Avanzando en un papel; Sueños compartidos; Expresión en tinta

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Hola, 2


¿cómo estás? 3


Vení, pasá. Te estábamos esperando

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Sentate,

​ponete cómodo/a…

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¿Cómo te llamás?

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¿QUERÉS UN MATE?

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Expresión artística, a​ sí se llama el taller.

Leemos a distintos autores: los clásicos de siempre, los contemporáneos y también cantantes de rap. Escribimos… Y a veces actuamos.

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¿Qué escribimos?

Uh. Un montón de relatos…

Poesía y cuentos.

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¿TE GUSTARÍA LEERNOS?

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PRÓLOGO

En este mundo acelerado, donde los autos juegan carreras en cada semáforo, donde nos chocamos entre sí con el paso firme, los auriculares puestos y la mirada focalizada en el celular, en este mundo, hay algo que nos marca una pausa. Ese “algo” puede ser llamado taller, clase, incluso quizás habrá quienes le llamen reunión. Sin embargo, para nosotros, todas esas palabras nos quedan cortas. Y es por eso que escribimos esto para invitarte a vos que estás leyendo estas líneas, a aventurarte junto a nosotros en este viaje de descubrir qué es eso que sucede en el Instituto Carlos Ibarra todos los viernes a la mañana. Llegamos, aproximadamente, a las nueve. Desabrochamos el cinturón que sostiene al termo, que ya se encuentra con el agua lista para la primera ronda de mate. Abrimos la puerta y entramos al Ibarra, saludamos, palabra que va, palabra que viene. Algunas caras conocidas se empiezan a asomar. - Los esperamos arriba! Subimos las escaleras; pasillo, primera puerta a la derecha. Un aula, podríamos decir que es muy parecida a un salón de una escuela cualquiera, y los bancos y el pizarrón verde pierden importancia. Los ​chicos empiezan a llegar y la ronda se vuelve protagonista del espacio. Todos sabemos que hasta que no lleguen todos no se empieza. Cada silla está contada, cada persona ocupa un lugar fundamental y es por eso que cuando todos los asientos están ocupados, se desata la pregunta inicial: ¿Cómo estuvo su semana?.- preguntamos, y la ronda de mate arranca a girar. 11


Es en ese instante cuando un terreno nuevo se abre. Y comienzan a relatar las anécdotas de la semana, las buenas y las malas. Y surgen preguntas y cuestionamientos que, algunas veces nos llevan a un debate. Hasta que en un momento el mate se empieza a lavar y eso nos da la señal para empezar. Un silencio recorre el espacio y un cuento, un poema, un fragmento extraído de una novela o una canción se desnuda ante nosotros. Escuchamos atentos. A veces nos lanzamos miradas cómplices, algunas veces nos reímos, y otras nos identificamos tanto con lo que estamos leyendo que no podemos ni desviar la mirada, mientras se abre en nuestra mente un nuevo mundo que intenta representar aquello que estamos escuchando. Llega el momento de escribir y es cuando ese terreno se transforma en un nuevo universo; primero individual, que cada uno crea consigo mismo y comienza a expresar en su hoja. Este universo, de a poquito se va transformando en un universo poético, donde está permitido olvidar, y dónde también se puede recordar, darle nombre a las emociones y expresar lo que sentimos con nuestra arma más valiosa: Las palabras. Abrir un universo poético es hacer una pausa en el tiempo, es permitirse reír y darse cuenta que las lágrimas también están permitidas, y no solo eso sino que también sanan. Abrir un universo poético es generar conexiones, es crear promesas y cumplirlas. Es permitir mirarse desde otro lugar y así verse escritor o pensarse artista, y admirar la producción, propia y la de los demás. Porque sí, abrir un universo poético traspasa lo individual y nos integra bajo un ala común, nos permite mostrarnos sin el temor a ser juzgados y animarnos a la crítica, porque la devolución nos permite crecer si es constructiva. Abrir un universo poético podría asemejarse a preparar el mate: Cada persona lo prepara de forma ​distinta, elige qué mate, qué yerba y qué bombilla usar, hay quienes lo prefieren amargo y hay 12


quienes lo prefieren dulce, pero una vez que se comienza, no se puede dejar de cebar. Al abrir un universo poético, cada uno decide cómo hacerlo, elige qué palabras usar y cómo representar la realidad. Sin embargo, hay algo que todas las personas que lo hacemos tenemos en común: Abrir un universo poético implica valor y mucha convicción porque una vez que se abre, ya no se puede volver atrás. Alejandro D’Orto y Agustina Chirino, Coordinadores del taller de de ​E​xpresión ​A​rtística..

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AUTORES

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Alexis David.F Leonel.S Jose.G Brian.L Daniel.S Alan.F Carlos.A Marcos. A Eduardo. A Gabriel. A Hugo. L Adrián. A Joan. C Juan Pablo. M Pablo Gabriel. M Ricardo. G Patricio. P

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MOMENTOS

Un viernes llegamos y el grupo tenía una noticia triste para darnos: Habían trasladado a David a otro instituto y ya no iba a poder participar más en el taller. Conseguimos permiso para ir a visitarlo y, cuando lo fuimos a ver no sólo se puso muy contento sino que nos pidió una hoja y una lapicera para escribir. ¿Qué escribió? Una carta para sus amigos del Ibarra.

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ALEXIS DAVID F.

Me llamo Alexis David. Soy de Florencio Varela, tengo 18 años y tengo una hija hermosa y una familia encantadora. A mi me gusta leer y escribir, tomando unos ricos mates con mis compañeros. Si me preguntaran a mí qué es la felicidad, les diría que es mi hija, mi familia y mi compañera en la vida, mi novia. Dedicatoria​: A mi hija, mi mamá, mis hermanos y hermanas, a Braian, al Pupa, al Gonzalo, al José. G y al Alexis, Puchi, el Pela, los chinos, los profes Ale y Agus, Eze, Patricio y, principalmente, a todos los pibes que están privados de su libertad.

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Milagro Había una vez a dos cuadras de mi casa una señora que tenía un sapo. Si le daba un beso una mujer rica (llena de oro) el sapo se convertiría en una persona. La hermana de esta señora era de mucha plata, y le dio un beso al sapo. Pero no se convirtió en una persona. A ella, la más rica (llena de oro) le faltaba algo. A ella le faltaba algo importante. A ella lo que le faltaba era ​creer que eso podía pasar. Ella no creyó lo suficiente, por eso no ocurrió el milagro.

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El amor de un padre Melody cada vez que te veo, Mi corazón explota. Cuando duermo aparecés en mis sueños. Siempre al despertar me levanto, Feliz sólo de recordar tu sonrisa. Me acuesto y veo por mi ventana, Y tu cara se refleja en las estrellas. Te amo cielito de papá.

