La Llamarada #27

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sumario Nacional 4 5 La recta final

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Economía 6 7 “Un balance en rojo” (Parte II)

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En Debate 8 9 El programa de nuestra organización política

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Internacional 10 Pacto Nuclear: Halcones disfrazados de palomas

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11 La situación política en BRasil

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En Lucha Elecciones en ATE: Entrevista con Norberto Señor

12 Derecho a Huelga: Entrevista con el abogado Matías Cremonte PÁGINA

San Luis: la lucha de Thubier

Jujuy

15 Los jujeños de la pasiva revolución pasiva

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Juventud 16 Las venas abiertas de América Latina

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editorial

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La miseria de este mundo

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quella fotografía ya ha entrado, seguramente, en la iconografía contemporánea. En el conjunto de imágenes que sirvan en el mañana para definir la miseria de la que fue capaz nuestro tiempo. En ella, el chiquito sirio de origen kurdo, de unos tres años, yacerá ahogado en la orilla del Mar Egeo cada vez que le posemos los ojos, o tan solo evoquemos su nombre, como una estaca en la memoria. Aylan Kurdi, hermano de Galip, dos años mayor que él; hijo de Rehan. Todos muertos mientras trataban de arribar a la costa griega en una embarcación precaria que había partido desde Turquía. Su nombre se inscribirá junto a otros, más de 2.500 en lo que va de este 2015; aquellos que murieron ahogados tratando de llegar a como dé lugar a tierras europeas. A diferencia de muchos de ellos, la imagen que retrató el cuerpo de Aylan permitió dotar de materialidad a esas cifras de horror. Mientras en algunos ámbitos se debate acerca de la pertinencia o no de esa fotografía, no exenta de crudeza; o sobe la real manipulación de los monopolios de prensa de esta imagen; esta discusión tiende a reemplazar otra de fondo acerca de la calamidad humanitaria y sus responsables. Mientras tanto, y ante esta foto, otras imágenes emergen en las retinas de muchos. La de Kim Phuc, con nueve años, corriendo desnuda por la ruta del sudeste de Vietnam, huyendo de los bombardeos norteamericanos con su pequeño cuerpo quemado por el napalm. Una fotografía de muchas para superar momentáneamente la abstracción de la cifra: dos millones de civiles vietnamitas muertos, por entonces; medio millón de niños sufriendo enfermedades de todo tipo producidas por el uso de armamentos químicos yanquis. Los muertos por las guerras que las potencias imperiales promueven; los desplazados por las cacerías étnicas o por el hambre. Los niños con sus vientres hinchados por la desnutrición y los parásitos, en África pero también en Chaco o en Formosa, y en pleno siglo XXI. Y, recurrentemente, los niños; frágiles y libres de culpa, pero contabilizados de a millares en la columna de las bajas en un sistema que hace de la producción a gran escala su emblema, también para la muerte. Un primer efecto de la imagen es, sin dudas,

Nació en 1939 en Rosario, provincia de Santa Fe. Con sus jóvenes 24 años se va del Partido Comunista y se incorpora a Vanguardia Comunista, que era un grupo de apoyo al EGP (Ejército Guerrillero del Pueblo) en Salta en 1964. Terminada esa experiencia se incorpora a Palabra Obrera, luego fusionada con el FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano y Popular). Participó de la fundación del PRT en 1965. Ya en controversia con el ala sindicalista liderada por Nahuel Moreno, toma partido por la fracción Leninista de Mario Roberto Santucho. En 1968, en el cuarto Congreso del PRT, una de las resoluciones fue formar un equipo de propaganda y crear una prensa partidaria difusora de las ideas del socialismo, contar las historias de las revoluciones en todo el mundo. Para la prensa partidaria se inspiró en El Mujaydin, periódico del Frente de Liberación Nacional argelino, quienes luchaban para descolonizar su patria secuestrada por los franceses. Así nació El Combatiente, semanario del Partido Revolucionario de los Trabajadores PRT

en una foto

el estupor. La congoja. Nada se gana con ella, si ése es el punto de llegada: aunque la indiferencia sea siempre más nociva que el estupor, con eso no basta. La justa indignación puede y debe llegar más allá. Porque ese horror tiene responsables. Cabe preguntar, entonces, ¿quiénes causan los desplazamientos de millones de personas? ¿Qué gobiernos hacen esfuerzos para que ello ocurra, qué mercaderes se enriquecen con el tráfico humano? ¿Quiénes condenan a tres cuartas partes de la población mundial a sobrevivir como sea? ¿Cómo subsisten a diario, por ejemplo, los casi 40 millones de kurdos a los que les niegan su Estado y que –como Aylan y su familia- son perseguidos por Turquía, por el Estado Islámico, pero también por el gobierno sirio y los bombardeos de la OTAN? ¿Cómo es que Europa y los países norteamericanos alzan vallas e impiden el refugio de los desplazados por sus propias políticas guerreristas en el norte de África y en Oriente Medio? ¿Cuál es el papel histórico del colonialismo europeo sobre Asia y África, o concretamente, el de Francia y Gran Bretaña saqueando Siria durante principios del siglo XX? ¿Cuántos niñitos como Aylan mueren bajo las bombas del imperialismo cada día? ¿Cuántos en la Franja de Gaza, destrozados por la metralla, las bombas incendiarias y el bloqueo

(liderado por Mario Roberto Santucho) para diferenciarse del PRT La Verdad. En 1970 participa del quinto Congreso del PRT dando nacimiento al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Nuevamente participa de la creación del Estrella Roja, periódico del ERP, con imprentas tabicadas y distribuyendo 30.000 ejemplares clandestinamente. Un periodista puntilloso hasta para los datos mínimos, sabedor de las más increíbles historias de la revolución bolchevique rusa, la revolución china, argelina, vietnamita, cubana… y las que se estaban haciendo, las que se contaron en libros, en celuloide y hasta las que se escribieron con tinta limón en papel de armar cigarrillos en las mazmorras de la última dictadura cívico-militar. Sus artículos “El Peronismo”, “Pequeña Burguesía y Revolución” y “Moral y Proletarización”, fueron, entre otros, material insoslayable de estudio para la formación de los militantes que se incorporaban al PRT-ERP. Fue prisionero político de varias dictaduras. En la del dictador Lanusse en 1972, des-

criminal del sionismo, que reedita trágicamente los ghettos sufridos por millones de judíos, ahora sobre pueblos desplazados y masacrados por el Estado de Israel? Sólo en 2014, los civiles muertos bajo la ofensiva israelí fueron casi 2.000, de los cuales 400 eran niños. En ese mismo año, en nuestro continente, murieron casi 200.000 niños menores a cinco años, la inmensa mayoría de ellos por causas evitables, como diarreas o problemas respiratorios derivados de la mala alimentación. La crisis humanitaria es global, y no cabe en una foto. Pero esta foto resume buena parte de ella. La crisis humanitaria implica a millones de desplazados, muchos producto de las guerras que el imperialismo promueve de manera directa y con las cuales sus monopolios armamentistas lucran, a veces de manera menos visible. Pero no solo las guerras, intrínsecamente vinculadas a la lógica capitalista, son las causantes del desastre. De los más de 200.000 refugiados que arribaron desesperadamente a Europa este año, más de la mitad huye del hambre y por motivos preponderantemente económicos; el resto lo hace, además, de la guerra. Mientras el país del norte pasea como candidato a suceder a Obama en la presidencia a un multimillonario tan déspota como lenguaraz

de el penal de Rawson le tocó negociar con el Gral. Betti la entrega del penal luego de la fuga de los seis compañeros de Montoneros, FAR y PRT-ERP a Chile. En la última (1976-1983), al igual que miles de prisioneros políticos, el Nono fue paseado por todas las cárceles del país. En todas ellas supo organizarse para seguir siendo un cronista combatiente con la profundidad de un erudito a la vez que con la pasión de un militante revolucionario. De la cárcel de Coronda, surge una las más bellas historias de resistencia colectiva escrita por 150 compañeros y retratada en el libro “Del otro lado de la mirilla” en 2002. Llegan noticias graves desde Rosario. El Nono fue atropellado y no pudo salir de esta. Una policía motociclista nos privó de seguir sonriendo y asombrándonos al escuchar sus historias del inminente futuro. Se me termina el espacio para este retrato y recuerdo que él fue el inspirador para el título de la trilogía documental Gaviotas Blindadas, historias del PRT-ERP

que afirma que alzará más muros para repeler a los chicanos en su frontera; mientras el variopinto elenco burgués criollo silva haciéndose el distraído y pasándose la pelota ante las recurrentes muertes de niños qom desnutridos y tuberculosos; mientras todo eso ocurre, los niños siguen siendo el eslabón más débil de este sistema de muerte que es el capitalismo. La llamada crisis migratoria y humanitaria no es otra cosa que la expresión de una civilización en decadencia: una que deja morir a diario a miles de niños, como Aylan, frente a la costa europea; como Oscar, en El Impenetrable chaqueño. Y un sistema de muerte como éste no admite mejoras, enmiendas o retoques. Un sistema que asesina niños debe ser destruido. Y en su lugar, los trabajadores tenemos -como principal clase explotada- el mandato histórico de alzar otro, uno humano, sin explotación ni opresión. En esa pelea estamos, día a día, con todos sus instantes. Para que llegue el momento en que las fotos como la de Aylan, que resumen en un instante toda la miseria de nuestro tiempo, sean vistas solo como el recuerdo de un pasado que nunca habrá de regresar. Equipo de redacción de

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Julio Parra vive en cada joven que se rebela contra el orden injusto y debe andar por ahí contando la historia. Sí, la que hacen los pueblos, los que lucharon y vencieron y los que aún no llegaron, pero siguen luchando. Él fue un cronista combatiente guevarista en épocas en que los viejos temblaban como siempre y los jóvenes ardían como nunca. Colaboración de Aldo Getino, Documentalista


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En la recta final

A un mes y medio de las elecciones presidenciales los candidatos patronales entran en la recta final de la carrera, con más coincidencias que diferencias en sus plataformas de gobierno. El panorama político económico de cara al próximo año avizora un nuevo ajuste a través de diferentes medidas. Una nueva devaluación y ajuste presupuestario está en la boca de todos los candidatos de la burguesía. Mientras tanto, el gobierno pretende finalizar su mandato bajo el slogan de pagador intachable de la deuda, y pateando hacia el próximo mandato presidencial las medidas que golpearán más a los laburantes. Gane quien gane en octubre, los trabajadores deberemos concentrar esfuerzos en fortalecer la unidad para enfrentar el ajuste. Un panorama económico mundial complejo En el último período de su mandato, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner enfrenta un conjunto de problemas cuya manifestación más visible es la pérdida de divisas en las arcas del Estado. Una de las causas del menor ingreso de dólares al país es la menor exportación de commodities, junto con su desvalorización a nivel mundial. La crisis económica capitalista internacional no está resuelta, así lo muestran el estancamiento de la Unión Europea, el débil crecimiento de EEUU y Japón y la desaceleración del crecimiento de los llamados países emergentes. La situación en Brasil y China repercute directamente en la balanza comercial, la cual ya viene diezmada y nada indica una recuperación en el corto plazo. Uno de los procesos característicos de esta fase de la crisis es la desaceleración del segundo socio comercial argentino, China, sumida en una severa crisis de sobreinversión. El hecho de que el país asiático devalúe su moneda para profundizar sus exportaciones trae consecuencias principalmente sobre Latinoamérica, que desde hace meses siente la desaceleración en la economía china en aspectos como la baja en los precios de materias primas. A esto se le suma la decisión del país de concentrarse en el mercado interno, y la combinación de estos dos aspectos trae como consecuencia una reducción en el volumen de las importaciones, es decir, una tendencia a reducir la compra de commodities como la soja, cuyos precios evidencian una caída. Ya no son tiempos de los precios records de la oleaginosa que llegó a los U$S 650 la tonelada en el 2012. Muy lejos de estos números actualmente el valor de la soja ronda en torno a los U$S 330.

No es más auspicioso el horizonte del primer socio comercial de la Argentina. La recesión brasilera y la crisis política en el seno del partido gobernante (ver nota internacional) afectan directamente a nuestro país. Particularmente relevante es la contracción de la industria automotriz, principal comprador de autos y autopartes nacionales. A los problemas de China y Brasil se agregan las perspectivas negativas de un incremento en las tasas del Sistema de Reserva Federal (FED) de EEUU.

La reaparición de la “restricción externa” En términos generales los indicadores económicos son desfavorables, cuestión que presupone una tensa calma de acá a octubre pero que fundamentalmente implicará un panorama aún más complejo para el mandato venidero. Respecto a las reservas y disposición de divisas, según el Banco Central (BCRA) en los últimos meses del año el balance entre ingresos y egresos arrojó un déficit de U$S 6500 millones. El gobierno “pagador serial” debe desembolsar en concepto de deuda externa unos U$S 15.000 millones por todo el 2015, con niveles de reservas del BCRA cada vez más reducidos (actualmente se encuentran en torno a los U$S 33.000 millones entre los que se contabilizan el swap chino, préstamos del tesoro y colocaciones en otras monedas entre otros). Por otro lado, el balance comercial disminuye al ritmo de la caída del precio de la soja y de las importaciones necesarias para la producción ya que no hubo avances durante el ciclo kirchnerista en soberanía energética y en una industrialización que permita la produc-

ción autóctona de bienes de capital. En cambio, salieron pagos externos del gobierno por más de U$S 200.000 millones sin que eso signifique un real descenso del monto de la deuda externa. Al contrario, el endeudamiento ascendió de U$S 126.000 millones a U$S 222.000 millones, a lo que hay que sumarle los nuevos compromisos de pagos en octubre de este año. Reaparece en el panorama económico la llamada “restricción externa” que pone en agenda para la futura gestión el carácter urgente de ingreso de dólares frescos. La divisa es necesaria para continuar los pagos de deuda e importar los insumos necesarios para sostener la producción local. Desde el gobierno se mantuvo hasta el momento una política de parches que implicaron la restricción de importaciones, el intento por controlar la venta y salida de dólares, la intervención del BCRA en el precio del dólar paralelo (ya lleva perdido en lo que va del año U$S 4500 millones), la emisión de bonos y el financiamiento alternativo como el ingreso del swap chino para recomponer la caja del BCRA. Otra opción para conseguir más divisas es la vía de ingreso externo, cuestión que parece difícil en un mundo cada vez más convulsionado. La alternativa a través de inversiones multinacionales se ve enmarcada en el supuesto “retraso cambiario” que mantiene nuestro país. Esto significa que a las empresas multinacionales no les resulta rentable “invertir” en Argentina, donde los “costos” laborales son mayores en términos relativos en comparación con otros lugares del mundo. Como afirma Lucita, “Para peor el dólar se ha revalorizado como moneda internacional y caen los precios de las ‘commodities’, lo que ha obligado a devaluaciones en serie -que podrían concluir en una nueva ‘guerra de monedas’- que dete-

rioran aún más la competitividad de nuestros productos y bienes exportables en un contexto de caída de la demanda global. El último documento de la CEPAL habla del ‘fin de la etapa del crecimiento fácil’ para la región.” (Lucita “La etapa de los gradualismos en la recta final de las elecciones 2015”). Esto implica, como ya están anunciando los candidatos de la burguesía, acudir a un nuevo ciclo de endeudamiento, restablecer lazos con organismos internacionales de crédito, hacer las tareas y honrar la deuda usuraria. La opción de la devaluación aparece como inevitable. Y de la mano del endeudamiento y la devaluación, la miseria para la mayoría de los trabajadores.

