Tareas y desafíos de la etapa (...) ..................... 3 ¿Porque nos reivindicamos Guevaristas? ............ 6 “Todos nos hablan de vez en vez” ....................... 9 Entrevista a Michel Löwy ................................. 10 Historieta biográfica del Che ........................... 11
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Tareas y desafíos de la etapa en
[Indice}
la construcción de la juventud revolucionaria
SEREMOS COMO EL CHE Suplemento especial
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ay que prepararse y poner todas nuestras fuerzas porque hay mucho por hacer. Empezamos de atrás, de muy atrás. En los años 70, nuestra tendencia estuvo muy cerca de empezar a construir un mundo nuevo. Realmente se planteaba una alternativa política viable para los oprimidos, un proyecto revolucionario de justicia y dignidad. Se luchaba en todos los frentes, de todas las formas. Se amaba tanto la vida de los hermanos de clase, que valía la pena entregar la propia. A pesar de las dimensiones diferentes de los rivales de clase -por un lado las organizaciones revolucionarias y sus abnegados militantes, por el otro el Estado con su aparato represivo, como nunca antes-, se presentó batalla de igual a igual. Y el enemigo por primera vez tuvo miedo en nuestro país. Un miedo que lo obligó a mostrar su verdadero rostro, a tomar acciones drásticas y plantear una ofensiva sin reparos (esas que llevan a cabo cuando se ven amenazados). En los 70´, los revolucionarios y la clase trabajadora en su conjunto sufrieron una derrota histórica. Treinta mil compañeros fueron torturados, asesinados y desaparecidos por soñar un mundo mejor y actuar en consecuencia. Posteriormente, se nos hizo creer que no había alternativa al capitalismo, que la construcción del socialismo era un imposible, sueño de algunos locos de aquellos tiempos. Es decir, la derrota no fue tan solo material sino también ideológica, lo que la convierte en estratégica y hace que sus consecuencias persistan hasta la actualidad. Pero, aunque el sistema intente disfrazarse de modelos más “humanos”, los problemas estructurales e intrínsecos al dominio del capital siguen absolutamente vigentes. Dadas estas condiciones, caracterizamos la etapa como de acumulación de fuerzas; es decir, que nos vemos ante la necesidad imperiosa de reconstruir la organización de la clase, retomando para ello las valiosas experiencias históricas de lucha de nuestro pueblo. Desde la Juventud Fernando Deliens, aprendemos de los roles protagónicos que la juventud ha jugado en cada lucha revolucionaria, hacemos nuestro ese legado, y apostamos a dirigir nuestro aporte a constituirnos como jóvenes revolucionarios, a trazar la línea de continuidad entre aquella generación de los 70´ y la nuestra, preparándonos para las luchas que vendrán. La situación actual Las necesidades y problemáticas de la juventud en Argentina demuestran diariamente en los hechos los cambios profundos que requiere nuestra generación para plantearse una vida digna. En el aspecto laboral la gran mayoría de los jóvenes trabajadores sufren alguna modalidad de precariedad laboral. Esto es, 1.750.000 personas de 18 a 24 años de edad, casi 8 de cada 10 trabajadores jóvenes que trabajan. De esas distintas formas de precarización, las más recurrentes son: el trabajo no registrado que alcanza al el 58,7%, las retribuciones inferiores al salario mínimo que afectan al 54,8% y los contratos en forma precaria o sin contrato que llegan al 63,6% de los jóvenes que trabajan. También los llamados jóvenes “ni-ni” (jóvenes que no estudian ni trabajan) han aumentado en los últimos años: representan el 22,1% del total de jóvenes en Argentina, es decir cerca de un millón de personas. Se trata de jóvenes que nacieron en las décadas de los ´80 y ´90 y por lo tanto han vivido y pasado por diversas crisis económicas de relevancia y con gran impacto en sus hogares. Nacieron y crecieron en hogares en los cuales la rotación laboral, los empleos temporales, la flexibilización y la carencia de beneficios de la protección social, eran lo habitual. Esto es acompañado por el creciente acceso de la juventud a las drogas, que demuestra un claro avance del narcotráfico en nuestro país, con la complicidad estatal y policial como participes directos o como encubridores. A lo antes mencionado debemos sumarle la creciente deserción escolar, en los últimos años se estima que entre el 40 y el 50% de los jóvenes abandona la secundaria. Respecto a los estudiantes universitarios, quienes logran llegar a ese nivel de estudios se encuentran con el profundo deterioro de la calidad educativa a partir de los cambios en los planes de estudio digitados desde los organismos de financiamiento internacional -un caso emblemático de esto es el de las acreditaciones a la CONEAU de muchas carreras-. En los sectores medios de la juventud también golpea fuertemente la imposibilidad de tener una vivienda, los
