Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 2
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Capitalismo y descampesinizaci贸n en el Suroeste dominicano
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 3
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Esta publicaci贸n ha sido posible gracias al apoyo de la Direcci贸n General de Aduanas
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 4
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Archivo General de la Naci贸n Volumen LXXXI
Angel Moreta
Capitalismo y descampesinizaci贸n en el Suroeste dominicano
Santo Domingo 2009
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 5
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Archivo General de la Nación, volumen LXXXI Título: Capitalismo y descampesinización en el Suroeste dominicano Autor: Angel Moreta
Departamento de Investigación y Divulgación Directora: Reina C. Rosario Fernández
Edición y cuidado: Lillibel N. Blanco Fernández Diagramación: Raymer A. Domínguez M. Diseño de cubierta: Raymer A. Domínguez M. y Karol González Snochowski Fotos de cubierta: «Zona del valle de SJM» y «Cultivo de arroz con tracción animal». (Angel Moreta)
© Ediciones del Archivo General de la Nación, 2009
Archivo General de la Nación Calle Modesto Díaz 2 Ciudad Universitaria Santo Domingo, Distrito Nacional Tel. 809 362-1111, Fax. 809 362-1110 www.agn.gov.do
ISBN: 978-9945-020-65-6
Impresión: Editora Búho, C. por A. Impreso en República Dominicana Printed in Dominican Republic
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 6
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Y que naide escupa sangre pa’ que otro viva mejor. Atahualpa Yupanqui
La dialéctica de Marx es método de investigación de relaciones sociales, relaciones de producción; no de análisis de documentos. León Trotsky
–7–
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 7
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 8
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Agradecimientos
A Luisa Díaz Nin, quien fuera mi compañera, por su significativa ayuda, solidaridad y desprendimiento; sin ella no hubiese sido posible este trabajo. Mi admiración y respeto por su grandeza de espíritu. A Raymundo González, verdadero «comandante de trabajadores y trabajadoras» del Archivo General de la Nación (AGN), quien a través de su sensibilidad, apertura y dotes intelectuales ha dado mucho al país. A Lillibel Blanco, editora junior del AGN, por su interés profesional en los trabajos que le asignan, su cortesía, inteligencia, educación y capacidad técnica. Sin su ayuda este trabajo no hubiese sido editado. A Lusitania Martínez por el estímulo que representó para mí que el presente trabajo le fuera últil para su investigación sobre Plama Sola. Angel Moreta
–9–
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 9
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 10
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Contenido
Introducción / 13 I.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana / 19
II.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan de la Maguana / 45
III. Apropiación terrateniente de los medios de producción en la agricultura / 69 IV.
Intensificación del capitalismo agrario / 91
V.
Procesos de descampesinización (1950-1970) / 121
VI. Las relaciones de producción en la microformación social regional / 141 VII. El campesinado en su relación con el capitalismo (¿Desaparición del campesinado mercantil en la microformación social regional?) / 181 Conclusión / 227 Bibliografía general / 231 Apéndice 1. El campesinado del Suroeste en la década del 20 / 239 Apéndice 2. El caudillismo regional / 251
– 11 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 11
21/05/2009 12:05:12 p.m.
12
Angel Moreta
Apéndice 3. Materiales históricos previos e ideas para la investigación de las clases sociales en las estructuras agrarias del Suroeste (SJM). Aspectos técnicos y metodológicos / 259 Apéndice 4. Proletarización rural, capitalismo y clases sociales en el Suroeste (SJM). (Tendencias e hipótesis) / 309 Apéndice 5. Artículos publicados en el periódico local El Cable (1925 y 1935), por el escritor regionalista Manuel de Jesús Rodríguez Varona (1873-1956) / 345 Índice de cuadros / 355 Índice de ilustraciones / 359 Índice onomástico / 361
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 12
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Introducción
El presente trabajo pretende organizar los elementos históricos que hacen posible la explicación del proceso de establecimiento del capita lismo en la agricultura de la región Suroeste, específicamente del valle de San Juan de la Maguana, desde fines del siglo xix hasta la confi guración de las actuales relaciones sociales. El intento permite una visión general de dicho proceso y de los procesos más específicos de diferenciación que sufrió el campesinado de la región en el siglo xx, la que ha estado dedicada principal mente a la producción de mercancías agrícolas para el mercado interno. Se trata de un esfuerzo de reconstrucción histórica y sociológi ca, que comienza con los efectos del cap ital comercial, que es la forma primitiva del capital,1 hasta las formas agrocomerciales actuales, esfuerzo a veces somero en ciertos aspectos, con base en un trabajo de campo directo, que proporcionó, mediante fuentes de historia oral, hilos conductores específicos e importantes para dicha reconstrucción. En su globalidad, el intento es importante en nuestro país, si to mamos en cuenta la inexistencia del trabajo de campo en las ciencias 1 «Históricamente, el capital, en su enfrentamiento con la propiedad de la tierra, se presenta en un comienzo y en todas partes bajo la forma de dinero, como patrimonio dinerario, capital comercial y capital usurario. Sin embargo, no hace falta echar una ojeada retrospectiva a la protohistoria del capital para reconocer en el dinero su primera forma de manifestación.» (Karl Marx, El Capital, libro 1, sección tercera, México, Siglo XXI, 1982, pp. 179-180.)
– 13 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 13
21/05/2009 12:05:12 p.m.
14
Angel Moreta
sociales en República Dominica, todavía escasamente desarrolladas e institucionalizadas.2 En realidad, este trabajo es el primero de tres partes del plan global que nos trazamos, las otras dos partes son: el estudio de la relación campesinado y capitalismo en la actualidad, y el de la fuerza de tra bajo agrícola en condiciones de proletarización y semiproletarización, con lo cual tendremos una visión de conjunto de la región, la que tratamos como microformación social regional por sus características socioeconómicas específicas.3 A diferencia de otras regiones del país, en el valle de San Juan de la Maguana para 1920 no se puede hablar de subsunción for mal del trabajo en el capital, ni por tanto, de la producción de plusvalor absoluto, porque el escenario estaba dominado por el ca pital comercial, que es la forma primitiva de la relación capitalista como dominante. El capital comercial, al igual que el usurario,4 corresponde a situaciones en las cuales «el capital ya aparece des empeñando determinadas funciones subordinadas, pero no en su función dominante, determinante de la forma social general, en su condición de comprador directo y apropiador directo del proceso de producción».5 La relación capitalista moderna, que se inicia como subsunción formal, se ha desarrollado, hasta cierto punto, 2 Dicha inexistencia casi total no ha permitido el conocimiento de procesos concretos de la formación social ni del descubrimiento de la problemática de la formación regional, como en otros países, por ejemplo, México y Brasil. Véase el trabajo de Héctor Díaz Polanco: Agricultura y sociedad en El Bajío, México, 1984, p. 8. 3 Sobre el concepto que proponemos de microformación social regional, véase el capítulo 4 de este trabajo. Sus características socioeconómicas son, entre otras: 1) región muy occidental distante del centro del país; 2) incorporación tardía al mercado mundial; 3) formación tardía del mercado de trabajo; 4) predominio de comerciantes extranjeros, que sustituyen a los hateros de fines de siglo xix; 5) elites locales dominantes tradicionales muy cerradas en virtud del aislamiento del centro del país; 6) un campesinado tardíamente diferenciado, ideológicamente muy atrasado y con formas culturales reflejantes de ese distanciamiento; 7) ejercicio de un poder económico, político y social ligado a la iglesia, la región, el caudillismo, el espíritu de elite, el dominio directo de masas de hombres y mujeres en base a la tradición política, el patrimonialismo, etc. Véase nuestro análisis puramente económico de las relaciones de producción observadas en la microformación social regional. 4 K. Marx, El Capital, capítulo VI, p. 58. Véase el capítulo II del presente trabajo. 5 K. Marx, El Capital, capítulo VI, p. 58
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 14
21/05/2009 12:05:12 p.m.
Introducción
15
a partir de esa forma, «que aquí y allá sigue constituyendo aún la fase de transición hacia la relación capitalista propiamente dicha».6 Cuando en la región del valle de San Juan de la Maguana, con el avance de la economía mercantil, se desarrolla la división del trabajo agrícola regional entre procesamiento y producción agrícola, y surgen las factorías agroprocesadoras, las agroindustrias y la producción agrícola capitalista, se puede hablar de subsunción formal del trabajo en el capital y, por tanto, de la producción del plusvalor absoluto. Los campesinos mercantiles son sometidos por agroprocesadores (factorías y agroindustrias) y los obreros agrícolas proletarios y semiproletarios por el capitalismo agrario. Este proceso comienza a desplegarse a fines de 1940, cuando la especialización productiva empieza a cobrar auge, centrada en la producción de arroz y maní (y mucho antes habichuela y maíz). Hacia 1970, la región del valle de San Juan de la Maguana puede considerarse ya una zona productora especializada en este tipo de alimentos para el mercado interno, con una división del trabajo consolidada entre agricultura y procesamiento industrial ligado a ella, un mercado de trabajo agrícola y la presencia de un ca pitalismo agrario.7 El sometimiento de la fuerza de trabajo campesina al mercado de bienes, dinero y trabajo, en sentido general; el sometimiento de la fuer za de trabajo obrera, proletaria y semiproletaria, al capital agrario y de factorías, muestra que latu sensu opera en la región a partir de este período señalado la lógica de valorización del sistema y por ello la subsunción formal d el trabajo al capital.8 El hecho más destacado aquí es la subsunción de las economías mercantiles campesinas al capital que opera en factorías arroceras y en agroindustrias recolectoras de maní para la elaboración industrial de grasas vegetales, como Industrias Lavador y la Sociedad Indus trial Dominicana (La Manicera), y el surgimiento de un mercado de trabajo en la agricultura al que acuden miles de jornaleros y echa días 6 K. Marx, El Capital, capítulo VI. 7 A propósito de este concepto, véase Vladimir Lenin, El desarrollo del capitalis mo en Rusia, capítulo I, Barcelona, 1974. 8 K. Marx, El Capital, capítulo IV; véanse los capítulos VI y VII de este trabajo. Véase K. Marx, Capítulo VI inédito de El Capital, México, 1978.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 15
21/05/2009 12:05:12 p.m.
16
Angel Moreta
desprovistos de medios de producción, gran parte de ellos en condicio nes de semiproletarización.9 En el presente trabajo hablamos, con respecto al campesinado de la región, de dos procesos de diferenciación socioeconómica. El primero a principios del siglo xx, cuando intercambian con el capital comercial; y el segundo, hacia los años 40, cuando dicha relación se establece con el capital de factorías y agroindustrias.10 Hacia el 1900 se instalan comerciantes extranjeros en el medio ur bano del valle de San Juan de la Maguana, de nacionalidad árabe e italiana, y algunos de descendencia española o directamente españoles y puertorriqueños, que establecen negocios y almacenes, traen géneros de las zonas donde hay puertos (Azua, Barahona y la capital del país, que funciona como centro distante), esto es, telas, enseres diversos, combustible para alumbrar, lámparas de gas, espuelas de caballos, cu chillos, platos, machetes, etc. e intercambian con los campesinos. Hacia los años 1910-1920 formalizan estos comerciantes una red mercantil, descrita someramente en el capítulo II, con la zona rural a través de compradores agentes comerciales, que adquieren productos agrícolas alimenticios y los traen a la ciudad mediante recuas,11 pro ductos que eran sacados ya como mercancías agrícolas hacia fuera del valle por los comerciantes urbanos, los cuales tenían verdaderos centros de acopio.12 Ya para 1918 comenzaban los comerciantes a sustituir las recuas de animales y los recueros que viajaban a Azua y Barahona, y en sanchar el intercambio introduciendo vehículos de motor, en un valle distante hacia el occidente del país. Los primeros vehículos de carga con motor de combustión interna fueron llevados al valle por estos comerciantes en 1918, y hacia los 9 K. Marx, El Capital, capítulo VI. 10 Véanse los capítulos VI y VII del presente trabajo. 11 En el capítulo II describimos la red mercantil y en el III presentamos los medios de producción que ya en 1915 habían logrado adquirir los comerciantes. Véase el cuadro ‘‘Comerciantes extranjeros propietarios de tierras en el valle de San Juan de la Maguana (1900-1920). Red mercantil con el campesinado’’. Este cuadro fue construido con los datos que brinda El Libro Azul de Santo Domingo, publicado en 1920 en los Estados Unidos, y en 1976 en República Dominicana por la UASD, con presentación de Roberto Cassá. 12 En las fotos que incluye El Libro Azul de Santo Domingo se destaca el dato interesante de cómo ocupaban un mismo espacio la tienda de géneros (para ventas) y el almacén de acopio de habichuelas y otros productos comprados a los campesinos.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 16
21/05/2009 12:05:13 p.m.
Introducción
17
años 1920-1925 eran propietarios de grandes extensiones, dedicadas a la ganadería, mediante procesos de apropiación referidos en el capí tulo IV. El poder político y económico adquirido para ese período les permite francamente forcejear con el ingenio Barahona por los dere chos de utilizar las aguas del río Yaque del Sur.13 Estas unidades de ganadería fueron transitorias, pues tan pronto comienza el cultivo de arroz en el valle, después de 1930, cambian los propietarios el uso del suelo y lo destinan principalmente, y sobre todo en sus zonas irrigadas, al cultivo de dicho producto, que despuntaba entonces como mercancía agrícola importante para el mercado interno. Dicho cultivo ya se había consolidado en otras regiones, e incluso se cultivaba desde fines del siglo xix en el Cibao, según comentarios de Pedro Francisco Bonó.14 Hacia el 1950 el valle de San Juan de la Maguana entra en pro cesos de especialización productiva y los comerciantes-terratenientes desarrollan las factorías agroprocesadoras, dando lugar a nuevos pro cesos que son expuestos someramente en el capítulo VII. En este último, nuestro trabajo presenta algunos elementos preli minares de la relación campesinado y capitalismo en la región, con lo cual queda abordado lo más concreto de nuestra exposición, y se se ñalan las clases y capas sociales ligadas a la agricultura de la región, aunque en forma todavía hipotética y embrionaria.15
13 Polémica importante vehiculada en el periódico local El Cable, dirigido por E. O. Garrido Puello, escritor, miembro de la elite local y relacionado con los caudillos en los años 1910-1920. Véase el apéndice IV, el cual recoge algunos artículos del escritor regionalista, prácticamente desconocido, Manuel de Jesús Rodríguez Varona, quien escribió varios materiales en el periódico semanario local El Cable y en el Listín Diario, actualmente recogidos en su totalidad en dos volúmenes, con notas, presentación, estudio introductorio, edición e ilustraciones de Angel Moreta, autor de este trabajo. 14 Emilio Rodríguez Demorizi, Papeles de Pedro Fco. Bonó, Santo Domingo, 1964. Véase el texto de Alejandro Angulo Guridi, incluido en dicha obra, en el cual polemiza con Pedro Fco. Bonó (p. 100 y ss.). 15 También este análisis se hace en forma somera, tomando en cuenta que corresponde propiamente a la segunda parte de nuestro plan global; por ello, cantidad considerable de datos empíricos quedan fuera de esta exposición. El objeto de esta primera parte es únicamente la explicación sociológica e histórica del establecimiento del capitalismo en dicha región.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 17
21/05/2009 12:05:13 p.m.
Angel Moreta
Ilustraci贸n 1. Ubicaci贸n de la regi贸n Suroeste
18
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 18
21/05/2009 12:05:13 p.m.
I. La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana Ubicación de la región. Generalidades La región Suroeste está formada por siete provincias: Azua, Barahona, Independencia, Pedernales, San Juan de la Maguana, Elías Piña y Bahoruco. Tiene un área de gran tamaño, unos 14,500 kilómetros cuadrados, o sea, el 30% del territorio nacional. Su población para el año 1978 alcanzaba a casi 700,000 personas, el 13% del total del país. Su densidad de población es de 38 habitantes por kilómetro cuadrado, más baja que la densidad promedio del país que es de alrededor de 100 kilómetros cuadrados. Al norte tiene las estribaciones del macizo central; hacia el sur, las costas del mar Caribe; hacia el oeste, la frontera dominico-haitiana; hacia el este, la provincia Peravia. Los ríos principales de la región nacen en la Cordillera Central; entre ellos está el Yaque del Sur, que recorre 200 kilómetros y muere en la Bahía de Neiba después de aumentar su volumen con el río San Juan. Es uno de los ríos más montañosos del país, el que nace a mayor altura, el más importante de la costa sur y uno de los cuatro más importantes de la isla. Sirve de límite provincial parcial entre Barahona-Bahoruco y Azua-San Juan de la Maguana. El río San Juan es el afluente principal del Yaque. Nace al noreste del Pico Duarte y pasa por La Maguana y San Juan, mojando el valle y reuniéndose al Yaque antes de Villarpando. – 19 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 19
21/05/2009 12:05:13 p.m.
20
Angel Moreta
La región Suroeste tiene una variedad de microclimas, con diferencias notables de precipitación y altitud; gracias a éstos, los campesinos pequeños cultivan una gran variedad de cosechas: café en las áreas elevadas, plátanos en las planicies donde hay agua de riego, habichuelas, guandul, tubérculos en todas partes. También se cultiva arroz y caña de azúcar en las fincas más grandes en forma empresarial, básicamente. La región tiene un bosque xerofítico tropical seco donde tienen sus hábitats núcleos dispersos, pero importantes, de campesinos pobres que encuentran su base económica familiar en actividades como la agricultura de tala y quema, la crianza de caprinos y la producción de carbón vegetal. Los recursos naturales de esta región tropical están siendo agotados debido a la histórica tala de árboles para explotar el carbón, la destrucción del bosque xerofítico, la salinización de los suelos y la desertificación. Muchas de estas actividades pueden atribuirse al campesinado, para la reproducción de su economía familiar, exageradamente precaria, pero también a empresarios capitalistas madereros que devastan el bosque tropical seco. La región Suroeste es una de las más pobres del país y su sector agrario es poco desarrollado en el sentido «moderno» capitalista. Su producto per cápita regional sólo alcanza los 400 pesos anuales, lo que representa apenas el 45% del promedio existente en el país para los años 1977 y 1978. La distribución del ingreso es marcadamente desigual, apenas el 25%, aproximadamente, de la población económica activa, que se gún el VI Censo Nacional de Población, era de más de 135,000 personas, tenía ingresos por encima de los 125 pesos mensua les; el restante 75% percibía ingresos menores.1 Para la fecha de dicho censo, 1970, más de 88,000 habitantes de la región, o sea, el 65.6% de la Población 1 Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN), Plandes 24, Región Suroeste, Santo Domingo, 1976; VI Censo Nacional de Población, tomo III, Santo Domingo, 1971; Secretaría de Estado de Agricultura (SEA), Medio ambiente y recursos naturales, Santo Domingo, 1978; Santiago de la Fuente, Geografía dominicana, Santo Domingo, 1982.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 20
21/05/2009 12:05:13 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
21
Económicamente Activa (PEA), se ocupaban en las actividades de agricultura, caza, silvicultura y pesca, La industria manufacturera apenas absorbían 9,500 personas, igual al 7.3% de la misma. Esto ilustra una tendencia, que todavía se mantiene, a un limitado crecimiento de las actividades manufactureras, las cuales no tienen una gravitación significativa en la región, pues en ella sólo se localiza un 4% de los establecimientos industriales del país. Según datos del Plandes 24, Región Suroeste, de la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN), las industrias clasificadas de acuerdo a la Ley 299 de Incentivo Industrial en el período 1968-1978, alcanzaron a sólo 9 establecimientos, con una inversión en capital productivo de 5.7 millones de pesos, suma que representa apenas el 2% de la inversión desembolsada en estímulo a dicha ley, que ascendió a más de 336 millones de pesos en el período antes mencionado. De igual modo, los préstamos del Fondo de Inversiones para el Desarrollo Económico (FIDE), entre mayo de 1966 y diciembre de 1978, es decir, en un período de 12 años, ascendieron a 171 millones en todo el país, tocando a la región apenas 9 millones 260 mil pesos, que equivale al 5.4%. Y de los préstamos del Banco Agrícola, que sumaron casi 112 millones de pesos, fueron a la región apenas 14.6 millones, aproximadamente el 13%. Lo mismo ocurre con los préstamos de los bancos comerciales. Otras regiones del país, como el Centro Sur y el Cibao, por ejemplo, captan el grueso del capital productivo y de las inversiones que se realizan al amparo de la Ley de Incentivo Industrial. Esta tendencia se acentuó en el período 1976-1978, en el cual solamente se «clasificaron» dos industrias en la región Suroeste. La región cuenta con apenas algunas agroindustrias (a excepción del azúcar, en Barahona), las cuales no transforman el producto agrícola en la misma, sino que lo trasladan a la capital como materia prima, casos como el maíz, el maní y el tomate. El mayor volumen de la producción agraria sale hacia fuera de la región, mayormente hacia la capital, que consume entre el 30 y el 40% de la producción nacional de este tipo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 21
21/05/2009 12:05:13 p.m.
22
Angel Moreta
Al no tener sector de industria, los bienes manufacturados de subsistencia provienen de la capital, incluyendo algunos que salen como materia prima: grasas vegetales, pastas, harinas, tejidos, etc. con excepción de la leche, la cual, al menos en San Juan de la Maguana, se obtiene en la zona debido a la presencia de cierta ganadería. Esta región para 1983 cubre el área más pobre del país, con los índices más elevados de desnutrición (58%), de mortalidad infantil (118 por 1,000), el número más elevado de iletrados (42%), insuficiencias agudas en disponibilidad de agua potable (152 mil, de 2.5 millones de habitantes), vivienda y recursos de salud (6,065 personas por cada médico, cuando el promedio nacional es de 3.93). Según informe sobre la situación de la vivienda en 1983,2 las zonas rurales de la región Sur-Suroeste son las que presentan las condiciones más lastimosas, incluyendo la región Este del país, en las cuales el 80% de las viviendas presentan las siguientes características: piso de tierra, sin acceso a agua corriente y utilización de letrina colectiva o ninguna letrina. Hay por encima de 109 mil viviendas en esas condiciones, lo que implica una población de alrededor de medio millón de habitantes viviendo en condiciones de extrema insalubridad. «Sólo la letrinización y el encementado de los pisos de esas viviendas significaría una reducción drástica de la tasa de mortalidad, principalmente de los niños menores de 1 año.»3 Los datos más recientes que existen sobre la desnutrición en el país se derivan de una encuesta realizada en 1983 (por la Secretaría de Estado de Salud Pública y Cáritas Dominicana), que abarcó una muestra de casi 13 mil niños menores de seis años en distintas regiones. Según dicha investigación, los niños desnutridos en esa edad representan, proporcionalmente, alrededor del 72%, siendo particularmente más grave el problema en la región Suroeste, donde 2 ONAPLAN, Informe sobre la situación de la vivienda rural en República Dominicana, Santo Domingo, 1966. 3 Pablo Tactuk, «Un comentario al informe sobre la situación de la vivienda», El Nuevo Diario, 26-12-83; O. Vásquez Perdomo, «Situación nutricional en la región Suroeste», La Noticia, 7-11-82.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 22
21/05/2009 12:05:13 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
23
la desnutrición de tercer grado afecta al 6% de la población de infantes encuestados.4 En los distintos informes oficiales y no oficiales que se han presentado sobre la realidad social del país en sus aspectos sectoriales, se destaca siempre la región Suroeste como la más deprimida, particularmente sus zonas rurales en comparación con las de otras regiones, como la Norte y la Central-Sur, las cuales, según el Informe sobre la situación de la vivienda en República Dominicana, 1966, tienen condiciones relativamente mejores. Históricamente, como se verá, la región ha mantenido un aislamiento del centro del país, por la dificultad de las vías de comunicación terrestre: hasta 1930 no existió carretera que comunicara a Azua con San Juan de la Maguana, y todavía en la actualidad no cuenta con una vía de comunicación importante. La región no desarrolló una base económica propia, a diferencia de otras, como la Norte, que les permitiese subsistir adecuadamente y mantener una coherencia como región. Existen pocos agentes económicos endógenos que dinamicen la región; el insuficiente desarrollo de la industria del Suroeste se explica en parte por la dependencia de las áreas más desarrolladas del país, situación desfavorable en factores de localiza ción como transporte, energía, servicios financie ros, mercados, etc.5 El sector agrícola de la región Suroeste es poco desarrollado en el sentido capitalista, pese a que, según estimados que se han hecho en documentos oficiales, «tiene el potencial de convertirse en la frontera agrícola principal de la República Dominicana», dado el hecho de que apenas el 27% del área de la región se encuentra distribuida en fincas. Una gran cantidad de tierra aún pertenece al Estado o a comunidades.6 De más de 25 millones de
4 O. Vásquez, «Situación nutricional». 5 ONAPLAN, Informe sobre la situación de la vivienda. 6 SEA, Medio ambiente; ONAPLAN, Informe sobre la situación de la vivienda.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 23
21/05/2009 12:05:13 p.m.
24
Angel Moreta
tareas7 cultivadas en todo el país, 2 millones 700 mil, el 10.8%, pertenecían a la región. Y una población agrícola activa de casi 90 mil personas, el 17.7% de la PEA agrícola del país, tocaba a 31.5 tareas de tierras cultivadas por persona, mientras a nivel nacional, para la misma fecha, 1970, una PEA agrícola de 502,191 personas tocaban a 51.6 tareas por habitante. Existe un sector avanzado en la agricultura del Sur-Suroeste, cuyas actividades van dirigidas a la exportación, básicamente el azúcar. Opera a escalas de producción relativamente elevadas, utiliza tecnologías modernas con niveles de productividad sobre el promedio de la región. Aquí habría que incluir los cultivos de arroz del valle de San Juan de la Maguana, hacia el occidente de la región, cuya producción y actividades van dirigidas al mercado interior de bienes de subsistencia, sector éste que, en su aspecto más «moderno», tiene altos niveles de inversión en capital productivo (tecnología, etc.). Se utiliza estacionalmente una fuerza laboral barata para tareas de siembra, cosecha y recolec ción, y los déficits temporales de mano de obra se resuelven parcialmente en los cultivos de exportación, mediante la utilización de campesinos semiproletarios y jornaleros haitianos. La actividad productiva azucarera vinculada a la exportación, hacia el extremo sur, cuenta desde fines del siglo pasado e inicios del xx, cuando los más de 100 trapiches abrieron paso a los 4 ingenios que quedaron como fábricas de azúcar en Azua y Barahona, con un central azucarero de gran importancia para esa zona, receptor de la caña de azúcar que proviene de un área agrícola de más de 191 mil tareas. La zona es la de mayor rendimiento en toneladas de caña por hectárea, con un promedio de casi 90.0, cuando el promedio nacional es de 53.5 toneladas. Hacia este extremo sur de la región existen también actividades minero-extractivas que explotan bauxita, sal y yeso en forma primaria y se comportan como enclaves que generan un número reducido de empleos estables y concentran tecnología importada. La bauxita constituyó en 1973 el 43.3% de las exportaciones que hizo el país en dicho año.8 7 1 tarea = 629 m2 (aprox.); 1 hectárea = 15.9 tareas (aprox.). 8 S. de la Fuente, Geografía, p. 130; ONAPLAN, Informe sobre la situación de la vivienda.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 24
21/05/2009 12:05:14 p.m.
25
Ilustración 2. División política de la República Dominicana, 1983
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 25
21/05/2009 12:05:14 p.m.
26
Angel Moreta
La región, en consecuencia, hacia dicho extremo sur, produce bienes para el mercado externo (azúcar y café) y para consumo interno; y hacia su parte más occidental, que abarca el valle de San Juan de la Maguana y su coetáneo, el valle de Azua, produce bienes agrícolas para el mercado interior (arroz y habichuela principalmente, víveres, maíz, maní y tomate industrial). De un total nacional de 1.4 millones de tareas arroceras, el Suroeste tenía 179,000, es decir, más del 12% en 1977. De habichuela roja cultivaba 503,763 tareas, de un total para todo el país de 694,388, o sea, el 72.5%, para ese mismo año.9 Igualmente en el cultivo del guandul (47%). En otros cultivos, incluyendo el arroz, la superficie sembrada es relativamente pequeña, comparada con el total nacional, es decir, apenas el 16%. La región tiene una estructura básicamente agrícola en la cual coexisten unidades empresariales y economías campesinas numéricamente mayoritarias. Las primeras se vinculan a la producción de caña de azúcar, arroz, habichuela, al agroprocesamiento industrial del tomate, al café, etc. Trabaja con niveles de productividad y rentabilidad relativamente elevados y gestión empresarial. En cambio, las economías campesinas se dirigen fundamentalmente a la producción de alimentos básicos y al cultivo del café. Además, importantes sectores del campesinado, en toda la región, encuentran la base económica de subsistencia en actividades como la agricultura de tala y quema, la producción de carbón vegetal y la crianza de caprinos. Según el VI Censo Agropecuario, de 43 millones de tareas que tenía el fondo agropecuario, 5 millones estaban dedicadas a bosques, la mayoría de los cuales corresponden a las zonas áridas y semiáridas del país, que son las zonas productoras de carbón vegetal en el sur y el noroeste del país, y que reciben menos de 60 y entre 60 y 85 centímetros de precipitación respectivamente en promedio anual. De las diferentes actividades que llevan a cabo los campesinos de la región, según evaluaciones que se han hecho, la que causa efectos negativos más duraderos es la agricultura de tala 9 ONAPLAN, Informe sobre la situación de la vivienda.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 26
21/05/2009 12:05:14 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
27
y quema. Los daños pueden notarse principalmente en las laderas empinadas en la sierra Martín García, sierra de Bahoruco, y en las laderas sureñas de la Cordillera Central y también en las de importan cia como las de los ríos Yaque del Sur, del Medio y de Ocoa. Solamente el campesinado más pobre se dedica a la elaboración de carbón, como ocupación principal, que constituye una fuente de vida para éstos; casi todo es transportado a las ciudades. En Azua hay más de 100 camiones que trabajan a tiempo completo en el transporte de esta mercancía. El Suroeste es la región productora de carbón más grande del país, se ha calculado aproximadamente dicha producción en 200 mil sacos mensuales, lo que representa un total anual de 2.4 millones de sacos. Para 1971, según datos del VI Censo Agropecuario, había en la región Suroeste más de 53,000 explotaciones, de las cuales 646 unidades con extensión de 800 a 8,000 tenían 1.1 millón de tareas; y unas 41,480 fincas de menos de 80, apenas reunían 1.2 millones de tareas, equivalente al 76.4%. Existían, asimismo, 282 unidades de más de 1,600 tareas, que acaparaban 1.4 millones de tareas, el 26.1% del área total. Esta estructura agraria latifundista-minifundista, muy marcada también en la región Este del país, comenzó a conformarse desde 1950, cuando se constituyeron más de 180 mil nuevos minifundios en todo el país, reduciéndose su extensión promedio de 24.2 tareas en 1950 a 21.2 en 1960. En la región Suroeste habían, por ejemplo, en 1950, según el IV Censo Agropecuario, unas 3,600 unidades de menos de 10 tareas, y en 1970, 5,181 fincas de menos de 8 tareas, las cuales sufrieron un proceso de acaparamiento y pasaron a reducir su número de 5,382 explo taciones en 1950 a 3,333 en 1960, aumentando su tamaño promedio de 366 en 1950 a 489 en 1960, aún cuando la superficie global se redujo de 19.7 millones de tareas a 16.2 millones.10 Más adelante, cuando analicemos la concentración latifundista de las tierras del valle de San Juan de la Maguana, 10 Wilfredo Lozano, «La formación del proletariado en República Dominicana», Problemática Rural en República Dominicana, Anales del IV Congreso Dominicano de Sociología, Santo Domingo, 1983; IV Censo Agropecuario, 1950. Cuadro No. 30; VI Censo Agropecuario, Vol. I.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 27
21/05/2009 12:05:14 p.m.
28
Angel Moreta
mostraremos los intensos procesos de descampesinización ocurridos en esa área entre 1950 y 1960, que tienen su inicio, no obstante, unos años antes de ese período. En toda la región Suroeste había en 1950 unas 3,628 unidades de menos de 8 tareas, en 1970 pasaron a haber 5,263 y en 1981 unas 7,604. Las unidades de 1950 tenían una superficie promedio de 9.2 tareas; las de 1970, unas 22.0; y las de 1981, alrededor de 23.1. La tendencia de la región, según los datos de los censos agropecuarios, es hacia una minifundización progresiva, dentro del mantenimiento de la polaridad latifundio-minifundio. En el caso del valle de San Juan de la Maguana, como veremos, se producen importantes procesos de reconcentración terrateniente que hacen posible, hacia el año 1960, un monopolio de las mejores tierras y demás recursos físicos de esa área, hasta llegar, en 1971, a 93 fincas con un tamaño promedio de 10,234 tareas, que acaparaban el 19.5%; unas 353,000 tareas de un fondo de cultivo provincial de 1.2 millones; y por otro lado, a unas 27,300 fincas de menos de 80 tareas (el 78.8% del total de tierras cultivadas de la provincia) con una superficie de 527.11 La región posee dos ejes de importancia que definen dos líneas funcionales dentro de la regionalización trazada por el Estado en 1968: una con centro en San Juan de la Maguana, se extiende a través de las ciudades El Cercado, Las Matas de Farfán y Elías Piña; otra con centro en Barahona, se expande a través de las zonas urbanas de Neiba, Duvergé y Enriquillo, configurando ambos, sistemas de integración regional con la ciudad de Santo Domingo.12 Barahona funciona como centro manufacturero, cuyos recursos mineros le dan un carácter de economía urbana de enclave con un papel agrícola en segundo rango, cuya producción, al igual que la del sector minero, va dirigida hacia afuera de la región. San Juan de la Maguana, hacia el oeste, tiene una base agrícola y pecuaria, con suelos de las clases II y III dentro del valle, y cuyos recursos permiten obtener grandes rendimientos en la producción de arroz, maní y habichuela, todos destinados al consumo interno de bienes de subsistencia. 11 VI Censo Agropecuario, Vol. I. 12 ONAPLAN, Informe sobre la situación de la vivienda.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 28
21/05/2009 12:05:15 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
29
De igual forma, hacia el oeste (Azua, San Juan y Elías Piña) vienen organizándose en los últimos años, procesos de especialización productiva basados en cultivos temporeros que hacen diferencia con Barahona en el extremo sur. En aquellas provincias había en 1971, 3.3 millones de tareas de cultivo, de las cuales el 37% correspondía a la provincia de San Juan de la Maguana, y más de la mitad de estas últimas, unas 648 mil tareas, se ubicaban en el valle, zona en la cual apenas habían 45 tareas sembradas de caña y cerca de 430 mil dedicadas a cultivos temporeros.13 Mientras en toda la región habían más de 160 tareas sembradas de caña de azúcar, en toda la provincia de San Juan solamente habían 465 dedicadas a ese cultivo, lo cual contrasta con las provincias de Barahona, Bahoruco e Independencia, al sur, que tenían en conjunto más de 160 mil tareas dedicadas a la caña de azúcar, que representa el 5.5% de la superficie azucarera del país. Esto explica que estas provincias que conforman el sur de la región se diferencian de las del oeste: mientras en aquellas los cultivos permanentes ocupan más de medio millón de tareas, en estas los temporeros abarcan más de 1.2 millones, el 23.4% del total de tierras de labranza dedicadas a cultivos temporeros del país y el 84.5% de los mismos en la región Suroeste. Este último dato porcentual revela la importancia que en San Juan de la Maguana, Azua y Elías Piña tienen los cultivos temporeros en relación al total de las tierras en cultivo de la región Suroeste. Muestra, asimismo, procesos de especialización productiva que desde hace años vienen dándose en San Juan y Azua; particularmente en San Juan una producción de cereales (arroz, maíz), leguminosas (habichuela, guandul) y oleaginosas que sirven, como el maní, de insumos al procesamiento agroindustrial de aceites vegetales. Un fondo de cultivo de 1.2 millones de tareas (el 66.6% de la superficie total de las explotaciones, que era de 1.8 millones), del cual unas 827 mil, que representa el 66.4% de aquel, se utilizaban en cultivos temporeros. 13 Censo Agropecuario 1971, Vol. II.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 29
21/05/2009 12:05:15 p.m.
30
Angel Moreta
Apenas 156,267 tareas, en San Juan, se dedicaban a cultivos permanentes, es decir, el 12.5%, y 78,507 a pastos de cultivo, lo que hace un total de casi 235,000 tareas dedicadas a cultivos permanentes y pastos, o sea, un 19.5%. El uso del suelo de labranza arroja un resultado histórico de un proceso que comenzó en 1920 y se desarrolló plenamente, en su sentido capitalista, hacia los años 1950, cuando en la región Suroeste se le fijó al valle de San Juan el papel, en la divi sión social del trabajo, de productora de cereales y leguminosas para el mercado interior. De igual modo, dedicaba apenas 156 mil tareas de su fondo de cultivo a pastos permanentes y 77 mil (el 6.5%) a bosques y montes; a diferencia de Azua y Barahona, que dedicaban, respectivamente, el 14.8% y el 16% a montes y bosques,14 en contraste con la región Este y Central que dedican casi la mitad de la superficie en tareas a los pastos permanentes, y al extremo sur de la región de la que nos ocupamos, donde se produce el mismo fenómeno, aunque en menor escala; en cambio hacia el extremo oeste, incluyendo el valle de San Juan de la Maguana, la proporción de pastos p ermanentes es menor. Ello arroja el resultado de que en el extremo oeste, y básicamente en el valle, la utilización del suelo, que hacia 1900 era básicamente ganadero, se oriente hacia 1970, más al cultivo de productos agrícolas que a la crianza y a los pastos. En toda la provincia, apenas, como se vio, 78 mil tareas estaban dedicadas a pastos cultivados, lo que representa el 6.2% de la superficie de labranza de la provincia y el 36.7% de las tierras dedicadas a pastos de cultivos en toda la región Suroeste, que eran 213,823 tareas. En el valle de San Juan apenas unas 48 mil tareas estaban sometidas a pastos cultivados. Si tomamos en cuenta que éste se extiende en unas casi 649 mil tareas de superficie de cultivo, esto representa un 7.4%, lo que explica el desarrollo relativamente bajo de la ganadería, e inclusive un desarrollo regresivo comparado con años anteriores, cuando todavía no habían tomado impulso, antes de 1940, procesos de especialización 14 Censo Agropecuario 1971, Vol. II
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 30
21/05/2009 12:05:15 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
31
productiva de cereal y leguminosas, para el consumo interno, de mecanización agrícola y de concentración de las mejores tierras y recursos físicos del valle, dentro de un proceso de intensificación del capitalismo en esa parte de la región. Hoy en día San Juan de la Maguana es la provincia del Suroeste que presenta la mayor variabilidad de cultivos y las superficies más importantes de siembra. Es la mayor productora de habichuela, guandul, víveres, maíz, arroz y maní. La superficie total sembrada era para 1975 de 564,932 tareas, es decir, el 32% de la superficie total sembrada en la región. Le sigue en rango, en cuanto a superficie sembrada, Barahona, con unas 334 mil tareas, de las cuales 220,248 corresponden al cultivo del café y más de 32,000 a víveres (plátanos). La provincia de menor desarrollo agrícola es Pedernales, con apenas 44 mil tareas de la superficie total sembrada de la región, o sea, el 2.5%.15 Cuadro 1 No. de explotaciones, superficie y tamaño promedio en el Suroeste, 1971 Provincia El país
No. de fincas
%
Superficie (tareas)
%
Tamaño promedio
259,169
100.00
43,314,776
100.00
170
D. N.
5,956
2.29
1,505,469
3.47
253
Azua
9,743
3.75
1,041,630
2.40
107
Bahoruco
4,849
1.87
543,674
1.25
112
Barahona
5,700
2.19
1,116,419
2.57
196
San Juan
21,989
8.48
1,807,989
4.17
82
San Rafael
8,075
3.11
366,923
0.84
45
Independencia
2,854
1.11
306,679
0.70
107
Total Suroeste
53,210
20.51
5,183,314
11.93
649
Fuente: Censo Agropecuario 1971. Cuadro No. 1, Vol. II, p. 12 y ss.
15 ONAPLAN, Informe sobre la situación de la vivienda.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 31
21/05/2009 12:05:15 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 32
343,255
1,246,171
3,316,463
Las Matas
La provincia
La región
Solos
79,669
160,488 849,061
465 498,573
417 144,209
0
620,932
329,333
128,259
44,680
Intercalados 156,394
Cultivos temporeros
48 274,695
Caña de azúcar
Fuente: Censo Agropecuario 1971. Cuadro II, Vol. II, p. 52.
648,709
254,207
San Juan
Total superficie
El Cercado
Municipios
843,105
156,267
22,418
60,161
73,688
Cultivos permanentes
213,823
78,507
14,919
15,234
48,354
Con pastos de cultivos
Cuadro 2 Superficie de las tierras en tareas de cultivo en San Juan de la Maguana, según uso de la tierra, 1971
598,051
180,335
32,344
52,928
95,063
En descanso
32 Angel Moreta
21/05/2009 12:05:15 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
33
Según datos del VI Censo Agropecuario, en San Juan de la Maguana había 4,570 fincas sembradas de arroz, el 17% del total de fincas en estas condiciones en el país, con una superficie de más de 143 mil tareas, lo que representa el 93.2% de toda la superficie arrocera de la región, que era de más de 152 mil tareas. Correspondió, además, el mayor volumen de producción, unos 336 mil quintales de 50 kilos, es decir, el segundo lugar después de las provincias Duarte y La Vega, que tuvieron respectivamente 418 mil y 368 mil quintales, y tradicionales productoras de este cereal desde los años 1950. En San Juan de la Maguana, casi el total de la producción de arroz que correspondió al año del VI Censo Agropecuario, el 95% aproximadamente de unos 332 mil quintales, fue destinado al intercambio, fenómeno que también se repite en las provincias mencionadas. En general, el 90% de la producción arrocera para 1971, ya se orientaba al mercado. La producción de arroz de San Juan, en relación a toda la de la región Suroeste, que fue de 354,562 quintales de 50 kilos, ocupó el 95%; el resto apenas alcanzó a 24,860 quintales, una cantidad insignificante. Este lugar de primer orden en la producción del cereal, no solamente es con relación al Suroeste, sino también al Este y a la región Central, que apenas produjeron 145 mil quintales y 32 mil quintales respectivamente.16 El valle de San Juan de la Maguana. Aspecto geográfico e histórico Pertenece a la provincia del mismo nombre, la cual ocupa una extensión territorial de 3,560 kilómetros cuadrados, que representa el 26% de los 14,511 kilómetros cuadrados de toda la región Sur. Es una de las más grandes del país y se ubica hacia la parte occidental, que comprende, además, las provincias de Azua y Elías Piña. La otra parte de la región 16 VI Censo Agropecuario, Vol. II.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 33
21/05/2009 12:05:15 p.m.
34
Angel Moreta
se extiende más hacia el sur y el extremo sur, y convencionalmente se ha aceptado en diversos documentos, que comprende las provincias de Barahona, Bahoruco, Pedernales e Independencia.17 La agricultura de la provincia tiene un peso importante en la producción de arroz, habichuela, maní y otros, como el maíz, y en ella se han desarrollado procesos y transformaciones que constituyen el objeto de nuestro análisis. El valle de San Juan posee una extensa llanura de cerca de 632 mil tareas, cultivables en su mayor parte con sistemas de riego que se alimentan de las aguas que aportan los ríos Yaque del Sur, Mijo y San Juan. Se ubica dentro de los 1,746 kilómetros cuadrados de tierra cultivable que tiene la provincia, el tercer lugar después del valle del Cibao, que dispone de 4,968 kilómetros cuadrados y de la llanura costera del Caribe, que tiene 5,140 kilómetros cuadrados. En el renglón de suelos no cultivables, ocupa uno de los últimos lugares.18 Dicho valle es el segundo del país por su extensión, después del valle del Cibao. Comprende zonas irrigadas hacia el este y el oeste, donde se desarrollan cultivos especializados de arroz, habichuela, pastos, sorgo, etc. Sus tierras son de buena fertilidad, de la clase II y III, con infraestructuras, por tanto, con buena renta diferencial I y II. Algunos autores lo sitúan, de norte a sur, desde las estribaciones de la Cordillera Central hasta la sierra de Neiba; y desde Elías Piña, al oeste, hasta Azua, al este. Desde el punto de vista agrícola no tiene tanta extensión, pues en dirección al oeste, y al sur comprende vastas porciones de bosque xerofítico, hacia donde fue empujado históricamente el campesinado a medida que se intensificaba la apropiación capitalista del valle. La sierra de Neiba, al sur, se extiende desde la frontera hasta el Yaque del Sur, río que la separa de la sierra de Martín García. Se levanta como una silla de caballo entre los valles de San Juan y La Hoya de Enriquillo que queda a unos 300 metros por debajo del valle de San Juan y es una falla de la sierra 17 El VI Censo Agropecuario divide la región Sur en: Suroeste (Azua, San Juan y Elías Piña) y Sureste, que comprende el resto de las provincias mencionadas. 18 S. de la Fuente, Geografía, apéndice A-9.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 34
21/05/2009 12:05:15 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
35
de Neiba, tiene suelos poco cultivables que aparecen a lo largo de estrechos valles intramontañosos, pequeños y aislados.19 Dicha sierra se compone de altas montañas que se extienden al sur del valle de San Juan y forman la divisoria entre las provincias de Azua y Barahona. A su este, separada de ella por el río Yaque del Sur, se encuentra la sierra de Martín García, la cual mira hacia los llanos de Azua al norte y hacia la bahía de Neiba por el sur.20 Con respecto al valle de San Juan, T. W. Vaughan en: Un reconocimiento geológico de la República Dominicana, de 1920, se refirie al período colonial, y decía que: los que han viajado por la República [...] han es crito interesantes relaciones de la belleza y la fertili dad del valle de San Juan. Este valle está dotado por la naturaleza de una caída de lluvias mayor y más uniforme (sic) distribuida que la adyacente llanura de Azua, de manera que allí abunda más el agua para los fines del riego.21 Cronistas y viajeros, clérigos y funcionarios coloniales que escribieron informes y relatos de viajes y memorias sobre los recursos geográficos y las condiciones de vida de la colonia, se refirieron a la parte occidental de la región Sur elogiando y describiendo sus riquezas físicas. Uno de éstos, Diego Alcocer, en su Relación sumaria del estado de la isla, de 1650, afirmaba que: el valle de San Juan es de lindo temple, fresco y sano y que algunas veces hace muy gran frío. Críase en él mucho ganado mayor y pudiera criar mucho menor porque se cría muy bueno. Alguno hay y se pudiera criar mucho si la falta de caudal no lo excusara.22 19 S. de la Fuente, Geografía, p. 60 y ss; T. W. Vaughan y otros. Un reconocimiento geológico de la República Dominicana, Santo Domingo, 1983. 20 T. W. Vaughan y otros, Un reconocimiento geológico. 21 T. W. Vaughan y otros, Un reconocimiento geológico, p. 39 y ss. 22 Citado por Víctor Garrido, Espigas Históricas, Santo Domingo, 1971 p. 330 y ss.; Emilio Rodríguez Demorizi, Enciclopedia dominicana del caballo, Ciudad Trujillo, 1960.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 35
21/05/2009 12:05:16 p.m.
36
Angel Moreta
Ilustración 3. Valle de San Juan de la Maguana. Recreación de la geógrafa Sandra Black
Otra noticia de Alcocer sobre el valle en el siglo sobre la crianza de caballos:
xvii
es
ay en este valle muchos caballos cerreros o como acá dicen, cimarrones, que todos los que quieren los cogen y se aprovechan de ellos. Es tanto el nú mero de ellos que ponen admiración y es una de las maravillas del mundo […] dicen ay más de trein ta mil caballos y los que se moderan algo dicen que más de veinte mil. Lo que admira más a los que no le han visto es que cuando van a espantar los caballos para que entren en los corrales empiezan a correr de una parte a otra y unos espantan a los otros de manera que puesta una persona en un lu gar alto ve pasar un día entero caballos corriendo, que son tantos que hacen temblar la tierra.23 23 E. Rodríguez Demorizi, Enciclopedia, p. 331. A la vida económica del valle en los siglos xvi y xvii, también se refirieron el padre Las Casas, Oviedo, el Lic.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 36
21/05/2009 12:05:16 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
37
En el siglo xvi el valle era rico en crianza de animales y ganadería; aún cuando existían en él más de doce grandes hatos, el área estaba prácticamente despoblada. Al informar sobre los pueblos que habían sufrido despoblamientos en el siglo xvi, antes de las devastaciones de 1606, Juan López
Recreación de la geógrafa Sandra A. Black
Ilustración 4. Parajes y secciones de San Juan
Velasco, cosmógrafo-cronista, en su trabajo Geografía de la Isla Española, reporta que la «villa de San Juan de la Maguana, en el medio de la isla, entre la ciudad de Santo Domingo y La Yaguana, cuarenta leguas de uno y otro pueblo, ha quedado Echagoian (Relación de la isla Española), Antonio Sánchez Valverde (Idea del valor de la isla Española), incluidos en Relaciones históricas de Santo Domingo, E. Rodríguez Demorizi (editor), Santo Domingo; Juan López de Velasco (Geografía de la isla Española), Andrés Núñez de la Torra (Relación sumaria), incluidos en Relaciones geográficas de Santo Domingo, E. R. Demorizi (editor), Santo Domingo, 1978; M. L. Moreau de Saint-Mèry, Descripción de la parte española de Santo Domingo, Santo Domingo, 1978.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 37
21/05/2009 12:05:17 p.m.
38
Angel Moreta
en él la iglesia y la gente de dos ingenios de azúcar que hay allí juntos».24 Después de las devastaciones, la zona comenzó a repoblarse ya avanzado el siglo xvii. Andrés Núñez de la Torra, en su folleto de 10 páginas impreso hacia 1662, informa haber encontrado que la villa de San Juan «tendrá 50 vecinos, (y) socorre con 200 hombres».25 Pero hacia fines del siglo xviii, en 1796, cuando Moreau de Saint Mèry publicó su Descripción de la parte española de Santo Domingo, dio noticias de la existencia de 3,600 habitantes en 1764, y de 5,000 en 1796.26 El pueblo actual de San Juan no fue comenzado, sino muy entrado del siglo xviii, y en 1764 estaba todavía considerado como nuevo. Tenía entonces pocas casas, pero hoy es bastante importante. Está como a trescientas toesas del río Neiba, el que [...] se encuentra al norte y al oeste del pueblo. La causa de su establecimiento fue la multiplicación de los hatos y el alejamiento en que sus hateros se encontraban de sus parroquias. En 1764 había tres mil seiscien tos habitantes [...] de los cuales trescientos estaban en condiciones de llevar armas. Actualmente, esta población es de cerca de 5 mil habitantes.27 En el siglo xviii la ganadería tomó impulso, no sólo en la región de San Juan de la Maguana, sino en la parte española, y se convirtió en el medio de vida de mayor trascendencia. El hato ganadero hizo la forma más importante de propiedad privada. El presbítero Carlos Nouel, en su trabajo Límites parro quiales, de 1885, da cuenta de la existencia de más de 25 hatos en la zona de San J uan «que no están cercanos a la villa».28 Este impulso de la crianza estuvo motivado en el hecho de que la parte occidental francesa de la isla «le adjudicó a su 24 E. Rodríguez Demorizi, Relaciones geográficas, p. 25. 25 E. Rodríguez Demorizi, Relaciones geográficas, p. 75. 26 M. L. Moreau de Saint-Mèry, Descripción, p. 256. 27 M. L. Moreau de Saint-Mèry, Descripción, p. 256. 28 E. Rodríguez Demorizi, Relaciones geográficas, p. 337.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 38
21/05/2009 12:05:17 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
39
vecino oriental el papel de suministrador de carnes», en una coyuntura en la cual aquella colonia se encontraba en el auge de su desarrollo económico.29 Hasta la implantación de los modernos establecimientos azucareros, a partir del último tercio del siglo xix, hubo una división regional del trabajo que comenzó a desarrollarse a mediados del siglo xvii, como consecuencia del decaimiento de la minería, primero, y de las despoblaciones después, y que alcanzó su auge en el siglo xviii. Se trata de que la parte costera del Sur, básicamente alrededor de Azua, continuó dedicada a la producción de azúcar, con métodos tradicionales de fabricación; y el Norte, el Este y los valles del Oeste (Azua y San Juan) se dedicaron a la ganadería.30 Si esta división se mantuvo hasta 1870 aproximadamente, con el auge azucarero que comenzó en esa misma fecha se alteró la estructura económica y social del país. Los terrenos privados más grandes se encontraban en la región Este, los hatos ganaderos, y al oeste de Azua y Baní, donde estaban las plantaciones tradicionales de azúcar. En el valle de San Juan, al occidente, había numerosos hatos ganaderos pero por su número parece que no eran de un tamaño exagerado.31 Los más de 200 trapiches o fábricas tradicionales de azúcar existentes alrededor de Azua, según Informe de la Comisión de Investigación de los Estados Unidos, desaparecieron para dar paso al establecimiento de tres ingenios modernos; pero más al oeste, en el valle de San Juan de la Maguana, continuó la crianza de animales y la actividad ganadera, situación que comenzó a modificarse, como veremos, entrado el siglo xx. La ausencia casi total de medios de comunicación hizo que las regiones llevaran una existencia casi autárquica que no permitía la producción para un mercado interno o externo a no ser, como afirma Hoetink, que el área de producción estuviera cercana de los puertos naturales, como en Azua, o que:
29 Harry Hoetink, El pueblo dominicano. 1850-1900, Santiago, 1972. 30 H. Hoetink, El pueblo. 31 E. Rodríguez Demorizi, Relaciones geográficas, informe citado de Carlos Nouel, p. 336 y ss.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 39
21/05/2009 12:05:17 p.m.
40
Angel Moreta
el producto mismo se prestara al transporte irre gular y rudo por los ríos, como era el caso de las maderas de la Línea Noroeste al sur de Montecristi y alrededor de Barahona. Finalmente, donde los productos agrícolas eran de suficiente valor y apro piados para el transporte ligero, como el tabaco y el cacao, se podía resolver el problema del transporte, aunque en forma primitiva, con el uso de animales de carga. En cambio, el ganado se transportaba así mismo.32 Durante la colonia, cada región se diferenció de acuerdo al tipo de producción y de recursos que poseía. Abandonada y semidespoblada, la colonia produjo regiones con existencia autárquica, microformaciones sociales que se dedicaban a producir, como el Cibao, víveres y tabaco; la ganadería en el Este y hacia el occidente de Azua y el valle de San Juan, y azúcar, mieles y madera en el Sur. Según el informe citado de la Comisión Americana de Investigación, para la tercera década del siglo xix Azua producía azúcar, maderas y mieles. La común o distrito de Azua, en 1863, contenía 7,550 habitantes. Produce anualmente de 20,000 a 30,000 quintales de cera, 400 quintales de re sina de guayacán, 500 toneladas de fustete, 100 toneladas de campeche, 30 toneladas del Brasil y cantidades más pequeñas de madera satén, palo de rosa, palo cochinilla.33 Mas al occidente, hacia San Juan de la Maguana, donde no había puertos naturales como el de Azua, se sintieron más tardíamente las consecuencias del auge azucarero y de la implantación de más de 30 ingenios modernos; la inexistencia de vías de comunicación hizo su existencia más autárquica 32 H. Hoetink, El pueblo, pp. 14-15. 33 E. Rodríguez Demorizi, Relaciones geográficas, informe citado de Carlos Nouel, p. 261.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 40
21/05/2009 12:05:17 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
41
que las otras regiones y continuó con el pastoreo y la crianza de animales hasta principios del siglo xx. Todavía en 1920, según el censo de ese año, en el valle, más específicamente, en Punta Caña, se encontraba el mejor criadero de caballos del país. La parte oeste de la región Sur, al sufrir más tardíamente procesos de expansión capitalista, generará características diferentes de desarrollo del capitalismo que necesariamente no son homogéneas con aquellas vinculadas al auge y la modernización azucarera. Hacia 1910 todavía no se habían sentido plenamente los efectos del aumento del valor de la tierra, por tanto, apenas se iniciaban las particiones, la mercantilización de las tierras del valle y la superación del sistema de terrenos comuneros, que en otras regiones había hecho crisis como resultado del alza en el valor de la tierra. Hacia 1920 no habían alcanzado todavía una importancia económica decisiva procesos de desarrollo del capitalismo en la agricultura para el mercado interno en San Juan de la Maguana, y es probable que en toda la región Sur. En las demás regiones del país, la vinculación de la producción campesina al capital se daba sobre la base de las relaciones comerciales que mantenían productores campesinos con una red de intermediarios, prestamistas y exportadores (tabaco, cacao, etc.), dentro de todo un sistema económico que, tras el dominio de la burguesía exportadora, localizada en las principales ciudades de la región del Cibao, ponía a depender al campesinado, en el grado de su vínculo mercantil, del mercado mundial.34 Este fenómeno de sometimiento mercantil del campesinado a una economía de exportación, no se producía a principios del siglo xx, y es probable que tampoco hacia los años veinte, en la zona del valle de San Juan de la Maguana. De hecho tal sometimiento se produjo, pero vinculado a grupos mercantiles locales. Ello constituyó la primera diferenciación del campesinado, a partir de los años veinte. 34 W. Lozano, «La formación del proletariado».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 41
21/05/2009 12:05:17 p.m.
42
Angel Moreta
En la provincia de Azua, de la cual San Juan era parte, se producía para exportación en el siglo xix, pero es probable que la zona occidental, al oeste de Azua, no estuviese involucrada en esa red comercial, ya tradicional en la región del Cibao. A propósito del problema regional que se suscitó entre algunos intelectuales del siglo xix, entre ellos Pedro F. Bonó y Angulo Guridi, este último discute con el primero sobre la importancia de las regiones, tratando de defender la idea de que todas las provincias, en tanto sean agrícolas, tienen la misma importancia para la vida nacional. Sale a relucir que las provincias del Cibao: producen mucho tabaco, es verdad, pero las de Azua y Santo Domingo producen mucho azúcar, (que se exporta no sólo al extranjero), y mucha madera, y mucha cera, amén del almidón, de cueros y granos, que tanto se exportan por allá como pueden exportarse por aquel puerto. Y no se olvide que también se empieza a cosechar mu cho y buen tabaco en las provincias del Seibo y de Santo Domingo [...] Lo repetimos: que en un lugar de una misma nación se produzca mayor cantidad de cierto artículo que en otro, y ni aun el que en uno se coseche trigo, por ejemplo, y en otros café o azúcar, no altera en ningún sentido la unidad o analogía de los intereses comunes [...]35 La región Sur estaba, ya a fines del xix, aunque en menor medida que el Cibao, involucrada en relaciones comerciales con el mercado mundial, a través de los productos que se han mencionado: maderas, cueros, mieles, azúcar, cera, almidón y granos. Necesariamente no era una producción campesina; además, tomando en cuenta la despoblación tradicional de la región, se puede suponer que más bien eran productos mer cantiles agenciados por comerciantes. 35 E. Rodríguez Demorizi, Papeles, Santo Domingo, 1964, p. 115.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 42
21/05/2009 12:05:17 p.m.
La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
43
Las regiones del país se fueron incorporando de manera desigual al capitalismo, unas más tardíamente que otras. La región Este lo hizo a través de la industrialización azucarera; la del Cibao, a través, básicamente, de una agricultura mercantil de exportación, proceso a través del cual se generó el tradicional lazo mercantil del campesinado con redes de intermediarios, prestamistas y exportadores; el Sur a través, también, de una agricultura de exportación, pero hacia el occidente, San Juan de la Maguana, Elías Piña, etc., el proceso cobró auge ya entrado el siglo xx. Fue una región que se mantuvo distante. José R. Abad narra y describe, en su Reseña general geográfico-estadística, cómo eran los «caminos del oeste» y las dificultades y vicisitudes que lo acompañaron, a fines del xix, por un camino real de Azua a San Juan de la Maguana.36 Esta parte del Suroeste, incluyendo el valle, hizo su incorporación al capitalismo a través de una acumulación por vía comercial de grupos burgueses locales vinculados hacia el centro del país con la burguesía comercial, a través del co mercio con Haití y puntos importantes de la región Sur, Azua y Barahona. La acumulación regional del Suroeste estuvo centrada en su comienzo con el comercio urbano y urbano-rural. Todavía en 1920 existía fundamentalmente una agricultura de subsisten cia, que ya comenzaba a descomponerse sobre la base de su incorporación a la producción de valores de cambio y sus vínculos con una red de intermediarios y burgueses mercantiles urbanos locales.
36 José Ramón Abad, Reseña general geográfico-estadística de la República Domini cana, Santo Domingo, 1993, p. 35 y ss. Véanse los apéndices números I y IV, en los cuales se recogen textos de 1920, de los escritores Víctor Garrido y Manuel de Jesús Rodríguez Varona. El Archivo General de la Nación (AGN) publicará una compilación en dos volúmenes inéditos de los trabajos de este último autor, muchos de ellos recogidos del periódico local El Cable, ya desaparecido; a saber, Sociología aldeana y otros textos (Vol. I) y Artículos (Vol. II), con estudio introductorio de Angel Moreta.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 43
21/05/2009 12:05:17 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 44
21/05/2009 12:05:17 p.m.
II. Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan de la Maguana Antecedentes La región Sur en el siglo xix tenía más de 200 trapiches (fábricas tradicionales de azúcar) y hacia el último tercio del mismo mantenía relaciones de producción liberadas del lastre de las relaciones esclavistas. Los varios centenares de molinos azucareros empleaban desde hacía más de medio siglo una mano de obra libre. No obstante, había en su organización económica ciertos principios semifeudales, por ejemplo, un maestro azucarero con sus ayudantes. Este principio de organización les impedía convertirse en modernos ingenios o en fábricas de azúcar más o menos avanzadas. A fines del siglo xix, el auge azucarero desencadenado como consecuencia de grandes inversiones extranjeras en esta rama de la producción, provocó como efecto estructural el decaimiento de la producción azucarera tradicional del Sur a base de trapiches,1 y de la ganadería en la región Este. Los trapiches del Sur decayeron completamente en un proceso transicional que, según algunos autores, marcó el paso de relaciones de producción precapitalistas a relaciones capitalistas en esta rama. En la región, los trapiches van a ser reemplazados 1 H. Hoetink, El pueblo, capítulo I; Andrés Cortén y otros, Azúcar y política en la República Dominicana, capítulo I, Santo Domingo, 1978.
– 45 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 45
21/05/2009 12:05:17 p.m.
46
Angel Moreta
por unos cuatro ingenios, y en todo el país, varios cientos de aquellos serán sustituidos por menos de 30 ingenios.2 Hostos constató que «los trapiches que hormigueaban en los campos del Sur, han ido desapareciendo rápidamente y el trabajador de todas estas comarcas ha ido abandonando su producción en corta escala por convertirse en agente de la producción en gran escala».3 En Azua quedó un ingenio, tres en Baní, dos en San Cristóbal, San Pedro de Macorís y Samaná, trece en la capital y uno en Puerto Plata. Y para 1920 existían tres ingenios en Azua y uno en Barahona.4 La región Sur continuó dedicada a la producción de maderas, mieles, cera, etc., dentro del modelo mercantilista que se configuró en el siglo xix a base de la «acción condicionante» del capital comercial sobre la economía.5 El renglón principal donde éste actuaba en la región eran los cortes de madera, y en menor importancia, los cueros, el ganado, las mieles y la cera, los cuales alcanzaron una mercantilización considerable. Pese a que el funcionamiento de la economía de la región estaba condicionado por la actividad del capital comercial, ya tradicional, por ejemplo en el tabaco en la región del Cibao, continuaron existiendo renglones de economía de subsistencia, que particularmente hacia San Juan de la Maguana se conservarían todavía hasta la década de 1920. Hacia la parte occidental de la región Sur, o sea, el valle de San Juan de la Maguana básicamente, y todas las localidades adyacentes, para fines del xix y principios del xx, la ganadería entró en crisis y fue siendo sustituida en parte por la agricultura de alimentos, que entonces permanecía principalmente como agricultura de subsistencia. El capital comercial era muy débil y no tuvo un área dónde actuar en forma predominante. Entrado el siglo xx comenzó 2 A. Cortén, Azúcar. 3 E. Rodríguez Demorizi, Hostos en Santo Domingo, Vol. I, Santo Domingo, 1939. 4 Censo de 1920, p. 19. 5 Roberto Cassá, «Acerca de las relaciones capitalistas de producción en la República Dominicana», Realidad Contemporánea, No. l, Santo Domingo, 1975.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 46
21/05/2009 12:05:18 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
47
a actuar colocando mercancías entre los productores agrarios y mercantilizando productos distribuidos a base de la explotación comercial de los productores directos. En 1887, según noticia de Víctor Garrido, San Juan de la Maguana era una «aldea enyerbada» en la cual los ladrones se robaban los animales en la plaza pública para picarlos al día siguiente en el mercado, «dentro de la mayor impunidad». El mercado era fundamentalmente agrícola, de carnes y otros productos ganaderos. «Los alborotadores campesinos se adueñaban del pueblo los sábados y miércoles, días de mercado, con sus bebentinas y pendencias.»6 A nivel político predominaban las jefaturas caudillistas locales, cuyo máximo exponente era el compadre de Ulises Heureaux, general Wenceslao Ramírez, nombrado por éste general de brigada en 1884 y jefe comunal de San Juan de la Maguana en 1887. Más adelante se analizará el papel de estos caudillos locales en la apropiación privada de los terrenos comuneros y ejidales, proceso que en otras regiones se produjo a manos del capital azucarero. En todo el valle imperaban las sabanas, las cuales, según un autor de la región, «eran una fuente de deleite espiritual». [...] Las sabanas ofrecían no sólo el verdor de su suave alfombra de gramas, sino la majestuosi dad de sus ilimitados horizontes; todas las tardes... las sabanas sentían holladas la paz de sus sende ros por grupos de honestos jóvenes de ambos sexos, en pos de soledad y misterio para sus enamorados corazones en los encantos de la llanada [...]7 Sobresalían la sabana del pueblo, la de Solorín para los paseos pedestres, las de Mogollón, Jínova, Juan de Herrera, Hato del Padre, Santomé, Chalona, Suárez y Buena Vista «para los paseos a caballo efectuados en abigarrado grupo de amazonas y jinetes».8 6 E. Víctor Garrido, Espigas históricas, Santo Domingo, 1971, p. 262. 7 E. O. Garrido Puello, Espejo del pasado, Santo Domingo, 1979, p. 37 y ss. 8 E. O. Garrido Puello, Espejo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 47
21/05/2009 12:05:18 p.m.
48
Angel Moreta
Cuando terminaba el verano se iniciaba el período de la recogida del ganado sabanero. «Era la época del ordeño en grande escala, de estampar la vacada mostrenca y de gran actividad en los hatos. Los vaqueros iban y venían con el lazo sobre la silla, mostrando sus habilidades profesionales, duchos en enlazar un toro o tumbar una res.»9 La residencia de los hateros tenía la casa principal con sus anexos, corrales para las distintas clases de ganado y vivienda para los peones. Las relaciones sociales en los hatos ya habían venido modificándose en todo el país; se habían intensificado formas contractuales entre los trabajadores y los propietarios, sea mediante pago de salarios en especie o en dinero, sea mediante obligaciones de trabajo a cambio del disfrute de tierra, etc.10 Los hatos tenían cierto peso social por cuanto eran unidades con relativa autosuficiencia y se vinculaban más al mercado interno, que ya era más o menos importante para fines del siglo xix, y particularmente con Haití había un importante comercio. En la región la ganadería tenía un peso importante, y hacia el extremo sur, Barahona, imperaban los cortes de madera preciosa. En ella se daban relaciones mercantiles, pero muy débiles hacia el valle. Las memorias redactadas por E. O. Garrido Puello, oriundo de la región, muestran que en los hatos se confeccionaban «quesos amasados, muy sabrosos, y mantequilla». La leche y el queso carecían de valor comercial por su abundancia y porque era una industria doméstico-rural generalizada. Ya bien entrado el siglo, cuando había crecido la población urbana, se organizó una lechería y la botella se vendía al precio írrito de dos centavos. La carne se vendía a cuatro centavos la libra, los huevos a cinco por cuatro centavos, un pollo por cinco centavos, las telas muy baratas y los jornales muy precarios.11 Las relaciones mercantiles se daban vinculadas a la ganadería; San Juan de la Maguana vendía carnes a la región del 9 E. O. Garrido Puello, Espejo. 10 R. Cassá, «Acerca de las relaciones». 11 E. O. Garrido Puello, Espejo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 48
21/05/2009 12:05:18 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
49
Cibao, Santo Domingo y Haití. Además, productos derivados de ella, como los cueros. La población de la región en su gran mayoría estaba dedicada a actividades agrarias, y tenía acceso a la tierra. Se han apuntado algunos factores para explicar esto. Primero, la baja densidad demográfica provocaba la existencia de enormes zonas desocupadas; segundo, debido a la debilidad económica generalizada, las tierras no tenían gran valor. En tercer lugar, no existía una clase agraria dominante de importancia que opusiera resistencia a la configuración de la pequeña propiedad agraria libre.12 Solamente entrado el siglo xx cobrarán importancia las operaciones de capital comercial. A diferencia de otras regiones, se nutría sobre la base de un sistema de explotación y sometimiento de aquel campesinado en el cual la relación mercantilista había cobrado vigencia, vinculado al modelo agroexportador, en esta región dicho capital se desarrolló más tardíamente debido a la presencia casi absoluta de un campesinado de subsistencia autárquico, que dependía de un mercado urbano débil para la adquisición de algunos bienes, y que comenzaba a transformarse vinculado al mercado interior. Con la decadencia de la ganadería, que por lo demás, como se mencionó, tenía una baja mercantilización, y en la cual no operaba un capital comercial importante, la agricultura campesina comienza a sustituirla y se vincula parcialmente al sector comercial, con el que pasó a realizar transacciones mercantiles, a las cuales nos referimos más adelante. Dicha agricultura campesina autárquica comenzó a transformarse hacia la década del 1920. Las zonas urbanas de la región tenían apenas importancia como centros comerciales, residencia de productores agrarios y de ubicación de la administración pública. Ello ocurría para todo el país en el siglo xix, pero más tardíamente en la zona por cuanto el capital comercial que determinaba el funcionamiento de la base económica de la formación social regional, actuaba en renglones muy exiguos. 12 R. Cassá, «Acerca de las relaciones», pp. 40 y 42.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 49
21/05/2009 12:05:18 p.m.
50
Angel Moreta
Ilustraci贸n 5. Divisi贸n pol铆tica de la regi贸n Suroeste, R. D., 1983
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 50
21/05/2009 12:05:18 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
51
El capital comercial y el campesinado En el período 1890-1930, en otras regiones del país, las economías campesinas se enrolaron a vínculos mercantiles en función de la producción para exportación a través del capital comercial y usurario.13 La frontera agrícola no agotada, el bajo precio de la tierra y la débil presencia de las relaciones de producción capitalistas son factores que no coadyuvarían a la afirmación de un proceso de descampesinización que generase una importante oferta de fuerza laboral para la producción azucarera. Las economías campesinas planteaban estructuralmente una débil oferta de fuerza de trabajo al mercado laboral abierto por los ingenios. En el Suroeste, en cambio, el sometimiento del campesinado es al capital comercial y usurario en función de producción para el mercado interno, proceso que en el valle de San Juan de la Maguana se produce en el período que va de 1910-1920 en adelante. En esta parte oeste de la región Sur la lógica mercantilista se desarrolla más tardíamente: frontera agrícola no agotada en una zona en la que no hubo enclaves azucareros ni industrialización correspondiente a ellos, con una débil extensión de relaciones capitalistas, un fuerte peso de la producción campesina autárquica; estos factores no permitirían la generación de una fuerte oferta de fuerza de trabajo, si no más allá del 1940. Solamente a partir del 1940, con el desarrollo de procesos latifundistas de concentración de medios de producción, se va a producir una cierta oferta de fuerza laboral para las unidades arroceras y un proceso de transformación de las economías autárquicas en mercantiles. La especialización arrocera de las unidades campesinas mercantilizadas, más la correspondiente a las fincas empresariales, serán elementos que conducirían en forma importante al surgimiento de un capital-dinero vinculado a la operación de factorías y agroprocesadoras de arroz. Hasta hoy este capital depende estructuralmente en la región de las economías campesinas mercantiles. 13 R. Cassá, «Acerca de las relaciones»; W. Lozano, «La formación del proletariado», p. 22.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 51
21/05/2009 12:05:18 p.m.
52
Angel Moreta
El proceso de generación de un proletariado agrícola, en este contexto de preservación de economías campesinas mercantiles, será peculiar porque creará grupos heterogéneos proletarios y semiproletarios. En la zona del valle de San Juan de la Maguana, el capital comercial actuaba en actividades exiguas, como ya se vio; solamente entrado el siglo xx comenzó a actuar colocando mercancías entre los productores agrarios, que eran traídas básicamente del centro del país, y mercantilizando productos distribuidos a base de la explotación comercial y usurera de los campesinos. Se ha expuesto la estructura del comercio en el sistema mercantilista del siglo xix,14 básicamente en lo referente a los cultivos de exportación: una burguesía mercantil conectada con comerciantes más pequeños, de escala local y regional, con los cuales comparte ganancias a través de niveles de precios para las mercancías, a base de la explotación usurera y comercial de los productos directos. En esta estructura, la ganancia comercial provenía de varios mecanismos, tales como préstamos en especie o de géneros de consumo cobrables con la cosecha y con recargo de interés, ventas a altos precios de mercancías importadas, compra forzada de las cosechas, etc.15 Este modelo, que operó fundamentalmente en el cultivo tabaquero, define un esquema cuyo eje de acumulación se sitúa en la ganancia comercial y usuraria. El «comercio de frutos» comenzaba a existir para principios de siglo en la región, pero no había todavía establecimientos comerciales con escaparates y mostradores.16 Sin embargo, existía desde fines del xix un mercado urbano que funcionaba los días miércoles y sábado; a él acudían compradores y comerciantes informales que llevaban sus productos a lomo de burros y mulos desde los lugares donde estaban almacenados. Algunos comerciantes eran representantes de compañías establecidas en Azua, como la de Julio Coean y Compañía, la de José Lench, los Recio, etc. Estos comerciantes azuanos funcionaban en enlace; recibían géneros (cera, mieles, cueros etc.) 14 R. Cassá, «Acerca de las relaciones»; H. Hoetink, El pueblo. 15 H. Hoetink, El pueblo. 16 E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 47 y ss.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 52
21/05/2009 12:05:19 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
53
y comestibles (habichuela) que venían en recuas desde San Juan de la Maguana; a su vez, proporcionaban géneros que venían de la capital (tejidos, fósforos, etc.) y que eran transportados al valle de San Juan. Este movimiento también tenía que ver con Haití, a través de la frontera. San Juan era una zona tradicionalmente vinculada al intercambio con dicha nación. Grupos de comerciantes pequeños se ocupaban, casi siempre en forma de contrabando, de colocar en ese vecino país géneros como pieles, cera, etc., además de ganado. Los negociantes regresaban de Haití con toda clase de artículos y chucherías: seda, fuerte azul, purciana, alabanza, pañuelos, perfumes, lozas, clerén, ajo, cabulla y otros.17 Una parte de estos artículos atravesaba la frontera legalmente a través de las aduanas terrestres. Otra parte lo hacía en forma de contrabando, «que fue la ley de la frontera, formándose al amparo de esa ilegítima manipulación un productivo comercio».18 Este comercio con el vecino país data de la época colonial, pero el mismo recibió un fuerte golpe cuando, como consecuencia de la Convención dominico-americana, los intereses norteamericanos interceptaron las aduanas del país, y se formó un cuerpo de carabineros con la misión de vigilar las fronteras con Haití. Los alcances del contrabando eran tan extraor dinarios y sus raíces tan hondas, que dio lugar a un grave y trágico incidente ocurrido en Las Matas de Farfán en el año 1906. Un fuerte contrabando perteneciente a distintos comerciantes del lugar fue sorprendido y decomisado. Cuatro funcionarios de aduana de nacionalidad yankee se encontraban en dicha población con motivo de la ocurrencia. Los perjudicados, cerrados a toda avenencia, exi gían la entrega de la mercancía en forma enérgica y violenta, a mano armada. Al ser la petición de negada atacaron la oficina, pereciendo en el asalto 17 E. O. Garrido Puello, Espejo. 18 E. O. Garrido Puello, Espejo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 53
21/05/2009 12:05:19 p.m.
54
Angel Moreta
dos de los yankees, salvándose los otros dos porque pudieron huir hacia Comendador donde estaba el cuartel de los carabineros [...]19 A su vez, comerciantes pequeños de Haití frecuentaban el mercado urbano ya establecido en San Juan de la Maguana, y pagaban con la moneda de su país, la cual circulaba en paridad con el peso dominicano en todas las provincias fronterizas hasta 1934. La casa comercial de J. Paniagua funcionaba como agente de cambio de la moneda haitiana la cual cambiaba en los bancos de Puerto Príncipe. Los primeros establecimientos comerciales con escaparates y mostradores, exponiendo diariamente a la avidez del público sus existencias comerciales, surgieron después del 1910, es probable que en el 1920; fueron los inmigrantes italianos Antonio, Flor y Samuel Marra; Antonio, Horacio y Liberato Marranzini, Miguel Dimayo y los árabes Simón Herrera, Bartolo, José y Miguel Paniagua, Elías y Nicolás Michelén, Pedro J. y José J. Hayaime, los que iniciaron dichos establecimientos.20 Estos comerciantes conformarían luego la primera burguesía mercantil de la región, cuyas operaciones se desarrollaron en la zona urbana, pero luego, después de los años 1920, una vez que habían logrado amplios márgenes de acumulación, dirigieron su capital-dinero a la zona rural para negociar con campesinos la compra de frutos a través de redes de intermediarios. De hecho en la zona no existían grupos locales dominantes, a no ser, para esa época, los dirigentes caudillistas, que a nivel político manejaban al campesinado y mantenían una influencia sobre los diversos estratos sociales de la misma. Los ganaderos y hateros, que disfrutaban en gran parte tierras comuneras, no llegaron a conformar un grupo dominante cohesionado capaz de mantener social y económicamente el hato como unidad productiva, y con poder suficiente para 19 E. O. Garrido Puello, Espejo. 20 E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 48. Algunos de estos inmigrantes regresaron a sus países, pero la mayoría se radicó permanentemente en la región, donde establecieron familias y ocuparon un lugar distinguido en la sociedad.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 54
21/05/2009 12:05:19 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
55
impedir la conformación de la pequeña propiedad agraria sobre la base de la ocupación de tierras comuneras, ejidales, etc. Fue a partir de las actividades de este capital comercial urbano que se inició el vínculo con el campesinado. El primero que inició el «comercio de frutos»21 fue un inmigrante español llamado Felipe Collado. Le siguieron Pedro J. Heyaime, José y Miguel Paniagua, Liberato Marranzini, Antonio Marra y otros. Justamente aquellos comerciantes que años antes se habían establecido como negociantes urbanos que traían mercancías desde Azua y la capital. Los productos de la tierra (habichuela, maíz, etc.) se cosechaban para el consumo interno de la común de San Juan de la Maguana. Algunos de estos comerciantes, entre ellos básicamente, Felipe Collado, pusieron en práctica la compra de productos agrícolas a los campesinos y asumieron el papel de agentes mercantiles obteniendo volcar sobre las plazas vecinas el sobrante de las cosechas. También lograron hacer algunas exportaciones de habichuelas a Puerto Rico.22 El capital comercial fue la principal vía de acumulación en una región escasamente vinculada al mercado de exportación. La vinculación que este capital desarrolló con el campesinado fue sobre la base de una lógica de subordinación, pero a través de la mercantilización de productos y géneros para el mercado interior. El sistema de mercantilización que entonces se desarrolló y que marcó el primer proceso de diferenciación del campesinado de la región, el cual se encontraba esparcido por las distintas secciones y parajes de la provincia, fue el siguiente: comerciantes urbanos, como se ha mencionado, po nían sumas de capital-dinero en manos de agen tes intermediarios compradores ubicados en las 21 El concepto «comercio de frutos», empleado por E. O. Garrido Puello en su memoria Espejo del pasado, alude justamente al intercambio del capital comercial con el campesinado. 22 Entrevistas de campo incluidas en los volúmenes inéditos de Manuel de Jésus Rodríguez Varona, Sociología aldeana y otros textos y Artículos; entre ellas, al Sr. Mayobanex Rodríguez, conocedor de la región, hijo del escritor regionalista.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 55
21/05/2009 12:05:19 p.m.