Descargar el peso de la crisis en los trabajadores Mientras que la burguesía local pugna por un nuevo salto en el dólar oficial para catapultar nuevamente sus ganancias, los distintos candidatos presidenciales debaten públicamente cuál será la forma más conveniente: si de forma gradual o de shock. Lo cierto es, que cualquiera de las variantes solo pronostica mayores padecimientos para el pueblo trabajador. A pesar de todo, el partido gobernante ha demostrado su capacidad de maniobrar el timón y ha desplegado una serie de políticas para traducir el ajuste en cuentagotas, echando mano a una cuantiosa emisión de deuda en pesos, junto con el techo a las paritarias y el otorgamiento de una serie de concesiones para mantener el consumo interno. Así es como el kirchnerismo corona su gestión luego del tercer mandato consecutivo con un nivel alto de imagen positiva. Sin embargo, como hemos manifestado en


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anteriores análisis, el viento de cola que acompañó en 2003 con un panorama internacional favorable, ya no es el mismo. Los pilares neoliberales que el oficialismo no revirtió ponen de manifiesto los límites estructurales de la economía capitalista dependiente de nuestro país. A modo de ilustración: el precio del petróleo viene en caída estabilizándose en torno a los U$S 50 el barril, razón por la cual el gobierno decidió sostener un precio en el mercado interno a 77 dólares que implica cuantiosos subsidios a las petroleras en el marco de un déficit comercial en materia de energía. Nuestro país, que tiene las condiciones para desarrollar un autoabastecimiento energético, está muy lejos de avanzar en ese sentido y es una de las deudas del modelo: el gobierno nacional destina $120.000 millones anuales a subsidios energéticos y U$S 12.000 millones anuales a la importación de energía. Frente a una caja más ajustada se desempolvan las viejas recetas clásicas con el consenso burgués de que el camino para mantener sus cuantiosas ganancias (se declare o no en los slogans de campaña) es ajustar. Mientras todos los candidatos se cuidan de hablar de ajuste, algunos con discursos más aggionardos que otros, lo cierto es que quien ocupe el sillón de Rivadavia tendrá que asumir los desequilibrios macroeconómicos que se han ido acumulando en los últimos años y el impacto de la crisis internacional, tomar medidas con el cepo, la inflación o el tipo de cambio. La polémica principal transcurre –como venimos manifestando- en si esto se hará de forma gradual o a través de un solo impacto. De la mano del giro regresivo que se expresó en que el 90% de los votantes eligiera candidatos conservadores en las últimas PASO, y atendiendo a que no sólo de economía se trata, en los pasillos oficiales se menciona el famoso “acuerdo social” como parte del plan de contingencia, que no es otra cosa que un negociado con la burocracia sindical y el empresariado para controlar las legítimas demandas de aumento salarial e imponer un techo del 20% en la discusión paritaria para el 2016. Sumado al objetivo de limitar el derecho a huelga en un contexto económico que empeora (ver “El derecho a Huelga”, p.14). En este sentido, la Unión Industrial Argentina (UIA) busca dar claras muestras de su programa de ajuste y es por ello que en pleno diciembre, cuando asuma el nuevo gobierno, asistirá a nuestro país el representante de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, para exhibir su posición de un posible acuerdo tripartito en la próxima Conferencia Industrial, que se realizará el 14 de diciembre, ya sentados en primera fila los funcionarios del gobierno entrante. Tanto Scioli como Macri y Massa cumplieron con su papel de buenos alumnos y dieron su lección frente a las entidades empre-

sariales participando del colonial Consejo de la Américas. Los resultados parecen haberse volcado en favor del candidato del Frente para la Victoria, quien a pesar de mantener una gran capacidad por hablar mucho sin decir nada, dejó en claro su compromiso con los empresarios, para favorecer a los inversores extranjeros y avanzar en una mayor sujeción al poder económico imperialista. En varios de estos puntos están de acuerdo los 3 candidatos presidenciales, y por eso el sciolista Miguel Bein advirtió en su último informe que “Apelar al endeudamiento, como finalmente empezó a hacer el Gobierno con el BCRA en el último año y con el mercado como hicieron la mayor parte de las economías vecinas para financiar desequilibrios de cuenta corriente puede resolver por varios años este dilema”. La eliminación del cepo también está en carpeta, aunque el kirchnerismo se incline hacia una táctica gradualista, considerando las consecuencias en el escenario social y político.

Nada nuevo bajo el sol En la recta final del proceso electoral no hay nada nuevo bajo el sol. El escenario político transcurre en una disputa definitoria por el voto a voto de la población entre los 3 principales candidatos de la burguesía. Scioli, quien lleva la delantera, no sólo cuenta con el apoyo del kirchnerismo sino también del PJ, e intenta alcanzar en octubre los números necesarios para evitar el ballotage. Su proyecto también ha encontrado, como dijimos más arriba, el respaldo de varias fracciones de las cúpulas industriales, que recientemente mostraron su preferencia hacia el postulante oficial. Ni la declaración de nulidad de las elecciones Tucumán, las de denuncias de clientelismo político y de fraude electoral, ni la causa Hotesur que acumula pruebas contra el oficialismo, han logrado empañar la tendencia general de la elección, que se expresó recientemente en las elecciones del Chaco. Si bien proliferan las denuncias de clientelismo y fraude, los escándalos de corrupción salpican y debilitan también al PRO, como ocurrió a partir del caso Niembro. Con el particular, ambiguo e indeterminado estilo de Scioli, se empieza a construir la nómina de los cargos oficiales, en donde abundan los sciolistas junto a gobernadores peronistas salientes, a los que se suman los clásicos intendentes del PJ con el propósito de aliarse con los gobernadores para blindarse frente a eventuales disputas con el kirchnerismo puro y asegurarse una relación equilibrada en el Congreso Nacional. Todo avizora un futuro gobierno con mayores tensiones internas que el actual, con menor liderazgo y con un mayor nivel de negociación entre las distintas fracciones del PJ. Por el momento el candidato oficial, con

calculadora en mano, necesita a los votantes que responden con disciplina de hierro a las órdenes de la Casa Rosada ya que Cristina Kirchner se está retirando del poder con una popularidad superior al 45%, pero a su vez requiere mantener en el juego de equilibrios una relativa a autonomía en la construcción de su poder propio. La provincia de Buenos Aires constituye el principal campo de disputa para el oficialismo. Es allí donde Massa se viene salvando del derrumbe, lo que por el momento impide que Scioli conquiste los votos peronistas que le faltan para ganar en primera vuelta sacando más de 10 puntos de ventaja sobre el segundo candidato. Echada por tierra cualquier propuesta de “centro”, Sergio Massa intenta capitalizar votantes con el eje en la seguridad y propone un proyecto que “incluye usar las fuerzas armadas acompañando nuestras fuerzas de seguridad en la toma de control del territorio en los barrios”. Al buen entendedor pocas palabras… Frente a ello, Daniel Scioli logró reunir a los dirigentes del Frente para la Victoria que se habían enfrentado en las PASO con la idea de exhibir al peronismo provincial unido en el principal territorio donde se definirá la contienda. A su turno, Aníbal Fernández declaró mirando de reojo al gobernador bonaerense que “el único objetivo” del Frente para la Victoria es “tener custodios serios y garantías de defender lo conquistado”. De un modo u otro lo que queda demostrado es que el principal ganador en esta contienda es el peronismo, que ha demostrado ser el partido con más peso para mantener el poder hegemónico, aun en circunstancias económicas más adversas. Por su parte Macri, mantiene conversaciones con el intendente de Tigre y Manuel de la Sota en función de discutir un posible acuerdo de cara a octubre y, sobre todo, ante un eventual ballotage como forma de cerrar filas con la derecha ortodoxa. Con un gesto sincericida –que posteriormente tuvo que matizar- el líder del PRO prometió “Si soy presidente, el 11 de diciembre se termina el cepo”. Con el asesoramiento de Carlos Melconian, Federico Sturzenegger y Alfonso Prat Gay se delinea el plan económico del partido amarillo que consiste en consolidar el endeudamiento externo con los organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial o el BID, avanzar en una devaluación significativa del peso, eliminación de las retenciones, recorte del gasto público, eliminación de las tarifas de servicios públicos entre otras medidas.

Nunca los ricos resolvieron los problemas del pueblo. Forjando las luchas futuras Las soluciones verdaderas para los problemas del pueblo pobre no vendrán de la

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mano de ninguno de los proyectos burgueses que hoy están en pugna. La salida sigue siendo poner en pie una alternativa política de los trabajadores, que avance en la defensa de las conquistas históricas del movimiento obrero, que avance sobre el poder económico concentrado y que construya la fuerza para plantarse como una opción visible para los millones de trabajadores que hoy relegan parte de sus esperanzas en las opciones patronales. Entre los datos alentadores en el terreno sindical, se encuentra la importante elección que realizó la lista Bermellón en ATE que ha agrupado a la mayoría de los sectores de izquierda antiburocrática y combativa, quien a nivel nacional obtuvo, aproximadamente, unos 10 mil votos de la base del gremio, a pesar de las incontables maniobras de la burocracia sindical. Fruto de un gran trabajo militante de la Corriente Política Sindical Rompiendo Cadenas y sus referentes sindicales, los resultados expresan el creciente trabajo de organización clasista de muchos años y nos muestra el camino unitario para enfrentar el ajuste. Con un Micheli devaluado, aún es incierto cual será el futuro de la CTA opositora. Este proceso muestra, como lo hicieran los triunfos de los aceiteros y de los choferes de la línea 60, la potencialidad de la lucha de los trabajadores cuando se forja una organización clasista, democrática y de base. Mientas tanto en las altas esferas de la burocracia sindical mantienen las expectativas de recuperar terreno perdido, y renovar su poder de cara al próximo gobierno muy posiblemente sciolista, con el debate puesto sobre la mesa sobre la reunificación de la CGT. Sin embargo, no se avizora por el momento un acuerdo a mediano plazo entre todos los sectores que conforman la burocracia sindical. Pero lo más importante de todo este análisis sigue siendo el camino que tomemos los trabajadores, en función de nuestros propios intereses. Para eso es preciso organizarse para la resistencia, pero fundamentalmente, sentar las bases de un proyecto político de izquierda anticapitalista que se disponga a masificar sus orientaciones, en diálogo con los millones de trabajadores que hoy depositan sus esperanzas con los candidatos capitalistas. De nuestra consecuencia, perseverancia y orientación política correcta, acorde a las demandas de la coyuntura, pero enmarcadas en una perspectiva estratégica socialista, depende en gran medida, que esas posibilidades se conviertan en certezas para los sectores clasistas organizados.

Septiembre de 2015

NACE LA AGRUPACIÓN POLíTICA HOMBRE NUEVO EN CORDOBA Anunciamos con alegria y entusiasmo el nacimiento de nuestra organizacion politica en la provincia que supo dar las mejores experiencias de lucha y organizacion del movimiento obrero, clasista y revolucionario. Hoy nacemos en tierras del Cordobazo, el Vivorazo y tantas otras rebeliones que nuestro pueblo desarrollo para ajustar cuentas con la burgesia y construir la patria socialista. Con esta historia nacemos.

VIVIREMOS Y VENCEREMOS, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!!


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UN BALANCE

EN ROJO (parte II)

En la última edición de La Llamarada iniciamos un balance sobre el modelo productivo que nos deja el kirchnerismo luego de 12 años. Un balance que poco se condice con el discurso oficial de un país soberano, desendeudado. Pero el mismo sería incompleto si no pensamos en cómo nos afectó a quienes hacemos funcionar la Argentina, a los que producimos la riqueza de nuestra patria, a los laburantes. La distribución del ingreso que no se ve cuando un laburante pierde la vida en una escuela en la Provincia de Buenos Aires y otro trabajador golondrina desaparece en el sur del país. La distribución del ingreso que no se ve cuando uno tiene que pagar ganancias como si fuese un empresario y a otro no le alcanza para llegar a fin de mes. “Me matan si no trabajo…” La reactivación económica durante el período kirchnerista se basó, en parte, en el default del 2001 que permitió redireccionar una porción de los ingresos del Estado. La devaluación que permitió aprovechar las mejores condiciones internacionales para los países productores de bienes primarios, fue el otro motor de la recuperación de la tasa de ganancia en la Argentina. Mayores ingresos en pesos y, también, menores costos en dólares. Esto trajo aparejado una recuperación en la producción industrial y, por ende, en el nivel de empleo. Este aumento en la ocupación de la mano de obra se da mayoritariamente en los primeros cuatro años de gobierno de Kirchner, período en el que la desocupación baja del 16,1% en el 2003 al 8,3% en el 2007. Los principales sectores que crecen son la construcción (que pasa de 164mil puestos de trabajo a 437mil), el comercio (de 600mil puestos pasa a casi un millón), la industria (de 800mil pasa a más de un millón) y los empleados de servicios financieros e inmobiliarios que de 500mil pasan a 800mil. Esta rápida recuperación sin inversión productiva, se sostiene en el uso de las fábricas y máquinas ociosas. Y, así, encuentra rápidamente su límite junto con el modelo económico: la desocupación se mantendrá constante durante los años de gobierno de Cristina entre el 8% y el 7%, teniendo picos de 9% durante la crisis internacional. Los sectores más dinámicos como la construcción, la industria automotriz, la de alimentos, son las primeras en sufrir un retroceso o un freno. Este nivel de desempleo estructural es típico de todas las economías capitalistas. Como ya dijo nuestro querido Marx, el ejército industrial de reserva es una gran masa de trabajadores que están desempleados, tienen empleos altamente precarios, transitorios, etc. y que genera que el salario no crezca más allá de lo necesario. Si todos los que quisieran trabajar estuvieran empleados, los laburantes podríamos exigir el salario que quisiéramos y a los patrones no les quedaría otra que pagarlo porque no tienen a nadie más para contratar. Pero el desempleo estructural funciona

como el mejor elemento disciplinador de nuestra clase. Históricamente, en la Argentina este ejército de reserva solía ser la mitad que el actual. La flexibilización laboral sufrida desde la última dictadura y la reconversión productiva de los 90 hizo crecer este piso. Cualquier trabajador mayor de 24 años recuerda las largas filas de desocupados durante la crisis y eso pesa en la conciencia de los laburantes. Una generación entera que no termina de perder el miedo a quedarse sin trabajo puede ser más perjudicial para la organización de lo que se cree.