SEREMOS COMO EL CHE Suplemento especial últimos datos arrojan que una familia joven de ingreso promedio (unos 13.000 pesos) necesita más de 78 salarios totales para comprar una vivienda de dos ambientes. Además es insoslayable una de las problemáticas que viene siendo una constante desde la vuelta a la democracia respecto a la represión policial y a los jóvenes: se estima que cada dos días un pibe muere a manos del gatillo fácil. Estas situaciones configuran la vida cotidiana de la gran mayoría de los jóvenes en Argentina. Si bien podemos rastrear estos problemas en décadas anteriores, hay que observar que durante la década K no sólo se mantuvieron sino que, muchos de ellos, se exacerbaron. Las políticas dirigidas a la juventud en los últimos diez años no han sido más que parches y respuestas superficiales a la realidad de los jóvenes, a pesar del discurso del kirchnerismo aggiornado para este sector. Estos datos muestran que la juventud es uno de los sectores más golpeados por la denominada “precarización de la vida”, que no es más que el resultado de la lógica de acumulación del capital en esta etapa histórica y de las nuevas condiciones laborales impuestas por una relación de fuerzas desfavorable para los trabajadores. El problema es que muchos jóvenes no perciben esto de esta manera, como un problema estructural, sino que lo viven subjetivamente como algo temporal e individual. Se ha naturalizado una “cultura de la precariedad” porque no se conoce otra situación. Este cuadro de situación indica la necesidad de plantear soluciones colectivas a estos problemas de la juventud, mostrando la raíz, la madre de todos estos problemas: el capitalismo. En este sentido hay algunos datos alentadores respecto a la situación de la juventud trabajadora. Analistas indican que en la actualidad estamos atravesando la “segunda oleada de recambio generacional” en lo que respecta al trabajo en el sector privado; según datos informales, hay establecimientos donde entre el 60 y 80 % de los trabajadores son jóvenes. Algunos informes muestran que en el sector privado el 30% de los trabajadores tiene hasta 29 años, el 50% entre 29 y 50, y el 20% restante más de 50 años. Sobre este punto Lucita analiza que: “La diferencia de esta oleada con la primera es que el recambio de los años '80 y primeros '90 convivió con trabajadores que venían de los '70 y por lo tanto tuvieron reflejos de la memoria histórica de aquellos años, en cambio la oleada actual no tiene mayores recuerdos, ni tampoco conoce mucho de la tradición obrera y sindical, pero al mismo tiempo no carga sobre sus espaldas la mochila de la derrota ni la nostalgia por las conquistas perdidas, que pesa sobre las generaciones anteriores.” Esta nueva subjetividad de esta generación creciente de
jóvenes laburantes, se ha visto objetivada en la recuperación de comisiones internas, en distintas luchas contra despidos, contra las malas condiciones de trabajo, las modalidades de empleo y en enfrentamiento con la burocracia sindical. La conflictividad social, teniendo como centro de la escena al trabajo y particularmente a los jóvenes trabajadores, ha ido en aumento en los últimos años. La recuperación de esa memoria histórica, que relacione las luchas actuales y las del pasado por una sociedad socialista, es primordial. Así también, en otros ámbitos de la juventud se han demostrado grados de organización creciente: desde la lucha en los 90´ contra la reforma menemista de la Ley de Educación hasta el estudiantazo del 2010, las ultimas luchas de los secundarios en la Capital Federal, la lucha contra la represión estatal que tuvo sus inicios en los 80´y continua vigente. La rebelión popular del 2001, como escuela de nuestra generación, nos ha abierto el camino a formas de organización democráticos y métodos de acción directa, que hoy constituyen una práctica esencial para esta nueva camada de militantes y activistas. A partir del 2001 la juventud ha comenzado un proceso de politización y organización creciente. El Gobierno pretende borrar nuestra historia, intentando convencernos que todo comenzó en el 2003, inclusive la participación juvenil en la política. En los últimos años, las clases dominantes han empezado a conformar sus “juventudes” de grandes aparatos y cargos, pero también arrastrando a jóvenes que genuinamente buscan un cambio. Más allá de lo discursivo, este proyecto no ha sido efectivo. En los espacios reales de organización de los jóvenes, los que surgen desde abajo, ninguna de las organizaciones del kirchnerismo ha logrado hacer pie. Así