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Chivico Había una vez un pueblo muy alejado de este mundo llamado Teriteros. Ahí vivían muchos habitantes. Pero en especial vivía Chivico. Era muy feo y no le gustaba bañarse. Un día llegó a su casa muy contento, pero todo sucio y su mamá lo mandó a bañar y con voz ronca le dijo: ​¡Chivico! ¡andá a bañarte! Y él respondió: ​Ahí voy mamiii​, y se fue caminando… En ese pueblo todos se bañaban en un río. Pero el río estaba rodeado de diamantes, y cada vez que Chivico venía de bañarse brillaba más que el oro y no se duchaba por meses. No se duchaba y la mamá se puso a pensar y se preguntó: -¿Por qué mi hijo cada vez que se va a duchar vuelve brillante como el oro?​ (y se fue a investigar) Y cuando llegó ahí, vio el río que brillaba, brillaba y brillaba. Ella no quería diamantes, quería que su hijo se bañe. Entonces llamó a una bruja para que convierta el río de diamantes en agua. La bruja hizo una pócima poderosa y la tiró en el río. Y todo el río quedó vacío. Y la mujer le dijo a la bruja: -¡​Pero yo quería que hubiera agua! El río quedó vacío. Se la escuchó murmurar a la mujer: ​Y ahora ¿Dónde se va a bañar mi hijo? Entonces llamó a la bruja y le dijo: ​Ahora hacé otra pócima para que haya agua.​ La bruja contestó: ​Bueno​. La bruja puso en un tacho patas de vaca, orejas de humano, manos de mono e hizo una pócima y a lo largo de los días volvió toda el agua y entonces la mamá le dijo: ​Chivico, ¡andá a bañarte! -​Bueno​, le dijo Chivico… Y tardaba, tardaba y tardaba, y la mamá lo fue a buscar y descubrió lo peor. Chivico se había ahogado. Se suicidó con una nota que decía: ​Te dije que no me gustaba ducharme. 19


Cuando empieza a llover

Cuando empieza a llover y cae la lluvia sh, sh, sh, ese ruido que es igual que querer callar a una persona sh, sh, sh, qué lindo ruido, fuerte ruido. Que si lo escuchás y te quedás pensando, te acordás de muchas cosas que algún día te pasaron y relajás tu mente…

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El séptimo escalón

Una ​mujer vestida de verde no vió al que subió la escalera pero sí escuchó su llanto. Miró para atrás y se encontró con una nube negra que rodeaba todo el lugar. Suspiró y dijo: -¿Por qué estás así? -siguió caminando y lo único que la acompañaba eran pasos pero no la vió venir así que siguió su rumbo hasta encontrarse con casi el final y murmuró -¡Cuánto falta! -pero esa oscura situación no terminaba más. Bajó el séptimo escalón y se cruzó a Michau y se tropezó. Pero no miró para atrás y siguió su camino. Ya quiero llegar, se escuchó. Ese ambiente seguía todo oscuro así que se apresuró. Pero cada vez se le hacía más largo el camino y ya llegando al octavo escalón empezaron a caer esas gotas, y cada vez era más complicado llegar al final. ¡Trinch! ¡Trinch! ¡Trinch!, ​se escuchó. -Hola -respondió. -Hola -se escuchó decir -, ¿Cuánto te falta? -Ya llego. ¡Si vos supieras lo que es subir desde el primero hasta el décimo! -¿Segura que es solo eso? Toda empapada y sin saludarlo llegó y se escuchó decir: -¡Te pedí que no me mintieras! 21


El término Uffff ¡Qué cansado que estoy! ¡Cómo trabajé hoy! No veo la hora de estar en casa. -Hola bebé, ya llegué. -Hola papi, ¿cómo te fue? -Bien hijo. Mucho trabajo, ¡Estoy cansado! ¿Y mamá, bebé? -Seguro fue al supermercado. -Ah, cómo llegué y vos estabas solo... ¿Cuánto hace que se fue? -¡Ay papá! se fue el día que yo nací, ¿No te acordás? -Pasa hijo que yo la estaba esperando para tomar unos mates. -Ya va a volver, pa. -Y si la voy a buscar, ¿Qué decís? -Bueno dale. -Portate bien ya vuelvo. -Dale. -Estoy muy cansado. Igual la voy a ir a buscar. … -Hola Ramón, ¿Cómo andás? -Bien. ¿Y usted Jorge Luis? -Bien, yo bien. -¿Se puede saber a dónde va? -Ah, sí, voy al cementerio. Mi mujer fue a comprar. -¡Ah! ¡Ah! Bueno, suerte… -¿Y mi amor? ¿Terminaste las compras? -No Ramón volvé a casa. Esto nunca se va a terminar.

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Hambre

Cerca de mi casa, en la parte del campo, se encontraba una choza muy vieja con muchos árboles. Ahí había un niño. Todos se preguntaban, ​¿cómo se llama? ¿quién es? La madre del niño le llevaba comida todos los días. Ella contaba que su hijo era mitad humano y mitad rata. Tenía los pies de una persona normal. Pero de la cintura para arriba tenía la forma de una rata. Él no quería andar por el pueblo porque pensaba que la gente se iba a burlar de él o iba a salir corriendo. Lo único que quería era comer. Comer, comer. La mamá no siempre podía comprarle comida. Un día decidió salir de su casa. Fue al pueblo y enfrentó su miedo. La gente que lo vio no tenía miedo. ​Lo aceptó como era. Todos le daban comida y vivió feliz. Lo querían y lo llamaban “el niño rata que siempre tenía hambre”.

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La esperanza

Había una vez una señora rubia llamada Claudia. Ella vivía en Venezuela pero era originaria de Italia. Toda su familia era de Italia. Claudia coleccionaba cosas antiguas. Buscaba reliquias que para otros quedaron en la historia. Pero a Claudia siempre todo le costaba mucho más que a los demás, porque no tenía dinero. Lo que más anhelaba era encontrar oro. Y con ese oro hacerse muy rica. Un día se decidió y viajó a su país natal, a Italia. Ya en el país le dijeron que en las montañas más alejadas se encontraba un tesoro. Justamente en esas montañas se escondía la famosa “Vaca rubia”. Este tesoro era una vaca de oro macizo. Pesaba cuatro mil toneladas. Petrificada en oro puro. Ella se cansó de buscarla sin remedio. Estaba cansada pero no se dio por vencida y siguió buscando. Pasaban los días y las noches hasta que un día en medio de un cerro entre los árboles la vio. Era brillante. Era de oro. Ya no iba a faltarle el dinero. A partir de entonces fue la mujer más rica de Italia. Reconocida por la vaca rubia.

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Panza llena, corazón contento

¡Uy! Estoy acá en este bosque re pálido, no aparece nada para comer, ¡cómo desearía que aparezca algo! Bueno me voy a ir para el otro lado, capaz que al otro lado del bosque encuentro algo. ¡La pucha! ¡La pucha! ¡Uy! ¡Uy! ¡Mirá! Qué lindo, se me regaló la cena. Voy a esperarlo acá atrás del árbol y cuando llegue me lo como. ¡Ay, te regalaste eh! ¿No te la esperabas, no? (Se escucha el ruido de que alguien mastica) y una voz ronca: -¡Qué rico, qué rico, qué rico el loro! ¡Rico loro, rica papa! -dijo el tigre. Cheto el día, bueno, me vuelvo para casa nomás, estoy re lleno, ¡qué rico loro! Mañana espero que se regale otro, P ​ anza llena, corazón contento.

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Una ilusión Yo me acuerdo de las fiestas y los años nuevos, que lindos momentos. Ahora esa felicidad no la siento. Yo recuerdo los ruidos de los cohetes, los vecinos verlos levantar su copa y brindar. Y mis fiestas yo las paso re mal, muy triste, porque el ángel de mis fiestas se ha ido y nunca jamás volverá, pero sigo creyendo en las navidades, porque nada está perdido y te sigo esperando. Te extraño papá. 26


Una ilusión hecha realidad

Acá en el taller con el profe estamos tomando unos mates con risas y llantos. Recordando ese compañero del taller, ese amigo, que siempre sacaba una sonrisa a la vida, y ayer pudo estar de nuevo con su familia. ¡Qué bueno! ¡se lo va a extrañar! Pero yo sé que algún día lo voy a volver a ver y recordar estos tiempos en el taller con el profe. También quiero que sepan las personas que no lo vivieron, que siempre necesitamos a alguien o algo que nos ayude o nos dé una esperanza. Como hoy acá, con el profe, ​nos da un libro y esperanza..​. tengo la esperanza y la ilusión que algún día te voy a ver de vuelta hermano, con cariño para un amigo, para vos Juan Pablo M. no te olvides que e​ n la vida nos defendemos con palabras, no con fierros y puños. Gracias profe por mostrarnos eso.