El motor interior Como dijimos, las exportaciones basadas en los productos primarios son el puntapié inicial de la recuperación económica. Pero la devaluación conlleva un doble efecto: el encarecimiento de los productos importados con la tibia reactivación industrial por un lado; y el crecimiento en el nivel de empleo y de salarios para consumir lo que se produce internamente, por el otro. Al analizar la composición del comercio exterior, se reduce la participación de los bienes de consumo en las importaciones. Es decir, una cierta sustitución de importaciones en el rubro automotor y en el tecnológico. Pero esto no tapa que, al caer la importación de bienes de consumo, ha aumentado la de bienes intermedios y piezas, transformando el proceso productivo en un proceso de ensamblaje. El otro efecto de la devaluación es el crecimiento en la producción de ciertos sectores. Pero los precios de los bienes industriales caen a nivel internacional, por lo que es necesaria la recreación de un mercado interno para el consumo de los productos ensamblados en el país. Así, el kirchnerismo ve la necesidad de impulsar el crecimiento del empleo y el salario real. Por un lado, por la imposibilidad de sortear la crisis del 2001 con niveles de desocupación del 16% y la consecuente inestabilidad de todo el sistema político argentino. Y por otro lado, consumir lo que se producía acá y no se podía vender afuera.

Frente a esta necesidad, el kirchnerismo vuelve a habilitar las paritarias. La alianza entre la burocracia sindical (con Hugo Moyano a la cabeza) y el poder político, permitió mantener un pacto social encubierto donde el aumento fijado a un gremio se reproduce para el resto. Así, los gremios más chicos se ven beneficiados por el peso específico de camioneros. Pero el Estado sigue manteniendo el control del porcentaje de aumento, como una variable más. Así, entre el 2001 y el 2013 el salario real crece, según el Ministerio de Trabajo (tomando éste la inflación de las consultoras privadas) un 42,9%. Es por este aumento (sobre todo en ramas como camioneros, comercio, metalúrgicos), que una porción importante de nuestra clase empieza a pagar el mal llamado Impuesto a las Ganancias, cuando el salario real crece por encima de lo deseable.

“y si trabajo me matan” (la precarización) Como dijimos anteriormente, los sectores que más crecen en el nivel de empleo son la construcción, el comercio y la industria. Pero la creación de puestos de trabajo no revierte una tendencia estructural desde la última dictadura militar: la precarización laboral. La misma se encuentra en los niveles altos promedio de los 90, alrededor de un 35%. Pero el panorama es aún más desalentador si se estudia por zona o por sector: la informalidad se ubica por encima del 40% en provincias como Córdoba o del 50% en Chaco; y en el sector de la construcción supera el 70%. Pero, además, la precarización golpea a algunos más que a otros. En las mujeres alcanza un 40%. Y la peor parte se la lleva la juventud en todos sus colores: según el Ministerio de Trabajo, un 64% sufre la informalidad laboral. Además, buena parte de los desocupados que nutrían al movimiento piquetero en los 90, son absorbidos mediante programas de empleo del Ministerio de Desarrollo Social o Trabajo como el Argentina Trabaja o el Programa de Trabajo Autogestionado, reforzando el parche con trabajos mal pagos y de pocas horas. El panorama, entonces, es de un primer momento de concesiones desde arriba para

impulsar el consumo interno. Pero, sobre todo, de una clase trabajadora diezmada por los años de desocupación estructural y de altos niveles de precarización laboral. Así, nos encontramos con una clase heterogénea donde hay una porción de laburantes que pagamos “Ganancias” en los sectores productivos de mayor rentabilidad. Y un sector aún más amplio, a quienes nuestro salario no nos alcanza para cubrir el costo de vivir, que tenemos que rebuscarnos la vida para llegar a fin de mes y para no perder la vida a causa de las pésimas condiciones de trabajo que padecemos.

Freno de mano Como explicábamos en la edición anterior de La Llamarada, con la crisis internacional del 2008 entran en riesgo los endebles pilares de un modelo basado en la producción de productos primarios y en el consumo interno. Esta crisis se expresa en el nivel de empleo en el sector privado: entre el 2008 y el 2010 apenas se crean 60mil puestos de trabajo. Se recupera un par de años, y luego se vuelve a estancar: entre el 2012 y el 2014 sólo se crean otros 60 mil lugares de trabajo. Es decir, el nivel de empleo se sostiene con la incorporación de miles de laburantes a la administración estatal (nacional, provincial y municipal). La industria en general es uno de los sectores más afectados. Del 2013 al 2014 se pierden 16 mil puestos de trabajo en el sector, principalmente en la industria metalúrgica y la automotriz. En el corto plazo, el panorama es aún más sombrío dada la caída en el nivel de actividad en Brasil, que repercute directamente en las exportaciones de autos al país vecino. Pero es el sector de la construcción el más golpeado. Por un lado, como explicábamos anteriormente, por el nivel de precarización que sufren los laburantes. A su vez, porque ante un freno en la economía de la Argentina, este sector es el primero en retroceder. Así, con subas y bajas, la construcción está estancada y desde el 2008 no crea nuevos puestos de trabajo. Y como consecuencia, en los servicios inmobiliarios también se sufren los despidos al punto que desde el 2010 a la fecha se destruyeron casi 40 mil puestos de trabajo.


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economia

La Llamarada

Frente a este nuevo panorama, el Gobierno Nacional recupera una herramienta llamada REPRO. El mismo consiste en subsidiar a las empresas mediante el pago de una parte del sueldo de sus obreros para que no los despidan. En el 2009, se subsidió a empresas para que no despidieran a 144.000 trabajadores. Esta cifra fue cayendo en el tiempo, para volver a aumentar en el 2014, al tiempo que subía también el monto subsidiado llegando a $2000. Es decir, un monto igual al Programa Argentina Trabaja y bastante más que el Programa de Trabajo Autogestionado para cooperativas, que es de $600. Estos subsidios llegan a grandes empresas. Es decir, el Estado termina bajando artificialmente los costos de las empresas o, lo que es lo mismo, subsidiando la tasa de ganancia en lugar de prohibir a las empresas el despido de sus empleados. Todas estas políticas demuestran la incapacidad de la economía argentina de generar nuevos puestos de trabajo. El “modelo productivo con inclusión social” mantiene más de un millón de personas que quieren trabajar y no pueden, y otro millón y medio que quieren trabajar más de lo que pueden actualmente. Es decir, dos millones y medio de personas que, más allá de las luces de los discursos y las tasas porcentuales en los informes, sufren todos los días el no poder laburar. Tener que rebuscárselas cada día para poder comer. Se suma la discriminación diaria del kirchnerismo cuando dicen que estamos bien porque “sólo” dos millones y medio de personas no pueden trabajar todo lo que quisieran. En una sociedad que nos tilda de vagos por cortar rutas pidiendo trabajo, ésta es la otra cara de la moneda. Somos la vagancia obligada del capitalismo.

Quién se lleva la torta Como dijimos anteriormente, el salario real aumentó un 42% desde el 2001. Si a esto se suma el crecimiento en el nivel de empleo que se da entre el 2003 y el 2007,

se explica la mejora en la distribución funcional del ingreso. Es decir, cuánto del valor producido en el país queda en manos de los trabajadores y cuánto es apropiado por los dueños de los medios de producción. Según los últimos informes del INDEC y resaltado por la Presidenta en varios discursos, la riqueza producida en el país se reparte casi en un “50 y 50” entre trabajadores y empresarios. Así, se llega a una supuesta situación de equilibrio y justicia social entre las dos clases antagónicas donde cada parte se lleva lo que le corresponde, sin considerar la cantidad de gente que hay en cada 50%. Pero, ¿qué es lo que esconde la distribución funcional del ingreso? La lucha entre dos clases por la apropiación del valor producido por los trabajadores. Es por eso que, desde la última dictadura militar, se dejara de realizar este tipo de estudios y en el último tiempo se hayan recuperado solo parcialmente. Esta distribución expresa, en parte, la correlación de fuerzas existente. Ante el crecimiento en el nivel de empleo y la necesidad de una fracción de la burguesía de recrear un mercado interno, los laburantes nos encontramos en mejores condiciones para recuperar, mediante el empleo y el salario, parte del valor que producimos. Esta concepción del peronismo de una situación de equilibrio porque el valor se distribuya en un 50 y 50, tiene de fondo la idea de la conciliación de clases. La idea de que dos clases antagónicas pueden convivir repartiéndose el ingreso en partes iguales. Pero lo único que genera valor es el trabajo. El capital, las máquinas, los empresarios, nada pueden hacer si no tienen trabajadores que produzcan. Y los laburantes ya hemos dado claras muestras de poder sostener la producción sin patrones. Es nuestra clase la única que aporta algo productivo a la sociedad, es nuestra clase la que sólo tiene su cuerpo y su fuerza de trabajo para vivir. La justicia social sería entonces que sea nuestra clase la única que se apropie de ese ingreso.

Nuestra clase Este cuadro general del modelo económico del kirchnerismo define la situación general del trabajo que se expresa en nuestras fábricas, en las calles, día a día. La correlación de fuerzas que se expresa en la distribución del ingreso, se manifiesta también en los conflictos laborales. Los mismos fueron creciendo durante la gestión kirchnerista, tanto en cantidad como en envergadura. A medida que se deja atrás la crisis del 2001 y 2002, se van desarrollando cada vez más conflictos que involucran a una mayor cantidad de trabajadores y en fábricas más grandes, llegando a un pico de 1335 conflictos laborales con paro en el 2014. Durante los primeros años del kirchnerismo, la mayoría de los conflictos laborales se producen por reclamos salariales y por mejores condiciones de trabajo, creciendo en los últimos años la pelea por el no pago del Impuestos a las Ganancias. En la puja distributiva, los trabajadores empiezan a entrar en conflictos por mejorar sus condiciones, cuando antes se prefería tener un trabajo malo antes que no tenerlo. La mayoría de estos conflictos se desarrollan en el ámbito estatal. Un ejemplo de esto fueron los 17 días de paro de los docentes bonaerenses en marzo de 2014. Con el desarrollo de la crisis internacional, el nivel de conflictos empieza a crecer nuevamente. Y pasan a la cabeza aquellos en los que el reclamo es contra los despidos, motivo que ya desde el 2009 pasa a ser el principal punto de reclamo. Además, las patronales de la industria automotriz y metalúrgica acuerdan una serie de suspensiones parciales con la burocracia de SMATA y UOM, tratando de evitar el conflicto. Así, se empiezan a multiplicar los ejemplos de fábricas en paro en la zona norte de la provincia -como Gestamp y Lear- u otros puntos del país -como CALSA, Paraná Metal, etc. A la par, desde el 2007 en adelante crecen incesantemente los conflictos por re-

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conocimiento gremial. Es decir, despidos de activistas, cuerpos de delegados no reconocidos, etc. A la par que crece el nivel de conflictividad de nuestra clase, crece también el descontento ante la burocracia sindical que acuerda con las patronales a nuestras espaldas y no representa nuestros intereses. El combativo cuerpo de delegados de la Línea 60 es un ejemplo donde se combinan conflictos por despidos con el intento de las patronales de desconocer a los activistas que se ponen a la cabeza de la lucha.

Conclusión Son 14 años los que nos separan de la peor crisis que hayamos sufrido los trabajadores. Son 12 años en los que nuestra economía volvió a funcionar. Son 12 años en los que el kirchnerismo agitó el fantasma del 2001, en los que desde las pantallas oficiales nos hablaban de una inclusión social que no nos llegaba. De una soberanía atada con alambre. De una justicia social en la que nos quitan lo que es nuestro de una forma más amigable. De a poco, nuestra clase se va quitando la pesada ancla del miedo a la desocupación y empieza a organizarse y a tomar lo que le pertenece. En diciembre se va Cristina y llega probablemente Scioli. Los problemas estructurales del capitalismos argentino siguen siendo los mismos: los dólares nunca alcanzan, nuestros recursos son entregados al mejor postor, nuestro trabajo (mal pago, en malas condiciones) pende de un hilo. No peleamos por un capitalismo más humano. No peleamos por una mejor distribución del ingreso. No peleamos por pagarle la deuda a unos sí y a otros no. Luchamos por una patria donde el obrero no pierda el trabajo en un día y la vida en un trabajo. Luchamos por no tener que entregarle nuestros recursos a una potencia extranjera. Luchamos por lo que es nuestro, por el valor que producimos con nuestras manos. Luchamos por la revolución y el socialismo. Ariel Güemes


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En debate

EL PROGRAMA DE NUESTRA

La Llamarada

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ORGANIZACIÓN POLÍTICA

Luego de un profundo trabajo colectivo, hemos aprobado el Programa de la Agrupación Política Hombre Nuevo. En esta nota damos a conocer sus coordenadas generales con el propósito de hacer un aporte al rearme ideológico, organizativo y político de la corriente guevarista. La voluntad orientada a un fin En el contexto de retroceso que la burguesía nos impuso como clase y como pueblo, no es ocioso explicitar o reponer cuál es la finalidad de un programa. La sociedad capitalista tiene una dinámica propia que, librada a sus propias fuerzas, tiende a autorreproducirse no sólo en el plano objetivo (de la acumulación y la explotación) sino también en el plano de la conciencia. Por supuesto, esta sociedad atrozmente desigual está atravesada por la lucha de clases y aun en etapas como la actual, marcadas por un severo revés histórico, los explotados y oprimidos resisten y pelean. Sin embargo, esas luchas espontáneas y la conciencia inmediata que les otorga sentido no salen del terreno burgués que la realidad misma impone como único horizonte posible. El estallido de la realidad en una multiplicidad de dimensiones y partes nos empuja a la acción parcial. Arrastrada por esa inercia vertiginosa, la acción se vuelve dispersa e, inevitablemente, ineficaz. La crítica posmoderna, claramente paralizante (cuando no reaccionaria), rechaza la teoría y el plan por considerarlos “a priori” que “limitan” las posibilidades de acción. Efectivamente, el programa y la acción partidaria organizada buscan determinar, dirigir, la dirección del proceso y es propio de cualquier proceso vivo alumbrar lo nuevo. Pero este reconocimiento ineludible de la novedad, no se confunde para nosotros con el culto a “lo nuevo” como algo positivo en sí y desligado de la historia anterior. Apoyándonos en nuestra condición de trabajadores, retomando la larga experiencia de organización de nuestra clase, aprendiendo de las experiencias revolucionarias pasadas y presentes, entendemos al programa como una herramienta indispensable para combatir contra la sociedad actual. Como obrero colectivo, como destacamento, el programa sintetiza nuestros fines y nos obliga a subordinar a esos objetivos toda nuestra acción y nuestra voluntad. Parafraseando a Marx podemos decir que, al igual que ocurre con el obrero que trabaja esa subordinación de la voluntad se manifiesta como atención, el programa es una guía para combatir la fragmentación y la tendencia a la dispersión que promueve la realidad en la que nos movemos. El programa sirve para jerarquizar y evitar la fuerza centrípeta de la energía militante, contribuyendo a enfocar la atención en los problemas y las acciones que realmente pueden cambiar este mundo capitalista que tanto padecemos.

