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Nacional 4
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5 En la senda del ajuste
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Panorama sindical en tiempos de crisis
Economía
6 lA ECONOMÍA POLÍTICA DEL POPULISMO
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Internacional
7 Brasil. El Mundial: negocios exuberantes y palizas para el pueblo
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Colombia, el panorama en tiempo de elecciones
En Debate
8 El PRT y la lucha sindical
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En Lucha
1 0 lA DIGNIDAD CONTRA EL AJUSTE
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1 1 Cristina ajusta, SMATA vende, las empresas despiden
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1 2 San Luis: entre la recesión y las políticas de “conciliación”
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1 3 Jujuy: bailecito obrero con aire de deja vú
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Juventud
1 4 A la juventud de Hombre Nuevo Fernando Deliens
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1 5 Nace la Juventud de Hombre Nuevo Fernando Deliens
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Acompañan este número ilustraciones de artistas de Hombre Nuevo y otros caricaturistas populares a quienes agradecemos la difusión de sus imágenes públicamente. También agradecemos las fotos que han sido tomadas de distintos medios de prensa popular.
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Casita de naipes
“…y el pecho es lo que me vieron armado y en el corazón todos los peligros”
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uesta creer que el gobierno nacional se haya dispuesto alguna vez a asestarle un duro golpe a la burguesía, un golpe de esos que la dejarían tumbada. Aunque sus ministros heterodoxos y sus funcionarios se aflojen el nudo de la corbata o se dejen crecer ciertas patillas, se hace muy difícil pensar que vienen batallando contra los fantasmas del neoliberalismo, contra el pasado noventista. Cuesta creer que ese pasado no tenga continuidad, que en líneas generales las transformaciones sociales profundas no sigan postergadas. Sin embargo, en diez años han generado una expectativa en amplios sectores de la sociedad y del pueblo mediante un relato que hoy se desmorona como una casita de naipes, de arriba hacia abajo. Todo relato termina; característica número uno de los relatos: tienen principio y final. Y con sus propias contradicciones, pretéritas y actuales, se puede trazar una línea política marcada por la reconstrucción de la confianza en la gobernabilidad institucional, la preeminencia del extractivismo, la generación de trabajo precario, los saldos favorables de las exportaciones, y atado a ello la cooptación de las burocracias sindicales y las gobernaciones del Conurbano, sin dejar de adicionar una serie de medidas superficiales, pero convincentes en el plano ideológico. Cáscaras, estas últimas, que vienen desde hace una veintena de meses resquebrajándose y generando alineamientos por fuera del liderazgo de CFK. En el plano político, primero se soltaron las centrales obreras, más tarde los intendentes bonaerenses corridos hacia el massismo. Luego, la creciente necesidad de contener y reprimir la protesta social que lleva como insignias el Proyecto X, la Ley Antiterrorista, los proyectos antipiquetes, las intrigas palaciegas sobre la baja de imputabilidad y el ascenso del represor Milani. Si quedaba algo en pie de ese relato, era una relativa estabilidad cambiaria, que en enero de este año pasó a valores. Detrás del relato, la verdadera historia: la lucha de clases, y una clase en el gobierno que muestra los dientes: los docentes son vagos, los que protestan por el salario extorsionan, los petroleros de Las Heras son criminales, los obreros de Gestamp son infiltrados de izquierda. Si después de acordar un pago de la deuda con el Club de París en U$ 9.700 millones, los aplausos vienen de Massa, de Macri; si el secretario general de la UIA festeja la reinserción de la Argentina en el mundo, algo no debe ser como se venía diciendo que era. O falló el relato o falló el relator, que es más o menos lo mismo. Es cierto, nobleza obliga, que lo de darle a la burguesía un golpe que la deje en el piso es de otro cuento; es Marx el de esa historia, no Néstor. En verdad, el gobier-
Jorge Fandermole; “junio”
no nacional cada vez que pudo rendirle algún homenaje al sagrado capital lo ha hecho, con creces y ceremonia. Nunca en toda la gestión se puso en duda la lealtad a este sistema. En tal caso, fue (¿o sigue siendo?) la falacia de la humanización y la fachada del carácter nacional del capital, la que vendría a funcionar como un bálsamo ante la salvajada foránea de explotación humana y de apropiación de la plusvalía. Así al menos lo refleja el relato. Nada más lejano a los hechos. Cabe preguntarse si en el país en que vivimos los obreros no producen según las mismas leyes que gobiernan en todo el mundo y que rigen los destinos de millones de asalariados, cabe preguntarse si los patrones vernáculos tienen alguna diferencia con aquellos que están más allá de las fronteras. ¿Acaso “Don Carlos”, ese miserable tipejo de propaganda (AFIP, 2009), era menos patrón que Rockefeller? Menos rico, menos poderoso, sí. Lo idéntico es su función social. No hay patrones piolas, todos viven en la abundancia gracias a nuestro sudor, todos se quedan con el auto nuevo, el yate nuevo, la casita de campo. El salto hacia atrás, tan condenado por el relato oficial, se verifica con sólo rastrear quiénes se beneficiaron con el acuerdo del pago al Club. La realidad levanta la mano para responder: “En la lista aparecen nombres emblemáticos de compa-
ñías globales, como las alemanas Volkswagen, Mercedes Benz, Bayer, Adidas y Robert Bosch, las estadounidenses Ford, General Motors, Procter & Gamble, John Deere, Monsanto, Pfizer, Johnson y Johnson y Colgate Palmolive, las japonesas Toyota, Honda, Yamaha, Bridgestone y Sony, las francesas Peugeot, Citröen, Michelin y L´Oreal, las italianas Fiat, Iveco y Pirelli y por los Países Bajos, Shell y Philips. Estas empresas dominan porciones importantes del mercado local y serán beneficiarias directas de la resolución del default con el Club de París, al generarse el espacio para nuevas inversiones” (http://www.pagina12.com.ar/diario/ economia/2-247563-2014-06-01.html). Cualquier exégesis que intente reacomodar a estos nombres en la lista de aliados para un proyecto que se diga nacional o popular, sobra. Los pobres le deben al Club, los trabajadores le deben al Club, los precarizados le deben al Club, los tercerizados le deben al Club, los niños le deben al Club, el pueblo le debe al Club. Cada hospital sin gasas ni medicamentos, cada aula sin calefacción, cada techo de cartón, cada camino de barro están condicionados. Si el futuro es de deud a
externa, el presente es de miseria. Aquí el doble discurso se vuelve homogéneo y unilateral, los cuadros descolgados vuelven a su lugar, los enemigos de ayer (léase Macri & Cía.) se amigan para la foto y para algo más que la foto. Para ser justos, no hubo hasta nuestros días relato que contara la historia desde abajo hacia arriba. Por lo menos, no fue el relato de la Casa Rosada el que pusiera ni ponga como protagonistas a los trabajadores; por el contrario, los trabajadores siguen siendo parte del decorado en el folletín kirchnerista. Pero cuando luchan los trabajadores, son el demonio. Y los fantasmas de la vieja política se encarnan en patota. Los millares de suspensiones en las fábricas automotrices son un saldo necesario para que los dueños de la torta no sientan afectados en lo más mínimo sus intereses. Los obreros de Gestamp toman la fábrica y denuncian los despidos: el decorado se derrumba. Los burócratas se ponen a la orden del día y ofrecen sus servicios como fuerza de choque. Los mismos aliados del SMATA que denunciaban compañeros en los setenta y se los vendían a la dictadura, apuran al estado para que cumpla su rol de gendarme de los patrones; y que si no, están ellos para todo trabajo. La izquierda es demonizada, sus banderas y sus métodos repudiados; el ninguneo se les hace más complicado. Temen, nos temen, porque saben que nosotros cavamos constantemente, pacientemente, incluso después de las derrotas, la fosa que los recibirá algún día. Para ser justos, la lucha es lo único que ha abierto un paréntesis en el relato. Sea cual sea el relator de turno en la Rosada. La lucha del pueblo, la lucha de los trabajadores, irrumpe con su fea letra, con sus garabatos, y traspasa el margen de la hoja, y traspasa la hoja. A veces en una fábrica, a veces en la ruta. En un puente hace doce años, no pudieron tapar la lucha con tinta y pensaron que la silenciaban a balazos. Darío y Maxi vuelven a surgir en las luchas de hoy, su lucha mueve y se confunde en las huelgas de hoy, en los piquetes de hoy. El estado redobla esfuerzos, con gases y balas y patotas porque con el papel y el relato no alcanza. Se juegan las cartas que tenían, ases de basto para la burocracia, siete de velos para el patrón. El as de espadas no tiene recambio y, para seguir con el relato, sobran los cuatro de copas. Se cartean, marcan los naipes, echan la falta con las viejas. Pero nosotros no nos achicamos. La partida sigue; es histórica, es dura. Nuestro juego es de corazones. Ellos muestran los dientes. Nos han visto el pecho.
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En la senda del ajuste
Las señales que viene dando el gobierno kirchnerista en lo que va del año son bien claras. Solamente desde la obsecuencia oficialista, productora y consumidora de relatos fantásticos se puede ocultar o enmascarar con dudosos eufemismos el ajuste económico. Devaluación brusca de la moneda, pago a Repsol, gestiones para arreglar con los fondos buitres y el Club de París, guiños hacia el FMI son solo algunos ejemplos del plan para este fin de ciclo.
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ediante el acuerdo con el Club de París, Argentina se ha comprometido a pagar la suma de U$S 9.700 millones en un plazo de 5 años, sin periodo de gracia, con un desembolso inicial de U$S 650 millones a pagar en julio de este año y otros U$S 500 millones antes de mayo de 2015. El Club de París es un foro compuesto por representaciones de países acreedores y deudores. Su origen se remonta a 1.956 cuando diferentes gobiernos con los que Argentina había contraído deuda acordaron renegociarla por un monto de U$S 700 millones. Con los sucesivos gobiernos la deuda inicial se fue incrementando hasta llegar a los U$S 6.500 millones durante la gestión actual, es decir, el “ventajoso acuerdo” según las palabras del Ministro de Economía Kicillof implica un aumento del 60% con relación al último monto de deuda contraída, a una tasa del 3 % anual. Como en las últimas oportunidades, este giro pro mercado fue aplaudido por la oposición patronal y por los representes de las entidades que agrupan a la burguesía. El día que se anunció el acuerdo, la bolsa cerró con una suba y las acciones de los bancos aumentaron hasta un 7%. Así, Massa declaró que “el acuerdo con el Club de París es una señal positiva y un paso importante de cara al futuro de la Argentina”. El presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina, Claudio Cesario, mencionó que “sin dudas, el acuerdo genera un mensaje y una señal clara hacia los inversores globales que analizan las potencialidades de nuestro país que, como pocos, tiene en energía, minería, agricultura, servicios y fundamentalmente en capital humano”.