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MOMENTOS

Ese día que terminamos todos emocionados. Cinco pibes llorando. El profe también. Lo que sucedió es que descubrimos tres palabras nuevas: Nostalgia, Alba e Ilusión. Y como las palabras a veces hacen milagros, “Nostalgia” nos regaló un momento muy emotivo. .

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LEONEL S.

Hola, ¿Cómo estás? Mi nombre es Leonel, tengo 17 años y soy de Tablada, La Matanza. Te quiero contar que me gusta jugar al fútbol con amigos, estar con mi familia y salir a comer a algunos lugares y compartir ese momento con mis amigos. Me gusta hacer amigos y mis amigos me dicen que soy copado y le pongo onda a lo que hago, o cuando jodo con ellos. Esto va dedicado a mis abuelos, mi mamá ,mis hermanos/as, a Diego, mi papá, y a todos los que estuvieron conmigo en este momento.

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El amor perdido

capítulo 1

Había una vez una pareja que vivía en una isla en el medio del mar, no tenían ningún medio de comunicación con la ciudad y tampoco con la familia de ellos. Al tiempo se armaron una balsa para ir a la ciudad a visitar. Hace mucho tiempo que no veían tanta gente junta y al llegar no sabían cómo saludar o hablar con la gente, hasta que empezaron a ir seguido a la ciudad y agarraron confianza. En uno de esos viajes, se compraron una re mecha para ir a visitar a su familia que, al principio, no los reconocieron al verlos. Después de un tiempo empezaron a hablar más y la pareja les contó que cuando ellos se casaron se fueron de luna de miel en un crucero y el crucero se hundió en el mar y ellos dos se salvaron. Al ir nadando se encontraron una isla en la cual se quedaron a vivir hasta que se les ocurrió armar la balsa y empezar a recuperar la vida de ellos dos, y reencontrarse con sus familia que hace mucho tiempo no los veían y no sabían nada de ellos.

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capítulo 2 Ellos estaban cada vez más felices al estar de nuevo con su familia. Desde el momento en que los vieron por primera vez se abrazaron y se pusieron a llorar. Juntos hicieron algo para comer y recuperar ese tiempo que estuvieron separados, pero al pasar el tiempo ellos se dieron cuenta que su familia ya los había dado por perdidos y estaban haciendo sus vidas sin saber que ellos dos estaban vivos. Ellos querían estar con su familia de nuevo pero notaban que la familia los trataba como extraños y al darse cuenta de eso, se fueron a su casa para comenzar a hacer sus vidas los dos juntos.

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capítulo 3 Pasado el tiempo, la familia dejó de verlos como extraños y llamó al hijo para que vayan a vivir con ellos. La pareja aceptó ir a vivir a la casa de la familia y hacer su vida normal. El joven empezó a trabajar y formaron una familia: tuvieron un hijo y una hija muy lindos. Al pasar el tiempo se compraron una casa y se fueron a vivir juntos los cuatro. La pareja estaba muy contenta porque después de mucho tiempo se habían reencontrado con sus familias y ahora tenían sus dos hijos, pero un día el joven tuvo un accidente: chocó con el auto. Llegó al hospital muy grave y después de dos semana de estar internado el joven falleció, y su familia, muy triste, no podía creer lo que había pasado. Toda la familia pensaba ahora que sus dos hijos iban a quedar con su mamá, solos. Los abuelos decidieron entonces, ayudar a la mujer del joven para que los hijos estén bien y no les haga falta su padre.

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El encuentro Había una vez un hombre tomando sol en la playa, bronceándose. Salió a pasear al centro con su moto; paso a segunda, tercera y empezó a colgar la moto, y de repente aparece una chica, él le chifla y ella se desplumó. Ahí fue cuando el chico se dió vuelta y la fue a encarar. Se le acerca a la chica y le dice: ​Hola bombón. Y ​ la chica le dice: ​Hola lindo, que linda moto. E ​ ntonces le dice​: Vamos a dar una vuelta. ​Y ella responde: ​Estoy con una amiga.​ -Y vamos a la casa de un amigo, acá a unas cuadras -l​ e ofrece él. Llegamos, lo llamé y me dice​: Pasá.​ Entramos con las chicas y mi rancho se salió de bañar y estaba con su bata. Él me dice​: ¿Ellas quiénes son? ​Y yo le digo: ​Unas amigas que conocí en el centro mientras colgaba el tornado.​ Le pregunté cómo se llamaban a las chicas, y una se llamaba Agustina. -Y la otra se llama brenda -​ dijo mi rancho. Escrito en colaboración con Jose.G

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MOMENTOS

Tres, dos, uno, ¡Ya! (Miradas serias entre José y Alejandro) El resto, expectantes, evaluamos quién será el primero en no aguantar y dejará escapar una sonrisa. Una mueca empieza a asomarse. Ambos intentan disimular con toda su fuerza, pero llega un punto en que no aguantan más y comienzan a reírse a carcajadas. Todos nos sumamos a la escena y sin darnos cuenta se arma un coro de risas general. Un momento especial producto de una risa. Sí, algo tan simple como una risa. ¿Es que acaso es poco reírse?

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JOSÉ G.

Hola, me llamo José Antonio y soy de San Martín. Tengo 16 años y 5 hermanos. Me gusta leer mucho, aprendí muchas cosas leyendo. Ahora estoy en el taller de Alejandro y Agustina: me gusta venir a hablar, leer y a veces actuar con Alejandro. Les quería decir que ya hace un año que estoy privado de mi libertad y mi papá murió hace poco, pero yo lo acepté porque ​no hay que vivir de eso, hay que aprender a vivir con eso. Mi mamá está presa y lo único que me queda a mí es mi hermana de 18 años recién cumplidos y mi sobrino de dos años. Dedicatoria: Les quería dedicar esto a todos los pibes privados de su libertad y a la gente que me quiere, que es poca, pero no importa.

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Amor a primera vista

Una vez caminando por el barrio vi a una chica muy linda con los ojos azules y unos hermosos dientes. Yo me enamoré de esa chica, pero lo peor que pasó fue que esa chica tenía novio. Unos días después me hice muy buen amigo de esa chica hermosa. Sucedió que una noche yo estaba acomodando mi ropa en el ropero y tocan el timbre de mi casa: era la chica llorando desconsoladamente porque el novio estaba con otra chica. Yo la aconsejé, le dije: ​Él no se merece una chica linda, cariñosa e inteligente como vos,​ ​pero como ella seguía triste la invité al cine: Vamos a mirar una película romántica.​ Al final de la película volvimos en mi moto, la llevé hasta la casa y me abrazó muy fuerte y me besó. Yo estaba muy sorprendido porque estaba pasando lo que yo soñaba que pasara y al fin y al cabo, días después le dije si quería ser mi novia y dijo que sí.

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Anécdota

Un día como cualquier otro, de camino a mi casa en moto con mi primo Rodrigo “El Taka” nos empezó a seguir “La yuta”, yo estaba medio asustado porque era chico, tenía 14 años así que aceleré, puse tercera y cuarta a fondo. Nos corrieron más de 10 cuadras hasta que en una cuadra miro para atrás para ver si los habíamos perdido y cuando miré para adelante había un pibe de unos 18 años. No me quedó otra que chocarlo, volé para adelante, mi primo para la derecha y el pibe que choqué se dio la cabeza con el cordón. Yo lo quise ayudar a mi primo para que nos vayamos pero no quiso, entonces yo corrí porque la moto no arrancaba, estaba a dos cuadras de mi casa y llegué todo raspado. A el taka se lo llevaron al hospital con el pibe y a mi por suerte no me agarraron pero yo tenía miedo de que el pibe se muera porque le había salido un tumor y se había quebrado la rodilla. Al principio me estaban buscando sus familiares para darme un tiro o lastimarme y cuando en un momento él estaba por morirse, yo estaba muy asustado porque los familiares me iban a matar, ¡Eran piratas del asfalto! Pero nunca me encontraron y el chico quedó con una discapacidad y rengo.

