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Xiphophorus xiphidium Un extraordinario “zafiro”
por Carlos Díez
El platy cola de espada o espada del Soto La Marina, como se le conoce en su lugar de origen, Xiphophorus xiphidium, como se le conoce a nivel científico, es un pequeño poecílido que poco tiene que ver con la popular decena de especies de su subfamilia que podemos encontrar en el circuito comercial y que normalmente llamamos “vivíparos”. Se trata de una preciosa especie descrita en 1932 por el investigador y exitoso creador de variedades ornamentales Myron Gordon, quien los descubrió en libertad dos años antes, junto con Creaser y Ostos, un 25 de abril de 1930.
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DESCRIPCIÓN
Esta especie destaca en su aspecto por contar con un reducido tamaño, atractivos colores y una elegante forma. Estas son características que a los acuaristas nos suelen encantar. La coloración base del cuerpo es marrón verdoso en la parte superior, aclarándose hacia el vientre como es usual en la mayoría de los peces por motivos relacionados con el camuflaje. En los machos, a medida que alcanzan la madurez sexual, comienzan a desarrollar una coloración más completa, que puede ser bastante variable. En general, cuentan con su color corporal base y sobre él y llamando la atención toda la gama de sus resplandecientes azules, causados por la presencia masiva de iridóforos (placas de guanina que reflejan la luz) a lo largo de sus flancos. También presentan diferentes patrones negros, generados por distintas agrupaciones de diferentes tipos de melanóforos (pigmentos oscuros). A veces desarrollan densas manchas negras muy llamativas, que pueden volverse realmente abundantes en toda la región media inferior del pez, como si se tratase de un sombreado pintado en óleo.
La investigación con este tipo de manchas a base de melanóforos, llevó a que el ya mencionado gran acuarista Myron Gordon, se constituyera además como un importante pionero en la investigación del cáncer de piel, ya que, en diversos aspectos, estas manchas presentes en distintas especies del género Xiphophorus guardan una estrecha relación con los melanomas de los que tanto debemos cuidarnos. Gordon desarrolló muchos estudios al respecto, especialmente sobre la herencia genética de estas manchas, que hoy en día siguen siendo de gran utilidad para la comprensión del cáncer de piel en humanos. Siguiendo con la descripción de esta especie, indicar que, la aleta dorsal es de color amarillo pálido y tiene líneas oscuras formadas por la coloración de secciones de las membranas inter-radiales. Lo mismo pasa en la caudal, en la que además aparece un motivo amarillo más intenso, recorriendo tanto la aleta en su base como la “espada” del macho. Todas las demás aletas son, por lo general, de color amarillo pálido a transparente. En cuanto a su forma, se trata de peces de cuerpos altos y pedúnculos estrechos, rematados con unas pequeñas “espadas” inferiores en las caudales masculinas. Este tipo de formas resultan increíbles, especialmente si tenemos en cuenta que hablamos de un pequeño pez del que está descrito que como máximo podrían alcanzar los 4 centímetros. Talla, al menos en mis acuarios y estanques, solamente al alcance de algunas hembras particularmente longevas y grandes.
LOCALIZACIÓN Y BIOTOPO
El Xiphophorus xiphidium forma, junto a X. variatus, X. evelynae, X. andersi, X. couchianus, X. gordoni y X. meyeri, el grupo de especies norteñas de platy. Recordemos que se denomina platy a toda aquella especie del género Xiphophorus cuyos machos adultos carecen de ornamentos caudales a modo de espadas, formadas por el alargamiento de los radios inferiores de la aleta caudal. Aunque en algunos casos como el que nos ocupa, y X. andersi, sí que presentan una pequeña punta a modo de diminuta espada, eso sí, nunca comparable a las de sus primos llamados “xiphos”, que normalmente miden de ¼ a la totalidad de la longitud del cuerpo, pudiendo incluso llegar a medir más de dos veces dicha longitud proporcional (X. montezumae). En el género Xiphophorus, tanto en especies de platy como en xipho, encontramos clados (grupos de especies con ancestros comunes) norteños y sureños. Procedente de Tamaulipas, México, el X. xiphidium se encuentra en la naturaleza sobre todo (como gran parte de las especies de platy, raro para los xiphos) en aguas calmadas pertenecientes al sistema fluvial del Río Soto La Marina, ocupando manantiales, zonas panta-