Por otra parte el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja, destacó que “los recursos naturales, humanos y energéticos que tiene la Argentina son fenomenales, pero todo eso necesita inversión privada y este camino a la normalidad en las relaciones internacionales tiene una gran importancia
implica un aumento de la deuda pública con el exterior; el acuerdo con el Club de París incrementa los vencimientos de deuda, que en 2015 podrían superar los u$s 8 mil millones debido a los Boden 15 y otros pagos, lo que obligaría a otra refinanciación. Este acuerdo es la antesala del arreglo con los “fondos buitres”. Ya lo dijo la
El conjunto de la burguesía y los políticos patronales aplauden este acuerdo porque protege los intereses de los grandes capitales a la par que promueve inversiones extranjeras (...) para el crecimiento, la inversión, presidenta… “más que deudores la productividad y el empleo”. recalcitrantes, somos pagadores seriales”. El conjunto de la burguesía y los políticos patronales aplauden La otra cara de la este acuerdo porque protege los misma moneda intereses de los grandes capitales a la par que promueve inverLa contracara necesaria de siones extranjeras a las que se le este ajuste económico es el emaseguran cuantiosas ganancias a peoramiento en las condiciones costa de la explotación de nuestra de vida del pueblo traclase y el saqueo de nuestros rebajador. La macursos. La festejada política yoría de “desendeudamiento”
de los acuerdos paritarios cerraron con cifras menores al 30% cuando en lo que va del año la inflación medida en términos interanuales indica un promedio en torno al 37%. Viendo la relación precios-salarios, es muy fácil estimar que el techo salarial implica una caída del poder adquisitivo de los salarios reales en torno al 10% para este año.
suman suspensiones que, sólo en la industria automotriz alcanzan a unos 15.000 trabajadores, además de recortes de horas extras, “retiros voluntarios”, jubilaciones anticipadas e incipientes despidos. En el primer trimestre del año, según las cifras del devaluado INDEC, la tasa de actividad (que mide la PEA) se ubicó en torno al 45%, el menor nivel en los 11 años de gobierno kirchnerista. A la par la tasa de empleo descendió con respecto al año pasado un 0.4%. La creación de empleo evidencia una tendencia hacia el estancamiento; en algunos rubros el impacto es mayor, según las cifras de la encuesta de Evolución del Empleo del Ministerio de Trabajo, por ejemplo en el sector “mano de obra intensiva” se registra una caída del 6,35% del empleo en la construcción, y del 0,78% en comercio, restaurants, y hoteles (La Nación- 20/05/14). En el sector precarizado o en negro -más de la tercera parte de la fuerza laboral- la crisis impacta con fuerza aumentando el desempleo abierto y profundizándose el empobrecimiento. Es complejo el panorama y tiene un elevado impacto sobre las condiciones de vida de nuestra clase, al que hay que completar con el incremento en la criminalización de la protesta social. Saturación de fuerzas represivas, leyes antipiquetes, militarización de fábricas como en el caso de la autopartista Gestamp, medidas acompañadas de un discur-
so político que refuerza nociones reaccionarias en el sentido común, estigmatizando a los trabajadores en la lucha por sus justos reclamos. Por solo mencionar un ejemplo de lo que viene siendo una política sistemática, en el discurso realizado en la provincia de Santa Cruz el 31/05, la presidenta dedicó 10 minutos a demonizar a los trabajadores de Gestamp, exigiendo la intervención de la A este cuadro de situación se justicia, del Secretario de Segu-
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ridad Sergio Berni y del gobierno periodo en el que no se registrade la Provincia de Buenos Aires. ron aumentos. Desde el oficiaAl finalizar, Cristina Fernández lismo pretenden demostrar con de Kirchner, declaró “Yo quiero estos anuncios que no hay ajuste decirles: muchachos y compañe- y que el modelo de “redistriburos trabajadores de todo el país, ción con inclusión social” está no hay toma del Palacio de In- vigente. Sin embargo, lo que se vierno. ¿Saben por qué? Porque pone de manifiesto con esta meestamos en un mundo nuevo don- dida es todo un esquema sostenide el capital financiero, que hoy do en la “década ganada” de redomina el mundo, ya no necesita distribución del ingreso entre la explotar a nadie; ya a nadie le misma clase trabajadora. En los importa cuando cierra una fá- fondos del ANSES el porcentabrica y quedan 5.000 trabaja- je que corresponde a los aportes dores afuera. ¿Saben a quién le patronales es muy bajo. Durante interesa? A nosotros, que hemos esta década no se han restablecipeleado por do las conel empleo y tribuciones por el trapatronales La contracara bajo como eliminadas no lo ha hedurante el necesaria de este cho ningún enemisajuste económico es m gobierno mo que el el empeoramiento argentino reciente desde el proyecto de en las condiciones general Peley para rede vida del pueblo rón.” ¿De gularizar el trabajador qué viviría trabajo inel capital formal tamsino es de la poco restiexplotación de los trabajadores? tuye. Además, en dicho proyecImporta poco si es industrial, fi- to, se favorece a los empresarios nanciero, comercial o agrario: la con beneficios en torno a los $ razón de ser del capitalismo, la 4.150 millones de pesos para reproducción del capital, es ase- que “regularicen” la situación de gurada por la extracción de plus- sus empleados. valía a la única clase social que tiene capacidad de generar valor. En síntesis, el gobierno hubieSi tanto le importa a este gobier- se querido traspasar a la próxino cuidar el empleo, debería em- ma administración la responsapezar por garantizar las fuentes bilidad del ajuste. Sin embargo, laborales a los miles de trabaja- los desequilibrios estructurales dores suspendidos y no destinar de las variables económicas promillones de dólares al pago de pias de un país capitalista depenuna deuda usuraria y fraudulenta diente como el nuestro, sumado que nunca sirvió para el desarro- a la incapacidad de garantizarse llo económico de nuestro pueblo. un sucesor, fueron determinantes para que aplique el repertoLo que viene… rio clásico: ajuste, devaluación, construyamos arreglos con los organismos innuestro propio ternacionales de crédito, aumencamino tos de tarifas, techos salariales, indemnización a los grandes Las perspectivas económicas capitales, incentivo a las inveren la transición hacia 2.015 no siones extranjeras. Estas son las son sencillas. En este contexto, consecuencias del agotamiento los problemas económicos se de este ciclo económico y políacentuarán, pues sigue en car- tico. Esta transición también nos peta una nueva escalada deva- encuentra con una disputa entre luatoria del peso para cumplir bloques políticos patronales que con el servicio de esa deuda. Se acuerdan en los trazos gruesos avecina un escenario de profun- del programa que está aplicando dización del ajuste, de aumento este gobierno. Mientras tanto, de despidos y suspensiones, que los sectores antipatronales, anestará atravesado por numerosos tiburocráticos y anticapitalistas conflictos obreros y de los dis- vamos abriendo caminos, constintos sectores sociales que no truyendo nuestra propia senda, solo no quieren perder algunas independiente de los patrones, conquistas obtenidas, sino que el gobierno y la burocracia, en además buscan avanzar en las nuestra larga marcha hacia una deudas pendientes de estos años. sociedad sin explotados ni explotadores, una sociedad sin El reciente anuncio del go- opresiones, una sociedad sociabierno del aumento del 40% de lista. los montos en la Asignación UniAgrupación versal por Hijo (AUH) y en las asignaciones familiares de los trabajadores registrados apenas Junio de 2014 compensa la inflación del año,
Hombre Nuevo
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economia
La economía política del populismo La crisis puso a la economía en el centro de la escena. Haciendo gala de su pragmatismo, el gobierno aprieta el paso hacia la derecha con medidas ortodoxas. La estrechez del proyecto “nacional y popular” y la necesidad de afinar nuestra acción como trabajadores. El hijo burgués de diciembre de 2001 El estallido popular puso fin a la larga década de reformas antiobreras y antinacionales y marcó los límites que debería atender cualquier intento capitalista de salida a la profunda crisis económica. El default decretado por el efímero Rodríguez Saá y la devaluación y la pesificación asimétrica diseñadas por Lavagna - ministro de Duhalde y luego de Néstor, hoy cortejado por Massa- constituyeron pilares del “modelo”. Sin embargo, estas medidas de política económica crearon las condiciones para la recuperación pero no explican por sí solas los años de repunte económico y “crecimiento a tasas chinas”. Hubieron de conjugarse con nuevas condiciones del mercado mundial favorables a las exportaciones argentinas (y latinoamericanas). A partir de 2003 la Argentina entró en una fase de crecimiento hasta 2008; y pudo recuperarlo aún después de ese pico de la crisis aunque sin el impulso inicial. El costo político de la devaluación no fue pagado por la administración de Kirchner a partir de 2003. Tampoco el de la represión en el Puente Pueyrredón. Entonces, se creó el terreno para el discurso que hablaba de una solución para los problemas estructurales del país, el mismo que sostenía que al fin Argentina había conseguido superar las crisis “de las cuentas externas”. Iniciativas inteligentes que no implicaban tocar a los centros de poder consiguieron que a las condiciones de recuperación se sumara la reconstrucción de la hegemonía burguesa. Poco a poco la confianza en las instituciones fue restableci-
da; la política oficial volvió a tener consenso e incluso a lograr movilizaciones masivas; renombrados menemistas fueron convertidos, sin autocrítica mediante, en presuntos adalides del antiimperialismo y las luchas populares. Fue en ese momento económico y en una coyuntura política de amplio consenso y de tropa ordenada, que el oficialismo podía creer que tenía una nueva economía política para aportar. En la autoconstrucción del kirchnerismo como contracara de la década menemista, la economía política tuvo un rol central. Desde el relato oficial, la clave del crecimiento la habían constituido las medidas de política económica adoptadas desde un “paradigma” opuesto al neoliberal. No era necesario esperar a la crisis para que la endeblez de la alternativa “nacional y popular” al liberalismo explícito fuera notable. Pero en términos sociales el discurso tuvo efecto. Frente a la entrega al capital extranjero, un discurso tibiamente nacionalista apoyado en pocas medidas pero retomando tópicos del nacionalismo e incluso del antiimperialismo, se mostraba como opción para muchos. Frente a la exaltación del poder del dinero (esa expresión cúlmine y abstracta del capital) se proponía una revalorización del capital productivo e industrial… que no implicó que los bancos dejaran de tener ganancias récord. Frente a la obediencia sumisa y vergonzante al capital extranjero y al conjunto de los países imperialistas, en especial EEUU, frente a la subordinación a los organismos internacionales de crédito, se proponía una defensa de la soberanía… pero que era pura vocinglería, ya que se desarrolla al tiempo que se paga serialmente a los acreedores, se subsidia a multinacionales, y se profundiza la extranjerización. Frente a la desocupación masiva, la reivindicación de “la cultura del trabajo” sinónimo de una cierta creación d e
puestos de trabajo formales pero principalmente de empleos precarios e inestables. Frente a los recortes, la vieja y errónea idea de que el consumo es en definitiva “el motor” de la economía capitalista. En resumen, como tantas veces ocurriera en Argentina y en el planeta, se presentaba un gobierno burgués que creía haber encontrado la clave para mantener el capitalismo sin crisis y sin lucha de clases. Como varias veces ocurriera en nuestro país (y nuestro continente) un gobierno burgués que pretendía resolver la dependencia sin modificar la base del orden social.