56
Angel Moreta
diferentes zonas agrícolas de la provincia, tanto hacia el norte montañoso y húmedo, como hacia el este y el oeste del valle, y hacia el sur tropical seco. Don Jesús Aquino, Higuerito, SJM. Dichos intermediarios funcionaban como acaparadores locales que se relacionaban con el campesinado a través de sistemas de medidas más o menos arbitrarios, y también utilizando un instrumento importante del cual estaban provistos dichos acaparadores locales: un peso de balanza llamado romana. De esta forma se organizó en toda la provincia una red mercantil cuyo centro se controlaba en la ciudad. Según las entrevistas y observaciones de campo realizadas con personas muy mayores de edad en las diversas zonas, algunas de las cuales precisamente habían sido en el pasado agentes compradores de algunos de los comerciantes urbanos involucrados en la red, las sumas de capital-dinero que los comerciantes de la ciudad ponían en manos de ellos eran elevadas en tiempo de cosecha. Las observaciones empíricas realizadas arrojan el mismo resultado: los agentes zonales mercantiles tenían su romana para trabajar con el campesinado; a menudo recibían hasta 15,000 pesos o más para realizar transacciones; los productos agrícolas eran generalmente leguminosas (habichuela), pues el arroz todavía no había comenzado a sembrarse en esa región para la primera década del siglo xx, pese a que ya se conocía en el Cibao; el transporte de las compras a las ciudades generalmente se hacía en recuas, las cuales eran traídas hasta un determinado punto cerca de la ciudad, donde vehículos y camiones de los capitalistas comerciantes los recogían; casi todos estos agentes mercantiles, hoy muy avanzados de edad, todos octogenarios o más, residían en las zonas donde operaban o en sus cercanías, y reunían una gran experiencia en la compra de frutos, expresada no sólo en la cantidad de años dedicados a dicha actividad, sino también en la destreza en el manejo de la romana. Uno de nuestros entrevistados, don Jesús Aquino de 100 años de edad, narró la forma o los procedimientos que utilizaba, generalmente vinculados al pesaje de los productos, para la expoliación del campesinado en la circulación.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 56
21/05/2009 12:05:19 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
57
Yo recibía el dinero del comerciante Marra; él me decía: «la habichuela te la recibo a tanto; usted se defiende». Esa era la palabra de ellos: «usted se defiende». La habichuela estaba barata enton ces, no es como ahora. La habichuela se compraba a cualquier cosa después de diez pesos pa’bajo los cien kilos; yo nunca podía cantarle apenas los cien kilos a los pobres agricultores, tenía siempre que matarle sus tres o cuatro kilos [...] Para matarle esos kilos yo preparaba la roma na. Esa romana que está ahí todavía la preparo yo que nadie se da cuenta que lo están engañando. A las pesas se le pone el gancho, ellas tienen su plan cha. Tengo planchas de 200 kilos, de 100, de 50, tengo de 25 kilos, también en libras. Las planchas se enganchan.
Ilustración 6. Balanza denominada romana, de 1920, utilizada por intermediarios
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 57
21/05/2009 12:05:19 p.m.
58
Angel Moreta
Muchas veces la preparábamos con un mecáni co, muchas veces le poníamos al gancho el machete, pero lo más cotidiano eran las planchas; pero mu chas veces no utilizamos las planchas para ciertas personas, que uno no podía de ninguna manera, porque esas personas uno las necesitaba para que le trajeran a uno otros agricultores, y uno tenía que ayudarlos, ahí venía el primo, el papá, el tío... Había campesinos que no eran salvajes y uno no podía ponerle las planchas; cuando eran amigos de uno yo no pesaba directamente, ponía otro a pe sar y yo le decía: «cántame los kilos», pero ya él y yo estábamos en combinación; aparentemente, en este caso, quien lo estaba matando a él era el otro [...]23 El capitalista comercial urbano enviaba la producción fuera de la región, principalmente a la capital. Este representante del capital en la zona no establecía claramente el margen de beneficio que correspondería en términos porcentuales al comerciante zonal que lo representaba, razón por la cual éste se veía constreñido a obtener un diferencial de beneficio mediante el logro de un precio inferior al fijado como precio de compra por aquella figura. Diversos comerciantes urbanos tenían el mismo tipo de contactos y similares representantes en las más diversas zonas agrícolas de la provincia. Existía una cadena de comerciantes urbanos y pequeños agentes comerciales compradores zonales que operaban con capital-dinero de los primeros. Todavía en algunas secciones y parajes rurales de la provincia aparecen ejemplares de estas figuras intermediarias acaparadoras del pasado que mantienen en un aposento de sus viviendas el instrumento de pesaje que entonces se llamaba romana. Como se percibe del testimonio de uno de ellos, utilizaban como procedimiento de astucia a otra persona que le pesaba a aquellos campesinos que no eran salvajes o que eran compadreados 23 Testimonio de don Jesús Aquino, ex agente mercantil con 100 años de edad, residente en la sección Guazumal, al norte de San Juan de la Maguana (abril de 1983).
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 58
21/05/2009 12:05:19 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
59
o simplemente campesinos con los cuales él no quería chocar. Pero siempre dentro de una fórmula de combinación para expoliar al productor.24 Puede conjeturarse con mucha propiedad que los comerciantes urbanos en el Suroeste no tuvieron el problema de competencia, apuntado por Hoetink,25 representado por el desarrollo y la presencia de la bodega central en las zonas o regiones en las que se estableció el capital vinculado a la industria azucarera.26 Este autor expone cómo el comerciante de pueblo o local, «cuyo capital era frecuentemente limitado, no podía competir ni en precios ni en surtidos con las grandes bodegas que traían sus mercancías directamente del extranjero».27 Y no sólo no tuvieron esa dificultad para lograr márgenes considerables de acumulación, sino que además, desarrollaron ese primer vínculo con un campesinado totalmente ignorante y analfabeto.28 Hay que tomar en cuenta, también, que dichos comerciantes, políticamente, pasaron a tener «influencia» local y cierto poder, en la medida en que algunos de ellos se hicieron miembros del cabildo provincial. Es probable que la principal fuente de expoliación estuviese en la sustracción a través del pesaje, y no en procedimientos consuetudinarios de subordinación como en otros renglones, tales como el tabaco y el cacao.29 Pero sí el desarrollo del intercambio habrá creado en una segunda etapa otros procedimientos de sometimiento en la medida en que el campesinado se fue vinculando al mercado en la adquisición de géneros de consumo y de géneros necesarios a la producción, como implementos agrícolas. Pero esto es puramente especulativo 24 Las entrevistas de campo realizadas con este tipo de figuras fueron sumamente interesantes para reconstruir sobre la base de un procedimiento empírico, el desarrollo del capitalismo en la agricultura de una región determinada. 25 Toda esta parte está apoyada en información de campo. 26 H. Hoetink, El pueblo, p. 39. 27 H. Hoetink, El pueblo, p. 38. 28 Víctor Garrido, «Informe sobre la común de San Juan de la Maguana, 1920», citado por E. Rodríguez Demorizi en Lengua y folklore de Santo Domingo, Santo Domingo, 1975. 29 W. Lozano, «La formación del proletariado».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 59
21/05/2009 12:05:20 p.m.
60
Angel Moreta
si nos referimos a los años de 1920. Después de 1930, cuando comienza el cultivo de arroz en escala mercantil importante, es probable que se iniciara aquella segunda etapa, en la cual operarían mecanismos usureros, tasas de interés, compromiso de entregar cosechas, recargos de precios y otros mecanismos de expoliación y sustracción de excedente. La acumulación del capital comercial no se limitó apenas a la circulación, sino que además los comerciantes compraron tierras por cabeza de arenque, cercaron y usurparon tierras, engañaron campesinos a base de la legislación agraria establecida a partir de 1911, con notarios y agrimensores que pertenecían a familias caudillistas o que en todo caso estaban al servicio de la apropiación privada de los terrenos comuneros y ejidales (de las sabanas) del valle. El campesinado de subsistencia en 1920 Hacia 1920 todavía había un campesinado de subsistencia importante, pero en su generalidad las economías campesinas estaban en un proceso de mercantilización de la producción y de sometimiento al mercado interno regional. Este mercado ya venía formándose desde fines del siglo xix, años desde los cuales hay noticias no sólo de la existencia de días de feria y de mercado en la zona urbana, sino también de comercio con Haití, y con Azua, como terminal del transporte a lomo de animal que venía de San Juan con cueros, ceras, mieles y productos agrícolas, que ya entonces, con la habichuela en primer lugar, había comenzado a sustituir a la ganadería. En el Suroeste, el proceso de incorporación del campesinado a la producción de valores de cambio se desarrolla a partir del 1920 aproximadamente, cuando ya para esa fecha en otras regiones dicho proceso estaba muy avanzado y había comenzado desde mucho antes de entrar el siglo xx, por ejemplo, en el tabaco y el cacao, como ya se ha señalado. En un informe de 1922, Víctor Garrido constataba la transformación que se estaba produciendo:
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 60
21/05/2009 12:05:20 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
61
Mientras llovió y los pastizales reverdecieron copiosamente cada primavera, San Juan fue el cuerno de la abundancia. Surtía de ganado, es pecialmente, a la República de Haití. Sus caballos fueron tan famosos, que el padre Meriño cita en su «Geografía Patria» los de Punta Caña. Toda esa riqueza era de sabana, no tenía solidez básica. Hoy la común es mísera. Perdida la esperanza de recons truir la riqueza ganadera, los habitantes se han dedicado a la agricultura y se cultiva toda clase de frutos menores. En grande escala la habichuela, que constituye un floreciente negocio de exportación; lue go, arroz, maíz, guandul, garbanzo, arveja, pláta no, rulo, yuca, batatas, papa, caña, tabaco, etc.30 Se constata en dicho reporte la decadencia de una actividad otrora importante, como el pastoreo y la ganadería, que acaba cediendo un lugar de primera importancia a la agricultura campesina, actividad a la cual se dedicaría la mayoría de la población. Ello habrá decidido la degradación económica y social de los hateros y la desaparición de relaciones semiserviles en la organización del hato. Dicha fuerza de trabajo habrá buscado ubicación en la agricultura de subsistencia que entonces comenzaba a producir valores de cambio. Concomitantemente, los comerciantes, inmigrantes y nativos de la región pasarían a ocupar el primer lugar en la escala económica y social regional; como se ha visto, la actividad del capital comercial abrió los primeros elementos de incorporación del campesinado a la producción de mercancías mediante un vínculo de intercambio en el cual el dinero como elemento de la circulación ocuparía un lugar importante. El informe de Víctor Garrido permite constatar, además, que la habichuela era un renglón de producción de primer orden, inclusive como género de exportación. En segundo lugar, seguían toda clase de frutos menores, dentro de los cuales se encontraba el arroz, que todavía no había pasado a ser un 30 Víctor Garrido citado por E. Rodríguez Demorizi, Lengua y folklore.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 61
21/05/2009 12:05:20 p.m.
62
Angel Moreta
cultivo capitalista, ni un renglón de relevancia en la región, proceso que se produjo en 1940. Otro autor regionalista, E. O. Garrido Puello, muestra nostalgia por las consecuencias de los vientos bravíos del materia lismo dentro de las cuales se cuenta la transformación de las sabanas en haciendas de cultivo y pastizales. Y lo que fuera en antes campiñas de ensueños y amores son hoy ganaderías bajo cerca, arrozales, plantíos de habichuelas, papas, maíz, cebollas y maní. El arado surcando la tierra y los canales de riego fecundándola han sustituido al ganado que pastaba libremente, propiciando una economía más sólida para la región. El materialismo se tragó los románticos sueños del pasado [...]31 Para 1920 la industria era prácticamente inexistente; la principal eran las factorías azucareras en Azua, en cuyos llanos costeros había plantaciones de caña y tres ingenios, con 45 kilómetros de vías férreas. Al oeste, la agricultura parcialmente mercantil, tenía una importante vinculación al mercado de bienes de subsistencia, aunque dentro de las limitaciones que imponía la región en su conjunto, entre ellas, la falta de medios terrestres de comu nicación. Ello representaba un obstáculo a la mercantilización de productos agropecuarios, pues no había carretera, a no ser del kilómetro veinte de Azua hacia la capital.32 «Puede decirse que los hombres reparten su atención entre el pastoreo, el cultivo de la tierra y el comercio.»33 Había en San Juan de la Maguana una industria doméstico-rural importante que fabricaba andullos, jáquimas, lazos, hicos de hamaca, «con la fibra de la cabulla, que tienen fama en el país por su excelencia»34; con la hoja del guano se elaboraban árganas, macutos, esteras, capachos; con otras hojas se 31 E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 40. 32 Entrevista con el señor Mayobanex Rodríguez, 1985. 33 Víctor Garrido citado por E. Rodríguez Demorizi, Lengua y folklore. 34 E. Rodríguez Demorizi, Lengua y folklore, p. 227. La descripción que sigue sobre el campesinado se apoya en dicho informe.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 62
21/05/2009 12:05:20 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
63
confeccionaban esterillas, aparejos, canastos, sillas rústicas, con el fondo de guano retorcido. Utilizando barro cocido, la industria doméstico-rural fabricaba, asimismo, tinajas, ollas, cachimbos; con madera hacía bateas, barriles, tinajas; de la palma, el roble, caracolí y otras maderas, se sacaban tablas de construcción. También se fabricaban quesos y mantequillas, utilizando la leche de vaca, cabras y ovejas; casabe, tortillas de diversos tipos, almidón obtenido de la yuca; sombreros de cana; raspaduras, producto del jugo de la caña puesto al fuego en grandes pailas; se confeccionaban, de igual modo, monturas, pellones y sudaderos; cigarros llamados túbanos. El tabaco de esta común es inmejorable. El que se produce en la sección de Yabonico es de calidad tan superior, como el mejor tabaco cibaeño. Hay quien afirme que es superior. La intensidad de la indus tria andullera (el andullo es de difícil manipula ción) se debe a la dificultad para exportar con pro vecho la aromática hoja. Valdría la pena hacer de esta común un centro tabacalero como Santiago.35 El capital comercial no se interesó en el tabaco de que habla el informe de Víctor Garrido de 1920. Es probable que el principal renglón en el cual aquel se interesara, fuera el de los productos agrícolas, básicamente la habichuela. La situación va a cambiar rápidamente a partir de 1930, con la generalización del cultivo de arroz. Es probable, que la mayor parte de la producción artesanal campesina no saliera fuera de la región y que gran parte de ella se consumiera en las mismas localidades y zonas rurales de la región. Ello tiende a mostrar que el consumo de bienes de subsistencia por parte del campesinado era proveído por la industria doméstico-rural y la agricultura; lo mismo puede decirse del consumo de medios de producción, aunque había algunos 35 Víctor Garrido citado por E. Rodríguez Demorizi, Lengua y folklore.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 63
21/05/2009 12:05:20 p.m.
64
Angel Moreta
que era absolutamente imprescindible adquirirlos en el comercio urbano, tales como machetes, azadas, mochas, picos, fósforos, combustible, sal, etc. El consumo de bienes alimenticios, de ajuares del hogar, de materiales de construcción, de prendas de vestir era proveído fundamentalmente por la naturaleza; ésta jugaba todavía para esos años un papel destacadísimo en la provisión de elementos para la reproducción de la unidad familiar campesina.36 Nuestros campesinos viven en casas construi das de tablas de palma y en bohíos de tejamaní embadurnados de lodo y blanqueados luego; pero el tejamaní solamente se usa por los muy pobres o en aquellas secciones en que no hay tablas y resulta muy costosa la adquisición. Los enseresdomésticos se componen de sillas criollas, mesas de madera, juegos de platos y tazas y tacitas de loza, cubiertos, calderos, ollas de barro, tinajas, güiros, bangañas, cucharas, sacadores de agua, hechos del frugo del higuero, etc. Sólo los muy infelices o los muy miserables carecen de estas pequeñas co modidades. Los hombres duermen generalmente en hama cas de tela, las mujeres en catres o barbacoas con colchones de algodón o de guajaca; pero el uso de la barbacoa ha quedado reducido a cierta clase de gente inferior. Se alumbran con lámparas co rrientes o con lamparitas de hojalata, llamadas jumeadoras, o con hachos de pino, que le dicen cuaba.37 Según el mismo informe, el campesino adornaba su vivienda, generalmente con dos divisiones, con láminas y retratos 36 Luis Gómez, Descomposición de la comunidad campesina (1920-1970), Santo Domingo, 1982. 37 V. Garrido, «Informe sobre la común»; Rodríguez Demorizi, Lengua y folklo re, p. 229.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 64
21/05/2009 12:05:20 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
65
recortados de los periódicos; en la sala tenían una mesita con un mantel, y encima vasos y tacitas de café, esmeradamente limpias. Las prendas de vestir que usaban eran de fuerte azul y de listado, soletas, etc., principalmente en los días no feriados ni domingos. En los días festivos visten dril o casimir, dejan las soletas y usan un par de zapatos. Del informe de Víctor Garrido se desprende que el campesinado consumía en el mercado urbano elementos como: vasos, tazas, zapatos, manteles, fuerte azul, dril, casimir, listado, platos, cubiertos de loza, cucharas, calderos, gas para lámparas jumeadoras, fósforos, etc. En cambio, todo lo demás, era proveído por la naturaleza y transformado por la industria doméstico-rural, de gran riqueza entonces y de primera importancia en la vida campesina. En cuanto al consumo de sal y azúcar, el campesinado utilizaba la sal de Neiba y la raspadura. Ambos productos llegaban al mercado en recuas de animales. «El acarreo proporcionaba un intercambio comercial entre las dos regiones, pues los neiberos regresaban a sus hogares con géneros adquiridos en el comercio sanjuanero.»38 Comerciantes extranjeros propietarios de tierras en el valle de San Juan de la Maguana (1900-1920). Red mercantil con el campesinado de subsistencia Familias comerciantes Liberato Marranzini, asociado con Ves pasiano Ciaccio, en Azua. Fundó su casa comercial en 1900. Flor Marra Marranzini. Fundó su casa comer cial en 1903.
Propiedades agrarias, etc. Valiosa finca con potre ros dedicados a la crian za de ganado vacuno; casas y solares. Casa la Flor de Italia. Finca de potreros con 200 cabezas de ganado vacuno con edificio para peones; 4 casas y 4 sola res. Casa la Linda.
Actividades Negocios de café, ganado y productos en general, 20 emplea dos. Mercancía en general; importada de los Esta dos Unidos.
38 E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 66.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 65
21/05/2009 12:05:20 p.m.
66
Hermanos Marranzini: Carlos, Antonio y Hora cio. Tienen 4 sucursa les y agencias en toda la provincia de Azua.
Hermanos Paniagua: fundada en 1905.
Angel Moreta
3 magníficas casas, so lares, 3 fincas con 10 mil tareas de superficie de las cuales 6 mil están cerra das y cultivadas; ganado vacuno, criollo y africano. 500 cabezas de ganado. Las fincas se ubican en Santomé, Manoguayabo y Juan de Herrera. Extensos potreros dedicados a la cría de ganado vacuno. Casa la Venus. Potreros muy buenos, ganado vacuno, un servi cio de 100 mulas para el acarreo de carga; «una buena tenería».
Toda clase de frutos y productos agrícolas, mercancías de todo tipo, importadas exclu sivamente. Exportado res de frutos.
Compra y venta de productos tales como: café, cacao, frijoles y cera; con especialidad. Don Juan J. Michelén. «Compra y venta de Se estableció con su productos del país»; familia en 1910. especialmente frijoles «indianos», café, cueros, cera, mieles, etc. Mercancías en general, tenerías. Pedro J. Hayaime Fábrica de calzados «Venta al por mayor denominada La Perla, y al detalle»; compra grandes recuas y caba y venta de produc llos de cargas; casas y tos del país; tejidos, fincas. Casa la Francia. provisiones, peletería y ferretería. Marranzini Hermanos, Casas, solares, 3 fincas Comercio en general, con especialidad en Sucursal en Las Matas, con más de 10 mil ta administrada por don J. reas; 6 mil tareas cerca compra y venta de das y cultivadas; ganado víveres y ropa; toda Balsamo. vacuno, criollo y africano; clase de frutos del 500 cabezas de ganado país. vacuno. (Sin datos) Comercio en general, Don Santiago Rodrí con especialidad en guez (Las Matas). compra y venta de 1908. víveres y ropa, toda clase de frutos del país. Fuente: El libro azul de Santo Domingo. Publicado en Estados Unidos en 1920. La UASD lo publicó en 1976, Editora Universitaria.
• S egún estos datos documentales y aquellos primariamente provenientes de investigaciones de historia oral, se estableció hacia los años 10 una importante red mercantil entre
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 66
21/05/2009 12:05:20 p.m.
Inicios del desarrollo capitalista en el valle de San Juan...
67
el capital comercial y el campesinado, que cubría las zonas más productivas del valle de San Juan de la Maguana. Dicha red representó no sólo la acumulación inicial del capital comercial, sino que desató los primeros procesos de diferenciación del campesinado de la región en su incorporación al mercado interno en expansión. • L as medidas del gobierno de intervención norteamericana, entre ellas la prohibición de la crianza libre de animales, facilitaron el proceso de apropiación de las tierras del valle, junto a la alianza de caudillos y comerciantes. • V arios de éstos serían los primeros en establecer factorías agroprocesadoras, en los años 40, y se asociarían como bloque regional clasista al régimen de Trujillo, que les concedió la nacionalidad a partir del 1941.
Red mercantil en el valle de San Juan de la Maguana para el mercado interior, 1920
Comerciante urbano
Comerciante urbano
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 67
Comerciante urbano
Comerciante urbano
Campesinado de subsistencia
21/05/2009 12:05:21 p.m.
68
Angel Moreta
Ilustraci贸n 7. Zona del valle de San Juan de la Maguana
Ilustraci贸n 8. Zona del valle de San Juan de la Maguana
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 68
21/05/2009 12:05:21 p.m.
III. Apropiación terrateniente de los medios de producción en la agricultura Condiciones necesarias al proceso de apropiación Después de 1920, la economía campesina comienza a consolidar su vínculo con el mercado y su transformación lenta como productora de valores de cambio. Para que la producción de mercancías en el seno de sociedades agrarias se pueda dar, deberán ocurrir otros fenómenos que le son con comitantes, como que las zonas urbanas alcancen cierto de sarrollo, la división del trabajo se haga presente, y el comercio y el mercado se amplíen.1 Estas condiciones comienzan a producirse a partir de los años 20. Ya para esa fecha la provincia de Azua, que comprendía el área oeste (San Juan de la Maguana y Elías Piña), hasta la frontera, tenía más de 100 mil habitantes, el tercer lugar dentro de las 12 provincias del país en ese entonces; y la común de San Juan tenía más de 32 mil habitantes, que representaba el 31.6% de la provincia de Azua y el 3.6% de la población total del país, que era de 894,600 habitantes.2 A partir de 1920 hubo una significativa ampliación del comercio y el mercado debido al desarrollo del transporte hacia Azua, Barahona y otras provincias. Tradicionalmente las 1 Ernest Mandel, Tratado de economía política I, México, 1980, p. 62 y ss.; Mario Margulis, Contradicciones en la estructura agraria y transferencias de valor, México, 1979, p. 9 y ss. 2 Censo de 1920, p. 143.
– 69 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 69
21/05/2009 12:05:21 p.m.
70
Angel Moreta
dificultades de comunicación terrestre habían sido un obstáculo para integrar el valle de San Juan de la Maguana a la circulación mercantil, a las que se agrega el hecho de que en dicha región no hubo históricamente presencia de compañías azucareras que le plantearan a ésta la necesidad de vínculos con el mercado mundial capitalista. Ello condujo a un aislamiento del centro del país que retardó, en comparación con otras regiones, su ampliación del mercado interior. El viaje de San Juan de la Maguana a Azua, hacia el este, era una travesía dura. Para el transporte de cargas se utilizaba la carreta de bueyes o de mulos; [...] yo recuerdo que había cuestas que obligaban a bajar la mitad de la carga para poder subir la otra mitad; había que depositarla allá para volver a bajar con la carreta y entonces volver de nuevo con la carga que había quedado, luego acomo dar la carga que había sido dejada arriba. Eso se hacía en Los Bancos. Ahí donde está el puente que hicieron los americanos el río era una playa, ese era el mejor paso, aunque tenía mucha agua [...]3 En el trayecto de 83 kilómetros hasta Azua existían algunos puntos conocidos por los recueros y viajantes que proporcionaban albergue, yerba para los animales y comida, como en Los Toros y Arroyo Salado; pero para el descanso, si no se caminaba provisto de hamaca, el duro suelo, sobre árganas por cabe cera, las valijas, el recurso heroico como urgente necesidad de una noche de expectativas [...] en la cual la espera del nuevo día era una luz en las tinieblas de la desesperación.4 Por decenios interminables el Sur fue la re gión remota y olvidada, perdida entre montañas y 3 Entrevista de campo al septuagenario Mayobanex Rodríguez, 1985. 4 E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 64.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 70
21/05/2009 12:05:21 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
71
sabanas, que muchos dominicanos, en desdeñosa ignorancia confundían con Haití. Sin ferrocarri les y sin caminos viables, con los primitivos medios de comunicación para las relaciones humanas, el caballo, la mula y el burro, eran los medios de mo verse, de acercarse al mundo [...]5 Las recuas de carga llevaban exigua producción a Azua: habichuela, maní, dulces, raspadura, etc.6 Llevaban lo que se producía en recuas de ocho y diez burros. La finalidad de estos viajes, al principio, era llevar los animales para traer mercancías que llegaban de la capital a los almacenes y depósitos de patio de los comerciantes azuanos Freites, Recio, Joaquín Ruiz, etc., en donde «le permitían a uno alojarse si llovía; mientras, uno dependía de lo que llevaba, huevos, tortilla, raspadura y otras cositas que se producían aquí».7 Después de llegar el primer vehículo de motor a la ciudad de San Juan de la Maguana, en 1918, los ayuntamientos de ésta y de Azua decidieron reparar la vía, que solamente tenía 15 kilómetros en condiciones aceptables, y terminar de construir el puente sobre el río Yaque del Sur, acción en la que influyeron los intereses comerciales, pues el cabildo de San Juan estaba bajo la influencia directa de éstos desde 1910 aproximadamente.8 Hoetink expone cómo a fines del siglo xix y principios del xx, los comerciantes urbanos locales tenían gran influencia en los ayuntamientos de aquellos municipios vinculados a la actividad azucarera. Algunos de estos ayuntamientos se quejaban de la corrupción que imperaba en la zona rural, en peticiones elevadas al Congreso Nacional9, pero lo que realmente había 5 E. O. Garrido Puello, Espejo. 6 Entrevista de campo, 1985, entre ellos a Mayobanex Rodríguez, hijo de Ml. de Js. Rodríguez Varona, publicista de SJM, en el periódico El Cable. 7 Entrevista de campo, 1984. 8 Domingo Rodríguez, de los principales representantes del capital comercial en la región, era presidente del Ayuntamiento en 1918. Luego, con el cultivo del arroz dentro de relaciones capitalista, organizó la primera factoría de arroz de la región. Véase: E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 113. 9 H. Hoetink, El pueblo, p. 38.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 71
21/05/2009 12:05:21 p.m.
72
Angel Moreta
era, como consecuencia de una mayor circulación del dinero, un aumento enorme del número de pequeños comerciantes buhoneros que hacían competencia a los comerciantes locales establecidos en las zonas urbanas. En el Suroeste, donde no se dio el fenómeno de un mercado de trabajo vinculado a la economía de exportación, la existencia de los comerciantes urbanos se produjo desde principios de siglo, quienes luego de acumular capital, se enfocaron en la agricultura. Una vez que se acondicionó el camino de Azua a San Juan, los comerciantes trajeron camiones y automóviles, que anularon las recuas de carga y arrojaron a la desocupación a los recueros. Este elemento reforzó la circulación mercantil y accionó las redes de compras de productos agropecuarios de las economías campesinas a través de intermediarios acaparadores, descritas en el capítulo anterior. Entre los comerciantes que comenzaron rápidamente a utilizar vehículos de motor para transportar la producción del valle de San Juan hasta Azua, se encuentran los inmigrantes que se establecieron a principios de siglo en la ciudad.10 Como se evidencia en el mapa de las carreteras construidas en el país entre 1906 y 1930,11 sólo entre 1924 y 1930 se vino a construir la carretera desde Santo Domingo hasta Azua. Todavía después de este último año no existía una carretera hacia San Juan de la Maguana. Cuando ésta se construye, entre 1930 y 1940, el desarrollo capitalista de la región recibirá otro impulso en el sentido de su intensificación. Ya antes, en 1926, se construyó el canal de Juan de Herrera, al norte, alimentado con las aguas del río San Juan, que pasó a mojar gran parte del valle, básicamente el norte y el este; con capacidad de un metro cúbico por segundo, absorbió algunos canales particulares que habían sido construidos con anterioridad por capitalistas individuales. El sistema de riego en el valle es muy peculiar; desde fines del siglo xix está sobredeterminado por los intereses particulares 10 E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 113. 11 Frank Moya Pons, Manual de historia dominicana, Santo Domingo, 1992. El mapa fue reconstruido por la geógrafa Sandra Black.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 72
21/05/2009 12:05:21 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
73
que se han ido apropiando de las tierras de mejor capacidad productiva. El primer canal se construyó durante el gobierno de Ulises Heureaux, llamado regola del pueblo porque pasaba cerca de la ciudad, corría de norte a sur y llevaba sus aguas a la hacienda de la querida del presidente, señora Juana Ogando, ubicada en Manoguayabo.12 Para la misma época, el compadre y seguidor regional de Ulises Heureaux, general Wenceslao Ramírez, caudillo político de toda esa zona Suroeste, construyó el canal de Mijo, que se alimentaba de las aguas del río del mismo nombre, con el fin de regar sus tierras de Mijo, en donde tenía una gran hacienda agrícola y ganadera.
Moya Pons, F. Manual de historia dominicana, 5ta. ed. UCMM, 1980.
Ilustración 9. Carreteras construidas entre 1906 y 1930
En las dos primeras décadas del siglo xx, se intensificó la construcción de canales particulares de riego, construidos 12 E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 36.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 73
21/05/2009 12:05:22 p.m.
74
Angel Moreta
con capital-dinero privado, básicamente de comerciantes y de caudillos, entre ellos el hijo de Wenceslao Ramírez, el también general caudillista José del Carmen Ramírez, quien, al igual que el padre, era entendido en riego y había hecho estudios de agrimensura en la capital del país a fines del siglo xix.13
Recreación de la geógrafa Sandra A. Black
Ilustración 10. Zona del valle de San Juan de la Maguana
Después de 1926, con la construcción del canal de Juan de Herrera, se multiplicaron los canales particulares: decenas de ellos tomaban las aguas de los ríos San Juan, Maguana, Mijo, Jínova, Mogollón, del Medio, Las Cuevas, Yaque del Sur, Vallejuelo, algunos de los cuales mojan el valle. El problema de las aguas de riego se hizo importante en la región para profundizar el proceso de acumulación que había comenzado en la circulación con el capital comercial. El periódico local El Cable, fundado en 1921, cuya vida editorial 13 Víctor Garrido, En la ruta de mi vida, Santo Domingo, 1970, p. 66 y ss.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 74
21/05/2009 12:05:22 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
75
duró hasta 1930, patrocinó la apertura del canal de Juan de Herrera a través de una serie de artículos escritos por su director.14 La campaña del periódico fue larga, recia y fructífera. Asimismo, un grupo de ciudadanos de San Juan de la Maguana, a instancias de una vigorosa campaña de El Cable, constituyó en 1920 un Comité de Defensa de las Aguas del Sur, en donde estaban representados los intereses de los comerciantes propietarios de tierras y futuros propietarios, para luchar con el Central Barahona por una utilización no antojadiza de las aguas del río Yaque del Sur. Dicho Central azucarero había recibido una concesión de derechos de agua por parte del Gobierno de Ocupación, pero «interpretando antojadizamente la concesión que [...] le había otorgado el Gobierno Militar, procedía a medirlas tratando de precisar su caudal en las temporadas de sequía con el fin de limitar el uso de ellas a las personas que tomaban estas aguas y la de sus afluentes con destino al riego de sus haciendas».15 La actitud del Central Barahona, en manos de intereses norteamericanos, causó desasosiego en toda la región de San Juan de la Maguana, cuya economía comenzaba a fundamentarse en la agricultura, y llevó al periódico El Cable a «una memorable campaña [...] de resonancia mundial» y que encontró eco en todos los periódicos del país, «excepto el Listín Diario».16 Prueba de que existía un interés por las aguas, particularmente del capital comercial y las figuras caudillistas locales, fue el hecho de que la Secretaría de Estado de Agricultura e Inmigración, del Gobierno Militar norteamericano, expidiera unos 12 títulos de agua, de un total de 26, para sacar regolas y construir canales de los ríos que mojan el valle, entre ellos, el Mijo y el San Juan.17 Uno de los solicitantes para las aguas del río Mijo fue el general Wenceslao Ramírez, solicitud que le fue aprobada. 14 V. Garrido, En la ruta, p. 120; E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 37. En estas publicaciones se cuentan las circunstancias de la campaña. 15 E. O. Garrido Puello, Historia de un periódico, Santo Domingo, 1968, p. 41. 16 E. O. Garrido Puello, Historia. Luego, en 1920, el director del Listín, Pellerano Sardá, explicó a una comisión que lo visitó que «el Central Barahona era un cliente no desdeñable de la empresa y que él juzgaba inoportuno atacarlo». 17 Censo de 1920, p. 70.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 75
21/05/2009 12:05:22 p.m.
76
Angel Moreta
Ya para esos años, el arroz y la habichuela eran de amplio consumo en el país. En 1920, por ejemplo, se importaron 13,076 toneladas métricas, con un valor de más de 3 millones de pesos, cifra que muestra que el país estaba alcanzando un consumo considerable de este producto, pero al mismo tiempo que tenía una incapacidad productiva del mismo. Para esa época, el arroz, junto otros frutos, era un cultivo mercantil en la zona, aunque básicamente se utilizaba para consumo de subsistencia. Solamente a partir de 1930 va adquiriendo una importancia considerable en la región, a la cual llegó tardíamente, comparado con la región del Cibao, que ya a fines del siglo xix era cultivado como producto de subsistencia. Según Bonó, en el Cibao en 1890, el arroz ya se sembraba para autoconsumo.18 En San Juan de la Maguana, debido a la predominancia de la ganadería, este producto era prácticamente desconocido. En el Informe de la Comisión de Investigación de los Estados Unidos se da cuenta que en el Cibao «el arroz y el plátano se siembran para consumo doméstico». Entre 1930 y 1940 se expandió la producción de arroz y se configuraron zonas en distintas regiones del país como especializadas en la siembra y el cultivo de este cereal, hasta llegar, en 1942, a realizar exportaciones de más de 50 mil toneladas métricas.19 Un factor que provocó la decadencia de la crianza de animales y, por tanto, el empobrecimiento de muchas familias campesinas, fueron las prohibiciones a la crianza libre ejecutadas por las tropas interventoras norteamericanas. Los campesinos tenían puercos, vacas, chivos y otros animales pastando libremente en las sabanas del valle. Los intervencionistas, una vez llegaron al valle, prohibieron la circulación de animales y castigaban con multas «todo animal que violara el perímetro urbano, que ellos fijaron a su antojo»,20 y establecieron una alambrada de púas alrededor de la zona urbana con portones de entrada y salida que se cerraban de noche. 18 H. Hoetink, El pueblo; E. Rodríguez Demorizi, Papeles, pp. 101-103. 19 Joaquín Balaguer, La realidad dominicana: semblanza de un país y de un régimen. Buenos Aires, Argentina, 1947, p. 48 y ss. 20 E. O. Garrido P., Espejo, p. 121.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 76
21/05/2009 12:05:23 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
77
Estas medidas provocaron una diferenciación según la cual, unos tuvieron que «fomentar potreros», cercados con alambradas, y otros tuvieron que dejar la crianza y vender sus animales. Las persecuciones que los intervencionistas ejecutaban contra la vagancia, sumadas a la eliminación de la crianza libre, llevó a muchas familias campesinas a refugiarse en la agricultura de subsistencia, en un momento en el cual se consolidaba la red mercantil que hemos descrito en el capítulo II.21 El proceso de apropiación Los distintos elementos que se han analizado crearon las condiciones para que se configurara a partir de la intervención norteamericana, una presión por la tierra, que sería llevada a cabo en los años siguientes por el capital comercial, en alianza con notarios y agrimensores. Para la fecha el capital comercial había logrado suficientes márgenes de acumulación y, además, poder político en alianza con el sector caudillista tradicional. En 1918, el presidente del cabildo local, y otros miembros, eran representantes de dicho capital y manejaban según sus intereses y necesidades, básicamente después de la retirada de las tropas interventoras, las actividades del mismo. Para 1930 los intereses de este sector como dominante estaban configurados en la región. Los inmigrantes extranjeros que personificaban la figura del capital comercial ya habían venido adquiriendo tierras porque se dieron cuenta que más tarde iban a tener su valor; los campesinos no valorizaban la tierra. Se tenían títulos sobre terrenos comuneros, pero sin que ningún interesado tomara posesión de ellos, excepto para hacer algún conuco. La dejadez 21 La represión de las tropas norteamericanas fue activa en la región; inclusive, los yanquis apresaban al que no tuviere la casa limpia. Información de campo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 77
21/05/2009 12:05:23 p.m.
78
Angel Moreta
y la ignorancia llegaron al extremo que esos títulos pasaban de mano en mano sin que para esa cesión se instrumentara ningún acto legal. Suponían que bastaba la posesión.22 Después de 1930 se aceleraron las adquisiciones de tierras. Casi todos los comerciantes, que años antes habían sido inmigrantes,23 adquirieron, compraron, usurparon y tomaron tierras antes y después de 1930. Después de 1940, se convertirían también en patronos de factorías procesadoras de arroz, lo que marcará una nueva etapa del desarrollo capitalista en la región. En entrevista de campo, un anciano oriundo de la región, con edad de 108 años, refiriéndose al proceso, expresaba que: muchos las consiguieron (las tierras) con inteligen cia; con el dedo decía: ‘esto es mío, y esto es mío, y aquello también’ [...] Y así fue que las consi guieron. En aquel tiempo era con el dedo que se conseguían las tierras. Usted decía: «esto es mío» y buscaba y pagaba bien a un agrimensor, medía las tierras, buscaba un notario y se quedaba con ellas y con todo lo que le parecía. Así consiguieron los Mesa toda esa sabana de Solorín y los alrede dores del pueblo; todo eso era de ellos. ¿Los cam pesinos? Esos eran unos infelices, los echaban a un lado; a ellos les compraban palocitos de alguna cerquita que tuvieran y por esa cerquita entonces cogían todo ese terreno; las tierras no tenían valor en aquellos tiempos [...]24 El asunto de la apropiación de la tierra se hizo un problema de gran importancia, cuyos antecedentes ya venían en el 22 Información de campo, 1984; E. O. Garrido Puello, Espejo, p. 120. 23 Los Paniagua, Hayaime, Octavio, Marranzini, Collado, Recio, Marra, Rodríguez, etc. 24 Entrevista realizada por Angel Moreta a un habitante de San Juan de la Maguana de 108 años el 26 de febrero de 1983.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 78
21/05/2009 12:05:23 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
79
reclamo de las aguas, en la construcción de canales privados, en la reparación del camino que conduce a Azua, en la polémica con el Central Barahona y en la campaña por la construcción del canal de Juan de Herrera, gestiones y actividades todas en las que participaba el Ayuntamiento. En 1928, cuando se planteó en Azua la fusión del legalismo caudillista del Suroeste, con el Partido Nacional Horacista, los primeros reclamaban para la provincia de Azua tres cuestiones fundamentales que resolver, y que después de constituido el Gobierno algunas fueron aplicadas: la comunidad de las tierras, el reparto de las aguas y la construcción de vías de comunicación.25
Sandra A. Black
Ilustración 11. Ríos de la provincia de San Juan
El planteamiento sobre la comunidad de las tierras era con el fin de atajar la confección de títulos falsos que está haciendo virtualmente nulos los derechos de propiedad privada. 25 V. Garrido, En la ruta, p. 131 y ss.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 79
21/05/2009 12:05:23 p.m.
80
Angel Moreta
Títulos de agua expedidos por la Secretaría de Estado de Agricultura e Inmigración, en virtud de la orden ejecutiva No. 318, a los siguientes: Domingo Rodríguez-Agua del Río San Juan-Azua. Jesús M. Vargas-Agua del río el Caño de Boña-Neiba-Barahona. Alberto Perdomo-Agua del río Plaza Cacique. Santiago J. Rodríguez-Agua del río Macasía-Matas de Farfán. J. Julio Coiscou-Agua del río Birán-Barahona. Asociación «La Altagracia»-Agua del río El Manguito-Neiba. Arabaje Hermanos-Agua del río Macasía-Matas de Farfán. A. Santiago-Agua del río Macasía-Matas de Farfán. Manuel Pérez-Agua del río Camana-Neiba. Sociedad de Irrigación «Los Tres»-Agua del río San Juan-San Juan. Joaquín García-Agua del río Yaque del Sur-Barahona. Sociedad de Irrigación «Amantes de la Agricultura»-Agua del río San Juan-San Juan-Azua. Ismael Mateo-Agua del río Jacahueque-Matas de Farfán. Inomina Palmer-Agua del río Jacahueque-Matas de Farfán. Sociedad de Irrigación «La Unión»-Agua del río San Juan-San Juan. Sociedad de Irrigación «La Unión»-Agua del río Macasía-San Juan. Sociedad de Irrigación «La Competencia»-Agua del río María Chiquita Neiba Barahona. Francisco Tomillo-Agua del río San Juan-San Juan. Sociedad de Irrigación «El Porvenir»-Agua del río Las Marías-Neiba. Sociedad de Irrigación «El Esfuerzo»-Agua del río Baní-Baní. Sociedad de Irrigación «El Progreso»-Agua del río Baní-Baní. Sociedad de Irrigación «La Legalidad»-Agua del río Baní-Baní. Sociedad de Irrigación «El Adelanto»-Agua del río Baní-Baní. Wenceslao Ramírez-Agua del río Mija-San Juan-Azua. Resolución No. 74, Gaceta Oficial No. 3355-Luis Liberto Bogaert Fuente: Primer Censo Nacional, R.D., 1920.
Esto muestra que el proceso de falsificación de títulos había comenzado tardíamente en el Suroeste. La apropiación de terrenos comuneros y ejidales en otras regiones había comenzado con la ley que en 1911 hizo obligatoria la partición de los mismos; se desarrolló entonces todo un movimiento de falsificación y apropiación oportunista de terrenos comuneros, fundamentalmente ligado al cultivo de la caña de azúcar, que estaba en manos de extranjeros y nacionales.26 26 H. Hoetink, El pueblo, p. 27 y ss.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 80
21/05/2009 12:05:23 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
81
En el Suroeste, en cambio, dicho movimiento se desarrolla vinculado a las necesidades de expansión del capital comercial, y no del capital azucarero. En 1920 solamente había un agrimensor en el valle de San Juan de la Maguana: un hijo del caudillo W. Ramírez, quien se había hecho agrimensor en el Instituto Profesional. Vinculado consanguíneamente al caudillismo local y miembro de los círculos de poder tradicionales, a los cuales se habían agregado los comerciantes urbanos; el joven José del Carmen Ramírez regresó de la capital hecho agrimensor «a una comarca donde la mayor parte de las tierras eran comuneras»...27 Midió muchas de las tierras del valle y contribuyó a su repartición en manos de aquellos círculos de poder y del capital comercial. Hostos y Bonó reaccionaron a las nuevas realidades de la intensificación del capitalismo azucarero y sus secuelas. En la región Suroeste no hubo voces que se levantaran frente a este proceso regional de apropiación por parte de un capital comercial no vinculado fundamentalmente a las exportaciones. Las voces que se oyeron apenas reclamaban, como hemos visto, las condiciones para que justamente este proceso se produjera. Desde fines del siglo xix, la ley de agrimensores daba potestad a éstos para decidir de la validez de la documentación presentada por requerientes.28 Si tenemos presente que para 1920, según el censo de ese año, había en todo el país menos de 60 agrimensores, podríamos darnos cuenta de que en una región como el Suroeste, incomunicada y distante, la tremenda especulación y presión febril alrededor de la apropiación de medios de producción en la agricultura, también se habrá producido (aunque no vinculado a las necesidades de expansión de la caña de azúcar, sino del cultivo de cereales y leguminosas que alcanzaban importancia en el mercado interior en expansión) y que un solo agrimensor pudo haber reunido poder legal suficiente no sólo para él consolidar y ampliar medios de producción, sino también para «ayudar» a que sus asociados del capital comercial también consiguieran dichos medios. 27 V. Garrido, En la ruta, p. 65. 28 V. Garrido, En la ruta.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 81
21/05/2009 12:05:23 p.m.
82
Angel Moreta
La familia del agrimensor tenía tradición agraria. Wenceslao Ramírez era conocedor de materia de riego, además de gran propietario y ganadero en Mijo, hacia el este del valle; padre del agrimensor José del Carmen Ramírez, y de tres generales más, formaban una familia con poder local y lazos de compadrazgo con Ulises Heureaux, quien tuvo una querida e hijos en San Juan de la Maguana. Era una familia caudillista, bien relacionada con el campesinado ignorante y analfabeto de la región, al cual manejaba de acuerdo con sus proyectos y necesidades. Los caciques regionales se apropiaron de grandes extensiones de tierras, las mejores del valle. En su obra Geografía y sociedad,29 Juan B. Pérez narra cómo en 1920, el general Wenceslao Ramírez tenía una amplia y cómoda residencia solariega en Mijo con grandes extensiones de tierras agrícolas y ganaderas. Imaginemos el poder que tenía en la década del 90 del siglo xix, cuando había sido nombrado general y «jefe comunal de San Juan de la Maguana» por el presidente Heureaux, para pensar en las posibilidades de apropiación de tierras de este grupo de poder local, del cual participaban otros generales, como Ampayés Alcántara, Vidal y los hermanos del agrimensor Carmito Ramírez, que eran también tres generales. Ello hace sustentar la idea de que en el Suroeste el caudillismo regionalista tuvo que ver con el proceso de apropiación de las tierras del valle en su alianza, como se ha dicho, con los comerciantes locales. Nancie L. González analiza cómo «cada región tenía su caudillo, que al mismo tiempo que mantenía el orden dentro de su territorio, desafiaba los esfuerzos del gobierno central para controlarlo a él o a sus dependencias».30 Para ese tiempo hubo un auge de falsificaciones de títulos de tierras comuneras y ejidales; algunos notarios locales fueron hechos prisioneros por sospecha, y además existía una seria indeterminación acerca de la propiedad ejidal del Ayuntamiento, organismo éste que no disponía de ninguna 29 V. Garrido, En la ruta. 30 Nancie L. González, «Desiderio Arias, caudillo y héroe cultural», El Pequeño Universo, No. 1, Santo Domingo, 1971.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 82
21/05/2009 12:05:23 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
83
copia del Amparo Real con que la administración colonial dotó a los cabildos del país. Había comentarios inclusive de que el documento de Amparo Real había sido sustraído, destruido o perdido,31 hecho que evidencia de por sí la atmósfera de fraude que existía en la región, inclusive dentro de las esferas del poder municipal. E. O. Garrido Puello habla de que los ayuntamientos de San Juan de la Maguana, al igual que otros del país, desenvolvían sus actividades en ambiente pasivo, «sin mucho fervor por los intereses del pueblo».32 Esa desgana e indiferencia permitió que todos los terrenos aledaños al pueblo fueran mensurados por personas habilidosas, que se apropiaron de las mejores tierras del valle, incluyendo los ejidos del ayuntamiento que eran, como explica Hoetink, posesión común de los habitantes.33 Como ya se ha mencionado, dada la presencia de los comerciantes en los ayuntamientos del período en San Juan de la Maguana, es muy probable que la sustracción de documentos ejidales y municipales, la usurpación y falsificación de títulos y la apropiación de los medios de producción más importantes del valle, se produjera mediante algún uso del poder y del involucramiento de estas personificaciones del capital comercial en dichas actividades, y a través del mecanismo que menciona E. O. Garrido Puello como desgana e indiferencia de los cabildos locales de ese momento, situación que coincide con aquellas que refiere Hoetink sobre el monopolio del poder en los cabildos de aquellas provincias afectadas por el auge azucarero, de parte de los comerciantes. La presión por la apropiación de los recursos físicos no era para instalar explotaciones azucareras ni plantaciones de cacao, como fue el caso en otras regiones. Cuando se desarrolla dicho proceso, entre 1920 y 1930, aproximadamente, a manos de grupos locales de las clases dominantes, ya existía concomitantemente un dominio del capital comercial sobre 31 E. O. Garrido Puello, En el camino de la historia: 1911-1967, Santo Domingo, 1977, p. 88. Entrevista al Sr. Mesa, diciembre 1983. Los abogados privados de su libertad fueron, uno de apellido Soñé y otro Castillo. 32 E. O. Garrido Puello, En el camino. 33 H. Hoetink, El pueblo, p. 18.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 83
21/05/2009 12:05:24 p.m.
84
Angel Moreta
el campesinado y comenzaba a cobrar auge un mercado regional de alimentos, sin descontar una frontera agrícola no agotada en toda la región y el país.34 La mayoría de las personas mayores de la región que fueron entrevistadas coinciden en señalar cómo el proceso de apropiación y concentración de los mejores recursos agrícolas, se produjo a través de la ignorancia de los campesinos y la inte ligencia de los adquirientes. Los primeros alienaban, vendían o dejaban por cabeza de arenque o cola de túbano sus medios de producción. Las tierras no valían nada, en tierra de ciegos, el tuerto es rey; los campesinos eran engañados con base en la mensuración fraudulenta, en la legislación y el sistema de apropiación que dicha legislación –la ley de concesiones agrícolas que los norteamericanos hicieron aprobar en 1911–, estableció sobre la base de nuevas relaciones de producción.35 La ley de 1911 permitirá las compras de grandes extensiones de tierra a precios irrisorios. Bajo el Gobierno Militar de Ocupación dicha ley será reforzada con la creación del Tribunal de Tierras.36 El sistema Torrens también va a coadyuvar para que los procesos de apropiación privada y fraudulenta de las tierras y recursos físicos, en la medida en que el interesado en sanear un terreno solicitaba su reconocimiento al Tribunal de Tierras y éste seguía más adelante un procedimiento que dejaba prácticamente indefenso al campesino:37 publicaba un llamado en 34 La frontera agrícola en todo el país era de apenas 8.6 millones de tareas de superficie cultivada. En 1935 había ascendido a 15 millones de tareas. (Ver Censo de 1920.) 35 Juan Bosch, Composición social dominicana: historia e intrepretación, [1970], Santo Domingo, 1988, pp. 265, 271. Citado por A. Cortén, Azúcar, p. 52. 36 A. Cortén, Azúcar, capítulo I. 37 M. Medrano Vásquez, Formularios sobre saneamiento inmobiliario en Santo Do mingo, Santo Domingo, 1981. «El procedimiento se iniciaba con la concesión de prioridad, la cual puede ser pedida tanto por la persona que se pretenda propietario del inmueble a sanear, como por el Estado a través del abogado del Estado, que es su representante por ante el Tribunal de Tierras. El interesado eleva una instancia al Tribunal Superior de Tierras acompañándole los documentos justificativos del derecho de propiedad que le asiste, así como del contrato suscrito por el agrimensor y él; si el impetrante se pretende propietario, sin discusión con nadie, ininterrumpidamente, entonces deberá acompañar su petición
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 84
21/05/2009 12:05:24 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
85
los periódicos para que los interesados en el saneamiento de determinado terreno sometan en un plazo dado sus solicitudes y alegatos de posesión. Si en ese plazo no se recibía otro alegato que el de la primera persona interesada, entonces se saneaba y registraba a manos de esta última. Debido a que los campesinos no leían ni leen periódicos, menos en la segunda y tercera décadas del siglo xx, y mucho menos en una región alejada del centro como el Suroeste, éstos perdían fácilmente sus tierras, máximamente en zonas sometidas al caudillismo de jefes políticos y económicos locales, dentro de una dominación patrimonial de estos grupos.38 En la región Este, la existencia de una frontera agrícola no agotada, permitió hacia los años de intensificación de expropiaciones terratenientes (1916-1925), que grandes núcleos de campesinos se recampesinizaran, pasando a ocupar otras zonas agrícolas, básicamente, en la región Noroeste del país.39 Otra situación se verificó en el Suroeste, donde poblaciones campesinas se replegaron en la misma región hacia las estribaciones de montañas en la zona alta norte, hacia el bosque tropical seco del sur, y el bosque xerofítico seco al este del valle. En esas zonas se refugiaron núcleos campesinos pauperizados.40 de una certificación expedida por el alcalde pedáneo del lugar donde radique el terreno. Corresponde al Tribunal Superior de Tierras tramitar ante el director general de mensuras catastrales para que este funcionario le im ponga al inmueble objeto de saneamiento la designación catastral pertinente y devuelva el expediente con sus recomendaciones; luego se procede a dictar la Resolución que concede la prioridad, lo que implica que el agrimensor pueda iniciar, previo requisito de publicar en un periódico de circulación nacional el aviso del requerimiento para el saneamiento y el conocimiento de la audiencia que celebrará posteriormente el juez del Tribunal de Tierras de Jurisdicción Original que resulte designado para su conocimiento, quien tendrá un papel activo en todo el proceso de saneamiento, distinto al juez en materia civil donde las pruebas las aportan las partes.» 38 Todavía en 1983, a San Juan de la Maguana llegan apenas 1,200 periódicos diariamente, sumando los distintos periódicos; pensemos que la población rural es de más de 160 mil habitantes. 39 W. Lozano, «La formación del proletariado». 40 José del Castillo da cuenta de núcleos que emigraron del Suroeste al Este azucarero, en el período de constitución del enclave y de la inmigración
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 85
21/05/2009 12:05:24 p.m.
86
Angel Moreta
Las familias involucradas en procesos de concentración de medios de producción en la agricultura del valle, con poder político (ligado al caudillismo regional) y poder económico (obtenido a través del comercio de bienes, urbano y rural), y que monopolizaron, frente a un campesinado totalmente ignorante, los mejores recursos productivos, conformaron grupos patrimonialistas, con base en el paternalismo, la fuerza, el engaño y el chantaje, en una relación de dominación regional que hasta hoy deja entrever sus consecuencias. Dichos grupos se reciprocaban entre sí en un sistema de apoyo mutuo, y hacia 1940-1950, formaban un poder terrateniente que explotaba fuerza de trabajo campesina «en colonato» sobre la base de relaciones no capitalistas de aparcería a la media y otras modalidades. Fueron, por tanto, un sector rentista que cobraba renta del suelo en especie y que logró amplios márgenes de acumulación que, más adelante, transfirieron a otros sectores de la economía, como el financiero, agrocomercial (factorías) o de bienes inmuebles urbanos. Su desintegración parcial, pero importante, se explica más adelante.41 Algunos de estos rentistas llegaron a tener en la década del 1940 hasta 80 hombres en colonato dentro de sus unidades latifundistas, los cuales eran usufructuarios de 12, 15 y hasta 20 tareas a la media. Bajo este régimen de renta en producto, una modalidad de renta del suelo no capitalista, el terrateniente ayudaba al productor directo con sumas dinerarias para semillas y costos de producción; el campesino trabajaba las tierras y la cosecha se dividía en dos mitades.42
de braceros azucareros a la R.D. CENDIA, UASD; citado también por W. Lozano, «La formación del proletariado». 41 Información de campo. Datos de Mayobanex Rodríguez, noviembre de 1985. 42 Entrevista a Zoilo Ramos, 1984, dirigente campesino de la región. Entrevista a algunos ex colonos, 1984, que fueron encontrados en las contingencias del trabajo de campo. Más adelante, en el capítulo IV, se analiza este proceso.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 86
21/05/2009 12:05:24 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
87
Proceso de apropiación del valle de San Juan de la Maguana, 192043
Poder de los comerciantes 1900
Explotación del campesinado
Agentes compradores zonales, 1920
Acumulación y poder de los comerciantes
Alianza con los caudillos y poder político
Desintegración del colonato y terratenientes
Apropiación de los medios de producción del valle
Colonato de campesinos
El mercado interior
Capitalismo agrario, factorías, agroindustrias
43 Información de campo, 1984.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 87
21/05/2009 12:05:24 p.m.
88
Angel Moreta
Los caudillos y la Primera Intervención Norteamericana (1916-1924) La mayoría de los caudillos regionales depusieron su autonomía, lideraz go y poder y se sumaron a los interventores norteamericanos, haciéndose colaboradores de éstos. En el valle de SJM, los caudillos lilisistas, horacis tas, etc., colaboraron abiertamente con los yanquis en la persecución del campesino Olivorio Mateo, precursor de prácticas mágico-religiosas de la región. A esos caudillos se refirió Fabio Fiallo en su conferencia sobre Cayo Báez: «Frente a la consigna única de mucho terror por parte del ejército de ocupa ción, el pueblo dominicano estaba desamparado no sólo en cuanto a sus ‘medios de defensa’, sino también ‘de todo ejemplo de honor’, por la fuga cobarde de los bravucones que habían sido sus hombres de gobierno.» «¿Dónde estaban aquellos por quienes (el pueblo dominicano, A.M.) había derramado a torrentes su sangre generosa en lucha enconada de hermano contra hermano? ¿En dónde los otros que él había exaltado a los puestos más eminentes y lucrativos de la Nación, en los congresos, en la magistra tura, en la diplomacia, en el manejo de los tesoros públicos?». «Ahí cuando se volvió a saber de ellos, cuando (el pueblo dominicano. A.M.) volvió a verlos, fue en el palacio del Gobernador Militar a quien iban a ofrecerle: los unos, su sumisión y sus influencias políticas; los otros, sus talentos, sus actividades, sus relaciones sociales [...] Y también en las fies tas del Country Club, a donde algunos llevaban sus mujeres y sus hijas a danzar y divertirse con aquellos mismos rudos sargentones que convertían en pavesas nuestras aldeas, estrangulaban ancianos al correr de sus rápi dos bridones y aplicaban con sus propias manos el sable hecho ascua en el vientre desnudo de nuestros indefensos campesinos»... Fuentes: Fabio Fiallo: «Presentación del mártir Cayo Báez», conferencia pronunciada en La Vega, 1923. Víctor Garrido: En la ruta de mi vida, Santo Domingo, 1970. El Libro Azul de Santo Domingo, publicado en 1920 por el gobierno de intervención. Edición de la UASD, Santo Domingo, 1976. Presentación de R. Cassá. Juan B. Pérez: Carta al presidente Roosevelt, 1933.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 88
21/05/2009 12:05:24 p.m.
Apropiación terrateniente de los medios de producción...
89
Los caudillos y la Primera Intervención Norteamericana (1916-1924) «En la primavera del 1917 el Gobierno Militar decidió extinguir el foco de anormalidad que mantenía encendido, desde muchos años antes, el lla mado dios Olivorio y destacó sobre San Juan como jefe de operaciones al coronel Bears quien llegó precedido de una fama que no le favorecía. Las fuerzas de la Guardia Republicana con que debía operar se adelantaron y llegaron a la ciudad por el camino de Azua, encomendadas por el coronel Buenaventura Cabral, después de un buen descanso en Mijo, en la hacien da del general Wenceslao Ramírez, quien enterado de los acontecimientos que se avecinaban se trasladó a la población a esperar su desenvolvimien to. Un poco más tarde, a través de la Cordillera Central, por el camino de San José de Las Matas, llegaron a San Juan tropas del Cuerpo de Marina invasor. Cuando el coronel Bears llegó, lo primero que dispuso fue reunir en la sala del Ayuntamiento a todos los hombres de la población. Él llegó a San Juan animado de propósitos hostiles porque las intrigas de algu nos dominicanos le habían informado que detrás de dios Olivorio estaba el general Carmito Ramírez, dirigente del Partido Legalista. Él expuso en la reunión a lo que iba y pidió cooperación. El general Wenceslao Ramírez, un viejo y sabio capitán de la región, se la ofreció en nombre de todos y también acompañarle en la ofensiva contra Olivorio, a pesar de sus años. Olivorio estaba en las lomas de Naranjo. Cuando Bears preguntó si había en la ciudad quien le hiciera un plano del lugar donde moraba Olivorio, el general Wenceslao le dijo que su hijo Carmito podía hacérselo. El coronel Bears, asombrado exclamó: ‘me habían informado que el general Carmito era un bandido’. Se le dijo que lo hicieron víctima de una mala e interesada información porque el general Carmito no era un bandido sino un prestigio so profesional. Se le hizo el plano y cuando se resolvió atacar a Olivorio, el general Carmito, enterado de que su anciano padre había resuelto correr el riesgo de acompañarlo, decidió no abandonar a su padre. Se atacó a Olivorio, un infeliz campesino a quien habían endiosado la ignorancia y el fanatismo, y como era de esperarse fue desalojado y dispersado. El general Wenceslao ganó la confianza del coronel Bears y éste, que había llegado a San Juan con la funesta idea de hacer un campo de concentración para enterrar los habitantes que residiesen en la zona norte y este de la común, así como de otras no menos negativas, desistió de sus proyectos y confió la normalización de la común al general Wenceslao quien salvó a San Juan de los graves sucesos que le amenazaban, provocados por las intrigas po líticas de malos dominicanos.» Fuente: V. Garrido, En la ruta, p. 65 y ss.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 89
21/05/2009 12:05:24 p.m.
90
Angel Moreta
Ilustraci贸n 12. Factor铆as de arroz en el valle de San Juan de la Maguana
Ilustraci贸n 13. Recua de mulos que traen productos al mercado
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 90
21/05/2009 12:05:25 p.m.
IV. Intensificación del capitalismo agrario Debilitamiento del colonato Hasta 1950 los terratenientes y comerciantes rentistas mantuvieron muchas de sus tierras en manos de campesinos aparceros que las trabajaban a la media, es decir, de campesinos co lonos que producían y pagaban renta del suelo en producto. El grupo de comerciantes que se apropió de las principales tierras del valle se configuró, por tanto, como un grupo rentista que explotaba campesinos en la producción a través de modalidades y relaciones no capitalistas.1 La fuente principal de acumulación de estos grupos locales había sido el comercio y el campesinado explotado en la circulación; ahora se explotaba directamente fuerza de trabajo campesina en colonato. El fenómeno del colonato al interior de unidades terratenientes fue de carácter transitorio, probablemente producto de la inexistencia todavía de grupos de productores capitalistas especializados en producir para el mercado interno; fenómeno que cedió en forma importante tan pronto se hizo posible la configuración regional de estos grupos como consecuencia de procesos de especialización productiva para el mercado interno que comenzaron a desarrollarse a partir de 1940 y adquirieron fuerza cerca de 1950.2 1 Cortén y otros, Azúcar. 2 W. Lozano, «La formación del proletariado».
– 91 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 91
21/05/2009 12:05:25 p.m.
92
Angel Moreta
Ello no quiere decir que las relaciones de producción que corresponden a la aparcería hayan llegado a su fin, pero sí, de manera importante, dentro del fenómeno del colonato de tierras propiedad de terratenientes que no trabajaban directamente sus medios de producción. Siguen existiendo diversas formas de renta del suelo, pero en lo que concierne a la producción capitalista arrocera, que es la que sustituye al colonato a partir de 1950 y 1960, paga renta del suelo en dinero porque se trata de arrendamiento.3 Entre 1950 y 1960, esta relación de producción específica en gran escala en la zona, sufrió un proceso de decadencia y disolución, el cual se acentuó en los primeros años de 1960, coincidente con la agitación social que siguió a la liquidación del grupo trujillista, cuando varios terratenientes tuvieron temor de que los campesinos se apropiaran de sus tierras, y comenzaron a expulsarlos paulatinamente. La disolución del colonato parece haber desarrollado resultados diversos; entre ellos, un proceso de proletarización campesina, en la medida en que estos productores se vieron arrojados de sus unidades de explotación, muchos se incorporaron a los barrios pobres de la ciudad de San Juan, que comenzaban a crecer a partir de esos años, donde se instalaron como fuerza de trabajo obrera en actividades agrícolas. Por otro lado, un impulso a la instalación de unidades empresariales agrícolas; varias de esas explotaciones fundiarias terratenientes fueron puestas en manos de empresarios capitalistas, básicamente en tierras arroceras del valle, que buscaron explotarlas en forma capitalista utilizando fuerza de trabajo asalariada, probablemente constituida en parte por la fuerza laboral campesina expulsada.4 Más adelante, esta fuerza laboral con hábitat en los barrios pobres, pasó a constituirse regularmente en un elemento del 3 Observación de campo, 1984. Mucho de lo que aquí se diga es producto de esta observación, inclusive el fenómeno del colonato de campesinos a que ya hicimos referencia en el capítulo III y estamos haciendo ahora, fue establecido mediante el trabajo empírico. 4 J. Cordero Michel, Informe sobre la República Dominicana, [1959], Santo Domingo, 1970, p. 56.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 92
21/05/2009 12:05:25 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
93
mercado de fuerza de trabajo que entonces se constituía, actualmente existente en las tres salidas principales que tiene la ciudad: Juan de Herrera (al norte), carretera Sánchez (al este) y Las Matas (al oeste). Con las leyes agrarias balagueristas se producirían conflictos entre campesinos colonos residuales y propietarios, que culminarían en expulsiones mediante la amenaza, el soborno, la compra paternalista de derechos, la manipulación, etc., y otros mecanismos de chantaje. Entre 1962 y 1964 se produjo hacia el sur de la ciudad, en Manoguayabo, un desalojo amplio y conflictivo de campesinos colonos, que dio lugar a protestas campesinas y probablemente al primer movimiento campesino de la región, en las cuales se destacó el viejo Ramos, padre del dirigente campesino Zoilo Ramos, de Maguana al Medio, un anciano hoy con m ás de 80 años de edad.5 Muchos de los campesinos desalojados se incorporaron a otras actividades (traberos, billeteros, obreros urbanos, etc.) o se insertaron en nuevas relaciones de aparcería con rentistas pequeños propietarios, en otras zonas agrícolas de la región. Las tierras pasaron a manos de usufructuarios capitalistas, varios de ellos de factorías arroceras, pagaban renta en dinero y trabajaban directamente como gestores empresarios y co mandantes de trabajadores agrícolas. Los terratenientes descubrieron la ganancia media capitalista a través del latifundismo, sea trabajando ellos directamente, sea arrendando a inversionistas empresariales a cambio de la renta del suelo en dinero. Concomitantemente, en esta coyuntura se producen procesos de reconcentración latifundista antes y después de 1950, en los cuales sale perdiendo el campesinado, a través de compras bajo presión, paternalismo o chantaje. Algunos de estos productores se proletarizaron y se instalaron en las orillas de la zona urbana, otros se replegaron hacia las zonas altas húmedas o hacia las zonas secas del sur, en la misma región. Algunos 5 Información de campo, 1984. También entrevista a Zoilo Ramos. Cuando se haga la historia del movimiento campesino deberán recogerse estos acontecimientos como las primeras experiencias de luchas agrarias de núcleos campesinos de la región.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 93
21/05/2009 12:05:25 p.m.
94
Angel Moreta
de los capitalistas que entonces pasaban a ocupar las tierras, como el capitalista de factoría Homero Paniagua, terminaron de ejecutar procesos de expulsión y estimularon el cultivo capitalista de arroz y habichuelas en esas tierras. La configuración de un mercado de trabajo agrícola venía desde 1940 aproximadamente, cuando la economía campesina se va sumergiendo en una condición de precariedad estructural como consecuencia de la mercantilización creciente de la misma y de su sometimiento progresivo al mercado en expansión, hechos a los cuales nos referiremos más adelante. La clase rentista pasó a ser residual en la medida en que cedió como latifundista terrateniente al capitalismo agrario y a los dueños y empresarios de factorías arroceras sus tierras a través de diferentes vías, sin descontar que algunos de los miembros de aquella clase se incorporaron directamente al capitalismo agrario o de factorías, o sus descendientes. Las vías a través de las cuales el sector rentista se acercó a su desfiguración parcial fueron las siguientes: algunos vendieron para invertir en la compra de bienes inmuebles en las zonas urbanas; otros murieron y las tierras se repartieron entre los herederos, quienes a su vez las vendieron a capitalistas agrarios; otros terceros han sometido sus tierras al arrendamiento capitalista a empresarios urbanos grandes y medianos que pagan, como se ha mencionado en sentido moderno, renta del suelo. De este proceso, más las apropiaciones que mencionamos, surge una recomposición y reconcentración de los medios de producción y recursos físicos del valle de San Juan de la Maguana que son dirigidos a la producción de cereal para el mercado interno dentro de la lógica general de valorización del capital-dinero, inherente al sistema capitalista. La intensificación del capitalismo agrario a partir de 1950, teniendo una de sus bases en el arrendamiento capitalista, alimentará al mismo tiempo el capitalismo de factorías, que recientemente comenzaba sus actividades productivas y comerciales, en un proceso que creará mercado de trabajo regional y una fuente nueva de sometimiento del campesinado que se ha venido especializando en la producción arrocera. Este proceso que venimos describiendo se inscribe dentro de uno de los
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 94
21/05/2009 12:05:25 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
95
momentos constitutivos del proceso de concentración latifundista de medios de producción en el país,6 que corresponde al surgimiento de unidades empresariales agrarias ligadas a la producción arrocera y cafetalera, además de la consolidación del latifundio ganadero y los procesos de expropiación terrateniente que le fueron correlatos, teniendo estos últimos como principal protagonista al grupo trujillista, a partir de 1940, y que afectó a poblaciones campesinas del Sur y otras regiones.7 El primer momento, que constituye con aquel dos grandes etapas en el proceso de polarización latifundio-minifundio de la estructura agraria dominicana, va de fines del siglo xix hasta 1925, y corresponde al latifundio azucarero, teniendo su punto de mayor incidencia en el período 1916-1925, concentrado básicamente en la región Este del país. Como se ha visto, en el Suroeste dicho momento constitutivo del proceso de concentración fue protagonizado por grupos locales de las clases dominantes, familias terratenientes y comerciantes no necesariamente vinculados al grupo trujillista, aunque tampoco en contradicción con él, con la variante de que dichos grupos locales accedieron parcialmente al capitalismo agrario después de 1950, debido a procesos particulares de desagregación.8 El capitalismo agrario en el valle de San Juan y en las zonas llanas y fértiles, aunque en secano, que le son adyacentes, adquirió gran impulso después de 1960, con muchos empresarios grandes y medianos dedicados a la producción de arroz y habichuelas. Como se verá, en esta relación de producción participaron, y aún participan, los capitalistas de factorías agroprocesadoras, constituyendo ambos sectores la expresión más desarrollada del capital vinculado a la agricultura de la región, incluyendo las agroindustrias Lavador y La Manicera, que se habían incorporado anteriormente. 6 W. Lozano, «La formación del proletariado». 7 W. Lozano, «La formación del proletariado». 8 Se trata de una explicación de un proceso particular, que implica un reordenamiento clasista regional, que no está plenamente confirmada con las evidencias históricas obtenidas en el proceso de investigación de campo; aunque casi todos los datos apuntan en el sentido que le hemos dado.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 95
21/05/2009 12:05:25 p.m.
96
Angel Moreta
El arrendamiento capitalista del suelo, como relación de producción que se hizo importante en el proceso de desarrollo del capitalismo agrario arrocero, no hizo desaparecer otras relaciones no capitalistas de pago de la renta de la tierra, como las que corresponden a la aparcería a la media, a la tercia y a la cuarta. Y ni siquiera formas de pago no salariales, en especie, todavía importantes ambas como relaciones que se dan básicamente en el campesinado. Las relaciones de aparcería (y sus modalidades) se dan principalmente entre campesinos y rentistas pequeños y medianos y en tierras de secano, las cuales dilucidaremos en el capítulo V. Para 1950, la provincia Benefactor9 tenía 821 casos de explotaciones bajo administración, colonato y aparcería, con más de 50 mil tareas, básicamente en el valle de San Juan de la Maguana, mientras Azua reunía apenas 140, Barahona 225, Bahoruco 172 y San Rafael10 unos 72 casos, con una extensión, respectivamente, de 4,520; 872,307; 6,001 y 3,124 tareas. La excepción es Barahona, que reunía esa cantidad de superficie debido a las plantaciones azucareras bajo el régimen de administración, con 136 fincas y 867,563 tareas.11 Por tanto, si excluimos el caso de la provincia de Barahona, a San Juan de la Maguana corresponde el lugar más significativo en volumen de superficies dedicadas al régimen de administración, aparcería y colonato, en 1950. El arrendamiento, en cambio, para esa fecha, tenía escasa significación, pues existían apenas 95 casos, con poco más de 8,000 tareas; y en las demás provincias era todavía mucho menor, a excepción de la San Rafael, donde había 389 casos de arrendamiento con 18,395 tareas, situación comprensible por existir en ella un predominio de la pequeña propiedad. La importancia de aparcería y arrendamiento en San Juan de la Maguana se amplió en 1971 al interior de la pequeña propiedad básicamente, lo que sirvió de refugio a núcleos campesinos y probablemente de contención a la proletarización; de 95 casos de arrendamiento y 668 de aparcería, con 8 9 Hoy San Juan de la Maguana. 10 Hoy Elías Piña. 11 Censo Agropecuario 1950.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 96
21/05/2009 12:05:25 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
97
mil y 26 mil tareas respectivamente en 1950, se pasó a 1,339 casos de aparcería y 349 de arrendamiento en 1970, con casi 49 mil y 35 mil tareas respectivamente. La mayoría de éstos se daban en la zona del valle y en explotaciones menores de 80 tareas.12 Cuadro 3 Procesos de concentración después de 1960 en el arroz Los censos registran intensos procesos de concentración del suelo en la caña de azúcar, pastos y arroz. En este último cultivo la concentración fue del orden del 65%. Años No. de productores Extensión arroceros ocupada de arroz (tareas) 1960 79,140 1.2 millones 1971 27,715 1.2 millones Fuente: Censos agropecuarios 1960 y 1971.
Para explicarnos la diferencia abismal podríamos tener en cuenta parcialmente los cambios de clasificación del V Censo. En 1950 los procesos de concentración latifundista todavía no eran muy acentuados en la agricultura de la provincia. De unas 17,500 explotaciones que existían en San Juan de la Maguana, alrededor de 15,000, o sea el 86% del total, tenían menos de 80 tareas, lo que muestra un peso muy significativo de economías campesinas. Esta es una característica general de todo el Suroeste, aunque no necesariamente de todas las provincias. En 1950 en toda la región, la mayoría de las fincas tenían entre 32 y 80 tareas, y no se producía fundamentalmente la polaridad latifundio-minifundio, aunque no dejaba de avisarse. En la provincia Benefactor, por ejemplo, había 76 fincas de 800 tareas en adelante, que concentraban más de 135 mil tareas. Y no había una sola explotación, según el Censo Agropecuario, 12 Censo Agropecuario 1971.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 97
21/05/2009 12:05:26 p.m.
98
Angel Moreta
que reuniese 8,000 tareas, al igual que en Azua, en San Rafael y en Pedernales, aunque lo mismo no ocurría en Barahona, en donde ya para la fecha había 4 unidades con más de 8,000 tareas cada una, en una superficie de más de 75,000 tareas. Cuadro 4 Fincas y superficie de 800 a 8,000 tareas en adelante, en San Juan de la Maguana y en la región Noroeste, 1950 Provincia
El país
Total de fincas
Total superficie
800-8000
Más de 8000
Fin- Superfi- Fin- Superficie cas cie cas 276,848 37,022,748 5,040 9,030,779 342 10,712,253
D. N. 9,118 1,441,620 182 418,904 Azua 7,401 372,806 18 28,693 Bahoruco 5,580 314,086 7 20,202 Barahona 6,264 1,618,191 105 221,140 Benefactor 17,449 976,509 76 135,292 Independencia 3,210 155,156 5 5,300 San Rafael 6,938 311,868 48 99,449 Fuente: Censo Agropecuario 1950. Cuadro No. 30, p. 200.
26 1 5 11 1 7
627,129 8,000 111,808 936,590 16,060 13,277
Sin embargo, 76 fincas de más de 800 tareas, con un total de 135 mil tareas, mostraban ya en 1950 que el proceso de apropiación y concentración se acentuaría después de esa década. En otras regiones el proceso mencionado estaba más adelantado, como en el Norte y en el Este. En Puerto Plata, por ejemplo, existían 7 explotaciones de más de 8,000 tareas, con una extensión global de más de 200 mil tareas, siendo su fondo agropecuario de 1.2 millones en 6,000 unidades. En San Pedro de Macorís, para 1950 existían 67 fincas de entre 8,000 y 40,000, con una superficie de más de 1.4 millones de tareas, cuando el total de la provincia era de 1.7 millones en 4,443 unidades.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 98
21/05/2009 12:05:26 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
99
Cuadro 5 No. de explotaciones y superficie, de 800 a 8,000 y de más de 8,000 tareas en San Juan de la Maguana y en la región Suroeste, 1971 Provincia
Total de fincas
Total superficie
800-8000 Más de 8000 Fin- Superficie Fin- Superficie cas cas El país 259,169 43,314,776 6,649 12,486,985 438 12,402,001 D. N. 5,956 1,505,469 281 587,062 18 465,193 Azua 9,743 1,041,630 158 243,318 4 91,469 Bahoruco 4,849 543,674 29 44,551 7 189,815 Barahona 5,700 1,116,419 181 332,920 15 277,069 Benefactor 21,989 1,807,989 224 404,669 7 97,252 Independencia 2,854 306,679 36 52,727 2 54,182 San Rafael 8,975 366,923 18 32,461 Total Suroeste 54,110 5,183,314 646 1,110,646 35 709,787 Fuente: Censo Agropecuario 1971. Cuadro No. 3, Vol. I.