lo demuestran por ejemplo los resultados de las elecciones en los centros de estudiantes de la UBA y los secundarios en los últimos años o las nuevas experiencias de sindicalismo combativo y joven, que surgen con independencia del Gobierno y de las conducciones burocráticas. Nuestras tareas, la juventud revolucionaria… De esta realidad partimos como jóvenes para emprender el desafío de aportar a la construcción de una juventud revolucionaria y, desde la JHN Fernando Deliens, constituir una organización juvenil que levante el guevarismo como guía para la acción y se pare en sus basamentos ideológicos con espíritu creador y creativo para enfrentar las tareas actuales y futuras. La acumulación de fuerzas que se viene desarrollando en la juventud, aun con condiciones objetivas adversas, demuestra que debemos seguir profundizando ese camino de más conquistas
específicas: estudiantiles, del trabajo, contra la represión, por vivienda digna, etc. Este es un punto insoslayable para la etapa. En este sentido la apuesta a la construcción de masas, de nuevas formas de interpelación a distintos sectores juveniles, de construir formas organizativas que puedan contener distintos grados de activismo y distintas realidades, es fundamental. Pero es imprescindible que esta tarea tenga un correlato con la construcción de la juventud revolucionaria, enmarcada en un proyecto revolucionario que plantee la necesidad de destrucción del capitalismo y de una estrategia de poder para construir definitivamente una nueva sociedad. Esta es una las tareas centrales de esta juventud formada en el guevarismo: incidir en el movimiento real de los jóvenes para darle una orientación revolucionaria. Esto se vuelve absolutamente necesario en un contexto donde un gran sector de la izquierda se orienta a fortalecer los males menores, yendo detrás del Gobierno o de sectores de la centroizquierda. Por su parte el trotskismo en Argentina hoy se constituye como la alternativa más visible de izquierda para la sociedad y en particular para los jóvenes. Si bien es progresivo que a nivel general exista mayor visibilización de la izquierda, es imprescindible discutir con las lógicas de construcción de estas corrientes, que apuestan a su autoconstrucción en detrimento de espacios unitarios y que se orientan a la institucionalización. En este punto, la formación teórica política constituye para la juventud revolucionaria una tarea de gran prioridad. Hay que construir una cultura política de valoración de la formación, de lectura de los clásicos del marxismo, del análisis profundo de las experiencias históricas, para subsanar años de militancia pragmática que se viene desarrollando. Sólo de esa manera podremos construir una juventud revolucionaria con solidez y firmeza estratégica, que discuta profundamente qué proyecto revolucionario necesitamos y cómo se construye, rompiendo con formas y lógicas actuales de “debate político” o “disputa de tendencias” que muchas veces se da entre los jóvenes militantes, quedándose en un plano superficial, donde las discusiones “se ganan” (no se convence) con una chicana o una cita de autoridad. El perfil militante de esta juventud que queremos construir para la revolución, es una dimensión esencial en estos tiempos. Un perfil que ponga en el centro de la escena al trabajo cotidiano militante con responsabilidad y abnegación, con profunda humildad sabiendo que como decía el Che “cada uno de nosotros, solo, no vale nada”, con entrega y dedicación a los fines colectivos, con valentía para ganar las calles y predisposición a distintas tácticas que fortalezcan los
intereses de clase. En tiemos en donde, en algunas ocasiones, la militancia juvenil se presenta como algo “de momento” y hay una mirada teñida por la inmediatez, de búsqueda rápida de soluciones y resultados, debemos constituir una juventud revolucionaria que se proyecte a futuro. Una juventud que cumple una doble función: incide en la organización de jóvenes de hoy, pero también se prepara para lo que vendrá, proyecta su vida y su militancia en un proyecto revolucionario integral. Una juventud que hoy, se vive como tal pero que también se piensa en términos históricos, como generación. Las tareas no son sencillas, los desafíos enormes y el enemigo se encuentra fortalecido, pero si tenemos la convicción de “sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo” y si esa primera convicción, se convierte en un convencimiento cabal de lo necesario de la transformación de esta sociedad de muerte y explotación, y que para lograrlo se vuelve indispensable una estrategia revolucionaria, entonces los primeros pasos están dados, sólo resta comenzar a preparnos. Por el socialismo. Crear dos, tres, muchos Guevara. SEREMOS COMO EL CHE.