Pareja de Xiphophorus xiphidium. ©Carlos Díez nosas, lagunas, acequias y similares, frecuentemente junto a manchas de vegetación palustre. En este tipo de ambientes, pero ocupando otros nichos ecológicos, encontramos además diversos tetras como algunos del género Astyanax, cíclidos como algunos de los antiguamente reunidos en el género Cichlasoma, además de otros poecílidos y algún silúrido. Debido a su variabilidad cromática, al limitado éxito reproductivo en acuarios con esta especie, y a la escasez de capturas y/o exportaciones de esa especie desde Tamaulipas; según los patrones de color, especialmente en sus pedúnculos caudales, puede determinarse su origen, manteniéndose principalmente los siguientes fenotipos: - Twin-spot: capturados originalmente en 1978 en el Río Purificación por Dr. Radda. - One spot: población recogida por Radda en 1979 en el Río Santa Engracia. - Crescent: posibles híbridos naturales, capturados en 1995 en Soto la Marina (Dr. Schartl). Autores como Derek Lambert (Platies and Swordtails: An Aquarist’s Handbook, 1995), nos hablan de estas relaciones entre patrones caudales de color y población de origen, aunque en la naturaleza pueden encontrarse muchos patrones diferentes en cada lugar en el que se encuentra la especie. Al respecto se dice que, al sacar del agua un salabre, este fácilmente contendrá varios fenotipos diferentes. El motivo por el que puede conocerse su origen si nos fijamos en los patrones, deriva, como casi siempre, de la mano humana, ya que todo criador, ya sea más o menos avanzado, tiene sus preferencias, seleccionando con mayor o menor voluntariedad unas características u otras que con el paso de las generaciones acaban “fijándose” en las líneas de cría. Este fenómeno tiene lugar constantemente en nuestra afición (¡más aun en el mundo de los vivíparos!), y cuanto más variable es la apariencia de una especie en su origen, más determinantes para el aspecto son las preferencias del criador, si además se trata de especies poco mantenidas en cautividad, podemos acabar teniendo en nuestros acuarios peces muy diferentes a sus ancestros capturados en libertad.
MANTENIMIENTO
Xiphophorus xiphidium no es una especie de las que son criadas en grandes granjas y transportadas por medio mundo pudiendo lle-
gar, con los mínimos cuidados durante sus periplos, sanas y salvas a cualquier hogar, prosperando después allí sin problemas. Esto nos da pistas sobre los requisitos para su mantenimiento No, este no es uno de los vivíparos ornamentales de las tiendas, este es un pez para el acuarista más paciente, el del ojo ya más entrenado. Si pretendemos mantener esta especie debemos tener en cuenta, ante todo, que temperaturas de 25°C y superiores son muy dañinas para su salud, acortando gravemente su longevidad y propiciando la aparición y veloz desarrollo de todo tipo de afecciones. Una temperatura de alrededor de 20 grados, y un agua dura de pH de
entre 7.2 y 8.2 es fundamental. Esta especie por lo tanto no debe ser mantenida con calentador, y mucho menos en nuestras latitudes. Con ellos, los equipos de oxigenación y filtración pueden ser de cierta utilidad en ocasiones, aunque no obligatorios si se cuida la calidad del agua como corresponde. Sí favorece el bienestar y cría de la especie, la abundante presencia de plantas en todos los niveles del acuario, que ofrecerán refugio y presencia de alimento, tanto a adultos como a alevines, estos últimos pasan la mayor parte del tiempo ocupados en la búsqueda de microorganismos. A pesar de su carácter pacífico, debemos tratar de mantener esta especie en acuarios específicos, ya que de esta manera será más fácil satisfacer las necesidades de este pequeño pez. Puede ser factible alguna combinación con otras especies como se detallará más adelante, cuando hablemos de la reproducción. En cuanto a las relaciones entre coespecíficos, destaca la energía y territorialidad del macho dominante, que podrá perseguir a sus contrincantes casi sin descanso. Por ello, lo más adecuado es mantener, uno (opción que limitaría más la diversidad genética), o varios machos; nunca solo dos o tres. En el resto de individuos, tanto machos como hembras, veremos enfrentamientos con los que, mediante despliegues de aletas, diversos movimientos, cambios de color y reyertas, intentan intimidar y miden sus fuerzas con el fin de escalar en la jerarquía de dominancia. Por último, cabe destacar la insistencia con la que los machos cortejan y persiguen a las hembras, motivo por el que les mantenemos siempre en ratios equilibrados o con mayor nú- mero de hembras, nunca inferior. El mantenimiento con otras especies del género se desaconseja, como forma de prevenir hibridaciones. Estas combinaciones, a pesar de ser usuales en acuarios con xipho y platy ornamental, deben evitarse a toda costa al mantener las especies menos frecuentes, que además en muchos casos no podrían competir ni permanecer sanos si fueran mantenidos junto a ejemplares ornamentales. Mantenerlos en estanques al exterior es más que recomendable, al menos en algunas zonas de la península y en las épocas que, por clima, sea posible. Más adelante hablaremos de ello en el apartado de Reproducción.
ALIMENTACIÓN
Más exigente que las especies de Xiphophorus comúnmente mantenidas en acuarios, el X. xiphidium puede no obstante, aceptar incluso comidas liofilizadas, pero para su reproducción y mantenimiento a largo plazo requiere un suministro constante de alimento de mayor calidad, vivo o congelado. Por su perfil nutricional, son especialmente indicadas las larvas de mosquito negras de los géneros Culex y Aedes.