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MOMENTOS

¿Qué es la belleza? No sabemos por qué terminamos hablando de la belleza. Alguien dijo que para él la belleza era una mujer. Otro la Casa rosada toda iluminada.. y después le dijimos que para nosotros era una imagen que nos habían contado ese día. Resulta que un integrante del grupo a la noche leía. un libro pero le costaba porque estaban todas las luces apagadas, entonces él estiraba sus manos y aprovechaba un rayito de luz que entraba por la ventana. y así podía terminar su lectura. Para el poeta Rilke la belleza es aquello soportable de lo terrible. Nosotros coincidimos y también agregamos que es el rayo de luz que nos deja leer cuando todo está oscuro.

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BRAIAN L.

Me llamo Brian y me gusta jugar al truco. Soy de Caseros y soy amigo del Pupa y de Julio. Mi deseo es estar con mi familia.

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La espera

Ando triste, Porque no tengo visita.

Ya no me siento solo porque tengo amigos tomando mate. Y la vida me tocó así.

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Cosas de la vida

Hoy estoy privado de mi libertad. Las cosas que hice están mal. Día a día me doy cuenta lo que hice. Y extraño a mi familia cuando tomaba mate con mi abuela y ahora no lo puedo hacer. Y mi abuela me extraña día a día, mucho.

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El famoso Río

En la casa de mi abuela más allá hay un río que se llama El Dique. Hay una montaña y atrás de la montaña está el río. Yo fui ahí y me gustó mucho, había un bote abandonado y cuando fui acercándome vi restos de un animal antiguo, entonces llamé a mi abuela y ella lo vió.

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Creer Había una vez una nena que creía en Papá Noel y el papá no creía y su hija creía mucho. La nena lo quería ver pero no aparecía. Pero una vez llegó a su casa entonces lo vio y creyó, y la nena fue a despertar a su papá y el papá lo vio y ​comenzó a creer.​

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El loro cantor

Hoy es un día para caminar, ¡qué tranquila que está la selva! Tengo hambre, no hay nada para comer, pero se escucha algo. ¿Qué será? Hay algo en el árbol, ¡ES UN LORO! carne fresca… Y el loro dice:​ ¡Rica papa, rica papa! Qué loro tonto.​ .. ¡Y devuelta!: ​!Rica papa, rica papa! ¿Lo podré engañar? Me voy a hacer el sordo. Y lo hice, y salté y le arranqué todas las plumas, y el loro quedó pelado gritando mucho. Es que en la selva se respeta o se paga con la vida.

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Una noche en Brasil

Había una vez una mujer morocha. Era alta y vivía en Brasil con su marido. Un día se peleó. Una noche el ​marido le gritó tanto que su hijo le pegó. La mujer ​mientras lloraba decidió irse a Argentina con su hijo. Llegó a la casa de la mamá y la mamá le preguntó: -¿Qué te pasó hija? -Nada, me peleé con Juan, pero no pasa nada. La mujer comenzó a trabajar y conoció a un hombre. Le cayó bien. Se enamoró. Pasaron los días y tuvieron una hija. Su hijo se puso feliz y vivieron felices.

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Buscando el dinero caminando

Había una vez un joven que iba caminando por la calle e iba viajando por todos lados. Una vez encontró mucha plata. Miró la plata, alrededor de la calle no había nadie, miró el cielo azul y agarró la plata. Se fue viajando hasta la casa, llegó y fue a la pieza, se miró al espejo, miró sus dientes, miró sus manos, y guardó la plata en su ropero. 47


La Rata Había una vez una mujer alta y muy linda. Pero le tenía miedo a la rata. Y siempre veía a la rata y se ponía a llorar. Pero el marido no le tenía miedo y un día le dijo a su mujer: - ​Ya está nena, ya las mate a todas.

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Las cosas de la vida injusta Hay muchas cosas en la vida que nosotros no vemos y confundimos… y bueno, la vida es así. Siempre te dan un consejo pero vos lo tomás como una boludez, y te juntás con los pibes en la esquina y ahí empezás con la droga, con las mujeres y las armas.

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MOMENTOS

En el día de la Primavera hicimos una jornada inter-talleres, con una radio abierta y juegos de mesa en la terraza del Ibarra. Daniel me propuso jugar al Jenga. - ¡Dale! Pero apostemos algo. Si yo pierdo cocino algo que quieras y lo traigo el próximo viernes. - ¿Lo que sea? Tiene que ser algo simple, ¡no te voy a hacer cocinar mucho! - Es una apuesta, puede ser lo que vos quieras -le dije. - ¡Sánguche de milanesa con huevo! - me respondió Daniel. Como buena perdedora, el viernes llevé sánguches de milanesa (Con huevo, por supuesto) para todos. Al principio, Daniel no se esperaba que yo los hubiese llevado de verdad, ¡Imaginen su cara cuando los vió! Algunos comentarios que escuchamos esa mañana fueron: “U ​ h, ¡Hace cuánto no comíamos algo así!” o “Esto me hace acordar a cuando te ibas de picnic y comías tus sanguchitos con un mate en frente del río”. A menudo nos preguntamos, ​¿Cuánto vale una promesa?

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DANIEL S. Hola, mi nombre es Daniel. S y soy de San Martín. Soy de River y tengo 17 años. Me está gustando jugar al rugby, leer y escribir. Tengo dos hermanos: una hermana y un hermano. Mis sobrinos son una de las cosas que más amo. No por ser hijos de mi hermano sino por estar en los momentos más difíciles para levantarme el ánimo, hasta con un simple “hola tío”. Por otra parte, tengo a mi viejo mirándome desde arriba, cuidándome en mis pasos. Estos cuentos se los dedico a Tiara, Darian, Miqueas y Derek.

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Donde yo vivo Donde yo vivo no importa tu plata, si de la nada viene un loco y te mata, si capaz que tenés euros pero nunca carácter, así buscás que los wachos te maltraten. Lo que vale siempre es la actitud. Yo respeto a mi gente, por su buen corazón y su virtud. 52


Ilustración de José. G

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El Niño y el Skate Cerca del 2007 había un chico llamado Martín, no era de clase alta ni baja. Su familia era muy humilde, su madre era ama de casa, su padre un albañil. Martín en un tiempo empezó a jugar con su vecino Juan. Juan era un chico muy bueno pero a la vez era medio agrandado, su familia tenía plata, sus dos padres trabajaban en un comercio de zapatos. El chico tenía un skate que era impresionante cómo andaba, era una nave con un león en el medio. El chico tenía las últimas Nike, eran las verdaderas llantas. Un día me dice: - Che, Martín, ¿Por qué no te hacés un skate? - Le digo a mi viejo si me lo compra. - No creo que tu viejo te lo compre. - Vamos a ver. Después de jugar un buen fulbito, fui a mi casa a preguntarle a mi viejo sobre el skate. - Papá, ¿por qué no me comprás un skate? - ¡No, nene! Si querés algo, ganatelo. Así me hacía mi papá. - Bueno, mañana voy con vos y cuando vuelvo me comprás el skate. - Dale, pero no te quiero ver sentado. Llegó la mañana y mi viejo me levantó, desayuné y fui con él. Luego de un día agotador fuimos a comprar mi premio. Había una Ibera de puras mechas y cuatro ruedas pero era muy cara y mi viejo no tenía mucha plata. Pero la intención vale. ​M​e compró el más barato, uno que el vendedor trajo de atrás de todo. No era muy feo pero no era de marca.​ Lo que valió fue que me lo gané yo. Moraleja:​ ​El que no arriesga, no gana 54