Se podrían mencionar otros casos de mayor agudeza en la concentración, por ejemplo, la provincia Duarte, que con un total de 25,803 fincas, en 3.2 millones de tareas, tenía 29 de 8,000 tareas en adelante, con una suma global de 536,129 tareas; el Distrito Nacional, con 9,118 fincas y 1.4 millones de fondo agropecuario, habían 26 fincas de más de 8,000 tareas, con una superficie de 627,129 tareas; La Vega, con 16,433 fincas, en una extensión de 1.8 millones, habían 8 fincas de más de 8,000, con una superficie de 600 mil tareas. Estos ejemplos cuentan con su polo opuesto: las fincas de menos de 80 tareas, en todos los casos mencionados, son la mayoría numéricamente, no así en términos de superficie. Por ejemplo, en la provincia Duarte, más de 9,000 fincas reunían el 5.1% de la superficie total; en La Vega, casi 11,000 fincas reunían el 4.1%, de un fondo agropecuario de más de 4 millones de tareas; en Puerto Plata, 2,150 fincas de menos de 80 tareas concentraban apenas 78,225 tareas.13 En la provincia Benefactor había una cierta presencia del proceso de polarización de la estructura agraria dominicana, que había comenzado con la concentración latifundista de 13 Censo Agropecuario 1950.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 99
21/05/2009 12:05:26 p.m.
100
Angel Moreta
medios de producción para la industria azucarera y cuyo punto álgido estuvo entre 1916 y 1924, aunque todavía no estaba plenamente desarrollado. Es a partir de esta década que dicho proceso se agudizaría; pues si bien, como se dijo, no había ninguna finca de más de 8,000 tareas, existían 9 entre 3,200 y 8,000 en el valle, con una extensión de más de 44 mil tareas, o sea, el 4.5% del fondo agropecuario de la provincia, donde están las mejores tierras. Evidentemente, ni en El Cercado ni en Las Matas habían fincas de más de 3,200 tareas.14 En 1970 el proceso de concentración latifundista se había acentuado en San Juan de la Maguana. De un fondo agropecuario de 978 mil tareas, en 17,500 unidades, en 1950, la provincia había pasado a 1.8 millones de tareas en 21,989 fincas. Creció la pequeña propiedad minifundista y si en 1950 había 15,000 unidades de menos de 80 tareas, con una superficie de 413,311 tareas, en 1970 habrán 17,348 fincas del mismo rango con unas 527,800 tareas de extensión. Lo mismo puede decirse de las unidades precaristas de menos de 8 tareas: en 1950 había en la agricultura de la provincia Benefactor 736 fincas de este rango con 4,269 tareas, y en 1970 existían 1,905 unidades de explotación con 8,185 tareas. Lo mismo puede expresarse con respecto a las fincas de más de 800 tareas: en 1950, como se vio, había 76 fincas de este tipo, con 135 mil tareas; en 1970 había 231 fincas de más de 800 tareas con 501,921 tareas, un aumento de 74% aproximadamente. En 1950 en toda la región Suroeste había 248 fincas de más de 800 tareas, y 63 en San Juan de la Maguana, de las cuales ninguna pasaba de 3,200 tareas y de 8,000 es obvio también que no había pese a que en la región existían 25. En 1970, el número de las fincas de más de 800 tareas en todo el Suroeste aumenta a 686 y a 35 las de más de 8,000. En San Juan de la Maguana, aumentó a 231 fincas de 800 tareas y a 7 explotaciones de más de 8,000, con 97,252 tareas. Este proceso de concentración afectó fundamentalmente las mejores tierras del valle.15 14 Censo Agropecuario 1971. 15 Censos agropecuarios 1950 y 1971.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 100
21/05/2009 12:05:26 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
101
Cuadro 6 Distribución de la tierra según tamaño de finca en San Juan de la Maguana, 1971 Tamaño
Fincas No. fincas 17,348
%
Superficie % tareas 527,607 29.18
De menos de 78.89 80 tareas De 80 a 1600 4,548 20.68 927,274 51.28 De 1600 en 93 0.42 353,108 19.53 adelante Total provincia 21,989 100 1,807,989 100 Fuente: Censo Agropecuario 1971. Cuadro No. 3, Vol. I.
Tamaño promedio 30 496 3,797 4,327
En esa zona se profundiza un proceso de intensificación capitalista a partir de los años 1960, cuando inversionistas urbanos, capitalistas de factorías y otros capitales individuales invierten capital-dinero en la producción de arroz y de habichuela dentro de un movimiento de especialización productiva de la agricultura hacia el mercado interno, que comienza en los años 40.16 Especialización productiva, concentración latifundista, minifundización y precariedad estructural del campesino serán los elementos del nuevo proceso a partir de 1960.
16 En el valle no hay un latifundismo clásico; las fincas concentran tierras pero no dentro de un acaparamiento exagerado, como en el Este. Había en 1970, 93 fincas de más de 1,600 tareas, con un total de 353 mil tareas, o sea, el 20% del fondo agropecuario. Es un latifundismo importante si consideramos que aquí están comprendidas las mejores tierras de la provincia, pero no es clásico.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 101
21/05/2009 12:05:26 p.m.
102
Angel Moreta
Expansión del mercado y especialización productiva La configuración de explotaciones arroceras grandes y la especialización de la producción son procesos que afectaron a la economía campesina en diverso modo, a partir de 1950. Por un lado, procesos de expropiación, que habrán provocado expulsiones campesinas de la zona del valle, al igual que ocurrió en otras regiones del país con el surgimiento de modernas empresas capitalistas agrarias ligadas a la producción arrocera, al café y la ganadería.17 Por otro lado, la agricultura campesina se inserta cada vez más en la producción de arroz y habichuela para el mercado interno, el cual, debido al crecimiento de las zonas urbanas del país, se encontraba en expansión. El campesinado de esta zona, que ya estaba sometido al vínculo con el capital comercial y que se encontraba en sentido general en proceso de mercantilización de su economía, profundiza su relación con el mercado de bienes y de dinero en función de su especialización productiva. En este aspecto juegan un papel importante las factorías agroprocesadoras de arroz y las agroindustrias de aceites vegetales derivados del maní, que comienzan a orientar la producción campesina hacia el mercado, y crean la relación estructural con ella como proporcionadora de materia prima y de arroz húmedo en cáscara a través del financiamiento del proceso de trabajo. Hasta 1930 la especialización productiva del campesinado se dirigía básicamente al mercado de exportación, sobre todo en el Cibao. Con la crisis de ese año en la economía mundial capitalista y la caída brusca de los precios de los productos tradicionales de exportación, y dada la expansión del consumo urbano que actuó como estimulador, se inicia un proceso de especialización productiva dirigida al mercado interno.18 De hecho, ya la región Suroeste venía enfilando su producción hacia géneros de subsistencia para la demanda interna desde principios del desarrollo del capitalismo comercial, en los años 20 del presente siglo; y para 1970 estaría sellada en la 17 W. Lozano, «La formación del proletariado». 18 W. Lozano, «La formación del proletariado».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 102
21/05/2009 12:05:26 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
103
división del trabajo como una región cuya agricultura se especializaba principalmente en proporcionar cereales, leguminosas y oleaginosas al consumo urbano y a la industrialización de grasas vegetales. La especialización productiva regional fue incidiendo para la mercantilización de la economía del campesinado, justamente en una situación histórica de predominio de la pequeña producción. Y llevó, en consecuencia, a ésta a profundizar su vinculación con el capital comercial ubicado en las agroprocesadoras de arroz o factorías para los años 1960. Si en otras regiones, como en el Cibao, en que el campesinado producía para mercados de exportación desde fines del xix, la mercantilización de la producción campesina ya se había producido, en el Suroeste comenzaba a despuntar tardíamente, porque el campesinado de esta región no había tenido los factores de vínculos con mercados externos que lo estimularan a la producción de valores de cambio. El incremento de la demanda de bienes de subsistencia en las ciudades y de materias primas para la incipiente industrialización impulsada por el grupo trujillista auspiciaron las inversiones destinadas a la producción para el mercado interno, ya directamente, como propone W. Lozano, en manos de burgueses agrarios, como fue en la producción de arroz, ya a manos del campesinado, en la producción de alimentos y del maní para la industria.19 Un campesinado como el del Suroeste, específicamente el de San Juan de la Maguana, que no producía bienes para mercados de exportación, y que su vínculo mercantil había sido únicamente en función del intercambio con un mercado de consumo interno, muy pobre hasta antes de 1940, inicia su diferenciación no a través de una reorientación de su aparato productivo hacia otras ramas productivas, como fue el caso del campesinado del cacao en otras regiones, sino a través de su subordinación al capital comercial y usurario, de factorías y agroindustrias y de la especialización productiva en géneros de subsistencia, como se ha dicho. Su diferenciación es tardía, 19 W. Lozano, «La formación del proletariado».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 103
21/05/2009 12:05:27 p.m.
104
Angel Moreta
y la mercantilización de su economía dirigida al mercado interno en una coyuntura de parálisis de los precios y de aumento de los precios de los productos industriales procedentes de la economía urbana, se hará en condiciones de intercambio desigual del campo a la ciudad;20 procesos que comienzan a despuntar entre 1940 y 1 950 básicamente. En 1960 la superficie cultivada de arroz en San Juan de la Maguana era de más de 106 mil tareas, y la de la región en su conjunto no sobrepasaba las 158,500 tareas, o sea, que reunía el 49% del total de extensión dedicada al arroz. Barahona apenas tenía 10,849; San Rafael, 14,357; Bahoruco, 6,944; Azua, 9,305. El maní, en 1950, era producido por 2,761 fincas de la provincia Benefactor, el mayor número de fincas dedicadas al cultivo del producto en todo el país, en una extensión de más de 40 mil tareas. En ese año, otras provincias de la región dedicaban cantidades insignificantes al producto: por ejemplo, Barahona dedicaba 35 tareas en 5 fincas; Bahoruco, 5 tareas en 1 finca; Azua, 5,529 tareas en 498 fincas. El lugar más importante después de la provincia Benefactor lo tuvo San Rafael (Elías Piña), con 13,148 tareas en 770 unidades.21 En 1960, la superficie dedicada al maní había ascendido en la provincia Benefactor a más de 75 mil tareas, y el total de la región a 142 mil, lo que significa que tenía más del 50% de la superficie dedicada al producto.22 Para 1970, la producción arrocera de San Juan de la Maguana, comparada con la de toda la región Suroeste, que fue de 354.5 mil quintales, ocupó el 95%. El resto de la región apenas produjo 24 mil quintales, una cantidad insignificante. Dicha producción se hizo en 4,570 fincas dedicadas al producto, lo que representaba el 17% del total de fincas arroceras del país, en más de 143 mil tareas, que equivalen al 93.2% de toda la región, que era poco más de 152 mil tareas.23
20 W. Lozano, «La formación del proletariado». 21 Censo Agropecuario 1950. 22 Censo Agropecuario 1950. 23 Censo Agropecuario 1971.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 104
21/05/2009 12:05:27 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
105
Cuadro 7 Superficie cultivada y cantidad cosechada de arroz en el Suroeste, 1960 Provincias
Total Superficie cultivada (tareas) El país 1,288,930 D. N. 26,042 Azua 9,035 Bahoruco 6,944 San Juan 106,952 San Rafael 14,357 Independencia 10,170 Total Suroeste 147,458 Fuente: Censo Agropecuario 1960.
Cantidad de cosecha (qq.) 2,634,645 38,446 15,385 8,237 291,844 23,568 21,670 360,704
Los 336 mil quintales de 50 kilos que produjo San Juan de la Maguana en 1970,24 le colocaron en segundo lugar después de las provincias Duarte y La Vega, que tuvieron respectivamente, 418 mil y 368 mil quintales. El 95% de esa producción de San Juan de la Maguana fue destinado al intercambio, fenómeno que también se repite en las 2 provincias mencionadas. Este lugar de primer orden del valle de San Juan y sus adyacencias, no solamente es con relación al Suroeste, sino también al Este y la región Central. La producción campesina, dirigida al intercambio con precios estancados, al comenzar a especializarse, no solamente dependía más del capital comercial y usurero, sino también de productos elaborados en las manufacturas urbanas, cuyos precios «tendieron a elevarse de un modo más sistemático que los del sector agropecuario»,25 lo que representaba una sustracción de excedentes por la ciudad.
24 Censo Agropecuario 1971. 25 W. Lozano, «La formación del proletariado».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 105
21/05/2009 12:05:27 p.m.
106
Angel Moreta Cuadro 8 No. de fincas informantes, superficie cultivada y cantidad de maní por provincias del Suroeste, 1950
Provincias
No. de fincas La República 9,838 Santo Domingo 10 Azua 498 Bahoruco 1 Barahona 5 Benefactor 2,761 San Rafael 770 Independencia 2 Fuente: Censo Agropecuario 1950.
Maní Superficie cultivada (tareas) 124,324 323 5,429 5 35 40,432 13,148 7
Cantidad cosechada (kilos) 15,674,865 3,926 641,116 707 5,042 5,044,188 1,643,872 1,037
J. R. Cordero Michel, en su Informe sobre la República Dominicana, exponía la situación del campesinado después de la década de los 40, como caracterizada por una cuádruple ex plotación: «la renta del suelo, generalmente pagada en especie, los impuestos, la ejercida por el capital comercial que monopoliza el mercado y obliga al campesino a vender a precios bajos y a comprar[...] a precios altos; la que efectúa el capital, las más infames prácticas».26 Según el mismo informe, el crecimiento industrial en la década del 50 determina, no sólo procesos de ruina para el artesanado urbano, sino también para el rural, lo que constituye un indicador de la descomposición del campesinado que se había hecho más o menos mercantil en diverso grado dependiendo de la rama y la región. Los procesos de descomposición del campesinado dominicano pasan por la formación del mercado interior.27 El desarrollo de un capitalismo agrario en la ganadería, el arroz, el maní, productos de exportación, como café y cacao, y la proletarización de millares de campesinos medios y pobres, crearon las condiciones para el desarrollo de un mercado de 26 W. Lozano, «La formación del proletariado», p. 56 y ss. 27 W. Lozano, «La formación del proletariado», p. 62.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 106
21/05/2009 12:05:27 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
107
bienes de subsistencia y producción. Según Cordero, el campesinado proletarizado pasa a consumir menos en términos de bienes y a gastar más en términos dinerarios debido «a la transformación de la naturaleza económica del consumo, que pasa de consumo en especie a consumo en dinero».28 Cuadro 9 Superficie cultivada y cantidad cosechada de maní en el Suroeste, 1960 Maní en cáscara Superficie Cantidad cultivada (tareas) cosechada (qq.) El país 590,580 1,398,728 D. N. Azua 23,708 54,414 Bahoruco 420 840 Barahona 671 1,243 San Juan 75,514 172,628 San Rafael 42,040 86,550 Independencia 60 120 Total Suroeste 142,413 315,795 Fuente: Censo Agropecuario 1960. Provincias
Estas transformaciones dieron paso en la formación social al surgimiento de un proletariado agrícola, caracterizado básicamente por una condición semiproletaria fundamental. En torno al cacao, el café y al arroz se definieron, inclusive, procesos migratorios que fortalecieron mercados regionales de fuerza laboral para el capitalismo agrario en su conjunto.29 W. Lozano, en base al censo cafetalero de 1943, muestra la existencia de un mercado de trabajo de más de 84 mil trabajadores temporeros que tendían a concentrarse básicamente en Azua, Barahona, Espaillat y Provincia Trujillo. Al igual en las zonas arroceras de reguío en la que, aunque con características diferentes, se organizó un dinámico mercado laboral 28 W. Lozano, «La formación del proletariado». 29 W. Lozano, «La formación del proletariado».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 107
21/05/2009 12:05:27 p.m.
108
Angel Moreta
para 1950 en las zonas de Mao y Villa Vásquez, La Vega, San Francisco de Macorís y Cotuí.30 Cuadro 10 Trabajadores remunerados y no remunerados en fincas durante las semanas anteriores al censo en algunas provincias del Suroeste, 1950 Provincias Total Remunerados % No remunerados El país 690,171 153,644 22.39 536,527 Azua 18,150 3,365 19 14,785 Bahoruco 11,048 1,180 10.6 9,868 Barahona 18,461 5,301 28.7 13,160 Benefactor 44,464 10,191 22.9 34,273 Independencia 7,304 805 11 6,499 San Rafael 14,205 3,218 22.7 10,987 Total Suroeste 113,632 24,060 21.2 89,572 Fuente: Censo Agropecuario, 1950.
% 77.7 81 89.3 71.3 77.0 89.0 77.3 78.8
En el valle de San Juan de la Maguana la constitución de un mercado de fuerza de trabajo en la agricultura se efectuó más tardíamente, hacia la década de 1960. Uno de los factores que podrían explicar esta lenta configuración es el desarrollo del capitalismo, que todavía en 1950 no sembraba arroz en una escala considerable. Solamente a partir de 1960 dicho cultivo va a adquirir importancia dentro de la producción capitalista. Avanzada la década del 50, la economía campesina autárquica de San Juan de la Maguana se encuentra sometida al mercado interior, proceso que se consuma hacia los años 60, sin que esta incorporación se traduzca en un mejoramiento de los niveles de vida, ni en una elevación de los niveles de consumo. Simplemente para poder subsistir tiene que vender y comprar, colocar en el mercado la mayoría de la producción y consumir una parte cada vez más pequeña de ella, mientras tiene que adquirir en el mercado parte importante de los bienes que consume.
30 W. Lozano, «La formación del proletariado».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 108
21/05/2009 12:05:27 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
109
Cuadro 11 Tendencia de las relaciones agrarias en R. D. Trabajo remunerado y no remunerado en la agricultura, 1950 Trabajo no Trabajo % Total % remunerado remunerado El país 153,644 22.3 536,527 77.7 690.171 El Suroeste 24,060 21.2 89,572 78.8 113,632 Fuente: Censo Agropecuario 1950. Los procentajes del país son relativos al total del personal ocupado (remunerado y no remunerado) en fincas, que era de 690,171 personas. Los porcentajes de la región son relativos al total del personal ocupado (remunerado y no remunerado) en fincas, que era de 112,661 personas. Zonas
Este campesinado mercantilizado pasa ahora a ser explotado por el capital que opera en factorías de arroz, en agroindustrias que financian siembras de maní, por comerciantes que compran sus cosechas y por prestamistas usurarios que cobran tasas de interés. Históricamente, el campesinado mercantilizado o integrado al mercado en la producción y el consumo, tiende a su descomposición (proletarización o semiproletarización), por tanto, tiene que vender parte o la totalidad de su fuerza de trabajo en el mercado, es decir, «tiene que convertirse también en mercancía».31 Cabe la posibilidad de suponer, como se ha propuesto a nivel nacional, que estas circunstancias de crisis de la economía campesina contribuyen al surgimiento de un proletariado, al proporcionarle al capitalismo agrario una oferta adecuada de fuerza de trabajo,32 proceso que habrá adquirido impulso a partir de 1950, concomitante con la intensificación del capitalismo. En la explicación del surgimiento y configuración de un mercado de trabajo en la región Suroeste y básicamente la agricultura del valle de San Juan de la Maguana, hay que tener en cuenta los elementos que se han mencionado, como coadyuvantes de dicho proceso. Entre ellos, la descomposición de la economía de subsistencia, que cobra auge en la década del 50; la concentración de los principales medios de producción agrícolas del valle, proceso que se da 31 I. Duarte, «Condiciones sociales del servicio doméstico en República Dominicana», Realidad Contemporánea. Nos. 3-4, Santo Domingo, 1984. 32 W. Lozano, «La formación del proletariado». I. Duarte, Capitalismo y superex plotación relativa, capítulo I.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 109
21/05/2009 12:05:27 p.m.
110
Angel Moreta
en diversos momentos, desde principios del siglo xx; el patrón de herencia familiar, que ha actuado en la zona como una vía de acumulación en la medida en que las familias campesinas, generalmente extendidas, han tenido que partir los bienes y éstos caen fácilmente en manos de compradores capitalistas; el desarrollo del cultivo de arroz después de 1950 en escala mercantil y la especialización productiva del mismo, tanto en manos campesinas como capitalistas; el sometimiento a las factorías y al capital de agroindustrias del maní; la expulsión de colonos de propiedades terratenientes en las que trabajaban como aparceros, lo que supuso una transformación del terrateniente que cobraba renta del suelo en producto, a renta en dinero; habría que tomar en cuenta, además, procesos en general de pauperización como consecuencia de ventas forzadas, endeudamientos, chantajes y falsificaciones de documentos a manos del capital agrario, comercial y usurario. Otros factores históricos habrían sido concurrentes, como procesos migratorios de núcleos rurales venidos del oeste (la frontera, Elías Piña, etc.) hacia el este o la zona del valle, parte de los cuales se asentarían en San Juan de la Maguana. La estructuración de un mercado de trabajo en la región se produce de manera tardía, no tanto porque la escasez de población o la adhesión a la sociedad tradicional por parte de los campesinos lo habría dificultado, tesis que se han argumentado para el sector del azúcar,33 sino porque en dicha zona el mercado no apareció ligado a las necesidades de la economía de exportación. Aparece más bien ligado a la expansión de cultivos arroceros, como un mercado laboral especialmente regional, alimentado de una fuerza de trabajo campesina, proveniente básicamente de las economías de subsistencia existente en el valle, la zona montañosa húmeda, la zona fronteriza hacia el oeste y la zona tropical del sur de la provincia, montañosa y árida.34 Por tanto, el surgimiento del mismo, regionalmente, vino acompañado de procesos de descomposición de la economía de subsistencia, mercantilización agraria y desarrollo del mercado interior, despojos campesinos de las tierras del valle, procesos de formación de capitales en el comercio urbano. 33 Cortén y otros, Azúcar, capítulo I. 34 Véase el mapa del valle, capítulo I.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 110
21/05/2009 12:05:28 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
111
Una vez que la región sufre la intensificación capitalista, mediante el despegue de una agricultura empresarial, y se instalan factorías arroceras, etc., actúan combinadamente procesos de reproducción ampliada y de acumulación que estructuralmente conducen a un empuje de la diferenciación; unos campesinos se proletarizan o pauperizan, otros logran convertirse en productores medianos y una gran mayoría funcionaliza sus economías mercantiles al contacto con el capital comercial, de factorías, prestamistas usurarios, sector financiero estatal, etc.
Recreación de la geógrafa Sandra A. Black
Ilustración 15. Barrios periféricos, San Juan de la Maguana
En sentido general, entre los años 1950 y 1960, había una limitada difusión del asalariado en la agricultura del país, en la cual la fuerza de trabajo ocupada tenía una gran proporción de mano de obra compuesta por trabajadores familiares. A diferencia de la zona urbana,35 en donde había una gran masa de independientes en el comercio, la pequeña industria, 35 Cortén y otros, Azúcar, capítulo IV.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 111
21/05/2009 12:05:28 p.m.
112
Angel Moreta
los servicios personales y el artesanato, o sea, un proletariado incipiente; en la agricultura, si excluimos el azúcar y el arroz, difícilmente podría hablarse de la existencia de un proletariado agrícola. En 1950 la fuerza de trabajo asalariada agrícola en la región Suroeste era de 23,997 trabajadores; asimismo, había 88,664 no remunerados, totalizando una fuerza ocupada de 112,661 personas, lo que representaba casi el 17% de la fuerza laboral ocupada del país en fincas que ascendía entonces a 690,171, incluyendo varones y hembras de más y de menos de 14 años de edad.36 En la provincia Benefactor existía entonces el mayor número de asalariados agrícolas de toda la región en 1950: más de 10,000, quedando en segundo lugar la provincia de Barahona con más de 5,000 asalariados, pese a la existencia en esta última zona de un central azucarero. En total, el personal ocupado en fincas de la primera provincia era de más de 44 mil personas, incluyendo unos 34 mil trabajadores familiares,37 o sea, el 77% de la fuerza laboral de la provincia y el 30.4% de la fuerza laboral de la región.
Ilustración 16. Reunión de obreros agrícolas en la zona urbana, dentro de las actividades del sindicato 36 Censo Agropecuario 1950. La fuerza de trabajo ocupada del país se dividía en 153,644 remunerados y 536,527 no remunerados, respectivamente, el 22.2% y 77.7% del total de las personas ocupadas en el sector agrícola del país. 37 Censo Agropecuario 1950.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 112
21/05/2009 12:05:29 p.m.
ExplotaAgricultores Trabajadores asalariados ciones con Total Masculino Femenino Total Masculino Femenino personal El país 221,085 407,023 407,603 72,420 188,012 177,297 10,715 D. N. 5,028 9,402 7,958 1,444 7,645 7,553 92 Azua 8,230 19,467 17,927 1,540 6,304 6,001 303 Bahoruco 4,124 8,231 7,267 964 1,899 1,843 56 La Estrelleta 7,357 14,675 12,276 2,399 3,113 2,318 795 San Juan 18,834 43,763 37,700 6,063 12,489 11,060 1,429 Independencia 2,449 5,156 4,246 910 2,278 1,887 391 Barahona 4,992 11,224 9,466 1,758 5,390 4,830 560 Región 45,986 94,516 88,882 13,634 31,473 27,939 3,534 Fuente: Censo Agropecuario 1971. El personal computado en las fincas fue el que estaba empleado en septiembre de 1971. Los agricultores incluyen familiares sin salario. El personal ocupado medido fue aquel que trabajó por lo menos 2 días durante la última semana de agosto de 1971.
Provincias
Cuadro 12 Explotaciones del Suroeste que ocuparon personal, 1970
Intensificación del capitalismo agrario
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 113
113
21/05/2009 12:05:29 p.m.
114
Angel Moreta Cuadro 13 Salarios pagados en las fincas del Suroeste en 1971
Provincias
No. de explotaciones
El país 68,935 D. N. 2,051 Azua 2,373 Bahoruco 870 La Estrelleta 1,733 San Juan 7,040 Barahona 1,461 Independencia 729 Región 14,206 Fuente: Censo agropecuario 1971.
Salarios pagados RD$ Personal Personal agrícola administrativo 5,370,184 4,956,174 414,010 279,690 242,286 37,404 145,944 143,597 2,347 95,149 85,634 9,515 51,766 51,288 478 312,163 306,155 6,008 152,897 139,706 13,191 33,011 31,451 1,560 790,930 757,831 33,099 Total
En 1970 la región Suroeste tenía casi 46 mil fincas con personal ocupado, unos 144 mil trabajadores, de los cuales el 71.1% eran familiares y el 21.9% personal remunerado, es decir, cerca de 31,500 trabajadores.38 El personal ocupado aumentó en 20 años en toda la región de 122 mil en 1950 a 144 mil en 1970, un 27.8%; y la fuerza laboral remunerada pasó de 23,997 personas en aquel año, a 31,500 trabajadores en 1970, un incremento de 31.2%. De igual modo, la fuerza de trabajo familiar ascendió a 102,516 personas, cuando en 1950 era de 88,664, o sea, un aumento de 15.6%. El asalariamiento se incrementó más que el trabajo familiar dentro de la población agrícola ocupada en la región en los últimos 20 años, hasta 1970.39 La provincia de San Juan de la Maguana tenía para esa década el mayor número de explotaciones de la región con personal laboral, unas 18,834 fincas con casi 45 mil trabajadores familiares y 12,500 asalariados; el 40.9% de las fincas con personal en el Suroeste y el 40% de los trabajadores asalariados. 38 Censo Agropecuario 1970. 39 Censo Agropecuario 1970. Cálculos realizados por el autor. La inexistencia de resultados del VII Censo Agropecuario de 1981, no permite sacar otros porcentajes.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 114
21/05/2009 12:05:29 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
115
En agosto de 1971, fecha de la realización del VI Censo Agropecuario, los 31,400 trabajadores asalariados de la región percibieron, en unas 14,206 explotaciones, unos 792,753 pesos, casi 56 pesos por cada unidad de producción y 25.18 por cada trabajador. Este último promedio está por debajo del promedio del país, año en el cual el 28.1%, unos 188 mil trabajadores asalariados, de una masa laboral total de 668 mil personas ocupadas, recibió en forma de salarios pagados en pesos dominicanos, unos 5.3 millones, que equivalen a 28.56 pesos per cápita.40 Estos promedios ofrecen una idea del bajo nivel de vida de los jornaleros agrícolas de la región, cuya situación salarial no habrá cambiado significativamente si tomamos en cuenta, cosa que analizamos más adelante, que en la última década el valor de los bienes de subsistencia se incrementó en una magnitud porcentual mucho mayor que el salario nominal que pasó de RD$2.50 en 1974 a 3.50 en 1979, o sea, 1.38 centa vos mensualmente en esos 6 años, un incremento promedio nominal prácticamente nulo en todo el país.41 En la provincia de San Juan de la Maguana, los 12,500 trabajadores asalariados que reporta el VI Censo Agropecuario, recibieron el 29.4% de los salarios pagados en la agricultura de la región Suroeste en agosto de 1971, unos 312,163 pesos, o sea, RD$24.90 por cabeza y RD$44.34 por finca en promedio; dicha suma supera 2 veces el monto salarial que percibieron los 5,380 trabajadores remunerados de la provincia de Barahona y 10 veces los jornales que se pagaron a los 729 trabajadores de la provincia Independencia.42 En la provincia de Barahona, con 5,390 trabajadores asalariados (el 17.1% del total regional), en 1,461 fincas (el 10.2% de las explotaciones que ocuparon personal asalariado en la 40 Censo Agropecuario 1970. Cálculos del autor. 41 El cálculo de lo que porcentualmente representan, en términos de impacto en el valor del salario, los aumentos en el precio del salario habidos en 1966, 1974 y 1978 en el país, se hace. más adelante. En este aumento de 1.38 centavos mensuales de incremento del salario en 6 años, se dividieron 100 centavos de aumento por 72 meses que tienen años. Por eso decimos que el aumento fue prácticamente nulo. 42 Censo Agropecuario 1970. Cálculos del autor.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 115
21/05/2009 12:05:29 p.m.
116
Angel Moreta
región), se consumieron cerca de 140,000 pesos en jornales agrícolas durante la misma fecha; ello hace un promedio de casi 95.00 pesos por finca y de RD$25.91 per cápita. En Azua, 6,304 trabajadores remunerados en 1971, el 20% de la región, consumieron casi 146,000 pesos en salario, en 2,373 explotaciones; el promedio por finca fue de RD$61.52 y por cabeza, RD$23.15.43 El salario per cápita mensual en las tres provincias oscila promedialmente en RD$24.65, más de 4.00 pesos por debajo del promedio del país, que fue en esa ocasión de alrededor de RD$28.56.44 El promedio salarial pagado en fincas oscila entre los RD$44.34 pagados en San Juan de la Maguana a los casi RD$95.00 por finca pagados en Barahona. En la provincia de San Juan de la Maguana se pagaron jornales en 7,040 fincas, cuando el total de unidades con personal ocupado era de 18,834, esto significa que, cerca de un 37% de las explotaciones tenían trabajo remunerado por encima del promedio nacional para la época, que era de 31%. La provincia de San Juan de la Maguana ocupó en el VI Censo Agropecuario el tercer lugar en cuanto al monto total de salarios agrícolas que se consumieron a nivel nacional; estuvieron primero San Cristóbal, donde pagaron 505,500 pesos, y San Francisco de Macorís, 331,600 pesos. Para 1970 los mayores volúmenes de fuerza de trabajo asalariada del Suroeste se concentran en las provincias de Azua, Barahona y San Juan de la Maguana, que son justamente las áreas donde se desarrollan los cultivos de caña de azúcar, arroz, habichuelas y tomate industrial. La mano de obra asalariada, como se ha visto, es relativamente baja comparada con la fuerza de trabajo familiar (102 mil contra 31 mil), aún así la provincia de San Juan de la Maguana tiene el primer lugar regional. Aún cuando las categorías del Censo Agropecuario no ayudan a determinar qué cantidad del volumen de mano de obra asalariada se caracteriza por tener una condición semiproletaria, es razonable suponer que la unidad campesina se 43 Censo Agropecuario 1970. Cálculos del autor. 44 Censo Agropecuario 1970. Cálculos del autor.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 116
21/05/2009 12:05:29 p.m.
Intensificación del capitalismo agrario
117
ve forzada a acudir a este mercado laboral con el fin de asegurar un ingreso capaz de cubrir sus necesidades. Un elemento para pensar cómo en la región dicha unidad se ve compelida a participar en el mercado de trabajo es el hecho de que la provincia de San Juan de la Maguana tiene el segundo lugar, después de Higüey, en el número de hogares rurales que se encuentran en situación de extrema pobreza; tiene 9,915 familias campesinas con una deuda individual de 567 pesos anuales, a precios de 1977, lo que asciende en conjunto a más de 5.6 millones de pesos.45 El número de trabajadores asalariados que ofrece el Censo Agropecuario, asimismo, debe ser porcentualmente menor por cuanto incluye dos categorías de fuerza laboral dentro de aquellos, como son el personal agrícola y el personal admi nistrativo.46 Esta dicotomía no permite captar con exactitud el número específico de jornaleros echa días que trabajaban en fincas en 1971. Generalmente, se dice que para esa fecha había 180,000 obreros agrícolas en el país, y la expresión no es precisa por cuanto el Censo no diferenció el personal ocupado en las labores directamente agrícolas o pecuarios y los asalariados ocupados como administradores, capataces, guarda campestres, celadores, transportistas, tractoristas, etc. En base a estos elementos es pertinente sostener la idea de que el mercado laboral del valle de San Juan de la Maguana es de naturaleza heterogénea, compuesto por jornaleros proletarios y semiproletarios; y cuyo campesinado, como se verá, está sometido a partir de los años 70, a un segundo proceso de diferenciación. Tanto el primero, al cual ya nos hemos referido, como el segundo, que se inicia cuando se intensifica el capitalismo agrario y surge la división del trabajo entre producción agrícola y agroprocesamiento industrial (factorías), son aspectos de un proceso de proletarización en sentido amplio que pasa por la formación del mercado interior. 45 ONAPLAN, Plandes 24; Banco Central de la República Dominicana, «Primera Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos, 1976-1977», Revista de Estudios Económicos, No. 1, Santo Domingo, 1977. 46 Censo Agropecuario 1970.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 117
21/05/2009 12:05:29 p.m.
118
Angel Moreta
El proceso de proletarización lo vemos como una situación estructural a que va siendo llevado el productor como consecuencia de la explotación en la circulación a través del intercambio desigual,47 la creciente dependencia del salario, el sometimiento progresivo al mercado de bienes, trabajo y dinero; el arrebatamiento de la industria doméstico rural, la pérdida paulatina de animales, herramientas y medios de producción. Este proceso tiene grados diferenciales dependiendo del ritmo de la intensificación capitalista. Autores como Lehmann y L. Paré, ven que el proceso de proletarización es compatible con la empresa campesina, en la medida en que (Lehmann) la proletarización es la creciente dependencia de los campesinos minifundistas del trabajo asalariado para su supervivencia; y también (L. Paré) en la medida en que el capitalismo del subdesarrollo «parece acomodarse muy bien a las formas no capitalistas de producción para su reproducción».48 El capitalismo aprovecha la economía doméstica del semiproletario, pues ésta cumple la función de reproducir todo el año la fuerza laboral que es utilizada esporádicamente por el capitalismo.49 Cuando la pequeña producción agraria efectuada por trabajadores libres en formaciones capitalistas, se convierte en producción orientada al mercado, manteniendo sus características de pequeñas escalas, estratégicamente tiende a producirse una erosión de la misma. En la medida en que son sometidas por el capital, «cambia el carácter de clase del campesinado»,50 y hay sectores que se convierten en asalariados o en burgueses, y dejan de ser campesinos. Los que siguen siendo campesinos se convierten en campesinos acomodados o en campesinos pobres. Estos últimos, Lenin los incluyó dentro del proletariado agrícola, clase que establece relaciones de explotación con el capitalismo agrario.51 47 W. Lozano, «Campesinos y proletarios en el desarrollo capitalista de la agricultura», Realidad Contemporánea, Nos. 8-9, Santo Domingo, 1979. 48 Luisa Paré, El proletariado agrícola en México, México, 1980, p. 31 y ss.; Lehman, «Proletarización campesina», Nueva Antropología, No. 4. 49 Lehman, «Proletarización campesina», Nueva Antropología, No. 4, México, 1980, p. 141 y ss. 50 L. Paré, El proletariado, p. 49. 51 V. Lenin, Desarrollo, p. 716.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 118
21/05/2009 12:05:30 p.m.
Intensificaci贸n del capitalismo agrario
119
Ilustraci贸n 17. Actividad de secado de arroz
Ilustraci贸n 18. Cultivo de arroz con tracci贸n animal
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 119
21/05/2009 12:05:30 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 120
21/05/2009 12:05:30 p.m.
V. Procesos de descampesinización (1950-1970) Descampesinización del valle de SJM La intensificación del capitalismo en el agro de la región, proceso al que hicimos referencia en el capítulo IV,1 ha contribuido a la disolución de relaciones que eran importantes en el valle, como el colonato de campesinos aparceros en unidades terratenientes, la renta en producto a la media, y actualmente a la tercia, modalidad esta última que sustituyó a aquella y que se encuentra en transición a la cuarta.2 A diferencia de otras regiones en las que el proceso de proletarización fue coincidente con la expansión de un capitalismo azucarero, en esta región se presenta, genéticamente y en su dinámica, como resultante de procesos de pauperización generalizada, en los que actúan, como se mencionó, diversos factores, entre ellos procesos de acumulación originaria que se producen a manos de capitales individuales que actúan conforme a la lógica general de acumulación del sistema, y capitalistas agrarios, de factorías y agroindustrias. La fuerza laboral agraria, en este sentido, es consumida básicamente por estos capitales (no necesariamente 1 La mayor parte de los elementos y datos expuestos en este capítulo V, provienen del ejercicio de la observación de campo en la zona estudiada. 2 Actualmente, a la tercia es una relación en debilitamiento los campesinos están prefiriendo trabajar a la cuarta, porque creen que ella es más ventajosa en términos de beneficios. Se trata de un proceso de transición de las formas de renta que culminará, a la postre, en una vigencia más generalizada de la renta en dinero.
– 121 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 121
21/05/2009 12:05:30 p.m.
122
Angel Moreta
monopólicos) que se activan en unidades empresariales contratantes de no grandes dimensiones ni con carácter de conglomerados que estén apoyados por el capital financiero del sistema capitalista. El capital financiero-bancario, dirigido a estimular la inten sificación capitalista en la agricultura, comienza a actuar en la región en los últimos años; apenas recientemente se estableció un banco de desarrollo en la zona urbana de la provincia de San Juan de la Maguana. Fuera de éste, el capital de préstamo dirigido a la agropecuaria acciona a través de los bancos estatales, que financian fundamentalmente a los capitalistas agrarios y de factorías grandes y medianas.3 El sometimiento de la economía campesina por capitales agroindustriales y de factorías ha sido un fenómeno importante en la región desde la década del 50. Tal sometimiento representa una tendencia general de los últimos años en el agro latinoamericano, la cual puede manifestarse en zonas geográficas determinadas dentro de cada país, sin que implique necesariamente un proceso de homogenización progresiva del agro.4 Se ha concebido la subordinación del campesinado al capital de agroindustrias como un aspecto de la modernización de la agricultura latinoamericana,5 proceso para el que se señalan dos vías: la reforma agraria y la creación de incentivos a la inversión capitalista en el agro por parte del Estado. La intensificación capitalista en las actividades agropecuarias, sea por una u otra vía, no parece haber repercutido en el mejoramiento de la distribución del ingreso, ni tiende necesariamente a homogenizar las áreas rurales ni a resolver los des equilibrios económicos de la población rural.6 Se orienta más 3 Entre 1972 y 1977, el Banco Agrícola formalizó préstamo por más de 14 millones de pesos en San Juan de la Maguana, cuando el total regional fue de 38 millones. Téngase en cuenta que el 42% de los créditos en 1974, por ejemplo, se dirigieron a fincas de más de 2,000 tareas. (Varios: «Generación y transferencia de tecnología agropecuaria», II Congreso Dominicano de Sociología, S. D., 1982). 4 C. Miró Quezada, D. Rodríguez, «Intensificación del capitalismo en la agricultura», Cuadernos agrarios, México, 1986. 5 C. Miró Quezada, D. Rodríguez, «Intensificación». 6 C. Miró Quezada, D. Rodríguez, «Intensificación».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 122
21/05/2009 12:05:30 p.m.
Procesos de descampesinización (1950-1970)
123
bien a crear una vía campesina frustrada que tiene como efecto, al menos en la región, lo que propondremos más adelante, contribuir al estancamiento de la proletarización.7 Con el concepto intensificación se intenta evitar la idea de un avance progresivo del capitalismo, que en forma creciente «va penetrando en las áreas rurales y homogeneizando las mismas en cuanto a relaciones de producción».8 El concepto se aleja del modelo clásico de desarrollo del capitalismo. En este se produce una paulatina desaparición de las formas y relaciones de producción atrasadas, no capitalistas, junto con el surgimiento de una superpoblación relativa de fuerza de trabajo. Dentro de este modelo clásico, el proceso de proletarización implica necesariamente un resultado homogenizador, en el que las funciones productivas y las relaciones de producción se reducen a una sola.9 De tal manera, intensificación del capitalismo no significa necesariamente proletarización creciente, sino más bien: 1) progresivo sometimiento de la producción agrícola al capitalismo y 2) la cada vez más amplia dependencia de los sectores que componen el agro no capitalista, del primer sector en general. Dentro del primer aspecto, la agricultura se configura como un sector donde se invierte para obtener rentabilidad, según la lógica básica de funcionamiento del sistema; en el segundo se expresa un creciente sometimiento al mercado de bienes de subsistencia, al mercado de dinero y de trabajo. La cada vez más acentuada dependencia del sector capitalista puede asumir diversos aspectos, por ejemplo, la venta de fuerza laboral por parte del campesino minifundista, la venta de excedentes de producción en el mercado por parte del campesino mercantil, el reordenamiento del latifundio, etc. y las relaciones 7 O sea, producir procesos de proletarización estancada, como le llamamos más adelante. 8 C. Miró Quezada, D. Rodríguez, «Intensificación». 9 Mercedes Oliveira, «Sobre la explotación y opresión de las mujeres acasilladas en Chiapas», Cuadernos agrarios, No. 9, México, septiembre 1979. p. 46; Marx, El Capital, tomo I; Lenin, El desarrollo, p. 187; Warman, «El problema de proletariado agrícola en México», Polémica sobre las clases sociales en el cam po mexicano, México, 1979, p. 95.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 123
21/05/2009 12:05:31 p.m.
124
Angel Moreta
entre estos sectores y el capitalismo «se hacen más estrechas y a menudo necesarias».10 Las masas de capitales agrarios individuales, de factorías arroceras y agroindustrias maniceras que se desenvuelven en la región según la lógica de valorización, han tenido un efecto descampesinizador en la medida en que han adquirido por diversas vías (compras, amenazas, endeudamiento, chantajes, violencias diversas, pulverización por herencia, etc.) medios de producción campesinos, y establecen un vínculo estructural con las economías campesinas que las desangra progresivamente, al cual nos referimos más adelante. Existen en las diversas zonas agrícolas del valle, núcleos de familias campesinas que han perdido sus tierras, han vendido, han entregado o han sido despojados por capitalistas individuales o agroprocesadoras. Estas familias buscaron hábitats rurales marginales y testimonian acerca de la forma en que perdieron medios de producción a manos del capital operante en la agricultura de la zona. Ya se vio en el capítulo IV, que para 1970 el proceso de concentración latifundista se había acentuado en San Juan de la Maguana. Entre 1950 y 1970 se produjo, concomitantemente con el crecimiento de la pequeña propiedad minifundista, un proceso violento de latifundización y acaparamiento de tierras. Las unidades de explotación mayores de 800 tareas en 1950 eran 76, con 135 mil tareas; y en 1970 pasaron a 231, con más de 501,921 tareas. De igual modo, en 1950 no había en el valle ninguna finca que concentrara más de 8,000 tareas (pues todas las que pasaban de 800 no llegaban a 3,200), pero en 1970 se configuran 7 explotaciones con más de 8,000 tareas, con un total de 97,252 tareas, proceso que afectó básicamente las mejores tierras del valle. En un primer momento histórico, a principios del siglo xx, hubo procesos de apropiación de las mejores tierras del valle, sobre la base del poder, el fraude y las ventas; en un segundo momento se produjo una relación específica de régimen de colonos campesinos en aparcería a la media; en un tercero, 10 C. Miró Quezada, D. Rodríguez, «Intensificación».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 124
21/05/2009 12:05:31 p.m.
Procesos de descampesinización (1950-1970)
125
esos medios de producción fueron transferidos parcialmente a manos de inversionistas empresariales agrarios sobre la base de lazos de amistad, parentesco o afinidad económica y social entre grupos regionales dominantes. En un cuarto momento, actualmente, la intensificación capitalista provoca procesos de despojo, empobrecimiento paulatino, sometimiento al capital, al mercado capitalista, ventas forzadas por motivos de heren cia, endeudamiento, fraude, poder, ventas forzadas y chantaje. Todo ello a favor de la masa de capitales que operan según la lógica de rentabilidad capitalista, dentro de mecanismos de reproducción ampliada, sobre la base de la explotación del trabajo campesino por establecimientos como factorías y agroindustrias, además de fuerza laboral de obreros y mujeres jornaleras. Cuadro 14 Procesos de descampesinización y concentración de la propiedad del suelo en el valle y la provincia de San Juan de la Maguana, 1950-1971 Años
No. de unidades mayores Extensión de las fincas mayores de de 800 tareas 800 tareas 1950 76 135,292 1971 231 501,921 Fuente: Censos agropecuarios 1950 y 1971.
Cuadro 15 Distribución de la tierra según tamaño de finca en San Juan de la Maguana (1950 y 1970) (de 800 a 8,000 y más de 8,000 tareas) Año 1950
Tamaño
800 – 8,000 más de 8,000 1970 800 – 8,000 más de 8,000 Fuente: Censos agropecuarios 1950 y 1971.
No. de fincas 76 224 7
Superficie tareas 135,000 404,669 97,252
En la actualidad, dichos capitales logran importantes márgenes de ganancia mediante la explotación de una fuerza
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 125
21/05/2009 12:05:31 p.m.
126
Angel Moreta
laboral abundante, bajos salarios, largas jornadas de trabajo, incentivos estatales, créditos con baja tasa de interés, explotación del trabajo campesino en el arroz, el maní y la habichuela, tolerancia oficial en cuanto al uso abusivo del riego y recursos físicos, seguridad en los precios mínimos de un producto comestible de subsistencia para el mercado interior, etc. Factores demográficos, que se mencionaron a propósito de la explicación del surgimiento del mercado laboral regional, contribuyen a la configuración de una fuerza de trabajo abundante para las actividades agrícolas, que a su vez se transforma en fuerza laboral principalmente temporal y móvil en la cual la proletarización se produce como fenómeno dominante. Cuadro 16 Procesos de descampesinización y concentración de la propiedad del suelo en el valle de San Juan de la Maguana Años
Fincas menores de 160 tareas Extensión No. fincas 1950 323,768 8,026 1971 421,183 10,300 Fuente: Censos agropecuarios 1950 y 1971.
Fincas mayores de 160 tareas Extensión No. fincas 268,291 555 703,909 1,125
Este proceso de intensificación capitalista agrario se efectúa en los últimos 20 años, como se vio, con auge a partir de 1960, cuando la agricultura se especializa en la producción comercial de arroz y habichuela para el mercado interno, y el capitalismo en general asigna a la región, en la división social del trabajo, el papel de productora de cereal, leguminosas y oleaginosas para la agroindustria de transformación de grasas y vegetales. Actualmente, el valle de San Juan de la Maguana es un inmenso arrozal, con bolsones importantes de ganadería y pastos. Las tierras más fértiles tienen principalmente cultivos empresariales de arroz, habichuela, sorgo, etc. No se observan viviendas campesinas y prácticamente no hay hábitat campesino tradicional en las zonas principales del valle.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 126
21/05/2009 12:05:31 p.m.
Procesos de descampesinización (1950-1970)
127
Descripción de las zonas agrícolas adyacentes al valle de San Juan de la Maguana 1) Hacia el este del valle, la zona está prácticamente descampesinizada. En ella existen cultivos arroceros capitalistas, ganadería y pastos, hasta el kilometro 16 ó 17 de la carretera Sánchez, justo en el límite donde se agotan las tierras más productivas del valle y comienza el bosque tropical seco y árido. Esta zona boscosa xerofítica se extiende hasta las inmediaciones de la provincia Peravia, con importantes excepciones de terrenos llanos y pequeños pero fértiles valles intramontanos ocupados por compañías y productores empresariales, tanto en ganadería y pastos como en cultivos agroindustriales (básicamente maní, tomate y sorgo).
Ilustración 19. Factorías de San Juan
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 127
21/05/2009 12:05:31 p.m.
128
Angel Moreta Zonas agrícolas adyacentes del valle de San Juan de la Maguana
Cultivos alimenticios para el mercado interno Zona montañosa (hacia el Norte): Agricultura de tumba y quema, estacional con las lluvias, frijol, ba tata, maíz. II Zona árida (hacia el Sur): En secano, con bosques y tierras áridas, cultivos menores, maíz, frijol, maní. III Zona irrigada (este y oeste): Las mejores tierras del valle. Básicamente se siembra arroz, habi chuela y sorgo; pastos y ganadería. Desde el Km. 20 (Pedro Corto, al Oeste) hasta el Km. 12 de la Carretera Sánchez, hacia el este. Fuente: Trabajo de campo, 1982. I
En las llanuras boscosas de Azua se producen actualmente importantes ocupaciones de tipo capitalista que cambian violentamente el uso de los suelos mediante incorporación de maquinaria que corta el bosque, limpia y prepara el terreno con el fin de utilizarlo en cultivos agroindustriales y de exportación. En la actualidad, operan, en grandes extensiones agrícolas, que anteriormente eran desiertos, tres proyectos millonarios de cultivos de vegetales (melones, pepinillos, etc.) y de capital extranjero. Las compañías ABC y DOMEX incorporan modernas tecnologías de producción, preparación y transporte de frutas y vegetales, estimuladas por las leyes de Incentivos Agroindustrial (1980), de Incentivos Cambiarios (1984) y de exportaciones no tradicionales.11 El campesinado que ya no tiene presencia significativa en la parte este del valle de San Juan de la Maguana, se retiró históricamente en varias direcciones; mas al este, hay muchas 11 «Convierten antiguo desierto Azua en floreciente erial de cultivos» (Y. Romero, editor), Listín Diario, 9-5-84. Leyes de incentivos: agroindustrial, de exportaciones no tradicionales y de incentivos cambiarios. La empresa DOMEX, por ejemplo, ya ha exportado más de 600 mil cajas de melones en los últimos 3 años, a RD$30.00 por unidad, por un valor de más de 3 millones de pesos. Otros proyectos se instalarán aproximadamente en el valle de Azua, entre ellos, uno israelí. Algunos bancos se están instalando en Azua; ya se instaló una sucursal del Banco de Reservas, y el Banco Popular está asociado en el financiamiento del transporte de vegetales hacia E. U. asegurando la rentabilidad final de las cosechas.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 128
21/05/2009 12:05:32 p.m.
Procesos de descampesinización (1950-1970)
129
aldeas y pequeños poblamientos a los márgenes de la principal vía terrestre de comunicación donde existe un campesinado que no dispone de tierras productivas y cultiva a duras penas una o dos tareas arrancadas en forma extremadamente forzada y sin ninguna tecnología, a no ser la más elemental y atrasada, al bosque xerofítico tropical seco. Las estrategias de reproducción social de este campesinado están vinculadas fundamentalmente a la explotación forestal mediante la tecnología de tumba y quema para la producción de carbón vegetal en hornos de tierra y la crianza de cabras y otros animales domésticos, a través del método del forrajeo libre en extensivas tierras comunales y del gobierno. La producción de carbón vegetal se inserta en circuitos de comercialización en el que participan transportistas y camioneros que hacen llegar el producto a las zonas urbanas donde es consumido como combustible por los sectores pobres que no pueden adquirir el gas licuado. La región Suroeste es la principal productora de carbón vegetal del país. Se ha calculado la producción promedio mensual en cerca de 200 mil sacos, que representa un total anual de 2.4 millones de sacos, o sea, la mitad de lo que se estima que es la producción del carbón del país.12 La construcción de hornos de tierra para fabricar carbón vegetal, al igual que la tradicional crianza de cabras, cuyos métodos no han cambiado por generaciones, conforman una tecnología que se inserta en toda una tradición cultural de la región desde hace décadas, y que conduce estratégicamente a un agotamiento de los recursos naturales. La bayahonda o el cambrón se hacen escasos y, en las áreas donde el carbón es producido intensamente, la destrucción del bosque seco provoca la erosión de los suelos, dejándolos «estériles y pedregosos».13 12 SEA, Medio ambiente. 13 SEA, Medio ambiente, p. 101. «Los bosques secos están siendo seriamente agotados. No existe ningún tipo de reforestación, los árboles que se cortan para hacer carbón son completamente destruidos o dejados como tozas cortas a las cuales les toma un largo tiempo regenerarse. Los retoños de las tozas tienen que enfrentarse a otra amenaza: los miles de cabras voraces que pacen libremente a través de los bosques secos de la región, los cuales, están desapareciendo.» Los camioneros, por lo general, les pagan a los productores
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 129
21/05/2009 12:05:32 p.m.
130
Angel Moreta
La producción de carbón vegetal en la región Suroeste Los campesinos utilizan para quemar Aproximadamente, un 40% es con carbón: bayahonda, baitoa, palo de sumido en la propia región que de chivo, candelón, palo amargo, gua bido a su nivel de ingresos no pue yacán, etc. El principal que usan es den comprar gas propano. De cada región camión viven unas el cambrón (bayahonda). El transporte de carbón es realizado 15 personas, unas 8 mil en total. por unos 450 camiones que viajan Cada camionero obtiene entre 120 y 130 pesos mensuales con su trabajo. desde la región a Santo Domingo. Mensualmente, entran a Santo Do Muchos camioneros son dueños de mingo entre 25 y 30 mil sacos de hornos de carbón y algunos poseen más de un camión. carbón. Es comprado a los campesinos a Cada camionero paga al mes 30 pesos RD$3.25, y es vendido a RD$6.00 a la Dirección General de Rentas Inter nas y 30.00 a la Dirección General de aproximadamente. Foresta, unos 328 mil pesos al año. Fuentes: - Marcallé Abreu, R. «Miles de hornos de carbón en el Sur», El Nacio nal, 25-7-82. Observación de campo.
A lo largo de la carretera que comunica las provincias de Azua y San Juan de la Maguana, hay unos 15 poblados rurales que tienen de 20 a 70 viviendas. Los más pequeños tienen entre 30 y 50, los más grandes llegan a 70 u 80 casas. Además hay unos tres poblados grandes, que tienen a rededor de 600 viviendas. El bosque xerofítico tropical, con una vegetación de cactus, bayahondas, guazábara, cambrón etc., tiene una pluviometría anual de menos de 1,000 mililitros y una temperatura promedio anual de 26 a 28 grados centígrados, y por ello es el mejor bosque para la producción de carbón vegetal.14 El campesinado de esta zona dispone de un hábitat sumamente hostil. La incapacidad productiva del suelo lo mantiene en una situación económica extraordinariamente RD$3.00 por saco. No se sabe cuál es el peso promedio de estos sacos, pues varían de tamaño. La mayoría de los campesinos de la región prefieren construir hornos que producen de 20 a 25 sacos de carbón. 14 El bosque del Suroeste es de tipo secundario, es decir, que su vegetación ha nacido después de devastaciones forestales. Las plantas xerofíticas, por otro lado, son aquellas que acumulan un 45% de agua y son resistentes a temperaturas altas y a suelos secos con bajo volumen de agua por superficie de suelo. (Entrevista con la profesora de la UASD, Adalgisa Arias, 1985.)
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 130
21/05/2009 12:05:32 p.m.
Procesos de descampesinización (1950-1970)
131
precaria. Lucha con la guazábara y el cambrón en el patio de su vivienda, en donde apenas puede sembrar algunas plantas de maíz, plátano, etc. Vive absolutamente aislado en medio de ese hábitat seco, sin medios de subsistencia importantes. 2) El campesinado también se ha retirado históricamente hacia el sur de la provincia, zona boscosa seca y montañosa, donde se cultiva principalmente en secano; en ella se ha producido una cierta ocupación capitalista del suelo con fines ganaderos, forestales-madereros y otros. Dicha ocupación se ha producido últimamente, pues por ésta abundan los suelos baldíos y estatales, como la llanura de Cardón, que recientemente fue ocupada por inversionistas agrarios urbanos y militares, con la oposición de los campesinos que reclaman dichas tierras y piden el establecimiento de proyectos agrarios especializados. Hacia el sur hay zonas, al igual que al este, en las que predominan los poseedores y usufructuarios de 30 tareas en promedio y los capitalistas agrarios son todavía escasos, aunque existen. En ellas, si bien no se registra una presencia expansiva del capitalismo agrario propiamente dicho, impera, sin embargo, la lógica general del sistema capitalista. Por ejemplo, los productores campesinos están mercantilizados y sometidos al mercado de bienes y de dinero; venden al comerciante intermediario, venden ellos directamente a factorías, toman prestado a usureros comerciantes agrícolas, pagan tasa de interés y procuran algún beneficio, aún cuando les es difícil conseguirlo en la circulación. Predominan los productores campesinos y el trabajo familiar. Una característica estructural del mercado de trabajo en estas zonas es la venta irregular de la fuerza de trabajo, dependiendo de una oferta variable y según aparezca la oportunidad para el trabajador. El que tiene su pequeña explotación trabaja más ocasionalmente como asalariado que el que no la tiene. Los compradores de fuerza de trabajo son tanto capitalistas grandes y medianos como campesinos mercantiles pequeños que funcionan básicamente con el trabajo familiar,
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 131
21/05/2009 12:05:32 p.m.
132
Angel Moreta
y que consumen dicha fuerza laboral en momentos de siembra y cosecha.15 Las condiciones de existencia y reproducción social de los jornaleros semiproletarios son sumamente precarias; algunos entrevistados muestran un cuadro de vida desolador. Tienen una alimentación deficiente, hacen una sola comida al día, pues si logran comer al mediodía difícilmente pueden volver a hacerlo en la noche. (Generalmente, la ración consiste en arroz blanco o moro sin nada de aditamento.) La venta de la fuerza laboral se efectúa tanto por día como por ajuste, indistintamente. La baja capitalista de muchas unidades campesinas lleva a una relación salarial en especie, a la cual nos referiremos más adelante. En estas zonas de poca presencia de capitalistas agrarios difícilmente pueda hablarse de que la fuerza de trabajo campesina semiproletarizada funciona como una reserva para el capital propiamente dicho; el mercado laboral, si bien funciona de acuerdo con la lógica general del capital, no es el mercado de un comprador que es patrono capitalista, ni de un vendedor que es un obrero echa días totalmente desprovisto de medios de producción. Son zonas de pauperización social generalizada y de proletarización estancada, esto es, que el campesino pobre encuentra cómo subsistir sin proletarizarse en términos absolutos porque no existe la presión económica definida en ese sentido. La presencia del mercado de bienes y de dinero tiene un efecto estructural erosivo sobre las economías simples de los productores, hacia el sur del valle y hacia el norte montañoso. Los comerciantes intermediarios, por ejemplo, vienen a estas comunidades en sus vehículos propios; anteriormente pesaban los frutos en kilos y engañaban al campesino vendedor con un peso arreglado. Grupos de campesinos de estas comunidades buscaron y elaboraron ellos mismos mecanismos de defensa en lo concerniente a su relación con el capital mercantil, uno de ellos fue vender por lata; determinaron previamente el quantum de esta modalidad y fijaron precio a esas unidades 15 Observación de campo, 1984.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 132
21/05/2009 12:05:32 p.m.
Procesos de descampesinización (1950-1970)
133
dependiendo del producto. La observación de campo muestra aquí la elaboración de mecanismos de autoprotección con el fin de defender colectivamente el valor de la producción campesina en la circulación capitalista.16 3) Hacia el oeste del valle hay mayor presencia campesina, particularmente en las tierras que quedan cubiertas por el área de influencia de la presa de Sabaneta, en donde es significativa la explotación del trabajo campesino por métodos de aparcería y arrendamiento. Ambas relaciones en conjunto son relativamente importantes en la parte oeste. El oeste del valle, hasta Pedro Corto, es una zona de significativa descampesinización en los últimos años, debido a los problemas de riego, infiltraciones del canal temporero, salinización de los suelos, etc. Es un área donde se explota intensamente el trabajo campesino a través de métodos de aparcería y arrendamiento. En el área de la presa de Sabaneta había en 1971, 112 mil tareas, de las cuales el 31% estaba en régimen de aparcería y arriendo, es decir, unas 34,400 tareas; y de estas últimas, el 33% correspondían a fincas menores de 80 tareas.17 En esta zona oeste del valle, el problema de las inundaciones y la salinización, la prohibición de sembrar arroz siempre y cuando no estén inundadas las tierras (prohibición que es burlada por los capitalistas agrarios), el monopolio del riego, el control y el chantaje de los cabos de agua del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), afectan la agricultura campesina y han contribuido, junto a otros factores, como los costos de producción, a forzar procesos de descampesinización. 4) Hacia el norte del valle, la zona montañosa húmeda, de lluvias estacionales y siembras también estacionales de habichuela, maíz, maní, etc., constituye una importante zona de ocupación campesina. Existen núcleos campesinos enclavados 16 Los intermediarios mercantiles prestan dinero y cobran un interés muy alto: por 100 pesos te cobran hasta 135, a pagar en 3 ó 4 meses, dependiendo del tipo y duración del cultivo. Observación de campo, 1984. 17 Informe Hanson Rodríguez sobre el área de influencia de la presa de Sabaneta, capítulo IV, Santo Domingo, 1973.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 133
21/05/2009 12:05:32 p.m.
134
Angel Moreta
históricamente en la zona alta, la cual también ha servido para acoger un campesinado empobrecido precarista que practica la agricultura montañosa de tumba y quema, tecnología primitiva que erosiona los suelos en forma progresiva y provoca deforestación y agotamiento de recursos naturales (fuentes de agua, ríos y lluvias, etc.). El campesino precarista de la zona montañosa norte todos los años tiene que hacer un conuco nuevo para poder seguir sembrando, lo que implica en desmontar, cortar, quemar y preparar el suelo. Hace solamente una cosecha por el problema del declive del suelo y la erosión. El maní y la habichuela, dos productos sembrados por el productor precarista, producen mucha erosión, no protegen el suelo, empobrecen al campesino y contribuyen al agotamiento de los recursos naturales: agua, suelo y vegetación. La erosión es un elemento negativo en la economía campesina montañosa, pues disminuye la producción y la productividad, se convierte en un importante factor de descampesinización en zonas con estas características.18 La agricultura de laderas, que se practica tradicionalmente en zonas altas, provoca cada año un desmejoramiento de potencial y los recursos físicos y exige del productor una creciente intensidad de trabajo dentro de una decreciente productividad; somete al campesino a una vida productiva nómada que estratégicamente conduce a un desgaste sustancial y, por ende, a un abandono de la actividad agrícola.19 En esta zona montañosa norte hay grandes cantidades de tierras estatales; subsisten importantes relaciones no capitalistas, como la aparcería a la tercia y a la cuarta, y el pago sa larial en especie; los productores utilizan más fuerza de trabajo familiar y menos tecnología que en el valle. Hasta hace unas décadas, las economías campesinas de esta zona fueron propensas a sustraerse a las fuerzas centrípetas del mercado interno debido a la presencia cultural de una fuerte estructura de compadrazgo y de apoyo mutuo, y a una situación más 18 SEA, Levantamiento y clasificación de suelos de la Línea Noroeste, Santo Domingo, 1979. 19 L. Noboa, «El cultivo de las tierras de ladera», El Nuevo Diario, 25-8-83.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 134
21/05/2009 12:05:32 p.m.
Procesos de descampesinización (1950-1970)
135
ventajosa en cuanto a la obtención de víveres, bienes de subsistencia e intercambio de servicios. Pero en la actualidad, ya cuentan con la generalización de los elementos básicos de la intensificación capitalista: el dinero, el crédito, cierta tecnología (fertilizantes, etc.), la dependencia de determinados bienes de subsistencia manufacturados, la orientación productiva especializada, etc. Algunos elementos pueden apoyar la idea de que en la última década se han producido significativos procesos de descampesinización: a) Por lo pronto, la tasa de crecimiento demográfico anual en la zona urbana de la provincia de San Juan de la Maguana en la década del 70 fue de 5%, mientras en la zona rural fue de 1.5%; esto quiere decir que ha habido un crecimiento muy elevado en la zona urbana, y hay que suponer que en gran parte fue debido a la emigración de los habitantes del área rural a la ciudad, lo que habrá incrementado la población urbana desocupada.20 b) Ello implica, asimismo, el desmesurado crecimiento que en la década del 70 tuvieron los sectores periféricos urbanos, deprimidos incorrectamente llamados marginados, en donde se aloja una fuerza laboral heterogénea, uno de cuyos componentes son los jornaleros agrícolas que cotidianamente se incorporan a las zonas rurales a través de un mercado laboral relativamente regular en el valle. Se trata de una masa laboral activa, con hábitat urbano, pero estrechamente vinculada en forma cotidiana a las actividades agropecuarias. Aún cuando emigran a las ciudades, siguen vinculados a la agricultura. De ahí la categoría de obreros agrícolas urbanizados, que siguen relacionados básicamente a un mercado de trabajo rural, aún cuando tienen su hábitat en las zonas urbanas. c) De igual modo, entre las regiones de origen de los inmigrantes a Santo Domingo, según la encuesta que sobre migración a las ciudades de Santiago y Santo Domingo 20 Informe Hanson Rodríguez, capítulo IV.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 135
21/05/2009 12:05:32 p.m.
136
Angel Moreta
fue realizada por la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN), en 1979, predomina el Cibao, con un 56.4% y el Suroeste, con 26.2%. d) Del 1960 al 1980, la población rural, comparada con la población urbana, ha disminuido relativamente un 15%, y la urbana ha crecido en igual número relativo. De seguir ese movimiento la población rural y urbana llegará a igualarse en la próxima década, en una región predominantemente campesina cuya agricultura no ha sido afectada por grandes plantaciones, como en San Cristóbal (Haina), San Pedro de Macorís o La Romana. En 1960, el 82% de la población de la provincia de San Juan de la Maguana era rural, y apenas el 18% urbana; para 1980, la proporción había pasado a 67% rural y 33% urbana. e) En la región Suroeste, la población activa se distribuía, en 1980, en la zona urbana, de la siguiente manera: 25% en la agricultura, 10.4% industria, 7.5% en la construcción, 16.0% en el comercio, el 32.2% en los servicios y el 8.9% en transporte y otras actividades.21 Como se aprecia, una alta proporción de población activa de la región es agrícola, a pesar de tratarse de población urbana. Lo cual se complementa con el dato de que en 1978 había en toda la región Suroeste una cantidad de 109 empresas industriales, la mayoría de las cuales eran de tipo artesanal,22 o sea, que prácticamente no había ni hay presencia de actividades manufactureras capaces de absorber grandes contingentes de fuerza laboral. 23 Ello explica que en zonas como las del valle de San Juan de la Maguana haya una gran proporción de fuerza de 21 ONAPLAN, Plandes 19, Bases para formular una política de empleo en la República Dominicana, Santo Domingo, 1974. 22 ONAPLAN, Plandes 19. 23 Trabajo de campo, 1984. El estudio empírico de esta masa laboral proletaria y semiproletaria no está contemplado en un proyecto más amplio que sobre campesinado, capitalismo y clases sociales en el Suroeste, estuvo en vías de conocimiento en el CERESD de la UASD. El proyecto tiene alcances teóricos y busca aportar concretamente al conocimiento del proletariado agrícola dominicano.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 136
21/05/2009 12:05:33 p.m.
Procesos de descampesinización (1950-1970)
137
trabajo urbana incorporada a un mercado laboral agrícola que la absorbe estacionalmente a una forma más o menos regular, 24 compuesta de jornaleros proletarios y semiproletarios, portadores de una tradición cultural en el manejo del proceso de trabajo arrocero, y generadores de un plusvalor absoluto limpio de cualquier mediación que es apropiado por los capitalistas agrarios; y también por los capitalistas de factorías y agroindustrias, en la medida en que muchos de esos jornaleros como se ha determinado, pasan alternativamente de una esfera a otra de la división regional del trabajo, de acuerdo con la oferta estacional de fuerza de trabajo. Dicha masa laboral hace posible importantes márgenes de acumulación para los capitalistas que operan en la zona. 25 Cuadro 17 Población de la provincia de San Juan de la Maguana según años 1960, 1970 y 1981 Año Urbano % Rural 1960 27,160 18 125,230 1970 44,310 24 146,495 1981 78,595 33 161,362 Fuente: Censos de población, 1960, 1970, 1981.
%
82 76 67
Total 152,390 190,805 239,957
24 Gumersindo del Rosario, «Empleo y distribución del ingreso en República Dominicana», Revista de Estudios Económicos, No. 2, julio-diciembre de 1982. 25 Los demás elementos señalados como coadyuvantes del proceso de descampesinización serán analizados más adelante.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 137
21/05/2009 12:05:33 p.m.
138
Angel Moreta Cuadro 18 Población activa en las zonas urbanas de la región Suroeste comparada con todo el país 1980 Rama de actividad
Agricultura Industria Construcción Comercio Transporte, almacenamiento y comunicaciones Servicios Otras actividades Total Fuente: Encuesta ONAPLAN, 1980.
El país (%) 6.9 1.9 6.1 21.7 3.9
Región Suroeste (%) 25.0 10.4 7.5 16.0 2.7
6.8 52.7 100.00
6.1 61.6 100.00
Cuadro 19 Población de los barrios de la zona urbana del municipio, SJM Zonas urbanas Viviendas Hombres Mujeres Total Mayores (barrios) H/M 17 años Quijá Quieta 727 1,734 1,775 3,509 1,660 B. Damnificados 292 811 797 1,608 753 Ens. Mesopotamia 347 991 1,074 2,065 942 Guayusita 460 1,003 954 1,957 948 Urb. Manoguayabo 242 581 700 1,281 590 Barrio A 3,242 7,583 8,385 15,968 8,322 Ens. Mira Flores 935 2,529 4,908 7,437 El Cepillo 315 980 957 1,937 892 La Navaja 219 557 523 1,080 502 Cueva de la Jaiba 170 360 389 749 380 Barrio B 2,275 4,957 5,616 10,573 5,725 Anacaona 595 1,545 1,545 3,090 1,475 Ens. La Fe 50 152 167 319 132 Urb. Villa Felicia 97 131 161 292 153 Total 9,966 23,914 27,981 51,895 24,814 Fuente: Datos del censo de 1981, a nivel de barrios y parajes. Se consideran barrios marginados: Quijá Quieta, Los Damnificados, Guachupita, Ens. Mesopotamia, El Cepillo, Cueva de Jaiba, etc.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 138
21/05/2009 12:05:33 p.m.
Procesos de descampesinizaciรณn (1950-1970)
139
Cuadro 20 Distribuciรณn de la poblaciรณn econรณmicamente activa por sectores en la regiรณn Suroeste Distribuciรณn No. de personas Poblaciรณn Econรณmicamente Activa (PEA) 135,456 Agricultura, caza, silvicultura y pesca 88,899 Explotaciรณn de minas y canteras 219 Industrias manufactureras 9,954 Electricidad, gas y agua 45 Construcciรณn 1,571 Comercio al por mayor y menor, restaurantes 3,757 y hoteles Establecimientos financieros, seguros, serviยญ 1,275 cios a las empresas Servicios comunales sociales y personales 11,570 Transporte, almacenamiento y comunicaciones 2,539 Actividades no bien especificadas 15,627 Fuente: Censo de poblaciรณn, 1971.
% 100.00 65.63 0.16 7.35 0.03 1.16 2.77 0.94 8.54 1.87 11.54
Ilustraciรณn 20. Foto de obreras de agroindustrias
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 139
21/05/2009 12:05:33 p.m.
140
Angel Moreta
Ilustraci贸n 21. Atisbamiento en factor铆as
Ilustraci贸n 22. Transporte de sacos de arroz
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 140
21/05/2009 12:05:34 p.m.
VI. Las relaciones de producción en la microformación social regional La formación social San Juan de la Maguana es una microformación social caracterizada en la actualidad por relaciones de producción que forman un todo desigual y combinado con dominancia de relaciones capitalistas y con predominio numérico de economías campesinas, con una proporción considerable de población liberada de los medios de producción en condiciones de proletarización y pauperización. Es posible que aquí se produzcan las más altas tasas de explotación del Suroeste, si descontamos el ingenio Barahona, pues se ha desarrollado una agricultura capitalista intensa que encuentra condiciones propicias de acumulación debido, entre otros factores, a la abundante fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria, y a un campesinado mercantil de subsistencia que genera en la zona un porcentaje importante del producto agrícola subordinado al modo de producción capitalista en la circulación (crédito, tecnología, bienes de subsistencia manufacturados) y en la producción (factorías y agroindustrias, etc.).1 Es una característica de nuestra formación social el hecho de que, a pesar de la predominancia del modo de producción 1 Angel Moreta, «Proletarización rural, capitalismo y clases sociales en el Suroeste. Tendencias e hipótesis», III Congreso Dominicano de Sociología, octubre de 1982. Por lo demás, la fuente básica de información sigue siendo el trabajo de campo, 1982-1984.
– 141 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 141
21/05/2009 12:05:34 p.m.
142
Angel Moreta
capitalista (dependiente del imperialismo), coexistan con él otras formas productivas no capitalista en el sector agrícola.2 A pesar de la expansión del capitalismo en el agro, subsisten, aunque no en forma significativa, unidades de producción orientadas al autoconsumo y fundamentalmente un número importante de unidades de producción mercantil simple orientadas básicamente hacia el mercado pero en las que todavía es muy elevada la contribución del trabajo del usufructuario de la explotación, y cuyas ganancias se confunden con su salario, e inclusive, cuya fuerza de trabajo está pagada por debajo de su valor.3 En la actualidad, gran parte de las economías campesinas de San Juan de la Maguana están subordinadas al capitalismo como sistema socioeconómico y político dominante, lo que genera procesos de diferenciación (le llamaríamos históricamente el segundo proceso de diferenciación del campesinado de la región en su interacción con el sistema capitalista) que se expresan en el desarrollo de una burguesía agraria y un proletariado agrícola heterogéneo que coexisten con un campesinado en crisis frente al modo de producción dominante. La explotación del proletariado agrícola es realizada mayormente por burgueses agrarios grandes y medianos más o menos modernizados, y la de los campesinos más directamente por los capitalistas que operan en factorías, por el capital comercial y por las agroindustrias instaladas en la región para colectar maní y maíz con fines de agroprocesamiento industrial de aceites y grasas vegetales.4 Este elemento no excluye 2 Para el caso de México, Luisa Paré en su trabajo «Caciquismo y estructura de poder en la Sierra Norte de Puebla», Caciquismo y poder político en México (varios autores), México, 1979, habla de la «coexistencia de varios modos de producción». Nosotros preferimos hablar de la coexistencia de formas productivas con un modo de producción dominante, puesto que la noción de modos de producción plantea problemas, algunos de los cuales han sido levantados por M. Margulis. Contradicciones en la estructura agraria y transferencia de valor, capítulo I. 3 Censalmente el peso de la pequeña propiedad es significativo en la agricultura del país de la región Suroeste. 4 El Complejo de la Sociedad Industrial Dominicana (SID), Proteínas Nacionales y Maicera Nacional; e Industria Lavador. Sobre los motivos por los que no es
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 142
21/05/2009 12:05:34 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
143
el sistema de aparcería, vigente en la región todavía, pues las agroindustrias, factorías, etc., han sabido acomodarse a esta relación para explotar a través de ella el trabajo campesino, sin descontar que la misma, particularmente en zonas marginales, contribuye efectivamente a contener procesos de proletarización absoluta en la medida en que funciona como una forma de empleo de la fuerza de trabajo. Si tomamos en cuenta la conformación histórica del capitalismo en el agro de la región, proceso acerca del cual presentamos un esquema de reconstrucción hasta llegar al momento del cual nos ocupamos en el presente capítulo, y la actual dinámica del mismo en la región, el papel que concretamente desempeña la relación de aparcería y otros elementos que se presentarán más adelante, se puede sugerir la hipótesis de la existencia de una proletarización estancada o deforme; por cuanto, si bien en la agricultura de la zona se siguen imponiendo relaciones y formas que corresponden al capitalismo y en ella impera la lógica de valorización, en sentido general no existen procesos de expropiación violentos por efecto de una invasión importante de capital-dinero en la agricultura, sean individuales o pertenecientes a monopolios agroindustriales o financieros. Esta característica impone un proceso lento, después de un movimiento de intensificación que tuvo una dinámica significativa en las dos décadas pasadas. Actualmente, hay un sector capitalista consolidado en el agro, dedicado a una agricultura especializada y a la pecuaria. Se mueven sumas de capital-dinero no monopólicos, individuales, acorde con la lógica general del sistema: la valorización del capital-dinero a costa de la explotación de una fuerza de trabajo abundante y barata y del consumo productivo de elementos del proceso de producción adquiridos en un mercado de productos y medios de producción agrícolas que se comportan como capital dentro de la fórmula general. Proletarización deforme en vista de que no se trata del modelo clásico en el que se explican violentos y abiertos procesos de proletarización; vemos más bien procesos de intensificación objeto del presente trabajo de tesis la investigación del proletariado agrícola ni de las clases sociales agrarias de la región.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 143
21/05/2009 12:05:34 p.m.