Para mantener peces de origen salvaje en el género Xiphophorus, se suele recomendar el suministro de verduras y algas para su alimentación, aunque personalmente no he podido constatar que esta práctica merezca especial consideración en el caso de la especie que nos ocupa.
REPRODUCCIÓN
Como la mayoría de los miembros de la familia Ruby-throat, fenotipo desarrollado por el autor. ©Carlos Díez Poecilidae y como es el caso de todas las espe- esta especie junto con alguna otra de la misma familia pero diferencies del género Xiphophorus, X. xiphidium es un pez ovovivíparo, te género, y de talla, vitalidad y requerimientos similares. Pequeñas naciendo directamente de la hembra, los alevines ya muy desa- especies de Poecilia, Priapichthys, Phalloceros, pueden ser recomenrrollados, capaces de escapar de peligros y encontrar alimento. dables para poner en práctica este método. Este tipo de combinaEn esta especie encontramos partos frecuentemente irregulares, en ciones se utilizan a veces con el fin de que los X. xiphidium adultos ciclos variables, pero de alrededor de un mes. Tratándose de hem- se acostumbren a ver alevines de las otras especies y así acaben igbras adultas no primerizas, podemos esperar unos 20 o 30 alevi- norando a los a los suyos propios, al menos en la medida suficiente nes cada vez. La dificultad principal para la cría de esta especie está como para que alguno tenga alguna oportunidad. relacionada con la gran voracidad y la eficacia de los adultos a la hora La utilización de parideras no es aconsejable con esta especie ni con de encontrar y engullir a sus pequeños. No es problema pequeño, y la mayoría de poecílidos no ornamentales o comerciales, el estrés prueba de ello es que, acuaristas experimentados no han consegui- que provoca en las hembras este tipo de inventos puede conllevar do salvar este obstáculo. Hay quien aconseja el método de mantener
fácilmente problemas de salud, además de abortos o partos demasiado tardíos (alevines ya muertos al nacer o demasiado débiles). En mi experiencia, los mejores resultados han sido obtenidos siempre gracias al suministro constante de alimento vivo. En acuarios, con una buena cobertura vegetal y mucha atención a la hora de poner a salvo a los nuevos alevines en otros acuarios con las mismas condiciones de agua. Igualmente, se procede en estanques, también con gran cantidad de plantas de hoja fina y flotantes, y una gran cantidad de larvas de mosquito y Daphnia que se suministrara periódicamente. Bajo estas condiciones los alevines pueden desarrollarse fácilmente junto a los adultos. En el caso del mantenimiento en estanques, como suele pasar con este tipo de peces, al recibir luz solar, alimento natural constante y contar con una oscilación térmica que muchas veces les gusta, los X. xiphidium se muestran con sus mejores libreas, pletóricos de salud. Hablando de reproducción, cabe destacar la belleza y originalidad del cortejo en esta especie. Y es que cada especie dentro del género Xiphophorus cuenta con sus movimientos y danzas de cortejo especificas, siendo, triste y probablemente, de los más simples, aquellos rituales de cortejo llevados a cabo por los peces ornamentales que todos conocemos. El macho dominante de X. xiphidium, tan paciente como enérgico, llega a bailar de forma que acaricia repetidamente, con el extremo de su aleta caudal, las mandíbulas de la hembra, que permanece inmóvil, deslumbrándola al mismo tiempo con los brillos azules de sus flancos. Un espectáculo digno de ver.
CONCLUSIONES
Xiphophorus xiphidium, es una de esas especies que sin duda merecen más atención. Difíciles de conseguir y exigentes en algunos aspectos, nos recompensan con creces con su belleza, energía y bailes sin fin.
BIBLIOGRAFÍA
Dr. Myron Gordon going on expedition. Aquatic Life 15: 287–288 (1932). Lambert, Derek; Lambert, Pat: Platies and Swordtails: An Aquarist’s Handbook. Aquarist handbook series (1995). Donn E. Rosen: Middle American poeciliid fishes of the genus Xiphophorus.Bull. Fla. St. Mus. Biol. Sci. 5 (4): 57 – 242.
Carlos Díez
Heredó de su padre la afición junto con media docena de acuarios que pronto se multiplicarían y serían acompañados por estanques. A la temprana edad de 10 años ya había conseguido reproducir con éxito algunas especies entre las que destacan carácidos como el tetra neón, diversos killis, poecílidos y ciprínidos. Más adelante se centraría en el mantenimiento y reproducción de especies poco frecuentes. Ha formado y forma parte de diferentes asociaciones dedicadas al acuarismo. Actualmente forma parte de la directiva del Spain Betta Club. Tiene su propio canal de YouTube (“Carlos Díez”), en el que comparte vídeos de algunas de sus líneas de cría y de especies poco comunes.