El ropero del niño

Había una vez un gran ropero en la casa de una abuela con buzo azul. La abuela una vez me dijo: - Nene, ¿no me ayudás a tirar un viejo ropero? - Si doñita, ¡cómo que no! En la secuencia esa que entramos a la casa de la abuela veo colgada ropa de chicos con mucha sangre, no le di cabida, pensé que era de sus nietos. - Llegamos, acá está, este es. - Doña, ¿por qué tiene candado? - Por nada nene, ¡sólo te ruego que no lo abras! Al llevarlo al basurero vi un poco de sangre, lo cual me pareció raro. Me fui de ahí, dije 0 cabida. Escuchando un Jon Z, pensé: ¡Mirá si la abuela dejó plata! Volví con un corta fierro y con ganas de tener cash. Al romper el candado abrí el ropero y vi esos dientes de chicos bañados en sangre. Salí corriendo de esa escena, asustado de ver ese ropero lleno de dientes y sangre. Volví a la casa de esa abuela no tan buena, toqué su puerta fuerte con mucho miedo y desesperación. Al abrir era una chica que no conocía. - Hola, ¿en qué te puedo ayudar? - ¿No está la abuela? - No, ni idea, yo me mudé recién. ¿La conocías? - Sí, pero hasta hoy nomás, sé su pasado oscuro. - Ah, porque hay un ropero con candado y quería saber si tenías la llave. Impresionado, miré ese ropero viejo con sangre. Lo que me pareció raro es que donde estaban las ropas con sangre ahora había esos dientes que vi en el ropero y además ¡ojos humanos! 55


Asustado fui hacia el ropero con el martillo y el cortafierro en la mano, abrí el ropero y me encontré con un chico sin dientes y sin ojos con la misma ropa que estaba colgada. Desde hoy, nunca más volví a ver a esa señora con doble personalidad y entonces dije: la moraleja es: las apariencias engañan.

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La Playa del Ladrón - Fue un día soleado bastante caluroso -dijo mi amigo Matías-, para ir al acecho. Cuando me di cuenta que estaba corriendo de balas de nueve milímetros fue cuando pensé ​¿Por qué no fuimos a la pileta? -Perdí, listo -le grité al pitufo. Bueno pensaba, luego de caer nueve veces en comisaría salgo de nuevo. Al llegar a la taquería el comisario me dijo: - ¡Nene otra vez acá! - Sí, ¿me extrañaste? jaja - Vos reite que va a ser triste. Pensando en el calabozo y qué pasaría ahí, me hice el coco. Vi venir al guardia sin la llave de mis esposas. Fue ahí donde me di cuenta que quedaba re en cana. Viene el comisario y me dice: -¡Dale nene, que nos vamos a la cárcel de la playa del fin del mundo! -Bueno -le dije, con mucha adrenalina y rencor. En el camino le pregunté al comisario dónde quedaba eso. -En Mar del Plata -me contestó-. Ahí vas a ser un re peluche.

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Yo por dentro me decía​: e ​ ste gato se regala y me voy al carajo. Cuando estamos llegando me dice: -Guachín, ¿querés un cigarro? -Bueno -le contesté. Agarra el bobo y me da el fuego y se olvida de pedírmelo. ​Durmió,​ pensé. Vi al lado mío un perfume lleno, lo agarré sin que se dé cuenta. -Llegamos -dijo el comisario. Vi ese instituto gigante que no parecía nada al que vi en la película del polaco. Bajó el comisario, dejando la puerta de atrás abierta. Con el encendedor y el perfume en la mano se me ocurrió rociar la parte de adelante y de atrás y prender fuego. Salí corriendo al corte, en dirección a la playa y con las esposas en mis muñecas. Vi una casa y como un bosque, miré hacia atrás y vi que no venía el comisario. Sí escuché cómo explotó la lancha del gil. Fue un sonido muy estremecedor y hermoso para un bandido. Dije: bueno, entro a la casa y no me ve nadie. De repente escucho: -Negro y la xxxxxx!!!!! ¡Una antifamiliada pero mal que me agarró un calor por dentro! Entré a correr hacia el bosque raro donde había una playa. Me colgué de un árbol lleno de ramas. Antes de eso agarré un pedazo bien cheto como para romper un cráneo. El policía debajo del árbol miraba para todos lados. 58


Sin encontrarme, gritaba por todas partes -¡Negro basura, te mato donde te agarro! Lo medí con mucha bronca y deseo de revancha por como él me había puteado. Fue ahí donde tiré esa piedra con todas mis fuerzas. Le dí en el cráneo dejándolo inconsciente. Bajé del árbol rápido a fijarme si estaba con vida. ¡Y el maldito seguía con vida! Tenía más vida que un gato. Ya que lo tenía ahí tirado, aproveché a sacarme las esposas y ya que me iba a dejar en cana, lo esposé a él. Le agarré una mano y un pie y lo dejé ahí tirado. Lo iba a dejar tranquilo pero no me quedó otra que mandarlo a dormir con los peces. Lo llevé hacia la orilla del mar. Me tuve que mojar un poco el pantalón, pero debe estar como el Titanic. Lo que no sé es cómo volver a San Martín, a mi barrio. Después de eso me acordé que Matías se había ido en libertad. Agarré y fui a golpear a esa casa que había en la playa. Hola, ¿quién sos? Hola, mi nombre es Daniel y estoy perdido, ¿me dejaría llamar a mi casa? - Bueno, ahí te traigo el celu. Aproveché a llamar a Matías y me dijo que venía, buscaba el auto y me rescataba. Esperando en la playa tranquilo pensaba por qué no le saqué la pistola al comisario. Pero bueno, al menos estoy en libertad. Antes de eso recordé el silencio que hice cuando estaba en ese árbol. En ese momento escribí en la arena : “Calla ladrón, el silencio es tu libertad” -

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Los caminos y el caminante Mi nombre es Daniel, tengo 17 años. Muchos dicen que los malditos terminan en el mismo lado pero yo pienso ​¿y si uno no es malo? Y está donde está por errores o piedras que la vida le puso en el camino. O a veces elegimos el camino repleto de piedras, y yo me pregunto cuántos caminarán ese camino.​ Hoy en día no estoy arrepentido de lo hecho sino de lo perdido, y no se lo deseo a nadie tener problemas y que uno esté dentro de cuatro paredes con los pensamientos a mil pero sin poder hacer más nada que golpear una pared.

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Mafia En el barrio más elegante de Italia, había una mafia argentina bastante famosa, no por su conjunto de asesinos sino por su forma de matar a la gente, gente que le paga para que sus negocios estén a salvo. Uno de los integrantes más importante era “Pequeño”. Él era un pibe de estatura baja, morocho y muy maldito. Le seguía “Jack”, que era el matón de los cuchillos. Y después seguían los tres hermanos apodados “Doctor Dolor”, eran el mayor, el pálido y el flaco, este último muy experto en el área de tortura de víctimas. El segundo se apodaba “Tomy”, y era un joven rubio con una cortadura en su rostro en la parte izquierda. Por último, “Persy”, el más chico pero el más útil. Un día tenían que cobrarle una gran plata a un casino clandestino chino, el cual ganaba gran dinero pero nadie les robaba gracias a la famosa mafia argentina. “Pequeño” se comunicó con el jefe del casino: -

Eh chino ojo de alcancía, quiero mi maldito dinero o te voy a mandar a dormir con los peces. - Sabes que no necesito más tu seguridad, desde ahora somos nosotros solos. - Okey, que sueñes con tu seguridad entonces -respondió Pequeño. Muy enojado fue a buscar a Jack para comprar armas y, luego de elegir sus armas subieron a su camioneta y rodaron por la zona del casino buscando a alguno de los chinos para sacarle información. Cuando encontraron a uno de ellos lo agarraron y le preguntaron: 61


-

¿Por qué ya no quieren nuestra seguridad? Porque nosotros ya somos un grupo ​despota -y le escupió la cara a Pequeño. Pequeño, al recibir el escupitajo le dice: -

¿Así que no vas a hablar? Ahora no te van a comer la lengua los ratones, te la va a sacar Persy. El chino gira vuelta atrás, abre la boca y saca su lengua dos segundos y Persy muy rápidamente le corta la lengua. El chino grita de dolor y para que deje de gritar, Jack le cose la boca y le hace las famosas “Botas de cemento”. Entre todos lo llevan al río “Arno” y lo tiran al chino ahí mientras le dicen: - Mandale saludos a Luiggi de mi parte. Luego de eso los chinos vieron el potencial del grupo y volvieron a lo normal.