Una síntesis de nuestras certezas Cualquier organización que pretenda realizar algún aporte a la lucha de clases debe tener la capacidad de aprender, de captar lo nuevo, de autocriticarse y reformular. No obstante, esto no significa que todo esté en duda. Es cierto que el dogmatismo ha hecho (y hace) un enorme daño a las organizaciones de izquier-

da, pero la superación del dogmatismo no es el eclecticismo ni el relativismo paralizante. La crítica al capitalismo que realizara Marx, la comprensión del tipo de herramienta a construir que aportara Lenin y la necesidad de una estrategia de poder que enfrente al imperialismo que nos enseñó el Che han sido y serán enriquecidas por la lucha de clases, incluso podrán ser complejizadas, pero mientras el capitalismo impere no serán negadas. Lo mismo podemos afirmar del rol central de la clase trabajadora en un proyecto de transformación, la necesidad de la revolución para la construcción del socialismo y el inicio de la transición hacia una humanidad emancipada, o la importancia estratégica de la unidad latinoamericana para la concreción de esas metas. A diferencia de otros programas de nuestra clase de otros momentos y de otras latitudes que podían resolver muy sintéticamente esos puntos de partida, pensamos que hoy es imperioso reponer los objetivos y causas de nuestra lucha, hacer un conciso repaso de la memoria de la clase de la que se apropia nuestra organización. Por ello, el desarrollo de esos puntos de partida explica aproximadamente la mitad del documento de nuestro programa. En esa misma dirección de marchar a contrapelo de un contexto de definiciones efímeras y confusas, explicitamos en el programa nuestra identidad guevarista: “Desde nuestra perspectiva, el guevarismo constituye la máxima expresión del leninismo en América Latina así como el punto más alto de desarrollo teórico y práctico del marxismo latinoamericano.”1. En nuestro país, la máxima expresión del guevarismo remite para nosotros a la experiencia del PRT – ERP. Haciéndonos cargo de que el significado del guevarismo está en disputa, nuestro programa expresa una convicción profunda que forma parte del perfil de nuestra organización: el guevarismo puede y debe (re) construirse como una alternativa política de masas. No es desde una marginalidad autocomplaciente que conseguiremos presentar batalla a los poderosos enemigos que enfrentamos. Por el contrario, desde el guevarismo debemos trabajar por la construcción de una fuerza social revolucionaria que se cuente por decenas y centenas de miles. Tampoco aportaremos a la reconstrucción revolucionaria diluyendo la historia y los principios que hacen a nuestra identidad y los aportes que el guevarismo ha hecho a la tarea de construir una estrategia de poder.

El desafío de preparar la revolución en una etapa no revolucionaria Para planificar la acción política, los principios generales y la perspectiva estratégica son indispensables pero insuficientes ya que la intervención real requiere asumir cuál es la situación en la que nos encontramos. Entre los fines que nos planteamos y el punto de partida se nos presenta una escisión demasiado amplia. Pero como somos militantes revolucionarios, del pesimista análisis de la razón deriva-

mos tareas con el optimismo de la voluntad. Una tarea central de la etapa es la construcción partidaria entendida de un modo integral: “Nuestro objetivo es aportar a reconstruir una alternativa revolucionaria para nuestro país. Ese objetivo supone indispensable la acumulación de fuerzas política y organizativa, en diversos niveles articulados, con una orientación revolucionaria: a) La construcción de la organización político partidaria revolucionaria. b) La construcción de un bloque amplio antiimperialista y por el socialismo. c) La construcción de poder popular de masas. “La construcción de la organización político partidaria posee para nosotros un carácter central y permanente, siendo la única capaz de articular dichos niveles organizativos y de llevar a cabo las tareas específicas de preparación de la revolución. La misma debe caracterizarse por su iniciativa, su visión de totalidad, el ejemplo revolucionario de sus militantes, su inserción y trabajo con el pueblo.” El programa partidario es entonces una herramienta para intervenir en la realidad atendiendo, al mismo tiempo, tanto al punto de partida real como al objetivo revolucionario. Muchos de los problemas programáticos son, estrictamente, problemas de la praxis que ni la mejor redacción del programa resolverá mágicamente.

programa es una totalidad, el objetivo estratégico, el análisis crítico de la realidad, la definición político – ideológica en debate con otra tendencias, el programa de máxima (con sus consignas) y el programa para la etapa. Y para nosotros el programa incluye también la materialización de las ideas en la práctica. Por eso, alertamos contra la tentación de tomar aisladamente alguna de las consignas para compararlas con las levantadas en otros programas. Muchas pueden tener una formulación similar y hasta idéntica a la de otras organizaciones y corrientes ideológicas, pero como decía el viejo Hegel “sólo el todo es verdadero” No hay conjuro o elixir que nos libre de una vez y para siempre del peligro del reformismo o del sectarismo. La lucha contra ambas desviaciones atraviesa el documento de programa, sabiendo que la precisión de la formulación es indispensable, pero que lo definitorio es la construcción de una organización firme, formada por cuadros sólidos, con perspectiva crítica y autocrítica, con vocación de poder, con capacidad de organizar cientos de miles de hermanos de clase, con iniciativa para desarrollar la lucha en todos los terrenos.

El tipo de programa

Hay una tendencia a rebajar el programa a un conjunto de medidas de gobierno, sin contar con la fuerza (material y moral) para ser gobierno. El reformismo de centro izquierda, charca a la que se han zambullido no pocas de las organizaciones que hasta hace unos años se reivindicaban como “nueva izquierda”, hace gala de este tipo de programa. Argumentando la necesidad de interpelar a “la sociedad” (como un “todo”, sin antagonismo de clase), sostiene que hay que proponer un conjunto de medidas factibles que podrían ser aplicadas hoy, sin una alteración radical de las relaciones de fuerzas. Esto significa adoptar el punto de vista de la gestión de lo existente, aun cuando tenga un barniz “progresista”. Y sabemos que en el marco del capitalismo y de la actual relación de fuerzas las opciones realizables son bastante estrechas. Lo realizable puede ser una conquista, pero también puede ser una herramienta de cooptación, de reforzar la creencia en que los problemas estructurales del pueblo se pueden resolver sin la participación popular, sin la lucha. Subyace una lógica tecnocrática, de funcionario, que supone que medidas “responsables” y “correctas” pueden resolver dichos problemas. De ahí la nula referencia a cuál es el sujeto, cuál es la clase que puede (y debe) llevar adelante las medidas que se proponen.

¿Qué tipo de programa entendemos que contribuye mejor a resolver esa mediación entre la realidad y la revolución? “En forma consciente, este programa se inserta en la tradición que especifica una diferenciación entre programa mínimo y programa máximo.” Para nosotros es la división entre programa mínimo y máximo la que mejor ubica y concentra las tareas e iniciativas que debemos realizar. Entendemos que es fundamental entender cuáles son las condiciones reales (objetivas y subjetivas) de nuestra etapa para construir con los pies en la tierra la fuerza real que, en un escenario revolucionario, pueda tomar el cielo por asalto. “Sin desconocer la tensión real de que programa máximo y mínimo se escindan -tensión que se ha manifestado históricamente en más de una ocasión- consideramos que la distinción contribuye a ordenar las tareas y a orientar la práctica de acuerdo a las condiciones concretas de la lucha. No es la formulación de medidas que corresponden a una etapa de confrontación abierta con las clases dominantes y su estado adosada a reivindicaciones inmediatas lo que soluciona el problema estratégico de la relación orgánica entre el presente que existe y el futuro que queremos construir. Es el grado de homogeneidad, autoconciencia y organización del sujeto capaz de llevar adelante las tareas propuestas el que determina la validez de plantear determinadas consignas (orientadoras de la acción) y no otras.” El programa no es una sumatoria de consignas, menos aún un conjunto de medidas de gobierno (desarrollamos más abajo). El

En debate con los “programas de gobierno”


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Asimismo, también se explican desde esa concepción la tendencia a coquetear primero y subsumirse después en el peronismo kirchnerista por presentarse hoy como la opción menos regresiva dentro de las otras opciones (burguesas) que existen y que hoy concitan la adhesión de la mayoría de “la sociedad”. Para nosotros, “La clave es la acumulación de fuerzas revolucionaria, esto significa, el aumento de la organización, homogeneidad y la conciencia de los explotados y oprimidos en antagonismo al orden vigente. Parte de ese proceso es conseguir victorias parciales que contribuyan a fortalecer la moral y la autoconfianza de las masas. Sin embargo, el programa para la etapa no debe consistir sólo en las medidas “realizables” bajo el orden capitalista, o incluso solo aquellas que las mayorías reclaman o reconocen como legítimas. Como revolucionarios, es una tarea permanente contribuir a que el pueblo tome conciencia de que sus principales problemas se resolverán cuando los trabajadores dirijan el conjunto de la sociedad y que la clase revolucionaria se organice y actúe en consecuencia.”

En debate con transicionales

En Debate

La Llamarada

los

programas

La definición adoptada en cuanto al tipo de programa implica, también, que tomamos distancia respecto de las organizaciones que reivindican o se apoyan en la lógica del Programa de Transición elaborado por Trotsky en 1938, como documento fundacional de la IV Internacional. Vale aclarar que la adopción de ese tipo de programa excede ampliamente a los partidos trotskistas, siendo tomado por muchas organizaciones cercanas y compañeras. Detrás de la definición a favor de un programa enmarcado en la lógica transicional hay una inquietud y una decisión que compartimos: no desligar las tareas o consignas actuales de un proyecto revolucionario. Nuestra posición difiere en la respuesta a cómo se construye esa ligazón orgánica. Para nosotros, el problema que a menudo se presenta es creer que la formulación discursiva, o el adosar alguna mención al socialismo, convierten a una consigna defensiva o por reivindicaciones inmediatas en “consigna transicional”, en el contexto de un régimen burgués cuyo poder no está siendo disputado por ninguna fuerza real, actuante, en nuestro país. Puede discutirse

hasta qué punto el análisis de situación de Trotsky en 1938 era correcto o no, pero lo que es innegable es que transición implicaba: revolución, pueblo en armas, toma del poder y dictadura del proletariado, guerra civil. Puede resultar más atractivo darle una formulación más radical a nuestras consignas, pero no serán programas transicionales si partimos de que “no sólo la meta de la toma del poder sino la idea misma de socialismo no forman parte de la conciencia de amplias masas, ni siquiera de parte importante del activismo.” Por supuesto, puede argumentarse que lo que se busca es generar un avance desde el bajo punto de partida hacia una conciencia de clase socialista, proletaria. Pero una cosa es acumulación de fuerzas, o la necesaria acción de agitación y propaganda de la posibilidad y la necesidad del socialismo, o incluso la preparación de la revolución; otra cosa es la transición. No es desde la erudición academicista que señalamos esto, sino porque entendemos que a consecuencia de ello se confunden las tareas de dos momentos de la lucha de clases que están vinculados pero que son cualitativamente diferentes. Hay también quienes reivindican la lógica transicional en confrontación con el etapismo que efectivamente ha marcado experiencias como la de la socialdemocracia, del estalinismo o de las diversas variantes de reformismo o de nacionalismo burgués, cuyos programas se insertaban en la división entre mínimo y máximo. El etapismo no es atender a la etapa, es hacerlo de forma ahistórica y pasiva. Pero si se interpreta que el análisis de la relación de fuerzas para derivar tareas equivale a etapismo, en definitiva se supone que todo el tiempo se puede hacer el llamado a la toma del poder y que no hacerlo es una demostración de claudicación o de reformismo. No es casual que ese tipo de planteos dé lugar a prácticas sectarias y a no pocos fracasos.

Nuestro programa para la etapa actual Nuestro programa plantea entonces una doble diferenciación, tanto con el posibilismo y la política de conciliación de clases como de la arenga de consignas “correctas” políticamente, pero impotentes frente a la hegemonía burguesa. Las imprescindibles mediaciones entre lo que es y lo que queremos que sea dependen justamente de la audacia de la organización partidaria en el análisis concreto de

la totalidad de la lucha de clases, el estudio de cada escenario particular -asociado fundamentalmente la inserción real- y la elaboración de consignas propositivas, como respuestas concretas -orientadoras para la acción-, articuladas en un todo programático en un sentido socialista. Esta es la búsqueda expresada en nuestro Programa Mínimo denominado como Programa para la Etapa. Partiendo de que hoy no tenemos el poder, las consignas que levantamos en el programa para la etapa se formulan en términos de exigencias al estado burgués. Sin embargo, esas consignas se insertan en una explicitación de que las mismas surgen o derivan de una lucha más amplia y más ambiciosa que les otorga sentido. Los siguientes son los ejes ordenadores que en nuestro programa para la etapa organizamos las diversas consignas: Por la independencia política y económica de Argentina y Latinoamérica. Para frenar la extranjerización y el avance de la lógica mercantil, para avanzar hacia la soberanía energética, para la defensa del medio ambiente y los bienes comunes, para la soberanía Alimentaria, para la soberanía nacional y el respeto a la autodeterminación. Exige la implementación de un Plan de emergencia económica frente a la crisis y contra el ajuste. Conteniendo exigencias frente a las presiones de los organismos internacionales de crédito, a las presiones devaluatorias y la especulación del capital exportador, a la especulación financiera y la ausencia de crédito, al régimen impositivo regresivo imperante y a las presiones inflacionarias. Exige la Garantía de los derechos fundamentales del pueblo y defensa de los sistemas de Educación y Salud Pública. La recuperación del Transporte Público. La Garantía del derecho a Vivienda Digna y la democratización de la comunicación y de la cultura. Aboga por la defensa y ampliación de los derechos de los trabajadores. Por la defensa y ampliación de los derechos de las mujeres y colectivos LGTBI. Por los derechos de la juventud. Y de los pueblos originarios, el campesinado familiar. Finalmente pugna por la defensa y ampliación de los derechos humanos y derechos democráticos.