El retorno a la realidad Las crisis son la prueba de fuego para la demostrar la capacidad o no de la teoría para dar cuenta de la realidad, y son para los gobiernos o, como gusta decirse, para la “gestión”, la prueba de cuál es su orientación. La ilusión de la economía política del populismo de que podía quedarse con el capitalismo en general y el dependiente en particular sin tener que enfrentar la crisis se evaporó en el aire. Pasados los primeros momentos en que se afirmaba ridículamente que el país estaba a salvo de cualquier desbarajuste, el gobierno reconoció la crisis. Pero lo hizo del modo más burgués en que podía hacerlo: planteó la crisis como fenómeno exterior a su acción y al capitalismo “nacional y popular”. A partir de entonces, esa tormenta “que no generamos”, como dice repetidamente la presidenta, legitima la adopción de todas las medidas clásicas de la ortodoxia. La heterodoxia se reduce ahora a afirmar que si no fuera porque la situación obliga a hacerlo, el oficialismo no tomaría las medidas que efectivamente está tomando y que son reclamadas y aplaudidas por la oposición de derecha. Entonces, resulta que el populismo tiene una teoría para la fase de alza del ciclo y otra para la de descenso sin que puedan integrarse entre sí. Y como toda la economía política burguesa, el kirchnerismo se prosterna ante los “hechos”. Efectivamente, si no se cuestionan las relaciones sociales, son pocas las medidas que puede adoptar la administración estatal. La defensa del capitalismo, que siempre hizo y explícitamente el kirchnerismo, ya no puede recurrir a las medidas de ayer, demostrando que la distribución (dentro de la clase trabajadora) y las políticas expansivas no eran una “política de estado” sino una política económica posible por el crecimiento y necesaria para reconstruir hegemonía. Llegada la hora de
la crisis y en las puertas de la recesión, se adoptan políticas de ajuste y represión. Junto a esa inconsistencia teórica, la política económica “nacional y popular” no supera el desafío de la crisis porque el capitalismo no se mueve por la conciliación sino por la lucha de clases. Y cuando el margen de acción oficial se reduce en consonancia con los márgenes de ganancia, las posiciones relativas de cada quien se definen. Así, pasados los años de “sojas gordas” y de “mercados externos hambrientos” nos enfrentamos a un ajuste que cada vez se diferencia menos de las recetas neoliberales: seducción y entrega al capital extranjero, reconciliación con fracciones del empresariado local y sus expresiones políticas; para nosotros, los trabajadores, ajuste, despidos, precarización, retos mediáticos, estigmatización y, por supuesto, la criminalización de la organización y de la protesta. Parafraseando una de esas metáforas de café que en los actos oficialistas generan un aplauso cerrado, en su larga marcha hacia la derecha, el gobierno no llega a la izquierda. Porque los extremos no se unen.
La solución es política, de clase Desde la crítica de la economía política, esto es, desde el marxismo, las crisis no son algo inexplicable, no son un rayo que rompe la armonía de un cielo sereno. Por el contrario, son una expresión exacerbada de las contradicciones propias del capitalismo. Esto significa que aun cuando la economía atraviesa una fase de acumulación acelerada, esas contradicciones están presentes. Las crisis constituyen un escenario en el que resulta más fácil discutir ampliamente los problemas irresolubles de este sistema social. La clave de la superación histórica del capitalismo no está en las manos de los empresarios, de los funcionarios, de los burócratas. La llave de la salida no son tales o cuales medidas aisladas que puedan proponer tecnócratas más o menos progres, más o menos reaccionarios. Somos los trabajadores que en nuestra organización, en nuestra teoría que sí sobrepasa la prueba de las crisis, en nuestra propia fuerza podemos realmente poner fin a la dinámica ciega de la ganancia y el mercado. El creciente protagonismo de trabajadores combativos que luchan contra la extorsión de que “en los 90 estuvimos peor”, que resisten el ajuste y los aprietas de patronales, de funcionarios y burócratas, obliga a emprender una activa política socialista. Junto a la defensa de los puestos de trabajo, la resistencia al ajuste y a la represión debemos avanzar en difundir y propagar algo que los poderosos saben: hay otro mundo posible y se llama socialismo.
Ana Marchesi
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Colombia,
el panorama en tiempo de elecciones Las elecciones presidenciales en Colombia se desarrollaron en un contexto de fuertes luchas sociales y disputas políticas que pusieron en discusión varios de los problemas estructurales que atraviesa el país.
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on una diferencia de sólo el 3,5%, el candidato de la derecha uribista Óscar Iván Zuluaga y el actual presidente Juan Manuel Santos definieron el 15 de junio la Presidencia 2014-2018. Santos se impuso en la segunda vuelta por el 50,94 por ciento de los votos. A pesar de que los debates de la campaña electoral giraron en torno a la continuidad o no de las negociaciones de paz con las FARC, las encuestas reflejaban que para la mayoría del pueblo, el desempleo, las malas condiciones laborales y la educación figuran como los problemas prioritarios para los colombianos. Esto se expresó en el altísimo grado de abstención que hubo en las elecciones: el 60% de los colombianos no fue a votar en la primera vuelta, y el 50% se ausentó en el ballotage, y se registró un 6% de votos en blanco, impugnados y nulos.
Problemas estructurales En Colombia, la brecha entre ricos y pobres es de las más altas de América Latina y del mundo: el 1% más rico acapara el 20% del ingreso total. La aplicación de políticas neo¬liberales y los altísimos grados de persecución y represión hacia el movimiento obrero en las últimas décadas, han menoscabado los derechos de los trabajadores y arrasado las más elementales garantías laborales. La mitad de los puestos de trabajo que se generan en Colombia son informales y muy precarios. El nivel de sindicalización es bajísimo y en la mayoría de las empresas está prohibido y se eliminaron los convenios colectivos de trabajo en muchas ramas, como en bancarios, trabajadores rurales, trabajadores del estado. Sin duda, uno los problemas estructurales de mayor importancia es el altísimo grado de concentración de la tierra y el desplazamiento masivo de población rural fundamentalmente en regiones donde las alianzas entre paramilitares y empresarios han permitido utilizar las tierras ilegalmente apropiadas para el desarrollo de megaproyectos, minería extensiva, agroindustria, recibiendo apoyo
del gobierno. Frente a esta situación, los campesinos vienen desarrollando fuertes luchas. En el último mes un gran paro nacional agrario, con cortes de ruta fue acompañado por cacerolazos en las principales ciudades por parte de organizaciones estudiantiles, educadores, desplazados, transportadores y movimientos políticos. Luego de 14 días de paro, los campesinos lograron negociaciones con el Gobierno en torno a la obtención de créditos para proyectos propios de la economía de pequeños agricultores, entre otros puntos.
presentándose como el garante de la paz, respondiendo a la demanda social de solución del conflicto armado y de garantía de derechos y libertades democráticas básicas, lo que se ha expresado en numerosas marchas multitudinarias. Y es por ello, que tanto la Unión Popular como Marcha Patriótica, y personalidades tan disímiles como Pilar Córdoba o Ingrid Betancourt manifestaron su apoyo a Santos, a pesar de sus diferencias profundas con el actual gobierno, porque entienden que es la garantía para la continuidad del proceso de paz.
La garantía a los más elementales derechos humanos no está vigente y la participación y organización política y/o sindical es objeto de persecución. Se han registrado cerca de 26.000 víctimas de desaparición según un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Esta política, sin embargo, no carece de contradicciones, y han sido las propias FARC las que han denunciado que, pese a haber logrado alcanzar acuerdos en tres de los cinco puntos más importantes de las negociaciones (desarrollo agrario, la participación en política y la solución al problema del narcotráfico), el presidente Santos tiene un doble discurso que, por un lado defiende la salida negociada al conflicto, y por el otro continúa la ofensiva militar y las políticas neoliberales de sus antecesores.
Sin embargo, en los últimos años ha comenzado a desplegarse un mayor nivel de organización y manifestación popular. Los docentes, por ejemplo, llevaron adelante una de las más importantes huelgas de los últimos tiempos, que incluyó enfrentamientos con la policía, en manifestaciones multitudinarias.