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Mi niñez entre nosotros dos

Fue tan poco lo que te conocí, tantas cosas que vivimos, algunas buenas, otras malas, pero bueno. Mientras íbamos al pool siempre ganabas, pero bueno, yo creo que ahora haríamos partido. Me acuerdo también cuando me hacías sacar la play para ver “El Zorro”. Lo único que tengo para reprocharte es que no me enseñaste a afeitarme, pero bue, aprendí solo. Esa vez que me llevaste a trabajar con vos... -¿Vamos? ¿o te quedás? - Fue, vamos, pero comprá una Coca -(a veces eras tacaño). - ¡Vos querés la chancha y los 20 chanchitos! Después de ir a trabajar siempre se compraba su vino, no le hacía falta nunca. Era uno de esos tipos que tomaba y le gustaba jugar a las piñas. Era fuerte pero yo no compraba. Eso sí, después eran muchos moretones. Y pocas veces me retaba, hasta a veces me salvaba de la salsa que me iba a dar mi viejo. Siempre me decía: - ¿Por qué no te portás bien? Siempre esperás a que te reten. - Bueno, ¡pero siempre yo! - Le decía llorando. Igual me quedaste debiendo plata eh, jaja. Bueno, lo único que tengo para decir es que estés donde estés ​yo se que me cuidás.

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Un Nuevo Dìa

Paquete, yo sabía que ibas a terminar acá, porque vos​ sos yo. Pero bueno. esto tiene que ser como un reto para vos, para mamá. Yo se que cuando salgas muchos van a estar, pero ​acordate que cuando estuviste encerrado estuvo mamá nomás. Ganate el peso de mañana honradamente, así mamá no sufre la soledad de hoy en día. Yo se que no me merezco ni una auto ni una carta, pero esto… esto es como un nuevo día. Nuevo día, nuevos retos.

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MOMENTOS

Un día leímos cuentos de fútbol. Después de la ​lectura nos pusimos a escribir. Uno de los chicos realizó un cuento donde el protagonista (jugador de fútbol) se llamaba Dante (así se llama mi hijo). Me lo regaló y me dijo “llévaselo a Dante”. Cuando llegué a casa le mostré a Dante su cuento. Me dijo que quería dibujar a la persona que se lo había escrito para agradecerle. Le mostré una foto y lo hizo igual, con lentes oscuros. Llevé el dibujo al taller. En el momento que saqué el dibujo para dárselo, vi en su cara algo que no andaba bien. Esperé hasta el recreo para preguntarle. Seguramente había hecho mal en mostrar el dibujo frente a los demás chicos. Seguramente lo iban a gastar, seguramente… En el recreo me acerqué y le pregunté qué le había pasado con el dibujo. Ahí comprendí que a veces las reacciones son variadas y uno lo que supone casi siempre es errado. Me contó que cuando vio el dibujo se aguantó para no llorar. - Profe, nunca nadie me hizo un regalo así. Ese día también Dante tuvo una carta de agradecimiento.

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ALAN F.

Soy A ​ lan.F. Nací en San Martín. Soy el menor de tres hermanos. Soy hincha de Chacarita y me gusta ir a la cancha. Soy un chico con muchas energías, soy alegre y me gusta actuar. Me gusta​ ​hablar y aprendí a expresarme mejor. Mi sueño es ​salir y estar con mi familia, y mi proyecto es trabajar y terminar los estudios. Dedicatoria: Se lo dedico a los profes que me ayudaron a expresarme: Alejandro y Agustina, a los chicos del Ibarra, a mi familia, a todos los chicos que están privados de su libertad, a mi compañero Gonzalo G., Franco D., Braian L. y bueno, les deseo lo mejor de parte del Pupa de San Martín.

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Pedrito y los chicos

-​Chicos, vamos a buscar a Pedrito así jugamos todos juntos, así le enseñamos a jugar al fútbol. -Primero tenemos que darle pan mojado en té con leche para que pueda volar mejor. -Ché, ¿dónde está Pedrito? ¿A dónde se fue? ¡Desapareció! Lo empezamos a buscar y uno de los chicos dijo: ​¡lo encontré! Y llegaron todos los chicos y el loro estaba pelado y muerto, y lo llevaron a la casa y lo enterraron en la cancha de fútbol.

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Azul

Yo tenía una novia que se llamaba Azul. Me tenía que ver con ella entonces me levanté, me cepillé los dientes, fui al ropero, me puse una campera y me fui. Yo tenía una novia muy linda llamada Azul. Ella estaba muy enamorada de mi, me hablaba mucho por facebook y me pidió mi número de teléfono y me decía que soy muy lindo, que le gustaban mis dientes y como era yo. Un día tuvimos una cita y fui directo al ropero, me puse ropa linda y me fui a la cita a pasar un día con ella.

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Frankenstein Una vez era Frankenstein. Me gustaba matar gente. Pero más me gustaba matar bebés. Cocinarlos en una olla y combinarlos con ojos de gato, garras de oso, diente de yacaré, colitas de ratas. Al bebé había que descuartizarlo y cocinarlo por partes. Cortarle los dedos, las orejas, los ojos, la nariz, los dedos del pie, por último la cabeza.

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​MOMENTOS

Las gracias sinceras, honestas.. Ese agradecimiento que viene desde lo más profundo, donde mirándote fijamente a los ojos alguien te dice: - Gracias, de verdad, muchas gracias. No sabés lo que vale esto. - Pero ¿Gracias por qué?-pregunto sin entender del todo qué me está agradeciendo. - Y sí, gracias por escucharnos, por conversar, por venir.

"El infierno de los vivos no es algo que será: existe ya aquí y es el que habitamos todos los días, el que formamos estando juntos. Dos formas hay de no sufrirlo.: La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y convertirse en parte de él hasta el punto de dejar de verlo ya. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber quién y qué,​ en medio del infierno, no es infierno, y​ hacerlo durar y darle espacio." Extracto del libro "Las ciudades invisibles", de Italo Calvino.

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Un día recibimos un regalo de José: cisne hecho únicamente con triángulos de papel.

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CARLOS A.

Mi nombre es Carlos y tengo 16 años. Soy de San Miguel, barrio Santa Brigida. Hoy en día estoy en un instituto por circunstancias de la vida. Me gusta el fútbol, estar con mis compañeros de celda, joder y hacer bromas. Soy muy alegre y lo que más quiero es a mi familia.

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Abandonado Había una vez un chico de la calle que soñaba con tener una familia. El chico se pasaba todos los días angustiado, pensando por qué estaba solo sin nadie que lo quiera. Cuando estaba llorando bajo el puente lo escucha un hombre que estaba paseando y se acerca y le pregunta qué le sucede, y el chico de 10 años le dice que está solo, que no tiene familia, que siempre duerme debajo del puente con frío y con hambre. El hombre se conmovió con esas palabras y le dijo al chico que él es su nueva familia y el chico se puso muy alegre y contento porque ​después de la angustia, la tristeza, vino una esperanza y un sueño que se le hizo realidad.