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ante nosotros, ante quienes nos precedieron y ante quienes nos van a suceder en la lucha. Por eso, el programa es, además de todo lo que venimos exponiendo, un llamado a la acción, a la organización, a la lucha. Como decía Domingo French, forjador junto a otros compañeros de la primera independencia, “Este mundo es nuestro mundo; este país, nuestro país; esta sociedad, nuestra sociedad: ¿quién tomará la palabra si no la tomamos nosotros? ¿Quién pasará a la acción si no somos nosotros?” “El presente programa es nuestro punto de partida. Se concentran aquí parte importante de las definiciones políticas e ideológicas estratégicas a las que ha arribado nuestra joven y abnegada organización en el proceso de reconstrucción de la vanguardia revolucionaria en nuestro país. “Asumimos con disposición y valentía la lucha por los grandes y nobles objetivos que nos hemos propuesto, así como lo hicieron, con coraje inigualable, nuestros primeros patriotas en las históricas gestas independentistas. No estamos solos. Nos acompaña en pleno siglo XXI el viejo Marx, la visión estratégica y vocación de poder de Lenin, la confianza inquebrantable en el cambio revolucionario del Che, la mirada penetrante y la acción política de Mario Roberto Santucho. Nos inspiran los levantamientos del Cordobazo con su vanguardia obrera, y cobijamos como nuestro tesoro más preciado los ideales por los que lucharon nuestros 30.000 desaparecidos. Nuestra organización hace suyos los innumerables ejemplos de resistencia contra el capital de las últimas décadas en nuestro país y en Nuestra América. Somos hombres y mujeres nacidos al calor de las revueltas populares de aquí y de allá. Pero por sobre todas las cosas mantenemos la llama encendida de la revolución socialista en nuestra mente y nuestros corazones. Con el abrazo palpitante de la clase trabajadora, somos parte de una nueva generación que se pone de pie con dignidad, de cara a los poderosos y con profunda determinación de vencer. “¡Por la revolución y el socialismo!”

Un llamado a la organización y a la acción política Como revolucionarios, como guevaristas, tenemos una enorme tarea pero también una inmensa responsabilidad

1.  Todas las citas de este artículo fueron tomadas del Programa de la Agrupación Política Hombre Nuevo.


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internacional

La Llamarada

Halcones disfrazados de palomas

PACTO NUCLEAR Después de 35 años de ruptura de relaciones diplomáticas, Washington y Teherán anunciaron un acuerdo nuclear que marca un punto de inflexión. Amparados en una supuesta búsqueda de paz, EEUU e Irán, dos regímenes represores y militaristas, buscan afianzar sus posiciones en la región mientras que la única potencia nuclear de Medio Oriente (Israel) rechaza el acuerdo y continúa apostando por la vía bélica.

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n el 2013 comenzaron a gestarse las negociaciones del pacto entre la República Islámica de Irán y los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU), Francia, Rusia, Estados Unidos, China y Reino Unido junto a Alemania, conformando el bloque G5+1, que se dio a conocer en su versión definitiva el 14 de julio de 2015 en la ciudad de Viena. Uno de los principales puntos del “Plan de acción conjunto exhaustivo” es que, a cambio de que las seis potencias levanten de forma gradual las sanciones económicas y diplomáticas, Irán debe limitar por diez años el desarrollo de la tecnología nuclear, reducir de 19.000 a 6.000 la cantidad de centrifugadoras enriquecedoras de uranio y limitar la acumulación de dicho metal pasando de los 10.000 kg actuales a 300 kg., bajo el argumento de evitar de este modo que Irán desarrolle armamento y bombas nucleares. Una Comisión Conjunta, conformada por representantes de los seis países acordantes, deberá monitorear y verificar la implementación del pacto bajo inspecciones a cargo de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Obama lo dejó bien claro: este acuerdo está basado en la verificación, no en la confianza. Varios son los países interesados en que este acuerdo se concrete pero los principales actores son Washington y Teherán, que después de treinta y cinco años reestablecerían las relaciones económicas y diplomáticas. En 1979, la “Revolución Islámica” que se produjo en Irán derrocó a uno de los principales aliados que tenía Estados Unidos en la región: el Sha Mohammad Reza Pahlevi (títere puesto en el poder por EE UU, quien a cambio de petróleo colaboró con una policía secreta sangrienta, la Savak, y le vendió armamento). En el marco de fuertes movi-

lizaciones callejeras, toma el poder el líder religioso Ayotallah Khameini –un cambio que se esperaba más progresivo de lo que efectivamente fue-, momento que marcó un punto de inflexión en la historia iraní, en Medio Oriente y en las relaciones entre Estados Unidos e Irán. Desde ese momento Norteamérica y la Unión Europea mantienen las sanciones económicas y militares sobre Irán con enfrentamientos directos e indirectos. En 2003 Bush declaró a Irán como parte del “Eje del Mal”. Dos de los principales aliados estratégicos de Estados Unidos en Medio Oriente también juegan sus cartas. Abdulaziz, rey de Arabia Saudita, finalmente expresó su apoyo a Obama, mientras que Israel apuesta a que se rechace el pacto nuclear y centra su estrategia en el Congreso de Estados Unidos. Banjamin Netanyahu, primer ministro israelí, quiere controlar la región de Oriente Medio y sabe que Irán es un freno en ese sentido. El Congreso norteamericano –con un histórico carácter sionista y anti-iraní- tiene una fuerte influencia de Israel. Es por ello que están llevando adelante una campaña para paralizar y lograr el rechazo del acuerdo en función de los intereses de Tel Aviv. El primer ministro israelí definió el acuerdo como “un gran error de proporciones históricas” y, en consonancia con John Boehne, uno de los voceros republicanos, consideró que antes que frenar el desarrollo de armas nucleares, lo propiciará. A Obama aún le falta el visto bueno del Capitolio, donde los republicanos son mayoría en ambas cámaras. En caso de que el legislativo decida un rechazo, Obama dijo que lo vetará. Luego de meses de incertidumbre y negociaciones, logró hasta el momento que la mayoría de los senadores demócratas y algunas figuras centrales de la oposición apoyen el acuerdo.

Los argumentos de querer evitar que Irán tenga una bomba nuclear resultan contradictorios con lo que las propias agencias de Estados Unidos e Israel afirmaron en 2008. Y es que Irán no tiene ningún programa para crear armas nucleares. Más bien hay intereses económicos y diplomáticos, donde fluirá el dinero y los acuerdos para intervenir en la región, que se fundamentan allí para posicionarse como los “defensores de la paz”.

Entre giros y paradojas Hay quienes afirman que el acuerdo es “win-win”, todos ganan. Irán es la cuarta reserva de petróleo y la segunda de gas natural a nivel mundial. Las exportaciones de petróleo representan el 80% del total y expresan entre el 50% y el 60% de los ingresos de la economía. Las sanciones económicas eran un freno en este sentido. Allí es donde el régimen de Rohuani se ve favorecido: con el levantamiento de las restricciones económicas, se podrá exportar más petróleo, logrando una nueva apertura de la economía iraní a los capitales globales, al comercio exterior. Dando un impulso para el desarrollo económico por el peso del petróleo en la economía local, que le permitirá apaciguar los conflictos internos producto de las disputas y el descontento popular por los problemas políticos, sociales y económicos que sufre el pueblo iraní. Israel, potencia mundial en Medio Oriente, quiere evitar el acuerdo. Al ultraderechista Netanyahu no le hace ninguna gracia que Irán se fortalezca económicamente porque significaría una mayor disputa hegemónica en la región. Mientras que el resto de los países del G5+1, hacen filas para cerrar negocios con Irán por el petróleo y por la nueva infraestructura que necesitará con lo que sería el aumento de las exportaciones

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de crudo, que repercutirá sobre el precio del petróleo. Alemania ya envió representantes para comenzar a negociar, China viene duplicando inversiones desde fines del 2014 y Rusia pretende continuar la venta de armamento a Irán. Estados Unidos lograría nuevos negocios y la alianza con una de las mayores potencias en la región, ya que Irán cuenta con el segundo ejército en la región (luego de Israel), que le permitiría desestructurar militarmente a Irán y lograr mayor estabilidad en Medio Oriente. Beneficiaría de forma directa a Obama, quien después de perder la mayoría parlamentaria en las últimas elecciones, insiste en dar manotazos de ahogado que lo devuelvan al liderazgo y como figura presidencial a nivel internacional. Es sabido el rol de Estados Unidos en el capitalismo a nivel mundial, como guardián del capital. En pocos meses dio dos señales al mundo, que expresan un “giro moderado” en su política exterior, con John Kerry a la cabeza, para garantizar su hegemonía. Estas son el restablecimiento de relaciones diplomáticas con dos países que históricamente –al menos desde la segunda mitad del Siglo XX- representaron al antiimperialismo yanqui: por un lado, el cambio en las relaciones diplomáticas con Cuba para poner un freno a la inserción de Rusia y China en el Caribe y América Latina (al mismo tiempo que continúa atacando por varios frentes a Venezuela) y, por otro lado, el acuerdo con Irán, procurando que no avance un bloque antiyanqui capitaneado por Rusia y China, que le dispute económica y políticamente en Medio Oriente. Al mismo tiempo que pretende sofocar el antiimperialismo radicalizado que expresan la lucha del pueblo kurdo y sirio. No podemos dejar de señalar lo contradictorio del discurso de varios de los voceros de este acuerdo, tanto de los que lo promueven como de los que lo rechazan. Para convencer a los oponentes internos y externos, Barack Obama insistió en que “era esto o la guerra”. Discurso por demás paradójico, si pensamos en los actores principales de este pacto que son expertos en desatar, financiar y apoyar guerras en la región. Obama quiere “evitar la guerra” mientras que pone tropas en Afganistán, apoya a Arabia Saudita en la guerra contra Yemen y está involucrado en las guerras en Irak y Siria. Israel ataca sin asco en Siria y al pueblo Palestino. Irán y Estados Unidos hacen frente común en su batalla contra el Estado Islámico, frente a la lucha del pueblo kurdo –en alianza con el gobierno turco-, al tiempo que apoyan a AlAssad en la guerra civil siria. No todos ganan. Los que pierden son siempre los mismos: el pueblo que en Medio Oriente sufre miserias, gobiernos autoritarios, que huye desesperado en busca de refugio hacia Occidente (sin entrar aquí en lo que ello implica), que a diario ve caer las bombas lanzadas por quienes dicen querer evitar la guerra. Micaela Rojo


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Danzando al ritmo del capital Ante la grave crisis política en Brasil, generada por el desplome de la economía y su impacto sobre la situación social, el gobierno de Dilma Rouseff ya decidió el plan: contentar a los sectores más concentrados y al capital financiero, descargando el ajuste en el pueblo trabajador e intentando mantenerse a flote buscando el salvavidas derecho de un barco en serias dificultades. Crisis económica e impacto social La economía brasileña atraviesa su momento más delicado en los últimos 25 años: actualmente se encuentra en recesión técnica y cerraría el 2015 con una contracción de su PBI en torno al -3%. Desde diciembre del año pasado el Real se ha devaluado un 70%, la inflación estimada para el corriente año es del 10% (la más alta en más de una década) y el índice de desempleo se sitúa en 8% (siendo más del doble en el sector joven). Estos fríos números pueden no reflejar claramente la cruda realidad social: más de 10 millones de brasileños se encuentran en la extrema pobreza, 30 millones se sitúan debajo de la línea de pobreza y 650,000 trabajadores perdieron su empleo en los últimos 14 meses.

El costo de la primarización ¿Cuál fue el origen de la actual crisis? El freno de la economía China demostró cuan frágil era el supuesto desarrollo brasileño. Luego de años de crecimiento económico a tasas históricas, sale a la luz que el mismo fue logrado en base a una primarización de la matriz productiva y una acentuación del extractivismo, buscando simplemente convertirse en exportadores de materias primas, logrando ganancias extraordinarias sin generar ningún beneficio de desarrollo estructural para su pueblo. Así se ve que el porcentaje de exportación desde Brasil de productos con valor agregado cayó del 62% que registraba en 2000 al 45% en 2013, profundizando la dependencia de las exportaciones de commodities como el mineral de hierro, la soja y el aceite, y quedando a merced de los vaivenes del precio internacional de los mismos.

Repercusiones financiero

en

el

mercado

Pese a tener unas elevadas reservas propias, de alrededor de us$ 370.000 millones, la economía brasileña es bastante permeable a los embates del sector financiero internacional, ya que durante la última década ha fomentado la llegada de capitales especulativos generando un mercado financiero de difícil control.

El 10/9 la calificadora Standard & Poor’s (S&P), muy consultada y respetada por los fondos especulativos a nivel mundial, rebajó la calificación de riesgo de Brasil, acelerando la crisis del sector financiero y sirviendo como catalizador actual de la crisis económica, obligando al gobierno de Rousseff a pasar a la acción.