1. A su vez existen otras modalidades de precarización, sobre las cuales no hay datos específicos de cómo afectan a la juventud; éstas pueden darse de manera combinada con las anteriores, pueden ser: tercerización laboral, flexibilización de horarios, malas condiciones de salubridad y seguridad física de los trabajadores, tipo y cantidad de tareas, etc. 2. Fuente: Voto Joven y Empleo: las paradojas de la política oficial. Las promesas de un futuro en un presente de postergación”, Agosto 2013, Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas 3. Centralidad del trabajo. (El regreso de lo que siempre estuvo) – Eduardo Lucita 4. Centralidad del trabajo. (El regreso de lo que siempre estuvo) – Eduardo Lucita
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¿Por qué nos reivindicamos guevaristas? Ante tantas visiones unilaterales que vacían de contenido la figura del Che, que lo estigmatizan y lo dejan sólo como un joven rebelde, un guerrillero, un idealista sin más, nosotros queremos destacar la profunda integralidad del pensamiento de Guevara, la innovación y el aporte que ha realizado al marxismo desde América Latina uno de los máximos referentes de la revolución cubana y el generador de la corriente más radical y desarrollada de la praxis marxistaleninista en el continente. Desde este pensamiento integral que venimos retomando y que encuentra hoy plena vigencia, vemos necesario destacar cuatro aristas fundamentales que desarrollaremos a continuación de manera sintética sobre el pensamiento político del Che.
El Guevarismo y la cuestión del poder… Partimos de considerar al guevarismo como la síntesis de una doble tradición de pensamientos, el marxismo europeo y el latinoamericano, que además se nutre de exponentes no marxistas revolucionarios como José Martí, Deodoro Roca, entre otros. Esta praxis revolucionaria que sintetiza la vida y obra del Che, influyó a numerosas organizaciones de los años 60 y 70, que en Latinoamérica y en el mundo, ampliaron y complejizaron sus aportes. Creemos necesario volver a darnos algunos debates sobre qué es el guevarismo. Como marxista, Guevara, pone el eje y el acento en el poder. Este punto es un tema muy discutido en la actualidad donde otras corrientes de pensamiento lo relativizan, lo sacan del centro de sus políticas. Como clase revolucionaria no podemos ser esquivos ante la histórica tarea de la toma del poder por parte de los trabajadores. En este aspecto Lenin nos decía “Todo es ilusión, menos el poder”, toda la obra intelectual de uno de los revolucionarios más sobresalientes del siglo XX resulta indigerible por las corrientes reformistas, populistas y posmodernas nacidas a mitad de siglo (que alcanzan su apogeo por los años 80 y 90) que intentan vaciar de contenido la práctica revolucionaria. El marxismo es –para nuestra corriente- una filosofía de la praxis que implica una concepción del mundo,
de la vida y de los sujetos, inseparable de una ética y una práctica consciente y consecuente con la teoría. Como teoría de la revolución, encuentra en su seno el problema fundamental del poder. ¿Pero qué es el poder? Gramsci define al poder como relaciones sociales, no como cosas. El poder no es la espada de He-man, el sillón de Rivadavia o la Casa de la Moneda, no se encuentra en los objetos sino en las relaciones sociales de una sociedad dividida en clases. No todas las clases detentan el mismo poder; hoy la clase poseedora dirige la economía, la política y hasta la cultura en nuestra sociedad. En discusión con las tendencias posmodernas, la microfísica del poder no asesta un golpe certero a las clases dominantes ya que entiende que el poder se encuentra en todos lados, por lo que deduce que nadie lo condensa ni lo ejerce en mayor medida. El correlato político de este pensamiento que caló hondo en nuestra generación es evidente, ¿para qué organizarnos?. La desarticulación de los movimientos sociales fue la respuesta inmediata a este avance. Nos preguntamos entonces si una maestra de tercer grado tiene el mismo poder que el empresario y magnate millonario Pérez Companc. Como muestra basta un botón reza el dicho y pone en aprietos a más de un distraído. Incluso este poder (relaciones sociales) se encuentra cristalizado, no fluye, y así se reproduce. Esto significa que adquiere formas que intentan –con éxito- solidificar estas relaciones, eternizarlas. Es el caso de las instituciones del Estado que cumplen su función como garantes del orden para así seguir reproduciendo la situación de explotación y alienación. Frente a esto, la tarea histórica nos exige la unión y organización de estudiantes y trabajadores y nos demanda una estrategia, estrategia que nos permitirá empoderar a nuestra clase 2para llevar a cabo los sueños de futuro y humanidad sin explotados ni oprimidos. Somos antiimperialistas porque somos anticapitalistas… Nos engañaron una y mil veces diciéndonos que