Negociaciones de Paz En este contexto se desarrollan actualmente las negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC-EP, luego de más de 50 años de conflicto armado, lo que ha sido el eje de los debates de la campaña electoral y que ha partido aguas en el movimiento popular de izquierda de cara al ballotage. Mientras Zuluaga, el candidato de Uribe, planteaba retornar a la política de mano dura hacia la guerrilla promovida por los EEUU, el actual presidente Santos logró cierta legitimidad
La victoria de Santos genera expectativas para la continuidad del proceso de paz. Sin embargo, pocas esperanzas tiene el pueblo sobre la posibilidad de que el próximo gobierno solucione los problemas laborales, de salud, educación, vivienda, pobreza; lo que afecta de manera más directa y diaria a cada uno de los más de 46 millones de colombianos.
Agustina Villegas y Verónica Giménez 1La UP fue un movimiento creado a partir de los acuerdos de paz de las FARC con la administración de Belisario Betancur. La idea original era preparar un movimiento civil en el que desembarcaran los desmovilizados de la insurgencia cuando se firmara un pacto de reconciliación para hacer política legal. Así, en 1985 nació la UP. Sin embargo, surgieron escuadrones de la muerte de extrema derecha –financiados por narcotraficantes, sectores políticos y agentes del Ejército y la policía- que empezaron a asesinar a uno por uno de los militantes en una de las etapas más sangrientas de Colombia. Se estima que cerca de 5.000 de sus militantes fueron asesinados.
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Apuntes sobre el PRT-ERP y la lucha en los sindicatos (1º parte)
EL PARTIDO Y LAS MASAS
A casi medio siglo de su fundación, el PRT-ERP sigue siendo objeto de debate. Desde el poder, se lo trata de ningunear o denostar, camino que no siempre es exclusivo de la burguesía, sino compartido a veces por otras corrientes de izquierda. En este número y el subsiguiente, desde esta sección nos centraremos en algunos aspectos elementales en la rica experiencia sindical desarrollada por este partido.
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ara los guevaristas, el PRTERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo) representa la expresión más alta a la que llegó la clase trabajadora en Argentina en su disputa con la burguesía. Actualmente, la memoria de esta experiencia central en la lucha de clases de nuestro país se ve ensombrecida: por un lado, pretende ser borrada por el enemigo. La burguesía local e imperialista, aquella que aniquiló una generación de luchadores sociales, no sólo se ensañó particularmente con los militantes del PRT sino que pretende suprimir todo registro de su lucha o, cuando se torna inocultable, calificarla como “terrorismo subversivo”. Por otra parte, la memoria histórica tampoco sale indemne luego de atravesar la disputa ideológica e historiográfica con otras corrientes dentro de la izquierda. ¿Fue el PRTERP una mera experiencia “militarista”? ¿Fue un grupo “foquista” que no desarrollaba trabajo entre las masas o que, incluso, despreciaba tal tarea? ¿Cuál fue su inserción en los sindicatos? ¿Cuáles son las concepciones con que desarrollaba su labor entre el movimiento obrero?
I- Un breve recorrido acerca del PRT El PRT fue fundado oficialmente el 25 de mayo de 1965. En un contexto de radicalización de luchas obreras y de disputas por el poder en distintos escenarios del planeta, con el ejemplo reciente de la triunfante Revolución Cubana y el aliento de la resistencia vietnamita, el PRT fue una síntesis de la voluntad de lucha de dos tradiciones y sectores claramente diferenciados que se fusionaron en una misma estructura. Por un lado, el FRIP, Frente Revolucionario Indoamericanista Popular de los hermanos Santucho, con ascendiente entre docentes, obreros azucareros, hacheros y ferroviarios en el noroeste, dirigentes de la FOSIF (Federación Obrera Santiagueña de Obreros Forestales) y un perfil antiimperialista ligado al nacionalismo revolucionario1. Por el otro, el grupo Palabra Obrera liderado por Nahuel Moreno, de
origen trotskista e inserción en sectores de trabajadores de la zona metropolitana, Córdoba, Bahía Blanca y Tucumán; allí, con presencia en la FOTIA (Federación Obrera Tucumana de la industria del Azúcar). Ambos grupos terminan de fusionarse en 1965 tras una labor conjunta como frente de más de un año. El inicio de esta organización, e incluso el recorrido previo de sus diversos y disímiles componentes, muestra un vínculo de arraigo en la clase trabajadora y el pueblo. Dentro de sus definiciones estratégicas se encontrarán la lucha por el socialismo, entendido desde el marxismo, y la adhesión a la IV Internacional (Internacional trotskista, en aquel entonces orientada por Ernest Mandel), entre otros pilares. En el año 1968, en el marco del IV Congreso del partido, se produce la ruptura entre el sector liderado por Moreno y el de los hnos. Santucho. Pese a que en los núcleos originarios la mayoría de los militantes provenían del sector de Moreno, sus posiciones habían ido perdiendo terreno en la base del partido, y en el Comité Central mismo había quedado en minoría. Esto motivó que en dicho congreso, el sector de Moreno no se presentara e hiciera un congreso paralelo por su parte. Así, durante un tiempo, cada bloque siguió denominándose PRT, e identificándose con el nombre de sus publicaciones: La Verdad, fue el que adoptó Moreno y su grupo, El Combatiente el del grueso del partido. Pero más allá de las características que asumió esa escisión, cabe señalar que la misma estuvo motivada en diferencias fundamentales en torno a cómo concebir la estrategia de poder. Mientras desde ambos sectores, al menos en sus enunciaciones, se daba una coincidencia general en cuanto al carácter armado de la revolución basada en adscribir al marxismo, esa interpretación se desplegaba en lo concreto de ma-
neras opuestas. El sector mayoritario del PRT, a diferencia de quienes abandonarían el PRT en 1968, resuelve explícitamente sumar a las distintas esferas de intervención del partido la creación de una estructura que desarrolle la lucha armada. Mientras el sector de Moreno abonaba la tesis de la insurrección como forma de conquista del poder, el sector de Santucho retomando las experiencias cubana, vietnamita y china, proyectaba la creación de un ejército popular “ m á s amplio inclus o que e l
congresos, se iniciará el desarrollo de las acciones armadas.
propio partido- que encarara la guerra revolucionaria. Dicha concreción, la que da origen formal al E.R.P. (Ejército Revolucionario del Pueblo) se verá cristalizada en el V Congreso del Partido, en 1970. Durante el período que separa ambos
que en el transcurso de los dos años siguientes, de cara a su V Congreso, se verá duplicada. Según distintas fuentes, su composición era mayoritariamente de obreros, trabajadores y empleados asalariados proletarios y no proletarios (entre estos
II-La escisión del Morenismo En 1968, tras la escisión del grupo liderado por Nahuel Moreno, el PRT-El Combatiente contará con aproximadamente unos 200 militantes, cifra
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últimos, se cuenta a pertenecientes su desarrollo, y en el marco de la a sectores como la docencia, profe- acción partidaria entre las masas, sionales, técnicos, etc.)2. cabe analizar algunos debates reflejados en los propios documentos A lo largo de su historia, en par- del partido. En 1970, a tres años ticular la posterior a su IV Congre- de la caída del Che en Bolivia, so, el PRT realizó cientos de ac- en el marco del V Congreso y los ciones armadas. Sin embargo, cabe CC posteriores, el partido realiza señalar que a diferencia de otras una crítica a lo que llama “desviaorganizaciones político-militares ciones foquistas”. Se señala: “Lo que desarrollaron la lucha arma- que es insustituible para iniciar la da en nuestro país, el PRT poseía guerrilla rural es un partido revouna estructura diferenciada entre lucionario, con penetración en las el partido y su brazo armado, el masas (...) La cuestión del foquisERP. Además, el partido poseía di- mo o guerra revolucionaria es un versos frentes legales y de masas: problema de política no de numero sindicales, de DD.HH., estudian- de combatientes”5. tiles, juveniles, culturales3, aparte de las intervenciones directas que III. Una realizaba en tanto partido también aproximación al orientadas a dirigir a sectores am- debate sobre el plios del pueblo. En el momento de desarrollo sindical mayor desarrollo de la lucha arma- del PRT da en la Argentina, la proporción El PTS, partido que en la acde militantes del PRT asignados a dicho frente no superaba el 50%4. tualidad es un heredero crítico del Sí era una condición para ser parte morenismo, plantea insidiosamente del PRT, serlo también del ERP y sus señalamientos acerca del PRT. haber participado en al menos una Lo hace en un libro que trata de hisacción armada. Cabe señalar que el torizar de manera oficial la década ERP era más amplio en cuanto a la del ’70 para su partido, mediante cantidad de miembros y al carácter capítulo que lleva el categórico y más amplio de su programa que el sugestivo título “PRT-ERP: militarismo y frentepopulismo”. Allí, PRT. inicia su diatriba: “En el balance Pero si la cuantificación y la es- histórico de la década del ‘70 se pecificación de tareas no alcanzan inscribe el fracaso de las dos granpara enmarcar cómo desde el PRT des vías postuladas por la izquierda se concebía la lucha armada, esto latinoamericana: la vía armada, que es como producto de un análisis culminó en las trágicas derrotas concreto de experiencias revo- de las intentonas guerrilleras en el lucionarias contemporáneas a continente; y la vía pacífica al socialismo”6. El enfoque general cuestiona en lo teórico al PRT por su intento de síntesis entre aportes del trots- kismo, el maoísmo (“Guerra popular y prolongada”) y su identificac i ó n
con el castrismo. Desmoronándose de cualquier análisis marxista que pondere relaciones sociales de manera compleja y científica, se le endilga a Castro en persona haber sido un “dique” para frenar la revolución continental: “Fidel Castro utilizó la autoridad de su liderazgo para contener el proceso revolucionario en el resto de América Latina”7.
otros.
