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Javier Mina
Por: Dr. Ricardo Damián García Santillán
u nombre debería ser célebre en México y España, sin embargo, en ambos países tiene un papel secundario. Fue un hombre de ideas firmes que luchó por las libertades en ambos continentes. Fusilado como traidor, en su mente siempre estuvo la idea de ayudar a la Madre Patria, primero liberándola del reinado invasor de José Bonaparte, el famoso Pepe Botella, y luego del reinado absolutista de Fernando VII. Conozcamos la historia de un español que desde la Nueva España enfrentó a su país.
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A partir de aquí historia pura… Francisco Xavier Mina nació en Pamplona, España. Participó en 2 conflictos bélicos de gran envergadura; la guerra de independencia de España ante la ocupación francesa y la Independencia de México, dentro del bando Insurgente.
En 1807, Mina ingresó a la Universidad de Zaragoza para estudiar
jurisprudencia, sin embargo, en 1808, abandonó los estudios para sumarse a la lucha de guerrillas. Formó el cuerpo “Corso Terrestre de Navarra”, donde ganó prestigio como estratega por sus hazañas en el campo de batalla.
Participó en diferentes encomiendas hasta 1809 cuando fue aprehendido y desterrado en Inglaterra, a donde llegó el 15 de abril de 1815. En Liverpool fue apoyado económicamente por las logias masónicas que tenían amplio interés en los movimientos de independencia de la América española, tal como los tuvieron en la caída del Absolutismo Español.
Mina, había tenido acción en las Guerras Napoleónicas y en ese momento se dedicaba a atacar al régimen de Fernando VII y a impulsar la lucha independentista de la Nueva España.
Tras la reunión de Mina con Fray Servando, el español decidió viajar a territorio americano y unirse a la lucha independentista, para entonces ya era conocido que el Padre Morelos encabezaba las acciones por la independencia, que había establecido un Congreso y promulgado una nueva Constitución para regir el nuevo proyecto de nación.
El 15 de mayo de 1816, Xavier Mina salió del puerto de Liverpool, acompañado de Fray Servando y 22 oficiales españoles, italianos e ingleses, rumbo a los Estados Unidos, con el fin de organizar un grupo armado e internase en el país; Mina también se entrevistó con Simón Bolívar, a quien trató de convencer de que se incorporara a la lucha contra Fernando VII en Nueva España.
Poco después llegó al puerto de Soto la Marina (tomó la población del mismo nombre, sin que esta opusiera resistencia, designó autoridades, fortificó la plaza y la dejó al mando de su lugarteniente, el Mayor José Sardá.
Mina se unió con sus fuerzas a los insurgentes dirigidos por Pedro Moreno en la zona del Bajío, intentó tomar la ciudad de León, pero fracasó.
En lo que hoy es Michoacán lanzó su última proclama en la que señalo: “Valientes españoles dejemos la apatía y unamos los brazos y espíritus con los americanos”.
Mina y sus tropas atacaron Guanajuato, ahí fueron atacados y hechos prisioneros. El 11 de noviembre de 1817, Mina fue conducido al Cerro del Bellaco también conocido como Cerro del Borrego, con apenas 28 años de edad, fue fusilado por la espalda, como se acostumbraba a hacer con los traidores, antes de morir pidió a los soldados apuntaran bien y no le causaran sufrimientos innecesarios.
En 1823, el Congreso Mexicano lo declaró “Héroe en grado heroico”. Sus restos junto con los de Hidalgo, Morelos, Allende, Matamoros y el mismo Moreno, entre otros. Fueron enterrados solemnemente frente al altar mayor de la Catedral de México. Actualmente reposan en la columna del Ángel de la Independencia.