América latina es subdesarrollada y vive en crisis permanente por la falta de capitalismo, por la falta de inversiones, por la falta de capitales. Nos machacaron con que “El Estado somos todos”. Nos volvieron a insistir con que “Todos somos iguales ante la ley”, mientras nos reprimían, mientras nos perseguían, mientras nos silenciaban, mientras nos desaparecían, mientras nos exiliaban, mientras nos torturaban. En esos momentos, cuántos intelectuales de los números, lacayos del poder, parecían tener las ecuaciones del éxito para los pueblos que morían de hambre. Tras el avance imperialista sobre las organizaciones revolucionarias y los bastiones del campo socialista, se abre el camino a una nueva etapa de hegemonía capitalista. Ahora “el capitalismo, en su forma neo-liberal, sigue produciendo los mismos efectos: injusticia social, opresión, desempleo, pobreza, mercantilización de los espíritus. Peor: nunca en el pasado ejerció el gran capital financiero multinacional un poder tan aplastante, tan abrumador, sobre el conjunto del planeta. Nunca, como ahora, consiguió el capitalismo ahogar a todos los sentimientos humanos en las "aguas glaciales del cálculo egoísta”. Este sistema perverso que se nutre de la desesperación, fiel a sus lógicas, jamás logró soluciones para las inmensas mayorías, sus burguesías han demostrado en los últimos ciento cincuenta años no poder encabezar un sólo proceso realmente democrático, argentina no es la excepción sino un país más de
la larga lista de países que son sometidos a las políticas de mercado mundial. Las burguesías locales se muestran una y otra vez reticentes a enfrentarse al imperialismo, no sólo por la dependencia real que existe, sino por el miedo a desatar grandes movimientos populares que superen las tímidas disputas y pongan bajo la lupa las relaciones sociales de producción que las engendra. Desde nuestra perspectiva no hay antiimperialismo consecuente y real sin al mismo tiempo luchar contra las raíces de la explotación capitalista. No hay antiimperialismo radical sin socialismo. El antidogmatismo del Che “Se debe ser Marxista con la misma naturalidad que se es newtoniano en física o pasteuriano en biología…” escribió el Che. ¿Pero qué significa esto? Guevara entiende al marxismo como una guía para la acción, no como un sistema de verdades eternas e inmóviles, como una receta que se aplica de igual manera en cualquier lugar y en cualquier momento. Lejos de creer que el legado del Che se traduce banalmente en un fusil, un par de barbas, muchos árboles y sin importar las condiciones objetivas, creemos en su concepción revolucionaria, crítica y no mecánica del marxismo. En discusión con la filosofía del DIAMAT y las recetas soviéticas que sostenían la espera de las condiciones objetivas, el Che arremetía diciendo: “No es de revolucionarios el sentarse a esperar que pase el cadáver del imperialismo por la puerta de casa… ni que a continuación caiga "naturalmente" el socialismo en nuestras manos como una fruta madura”. Las condiciones subjetivas fuerzan, de alguna manera, las condiciones objetivas y toman mayor relevancia en los países del tercer mundo que 1. Máximo referente de la Reforma Universitaria de 1918 en Argentina, reforma que sirvió de punta de lanza para un profundo cambio en las políticas universitarias de toda América Latina. 2. Michael Lowy; Prólogo, El Sujeto y el Poder 3. El DIAMAT, como llamaban los soviéticos al materialismo dialéctico, es el fundamento filosófico de la URSS stalinista que termina por constituirse en una doctrina, en un sistema que deshistoriza al marxismo. “Coherente y eficaz”, la filosofía soviética de a poco se convierte en un conjunto limitado y finito de proposiciones, en un dogma que responde ante toda realidad, en un manual para el usuario, en una receta. Esta corriente filosófica que guía la práctica stalina después de muerto Lenin, logra superar la dualidad entre sujeto-objeto pero lo hace subordinando la primera a la segunda, el hombre se convierte así en el fiel reflejo del mundo objetivo y deja de ser considerado como un sujeto capaz de torcer “el curso natural de la historia”, la política también asumirá los costos quedando reducida al desarrollo económico y sus etapas. Kautsky sentenciará esto diciendo “No somos nosotros los que dirigimos la evolución histórica. La historia depende de factores mucho más poderosos que el partido y sus deseos”. Entendiendo lo que esto implica poco queda por hacer más que seguir los pasos inmutables de la propia naturaleza de la historia… Y quizás, hasta convenga esperar sentados…