En una siguiente entrega, nos proponemos desarrollar en profundidad las características de su trabajo sindical, detallar lo referido a su inserción como así también las concepciones sostenidas en su labor dentro del movimiento obrero, en polémica con otras corrientes de la izquierda. A su vez, comentar la experiencia concreta del MSB (MoRespecto del PRT en el año vimiento Sindical de Base). 1969, tras la ruptura con el sector 1 El propio PRT El Combatiente, años de Nahuel Moreno, se dice que “su más tarde, iba a caracterizar al núcleo orientación estaba fijada por la suoriginal del FRIP como “pequeño grupo puesta preparación para la guerra pequeñoburgués nacido en 1961 con una revolucionaria, no para tener una concepción populista y que, merced al trapolítica que dirigiera a las masas obreras y populares en su enfrenta- bajo de masas que había encarado en Santiago y Tucumán (...) había ido adoptando miento con la dictadura; así, fueron progresivamente el método y las concepcompletamente ajenos al Cordo- ciones marxistas”. Citado en: Pozzi, Pablo. bazo”8. Cabe señalar que los diri- Por las sendas argentinas. El PRT-ERP, la gentes del PRT el “Negro” Mauro guerrilla marxista. Eudeba, 2001. Pág 48. (Carlos Germán), Domingo Menna y Sergio Domecq (Oscar Prada) en 2 Pozzi va a hablar, en un período persona participan destacadamen- posterior de la historia del partido, y tote en las jornadas del 29 de mayo. mando como base la procedencia familiar/ Si bien el partido en aquella épo- extracción social, de un 45% de obreros y ca tenía un tamaño reducido, de- un 42% de “sectores medios” como profecir que fue ajeno al Cordobazo no sionales, técnicos, intelectuales, docentes, puede sostenerse seriamente desde etc. Ver Pozzi, Pablo; Op. Cit., pág. 72. los hechos concretos. El Cordoba3 Algunos frentes de los mencionados zo no puede ser reivindicado como que dirigía el PRT eran el FATRAC (Frenpropiedad de ninguna corriente y, de hecho, fue un fenómeno que en te Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura, que reunía artistas e intelectuamayor o menor medida desbordó a les); la Juventud Guevarista (que si bien no las conducciones de izquierda y sus era estrictamente un frente estudiantil, caprevisiones9. nalizaba buena parte de su intervención en Si bien es conocido que el proceso de inserción en los sectores duros de la industria inicia su punto de mayor desarrollo después de 1972 y llega a su punto máximo a mediados de 1975, afirmar la ausencia del PRT en el terreno del movimiento obrero implica desconocer o negar datos empíricos10. A esta tesis, harto difundida, entre varias otras, salen al cruce diversos materiales y la verdad histórica misma. Para 1969, el PRT poseía inserción en la zona metropolitana, en La Plata, Santiago del Estero, Córdoba, Salta y Santa Fe, entre otras. Cinco años más tarde, y en paralelo al desarrollo de la lucha armada, el crecimiento de la presencia fabril del PRT era exponencial: poseía células en más de 400 fábricas del Conurbano bonaerense, entre los trabajadores de la carne en Rosario, entre metalúrgicos y metalmecánicos de Córdoba; petroleros de YPF; en astilleros como Astillero Río Santiago, entre
dicho ámbito); la COFAPEG (Comisión de Familiares y Presos Políticos Estudiantes y Gremiales), entre otras. Acerca del plano sindical, el PRT desarrolló experiencias locales en fábricas, con sus respectivos boletines fabriles, pero también instancias de coordinación amplias como el MSB (Sobre esta experiencia se profundizará en la segunda parte de esta nota, en La Llamarada N° 20). 4 Pozzi, Pablo; Op. Cit., pág. 21. 5 De Santis, Daniel. A vencer o morir. PRT-ERP. Documentos. Pág. 13. Disponible en http://lahaine.org/amauta/b2-img/ santis_vencer2.pdf. 6 Aguirre, Facundo y Werner, Ruth. Insurgencia obrera en la Argentina. 19691976; Edics. IPS. Pág. 309. 7 Ibídem. 8 Ibídem, pág. 324.
9 “En el momento del Cordobazo el PRT era una pequeña organización con frente sindical, frente estudiantil y algunos comandos armados. ( ) Ninguna fuerza política dirige esto que yo les estoy contando. Ninguna. Pero el PRT saca las mejores conclusiones, quizá con un poco de demora”. Bohoslavsky, Abel. En: De Santis, Daniel. La historia del PRT. Ed. A formar filas. Pág. 143. 10 Contradictoriamente, el libro de Aguirre y Werner de PTS, reconoce luego la numerosa presencia del PRT en muchas fábricas y conflictos, pero le asigna a su papel la de falta de una iniciativa política correcta.
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La dignidad contra el ajuste Hoy, como hace una década, los movimientos sociales siguen peleando en las calles contra la exclusión. Los desafíos de coordinar entre distintos sectores y organizaciones para enfrentar un ajuste que se muestra como estructural.
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ierra otro comedor por falta de insumos. Las compañeras que lo llevan adelante no pueden sacar parte de sus $2000 de sueldo para mantenerlo. A su vez los precios cuidados en las barriadas del conurbano bonaerense deben estar muy bien cuidados porque casi no aparecen. Estas mismas compañeras van a su asamblea barrial. En un punto del temario se define un plan de lucha contra las cámaras empresarias de supermercados. En otro, un nuevo plan de lucha contra el ajuste en la provincia de Buenos Aires, ajuste que cala tan hondo como para sacarle los alimentos a los comedores comunitarios. La asamblea sigue, y se define un tercer plan de lucha porque ya no se puede siquiera subsistir con lo que “gana” un trabajador precarizado del programa Argentina Trabaja. El calendario aprieta, pero mucho más aprieta el ajuste que llevan adelante los gobiernos nacionales, provinciales y municipales.
Piqueteros: de los desocupados a los precarizados Con los ejemplos de Cutral-Có y Mosconi a fines de los ‘90 nacían las primeras organizaciones piqueteras. Los movimientos de desocupados se harían cada vez más fuertes a principios los años 2000, siendo uno de los sectores más dinámicos en esos momentos. Con métodos de lucha claros y audaces se fueron conquistando las primeras reivindicaciones para el sector: alimentos para los comedores comunitarios, algunos planes sociales para subsistir y los primeros emprendimientos productivos. Poco más de una década después, los movimientos sociales fueron atravesando cambios cualitativos en su carácter. Con la llegada del kirchnerismo, parte de estos movimientos fueron cooptados al no superar el corporativismo y no tener una política de clase, entregándose a las ofrendas del momento. Los cambios en la situación política y económica del país (enmarcados en los cambios a nivel regional) impactaron en la composición de las organizaciones. Los movimientos de desocupados fueron tornándose paulatinamente en movimientos de trabajadores precarizados. Para el conjunto de organizaciones que no claudicaron ni dejaron caer sus banderas, este paso no se dio sino mediado por fuertes movilizaciones, acampes, represiones y detenciones. El gobierno no estaba dispuesto a otorgar sus bondades a aquellos que no estamos dispuestos a lavarle la cara a este sistema. Se logró así el ingreso a distintos programas de trabajo precarizado, entre ellos el Argentina Trabaja.
El “salario popular” del Argentina Trabaja Los trabajadores precarizados del Argentina Trabaja tuvieron su último aumento hace dos años. Desde entonces cada compañero recibe $2000 mensuales por su trabajo, lo que los ubica incluso por debajo de la canasta básica alimentaria1. Con una inflación anual proyectada para 2014 entre un 35 y 40%, con la devaluación de principio de año, es notorio cómo impacta el ajuste en los bolsillos de los compañeros más postergados de la clase trabajadora. Esos mismos compañeros que enfrentan diariamente los problemas estructurales de la educación, la salud y la vivienda. La negación por parte del gobierno nacional a discutir un aumento en los ingresos de este programa de trabajo llevó a un conjunto de organizaciones a impulsar un plan de lucha para denunciar la precarización laboral y exigir las paritarias sociales para el sector. A pesar de las ya constantes maniobras de los funcionarios del gobierno por dividir los frentes unitarios (como así también los sindicatos) y de intentar por todos los medios proteger el Ministerio de Desarrollo Social, en abril más de 3.000 compañeros denunciamos en las puertas de su sede el abandono al que son condenados las decenas de miles de trabajadores precarizados de este programa. En tiempos donde el kirchnerismo muestra sin rodeos su verdadera cara, en donde no tiene reparos para denunciar a los docentes, a trabajadores despedidos e incluso impulsar leyes anti protesta; era de esperar que no tuviera voluntad política de solucionar la situación laboral de miles de trabajadores precarizados, que aún mantienen congelados sus sueldos, pero también mantienen la predisposición a seguir enfrentando esta situación, con la audacia y los métodos de lucha que nunca se perdieron.
El ajuste en la provincia La decisión de que sean los trabajadores quienes carguen en sus espaldas con los costos de la crisis no es una facultad de tal o cual gobierno, sino una decisión de clase. Por lo cual, más allá de las diferencias entre Scioli y el kirchnerismo, en la provincia de Buenos Aires también se hace sen-
tir fuerte este ajuste, nuevamente golpeando con mayor dureza en los sectores más postergados. Hace ya 12 años, a principios de junio de 2002, un conjunto de organizaciones piqueteras consensuaba un pliego reivindicativo que llevarían adelante en las jornadas del 26. En este pliego se enumeraba: el pago de los planes de empleo, el aumento del 100% de estos subsidios, la implementación de un plan alimentario bajo la dirección de los propios desocupados, insumos para las escuelas y los centros de salud de los barrios, el desprocesamiento de los luchadores sociales, el fin de la represión y la solidaridad con los trabajadores de la fábrica de cerámicos Zanón de Neuquén. Después de una “década ganada”, desde la AGTCAP junto con más de 30 organizaciones sociales llevamos adelante un plan de lucha en contra del ajuste provincial en donde las reivindicaciones pasan por el reintegro de los alimentos a los comedores comunitarios y comedores escolares, la implementación de programas de empleo genuino, programas de contención y capacitación apuntados a la juventud, la denuncia del vaciamiento del conjunto de programas sociales, la denuncia a los recortes en salud y educación, el pase a planta permanente de los trabajadores precarizados de los distintos ministerios provinciales. Las reivindicaciones que se consiguieron hace más de 10 años fueron uno de los primeros blancos del ajuste. En menos de 15 días, más de 30 organizaciones sociales denunciamos esta situación con dos masivas movilizaciones a la ciudad de La Plata, con cortes en el Puente Pueyrredón y la Autopista Bs As – La Plata. Como respuesta, el Ministro de Desarrollo Social de la provincia, Eduardo Aparicio, declaraba ante los medios que el Estado no les debe nada a las organizaciones sociales, que con una inflación del 30% ellos aumentaron una de las asignaciones de ayuda en un 100%, ya que los llevaron de $150 a $300. Así demuestran los funcionarios su voluntad política para los sectores más pobres de nuestro pue-
blo. Acompañando el pliego reivindicativo de junio de 2002, hace más de una década los piqueteros mostraban la voluntad de unidad entre los distintos sectores de la clase trabajadora con su apoyo a los compañeros de Zanón. En las últimas jornadas en la provincia de Buenos Aires, se reflejó nuevamente este intento de unidad. Las organizaciones sociales confluyeron con compañeros estatales de ATE de la provincia, quienes luchan contra la precarización laboral, y exigen el pase a planta permanente de los miles de compañeros precarizados que contratan los distintos ministerios provinciales.