Corrimiento a la derecha de la agenda política A partir de las elecciones de 2014 el Congreso brasileño se ha consolidado como el más conservador en el país desde la dictadura militar. Desde ahí se han impulsado reformas reaccionarias como la ley de flexibilización laboral, la ley antiterrorista (a pedido de EEUU) o la más reciente de baja en la edad de imputabilidad a los 16 años. Esto último, busca encarcelar a los jóvenes brasileños, principalmente negros, que por miles quedan sin opciones año a año. Al situar esta ley en el marco de un país donde desde 2004 están permitidas las prisiones con participación de capitales privados (llegando en 2013 a la inauguración de la primera prisión 100% construida y gestionada exclusivamente por privados en Minas Gerais), entenderemos a donde apuntan estas iniciativas. Recordemos que dentro de estas prisiones los detenidos son obligados a trabajar para diferentes empresas, pagándoles salarios muy por debajo del mínimo legal vigente. Ante la extrema debilidad política del gobierno de Dilma Rousseff, con índices de apoyo que no levantan del 10%, parte de la oposición de derecha aprovechó el contexto e impulsó fuertes manifestaciones buscando la destitución (impeachment) de Dilma. Aécio Neves (PSDB) fue uno de los articuladores de dicho movimiento, donde se vio al ex presidente Fernando Henrique Cardoso desechar su posición anterior y pedir abiertamente por la renuncia de Dilma. Ante los temores a la inestabilidad que generaría la crisis política resultante de una posible renuncia, algo nunca bueno para sus negocios, y viendo lo permeable a aceptar sus demandas por parte del gobierno del PT, parte del bloque conservador optó por moderar el impulso de destitución y volcarse a la política de presión (política, económica y mediática) sobre la

gestión petista, imponiendo la agenda de reformas que ellos promueven como salida a la crisis. Uno de los impulsores de dichas políticas de ajuste es el ministro de Economía, Joaquim Levy. Algo no muy difícil de llevar a cabo para este ex banquero neoliberal, doctorado de la Universidad de Chicago, que en su carrera se ha desempeñado al servicio del Fondo Monetario Internacional o el Banco Central Europeo. Las reformas que impulsa este sector se basan en un fuerte recorte en los gatos sociales, apuntando en particular a los programas “Bolsa Familia”, el seguro de desempleo, el fondo de financiamiento estudiantil y el programa de créditos populares para vivienda.

por un rebote de las bolsas en sintonía. Con esta decisión, queda claro el camino elegido por Dilma y el gobierno para sofocar los intentos de destitución y la crisis política: descargar sobre los sectores populares el peso de la crisis económica, y reconstruir la institucionalidad a partir de un acercamiento de políticas con los sectores más regresivos. Ni radicalización política y económica, ni impulso a la movilización y organización popular para frenar el avance golpista: nuevamente los gobiernos “progresistas” de la región demuestran cual es la cara de la moneda que eligen siempre que su suerte se ve en juego. Furgón de cola decía el Che, la vigencia de esta caracterización está más que clara.

El ajuste presentado como la única Perspectivas salida La versión original del presupuesto 2016 preveía, por primera vez en la historia de Brasil, un déficit de 8500 millones de dólares, o sea, un decrecimiento de -0.5% de su PBI. Ante la reacción negativa de los mercados locales e internacionales, el gobierno de Rousseff (soportado en el ala derecha del gobierno, ejemplificados en el vicepresidente Michel Temer y el citado Levy) tomó cartas en el asunto y anunció un ajuste que empujaría las cuentas fiscales para revertir la situación y lograr un pronóstico de leve crecimiento del 0.7%. Por un lado Dilma ya había tomado la decisión de eliminar 10 de los 39 ministerios existentes, cantidad elevada que antes de la llegada de Lula al gobierno era de 26, pero ante la necesidad de cargos políticos para contentar a los diferentes aliados de la coalición gobernante se fue elevando, aumentando la porción de la riqueza brasileña que es consumida por una casta improductiva. Pero buena parte del ajuste fiscal partió de la eliminación de us$ 6800 millones de diferentes partidas destinadas a subsidios y programas sociales, junto a la decisión de congelar por un año los salarios estatales (que con una inflación en alza no quiere decir otra cosa que condenar a los trabajadores a perder el 10% del poder adquisitivo en los próximos 12 meses). Estas medidas fueron festejadas por las cámaras empresariales y bancarias, y acompañadas

Buena parte de las masas que llevaron a cabo durante el año 2013 e inicios del 2014 enormes movilizaciones en busca de respuesta a diversos reclamos no satisfechos por la década de gobierno del PT (falta de viviendas, dificultades en el transporte público, políticas educativas, negociados en las obras para el Mundial de Futbol 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016, etc.), se han visto en el último tiempo atrapadas en el juego (funcional al gobierno) de la dicotomía única de Derecha vs. “Progresismo” o Golpe vs. Democracia, viendo licuados sus reclamos en un apoyo a “lo menos malo”. La desmovilización popular y la conciliación de clases impulsada por el gobierno de Lula/Dilma por más de una década han generado un estado de situación donde la izquierda brasileña tiene más razones que la derecha para criticar las políticas del gobierno. Pero pese a eso han visto hegemonizada buena parte de la agenda de reclamos por sectores conservadores, con políticas aún más regresivas que las gubernamentales. Lograr romper esta dinámica para poder impulsar desde los trabajadores y el pueblo brasileño una política de defensa ante el avance del capital, será la piedra fundamental para comenzar con la tarea ineludible de construir un programa que retome la ofensiva en la búsqueda de cambios profundos que den respuesta a las reales necesidades populares. Abel Deschain


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UN CAMINO INDEPENDIENTE, DE CLASE Y DE LUCHA El 2 de septiembre se desarrollaron las elecciones de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en un contexto de descomposición de las burocracias del sindicato y la apuesta de los sectores combativos por la unidad. En esta entrevista a Norberto Señor, secretario de prensa de ATE Sur y candidato provincial por la Lista Bermellón, repasamos este y otros temas. La Llamarada: ¿Qué nos dejan las últimas elecciones de ATE? Norberto Señor: En primer lugar las elecciones de ATE muestran a la dirigencia histórica del sindicato profundamente dividida. Al mismo tiempo, reflejan que quiénes han votado no han escapado a una polarización general entre quienes manifiestan su respaldo, a veces incondicional, al gobierno kirchnerista y entre quienes lo enfrentan o lo cuestionan severamente pero dentro del marco de lo que en el sindicalismo son las posiciones burocráticas y de los alineamientos con expresiones que tienen que ver con intereses empresarios, con intereses de la burguesía. La Verde histórica, “degennarista”, finalmente termina ganando las elecciones, especialmente por la diferencia hecha en la provincia de Buenos Aires. Pero en una elección donde la expresión de todo el oportunismo que avaló las intenciones del gobierno de meter un pie muy grande en nuestro sindicato tuvo una victoria en CABA y en varias provincias del país. En esta polarización que generan los de arriba, utilizan los recursos de los afiliados para toda su actividad de campaña. Utilizan los medios oficiales del sindicato para visibilizar las listas de sus dirigentes sin respeto a que todos puedan tener el mismo grado de difusión o de propaganda. La enorme crisis que atraviesa a las camarillas burocráticas de los distintos sectores de las Verdes, Verde y Blanca, Azules y demás variantes, tiene que ver con luchas por el aparato, por la caja. Esas expresiones seguirán sufriendo reacomodamientos, desgranamientos, disputas intestinas de todo tipo. Ya que quienes pierden quedan fuera del “bien” más preciado que tienen que es no laburar nunca más y dedicarse a ser dirigentes rentados. Entonces, esto va a provocar acercamientos al que ganó, movimientos o rupturas fuertes buscando apoyo de intendentes o gobernadores. Algo muy distinto hacemos desde la oposición, en dónde las decisiones se llevan adelante por asambleas y plenarios democráticos en forma permanente, lo que nos

permitió mantener con un caudal de votos realmente importante las seccionales de ATE Sur, ATE Brown, la provincia de Mendoza y la gran mayoría de sus seccionales, que podríamos decir que son aquellos lugares más emblemáticos de la Lista Bermellón.

¿Cuáles son las potencialidades de la Lista Bermellón? La Lista Bermellón tiene sus límites: es poco conocida en muchos sectores, no tiene referencias propias en una gran cantidad de seccionales e incluso en varias provincias. Sin embargo, tiene una gran virtud: compañeros y compañeras que se acercaron al sindicato, con una voluntad irrestricta de defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras han dado el paso de sumarse a la Lista Bermellón. Esos compañeros que participan de agrupaciones independientes o simplemente de cuerpos de delegados genuinos en sus lugares de trabajo han ido haciendo un camino como activistas viendo que muchas veces, por intereses mezquinos ajenos a los laburantes, esas luchas no llevan a ningún lado cuando son encaradas por la dirigencia verde del sindicato. La inmensa mayoría de las expresiones que están afirmadas fuertemente en juntas internas, en seccionales, en un activismo que construye cotidianamente, hemos confluido todos en esa Lista Bermellón. Es muy importante haber ganado en organismos tales como el Ministerio de Trabajo de la Nación, el Ministerio de Economía, el Ministerio de Planificación, la Secretaría de Promoción Social de la Capital, en el IOMA en La Plata, en la sede de Educación, de Desarrollo Social. Así que las perspectivas son muy grandes, siempre y cuando seamos capaces de mantener algunos valores básicos. Uno de ellos es que nuestra prioridad es la unidad de la clase trabajadora. Incluso la unidad de las corrientes o los agrupamientos sólo es útil en la medida que contribuye a la mayor unidad del conjunto de la clase y no una unidad circunstancial que tiene como fin engordar las propias filas. Otro es que se

mantenga y fortalezca la permanente apelación a la democracia, a elaborar los cursos de acción sobre la base de recoger en los sectores de laburo y en la mayoría de los trabajadores su predisposición, su ánimo de lucha, sus reivindicaciones mas sentidas para organizar la pelea partiendo de las realidades concretas de nuestros compañeros y compañeras. Otra premisa fundamental es combatir la propia tendencia a la auto-burocratización que nos genera esta sociedad y la organización sindical, más general, en la que participamos, que siempre tienta a que uno encuentre razones para no volver periódicamente a su lugar de trabajo, a ejercer el cargo separado del compromiso laboral, a tener algunas ventajas con el resto de los trabajadores. Creemos que así vamos a seguir fortaleciendo la perspectiva de un sindicalismo de clase que nada tiene que ver con el que predomina en la Argentina.

mos pagando las prestaciones que no se nos brindan en muchos casos y que también generan enfermedad y muerte. Sumado a esto, tenemos la precarización que mata. En las últimas semanas se hizo conocido el caso de Walter Lemejis, un trabajador de la educación que murió en una escalera precaria, trabajando en una escuela, por la desidia del gobierno. La precarización extrema de la salud, de la educación, de la vivienda, del salario y de la vida que lleva adelante el gobernador nos lleva a continuas medidas de lucha. En las circunstancias que se vienen, nos preparamos para un escenario de ajustes. Scioli o cualquiera no deben poder gobernar en paz mientras intenten avanzar con el ajuste y la precarización que tienen acordada con las grandes patronales, con los grandes empresarios y con las grandes potencias imperialistas.

Quienes formamos parte de la Agrupación Víctor Choque, actuamos en la provincia de Buenos Aires, el distrito más rico y más grande de la Argentina, en el que hay la mayor proporción de pobres y la mayor desproporción entre los que más ganan y los que menos ganan. Precisamente es la provincia gobernada por quién muy probablemente sea el próximo presidente de la Argentina. Una provincia que ha sido desvastada. Basta con ver como un puñado de multimillonarios puede hacer lo que quieren con los cursos de agua y condenar a la inundación permanente a miles y miles de habitantes, priorizando negociados inmobiliarios mientras las mayorías no tienen vivienda o pierden todo en las inundaciones. En el gobierno de Scioli, el básico para un auxiliar de escuela de la categoría más baja es de $2000. Se ha hecho un culto de los pagos en negro y en gris, es una práctica sistemática la depredación de los recursos del Instituto de Previsión Social así como la destrucción del IOMA, una obra social multimillonaria cuyos prestadores cobran 9, 10 o 12 meses más tarde y termina-

Los trabajadores y las trabajadoras del Estado tenemos una posibilidad mucho mayor que la de otros laburantes. Tenemos un grado de estabilidad laboral (que siempre pretende ser vulnerada y atacada, y lo es en muchos casos) que muchos trabajadores no tienen, ya que apenas empiezan a organizarse pierden su trabajo porque la ley y el estado consagran ese privilegio a las empresas privadas. Entonces, tenemos la responsabilidad de ser capaces de generar la organización, los reclamos y las acciones para exigir y pelear por nuestras reivindicaciones largamente postergadas. Pero a la vez, toda esa capacidad organizativa puede ponerse al servicio de la unidad, de la solidaridad, del acompañamiento de las luchas que puedan ir desarrollando los trabajadores y trabajadoras del sector privado. Además, los modelos sindicales alternativos y antiburocráticos que podamos ser capaces de generar deben contribuir a que experiencias de esas características sean reconocidas y visualizadas por muchos otros trabajadores. La lucha a la par contra cualquier avance patronal, por los derechos de los trabajadores y al mismo tiempo por un modelo de organización antiburocrático, democrático y combativo es una tarea que sin duda los trabajadores estatales debemos dar. Desde los organismos recuperados, desde las juntas internas, desde las seccionales y desde el propio activismo en los lugares de laburo podemos aportar para que el conjunto de la clase trabajadora avance en desarrollar un camino independiente de verdadera confrontación con quienes de ninguna manera debemos conciliar intereses nunca, que son las patronales y el estado a su servicio.

¿Cuál debe ser el rol de la organización ¿Cómo es la lucha en la provincia de de los trabajadores estatales en la Scioli? lucha de clases?


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LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE TUBHIER Y FORMAR Hace un mes y medio que los trabajadores despedidos de TUBHIER SA y FORMAR SA vienen desarrollando una enorme lucha por la reincorporación a sus puestos de trabajo y para poder afiliarse al gremio libremente. Buscan poner fin a cerca de 30 años de persecución sindical y despidos ilegales.