El humanismo marxista del Che Es de importancia que destaquemos que el marxismo que vertebra la corriente de pensamiento Guevarista no excluye al humanismo, sino que lo incorpora a su visión del mundo de una manera medular. Fidel Castro, otro exponente del humanismo marxista latinoamericano, en un discurso en 1961 afirmaba esta posición con el siguiente argumento: “¿Quién ha dicho que el marxismo es la renuncia de los sentimientos humanos? Si precisamente… fue el amor al hombre, a la humanidad, el deseo de combatir la desdicha del proletariado, el deseo de combatir la miseria, la injusticia, el calvario y toda la explotación sufrida por el proletariado, lo que hizo que de la mente de Marx surja el marxismo… ¿Qué lo hizo ser ese intérprete sino el caudal de sentimientos humanos…?”. Pero cuidado aquí, este humanismo es cabalmente distinto al humanismo pacifista burgués, es un humanismo clasista que encuentra en su seno tanto el amor a la causa proletaria como el odio a ese enemigo brutal, el imperialismo. El comunismo se plantea en estos términos como una meta, que a diferencia de todas las revoluciones anteriores, se alcanzará de manera consciente. El hombre se encuentra en el centro de la escena, como
protagonista y artífice de su historia y no como el mero observador de las inmutables leyes naturales. En este villar filosófico entre naturaleza y hombre, los seres humanos son concebidos como un producto de las circunstancias, pero de circunstancias que también son modificables por esos mismos hombres y mujeres. Aquí se evidencia el papel central que juega la consciencia antes, durante y después de la toma del poder y que el Che sostenía diciendo “un socialismo económico, sin la moral comunista no me interesa”. No basta con cambiar sólo el mundo hay que transformar a los hombres, crear hombres portadores de futuro, hay que superar la escisión burguesa que separa lo privado de lo público, el interés particular del interés general, el individuo y la comunidad; hay que crear el Hombre Nuevo, concepto que -según dicen- Guevara habría tomado de Aníbal Ponce. Este eje recorre como un hilo todo el pensamiento político del Che. “El humanismo marxista del Che –al igual que el de Fidel- es, pues, ante todo, un humanismo revolucionario que se expresa en su concepción del papel de los hombres en la revolución…”. Retomar estas cuatro aristas hasta aquí mencionadas del ideal político de Guevara implica que reflexionemos acerca de nuestra práctica a la vez que nos provee de herramientas y elementos para pensar y hacer, para intervenir en la realidad y modificarla. Recuperar la integralidad del pensamiento del Che significa no caer en dogmatismos ni recetas, sino seguir construyendo una guía para la acción nutrida de las experiencias de lucha de los pueblos en la historia, teniendo siempre presente el proyecto político a largo plazo, proyecto de emancipación anticapitalista y por el socialismo!
4. Es preciso en este párrafo hacer un esfuerzo por comprender el debate sostenido por las distintas corrientes marxistas. Desde Hombre Nuevo no desestimamos el papel del desarrollo de las fuerzas productivas en los procesos revolucionarios. Las condiciones objetivas son de gran importancia y condicionan fuertemente estos procesos, no obstante, no los determinan. Lejos de caer en voluntarismos, es necesario destacar el rol histórico de hombres y mujeres en las luchas por la liberación de los pueblos en todo el globo, como así también en los países con un gran atraso tecnológico como Cuba y Vietnam que, no sin menos dificultades, avanzaron hacia el socialismo y son hoy ejemplo de lucha para toda nuestra generación. José Carlos Mariátegui; 7 ensayos de interpretación sobre la realidad peruana. Pensador argentino, uno de los pioneros del marxismo en América latina. Su obra más conocida Humanismo burgués, humanismo proletario. Michael Lowy, El pensamiento del Che Guevara.