Seguimos su ejemplo Darío Santillán nos decía allá por el año 2002, en una entrevista en medio de una jornada de corte en la Autopista Bs. As.- La Plata: “Levantamos la consigna de trabajo, dignidad y cambio social… Cortar rutas es un signo de enfrentamiento con el poder, el mismo poder que todos los días nos está cagando de hambre, que hace que se mueran los pibes, hace que en los hospitales no haya remedios, que la educación sea más baja, porque educándonos podemos hacerle frente con conocimiento. Ellos pretenden que no lo tengamos… Cortar rutas es hacer un esfuerzo y una acción para cambiar la situación en la que estamos viviendo, cambiarla de fondo, porque no nos vamos tranquilos a casa con un plan de $160 ó $200. Hay un montón de cosas para cambiar en la Argentina…” Sí, compañeros. Hay un montón de cosas para cambiar. Hay un sistema que combatir y cambiar y otro que construir. Hacia allí se dirigen nuestros esfuerzos.
Federico De Benedetti 1 Según estimó la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), la Canasta Básica Alimentaria de la Ciudad de Buenos Aires (CBA) para un matrimonio con dos hijos alcanzó en marzo un valor de 2.635,3 pesos. Ver diario La Razón 16 Abril 2014.
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Cristina ajusta, SMATA vende, las empresas despiden El sector automotriz se ve hoy fuertemente afectado por el derrumbe de las ventas en el mercado interno, el aumento fenomenal de los precios por la devaluación, el impuesto a los autos cero kilómetro y la caída de las ventas a Brasil. Ante la crisis, una vez más, las empresas buscan reducir sus costos y disciplinar a los trabajadores. Sin embargo, se encuentran con laburantes organizados que dan una verdadera lección de lucha.
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egún la Cámara del Comercio Automotor (CCA) en los últimos meses los aumentos en los autos 0 kilómetro han sido entre un 60-70% y llegaron al 100% en algunos casos. En sintonía, de acuerdo a los últimos datos que se conocen, los patentamientos cayeron en abril un 35% interanual. La misma entidad informó que durante ese mes se transfirieron 126.275 vehículos usados, una baja del 16,76% con respecto a igual mes de 2013 (151.692 vehículos). Vale repasar que, en Argentina, desde el inicio de la fabricación de automotores, a comienzos de los 60, la industria está estructurada en torno a las filiales de las terminales extranjeras. Su radicación se produjo bajo un régimen hecho a medida de esas grandes empresas. Obligadas a integrar un porcentaje creciente de partes “nacionales” (producidas localmente, aunque fuera por capitales extranjeros), las terminales automotrices se beneficiaban con un mercado interno cerrado en la práctica a las importaciones de autos terminados. A partir de la reestructuración neoliberal del capitalismo, la producción automotriz (como la de otras ramas) se redefine saltando las barreras nacionales. Se abre la importación de automóviles terminados y se habilita la integración de autopartes importadas. La estructura del mercado se reacomoda: hay terminales que se retiran del mercado argentino, otras que se fusionan y algunas que ganan el terreno de sus competidoras. Más adelante, ya bajo gobierno constitucional, la tendencia se profundiza. En particular desde los tratados de complementación automotriz que forman parte de los primeros acuerdos del MERCOSUR la producción local está combinada (y subordinada) a la producción de las empresas extranjeras en Brasil. Incluso durante el auge del kirchnerismo con el furor discursivo de la “reindustrialización”, las importaciones de la industria automotriz fueron superiores a sus exportaciones, incidiendo en forma determinante en el déficit de la balanza comercial industrial.
La crisis a nivel mundial, el freno de la producción en Brasil y la recesión local hacen que el momento de auge de la industria automotriz local haya llegado a su fin. Como siempre, las empresas despiden, suspenden, cortan horas extras. Como siempre, cuentan con el aval de un sindicato que negocia la “paz social”,
la exclusividad de la representación sindical (en detrimento de tendencias combativas) y la cuota por ello a cambio de la situación de los trabajadores.
Gestamp hace historia En este contexto de crisis, el conflicto desatado recientemente por el despido de 69 operarios en la autopartista Gestamp, de Escobar generó un punto de inflexión que, como describe Ricardo Cárpena en su nota “Gestamp y el avance de los trabajadores” publicada en Clarín el 2 de junio, representó, y sigue representando, una de las peores pesadillas para Cristina Kirchner, Daniel Scioli y la CGT Balcarce: el de la explosión de una desobediencia que no pueden dominar y que podría extenderse si no logran contenerla. A ellos no les será fácil borrar la imagen de los nueve obreros que resistieron cuatro días arriba de un puente grúa a veinte metros de altura. No les será fácil porque esa imagen ya quedó grabada. No les será fácil porque esa imagen despertó la solidaridad de los laburantes que abrazaron esa lucha con vigilias, festivales, actos, comunicados de apoyo. Por eso salió Cristina Fernández, desde un acto en Río Gallegos, a “apelar a la buena voluntad de todos”, a decir que “las fuentes de trabajo no se defienden tomando fábricas” y pedir “no hacerle el juego a los que quieren cerrar la fábrica”. Por eso el Gobernador Daniel Scioli no quiso aceptar la conciliación obligatoria, por eso dijo que eran sólo algunos obreros los que hacían disturbios. Por eso el SMATA (que forma parte de la CGT liderada por Antonio Caló) se sumó a esta operación y financió una solicitada, publicada y replicada en muchos medios de comunicación, para demarcarse, llamando a actuar dentro de los márgenes de la ley, hablando de intereses mezquinos, de anarquía, de ideas im-
puestas, de autoritarismo. Por eso hablaron de un grupo minúsculo que quiere ejercer sus derechos individuales por encima de los derechos colectivos, de “la masa que solo quiere trabajar”. Por eso puso una patota para frenar el avance de los trabajadores. Ellos saben que para defender sus intereses tienen que frenar esta lucha a fuerza de golpes, difamación y aprietes. Lo saben porque se dan cuenta de que la llama que se encendió se puede propagar y eso sí que no les conviene. Lo que no saben o, mejor dicho, no dicen es que la clase dominante también realiza medidas de fuerza, medidas de acción directa, medidas de lucha. Estas se materializan en los despidos, las suspensiones, la persecución a dirigentes. Mientras tanto, la patronal, el estado y la burocracia buscan construir consenso al atribuir el freno a la producción y los despidos a la lucha de los trabajadores. Así es que no es casual que los compañeros con referencia sean los primeros alcanzados por las medidas antiobreras.
Un sindicato firme, junto al empresariado La posición del SMATA en el contexto actual está enmarcada en una historia de años de unidad de acción con la burguesía. Cuando a fines de los sesenta las tendencias combativas comenzaron a cobrar fuerza en las grandes fábricas, sobre todo de Córdoba en la que perdieron la seccional por el triunfo de la lista encabezada
por René Salamanca, la dirección del SMATA nacional se puso al frente de la lucha en su contra. También el SMATA fue parte de los diversos movimientos armados de derecha que asesinaron a obreros. Durante la última dictadura militar, con José Rodríguez a la cabeza, SMATA codirigió con las empresas automotrices la represión contra los delegados y trabajadores. Esta unidad de acción con la patronal forma parte de la causa en el juicio por el que el próximo julio el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín tramitará los casos de unas 40 víctimas, en su mayoría obreros de la Ford y otras fábricas de la Zona Norte del Gran Buenos Aires. Según testigos de los juicios por la verdad, Ford (en cuya planta de General Pacheco funcionó un centro clandestino de detención) recibió el detalle de nombres de delegados de manos del SMATA. ¡POR LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES! ¡BASTA DE SUSPENSIONES Y DESPIDOS, REINCORPORACIÓN YA DE TODOS LOS DESPEDIDOS! ¡BASTA DE MILITARIZACIÓN DE LOS CONFLICTOS SINDICALES Y SOCIALES! ¡POR UN SINDICALISMO COMBATIVO Y DEMOCRÁTICO, BASTA DE BUROCRACIA SINDICAL!
Tamara Zeballos
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San Luis:
entre la recesión y las políticas de “conciliación” En un contexto económico marcado por los despidos, las suspensiones, la inflación y la precarización laboral, el ajuste hacia los trabajadores se hace sentir cada vez más. La provincia de San Luis no es la excepción. Las políticas oficiales intentan presentar al Estado como tercero en cuestión, y a la burocracia sindical y el disciplinamiento como garantes de los puestos de trabajo.