T

UBHIER SA y FORMAR SA son empresas del mismo dueño: Alberto Buhar. La primera se radicó a mediados de los años ´80 en la ciudad de Villa Mercedes, producto del paraíso fiscal de la promoción industrial. La segunda fue establecida en la misma ciudad a mediados de los años ´90 a partir de la compra de la firma Los Astilleros. Ambas se dedican principalmente a la fabricación de caños tubulares de acero y de fibra de vidrio cuyo destino es el mercado de petróleo y gas, siendo cliente casi exclusivo YPF. Durante la primera semana del mes de agosto, la patronal despidió a un grupo de veinticinco trabajadores de ambas empresas luego de tomar conocimiento de que un grupo se había afiliado al sindicato de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica). Los compañeros afiliados habían logrado llenar sus cartillas en la UOM seccional San Luis Capital y desde allí presentar su amparo al Ministerio de Trabajo. Cuando la empresa fue notificada de la sindicalización, inmediatamente procedió a los despidos de manera persecutoria. Quienes contaban con algún antecedente laboral en una empresa que hubiera tenido conflictos gremiales fue despedido, al fiel estilo de una dictadura. Luego de esto se produjo un paro patronal para que los trabajadores no siguieran organizándose. La manifestación en las puertas de la planta no se hizo esperar, momento en el cual la UOM Nacional comenzó a intervenir en el asunto. El lock out se realizó durante diez días. En el transcurso se hicieron las audiencias en el Ministerio de Trabajo Provincial, donde la empresa no se presentó. Así es que se dictó la conciliación obligatoria el sábado 15 de agosto. El martes siguiente se retomó la actividad pero con la empresa sin acatar lo dictado por el ministerio, dejando a los compañeros despedidos afuera y despidiendo a veinte trabajadores más. Al el día siguiente los trabajadores se mantuvieron en la puerta de la fábrica sin

permitir que la empresa siguiera incumpliendo la orden del Ministerio de Trabajo. La patronal, con el correr de los días, utilizó el “ABC de los conflictos sindicales”: pagar a la policía para que amedrente a los compañeros, presionar a los trabajadores a que firmen petitorios y presentarlos ante un juez comprado para que los desaloje, no pagar los salarios, organizar a un grupo de carneros que provoque enfrentamiento entre los trabajadores, comprar voluntades en los medios de comunicación para querer ganar la opinión pública. Lejos de intentar negociar, la patronal va por todos los laburantes. La UOM estira los plazos para tomar medidas y si no están dentro de los procedimientos legales las descarta y el gobierno provincial es el “jugador número 12” de la patronal. TUBHIER SA y FORMAR SA históricamente han recurrido a los despidos ilegales, mediante la presión a los trabajadores para que presenten la renuncia a cambio de indemnizaciones reducidas o a través de la persecución sindical. La patronal siempre contó con la complicidad de la UOM seccional Villa Mercedes, quien no solo evidencian su amiguismo con los gerentes sino que reciben sus favores económicos. Después del fallecimiento de Anselmo Amado, burócrata que durante muchos años manejó y negoció los destinos de los trabajadores metalúrgicos de la provincia, la interna de la UOM salió a flote y las diferentes seccionales tomaron diversas posiciones ante el inicio del conflicto. La intervención del gremio nacional, con Abel Furlan a la cabeza1, muestra cómo también la burocracia ha hecho jugar y pesar su papel a pocos días de las elecciones. También juega su partida la CGT seccional Villa Mercedes, con Carlos Ponce2 como secretario general, quien intentó (en lo discursivo) quedar de la vereda de enfrente de una patronal arcaica y retrogada. Como dirigente gremial y parte del Partido Justicialista local durante muchos años fue aliado

de la patronal, compartió cenas y negocios con sus directivos, etc. Pero hoy todas esas relaciones se mantienen en la privacidad y transa fuera de la vista de los trabajadores para no restar votos. El gobierno provincial se ha quedado sin respuesta y apela a la demagogia mediante sus representantes sindicales. El intento por obviar su parte de responsabilidad en este conflicto se manifiesta en el cerco mediático establecido por El Diario de la República en San Luis3, que no sacó ninguna nota en referencia a los trabajadores, pero que si ha publicado notas a favor de la empresa un mes después. También el Ministerio de Trabajo de San Luis realizó un acto de demagogia al aplicar una multa a la empresa por no acatar la conciliación obligatoria. Por otro lado, los intereses que se cruzan en este conflicto también se manifiestan en la relación familiar, política y económica que tiene el dueño de ambas empresas, Buhar, con los grupos económicos de los medios de comunicación Clarín y La Nación. Estos medios sacaron notas con liviandad hacia la patronal dejando de lado la voz de lucha de los trabajadores. En este sentido, los medios expresaban la misma excusa que ha usado la patronal: que los despidos se deben a la baja en los precios del petróleo, lo cual implicó que se afectara la producción. Los trabajadores conocemos muy bien la producción existente, las maquinas las manejamos nosotros, nosotros utilizamos nuestra fuerza y habilidad para producir. Quieren poner como excusa una situación económica que no afectó en ningún momento a TUBHIER ni a FORMAR. Los despidos siempre fueron una política del directorio conducido por Buhar y que se puede ver en los ya más de cien trabajadores que fueron echados este año y en la rotación permanente de operarios. A la falta de estabilidad laboral y el maltrato se suma la cantidad de irregularidades en la producción que incluye la actividad

ilegal cruzada que se realiza entre ambas empresas. Esta situación de opresión fue creciendo en la conciencia de los compañeros trabajadores, dando una gran muestra de fortaleza y disponibilidad a la lucha para poder, de una vez y para siempre, elegir libremente a delegados y organizarse para que no haya ninguna familia más en la calle. Este conflicto expone los negocios que han mantenido, a espaldas de los trabajadores, el gobierno de los Rodriguez Saa, las empresas y la burocracia sindical. También muestra claramente el papel que juega el Estado en un conflicto sindical a través del Ministerio de Trabajo y la justicia como garante de los negocios de los patrones. Sin embargo, también está demostrando el poder de lucha de los trabajadores de TUBHIER y FORMAR que, con la solidaridad de otros laburantes, están poniendo el cuerpo en la entrada de la planta, enfrentando los amedrentamientos de la policía, frenando a los carneros y, sobre todo, generando la adhesión de los compañeros de adentro. En un contexto en que las patronales están dispuestas a no retroceder, desplegando suspensiones, despidos y persecución, se torna necesario construir organización de base fuerte, anti burocrática y democrática, que garantice los reclamos sindicales pero sin dejar de lado la lucha política por construir una sociedad que termine de raíz con la explotación capitalista. Trabajadores de San Luis en Hombre Nuevo

1.  Candidato a diputado nacional por el FPV en BS.AS., secretario general de la UOM CampanaZarate y mano derecha del lider de la CGT oficialista Antonio Caló 2.  Candidato a Vicegobernador de Alberto Rodriguez Saa 3.  El Diario de la República es el único periódico impreso en la provincia de San Luis. Tiene el monopolio en la compra de papel prensa. Los dueños de dicho medio son los hermanos Rodriguez Saa.


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El Derecho a huelga Entervistamos a Matías Cremonte, abogado de Francisco Orellano, trabajador del Correo Argentino despedido por participar de asambleas La Llamarada: -¿Qué es lo que se discutió en la audiencia de la corte sobre el derecho a huelga y por qué pensás que se abre esta discusión en este momento político? Matías Cremonte: La Corte convocó ahora a esta audiencia, pero todo comenzó mucho antes, en 2009, con una serie de despidos de trabajadores del Correo Oficial que habían protestado mediante asambleas y trabajo a desgano. Estas medidas no habían sido convocadas por los sindicatos con ámbito de actuación allí. La patronal los despide con “justa causa”, alegando que no se podía participar de ese tipo de acciones por fuera de esos sindicatos. Concretamente “por haber participado de reuniones”. Por eso presentamos acciones judiciales fundadas en que se trató de despidos discriminatorios y por ende nulos, pidiendo su reincorporación. Como es costumbre en este tipo de audiencias, además de a las partes, la Corte permitió la participación de organizaciones que consideren que tenían algo que decir sobre el tema, en carácter de Amigos del Tribunal (Amicus Curiae), puntualizando la discusión en quién o quiénes son los sujetos constitucional y legalmente habilitados para adoptar medidas de acción directa. Casi todos remarcaron que se trata de un derecho de los trabajadores y no exclusivamente de los sindicatos. Fue muy importante que se hayan hecho presentes para fijar posición organizaciones de trabajadores como ATE, las dos CTA, Aceiteros, SITRAIC, o del ámbito universitario como el Instituto de Derecho Social de la Universidad Nacional de La Plata, o la Asociación

de Abogados Laboralistas y la Asociación de Abogados de Buenos Aires y el CELS (si bien no todos ellos expusieron en la audiencia, todos se presentaron por escrito). Párrafo aparte merece la presencia de la UIA, que fue a exponer su punto de vista como organización patronal, restringiendo este derecho a los sindicatos con personería gremial. Si bien nosotros creemos que el debate desde el punto de vista constitucional no admite más de una interpretación y es que se trata de un derecho de los trabajadores, sindicalizados o no, lo cierto es que desde hace décadas la jurisprudencia venía señalando que se trata de un derecho que se ejerce a través de los sindicatos exclusivamente. De entrada nos llamó la atención que la Corte convoque a esta discusión, ya que las sentencias de instancias anteriores habían señalado que se trata de un derecho amplio y que por lo tanto se trató efectivamente de despidos discriminatorios, ordenando en consecuencia la reinstalación de los trabajadores en sus puestos de trabajo. Por eso lo ideal hubiera sido que la Corte no recepte los recursos del Correo y que no convoque a esta audiencia, dejando así firme lo resuelto en las instancias anteriores. Pero tomó los casos y los puso en discusión, vaya uno a saber por qué motivaciones políticas. De allí que veamos como muy positivas las firmes respuestas de todas esas entidades en defensa del derecho de huelga en sentido amplio. En nuestro caso, como abogados de Orellano, más allá de plantear que se trata de un derecho de los trabajadores, debimos concentrarnos en la defensa del caso, y en ese sentido recordamos que los despidos fueron por

participar de asambleas y no por haber convocado a una huelga. Se remarca esto, porque además de que así fueron los hechos, el derecho de reunión es mucho más amplio que el derecho de huelga.

¿Qué efectos concretos tendría una resolución desfavorable para los trabajadores? En primer término, estando ahora reinstalados los trabajadores, un fallo adverso (es decir, una sentencia de la Corte que diga que existió justa causa de despido) implicaría validar los despidos. Eso sería trágico para los trabajadores por razones obvias. Pero las implicancias del caso van mucho más allá, ya que una interpretación restrictiva irradiaría sus efectos a las relaciones sociales en general. Estamos convencidos de que una interpretación honesta de las normas nacionales e internacionales no dejan dudas de que son los trabajadores los que tienen el derecho a la huelga, con o sin el sindicato. A diario surgen conflictos que encabezan comisiones internas, o grupos de trabajadores, y más tarde o más temprano se resuelven. Si la Corte limita esa interpretación, los empleadores y sus cómplices sindicales avanzarían contra esas expresiones, lo cual haría mucho más difícil la lucha cotidiana.

¿Qué perspectivas ves que se desarrollarán a partir de los resultados de la audiencia? Si hubiera un resultado favorable a los trabajadores, ¿es posible de todos modos que

esto siente un precedente? ¿en qué sentido? Te reitero que lo ideal hubiera sido que esta audiencia no hubiera sido convocada y sobre todo, que el caso no llegara a la Corte. El lugar de disputa en la lucha de clases es otro, no los tribunales. Cuando un conflicto colectivo deja su cauce natural para discutirse en los papeles ya tenemos un problema. En este caso, es obvio que llegamos a esta instancia por los despidos, que no pudieron ser revertidos mediante la acción gremial. Nos fue bien en los juicios, y los compañeros están reinstalados. Esperamos que la Corte ratifique esas sentencias y los compañeros sigan trabajando. Por otra parte, hubo otros fallos de la Corte que fueron muy importantes porque declararon la inconstitucionalidad de algunos aspectos del modelo sindical argentino y sirvieron para avanzar, cuando se los quiso aprovechar. Pero en este caso no hace falta un fallo para que siga habiendo huelgas y acción colectiva por fuera de los sindicatos. La Constitución lo permite y las leyes no lo prohíben. Por supuesto que sería bárbaro que la Corte falle a favor del derecho de huelga en sentido amplio, pero es mayor el daño potencial que el eventual beneficio. Ningún fallo va a detener la conflictividad social y la lucha de clases seguirá su curso, pase lo que pase con el fallo. Pero claro, es mejor que ésta se desenvuelva dentro de los márgenes de la legalidad, para evitar consecuencias como las que nos llevó a discutir esto en la Corte. De todos modos somos optimistas, y esperamos un fallo favorable.

conflicto en HONDA motor: Un triunfo y una lucha que continúa El martes 15 de septiembre fue reincorporado Javier Torres a la planta de Honda Motor en Florencio Varela. Se trata de una victoria muy importante y muy sentida. La lucha comenzó el 1 de agosto de 2014 cuando la empresa, en complicidad con la burocracia de la Verde del SMATA, despidieron a nueve trabajadores de forma discriminatoria por plantear propuestas para llevar adelante el trabajo y para el beneficio de los compañeros, por no obedecer a los delegados, por plantarse cuando no estaban de acuerdo con algo.

Desde el primer momento estos compañeros se organizaron para ganarse el apoyo y la solidaridad de los trabajadores de adentro de la empresa con una ejemplificadora visión de unidad de clase. En paralelo, desarrollaron una constante lucha exigiendo la reincorporación de la mayoría de ellos, a través de movilizaciones, volanteadas y actividades, rodeados de la solidaridad de un arco de organizaciones. Con esta tenacidad se consiguió un fallo judicial favorable que desembocó en la reincorporación

de Javier a su lugar de trabajo. La lucha continúa. Por los compañeros que todavía están afuera, cada vez más fortalecidos por este gran precedente conquistado con la organización y la perseverancia. Celebramos con gran orgullo esta victoria que es un ejemplo para nuestra clase. ¡Basta de despidos y suspensiones! ¡Rencorporación de todos los despedidos! ¡Fuera la burocracia sindical! ¡Unidad de los trabajadores!


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LOS JUJEÑOS DE LA PASIVA REVOLUCIÓN PASIVA “ El contador ha entrado en tiempo de descuento, el cierre del lazo abierto tras la crisis de 2001 llega a sus últimas tirones como un “fin de siclo” que, más allá del debate superestructural sobre el actor político que lo encarne, cosa no menor pero tampoco central, lo que evidencia es una conciencia relativa de la culminación política de un proceso sociohistórico concreto y cabal: un fenómeno disminuido de revolución pasiva”.

Como toda revolución pasiva, el fenómeno supone que, al mismo tiempo que “desde arriba” se aceptan las demandas de la clase trabajadora, se utiliza la mediación de esas demandas como elementos de reconstrucción de la hegemonía burguesa. Esto implica la aceptación, en última instancia, de la racionalidad burguesa, de admitir su visión de lo que es real, de lo imposible, de lo posible y de los medios para lograrlo y como consecuencia orgánica, la cooptación y reconducción de referentes y sectores sociales a alguna de las vertientes que desembocan en ese proceso hegemónico común. En el fragmentado plano sindical algunos trazos de este fenómeno, se pueden observar ya en sus tendencias. Distintas notas de prensa muestran las múltiples apuestas paralelas de cada agrupación de la burocracia sindical, lo que sugiere una lucha intracampo, por el mejor posicionamiento pos-eleccionario de las distintas fracciones y líderes sindicales de cara al futuro armado del poder político. Viejo folklore sindical que evidencia una tendencia hacia la reconstrucción hegemónica y las expectativas por recuperar el rol sistemático de interlocutor de la vieja

burocracia sindical. Ya sea en forma de una CGT unificada o en la de una mesa sindical variopinta, pero decididamente compartida con el próximo presidente. Distintas cuestiones permiten hacer una lectura de esta reconstrucción: una de ellas es la realidad de la burocracia sindical que, fragmentada en internas y en algunos casos asediados por sus bases y la izquierda, no tiene en realidad el poder de imponerse a ningún candidato y sin embargo aún imponen una plataforma para reconstruir el modelo sindical a su conveniencia. Esta presunción se profundiza, si observamos que la fragmentación organizativa es un fenómeno que afecta a la clase trabajadora, la cual ve impotente que los candidatos presidenciables son exponentes directos e hijos dilectos de la llamada burguesía nacional. En efecto tanto Scioli como Macri parten de las antípodas del movimiento obrero y su ingreso a la política viene de la mano del más oscuro período neoliberal, lo que no augura ningún futuro halagüeño para la clase obrera, mas encienden los anhelos de reconstrucción de la llamada burguesía nacional, acaso más Scioli, cuya plataforma kirchnerista les garantizaría mayor gobernabilidad (léase cooptación y reconducción) sobre la clase trabajadora y un aúrea económica más nacional que el tufillo liberalizante de Macri. Estos candidatos ya han dado señales claras a la burocracia sindical de que van a sostener su caja del sistema de obras sociales y sobre todo, reponerlos en su rol de interlocutores socioeconómicos del gobierno, principalmente volviendo al viejo modelo sindical basado en el sistema de personerías.