“todos nos hablan de vez en vez”
son el eslabón más débil de la cadena imperialista. El rol del hombre es activo y consciente, no es el simple reflejo de las relaciones de producción. Como nos enseña la historia de Cuba y Vietnam, entre otros países del llamado tercer mundo, es posible y necesario llevar a cabo revoluciones socialistas sin un mayor desarrollo de las fuerzas productivas, contra todos los pronósticos sostenidos por los argumentos teóricos de los manuales soviéticos. El hombre es concebido por esta corriente como sujeto revolucionario, como artífice de su historia. Guevara nos aporta una visión global con un detalle exhaustivo del lugar que ocupa América Latina en el mundo capitalista. En su análisis concluye que las burguesías autóctonas no han podido ni pueden desarrollar las fuerzas productivas, han perdido toda capacidad de oposición al imperialismo -si alguna vez la tuvieron- y forman sólo su furgón de cola. Estas cuestiones no han cambiado a la fecha, tampoco lo harán por sí solas, es nuestra tarea dimensionar la necesidad de emprender una estrategia que nutrida de las históricas luchas de nuestra clase no sea “ni calco ni copia, sino creación heroica” de los pueblos en lucha por su emancipación. En palabras del Che: “No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución”.
Todos nos hablan de vez en vez. Si. Y todo eso que nos han dicho, que se ha dicho mucho, muchas veces, es para nosotros un desafío: aportar a la construcción y desarrollo de un proyecto revolucionario para nuestro país. Es ponerse una piel de historia que no es solo de uno y es bien de uno a la vez. Es entender que nos han ignorado, nos han perseguido, nos han reprimido. ¿Cuantas serán las veces que nos echaron de las plazas a los tiros en todos estos años? Del 69' a esta parte… Han querido robarnos nuestra identidad nuestros héroes nuestra historia. Nos desaparecieron, bueno, no. Nos asesinaron, sistemáticamente de forma planificada. Nos desterraron, quisieron para nosotros el olvido y el silencio. Poder hablar de nosotros implica decir humildemente: “que acá estamos” que seguimos insistimos ¿Quién? si no, nosotros estamos acá para afirmar: aun no hemos encontrado la solución: pero la encontraremos Le pondremos gatillo a la luna y saldremos a conquistar la noche. Estaremos dispuestos, Cuando haya que lanzar la pólvora Cuando haya que lanzar el libro Cuando haya que cuidar a la rosa más pura nacida de la unión de la pólvora y el libro Nos volveremos inexpugnables a todo desaliento A cada experiencia frustrada, recomenzaremos. Jamás nos asaltará la idea de que la solución no existe. En la unidad, Llegara. He ahí nuestra fuerza Ahí estaremos, empujando… Para conquistar la justicia Bajo un ejército de sol, de los hombres y mujeres dignos que al yugo no se someten, y la claridad los sigue, y los quebrachos los refieren. y en cada boca de juventud, estas palabras, mordiéndolas, en lo mejor de sus dientes, hacerse cargo del hambre, de pan y de justicia. de ese amor a la humanidad viviente transformado en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo
¿Quienes?, sino nosotros, el fruto de este mundo de horrores para cambiar el signo del mundo que viene. Decididos a superar las anomalías, los vicios que arrastramos, Empujar a nuestros hermanos, a esos cuerpos que nacen ya vencidos, que son viejos cuando vienen. Decididos a encarnar la iniciativa, la esperanza. Quienes si no nosotros, Para entender Que de verdad hay que tomarse muy enserio esto de jugar a ser duros como el quebracho pero moldeables como la arcilla. Iremos a cumplir los años al fuego que lo requiera. Y cada uno de nosotros tratará que de él o ella queden una memoria de sol y un sonido de valiente De Kosteki, Santillán, de Ferreira, Almirón, o de Fernando Deliens. Porque no se puede ser libre enteramente ni estrictamente digno Ahora cuando el chacal está a la puerta esperando que nuestra carne caiga. Nos han enseñado a defender la luz que canta conmovida de los pueblos transparentes. Nos han traído una esperanza que no basta con soñar y por esa esperanza conocemos a nuestros hermanos, y resolvemos luchar hasta la victoria. Porque a la juventud, le queda inspiración suficiente para incendiar el sol, si se apagara; ¡Porque hay que quemar el cielo si es preciso! Por los hombre y mujeres oprimidos del mundo Por el legado de Santucho y el Che, por los pueblos asesinados que labraron con su trabajo el suelo de nuestra América por los compañeros desaparecidos por los caídos en combate, por que nos quedan mil batallas, su sangre corre en nuestra sangre, su sueño vive en nuestro sueño y su alegría está en nuestra sonrisa que la muerte, en la lucha no es la muerte, De la tierra vinieron y a la tierra volvieron y la tierra los devuelve. Son la Historia, que sigue. Son la Revolución, que nunca muere. Ardera la memoria hasta que todo sea como lo soñamos. Juventud de Hombre Nuevo Fernando Deliens