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nte un panorama de recesión, los grandes empresarios junto a sus representantes políticos (tanto oficialistas como “opositores”) se aprestan a mostrar como novedosas distintas iniciativas que pretenden la conciliación de clases. Se escucha con frecuencia a empresarios, burocracia y gobiernos pronunciar los términos “pacto social” o “paz social”. Traducido, el planteo de la clase dominante implica garantizar su ganancia extraordinaria, la burocracia sindical oficia de entregadora y el Estado intenta mostrarse como un árbitro neutral e imparcial entre las contradicciones que existen entre la patronal y nosotros los asalariados. En San Luis, a fines de abril, se creó el Consejo para el Desarrollo y Consolidación del Empleo en el Sector Privado. Este organismo promueve aglutinar a las cámaras empresariales, a funcionarios estatales (en este caso, todos pertenecientes al Partido Justicialista provincial) y a sindicalistas traidores para negociar cómo mantener o hasta aumentar su ganancias sin tener inconvenientes con los reclamos obreros. En esta mesa se sentaron los representantes de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), Asociación Obrera Textil (AOT), Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Sindicato de Empleados de Comercio, SMATA, entre muchos otros. 1 Los objetivos, tal como lo expresaron sus participantes, son principalmente la “consolidación del empleo”, la creación de “nuevos puestos de trabajo”, analizar la continuidad de la promoción industrial, y “la formación y capacitación de actuales y futuros cuadros sindicales”. Además, los sindicatos “en sus respectivos rubros” informarán acerca de la situación puntual de cada uno de los sectores involucrados para que el gobierno “trabaje en lo inmediato en aquellas industrias y rubros que necesiten algún tipo de intervención por parte del Estado”. Este consejo ya tiene próxima fecha de reunión y será el 4 de julio, en la casa de gobierno (Terrazas de Por-
tezuelo) en donde avanzarán sobre descontento que existe entre los trabajadores que se plantean la la conformación del estatuto. unidad para defender sus puesCon esta medida, detrás de toda tos de trabajo y mantener conla cáscara progresista, el ejecutivo diciones dignas de vida. Mientras provincial se plantea atar orgáni- tanto, sindicatos como la UOM y camente al movimiento obrero SMATA reciben en sus sedes conbajo la doctrina de la “paz social”. gresos del PJ, donde sus direccioMientras, se profundiza la vio- nes buscan conseguir un lugar en lencia patronal: los despidos, la lista de cara al 2015, aspirar a un las suspensiones, la precariza- cargo dentro del gobierno y manción laboral, los accidentes, el tenerse en la esfera de los grandes impuesto al salario, la inflación. negocios. Allí se ve cuáles son los Este modelo tiende al control y intereses de cada uno y por qué es disciplinamiento de los traba- necesario recuperar los sindicatos. jadores, y hasta puede incluso Ante el advenimiento de una hacer algunas concesiones a las clases explotadas y oprimidas nueva crisis económica quieren para garantizar la tranquilidad que nos quedemos de brazos crude los patrones, aunque dudosa- zados y no nos movilicemos, que mente eso ocurra en plena crisis. no luchemos, para dejar la soluEn este rejunte, el gobierno inten- ción en manos ta mostrarse como un árbitro im- de los sindicaparcial, neutral y justo, entre dos listas que les partes totalmente opuestas (traba- obedecen. jadores y patrones). Sin embargo, Se avecinan las apelaciones abstractas tanto de Cristina Fernández y los Rodrí- momentos de guez Saá sobre los 40 millones de conflictividad argentinos en realidad encubre he- y de más ajuste chos concretos como la concentra- a nivel nacional ción de la economía en un puñado y provincial, por de grupos transnacionales, y que el eso es necesario enriquecimiento de esas pequeñas que nos organiminorías poderosas sólo es posible cemos en nuesgracias a que nosotros, la inmen- tros lugares de sa mayoría, somos explotados. No trabajo, que avanhay, por lo tanto, tercera posi- cemos en unidad y ción posible entre explotados y con una clara independencia de clase, explotadores. que recuperemos los sindicatos burocratizaAnte la burocracia que salgamos a la y las patronales, la dos, calle a defender nuestros lucha desde abajo trabajos. Debemos pelear por la prohibición de susPero la lucha crece desde abapensiones y despidos; dejo. Estos últimos dos meses se ha bemos plantearnos que allí logrado ver el rechazo que exisdonde las instituciones nos te por parte de los trabajadores pretenden enredar en su tehacia el ajuste que sufrimos y la laraña, la acción directa debe ineficacia de los pactos de las paabrirse paso; la asamblea y la tronales con los gobiernos y sus ocupación de las plantas que sindicatos afines. Expresiones de despiden obreros debe ser una diferente magnitud, tales como la consigna a desplegar. de los trabajadores de Mondelez internacional (ex Kraft Foods), la En tiempos de crisis, es imde Textil Pagoda y Metalmecáni- portante que enfrentemos deca han sido contenidas y desvia- cididamente el ajuste sobre los das por sindicatos que responden trabajadores; pero también, a los Rodríguez Saá y al gobierno es necesario que pensemos y nacional de Cristina Fernández luchemos por un horizonte de Kirchner. Los cortes de ru- justo y digno para nosotros y tas y asambleas marcan el gran nuestros hijos, anticapitalista
y por el socialismo. Andrés Márquez 1 STIA, Sindicato de Choferes y Camioneros, Asociación Minera Argentina, Unión Personal de Fábricas de Pinturas y Afines, Sindicato de la Industria del Papel y Cartón, Sindicato Gráfico, Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas, Unión Obrera de Empleados Plásticos, Sindicato del Personal Rural y Estibadores, Unión de Trabajadores de Turismo, Hotelería y Gastronómicos de la República Argentina; Sindicato de la Carne; Sindicato Aceitero; Unión Obreros y Empleados Plásticos; Sindicato La Fraternidad; Federación Obrera de la industria del Vestido y Afines; Sindicato de Viajantes; Sindicato de Luz y Fuerza; Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público y Afines de la República Argentina; y Sindicato Único de Trabajadores de Aguas Gaseosas, entre otros.
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Jujuy: bailecito obrero con aire de deja vu Fábricas tomadas, vaciamiento, resiste contra la tercerización y la precarización, gremios estatales en lucha. El gobierno llamando a la reflexión y al diálogo mientras aplica recortes y criminaliza la protesta. A primera vista la actualidad jujeña tiene sabor a deja vú de los 90. Pero sólo a primera vista.
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l escenario actual es fruto de continuidades y rupturas obradas en el marco de la recomposición del poder burgués y de nuevas tácticas del viejo proyecto reprimarizante. Un detalle de los años pasados y de la actualidad permitirá adentrarnos en tal situación.
Entre los años 1991 y 2001 la industria manufacturera de la provincia perdió más de 8.000 puestos de trabajo, la agricultura 5.000 y la minería 1.000. Durante este tramo el empleo público (casi un 30% de los asalariados, varios en negro, afectados por el recorte salarial y jubilaciones forzadas) y los planes sociales absorbieron una importante fracción de los desocupados. En términos de aporte al producto bruto geográfico (PBG), el conglomerado de los servicios iniciaba el camino de dudoso honor de avanzar hasta ser el principal aportante, en particular el comercio cuyo porcentaje de empleados en negro era y es uno de los mayores, junto a la construcción y la agricultura. Dentro de la producción de bienes la industria se estancaba, la agricultura avanzaba levemente y la construcción, siempre oscilante y dependiente de fondos públicos, derrapaba por la coyuntura. En contrapartida, éste fue también uno de los períodos con máxima conflictividad en la provincia, con miles de personas movilizadas desde un poderoso frente unificado de gremios estatales, los obreros de Zapla, la universidad y, un poco después, los incipientes grupos de desocupados que iniciaban su inserción en el escenario social. Desde la renuncia del gobernador De Aparici en 1990, hasta la elección de Fellner 1999, en esos nueve años Jujuy tuvo ocho gobernadores, cinco designados tras renuncias. Después del descalabro de 2001 y 2002 hasta la fecha, al menos hasta lo que las estadísticas permiten saber, la industria manufacturera siguió aportando más o menos lo mismo al PBG, pero con una pérdida del 23% de los puestos de trabajo y en un contexto de concentración creciente, tal que menos del 2% de los locales censados en 2005 generaban el 60% de los puestos de trabajo y casi el 90% del valor agregado del rubro. Además, el 84% de los puestos de trabajo se concentran en alimentos, bebidas y tabaco; madera y papel; y metales, siendo claro en la caída de este último el impacto de la privatización de Altos Hornos Zapla. Si sumamos que la industria genera sólo el 6% de los puestos de trabajo del departamento capital pero que éste supone el 29.7% del empleo industrial total de la provincia, seguido por Ledesma (azúcar), San Pedro (azúcar) y Palpalá (siderurgia), queda clara la profundización de una economía con bolsones industriales dispersos sólo por las zonas más rentables.
En 2013 la industria manufacturera jujeña representaba el 13,1% de los ocupados, el comercio 19,6% y la construcción 12,5%, siendo estos los principales números en los sectores privados, aunque en buena parte esta última actividad se haya ligada a las inversiones estatales. Por su parte, la administración pública representa el 12,7%, enseñanza 11,7% y salúd 4%, siendo el Estado el que condensa más del 35% de los puestos de trabajo totales. Mientras, el empleo en negro en Jujuy, según la encuesta anual de hogares urbanos de fines de 2013, se acerca al 42% a lo que debe sumarse el valor de la canasta básica que necesita una familia tipo jujeña para superar la línea de probreza que ronda los $ 8.941,59, según un estudio de la Facultad de HH. y CC. Sociales realizado en febrero de este año. La actual situación económica de Jujuy no es sino la consecuencia del abandono del modelo de pseudoindustrialización desarrollista con participación estatal por uno agroindustrial de corte liberal ligado a la vieja burguesía terrateniente, con algunos bolsones industriales que poco modifican la estructura social y cuyo costo social de concentración y maquinización es asumido por el Estado. Este largo pero necesario paneo de la evolución de las bases económicas nos permite también identificar a los principales actores socioeconómicos de la provincia y con ello el peso relativo que puede tener cada gremio, además de arrojar luz sobre el por qué de la importancia no menguada (como en otras provincias) de las organizaciones de desocupados/precarizados, lo cual supondría una nota aparte.
