La Federación de Desarrollo Empresarial y Comercial de Canarias (Fedeco Canarias) presentó el pasado viernes el “Informe sobre Economía Sumergida en Canarias” realizando una radiografía lo más acertada posible “con el ánimo de procurar que todos esos fondos reviertan en la sociedad y no en el bolsillo de algunos siendo conscientes de las dificultades que en muchas ocasiones cuesta cumplir con las exigencias fiscales”, según Antonio Luis González Núñez, presidente de Fedeco. La Economía sumergida posee importantes diferencias en función de las discrepancias de las estructuras productivas de las diferentes regiones de las que se compone España. En este sentido, en los dos archipiélagos españoles, el balear y el canario, y, en especial, en este último, la estructura económica se sustenta en gran medida en la actividad turística, ya que frente a un peso del turismo a nivel nacional en el año 2018 del 12% en Canarias este peso en el mismo periodo se elevó hasta el 35%. Esta elevada terciarización económica basada en el turismo se suele conocer como monocultivo turístico. Esta demanda turística aglutina a un conglomerado de actividades de muy diversa naturaleza, siendo las principales: la restauración, el transporte y las agencias de viajes; aunque cuenta con multitud de productos no estrictamente turísticos. Asimismo, según nos señala Schneider, el hecho de que, en bares, restaurantes u otros establecimientos conexos se suela pagar en metálico, propiciaría la economía sumergida.