144
Angel Moreta
capitalista que históricamente subordinan la fuerza de trabajo rural en el esquema de valorización y captación de plustrabajo. Además, tomando en cuenta que en la región parte importante de la fuerza de trabajo campesina está mediada por relaciones de aparcería, estuvo mediada por relaciones de colona to, por formas de contratación a domicilio con agroindustrias de aceites comestibles y con factorías agrocomerciales y financieras, que en cierta forma no coadyuvan a procesos de proletarización absoluta en su forma clásica.5 Ello no implica negar los factores que se han señalado básicamente como principales elementos de expulsión campesina en el agro dominicano: factores vinculados a procesos de acumulación originaria, al monopolio de la tierra y al estancamiento de las economías campesinas.6 En la formación regional hay un peso importante del semiproletariado agrícola, familias precaristas que engrosan un ejército de reserva rural y que en un futuro corto probablemente serán incapaces de superar su nivel mínimo de subsistencia (una acentuación de su lado proletario). Debido a su falta de medios para adquirir más y mejores tierras y para mejorar su proceso de producción, serán alcanzados por la tendencia a la pulverización de sus medios de producción o sobrevivirán como parias, tomando en consideración que la mayoría vive en tierras áridas y de mala calidad en las cuales el capital no tiene interés ni podría operar en condiciones de ganancia media. Dada la expansión capitalista en la agricultura de la región, que ha ocupado las mejores tierras del valle de San Juan de 5 No es visible el peso de grandes inversiones con alta composición orgánica, como está ocurriendo en el valle de Azua, el cual, después de la construcción de la infraestructura de riego de la presa de Sabana Yagua, ha recibido cuantiosas inyecciones millonarias de capital en el agro (ver la nota 2 de este capítulo). Este proceso se dio en menor escala en la parte oeste del valle de San Juan después de la construcción de la presa de Sabaneta. 6 I. Duarte, Capitalismo y superpoblación relativa en Santo Domingo, Santo Domingo, 1983, p. 166 y ss. En efecto, no negamos la existencia de procesos de acumulación originaria en la región, como actos expropiatorios y abusos de poder de capitalistas y terratenientes tradicionales individuales, métodos a los cuales se hará referencia más adelante.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 144
21/05/2009 12:05:34 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
145
la Maguana, en un proceso de apropiación que viene de la Primera Intervención Norteamericana (1916-1924), tierras de buena calidad y con renta diferencial, existen importantes procesos tendentes al incremento de la proletarización, la pauperización no proletaria, las migraciones, etc., con fundamento en varias causas o factores conjugados que actúan con intensidad diversa en la formación regional. Entre ellos, la pulverización de propiedades por vía sucesoral, pues en la región las familias son largas y el patrón de herencia coadyuva a ello; las ventas forzadas o expropiatorias aparentemente fraudulentas o no, los efectos de la competencia capitalista, la crisis de precios de los productos alimenticios agrarios, la crisis de consumo de tecnología (insumos) que aumentaron violentamente de precios en 1984, lo que causa desasosiego en productos que como el arroz exigen muchos elementos tecnológicos; el incremento demográfico y la baja capacidad absortiva de la unidad campesina; la acción de una estructura de poder ya tradicional que ejercen los terratenientes y los burgueses agrarios sobre los recursos físicos (riego, etc.), los fenómenos naturales adversos que han ocurrido en el país con especial impacto en la zona, como sequías (1980 y 1981), pestes (la de los puercos), enfermedades de los cultivos (en la habichuela, especialmente), ciclones e inundaciones, etc. Además, hay que mencionar factores directamente descampesinizadores como la pérdida de animales, máquinas y aperos a manos del capital usuario por medios de poder y chantaje, la absorción cada vez más extendida de fuerza laboral en las zonas urbanas, los procesos más o menos cre cientes de ruina del pequeño productor mercantil como con secuencia de su sometimiento al capital, que lo explota en la producción y la circulación, y por tanto, su gradual erosión y estancamiento; el mecanismo crediticio con el capital comercial, etc.7 7 Algunos de estos factores serán analizados más adelante, en el capítulo VI. Aquí se refieren solamente debido a que esta parte trata de presentar un panorama, descriptivo en cierta forma, de la formación regional en los años recientes.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 145
21/05/2009 12:05:34 p.m.
146
Angel Moreta
La agricultura de la zona tiene una serie de contradicciones que son reflejo de las características estructurales de la agricultura en su conjunto, esto es, monopolio de la tierra y los recursos productivos, desgaste gradual de las pequeñas explotaciones mercantiles, procesos de proletarización, de superexplotación de la fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria (incluyendo mujeres y niños): proceso creciente de intercambio desigual desde la pequeña producción hacia ciertas fracciones de la burguesía agraria y el capital urbanoindustrial (elevación constante de los precios de los productos industriales y estancamiento de los precios de los productos agrícolas, por ejemplo); mecanismos inflacionarios, usurarios, de financiamiento y de comercialización de las diversas fracciones del capital que descapitalizan el campo a costa de los pequeños y medianos productores. La región tiene un mercado interno consolidado, del cual participa y al cual está subordinado el campesinado mercantil que es comprador y vendedor de bienes de subsistencia y de ciertos bienes de producción muy elementales. Los bienes manufacturados provienen de centros urbanos e industriales más avanzados (aceite, fósforo, combustible, insumos agrícolas, etc.) y algunos de ellos han sustituido productos artesanales domésticos. Este proceso de mercantilización de las economías campesinas es concomitante con el desarrollo del mercado interno, el cual ya vimos en el capítulo IV,8 y con la especialización productiva de la región en cultivos alimenticios para el consumo interno. A partir del 1950, cuando cobran auge estos elementos, el campesinado o sectores importantes de éste, inicia un segundo proceso de diferenciación cuando se sumerge por entero en el intercambio y pasa a depender de él. La región tenía un retraso económico en relación con otras en las cuales la agricultura mercantil y comercial capitalista había avanzado significativamente en productos como cacao, 8 «Intensificación del capitalismo agrario», en el que hacemos un esfuerzo por relacionar el proceso de mercantilización de las economías campesinas con la ampliación del mercado interno y la especialización productiva de la región en cultivos de alimentos para dicho mercado.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 146
21/05/2009 12:05:35 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
147
café, tabaco, caña de azúcar, miel y cera. También en la ganadería, el plátano, los cocos y otros frutos menores.9 El desarrollo de la agricultura comercial de la región se produce después de haberse dado un desarrollo mercantil en la agricultura de alimentos: primero habichuela y maíz, luego arroz y maní, a partir de 1940. El carácter mercantil más importante existía en la ganadería desde 1900, pues se comercializaban carnes hacia Haití y otras partes del país hasta el 1936. Una vez que el campesinado se mercantiliza en la agricultura de alimentos (habichuela, maíz, arroz, maní, etc.), la agricultura comercial despega después de 1950, con excepción de la ganadería. La producción mercantil campesina se desarrolla a partir de la producción para el autoconsumo en habichuela y maíz desde principios de siglo. El desarrollo de la agricultura comercial se refleja en una acentuación de la división social del trabajo, tanto a nivel de las explotaciones, por cuanto aumenta su grado de especialización en una rama determinada, como a nivel de la industria, pues se desarrolla el capital en las factorías agroprocesadoras de arroz. El proceso también se expresa a nivel de las regiones.10 La división social del trabajo en el valle de San Juan de la Maguana se manifiesta como trabajo productivo en la agricultura y como trabajo de procesamiento agroindustrial. La empresa capitalista y medianamente capitalista en el agro y las unidades mercantiles simples campesinas entregan el producto (arroz fundamentalmente) a las factorías que se van a encargar de su transformación (secado, molienda, limpieza, envasado, clasificación e inclusive su comercialización). La producción agrícola capitalista desarrolla una débil división técnica del trabajo: tractoristas, bombistas o aplicadores de abonos (pesticidas, etc.), bueyeros o gañanes, transplantadores o sembradores, cortadores, transportistas, etc. Lo mismo ocurre en las factorías agroprocesadoras: obreros terraceros, secadores, m olineros, cosedores, transportistas, etc. 9 J. Serrulle y J. Boin, El proceso de desarrollo del capitalismo en República Dominicana (1844-1930), tomo II, Santo Domingo, 1981, p. 289 y ss. 10 J. Serrulle y J. Boin, El proceso.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 147
21/05/2009 12:05:35 p.m.
148
Angel Moreta
La división técnica del trabajo entraña una competencia en la productividad del trabajo, tendiendo a igualarse (perecuación) el trabajo socialmente necesario para cada operación. Por tanto, un régimen de mercado de trabajo que produce esta igualación a través del mecanismo social de la concurrencia de productores independientes.11 Fuera de las agroindustrias procesadoras, la región no tiene una industria significativa, ni una industria vinculada a la agricultura. En 1973, según el Informe Hanson Rodríguez, apenas existía una fábrica de mantequilla y queso en condiciones precarias, una de queso en hojas, una talabartería y una industria a nivel artesanal de efectos de cuero. El atraso industrial de la región viene motivado por factores históricos: su lejanía del centro del país, su incomunicación sistemática (solamente en la década del 40 vino a construirse el tramo carretero de la provincia Azua a Elías Piña), su especialización productiva regional en cultivos alimenticios para el mercado interno, una vez se configura éste y decae la ganadería como actividad productiva principal de la región. De los informes de la Cámara de Comercio del 40, no se desprenden datos sobre industrias ni gremios, a diferencia, por ejemplo, de provincias como Puerto Plata, San Pedro de Macorís, Santiago o de Santo Domingo. Mientras en estas zonas se incrementaba la participación en el mercado interno, en esa década en expansión, a través de la industrialización, en el Suroeste se hacía a través del aumento de la producción agrícola. Según dichos informes, las industrias existentes en esta región en 1946, por ejemplo, eran factorías, fábricas de queso y mantequilla, de dulces, talabarterías, tenerías, andullos, confecciones de cana. Estas industrias han retrocedido, por ejemplo con la decadencia del tabaco, que en 1920 eran de los mejores del país, y en cambio aumentó la producción agrícola, como se desprende de los periódicos locales de la época.12 11 Con respecto a la división técnica del trabajo y a la socialización o cooperación en cultivos como la caña de azúcar, véase A. Cortén y otros, Azúcar, p. 64 y ss. 12 Informe Hanson Rodríguez, pp. 5-14; ONE, Estadísticas Industriales de República Dominicana, 1975, Santo Domingo; informes de las cámaras de Comercio
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 148
21/05/2009 12:05:35 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
149
En lo relativo a los volúmenes de producción agrícola para el mercado interno, el valle de San Juan de la Maguana es uno de los más importantes centros del país, principalmente en granos básicos como arroz, habichuelas, maíz, maní, guandul, etc.13 En la región Suroeste, la producción arrocera constituye una de las más importantes actividades agrícolas. En 1978 produjo unos 542,591 quintales, con un valor bruto de RD$5.5 millones de pesos. En 1981 produjo cerca de 700 mil quintales de arroz, sobre un total nacional de 5.8 millones de quintales. Igualmente, la región es la mayor productora de habichuelas, con una producción anual de más de 350 mil quintales. En 1981, San Juan de la Maguana produjo el 54% de la producción nacional de habichuelas: unos 485 mil quintales de habichuelas rojas.14 En la distribución de las áreas arroceras del país, según las zonas agroclimáticas, el Suroeste representa el 11% de la superficie dedicada a este cultivo a nivel nacional, lo que la hace ocupar el tercer lugar, después del Noroeste y el Cibao Central, en superficie dedicada al cereal. El Noroeste siembra el 30% del arroz y el Cibao Central un 49%.15 Igualmente, en habichuelas la región Suroeste no so lamente es el primer productor nacional, con unas 400 mil tareas sembradas en 1978 y una producción de más de 600 mil quintales, sino también el segundo productor de guandules y el primer productor de maní. Para 1971, según el IV Censo Nacional Agropecuario, disponía del primer lugar en superficie de siembra y en volúmenes de producción de maní.16 de Azua, San Juan, Puerto Plata, San Pedro de Macorís, Santiago, Santo Domingo, etc. 1946 y 1954. La Ley de Incentivo a la Agroindustria no ha tenido en casi un lustro ningún impacto en la región, pese a que ella concede importantes ventajas a las inversiones que se dirijan a este renglón en la frontera. 13 El proyecto de una guandulera en San Juan de la Maguana, de INESPRE, ha caído en el estancamiento. Actualmente se deterioran las maquinarias que, por valor de más de 250 mil pesos, fueron importadas para el proyecto. 14 SEA, Memorias de las Direcciones Regionales, Santo Domingo, 1970; Miriam González, Sistema de producción y comercialización del arroz en la región Suroeste, Santo Domingo, 1979. 15 SEA, Memorias. 16 SEA, Estrategia para el desarrollo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 149
21/05/2009 12:05:35 p.m.
150
Angel Moreta
Para 1971 la región Suroeste estaba definitivamente especializada en la producción de arroz, habichuelas, maíz, maní y guandules, estos es, en cultivos alimenticios para el mercado interno. Ello hace que para esa década, tendencia que se man tiene en la actualidad, predominaran los cultivos temporeros por encima de los cultivos permanentes: de un fondo agrope cuario de 1.8 millones de tareas en toda la provincia de San Juan de la Maguana, 1.2 millones estaban dedicadas a tierras de labranza, mientras 295 mil tareas estaban ocupadas por pastos cultivados.17 Las zonas tradicionales arroceras del sistema del valle de San Juan de la Maguana envuelven unas 180 mil tareas por temporadas de siembra, con una productividad promedio de 3.4 quintales por tarea, dependiendo de los recursos de los productores para invertir en preparación del suelo y en las diferentes operaciones del cultivo. Entre otras, dichas zonas se ubican en Sabana Alta, Juan de Herrera, Guanito, Jínova, la entrada de Santomé, Hato del Padre, etc.18 Las aguas de los canales San Juan, Donao, Santomé; la puesta en servicio del viejo canal José Joaquín Puello, con la inauguración de la presa de Sabaneta, al norte del valle, ampliaron el sistema de riego e hicieron posible recuperar a favor de la producción de arroz unas 120 mil tareas. Al ser inundadas por las filtraciones del canal, se hicieron inservibles para la siembra de otros cultivos y tuvieron que dedicarse al cereal. La productividad de esas tierras casi vírgenes incorporadas a la producción, fue muy elevada en promedio de unos 4 a 6 quintales por tarea.19 Las tierras incorporadas a la producción arrocera con la rehabilitación del canal y la construcción de la presa, al norte y al oeste del valle, fueron apropiadas en forma importante por capitalistas y terratenientes, y las dedicaron a la siembra de un producto que como el arroz, tiene un mercado interno estable. 17 Censo Agropecuario 1971, Vol. 1, p. 73. 18 El uso de los suelos se analizó en el capítulo III a propósito de la especia lización productiva de la región. 19 J. Mesa Medina, «Crisis del arroz en San Juan de la Maguana», Listín Diario, 16-6-84.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 150
21/05/2009 12:05:35 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
151
Hoy en día se están conjugando los factores de una crisis importante en la producción de arroz debido al incremento desproporcionado que en los precios de importación, como consecuencia de medidas impositivas y del traspaso de los insumos agrícolas al mercado libre de divisas en abril de 1984, han sufrido todos los elementos tecnológicos importados concer nientes al agro. Además, en mayo de 1984, la jornada laboral en la agricultura fue aumentada en su precio, que ascendió a RD$5.00 en vez de RD$3.50, en todo el país. La burguesía agraria de la rama arrocera, tanto en el Suroeste como en el Noroeste ha denunciado la crisis a través de un discurso que hace énfasis en la posible diminución drástica de las áreas de siembra para 1984 y una consiguiente reducción en la producción de arroz, la cual será importante como para forzar un retorno a las importaciones del mismo. En el valle de SJM han anunciado para el año 1984 una disgregación de aproximadamente 200 mil tareas, que serán dedicadas a otros cultivos más rentables por los capitalistas agrarios, y que disminuirán la producción en cerca de 1 millón de quintales. Lo mismo han anunciado sus representantes para la región Suroeste.20 En todos los cultivos, San Juan tenía en 1971 el mayor volumen de fincas, superficie en tareas y producción en quintales de toda la región Sur-Suroeste.
20 J. Mesa Medina, presidente de la Asociación de Productores de Arroz del Suroeste, in: La crisis del arroz en SJM; F. Gómez Estrella, «Arroz», Listín Diario, 18-5-84; comunicados diversos del 7 de junio de 1984, del 25 de mayo de 1984 etc., en la prensa nacional. A esta crisis se hará referencia más adelante, en el capítulo VII.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 151
21/05/2009 12:05:35 p.m.
152
Angel Moreta Cuadro 21 Participación porcentual de la región Suroeste en la producción nacional de arroz y habichuela
Años
Producción total
Producción de la región Suroeste Arroz Habichuela Arroz Habichuela qq. qq. qq. % qq. % 1974 5,188,920 874,600 495,000 10 216,000 25 1975 4,372,220 714,180 607,520 14 229,240 32 1976 5,886,300 775,560 525,000 9 233,662 30 1977 5,415,600 905,608 690,917 13 405,685 45 1978 3,961,617 961,994 542,591 10 417,692 43 1979 5,093,454 1,477,718 674,178 13 674,496 45 Fuente: Memorias anuales de las siete direcciones regionales agropecuarias de la Secretaría de Estado de Agricultura (SEA); República Dominicana en cifras, 1978.
Cuadro 22 Producción de habichuelas rojas en la región Suroeste y San Juan de la Maguana de participación en la producción nacional, 1979-1982, en qq. Años
Producción Región % San Juan de la % nacional Suroeste Maguana 1979 835,000 340,835 41 259,491 31 1980 807,000 397,984 49 167,632 21 1981 713,000 234,771 33 184,390 26 1982 569,000 192,321 34 135,425 24 Fuente: Plan operativo, SEA, 1982. Unidad Regional de Planificación y Economía (URPE).
Cuadro 23 Producción arrocera del valle de San Juan de la Maguana, 1979-1981 Años
Producción zona SJM (qq.) 1979 348,352 1980 541,879 1981 484,262 Fuente: URPE., SEA.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 152
Producción regio- Aportación zona SJM. nal Suroeste (qq.) Suroeste (%) 477,132 73 799,451 68 667,633 73
21/05/2009 12:05:35 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
153
Cuadro 24 Producción de habichuelas por regiones, 1977-1978 Regiones
1977
1978
Participación porcentual (%) 1977 1978
Producción Producción (qq.) (qq.) Suroeste 405,685 417,962 Norte 207,600 189,961 Central 84,905 135,738 Este 101,825 83,674 Sur 57,067 57,067 Nordeste 21,434 50,010 Noroeste 36,940 27,622 Totales 915,456 962,034 Fuente: Elaborado según informaciones de la URPE, SEA.
44.3 22.7 9.3 11.2 6.2 2.3 4.0 100.0
43.4 19.7 14.2 8.7 5.9 5.2 2.9 100.0
Cuadro 25 Producción de arroz por regiones, 1977-1978 Regiones
1977
1978
Participación porcentual (%) 1977 1978
Producción Producción (qq.) (qq.) Suroeste 690,917 542,591 12.7 Norte 1,213,000 1,471,970 22.4 Central 126,133 295,364 2.3 Este 372,054 825,886 6.9 Sur 26,745 46,274 0.5 Nordeste 1,613,566 1,236,529 29.8 Noroeste 1,373,185 1,273,003 25.4 Totales 5,415,600 5,691,617 100.0 Fuente: Elaborado según informaciones de la URPE, SEA.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 153
9.5 25.9 5.2 14.5 9.8 21.7 22.4 100.0
21/05/2009 12:05:36 p.m.
154
Angel Moreta Cuadro 26 No. de fincas, extensión y producción según cultivos en San Juan de la Maguana, 1971
Producto
No. de fincas
Extensión sembrada (tareas) Arroz 3,939 145,862 Habichuelas 5,670 105,161 Maíz 6,719 85,000 Maní 6,403 137,122 Guandul 2,591 22,700 Fuente: Censo Agropecuario 1971. Vols. 1 y 2.
Producción (qq.) 332,787 124,348 126,233 196,241 24,925
Cuadro 27 Distribución de las áreas arroceras según zonas agro-climáticas R.D., 1978 Regiones Noroeste Cibao Central Este Sur Central Sur-Suroeste Fuente: SEA.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 154
Superficie (tareas)
% 471,600 782.255 64,400 88,340 173,717
30 49 4 6 11
21/05/2009 12:05:36 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
155
Cuadro 28 Producción, superficie y rendimiento de maní, según provincias de mayor producción, 1971 Provincias
Producción (qq.)
%
Super% Rendimien- No. de ficie to (qq./ explo(tareas) tareas) tación SJM 196,241 22.5 137,122 21.4 1.3 6,403 Dajabón 109,732 12.6 79,267 17.3 1.3 4,069 La Estrelleta 80,939 9.3 61,970 9.6 1.3 3,467 La Altagracia 76,700 8.8 55,831 8.7 1.3 2,250 Stgo. R. 76,380 8.7 55,181 9.0 1.3 3,399 Peravia 53,588 6.1 39,538 6.1 1.3 1,840 Santiago 36,714 4.2 27,828 4.3 1.3 2,220 Azua 32,512 3.7 24,107 3.7 1.3 1,424 La Vega 30,584 3.5 24,279 3.8 1.2 1,887 María T. S. 29,184 3.3 20,741 3.2 1.4 1,152 Otras 151,326 17.3 115,843 18.0 1.3 0 10 princ.prov. 722,574 82.7 528,864 82.0 1.3 Total 873,900 100.0 664,707 100.0 1.3 36,160 Fuente: Censo Agropecuario 1971. Vol. I, p. 73 y ss.
Cuadro 29 Producción de arroz según años en la región Suroeste y la provincia de San Juan de la Maguana, 1979-1981, en miles de qq. Años Producción Producción Producción Aporte total Suroeste SJM regional SJM 1979 5,400 477.1 348.3 1980 5,700 799.4 541.8 1981 5,737 667.6 484.2 Valor de las ventas de arroz (millones) 1979 RD$ 112,799 1980 RD$ 120,509 1981 RD$ 129,773
Área total de siembra 73% 1.6 68% 1.7 73% 1.7
Fuentes: Unidad Regional Suroeste (URPE) Boletín Trimestral ONE, 1983. Departamento Fomento Arrocero, informe al presidente, 1981.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 155
21/05/2009 12:05:36 p.m.
156
Angel Moreta
Relaciones de producción y formas de explotación del trabajo campesino
En la agricultura de la región coexisten (a nivel de la observación empírica) diversos tipos de relaciones de producción y formas productivas (capitalistas y no capitalistas), que se articulan entre sí en forma desigual y combinada. Hemos analizado someramente el proceso histórico regional (capítulos II, III y IV) procurando mostrar la modalidad específica de desarrollo de relaciones capitalistas. Ello ha implicado observar cómo éstas han ido imponiendo su lógica con respecto a las formas de producción campesinas. De hecho, cuando se estudia la realidad subdesarrollada, el problema de la existencia de relaciones de producción no capitalistas «y su entrelazamiento con el modo de producción capitalista y, por lo tanto, la existencia de clases sociales distintas a la burguesía y el proletariado, son hechos que no pueden negarse»...21 Se han establecido procesos de observación empírica sobre relaciones y formas productivas como las siguientes: 1) El pago salarial en la agricultura, en factorías y agroindustrias, que impone la presencia de un proletariado agrícola heterogéneo, compuesto de diversas figuras socioeconómicas que constituyen una clientela fija para el capitalismo agrario del valle en los momentos en que éste más demanda de osa fuerza de trabajo; 2) la agricultura como productora de valores de cambio, por tanto, un intercambio mercantil desarrollado que se impone como dominante en la esfera de la circulación y de la producción; 3) la ganancia capitalista, sea a través del agroprocesamiento industrial o de la producción agrícola; 4) el arrendamiento capitalista (en dinero); 5) relaciones de aparcería o de pago de la renta en productos en diversas modalidades, pero principalmente a la tercia y la cuarta; 6) una cierta presencia del pago salarial en especie, particularmente en las zonas de mayor presencia de explotaciones campesinas, 21 M. Coello, «El novísimo ciclo M-D-M transformado» y «Modo campesino de producción», Marxismo y Antropología, No. 2, 1980, p. 19.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 156
21/05/2009 12:05:36 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
157
producto de su baja capitalización; 7) la semiproletarización campesina, relación importante en la que se encuentran una gran cantidad de campesinos pobres que complementan precariamente su subsistencia a través de la venta de su fuerza de trabajo; 8) la producción mercantil campesina, que procura producir un excedente y realizar algún beneficio, actualmente colocada en forma importante en una crisis estructural frente al mercado capitalista. Las líneas que siguen, hasta el final del trabajo, buscan desarrollar estas relaciones de producción, con énfasis en el carácter de vínculo entre campesinado y capitalismo.22 Alrededor de estas relaciones de producción y formas productivas se hicieron observaciones de campo más o menos prolongadas. Solamente algunas podrán ser desarrolladas en el presente trabajo de investigación. Relaciones y formas productivas en la región de San Juan de la Maguana, 1982 Pago salarial en factorías, agroin Relaciones de aparcería en diversas dustrias y explotaciones agrícolas capi modalidades, principalmente a «la talistas y campesinas, y como su reflejo tercería» y a la «cuarta»; el arrenda un proletariado agrícola compuesto de miento por parte de campesinos o «formas mixtas» de arrendamiento figuras socioeconómicas diversas. Un intercambio mercantil desarrollado (Marx). como dominante o circulación mercantil Presencia débil del pago salarial en especie, más significativamente en zo capitalista. La ganancia capitalista en la producción nas campesinas. agrícola, factorías y agroindustrias del La semiproletarización campesina que maní y del maíz; la ganancia comercial amortigua la proletarización campesi vinculada a la agricultura, a través del na y puede estar mediada por relacio nes de aparcería. arrendamiento capitalista. La producción mercantil campesina y de subsistencia, actualmente en crisis estructural frente al capita lismo. Fuente: Observación de campo, 1982. 22 R. Cassá, Modos de producción, clases sociales y luchas políticas, Santo Domingo, 1977. Distingue las siguientes formas de explotación en la agricultura de la formación social dominicana: por métodos de aparcería, el trabajo de minifundistas, el salario en explotaciones grandes y medianas. Pienso que hay que agregar aquellas formas de explotación que derivan específicamente del relacionamiento peculiar (según regiones) entre campesinado y capitalismo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 157
21/05/2009 12:05:36 p.m.
158
Angel Moreta
Las modalidades específicas que adoptan en la región la explotación de la fuerza de trabajo campesina están comprendidas dentro de esas relaciones y formas productivas. Las relaciones de mayor amplitud corresponden al capitalismo, que se imbrica, explotándolas con las no capitalistas. Esas modalidades son las siguientes: 1) Las relaciones de aparcería que envuelven a productores campesinos fundamentalmente a la tercia y a la cuarta, en cultivos como arroz, maíz, maní y habichuela, 2) la semiproletización campesina, 3) el contrato vertical con industrias como Lavador y La Manicera (Sociedad Industrial Dominicana) y con establecimientos agroprocesadores (factorías) de arroz, 4) la explotación que ejerce el capital comercial y el usurario. 1. La primera se efectúa tanto entre capitalistas grandes como entre propietarios medianos que perciben la renta del suelo. Las relaciones de producción correspondientes al colo nato de campesinos en grandes unidades terratenientes, prácticamente han desaparecido, proceso al que ya hicimos alusión en el capítulo IV. Formas de explotación del trabajo campesino por el capitalismo en la región de SJM 1. Relaciones de aparcería (en cultivos como arroz, maíz, maní y habichuelas) y formas mixtas de arrendamiento, como el de campesinos pequeños mercantiles. 2. Semiproletarización campesina (no excluye la anterior ni la que sigue). 3. Contrato vertical con agroindustrias (1940). 4. Contrato con factorías agroprocesadoras (1940). 5. Relaciones sistemáticas con el capital comercial usurario (de cuyas operaciones participan significativamente las factorías). Fuente: Trabajo de campo, 1982-1983.
Sobre las dos primeras formas tratamos de ofrecer elementos en lo que resta del presente capítulo; y sobre las otras tres relaciones, en el capítulo VII sobre «El campesinado mercantil y el sector capitalista regional».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 158
21/05/2009 12:05:37 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
159
2. La semiproletarización campesina es resultante de procesos de pauperización, de degradación económica y social como consecuencia del sometimiento al mercado interno. Se trata de un campesinado pobre que es llevado a combinar asalariamiento y trabajo familiar para lograr su reproducción familiar. Este campesinado tiene su hábitat en las tierras áridas del sur del valle o en las húmedas y montañosas del norte. No se puede hablar de una migración interrural en este campesino, es decir, que pase un tiempo en la zona de trabajo y otro en la unidad de producción que usufructúa. Elementos concretos indican que no existe esta tradición de movilidad específica incorporada a la fuerza de trabajo regional. 3. La tercera forma de explotación del trabajo campesino es la de aquellos productores que deciden contratar su fuerza de trabajo para agroindustrias del maní y del maíz, como las ya mencionadas. En la región estos contratos son muy importantes y tradicionales en el campesinado precarista semi proletario que dispone de escasísimos recursos de tierra, agua y dinero, y que como una forma de empleo decide meterse con Industrias Lavador o la Sociedad Industrial Dominicana. Aún así, actualmente hay un proceso de decadencia del cultivo del maní, generado en diversos factores, que ha sacado miles de productores del mismo y ha disminuido el área total de siembra, tendencia que se expresa también en otras regiones del país. Dentro de esta modalidad esta la contratación del campesinado mercantil y de subsistencia con factorías arroceras de la zona, tan importante y tradicional como la que establece con las industrias; representan éstas la fracción más sólida del capital involucrado en la agricultura regional. 4. La explotación del campesinado mercantil y de subsistencia a través de las operaciones financieras de compra y venta del capital comercial es generalizada en toda la región (a ella se hace referencia más adelante).
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 159
21/05/2009 12:05:37 p.m.
160
Angel Moreta
La existencia de las cuatro formas mencionadas de explotación del trabajo campesino en la región puede presentar formas mixtas o peculiares. Existen casos, por ejemplo, muy frecuentes de combinación (en un círculo de 3 personas) de pago de la renta en dinero y de aparcería. Esta situación se produce cuando un propietario campesino, por circunstancias varias, no trabaja él directamente como agente de la producción y la arrienda en dinero a un poseedor de dinero urbano no campesino, figura ésta que a su vez pone las tierras a producir en manos de un campesino pobre en aparcería a la tercia.23 Dentro de este caso descrito puede producirse una variante de la combinación de renta en dinero y aparcería a la tercia: consiste en que un pequeño productor campesino que es propietario de tierra y la arrienda en dinero (a RD$20.00, RD$15.00 y hasta a RD$10.00 la de peores condiciones) a un pequeño inversionista de la misma zona, y permanece en su propia tierra trabajando a la tercia para dicho personaje. En este caso, el productor elige reducirse a aparcero en su propio predio: si tiene 20 tareas y las arrienda a RD$20.00, recibirá por adelantado en dinero la suma global de RD$400.00 por un año. Permanece en la tierra y la cultiva a la tercia. Si produce 60 sacos de habichuela, devolverá 40 sacos al pequeño capitalista de la zona. Una vez hecho el contrato, todos los gastos del proceso de producción quedan a cargo del campesino aparcero o del campesino que se ha reducido a la figura social de un productor que paga renta en producto a la tercia. O sea, que el arrendatario puede dejar al campesino propietario como usufructuario pagando renta en producto. Pero también puede buscarse un tercer productor que trabaje la tierra bajo las mismas relaciones. El mecanismo que permite que el arrendatario deje o no al propietario en la tierra, es aleatorio y depende de factores superestructurales (amiguismo, parentesco, compadrazgo, etc.), y no solamente económicos.24 23 Observación de campo en varios parajes y secciones adyacentes al valle de San Juan de la Maguana, 1983. 24 Observación de campo, primer semestre de 1983. Comunidades de la parte norte del valle.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 160
21/05/2009 12:05:37 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
161
En la forma productiva que corresponde a la aparcería a la tercia, la más generalizada de este tipo de pago de la renta en productos, pueden entrar a su vez relaciones salariales de dos tipos: un pago salarial en dinero y un pago salarial en producto, dependiendo de circunstancias diversas; este último se produce fundamentalmente en los momentos de la cosecha del producto, contando con que se trata de un cultivo de alimentos y no agroindustrial como el maní.25 Otras relaciones no capitalistas como la aparcería a la media y en menor medida el colonato de campesinos aparceros a mano de terratenientes, entraron en desaparición. Prácticamente, los campesinos no tienen interés en trabajar a la media porque es muy poco ventajoso para ellos. Bajo esta modalidad de renta en producto, el campesino usufructuario debía ir recibiendo ayuda para el proceso de trabajo por parte del arrendatario: para semillas, preparación del terreno, gastos diversos, etc., y esto presentaba inconvenientes de tipo práctico, por ejemplo, calcular la proporción de gastos que cada quien debía aportar. El proceso se hacía dificultoso. En lo relativo al colonato de campesinos aparceros a la media, quedan residuos todavía en la región, aunque, como se analizó, su desaparición entre los años 50 y 70 marcó un importante elemento de descampesinización.26 El mayor número de casos de aparcería de toda la región Sur-Suroeste se ubicaba en la provincia de SJM. De unos 1,660 casos en el Suroeste, ésta tenía 1,345 (el 81.1%) y casi 4 veces más que la parte sur (Barahona, Bahoruco, Pedernales e Independencia). Esta apenas comprendía 348 fincas en aparcería, por tanto, casi 3 veces menos que en el valle de San Juan, donde había 895 fincas en esas condiciones. De igual modo, la mayor cantidad de fincas con más de una forma de tenencia se encontraba en la provincia de SJM: de 6,087 fincas en todo el Suroeste y Sur, con unas 517 mil tareas, aquella tenía 3,978 explotaciones (el 65.3%), con un total de 25 El maní generalmente se cultiva bajo contrato con una agroindustria (La Manicera o Lavador). Es una tradición. 26 Este proceso fue protagonizado por los terratenientes tradicionales precapitalistas, expuesto en el capítulo IV.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 161
21/05/2009 12:05:37 p.m.
162
Angel Moreta
333,475 tareas, extensión que representa el 64.4% de la superficie total del Suroeste en estas relaciones.27 Este último dato es importante porque revela que la aparcería, declarada censalmente, era significativa en San Juan de la Maguana, comparada con el Sur y el Suroeste. Además, que era muy extendida desde el punto de vista de que la mayor cantidad de fincas con más de una forma de tenencia existente en San Juan para 1971, incluye de manera significativa fincas en relaciones mixtas (de aparcería arriendo, colonato, etc.). Es probable que en estas 333,475 tareas con más de una forma de tenencia, la aparcería sea más extensa que en las cifras manifiestas censalmente catalogadas como tales. Desde este punto de vista, las relaciones de aparcería escondidas en las formas mixtas, algunas de las cuales exponemos cualitativamente aquí basados en observación de campo, probablemente son tan importantes como los 1,345 casos de aparcería (el 81.1% del Suroeste) que tenía SJM.28 Ello apoya la idea de que las relaciones de aparcería, de las cuales el capitalismo saca plustrabajo campesino en el maní, el maíz, la habichuela y el arroz, adecuándose a ellas mediante diversos mecanismos de explotación, operan como formas de empleo. Por tanto, como mediación: las relaciones de aparcería obstruyen procesos de proletarización absoluta en contingentes importantes del campesinado regional. A ello hay que agregar también el hecho de que las fincas propias o que figuran como tales, representan el 55.4% del total de explotaciones. La gran mayoría de éstas tenía menos de 80 tareas: de un total de 53 mil fincas existentes en todo el Sur-Suroeste, unas 46 mil (más del 90%) tenían 79 tareas y 5 mil menos de 8. En las zonas del valle existía el mayor número de casos de aparcería y de arrendamiento: 895 explotaciones en aparcería, de las cuales unas 830 en fincas de 8 a 79 tareas; y 244 casos de arrendamientos, de los cuales 186 (el 76.2%) se daban en fincas pequeñas. Había además unas 2,395 fincas con más de una forma de tenencia. En el Suroeste existían 310 casos mixtos, de los cuales 27 Censo Agropecuario 1971, Vol. I, cuadro 9. 28 Censo Agropecuario 1971.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 162
21/05/2009 12:05:37 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
163
230 en San Juan, el 74.1%. Cerca del 90% de estos casos heterogéneos se ubican en fincas de menos de 80 tareas. Todos suman 3,793 explotaciones, de un total de 11,428 fincas en el valle. Esta es una zona significativa en términos de la presencia de estas formas simples de tenencia. El arrendamiento, como una forma más avanzada que la aparcería, ya comenzaba a despuntar en las fincas grandes del valle en 1971. Había 28 casos en fincas de 160 a 800 tareas (cuando prácticamente no había un solo caso en El Cercado y apenas 3 en Las Matas) y 7 casos de 800 tareas en adelante. Hay que tomar en cuenta que en el valle podían haber fincas grandes (de 160 a 800 tareas) en aparcería, como era el caso, pues habían 65 explotaciones en estas condiciones que no estaban en manos de un solo usufructuario, sino de muchos productores campesinos (a la media, primero; a la tercia, después de 1960) que eran asentados como colonos por terratenientes tradicionales. En el valle existía esa cantidad en 1970, lo que no ocurría significativamente ni siquiera en Barahona, que tenía apenas 4 casos de este tipo.29 Después de 1960 hubo transformaciones en el valle que afectaron cantidades de campesinos-colonos que trabajaban en aparcería o bajo formas mixtas de arrendamiento.30 Los terratenientes (al igual como ocurrió en el Cibao con el cacao) descampesinizaron sus explotaciones y arrendaron en dinero sus tierras a inversionistas agrarios, a agricultores medianamente capitalistas, que explotaban el suelo en forma capitalista, básicamente en el arroz y la habichuela. Fue el desarrollo de una nueva relación de producción: el arrendamiento en dinero. Este es pagado en una suma global dineraria adelantada, en las zonas más productivas del valle, por empresarios medianos y capitalistas agrarios incipientes. Dentro de esta nueva relación, muchos inversionistas urbanos encuentran en el pago de la renta dineraria las posibilidades de convertir el dinero en capital en el agro, mediante la utilización y la explotación de una fuerza laboral proletaria y semiproletaria. 29 Censo Agropecuario 1971. 30 Véase el capítulo IV de este trabajo. En él enfocamos el proceso de debilitamiento del colonato de campesinos encasillados en unidades terratenientes.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 163
21/05/2009 12:05:37 p.m.
164
Angel Moreta
Los antecedentes del arrendamiento capitalista, cuya presencia a partir de los años 60 marca la transición del terrateniente tradicional hacia un vínculo más activo con el capitalismo, se encuentran en la decadencia y casi disolución de una relación de producción específica de la región, como fue el colonato de campesinos aparceros acasillados en unidades terratenientes y que producían la renta en producto la media.31 En el capítulo VII, a propósito del sector capitalista, se volverá a hacer referencia a esta relación. El campesino que en la actualidad está inserto en relaciones de aparcería a la tercia, relaciones con tendencia a transformarse a la cuarta,32 una vez ha recibido la tierra, entra en relaciones con el capitalismo: de agroindustrias, si es maní lo que va a sembrar; de factorías, si es arroz o habichuelas; con el capital comercial en diversos productos. Como resultado de esta transacción irá recibiendo partidas periódicas de dinero, parte del cual utilizará en su reproducción familiar, y otra para pagar costos del proceso de producción. Recibirá, además, elementos para dicho proceso, como semillas, abonos preparación del suelo en el caso de las agroindustrias y factorías que disponen de tractores. Cuadro 30 Explotaciones y superficie en tareas con más de una forma de tenencia en San Juan de la Maguana Régimen No. de explotaciones A modo de propietario 1,491 Arrendamiento y/o aparcería 1,006 «Reformas» 103 Demás formas mixtas de tendencia 1,378 Total SJM 3,978 Fuente: Censo Agropecuario 1971. Vols. I y II.
Superficie 149,611 65,433 8,779 109,652 333,475
En este vínculo formal con el capital, el campesino aparcero asume un segundo aspecto: si en cuanto aparcero se 31 Véase capítulo IV de este trabajo. 32 A la cuarta es actualmente la modalidad de renta en producto que más está interesando al productor. (Véase la nota No. 2 del presente capítulo.)
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 164
21/05/2009 12:05:37 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
165
sumerge en relaciones no capitalistas de pago de la renta en producto y en cuanto vinculado al capital asume relaciones de subordinación a elementos económicos del capitalismo, el cual va a extraer plustrabajo campesino a través de diversos mecanismos que serán expuestos más adelante.33 Se trata de una relación bifacética: por un lado, en tanto productor pequeño mercantil que paga renta del suelo a la ter cia, y por otro, en tanto, para poner a trabajar el proceso de producción propiamente en la unidad de exportación, tiene que subordinarse a elementos específicos del capitalismo, como el crédito (financiamiento, la tecnología, etc.). Al final, en promedio, si tomamos en consideración sus niveles materiales de vida y su personal participación intensiva y extensiva en el proceso de trabajo, queda en manos de este agente económico mercantil simple, un diferencial dinerario (o una que otra parte de la producción para el consumo familiar), sumamente exiguo como para representar un valor suficiente y compensatorio del valor total de la fuerza de trabajo familiar. Al final, en promedio, si tomamos en consideración sus niveles materiales de vida y su personal participación intensiva y extensiva en el proceso de trabajo, queda en manos de este agente económico mercantil simple, un diferencial dinerario (o una que otra parte de la producción para el consumo familiar), sumamente exiguo como para representar un valor suficiente y compensatorio del valor total de la fuerza de trabajo familiar. Este campesino está cruzado históricamente entre relaciones de producción capitalista y no capitalista; subordinado al capitalismo en la producción y la circulación, se enfrenta cotidianamente a una descapitalización progresiva, que lo coloca en el umbral de la proletarización definitiva.34
33 Tasas de interés, recargo nominal de precios, cobro de servicios de secado y procesamiento, de transporte del producto, etc. 34 El análisis cualitativo que se hace aquí del campesinado aparcero, en su aspecto de productor pequeño mercantil, se aplica también al campesino mercantil que no tiene la condición de aparcero, sino de propietario, lo que se trata más adelante; pero no las contradicciones entre jornaleros y agricultores capitalistas, porque esto último podría estudiarse en un proyecto de investigación que estuvo en el CERESD.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 165
21/05/2009 12:05:37 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 166
Total
Propias
Aparcería
Arriendo
Mixta
Ocupada sin Más de una título forma y otras Del De par- formas simples Estado ticuales de tenencia. 2,056 218 1,141 3,582 367 943 3,493 927 3,766 9,131 1,512 5,850
Azua 9,743 5,635 240 50 10 Elías Piña 8,075 2,598 72 346 47 SJM 21,989 11,553 1,345 349 246 Región 39,807 19,786 1,657 745 303 Fuente: Censo Agropecuario 1971. En total había 823 fincas reformadas, de las cuales 310 en San Juan de la Maguana, 393 en Azua y 120 en Elías Piña.
Provincia
Cuadro 31 No. de explotaciones por régimen de tenencia en la región Suroeste
166 Angel Moreta
21/05/2009 12:05:38 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 167
Total
Propias
Aparcería
Arriendo Mixta Del Estado De particuales 91 90 572 294 245 48 335 143 1,243 575 30,777 16,548
Ocupada sin título
Más de una forma y otras formas sim ples de tenencia
No. de fincas
Aparcería
Arrendamiento
Otras formas de tenencia y formas mixtas Fincas Extensión Fincas Extensión Fincas Extensión 1971 21,989 1,807,789 1,345 48,529 349 34,349 1,378 109,652 1950 17,449 976,509 668 26,242 95 8,041 Fuente: Censos agropecuarios 1950 y 1971. Son propias 11,593, con 1,333 tareas.
Años
Extensión (tareas)
Cuadro 33 Aparcería, arrendamiento y otras formas de tenencia en San Juan de la Maguana 1950-1971
Bahoruco 4,849 4,290 73 10 9 258 Barahona 5,700 3,887 159 25 3 537 Independencia 2,854 1,971 97 7 10 340 Pedernales 1,128 278 19 135 Sur 14,531 10,426 348 42 22 1,270 El país 225,169 135,771 11,552 4,009 1,541 45,507 Fuente: Censo Agropecuario 1971. Vols. I y II. En total la región tenía 605 parcelas reformadas, 28 en Bahoruco, 223 en Barahona, 136 en Independencia y 218 en Pedernales.
Provincia
Cuadro 32 No. de explotaciones por régimen de tenencia en la región Sur
Las relaciones de producción en la microformación social... 167
21/05/2009 12:05:38 p.m.
168
Angel Moreta
Así como en las zonas y comunidades adyacentes al valle de condiciones muy pobres es común que un propietario pequeño no disponga de dinero para desarrollar independientemente un proceso de producción, dada la descapitalización, y se trance con un arrendador urbano no campesino. Como se vio, existen casos también de campesinos que han logrado diferenciarse y convertirse, al cabo de los años, en campesinos medianos sin haber sido directamente propietarios sino arrendadores de diversas unidades salteadas de explotación en las cuales trabajan ellos directamente en el proceso de trabajo y que a la postre terminan siendo propietarios de unidades salteadas, las cuales también muchas veces ponen en aparcería con campesinos pobres. Estos emplean jornaleros asalariados en operaciones en las cuales no participan ellos en forma directa, como el desyerbo o el repaso, por ejemplo, y suelen tener relaciones tensas con los obreros que contratan, debido a su celo y su afán competitivo.35 A diferencia de esos campesinos diferenciados, muy escasos en cada comunidad, los campesinos aparceros (y en general los campesinos no aparceros) no explotan a los jornaleros echa días asalariados, pues pagan generalmente al mismo nivel salarial promedio que los agricultores grandes cuando es por tiempo, e inclusive si es por ajuste. En momentos de cosecha, estos campesinos tienden a pagar parcialmente en producto, un equivalente salarial calculado al promedio vigente, lo que muestra no sólo una situación de debilidad económica, sino la vigencia residual de una forma de pago extraña al capitalismo. Las contradicciones tienden a ser mínimas comparadas con las que se producen entre jornaleros y agricultores capitalistas y entre aquellos y campesinos medianos diferenciados o en diferenciación.36 35 Observación de campo, 1983. Estos productores diferenciados son muy pocos en cada comunidad rural observada: no pasan de cuatro o cinco en cada una de ellas. 36 Observación de campo, 1983. Aun así, en estos casos, las contradicciones se limitan a discusiones individuales de jornaleros y empleadores. No existe asomo significativo de una conciencia obrera ni de una ideología sindical. R. Bartra: «Sobre las clases sociales en el campo mexicano», Cuadernos
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 168
21/05/2009 12:05:38 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
169
En las zonas de predominancia campesina los obreros agrícolas casi siempre son campesinos pobres que disponen de algún lote pequeño de tierra en aparcería o propiedad y venden su fuerza laboral a campesinos arrendadores o campesinos a la tercia que utilizan ayudantes en escala limitada y en momentos muy específicos del proceso de trabajo. Estos campesinos pueden pagar parcialmente a los ayudantes con producto, si es en el momento de la cosecha, o con dinero cuando lo toma prestado o adelantado de la agroindustria, casi siempre al precio normal establecido generalmente. Desde este punto de vista el campesino pobre o la relación de semiproletarización es importante no sólo para explo taciones campesinas (cualesquiera sea su régimen de propiedad y sus relaciones sociales), sino también para explotaciones capitalistas, fundamentalmente en el valle. Por ejemplo, en las zonas agrícolas al norte de Juan de Herrera,37 fundamentalmente campesinas, los usufructuarios de las explotaciones son productores mercantiles que siembran principalmente arroz, maní y habichuela. Utilizan una fuerza obrera básicamente campesina, de la cual forman parte de mujeres que trabajan en el arranque de habichuela y el despalillamiento del maní. Las mujeres se movilizan, al igual que los jornaleros agrícolas, de lugares cercanos, dentro de la misma sección de residencia o secciones vecinas, y trabajan de 7:00 am hasta el mediodía como horario principal, pues las tardes son reservadas para el despalillamiento. Reciben RD$1.50 tanto en el arranque del maní como en el de la habichuela. La mujer deja el trabajo doméstico en marzo para arrancar habichuelas y en mayo-junio para despalillar maní; son los dos momentos principales en que ella se incorpora a la producción como vendedor de fuerza de trabajo. Prácticamente, estas tareas están reservadas a la mujer, el hombre no participa en dicha actividad. Una buena despalilladora lo máximo que agrarios, No. 1, México, enero-marzo de 1976. 37 Juan de Herrera es una de las zonas agrícolas arroceras más importantes del valle, con cultivos capitalistas del cereal. En 1971 tenía la mayor cantidad de fincas, 1721 explotaciones, con casi 89 mil tareas.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 169
21/05/2009 12:05:38 p.m.
170
Angel Moreta
puede reunir son dos sacos de maní de 100 libras, y la más excelente podría acercarse a los 3 sacos (esto es, casi RD$4.50).38 El ingreso de la mujer es una forma complementaria de ingreso que ayuda a la reproducción familiar de la unidad semiproletaria, y debido a que el empleador es principalmente pequeño productor no se puede hablar de explotación de la fuerza de trabajo femenino. En las explotaciones capitalistas o medianamente capitalistas hay empleo asalariado de fuerza de trabajo femenina, pero en las explotaciones pequeñas el empleo de fuerza de trabajo asalariada tiende a escasear debido a que la presencia del intercambio de servicios y el apoyo mutuo es más importante que el salario.39 En lo relacionado a la naturaleza de la relación social que envuelve al campesino aparcero a la tercia, no postulamos que se traten de relaciones aparentemente semifeudales, sino de relaciones no capitalistas, pero de las cuales el capital extrae un excedente, por tanto, podría decirse que están esencialmente envueltas por el capitalismo o sometidas por él. L. Crouch y De Janvry sugieren que un cierto tipo de aparcería que se produce en el cultivo del tabaco, en la región del Cibao, es esencialmente capitalista, aunque no formalmente asalariada, en la cual el productor aparcero desempeña las funciones desde capataz hasta obrero.40 38 Observación de campo, 1984. En los casos en que campesinos pobres emplean fuerza de trabajo asalariada no hay extracción de un excedente para la valorización de un capital. (Véase R. Bartra, Estructura agraria y clases so ciales en México, México, 1978.) Una razón técnica, inherente al cultivo de habichuelas, por ejemplo, hace que las mujeres trabajen hasta la 12:00 meridiano, y es que culturalmente los manojos de plantas se dejan secar sobre el terreno un día para batirlo al otro día. (Batir o apalear la habichuela es golpearla o pisotearla, etc. para que salga de la vaina.) 39 El convite sigue existiendo en la región pero transformado bajo la modalidad de intercambio mutuo de servicios. El convite, como práctica cultural del proceso de trabajo, entra en debilitamiento con la crisis que afecta a las economías campesinas, en la medida en que éstas van sufriendo el impacto de su sometimiento al mercado interno. En los convites que todavía se celebran se come arroz, habichuela y espaguetis. Imposible matar un becerro, pues sale más caro o igual que si fuera pagando en salario. Observación de campo, 1984. 40 L. Crouch y De Janvry, «Acumulación de capital y miseria rural en América Latina», Problemas de desarrollo centroamericano, 1977, p. 291 y ss.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 170
21/05/2009 12:05:38 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
171
El trabajo a destajo a domicilio, con un capitalista que vende al campesino la materia prima y le compra el producto, es otro caso de una relación salarial que denota la presencia del capitalismo y que puede no manifestarse formalmente, del cual nos ocuparemos a propósito de las factorías y agroindustrias.41 Por otro lado, en lo relativo al campesinado pobre, en el cual se reproduce la relación de semiproletarización, en las distintas zonas agrícolas adyacentes al valle, principalmente hacia el sur y el norte, hay masas de familias rurales desagregadas en pequeñas comunidades que los censos podrían captar como propietarias de medios de producción porque disponen de algunas varas de tierra. Pero en realidad son familias semiproletarias brutalmente empobrecidas y crónicamente desempleadas, Crouch y de Janvry proponen que familias en estas condiciones podrían ser clasificadas como una especie de lumpem proletario rural.42 Cuadro 34 Familias precaristas con menos de 8 tareas en las zonas adyacentes del valle de SJM Lugares Número Terrenos salteados Superficie (tareas) Zona urbana 22 22 112 Bohechío 82 87 399 Chalona 70 70 213 Las Charcas M. N. 42 45 117 Guanito 69 80 333 Hato de Padre 90 92 373 La Jagua 58 67 261 Juan de Herrera 417 459 1,638 Mogollón 79 86 340 Pedro Corto 37 37 191 Pueblo Nuevo 103 107 435 Río A. del Norte 10 13 50 La Zanja 107 118 409 Hato Nuevo 145 177 586 Total 1,331 1,460 5,457 Fuente: Censo Agropecuario 1971, Vol. IV. En el total se incluye El Cercado con 160 explotaciones y Las Matas con 414.
41 L. Crouch y De Janvry, «Acumulación de capital», p. 291 y ss. 42 L. Crouch y De Janvry, «Acumulación de capital».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 171
21/05/2009 12:05:38 p.m.
172
Angel Moreta
Pueden disponer de cierta cantidad de tierras marginales y erosionadas, distanciadas de los mercados y encontrar ocasionalmente trabajo asalariado. Con apariencia campesina, su reproducción está prácticamente bloqueada, pues se les enfrenta un capitalismo en el valle que no las utiliza como fuerza de trabajo en forma sistemáticamente regular (no sólo por la distancia, sino por la maquinaria de que dispone) ni necesita sus tierras erosionadas; estas familias son más bien deshechos del campesinado de la región, y sobrevivirán como parias en la zona rural. Cuadro 35 No. de explotaciones menores de 8 tareas en la región Suroeste y Sur Provincia
No. de explotaciones
Azua 532 SJM 1,905 Elías Piña 654 Barahona 1,015 Bahoruco 811 Independencia 282 Pedernales 73 Ambas regiones 5,272 Fuente: Censo Agropecuario 1971, Vol. IV.
% 1.05 3.84 1.32 2.04 1.63 0.57 0.15 10.6
No. de Tareas de terrenos superficie 534 2,096 2,100 8,185 307 1,171 1,123 4,260 867 3,334 307 1,171 74 266 5,312 20,483
% 1.08 4.22 0.60 1.19 1.72 0.60 0.14 9.55
Para 1971 existían más de 2 mil familias con menos de 8 tareas, en las adyacencias del valle; para 1980 habrían aumentado según la tendencia observada por el VII Censo Agropecuario Nacional, es decir, mayor número de explotaciones minifundistas con menor extensión promedio y menor número relativo de las fincas latifundistas con mayor extensión o superficie promedio.43 43 Disminución del área promedio de los minifundios e intensa subdivisión de estas fincas; en las fincas de 8 a 80 tareas, surgieron 67,703 nuevas propiedades, pero el área promedio disminuyó de 29 tareas (1971) a 20 tareas (1982). Hubo una importante subdivisión en estas fincas campesinas; es posible que el área disminuida en ellas haya pasado al estrato de fincas mayores de 80 tareas, aquellas que tienen entre 80 y 160 tareas, pues en
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 172
21/05/2009 12:05:39 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
173
Según el Censo Agropecuario de 1971, solamente 52 de estas explotaciones precaristas (el 2.5%) utilizaron trabajo asalariado. Pagaron en promedio unos RD$15.00 por finca, lo que muestra una salarización insignificante y un nivel de pagos sumamente exiguo, prácticamente nulo. Finalmente, existe un sector capitalista en la agricultura de alimentos en el que predominan relaciones sobre la base de la explotación del trabajo de productores mercantiles campesinos, del trabajo asalariado de campesinos pobres semiproletarizados y de jornaleros echa días que trabajan fundamentalmente en el agro, aunque también fuera de él, ocasionalmente, cuando la demanda de fuerza laboral disminuye. Nos ocuparemos de analizar dicho sector y las relaciones que ha establecido con el campesinado mercantil de la región, para exponer la tercera y cuarta formas de explotación del trabajo campesino. Las relaciones salariales en el agro y vinculadas al agro como en factorías y plantas agroindustriales, muestran la presencia de un importante sector del proletariado agríco la que tiene carácter heterogéneo, compuesto por diversas figuras socioeconómicas que forman un ejército de reserva para el sector capitalista en su conjunto en la agricultura de la región. Dichas figuras son: 1) aquellos obreros agrícolas que tienen su hábitat en las zonas deprimidas de la ciudad; 2) las mujeres obreras agrícolas y las vinculadas a agroindustrias; 3) obreros agrícolas semiproletarizados con hábitat en las zonas rurales; 4) obreros de factorías y agroindustrias; 5) obreros ajusteros o intermediaristas entre el patrono y el jornalero. El proletariado y semiproletariado agrícolas no serán objeto de exposición en el presente trabajo; el capítulo último que sigue se ocupa de analizar, con cierta brevedad, la situación
éstas el área promedio sufrió un ligero aumento (de 109 a 113 tareas) aunque disminuyó el número de explotaciones. Finalmente, las fincas de 160 a 3,200 tareas aumentaron 5.3 en superficie y 5.7 en número. Se acentuó la minifundización, por un lado, y la concentración por otro. Cifras preliminares del Censo Agropecuario de 1981.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 173
21/05/2009 12:05:39 p.m.
174
Angel Moreta
del campesinado mercantil en su vínculo estructural con el capitalismo regional.44 Cuadro 36 Explotación menores de 8 tareas en el Suroeste y San Juan de la Maguana, 1950-1960-1971 Localidades
1950 1960 1971 Fincas Extensión Fincas Extensión Fincas Extensión SJM 736 4,269 5,000 30,300 2,905 8,185 Suroeste 2,628 9,250 16,7000 89,500 5,263 22,029 El país 46,314 206,159 126,101 564,206 49,651 194.112 Fuente: Censos agropecuarios 1950-1960-1971.
El Censo del 60 computa las fincas como de menos de 10 tareas; el de 70, de menos de 8 tareas. Obviamente, esta es una dificultad para medir el número de unidades menores de 8 tareas, y lo más posible es que ello pueda explicarse entre el número de fincas menores de 10 tareas en 1950, y de menos de 8 en 1971. 44 Como se explica en la introducción, el presente trabajo busca reconstruir las líneas fundamentales (aun cuando se haga un tanto esquemáticamente) del proceso de establecimiento e intensificación del capitalismo en la región Suroeste; constituye la primera parte de un trabajo más amplio que se contemplaba realizar a través del proyecto «Campesinado, capitalismo y clases sociales en el Suroeste», el cual terminó en las gavetas del CERESD, hoy rescatado gracias al AGN. La exposición relacionada con la fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria queda fuera del ámbito de esta tesis; es una dimensión del proceso que corresponde al proyecto mencionado. Quedan fuera además otras dimensiones, como las clases sociales agrarias de la región, su configuración, ideología, mecanismos de acumulación y explotación del campesinado mercantil y del proletariado y semiproletariado agrícola. Se hace énfasis en una perspectiva antropológica y en una tradición técnica de investigación de campo, ligada por la antropología tradicional, como el procedimiento más interesante para reconstruir el objeto de conocimiento propuesto en el proyecto. Véanse 1a nota 24 y las últimas páginas de este capítulo. En la introducción se enfoca dicho problema; su delimitación es pertinente hacerla desde el ámbito mismo de la investigación, a fin de que se capten las diferencias cualitativas existentes entre aquel proyecto y el presente trabajo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 174
21/05/2009 12:05:39 p.m.
No. de Propias Aparcería Arriendo Mixta Ocupadas Más de una forfincas sin título ma de tenencia. 8-79 17,348 8,864 1,251 278 239 1,293 2,650 80-90 2,865 1,966 69 33 5 431 861 160-800 1,545 884 17 31 4 222 375 + de 800 924 168 2 7 0 11 18 Total SJM 22,682 11,882 1,339 349 248 1,957 3,724 Fuente: Censo Agropecuario 1971. Vol. II, cuadro 3. Las «Ocupadas sin título» incluyen 2 tipos de fincas: las que son del Estado y las que están en manos de particulares.
Tamaño
Cuadro 37 No. de fincas por régimen de tenencia en San Juan de la Maguana, 1971
Las relaciones de producción en la microformación social...
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 175
175
21/05/2009 12:05:39 p.m.
Total productores
Categorías Propietarios Arrendatarios Aparceros Concesionarios Colonos El país 447,098 262,979 16,474 30,782 35,596 8,716 D. N. 8,526 5,302 329 14 674 Azua 14,148 9,060 10 662 2,882 Bahoruco 8,882 5,668 301 321 1,806 40 Barahona 11,518 8,233 335 263 1,951 San Juan 31,029 20,719 422 1,254 3,938 300 Independencia 5,894 3,417 12 220 1,094 250 San Rafael 13,148 6,544 720 1,942 140 Total Suroeste 84,619 53,641 1,800 2,720 13,613 730 Fuente: Censo Agropecuario 1960. Cuadros 7 (a) y 7 (b), p. 44 y ss.
Provincias
Cuadro 38 Productores, propietarios, arrendatarios, aparceros, concesionarios y colonos en la región Sur-Suroeste, 1960
176 Angel Moreta
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 176
21/05/2009 12:05:39 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 177
16,307 7,481 7,241
San Juan
El Cercado
Las Matas
Categor铆as
4,366
7,279
9,074
20,719
5,302
262,979
110
-
312
422
329
16,474
31
1
1,222
1,254
14
30,782
220
10
3,708
3,938
674
35,596
Propietarios Arrendatarios Aparceros Concesionarios
Fuente: Censo Agropecuario 1960. Cuadros 7 (a) y 7 (b), p. 44 y ss.
31,029
8,527
447,098
Total productores
Provincia
D. N.
El pa铆s
Provincias
Cuadro 39 Productos propietarios, arrendatarios, aparceros, concesionarios y colonos en la provincia de San Juan de la Maguana, 1960
140
140
20
300
-
8,716
Colonos
Las relaciones de producci贸n en la microformaci贸n social... 177
21/05/2009 12:05:39 p.m.
Area de la Tipo de Método Pres. de Nivel de explotavarie- de siemsuelo uso de ción dad bra insumos 14-31 PB Trasplante SemiMedio Tareas mecanizado 14-33 PB Trasplante Mecaniza Alto Tareas ción 15-21 PB Directa Mecaniza Medio Tareas ción 18-60 PB Trasplante Animales Medio Tareas 20-40 PB Directa SemiMedio Tareas mecanizado 200-1,000 PB Directa Mecaniza Alto Tareas ción Precio a nivel de finca: RD$0.23/kg Sacos de 10 kg de arroz húmedo Fanegas de 100 kg. de arroz húmedo PBM Variedades de porte bajo (Modernas o mejoradas) niveles de uso de Insumo: Alto: 75% de uso de insumos técnicos recomendados Medio: 40-75% de uso de insumos técnicos recomendados. Bajo: 40% de uso de insumos técnicos recomendados. Fuente: SEA
RecoRend. x/ta. Costo de Lugar Ingreso Benefilección (Sacos 85 kg Prod. / bruto / cio neto/ humedos) Ta. RD$ Ta. RD$ Ta. RD$ Manual 2.12º 66.00 Elías 49.45 -16.55 Piña Manual 5.91º 72.68 San 136.62 63.94 Juan Manual 5.4º 64.03 San 105.57 41.54 Juan Manual 5.39ª 70.88 San 105.37 34.49 Juan Manual 5.6ª 63.02 San 109.48 46.46 Juan Mecani 5.5ª 74.25 San 107.53 33.28 zado Juan
Cuadro 40 Comparación de costos de producción de arroz, 1981
178 Angel Moreta
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 178
21/05/2009 12:05:40 p.m.
Las relaciones de producción en la microformación social...
179
Ilustración 23. Factoría de arroz, San Juan de la Maguana
Ilustración 24. Factoría de arroz, San Juan de la Maguana
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 179
21/05/2009 12:05:40 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 180
21/05/2009 12:05:40 p.m.
VII. El campesinado en su relación con el capitalismo (¿Desaparición del campesinado mercantil en la microformación social regional?)1 Diagnóstico de la situación de las economías campesinas en SJM La producción campesina en la zona es de subsistencia y mercantil. Produce básicamente arroz, habichuela y cultivos alimenticios de subsistencia. Generalmente, tiene su hábitat hacia el sur, zona árida, en secano; hacia el norte, zona montañosa, con lluvias estacionales y hacia el oeste del valle. Tiende a ser una economía mercantil especializada en los cultivos alimenticios mencionados e históricamente se ha ido retirando del valle, de la zona irrigada hacia sus zonas límites. La producción campesina está caracterizada por el atraso tecnológico y retrocesos importantes, pues los campesinos vuelven a sembrar las variedades tradicionales, que exigen menos costos de producción, aunque resultan afectadas en la productividad. La tendencia no es a sembrar productos de subsistencia, sino mercantiles. Todos quieren sembrar arroz, aunque no haya reguío. Inclusive en la montaña los campesinos siembran el cereal. 1 Este capítulo no pertenece propiamente a la investigación. Se ocupa de presentar algunos elementos de la relación existente en los años 1983-84, entre el campesinado mercantil y el capitalismo en la microformación social regional. Los datos manejados pertenecen a otro trabajo, derivado de esta investigación, aunque no están directamente comprendidos en ella.
– 181 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 181
21/05/2009 12:05:40 p.m.
182
Angel Moreta
Existe una economía campesina de subsistencia, significativa en las zonas altas y áridas, que brinda una cantidad de campesinos pobres semiproletarios como fuerza de trabajo asalariada. Hay un proceso consolidado de subordinación de la producción campesina mercantil a los elementos económicos del capitalismo. La tendencia es hacia una especialización productiva y a una creciente inserción en el mercado. Para ello recurre al crédito y tecnología, elementos que obtiene de factorías y comerciantes acaparadores. El crédito es un elemento que orienta la producción campesina hacia donde interese al capital y mantiene atado al productor durante el proceso de trabajo, hasta el punto de que se convierte en una especie de asalariado del comerciante o de las factorías. Sus cosechas no les pertenece puesto que desde que hace el contrato se compromete a entregársela.2 El interés oscila entre el 3% y el 4% y el campesino recibe el dinero en partidas periódicas, que inclusive utiliza en la compra de algunos alimentos. Las factorías cobran además entre RD$3.00 y RD$4.00 por el procesamiento del arroz, sin contar que los insumos adelantados son cobrados al final con recargo de precios.3 Los inversionistas de factorías ganan además al clasificar el producto por su grado de humedad y su impureza; casi siempre le clasifican al pequeño productor por debajo de lo que corresponde.4 Si calculamos que más del 50% del crédito en la zona es proveniente de fuentes particulares, y que más del 70% de los productores de arroz son campesinos, es fácil darse cuenta que el crédito otorgado por las factorías viene a ser un elemento clave para la valorización de su capital. A pesar de las condiciones altamente desfavorables de este sistema de crédito, la casi totalidad de los productores 2 Sobre el contrato que establecen los campesinos con los capitalistas o viceversa, no nos ocupamos aquí. Mediante el trabajo de campo (1982-1985) obtuvimos copias de contratos firmados y datos numerosos acerca de su carácter leonino. 3 Trabajo de campo, 1983. 4 Estimaciones sobre la base del trabajo de campo, 1984.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 182
21/05/2009 12:05:40 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
183
en zonas de pequeños cultivadores de arroz, recurren a esta fuente de financiamiento, atraídos por la facilidad con que se conceden, una vez que se establecen las relaciones con el intermediario; especialmente en el caso en que ya se recurrió a él anteriormente.5 La burguesía comercial, de menor poder que los capitalistas de factorías, es un sector organizado, con voluntad política, en una asociación de comerciantes de frutos. A raíz de los ataques de que fue objeto desde INESPRE y la SEA, cuando vio que los campesinos comenzaron a verlos, erróneamente, como su principal enemigo.6 Esta burguesía comercial también financia cosechas, inclusive antes de terminar un cultivo su ciclo vegetativo normal, corriendo ella los riesgos por pérdidas (venta a la flor); y tecnología, como fertilizantes, herbicidas, etc. Financia, asimismo, mediante entregas periódicas, gastos del proceso de trabajo campesino. Ambas fracciones de la burguesía agraria regional valorizan su capital sobre la base de la explotación del trabajo campesino. Otro es el caso de agroindustrias que trabajan con materias primas como el maní. Esta fracción del capital financia el proceso de trabajo (preparación de terrenos, aplicación de abonos, yercibidas, etc.) y proporciona tecnología a campesinos que comprometen sus cosechas. Las semillas son facilitadas en fundas de 50 libras, pero el campesino debe pagarlas como si fuesen 100 libras. La compañía alega, no sólo que en el proceso de selección incurre en gastos (pago de obreras despalilladoras, depreciación de maquinarias descascaradoras, etc.), sino también que 100 libras de maní en cáscara equivalen a 50 descascarado y seleccionado. La industria recibe la producción del campesino al final de la cosecha y después de descontarse el costo y el dinero adelantado le entrega el sobrante. En caso de que el productor 5 SEA. Diagnóstico del sistema de mercadeo agrícola en República Dominicana, Santo Domingo, p. 69 y ss. 6 A raíz de la campaña lanzada en 1980 por el gobierno de Antonio Guzmán contra la especulación comercial.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 183
21/05/2009 12:05:41 p.m.
184
Angel Moreta
pierda la cosecha y se endeude con la empresa o cuando, una vez recibidos los insumos y el dinero falta a su compromiso de entregar, puede suceder que la compañía vuelva a prestarle nuevamente para que inicie un nuevo proceso de producción y pueda pagar, o que lo someta a la justicia.7 La decisión que tomó la industria en 1983, de sólo hacer contratos con aquellos productores con tierras de reguío, responde a la necesidad de garantizar su dinero, ya que un productor con tierras en secano depende de la lluvia para obtener buena cosecha. La tendencia apunta en el sentido de que las economías campesinas mercantiles están articuladas y subordinadas al capitalismo de factorías y de agroindustrias, y al capital comercial acaparador, tanto en cultivos no alimenticios como cultivos alimenticios especializados. Estas fracciones del capital compran una producción que sacrifica la renta de la tierra en muchos casos.8 Las agroindustrias y factorías, además de que obtienen plusvalor de sus obreros (incluida una cantidad importante de mujeres que trabajan en el despalillamiento, selección y empaque de maní para semillas, tractoristas que trabajan a destajo hasta la noche, para ganar más, etc.), obtienen también otra ganancia extra proveniente de la explotación de los campesinos, en forma de materia prima barata (por debajo de su valor), la cual ya ha venido pagando en forma de adelantos y elementos que corresponden al mismo proceso de trabajo (abonos, semillas, tractor para roturación de tierras, etc.) y que corren por cuenta del mismo productor directo. Estas economías campesinas, que según algunos autores podrían calificarse de «asalariados a domicilio» o «proletarios disfrazados de campesinos»,9 son funcionales al proceso de 7 Muchos campesinos eran privados de su libertad mediante mecanismos de connivencia policial, pues en el Derecho dominicano no hay apremio corporal. Una deuda no da al acreedor derecho de persecución, a no ser después de una demanda. Se trata de un abuso de poder de esas compañías con los campesinos, que tienen pocos medios de defensa. 8 El campesinado, generalmente, sacrifica (es decir, deja de recibir) la renta del suelo, pues los precios son fijados en el mercado capitalista. 9 L. Paré, El proletariado agrícola, capítulo I.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 184
21/05/2009 12:05:41 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
185
valorización de las fracciones del capital que hemos mencionado, desde 1940 aproximadamente, y en este sentido no se puede hablar de que desaparecerán a corto plazo, aunque es indudable que cada día tienen que trabajar más y el proceso de erosión de sus economías es estable aunque gradual. Costos de producción Si atendemos a otros elementos del proceso de producción, como el riego, los costos de producción de la tecnología, etc., la situación de los productores campesinos es cada día más difícil. Históricamente, el riego es un problema peculiar en San Juan de la Maguana, ya que es un recurso productivo del cual disponen mayormente los capitalistas agrarios en detrimento de los campesinos, sobre la base del tráfico de influencia y poder.10 La tecnología es cada vez más cara pero necesaria para aquel productor que, por ejemplo, en el cultivo de arroz y habichuela, quiera elevar la productividad. El arroz ha sido uno de los cultivos que mayor progreso tecnológico ha sufrido en los últimos años. Semillas mejoradas, yerbicidas, pesticidas, fertilizantes, semilleros en cajas, motocultores para siembra por trasplante, microcombinadas para trillar, ventear y envasar. Es un cultivo, además, cuyas áreas de siembra, productividad promedio, etc. van en aumento en el país, con un mercado seguro más o menos estable. En la región los productores campesinos no pueden consumir tanta tecnología porque sus costos de producción lo llevan al final del proceso de trabajo a obtener apenas una diferencia precaria. Las exigencias tecnológicas crecientes representan un factor de competitividad con el capital que estratégicamente pone en desventaja a los productores campesinos, que están volviendo no sólo al alquiler del buey, sino también a la siembra de variedades tradicionales que tienen menor productividad pero exigen menos tecnología. 10 En los capítulos anteriores se vio la importancia que tuvo el riego, la construcción de canales, etc. para los círculos propietarios y terratenientes de la zona, algunos de los c uales estuvieron vinculados al poder caudillista.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 185
21/05/2009 12:05:41 p.m.
186
Angel Moreta
Los costos de producción, como un aspecto concreto de la subsunción del trabajo campesino al capital, es un factor de primer orden en la zona para el desgaste y el déficit perma nente de la producción mercantil campesina. Cuadro 41 Evolución de los costos de producción del maíz por tareas entre 1970 y 1982 Año
Valor (en RD$)
Porcentaje
1970 5.37 1971 5.26 1972 5.46 1973 5.33 1974 5.82 1975 6.48 1976 6.53 1977 7.00 1978 9.00 1979 10.00 1980 13.00 1981 17.00 1982 17.00 Fuente: Anuarios del Banco Agrícola de la República Dominicana.
68.4 69.0 67.8 68.6 65.7 61.8 61.5 58.8 47.0 41.1 23.5 5.8 5.8
Los costos de producción sujetan cada vez más a las pequeñas explotaciones agrícolas al capital comercial, agroindustrial y de préstamo, llevándolas al déficit constante. Algo a tomar en cuenta, para mayor lucidez, es que en este cálculo no se tomó en consideración ninguna tasa de interés ni recargo de precios por la entrega de insumos a crédito.11 Un estudio de costos de producción del maíz, realizado por el Bloque de Asociaciones Campesinas de Las Matas, tomando como base el maíz y la habichuela, demostró, que los productores campesinos viven sumergidos en un déficit constante.12 11 Después de los cambios de precios, tanto del arroz como de los insumos, habría que repetir el cálculo, pero tomando en cuenta que el elemento estructural básico es la subordinación al capital comercial, agroindustrial y de préstamo. 12 MCI, Las Matas de Farfán, 1984. Los resultados le fueron entregados al
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 186
21/05/2009 12:05:41 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
187
El estudio demostró que el costo de producción por tarea es de RD$24.61, al considerar las actividades e insumos del producto, recolección, desgrane, ensacado y transporte. En condiciones óptimas de productividad (2.5 qq. por tarea) cada campesino tendría pérdida de RD$2.73 por tarea. Si tiene 30, el déficit sería de RD$81.90 por cosecha. Si hacemos este cálculo con un capitalista agrario que tiene por ejemplo 2,000 tareas arroceras en explotación, veremos que los resultados son otros. El cuadro estimativo que construimos sobre el beneficio neto de fincas arroceras según áreas de más de 800 tareas en base a rendimiento promedio y costos, en 2,000 tareas, por ejemplo, un productor obtiene un diferencial de ingreso neto de RD$73,900.13 Asimismo, del cuadro «Costos de producción de una tarea en unidad agrícola capitalista (SJM)», se pueden sacar algunos cálculos que muestran el beneficio neto de un productor capitalista. El costo de producción de RD$83.05, en febrero de 1983, es más o menos adecuado para este tipo de finca, según el informante, no sólo porque en 1981 el promedio en SJM era de RD$70.00 por tarea, sino además porque se han incluido todos los factores, incluyendo la tasa de interés de 12% se mestral, pagable a un banco comercial, que es de 4.70 para los 78.35 por tarea. Dentro de esta lógica, unas 800 tareas necesitarían aproximadamente RD$66,440 como dinero de préstamo, en la suposición de que el capitalista no pone dinero de contrapartida. Y pagaría RD$376.00 de tasa de interés. Pero en cambio, tendría un beneficio neto de RD$29,560 y un ingreso total de RD$96,000. RD$66,440 habrán sido de gastos del proceso de trabajo. Esto equivale a un ingreso de RD$2,463.33 mensuales, con un per cápita mensual, en caso de que sea una familia de 6 miembros, de RD$410.55; y un ingreso familiar percápita anual de RD$4,926.60.14 Secretario de Agricultura en visita que hizo a la localidad en 1982. 13 Información de campo, 1985. 14 Si repetimos este cálculo con más de 800 tareas, por ejemplo, como se mencionó ligeramente atrás, el diferencial neto de ganancia será mayor para el
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 187
21/05/2009 12:05:41 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 188
*Tribunal de Tierras de San Juan de la Maguana. Datos ofrecidos por el Presidente del Tribunal. Trabajo de campo.
Área de la finca ts. Rendimiento Precio Ingreso Costo de pro- Diferencial ingreIngreso por promedio finca bruto ducción RD$ so neto RD$ semestre RD$ RD$ RD$ RD$ 800 5.0 24.00 96,000 66,400 29,600 4,333.33 1200 5.0 24.00 144,000 99,660 44,340 7,390.00 1600 5.0 24.00 192,000 132,880 59,120 9,853.33 2000 5.0 24.00 240,000 166,100 73,900 12,316.66 Elaboración de Angel Moreta con fuente de datos en el trabajo de campo, basándose en datos sobre costos de producción en una finca capitalista obtenidos sobre el terreno en febrero de 1983.
Cuadro 42 Beneficio neto de fincas capitalistas arroceras según áreas variables de más de 800 tareas, en base a rendimiento, promedio y costos, 1983*
188 Angel Moreta
21/05/2009 12:05:41 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
189
Cuadro 43 Costo de producción de una tarea en una unidad agrícola capitalista, febrero 1983, SJM15 Costo de producción de una tarea de arroz 1. Preparación de tierra con maquinaria (tractor) a) Corte RD$ 3.50 tareas b) Cruce RD$ 3.50 tareas c) Nivelación mecánica RD$ 2.50 tareas d) Muros RD$ 3.50 tareas
La deuda y el ingreso Por otro lado, la deuda campesina de las familias de la zona es una de las más elevadas; ella coloca en la línea de pobreza extrema a más de 9,915 familias, con unos 44,000 miembros. Dicha deuda asciende a 557 pesos anuales por familias, lo que hace un total de más de 6 millones de pesos, que pone al campesinado regional en el segundo lugar en la distribución de la pobreza rural del país. Esas familias campesinas tienen ingresos de 7.5 millones, pero sus gastos se elevan por encima de los 13 millones de pesos.16 De igual modo, el ingreso de los productores campesi nos es cada vez más precario. En 1973, según el Informe de Hanson Rodríguez, en el área de influencia de la presa de Sabaneta el ingreso anual por familia promedio no supera a los 345 pesos, cifra que revela una situación estructural de extrema pobreza. Los campesinos de dicha zona generaron un ingreso del orden de los 3.8 millones de pesos en ese año, excluyendo la pecuaria. Gastaron cerca de 3.7 millones y obtuvieron un beneficio de 41 mil pesos, que dividido entre 2,750 fincas, da un ingreso de pobreza, al tomar en
capitalista agrario, sin contar el hecho de que muchas veces este tiene seguro agrícola que eventualmente le evita pérdidas por concepto de enfermedades y otros riesgos naturales. 15 Sergio Perelló, «La comunidad campesina», Polémica sobre las clases sociales agrarias en el campo de México (varios autores), México, 1979. 16 Banco Central de la R. D., «Primera Encuesta Nacional».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 189
21/05/2009 12:05:41 p.m.