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La vida en un instituto Hoy en día me siento feliz porque sé que mi familia se preocupa por mí y sé que yo los amo y los extraño mucho. Faltan pocos meses para salir de un instituto, espero que pasen rápido para poder irme de acá. Es feo pero bueno, todo en la vida se paga, por eso hay que pensar antes de actuar, porque después uno se pone mal y no hay vuelta atrás. Muchos lloran, otros demuestran angustia o tristeza. Por eso, no hagan si después no se bancan lo cometido porque un instituto no es de color de rosas. Tenés que respetar para que te respeten, te vas a dormir a las 20:00, te levantás a las 07:00, se bañan todos juntos, en la celda convivís con 7 pibes, peleás y si la pateás te sacan para afuera​. Por eso no cometan errores.

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Un chico arrepentido Había una vez un chico que quería ser jugador de fútbol. Empezó de chico jugando en la calle de su casa, después en la placita y luego en la cancha que quedaba a 5 cuadras. El chico siempre quiso jugar, amaba el fútbol. Tenía 14 cuando empezó a jugar en la filial de San Lorenzo y, un tiempo después, dejó y se fue a probar en San Miguel. Jugó bastante hasta que un día agarró un cigarrillo, le gustó y dejó todo por eso, agarró el alcohol y las drogas, empezó a robar y ahora está en un instituto privado de su libertad, con un futuro distinto. Hoy quiere recuperar lo que perdió, principalmente jugar al fútbol y estar con su hermanito.

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MOMENTOS Una sonrisa enorme se le dibuja a uno de los chicos en su primer día del taller. Con un poco de timidez, pero con un poco más de ilusión, escucha atento como leemos su primer cuento enfrente de todos. Es la primera vez que escribe algo así y en su producción se refleja mucho de lo que ha vivido. Termina el cuento y todos aplaudimos. Aplaudimos su relato, aplaudimos a un nuevo escritor.

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MARCOS H.

Mi nombre es Marcos, nací en Grand Bourg. A los 10 años me mudé a una cabaña en Pablo Nogues. Desde ese momento mi vida es diferente. Tengo un hermanito de 5 años, está por cumplir 6 añitos. Se llama Axel y él me cambió definitivamente, pero me cambió de muchas maneras. Lo amo mucho pero en este momento no se lo puedo decir. Tampoco puedo tenerlo en mis manos porque estoy acá en una situación diferente a las de antes, pero está bien dentro de todo. Te amo Axel, sos mi vida, sos mi todo. Espero que estés con mamá y que siempre la ames. Te deseo lo mejor hermano.

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Gracias a mi familia Bueno, te voy a contar de mi vida acá adentro. Todos los días por suerte estoy bien y mi familia también. Por eso le doy las gracias a dios, por darme una nueva oportunidad de seguir con vida y por tener bien a mi familia. A veces voy a la iglesia a pedir por mi libertad y por la salud de mi hermano y mi mamá. Yo no me considero una mala persona, me tocó estar acá por ciertas circunstancias pero hoy doy gracias por estar con mi vida y, sobre todo, le doy gracias a mi familia y valoro todo lo que hacen por mí.

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Recordando momentos en el barrio

Una vez en el barrio conocí a un chico en la escuela, e hicimos una re amistad. Ya cuando fuimos creciendo, poco a poco, empezábamos a hacer cosas que de chicos no hacíamos como ir a robar , consumir drogas y agarrarnos a tiros con la gorra. Hasta que me encontré acá en el Instituto Carlos Ibarra y ese chico que decía ser como mi hermano hoy en dia no se acuerda de la amistad que teníamos, pero aún así yo lo sigo queriendo como mi hermano y siempre lo voy a tener como un amigo de la infancia, y quiero que sepa que voy a estar en la buenas y en las malas con él , aunque él no pregunte por mí. No estoy dolido con él, a veces me pongo a pensar y me da bronca , pero cuando salga de acá lo voy a ir a buscar así compartimos algo como tomar una “Coca” o fumar unos puchos, recordando esos tiempos de locura que pasábamos juntos en la calle y recuperar el tiempo perdido en el cual estuve privado de mi libertad. “Che Agustín, ¿Te acordás de esos momentos que íbamos a la escuela y pasábamos el tiempo juntos? ¿Altos momentos eran esos tiempos, no? Y pensar que ahora estoy acá privado de mi libertad, acordandome de vos... No estoy dolido ni nada de eso pero a veces me acuerdo y me hace dar bronca- que no te acuerdes de mí y no preguntes ni como estoy yo acá. Yo acá estoy bien igual, quiero que sepas eso y nada, te mando un abrazo fuerte amigo, te deseo lo mejor.

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Quiero que te cuides y que no hagas cagadas. Mandales saludos a los pibes, deciles que yo estoy bien y que en breve estoy en libertad.”

Escrito en colaboración con Leonel.S

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MOMENTOS

Cada viernes al compás de La sonora, Canserbero, Calle 13, La 25, Pala Ancha, Los Ángeles del Rock, Maelo Ruiz, Los Leales, Anuel, Leo Mattioli, Cosculluela, y por qué no, un día también apareció entre esas, la novena sinfonía de Beethoven: - Uhhh, ¡Está re zarpado esto! “La música es sinónimo de libertad” Kurt Cobain.

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EDUARDO A. 84


La chica de la terminal

Había una vez una chica que estaba toda vestida de azul, tenía una sonrisa hermosa con los dientes bien blancos, y ella me contaba que en su casa tenía un ropero lleno de vestidos y ropa elegante. Al llegar a la terminal del tren ella se tomó un tren, me saludó y me dejó su número. Al llegar a mi casa le mandé un mensaje, me contó algunas cosas de su vida y la invité a una cita a la cual me dijo que si. Bueno, la conocí, me enamoré y finalmente a través del tiempo nos pusimos de novios, pasaron los años, nos casamos y fuimos felices para siempre.

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El Loro de las mil pasadas

Estoy volando, miro hacia abajo y está el Río Paraná​. Seguí volando, llegué a una rama y desde allí miré fijamente hacia abajo porque vi dos luces verdes como dos bichos de luz, pero eran enormes. Eran los dos ojos de un tigre que me miraban fijamente y a mi me dió mucho miedo. Mejor me convendría irme, pero él me pide que me acerque porque dice que es sordo. Me voy acercando un poco más. De a poco me voy acercando más y más hasta que llego a un cierto punto de la rama y siento un zarpazo sobre mi ala. ​¡Qué dolor que siento! Es muy fuerte el dolor que siento y tengo que ir a mi hogar pero no quiero ir así. ​¿A dónde puedo ir? ​Voy a hacer todo el esfuerzo q ​ ue más pueda y voy a ir hasta el árbol de eucaliptus y allí me voy a meter en el hueco hasta que me sane las heridas así voy a mi hogar, porque no puedo ir así. Pasaron unos días y me fui volando hacia mi hogar, cuando llegué allí mi familia estaba muy feliz de haberme visto de nuevo, sano y vivo.

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MOMENTOS

Un día Ceci nos cuenta que en el hogar donde trabaja está Mateo (8 años). Nos dice también que está enojado porque ninguna familia lo adopta.. Y le da mucha bronca que otros compañeritos del hogar tienen la oportunidad de irse con una familia. Entonces contamos la historia en el taller y proponemos:: - ¿quién quiere escribirle a Mateo? Gabriel (17 años) dice: - Yo le escribo. Las cartas de Gabriel estaban llenas de ánimo y ternura. Le decía que todos los días iba a rezar por mateo para que consiga familia. Ceci llevó la primer carta y trajo un dibujo de Mateo para Gabriel. Así sucedieron varios intercambios llenos de emoción. Gabriel cuando tenía visita le mostraba a sus familiares los dibujos de Mateo. La familia de Gabriel emocionada por ver a su hijo ayudando a un niño.

