia autoproclamado lider de una extrana secta satanica.
n agosto de 1969 tuvo lugar un suceso que conmovió a toda la sociedad occidental. Charles Manson y sus secuaces asesinaron salvajemente en Bel Air (California) a varias personas, entre ellas a Sharon Tate, esposa del cineasta Roman Polanski. Los asesinos eran consumidores de LSD, ma-
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rihuana y otras drogas psicoactivas. No hacía falta ningún elemento más para que se desatara una formidable ofensiva contra los alucinógenos y sus usuarios. En España, en poco tiempo el LSD pasó a ser una sustancia diabólica, intrínsecamente maligna, una droga esencialmente criminógena,
Gary Grimshaw (Detroit, 1944-2014). Destacado artista y diseñador gráfico de los años sesenta y setenta, y gran exponente del cartelismo psicodélico en el mundo del rock & Roll.
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rimshaw fue hijo de un trabajador de la General Motors. A la vez que cursaba sus estudios, trabajó en la imprenta de su tío en Dearborn (Michigan, EE.UU.) lo que le supuso una primera toma de contacto con el mundo de la impresión y las artes gráficas. En 1964 se alistó en la marina de los Estados Unidos coincidiendo con la guerra de Vietnam, su primer contacto con la psicodelia fue precisamente con la reparación de su barco en el área de la Bahía de San Francisco. Gran fanático de la música, se dió cuenta con los carteles publicitarios de grandes locales de música en directo como The Fillmore y Avalon Ballroom en San Francisco que una nueva corriente gráfica había nacido.
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rás su vuelta a Detroit, su gran amigo de la infancia Rob Tyner, cofun-
dador del grupo de rock Motor City Five (MC5), le ayudó a introducirse como cartelista en Grande Ballroom. Aquí realizó su primer trabajo remunerado en 1966, el cual le abrió las puertas para futuros encargos. En esta etapa, Grimshaw llevó un ritmo de diseño trepidante, realizaba los carteles en el mismo día que los llevaba a la imprenta y cobraba por ello tan solo 25 dólares. En Grande Ballroom diseñó carteles para Jimi Hendrix, The Doors, Led Zeppelin, Pink Floyd, The Who o Yardbirds entre otros.
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Gary Grimshaw participo activamente en política apoyando diversos movimientos antibelicistas de la época. Llegó a ser director artístico del colectivo de extrema izquierda White Panther Party, el cual estaba presidido por el que sería su mentor político, John Sinclair.
uando Sinclair fue condenado por posesión de drogas en 1971, Grimshaw se encargó de diseñar la gráfica del movimiento Free John Sinclair, donde colaboraron artistas de la talla de John Lennon, Yoko Ono, Stevie Wonder o Bob Seger. Posteriormente colaboraría con el colectivo artístico radical Detroit Artists Workshop y con Rainbow Peoples Party (Sucesores de
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White Panther). Gary Grimshaw ejerció de director de arte en el periódico underground The San Francisco Oracle y trabajo en otras publicaciones clandestinas como The Berkeley Tribe, The Fifth Estate o Ann Arbor Sun. Ejerció como diseñador gráfico de la banda MC5 realizando infinidad de diseños, y junto a Carl Lundgren fue el director artístico de Grande Ballroom.
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es que ser hippy en España — Y como dijera el periodista y escritor Luis Carandell— era “casi
Lo cierto es que en Ibiza y Formentera comenzaron a proliferar grupos de jóvenes cuya existencia se centraba en el consumo. juicio del psiquiatra Enrique A González Duro, “se trataba de una ideología importada, mal asimilada y puramente imitativa, ya que el movimiento hippy no pudo desarrollarse mínimamente en España por las especiales condiciones socioeconómicas y políticas que aquí sufríamos”.
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una postura heroica”. Desde luego, había una minoría de hippies auténticos, pero los que más abundaban eran los hippies de temporada. El hippismo de plástico —o simple snobismo— llegó a tales extremos que en el madrileño hipódromo de la Zarzuela se celebró una concentración ‘hippy’, con fines benéficos, a la que asistieron las nietas del propio general Franco, las señoritas Fierro, Osuna, March, Urquijo, Vega Seoane, el Dúo Dinámico y otros prometedores retoños del Régimen. La prensa del momento puntualizaba: “En realidad se trataba de una fiesta de disfraces. Sólo que el modo de vestir de los ‘hippies’ se presta para estas cosas”.
decir verdad, aquí en España, A más que hippies hubo —y continúa habiendo— freaks (literalmen-
te del inglés, raros o extravagantes), personajes malditos, más o menos inadaptados o automarginados, que se drogaban y rechazaban de forma visceral el orden social vigente pero que, aparte de eso, no poseían una ideología común ni concreta.