Incluso por estos días se realiza un debate judicial en la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre si el derecho de huelga le compete sólo a los sindicatos con personería, debate que difícilmente se vuelque a favor de la burocracia, pero que podría imponer restricciones interpretativas para futuros casos judiciales. Este último punto desvela también un interés compartido tanto por la burguesía como por la burocracia sindical: el limitar el avance, si bien fragmentario, de la izquierda y sobre todo, de las comisiones internas rebeldes y no integradas en la clásica cadena de mando vertical, que en sus distintas manifestaciones forzaron planteos no deseados por la burocracia, resultando un claro aliciente para el acercamiento en la acción de hasta la CGT y la CTA. Para otros actores sindicales más manejables, la estrategia pasa por la cooptación. Este es el caso de la única de las cinco centrales sindicales que permite cierto margen de acción frente a la avanzada restauradora: la CTA Autónoma. Si bien en algunos casos las centrales se ven acorraladas y cuestionadas por sus bases, hecho que se pretende superar con esta reconstrucción hegemónica, al día de hoy aún se conserva el dominio de las CGT por la vieja burocracia. Y ya cooptada una de las dos CTA por el oficialismo, el ataque al último canal gremial colectivo de la clase trabajadora, se desarrolla ahora frente a nuestros ojos. La cabeza de playa de esta invasión es la elección de ATE, sindicato de más peso en dicha CTA, donde el kirchnerismo ha destacado los recursos de una organización social de su riñón y a uno de sus principales cuadros para la candidatura de Nando Acosta. Evento cuyas consecuencias aún están en proceso pero que recuerdan poderosamente a la mecánica que terminó con la ruptura de la CTA hace algunos años.

¿Y Jujuy que pinta? No es sólo el origen del candidato lo relevante para nombrar el papel de actores jujeños en esta restauración, sino el mismo entramado de la realidad jujeña. Determinadas condiciones de la economía y de la sociedad jujeña han definido algunas de las características diferenciales de la provincia a lo largo de las últimas tres décadas y constituyen el punto de partida actual. Ya sea por la precaria economía jujeña, siempre incapaz de sostener por sí misma

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a su población, o por la constante experiencia organizativa desde los ´90, los actores sociales y políticos surgidos en la resistencia al neoliberalismo son aún hoy un actor combativo y de peso en la provincia. En el caso de varias expresiones organizadas de la clase trabajadora, esta potencialidad se sigue abocando la construcción de una alternativa al sistema, pero por otro lado, otras expresiones se han convertido en valiosas piezas para ser cooptadas, pues las condicionalidades de Jujuy han formado a todos los actores, incluidas las clases dominantes. No es por ello de extrañar que un gobernador como Fellner, recién arribado a la política en los ´90, sea como un “piloto de tormentas” que logra sostener a la pútrida casta política local mientras mantiene sobre ella la hegemonía del peronismo. Lidia y contiene a los actores socioeconómicos que ya antes del 2001, eran una seria amenaza para el poder local y su institucionalidad. Ese fue el mismo Fellner que luego ofició de espada kirchnerista en el Congreso y más tarde fue puente entre los reticentes gobernadores del peronismo, partido que hoy preside a merced de esas funciones. Por otro lado, en el plano local, el trabajo de los sectores hegemónicos para la fragmentación y cooptación del movimiento obrero y de algunos actores sociales potencialmente antisistémicos fue visible. La intervención en los gremios estatales (el actor sindical más relevante de la provincia) y la fragmentación actual, logró que las conducciones pasen a la vereda de los poderosos. Así es que hoy existen 3 divisiones: el Frente de Gremios Estatales, La Multisectorial y la Intersindical, agrupamiento de donde viene Nando Acosta, quien fuera uno de los referentes en los conflictos gremiales y sociales jujeños de los ´90 y que hoy comparte con gremios que responden a la Tupac Amaru, colectora de la boleta de Fellner por la reelección para gobernador y con decidido apoyo a Scioli). Con el respaldo que supone el apoyo de la Tupac Amaru y el apoyo político del ultrakirchnerista diputado nacional Edgardo Depetri la candidatura de Acosta es un aporte del “know how” jujeño al ciclo mayor de revolución pasiva que inició y quiere culminar con el kirchnerismo.

AJI 20 (Colaboración especial desde Jujuy para La Llamarada)


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juventud

E

l 26 de septiembre se cumple un año de la Masacre de Ayotzinapa. En el hecho, ejecutado por cárteles narcos en connivencia con fuerzas represivas estatales, desaparecían 43 estudiantes normalistas. Los poderosos suelen olvidar que el dolor es un “arma” de doble filo, y que la consecuente rabia es espontánea pero a la vez, organizable. Transformar la rabia en organización permanente es la única forma de combatir de fondo la muerte cotidiana que el capitalismo, a través del Estado y el narcotráfico, garantiza a los sectores trabajadores pobres, en general, y a los jóvenes, en particular.

Dime dónde vives y te diré qué sufres Partimos de que Latinoamérica es entendida por los EEUU como su “patio trasero”. Con su intervención, se aseguran la extracción de materias primas y mano de obra barata, siendo América Latina su reaseguro político. Así, la clase trabajadora sufre el yugo del capitalismo autóctono de los países y también del imperialismo, presente mediante gobiernos títeres o alineados1, o mediante intervención militar directa. En México, todos los años un millón de jóvenes ingresan al mercado laboral. Del total de los trabajadores que “logran” ser empleados por el capital, aproximadamente el 58% sufre la informalidad. El 68% no cuenta con acceso a seguridad social, y 44,7% no cuenta siquiera con mínimo acceso a los servicios de salud2. Aproximadamente 8 millones son jóvenes NI-NI, lo cual ubica a México tercero dentro del ranking de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Por otro lado, la educación se presenta mercantilizada, basada en las pretensiones del Banco Internacional de Desarrollo (BID) y las principales empresas multinacionales. La educación pública queda relegada y vaciada, marginal, siendo principalmente ubicada en las zonas rurales. Según la OCDE, en México el 43% de la población de 15 años o más no cuenta con la educación básica completa. El mismo estudio arroja que cada 100 estudiantes que ingresan a la primaria sólo 68 la completa. Sólo logra ser licenciado el 8,5% de la población.3 4

El corto brazo del Estado (y el largo brazo del Narco) Los narcos se desarrollan como pez en el agua en países donde el Estado tiene una llegada acotada que no abarca todo el territorio nacional, producto de la propia formación social y económica, de su fisonomía adquirida a partir de su inserción en el mercado mundial y el desarrollo específico del imperialismo. Allí donde el Estado no llega, los narcotraficantes se apoderan del territorio y se imponen con sus fuerzas militares. Lo hacen sin siquiera el corset ficticio de la ley. En México no hay división entre el poder político y el criminal. Se nutren mutuamente, se necesitan, coexisten hasta ser la misma cosa difusa. Los narcos financian las campañas electorales e inclusive logran imponer a los candidatos de cada región. El Estado es funcional a la acumulación del capital narco, sirviendo a los mismos como “palanca para insertarse en los circuitos globalizados del capital”, facilitando el lavado de dinero “negro”, sin pasar por alto la participación imprescindible de los altos funcionarios en este negociado. La cadena del narcotráfico (producción, transporte y venta) concluye con el blanqueo de los capitales “negros” obtenidos de la venta de droga. Es imposible que el negocio del narcotráfico subsista sin la participación del capital financiero internacional: “Solo en 2012 unos 991.200 millo-

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nes de dólares salieron de países atrasados, siendo fondos ilegales. Del total de los flujos, la mayor parte corresponde a las drogas ilegales”5. El 85% de estos capitales ilegales del narcotráfico se blanquean en los bancos de EEUU. El narcotráfico es la excusa que permite la intervención y la proyección militar yanqui en toda America Latina y el Caribe, disfrazada de “lucha antinarcóticos” (mediante el Departamento de Defensa yanqui y la DEA), y de lucha contra el terrorismo. Nadie sería capaz de objetar la vinculación de la CIA con el narcotráfico, como lo afirmó en declaraciones Ronald Reagan, las facilidades que se le otorgaba al cártel de Medellín, comandado por Pablo Escobar, para entrar cocaína más fácilmente a EEUU a cambio de apoyar económicamente las fuerzas contrarrevolucionarias en la Nicaragua sandinista, en los años 80’.

Los que sembraban la vida Ante las escasas condiciones de vida dignas que el Estado ofrece, con desempleo, precarización, falencias educativas, etc., la juventud se convierte fácilmente en blanco de los narcotraficantes. Ser narco es, a la mirada de muchos jóvenes, la única posibilidad acceder a la sociedad de consumo que el capitalismo fomenta, y también de tener un objetivo en la vida, ocupar un rol en la sociedad que el Estado no garantiza. Los jóvenes se ven en una disyuntiva: o unirse a los narcos, o sobrevivir como se puede. Inclusive, muchas veces los narcos se presentan como los “defensores del pueblo pobre”, como constructores del bien social, logrando aceptación en la población. La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) reveló que en el país entre 25 mil y 30 mil menores de edad son víctimas de narco-explotación. Es en este contexto que existen las escuelas normales rurales, donde estudia magisterio la población campesina, con la premisa de crear “hombres y mujeres libres, íntegros y dignos”. Los 43 normalistas no eran estudiantes cualesquiera. Se formaron en las escuelas normales, hijas de la Revolución Mexicana de 1910; en la escuela Raúl Isidro Burgos, de la cual emergieron los líderes guerrilleros de los años ‘60 y ‘70: Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas, quien creó el Partido de los Pobres. Las escuelas normales, públicas y gratuitas, han tenido históricamente un papel combativo, de izquierda, enfrentándose a los sucesivos gobiernos mexicanos, que solo traían pauperización y miseria, siendo la única alternativa para la gente campesina.

Los que cosechaban la muerte El negocio en la zona de Guerrero es hegemonizado por las bandas narcotraficantes Guerreros Unidos y Cárteles Independientes de Acapulco. Aquel 26 de septiembre de 2014, la policía municipal disparó contra los autobuses donde se trasladaban los estudiantes normalistas –iban camino a las actividades de conmemoración de la Masacre de Tlatelolco-. El ataque dejó a 6 muertos y 17 heridos, además de 43 estudiantes desaparecidos6. La connivencia narco-estatal de la masacre es inobjetable. Fue el alcalde José Luis Abarca, del Partido de la Revolución Democrática (sospechado de formar parte de la banda narco Guerreros Unidos) quien entregó a los jóvenes al cártel. Tras conocerse la noticia, solicitó al Ayuntamiento una licencia de 30 días, que le fue concedida, y se fugó. Lo acompañó en su huida su esposa, la presidenta de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), María de los Ángeles Pineda, también de conocidos vínculos narcos. El gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre, fue cuestionado por su actuación en el caso y los

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familiares de los normalistas pidieron su renuncia. El descontento popular se expresó en el incendio de la casa de Gobierno de Guerrero. Aguirre dijo que solo renunciaría a su cargo si la mayoría de los habitantes de Guerrero lo pide en una consulta popular y en octubre de 2014 pidió licencia indeterminada. El presidente Enrique Peña Nieto solo ofreció ayuda desde lo discursivo. La búsqueda de los cuerpos de los normalistas arrojó decenas de otras fosas con cuerpos mutilados, que dan cuenta de la extensión y la impunidad con la que se manejan los cárteles narcotraficantes. Recientemente llamó a “superar el caso Ayotzinapa”, con la intención de que la investigación oficial, estéril, se archive. Pero el informe presentado el 9 de septiembre por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) ha echado luz sobre el caso, reforzando las acusaciones contra Guerreros Unidos y sus vínculos “estables” con funcionarios estatales, a la vez que hace un recorrido por las distintas mentiras y encubrimientos a los que Peña Nieto echó mano.

Vivos se los llevaron, vivos los queremos El desarrollo de los territorios narcos, si bien se da en zonas donde el Estado “no está presente” no es una falla estatal, es la forma que asume el desarrollo del imperialismo en dichos países y la fisonomía que su lugar en el mercado mundial les imprime, caldo de cultivo para el narcotráfico y su absoluta connivencia con el Estado. Sea bajo el yugo del Estado o de los narcos, es el pueblo quien sufre los padecimientos constantes e innumerables asesinatos. Tanto los empresarios, representados en el Estado como los narcotraficantes, comparten la característica de ser clases parasitarias, que viven del trabajo ajeno y el sufrimiento del pueblo. Como jóvenes, sentimos en lo más hondo la lucha por la aparición de los 43 normalistas, hermanos de Nuestra America. La única forma de recordarlos integralmente es acercarnos a la construcción de ese mundo justo que ellos querían. La juventud tiene que ponerse al frente del proceso político y social en curso. Hay que aprovechar cada resquicio que la crisis política abra para acumular organizativamente, para impugnar al Estado, para poder hacer carne en el pueblo la posibilidad de una transformación radical de la sociedad y el sistema. Con la bandera de la solidaridad de clase, de contenido internacional, abrazamos a nuestros hermanos mexicanos y ardemos de rabia junto a ellos. Por la tarea inconclusa de la Revolución Mexicana, por la segunda y definitiva independencia, por la liberación del imperialismo, la burguesía y los narcos ¡la única salida es el socialismo!

Juventud de Hombre Nuevo Fernando Deliens 1 Amén de la autonomía relativa de ciertos gobiernos, respecto del imperialismo en lo político. 2 Datos del Consejo Nacional de Evaluación para la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). 3 OCDE. “Reporte 2011”. 4 Censo Nacional de Escuelas, Docentes y Alumnos, 2013. 5 Ibídem 8. 6 El cuerpo de uno de los 43 normalistas desaparecidos fue encontrado en un basurero del municipio de Cocula meses más tarde. El Equipo Argentino de Antropología Forense confirmó que se trataba efectivamente del normalista Alexander Mora Venancio.


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