190
Angel Moreta
cuenta que en dichos promedios se juntaron productores de grandes ingresos con productores que apenas consiguen ingresos de subsistencia.17 El ingreso de las familias rurales se hace cada vez más precario debido a los aumentos generales de precios en la esfera capitalista, como consecuencia de la política económica implementada por el Estado a partir de los años 1983-84, la cual trajo una crisis importante a la producción arrocera de la zona, tanto capitalista como campesina. La Población Económicamente Activa ocupada en la zona rural del Suroeste era de 78,119 personas en 1981, de la cual el 48.7%, es decir, unos 40,000 habitantes, corresponden a la zona rural de San Juan de la Maguana. El ingreso promedio de esta población es de 92.30, más bajo que el de Azua, Barahona y Bahoruco.18 Solamente se equipara al ingreso promedio de la PEA ocupada rural de las provincias de Elías Piña (RD$92.50) e I ndependencia (91.60).19 Crisis de costos de producción y golpes sufridos por las economías campesinas (1980 en adelante) En 1980 las economías campesinas de la zona sufrieron fuertes golpes, como la eliminación de los cerdos, inundaciones ciclónicas, que provocaron endeudamiento a los campesinos; plagas de insectos que atacaron el arroz, maíz y habichuela; el cierre de créditos y la suspensión de las actividades de las industrias, falta de agua de riego, salinización del suelo en el área oeste del valle, sequías, inundaciones por filtraciones del canal temporero J. J. Puello, que se alimenta de la presa de Sabaneta; la declaración del Parque Nacional José del C. Ramírez, que impidió la subsistencia de muchas familias precaristas; el monopolio del riego en canales privados, la erosión del suelo 17 Informe Hanson Rodríguez. 18 Oficina Nacional de Estadística. «PEA de 10 años y más, Población Económicamente Activa, ocupada según ingreso promedio, por región, subregión, provincia, zona y sexo», Santo Domingo, 1981. 19 La PEA agrícola ocupada de SJM es mayor que la de la subregión de Enriquillo, (31,692 en conjunto) y tiene el 52% de la de Elías Piña, Azua y SJM en total.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 190
21/05/2009 12:05:41 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
191
en cultivos de laderas, etc. Todos esos elementos de 1980 se metamorfosearon, en factores de descampesinización.20 Cuadro 44 Hogares rurales en extrema pobreza, unidad de consumo Unidades Hogares Ingresos Gastos Endeuda- Endeudaprimarias RD$ RD$ miento miento por de muesRD$ familia RD$ treos, municipios San Juan 9,915 7,520,780 13,141,620 5,620,872 566.91 Fuente: Banco Central de la República Dominicana, «Primera Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos, 1976-1977», Revista de Estudios Económicos, No. 1, Santo Domingo, 1977. Deducciones (en RD$) Ingreso anual por familia Ingreso mensual por familia Gasto anual por familia Gasto mensual por familia Endeudamiento mensual por familia
758.52 63.21 1,325.42 110.45 47.24
En SJM había en 1971 un peso importantísimo de la crianza porcina: 52,000 cabezas, de un total de 94,000 que había en la región Suroeste, en 22,718 explotaciones, de un total de 22,000 que tenía la provincia.21 Al valle correspondía 6,356 de esas explotaciones y 27,680 de esas cabezas. La fiebre porcina africana fue un factor natural clave en el proceso de pauperización actual del campesinado de la zona y empobreció a muchas familias que tenían en la crianza de esos animales una fuente adicional de ingresos.
20 M. Torres, «Falta de agua y caminos desalienta agro en SJM», Listín Diario, 10-3-81. 21 Censo Agropecuario 1971, Vol. II.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 191
21/05/2009 12:05:42 p.m.
192
Angel Moreta Cuadro 45 Familias rurales en extrema pobreza, en algunas provincias, incluyendo Azua y SJM
Zonas
No. de hogares
No. de miembros
Ingresos anuales RD$
Costos anuales RD$
Endeuda Endeuda miento miento anual por familia RD$ anual RD$ 1,199,448 127.40 124,272 376.56 5,620,872 566.91 1,255,536 291.71
D.N. 9,415 48,874 7,515,654 8,715,012 Azua 330 1,146 221,612 445,884 SJM 9,915 44,142 7,520,748 13,141,620 SJM 4,304 19,305 3,469,620 4,665,150 (muni cipio) La 9.012 58.068 6,346,716 9,883,848 3,883,848 Vega Fuente: Banco Central de la R. D., «Primera Encuesta Nacional».
392.49
Cuadro 46 Familias con ingresos menores de RD$200.00, 1977, zona rural del país No. Miembros hogares 179,247 950,079
Ingreso anual 145,481,900
Gasto anual por familia 3,247.98
Hogares con in greso de menos de RD$100.00 De RD$100.00 a 206,841 1,228,632 497,088,700 2,472.09 RD$200.00 Fuente: Banco Central de la R. D., «Primera Encuesta Nacional», p. 26.
En 1984 se desarrolla una crisis en el cultivo de arroz generada en el alza de precios de los insumos que afecta directamente a los productores campesinos, que son los que producen el 63.5% de arroz a nivel nacional.22 Los aumentos de precios fueron exorbitantes, y tuvieron su base en el hecho de que la compra de estos productos fue remitida al mercado libre de divisas. Antes de 1984, de hecho, existía un desequilibrio considerable entre los costos de producción y los precios de venta 22 Véase el cuadro 48, «Origen de la producción interna de arroz por extracto de tamaño de finca».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 192
21/05/2009 12:05:42 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
193
del arroz en el mercado interno, que el gobierno intentó disminuir aumentando dichos precios dos veces en 1985. Dicho desequilibrio ya venía afectando a los productores campesinos desde años antes, obligándolos a compensar regresando a viejas prácticas y tecnologías, o abandonando el cultivo del cereal simplemente; y a los productores empresariales, obligándolos a buscar otros cultivos más rentables.23 La producción de arroz disminuyó a nivel nacional. En el Valle de SJM bajó un 12% durante los años 1983-84, mientras aumentó relativamente la producción de habichuela, maíz, etc., según la Unidad Regional de Planificación y Economía. Los costos de producción por tarea aumentaron de RD$85.00 en promedio, en 1982, a RD$140.00 en mayo de 1984. Los capitalistas arroceros del Suroeste, al igual que los del Noroeste y el Cibao Central, conjuntamente con los de factorías, plantean en comunicados y artículos en la prensa nacional el problema del aumento en los costos de producción y exigen aumentos en los precios del arroz, o de lo contrario dicen que dejarían de sembrar y «el país tendría que volver a importar arroz».24 La crisis afecta desigualmente a productores campesinos y capitalistas. Los primeros prácticamente no pueden competir; los segundos, obtienen ingresos netos de cerca de RD$150.00 por tarea.25 Retirada de productores capitalistas Algunos productores empresariales se retiraron del cultivo y se orientaron a otros más rentables, entre ellos el sorgo. Uno 23 Véanse los artículos publicados en el Listín Diario, por dos representantes de la burguesía agraria en la coyuntura de crisis de 1984: J. Mesa Medina, «Crisis del arroz en San Juan de la Maguana» (16-6-84) y F. Gómez Estrella, «Arroz» (18-5-84), también los comunicados del 25-5-84 y 7-6-84, de las asociaciones de empresarios arroceros y de factorías. J. Mesa Medina, en su artículo, analiza la eliminación del campesinado arrocero en SJM. 24 Comunicados del 25-5-84 y del 7-6-84 en la prensa nacional, advierten las consecuencias: se dejarán de sembrar 200 mil tareas (1 millón de quintales) en SJM y 200 mil en el Noroeste (900,000 quintales). 25 Entrevistas realizadas por estudiantes de la UNPHU en SJM, en diciembre de 1985.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 193
21/05/2009 12:05:42 p.m.
194
Angel Moreta
de los representantes de la burguesía agraria regional anunció el asunto en estos términos: los únicos productores arroceros que se dedicarían a la siembra del cereal (en el valle de SJM) serán los medianos, pues los grandes se han retirado para buscar ventajas en la producción de otros cultivos, entre los cuales sobresalen el sorgo, cuya renta bilidad está asegurada este año por disposiciones oficiales; y a los pequeños arroceros los han sacado del mercado productor las circunstancias adversas, lo indefinible del potencial rentable de las cosechas y la falta de créditos bancarios y refacciones por parte de los molineros.26 Cuadro 47 Disminución de la producción de arroz y otros cultivos (qq.) en SJM, según años 1981 y 1984. Cultivos
Años 1981 Arroz 855,280 Maíz 199,786 Sorgo 81,002 Habichuela roja 192,331 Habichuela negra 58,335 Maní 203,936 Guandul 88,886 Fuente: URPE, SEA (SJM).
1984 587,790 627,432 119,220 451,205 46,273 173,207 385,139
Variación % 31.2 68.1 40.4 57.5 20.6 12.6 72.9
La producción de arroz en el valle disminuyó como consecuencia de esta crisis, no en un millón de quintales como habían preanunciado los capitalistas agrarios, sino en 267,000 quintales, es decir, un 31.2% en relación al 1982.27 26 J. Mesa Medina, «Crisis del arroz». 27 Datos de la URPE, SEA en SJM. J. Mesa Medina, «Crisis del arroz», anunciaba que del valle se disgregarían unas 200,000 tareas, un 66% de las tierras arroceras de SJM, lo que determinaría la disminución de la producción en cerca de 1,000,000 de qq. Obviamente, una exageración de la burguesía
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 194
21/05/2009 12:05:42 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
195
Cuadro 48 Origen de la producción interna de arroz por estrato de tamaño de la finca Estrato de tama- Porcentaje de ño (en tareas) la producción
Porcentaje de Porcentaje de la la producción producción consucomercializada mida e insumida por la población Menos de 5 0.7 46.2 58.8 5.1 – 30 10.2 81.3 18.7 30.1 – 80 65.5 96.0 4.0 80.1 – 200 19.4 95.5 4.5 200.1 – y más 6.2 96.7 3.3 Fuente: División de Estadísticas, Departamento de Economía Agropecuaria, SEA.
Cuadro 49 Margen del productor y de comercialización de pequeños productores. Sistema de ventas de arroz elaborado (en porcentaje) Margen del productor 72.5 Margen del transportista 1.7 Margen de la factoría 9.1 Margen de INESPRE 0.6 Margen del mayorista 3.5 Margen del detallista 12.6 Total 100.00 Fuente: SEA, Diagnóstico sobre el sistema de mercado agrícola en República Dominica na, capítulo III, Santo Domingo.
La eliminación del campesinado arrocero es un proceso que alcanza en la década su mayor profundidad. El productor campesino se orienta a otros renglones productivos, como el guandul, la habichuela y el maíz, cultivos tradicionales del campesinado de la región. Probablemente, en las demás zonas arrocera en su lucha por aumentar los precios del arroz en la coyuntura de crisis del 1984. El cuadro 47, «Disminución de la producción de arroz en SJM, según años 1982 y 1984, y otros cultivos» muestra que en realidad la producción total no llegó al millón.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 195
21/05/2009 12:05:42 p.m.
196
Angel Moreta
arroceras del país, el Cibao Central y el Noroeste, se haya dado o se esté produciendo el mismo proceso.28 En años anteriores, el pequeño productor arro cero dependía tanto de las facilidades financie ras del Banco estatal como de otras instituciones bancarias; y cuando no estaba en condiciones de recurrir a tales fuentes, podía contar con la entre ga a crédito de los insumos varios, incluyendo fer tilizantes y pesticidas en general por parte de los molineros, los cuales harían el descuento de estos insumos a la hora de percibir el arroz cosechado por cada productor.29 Para 1984, sin embargo, tales facilidades pare cen alejarse cada vez más del pequeño productor, pues los molineros señalan que la tardanza en el pago de INESPRE, unida a la contracción en el sistema bancario, hacen imposible ofrecer créditos a los cosecheros, ya que también las compañías productoras o importadoras de los insumos han restringido o eliminado la entrega de estos a los molineros.30
28 Véase el cuadro 47. 29 J. Mesa Medina, «Crisis del arroz». 30 J. Mesa Medina, «Crisis del arroz». La Asociación de Fabricantes e Importadores de Productos Agroquímicos, en comunicado aparecido en el Listín Diario de fecha 14-12-83, advierte los prejuicios que acarrearía traspasar al mercado paralelo la importación de agroquímicos: «Una baja dramática de la producción y la rentabilidad del sector agropecuario; frenó al desarrollo de la agroindustrias; alza significativa en el costo de la vida; diserción de cosecheros eficientes hacia otras actividades; reducción de la oferta de productos agrícolas, ganaderos y agroindustriales; desempleo laboral y, en definitiva, disminución de la capacidad del país para el pago de la deuda exterior.» En igual sentido se pronunciaron las asociaciones de productores de arroz del Noroeste, Cibao Central, San Juan de la Maguana. y Nordeste. Temen que el traspaso de los insumos al mercado paralelo llevará a subir el precio del arroz y, por tanto, que lo afecte el consumo. Ponen ejemplos de aumentos en los costos de producción.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 196
21/05/2009 12:05:42 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
197
Cuadro 50 Precios de algunos de los pesticidas más usados en el cultivo de arroz en dos períodos distintos Pesticida Precios en 1979 Precios en 1983 RD$ RD$ Herbicidas 20.50 / Galón 9.90 /Galón STAM F-34 24.00 / Galón 10.50 / Galón STAM LV-10 14.50 / Galón 7.40 / Galón 2.4 - D (6 amina) Insecticidas 18.50 / Litro 10.50 / Litro Azodrin 60 15.75 / Litro 9.70 / Litro Nuvacron 60 Rodenticidas 1.50 / Libra 1.00 / Libra Warfarina 3.00 / Libra 1.00 / Libra Racumin Fuente: Saturnino de los Santos S. y otros, efectos socioeconómicos de un uso inadecuado de los pesticidas en la producción arrocera de la región noroeste. (Tesis de grado, 1984, UASD).
Esto unido al incremento que han experimentado los costos por aplicación de estos insumos, no dejan lugar a dudas de que se ha registrado un considerable aumento en los costos de producción del arroz por este concepto en el Noroeste. En todo ello entran en juego una serie de factores de índole técnico y cultural que es preciso conocer y manejar para que la empresa pueda resultar lo suficientemente rentable y motivadora. La tecnología tiene un costo que debe ser retribuido por los resultados de su aplicación, y esos resultados están íntimamente relacionados con la apropiación, la oportunidad, la forma y la suficiencia de dicha tecnología implementada. Concentración de la propiedad del suelo Para 1971 había en SJM unas 22,000 explotaciones, de las cuales 11,553 eran de propiedad (47.4%) y 10,436 eran no propias, más del 50%. De aquel total, unas 3,937 fincas estaban dedicadas al cultivo de arroz. En el valle se repite el fenómeno: 11,928 fincas, de las cuales 4,515 (el 60%) eran de propiedad y el resto no propias de sus usufructuarios. De igual modo, 3,756 unidades, el 33%, eran arroceras,
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 197
21/05/2009 12:05:43 p.m.
198
Angel Moreta
Ilustración 25. «El desastre económico del gobierno», Edición especial del periódico del PLD, 4 de julio de 1986
con más de 136,000 tareas, es decir, el 94.8% de un total de 143,677 tareas dedicadas al cultivo de arroz en toda la provincia.31
31 Censo Agropecuario de 1971, Vol. II.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 198
21/05/2009 12:05:43 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
199
Ya se vio que de 1950 a 1970 hubo un proceso de concentración latifundista de las mejores tierras del valle de SJM, proceso al que aludimos en los capítulos IV y V. Mostramos entonces cómo en ese período se configuró una estructura altamente monopólica del suelo fértil del valle, en el cual 230 explotaciones concentraron 500,000 tareas, mientras 17,348 fincas menores de 80 tareas disponían casi de igual extensión: unas 527,000 tareas, con 30 en promedio.32 Se mostró, asimismo, que en las zonas más bajas y fértiles del valle prácticamente no hay hábitats campesinos en la actualidad, pues el proceso de concentración terrateniente expulsó al campesinado hacia otras zonas del valle y de la provincia.33 De las 22,000 unidades de explotación que configuran el fondo agropecuario de la provincia, unas 17,350, el 78.8%, eran menores de 80 tareas. Ello representa una población de cerca de 90,000 personas, de las cuales la mitad no dispone de la propiedad del suelo. A esto hay que sumarle las 2,000 familias de campesinos pobres (unas 9,000 personas) con menos de 8 tareas, y unos 13,000 asalariados agrícolas.34 Tenemos, en consecuencia, unas 24,000 familias sin medios de producción, que representa unas 90,000 personas, en una población rural de 145,000 habitantes, de la cual, 55,000 (alrededor de 11,000 familias) disponen de la propiedad del suelo, cuya superficie global en la provincia es de 1.8 millones de tareas en 22,000 unidades. De estas 11,000 familias con disfrute de propiedad, la mayoría serán campesinas y de pequeña producción, pues, como se vio, el 78.8% del fondo agropecuario de la zona es menor que 80 tareas.
32 Consúltense los capítulos IV y V. Varios cuadros fueron elaborados para mostrar el proceso de concentración latifundista. V y VI censos agropecuarios 1950 y 1970. 33 Consúltense los capítulos IV y V. 34 Cálculos aproximados realizados por el autor en base a los datos del VI Censo Nacional Agropecuario 1971.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 199
21/05/2009 12:05:43 p.m.
200
Angel Moreta
Cuadro 51 No. de explotaciones en SJM y el valle, según propiedad o número de tierra y número de explotaciones arroceras Lugar
No. de Propiedad No. propiedad Explotaciones explotaciones arroceras SJM 22,000 11,553 10,436 3,937 100% 52.5% 46% 17.8% El valle 11,428 4,515 6,913 3,756 100% 39.5% 60.4% 32.8% Fuente: Censo Agropecuario 1971, cuadro 19 y otros, Vol. II.
Monopolio del riego En SJM no hay latifundistas de 20,000 tareas como en otras regiones del país, en el Este por ejemplo, pero hay con centración capitalista de los recursos productivos (tierra, agua, crédito, tecnología, etc.) que permite la valorización capitalista sobre la base de la explotación de fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria.35 Históricamente, el riego en el valle de SJM es un recurso productivo del cual disponen mayormente los capitalistas agrarios. El monopolio del riego por dichos capitalistas es un elemento que opera en detrimento del campesinado. Existen más de 100 canales particulares cuyos propietarios negocian el suministro de agua a pequeños y medianos campesinos a cambio de que éstos les entreguen sus cosechas de habichuelas y otros productos, a la tercia y a la cuarta.36 Los canales particulares riegan las principales unidades arroceras y de habichuelas: cuando el agua se agota en los tiempos de sequía, los propietarios, utilizando su poder 35 VI Censo Agropecuario 1971, Vol. II. 36 Múltiples denuncias se han hecho desde la región en este sentido. Véase el reportaje de Manuel Espinosa Rosario: «Señalan males afectan sistema de regadío en región Suroeste», El Nacional, 22-12-81. Véase también periódico local El Agrario, No. 2 del 15-10-82, que contiene denuncia de que «los dueños de los canales privados facilitan agua a los infelices campesinos a cambio de que estos les entreguen la cuarta, la tercia y hasta la media de sus cosechas».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 200
21/05/2009 12:05:43 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
201
e conómico y social, logran que el INDRHI les facilite el agua que le hace falta a sus cultivos.37 Los períodos prolongados de sequía, relacionados con la deforestación de bosques, ríos y arroyos, hacen cada vez más difícil la situación del campesinado, tomando en cuenta que las mejores tierras, están monopolizadas, y que de 1.8 millones de tareas que constituyen el fondo agropecuario de SJM, 1.4 son secanas (11.72%) y apenas 328 mil están bajo riego (un 18%). A varias décadas se remonta el mal funcionamiento de los canales estatales (falta de compuertas, de revestimiento, suciedad y filtraciones, que provoca que millares de metros cú bicos de agua se pierdan diariamente. De 160 kilómetros de canales públicos en todo el Suroeste, sólo 55 (un 34%) están encachados.38 A ello, hay que agregar que los capitalistas agrarios violaron disposiciones del INDRHI que prohibían la siembra de arroz en el área de influencia del canal J. J. Puello, especial mente la margen derecha que no había sido afectada por las inundaciones y filtraciones de dicho canal. Han violado otras disposiciones, sin que hayan recibido ningún tipo de sanción legal.39 Las grandes presas que generalmente influencian los grandes valles, han pasado a beneficiar fundamentalmente a las minorías latifundistas que monopolizan los mejores suelos, como acontece con la presa de Sabaneta.40
37 Información de campo (1982-1985) muestra como en la parte oeste del valle el riego representa un mecanismo que favorece a los capitalistas agrarios y perjudica a los productores pequeños. En dicha parte oeste se conocen casos de cabos de agua del INDRHI que han comprado casas con las propinas que reciben como pago de los capitalistas agrarios por facilitarles el agua de riego de modo privilegiado. 38 M. Espinosa Rosario, «Señalan males afectan», El Nacional, 22-12-81. 39 Véase el comunicado del INDRHI prohibiendo la siembra de arroz en el área de influencia del canal J. J. Puello, Listín Diario, 19-1-82. 40 Véase el trabajo sobre «Generación y transferencia de tecnología en la agropecuaria de R.D.», varios autores, Tercer Congreso Dominicano de Sociología (1982).
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 201
21/05/2009 12:05:43 p.m.
202
Angel Moreta Cuadro 52 El riego en SJM, según tierras secanas o no
Localidades Total tareas Bajo riego Secanas % regable San Juan de 1,816,171 328,368 1,487,806 18.08 la Maguana Azua 1,043,726 221,174 822,552 21.09 Elías Piña 396,906 126,016 243,890 34.07 Las Matas El Cercado Totales 3,229,806 675,558 2,554,248 20.92 Fuentes: Dirección Regional, SEA M. Espinosa Rosario, «Señalan males afectan sistemas de regadío en región Suroeste», El Nacional, 22-12-81.
Iniciativas de reforma agraria Las iniciativas de reforma del agro regional han tenido un alcance insignificante, pues de 1954 a 1982, es decir, en 28 años, solamente han logrado producir 2,762 beneficiarios en 9 asentamientos, muchos de los cuales han desaparecido. El gobierno definido como agrarista de Antonio Guzmán (19781982) apenas logró distribuir 50,000 tareas en 4 años.41 Según el cuadro 55, a SJM sólo corresponden 9 asentamientos agrarios, de un total de 15 en toda la región Suroeste. De estos, 6 fueron realizados como colonias agrícolas en el período de Trujillo.42 Los asentamientos instalados por el Instituto Agrario Dominicano (IAD) en la provincia más grande de todo el Suroeste y el Sur llegan apenas a cinco: Pedro Corto, El Piñal, Marranzini, Magueyal y San Juan Bautista, estos dos últimos hechos en toda la región, en el gobierno de Antonio Guzmán.
41 De un total 15 asentamientos, en toda la región, a SJM solamente corresponden 9 asentamientos, o sea, 2,762 beneficiarios, pues 2,312 corresponden a los otros asentamientos. URPE Oficina Regional de la SEA, SJM, 1982. 42 Véase el cuadro: «Relación de los asentamientos campesinos realizados en la región Suroeste desde la era de Trujillo hasta la fecha, 1954-1982».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 202
21/05/2009 12:05:44 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
203
Cuadro 53 Relación de los asentamientos campesinos realizados en la región Suroeste desde la era de Trujillo hasta la fecha, 1954-1982 Asentamiento
No.
Tipo
Provincia
Ubicación
Sup.
No. Ben. 707 142 972 545 331 433 131 37 217 927 226 13 200 34
Pedro Corto 150 Individual San Juan San Juan 33,300 Matayaya 89 Colonia San Juan San Juan 7,093 Sabana Larga 96 Colonia Elías Piña Elías Piña 26,321 Guayabal 136 Colonia Azua P. Las Casas 40,829 Vallejuelo 99 Colonia San Juan Vallejuelo 14,841 Guanito 74 Colonia San Juan San Juan 20,000 Mogollón 118 Colonia San Juan San Juan 6,321 Sabana Mula 121 Individual Elías Piña Bánica 1,700 Sabana Cruz 95 Individual Elías Piña Bánica 8,572 Ramón Mella 93 Individual Elías Piña Hondo Valle 200,000 El Piñar 71 Individual San Juan El Cercado 12,566 Marranzini 118 Colectivo San Juan Mogollón 818 Magueyal 100 Colectivo San Juan Pedro Corto 8,362 San Juan 221 Colectivo San Juan Km. 4 S. J. 844 Bautista Las Lagunas 209 Individual Elías Piña Las Lagunas 12,000 159 Totales 393,567 5,074 Fuente: URPE. Oficina Regional de la SEA, SJM.
En el gobierno de Jorge Blanco (segundo del PRD) no se realizó un solo asentamiento en la región. La única inicia tiva que tomó fue designar mediante decreto 1083, en 1983, una comisión para investigar los terrenos del Estado que están en manos de particulares. La intención del decreto fue agilizar la reforma agraria en su aspecto de recuperación de tierras estatales. Las autoridades agrarias, sin embargo, no cumplieron con el decreto. En la región Suroeste no se recibió una sola visita de dicha comisión; antes bien, el IAD se dedicó a sanear los asentamientos, sacando campesinos que se «apartan» de las reglas establecidas e introduciendo otros que casi siempre son allegados al partido oficial.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 203
21/05/2009 12:05:44 p.m.
204
Angel Moreta
En 1983 el IAD defendió la tesis de que no tiene tierras para distribuir en la región. Como reflejo de un estanca miento global de la reforma agraria en el país, el IAD deja de ser un organismo dirigido a la reforma de la tenencia para convertirse únicamente en un organismo burocrático y de administración de los asentamientos ya instalados. Aún así, éstos, que reúnen más de 6 millones de tareas, están en crisis de productividad y producción, pues apenas la mitad de las tierras producen. En 1984, como consecuencia de la política agraria del gobierno de Jorge Blanco, el secretario de Agricultura hizo la propuesta de que el capital privado invirtiera en los asentamientos de la Reforma Agraria. Una fórmula controversial que no surtió ningún efecto y que mostraba la ausencia de un programa de dicha reforma por parte del segundo gobierno del PRD.43 La reforma de la relación de propiedad en el agro ha sido totalmente insuficiente, pese a las grandes obras millonarias de infraestructura que en la región ha construido el Estado. Las más grandes de ellas son las presas de Sabaneta y Sabana Yegua, y el sistema de canales y drenaje que alimentan su embalse, a un costo de más de 200 millones de pesos.44 La presa de Sabana Yegua, al norte del valle, permitió incorporar al riego más de 100 mil tareas prácticamente vírgenes, que fueron rápidamente acaparadas por capitalistas agrarios y grandes propietarios. Estos se beneficiaron con las inundaciones de las mismas (debido a las filtraciones del canal J. J. Puello) mediante intensas siembras de arroz. Como se dijo, la siembra del cereal fue prohibida por las autoridades en esa parte del valle, pero los grandes propietarios siguieron sembrando y a éstas solamente les quedó permitir la siembra de arroz en las tierras inundadas.45 43 Ver periódicos del mes de junio de 1984, que recoge la propuesta del Secretario de Agricultura. 44 Quiterio Cedeño, «La producción de los grandes propietarios es un mito de San Juan», El Nuevo Diario, 13-2-1982. 45 Véanse notas 40-42 de este capítulo. Las autoridades prohibieron primero en un comunicado público, y luego permitieron también en un comunicado la siembra de arroz, lo que muestra el poder regional de
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 204
21/05/2009 12:05:44 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
205
El Estado dominicano ha invertido sumas millonarias en la presa de Sabaneta y obras de infraestructura, para que el 68% de la superficie de la zona de influencia permanezca en manos de apenas 170 propietarios capitalistas, y de 122 que acaparan 506,832 tareas, o sea, el 58% de los terrenos parcelados.46 Se argumenta que no hay tierras reformables en el valle, incluyendo el IAD. No obstante, es injustificable que el Estado declare que no hay tierras captables cuando se podían aplicar las leyes agrarias, especialmente la de tierras baldías y cuota– parte. Las inversiones estatales en las obras de infraestructura benefician a 1,371 propietarios, de los cuales 27 tienen 212 mil tareas, el 72.8% de 631,024 tareas que constituyen el fondo agrícola de esa zona.47 En la zona de influencia de la presa de Sabaneta la con centración latifundista del suelo es más acentuada que en el resto del valle, pues en éste 175 fincas mayores de 800 tareas concentran 407,555 tareas, y en la zona de influencia 170 fincas del mismo rango concentran 432,884 tareas.48 En las 122 fincas que acaparan el 73% de las tierras del Área de Influencia, se incluyen las 58 que monopolizan el 58.5%.
los grandes propietar ios y la incoherencia de la política agraria del gobierno. 46 Censo Agropecuario 1971. 47 Censo Agropecuario 1971. Quiterio Cedeño, «La producción». Las fincas mayores de 800 tareas en el área de influencia de la presa de Sabaneta ascienden a 122 y concentran una extensión de más de 369,000 tareas. E1 área ocupada total es de 506,832 tareas. 48 Concentración latifundista del suelo y los procesos de apropiación terrateniente que le procedieron, fueron expuestos en los capítulos V y VI de este trabajo. Ver los cuadros sobre tenencia en la década del 70, según el VI Censo Agropecuario de 1971.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 205
21/05/2009 12:05:44 p.m.
206
Angel Moreta Cuadro 54 Concentración del suelo en el área de la presa de Sabaneta No. de fincas Extensión % 1,371 506,835 100.0 58 296,576 58.5 122 396,000 72.8 Fuente: Datos preliminares del Censo Agropecuario 1971, manejados por el Informe Hanson Rodríguez, 1973. Cuadro 55 Distribución de la tierra según tamaño de finca en la zona de influencia de la presa Sabaneta
Tamaño No. de fincas Superficie (tareas) Tamaño promedio Hasta 80 2,574 96,754 37.5 160 – 800 338 127,655 377.6 Más de 800 170 432,884 2,654.3 Total 3,082 Fuente: VI Censo Agropecuario; Informe Hanson Rodríguez.
En las fincas de menos de 80 tareas no se incluyen 1,905 explotaciones de menos de 8, con una superficie de 8,185 tareas. Cuadro 56 Distribución de la tierra según tamaño de finca en SJM Tamaño No. de fincas Superficie Tamaño promedio Hasta 80 17,348 527,607 30.0 160 – 800 1,545 469,957 304.1 800 – 8,000 224 404,669 1,806 Más de 8,000 7 97,252 13,893 Fuente: Censo Agropecuario 1971, Vol. I, cuadro III.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 206
21/05/2009 12:05:44 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
207
Cuadro 57 Procesos de descampesinización y concentración de la tierra en las provincias del Suroeste, 1950-1971 No. de unidades mayores de 800 tareas 1950 1971 El país 7,087 D.N. 299 Bahoruco 39 Barahona 196 Azua 162 SJM 76 231 Elías Piña 18 Fuente: Censos agropecuarios 1950 y 1971. Provincias
Extensión de las fincas mayores de 800 tareas 1950 1971 14,836,755 10,522,55 234,366 609,989 334,814 135,292 501,921 32,460
Las clases capitalistas y la explotación del campesinado Las clases sociales rurales en el valle de SJM se organizan actualmente de la siguiente manara: 1. La burguesía agraria, que comprende los capitalistas y ganaderos, de factorías y comerciantes acaparadores. 2. Terratenientes arrendatarios tradicionales (rentistas) en vías de desaparición. 3. Pequeña burguesía agraria con posibilidades de acumulación, arrendataria y no arrendataria; em presarios medianos no campesinos, arrendatarios y no arrendatarios (agrónomos, abogados, etc.) con más de 300 tareas. 4. Campesinos mercantiles y de subsistencia que se autorreproducen precariamente de la agricultura (aproximadamente de 80 a 100 tareas en la zona montañosa). 5. Proletariado agrícola (jornaleros y echa días) y campesinos pobres semiproletarios en vías de descampesinizarse.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 207
21/05/2009 12:05:45 p.m.
208
Angel Moreta
La burguesía agraria Explota directamente obreros agrícolas, así como campesinos que periódicamente venden su fuerza de trabajo, en sus diversas fracciones. Particularmente, los capitalistas agrarios obtienen altas tasas de plusvalor sobre la base de la explota ción de fuerza de trabajo asalariada en la empresa arrocera y de habichuela, garantiza su rentabilidad presionando hacia abajo el límite del salario, explotando una fuerza de trabajo totalmente desorganizada. Ganancia de las factorías cuando prestan dinero y venden insumos Las factorías también prestan capital-dinero a capitalistas arrendatarios de grandes extensiones. Por ejemplo, un productor que arrendó 2,000 tareas a la familia Mesa en Solorín, recibió 30,000 e insumos de Ramón Lantigua. Veamos: 1. 2. 3.
Prestó 30,000.00 al 3% mensual: son 300.00 mensuales y 1,800.00 semestrales por concepto de la tasa de interés. Adelantó 600 qq. de abono a 18.00: son 10,800, pero la factoría, al adquirirlos a 12.00 pesos por cada uno, pagó solamente 7,200.00 pesos. La diferencia es de 3,600.00 Adelantó 3 tanques de yerbicidas de 55 galones cada uno a 1,100.00. A 27.00 el galón, son 3,300.00 pesos. Las factorías lo adquieren a 20.00 el galón. La diferencia es de 1,000.00 pesos en 3 tanques de yerbicida.
La ganancia, en este específico caso, es de 6,400.00 pesos solamente en tasas de interés y diferencial de precios en la venta de abonos y de yerbi cidas a un productor capitalista medio, en 6 meses. No se calculan otras fuentes de ganancia. Fuente: Entrevista al productor L. Manuel Beltré, Mogollón, San Juan de la Maguana, septiembre de 1982.
Tiene la concentración de los mejores recursos de la tierra, agua, crédito e insumos, sin contar el gran poder político local de que dispone, aliada a militares y jerarcas de la
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 208
21/05/2009 12:05:45 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
209
iglesia. Están organizados políticamente en asociaciones de productores agropecuarios y dueños de factorías agroprocesadoras, que libran luchas a favor de sus intereses a través de la prensa nacional y mediante diversos mecanismos de presión.49 En 1963 los principales capitalistas agrarios y terratenientes de SJM apoyaron en un comunicado en el Listín Diario, el 26 de septiembre de 1963, el golpe de Estado contra Juan Bosch. Los capitalistas de factorías (y en menor medida los capitalistas comerciantes) reciben una parte del plusvalor direc tamente sustraido por los burgueses agrarios al proletariado agrícola, en proporción al capital invertido por aquellos en la industria de procesamiento de arroz. La burguesía industrial de factorías Es la fracción del capital más poderosa en la zona, junto a la burguesía agraria. En ella se juntan actividades comerciales (venden mercancías agrícolas) y financieras (mercancía dinero). Algunos son empresarios agrícolas dueños de tierras con buena renta diferencial. Esta fracción se ubica en la circulación fundamentalmente, y en la producción cuando la planta industrial entra en fase de molienda y procesamiento de las mercancías agrícolas provenientes mayormente de la pequeña producción. El proceso de trabajo de las factorías se concentra en la limpieza, descascarado, pulido, secado y clasificación del arroz. Anualmente, descascaran unos 400,000 qq. de ese producto y manejan unos 15 millones de pesos. Algunos capitalistas de factorías son también empresarios arroceros. Cuando ambas figuras coinciden porque son al mismo tiempo propietarios de tierras arroceras, generalmente con renta diferencial, hacen el papel de terrateniente. El terrateniente está definido por un ingreso: la renta de la tierra como superganancia específica de la agricultura (Marx le 49 La asociación de productores arroceros se configura en 1984, y hace su aviso de incorporación en septiembre de 1985.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 209
21/05/2009 12:05:45 p.m.
210
Angel Moreta
llama «forma de plusganancia»). El atributo de terratenientes pertenecerá a quienes se apropien de este ingreso. En este sentido, los capitalistas agrarios que se apropien de este ingreso son herederos del carácter de terratenientes. Por tanto, estamos manejando la hipótesis, (surgida en el trabajo de campo) de que este caso específico percibe: 1. La ganancia media (incluida en el proceso medio de producción), 2. la superganancia de la renta diferencial y 3. la renta de la tierra como superganancia específica de la agricultura. Sin contar la tasa de interés por concepto de los créditos en dinero, ni e1 recargo de precios a mercancías agrícolas, como abonos, etc., obtenidos por este capitalista al por mayor de las casas comercializadoras. El capitalismo de factorías utiliza la economía campesina arrocera para valorizarse a través de la circulación. El proceso campesino funciona como proceso de producción para el capital de factorías, que además explota fuerza de trabajo en su propio proceso agroindustrial. La tendencia es que el sector campesino es funcional al proceso de acumulación de la burguesía agroindustrial, inclu yendo aquí a Lavador y La Manicera; si este campesino dejara de existir económicamente, probable es que ello advertiría en un factor de no acumulación. La mayor tajada del plusvalor en la zona se la llevan los capitalistas agroindustriales (sobre la base de la explotación del campesino arrocero), los capitalistas agrarios (sobre la base de la explotación de jornaleros y echa días) y subsidiariamente, los terratenientes, que perciben la renta del suelo, aunque aquellos, comparados en éstos, perciben otras superganancias.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 210
21/05/2009 12:05:45 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 211
67,670
2,100
Este
Sur
2,574,832
889,300
3,500
56,520
121,800
544,450
280,940
678,322
4,747,745
1,343,700
5,600
124,190
393,900
953,450
542,105
1,384,800
Total qq.
3.950
650
15
110
160
711
307
1,997
Cap. de molienda
2,890
217
-
70
178
864
400
1,161
Secadora
1,530
316
11
172
250
131
254
396
Al sol
4,420
533
11
242
428
995
654
1,557
Total qq.
Capacidad de secada por hora
23
3
19
11
24
26
21
127
No. de factorías
Fuente: Diagnóstico de sistema de mercadeo agrícola en R.D. SEA, 1978. No se trata de regiones propiamente dicho, sino de regiones de la Secretaría de Estado de Agricultura, o sea, una división administrativa. La Regional Norte comprende: Santiago, Moca (Espaillat) y La Vega; la llamada Central: Santo Domingo, San Cristóbal y Baní; la Nordeste: Cotuí, Nagua, SFM, Salcedo y Samaná; la Noroeste: Mao (Valverde), Montecristi y Dajabón; la Este: El Seibo, San Pedro de Macorís e Higuey; la Sur: Jimaní (Independencia); la Suroeste: SJM y Azua.
2,172,913
272,100
Noroeste
Totales
409,000
Nordeste
454,400
261,165
Central
Suroeste
706,478
En cáscara Descascarado
Norte
Regiones
Capacidad de almacenaje
Cuadro 58 Factorías de arroz según regiones R.D., 1976
El campesinado en su relación con el capitalismo... 211
21/05/2009 12:05:45 p.m.
212
Angel Moreta
La burguesía agraria y los rentistas La burguesía agraria explota las tierras más productivas del valle, con renta diferencial, y utiliza grandes cantidades de obreros agrícolas, jornaleros y echa días. Muchas de esas tierras son de propiedad terrateniente, arrendadas a éstos, a productores no campesinos y a una cierta pequeña burguesía agraria con posibilidades de acumulación. La clase terrateniente conforma una clase rentista parasitaria que percibe la renta de la tierra e invierte en ramas y sectores fuera de la agricultura. Esta clase se formó en la zona hace varias décadas, entre la primera intervención norteamericana y el advenimiento de Trujillo, mediante mecanismos fraudulentos y mensuras catastrales engañosas efectuadas por un agrimensor empírico que en la época midió las tierras del valle y las repartió entre algunas familias, hoy bien conocidas. Ello coincidió con la construcción, al norte, durante el gobierno de Horacio Vásquez, del canal de Juan de Herrera, en la Sección que lleva el mismo nombre, que se alimenta de las aguas del río San Juan, y actualmente de la presa de Sabaneta.50 A partir de la construcción del canal comienza a desarrollarse un capitalismo agrario vinculado al cultivo de productos alimenticios, entre ellos el arroz. Aquellas familias abandonaron la producción directa en los últimos 10 años y actualmente forman una clase rentista que participa de la ganancia media que produce el capital agrario mediante la explotación de grandes contingentes de fuerza de trabajo asalariada. Está conformada por los grandes propietarios tradicionales, actualmente en vías de desaparición. En la década del 50 tenían grandes cantidades de campesinos en colonato y poste riormente, en los años 70, arrendaban sus tierras en dinero, renta pagada por adelantado.51 La transformación de las economías naturales autárquicas en economía parcelaria mercantil, la generación de una clase obrera rural y la conformación de una burguesía agraria 50 Véase el capítulo III del presente trabajo. 51 Véase el capítulo IV del presente trabajo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 212
21/05/2009 12:05:45 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
213
y ganadera sobre la base del arrendamiento y posesión de propiedades terratenientes es ya un proceso consolidado en la zona. El modelo de K. Kautsky y R. Luxemburgo, que da cuenta del proceso de disolución por el capital de la economía autárq uica y del proceso subsecuente de conformación de economías c ampesinas mercantiles vinculadas a un mercado capitalista y la generación de un proletariado agrícola, es útil para comprender las transformaciones habidas en la agricultura de la zona, analizadas en los capítulos IV y V. Asimismo, es necesario tener en cuenta la explicación de K. Marx de la transformación de la renta en dinero, en la cual el capital subsume directamente el trabajo agrícola.52 En esta explicación, la renta modifica su naturaleza y pasa de ser la forma normal de plusvalor a excedente del plustrabajo por encima de la forma de la ganancia. Ahora el capitalista se convierte en verdadero comandante de trabajadores agrícolas y en explotador real de su plustrabajo, y extrae directamente todo el plustrabajo (la ganancia y el excedente por encima de la ganancia), lo percibe en la forma de plusproducto total y lo convierte en dinero.53 «Ya sólo queda una parte excedente de este plusvalor extraído por él, en virtud de su capital y por explotación directa de los obreros rurales, la que cede como renta al terrateniente».54 El arrendamiento capitalista de la tierra, que produce renta «en el sentido moderno», según Marx; la existencia, aunque ya en extinción, de una clase rentista tradicional, de una burguesía agraria modernizada y de grandes contingentes de obreros asalariados en la agricultura, nos hace tener en cuenta el modelo mencionado.
52 K. Marx, El Capital, p. 1007 y ss. 53 K. Marx, El Capital. 54 K. Marx, El Capital. p. 1017.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 213
21/05/2009 12:05:45 p.m.
214
Angel Moreta
Ideología de la burguesía agraria regional: tesis de una reforma agraria natural
El arrendamiento capitalista del suelo cumple en la región la función, de carácter político, de encubrir la concentración latifundista de las mejores tierras, pues éstas aparecen cumpliendo un papel en la producción. Cumple, además, específicamente en favor de la burguesía agraria una función ideológica de primera importancia, pues le permite a ésta y a sus representantes en el plano ideológico y de intereses hablar y manejar la tesis de que en el valle de SJM existe una reforma agraria natural. Es decir, que las tierras tienen una especie de distribución natural, pues cada hombre del campo dispone de su pedacito de tierra, además de una vocación innata por su pedazo. La reforma agraria, por tanto, es innecesaria en la región e intentarla no traería otra cosa que conflictos innecesarios. 55 Esta tesis, ampliamente difundida y defendida por la burguesía agraria, busca poner como antihistórica la lucha por la tierra y la reforma agraria, y quitarle sentido, por tanto, a lo que ha sido una de las demandas principales del campesinado pobre y del proletariado agrícola de la zona. Su punto de vista lo expresó la burguesía agraria con motivo de las ocupaciones de tierras llevadas a cabo en 1982, y 1983 por organizaciones campesinas, las cuales se repiten en 1985. El poder de esta clase se manifestó mediante una lista de personas que debían ser perseguidas, y así se hizo. En este entonces la demagogia agrarista del gobierno de A. Guzmán se tradujo en un endurecimiento de la represión y en la creación de enemigos no fundamentales como objetivos de lucha impuestos al campesinado, como lo fue la persecución contra los comerciantes de frutos. Localmente hay una política de máxima garantía para los terratenientes. Junto con la burguesía agraria, agrocomercial y de factorías forman un poder local fuerte con base de 55 Entrevistas realizadas a voceros representantes y burgueses agrarios de SJM en 1983, entre ellos, Teto Puello, Mayobanex Rodríguez y Lolito Piña.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 214
21/05/2009 12:05:45 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
215
sustentación en los cuerpos armados y la Iglesia, incluyendo al obispo residente en SJM, Tomás O’Reylli. El poder político deriva de la tradición familiar, el aislamiento regional, el caudillismo tradicional, el caciquismo rural, el atraso ideológico del campesinado y fundamentalmente de la base económica (el monopolio y la concentración de los recursos productivos: tierra, agua, crédito, tecnología, etc.). La hipótesis que manejamos sobre los capitalistas de factorías cuando al mismo tiempo son terratenientes (coinciden ambas figuras en casi todos los casos), consideramos que debe postularse también para el caso de burgueses agrarios que al mismo tiempo han ido asumiendo la figura del terrateniente, es decir, obtienen: la renta de la tierra, la ganancia media y la renta diferencial. La ideología de la burguesía local tiene otros elementos empíricos como los siguientes: 1) Negar las contradicciones del sector agrario de SJM, entre campesinos y capitalistas de factorías y comerciantes, por un lado; y entre proletarios agrícolas y burgueses agrarios, por otro. Y ni qué decir de la lucha de la burguesía agraria contra los capitalistas de factorías y los comerciantes en torno a la apropiación del excedente;56 2) esconder la real situación de las economías campesinas presentándolas como equilibradas y con su ga nancia en proporción a las explotaciones capitalistas; 3) explicar el proceso de separación del productor de sus medios de producción sobre la base de que el campesino emigra atraído por las luces de las ciudades, decide vender sus tierras porque le atrae más comprar un vehículo, vender billetes, disfrutar el medio urbano, etc.; 4) el salario es visto como natural y la explotación del trabajo campesino también, etc.
56 L. Crouch y De Janvry, «Acumulación de capital», p. 82.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 215
21/05/2009 12:05:45 p.m.
216
Angel Moreta
Los comerciantes acaparadores Constituyen más bien un sector de pequeños capitalistas comerciantes de mercancías agrícolas, básicamente provenientes de la producción campesina. No ha alcanzado los niveles de acumulación que las otras fracciones de la burguesía agraria. Sus gastos en capital constante y variable no se asemejan en proporción a los de aquellas fracciones. Ello se debe a que la comercialización de la principal mercancía agrícola de la zona, el arroz, está sometida al monopolio de INESPRE (siempre que sea arroz descascarado). Aun así, esta burguesía corredora mercantil comercializa el arroz en cáscara hacia otras regiones del país y con molineros de la misma zona. Maneja un capital dinero de más de RD$250,000 anuales, distribuidos de la siguiente manera: 120,000 qq. de maíz; 10,000 qq. de arroz; 100,000 qq. de habichuela entre roja, blanca y negra.57 Explota a campesinos medios y pobres y recibe una parte de la plusvalía arrancada por el capitalista agrícola a los trabajadores del campo, en proporción al monto del capital empleado por estos comerciantes para la realización de las mercancías agrícolas. Ya en el Informe de Hanson Rodríguez, de 1973, 58 los comerciantes aparecen como los más gananciosos con las mercancías agrícolas en la zona, excepto con el maní, cuya comercialización está monopolizada por el capital agroindustrial. 59 En la compra de habichuela, guandul, maíz y otros pro ductos, los comerciantes obtienen unos márgenes muy altos de comercialización.60 El proveedor exclusivo de estas mercancías 57 L. Crouch y De Janvry, «Acumulación de capital». Información y trabajo de campo, 1982-1985. Estos elementos se desarrollarán luego en el trabajo fonográfico. 58 Información de campo, 1983. 59 Informe Hanson Rodríguez. 60 El campesinado de la zona no comercializa igual el guandul y la habichuela. El guandul lo vende según dos formas: por sacos verdes en vainas y por sacos secos y venteados (quintalitos de 50 libras, a RD$45.00). La habichuela la comercializa de una sola manera: sin vaina, ya batida y venteada. Para ambas tiene sus propias medidas, que son mecanismos de defensa en la circulación mercancías y resultados culturales. Por ejemplo, un saco de habichuela
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 216
21/05/2009 12:05:46 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
217
es el campesinado mercantil, pues el gran productor tiene sus propias formas de comercialización, diferentes a las del campesinado.61 Explotación del campesinado por el capital comercial Pesos y medidas que en la circulación perjudican al campesinado Existen en los campos de la zona una serie de pesos y medidas que favorecen el engaño al campesinado. Ellas son, por ejemplo, las siguientes: carga, cajón, lata cuadrada, lata redonda, cantina, jarro de jugo, jarro de avena, saco en tusa, etc. Se usan pesos como: kilo de 2 libras (un kilo tiene más de 2 libras), fanegas diversas (de 140, 160, etc. libras), fanegas en kilos, quintal en kilos, quintal en libras, etc. Todos esos pesos y medidas de los productos campesinos (maní, arroz, habichuela, tubérculos, etc.) favorecen la especulación mercantil, el agio tismo, el engaño y el logro de intermediarios y burgueses mercantiles, de factorías y molinos, de agroindustrias, etc. En algunas comunidades, los campesinos mercantiles han buscado, como medio de defensa en la circulación, en su trato con burgueses acaparado res, sus propios sistemas de medidas, calculando determinadas cantidades fijas en determinados recipientes, asumiendo así que éstos representan tales cantidades. (Véanse las notas 63 y 64 de este capítulo). Fuente: Trabajo de campo, diciembre de 1984.
venteada es igual a 8 latas; una lata tiene 50 jarritos; cada jarrito vale 0.25 centavos. Por tanto, un saco es igual a 400 jarros. Los comerciantes compran a RD$100.00 la carga (datos del 1984), esto es, un saco de 300 jarros. Los campesinos entienden que un jarro y medio es igual a 1 libra; 1 kilo tiene 3 jarros; 400 jarros son iguales a 130 kilos aproximadamente. Los co merciantes venden la caja a RD$140.00, aproximadamente. 61 Trabajo de campo, diciembre de 1984. Los grandes productores de arroz y habichuela venden a compradores fijos, dueños de factorías, en cáscara húmedo. No tienen que ver con el procesamiento, molienda, secado, almacenaje, etc. Inclusive, pesan el arroz en sus propias fincas antes de traspasarlo a las factorías. De esta manera obvian cualquier error o engaño por parte de comerciantes o transportista. El campesino, en cambio, hace contrato con las factorías y a ellas entrega la producción. Estas adelantan dinero, insumos y servicios (preparación de suelos, transporte etc.) y reciben la producción, la que pesan, clasifican según calidad y grado de humedad más o menos con independencia del productor campesino.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 217
21/05/2009 12:05:46 p.m.
218
Angel Moreta Comercialización del guandul y la habichuela
El campesinado de la zona montañosa húmeda. Formas de comercialización del guandul y la habichuela Bajan a la zona urbana en grupos de mulos aparejados. Mantienen un contrato con el mercado a una escala de comercialización pequeña. Gran cantidad de ellos vienen directamente a traer sus productos, los cuales rea lizan en forma mercantil en los mercados de la ciudad: el de la avenida Anacaona, el de la calle José Joaquín Puello, el más pequeño de la calle Colón, etc. Dejan los mulos en solares, debajo de los árboles, amarrados y aparejados en las cercanías de los mercados. Llegan a juntarse en un solo solar hasta 30 animales de carga de este tipo. Los campesinos pagan por animal unos 0.20 centavos para el cuido de los mismos por parte de los vecinos que viven más cerca del solar. Todavía en horas de la tarde hay mulos en los solares esperando por sus usuarios y dueños. Las familias que perciben los 0.20 centavos por cuido de cada animal, utili zan ese dinero para comer al día, según observación. Los campesinos venden la lata de guandul en vainitas a venduteros del mercado, los cuales se encargan de desvainarlos y venderlos en jarros. Los productores venden la lata (bidón) de guandul verde en vainitas al pre cio de RD$5.50 la lata, la cual produce el vendutero entre 14 y 15 jarros, que son vendidos, según su calidad, a un promedio de 0.45 centavos el jarro. Cada lata de guandul verde, al ser convertida en guandul sin vainitas en ja rro, produce el vendutero un diferencial promedio, según nuestros cálculos, de más de RD$1.00, pues, por ejemplo, 15 jarros a 0.45 centavos es igual a RD$6.75. La habichuela, al contrario, este campesino no la vende en lata en vainas, sino en jarros, sin vainitas, ya habiendo sido previamente batida, venteada y medida, en la casa del campesino. De la buena, el jarro se vende a 0.50 centavos; de la llamada mejorcita a 0.45 centavos el jarro; y de la mala, en unos 0.40 centavos la misma me dida. El campesino comercializa, por tanto en forma diferente al guandul y la habichuela. Obviamente, es un productor que aspira a mercantil y está subordinado a las fuerzas locales. Este es el problema de la subsunción del trabajo cam pesino al mercado interior ya constituido. Fuente: trabajo de campo, agosto de 1983.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 218
21/05/2009 12:05:46 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
219
El capital de agroindustrias Dos importantes agroindustrias que trabajan con el maní como materia prima operaban en la región y subordinaban grandes núcleos de campesinos que se comprometían mediante contrato a cultivar y producir para ellas la oleaginosa. Operan en la región desde la década del 40, hecho que representó un elemento importante del segundo proceso de diferenciación del campesinado de la zona. Durante décadas la Sociedad Industrial Dominicana monopolizó la transformación del maní en grasas vegetales y explotó fuerza de trabajo campesina comprándole a RD$8.00 pesos las 100 libras de maní seco, sano y limpio, precio fijo que se mantuvo hasta 1982 y que llevó a que el productor campesino se re tirara del cultivo del producto, en vista del déficit crónico y de la explotación a que era sometido. En 1984, en el Suroeste habían 26,000 productores de maní, el 85% de 40,000 a nivel nacional, en su mayoría con 15 tareas promedio y con terrenos en condiciones marginales y en secano.62 Estos productores dependen exclusivamente del crédito de la SID y de Industrias Lavador, las cuales les proporcionan préstamos para gastos del proceso de trabajo, pues ni los bancos comerciales ni el Banco Agrícola prestan a los campesinos para sembrar maní. La mayoría prefiere la siembra de esta legumbre a otros cultivos por cuanto las agroindustrias les dan facilidades para costearla. El cultivo funciona como estrategia de reproducción social, que les permite a la mayoría de los productores obtener algún ingreso para cubrir gastos de alimentación durante el ciclo de producción. Estos productores sobreviven en condiciones de pauperismo, no obtienen ningún beneficio al final del proceso de trabajo,63 pero hacen posible que estos emporios 62 Véase informe del agrónomo Manuel Dicló, sobre el productor de maní en SJM. Dirección Regional Agropecuario del Suroeste. 63 El precio del maní fue aumentado dos veces desde 1982, lo que permite una compensación con respecto al acelerado costo de la vida.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 219
21/05/2009 12:05:46 p.m.
220
Angel Moreta
agroindustriales obtengan un insumo seguro y barato, sin riesgos para ellos, esto es, sin intervenir directamente en el proceso de siembra ni arriesgar propios capitales, por cuanto dichos gastos serán cubiertos a final con el valor del trabajo del mismo productor. La responsabilidad es del campesinado, cuyo contrato funciona en la práctica como un salario y el campesino mismo como un trabajador a domicilio.64 La Manicera y Lavador no cobraban directamente tasas de interés sobre las partidas de dinero entregadas a los productores de maní. Sugerimos la hipótesis de que dicha tasa puede ser captada en forma transmutada, por ejemplo, mediante un recargo de precios en los servicios maquinizados de preparación de suelos (corte, cruce y rastreo de las tierras), un recargo en la pesada del producto al final de la cosecha, o un re cargo en el valor de las semillas u otros mecanismos ignorados.65 En años anteriores al 1982, fue algo indudable que las jugosas ganancias de las agroindustrias estaban, en parte, generadas en la pesada del maní, pero los escándalos y protestas realizadas por los productores de la zona llevaron a que dicho emporio agroindustrial tuviese un mayor cuidado en el asunto.66 Dos factores influyen en el abandono del cultivo del maní: de un lado, los campesinos no se sienten estimulados a seguir produciendo debido a los escasos beneficios que reciben; y de otro, la SID desarrolla una política de importación de crudos de los Estados Unidos, la India y Senegal, y abandona de manera importante los contratos de financiamiento a los campesinos. El 82% de los crudos importados para la fabricación de grasas vegetales caen en manos de La Manicera.67 64 Esta hipótesis es ajustada dadas las características del vínculo campesino-agroindustria, pero debe fundamentarse, lo que haremos en un trabajo posterior. 65 Hipótesis surgidas en el trabajo de campo, 1982-1985. Tienen fundamento empírico también las hipótesis de la reproducción social y del trabajo a domicilio. 66 Las agroindustrias discriminan a los productores que reclaman, negándose a otorgarles contrato en la próxima siembra. Una directa y sutil forma de coacción. El resto se distribuye entre Aceites Ambar e Industrias Lavador. Véase artículo de Ubi Rivas «Voracidad de la Sociedad Industrial Dominicana», El Sol, 24-10-83. 67 La Sociedad Industrial Dominicana (SID) pretende exportar grasas bajo 1a protección, inclusive, de la Ley 69 de Certificado de Abono Cambiario para exportaciones no tradicionales, pese al tradicional déficit que sufre el país
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 220
21/05/2009 12:05:46 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
221
La Manicera fue una creación de Trujillo en 1938, heredada luego por los hijos de Santanita Bonetti, colaborador del régimen y en el cual Trujillo puso algunos derechos de acciones. Hoy constituye un emporio privado que monopoliza la fabricación de grasas vegetales, la importación de crudos y el fomento de cultivos agroindustriales para exportación de grasas.68 El futuro y las luchas sociales del campesinado mercantil Los primeros movimientos y organizaciones de campesinos surgen en la región Suroeste, específicamente en SJM, hacia los años 1978. El denominado Movimiento Campesino Independiente (MCI) surge en la zona y sus principales dirigentes son oriundos de la misma. También surgió el Movimiento Campesino Organizado (MCO), como derivación del MCI y en oposición a él. Esta organización fue fuerte en el valle de SJM, inclusive algunas de las principales ocupaciones de tierras fueron motorizadas por dicho movimiento, en 1982 y 1983. Tuvo gran arraigo al norte del valle principalmente pero no trascendió los límites de la provincia. Posteriormente, se disolvió y algunos de sus dirigentes se sumaron al gobierno de Jorge Blanco y al partido oficial y abandonaron la lucha del campesinado.69 en materia de producción de grasas las plantaciones de algodón en Mao y de Palma Africana en Monte Plata caerían dentro de esta política de la SID, política oportunista, pues pretende encubrirse bajo la Ley 69. (Véase artículo de Ubi Rivas, «Voracidad de la Sociedad»; «Los Bonetti y los excrementos de Oviedo», Hablan los Comunistas, No. 278, Santo Domingo, 37-2-83. De igual modo el libro del periodista Bienvenido Álvarez Vega, Prensa escrita y estructu ra de poder en República Dominicana, donde se hace una genealogía de familiar y apellidos de la se dominante dominicana, entre ellos, los Bonetti, hijos de Santanita Bonetti, amigo personal y beneficiario millonario del dictador. 68 Firmaron comunicados en la prensa nacional a favor del gobierno, en medio de las huelgas que se produjeron contra la política fondomonetarista de Jorge Blanco, en 1984. La división MCI-MCO se produce fundamentalmente como reflejo de prácticas viciosas y aparatistas de la izquierda en el movimiento campesino, por motivos básicamente políticos. 69 En el Tribunal de Tierras de SJM, por ejemplo, solamente en 1982 había unos 18 mil casos, divididos en tres categorías principales: ventas, solicitudes de legalización y herencia.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 221
21/05/2009 12:05:46 p.m.
222
Angel Moreta
Los movimientos y organizaciones campesinas han desarrollado importantes luchas agrarias en la región tendentes a lograr la aplicación de las leyes agrarias promulgadas en 1971, pero han sido reprimidos manu militari en las ocupaciones de tierras de 1981 y 1982.70 Por el análisis somero que hemos hecho, se percibe la situación difícil en que se encuentra el campesinado de la región. Dadas esas condiciones objetivas, que se contraponen a él, cabe preguntarse por el futuro del campesinado en la zona. En el capítulo V sobre los procesos de descampesinización en el valle, apuntábamos las transformaciones del campesinado mercantil; y en el presente capítulo mostramos la casi desaparición del campesinado arrocero, que dirige su esfuerzo hacia la producción en otros cultivos, como maíz, habichuela, guandul, etc. Históricamente, las economías campesinas fueron siendo desplazadas a los confines del valle, producto de la competencia de la explotación arrocera de tipo capitalista. En los últimos años en éste y sus inmediaciones se expresó una tendencia a la venta de tierras al capitalista o empresario circundante, concomitante a las ventas por endeudamiento, por herencia, etc.71 La tendencia general en SJM es a la desaparición a largo plazo de la economía campesina, principalmente en las zonas de mayor desarrollo capitalista. La observación indica que por lo menos en la zona alta del valle la economía campesina sobrevivirá por mucho tiempo, produciendo alimentos en condiciones de producción difíciles, pero que en todo caso son necesarias al consumo urbano.72 70 El campesino de la zona alta húmeda sobrevive también gracias a ciertos mecanismos económicos e ideológicos de reproducción de los que no disponen de las zonas bajas, como el intercambio de bienes y servicios y una fuerte relación de compadrazgo como elemento superestructural que contribuye a la subsistencia. 71 Como ya dijimos, en este trabajo no nos ocuparemos de exponer sobre el proletariado agrícola. Será objeto de monografía a parte. Véase capítulo VI, donde hacemos referencia al proletariado agrícola de la región y las figuras socioeconómicas que lo componen. 72 Sergio Perelló y otros, Polémica sobre las clases sociales en el campo mexicano, México, 1979.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 222
21/05/2009 12:05:46 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
223
La explotación que sobre el campesinado (y el proletariado agrícola)73 ejerce el sector capitalista de la región, que opera inclusive con métodos de acumulación originaria, abre perspectivas crecientes de proletarización. Este proceso tiene como expresión el sometimiento creciente al mercado capitalista, el déficit acumulado, la precariedad progresiva de la vida familiar, social y económica del campesinado, afectado además por elementos como inmigraciones parciales de miembros de la familia expulsados de la zona rural, semiproletarización, endeudamiento, retroceso tecnológico (como consecuencia del incremento en los costos de producción) y catástrofes naturales. De hecho, las economías campesinas son débiles, pues tienen pocas posibilidades de acumulación, debido a: la tecnología utilizada, casi siempre tradicional; los costos de producción, la organización individual del trabajo, las ataduras a circuitos comerciales desventajosos, la mala calidad del suelo, la carencia de riego artificial, la erosión y otros factores que provocan en conjunto la inseguridad de generar un valor suficiente que le permita acumular.74 Pero aún cuando el valor generado sea suficiente éste no es pagado en el mercado, por lo que puede decirse que es un valor que transfiere a otros sectores de la economía. Debido a que se halla inmerso en una economía monetaria, en donde el intercambio de valores de plasma en precios... El campesino no alcanza a cubrir sus propios costos, por lo que intercambia sus productos por manufacturas de origen industrial de manera desventajosa.75 El campesinado se resiste a dejar de existir, y no por aquello de amor al terruño» o porque sea un comodín pequeño-burgués, sino porque objetivamente sabe lo difícil que le resultaría ubicarse en otra rama de la producción; por ello comienza por superexplotar su trabajo y el de su familia, a emplear variedades que requieren menor uso de tecnología, se vincula 73 S. Perelló y otros, Polémica. 74 Trabajo de campo, marzo de 1984. 75 Las formas de explotación del campesinado de la región se exponen en los capítulos VI y VII de este trabajo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 223
21/05/2009 12:05:46 p.m.
224
Angel Moreta
al mercado de trabajo como jornalero echa días de manera ocasional, para seguir siendo campesino.76 El campesino lucha por su diferenciación. Los productores más deficientes quieren convertirse en mercantiles (pero la extensión y calidad de las tierras lo obstaculiza), y el campesinado mercantil prefiere no vender su fuerza laboral en fincas y dedicar todas sus energías a sus propios predios, aun sean montañosos,77 y a realizar otras actividades económicas subsidiarias: comercio, artesanía, intercala de cultivos para el autoconsumo, algunos cobran por hacer oraciones, ensalmos, curas y rezos (rezadores), etc. A medida que el campesino es más semiproleta rio porque depende más de la venta de su fuerza laboral en unidades campesinas y capitalistas o unidades medianas, su vida es más precaria: as pira a tierras y realiza todo tipo de actividad para la subsistencia, trabaja como echa días, como ga ñán, limpia regolas, arregla canales, y debido a que tiene menos habilidad y más precarias condi ciones, tiene menos posibilidades de diferenciación a través de otras actividades (rifero, ensalmador, rezador, comerciante, etc.).78 El campesinado mercantil utiliza insumos, coge dinero de préstamo (del comerciante, del prestamista usurario etc., dependiendo del cultivo), vende su producción en el mercado urbano directamente o a través de compradores mercantiles intermediarios y generalmente pertenece a una asociación campesina que funciona para él como mecanismo de defensa económica y social frente al mercado capitalista. Generalmente, el campesinado de las asociaciones aspira a diferenciarse hacia arriba y es ideológicamente poco desarrollado. El mecanismo asociativo ha servido en parte para 76 Trabajo de campo, marzo de 1984. 77 Trabajo de campo, marzo de 1984. 78 Al margen de dinero, crédito, tecnología, mercado de tierras, bienes y fuerza de trabajo; especialización productiva, etc.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 224
21/05/2009 12:05:46 p.m.
El campesinado en su relación con el capitalismo...
225
acentuar en él su ideología conservadora. Este tipo de campesino en muchos casos está en uno de los partidos de turno: el balaguerista o el perredeísmo, los dos grandes partidos clientelistas del sistema político dominicano. No obstante, sus luchas económicas son movimientos sociales de resistencia y luchas por subsistir frente a una sociedad rural crecientemente dominada por el mercado capitalista, que cuenta con la generalización de los elementos básicos de la intensificación capitalista.79 En la zona hay cuatro bloques de juntas campesinas y cada una tiene sus propias demandas que giran alrededor de riego, crédito, comercialización, transporte, atención técnica de la Secretaria de Agricultura, semillas y abonos, precios, salud, rural, aplicación de las leyes agrarias del 1972 (principalmente la de la cuota parte, latifundio y tierras baldías), redistribución de tierras y rescate de tierras estatales en manos de los terratenientes. Los campesinos mercantiles luchan por sus condiciones de reproducción y los campesinos pobres y jornaleros, por transformarse en productores mercantiles con capacidad de autoreproducción. En las luchas y demandas se han incluido una categoría llamada campesinos sin tierra, que son campesinos pobres semiproletarios y jornaleros que se ganan la vida vendiendo su fuerza de trabajo. En este caso, como en otros, las asociaciones de campesinos representan a obreros agrícolas en el plano político y los movían a la lucha por reivindicaciones campesinas.80
79 Documento elaborado por el autor. 80 Esto muestra, en la zona, la debilidad del proletariado agrícola; característica común a otras regiones. Los obstáculos a la organización de los obreros agrícolas son múltiples en la agricultura dominicana. Véase nuestro trabajo: «Campesinado, capitalismo y proletarización en el Suroeste», Revista de Antropología de la UASD, Nos. 23-26, Santo Domingo, 1983.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 225
21/05/2009 12:05:46 p.m.
226
Angel Moreta
Ilustraci贸n 26. Obreros tomando un descanso
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 226
21/05/2009 12:05:47 p.m.
Conclusión
El proceso de establecimiento del capitalismo en la agricultura de la región Suroeste, específicamente en el valle de San Juan de la Maguana, desde fines del siglo xix hasta la configuración de las actuales relaciones sociales, pasa por diversas etapas o momentos históricos. En este trabajo se propone una explicación de dicho proceso mediante una reconstrucción histórico-sociológica que parte del capital comercial como la forma primitiva del capital hasta las actuales formas agro comerciales predominantes en la región. Fuentes de historia oral y un persistente trabajo de observación in situ dieron los hilos conductores para el esfuerzo de reconstrucción, en un intento que vale la pena considerar positivamente si tomamos en consideración lo escaso del trabajo de campo en la investigación sociológica en nuestro país. La región la hemos tratado como microformación social re gional, por sus características geográficas y socioeconómicas específicas. Entre ellas, se impone su incorporación tardía al mercado mundial, el predominio de comerciantes extranjeros, caudillos omnímodos y elites locales dominantes tradicionales (que explotan sumariamente al campesinado y a la fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria), la formación tardía de un mercado de trabajo, el desarrollo de formas productivas y relaciones sociales que se combinan peculiarmente para producir el dominio directo de masas de hombres y mujeres a base del ejercicio patrimonial de un poder económico, político y social – 227 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 227
21/05/2009 12:05:47 p.m.
228
Angel Moreta
ligado a la Iglesia, los comerciantes y capitalistas agrarios, terratenientes tradicionales herederos del caudillismo local y dominadores de un campesinado tardíamente diferenciado, ideológicamente atrasado y con formas socioculturales reflectantes del distanciamiento geográfico de la zona que facilita su expoliación y dominio.1 Con el avance de la economía mercantil se desarrollan procesos de diferenciación del campesinado, de división del trabajo agrícola regional y de desarrollo de la producción agraria capitalista.2 Hemos utilizado el concepto de intensificación del capitalismo en vez de desarrollo del capitalismo, no sólo para dejar lugar a la propuesta del concepto de proletarización estancada, sino también para sugerir la ampliación de relaciones capitalistas a través de la cada vez más creciente dependencia del campesinado y del habitante rural en general del mercado de bienes, dinero y trabajo. Es decir, para relacionar el proceso de mercantilización de la economía campesina con la ampliación del mercado interno y la especialización productiva de la región en cultivos de alimentos.3 Se trata de ordenar, un tanto esquemáticamente, lo que podría considerarse como las líneas fundamentales del proceso de establecimiento e intensificación del capitalismo en el valle de San Juan de la Maguana, en realidad la primera parte de un trabajo más amplio.4 Como punto de partida, caracterizamos geográfica e históricamente la región (capítulo I), indagamos los inicios 1 Véase la nota 3 de la introducción. 2 Las relaciones de aparcería, el contrato con agroindustrias y factorías, el intercambio mutuo en los campesinos pobres como práctica sociocultural, la semiproletarización como pauperización no proletaria, procesos lentos y no violentos de «intensificación del capitalismo», etc. hacen hablar de situaciones concretas de transición de la fuerza de trabajo caracterizables como «estancamiento de la proletarización rural» o «proletarización estancada», puesto que no siguen con precisión el modelo clásico. Esto no descarta procesos de acumulación originaria en la región. 3 El concepto intensificación del capitalismo es propuesto por C. Miró Quezada y D. Rodríguez, «Intensificación del capitalismo», Cuadernos agrarios, México, 1986. 4 En el capítulo VI explicamos el asunto del proyecto de investigación «Campesinado, capitalismo y clases sociales en el Suroeste».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 228
21/05/2009 12:05:47 p.m.
Conclusión
229
del establecimiento capitalista en el valle de San Juan de la Maguana y el primer proceso de diferenciación de los campesinos (capítulo II), exponemos los elementos históricos del proceso de apropiación privada y las condiciones necesarias al mismo (capítulo III), el debilitamiento de una forma productiva peculiar en el valle, el colonato de campesinos (motivado en causas de tipo económico y social), a través de procesos de intensificación del capitalismo en la agricultura (capítulo IV); en consecuencia, la dinámica, hacia los años 50, de descampesinización del valle, que nos impuso la descripción somera de las zonas agrícolas adyacentes al mismo (capítulo V); y la situación más reciente del campesinado en su relación con el sector capitalista (capítulo VII), que muestra una de las contradicciones más importantes del capitalismo dependiente: convivir con el sector precapitalista pero lo erosiona y destruye paulatinamente.5 En la actualidad, la agricultura del valle de San Juan de la Maguana (capítulo VII) se caracteriza, en lo relativo a las clases sociales, por la presencia de un campesinado mercantil de subsistencia, una burguesía agraria sólida que comprende los capitalistas de agroprocesadoras (factorías) y un proletariado agrícola heterogéneo y deforme, de características socioeconómicas específicas; el capital comercial penetra las formas productivas campesinas y media en la producción y la circulación de manera activa, imponiendo su subordinación a los campesinos. En el sistema dependiente dominicano la presencia dominante del capitalismo pone en crisis las relaciones precapitalistas, provocando paulatina pero progresivamente su disolución lenta, proletarizando y empobreciendo a campesinos y artesanos.6
5 Véase la introducción general al presente trabajo. 6 Roberto Cassá, Modos de Producción, Capítulo I. Contiene una discusión sobre la pauperización que provoca en el sector no capitalista o precapitalista la presencia del sector capitalista. A este propósito consúltense los trabajos de Mario Margulis, Contradicciones en la estructura aagraria y transferencias de valor, y Luisa Paré, El proletariado.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 229
21/05/2009 12:05:47 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 230
21/05/2009 12:05:47 p.m.
Bibliografía general
Abad, José Ramón. Reseña general geográfico-estadística de la Re pública Dominicana. Santo Domingo, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 1993. Álvarez Vega, Bienvenido. Prensa escrita y estructura de poder en la República Dominicana. Santo Domingo, Editora Alfa & Omega, 1982. Balaguer, Joaquín. La realidad dominicana: semblanza de un país y de un régimen. Buenos Aires, Imprenta Ferrari Hermanos, 1947. Banco Central de la República Dominicana. «Primera Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos, 1976-1977», Revista de Estudios Económicos. No. 1, Santo Domingo, 1977. Bartra, Roger. Estructura agraria y clases sociales en México. México, Editora Era, 1978. _______. «La renta capitalista de la tierra», Cuadernos agrarios. No. 2, México, 1976. ______. La explotación del trabajo campesino por el capital. México, Editorial Macehual, 1979. _______. «Sobre las clases sociales en el campo mexicano», Cuadernos agrarios. No. 1, México, enero-marzo de 1976. Bosch, Juan. Composición social dominicana: historia e interpreta ción. [1970], Santo Domingo, Alfa & Omega, 1988. Botero Cadavid, J. J. «Empirismo, teoría y práctica en las Ciencias Sociales», Cuadernos de Filosofía. No. 6, Colombia, 1982. – 231 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 231
21/05/2009 12:05:47 p.m.
232
Angel Moreta
Cassá, Roberto. «Acerca de las relaciones capitalistas de producción en la República Dominicana», Realidad contemporá nea. No. 1, Santo Domingo, 1975. _______. Capitalismo y dictadura. Santo Domingo, Editora de la UASD, 1982. _______. Modos de producción, clases sociales y luchas políticas (República Dominicana, siglo XX). Santo Domingo, Alfa & Omega, 1977. Coello, M. «Caracterización de la pequeña producción mercantil campesina», Historia y Sociedad. No. 8, México, 1975. _______. «El novísimo ciclo M-D-M transformado» y «Modo campesino de producción», Antropología y marxismo. No. 2, México, 1980. Cordero Michel, J. Informe sobre la República Dominicana. [1959], Santo Domingo, Editora de la UASD, 1970. Cortén, A.; Duarte, I. y otros. Azúcar y política en República Dominicana. Santo Domingo, Editora Taller, 1978. Crouch, L. y De Janvry. «Acumulación de capital y miseria en América Latina», Problemas de desarrollo centroamericano. Febrero-abril de 1977. Díaz Polanco, Héctor. Agricultura y sociedad en el Bajío. México, Juan Pablos Editor, 1984. _______. El desarrollo rural en América Latina. México, Cuadernos del CIIS, 1981. _______. Teoría marxista de la economía campesina. México, Juan Pablos Editor, 1972. Dicló Vargas, M. y Beras Bautista, M. «Estudio sobre el uso de técnicas en el cultivo de arroz en pequeñas parcelas en San Juan de la Maguana». Santo Domingo, Dirección Regional de Agropecuaria Suroeste, Secretaría de Estado de Agricultura (SEA), marzo de 1982. Dore, Carlos. «Breve revisión bibliográfica sobre estructura agraria dominicana», Problemas de estructura agraria domini cana. Santo Domingo, Editora Taller, 1978. Duarte, Isis. «Condiciones sociales del servicio doméstico en República Dominicana», Realidad contemporánea. Nos. 3-4, Santo Domingo, Editora de la UASD, 1984.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 232
21/05/2009 12:05:47 p.m.
Bibliografía general
233
_______. Capitalismo y superpoblación relativa en Santo Domingo. Santo Domingo, CODIA, 1983. El libro Azul de Santo Domingo. 2da edición, Santo Domingo, Editora de la UASD, 1976. Fals Borda, Orlando. «Sobre la investigación-acción», Cuadernos de Filosofía. Colombia, Siglo XXI, 1982. Faure, C. «La producción campesina y la explotación capitalista», Antropología y marxismo. No. 2, México, marzo de 1980. Feder, E. Violencia y despojo del campesino: el latifundio en América Latina. México, Siglo XXI, 1972. Fuente, Santiago de la. Geografía dominicana. Santo Domingo, Editora Quisqueyana, 1982. Garrido Puello, E. O. Espejo del pasado. Santo Domingo, Arte y Cine, 1972. _______. En el camino de la historia: 1911-1967. Santo Domingo, Arte y Cine, 1977. _______. Historia de un periódico. Santo Domingo, Arte y Cine, 1968. Garrido, Víctor. En la ruta de mi vida. Santo Domingo, Arte y Cine, 1970. _______. Espigas históricas. Santo Domingo, Arte y Cine, 1971. _______. «Informe sobre la común de San Juan de la Maguana», en: Rodríguez Demorizi, Emilio. Lengua y folklore en Santo Domingo. Santiago, UCMM, 1975. Gómez, Luis. Descomposición de la comunidad campesina (19201970). Santo Domingo, Cuadernos del Cendia, Editora de la UASD, 1982. González, Miriam. Sistema de producción y comercialización del arroz en la región Suroeste. Santo Domingo, Editora de la UASD, 1979. González, Nancie L. «Desiderio Arias, caudillo y héroe cultural», El pequeño universo. No. 1, Santo Domingo, Facultad de Humanidades, Editora de la UASD, 1971. Gutelman, M. Estructuras y reformas agrarias. 2da edición, Barcelona, 1981. Hoetink, Harry. El pueblo dominicano 1850-1900. Santiago, UCMM, 1972.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 233
21/05/2009 12:05:47 p.m.
234
Angel Moreta
Informe Hanson Rodríguez sobre el área de influencia de la presa de Sabaneta. Santo Domingo, 1973. Kautsky, Karl. La cuestión agraria. 5ta edición, México, Siglo XXI, 1983. Kosik, Karel. Dialéctica de lo concreto. México, Editora Grijalbo, 1978. Lautier, B. «La producción campesina y la explotación capitalista», Antropología y marxismo. No. 2, México, septiembre 1979-diciembre 1980. Lehman, Jacob. «Proletarización campesina», Nueva Antropolo gía. No. 4, México, 1980. _______. «Ni Chayanov ni Lenin: apuntes sobre la teoría de la economía campesina», Estudios rurales latinoamericanos. Vol. 3, No. 1, México, enero-abril de 1980. Lenin, Vladimir. El desarrollo del capitalismo en Rusia. (Trad. José Laín Entralgo), Barcelona, Editorial Ariel, 1974. _______. Teoría de la cuestión agraria. México, Ediciones Populares, 1976. Lozano, Wilfredo. «Campesinos y proletarios en el desarrollo capitalista de la agricultura», Realidad Contemporánea. Nos. 8-9, Santo Domingo, 1979. _______. La dominación imperialista en República Dominicana. Santo Domingo, Editora de la UASD, 1976. _______. «La formación del proletariado en República Dominicana», Problemática rural en República Dominicana. Anales del IV Congreso Dominicano de Sociología, Santo Domingo, 1983. Luxemburgo, Rosa. La acumulación de capital. México, Editorial Grijalbo, 1977. Mandel, Ernest. Tratado de economía política I. México, Serie Popular ERA, 1980. Margulis, Mario. Contradicciones en la estructura agraria y transfe rencias de valor. México, El Colegio de México, 1979. Marx, Karl. El Capital. Tomos 1 y 8. 10ma edición, (Trad. Pedro Scaron), México, Siglo XXI, 1982. _______. Elementos para la crítica de la economía política. Tomo 1, México, Siglo XXI, 1974.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 234
21/05/2009 12:05:48 p.m.
