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Qué relación tiene Santa Anna con los chicles Adams?
Por. Dr. Ricardo Damián García Santillán
Si mencionamos el nombre de Antonio López de Santa Anna quizá lo primero que les venga a la mente sea la perdida de la mitad del territorio del país en el siglo XIX.
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Pero otra de sus acciones importantes, aunque menos conocidas fue su inspiración para la creación de la famosa marca Chiclets Adams.
A partir de aquí historia pura... Santa Anna llegó exiliado a Nueva York en el año de 1860.
Ahí conoció a Thomas Adams con quién hizo amistad y lo convirtió en su secretario.
Durante la estancia del expresidente mexicano en Nueva York el estadounidense observaba con curiosidad que Santa Anna mascaba una resina para calmar su angustia y tristeza.
Adams era inventor, o al menos eso pretendía, pues ninguno de sus inventos había tenido éxito.
En aquel momento Adams y su hijo querían fabricar neumáticos a bajo costo. Fue entonces que Santa Anna le recomendó que utilizara el chicle como sustituto de caucho.
En este tiempo, la goma de mascar no era muy conocida fuera del territorio mexicano, por lo que se tuvo que mandar pedir una tonelada de chicle a México.
Por mucho tiempo, Adams y su hijo intentaron producir neumáticos con la goma, pero nunca lo consiguieron, y dándose por vencidos solo les quedaron kilos de chicle almacenados en su hogar.
Un día, mientras Adams estaba en una farmacia, escuchó a una niña comprar parafina para mascar, pero está sustancia que se usa para fabricar velas es insípida e insabora. Entonces, el norteamericano recordó que Santa Anna masticaba todo el tiempo la goma extraída del Sapota Zapotilla, árbol endémico de México, y de hecho gran parte de la población del país solía hacerlo.
Entonces, Thomas Adams pensó que era una mejor idea mascar chicle que parafina. Regresó a casa, le contó la idea a su hijo y juntos decidieron diseñar un proceso para fabricar y comercializar el chicle. Así primero moldeo la goma con agua caliente, luego la mezcló para que fuera más suave, añadió sabores de regaliz y finalmente dividió la masa en pequeños cuadritos que envolvió en papeles de colores. Estos cuadritos los llevó a la farmacia donde había visto a la niña y los vendió a 1 dólar, en total se comercializaron más de 200 unidades que venían con el logo de Adams New York Gum.
A partir de ahí el negocio se popularizó, y fue así como creó la empresa Chiclets, una marca que hasta la fecha produce goma de mascar.
Si bien Thomas Adams fue quien patento el chicle como lo conocemos hoy, sin Antonio López de Santa Anna este invento nunca hubiera visto la luz.