ALEX GREY
Los Primeros Psiconautas
lex Grey, destacado artista psicodélico y visionario estadounidense. En sus obras podemos observar su fascinación en temas como la muerte, representada desde sus primeros dibujos, hasta sus esculturas, pinturas y performances más recientes.
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Tras las experiencias iniciales de Hofmann varios intelectuales, representantes de muy diversas tendencias e ideologías, se acercaron a la autoexperimentación con LSD. Aldous Huxley, Robert Graves, Gregory Bateson, Arthur Koestler, Henri Michaux, Anaïs Nin, Alan Watts, Timothy Leary, Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William Burroughs fueron los primeros en atravesar el umbral de las puertas de la percepción y descubrir unas dimensiones de conciencia poco rutinarias.
us obras se han exhibido por todo el mundo en lugares como Feature Inc y Tibet House, Stux Galleri, P.S.1, The Outsider Art Fair, y el New Museum en Nueva York. Grand Palais en París, Bienal de São Paulo Brasil y Art Exhibition Space en Tokio, entre otros.
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a comunidad psiquedélica internacional, ha tomado a Alex Grey como un importante portavoz del arte visionario. Su obra Sacred Mirrors se ha traducido a cinco idiomas y ha vendido 50,000 copias. Actualmente vive en Nueva York con su esposa, la artista Ally.
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Tras haber absorbido accidentalmente una cantidad infinitesimal de un compuesto, Albert Hofmann llegó a casa zigzagueando con su bicicleta por las apacibles calles de Basilea. Acababa de descubrir los efectos del LSD, inaugurando la era de la psicodelia.
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n 1938 Albert Hofmann, químico suizo de los laboratorios Sandoz, inició sus investigaciones sobre el ácido lisérgico, nombre que había dado al núcleo común de todos los alcaloides del cornezuelo (un hongo parásito del centeno). Cinco años más tarde, el 16 de abril de 1943, se produjo un hecho fortuito que modificó decisivamente el curso de los acontecimientos. Hofmann descubrió los efectos del LSD-25 (abreviado del alemán Lyserg Säure Diethylamid; 25 porque de una serie de veintiséis derivados o compuestos sintetizados era el que hacía veinticinco), naciendo, de esta manera, la psicodelia. Un término que deriva del griego (psiké y deloun) y significa “algo que manifiesta la mente, el espíritu o el alma” o lo que es capaz de tener “efectos profundos” sobre la naturaleza de la experiencia consciente.
algo que manifiesta la mente, el espiritu o el alma.
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urante los primeros años el LSD se empleó casi exclusivamente con fines médicos, en psiquiatría, psicoanálisis e investigaciones sobre el cerebro. Hacia finales de los años cincuenta los laboratorios Sandoz regalaban dietilamida de ácido lisérgico sin limitación alguna a todos los psiquiatras que la solicitaban. Por esos mismos años Hofmann recibió una propuesta de la CIA para poder fabricar masivamente LSD con finalidades bélicas, invitación en el que rechazó categóricamente.
http://revistareplicante.com/historia-de-la-psicodelia/
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Lo cierto es que en Ibiza y Formentera comenzaron a proliferar grupos de jóvenes cuya existencia se centraba en el consumo de derivados del cáñamo (kif, grifa, marihuana, hachís) y LSD que se ritualizaban.
bía una minoría de hippies auténticos, pero los que más abundaban eran los hippies de temporada. El hippismo de plástico —o simple snobismo— llegó a tales extremos que en el madrileño hipódromo de la Zarzuela se celebró una concentración ‘hippy’, con fines benéficos, a la que asistieron las nietas del propio general Franco, las señoritas Fierro, Osuna, March, Urquijo, Vega Seoane, el Dúo Dinámico y otros prometedores retoños del Régimen. La prensa del momento puntualizaba: “En realidad se trataba de una fiesta de disfraces. Sólo que el modo de vestir de los ‘hippies’ se presta para estas cosas”. juicio del psiquiatra Enrique González decir verdad, aquí en España, más que A Duro, “se trataba de una ideología imporA hippies hubo —y continúa habiendo— tada, mal asimilada y puramente imitativa, freaks (literalmente del inglés, raros o extraya que el movimiento hippy no pudo desarrollarse mínimamente en España por las especiales condiciones socioeconómicas y políticas que aquí sufríamos”.
vagantes), personajes malditos, más o menos inadaptados o automarginados, que se drogaban y rechazaban de forma visceral el orden social vigente pero que, aparte de eso, no poseían una ideología común ni concreta.
es que ser hippy en España —como dijera Y el periodista y escritor Luis Carandell— era “casi una postura heroica”. Desde luego, ha-
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GLADIE BACULO MALABANAN 2ツコ DISEテ前 GRテ:ICO DISEテ前 EDITORIAL