Bibliografía general
235
_______. Capítulo VI inédito de El Capital. México, Siglo XXI, 1978. Medrano Vásquez, M. Formularios sobre saneamiento inmobiliario en Santo Domingo. Santo Domingo, 1981. Meillassoux, C. Mujeres, graneros y capitales. México, Siglo XXI, 1979. Miró Quesada, C.; Rodríguez, D. «Intensificación del capitalismo en la agricultura», Cuadernos agrarios. México, 1986. Moreau de Saint-Mèry, M. L. Descripción de la parte española de la isla de Santo Domingo. [1797], Santo Domingo, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 1978. Moreta, Angel. «Campesinado, capitalismo y proletarización en el Suroeste», Revista de Antropología de la UASD. Nos. 2326, Santo Domingo, Editora de la UASD, 1983. _______. «Campesinado, proletarización agrícola y capitalismo en el Suroeste. Proyecto de investigación», CERESD 3. Santo Domingo, 1982. _______. «Proletarización rural, capitalismo y clases sociales en el Suroeste. Tendencias e hipótesis». Ponencia en III Congreso Dominicano de Sociología (1982). Moya Pons, Frank. Manual de historia dominicana. Santo Domingo, Caribbean Publishers, 1992. Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). VI Censo Nacional de Población. Tomo III, Santo Domingo, 1971. _______. IV Censo Nacional Agropecuario 1950. Santo Domingo, 1950. _______. VI Censo Nacional Agropecuario 1971. Vol. II, 2da edición, Santo Domingo, 1971. _______. Censo Agropecuario de 1920. Santo Domingo, Editora de la UASD, 1975. _______. Estadísticas industriales de la República Dominicana. Santo Domingo, 1975. Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN), Plandes 19. Bases para formular una política de empleo en la República Dominicana. Santo Domingo, 1974. _______. Plandes 24. Región Suroeste. Santo Domingo, 1976. _______. Situación de la vivienda rural en República Dominicana. Santo Domingo, 1983.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 235
21/05/2009 12:05:48 p.m.
236
Angel Moreta
Oliveira, Mercedes. «Sobre la explotación y opresión de las mujeres acasilladas en Chiapas», Cuadernos agrarios. No. 9, México, septiembre de 1979. Paré, Luisa. El proletariado agrícola en México. México, Siglo XXI, 1980. _______. Polémica sobre las clases sociales en el campo mexicano. México, Editora Macehual, 1979. _______. «Caciquismo y estructura de poder en la sierra Norte de Puebla», Caciquismo y poder político en México (varios autores). México, Siglo XXI, 1979. Peña, Sergio de la. El modo de producción capitalista. México, Siglo XXI, 1986. Perelló, Sergio. «La comunidad campesina», Polémica sobre las clases sociales en el campo mexicano (varios autores). México, Siglo XXI, 1979. Piñeyro, Frank y otros. «Generación y transferencia de tecnología en la agropecuaria dominicana». III Congreso Dominicano de Sociología, Santo Domingo, 1982. Rodríguez Demorizi, E. Enciclopedia dominicana del caballo. Ciudad Trujillo, Editora Montalvo, 1960. _______. Hostos en Santo Domingo. Vol. I, Ciudad Trujillo, Imprenta J. R. Vda. García, 1939. _______. Informe de la Comisión de Investigación de los Estados Unidos (1871). Santo Domingo, Academia Dominicana de la Historia, 1975. _______. Lengua y folklore de Santo Domingo. Santiago, UCMM, 1975. _______. Papeles de Pedro Fco. Bonó. Santo Domingo, Editora del Caribe, 1964. _______. Relaciones geográficas de Santo Domingo. Vol. I, Santo Domingo, Academia Dominicana de la Historia, 1978. _______. Relaciones históricas de Santo Domingo. Vol. I, Ciudad Trujillo, Editora Montalvo, 1942. Roques, José Ricardo. Sociología rural dominicana. Santo Domingo, CLACSO-UASD, mayo de 1980. Rosario, Gumersindo del. «Empleo y distribución del ingreso en República Dominicana», Estudios Económicos. No. 2, Santo Domingo, julio-diciembre de 1982.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 236
21/05/2009 12:05:48 p.m.
Bibliografía general
237
SEA. Estrategia para el desarrollo de la producción alimentaria y la agricultura campesina. Santo Domingo, 1983. _______. Levantamiento y clasificación de suelos de la Línea Noroeste. Santo Domingo, 1979. _______. Medio ambiente y recursos naturales. Santo Domingo, OEA, 1978. _______. Memorias de las Direcciones Regionales. Santo Domingo, 1970. Serrulle, J. y Boin, J. El proceso de desarrollo del capitalismo en República Dominicana. (1844-1930). Tomo II, Santo Domingo, Ediciones Gramil, 1981. Servolín, Q. «Aspectos económicos de la absorción de la agricultura en el modo de producción capitalista», Cuadernos agrarios. No. 2, México, abril-junio de 1976. Vargas, J. C. Los medios de producción en la agricultura dominica na, 1970-1980. Santo Domingo, tesis de grado, Editora de la UASD, 1981. Vaughan, T. W. y otros. Un reconocimiento geológico de la República Dominicana. Santo Domingo, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 1983. Vergopoulous, K. Amin. «La cuestión campesina y el capitalismo», Nuestro Tiempo. 3ra edición, México, 1980. Warman, Arturo. «El problema del proletariado agrícola en México», El campesinado en México. México, Nueva Imagen, 1980. _______. Ensayos sobre el campesinado en México. México, Nueva Imagen, 1981. Periódicos consultados El Cable El Nacional El Nuevo Diario El Sol Hablan los Comunistas Listín Diario Santomé
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 237
21/05/2009 12:05:48 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 238
21/05/2009 12:05:48 p.m.
Apéndice 1. El campesinado del Suroeste en la década del 20 Común de San Juan Datos acerca del la situación, histórica, raza, carácter, religión, fiestas, costumbres, industriales, lenguaje, etc.1 Carácter: El habitante de esta común es apacible, de índole bondadosa, hospitalario en sumo grado. En cualquier casa urbana o rural que usted llega, salvo que la penuria sea mucha, encuentra alojamiento, comida y cama gratuitamente. Nuestros campesinos se tratan con la mayor familiaridad, generalmente están unidos por los vínculos espirituales del compadrazgo. Las estadísticas criminales arrojan datos casi nulos. Las infracciones delictuosas que se cometen son, comúnmente, por raterías: algunos racimos de plátanos o rulos o algún chivo o algún cerdo, etc. Nuestro campesino en cuestiones políticas, es un gran discreto. Oye y calla. Nunca se sabe su verdadera opinión, nunca se compromete abiertamente. En realidad, no le interesan esas cosas y si se ve obligado a tomar carta en ellas, o lo hace siguiendo las inspiraciones de la autoridad o 1 Extractos del informe redactado por Víctor Garrido, intendente de educación en la común de San Juan de la Maguana (1920), Emilio Rodríguez Demorizi, Lengua y folklore en Santo Domingo, Santiago, 1975, pp. 226-233.
– 239 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 239
21/05/2009 12:05:48 p.m.
240
Angel Moreta
de aquellas personas que han fungido de sus jefes naturales por largo tiempo. Es un hábito adquirido dentro de las disciplinas clásicas del despotismo que han imperado siempre en la República como norma de gobierno. Esta región, además, mientras el resto del país se desangra en las guerras civiles, vivió en completa paz ajena a las luchas de las facciones partidaristas, desde que cesaron los Seis Años hasta 1921. La participación de nuestra gente en todas las guerras nacionales no permite dudar de su patriotismo. Actualmente, ve con malos ojos la Ocupación, que la considera atentatoria a sus intereses por los impuestos que le obliga a pagar, pero su espíritu es arca sellada a las exteriorizaciones verbales. Nuestro campesino es interesante. Discute y defiende encarnizadamente hasta una hilacha que considera detentada por otro. No es espléndido y su dinero, reducido a oro, lo guarda por lo regular enterrado. Siente placer en saber que tiene tantos novillos en la sabana o tantas cabezas de res o tantas onzas enterradas. Esta tendencia a guardar lo impulsa a hacer economías, ordinariamente viviendo dentro de la mayor estrechez, imponiéndose grandes privaciones. Es religioso. Acude a misa en la ermita vecina, o a la iglesia ciudadana en días de grandes solemnidades. Cuando es llegada la ocasión, da notaciones de intrepidez y pundonor. Cuando forma parte de algún cuerpo organizado sobresale por su buena conducta y frecuentemente obtiene ascensos. Es más holgazán que trabajador, pero en esto influye la costumbre del pastoreo de que vivió hace poco y las condiciones climatéricas de la comarca. Casi no llueve, el riego es muy costoso y la labor agrícola muy difícil. Es moral. En esta común se desconocen prácticas viciosas que son un azote en otras regiones. Es respetuoso de la ley. Todas las prescripciones legales son acatadas y cumplidas sin rebeldía. El hombre urbano, según la clase social, admite paralelo con sus iguales de nuestras ciudades principales. Ocupaciones e industrias El aliciente principal de los fundadores españoles de este municipio fueron los grandes llanos con sus pastos de leyenda.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 240
21/05/2009 12:05:48 p.m.
Apéndice 1
241
La pródiga tierra los convidó a la crianza y se dedicaron, naturalmente, a ella, fomentando una riqueza no por enorme menos contingente. Esa ocupación heredada y favorecida por las condiciones circunstanciales del medio, fue la de todo el mundo. Mientras llovió y los pastizales reverdecieron copiosamente cada primavera, San Juan fue el cuerno de la abundancia. Surtía de ganado, especialmente, a la República de Haití. Sus caballos tan famosos, que el padre Meriño cita en su Geografía Patria los de Punta Caña. Toda esa riqueza era de sabana, no tenía solidez básica. Hoy la común es mísera. Perdida la esperanza de reconstruir la riqueza ganadera, los habitantes se han dedicado a la agricultura y se cultiva toda clase de frutos menores. En gran escala la habichuela, que constituye un floreciente negocio de exportación; luego, arroz, maíz, guandul, garbanzo, arveja, plátano, rulo, yuca, batatas, papa, caña, tabaco, etc... El café se produce muy bien en la parte montañosa y constituye un buen renglón de producción en las secciones ribereñas del río Las Cuevas. Hay cultivadas miles de tareas de pasto artificial, yerba de guinea y de páez. Algunos de esos frutos como el tabaco y el maíz, no constituyen importantes renglones de exportación por falta de caminos apropiados que abaraten el transporte de ellos a los centros consumidores. El tabaco de esta común es inmejorable. El que se produce en la sección de Yabonico es de calidad tan superior, como el mejor tabaco cibaeño. Hay quien afirme es superior. La intensidad de la industria andullera (el andullo es de difícil manipulación) se debe a la dificultad para exportar con provecho la aromática hoja. Valdría la pena hacer de esta común un centro tabacalero como Santiago. Las tierras no son apropiadas para el cultivo del cacao. Puede decirse que los hombres reparten su atención entre el pastoreo, el cultivo de la tierra y el comercio. Hay muchas pequeñas industrias. La principal la constituye la fabricación de andullos, especialidad de la región llamada de Los Ríos, que comprende las secciones de El Coco, Arroyo Cano, Bui, Las Lagunas, La Siembra, Túbano, Ocoa, Sabana Yegua, y otros lugarejos y de las secciones de Yabonico y Río Arriba de San Juan. Se confeccionan jáquimas, lazos, hicos de hamaca, con la fibra de la cabulla, que tienen
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 241
21/05/2009 12:05:48 p.m.
242
Angel Moreta
fama en el país por su excelencia. Se confeccionan, con la hoja del guano, lazos, árganas, macutos, esteras, capachos y con otras hojas o cortezas blandas, esterillas, aparejos, canastos, sillas rústicas, con el fondo de guano retorcido. Se hacen de barro cocido, tinajas, ollas, cachimbos; de madera, bateas, tinajas, barriles, de palma, roble, caracolí y otras maderas de construcción, se hacen tablas, quesos y mantequilla, llamadas criollos, de la leche de vaca, cabras, y ovejas, cazabe, tortillas de varias clases, almidón producto de la yuca, sombreros de caña raspaduras, producto del jugo de la caña, puesto al fuego en grandes pailas; se hacen sudaderos, monturas, pellones, cigarros aquí llamados túbanos, etc. Religión, fiestas costumbres La religión de los habitantes de la común es la católica, apostólica, romana. En muchos caseríos rurales hay ermitas levantadas por el fervor de los fieles. En ella se celebran determinadas festividades religiosas y cuando el cura se traslada a hacer esas celebraciones, mientras dura su estadía en el lugar, los días toman aspecto festivo. El campesino los aprovecha para ir a misa, realizar bautizos y matrimonios concertados, responsos, funerales, etc. También acuden a la iglesia del pueblo: pero generalmente en las grandes solemnidades. Estas son: el día de Nuestra Señora de la Altagracia, que se ha hecho de fiesta por disposición espontánea de los espíritus creyentes; el día de San Juan, patrono de la común, vencido por la primera que se ha adueñado de la pompa y piedad que lo exultaban en fiestas memorables; el Viernes Santo, de nutridas procesiones; y el Sábado de Gloria, con sus largos rituales sugerentes. Pero los días felices de las opulentas primicias que hicieron famosa esta jurisdicción eclesiástica, sueño dorado de sacerdotes sin fortuna, han pasado ya por la decadencia de la piedad religiosa o por la miseria o por mezcla de ambas cosas, probablemente. Las diversiones más socorridas de nuestros campesinos son las jugadas de gallos y el baile. Se transportan largas distancias, con su gallo en la mano, para echar su pelea, ordinariamente
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 242
21/05/2009 12:05:48 p.m.
Apéndice 1
243
con apuesta escasa. A los que meten mucho dinero a la pata de un gallo se les llama buenos tercios. Estos no abundan, pero son citados elogiosamente como hombres que no les duele perder la plata. Invierten tiempo y ponen mucho es mero en alistar sus gallos antes de jugarlos. La pasión los lleva a la infracción de la ley, prohibidas en los campos las jugadas, se internan monte adentro a verificarlas. Sorprendidos por los agentes del orden público, se someten pacíficamente a la ac ción represiva del juzgado policial. No sólo el juego de gallos apasiona a nuestros campesinos, también les arrastra, al extremo de confrontar las prohibiciones legales, el juego de barajas o talla y el de dados; pero la mayoría no rinde culto y se dedican más bien jugadores de oficio. Como las casas o bohíos son de salas poco espaciosas, los bailes se celebran en enramadas preparadas para ese fin con adherencia a uno de los frentes del bohío. La música generalmente la forman un balsié, un acordeón, un güiro y un pandero. Las piezas bailables son el carabiné o ron y la mangulina. Para bailar el carabiné los bailadores toman su pareja con la mano derecha y al son de la música describen un círculo caminando rítmicamente sobre la misma mano; luego ese mismo círculo se mueve hacia la izquierda; cada bailador suelta su pareja y baila por delante de su vecina de la derecha que hace lo mismo; le da una vuelta tomándola de la mano, y vuelve sobre su pareja a formar la cadena armoniosa del baile; luego se deshace de ella y baila con todas las parejas los movimientos y, cuando cada uno ha reconquistado su pareja, termina la pieza tomándose todos los bailadores de las manos circularmente. Este baile es dirigido por un bastonero que lo organiza por número determinado de parejas. Uno de los bailadores indica, con un canto, cuándo debe hacerse cada movimiento. Los hay encantadores por la gracia de sus cantos. Hay, asimismo, bailadores muy divertidos y figureros. El baile en sí es animador y excitante y si los músicos son buenos y cantan a la vez que tocan piezas, el entusiasmo se hace delirante. La mangulina es de una música más lenta, menos excitadora, y se baila como la danza a la cual se parece. Se toca siempre después del ron como la danza sigue generalmente al valse.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 243
21/05/2009 12:05:48 p.m.
244
Angel Moreta
Nuestros campesinos viven en casas construidas de tablas de palma y en bohíos de tejamaní embadurnados de todo y blanqueados luego: pero el tejamaní solamente se usa por los muy pobres o en aquellas secciones en que no hay tablas y re sulta muy costosa su adquisición. Los enseres domésticos se componen de sillas criollas, mesas de madera, juegos de platos y tazas y tácitas de loza, cubiertos, calderos, ollas de barro, tinajas, güiros, bangañas, cucharas, sacadores de agua, hechos del fruto del higüero, etc. Sólo los muy infelices o los muy miserables carecen de estas pequeñas comodidades. Los hombres duermen generalmente en hamacas de tela, las mujeres en catres o barbacoas con colchones de algodón o de guajacal pero el uso de la barbacoa ha quedado reducido a cierta clase de gente inferior. Se alumbran con lámparas corrientes o con lamparitas de hojalata, llamadas jumeadoras, o con hachos de pino, que le dicen cuaba. Adornan sus casas con láminas y retratos recortados de periódicos y puede verse en la sala (las casas generalmente son de dos divisiones) una mesa con su carpeta y encima de ella los vasos y las tacitas de café esmeradamente limpios. No es extraño que en aquellas casas de personas acomodadas que están más en contacto con la ciudad, se vean flamantes camas de hierro, sillas y mecedoras de lustre (extranjera). Para trabajar visten de fuerte azul y determinados actos, visten de dril o casimir y calzan buenos zapatos como cualquier ciudadano. Las familias por el matrimonio. Cuando dos jóvenes se dan palabra de cariño, los padres conciertan el enlace que, por lo general, se verifica cuando el mozo ha construido su casa y conuco. Las nupcias son un verdadero acontecimiento. Son invitados todos los miembros de la familia y todos los amigos en muchas leguas a la redonda y ese día los desposados y sus acompañantes lucen sus mejores trajes y los caballos de más brío y renombre, galanamente enjaezados. Verificada la boda en el pueblo, retornan al lugar de procedencia, y allí la noche transcurre entre libaciones, comilonas y baila. Pero predomina el amancebamiento. Es la forma de establecer familia socorrida por los que no pueden afrontar los gastos matrimoniales. En estos casos los padres y los galanes raptores se entienden
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 244
21/05/2009 12:05:48 p.m.
Apéndice 1
245
familiarmente. Hay don juanes rurales que reparten su amor hasta en una docena de mancebas y que cuentan con descendencia ilegítima de cuarenta y más hijos. A decir verdad en el país existe de hecho la poligamia. Para cercar sus tumbas (desmontes) y hacer la siembra y la recolección practican los principios cooperativos. El interesado invita a los vecinos y todos acuden, abandonando sus propias labores, a dar la ayuda solicitada que no tiene otra retribución que la abundante comida y el aguardiente que consumen durante el trabajo. Esas juntas toman el nombre de convite. Los amigos se consideran obligados a asistir al velorio, enterramiento y último rezo del amigo muerto. Cuando la desgracia noticia circula a tiempo acuden de todos los puntos cardinales al velorio. El que no ha podido asistir al velorio, va sin falta al rezo. En los velorios, que generalmente duran de un día para otro, se sacrifican reses o cerdos que se destinan a hacer comida para los concurrentes que, además, son obsequiados con ron, vino, licores, café, jengibre, cigarros y cigarrillos. La noche se pasa entre cuentos, adivinanzas y juegos de brisca y dados (este último está prohibido hoy), mientras un sordo e ininterrumpido murmullo advierte que los que rodean al cadáver rezan por el alma del difunto. A la hora de sacar el cadáver para conducirlo al cementerio, darán con él tres vueltas a la casa. Esta es la despedida del muerto. Es creencia fundada que si no se hace eso, el muerto quedará rondando la casa y perturbando la paz de la familia. Se cuentan al respecto historias no por fúnebres menos divertidas. Esta costumbre, de origen haitiano, va desapareciendo. El último rezo se verifica el noveno día del enterramiento. Ese día termina el rincón. Para recibir a la enorme concurrencia procedente de todas partes, se hacen grandes preparativos: comidas y bebidas en abundancia. Hay ocasiones en que se liba tanto, que el acto funerario termina en una parranda. Se repiten las mismas escenas del velorio: cuentos, adivinanzas, juego, brindis, etc. A los velorios de los niñitos, que son aprovechados para diversiones (tocar, cantar décimas, jugar, enamorarse, etc), se les llama baquiní. Hay parrandas de estas que duran dos y tres
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 245
21/05/2009 12:05:49 p.m.
246
Angel Moreta
días con el muertico en andas. Las mujeres, mientras el luto es riguroso, visten de negro y se cubren la cabeza con paños blancos. Creen nuestros campesinos que los muertos salen y las ánimas en pena. Estas se manifiestan en las exhalaciones que cruzan fugazmente por la atmósfera y que les hacen santiguarse exclamando: «Dios la lleve a buen lugar». En otro tiempo (todas las sencillas costumbres tradicionales van desapareciendo), el 24 de junio, día del patrono de San Juan, afluían a la villa jinetes y amazonas de todos los campos y por las empolvadas calles fatigaban, en carreras tendidas, haciendo alarde de su intrepidez y pericia hípicas, los más airosos brindones de buena sangre. La costumbre perdura, principalmente en los campos, pero en decadencia. También perduran aunque sin la pomposidad de otros tiempos, las corridas de burros en honor de San Pedro. Ese día los muchachos aparejan sus burros desde mediodía y se van de juerga para festejar al llevero celeste. Existe, con carácter religioso, la Hermandad del Espíritu Santo, la cual tiene la mayoría de sus afiliados en la sección del Batey, de habitantes de raza negra. La celebración del Espíritu Santo comienza con siete viernes de anticipación. Cada viernes se tocan los palos o juambeses (especie de balsié de gran tamaño) y a su sonido y al del canto que le acompaña, parejas escogidas trenzan un baile bárbaro, provocativo y sensual, en el cual el hombre es perseguido furiosamente por la mujer, que le hace mil contorsiones y figuras, hasta que termina cuando el perseguido es atrapado en callejón sin salida, en el círculo de espectadores previamente formado, por su ardorosa y ágil perseguidora. El día del Espíritu Santo la Hermandad concurre a misa y durante la celebración de los oficios se tocan los palos. Cuando un afiliado muere, se tocan también en la casa del muerto y en la iglesia durante los actos fúnebres. De color religioso, asimismo, son las velaciones, noches de vela y penitencias. Tanto para las velaciones como para las noches de vela se erige un altar en el cual se coloca el Santo de la devoción entre cirios encendidos, y alrededor se congregan los rezadores. La velación es de día y durante ella solamente se reza. En las noches de vela se reza y se canta. Tienen aspecto
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 246
21/05/2009 12:05:49 p.m.
Apéndice 1
247
festivo. Los mozos rusticanos se desviven por estos actos que les permiten amoríos. Se celebran en cumplimiento de alguna promesa, generalmente hecha por la conservación de la vida de algún miembro de la familia o amigo, puesta en peligro por enfermedad. Las penitencias son promesas también; pero más comúnmente tendientes a recabar la misericordia de Dios a causa de algún fenómeno natural como temblores, terremotos, aparición de algún cometa, sequía prolongada. En estos casos es costumbre transportarse a grandes distancias con piedras en la cabeza para depositarlas en sitio determinado. De ahí que en casi todos los vecindarios rurales existan cruces rodeadas de centenares de piedras, las cuales sirven de punto de congregación para la celebración de esas penitencias. Las fiestas de la cruz, en honor de la Santísima Cruz, tienen lugar durante todo el mes de mayo. Un altar con la imagen venerada y cuajado de luces y de flores, congrega a los devotos que entonan a todo pulmón salves que casi siempre rematan con este estribillo: Santísima, Santísima Cruz de Mayo, señora eh... Los festivales de cada noche tiene sus abanderados que los hacen más rumbosos obsequiando licores, dulces, etc. En estas fiestas se come, se bebe, se hacen conquistas amorosas y gozan del favor de todos aquellos que andan a caza de aventuras donjuanescas. Para curar sus enfermedades los campesinos apelan generalmente a dos medios: a las botellas y bebedizos de los curanderos y curanderas rurales y las artimañas, llenas de misterio, del bocó. El bocó es el curado de guangá. Para los ignaros campesinos todas aquellas enfermedades que no pueden ser combatidas por los curanderos habituales, tienen su origen en el guangá y no son curables sino por quien sabe contrarrestar sus efectos. Hoy en día, sin embargo, la mayoría llama al médico y sin duda todo el mundo lo llamará si su ciencia estuviera al alcance de todos los bolsillos. Esta común es extensa, tiene pocos médicos y el transporte de ellos al campo cuesta caro.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 247
21/05/2009 12:05:49 p.m.
248
Angel Moreta
El resultado es que sólo los que tienen algo de que disponer solicitan sus servicios. Durante los últimos quince años, en el ánimo de muchos de nuestros campesinos, y aún de muchos campesinos de esta región y de otros lugares del país, ha adquirido proporciones de taumaturgo Olivorio Mateo, habitante de la sección de La Maguana. De entonces acá, por los descreídos, que son los más, Olivorio Mateo ha sido consagrado con el mote irónico de dios Olivorio. Para su: adeptos Olivorio Mateo es el Maestro. ¿Quién es Olivorio Mateo? ¿Qué influencia ha tenido en las sencillas costumbres de nuestros campesinos? Hasta que apareció llamando la atención de la gente, Olivorio había sido un campesino insignificante, pobre jornalero, en quien se podían notar indicios de anormalidad cerebral. Solía desaparecer algunas veces e internarse en los montes vecinos. Un día, tras larga ausencia, se apareció con un cordón anudado en la frente contando una historia curiosa, mágica. Jinete en un caballo amarillo como el oro había estado de visita por los países celestes en los cuales el buen dios le había recibido amablemente y armándole de las virtudes sobrenaturales de que se mostraba poseedor. A un pobre diablo se le ocurrió atragantarse con un pedazo de cuero frito. Olivorio fue llamado y con un simple masaje externo le desatoró. Para aquellos infelices ignorantes, eso era maravilloso. La fama de Olivorio comenzó a crecer como las pompas de jabón. La curiosidad llevó a mucha gente a conocerlo. Otra mucha, generalmente de inconducta notoria y forastera, se acampó allí para gozar de las delicias de la vida desordenada que se inició. A poco Olivorio era motivo de preocupación para las autoridades locales por los individuos diversos que le rodeaban y que en un momento dado podían ser agentes de perturbación del orden público. Fue capturado y condenado a RD$5.00 de multa por ejercer indebidamente la medicina. Cuando fue puesto en libertad, su crédito se hizo más extenso y sus acompañantes aumentaron a favor de la intranquilidad pública reinante que les permitió gozar de impunidad A raíz de la Ocupación, en los días del desarme, se adelantaron a desarmar a algunos campesinos y por su parte se negaron a entregar las armas.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 248
21/05/2009 12:05:49 p.m.
Apéndice 1
249
Perseguidos y batidos, desde entonces Olivorio anda prófugo por las lomas con un pequeño grupo de adeptos que nunca le ha desamparado. Toda persecución ha sido inútil. Es el monarca de las escarpadas lomas que le brindan seguro asilo. Olivorio en sí es nadie. Un hombre que comúnmente está borracho y que al hablar con él da la impresión de un loco. Salvo algunos agravios al pudor femenino y cierta holgazanería fomentada por algunos duchos que explotaban aquella agrupación fanatizada, bajo la dirección del santomero Juan Samuel, hábil en prácticas espiritistas, la influencia de Olivorio Mateo en nuestras masas rurales ha sido nula. Pero es un tipo curioso de nuestro medio, interesante por la multitud de personas que le ha rodeado, creyéndole un enviado de Dios, y no podía ser eliminado de estas notas.2
2 Poco tiempo después Olivorio fue traicionado por un compañero y muerto por la fuerza pública en lo que se llamó un combate. Su cadáver fue llevado a la población de San Juan y enterrado en su cementerio.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 249
21/05/2009 12:05:49 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 250
21/05/2009 12:05:49 p.m.
Apéndice 2. El caudillismo regional
Rasgos biográficos del general José del Carmen Ramírez (Carmito)1 José del Carmen Ramírez fue inquieto al amanecer su juven tud y pretendió abandonar la casa paterna para incorporarse a la guerra que peleaba Cuba por su independencia. Su padre, el general Wenceslao Ramírez, jefe de las Fronteras, se lo envió a su compadre Lilís para que le enfriara el ardimiento guerrero. Lilís le incorporó a su Estado Mayor y le aconsejó que estudiase que era lo que deseaba su compadre Wenceslao. El sanjuanero Carmito se inscribió en la Escuela Central que dirigía don Manuel de Jesús de Peña y Reynoso y se graduó de maestro. Fue profesor en el colegio Santo Tomás. Fundó asociaciones literarias con sus inteligentes compañeros de aulas. Tuvo oportunidad de presidir con mesura, sesiones tormentosas en momentos de discusiones apasionadas. Estuvo a punto de vérselas con su protector Lilís por debilidades amorosas indiscretas con una de sus amantes. Finalmente, se hizo agrimensor y se volvió a San Juan a ejercer su profesión en una comarca donde la mayor parte de las tierras eran comuneras y sus dueños andaban a caza de quien se las mensurara. Pudo hacerse rico; pero era desinteresado y dadivoso. Era horacista y se halló 1 Víctor Garrido, En la ruta de mi vida, capítulo III, Santo Domingo, 1970, pp. 65-66.
– 251 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 251
21/05/2009 12:05:49 p.m.
252
Angel Moreta
como otros jóvenes sanjuaneros horacistas en el sitio a la capital de Santo Domingo cuando murieron heroicamente Aquiles Álvarez y Casimiro Cordero y que terminó en una desbandada general de cobardía. Era heredero del patrimonio político de su padre. Su profesión le granjeaba amigos. Estaba destinado a ser general y político y no lo sabía, aunque le repugnaban las dictaduras porque era hombre de principios que creía en la libertad y el derecho. Odiaba la crueldad y era generoso. El 19 de noviembre de 1911, murió el presidente Cáceres y Alfredo Victoria se adueñó por la fuerza del poder. Hizo que el Congreso eligiera a su tío Eladio Victoria presidente interino y luego convocó los colegios electorales para que lo eligieran definitivamente. Las fuerzas políticas del país atropelladas por Alfredo Victoria se sublevaron. La Revolución estalló por todas partes. El pacífico Carmito Ramírez despertó de su éxtasis, su indiferencia se vino al suelo y respondió al llamamiento nacional. Se fue a Haití y se juntó con Luis Felipe Vidal, uno de los autores prófugos del 19 de noviembre. Se graduaron de generales en la escuela de la rebeldía encrespada contra el gobierno tiránico de los Victoria y levantaron la Revolución del Sur donde no se peleaba desde los Seis Años. Esta Revolución peleó en Sabana Mula, en Bánica, en Las Matas de Farfán, en el Naranjo, en El Cercado, en Los Palos de Burro, en La Laguna, en San Juan, en Azua, y venció. Era el año 1912. Luego en el año 1914 peleó en Baní, Las Tablas, Paya, Sombrero, Boca Canasta, Honduras y La Fe, durante la guerra contra Bordas Valdés, y venció. El general Carmito Ramírez, revolucionario sureño, era ya político de estatura nacional. El huracán de la Ocupación Militar azotó la República derribando encimas respetables. El general Carmito Ramírez fue metido en cárcel durante nueve meses, donde sus carceleros le sometían de cuando en cuando a pan y agua para castigar su altivez patriótica. La llama nacionalista no se apagó en su pecho. Cuan do desapareció la intervención militar volvió a la lucha política. Fue Gobernador de provincia, fue Secretario de Estado, fue Comisionado en el Sur, fue Comisionado en el Este, fue Diputado, fue Senador y, por encima de todo, fue un hombre bueno y desprendido que todo el mundo amaba, por su
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 252
21/05/2009 12:05:49 p.m.
Apéndice 2
253
irradiante simpatía personal. Del general Carmito únicamente puede decirse que careció de iniciativa y de ambición para lanzarse a la conquista del poder en un país donde triunfan solamente las garras. Él nació en 1878 en Caralinda, jurisdicción de Las Matas de Farfán, hijo del general Wenceslao Ramírez y doña María Olegario Carrasco, y murió en New York el 21 de junio de 1956. Tenía 78 años. (p. 65 y ss.) El coronel Bears en San Juan2 En la primavera del 1917 el Gobierno Militar decidió extinguir el foco de anormalidad que mantenía encendido, desde muchos años antes, el llamado dios Olivorio y destacó sobre San Juan como jefe de operaciones al coronel Bears quien llegó precedido de una fama que no le favorecía. Las fuerzas de la Guardia Republicana con que debía operar se adelantaron y llegaron a la ciudad por el camino de Azua, comandadas por el coronel Buenaventura Cabral, después de un buen descanso en Mijo, en la hacienda del general Wenceslao Ramírez, quien enterado de los acontecimientos que se avecinaban se trasladó a la población a esperar su desenvolvimiento. Un poco más tarde, a través de la Cordillera Central, por el camino de San José de Las Matas, llegaron a San Juan tropas del cuerpo de marina invasor. Cuando el coronel Bears llegó, lo primero que dispuso fue reunir en la sala del Ayuntamiento a todos los hombres de la población. Él llegó a San Juan animado de propósitos hostiles porque las intrigas de algunos dominicanos le habían informado que detrás de dios Olivorio estaba el general Carmito Ramírez, dirigente del Partido Legalista. Él expu so en la reunión a lo que iba y pidió cooperación. El general Wenceslao Ramírez, un viejo y sabio capitán de la región, se la ofreció en nombre de todos y también acompañarle en la ofensiva contra Olivorio, a pesar de sus años. Olivorio estaba en las lomas de Naranjo, cuando Bears preguntó si había en la ciudad quien le hiciera un plano del lugar donde moraba 2 V. Garrido, En la ruta, capítulo IV, pp. 130-104.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 253
21/05/2009 12:05:49 p.m.
254
Angel Moreta
Olivorio; el general Wenceslao le dijo que su hijo Carmito podía hacérselo. El coronel Bears, asombrado exclamó: «me habían informado que el general Carmito era un bandido». Se le dijo que lo hicieron víctima de una mala e interesada información porque el general Carmito no era un bandido sino un prestigioso profesional. Se le hizo el plano y cuando se resolvió atacar a Olivorio, el general Carmito, enterado de que su anciano padre había resuelto correr el riesgo de acompañarlo, decidió no abandonar a su padre. Se atacó a Olivorio, un infeliz campesino a quien habían endiosado la ignorancia y el fanatismo, y como era de esperarse fue desalojado y dispersado. El general Wenceslao ganó la confianza del coronel Bears y éste, que había llegado a San Juan con la funesta idea de hacer un campo de concentración para en cerrar los habitantes que residiesen en la zona norte y este de la común, así como de otras no menos negativas, desistió de sus proyectos y confió la normalización de la común al general Wenceslao quien salvó a San Juan de los graves sucesos que le amenazaban, provocados por las intrigas políticas de malos dominicanos. El dios Olivorio, huyendo entre las lomas perseguido sin cesar por el teniente de la Guardia Republicana, el sanjuanero Esteban Luna, y traicionado por algún compañero, fue asaltado y muerto algún tiempo después. Su cadáver, llevado en una parihuela a la población fue exhibido frente a la Comandancia de Armas debajo de un flamboyán. Se le dio sepultura en el cementerio local y con su muerte se extinguió el «oliborismo». (p. 103 y ss.). Prisión del general Carmito Ramírez3 El blanco en San Juan de las intrigas malévolas de sus adversarios políticos y de la desconfianza de los ocupantes era el general Carmito Ramírez. El general Carmito, con su inmenso prestigio en la región era sin duda el amo del Sur. Era un intelectual y un profesional. Un hombre de principios 3 V. Garrido, En la ruta, capítulo IV, pp. 109-111.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 254
21/05/2009 12:05:49 p.m.
Apéndice 2
255
democráticos y amante de su patria, capaz de combatir al invasor intruso con las armas en la mano si hubiese dedicado a su trabajo en acatamiento de la consigna de cordura proclamada como fórmula de conveniencia nacional por los mismos políticos que con sus desaciertos y pasiones partidarias habían hundido la República en la noche de la Ocupación Militar. Sin embargo, los agentes de la autoridad militar americana, impresionados por los informes adversos de indignos dominicanos que llegaron a pintarle al general Carmito como un bandido que mantenía la amenaza oliborista en la zona rural de la común de San Juan, un día le echaron mano y lo recluyeron durante nueve meses como prisionero peligroso en la cárcel de la Fortaleza Ozama. ¿Qué pretexto hallaron para encarce larlo? En los días de su aprisionamiento se comentó que él recibía armas de procedencia alemana para un alzamiento en combinación con elementos del Cibao y a la vez otra versión decía que el general Carmito había dirigido una circular a sus amigos a principios de la invasión y que habiéndose robado una noche en su oficina una copia de esa circular, le fue cambiada la fecha por otra reciente, y enviada al Gobierno por tres vías distintas para impresionarle desfavorablemente contra el general Carmito. Lo cierto era que el tiempo transcurría y que el general Carmito permanecía en la cárcel. Su padre el general Wenceslao Ramírez, decidió verse con el gobernador militar Snowden para averiguar la causa de la prisi6n de su hijo, y con esa finalidad se trasladó a la capital en donde logró entrevistarse con el Gobernador. Fue una entrevista dramática entre un hombre que demandaba justicia y otro hombre que representaba el tremendo poder de la nación sojuzgadora de nuestra soberanía. El general Wenceslao dijo al Almirante: «Soy antiamericano: pero he cooperado con Uds. creyendo que venían a enseñarnos a vivir de manera distinta a como hemos vivido. Deseo saber por qué está preso mi hijo». «De qué se asombra», respondió el Almirante. «Hemos hecho con su hijo lo que ustedes acostumbran a hacer»; a lo que el general Wenceslao contestó reprimiendo su desagrado: «Yo creí que ustedes habían venido a enseñarnos a vivir de otro modo; pero si es para hacer lo mismo que nosotros hacemos y peor
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 255
21/05/2009 12:05:50 p.m.
256
Angel Moreta
que nosotros, no tenían a qué venir». Esta expresiva respuesta impresionó al Almirante y a los funcionarios militares que le acompañaban y el Almirante invitó al general Wenceslao para una nueva entrevista en la mañana del día siguiente. El General se presentó a la hora indicada y el Almirante lo recibió con estas palabras: «He pensado acerca de lo que Ud. me dijo ayer; usted tiene razón. He ordenado que le entreguen a su hijo. Le agradezco la cooperación que nos está prestando en el Sur con su influencia». (p. 109). Concesión de agua a The Barahona Company4 El 24 de marzo de 1917, The Barahona Company, Inc., fue autorizada a gozar «de las franquicias acordadas a las empresas agrícolas por la Ley de Franquicias agrarias del 26 de junio de 1911»; y el 27 de enero de 1919 solicitó permiso para tomar agua del río Yaque del Sur «hasta la cantidad de 21 metros cúbicos por segundo con el fin de irrigar sus tierras ubicadas en la provincia de Barahona». El Gobierno Militar el 31 de julio de 1919 accedió a lo pedido autorizando a The Barahona Company, Inc., «a tomar agua a razón de no menos de un litro por segundo para cada hectárea, hasta el monto total de no más de 21 metros cúbicos por segundo del río Yaque del Sur para irrigar sus tierras», sujeta la compañía a diversas responsabilidades y condiciones que se puntualizan en la resolución por la cual se le otorgó el permiso. Esta resolución la entendió a su acomodo la compañía y pretendió aplicarla no sólo al Yaque del Sur, sino también a sus afluentes los ríos Las Cuevas, Río Enmedio y San Juan, aguijoneada por la ambición de asegurarse sus 21 metros cúbicos de agua por segundo, aunque perdiesen sus propietarios los habitantes de la cuenca del Yaque del Sur. Los agrimensores de la compañía comenzaron su trabajo de evaluación de las aguas penetrando sin ningún miramiento en las propiedades ajenas ubicadas en las márgenes del Yaque y cundió el temor y el clamor de protesta de los campesinos perjudicados. 4 V. Garrido, En la ruta, capítulo IV, pp. 111-113.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 256
21/05/2009 12:05:50 p.m.
Apéndice 2
257
Esta situación conflictiva creada por una compañía extran jera favorecida por una resolución emanada de un gobierno militar extraño que se había incautado de nuestro territorio por el empleo abusivo de la fuerza, alarmó a la común de San Juan que se consideró amenazada en sus esencias vitales si se la despoja de las aguas de sus ríos. En presencia de estos infortunados acontecimientos, el general Wenceslao Ramírez, para esos momentos el hombre del Sur más influyente en los círculos gubernamentales por sus servicios prestados a los ocupantes en interés del mantenimiento del orden público y del sosiego de la familia sureña, tan indignada por el atropello cometido contra nuestra soberanía como el resto de la República, se dirigió por telegrama al Gobernador de turno en el Palacio Nacional, haciéndole saber que no le respondía de la paz en el Sur si The Barahona Company, Inc., no sus pendía sus abusos contra las propiedades de los campesinos de la región. También se constituyó un Comité de Defensa de las Aguas del Sur integrado por todas las personas importantes de la población de San Juan, el cual preparó un memorial en español e inglés destinado al Gobernador Militar. Para la entrega de este documento a su destinatario, fue designada una comisión que integraron los señores E. O. Garrido Puello, su presidente, y el Dr. Alejandro Cabral y don Carlos Marranzini, quienes se entrevistaron con el gobernador Robinson y le expusieron el contenido del memorial y la gravedad de los hechos que venían sucediéndose. El Almirante oyó con simpatía la exposición de los representativos sanjuaneros y les prometió una visita a San Juan para resolver lo procedente sobre el campo mismo de los sucesos. Tal como lo había ofrecido, el Almirante fue a San Juan unos días después y en una conferencia celebrada en el local de la suprimida jefatura comunal con los componentes del Comité de Defensa y otros elementos de la ciudad, se discutió nuevamente la situación. Ante la actitud franca y responsable de los representantes más caracterizados de la común que reclamaban que su caso fuera decidido con imparcialidad y justicia, parece que el gobierno ocupante tomó providencias encaminadas a la cesación de los excesos pues el estado de cosas imperantes desapareció, devolviendo
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 257
21/05/2009 12:05:50 p.m.
258
Angel Moreta
la tranquilidad a los ánimos afectados por los atropellos de The Barahona Company, Inc. Después de la desocupación militar, el gobierno del presidente Vásquez modificó dicha re solución reduciendo la cantidad de metros cúbicos por segundo de que podía disponer dicha empresa.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 258
21/05/2009 12:05:50 p.m.
Apéndice 3. Materiales históricos previos e ideas para la investigación de las clases sociales en las estructuras agrarias del Suroeste (SJM). Aspectos técnicos y metodológicos1 Introducción El desarrollo de una investigación social con trabajo de campo en nuestro país, tiene dificultades ilimitadas, de tipo material y espiritual. Material, por cuanto sale costosa y es difícil conseguir apoyo de instituciones o personas. Espiritual, porque, al no tener tradición de investigación de campo, no disponemos todavía hoy de caracterizaciones generalizadoras acerca del campesinado, el proletariado agrícola y las clases sociales rurales de nuestra formación social. El trabajo crítico realizado en el país en el área de sociología agraria ha sido muy importante, aunque hay que reconocer que el mismo se ha efectuado principalmente sobre la base de documentos (censos, estadísticas y memorias, etc.), y no de la experiencia viva, como en otros países de América Latina.2 Solemos hablar de las posibilidades políticas y de la 1 Propuesta de investigación de Angel Moreta, Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, CERESD-UASD, Santo Domingo, 1986. 2 José Ricardo Roques, Sociología rural dominicana, Santo Domingo, mayo de 1980. El autor elabora una revisión panorámica general interesante acerca de la documentación bibliográfica más relevante existente sobre la
– 259 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 259
21/05/2009 12:05:50 p.m.
260
Angel Moreta
organización del proletariado agrícola y del campesinado, de la ideología de la burguesía agraria o industrial, de las clases rurales, pero todo ello lo hacemos fundamentalmente sobre una base documentalista. Me inscribo entre aquellos que piensan que es necesario de que las ciencias sociales en República Dominicana dejen cierto nivel especulativo en que se han mantenido y den un paso de avance en dirección al conocimiento de los procesos sociales en forma viva. Ello no sugiere la puesta en acción de una práctica ciega y ateórica de carácter empirista. Al contrario, considero que cada problema objeto de investigación tiene que ser sustanciado integralmente en términos de un cuerpo teórico, pero no para que éste dictamine cómo tienen que comportarse los hechos, sino para que los hechos digan cómo se comporta la teoría. No para que la realidad brote de los conceptos o que sea «leída» con los conceptos, sino para que los conceptos broten de la realidad o sean leídos con ella. En este sentido, partimos necesariamente de algunos planteos teóricos en torno al fenómeno de la proletarización rural, pero tendrá que ser la práctica misma, sinuosa y difícil, la que irá sugiriendo particularizaciones que no estaban contempladas en las categorías. Cada fenómeno social tiene sus particularidades históricas de acuerdo con el contexto en que se insertan. A menudo pensamos la realidad según «esquemas», sin sopesar que éstos son obstáculos al conocimiento. Pensamos, por ejemplo, esquemáticamente en las clases: burguesía y proletariado, sin buscar la variedad de figuras socioeconómicas que las componen concretamente en cada región y la articulación específica que se produce entre ellas. Con esa actitud cerramos para la posibilidad de comprender las distintas clases que en un momento histórico determinado
agricultura dominicana. Una lectura aún somera de esta exposición mostrará la tendencia a que hacemos alusión. El apéndice de Carlos Dore, «Breve revisión bibliográfica sobre estructura agraria dominicana», incluida en su libro Problemas de estructura agraria do minicana, Santo Domingo, 1978, recoge, asimismo, en forma de listado, la documentación importante sobre estructura agraria dominicana.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 260
21/05/2009 12:05:50 p.m.
Apéndice 3
261
y en una microformación social dada actúan en el proceso de producción y circulación.3 Consideramos que estudios concretos de las relaciones de producción en la agricultura dominicana pueden aportar al conocimiento de las clases rurales, capitalistas y rentistas, como del campesinado y del proletariado agrícola. Sobre estas últimas no sabemos más que algunas determinaciones especulativas generales, carecemos de generalizaciones que estimulen y que en la práctica ayuden a formular ideas acerca de cómo debiera darse la organización del campesinado y del proletariado y cual debiera ser el sentido particular de sus luchas políticas, económicas e ideológicas. Planteamiento y determinación del objeto de la investigación
El presente material se plantea realizar un estudio concreto, con trabajo de campo prolongado y con una base teórica específica, sobre procesos de proletarización y desarrollo del capitalismo en una zona importante de la agricultura del Suroeste, la provincia de San Juan de la Maguana, la más grande y de mayor población de la región. Ello envuelve el estudio de la dinámica que conduce a la generación del proletariado agrícola, las condiciones y mecanismos de su reproducción social, sus relaciones estructurales en el campesinado, la burguesía agraria y la clase rentista; y los aspectos superestructurales, las formas de conciencia política 3
El romper estos esquemas paralizantes, por ejemplo, permitió llevar recientemente en nuestra investigación, a una formulación más o menos hipotética, pero con fundamento en la observación concreta, de la organización de las clases sociales en la agricultura de San Juan de Maguana, a la cual nos referimos en la hipótesis. «Yo creo que jamás hubiese podido formular un esquema de clases, transitorio por los demás, sin desarrollar un proceso concreto de observación.» En este sentido, preciso es que se puede afirmar, que los conceptos brotan de lo real, y no lo contrario; y que el trabajo de campo es una necesidad si de veras queremos avanzar más de lo que hemos hecho hasta ahora en el conocimiento de nuestra realidad concreta. Tal esquema hipotético será profundizado ampliamente en la investigación a desarrollarse en este proyecto.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 261
21/05/2009 12:05:50 p.m.
262
Angel Moreta
e ideológica que median el comportamiento de esta clase dominada y de otras clases sociales. Es de fundamental importancia el análisis concreto de la situación global de las economías campesinas y del carácter de su vínculo estructural con el capitalismo de la región, para comprender, no sólo las formas de explotación del trabajo campesino y el proceso específico de valorización del capital en base a ellas, sino el proceso de conformación del proletariado agrícola. En nuestro encuadramiento teórico, la proletarización es resultante del proceso de separación de los trabajadores de sus medios de producción y su incorporación al régimen salarial, donde producen plusvalor; este fenómeno va siempre precedido de procesos de descampesinización y ambos en conjunto tienen que ser comprendidos en relación con el funcionamiento y expansión del capital en la agricultura. Por tanto, en esta perspectiva se incluye fundamentalmente la observación de las condiciones históricas específicas de las economías campesinas, del desarrollo del capitalismo y de las clases sociales vinculadas a la agricultura en la zona investigada de que se trate. La investigación privilegiará estos elementos concretos, sugeridos no sólo por la perspectiva teórica, sino también por una experiencia preliminar de campo que se ha venido realizando. Esta última muestra, en efecto, que no es posible analizar procesos de proletarización en el agro sin entender previamente a la dinámica que se produce en la relación de las economías campesinas con el desarrollo del capitalismo; y éste último, a su vez, remite necesariamente a la investigación de las clases rurales en la zona concreta en que el observador se encuentre estudiando aquel fenómeno. Por tanto, la práctica misma de investigación convalida un entramado que ya está relacionado en la teoría. Y el proletariado agrícola aparecerá como una clase social que no puede ser estudiada de manera inmanente, sino en sus interrelaciones y subordinaciones con las demás clases sociales de esa zona; para comprenderlo y explicarlo mejor, hay que ver la serie de vinculaciones con el campesinado, la burguesía agraria y los rentistas terratenientes, pues donde hay proletariado agrícola
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 262
21/05/2009 12:05:50 p.m.
Apéndice 3
263
tiene que haber necesariamente capitalismo agrario: son dos polos de una misma contradicción. Es una tarea de gran importancia hacer fino el análisis para descubrir concretamente los distintos elementos que lo constituyen localmente, cada uno con características económicas e ideológicas diferentes. Pensamos con frecuencia que el proletariado rural, al igual que el campesinado, forma un todo homogéneo, y no es así. Por ello, no puede ser a partir de los censos y estadísticas, mediante un procedimiento puramente deductivo, como vamos a establecer capas y sectores de esta clase, sino a través de la observación concreta. Al hablar del proletariado agrícola generalmente pensamos en obreros como los braceros de la caña, por ejemplo, sin sospechar que hay una complejidad correspondiente a un fenómeno más rico que las esquematizaciones corrientes que obstaculizan su conocimiento.4 El proletariado agrícola es una clase compleja y heterogénea, que incluye una variedad de figuras socioeconómicas, con condiciones de reproducción y comportamientos ideológicos sumamente diferentes: desde el obrero agrícola que se reproduce exclusivamente con el salario hasta trabajadores que combinan ésta con su participación directa estacional en la producción parcelaria. Subsunción del trabajo al capital En análisis de la relación específica de las economías campesinas y el capitalismo, necesario para estudiar el proceso de proletarización agrícola, el concepto de subsunción del trabajo al capital, expuesto por Marx en el Capítulo VI inédito, es de gran importancia. Permite comprender el vínculo de asimilación de formas no capitalista a la racionalidad del modo de producción dominante y que la reproducción de esas formas depende completamente de su subsunción a las leyes que rigen la reproducción del modo de producción en su conjunto. 4 Luisa Paré y otros, Polémica sobre las clases sociales en el campo mexicano, México, 1979; Héctor Díaz Polanco, Agricultura y sociedad en el Bajío, México, 1984.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 263
21/05/2009 12:05:50 p.m.
264
Angel Moreta
Si bien Marx lo aplicó a situaciones en que el capital pasa a controlar directamente el proceso productivo, se ha aplicado también a casos en los cuales se verifique un proceso de explotación del trabajo por el capital en sentido general. El carácter decisivo de la subsunción en su aspecto formal es que la lógica del valor de cambio se impone sobre el valor de uso y la fuerza de trabajo se transforma en mercancía. Desde esta óptica la subsunción se puede comprender como subordinación al capital del sistema campesino, a través del mercado como esfera de dominación controlada por el capitalismo.5 La subsunción de la producción campesina asume diversas formas, pero la más nítida es la subordinación al mercado de bienes y de dinero, y al mercado de trabajo. El mercado es una esfera de dominación de las formas no capitalistas por el capital, esfera a la cual se subsume para lograr su propia reproducción. Una lógica de intercambio desigual se instala en el vínculo del campesinado con el mercado capitalista con importantes consecuencias para la proletarización de la fuerza de trabajo en la agricultura, pues dicho vínculo se traduce en una permanente desacumulación de la producción campesina a favor del capital global en su conjunto. El campesino, mediante un complejo proceso (que no podemos exponer aquí) es llevado a situarse en una crisis estructural permanente contra la cual lucha para lograr las condiciones mínimas de su equilibrio económico, y a vender su fuerza de trabajo en los términos de intercambio desigual, esto es, por un precio que está por debajo de su valor de cambio. (Aquí se plantea una estimulante discusión teórica con motivo de la tesis de C. Meillassoux, las que permiten ver la economía campesina, y en ella al semiproletariado, como un ejército de reserva para el capital). El mercado, en consecuencia, es un factor de empobrecimiento progresivo del campesinado, pues en él funcionan mecanismos de intercambio desigual a través de los cuales el capital succiona parte del valor creado en la producción. Esto 5 R. Bartra, La explotación del trabajo campesino por el capital, capítulo II, México, 1979; W. Lozano, «Campesinos y proletarios en el desarrollo capitalista de la agricultura», Realidad Contemporánea, Nos. 8-9, Santo Domingo, 1979.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 264
21/05/2009 12:05:50 p.m.
Apéndice 3
265
genera un proceso de descomposición gradual que es reforzado por mecanismos como la formación de la renta diferencial, esto es, la baja productividad de una unidad campesina. Descampesinización y acumulación Si la subsunción del trabajo campesino al capital fija una relación de explotación que desgasta a largo plazo la pequeña producción, la descampesinización puede ocurrir como resultado de procesos de expropiación (la vía de la acumulación originaria) o de la acumulación capitalista (la vía de la reproducción ampliada). En el primer caso puede sobrevenir la destrucción de la economía campesina; y en el segundo, destrucción, funcionalización o, en todo caso, procesos de descomposición de diverso grado y ritmo, consecuencia de la subsunción de la economía campesina de las leyes del modo de producción capitalista. Hay una relación estrecha entre ambos tipos de acumulación y en los últimos años se han sugerido hipótesis que plantean una acción combinada de ambos en las condiciones del subdesarrollo.6 Una de las contradicciones del capital es la coexistencia de ambos tipos, que se expresa en una dialéctica de disolución-reproducción de las economías campesinas. En la vía de la «acumulación capitalista», el capital subordina la producción campesina a las exigencias de la reproducción ampliada y la disolución se produce únicamente como efecto de la erosión gradual a que aquella es sometida. El reproductor campesino, de esta manera, es arrastrado a vincularse estructuralmente con el capitalismo y a depender cada vez en mayor medida del incremento de su fuerza de trabajo y llegará un momento, tal vez remoto, en que la venta de esa mercancía ocupará un lugar principal en relación a sus medios de producción. La investigación de campo hará posible relacionar y descubrir factores concretos, locales y regionales de proletarización 6 R. Bartra. La explotación.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 265
21/05/2009 12:05:51 p.m.
266
Angel Moreta
vinculados a la subsunción, la acumulación originaria o reproducción ampliada del capital. ¿Por qué proletarización rural en el Suroeste (SJM)? a) El tipo de análisis que estamos sugiriendo en términos de relacionar las economías campesinas con las formas de acumulación y de subsunción del trabajo campesino al capital, conduce concretamente, al menos en términos de mi experiencia de campo, «a la observación del fenómeno de las clases agrarias y la teoría de la distribución de la ganancia media entre las clases capitalistas vinculadas a la agricultura». Por tanto, a las contradicciones que se producen entre ellas por la apropiación del excedente del trabajo campesino y de los obreros agrícolas y semiproletarios. De esta forma se podrán ir relacionando, a partir del trabajo de campo, los elementos explicativos del proceso de proletarización y de conformación de un proletariado agrícola en una rama dada de la producción agropecuaria. San Juan de la Maguana es una microformación social caracterizada por relaciones de producción que forman un todo desigual y combinado con dominancia de relaciones capitalistas y predominio numérico de economías campesinas con una proporción considerable de población liberada de los medios de producción en condiciones de proletarización y pauperización. Es posible que aquí se produzcan las más altas tasas de explotación del Suroeste, pues hay una agricultura capitalista intensa que encuentra condiciones propicias de acumulación debido a la abundante fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria, y a un campesinado mercantil de subsistencia que genera en la zona un porcentaje considerable de producto agrícola, subordinado al modo de producción capitalista en la circulación (crédito, tecnología, bienes de subsistencia industriales) y en la producción (agroindustrias, etc.). La agricultura de la zona tiene una serie de contradicciones que son reflejo de las «características estructurales de la
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 266
21/05/2009 12:05:51 p.m.
Apéndice 3
267
agricultura dominicana», esto es, monopolio de la tierra y los recursos productivos, desgaste gradual de las pequeñas explotaciones mercantiles, procesos de proletarización, de superexplotación, de la fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria (incluyendo mujeres y niños); proceso creciente de transferencia de valor desde la pequeña producción hacia ciertas fracciones de la burguesía agraria y el capital industrial, (elevación constante de los precios de los productos industriales y rebaja de los precios de productos agrícolas); mecanismos inflacionarios, usuarios, de financiamiento y comercialización de las diversas fracciones de la burguesía que descapitalizan el campo a costa del pequeño y mediano productor. El empobrecimiento creciente de la población rural se traduce en bajísimos niveles de vida de hombres, mujeres y niños y en una migración continua campo-ciudad. A todo ello se le agrega un desarrollo desigual entre economía campesina y agricultura capitalista en cuanto a niveles de productividad, de acumulación, de desarrollo técnico, renta diferencial, uso de fuerza de trabajo asalariado, etc. Elementos del proceso descampesinizador En la actualidad, gran parte de las economías campesinas de la zona están subordinadas al capitalismo, lo que genera un proceso de diferenciación cuya magnitud no se ha observado, pero que se presume en el desarrollo de una burguesía agraria y un proletariado agrícola que coexisten con el campesinado todavía no diferenciado con claridad hacia uno de estos dos extremos, aunque tal situación no excluye de ningún modo una crisis estructural de dichas economías. La explotación del proletariado es realizada por burgueses agrarios más o menos modernizados, y la de los campesinos principalmente por los capitalistas de factorías y agroindustrias, y por burgueses mercantiles. Lo que implica pensar que el sistema de explotación campesina por métodos de aparcería, métodos que en la práctica contribuyen a la contención de
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 267
21/05/2009 12:05:51 p.m.
268
Angel Moreta
la proletarización, ha ido perdiendo importancia en la zona, aunque subsiste todavía. Existe un peso importante en la zona del semiproletariado, familias precarias que engrosan el ejército de reserva para el capital, que compra esta fuerza de trabajo por debajo de su valor de cambio y además no carga con el costo de la reproducción total de la misma, dado que ésta se produce fuera de la relación capitalista. Ello así porque casi siempre la subsistencia del campesino pobre semiproletariado no depende exclusivamente del salario que perciba eventualmente, sino que éste viene a ser un componente de su ingreso total. No sabemos todavía hasta donde los campesinos precaristas pobres incapaces de superar su nivel mínimo de subsistencia y debido a su falta de medios para adquirir más y mejores tierras y para mejorar su proceso de producción, serán alcanzados inmediatamente por la tendencia a la pulverización de sus propiedades o hasta donde sobrevivirán como parias, tomando en consideración que muchos viven en tierras áridas y de mala calidad en las cuales el capital no tiene interés ni puede operar en condiciones de ganancia media. Pero lo que sí parece probable es que, dada la expansión capitalista en la agricultura de esta zona, que ha ocupado ya las mejores tierras con renta diferencial, «hay ya un proceso tendente al incremento del proletariado agrícola, con fundamento en varias causas conjugadas, que actúan con intensidad diversa» como la pulverización por vía sucesoral (en San Juan las familias rurales son largas y el patrón de herencia tiende a la pulverización); la expropiación, fraudulenta o no; la competencia capitalista; la diferencia entre el incremento demográfico y la capacidad de absorción de mano de obra por la unidad campesina; por la acción de una estructura de poder ya tradicional y el control que ejercen terratenientes y burgueses agrarios de las mejores tierras y demás recursos, sin contar los efectos negativos de fenómenos naturales adversos, que se suceden periódicamente (sequías, pestes, inundaciones, ciclones, etc.).7 7 L. Paré, Polémica; H. Díaz Polanco, Agricultura.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 268
21/05/2009 12:05:51 p.m.
Apéndice 3
269
En sentido general, a esos factores de descampesinización hay que agregar la pérdida de animales, máquinas y aperos de mano del capital usurario y comercial, por motivos de poder, chantaje y engaño; la ruina creciente del pequeño reproductor como consecuencia de la competencia y de la subsunción del trabajo campesino al capital; la erosión gradual y el estancamiento de la unidad campesina, etc. Otros elementos constitutivos del proceso de descampesinización son los siguientes: 1. El mecanismo crediticio: es muy frecuente el caso de pequeños productores que hipotecan sus propiedades (los abogados notarios que radican en la ciudad dan cuenta de esta situación). 2. El sistema de suelos: los capitales agrarios ocupan las tierras más fértiles del valle, mientas los pequeños productores se mueven hacia las zonas más áridas y montañosas. 3. El sistema de riego: incide de manera determinante; en el valle se ha podido desarrollar un capitalismo agrario, en parte, gracias al riego. 4. La participación hereditaria: si un padre posee 80 tareas y tiene 8 hijos, al morir a cada uno de ellos le tocarían 10 tareas, cantidad que se encuentra en desventaja para poder subsistir en competencia con las demás fincas de mayor tamaño y mejor tecnología. 5. Tecnología: constituye un agente importante en el proceso de desgaste debido a sus costos de producción. En contraposición el capital compra tecnología más barata (la compra al por mayor y en efectivo) a las casas fabricantes y obtiene mayor productividad. Intercambio desigual: el campesino concurre a un mercado de capitalistas del cual depende y compra mercancías por un valor mayor de los valores recibidos al vender sus productos agrícolas.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 269
21/05/2009 12:05:51 p.m.
270
Angel Moreta
La producción campesina y la valorización del capital La producción campesina es de subsistencia y mercantil; tiene su hábitat hacia el sur, zona árida; hacia el norte, zona montañosa, con lluvias estacionales y hacia el oeste el valle. Tiende actualmente a ser economía mercantil especializadora en cultivos alimenticios e históricamente se ha venido retirando de la zona irrigada hacia los límites del valle. La tendencia a la especialización productiva que se observa puede interpretarse provisionalmente como una manera de inserción en el mercado capitalista, reforzada por la necesidad del crédito y la tecnología, elementos éstos del proceso de trabajo arrocero que obtienen de los capitalistas de factorías y de los burgueses mercantiles que controlan la circulación de mercancías agrícolas. La producción campesina, a través de aquellos elementos, se orienta así a donde interesa el capital, hasta el punto de que podría hablarse del campesino como una especie de «asalariado» del capitalista. El crédito otorgado por las factorías, agroindustrias y burgueses mercantiles es un elemento importante de la valorización del capital. Los burgueses mercantiles financian también, mediante entregas y adelantos periódicos, gastos del proceso de trabajo campesino, ya no en arroz solamente, sino en otros cultivos alimenticios de gran demanda en el mercado de bienes agrícolas.8 Cada una de estas fracciones del capital merece un estudio en profundidad para descubrir la lógica de la explotación del campesinado y del proletariado agrícola, acorde con posibles mecanismos locales y regionales de acumulación. Otra fracción importante son los capitalistas agrarios que explotan directamente a los obreros y jornaleros agrícolas y 8 Los burgueses mercantiles están organizados en una asociación de comerciantes de frutos; es tal vez el único caso en todo el Suroeste. En el documento de la Secretaría de Estado de Agricultura, Diagnóstico del sistema de mercadeo agrícola, Santo Domingo, p. 69, se dice que a pesar de las condiciones altamente desfavorables del crédito no institucional «la casi totalidad de los pobladores en zonas de pequeños cultivadores de arroz, recurren a esta fuente de financiamiento, atraídos por la facilidad con que se conceden».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 270
21/05/2009 12:05:51 p.m.
Apéndice 3
271
obtiene altas tasas de plusvalor sobre la base de la explotación de fuerza de trabajo asalariada. Explota esta burguesía las tierras más productivas del valle, con renta diferencial, y utiliza grandes cantidades de obreros agrícolas, jornaleros y echa días. Muchas de esas tierras son de la clase rentista o terrateniente, arrendadas a éstos y a productores no campesinos y a una cierta pequeña burguesía agraria con posibilidades de acumulación. Forman la fracción más poderosa, junto con la burguesía de factorías.9 Algunos capitalistas de factorías son también empresarios arroceros. Cuando ambas figuras coinciden porque son al mismo tiempo propietarios de tierras arroceras, generalmente con renta diferencial, hacen el papel de terratenientes. El terrateniente está definido por un ingreso: la renta de la tierra como superganancia específica de la agricultura (Marx le llama «forma de plusganancia»). El atributo de terratenientes pertenecerá a quieres se apropien de este ingreso. En ese sentido, los capitalistas agrarios que se apropien de este ingreso son herederos del carácter de terratenientes, por tanto, tienen altas tasas de acumulación, pues en este caso específico presumimos que reciben: la ganancia media (incluida en el precio medio de producción), la superganancia de la renta diferencial y la renta de la tierra como superganancia específica de la agricultura. El capitalismo de factorías y agroindustrias utiliza la economía campesina arrocera para valorizarse a través de la circulación. El proceso de trabajo campesino funcionaría como proceso de producción para el capital, que además explota fuerza de trabajo en su propio proceso agroindustrial.10 9 En ella se juntan actividades comerciales (venden mercancías para consumo agrícola) y financieras (mercancía dinero). Algunos son empresarios agrícolas dueños de tierras con buena renta diferencial. 10 La Manicera recibe la producción al campesino al final de la cosecha y después de descontarse el costo de las semillas y el dinero adelantado a crédito, le entrega el sobrante. En caso de que el productor pierda la cosecha y se endeude con la empresa, puede suceder que la compañía vuelva a prestarle nuevamente para que inicie un nuevo proceso de producción y pueda pagar, «o que lo someta a la justicia y lo tome preso»...
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 271
21/05/2009 12:05:51 p.m.
272
Angel Moreta
La tendencia estructural, pues, en lo relativo a las economías campesinas, apunta en el sentido de una articulación y subordinación al capitalismo de factorías y de agroindustrias, y al capital comercial acaparador, tanto en cultivos no alimenticios como en cultivos alimenticios especializados. Pareciera que estas fracciones del capital compran una producción que «sacrifica» la renta de la tierra, y hasta la ganancia media en muchos casos, fenómenos que habrá que determinar empíricamente. El sector campesino mercantil aparece como funcional al proceso de acumulación del capital agroindustrial, incluyendo aquí a Lavador y La Manicera; si este campesino arrocero dejara de existir económicamente, es probable, cosa que la investigación tiene que determinar, que tal situación se convierta en un factor de no acumulación. De cualquier forma, la investigación deberá establecer concretamente a través de qué mecanismos la mayor tajada del plusvalor en la zona se la llevan los capitalistas agroindustriales (sobre la base de la explotación del campesinado arrocero, manicero, etc.), los capitalistas agrarios (sobre la base de la explotación de jornaleros y echa días semiproletariados) y subsidiariamente, los terratenientes, que perciben la renta del suelo, aunque aquellos, comparados con éstos, perciben, como se sugiere arriba, otras superganancias. Otros elementos del proceso de producción contribuyen al deterioro de los productores campesinos mercantiles. Los costos de la producción por ejemplo, como un aspecto concreto de la subsunción del trabajo campesino al capital, aparecen como un factor de primer orden para el desgaste y el déficit progresivo de la unidad de producción mercantil campesina.11 11 Un estudio de costos de producción del maíz, realizado por el «Bloque de Asociaciones Campesinas de Las Matas», tomando como base el maíz y la habichuela, demostró a los funcionarios de INESPRE y SEA, que los productores campesinos viven sometidos al déficit constante. El estudio sobre el maíz demostró que el costo de la producción por tarea es de RD$24.61, tomando en cuenta las actividades e insumos del producto, recolección, desgrane, ensacado y transporte. En condiciones óptimas de productividad promedio (esto es, de 2.5qq. por tarea) cada campesino tendría una pérdida de RD$2.73 por tarea. Si tiene 30 tareas, el déficit sería de RD$81.90 por cosecha.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 272
21/05/2009 12:05:51 p.m.
Apéndice 3
273
Los costos de producción son cada vez más crecientes y en su lucha constante por enfrentarlos, el campesinado opta por incrementar la cuota de trabajo familiar en el proceso de producción y además disminuir en éste el componente tecnológico. De ahí que actualmente tienda a dejar variedades modernas de cultivos de arroz por variedades tradicionales.12 Dichos costos sujetan cada vez más a las pequeñas explotaciones al capital de préstamo, comercial y agroindustrial, llevándolas al déficit permanente, que puede ser funcional al proceso de valorización, según presume este proyecto.13 En los últimos años se ha venido expresando la tendencia a la venta de tierras al capitalista circundante, proceso concomitante a otros de igual carácter descampesinizador, como las ventas por endeudamiento y por herencia.14 En términos generales, el campesino se resiste a dejar de existir como productor autorreproductivo porque objetivamente sabe lo difícil que le resulta ubicarse en otra rama de la producción; por ello utiliza mecanismos de defensa que no se conocen todavía en las distintas regiones del país, pero que más o menos podrían sugerirse como los siguientes, al menos para la zona en cuestión: superexplota su trabajo y el de su familia, vende su fuerza de trabajo a ratos, emplea variedades que requieren menor uso de tecnología para abaratar los costos de producción, aún tenga menos productividad, se adapta al mínimo fisiológico de subsistencia, etc. 12 «El arroz ha sido uno de los cultivos que mayores progresos tecnológicos ha sufrido en los últimos 8 años.» Semillas mejoradas, yerbicidas, pesticidas, fertilizantes, semilleros en cajas, motocultores para siembra por transplante, microcombinadas para trillar, ventear y envasar. Es un cultivo, además, cuyas áreas de siembra, productividad promedio, etc. van en aumento en el país, con un mercado seguro más o menos estable. 13 Las exigencias tecnológicas crecientes representan un factor de competitividad con el capital que estratégicamente pone en desventaja a los productores campesinos. Actualmente, hay un proceso de retorno no sólo al alquiler del buey, sino también a la siembra de variedades tradicionales que tienen menor productividad pero exigen menos tecnología. 14 En el Tribunal de Tierras de San Juan de la Maguana, por ejemplo, solamente en 1982 entraron más de 18,000 casos, divididos en tres categorías principales: ventas, solicitudes de legalización y herencia.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 273
21/05/2009 12:05:52 p.m.
274
Angel Moreta
Y de hecho, en términos teóricos, al menos en lo concerniente al capitalismo como modo de producción, las economías campesinas tienen posibilidades inseguras de generar un valor excedente que les permita acumular debido casi siempre, en dependencia de factores históricos relativos, a la tecnología tradicional utilizada, los costos de producción, la organización individual, la escasez de recursos, la atadura a circuitos comerciales no ventajosos, la mala calidad del suelo, la carencia de riego artificial, la erosión, los factores naturales adversos, etc.15 En la zona los campesinos libran luchas a través de sus organizaciones. Un apartado de las investigaciones dedicado al análisis de sus demandas, reivindicaciones, escisiones y contradicciones puede evidenciar probablemente cómo los mismos todavía no alcanzan a ver al capital como su enemigo fundamental común, al igual que el proletariado agrícola, cuáles son las causas de ello y qué implicaciones permeabilizadoras tiene para la estructuración del movimiento campesino. En sus luchas y demandas, las organizaciones campesinas incluyen una categoría llamada «campesinos sin tierra», que son campesinos pobres semiproletariados y jornaleros echa días que se ganan la vida vendiendo su fuerza de trabajo. En este caso, como en otros, las asociaciones de campesinos representan a obreros agrícolas en el plano político y en la lucha por reivindicaciones propiamente campesinas. Por ello, a esta investigación le merecerá todo un esfuerzo tematizar empíricamente la problemática del «campesino sin tierra» y sus implicaciones en el plano ideológico y político. En la actualidad, la lucha de los campesinos precaristas es por su subsistencia como campesinos, mientras la de los 15 L. Paré, Polémica. «Pero, aún cuando el valor generado sea suficiente, esto no es pagado en el mercado, por lo que puede decirse que es un valor que transfiere a otros sectores de la economía. Debido a que se halla inmerso en una economía monetaria, en donde el intercambio de valores se plasma en precios..., el campesino no alcanza a cubrir sus propios costos, por lo que intercambia sus productos por manufacturas de origen industrial de manera desventajosa.»
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 274
21/05/2009 12:05:52 p.m.
Apéndice 3
275
campesinos mercantiles es por sus condiciones de producción y por su mantenimiento como tales. Los primeros luchan por tierra (y aquí coinciden con el proletariado agrícola) y los segundos por la reproducción de sus condiciones de producción. Y en esta lucha arrastran al proletariado agrícola y lo representan en el plano político. Esto no implica evidentemente en afirmar que tanto el asalariado como el campesino hayan comprendido cuáles son las salidas que les ofrece su condición de explotados, ni que hayan visto que se encuentran frente a una relación común que tiene por «amo» al capital.16 El proletariado agrícola y otras clases sociales En las hipótesis de este proyecto se propone, a ser estudiado en profundidad, un cuadro de las clases sociales existentes en la zona, basándonos en un proceso preliminar de observación de campo que ha venido realizándose. Dentro de él, un proletariado agrícola ya conformado como fenómeno heterogéneo constituido por diversas figuras socioeconómicas, que se desglosan en el apartado dedicado a exponer las «fuentes» de construcción del dato de esta investigación. La transformación de las economías naturales autárquicas en economías parcelarias mercantiles, la generación de una clase obrera rural y la conformación de una burguesía agraria y ganadera sobre la base del arrendamiento y posesión de propiedades terratenientes, es ya un proceso en vías de consolidación histórica en la región. El modelo de Kautsky y R. Luxemburgo, que da cuenta del proceso de disolución por el capital de la economía autárquica y del proceso subsecuente de conformación de economías campesinas mercantiles vinculadas a un mercado capitalista, y la generación de un proletariado agrícola, es útil para comprender las transformaciones habidas en la agricultura de la zona. 16 C. Faure, «La producción campesina y la producción capitalista», Estudios Sociales Centroamericanos, Costa Rica, abril de 1976.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 275
21/05/2009 12:05:52 p.m.
276
Angel Moreta
El nuevo proceso es, que prácticamente en la zona del valle en los últimos años, se abre un período en la cual se intensifica el desarrollo capitalista de la agricultura, y la economía campesina arrocera va siempre desplazada geográficamente hacia otras zonas. El valle comprende la zona irrigada, hacia el este y el oeste abarcando las mejores tierras, donde hay cultivos especializados: arroz, habichuela, sorgo, pastos y ganadería. Tierras de buena fertilidad y con infraestructura, por tanto con renta diferencial I y II. Las evidencias sugieren la existencia de una clase rentista definida por lo que se podría aquí recurrir al modelo de Marx de la transformación de la renta en dinero, en el cual el capital se subsume directamente en el trabajo agrícola.17 En el modelo, la renta era la forma más normal del plusvalor; se modifica ahora su naturaleza y pasa a ser un excedente del plustrabajo por encina de la forma de la ganadería, de la cual se apropia la burguesía. Ahora el capitalista, «convertido en verdadero comandante de trabajadores agrícolas y el explotador real de su plustrabajo», extrae directamente todo el plustrabajo (la ganancia y el excedente por encima de la ganancia), lo percibe en la forma del plusproducto total y lo convierte en dinero. «Ya sólo queda una parte excedente de este plusvalor extraído por él, en virtud de su capital y por explotación directa de los obreros rurales, la que cede como rente al terrateniente.» «A esta transformación corresponde una paulatina transformación en el modo de producción, pues el arrendatario capitalista produce el producto agrícola como mercancía, mientras que antes sólo el excedente por encima de los medios de subsistencia se transformaba en mercancía.»18 El arrendatario capitalista de la tierra, que produce renta «en el sentido moderno», según Marx, la existencia de una clase rentista tradicional, de una burguesía agraria modernizada y de grandes cantidades de obreros 17 Marx, El Capital, tomo 8, 10ma edición, (Trad. Pedro Scaron), México, 1982, p. 1016 y ss. 18 Marx, El Capital, p. 1017.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 276
21/05/2009 12:05:52 p.m.
Apéndice 3
277
asalariados en la agricultura, nos hace tener en cuenta el modelo mencionado. Dicho arrendamiento, además de que cumple la función de encubrir la concentración latifundista de las mejores tierras, cumple una función ideológica de primera importancia a favor de la burguesía agraria, pues le permite a ésta y a sus representantes en el plano ideológico y de intereses hablar y manejar la tesis de que en SJM existe una «reforma agraria natural». Esta tesis ideológica pone como antihistórica la lucha por la tierra y la reforma agraria y le quita sentido, por tanto, a una de las demandas principales del campesinado pobre y del proletariado agrícola en la zona. La clase terrateniente conforma hoy en la zona una clase rentista parasitaria que percibe la renta de la tierra y se presume invierte en ramas y sectores fuera de la agricultura. Esta clase rentista se formó hacia varias décadas, entre la Primera Intervención Norteamericana y el advenimiento de Trujillo, mediante mecanismos fraudulentos y mensuras catastrales engañosas efectuadas por un agrimensor empírico que en la época midió todas las tierras del valle y las repartió entre algunas familias, hoy bien conocidas, las cuales, en los últimos años, han abandonado la producción directa. Forman una clase rentista que participa de la garantía media que produce el capital agrario mediante la explotación de grandes contingentes de fuerza de trabajo asalariada. El estudio de las condiciones de formación de esta clase es importante para la «historia de la formación de la propiedad territorial en el país», la cual tiene características regionales diferentes en la formación social. El proletariado agrícola de la zona es una de las clases más explotadas por los capitalistas agrarios y ganaderos, que pasan salarios que no se corresponden con el valor de la fuerza de trabajo en la zona. El capital no solamente paga por debajo de su valor, sino que además no retribuye la destreza que tiene el obrero agrícola desde el punto de vista del proceso de trabajo específicamente arrocero. Hay niveles de calificación de este proceso, y las mujeres y los niños, cuya experiencia el capital aprovecha sin
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 277
21/05/2009 12:05:52 p.m.