“HAY QUE RECUPERAR EL ESPÍRITU REVOLUCIONARIO, EL ODIO AL SISTEMA CAPITALISTA” Desde sus múltiples elaboraciones teóricas, Michel Löwy, filósofo y sociólogo marxista brasileño, ha logrado vincular los desafíos actuales con los aportes de los grandes revolucionarios latinoamericanos. Destaca la profundidad de análisis del marxismo latinoamericano de Mariátegui, la coherencia rigurosa entre teoría y práctica que distancia el mito del Che y recupera al militante revolucionario que ha llevado sus ideas a la acción. Ideas que no pueden ser “recuperadas” para transformarse en artículos inofensivos, sino para hacer de ellas práctica revolucionaria. En esta oportunidad nos comparte sus reflexiones sobre las tareas de la juventud en la actualidad…
-Entrevista a Michel Löwy-
gobiernos anti-imperialistas en algunos países y el desarrollo de luchas anti-sistémicas importantes, como el Zapatismo en Chiapas, las movilizaciones de la Vía Campesina, la Comuna de Oaxaca, las jornadas de junio 2013 en Brasil, etc. De las experiencias del pasado hay que recuperar el espíritu revolucionario, el odio al sistema capitalista, la lucha por
Tierra. La mayor virtud de le nueva generación de jóvenes militantes es la INDIGNACIÓN, que ha estado presente en las movilizaciones de jóvenes en Madrid, Atenas, La plaza Tahrir en El Cairo, Sao Paulo o el Occupy Wall Street en Nueva York, entre otros ejemplos. Sin indignación, sin la digna rabia -hacia la injusticia
el socialismo: "o revolución socialista o caricatura de revolución" escribía el Che. Otro aspecto importante de los luchadores del pasado, que es fundamental para la nueva generación es el internacionalismo. Como decía el Che, un joven revolucionario es aquel que siente una agresión contra cualquier ser humano en el planeta como una agresión personal.
social, la opresión, el desastre ambiental, el desempleo, la dictadura del capital financiero- nada de importante se puede hacer. La principal debilidad es que esta indignación no ha logrado aún tener una expresión política adecuada...
¿Cuáles cree que son los aportes fundamentales del pensamiento del Che que la juventud debe apropiarse? Antes de todo, el intransigente compromiso con la lucha revolucionaria por la emancipación de los oprimidos y explotados de todo el mundo. La oposición, sin concesiones ni tergiversaciones, al imperialismo y al sistema capitalista. Además, la búsqueda de un nuevo modelo de construcción del socialismo, distinto de la caricatura burocrática que se derrumbó a partir del 1989. Un nuevo comunismo, con profundas raíces democráticas, y rechazando los métodos del mercado, que cuestione el fetichismo de la mercancía. Luego de la derrota histórica que hemos sufrido como clase a partir de los 70, y de las cruentas dictaduras de Latinoamérica ¿Que tareas cree que tiene esta generación militante? ¿Cuáles son las reflexiones, sobre ese pasado, de las que debería nutrirse para enriquecer su práctica? Después de años de derrotas, ha cambiado la coyuntura en América Latina. Vemos la aparición de
¿Cómo ve, a nivel global, la situación de la juventud en la actualidad? ¿Qué ejes debería abordar la izquierda para ser una alternativa de organización para los jóvenes? ¿Qué virtudes y debilidades ve en esta generación joven de militantes? La izquierda global debe adoptar lo mejor de la herencia revolucionaria del pasado, desde José Carlos Mariátegui hasta el Che, pero también la apertura a cuestiones nuevas, cada vez más decisivas en la lucha anti- capitalista, como la crisis ecológica, el cambio climático, la masacre de nuestra Madre
Michael Löwy Hoy como ayer los jóvenes debemos nutrirnos de la experiencia que la historia de nuestra clase, historia de hombres y mujeres, ha marcado a fuego. Hoy como ayer, los jóvenes debemos valernos de la moral revolucionaria del Che, de su intachable conducta y profunda sensibilidad humana. Hoy como ayer, a la digna rabia e indignación, debemos aparejarle consecuentemente la lucha radical contra este sistema y la construcción de una sociedad nueva, una sociedad socialista.