Los que luchan Desde finales del año pasado, y creciendo como una bola de nieve durante los últimos meses, se han venido sucediendo en Jujuy luchas sindicales de varios de los gremios de los principales rubros de la provincia, destacándose en estatales los municipales y los docentes y en privados los trabajadores del Talar (tercerizados de la empresa Ledesma), del Ingenio la Esperanza, Electroquímica El Carmen y Aceros Zapla. En el caso de estos dos últimos privados se muestra también otra “antigua novedad”: la vuelta de las patronales a las viejas estrategias de vaciamiento y deserción que campearon a finales del milenio y que hoy, tras más de una década de ganancias del capital, vuelven a aflorar. Recomposición salarial, pelea contra la tercerización, despidos y precarización son
los puntos coincidentes más reclamados y que muestran no solamente la puja distributiva actualmente en auge a nivel nacional, sino también el arrastre jamás resuelto, y aún profundizado, de la avanzada neoliberal de los ´90, cuyos precarios “parches” han probado ser realidades estructurales
que ninguna bandería política patronal se propuso superar. Se podría pensar, y en algunos casos se lo pensó, sea tanto desde el entusiasmo de la izquierda como desde el temor de la derecha, que la similitud de los reclamos reivindicativos y la confluencia de intereses de varios gremios combativos de los rubros más importantes de la provincia suponían la vuelta a la casi monolítica resistencia de los ´90. Pero, al menos hasta ahora, la acción hegemónica de la clase dominante sobre el divisionismo de la clase obrera constituye la mayor disrupción en estas décadas, dato que no puede ser obviado para emprender una reorganización de la misma. En el caso de la universidad, su presencia social, otrora masiva, es nula. En cuanto a los gremios estatales, tras años de incidencia del poder burgués (vía cooptación y transformismo o coacción y neutralización) sumado a las profundas fracturas internas, presentan a lo que fuera el decisivo frente gremial de los ´90 dividido en tres sectores: el Frente de Gremios Estatales (FGE), la Multisectorial y la Intersindical. En los dos primeros casos priman los sectores dialogistas afines al gobierno provincial, mientras que la Intersindical se encuentra dirigida por diversos sectores producto de una alianza táctica y solidaridades políticas cruzadas entre gremios que responden a Unidos y Organizados, al PCR y a la CTA de Michelli, que en la coyuntura se mostraron un poco más confrontativos con el ejecutivo provincial. Ante este escenario restrictivo, el SEOM, gremio combativo icónico de los ´90, quedaba hasta hace poco relativamente aislado en el escenario gremial de la provincia por lo que optó por insertarse en el FGE cuyos re-
ferentes, sumidos en el descrédito ante sus bases por actitudes entreguistas en las negociaciones salariales, intentan hoy
reposicionarse en un plano más activo, lo que ya ha despertado algunas contradicciones internas. En cuanto al tan concentrado y negrero ámbito tabacalero como al precarizado ámbito comercial, la incidencia sociopolítica de sus gremios viene siendo marginal. Respecto de los obreros azucareros, la experiencia del Bloque Azucarero Regional no prosperó, disminuyendo así la potencia de su agregación, y su devenir arroja hoy internismo en el gerenciado ingenio la Esperanza, que arrastra ya 10 años de concurso preventivo y 13 años de quiebra. Por su parte el gremio de Ledesma (el ingenio más grande de Argentina que pagaba hasta hace poco uno de los salarios más bajos del rubro) con una dirigencia combativa pero no ideologizada, debe afrontar ahora algunos problemas legales derivados del plan de lucha salarial, junto a conflictos internos y una política tensionada entre sus planes de lucha, su pertenencia a la CTA y sus asesores políticos y legales. Por visibles motivos y pese a la enorme confluencia de intereses, un reagrupamiento de clase o incluso la coordinación entre gremios combativos resulta inviable en el escenario sociopolítico actual si no se emprende también a la par una lucha que permita a las bases discernir más claramente los bandos sociales, las continuidades no sólo del modelo económico, sino de su acción hegemónica, y sobre todo que permita superar la racionalidad táctica dominante surgida por el aggiornamiento a ella.
AJÍ 20 (Colaboración especial desde Jujuy para La Llamarada)
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juventud
Nace la
A 86 años del nacimiento del Che, lanzamos la Juventud de Hombre Nuevo “Fernando Deliens”, una organización de jóvenes que pretende aportar a la construcción y desarrollo de un proyecto revolucionario para nuestro país.
La derrota de los '70 y la cuestión del poder La profunda derrota que la clase trabajadora ha sufrido en nuestro país tras la feroz dictadura de los ‘70, se enmarca en un retroceso generalizado y a nivel internacional de la clase trabajadora y el pueblo, particularmente de los sectores revolucionarios, que fuimos fuertemente golpeados por nuestros enemigos en el mundo entero. La caída del muro de Berlín y la posterior disolución de la Unión Soviética como corolario de su proceso de descomposición son símbolos por demás ilustrativos del fenómeno en cuestión. En nuestro país, el retroceso no sólo implicó una derrota político-militar, sino que constituyó un golpe moral y un desarme ideológico, siendo este último el que configura la verdadera derrota estratégica. En los ‘90 las condiciones desfavorables nos empujaron a una etapa de acumulación de fuerzas. Tras la caída de la Unión Soviética, las aguas se dividieron. Algunas izquierdas empalmaron con la derecha en plantear el fin de toda perspectiva de transformación radical y superación del capitalismo, descartando como horizonte la lucha revolucionaria por el poder; en el otro extremo, las izquierdas institucionales minimizaron la derrota, asociándola livianamente con la caída de una tendencia (el estalinismo), y continuaron con una política centrada en la disputa electoral. Por su parte, el guevarismo quedó desmembrado y con algunas expresiones minoritarias con una concepción fragmentada y unilateral del pensamiento del Che; desmembramiento producto de la fuerte represión sufrida durante la dictadura, que tuvo a esta corriente como uno de sus principales objetivos y que terminó con la aniquilación física de miles de compañeros y cientos de dirigentes. En cualquiera de los casos, la cuestión del poder quedó fuera de discusión, al tiempo que se iba instalando dentro de la militancia cierto culto a la práctica sin teoría. Por su parte, las heroicas jornadas de 2001 se constituyen como un punto de inflexión en el proceso de acumulación de fuerzas. La crisis de dominación que atravesaron los poderosos de nuestro país no ad-
quirió un carácter revolucionario por la ausencia de una alternativa política, ausencia que lleva el signo del desarme ideológico y la debilidad organizativo-política de nuestra clase duramente golpeada en los ‘70, ‘80 y ‘90. El 2001 como escuela, nos ha demostrado que los trabajadores y el pueblo en la calle dispuestos, tenemos la capacidad de correr a la policía y sus gobiernos. No se fueron todos, más bien cambiaron de cara y estrategia las clases dominantes. En diez años, una variante inteligente de la burguesía acompañada por un viento de cola económico a partir del aumento de precio de los commodities, el kirchnerismo, ha logrado reconstruir con creces la legitimidad de las instituciones de dominación, la relativa confianza de los trabajadores y el pueblo en las mismas. Para lograr con su cometido, la reconstrucción de la hegemonía, el kirchnerismo ha otorgado algunas concesiones que pretende se constituyan como punta de lanza para adueñarse de banderas históricas de nuestra clase. Intentona que tiene su capítulo especial en el proceso objetivo de politización de la juventud que se desata tras las jornadas del 2001 y que el gobierno pretende hacer pasar como obra suya.
La Juventud “Fernando Deliens” Sucintamente hemos tratado de enumerar algunas de las grandes dificultades que, entendemos, atravesamos como clase en la etapa actual. La derrota histórica, el desarme ideológico, el culto a la práctica sin teoría que heredamos de los ‘90, la ausencia de una izquierda revolucionaria, la cooptación e institucionalización impactan fuertemente en la juventud, su formación y perspectiva. Estos son algunos de los fundamentos que impulsan el nacimiento de la Juventud de Hombre Nuevo “Fernando Deliens”. Una Organización Revolucionaria de Jóvenes trabajadores y estudiantes que pretende humildemente aportar a la construcción y desarrollo de un proyecto revolucionario para nuestro país, que tenga como punto ineludible la lucha por el poder. Puede que dicha afirmación se aparezca como anacrónica. Ahí una de nuestras tareas: volverla actual, a partir de la reconstrucción de una izquierda
juventud revolucionaria. Los jóvenes hemos jugado roles centrales en todos los procesos de transformación histórica. De la mano de la reconstrucción de la izquierda revolucionaria y el guevarismo, es preciso construir la juventud revolucionaria y la juventud guevarista; que dispute la orientación del movimiento juvenil, que levante una alternativa a las variantes burguesas y reformistas. Que aporte a la lucha ideológica desde el guevarismo entre los jóvenes, pero también al desarrollo de la acumulación entre las masas. Debemos realzar la centralidad de la formación política, tal como nos enseñó el Che, aquel revolucionario que hasta en las condiciones más adversas continuaba con su trabajo intelectual sistemático en los campamentos guerrilleros de la selva. Es preciso que trabajemos en la formación de cuadros juveniles que apuntalen el rearme teórico que nos disponemos a encarar desde el guevarismo. Pero que nos formemos en el marxismo vivo y no en el esquematismo dogmático; buscamos ser una juventud creativa, capaz de pensar en nuestras propias condiciones, con nuestros pies en nuestro continente y la mirada en nuestros objetivos estratégicos. Porque una juventud que no crea es una anomalía. Fernando Deliens ha sido un militante revolucionario de nuestra organización, Hombre Nuevo. Joven y abnegado activista que poseía las características fundamentales con las que aspiramos a educarnos los miembros de la naciente organización. La abnegación, la perseverancia, la disciplina, la humildad, el humanismo, la dedicación a la formación, la disposición a asumir todas las tareas, la condición de organizador, la sistematicidad, la creatividad y la juventud fueron algunas de sus características fundamentales. Es por
ello que hemos resuelto que la Juventud de Hombre Nuevo lleve el nombre de Fernando Deliens. El escenario actual de ajuste y represión prefigura el corrimiento a la derecha de la realidad política que se viene en nuestro país. Como en todas las crisis y los posteriores ajustes, el poder pretende que los jóvenes trabajadores seamos los más golpeados. Desde la Juventud “Fernando Deliens” formamos parte de las luchas por defender y ampliar nuestros derechos, y de todas las luchas legítimas de nuestro pueblo, que abonen a mejorar nuestras condiciones, pero
también y fundamentalmente que abonen a la organización de nuestra clase para la realización de una sociedad sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos. Por el socialismo. Crear dos, tres, muchos Guevara. SEREMOS COMO EL CHE. Juventud de Hombre Nuevo “Fernando Deliens”
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