278
Angel Moreta
haber gastado valor alguno en su «formación», rinde jornadas de trabajo sumamente baratas para el capitalista. En este proyecto la categoría de superexplotación de la fuerza laboral será manejada para el análisis de la reproducción social del proletariado agrícola. En el plano político, los obreros agrícolas, jornaleros y echa días se dejan representar por el campesinado; no perciben todavía al capital como su enemigo principal. La investigación se propone profundizar las causas concretas de esta situación así como en los principales obstáculos que operan negativamente para su organización, que son diversos y de variada índole. Los trabajadores intuyen que ellos «viven mal», pero no están conscientes del grado de explotación a que están sometidos por el capitalismo agrario. Ello representa un factor político e ideológico favorable y significativo para la acumulación capitalista, además de un «obstáculo concreto a la sindicalización». En estas condiciones, no les pueden arrancar ningún tipo de prestación laboral al capitalista, quien se ve libre para arrebatarles una masa de plusvalor absoluto limpio de cualquier mediación.19 La consciencia política e ideológica La investigación de la consciencia ideológica y política es subsidiaria en esta investigación, pero de gran importancia para definir el carácter de clase del proletariado, el semiproletariado y el campesinado, además de la burguesía agraria de la zona. Pensamos que la clase obrera rural no está plenamente definida en la medida en que en ella hay una 19 Localmente, se produce una máxima garantía para los terratenientes. Junto con la burguesía agraria y agroindustrial forman un poder local fuerte con base de sustentación en los cuerpos armados. El poder de la burguesía agraria se manifestó en la coyuntura de febrero de 1982, con motivo de las ocupaciones campesinas; esta clase elaboró una lista de personas que debían ser perseguidas y así se hizo. La demagogia agrarista guzmanista se tradujo en un endurecimiento de la represión y en la creación de enemigos no fundamentales como objetivos de lucha impuestos al campesinado: Tal fue la persecución contra los comerciantes corredores.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 278
21/05/2009 12:05:52 p.m.
Apéndice 3
279
presencia de semiproletarios, y la frontera con el campesinado no ha sido totalmente borrada.20 La investigación puede arrojar luces sobre este problema, del cual interesa estudiar si hay cambios en la consciencia social de los asalariados agrícolas en el sentido de una debilitación de rasgos campesinos o una pronunciación de los elementos proletarios en la medida en que se desarrollan los procesos de descampesinización y proletarización. Esto exige constatar hasta qué punto el semiproletariado tiene, por ejemplo, una consciencia política diferente al campesinado y al proletariado debido a su situación objetiva de productor independiente y asalariado. Este aspecto es relevante desde el punto de vista de la organización sindical, dado que presumimos que el semiproletariado tiene un peso en las relaciones de producción del campo dominicano. Un análisis de este proceso superestructural puede ofrecer señalamientos útiles para aclarar las posibilidades y el carácter de la organización de los asalariados rurales. Conforme el esquema de las clases rurales propuesto por L. Paré,21 distinguimos como clase diferente a los trabajadores totalmente proletarizados (que no mantienen la propiedad de la tierra), los campesinos productores independientes que se producen gracias a su tierra y los trabajadores parcialmente proletarizados (semiproletarios). Los primeros participan de relaciones de producción capitalista en la agricultura. Los segundos, pese a su carácter mercantil, se ubican en formas productivas y relaciones de producción no capitalistas que se articulan de manera subordinada y desigual con el modo de producción capitalista, «que lo domina y explota en la medida de su grado de desarrollo» y según diversos mecanismos de acumulación. Los terceros, trabajadores semiproletarizados, comparten la doble condición de campesinos (en su rasgo de productores independientes) y de proletarios (en su carácter de vendedores de su fuerza de trabajo). 20 Roberto Cassá, Modos de producción, clases y luchas políticas, Santo Domingo, 1977. 21 Luisa Paré, El proletariado agrícola en México, capítulo II, México, 1980.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 279
21/05/2009 12:05:52 p.m.
280
Angel Moreta
Estas características materiales conllevan diferencias significativas en el plano de la consciencia, conforme a una dialéctica base, superestructura que hay que tener presente para comprender cómo cada fracción de los asalariados rurales percibe sus intereses y mide sus aspiraciones. Desde el punto de vista económico e ideológico median importantes diferencias entre proletariado, semiproletariado y campesinado que nuestra investigación deberá tener en cuenta para interpretar sus proyectos clasistas y su comportamiento político. Importancia de la propuesta Con ésta se refuerza lo que es apenas germinal en la UASD: la investigación social con fundamento en el trabajo de campo acerca de relaciones de producción en una región determinada y una zona específica de la agricultura dominicana.22 Deshilvanar relaciones de producción en una zona específica, determinar mecanismos regionales de acumulación, de proletarización y descampesinización; procesos concretos de articulación y conformación de las clases sociales agrarias, incluyendo el proletariado agrícola, es una tarea inmediata muy importante para continuar profundizando en el conocimiento de nuestra formación social. El resultado tendrá que ir en la dirección de explicar el proletariado agrícola y el proceso de desarrollo del capitalismo en una región determinada del país, necesario para futuras e imprescindibles caracterizaciones generalizadoras. Es urgente que la sociología rural se dirija al campo. El trabajo hasta hoy realizado por las ciencias sociales lo caracterizamos más atrás, como fundamentalmente 22 Germinal digo por cuanto han sido pocos los proyectos que se fundamenten en la investigación de campo, con excepción de las investigadoras Isis Duarte, Lusitania Martínez, Martha Davis, etc. No es un defecto de los proyectos, sino una etapa histórica de la investigación social en el país. Además, producto también de las condiciones materiales escasas que brinda la UASD y el Estado para el trabajo de investigación de campo.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 280
21/05/2009 12:05:52 p.m.
Apéndice 3
281
documentalista; el mismo ha sido muy importante para el desarrollo del conocimiento de la agricultura, pero en la actualidad se hace necesario, además, alfabetizarnos en la realidad concreta de nuestras relaciones agrarias e interrogarlas directamente. El proyecto tiene un gran significado desde el punto de vista de que permitirá hacer posible la iniciación del conocimiento concreto de uno de los fenómenos cruciales de la agricultura dominicana, del procesos de proletarización, acerca de los cuales existe hasta hoy escasa investigación con trabajo de campo. La realización del proyecto hará variable, en el plano ideológico y político, el lanzamiento de respuestas relativamente sólidas al problema de por qué hasta hoy no se han formado organizaciones sindicales del proletariado agrícola dominicano y por qué los intentos de representarlo o representarse se han dado a través de las organizaciones del campesinado. Objetivos globales y específicos Globales: Aportar al conocimiento de las clases sociales rurales de la formación social dominicana en general, y en particular del proletariado agrícola, clase de la cual no sabemos más que algunas determinaciones generales, y sin embargo, su conocimiento es muy necesario para estimular los esfuerzos por la organización de las masas campesinas. Estudiar el proceso de proletarización rural más en su aspecto laboral, que empresarial-capitalista: discriminar las situaciones complejas, mixtas o combinadas, que desde el punto de vista de la generación y la reproducción de la clase obrera rural probablemente se presenten concretamente al observador de las mismas. Contribuir al conocimiento de los procesos económicos y sociales de la agropecuaria dominicana con la realización de un estudio empírico de la base teórica y con nivel de
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 281
21/05/2009 12:05:52 p.m.
282
Angel Moreta
agregación reducido que permita una captación concreta de aquellos procesos. Específicos: Contribuir esta investigación en un punto de partida para comenzar a conocer el proletariado agrícola mediante trabajo de campo; analizar la dinámica del proceso de proletarización en relación con el ritmo de penetración capitalista en la agricultura de San Juan de la Maguana, con la permanencia de formas no capitalistas de producción y la reforma agraria; hurgar algunas características del proletariado rural de esa zona que permita definir su carácter de clase y presentar problemas relacionados con la organización laboral rural. Contribuir a una futura visión de conjunto, a una caracterización generalizadora (imposible de obtener todavía), a partir del estudio de los rasgos más sobresalientes del proletariado rural de San Juan de la Maguana. El proletariado rural dominicano es una clase muy heterogénea; y se necesitarán muchos estudios regionales y específicos para poder hablar en términos de aquella caracterización. Observar en la zona señalada los procesos de proletarización, sus características y modalidades, dinámica y factores condicionantes; determinar cuáles son las condiciones socioeconómicas que hacen posible su subsistencia; cuáles son las interrelaciones con las demás clases, el campesinado, la burguesía agraria y la clase rentista. Servir a la causa prioritaria de organizar a los obreros agrícolas, una de las clases más explotadas del país, señalando los rasgos y peculiaridades de la misma que deban ser tomados en cuenta para acceder a su organización. Antecedentes históricos Sobre el proletariado rural no se ha trabajado sistemáticamente en el país. Lo que más se conocen son estudios en ciernes sobre el proletariado en la industria azucarera. Se conoce muy
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 282
21/05/2009 12:05:52 p.m.
Apéndice 3
283
poco acerca de la configuración y generación, condiciones de reproducción, etc. de esta clase rural en otros sectores productivos de la agropecuaria, como el cacao, el café, el tabaco y el arroz. En general, los procesos de descampesinización y proletarización no han sido estudiados en el país en lo que se refiere a la agricultura. Existen referencias generales, apreciaciones de base documental y estadística sobre el desarrollo del capitalismo en el agro que constituyen un marco obligatorio para cualquier investigación, pero no estudios específicos de profundidad que muestren las modalidades y el grado o ritmo que alcanzan estos procesos en la agricultura dominicana en los últimos años. Un aporte interesante es la obra de Isis Duarte, Capitalismo y superpoblación en Santo Domingo, en la cual trata de mostrar la autora la relación dialéctica existente entre superexplotación del trabajo y superpoblación relativa a las sociedades dependientes, como República Dominicana. Isis Duarte muestra que la superexplotación del trabajo en el nexo capitalista es posible por la presencia de una gran población excedente semiocupada que cumple con la función de ejército de reserva en el nexo no capitalista, tanto en el campo como en la ciudad. El capítulo II: «Capitalismo y descampesinización en la República Dominicana», es el primer aporte relativamente sistemático al conocimiento de la proletarización en el país. Documentos oficiales Contamos en la actualidad con una gran cantidad de documentos acerca de aspectos determinados de la agricultura dominicana. Se destacan los trabajos realizados por iniciativa del sector oficial (SEA, CEAA, ONAPLAN, IAD, CEDOPEX, ONE, Banco Agrícola, Banco Central), por fuentes norteamericanas como el USAID, e instituciones internacionales como el IICA y la OEA. Las políticas dirigidas al sector agropecuario han exigido al Gobierno dominicano, con el apoyo de agencias norteamericanas o internacionales, la realización de estudios sobre las
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 283
21/05/2009 12:05:53 p.m.
284
Angel Moreta
condiciones y dinámica del mismo. Estas investigaciones tienen carácter de diagnósticos y son esencialmente de alcance operativo; aunque tratan una diversidad de aspectos de la agropecuaria, desde los más «técnicos» hasta los que tienen contenido económico y sociológico, como empleo rural, ingreso, tenencia, comercialización, uso de la tierra, etc., «adolecen de escasa elaboración conceptual y de un sesgo particularmente descriptivo, empírico y ahistórico». Desde este punto de vista podemos afirmar que nuestro estudio sobre proletarización rural no tiene precedentes. Algunos de esos trabajos son los siguientes: de ONAPLAN, Empleo en Santo Domingo y Santiago en 1979, Empleo en la zafra azucarera dominicana, Participación de la mano de obra haitiana en el mercado laboral: los casos de la caña y el café; Bases para una política de empleo en República Dominicana. Del Instituto Agrario Dominicano (IAD): Los recursos hu manos en la República Dominicana (G. Rogers); Diagnóstico de la fuerza de trabajo agrícola. De la Secretaría de Agricultura (SEA): Aspectos del empleo ru ral en República Dominicana; Plan de desarrollo agropecuario 19801982; Encuesta de Análisis sectorial sobre empleo agrícola. (1977). Estos son los principales documentos institucionales sobre utilización de la fuerza de trabajo del agro. Otros trabajos, que se inscriben en una línea crítica se deben a investigaciones individuales, entre ellos los siguientes trabajos de investigadores individuales: 1. El trabajo de W. Lozano: Campesinos y proletarios en el desarrollo capitalista de la agricultura llama la atención para la importancia que tiene el estudio del semiproletariado rural en aquellas economías agroexportadoras en que el capital no se compromete con una proletarización total de esta fuerza de trabajo. 2. El artículo de A. Cortén, «Valor de la fuerza de trabajo y formas de proletarización» analiza las formas de reproducción de la fuerza de trabajo en la agricultura y su tendencia estructural hacia la semiproletarización, tomando en cuenta circunstancias concretas de Haití y República Dominicana.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 284
21/05/2009 12:05:53 p.m.
Apéndice 3
285
El libro colectivo Azúcar y Política en la República Dominicana (Cortén, Vilas, Duarte, Acosta) presenta algunos datos acerca de las relaciones de producción en la economía azucarera del país, sobre la migración de trabajadores desde Haití a los centrales dominicanos y los esquemas de dominación política en República Dominicana; asimismo, un trabajo de I. Duarte, Dominación Social y Leyes Agrarias, presenta un esbozo de la estructura de clases del sector agropecuario y hace observación sobre las leyes agrarias promulgadas por el gobierno de Balaguer. 3. El informe de J. del Castillo, La inmigración de braceros azucareros en la República Dominicana, 1900-1930, trata sobre la configuración de la fuerza de trabajo utilizada en la industria azucarera. Básicamente, el autor se detiene en la evolución de la inmigración de obreros azucareros provenientes de las pequeñas Antillas del Caribe, llamados generalmente «cocolos». Este trabajo, por su documentación y análisis, una vez terminado, podrá constituirse en un sentido muy importante acerca de la conformación de la fuerza de trabajo en la industria azucarera dominicana. 4. El trabajo de L. Gómez, Algunos cambios en la comunidad campesina dominicana (1920-1970), analiza la producción campesina del país a partir de la segunda década del presente siglo y la economía natural de entonces. El autor ve que el mercado interior llega al sector no capitalista, lo cual se traduce cada vez más profundamente en un proceso de descomposición acorde con corrientes urbanizadoras de distintos alcances. En uno de los primeros trabajos sobre esta problemática en el país, si descontamos el libro de W. Lozano, La domina ción imperialista en la República Dominicana, que contribuye a la comprensión de la situación agraria entre los años 1900 y 1930, y cuyo capítulo sexto («Las políticas de dominación de los interventores») arroja luces sobre la estructura de la fuerza de trabajo. 5. La tesis de Roberto Cassá, Acerca del surgimiento de relaciones capitalistas en República Dominicana, ofrece una interpretación
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 285
21/05/2009 12:05:53 p.m.
286
Angel Moreta
de las condiciones a partir de las cuales surge el capitalismo a fines del siglo pasado con el desarrollo de la industria azucarera, y muestra el peso de las formas no capitalistas en la formación social del período inmediatamente anterior al desarrollo capitalista. 6. De igual modo, la investigación de L. Gómez, Relaciones de producción dominantes en la sociedad dominicana, 1875-1975, siguiendo una línea abierta por el trabajo anterior de R. Cassá y por trabajos de Frank Báez, Andrés Cortén, etc., hace un intento de interpretación del desarrollo de la formación social dominicana utilizando como modelo metodológico el libro ya clásico de Lenin, Desarrollo del capitalismo en Rusia, con aportes en diversos aspectos y en lo que respecta al sector agrícola. La caracterización de la formación social en términos del modo de producción es sumamente importante para orientar futuras investigaciones. 7. El estudio de la OIT, Generación de empleo productivo y creci miento económico: El caso de la República Dominicana, ofrece datos sobre el sector agrario y da una interpretación del empleo del enfoque Cepal. Los datos son importantes para ver la situación de la fuerza de trabajo en la agricultura del país. 8. Una serie de artículos de Ángel Serrulle, aparecidos en el periódico El Sol, en septiembre del 1981, se refieren a los constreñidos jurídicos, los obstáculos y la necesidad de organización que tienen los proletarios agrícolas del país. Arroja luces sobre las posibilidades de organización de éstos aún dentro del contexto de la legislación existente, pues es sabido que el Art. 265 del Código de Trabajo, por ejemplo, niega el reconocimiento de sindicatos de obreros agrícolas en aquellas empresas agropecuarias que no empleen de manera fija más de 10 trabajadores. 9. En el libro reciente, El proceso de desarrollo del capitalismo en República Dominicana, 1844-1930, tomo II, dedicado a la agricultura, J. Serrulle y J. Boin exponen, con una documentación
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 286
21/05/2009 12:05:53 p.m.
Apéndice 3
287
desconocida en el país, el desarrollo de las relaciones capitalistas en la agricultura con un análisis de las clases sociales en esa rama. Para los autores, en el período 1875-1930, nace y se desarrolla el modo de producción que caracteriza nuestra sociedad actual, es decir, el modo de producción capitalista. El análisis de ese período y del que le antecedió intenta mostrar el inicio y desarrollo del proceso de nacimiento en República Dominicana, fundamentalmente sobre la base de que son internos los principales elementos que impulsan el desarrollo del capitalismo. 10. La obra de R. Cassá, Capitalismo y dictadura, contiene un capítulo: «Economía y relaciones de producción en el sector agropecuario», que es de gran interés para el conocimiento de las principales tendencias económicas de la agropecuaria dominicana durante el régimen trujillista, tanto de las economías campesinas como del desarrollo de la producción agrícola capitalista. Lo más característico en el desarrollo de las fuerzas productivas en este sector se situaba justamente fuera de él, «por medio de obras públicas o medios de producción que sólo directamente incidían en la productividad del trabajo agrícola», como los canales de riego, las vías de comunicación, instalaciones de conservación de frutos, etc. El trabajo expone las características estructurales del sector agrario, por lo que se constituye en la actualidad en un aporte al estudio de las relaciones de producción y las fuerzas productivas de dicho sector. Esta investigación es obligatoria para ver el desarrollo de relaciones capitalistas y no capitalistas en el sector agrario y la problemática de la combinación de acumulación capitalista y acumulación originaria. 11. El trabajo de Wilfredo Lozano: «Formación del proletariado agrícola dominicano», presentando como ponencia en el III Congreso Dominicano de Sociología (octubre, 1982), es una reflexión con base histórica y estadística importante para la comprensión de las condiciones estructurales generadoras de la clase obrera rural del país.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 287
21/05/2009 12:05:53 p.m.
288
Angel Moreta
Estos son los principales textos relacionados de una forma directa o indirectamente con el problema de la fuerza de trabajo en el sector agropecuario dominicano. Nuestro estudio no tiene antecedentes en el sentido de que pretende ser una investigación de campo, de base teórica no funcionalista, acerca del proletariado rural, en una zona específica del Suroeste. Sin embargo, decimos más adelante, que, desde el punto de vista del proceso global de expansión del capital, tomaremos en consideración autores que de una forma u otra han tocado aspectos de nuestra temática, entre ellos L. Gómez, R. Cassá, C. Vilas, W. Lozano, J. del Castillo, I. Duarte, F. Báez y A. Cortén. Marco teórico metodológico Perspectiva teórica En el proyecto optamos por una actitud teórica basada en las categorías del materialismo histórico, con énfasis en la teoría de los modos de producción, en la teoría de las clases sociales, de la acumulación capitalista, de la renta de la tierra, atendiendo a las regiones teóricas y aspectos fundamentales del problema a estudiar. La teoría de los modos de producción: las relaciones y estructuras económicas, políticas e ideológicas surgen en relación directa a la explotación del trabajo y la propiedad de los medios de producción y el valor creado. Las relaciones sociales generadas en el modo de producción comportan las satisfacciones económicas y sociales de la sociedad, la manera como son reproducidos por los miembros de la sociedad. La teoría de la acumulación capitalista: algunas regiones y problemáticas básicas permiten definir las lindes teóricas de la misma. Las categorías de subsunción del trabajo al capital y la reproducción ampliada estructuran la teoría de la explotación proveyendo de mayor capacidad analítica el concepto de modo de producción capitalista. Las categorías de
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 288
21/05/2009 12:05:53 p.m.
Apéndice 3
289
división social del trabajo superpoblación relativa y ejército de reserva, como de acumulación originaria, son imprescindibles para inferencias sobre el carácter de los procesos en su conjunto. La teoría de la renta de tierra: imprescindiblemente para el desarrollo de las relaciones de producción y las relaciones de clase de modo de producción capitalista en la agricultura y su diferencia esencial con relaciones no capitalistas. La renta en la sociedad capitalista no es un «ingreso en general»23 sino la parte de la plusvalía que queda una vez descontada la ganancia media del capital, es decir, presupone el trabajo asalariado en la agricultura y la metamorfosis del agricultor en empresario. Permite interpretar las contradicciones entre agricultura e industria y la lucha entre el capital industrial y el agrario por su apropiación. No hay condición que impida la formación de la renta diferencial en la agricultura capitalista. Ella forma un mecanismo de transferencia de valor desde la economía campesina al capital. La teoría de las clases sociales: fundamentada en la relación histórica que establecen los hombres con los medios de producción, de donde se derivan las relaciones de poder que se producen en un período histórico determinado. Los distintos procesos administrativos, de organización y regulación de la producción, tienen que ver con la posición de los agentes de la producción en el proceso productivo global, de acuerdo a la ecuación de explotación que defina las relaciones sociales. Las clases irán de acuerdo al modo de producción.24 Metodología a) En el estudio de los procesos que se manifiestan en la agricultura de una formación social capitalista subdesarrollada, nosotros vemos como obligatorio mantener una concepción totalizadora que refiera aquellos procesos hacia los elementos estructurales que le dan sentido. 23 V. Lenin, Teoría de la cuestión agraria, México, 1976, p. 240 y ss. 24 Sergio de la Peña, El modo de producción capitalista, capítulo III, México, 1986.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 289
21/05/2009 12:05:53 p.m.
290
Angel Moreta
Los procesos que se producen en la agricultura no pueden ser estudiados de forma inmanente, sin ver la articulación que guardan con la formación social y con el mercado mundial, articulación en la cual se presentan distintos niveles que requieren explicación adecuada con referencia al contexto histórico-estructural que los relaciona. La perspectiva globalizante que vemos como necesaria debe tener en cuenta los rasgos estructurales del capitalismo subdesarrollado dominicano, con referencia al proceso de desarrollo del capitalismo contemporáneo a nivel más general. Manteniendo como contexto necesario de la visión de los fenómenos económicos y sociales esta perspectiva, obviaremos el camino que lleva a un enfoque particularista y tecnocrático de la agricultura. b) En este sentido, pensamos tener en cuenta a manera de referencias generales lo relacionados con: • El modelo de acumulación vigente en la República Dominicana, las políticas del Estado dominicano hacia la agricultura y la dinámica del proceso de penetración del capitalismo en el agro como reflejo de la generalización del modo de producción capitalista en la formación social. • La división internacional del trabajo y la vinculación que podrían tener los procesos económicos a nivel mundial y la agricultura dominicana. • Asimismo, el conjunto de características estructurales del capitalismo subdesarrollado agroexportador. c) A partir de estos criterios integradores generales como contexto lógico necesario, procederemos a una revisión teórica de los principales conceptos en función de los cuales abordaré el problema de la investigación, esto es, los procesos de proletarización en la agricultura, las condiciones de reproducción, y subsistencia del proletariado rural en un área específica del Suroeste de la República
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 290
21/05/2009 12:05:53 p.m.
Apéndice 3
291
Dominicana, el desarrollo del capitalismo y las clases vinculadas a la agricultura. La teoría del modo de producción capitalista elaborada por C. Marx aporta el instrumental teórico fundamental para nuestra investigación. La revisión teórica de los conceptos y categorías en función de las cuales manejaremos el problema hará posible delimitar adecuadamente las categorías más específicas que intervendrán en nuestra práctica así como el manejo más conveniente de las categorías del materialismo histórico. Al lado de los autores clásicos como Lenin, Kautsky, Luxemburgo y Marx, recurriremos también a más autores recientes, entre ellos, C. Vergopoulos, S. Amin, C. Servolin, C. Faure, C. Meillassoux, B. Lautier, E. Mandel, Ph. Rey; y autores latinoamericanos, como R. Bartra, L. Paré, A. Warman, Archatti, etc. d) Este procedimiento de revisión permitirá delimitar las bases teóricas pertinentes a temas como: a) el desarrollo del capitalismo en la agricultura; b) economías campesinas en el capitalismo subdesarrollado; c) proletarización y semiproletarización rural; d) clases sociales rurales; y e) agricultura y Estado. Estas «áreas conceptuales», y algunas más que se hagan necesarias o pertinentes, son relativas a nuestra investigación y tienen que ver directamente con la profundización de los diversos aspectos vinculados a la problemática teórica de nuestro objeto de estudio. e) No buscamos hacer la investigación a partir de ideas abstractas, sino de las condiciones concretas en que esos conceptos se presentan en la realidad dominicana. El nivel de agregación de nuestro objeto no viene a ser exclusivamente grande (la totalidad del país, la totalidad de la población), sino que, como ya vimos, en el planteamiento del objeto hemos elegido un área (San Juan de la Maguana) de la región del país (región Suroeste) y una de las clases sociales
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 291
21/05/2009 12:05:53 p.m.
292
Angel Moreta
rurales (los habitantes rurales de esa área en proceso y en condiciones sociales económicas de proletarización y semiproletarización). Este nivel de agregación, sin embargo, no obstruye la perspectiva totalizadora-integradora ya mencionada, sino que la succiona a favor del reconocimiento de la realidad concreta en toda y con toda complejidad. f) Nuestro «marco metodológico» rehuye el encuadramiento funcionalista, que utiliza solamente datos sincrónicos referentes a un momento aleatorio en el tiempo, entresacados del devenir histórico; estos datos, así configurados, constituyen una abstracción estática del proceso histórico-social. Este tipo de análisis no se acoge a una metodología de la totalidad, por cuanto ésta se fundamenta en la profundidad histórica, en ver la sociedad en función del conjunto de sus constreñimientos estructurales, como un continuo, como una dinámica compleja a través de la cual se expresan y objetan los grupos sociales y sus contradicciones.25 g) El proyecto se adscribe a un concepto de ciencia que distingue lo fenoménico de lo esencial en los componentes de la realidad objetiva.26 El conocimiento científico de lo social sólo es tal cuando es capaz de apropiarse de lo esencial-estructural de la realidad estudiada, atravesando críticamente las apariencias fenoménicas que obstaculizan dicho conocimiento. El concepto neoempirista de ciencia, al cual se adscribe el funcionalismo, en cambio, considera que la búsqueda de lo esencial es una tarea metafísica. De aquí que el conocimiento social empirista confunda «los hechos científicos con los datos y la realidad social con su exterioridad y su presentación», quedando la explicación a nivel de la descripción y de la inmediatez de lo real. La tesis del conocimiento científico como producción de un concreto pensado permite rechazar con fundamento la 25 L. Paré, Polémica; A. Warman, «El problema del proletariado en México, El campesinado en México, México, 1981. 26 K. Kosik, Dialéctica de lo concreto, México, 1978.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 292
21/05/2009 12:05:53 p.m.
Apéndice 3
293
teoría empirista. Aquí es condición necesaria la superación del momento de la representación; el objeto de la investigación no es lo que simplemente está ahí enfrente de nosotros, la realidad no es lo que se encuentra inmediatamente con el instrumento analítico, sino que ella es «una totalidad mediada en sus dos aspectos»: como totalidad pensada y como totalidad real. Como totalidad pensada debe evidenciar los procesos de transformación de lo concreto real; y como totalidad real, debe mostrar su realidad completa más allá de lo que se revela a la simple representación.27 h) Como vimos más arriba, nuestra investigación requiriere de la substanciación de cuatro o más áreas conceptuales importantes para nuestra práctica: • Desarrollo del capitalismo en la agricultura. • Economías campesinas y capitalismo subdesarrollado. • Proletarización rural y semiproletarización. • Clases sociales en la agricultura y políticas estatales. Procedimientos En las tareas de construcción del dato científico utilizaremos tanto el «trabajo documental» como el «trabajo de campo». a) El primero requiere de una consulta sistemática de libros, revistas, artículos, documentos (censos, memorias, estadísticas de población y agropecuarias) y periódicos. El segundo exige un trabajo vivo de observación prolongada in situ, durante el cual utilizaremos instrumentos y técnicas de investigación empírica: entrevistas de profundidad, cuestionarios, procedimiento general de observación, historias de vidas, testimonios por sectores del proletariado agrícola, etc. 27 J. J. Botero Cadavid, «Empirismo, teoría y práctica en las Ciencias Sociales», Cuadernos de Filosofía, No. 6, Colombia, p. 220 y ss.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 293
21/05/2009 12:05:54 p.m.
294
Angel Moreta
b) Los instrumentos de observación de campo, serán construidos en base, fundamentalmente, a los factores de diferenciación de los asalariados agrícolas que propone Luisa Paré en su obra mencionada. Estos factores son los siguientes: • Vinculación o no con los medios de producción. • Carácter permanente o eventual en el trabajo (empleo fijo o empleo eventual). • Nivel de calificación (calificados o no calificados). • Carácter migratorio del trabajo (trabajo exclusivo en las zonas de residencia o fuera de ella). • Tipo de empresa a la que se vende la fuerza de trabajo (empresas agrícolas capitalistas o campesinas). Se trata de buscar las implicaciones de cada una de estas categorías y el significado diferencial que tienen desde el punto de vista económico e, inclusive, ideológico y político. Tanto el trabajo documental como el de campo permitirán traducir el problema de la investigación empíricamente y construirlo teóricamente a través de las categorías y las áreas conceptuales delimitadas más arriba como pertinentes a nuestra práctica. Más adelante, en el apartado dedicado a dilucidar las fuentes de esta investigación, se establecen otras precisiones que amplían el punto relativo a los procedimientos y técnicas de indagación empírica. Aplicación del instrumento Los factores mencionados sugeridos por L. Paré, serán tomados en cuenta para la elaboración del instrumento; en la versión preliminar del mismo ha desempeñado un rol significativo la experiencia preliminar del campo que se ha venido realizando. La aplicación del instrumento se hará eligiendo muestras de cada una de las que hemos considerado (Ponencia en el III Congreso) como figuras socioeconómicas del proletariado agrícola de la zona, a saber:
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 294
21/05/2009 12:05:54 p.m.
Apéndice 3
295
• Obreros agrícolas en fincas agrícolas. • Obreros agrícolas en fincas ganaderas. • Obreros agrícolas echa-días con hábitat en los barrios marginados de la ciudad. • Obreros agroindustriales (Lavador, La Manicera). • Obreros y asalariados de factorías arroceras. Este esquema de aplicación del instrumento no excluye, obviamente, el procedimiento general de observación y específicamente la entrevista informal, instrumento muy rico este último para obtener información viva, fundamentalmente información no sólo del proletariado agrícola, sino de otros elementos que forman parte de la red de relaciones clasistas como administradores de fincas, obres «ajusteros», burgueses agrarios, rentistas, capitalistas de factorías, campesinos, etc. Y particularmente para construir y armar cuadros de datos muy concretos como costos de producción (en unidades campesinas y capitalistas), costos de producción de trabajo de la fuerza de trabajo, etc. Investigación militante El carácter de investigación de campo, la perspectiva teórica, la metodología y los objetivos de la presente propuesta de investigación, le dan posibilidades y condiciones para compartir el perfil de «investigación militante». Entiendo por ésta, aquella en la cual el conocimiento del objeto permite su transformación. El objeto de conocimiento se convierte paulatinamente en sujeto de transformación, en la medida en que se va produciendo una profundización en la realidad, y por ende, una imbricación de sujeto y objeto y una transformación cualitativa del objeto en sujeto de transformación. Por tanto, la investigación activa no se limita a conocer; dentro de ella, sujeto y objeto son activos. Este enseña al investigador, lo alfabetiza en él; y el investigador lo descubre, lo elabora y constituye sobre la base de la teoría y las categorías científicas pertinentes ya desarrolladas sistemáticamente.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 295
21/05/2009 12:05:54 p.m.
296
Angel Moreta
La realidad se reconoce con la teoría, (pero no procediendo con exterioridad a ella) en su contrato sensorial inmediato, punto de partida de la intuición y la presentación, de modo a descubrir las implicaciones cognoscitivas profundas, las relaciones esenciales internas, despojándola de su apariencia encubridora.28 Hipótesis globales y específicas Globales: 1. En la agricultura dominicana se produce un proceso creciente de penetración capitalista, ya iniciado en décadas anteriores, dentro de un contexto en el cual la formación social en su conjunto se inserta en la economía mundial capitalista en función de grandes tendencias que se manifiestan a nivel estructural. 2. Los procesos económicos y sociales que se expresan en la agricultura dominicana son reflejo de la dinámica del desarrollo del capitalismo y de su articulación con la economía mundial capitalista. 3. La región en su conjunto no es todavía de amplia y definida desintegración de la economía campesina debido posiblemente a factores históricos-estructurales, como la densidad demográfica, las condiciones naturales, las luchas campesinas, la predominancia del semiproletariado, que funciona como ejército de reserva, la política económica del Estado, que no ha ido claramente a desarrollar una acumulación capitalista típica de crecimiento industrial sobre la base de una economía próspera y una agricultura descampesinizada.
28 Orlando Fals Borda, «Sobre la investigación-acción», citado en la bibliografía, desarrolla algunas preocupaciones y reflexiones acerca de experiencias de investigación de nuevo tipo realizadas en América Latina.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 296
21/05/2009 12:05:54 p.m.
Apéndice 3
297
4. El proletariado agrícola del país permanece no organizado sindicalmente debido a su no separación total de la tierra, principal medio de producción en la agricultura, o a su muy reciente separación. Esto conlleva a que sus intentos de organización clasista sean prácticamente inexistentes o aparezcan mezclados con los intereses y proyectos de organización campesina. 5. La clase obrera rural del país no está plenamente definida si consideramos que está formada también por semiproletariados, lo que quiere decir que la «frontera» con el campesinado no se ha establecido todavía claramente. Sin embargo, los procesos de proletarización en el campo son intensos, a pesar de las tendencias contrarias que resultan de la presencia de las dos relaciones de producción. 6. Entre las causas importantes de la proletarización rural en República Dominicana hay que considerar la pérdida de medios de producción (animales, máquinas, tierra, aperos, etc.) a manos del capital usurario y comercial, por motivos de poder, chantaje y engaño; la absorción cada vez más extendida de fuerza de trabajo campesina por la industria, lo cual provoca emigración a las ciudades; la ruina creciente del pequeño productor como consecuencia de la competitividad del capital; la subsunción del trabajo campesino al capital; la erosión progresiva y el estancamiento de la unidad campesina; la fragmentación y pulverización por vía de herencia, etc. Específicas: Sobre desarrollo del capitalismo y clases sociales 1. San Juan de la Maguana es una microformación social caracterizada por relaciones de producción que forma un todo desigual y combinado con dominancia de relaciones de producción capitalistas y predominio numérico de la economía campesina.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 297
21/05/2009 12:05:54 p.m.
298
Angel Moreta
2. Generalmente, a mayor desarrollo capitalista en la agricultura corresponde una mayor proporción de población sin tierra, parte de la cual pasa a estar ploretarizada. San Juan tiene probablemente el mayor desarrollo capitalista relativo de la agricultura del Suroeste, por lo que hay allí una proporción considerable de población liberada de los medios de producción en condiciones de proletarización. 3. La agricultura capitalista, que genera en la zona un porcentaje considerable del producto agrícola, encuentra condiciones propicias para su producción debido a la abundante oferta de mano de obra proletaria y semiproletaria. En la agricultura de San Juan hay una explotación intensa del trabajo campesino, que lo coloca constantemente por debajo del nivel de subsistencia a favor de la burguesía agraria, mercantil y agroindustrial en la zona. 4. Hay un desarrollo desigual en el agro de San Juan; los productores son, por un lado, el sector campesino, y por otro, el sector capitalista, con diferencias en cuanto a organización de la producción, a fuerza de trabajo empleada, al tamaño de la explotación, a las relaciones de producción, al régimen de tenencia, a las condiciones de acumulación, composición orgánica y renta diferencial. 5. Las clases sociales fundamentales en la zona son: los capitalistas agropecuarios, capitalistas de factorías y comerciantes acaparadores, la clase rentista, una pequeña burguesía con posibilidades de acumulación (empresarios medianos no campesinos), campesinos mercantiles y de subsistencia que se autorreproducen precariamente de la agricultura, el proletariado agrícola y los campesinos pobres en vías de descampenizarse. 6. Las clases sociales cuyo esquema hemos sugerido, guardan una serie de contradicciones que no han sido descubiertas a plenitud todavía. Los capitalistas de agroindustrias y la burguesía agraria luchan entre sí por la apropiación del excedente, y mientras esta última tiende a descampesinizar, aquella
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 298
21/05/2009 12:05:54 p.m.
Apéndice 3
299
recampesiniza relativamente en la medida en que organiza la producción campesina a través de la circulación, y su interés básico reside en mantener ese vínculo antes de expropiarle los medios de producción. 7. Los capitalistas, cuando se funden con la figura del terrateniente, además de percibir la ganancia media, perciben la renta diferencial y la renta de la tierra. Esto explica en parte el poder de los burgueses locales, y sus niveles considerables de acumulación. Sobre las economías campesinas 1. La subordinación de las economías campesinas de la zona al capitalismo trae como resultado un proceso interno de diferenciación y descomposición en clases antagónicas; una burguesía y un proletariado que coexisten con un sector de campesinos todavía no definido nítidamente hacia ninguno de estos dos extremos, aunque esa indefinición puede encerrar obviamente un proceso estructural de crisis, que debe ser observado por la investigación. 2. Tomando teóricamente en cuenta que las economías campesinas parcelarias basan su producción fundamentalmente en el uso de la fuerza de trabajo familiar, que no suelen, por tanto, contratar fuerza de trabajo asalariada, que cuentan con escasos recursos de tierra y capital y que desarrollan un intercambio mercantil simple; asimismo, que los ingresos del campesinado pobre provienen de fuentes diversas (autoconsumo, venta de su fuerza de trabajo, comercialización de cierta producción artesanal, etc.), suponemos que la producción y subsistencia de los grupos semiproletarizados de la zona no se debe exclusivamente al salario en dinero que puedan percibir, sino que éste viene a ser un componente de su ingreso salarial total. 3. Los campesinos minifundistas serán incapaces de superar el nivel de subsistencia y debido, entre otras cosas, a su falta de recursos para adquirir más y mejores tierras y para mejorar
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 299
21/05/2009 12:05:54 p.m.
300
Angel Moreta
sus técnicas de producción, la tendencia es hacia la pulverización de esas propiedades, sea por vía sucesoral, por despojo, por efecto de la competencia capitalista, factores concretos regionales, etc. Dada la penetración del capitalista en la agricultura, hay ya un proceso de desarrollo tendente al incremento del proletariado de San Juan, con una de sus causas en la estructura de poder y el control que ejercen terratenientes y burgueses agrarios sobre las mejores tierras y sus complementos físicos. 4. Si bien subsisten en la zona amplios cultivos de economía mercantil de pequeña escala que producen para el mercado interno, la tendencia fundamental del capitalismo en la misma es hacia la erosión y desgaste, aún sea a largo plazo, de las condiciones de trabajo de los pequeños productores y el dominio de las explotaciones basadas en relaciones salariales. 5. En San Juan el campesinado está subordinado al modo de producción capitalista en la esfera de la circulación y últimamente ha pasado a la esfera de la producción a través del crédito, insumos, tecnologías, que explotan al campesino según una lógica capitalista. 6. Partiendo de un intento todavía provisorio de análisis del vínculo que en la esfera de la circulación se presenta entre producción mercantil campesina y capitalismo de factorías y agroindustrial, tratando de descubrir elementos económicos significativos de este vínculo estructural, para establecer la real situación de aquellas en cuanto a sus posibilidades de reproducción, se percibe la tendencia hacia el desgaste gradual de las mismas. Pero al mismo tiempo su vinculación relativamente estable con el capital hace pensar en una probable situación de funcionalización a favor de éste, que succiona al excedente del trabajo campesino y no hace posible su desaparición inmediata. Mientas, hay una situación de déficit real que se refleja en los costos de producción, el crédito, la tecnología y otros elementos y la tendencia al desplazamiento hacia las tierras de escasa renta diferencial.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 300
21/05/2009 12:05:54 p.m.
Apéndice 3
301
7. La intensificación tecnológica del proceso de trabajo, irresistible por sus costos de producción para el campesino, está generando una tendencia al desplazamiento de fuerza de trabajo asalariada hacia otros sectores. El incremento de población depauperada en los barrios pobres de la ciudad refleja en cierta forma este proceso. Sobre el proletariado agrícola 1. El proletariado agrícola concretamente en la zona es una clase heterogénea, compuesta por varias «figuras socioeconómicas»: obreros agrícolas con su lugar de asentamiento en la zona rural; obreros agrícolas con su lugar de asentamiento en las zonas deprimidas de la ciudad (pero activamente vinculados a la agricultura); obreros de factorías y agroindustrias; obreros «ajusteros»; obreros operadores de maquinaria y aplicadores de tecnología agropecuaria (bombistas, bueyeros, tractoristas, etc.). (Véase más adelante, en la parte dedicada a exponer las fuentes de investigación, un desglose del punto.) 2. Debido al carácter del capitalismo regional, que no ha proletarizado totalmente la masa campesina ni requiere en gran escala la mano de obra permanente, tienen un peso importante los semiproletariados, y en razón de ello las luchas agrarias han revestido un contenido más campesino que proletario, más por recuperar tierras que por mejorar las condiciones laborales. Este rasgo puede envolver obstáculos importantes para la organización del proletariado agrícola, en la medida en que a nivel de comportamiento político actúan según intereses campesinos. 3. El proletariado agrícola es una clase heterogénea que incluye un conjunto de figuras socioeconómicas diversas, como nosotros hemos propuesto, y rinde las más altas tasas de plusvalor en la zona, incluyendo mujeres y niños; vive en condiciones de pauperización extrema y los salarios pagados por los capitalistas agrarios no se corresponden con el valor de la fuerza de trabajo, por lo que se puede usar en este caso «la categoría de superexplotación de la fuerza laboral».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 301
21/05/2009 12:05:54 p.m.
302
Angel Moreta
4. La clase obrera rural tiene serias dificultades de organización, ideológicas y materiales, lo que coadyuva al proceso de acumulación y a la manipulación por parte del capitalista, convertido, en virtud de la existencia de la renta capitalista del suelo, en verdadero «comandante de trabajadores asalariados». 5. El obrero agrícola lucha junto al campesinado pobre por tierras y por convertirse en un productor autorreproductivo. En esta brega se deja representar, en calidad de «campesino sin tierra», por las organizaciones campesinas, cuyas demandas fundamentales, aunque no la hemos estudiado aún y apenas la hemos mencionado, son específicamente de carácter campesino. Ambas clases, en la zona, no ven todavía que su «amo» común, como dice C. Faure,29 es el capital. Desglose analítico 1. Problemas de determinación del objeto y discusiones teóricas: • Proletarización rural y desarrollo del capitalismo en los modelos clásicos. • Proletariado agrícola, semiproletariado y campesinado: el problema de la magnitud del proletariado agrícola. • El peso específico de las relaciones salariales. • Formas de conciencia y de organización del proletariado agrícola. (Perspectivas de análisis.) Aspectos superestructurales del problema. • Dificultades de medición y de censo por el carácter temporario y migratorio de la fuerza de trabajo proletaria rural. • Problemas de censos y estadísticas oficiales con respecto a las clases sociales rurales.
29 C. Faure, «La producción campesina».
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 302
21/05/2009 12:05:54 p.m.
Apéndice 3
303
2. La economía campesina en el valle de San Juan de la Maguana: • Situación de las economías campesinas en la zona. • Vinculación con las diversas fracciones del capital. • La explotación del trabajo campesino y el proceso de valorización. • Subsunción del trabajo al capital. • Los costos de producción como un elemento estructural de la subsunción. • Otros factores de competitividad con las grandes explotaciones: riego, tecnología, capital-dinero, fuerza de trabajo, crédito, etc. • Desarrollo capitalista en la agricultura; composición orgánica del capital, crédito, insumos y mercado (de trabajo, de bienes y de dinero). • Procesos de diferenciación interna. • Transformaciones de la economía campesina. 3. Grados y ritmos del desarrollo capitalista en el área: • Fuerza de trabajo asalariada según el tamaño de las explotaciones y tipos de cultivos. • Mano de obra asalariada y fuerza de trabajo familiar. • Proporción en relación con la PEA de la provincia. • Asalariados propiamente dicho; semi-asalariados. • Formas de remuneración salarial (sistemas de pago): por ajuste, por tiempo, a «sueldo fijo», otras formas de pago. • El marco jurídico del salario. • Procesos migratorios de regiones adyacentes, flujos de capital y fuerza de trabajo. • Movilidad desde el lugar de residencia a las zonas de empleo. • Las migraciones rural-rural y de tipo temporal o estacional. • Formas de explotación del trabajo en la agricultura de la zona. • El patrón de herencia en la zona como vía de acumulación originaria.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 303
21/05/2009 12:05:55 p.m.
304
Angel Moreta
4. Factores de desarrollo del proletariado agrícola: • Contradicciones en el sector agrario. • Factores de descampesinización y descomposición, mercantilización del consumo, concentración de los medios de producción en las manos de los poseedores de dinero o capital, establecimiento de empresas capitalistas y de grandes explotaciones, pauperización y efectos de la competencia capitalista, intercambio desigual proletarización coincidente con desarrollo capitalista, proletarización que resulta de la pauperización. 5. Condiciones de reproducción del proletariado agrícola: • Formas de proletarización y semiproletarización. • Proletariado y semiproletariado en cuanto a sus condiciones de vida y reproducción. • Mecanismos diversos de reproducción de la vida. • Papel que desempeña la relación directa con la tierra en términos económicos, políticos e ideológicos en el proletariado y semiproletariado. • Subordinación del trabajo campesino al mercado. • Relaciones entre economía campesina y proletarización. • Ingreso proveniente de la relación salarial y de la unidad campesina. Proporción e ingreso monetario total. 6. Las clases sociales: • • • • •
Burguesía agraria en San Juan de la Maguana. Ideología. Burguesía industrial de factorías. La burguesía agraria y los terratenientes (rentistas). Los capitalistas comerciales acaparadores. El proletariado agrícola.
Figuras socioeconómicas del proletariado agrícola de San Juan de la Maguana. (Ver el apartado que trata sobre las fuentes de la investigación, más adelante.)
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 304
21/05/2009 12:05:55 p.m.
Apéndice 3
305
7. La conciencia política del proletariado y las demás clases sociales: • Posibilidades de organización. • Tipos de demandas (campesinas o proletarias). • Ideologías diversas y representaciones del micromundo regional. • Papel de las elaboraciones y propuestas ideológicas en la lucha y la relación de las clases sociales de la zona. Fuentes Nuestra investigación tiene como fuentes fundamentales para la construcción del dato científico: la documental y el trabajo de campo. La fuente documental está constituida por libros, revistas, artículos, documentos (censos, memorias, estadísticas diversas) y periódicos. Genéricamente la documentación la dividimos en oficial y no oficial. En la primera figuran los diversos documentos y publicaciones oficiales depositados en bibliotecas y archivos, como los diversos censos nacionales de población, los censos agropecuarios, los censos provisionales, los censos por productos específicos del agro; boletines estadísticos diversos y las cuentas nacionales, las memorias, etc. En la no oficial incluimos todas las publicaciones de investigadores individuales y de censos e institutos de investigación no oficiales. Nuestras fuentes documentales básicas son los censos de población, agropecuarios, etc., las fuentes estadísticas, revistas y periódicos, libros y monografías de investigación sobre fuerza de trabajo en la agricultura, las leyes que tienen que ver con la remuneración salarial en el país, en la agricultura y en las regiones del país. Pero la fuente imprescindible es el trabajo de campo, sin el cual no se pueden captar las peculiaridades del problema a estudiar. Además de realizar entrevistas en profundidad con representantes de las diversas clases sociales (capitalistas
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 305
21/05/2009 12:05:55 p.m.
306
Angel Moreta
agrarios, campesinos y obreros agrícolas), haremos historias de vida y aplicaremos cuestionarios y encuestas por cuota. Son fuentes de dato para nuestra investigación: el Tribunal de Tierras, la oficina local de Seguro Social, Rentas Internas, la Cámara de Comercio, las asociaciones de arroceros capitalistas y comerciantes acaparadores, existentes actualmente en San Juan de la Maguana, los abogados notarios, etc. Además, la clase misma que interesa a la investigación, el proletariado agrícola, y las figuras socioeconómicas que concretamente lo componen en la región. Según propuesta hipotética que hicimos en el III Congreso de Sociología y según la experiencia de campo realizada, esas figuras componentes son: 1. Obreros agrícolas cuyo lugar de asentamiento está en la zona rural, en la agricultura y la ganadería, tanto en la zona árida y montañosa, pero básicamente en la irrigada y en comunidades agrícolas no muy distantes de la ciudad. 2. Obreros agrícolas, jornaleros y echa días cuyo lugar de asentamiento está en los barrios pobres de la periferia de la ciudad, como Quijá Quieta, Los Transformadores, Los Mojao o Raspa-Jincao, Guachupita, etc. Estos sectores han crecido en los últimos 10 años y en ellos residen grandes cantidades de hombres desocupados y subocupados, jornaleros eventuales, etc. 3. Asalariados agrícolas de La Manicera y Lavador, agroindustrias que emplean mujeres para seleccionar el maní, obreros tractoristas, etc. Y los trabajadores de factorías. 4. Asalariados operadores de maquinaria y aplicadores de tecnología agropecuaria (tractoristas, bueyeros, bombistas, etc.). 5. Hay una figura socioeconómica que está desarrollándose actualmente, y que desde el punto de vista de su reproducción es obrero agrícola, pero desde el punto de vista de la contratación de fuerza de trabajo por el capital es intermediario entre el patrón y el jornalero: es la figura del «ajustero», que contrata «ajustes» (venta de la fuerza
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 306
21/05/2009 12:05:55 p.m.
Apéndice 3
307
de trabajo por determinada cantidad de operaciones, como cantidad de hombres variables e igualmente de magnitud de salario variable). El ajustero es una figura nueva y se diferencia ideológicamente del jornalero y echa días por su habilidad, su calificación y su trato con el patrón. El proyecto permitirá un conocimiento profundo del proletariado agrícola de San Juan de la Maguana, mediante la observación concreta de estos elementos y de las otras clases sociales.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 307
21/05/2009 12:05:55 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 308
21/05/2009 12:05:55 p.m.
Apéndice 4. Proletarización rural, capitalismo y clases sociales en el Suroeste (SJM). (Tendencias e hipótesis)1 Nota aclaratoria:2 El presente texto recoge el material empírico-sociológico, provisional y en curso, que luego, una vez concluida la investigación, constituida por el presente libro, se trasmutó en una propuesta teórica-metodológica y empírica más amplia, la cual se recoge en el apéndice No. 2, del presente libro. Se incluye en razón de que forma orgánicamente parte del libro y de la propuesta de mayor alcance recogida en dicho apéndice. Si nosotros no estuviésemos convencidos de los aportes que, modestamente, contienen desde el punto de vista de la «investigación empírica de sustentación teórica y del trabajo de campo», no lo incluiríamos en el volumen. Todo científico social que pretenda recorrer el camino de la investigación social aquí trazado, en cuanto a otras regiones del país, deberá casi necesariamente trillar los pasos que envuelve el presente material. «Es parte de la historia del trabajo sociológico empírico y de campo en República Dominicana. Una lección 1 Ponencia de Angel Moreta publicada en: Problemática rural en República Dominicana. III Congreso de Sociología (del 8 al 21 de octubre de 1982), Asociación Dominicana de Sociólogos, Santo Domingo, 1983, pp. 165-193. 2 Esta nota redactada por Angel Moreta en 1999 no está incluida en la publicación III Congreso de Sociología.
– 309 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 309
21/05/2009 12:05:55 p.m.
310
Angel Moreta
definitiva que en la UASD lo hayan mediatizado en forma maliciosa.» En mi querida academia, víctima de grupos e individuos frustratorios (cuyo sumum bonum es el de carácter personal), que no representan los símbolos de la academia, sino sus propios e indigentes desideratuns; es necesario desgarrar vestiduras… Angel Moreta Preliminares El desarrollo de una investigación de campo en nuestro país tiene dificultades sin límite, de tipo material e intelectual. Materiales, por cuanto sale muy costoso y es difícil conseguir apoyo de instituciones o personas. Y espirituales, porque, al no tener tradición de investigación de campo, no disponemos hoy todavía de caracterizaciones generalizadoras acerca del campesinado, el proletariado agrícola y las clases sociales rurales de nuestro país. Hasta hoy el trabajo realizado en República Dominicana que ha sido importante, se ha efectuado sobre la base de documentos (censos, estadísticas y memorias, etc.) y no de la experiencia viva, como en otros países de América Latina. Solemos hablar de las posibilidades políticas y de la organización del proletariado agrícola y del campesinado, de la ideología de la burguesía agraria o industrial, de las clases rurales, pero todo ello sobre una base documentalista. «Soy de los que piensan que ya es hora de que las ciencias sociales en República Dominicana dejen el nivel especulativo en que se han mantenido y den un paso de avance en dirección al conocimiento de los procesos sociales en forma viva.» Esto no sugiere la puesta en acción de una práctica ciega y ateórica, de una práctica empirista. Considero que cada problema objeto de investigación tiene que ser sustanciado integralmente en términos de un cuerpo teórico, no para que éste diga cómo tiene que comportarse el fenómeno, no para que la realidad brote de los conceptos, sino para que los conceptos
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 310
21/05/2009 12:05:55 p.m.
Apéndice 4
311
broten de la realidad, en otras palabras, no para que la realidad sea «leída» con la teoría, sino para que la teoría sea leída con la realidad. En este sentido, nosotros hemos partido de algunos planteos teóricos en torno al fenómeno de la proletarización rural, pero ha sido la misma práctica de investigación, sinuosa y difícil, la que ha ido sugiriendo particularizaciones que no estaban contempladas en las categorías. Cada fenómeno social tiene sus particularidades históricas de acuerdo con el contexto en que se insertan. A menudo pensamos la realidad según «esquemas» sin sopesar que los esquemas son obstáculos al conocimiento. Pensamos, por ejemplo, en que las clases solamente son dos: burguesía y proletariado. Y con ello nos cerramos para comprender concretamente las distintas clases y sectores de clase que en un momento histórico dado y en una microformación social determinada están actuando en el proceso de producción y circulación. El romper estos esquemas paralizantes, por ejemplo, permitió llegar recientemente en nuestra investigación, a una formulación más o menos hipotética, pero con fundamento en la observación concreta, de la organización de las clases sociales en la agricultura de San Juan de la Maguana, a la cual nos referiremos más adelante. Yo creo que jamás hubiese sido posible formular un esquema de clases, transitorio por lo demás, sin desarrollar un proceso concreto de observación. En este sentido preciso es que se puede afirmar que los conceptos brotan de lo real, y no de lo contrario, y que el trabajo de campo es una necesidad si de veras queremos avanzar más de lo que lo hemos hecho hasta ahora en el conocimiento de nuestra realidad concreta. I. Planteamiento del objeto En nuestro encuadramiento teórico, la proletarización es resultante del proceso de separación de los trabajadores de sus medios de producción y su incorporación al régimen salarial, donde producen plusvalor; este fenómeno va siempre
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 311
21/05/2009 12:05:55 p.m.
312
Angel Moreta
precedido de procesos de descampesinización y ambos en conjunto tienen que ser comprendidos en relación con el funcionamiento y expansión del capital en la agricultura. Por tanto, en esta perspectiva incluye fundamentalmente la observación de las condiciones históricas específicas de las economías campesinas, del desarrollo del capitalismo y de las clases sociales vinculadas a la agricultura en la zona investigada de que se trate. Nuestra exposición privilegiará estos elementos concretos, sugeridos no sólo por la perspectiva teórica, sino también por la experiencia de campo. En efecto, esta última nos muestra que «no es posible analizar el proceso de proletarización en la agricultura sin atender previamente a la dinámica que se produce en la relación de las economías campesinas con el desarrollo del capitalismo»; y este último, a su vez, remite necesariamente a la investigación de las clases sociales rurales en la zona concreta en que nos encontramos estudiando aquel fenómeno. Por tanto, la práctica misma de investigación convalida un entramado que ya está relacionado en la teoría. Y el proletariado agrícola va a parecer como una clase social que no puede ser estudiada de manera inmanente; investigándolo en el terreno mismo, uno se da cuenta que tiene que observar también las demás clases en esa zona, sus interrelaciones y subordinaciones, etc., para explicar y comprender mejor a aquél. «El proletariado agrícola guarda una serie de vinculaciones con otras clases: el campesinado, la burguesía agraria y los terratenientes.» Donde hay proletariado agrícola tiene que haber capitalismo agrario, son dos polos de una misma contradicción. Hacer fino el análisis para descubrir los distintos sectores que lo componen, con características económicas e ideológicas diferentes, es una tarea de gran importancia... A menudo pensamos que el proletariado rural, al igual que el campesinado, forma un todo homogéneo, pero no es así. Y no puede ser a partir de los censos y estadísticas, de manera puramente deductiva, como vamos a establecer capas y sectores de esta clase, sino mediante la observación concreta. «Al hablar de proletariado agrícola frecuentemente pensamos
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 312
21/05/2009 12:05:55 p.m.
Apéndice 4
313
en obreros como los braceros de la caña, por ejemplo, sin sospechar que hay una complejidad correspondiente a un fenómeno más rico que las esquematizaciones corrientes que obstaculizan sus conocimientos.» El proletariado agrícola es una clase compleja que incluye una variedad de figuras socioeconómicas, que tienen condiciones de reproducción y hasta comportamientos ideológicos sumamente diferentes; desde el obrero agrícola que se reproduce exclusivamente con el salario, hasta trabajadores que combinan la venta de su fuerza de trabajo con su participación estacional directa en la producción parcelaria. Subsunción del trabajo al capital En el análisis de la relación específica de las economías campesinas y el capitalismo, necesario para estudiar el proceso de proletarización agrícola; y el concepto de subsunción del trabajo al capital, expuesto por Marx en el capítulo VI inédito, es de gran importancia. Permite comprender el vinculo de asimilación de formas no capitalistas a la racionalidad del modo de producción dominante y que la reproducción de esas formas depende completamente de su subsunción a las leyes que rigen la reproducción del modo de producción en su conjunto. Si bien Marx lo aplicó a situaciones en que el capital pasa a controlar directamente el proceso productivo, se ha aplicado también a casos en los cuales se verifique «un proceso de explotación del trabajo por el capital en sentido general». El carácter decisivo de la subsunción en su aspecto formal es que la lógica del valor de cambio se impone sobre el valor de uso y la fuerza de trabajo se transforma en mercancía. Desde esta óptica la subsunción se puede comprender como subordinación al capital del sistema campesino, a través del mercado como esfera de dominación controlada por el capitalismo. (R. Bartra, 1979.) La subsunción de la producción campesina al capital asume diversas formas, pero las más nítidas son la subordinación al mercado de bienes y de dinero, y al mercado de trabajo. El mercado es una esfera de dominación de las formas no
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 313
21/05/2009 12:05:55 p.m.
314
Angel Moreta
capitalistas por el capital, esfera a la cual se subsumen para lograr su propia reproducción. «Una lógica de intercambio desigual se instala en el vínculo del campesinado con el mercado capitalista con importantes consecuencias para la proletarización de la fuerza de trabajo en la agricultura», pues dicho vínculo se traduce en una permanente desacumulación de la producción campesina en favor del capital global en su conjunto. El campesino, mediante un complejo proceso (que no podemos exponer aquí) es llevado a situarse en una crisis estructural permanente contra la cual lucha para lograr las condiciones mínimas de su equilibrio económico, y a vender su fuerza de trabajo en los términos del intercambio desigual, esto es, por un precio que está por debajo de su valor de cambio. (Aquí se plantea una estimulante discusión teórica con motivo de la tesis de C. Meillassoux, las que permiten ver la economía campesina, y en ella al semiproletariado, como un ejército de reserva para el capital). «El mercado, en consecuencia, es un factor de empobrecimiento progresivo del campesinado, pues en él funcionan mecanismos de intercambio desigual a través de los cuales el capital succiona parte del valor creado en la producción.» Esto genera un proceso de descomposición gradual que es reforzado por mecanismos como la formación de la renta diferencial, esto es, la baja productividad de la unidad campesina. Descampesinización y acumulación Si la subsunción del trabajo campesino al capital fija una relación de explotación que desgasta a largo plazo la pequeña producción, la descampesinización puede ocurrir como resultado de procesos de expropiación (la vía de acumulación originaria) o de la acumulación capitalista (la vía de la reproducción ampliada). En el primer caso puede sobrevenir la destrucción de la economía campesina; y en el segundo, destrucción, funcionalización o, en todo caso, procesos de descomposición de diverso grado y ritmo, consecuencia de la subsunción de la economía campesina a las leyes del modo de producción capitalista.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 314
21/05/2009 12:05:56 p.m.
Apéndice 4
315
Hay relación estrecha entre ambos tipos de acumulación, en los últimos años se han sugerido hipótesis que plantean una acción combinada de ambos en las condiciones del subdesarrollo (R. Bartra, 1976). Una de las contradicciones del capital es la coexistencia de ambos tipos, que se expresa en una dialéctica de disolución-reproducción de las economías campesinas. En vía de la «acumulación capitalista», el capital subordina la producción campesina a las exigencias de la reproducción ampliada y «la disolución se produce únicamente como efecto de la erosión gradual a que aquella es sometida». El productor campesino, de esta manera, es arrastrado a vincularse estructuralmente con el capitalismo y a depender cada vez en mayor medida del incremento de su fuerza de trabajo y llegará un momento, tal vez remoto, en que la venta de esa mercancía ocupará un lugar principal en relación a sus medios de producción. La investigación de campo hará posible relacionar y descubrir factores concretos, locales y regionales, de proletarización vinculados a: 1) la subsunción, 2) la acumulación originaria o 3) la reproducción ampliada del capital. ¿Por qué proletarización rural en San Juan de la Maguana? El tipo de análisis que estamos sugiriendo en términos de relacionar las economías campesinas con las formas de acumulación y de subsunción del trabajo campesino al capital, conduce concretamente, al menos en términos de nuestra experiencia de campo, «a la observación del fenómeno de las clases agrarias y a la teoría de la distribución de la ganancia media entre las clases capitalistas vinculadas a la agricultura». Por tanto, a las contradicciones que se producen entre ellas por la apropiación del excedente del trabajo campesino y de los obreros agrícolas y semiproletarios. De esta forma se pueden ir relacionando, a partir del trabajo de campo, los elementos explicativos del proceso de proletarización y de conformación de un proletariado agrícola en una rama dada de la producción agropecuaria.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 315
21/05/2009 12:05:56 p.m.
316
Angel Moreta
En San Juan de la Maguana hay un proletariado agrícola ya conformado, tal vez en una magnitud que no sospechábamos. No dejaba, por tanto, de ser interesante estudiar el fenómeno en una zona como ésta que envuelve el mayor desarrollo de relaciones capitalistas de la región Suroeste. Pensamos que estudios concretos de las relaciones de producción en la agricultura dominicana pueden aportar al conocimiento de las clases sociales rurales, de las clases capitalistas y rentistas, como del campesinado y del proletariado agrícola. Sobre esta última no sabemos más que «algunas determinaciones especulativas generales, carecemos de caracterizaciones generalizadoras», que estimulen más investigaciones y que en la práctica ayuden a formular ideas acerca de cómo debiera darse la organización del campesinado y del proletariado y cuál debiera ser el sentido particular de sus luchas políticas, económicas e ideológicas. San Juan de la Maguana es una microformación social caracterizada por relaciones de producción que forman un todo desigual y combinado con dominancia de relaciones capitalistas y predominio numérico de economías campesinas con una proporción considerable de población liberada de los medios de producción en condiciones de proletarización pauperización. Es posible que aquí se produzcan las más altas tasas de explotación del Suroeste, pues hay una agricultura capitalista intensa que encuentra condiciones propicias de acumulación debido a la abundante fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria, y a un campesinado mercantil de subsistencia que genera en la zona un porcentaje considerable del producto agrícola, subordinado al modo de producción capitalista en la circulación (crédito, tecnología, bienes de subsistencia industriales) y en la producción (agroindustrias, etc.). En la actualidad, gran parte de las economías campesinas de San Juan de la Maguana están subordinadas al capitalismo, lo que genera un proceso de diferenciación cuya magnitud no hemos todavía observado, pero que se expresa en el desarrollo de una burguesía agraria y un proletariado agrícola que coexisten con un campesinado todavía no diferenciado claramente hacia ninguno de estos dos extremos, aunque en
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 316
21/05/2009 12:05:56 p.m.
Apéndice 4
317
crisis. La explotación del proletariado es realizada mayormente por burgueses agrarios más o menos modernizados, y la de los campesinos principalmente por los capitalistas de factorías, y de agroindustrias, y por burgueses mercantiles. Lo que quiere decir, además, que el sistema de explotación campesina por métodos de aparcería (que en la práctica contribuyen a la contención de la proletarización) ha ido perdiendo importancia en la zona, aunque subsiste todavía. En San Juan de la Maguana hay un peso importante del semiproletariado, familias precaristas que engrosan el ejército de reserva para el capital, que compra esta fuerza de trabajo por debajo de su valor de cambio y además no carga con el costo de reproducción total de la misma, dado que esta se produce fuera de la relación capitalista. Ello así porque casi siempre la subsistencia del campesino pobre semiproletarizado no depende exclusivamente del salario que perciba eventualmente, sino que este viene a ser un componente de su ingreso total. No sabemos todavía hasta donde los campesinos precaristas pobres incapaces de superar su nivel mínimo de subsistencia y debido a su falta de medios para adquirir más y mejores tierras y para mejorar su proceso de producción, serán alcanzados inmediatamente por la tendencia a la plusvalorización de sus propiedades o hasta donde sobrevivirán como parias, tomando en consideración que muchos viven en tierras áridas y de mala calidad en las cuales el capital no tiene interés ni puede operar en condiciones de ganancia media. Pero lo que si parece probable es que, dada la expansión capitalista en la agricultura de la zona que ha ocupado ya las mejores tierras con renta diferencial, «hay ya un proceso tendente al incremento del proletariado agrícola, con fundamento en varias causas conjugadas, que actúan con intensidad diversa», como la pulverización por vía sucesoral (en San Juan las familias rurales son largas y el patrón de herencia tiende a la pulverización); la expropiación, fraudulenta o no; la competencia capitalista, le diferencia entre el incremento demográfico y la capacidad de absorción de mano de obra por la unidad campesina; por la acción de una estructura de poder
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 317
21/05/2009 12:05:56 p.m.
318
Angel Moreta
ya tradicional y el control que ejercen terratenientes y burgueses agrarios de las mejores tierras y demás recursos, sin contar los efectos negativos de fenómenos naturales adversos, que se suceden periódicamente (sequías, pestes, inundaciones, ciclones, etc.). En sentido general, a esos factores de descampesinización hay que agregar la pérdida de animales, máquinas y aperos a manos del capital usuario y comercial, por motivos de poder, chantaje y engaño; la absorción cada vez más extendida de fuerza de trabajo en las ciudades, la ruina creciente del pequeño productor como consecuencia de la competencia y de la subsunción del trabajo campesino al capital, la erosión gradual y el estancamiento económico de la unidad campesina, etc. En la actualidad, la lucha de los campesinos precaristas es por su subsistencia, mientras la de los campesinos mercantiles es por sus condiciones de producción y por su mantenimiento como tales. Los primeros luchan por tierras (aquí coinciden con el proletariado agrícola) y los segundos por la reproducción de sus condiciones de producción. Y en esta lucha, como veremos, arrastran al proletariado agrícola, y lo representan en el plano político. La agricultura de la zona tiene una serie de contradicciones que son reflejo de las características estructurales de la agricultura dominicana, esto es: monopolio de la tierra y los recursos productivos, desgaste gradual de las pequeñas explotaciones mercantiles, procesos de proletarización, de superexplotación de la fuerza de trabajo proletaria y semiproletaria (incluyendo mujeres y niños); proceso creciente de transferencia de valor desde la pequeña producción hacia ciertas fracciones de la burguesía agraria y el capital industrial (elevación constante de los precios de los productos industriales y rebaja o congelamiento de los precios de los productos agrícolas); mecanismos inflacionarios, usuarios, de financiamiento y comercialización de las diversas fracciones de la burguesía que descapitalizan el campo a costa del pequeño y mediano productor. El empobrecimiento creciente de la población rural se traduce en bajísimos niveles de vida de hombres, mujeres y niños y en una migración continua campo-ciudad. A todo ello se
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 318
21/05/2009 12:05:56 p.m.
Apéndice 4
319
le agrega un desarrollo desigual entre economía campesina y agricultura capitalista en cuanto a niveles de productividad, de acumulación, de desarrollo técnico, renta diferencial, uso de fuerza de trabajo asalariado, etc. II. Situación de las economías campesinas en SJM La producción campesina de SJM es de subsistencia y mercantil. Produce básicamente arroz, habichuela y cultivos alimenticios de subsistencia. Generalmente, tiene su hábitat hacia el sur, zona árida, en secano; hacia el norte, zona montañosa, con lluvias estacionales y hacia el oeste del valle. Tiende actualmente a ser una economía mercantil especializada en los cultivos alimenticios mencionados e históricamente se ha ido retirando del valle, de la zona irrigada, hacia las zonas límites del valle. La producción, particularmente en habichuela, tiene un retraso tecnológico y en el arroz sufre un retroceso actualmente, pues los campesinos están volviendo a sembrar las variedades tradicionales, que exigen menos costos de producción aunque tienen menos productividad. La tendencia no es a sembrar productos de subsistencia, sino mercantiles. Todo el mundo quiere sembrar arroz, aunque no tenga reguío, inclusive en la montaña, los campesinos, además de la habichuela, siembran arroz. Hay también una economía campesina mayormente de subsistencia, muy significativa en la zona alta y la árida, que brinda la mayor cantidad de campesinos pobres semiproletarios como fuerza de trabajo asalariada. Actualmente, hay un proceso establecido de subordinación de la producción campesina mercantil a los elementos económicos del capitalismo. La tendencia a la especialización productiva es una manera de ésta insertase en el mercado. Para ello recurre al crédito y a la tecnología, elementos que obtiene de los capitalistas de factorías y de los comerciantes acaparadores. El crédito es un elemento que orienta la producción campesina hacia donde interesa al capital, y mantiene atado al productor durante todo el proceso de trabajo, hasta el punto
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 319
21/05/2009 12:05:56 p.m.
320
Angel Moreta
de que se convierte en una especie de asalariado del capitalista comerciante o de factoría. Su cosecha no le pertenece puesto que desde que hace el contrato con los capitalistas se compromete a entregársela. El interés oscila entre el 3 y el 4 por ciento y el campesino recibe el dinero en partidas periódicas de RD$20.00, RD$25.00, etc., que además emplea en su subsistencia. Las factorías cobran además entre RD$3.00 y RD$4.00 por el procesamiento del arroz, sin contar que los insumos adelantados son cobrados al final con recargo de precios. Los capitalistas de factorías ganan además al clasificar el producto por su grado de humedad y su impureza; casi siempre le clasifican al pequeño productor por debajo de lo que corresponde. Si calculamos que más del 50% del crédito en la zona no es proveniente del Banco Agrícola, sino de fuentes particulares, y que más del 70% de los productores de arroz son campesinos, es fácil darse cuenta que el crédito otorgado por las factorías es un elemento clave para la valorización de su capital. «A pesar de las condiciones altamente desfavorables de este sistema de crédito, la casi totalidad de los productores en zonas de pequeños cultivadores de arroz, recurren a esta fuente de financiamiento, atraídos por la facilidad con que se conceden, una vez que se establecen las relaciones con el intermediario; especialmente en el caso en que se recurrió a él anteriormente». (Diagnóstico del Sistema de Mercadeo Agrícola en República Dominicana, SEA, p. 69). La burguesía comercial acaparadora, de menor poder que los capitalistas de factorías, es un sector organizado, con voluntad política en una «asociación de comerciantes de frutos». «Probablemente sea el único caso en todo el Suroeste.» La organización de este sector vino a raíz de los ataques de que fue objeto desde INESPRE y la SEA, cuando los comerciantes se dieron cuenta de que los campesinos comenzaron a verlos, erróneamente, como su principal enemigo. Esta burguesía comercial también financia cosechas, inclusive antes de terminar un cultivo su ciclo vegetativo normal, corriendo ella los riesgos por pérdidas («venta a la flor») y tecnología, como fertilizantes, etc. Financia también,
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 320
21/05/2009 12:05:56 p.m.
Apéndice 4
321
mediante entregas periódicas, gastos del proceso de trabajo campesino. Ambas fracciones de la burguesía agraria valorizan su capital sobre la base de la explotación del trabajo campesino. Otro es el caso de agroindustrias que trabajan con materias primas como el maní: La Manicera y Lavador. Esta fracción del capital financia el proceso de trabajo (preparación de terrenos, aplicación de abonos, yerbicidas, etc.) y proporciona tecnología a campesinos que comprometen sus cosechas. Las semillas son facilitadas en fundas de 50 libras, pero el campesino debe pagarlas como si fuesen de 100 libras: la compañía alega, no sólo que en el proceso de selección incurre en gastos (pago de obreras despalilladoras, depreciación de maquinarias descascaradoras, etc.), sino también que 100 libras de maní en cáscara equivalen a 50 descascarado y seleccionado. La Manicera recibe la producción del campesino al final de la cosecha y, después de descontarse el costo de las semillas y el dinero adelantado a crédito, le entrega el sobrante. En caso de que el productor pierda la cosecha y se endeude con la empresa o cuando, una vez recibidas las semillas e insumos y el dinero, falta a su compromiso de entregarle la cosecha, puede suceder que la compañía vuelva a prestarle nuevamente para que inicie un nuevo proceso de producción y pueda pagar, o que lo someta a la justicia y lo tome preso. La decisión más reciente de esta compañía de solamente hacer contratos con aquellos productores que tengan tierras de refugio responde a la necesidad por parte de ésta de garantizar su dinero, ya que un productor con tierras en secano depende de la lluvia para obtener una buena cosecha. «La tendencia apunta en el sentido de que las economías campesinas mercantiles están articuladas y subordinadas al capitalismo de factorías y de agroindustrias», y al capital comercial acaparador, tanto en cultivos no alimenticios como cultivos alimenticios especializados. Estas fracciones del capital compran una producción que «sacrifica» la renta de la tierra en muchos casos. Las agroindustrias y factorías, además de que obtienen plusvalor de sus obreros (incluida una cantidad importante
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 321
21/05/2009 12:05:56 p.m.
322
Angel Moreta
de mujeres que trabajan en el despalillamiento, selección y empaque de maní para semillas, tractoristas que trabajan a destajo hasta la noche, para ganar más, etc.) obtienen también otra ganancia extra proveniente de la explotación de los campesinos, en forma de materia prima barata (por debajo de su valor), la cual ya ha venido pagando en forma de adelantos y de elementos que corresponden al mismo proceso de trabajo (abonos, semillas, tractor para roturación de tierras, etc.), y que corren por cuenta del mismo productor directo. Estas economías campesinas, que según algunos autores podrían calificarse, todavía sin muchos elementos, de «asalariados a domicilio» o «proletarios disfrazados de campesinos» (Luisa Paré, El Proletario Agrícola en México) parece que son funcionales al proceso de valorización de las fracciones del capital que hemos mencionado. Y en este sentido «no se puede hablar de que desaparecerán en corto plazo», aunque es indudable que cada día estos campesinos tienen que trabajar más y el proceso de erosión de sus economías es estable aunque gradual. Costos de producción Si atendemos a otros elementos del proceso de producción, como el riego, los costos de producción, la tecnología, etc., la situación de los productores campesinos es cada día más difícil. El riego es un problema muy peculiar en San Juan de la Maguana, el cual no vamos a analizar aquí, pero es un recurso productivo del cual disponen mayormente los capitalistas agrarios en detrimento de los campesinos, sobre la base del tráfico de influencia y poder. La tecnología es cada vez más cara pero necesaria para aquel productor que, por ejemplo, en el cultivo de arroz y habichuelas, quiera elevar la productividad. El arroz ha sido uno de los cultivos que mayores progresos tecnológicos ha sufrido en los últimos 8 años. Semillas mejoradas, yerbicidas, pesticidas, fertilizantes, semilleros en cajas, motocultores para siembra por trasplante, microcombinadas para trillar, ventear
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 322
21/05/2009 12:05:56 p.m.
Apéndice 4
323
y envasar. Es un cultivo, además, cuyas áreas de siembra, productividad promedio, etc., van en aumento en el país, con un mercado seguro más o menos estable. En San Juan de la Maguana los productores campesinos no pueden consumir tanta tecnología porque sus costos de producción lo llevan al final del proceso de trabajo a obtener apenas una diferencia precaria. Las exigencias tecnológicas crecientes representan un factor de competitividad con el capital que estratégicamente pone en desventajas a los productores campesinos. Actualmente, estos están volviendo no sólo al alquiler del buey sino también a la siembra de variedades tradicionales que tienen mayor productividad pero exigen menos tecnología. Los costos de producción, como un aspecto concreto de la subsunción del trabajo campesino al capital, representan un factor de primer orden en la zona para el «desgaste y el déficit permanente de la producción mercantil campesina». En su lucha constante por enfrentar los costos de producción, el campesino opta por incrementar el trabajo familiar en el proceso de trabajo y disminuir en éste el componente tecnológico. De ahí que actualmente tienda a dejar la variedad Juma-58 por la «diente de gato» o Mengolo. Sin embargo, el campesino sigue dejando mayor excedente de trabajo al capital. Un ejemplo de un productor ficticio que tuviese 20 tareas, con un rendimiento de 4 qq. por tareas, a RD$20.00 el qq. a precio de finca, y un costo de producción de RD$60.00 por tarea (actualmente el promedio es alrededor de RD$65.00), resultaría lo siguiente: 20 ts. x 4 qq. 80 qq. x 20.00 RD$1,600.00, menos los costos de producción, que son RD$1,200.00, le quedan: RD$400.00. Si dividimos este ingreso de RD$400.00 por el número de meses de la cosecha, que son 6, tenemos: casi RD$70.00 mensual. Y si dividimos RD$70.00 mensual entre 30 días, tenemos: RD$2.00 y pico diarios. Este cálculo algo ficticio revela que los costos de producción sujetan cada vez más a las pequeñas explotaciones agrícolas al capital comercial, agroindustrial y de préstamo, llevándolas al déficit constante. Algo a tomar en cuenta, para mayor lucidez,
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 323
21/05/2009 12:05:56 p.m.
324
Angel Moreta
es que en ese cálculo no se tomó en consideración ninguna tasa de interés ni recargo de precios por la entrega de insumos a crédito. Origen de la producción interna de arroz por estrato de tamaño en la finca Porcentaje de la producción comercializada e insumida por el Prod. Menos de 5 0.7 46.2 53.8 5.1 – 30 10.2 81.3 18.7 30.1 – 80 63.5 96.0 4.0 80.1 – 200 19.4 95.5 4.5 200.1 – y más 6.2 96.7 3.3 Fuente: División de Estadísticas, Departamento de Economía Agropecuaria, SEA. Estrato de tamaño (en tareas)
Porcentaje de la producción
Porcentaje de la producción comercializada
Si repetimos este cálculo con un capitalista agrario que tiene 1,000 tareas arroceras en explotación, veremos que los resultados son muy otros. Un estudio de costo de producción del maíz, realizado por el Bloque de Asociaciones Campesinas de Las Matas, tomando como base el maíz y la habichuela, demostró a los funcionarios de INESPRE y SEA, que los productores campesinos viven sumergidos en un déficit constante. El estudio sobre el maíz demostró que el costo de producción por tarea es de RD$24.61, tomando en cuenta las actividades e insumos del producto, recolección, desgrane, ensacado y transporte. En condiciones óptimas de productividad (2.5 qq. por tarea) cada campesino tendría una pérdida de RD$2.73 por tarea. Si tiene 30 tareas, el déficit sería de RD$81.90 por cosecha.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 324
21/05/2009 12:05:57 p.m.
Apéndice 4
325
Margen de productor y de comercialización de pequeños productores. Sistema de venta de arroz elaborado (en porcentajes) Margen del productor Margen del transportista Margen de la factoría Margen del INESPRE Margen del mayorista Margen del detallista Total
72.5 1.7 9.1 0.6 3.5 12.6 100.0
Diagnóstico sobre el sistema de mercadeo agrícola en Repúlica Dominicana, SEA, capítulo III. ¿Cuál es el futuro de las economías campesinas mercantiles en San Juan de la Maguana? Esta es una interrogante que todavía no podemos responder. La tendencia general en la agricultura de la zona es a desaparecer a largo plazo, principalmente en las zonas de mayor desarrollo capitalista, y de hecho en los últimos 10 años ello ha venido ocurriendo. En los últimos años se ha venido manifestando una tendencia en el valle a la venta de tierras al capitalista circundante, concomitante a las ventas por endeudamiento, por herencia, etc. En el Tribunal de Tierras de San Juan de la Maguana por ejemplo, solamente en 1982 entraron más de 18 mil casos, divididos en tres categorías principales: ventas, solicitudes de legalización y herencia. Esto nos hace suponer que los datos del sexto censo están muy lejos de la realidad de la zona. Además, ya se vio, las economías campesinas van siendo desplazadas a los confines del valle, donde comienzan a elevarse las montañas, producto de la competencia de la gran explotación arrocera. El campesino se resiste a dejar de existir, y no por ello de «amor al terruño» o porque sea un «comodín pequeño-
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 325
21/05/2009 12:05:57 p.m.
326
Angel Moreta
burgués», sino porque objetivamente sabe lo difícil que le resultaría ubicarse en otra rama de la producción; por ello comienza por superexplotar su trabajo y el de su familia, a vender su fuerza de trabajo, a emplear variedades que requieren menor uso de tecnología, etc. Las economías campesinas, de hecho, tienen pocas posibilidades de acumulación, debido a la tecnología tradicional utilizada, «los costos de producción», la organización individual, la escasez de recursos, «la atadura a circuitos comerciales no ventajosos», la mala calidad del suelo, la carencia de riego artificial, la erosión, etc., por estos y otros factores (Perelló S, La comunidad campesina, in: Polémica sobre las clases sociales en el campo mexicano, 1980. Editora Macehual, México) tienen posibilidades inseguras de generar un valor suficiente que le permita acumular. «Pero aún cuando el valor generado sea suficiente, éste no es pagado en el mercado, por lo que puede decirse que es un valor que transfiere a otros sectores de la economía. Debido a que se halla inmerso en una economía monetaria, en donde el intercambio de valores se plasma en precios [...] El campesino no alcanza a cubrir sus propios costos, por lo que intercambia sus productos por manufacturas de origen industrial de manera desventajosa». (Perelló, S., obra citada). La observación nos dice que por lo menos en la zona montañosa la economía campesina sobrevivirá por mucho tiempo; produce mercancías alimenticias en condiciones de producción difíciles (San Juan produce la mitad de la producción nacional de habichuelas), las que, a través de INESPRE, sirven a la reproducción de la fuerza de trabajo urbana industrial y facilitan la acumulación de los capitales industriales, capitales estos que no entrarían en contradicción con aquellas economías por ser manejables en materia de precios, diferente a si los productores fueran capitalistas agrarios. El campesino de la montaña sobrevive también gracias a ciertos mecanismos económicos e ideológicos de reproducción de los que no dispone el del valle, como el intercambio de bienes y servicios con sus congéneres, y una fuerte estructura de compadrazgo, elemento superestructural éste que ayuda
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 326
21/05/2009 12:05:57 p.m.
Apéndice 4
327
a la subsistencia; y participan todavía muchos de ellos de los «días de mercado» donde al final del día se practica el «cambalache» (el intercambio directo de productos agrícolas). Los campesinos de San Juan de la Maguana libran luchas a través de sus organizaciones. En la zona hay cuatro bloques de juntas campesinas y cada una tiene sus propias demandas que giran alrededor de riego, crédito, comercialización, transporte, atención técnica de la SEA, semillas y abonos, precios, salud rural, aplicación de las leyes agrarias (principalmente la de cuota-aparte, latifundio y tierras baldías) redistribución de tierras y rescate de tierras estatales en manos de los terratenientes.
agricultores)
Frecuencia (No. de (No.FRECUENCIA de agricultores)
Relación del tamaño de finca y número de agricultores 65 60 55 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 CLASES (tam año de fincas en tareas)
En estas demandas, los campesinos incluyen una categoría llamada «campesinos sin tierras», que son campesinos pobres semiproletarios y jornaleros que se ganan la vida vendiendo su fuerza de trabajo. «En este caso, como en otros, las asociaciones de campesinos representan a obreros agrícolas en el plano político y los mueven a la lucha por reivindicaciones campesinas». Los campesinos mercantiles luchan por sus condiciones de reproducción y los campesinos pobres y jornaleros, por transformarse en productores mercantiles con capacidad de autoreproducción. De alguna manera que todavía no hemos investigado, han comprendido las salidas que les ofrece su
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 327
21/05/2009 12:05:57 p.m.
328
Angel Moreta
condición de explotados. Como diría Faure: Tanto el asalariado como el campesino se encuentran frente a una relación de producción común que tiene por «amo» al capital («La producción campesina y la explotación capitalista», Antropología Marxista No. 2, 1979). III. Las clases sociales Actualmente, la investigación de campo está permitiendo elaborar un esquema, hipotético todavía, de la organización de las clases sociales rurales en la zona, que más o menos es el siguiente: 1. Burguesía agraria (capitalistas agrarios y ganaderos, capitalistas de factorías y capitalistas comerciantes acaparadores). 2. Terratenientes arrendatarios tradicionales (rentistas). 3. Pequeña burguesía agraria con posibilidades de acumulación (arrendataria y no arrendataria); empresarios medianos no campesinos, arrendatarios y no arrendatarios (agrónomos, abogados, etc.) con más de 300 tartas. 4. Campesinos mercantiles y de subsistencia que se autorreproducen precariamente de la agricultura (aproximadamente de 80 a 100 tareas en la zona montañosa). 5. Proletariado agrícola (jornaleros y echa días) y campesinos pobres semiproletarios en vías de descampesinizarse. La burguesía agraria en SJM. Ideología Explotar directamente a los obreros agrícolas, así como a los campesinos que periódicamente venden su fuerza de trabajo, en sus diversas fracciones. Particularmente, los capitalistas agrarios obtienen altas tasas de plusvalor sobre la base de la explotación de fuerza de trabajo asalariada. Los capitalistas de factorías (y en menor medida los capitalistas comerciantes) reciben una parte del plusvalor
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 328
21/05/2009 12:05:57 p.m.
Apéndice 4
329
directamente arrancado por los burgueses agrarios al proletariado agrícola, en proporción al capital invertido por aquellos en la industria de procesamiento de arroz. La burguesía industrial de factorías Es la fracción del capital más poderosa en la zona, junto con la burguesía agraria. En ella se juntan actividades comerciales (venden mercancías agrícolas) y financieras (mercancía dinero). Algunos son empresarios agrícolas dueños de tierras con buena renta diferencial. Esta fracción se ubica en la circulación fundamentalmente, y en la producción cuando la planta industrial entra en fase de molienda y procesamiento de las mercancías agrícolas provenientes mayormente de la pequeña producción. El proceso de trabajo de las factorías se concentra en la limpieza, descascarado, pulido, secado y clasificación del arroz. Anualmente descascaran unos 400,000 qq. de ese producto y manejan unos 15 millones de pesos. Algunos capitalistas de factorías son también empresarios arroceros. «Cuando ambas figuras coinciden porque son al mismo tiempo propietarios de tierras arroceras, generalmente con renta diferencial, hacen el papel de terratenientes.» El terrateniente está definido por un ingreso: la renta de la tierra como superganancia específica de la agricultura (Marx le llama «forma de la plusganancia»). El atributo de terratenientes pertenecerá a quienes se apropien de este ingreso. En este sentido, los capitalistas agrarios que se apropien de este ingreso son herederos del carácter de terratenientes. «Estamos manejando la hipótesis, por tanto, (surgida en el trabajo de campo) de que en este caso específico perciben»: • La ganancia media (incluida en el precio medio de producción). • La superganancia de la renta diferencial. • La renta de la tierra como superganancia específica de la agricultura.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 329
21/05/2009 12:05:57 p.m.
330
Angel Moreta
Sin contar el recargo de precios a mercancías agrícolas como abonos, etc., obtenidos por este capitalista al por mayor de las casas comercializadoras; ni la tasa de interés por concepto de los créditos en dinero. El capitalismo de factorías utiliza la economía campesina arrocera para valorizarse a través de la circulación. «El proceso de trabajo campesino funciona como proceso de producción para el capital de factorías», que además explota fuerza de trabajo en su propio proceso agroindustrial. La tendencia parece ser (y es otra hipótesis surgida en el trabajo de campo) que el sector campesino es funcional al proceso de acumulación de la burguesía agroindustrial, incluyendo aquí a Lavador y La Manicera; si este campesino arrocero dejara de existir económicamente, es probable que ello se convertiría en un factor de no acumulación para el mismo. La mayor tajada del plusvalor en la zona se la llevan los capitalistas agroindustriales (sobre la base de la explotación del campesinado arrocero), los capitalistas agrarios (sobre la base de la explotación de jornaleros y echa días) y subsidiariamente, los terratenientes, que perciben la renta del suelo, aunque aquellos, comparados con estos, perciben otras superganancias. La burguesía agraria y los terratenientes (rentistas) La burguesía agraria explota las tierras más productivas del valle, con renta diferencial, y utiliza grandes cantidades de obreros agrícolas, jornaleros y echa días. Muchas de esas tierras son de propiedad terrateniente, arrendadas a aquella y a productores no campesinos, y a una cierta pequeña burguesía agraria con posibilidades de acumulación. La clase terrateniente conforma hoy en SJM una clase rentista parasitaria que percibe la renta de la tierra e invierte en ramas y sectores fuera de la agricultura. Las evidencias aportan en el sentido de que esta clase rentistas se formó en la zona hace varias décadas, entre la primera intervención norteamericana y el advenimiento de Trujillo, mediante mecanismos
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 330
21/05/2009 12:05:57 p.m.
Apéndice 4
331
fraudulentos y mensuras catastrales engañosas efectuadas por un agrimensor empírico que en la época midió todas las tierras del valle y las repartió entre algunas familias, hoy bien conocidas. Ello coincidió con la construcción, al norte, durante el gobierno de Horacio Vásquez, del canal de Juan de Herrera, en la sección de Juan de Herrera, canal que se alimenta de las aguas del río San Juan, y actualmente de la presa Sabaneta. A partir de la construcción del canal comienza a desarrollarse un capitalismo agrario vinculado al cultivo de productos alimenticios, entre ellos el arroz. Aquellas familias abandonaron la producción directa en los últimos 10 años y actualmente forman una clase rentista que participa de la ganancia media que produce el capital agrario mediante la explotación de grandes contingentes de fuerza de trabajo asalariada. La transformación de la economía natural autárquica en economía parcelaria mercantil, la generación de una clase obrera rural y la conformación de una burguesía agraria y ganadera sobre la base del arrendamiento y posesión de propiedades terratenientes, es ya un proceso en vías de consolidarse en la zona. El modelo de Kautsky y R. Luxemburgo, que da cuenta del proceso de disolución por el capital de la economía autárquica y del proceso subsecuente de conformación de economías campesinas mercantiles vinculadas a un mercado capitalista, y la generación de un proletariado agrícola, es útil para comprender las transformaciones habidas en la agricultura de la zona. El nuevo proceso es, o la tendencia principal, que prácticamente en la zona del valle en los últimos años, se abre un período en el cual se intensifica el desarrollo capitalista de la agricultura, y la economía campesina arrocera va siendo desplazada, tendencia de la cual ya hicimos mención. El valle comprende la zona irrigada, hacia el este y el oeste abarcando las mejores tierras, donde hay cultivos especializados: arroz, habichuela, sorgo, pastos y ganadería. Tierras de buena fertilidad y con infraestructura, por tanto con renta diferencial I y II. La burguesía agraria y los terratenientes acaparan más del 27% de las mejores tierras, mientras más de 17,000 campesinos
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 331
21/05/2009 12:05:57 p.m.
332
Angel Moreta
pobres tienen que mantener su miseria con 30 tareas promedio, en una región que tiene en su zona rural más de 100,000 habitantes. En la zona hay una clase rentista definida, según parecen sugerir las evidencias, conformada por los grandes propietarios tradicionales que arriendan sus tierras anualmente a RD$20.00 por tareas aproximadamente, renta pagadera básicamente en dinero y por adelantado, aunque ello no excluye otras formas de renta, no capitalistas, muy significativas en la zona. «Aquí es necesario, todavía no sabemos hasta dónde, recurrir al modelo de Marx de la transformación de la renta en dinero, en el cual el capital se subsuma directamente el trabajo agrícola. (El Capital, p. 1007 y ss.). La renta era la forma normal del plusvalor; se modifica su naturaleza y pasa a ser un excedente del plustrabajo por encima de la forma de la ganancia, de la cual se apropia la burguesía. Ahora el capitalista, "convertido en verdadero comandante de trabajadores agrícolas y en explotador real de su plustrabajo", +extrae directamente todo el plustrabajo (la ganancia y el excedente por encima de la ganancia), lo percibe en la forma del plusproducto total y lo convierte en dinero. "Ya sólo queda una parte excedente de este plusvalor extraído por él, en virtud de su capital y por explotación directa de los obreros rurales, la que cede como renta al terrateniente."» «A esta transformación corresponde una paulatina transformación en el modelo de producción, pues el arrendatario capitalista produce el producto agrícola como mercancía, mientras que antes sólo el excedente por encima de los medios de subsistencia se transformaba en mercancía». (El Capital, p. 1017). El arrendamiento capitalista de la tierra, que produce renta «en el sentido moderno», según Marx, la existencia de una clase rentista tradicional, de una burguesía agraria modernizada, y de grandes cantidades de obreros asalariados en la agricultura, nos hace tener en cuenta el modelo mencionado. Dicho arrendamiento en la actualidad, además de que cumple la función de encubrir la concentración latifundista de las mejores tierras, cumple una función ideológica de primera importancia a favor de la burguesía agraria, pues le permite a ésta y a sus representantes en el plano ideológico y de
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 332
21/05/2009 12:05:57 p.m.
Apéndice 4
333
intereses hablar y manejar la tesis de que en SJM existe una «reforma agraria natural». Esta tesis, planteada por toda la burguesía agraria de la zona, busca poner como antihistórica la lucha por la tierra y la reforma agraria; y quitarle sentido, por tanto, a una de las demandas principales del campesinado pobre y del proletariado agrícola de la misma. La ideología de la burguesía local tiene otros elementos como los siguientes: 1) Negar las contradicciones del sector agrario de SJM, entre campesinos y capitalistas de factorías y comerciantes, por un lado; y entre proletarios agrícolas y burgueses agrarios, por otro. Y ni qué decir de la lucha de la burguesía agraria contra los capitalistas de factorías y los comerciantes en torno a la apropiación del excedente (L. Crouch, p. 82); 2) Esconde la real situación de las economías campesinas presentándolas como equilibradas y con su «ganancia» en proporción a las explotaciones capitalistas; 3) Explicar el proceso de separación del productor de sus medios de producción sobre la base de que el campesino emigra atraído por las luces de 1as ciudades, decide vender sus tierras porque le atrae más comprar vehículo, vender billetes, disfrutar el medio urbano etc.; 4) El salario es visto como «natural» y la explotación del trabajo campesino también, etc. Localmente, hay una política de máxima garantía para los terratenientes. Junto con la burguesía agraria y agroindustrial forman un poder local fuerte con base de sustentación en los cuerpos armados. El poder de la burguesía agraria se manifestó en la coyuntura de febrero de 1982, con motivo de las ocupaciones campesinas; esta clase elaboró una lista de personas que debían ser perseguidas y así hizo. La demagogia agrarista guzmanista se tradujo en un endurecimiento de la represión y en la creación de enemigos no fundamentales como objetivos de lucha impuesto al campesinado. Tal fue, por ejemplo, la persecución contra los comerciantes corredores. Por lo demás, la misma hipótesis que manejamos a propósito de los capitalistas de factoría cuando al mismo tiempo con
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 333
21/05/2009 12:05:57 p.m.
334
Angel Moreta
terratenientes, será manejada en esta investigación para el caso de burgueses agrarios que al mismo tiempo han ido asumiendo la figura del terrateniente, es decir, obtienen la renta de la tierra, la ganancia media y la renta diferencial. Los capitalistas comerciales acaparadores Es más bien un sector de pequeños capitalistas comerciantes de mercancías agrícolas, básicamente provenientes de la producción campesina. No ha alcanzado los niveles de acumulación que las otras fracciones de la burguesía agraria. Sus gastos en capital constante y variable no se asemejan en proporción a los de aquellas fracciones. Ello se debe a que la comercialización de la principal mercancía agrícola de la zona, el arroz, está sometida al monopolio de INESPRE, siempre que sea arroz descascarado. Aun así, esta burguesía corredora mercantil comercializa el arroz en cáscara hacia otras regiones del país y con molineros de la misma zona. Maneja un capital de más de RD$250.000 anuales, distribuidos de la siguiente manera: 120.000 qq. de maíz; 110.000 qq. de arroz; 100.000 qq. de habichuela entre roja, blanca y negra. Explota a campesinos medios y pobres y recibe una parte de la plusvalía arrancada por el capitalista agrícola a los trabajadores del campo, en proporción al monto del capital empleado por estos comerciantes para la realización de las mercancías agrícolas. El proletariado agrícola Entre los elementos más importantes que han incidido en el proceso de descampesinización están: 1) el mecanismo crediticio; es muy frecuente el caso de pequeños productores que hipotecan sus propiedades (los abogados notarios radicados en la ciudad dan cuenta de ésta situación); 2) el sistema de suelos; como ya vimos, los capitalistas agrarios ocupan las tierras más fértiles del valle, mientras los pequeños productores se mueven hacia las zonas áridas y montañosas; 3) el sistema de riego; incide de manera determinante; en el valle se ha
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 334
21/05/2009 12:05:58 p.m.
Apéndice 4
335
podido desarrollar un capitalismo agrario, en parte, gracias al riego; 4) la partición hereditaria; si un padre posee 80 tareas y tiene 8 hijos, al morir a cada uno de ellos les tocaría 10 tareas, cantidad que se encuentra en desventaja para poder subsistir en competencia con las demás fincas de mayor tamaño y mejor tecnología; 5) tecnología, constituye un agente importante en el proceso de desgaste debido a sus costos de producción. En contraposición, el capitalista compra tecnología más barata (la compra al por mayor y en efectivo a las casas fabricantes) y obtiene mayor productividad; 6) intercambio desigual: el campesino concurre a un mercado capitalista del cual depende y compra mercancías por un valor mayor que los valores recibidos al vender sus productos agrícolas. A estos factores concretos de descampesinización que el trabajo de campo ha ido recogiendo, se agregarían probablemente otros que deberán tomarse en cuenta, como el tamaño de las familias rurales, en las cuales se produce una diferencia entre su incremento demográfico y su capacidad de absorción de todos los miembros, en una economía precisamente subordinada crecientemente al mercado. Figuras socioeconómicas del proletariado agrícola Es una clase heterogénea en SJM. Hasta ahora hemos podido establecer las siguientes figuras componentes, en forma de hipótesis: l. Obreros agrícolas cuyo lugar de asentamiento está en la zona rural, en la agricultura y la ganadería, tanto en la zona árida y montañosa, pero básicamente en la irrigada y en comunidades agrícolas no muy distantes de la ciudad. 2. Obreros agrícolas, jornaleros y hecha días cuyos lugar de asentamiento está en los barrios pobres de la periferia de la ciudad; como Quijá Quieta, Los Transformadores, Los Mojo o Raspa-Jincao, Guachupita, etc. Estos sectores han crecido en los últimos 10 años y en ellos residen grandes cantidades de hombres desocupados y subocupados, jornaleros eventuales, etc.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 335
21/05/2009 12:05:58 p.m.
336
Angel Moreta
3. Asalariados agrícolas de La Manicera y Lavador, agroindustrias que emplean mujeres para seleccionar el maní, terraceros, obreros tractoristas, etc., trabajadores de factorías, que se dividen también en varias categorías. 4. Asalariados operadores de maquinaria y aplicadores de tecnología agropecuaria (tractoristas, bueyeros, bombistas, etc.). 5. Hay una figura socioeconómica que está desarrollándose actualmente, y que desde el punto de vista de su reproducción es obrero agrícola, pero desde el punto de vista de la contratación de fuerza de trabajo por el capital es intermediario entre el patrón y el jornalero: es la figura del «ajustero», que contrata «ajuste» (venta de la fuerza de trabajo por determinada cantidad de operaciones, con cantidades de hombres variables e igualmente de magnitud de salario variable). El ajustero es una figura nueva y se diferencia ideológicamente del jornalero y hecha días por su habilidad, su calificación y su trato con el patrón. Es posible concretar aquí, por razones de espacio, lo poco que todavía sabemos de cada una de estas figuras. Su heterogeneidad plantea importantes problemas a nuestra investigación que no han sido resueltos todavía. Superexplotación del proletariado agrícola Los salarios rurales pagados por las explotaciones capitalistas agrarias y ganaderas no se corresponden con el valor de la fuerza de trabajo en la zona. El valor de la fuerza de trabajo se obtiene por la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario contenido en los medios de vida (alimentos, vestido, casa, transporte, etc.) indispensables para mantener al trabajador y a su familia. Es obvio que aquellos salarios no se corresponden con el valor de la fuerza de trabajo hoy día en R.D. El subingreso que eventualmente obtiene el campesino semiproletario y los jornaleros y hecha días eventuales de RD$3.50 y RD$4.00 diarios en la agricultura de SJM se
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 336
21/05/2009 12:05:58 p.m.
Apéndice 4
337
corresponde apenas con el mínimo fisiológico y no le permite reproducirse junto con su familia como fuerza de trabajo adecuada. Jornadas prolongadas de 8 y 10 horas de trabajo, sin alimentación ni transporte, producen un plusvalor absoluto que el capitalista capta de la fuerza de trabajo libre. La reproducción próxima a los niveles de subsistencia de una familia de, por ejemplo, seis miembros, tiene actualmente un valor de más de 250 pesos mensuales, dado el costo, siempre creciente en precios, de los medios de consumo básicos, según se desprende del análisis hecho a los resultados de varias entrevistas realizadas a familias trabajadoras. (L. Vicens, «Se agudiza calidad de la vida en el sector obrero», Nuevo Diario.) El capital no solamente paga por debajo de su valor la fuerza de trabajo, sino que además no retribuye la «calificación» de la misma en lo relativo a la experiencia y destreza que ha acumulado desde el punto de vista del proceso de trabajo; y las mujeres y los niños, cuya experiencia el capital aprovecha sin haber gastado valor alguno en su «formación», rinden jornadas de trabajo sumamente baratas para el capitalista. El cuadro que sigue muestra que el «costo de a vida» aumentó un 33% entre enero de 1979 y enero de 1980. Pese a ello, el salario de RD$3.50 promedio pagado en la zona a los trabajadores, y de RD$2.00 a RD$3.00 a las mujeres (y a los niños mucho menos), corresponde, tal vez, (fenómeno que nuestra investigación tiene que medir) al mínimo de subsistencia. «Por ello creemos que la categoría de superexplotación de la fuerza laboral debe ser manejada para el análisis de la reproducción social del proletariado agrícola en la agricultura de SJM.» En algunos aspectos del proceso de trabajo del arroz y la habichuela predomina la forma de pago a destajo tanto para hombres como para mujeres. Esta forma es la que más conviene al capital por cuanto en el trasplante de arroz, por ejemplo, el capitalista prescinde de la vigilancia necesaria a las formas de pago por tiempo y logra mejores resultados en intensidad y calidad.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 337
21/05/2009 12:05:58 p.m.
338
Angel Moreta Gastos mínimos de una familia integrada por 6 miembros Desayuno: 12 panes de agua 1/2 barra de mantequilla 6 huevos (a 0.08 c/u) aceite de maní (un poco) 1 sobrecito de café 1/2 libra de azúcar blanca carbón Comida: 3 libras de arroz (a 0.40 c/u) 1 libra de habichuelas rojas 1/2 botella de aceite de maní salsa de tomate recaos (ajos, ajíes, etc.) cebolla 6 plátanos (a 0.05 c/u) 2 libras de carne molida (de la más barata) carbón Cena: 1 cartón de leche pasteurizada 1 cajita de maizena (pequeña) 1 libra de azúcar blanca especies (canela) 6 panes de agua 1/2 libra de azúcar blanca carbón Total diario Total mensual Otros gastos: 12 pastas de jabón (a 30 c/u) Tranasporte (jefe de familia) (0.40)
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 338
RD$0.40 0.30 0.48 0.20 0.12 0.25 1.83 Total 3.58 RD$1.20 0.60 0.50 0.15 0.15 0.15 0.40 1.40 1.83 Total 6.38 RD$0.45 0.30 0.50 0.15 0.25 0.25 1.52 Total 3.42 RD$13.38 RD$401.40 RD$3.60 12.00 0.48
21/05/2009 12:05:58 p.m.
Apéndice 4
339
La fuerza de trabajo femenina es de gran uso para el capitalista de factoría y de agroindustrias, así como para la burguesía agraria. Trabajan en el despalillamiento del maní, la recogida de habichuela, el venteo y selección, en el trasplante de arroz (una labor «calificada» dentro de este cultivo), desyerbo y fumigación, y su salario es más bajo que el de los hombres. Una cantidad considerable de mujeres de la sección El Batey son «especializadas» en las tareas de trasplante y por su nivel de calificación son codiciadas por los capitalistas, que le pagan la tarea por ajuste, a razón de RD$3.50, cuando el promedio es de RD$6.00 y RD$7.00. Un hombre no puede trasplantar más de una tarea por día. Esta breve serie histórica es indicativa del sustancial aumento registrado en los últimos meses en el costo de la vida en Santo Domingo, pero también extensible a las localidades del interior. Puede advertirse que la canasta familiar constaba en diciembre de 1978, 121 pesos con 61 centavos y el mismo mes del año siguiente tenía un costo de 183 pesos con 60 cheles, es decir, casi 62 pesos adicionales, lo que representa un aumento equivalente a más del 50%. El aumento registrado en su costo de enero de 1979 a enero de 1980 es de más de un 33%. En la actualidad, nuestra investigación observa una tendencia al desplazamiento de fuerza de trabajo agrícola por efecto de la utilización de tecnología por parte de los capitalistas: yerbicidas, maquinaria, «siembra directa» (que sustituye el trasplante), etc. Algunos capitalistas tienen una máquina llamada «combinada» que cosecha (corta, trilla y ventea) cientos de tareas de arroz en un día y que cuesta más de 120,000 pesos, con una vida útil de no más de 6 años. Esta máquina es odiada por los trabajadores y la primera que llegó a SJM, hace unos 8 años, fue objeto de un siniestro por parte de éstos, que intentaron quemarla. El desplazamiento de fuerza de trabajo alimenta el éxodo rural urbano y la miseria en los barrio periféricos de SJM, donde viven grandes cantidades de jornaleros y hecha días en condiciones materiales y espirituales que no podemos analizar ahora aquí. En la zona urbana de SJM ha habido un incremento exagerado últimamente de todo tipo de micronegocios, fritureros, paleteros, chiriperos de todo tipo; y un incremento de
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 339
21/05/2009 12:05:58 p.m.
340
Angel Moreta
los vicios, los juegos de palé y caracas, prostitución, negocios, etc. Negociantes de palé calculan un movimiento cada noche de más de 10,000 pesos. Costo de adquisición mensual por año de la canasta familiar agropecuaria en Santo Domingo (RD$) Mes Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Promedio
1977 116.59 115.83 115.19 117.62 115.89 117.52 123.76 130.56 135.01 123.99 123.42 120.32 121.31
1978 124.86 122.22 119.50 119.39 123.79 119.12 117.56 118.27 119.52 121.23 121.18 121.61 120.27
1979 125.40 123.46 122.30 122.30 121.70 121.12 132.74 135.54 143.34 154.84 179.57 183.60 138.83
Los trabajadores no cuentan con ningún tipo de prestación laboral, no tienen seguro social, ni siquiera transporte; cuando se enferman en las fincas o se accidentan tienen que curarse con el monto de su salario. Algunos capitalistas ofrecen transporte con el fin de aprovechar más íntegramente la jornada y el obrero no se retrase en llegar a la unidad de explotación más allá de las 7:00 am También ofrecen comida, con dos finalidades: Por un lado manipular ideológicamente de manera paternalista al trabajador y por otro, evitar que pierda tiempo en la preparación de comidas, acortar el intervalo de éstas y hacer más intensa la jornada. Además, con la intención de que «rindan más», pues el obrero agrícola se mantiene con tabaco y café hasta no más de las 12 meridiano. En las explotaciones donde no ofrecen comida, el trabajador lleva un pan y con él se sostiene hasta el regreso en la nochecita, cuando compra con el jornal la comida en la pulpería.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 340
21/05/2009 12:05:58 p.m.
Apéndice 4
341
Y cuando no ofrecen transporte tiene que pagarlo él mismo, razón de casi RD$1.00 o más. La figura socioeconómica del proletariado agrícola de SJM que vive en la zona urbana, llega extenuado de noche a la casa y ya no tiene tiempo a no ser para dormir. Ello ha dificultado enormemente la consolidación del único sindicato de obreros agrícolas existentes en toda la zona, y tal vez en el Suroeste; se fundó en noviembre de 1981 y hasta la fecha no ha podido rebasar los 80 miembros. En SJM los obstáculos principales para la organización sindical del proletariado agrícola, según el nivel de nuestra observación, son los siguientes: l) el paternalismo de los capitalistas agrarios, que los confunde ideológicamente; 2) Trabajan dispersos, en una finca hoy y otra mañana; no hacen contacto cotidiano los mismos hombres todos los días, como en la unidad fabril; que les permite apoyarse mutuamente, cooperar entre sí e identificarse; 3) La oferta abundante estacional de fuerza laboral permite al capitalista manipularlos para impedir su organización. 4) Trabajan todo el tiempo, no pueden pensar en ellos, en desarrollarse, ir de noche a una escuela porque llegan extenuados de jornadas laborales intensas y de un transporte penoso que les roba horas de descanso o de estar en la familia; 5) el artículo 265 del Código de Trabajo que expresa: «No se aplican las disposiciones de este Código a las empresas agrícolas, agroindustriales, pecuarias o forestales que ocupen de manera continua y permanente no más de 10 trabajadores». El proletariado agrícola es una de las clases más explotadas y menos organizada del país. Generalmente, se deja representar por el campesinado. Ello ocurre en SJM, en donde los trabajadores y jornaleros no ven todavía al capital como su enemigo principal. El campesinado tampoco ve al capital como enemigo fundamental. Intuitivamente, los trabajadores saben que los patronos capitalistas «viven bien» y ellos mal, pero no están consciente del grado de explotación a que están sometidos por el capitalismo agrario. Ello representa un factor político e ideológico favorable y significativo para la acumulación capitalista, además un obstáculo concreto a la sindicalización.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 341
21/05/2009 12:05:58 p.m.
342
Angel Moreta
Los trabajadores agrícolas de SJM, en estas condiciones, no les pueden arrancar ningún tipo de prestación al capitalista, quien se ve libre para a arrebatarles una masa de plusvalor absoluto limpia de cualquier mediación. En síntesis La observación de campo permite ir estableciendo situaciones y tendencias que se están produciendo en la agricultura de SJM. Partiendo de un intento todavía provisorio de análisis del vínculo que en la esfera de la circulación se presenta entre producción mercantil campesina y capitalismo de factorías y agroindustrial, tratando de descubrir elementos económicos significativos de este vínculo estructural, para establecer la real situación de aquellas en cuanto a sus posibilidades de reproducción, se percibe la tendencia hacia el desgaste gradual de las mismas. Pero al mismo tiempo su vinculación relativamente estable con el capital hace pensar en una probable situación funcionalización a favor de éste, que succiona el excedente del trabajo campesino y no hace visible su desaparición inmediata. Mientras, hay una situación de déficit real que se refleja en los costos de producción, el crédito, la tecnología y otros elementos y la tendencia al desplazamiento hacia las tierras de escasa renta diferencial. Las clases sociales cuyo esquema hemos sugerido, guardan una serie de contradicciones que no ha sido descubiertas a plenitud todavía. Los capitalistas de agroindustria y la burguesía agraria luchan entre sí por la apropiación del excedente, y mientras esta última tiende a descampesinizar, aquella recampesiniza relativamente en la medida en que organiza la producción campesina a través de la circulación, y su interés básico reside en mantener ese vinculo antes que expropiarle los medios de producción. Los capitalistas, cuando se funden con la figura del terrateniente, además de percibir de la ganancia media, perciben la renta diferencial y la renta de la tierra. Esto explica en parte el poder de los burgueses locales, y sus niveles considerables de acumulación.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 342
21/05/2009 12:05:58 p.m.
Apéndice 4
343
La intensificación tecnológica del proceso de trabajo, irresistible por sus costos de producción para el campesino, está generando una tendencia al desplazamiento de fuerza de trabajo asalariada hacia otros sectores. El incremento de población depauperada en los barrios pobres de la ciudad refleja en cierta forma este proceso. El proletariado agrícola es una clase heterogénea que incluye un conjunto de figura socioeconómicas diversas, como nosotros hemos propuesto, y rinde las más altas tasas de plusvalor en la zona, incluyendo mujeres y niños; vive en condiciones de pauperización extrema y los salarios pagados por los capitalistas agrarios no se corresponden con el valor real de la fuerza de trabajo, por lo que se puede usar en este caso la categoría de superexplotación de la fuerza laboral. La clase obrera rural tiene serias dificultades de organización, ideológicas y materiales, lo que coadyuva al proceso de acumulación y a la manipulación por parte del capitalista, convertido, en virtud de la existencia de la renta capitalista del suelo, en verdadero «comandante de trabajadores asalariados». El obrero agrícola lucha junto al campesinado pobre por tierras y por convertirse en un productor autorreproducido. En esta brega se deja representar, en calidad de «campesino sin tierras», por las organizaciones campesinas, cuyas demandas fundamentales, aunque no las hemos estudiado aún y apenas la hemos mencionado, son específicamente de carácter campesino. Ambas clases, en la zona, no ven todavía que su «amo» común, como dice Cl. Faure, es el capital.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 343
21/05/2009 12:05:59 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 344
21/05/2009 12:05:59 p.m.
Apéndice 5. Artículos publicados en el periódico local El Cable (1925 y 1935), por el escritor regionalista Manuel de Jesús Rodríguez Varona (1873-1956)1
Agricultores, terratenientes y ganaderos Nuestros mal llamados agricultores no son realidad sino rutinarios aborígenes de pequeñas siembras de gramíneas y tubérculos que apenas les producen para el necesario sustento y las más ingentes necesidades de la vida, no pudiendo, generalmente, hacer género alguno de economías para las previsiones de la salud, ni mucho menos para el acrecentamiento de la finca; resultando de ahí que el ahorro no exista en esta región en materia agrícola y de que, ningún agricultor esté debidamente preparado e instruido en la conveniente selección de los granos y, ni tampoco en la preparación y acondicionamiento científico de las tierras, para la obtención de abundantes cosechas de calidades superiores, capaces de monopolizar el mercado en razón del equilibrio de la oferta y la demanda que hacen de la producción agrícola verdadera fuente de bienestar económico de la región. 1 Estos trabajos serán publicados por el Archivo General de la Nación (AGN), en dos volúmenes inéditos, Sociología aldeana y otros textos (Vol. I) y Artículos (Vol. II), presentación y notas de Angel Moreta.
– 345 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 345
21/05/2009 12:05:59 p.m.
346
Angel Moreta
La ilegalidad y usura de los acaparadores de los productos someten al infeliz sembrador o cosechero agrícola a ser obligado tributario de su agio capitalista y, los contratos leoninos que estos firman por hambre y desnudez, para pagar ½ y el dos tercio por uno de capital en la producción, son causas esquiladoras, reales de los pocos beneficios o posibles rendimientos de sus campos de producción agrícola, haciendo, en consecuencia, generalmente abandono de la finca o de la pequeña haciendita a favor de su espoleador y, o va a parar esta a manos del prestamista directamente, o a las de un tercero doblemente usuario, o se convierte en «Botado», mientras el esquilmado propietario, el que con benignidad y ahorro a cargo de infinitos sufrimientos materiales y morales hubiera ascendido a la categoría de propietario agrícola o semi-hacendista, queda, de la mañana a la noche, convertido en bracero adocenado de las fincas de caña o centrales azucareras, o escuálido peón de una que otra industria o factoría del país, por obra y gracia de la usura y del agio en tripulante ejercicio por la absoluta carencia del proteccionismo agrícola en la República. Es preciso que la escuela agrícola se difunda en la región, que se enseñen el manejo del arado y el uso del rastrillo y que, el uso de las aguas tenga aplicación científica sobre el terreno en cultivo; de tal modo que la planta se alimente, crezca lozana y fructífera dentro de las condiciones climatológicas y en el tiempo preciso requerido; para que todo esto suceda hay, pues, que abandonar el viejo doctrinarismo o rutinarismo aldeano y hacer ensayos científicos conducentes a patentizar la eficacia de tales científicos procedimientos; de ahí a la común prosperidad y fuerza agrícola de la región no hay más que un paso. Nuestros terratenientes, en su mayoría analfabetos, adquirentes a título de sucesores ignoran el valor real de las tierras y venden el solar propio a cambio de baratijas que el extranjero meticuloso y oportunista les ofrece, quedando reducidos a pequeñas posesiones por el acaparamiento de los dueños de títulos de personas acaudaladas, o de las fincas de caña que radican en el territorio a fuer de poseedoras con documentos fabulosos de dudosa legalidad, adquiridos de satrapitas o
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 346
21/05/2009 12:05:59 p.m.
Apéndice 5
347
encubiertos falsificadores que se los venden deshonestamente, en grandes parcelas imposible de ser mensuradas legalmente dentro del estrecho territorio de la provincia o la región. El pequeño terrateniente que no ha cedido a los halagos o a las palurdas ofertas de los compradores usurarios se ve forzado a proteger su pequeña hacienda o su conuco y bohío con la mensura provisional, o caer dentro de las llamadas parcelaciones en los predios de mensura, con lo cual, sin habérsele dado valor real a la finca ha carecido su precio, sembrando de obstáculos su crédito, reduciendo la finca –que bien podría ser próspera– a una cerca emboscada, un corral de cabras degeneradas y un criadero de aves de corral que, el infeliz campesino torpe y sin amparo del banco o del prestamista liberal somete sus cortos haberes a las onerosas regulaciones del impuesto sobre la propiedad. Es preciso que los hombres de la región dediquen su amor propio a poner en claro la propiedad de la tierra, haciendo labor honesta contra la inmensa cantidad de títulos falsos con que viven estafando a diario unos cuantos meticulosos, solapados comerciantes desordenados nuestra pobre gente campesina; ya quitándoles fajas de terreno poseídas a justos títulos, ora haciendo ventas a granel a cuantos incautos les compran, para luego sembrar la molestia y fomentar el encono entre los viejos poseedores, para más luego, con legajos inservibles o exóticos juicios de fementidos testamentos, venir a sanear las malas posesiones vendidas y remachar nuevos clavos a las viejas cadenas del esclavismo terrateniente. Nuestra producción ganadera está reducida a menos de la vigésima parte en toda la región sureña o suroestana, a causa del viejo sistema patriarcal de la crianza libre en los predios comuneros, expuesta a todas las contingencias del tiempo y a los cambios atmosféricos que modifican notablemente, en ocasiones, la faz prolífica del terreno, haciéndolo menos productivo y menos abundante, como antaño, en pasto natural, no pudiendo señalarse sino muy escasos criadores ganaderos que puedan, de acuerdo con la ley, llamarse verdaderamente tales. Entre nuestros habitantes son bien pocos los que alcanzan a comprender los grandes beneficios que se derivan de la
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 347
21/05/2009 12:05:59 p.m.
348
Angel Moreta
organización de su crianza ganadera en general; así como la de la vitalidad [que] da esa misma crianza su establecimiento bajo cerca con pastos artificiales de buenas yerbas y abundantes aguadas, haciendo, a la vez el cruzamiento con ceméntales apropiados de pura raza; ya para obtener ganado de peso y de tamaño, por la mucha musculatura; ora para lechero por la producción multiplicada de este producto natural en las vacas, cabras y ovejos, a causa del eficiente resultado que se deriva del cruzamiento o selección con ganado verdaderamente musculoso o lechero. Hay que propender a obtener las divisiones agrarias, de modo que en el terruño regional prosperen la agricultura y la ganadería de una manera efectiva, dando valor al ganado por su peso y calidad y a los productos agrícolas por su selección y acondicionamiento científicos. Son estas, pues, a grandes rasgos las tres fases de verdadero progreso sobre que debe cimentarse el suspirado bienestar de la región y, somos nosotros los hombres de la presente época quienes tenemos el compromiso de honor, el indeclinable, laudatorio deber de tan noble como patriótico desiderátum. Las Matas de Farfán, junio de 1925. Religión y costumbres En esta infortunada región sureña o suroestana el espíritu religioso está completamente decaído, a causa de la falta, casi absoluta, de verdaderos predicadores y ejemplarizadores de las doctrinas cristianas; porque, a decir verdad, la mayoría de los curas de almas o sacerdotes del clero católico que tenemos por estos trigales, para nada se ocupan del religioso oficio que les está encomendado y, antes que curas de almas son unos como fenicios que comercian vilmente con la religión, importándoseles un bledo el clamor de las familias y la protesta de la sociedad; llegando a tal extremo sucrosa indolencia y culpable abandono de la Iglesia que, ni siquiera cumplen con sus más elementales mandatos y, ni tampoco tienen ayudantes,
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 348
21/05/2009 12:05:59 p.m.
Apéndice 5
349
clérigos, monaguillos o sacristanes para el santo sacrificio de la misa. Curas hemos tenido por aquí que, no solamente han servido deshonestamente sus destinos, dejando completamente incumplidos sus deberes en la Iglesia, cuanto que han ejercido públicamente la prostitución, llegando hasta las violencias contra el sexo débil, sembrando el deshonor y la miseria en los hogares humildes, escandalizando la sociedad con sus canallescas delincuencias condignas de la pública repudiación y de la airada execración social; de modo pues, que nuestro desacreditado estado religioso en la región sureña o suroestana con alguna que otra noble excepción pende de la falta de cumplimiento de los deberes morales y evangélicos encomendados a los curas de almas o ministros del culto, antes que de la dejadez o abandono de sus moradores que antaño concurrían devotos y obedientes a las festividades religiosas, levantaban templos y daban placenteros sus contribuciones para hacer notable y prolífico el esplendor de las doctrinas del crucificado, llenando de amor y fe el corazón de la ciudadanía y arraigando las creencias providenciales en los futuros destinos de la humanidad, haciendo armónica la vida municipal y comarcana con el ejercicio honesto de la religión beatífica del sabio redentor de Galilea. Esa desmoralización o abandono inconsiderado de los deberes religiosos, a causa de los malos ejemplos de los llamados sacerdotes católicos en esta desventurada región, de algunos años a esta parte, ha venido relajando las costumbres domésticas y populares, sembrando la insana en los corazones de la niñez, encalleciendo los sentimientos del adulto cuajando de indolente abandono el alma de la senectud; de ahí este caótico estado social apacentador de todo encono, sembrador fatídico de los desconciertos sociales que ensombrecen y denigran los destinos de la región, haciendo nula y sin valor alguno moral la anhelada grandeza de sus hombres, dejando sin virtud y sin cohesión el ejercicio de los deberes ciudadanos contraídos con el municipio y con la Patria. Nuestras costumbres patriarcales han sido arrasadas velozmente por el torrente de las pasiones políticas en censurable ejercicio; de una parte y, de la otra, por la indolente ala
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 349
21/05/2009 12:05:59 p.m.
350
Angel Moreta
protectora se cobija el credo nacional y por cuya virtualidad moral viven y florecen las instituciones. Preciso es, pues, levantar el espíritu religioso y fortificar las buenas costumbres domésticas y populares, para que podamos hacer de los municipios pequeñas patrias en la Patria grande del pueblo dominicano donde florezcan las buenas acciones, prosperen las fuentes todas de la potencial riqueza de la vida plenos de satisfacción por haber cumplido nuestros derechos en la familia, en el municipio y en la Patria. Las Matas de Farfán, junio de 1925. Los réprobos De aparente civismo, trajeados de mansos corderos se presentan los réprobos de la región en el escenario político comarcano, inflamados como pompas de jabón, hidrópicos de ínfulas libertarias, esgrimiendo de oficio ampuloso ditirambo artero, maculoso y ruin, o sincerando sus flacos procedimientos con el auto-bombo o el aplauso incesariante de los falderillos de aldea, para medrar a sus anchas a la sombra tentadora de los acostumbrados , menesterosos convencionalismos medievales y atrapar canonjías presupuestales a cambio de cepillar alpacas incoloras o haciendo oficio de verdaderos centuriones en el alardeante escenario de política tumultuaria de insanas y apandilladas maquinaciones semibárbaras, de iconoclástica marrullería politiquera. Más de un Pacheco de estirpe lugareña y plebellana, surgido como hongo de la pampa se da el aire fantasmagórico de hombre de ideales puros y nobles, de doctrinario y ejemplarizador dignísimo de paz jurídica y de amor al prójimo; verdaderas almas de cántaro, réprobos miserables en cuyos encallecidos pechos solo apacientan y se hacinan villanamente acciones detestables, rivalidades rastreras, hediondas y maléficas a cuya eficacia mefítica prosperan todas las insanas y se alimentan todas las bajuras insolentes de la sociedad y se acicala y atufa cuanto lechuguino fue
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 350
21/05/2009 12:05:59 p.m.
Apéndice 5
351
villanamente pródigo en incensar fementidas matuteros o inconfesos mandarines de nuestras épocas medievales, o caudillos espoleantes y ridículos que sobrenadan en la altura –por obra y gracia de los convencionalismos políticos– como los gusarapos en las revueltas aguas, englobados en la ola tumultuaria a merced del torrente incontenido, a causa de la incapacidad política o de la falta de verdadero civismo de que están carentes estas esquilmadas sociedades suroestanas o intra-terrestres. Es obligado desiderátum tirar fuertes líneas de separación entre el mal y el bien, apartando de la sociedad cuanto pueda ser nocivo a su futuro progreso, a su civilización, en fin, encomendada en los actuales críticos momentos de la presente época; es decir, al civismo en acción que ha de levantar a noble y envidiable altura moral nuestra estructura ciudadana, haciendo próspera, rica y feliz la región, repudiando las malas acciones y haciendo cotidiano ejercicio de los derechos y deberes ciudadanos que han de integrar el carácter y el honor bien entendido de los pocos que vivimos en este jirón de tierra comarcana anhelando y laborando tesoneramente por el coronamiento de las reformas sociales que hagan ricas y organizadas nuestras municipalidades, para hacer cada vez más independiente y más moral y jurídicamente grande el pueblo dominicano. ¡Atrás los públicos mangoneadores politiqueros consuetudinarios de la región!, ¡atrás los réprobos sustentadores adocenados de ideas de regresión moral y de fuerza de cohecho embaucador y bárbaro de estulto caciquismo y, a paso a la juventud ilustrada, al civismo en acción dignificadota de progreso civilización que salva los pueblos iluminándoles el camino de la libertad y del honor, haciéndolos ricos y felices por el respeto a las instituciones!...; paso, pues, a la falange emuladora del bien público, contentadota, sana y leal en las sabias prácticas constitucionales, de cuya suspirada grandeza y noble estabilidad está pendiente el porvenir de estos pueblos sureños o suroestanos, de estos vilipendiados y esquilmados pueblos comarcanos. San Juan de la Maguana, junio de 1925.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 351
21/05/2009 12:05:59 p.m.
352
Angel Moreta
Sociología Municipal Aldeana Estos ayuntamientos o consejos edilicios o cuerpos municipales colegiados que tienen a su cargo la representación por delegación de los bienes comunales, son en la región con algunas excepciones verdaderos adefesios, cuerpos sin calor ni vida; porque sus componentes, o regidores carecen, generalmente, de la capacidad y buenas intenciones, y del carácter del hombre racional y justo que dedica sus actividades al bien colectivo, a la armonía y al orden social bien entendido dentro de la municipalidad; esto así, porque son cargos ad-honoren u honoríficos y gratuitos en los cuales solo deben figurar hombres capacitados, íntegros y laboriosos de que estamos un tanto carente en nuestra tierra adentro del país en estas apartadas aldeas o villorrios en recuento o tardía formación, a causa de la acción disgregadora del medio ambiente y de la gregaria formación de sus colectividades municipales, de sus ayuntamientos o consejos edilicios carentes de la vinculación moral de cívico apostolado, ayunos de consagración al bien general; porque sus elementos constitutivos hacen vida personalísima, a causa, también, de la torpe y ridícula sustentación del maquiavélico doctrinarismo político de «Divide y Vencerás», sin parar las mientes en que venciendo por la división política se cimenta la debilidad orgánica del cuerpo social y, como consecuencia biológica la muerte o el estacionamiento indefinido de la actividad colectiva; es decir, el aniquilamiento de los elementos indispensables al desarrollo de civilización y de cultura por la evolución reformadora y prestigiadora de la sociología municipal aldeana. A tales corporaciones vive adscrita la sindicatura municipal que tiene a su cargo, en razón de nuestra legislación la defensa adjetiva de los intereses comunales con voz consultiva en las deliberaciones del Consejo Municipal; siendo este personaje, a la par que los ayuntamientos responsables ante la sana moral de la organización de la vida municipal, carente, qué dolor!... generalmente de la capacidad educativa para contenerse dentro de los límites jurisdiccionales, no menos que actuar dentro de las buenas intenciones que deben servir de pauta para
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 352
21/05/2009 12:05:59 p.m.
Apéndice 5
353
modelar sus cívicas actuaciones en tan prominente, meritorio cargo municipal, cuanto que, tales elementos se dedican a todo género de politiqueo profesional y ridículo, haciendo, las más de las veces, de policías ad-hoc, de cucos truculentos el sesudo pacifismo en desbordante acción de absolutismo incontenido casi siempre, contra la obra modeladora del bien público; son pues, nuestros ayuntamientos y nuestros síndicos de comunes intra terrestres, en su mayoría verdaderas tránsfugas del civismo, jurados enemigos del clamor popular, desairados sostenedores de los mas antojadizos desaciertos, burócratas de sí mismos y obstinados defensores de toda regresión. Se impone, pues, una reforma en nuestra organización municipal que venga a poner cese a estas andadas vegetarias de traspatio, poniéndose en manos de hombres prudentes y laboriosos el desenvolvimiento económico-social de nuestras municipalidades, apartando de ese ramo a todo inadecuado servidor público que, dentro de otros campos de acción pueda ser útil al bien social, reinando de ese modo la verdadera estabilidad en la vida municipal. San Juan, 28 de noviembre de 1935. Elite social aldeana Bien claro se distingue el estado cultural de nuestras sociedades en embrión en la singularización y marcado exclusivismo de cuantos en la obra evolutiva del conglomerado no sirven con sus virtudes y talentos, con sus medios económicos, ni con su cívica actuación ciudadana los sacrosantos destinos de la sociedad, empecinados, generalmente, en soñados abolengos de Estuardos o Borbones, llevando tan vanas pretensiones al egoísta empeño, al pretenso atentado de dictar la ley a los demás, al prurito de considerarse superiores en todo y para todo, sin miramientos de ningún linaje. La rama femenina se distingue apreciablemente por su elegancia, su gentileza y bellos atractivos, por la fineza de sus modales, dejando, generalmente, el hombre mucho que desear,
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 353
21/05/2009 12:05:59 p.m.
354
Angel Moreta
por la carencia de los aprestos de la galantería y de las gracias con que debe hacerse atractivos, cautivadores y joviales en el ara santa de los diplomáticos sinceramientos sociológicos, levantándose así a un alto nivel social y prestigiando la elite en que viven y sobre que deben descansar y prestigiarse, plenas de fe y de optimismo nuestras nacientes sociedades. Un estado congénito, semi atávico de infecundo tacañerismo lugareño o aldeano, auspiciado por raciales exotismos mantiene huérfano el ambiente de la galantería y débil la acción emuladora de los elementos de sociabilidad, infiltrándose el espíritu nuevo de nuestra juventud el inmisericorde apego a los bienes de fortuna, con marcado abandono, con indolente desdén de los honestos goces y espirituales esparcimientos, a cambio de efímeras satisfacciones individualistas de vivir en holganza, con el vientre lleno de materiales hartazgos, con el alma ausente de las ingentes consagraciones del espíritu en la moralizadora vida de relación de que se alimentan las sociedades en su afán de perfección y de arraigo de ideales que viven los pueblos nacidos dentro de la libertad, para la civilización y el progreso. Requiérese una reacción en el medio ambiente social, sembrando la buena cimiente de la hidalguía, las buenas maneras y las gracias que en sociología, como en la diplomacia son tan útiles al crédito de las colectividades, para que las sociedades rejuvenezcan y vivan, como es de desearse, vida de trabajo honesto, de esparcimientos civilizadores en que el alma de los pueblos se edifica fantaseando por cima de las humanas flaquezas, para vivir, perfilar y cimentar los ulteriores destinos sociológicos en el pueblo, la aldea o el villorrio. San Juan, 30 de noviembre de 1935.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 354
21/05/2009 12:06:00 p.m.
Índice de cuadros
Cuadro 1. No. de explotaciones, superficie y tamaño promedio en el Suroeste, 1971 / 31 Cuadro 2. Superficie de las tierras de cultivo en San Juan de la Maguana, según uso de la tierra, 1971 / 32 Cuadro 3. Procesos de concentración después de 1960 en el arroz / 97 Cuadro 4. Fincas y superficie de 800 a 8,000 en adelante, en San Juan de la Maguana y en la región Noroeste, 1950 / 98 Cuadro 5. No. de explotaciones y superficie, de 800 a 8,000 y de más de 8,000 tareas en San Juan de la Maguana y en la región Suroeste, 1971 / 99 Cuadro 6. Distribución de la tierra según tamaño de finca en San Juan de la Maguana, 1971 / 101 Cuadro 7. Superficie cultivada y cantidad cosechada de arroz en el Suroeste, 1960 / 105 Cuadro 8. No. de fincas informantes, superficie cultivada y cantidad de maní por provincias del Suroeste, 1950 / 106 Cuadro 9. Superficie cultivada y cantidad cosechada de maní en el Suroeste, 1960 / 107 Cuadro 10. Trabajadores remunerados y no remunerados en fincas durante las semanas anteriores al censo en algunas provincias del Suroeste, 1950 / 108
– 355 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 355
21/05/2009 12:06:00 p.m.
356
Angel Moreta
Cuadro 11. Tendencia de las relaciones agrarias en R. D. Trabajo remunerado y no remunerado en la agricultura, 1950 / 109 Cuadro 12. Explotaciones del Suroeste que ocuparon personal, 1970 / 113 Cuadro 13. Salarios pagados en las fincas del Suroeste en 1971 / 114 Cuadro 14. Procesos de descampesinización y concentración de la propiedad del suelo en el valle y la provincia de San Juan de la Maguana, 1950-1971 / 125 Cuadro 15. Distribución de la tierra según tamaño de finca en San Juan de la Maguana (1950 y 1970) (de 800 a 8,000 y más de 8,000 tareas) / 125 Cuadro 16. Procesos de descampesinización y concentración de la propiedad del suelo en el valle de San Juan de la Maguana / 126 Cuadro 17. Población de la provincia de San Juan de la Maguana según años 1960, 1970 y 1981 / 137 Cuadro 18. Población activa en las zonas urbanas de la región Suroeste comparada con todo el país 1980 / 138 Cuadro 19. Población de los barrios de la zona urbana del municipio, SJM / 138 Cuadro 20. Distribución de la población económicamente activapor sectores en la región Suroeste / 139 Cuadro 21. Participación porcentual de la región Suroeste en la producción nacional de arroz y habichuela / 152 Cuadro 22. Producción de habichuelas rojas en la región Suroeste y San Juan de la Maguana de participación en la producción nacional, 1979-1982, en qq. / 152 Cuadro 23. Producción arrocera del valle de San Juan de la Maguana, 1979-1981 / 152 Cuadro 24. Producción de habichuelas por regiones, 1977-1978 / 153 Cuadro 25. Producción de arroz por regiones, 1977-1978 / 153 Cuadro 26. No. de fincas, extensión y producción según cultivos enSan Juan de la Maguana, 1971 / 154
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 356
21/05/2009 12:06:00 p.m.
Índice de cuadros
357
Cuadro 27. Distribución de las áreas arroceras según zonas agro-climáticas R.D, 1978 / 154 Cuadro 28. Producción, superficie y rendimiento de maní, según provincias de mayor producción, 1971 / 155 Cuadro 29. Producción de arroz según años en la región Suroeste y la provincia de San Juan de la Maguana, 1979-1981, en miles de qq. / 155 Cuadro 30. Explotaciones y superficie con más de una forma de tenencia en San Juan de la Maguana / 164 Cuadro 31. No. de explotaciones por régimen de tenencia en la región Suroeste / 166 Cuadro 32. No. de explotaciones por régimen de tenencia en la región Sur / 167 Cuadro 33. Aparcería, arrendamiento y otras formas de tenencia en San Juan de la Maguana 1950-1971 / 167 Cuadro 34. Familias precaristas con menos de 8 tareas en las zonas adyacentes del valle de SJM / 171 Cuadro 35. No. de explotaciones menores de 8 tareas en la región Suroeste y Sur / 172 Cuadro 36. Explotación menores de 8 tareas en el Suroeste y San Juan de la Maguana, 1950-1960-1971 / 174 Cuadro 37. No. de fincas por régimen de tenencia en San Juan de la Maguana, 1971 / 175 Cuadro 38. Productores, propietarios, arrendatarios, aparceros, concesionarios y colonos en la región Sur-Suroeste, 1960 / 176 Cuadro 39. Productos propietarios, arrendatarios, aparceros, concesionarios y colonos en la provincia de San Juan de la Maguana, 1960 / 177 Cuadro 40. Comparación de costos de producción de arroz, 1981 / 178 Cuadro 41. Evolución de los costos de producción del maíz por tareas entre 1970 y 1982 / 186 Cuadro 42. Beneficio neto de fincas capitalistas arroceras según áreas variables de más de 800 tareas, en base a rendimiento, promedio y costos, 1983 / 188
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 357
21/05/2009 12:06:00 p.m.
358
Angel Moreta
Cuadro 43. Costo de producción de una tarea en una unidad agrícola capitalista, febrero 1983, SJM / 189 Cuadro 44. Hogares rurales en extrema pobreza, unidad de consumo 0-RD$94-00 / 191 Cuadro 45. Familias rurales en extrema pobreza, en algunas provincias, incluyendo Azua y SJM / 192 Cuadro 46. Familias con ingresos menores de RD$200.00, 1977, zona rural del país / 192 Cuadro 47. Disminución de la producción de arroz en SJM, según años 1981 y 1984, y otros cultivos / 194 Cuadro 48. Origen de la producción interna de arroz por estrato de tamaño de la finca / 195 Cuadro 49. Margen del productor y de comercialización de pequeños productores. Sistema de ventas de arroz elaborado(en porcentaje) / 195 Cuadro 50. Precios de algunos de los pesticidas más usados en el cultivo de arroz en dos períodos distintos / 197 Cuadro 51. No. de explotaciones en SJM y el valle, según propiedad o número de tierra y número de explotaciones arroceras / 200 Cuadro 52. El riego en SJM, según tierras sercanas o no / 202 Cuadro 53. Relación de los asentamientos campesinos realizados en la región Suroeste desde la era de Trujillo hasta la fecha. 1954-1982 / 203
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 358
21/05/2009 12:06:00 p.m.
Índice de ilustraciones
Ilustración 1. Ubicación de la región Suroeste / 18 Ilustración 2. División política de la República Dominicana, 1983 / 25 Ilustración 3. Valle de San Juan de la Maguana. Recreación de la geógrafa Sandra Black / 36 Ilustración 4. Parajes y secciones de San Juan / 37 Ilustración 5. División política de la región Suroeste, R. D., 1983 / 50 Ilustración 6. Balanza denominada romana, de 1920, utilizada por intermediarios / 57 Ilustración 7. Zona del valle de San Juan de la Maguana / 68 Ilustración 8. Zona del valle de San Juan de la Maguana / 68 Ilustración 9. Carreteras construidas entre 1906 y 1930 / 73 Ilustración 10. Zona del valle de San Juan de la Maguana / 74 Ilustración 11. Ríos de la provincia de San Juan / 79 Ilustración 12, Factorías de arroz en el valle de San Juan de la Maguana / 90 Ilustración 13. Recua de mulos que traen productos al mercado / 90 Ilustración 15. Barrios periféricos, San Juan de la Maguana / 111 Ilustración 16. Reunión de obreros agrícolas en la zona urbana, dentro de las actividades del sindicato / 112 – 359 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 359
21/05/2009 12:06:00 p.m.
360
Angel Moreta
Ilustración 17. Actividad de secado de arroz / 119 Ilustración 18. Cultivo de arroz con tracción animal / 119 Ilustración 19. Factorías de San Juan / 127 Ilustración 20. Foto de obreras de agroindustrias / 139 Ilustración 21. Atisbamiento en factorías / 140 Ilustración 22. Transporte de sacos de arroz / 140 Ilustración 23. Factoría de arroz, San Juan de la Maguana / 179 Ilustración 24. Factoría de arroz, San Juan de la Maguana / 179 Ilustración 25. «El desastre económico del gobierno», edición especial del periódico del PLD, 4 de julio de 1986 / 198 Ilustración 26. Obreros tomando un descanzo / 226
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 360
21/05/2009 12:06:00 p.m.
Índice onomástico
A
Bonetti, los 221 Bonetti, Santanita 221 Bonó, Pedro Francisco 17, 42, 76, 81 Bordas Valdés, José 84, 209, 252 Bosch, Juan 84, 209 Botero Cadavid, J. J. 293
Abad, José R. 43 Acosta 285 Alcántara, Ampayés 82 Alcocer, Diego 35, 36 Álvarez, Aquiles 252 Álvarez Vega, Bienvenido 221 Amin, S. 291 Angulo Guridi, Alejandro 17, 42 Aquino, Jesús 56, 58 Archatti 291 Arias, Adalgisa 130 Arias, Desiderio 82
C
B Báez, Cayo 88 Báez, Frank 286, 288 Balaguer, Joaquín 76, 285 Bartra, Roger 168, 170, 264, 265, 291, 313, 315 Bears, coronel 89, 253, 254 Beltré, L. Manuel 208 Black, Sandra A. 36, 37, 72, 74, 79, 111 Bogaert, Luis Liberto 80 Boin, J. 147, 286
Cabral, Alejandro 257 Cabral, Buenaventura 89, 253 Cáceres, Ramón 252 Casas, fray Bartolomé de las 36 Cassá, Roberto 16, 46, 48, 49, 51, 52, 88, 157, 229, 251, 279, 285-288 Castillo, abogado 83 Castillo, José del 85, 285, 288 Cedeño, Quiterio 204, 205 Ciaccio, Vespasiano 65 Coean, Julio 52 Coello, M. 156 Coiscou, J. Julio 80 Collado, Felipe 55 Collado, los 78 Cordero, Casimiro 252 Cordero Michel, J. R. 92, 106, 107 Cortén, Andrés 45, 46, 84, 91, 110, 111, 148, 284-286, 288 Crouch, L. 170, 171, 215, 216, 333
– 361 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 361
21/05/2009 12:06:00 p.m.
362
Angel Moreta
D Davis, Martha 280 De Janvry 170, 171, 215, 216 Díaz Polanco, Héctor 14, 263, 268 Dimayo, Miguel 54 Dore Cabral, Carlos 260 Duarte, Isis 109,144, 280, 283, 285, 288
E Echagoian, Juan de 37 Espinosa Rosario, M. 200-202
F Fals Borda, Orlando 296 Faure, C. 275, 291, 302, 328, 343 Fernández de Oviedo, Gonzalo 36 Fiallo, Fabio 88 Fuente, Santiago de la 20, 24, 34, 35
G García, Joaquín 80 Garrido, Víctor 35, 43, 47, 59-65, 74, 75, 79, 81, 82, 88, 89, 239, 251, 253, 254, 256 Garrido Puello, E. O. 17, 47, 48, 52-55, 62, 65, 70-73, 75, 76, 78, 83, 257 Gómez Estrella, F. 151, 193 Gómez, Luis 64, 285, 286, 288 González, Miriam 149 González, Nancie L. 82 Guzmán, Antonio 183, 202, 214
H Hayaime, José J. 54, 66 Hayaime, los 78
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 362
Hayaime, Pedro J. 54, 55, 66 Herrera, Simón 54 Heureaux, Ulises (Lilís) 47, 73, 82, 249, 251 Hoetink, Harry 39, 40, 45, 52, 59, 71, 76, 80, 83 Hostos, Eugenio María de 46, 81
J Jorge Blanco, Salvador 203, 204, 221 Juan Samuel 249
K Kautsky, Karl 213, 275, 291, 331 Kosik, Karel 292
L Lantigua, Ramón 208 Lautier, B. 291 Lehman, Jacob 118 Lench, José 52 Lenin, Vladimir I. 15, 118, 123, 286, 289, 291 López de Velasco, Juan 37 Lozano, Wilfredo 27, 41, 51, 59, 85, 86, 91, 95, 102-109, 118, 264, 284, 285, 287, 288 Luxemburgo, Rosa 213, 275, 291, 331
M Mandel, Ernest 69, 291 Marcallé Abreu, R. 130 Margulis, Mario 69, 142, 229 Marra, Antonio 54, 55 Marra, Flor 54, 65 Marra, los 78 Marra, Samuel 54
21/05/2009 12:06:01 p.m.
Índice onomástico
Marranzini, Antonio 54, 66 Marranzini, Carlos 66, 257 Marranzini, Horacio 54, 66 Marranzini, Liberato 54, 55, 65 Marranzini, los 78 Martínez, Lusitania 280 Marx, Karl 13-16, 123, 157, 209, 213, 263, 264, 271, 276, 291, 313, 329, 332 Mateo, Ismael 80 Mateo, Olivorio 88, 89, 248, 249, 253, 254 Medrano Vásquez, M. 84 Meillassoux, C. 264, 291, 314 Meriño, Fernando Arturo de 61, 241 Mesa, los 78, 208 Mesa, señor 83 Mesa Medina, J. 150, 151, 193, 194, 196 Michelén, Elías 54 Michelén, Juan J. 66 Michelén, Nicolás 54 Miró Quezada, C. 122-124, 228 Moreau de Saint-Mèry, M. L. 37, 38 Moreta, Angel 17, 43, 141, 188, 259, 309, 345 Moya Pons, Frank 72, 73
N Noboa, L. 134 Nouel, Carlos 38-40 Núñez de la Torra, Andrés 37, 38
O Octavio, los 78 Ogando, Juana 73 Oliveira, Mercedes 123 O’Reylli, Tomás 215
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 363
363
P Pacheco 350 Paniagua, Bartolo 54 Paniagua, Homero 94 Paniagua, José 54, 55 Paniagua, los 66, 78 Paniagua, Miguel 54, 55 Paré, Luisa 118, 142, 184, 229, 263, 268, 274, 279, 291, 292, 294, 322 Peña, Sergio de la 289 Peña y Reynoso, Manuel de Jesús de 251 Perdomo, Alberto 80 Perelló, Sergio 189, 222, 223, 326 Pérez, Juan B. 82, 88 Pérez, Manuel 80 Piña, Lolito 214 Puello, Teto 214
R Ramírez, José del Carmen (Carmito) 74, 81, 82, 89, 251-255 Ramírez, Wenceslao 47, 73-75, 80-82, 89, 251, 253-257 Ramos, Zoilo 86, 93 Recio, los 52, 71, 78 Rey, Ph. 291 Rivas, Ubi 220, 221 Robinson, gobernador 257 Rodríguez, Domingo 71, 80, 122, 123, 124 Rodríguez, los 78 Rodríguez, Mayobanex 55, 62, 70, 71, 86, 214 Rodríguez, Santiago J. 80 Rodríguez Demorizi, Emilio 17, 35-40, 42, 46, 59, 61-64, 76, 239 Rodríguez Varona, Manuel de Jesús 17, 43, 55, 71, 345 Romero, Y. 128
21/05/2009 12:06:01 p.m.
364
Angel Moreta
Roosevelt, Franklin Delano 88 Roques, José Ricardo 259 Rosario, Gumersindo del 137
S Sánchez Valverde, Antonio 37 Santiago, A. 80 Santos, Saturnino de los 197 Scaron, Pedro 276 Serrulle, Ángel 286 Serrulle, J. 147, 286 Servolin, C. 291 Snowden, Thomas 255 Soñé, abogado 83
T
V Vargas, Jesús M. 80 Vásquez, Horacio 212, 258, 331 Vásquez Perdomo, O. 22, 23 Vaughan, T. W. 35 Vergopoulos, C. 291 Vicens, L. 337 Victoria, Alfredo 252 Victoria, Eladio 252 Victoria, los 252 Vidal, Luis Felipe 82, 252 Vilas, C. 285, 288
W Warman, Arturo 123, 291, 292
Tactuk, Pablo 22 Tomillo, Francisco 80 Torres, M. 191 Trujillo, Rafael Leónidas 67, 202, 203, 212, 221, 277, 330
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 364
21/05/2009 12:06:01 p.m.
Publicaciones del Archivo General de la Nación Vol. I Vol. II Vol. III Vol. IV Vol. V Vol. VI Vol. VII Vol. VIII Vol. IX Vol. X Vol. XI Vol. XII Vol. XIII Vol. XIV Vol. XV Vol. XVI
Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1844-1846. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi. C. T., 1944. Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. I. C. T., 1944. Samaná, pasado y porvenir. E. Rodríguez Demorizi. C. T., 1945 Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez Demorizi, Vol. II. C. T., 1945. Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. II. Santiago, 1947. San Cristóbal de antaño. E. Rodríguez Demorizi, Vol. II. Santiago, 1946. Manuel Rodríguez Objío (poeta, restaurador, historiador, mártir). R. Lugo Lovatón. C. T., 1951. Relaciones. Manuel Rodríguez Objío. Introducción, títulos y notas por R. Lugo Lovatón. C. T., 1951. Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1846-1850, Vol. II. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi. C. T., 1947. Índice general del «Boletín» del 1938 al 1944. C. T., 1949. Historia de los aventureros, filibusteros y bucaneros de América. Alexander O. Exquemelin. Traducción de C. A. Rodríguez. Introducción de R. Lugo Lovatón. C. T., 1953. Obras de Trujillo. Introducción de R. Lugo Lovatón. C. T., 1956. Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III. C. T., 1957. Cesión de Santo Domingo a Francia. Correspondencia de Godoy, García Roume, Hedouville, Louverture Rigaud y otros. 1795-1802. Edición de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III. C. T., 1959. Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III. C. T., 1959. Escritos dispersos (Tomo I: 1896-1908). José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2005.
– 365 –
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 365
21/05/2009 12:06:01 p.m.
366
Publicaciones del Archivo General de la Nación
Vol. XVII
Escritos dispersos (Tomo II: 1909-1916). José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2005. Vol. XVIII Escritos dispersos (Tomo III: 1917-1922). José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2005. Vol. XIX Máximo Gómez a cien años de su fallecimiento, 1905-2005. Edición de Emilio Cordero Michel. Santo Domingo, D. N., 2005. Vol. XX Lilí, el sanguinario machetero dominicano. Juan Vicente Flores. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXI Escritos selectos. Manuel de Jesús de Peña y Reynoso. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXII Obras escogidas 1. Artículos. Alejandro Angulo Guridi. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXIII Obras escogidas 2. Ensayos. Alejandro Angulo Guridi. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXIV Obras escogidas 3. Epistolario. Alejandro Angulo Guridi. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXV La colonización de la frontera dominicana 1680-1796. Manuel Vicente Hernández González. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXVI Fabio Fiallo en La Bandera Libre. Compilación de Rafael Darío Herrera. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXVII Expansión fundacional y crecimiento en el norte dominicano (16801795). El Cibao y la bahía de Samaná. Manuel Hernández González. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXVIII Documentos inéditos de Fernando A. de Meriño. Compilación de José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXIX Textos selectos. Pedro Francisco Bonó. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXX Iglesia, espacio y poder: Santo Domingo (1498-1521), experiencia fun dacional del Nuevo Mundo. Miguel D. Mena. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXI Cedulario de la isla de Santo Domingo, Vol. I: 1492-1501. Fray Vicente Rubio, O. P. (Coedición: Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español). Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo I: Hechos sobresalientes en la provincia). Compilación de Alfredo Rafael Hernández Figueroa. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo II: Reorganización de la provincia post Restauración). Compilación de Alfredo Rafael Hernández Figueroa. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIV Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII. Compilación de Genaro Rodríguez Morel. (Coedición: Academia Dominicana de la Historia). Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXV Memorias del Primer Encuentro Nacional de Archivos. Edición de Dantes Ortiz. Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 366
21/05/2009 12:06:01 p.m.
Publicaciones del Archivo General de la Nación
367
Vol. XXXVI Actas de los primeros congresos obreros dominicanos, 1920 y 1922. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXVII Documentos para la historia de la educación moderna en la República Dominicana (1879-1894), tomo I. Raymundo González. (Coedición: Academia Dominicana de la Historia). Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXVIII Documentos para la historia de la educación moderna en la República Dominicana (1879-1894), tomo II. Raymundo González. (Coedición: Academia Dominicana de la Historia). Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIX Una carta a Maritain. Traducción e introducción del P. Jesús Hernández. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XL Manual de indización para archivos. Marisol Mesa, Elvira Corbelle Sanjurjo, Alba Gilda Dreke de Alfonso, Miriam Ruiz Meriño, Jorge Macle Cruz. (Coedición: Archivo Nacional de la República de Cuba). Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XLI Apuntes históricos sobre Santo Domingo. Dr. Alejandro Llenas. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XLII Ensayos y apuntes diversos. Dr. Alejandro Llenas. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XLIII La educación científica de la mujer. Eugenio María de Hostos. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XLIV Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1530-1546). Compilación de Genaro Rodríguez Morel. (Coedición: Academia Dominicana de la Historia). Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. XLV Américo Lugo en Patria. Selección. Compilación de Rafael Darío Herrera. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. XLVI Años imborrables. Rafael Alburquerque Zayas-Bazán. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. XLVII Censos municipales del siglo xix y otras estadísticas de población. Alejandro Paulino Ramos. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. XLVIII Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo I). Compilación de José Luis Saez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. XLIX Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo II). Compilación de José Luis Saez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. L Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo III). Compilación de José Luis Saez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. LI Prosas polémicas 1. Primeros escritos, textos marginales, Yanquilinarias. Félix Evaristo Mejía. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. LII Prosas polémicas 2. Textos educativos y Discursos. Félix Evaristo Mejía. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 367
21/05/2009 12:06:01 p.m.
368
Vol. LIII Vol. LIV Vol. LV Vol. LVI Vol. LVII Vol. LVIII Vol. LIX Vol. LX Vol. LXI Vol. LXII Vol. LXIII Vol. LXIV Vol. LXV Vol. LXVI Vol. LXVII Vol. LXVIII Vol. LXIX Vol. LXX
Vol. LXXI
Publicaciones del Archivo General de la Nación
Prosas polémicas 3. Ensayos. Félix Evaristo Mejía. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Autoridad para educar. La historia de la escuela católica dominicana. José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. Relatos de Rodrigo de Bastidas. Antonio Sánchez Hernández. Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 1. Escritos políticos iniciales. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 2. Ensayos. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 3. Artículos y Controversia histórica. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 4. Cartas, Ministerios y misiones diplomáticas. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961), tomo I. José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961), tomo II. José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. Legislación archivística dominicana, 1847-2007. Santo Domingo, D. N., 2008. Libro de bautismos de esclavos (1636-1670). Transcripción de José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. Los gavilleros (1904-1916). María Filomena González Canalda. Santo Domingo, D. N., 2008. El sur dominicano (1680-1795). Cambios sociales y transformaciones económicas. Manuel Vicente Hernández González. Santo Domingo, D. N., 2008. Cuadros históricos dominicanos. César A. Herrera. Santo Domingo, D. N., 2008. Escritos 1. Cosas, cartas y... otras cosas. Hipólito Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Escritos 2. Ensayos. Hipólito Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Memorias, informes y noticias dominicanas. H. Thomasset. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Manual de procedimientos para el tratamiento documental. Martha Marina Ferriol Marchena, Olga María Pedierro Valdés, Marisol Mesa León, Mercedes Maza Llovet. (Coedición: Archivo Nacional de la República de Cuba). Santo Domingo, D. N., 2008. Escritos desde aquí y desde allá. Juan Vicente Flores. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 368
21/05/2009 12:06:01 p.m.
Publicaciones del Archivo General de la Nación
369
Vol. LXXII
De la calle a los estrados por justicia y libertad. Ramón Antonio Veras –Negro–. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. LXXIII Escritos y apuntes históricos. Vetilio Alfau Durán. Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXIV Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista. Salvador E. Morales Pérez. Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXV Escritos 1. Cartas insurgentes y otras misivas, Mariano A. Cestero. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXVI Escritos 2. Artículos y ensayos, Mariano A. Cestero. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXVII Más que un eco de la opinión. 1. Misceláneos, 1874-1898. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXVIII Más que un eco de la opinión. 2. Escritos, 1879-1885. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXIX Más que un eco de la opinión. 3. Escritos, 1886-1889. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXX Más que un eco de la opinión. 4. Escritos, 1890-1897. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.
Colección Juvenil Vol. I Vol. II Vol. III Vol. IV Vol. V Vol. VI
Textos selectos. Pedro Francisco Bonó. Santo Domingo, D. N., 2007. Heroínas nacionales. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2007. Vida y obra de Ercilia Pepín. Alejandro Paulino Ramos. Santo Domingo, D. N., 2007. Dictadores dominicanos del siglo xix. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008. Padres de la Patria. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008. Pensadores criollos. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008.
Colección Cuadernos Populares Vol. 1
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 369
Ideología revolucionaria de Juan Pablo Duarte. Juan Isidro Jimenes Grullón. Santo Domingo, D. N., 2009.
21/05/2009 12:06:01 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 370
21/05/2009 12:06:01 p.m.
Esta primera edición de Capitalismo y descampesinización en el Suroeste dominicano, de Angel Moreta, se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Editora Búho, C. por A., en el mes de mayo del año 2009 y consta de 1000 ejemplares.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 371
21/05/2009 12:06:01 p.m.
Vol LXXXI San Juan 2009-05-21.indd 372
21/05/2009 12:06:01 p.m.