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GABRIEL C.Â

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Cosas que extraño

Extraño mucho a mi papá. Lamentablemente no lo conocí. Falleció antes de que yo naciera. Ayer me enteré una mala noticia. Pero hay que ser fuerte por mi mamá y mi familia. Extraño mucho sentarme a comer con mi hermana. Levantarme y escuchar a mi sobrino. La hermosa sonrisa que tiene. Escuchar sus gritos. Extraño mucho estar con mi vieja. Deseo mucho sentarme a comer con mi viejo que me cuente cosas de su vida. Cosas que hizo de chico, que me dé consejos.

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Historias

Vamos a contar dos historias sobre la vida de dos chicos. Uno se llamaba Braian L. y el otro Gabriel C. y empieza así: Eran dos chicos que tuvieron que madurar muy pronto. Se criaron sin un padre. Su mamá fue humilde y trabajadora toda su vida. Esos chicos tenían un sueño que era ser futbolistas. Pero por cosas de la vida no fue así. Estos chicos fueron creciendo y dándose cuenta y entendieron que todo no era como ellos querían. Les empezó a faltar la comida siendo muy chicos. Fueron creciendo, haciendo cosas, y no debiendo estar con gente que no tenían que estar, gente mala, comenzaron a tomar drogas, armas y mujeres. Y así fueron creciendo y se separaron. Pero los dos siguieron el mismo camino. Sus madres se enteraron de la situación. Les hablaron a sus hijos pero ellos no las escucharon. Uno de los chicos, Braian L. cayó en menores. Su familia no estuvo con él ese tiempo y ahí se dio cuenta de las cosas. Que lo más preciado es la libertad. Lo único que le quedó fue su abuela y con el tiempo fue cambiando mucho. Pasó el tiempo, pasaron siete meses y cayó en menores Gabriel C. Se cruzó a Braian L. y Braian muy contento porque su amigo estaba con él, y a la vez triste porque estaba en menores. Gabriel y Braian eran una banda de veinte amigos. De esos veinte quedaron ellos dos. Su familia muy contenta porque estaban los dos amigos de la infancia juntos, pero a la vez tristes porque estaban lejos de su familia. Pasaron un año y cinco meses. Salió Braian esperando a su amigo Gabriel. Pasaron dos años y salió Gabriel con una- 90


profesión de mecánico. Braian pasó el tiempo y consiguió el trabajo de electricista gracias a Dios. Se armó su casa y al tiempo conoció una mujer. Gabriel consiguió el trabajo de mecánico gracias a Dios. Se armó su taller y su casa. Al tiempo conoció una mujer y tuvieron hijos al igual que Braian. Le dieron el mejor ejemplo a sus hijos para que no pasaran lo mismo que pasaron ellos. Mucha gente y ni ellos pensaron que iban a cambiar, pero ellos le prometieron a sus madres que iban a cambiar. ¡Y lo hicieron! Por sus madres. ​Le demostraron a todos que es posible cambiar.

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MOMENTOS

Un día contamos que Laura (una amiga) estaba muy triste y en unos días era su cumpleaños. Franco y Gabriel quisieron escribirle una carta a Laura . Escribirle a un desconocido es un acto poético, pero lo más importante es que las cartas estaban llenas de ánimo y cariño. Entonces le llevamos para su cumpleaños dos cartas escritas por dos integrantes del grupo de expresión artística. Al recibir las cartas, Laura se emocionó (Lloró de alegría) por las palabras y por ese milagro que significa recibir cariño de dos desconocidos. Entonces ella quiso también devolver el milagro y les hizo una pasta frola que al otro viernes les llevamos a los chicos. Ese día después de comer la pasta frola nos quedamos pensando en el poder de la palabra. Cómo con las palabras podemos cambiar un estado de ánimo, podemos conseguir un pasta frola, podemos modificar un momento y también podemos crear algo que todavía no estaba en el mundo. O sea, con las palabras creamos mundos. (Silencio)

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HUGO L.

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El bosque oscuro Estoy en un bosque oscuro. Caminando hacia mi casa. De pronto empiezo a escuchar pasos. Son pasos de personas. Miro para todos lados. No veo a nadie. Sólo veo árboles y pasto. Sigo caminando por el bosque y comienzo a escuchar ruidos feos. Sigo caminando. Tengo miedo. A unos metros veo una remera tirada en el pasto. Me acerco y veo que está bañada en sangre. Me asusto mucho más y empiezo a caminar más rápido. Pienso en la remera. ¿Qué pasó con esa sangre? ¿De quién es? ¿Habrían matado a alguien? Tengo miedo que algo me suceda. Escucho más ruidos. Mi miedo es más grande. Empiezo a correr. De pronto se aparece delante de mí una persona toda llena de sangre y toda sucia. El miedo hace que me quedo quieto. Cierro los ojos. Los vuelvo a abrir y esa persona ya no está. Corro aún más rápido para lograr salir del bosque. Cuando llego a mi casa confirmo que nada me ha pasado.

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La espera de un amigo

Había una vez un pibe en su casa vestido con un pantalón de jean, una campera y una visera, jugando a la computadora, hasta que de pronto golpearon la puerta. Preguntó: -¿Quién es? -Yo, tu amigo. Cuando abrió la puerta y pasó a la casa le preguntó si lo acompañaba a comprarse unas zapatillas. Le respondió que sí. -Vamos en mi moto -le dijo. Entonces fueron a la casa de zapatillas. Tardó en elegir un par de zapatillas hasta que se decidió. Las compró y se volvieron. Lo llevó a su casa y el pibe se quedó jugando a la computadora.

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MOMENTOS

“¿Yo? ¿ESCRIBIR UN LIBRO? ¡Quién iba a pensar que yo iba a escribir, si yo jamás escribí! Y mirá ahora... “

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ADRÍAN A.

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Los pibes que están privados de su libertad Hoy estando entre cuatro paredes, sólo hay lugar para pensar, en las personas que me quieren. Hoy espero tu visita. Para decirte una vez más cuánto te extraño. Familia, ya volveré. A estar con ustedes. En libertad.

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La esquina de la muerte y el milagro

Una vez en una esquina murió un hombre. Nadie supo cómo lo mataron. Esa esquina era un lugar muy oscuro. Había cortes de luz seguidos y siempre pasaba algo. A esa esquina la gente iba a comprar al kiosco. Pero el kiosco abría sólo de noche. Ese kiosco era muy raro porque todos los que iban a comprar nunca más volvían. En el barrio eran muchas personas que iban a comprar y no regresaban a sus casas. Un día la policía supo de ese Kiosco y lo cerraron porque la gente desaparecía. También la policía puso luz en la esquina y una garita. La gente se puso feliz. Para siempre había custodia en la esquina.

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JOAN C.

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Cosas que siento Estoy en el Carlos Ibarra, sentado mirando por la ventana, pensando que por un error me alejé De mi casa. Mi familia sufre pero a la vez está contenta, alegre. Porque me ven bien, Mejor, cambiado. ¡Cómo me gustaría estar en mi casa! Pero por cosas de la vida estoy acá. Pero le agradezco por que es un bien para mí Y mi familia.

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MOMENTOS

Un día recibimos a un nuevo integrante que se sumaba al grupo. Por lo que aprovechamos para presentarnos todos y así darle la bienvenida. La ronda de presentaciones empieza y en un momento escuchamos: - Soy Daniel, y​ me gusta escribir.

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JUAN PABLO M.

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El Mago Había una vez un mago que se llamaba Maxi. Hacía actuaciones de magia muy fascinantes. El público se asombraba tanto de él porque hacía trucos sorprendentes. Era tanto el público que creía en él, que lo tenían como el rey de los milagros. Un día al pueblito vino a vivir una chica que se llamaba Emilia. Ella había quedado inválida por un accidente. Emilia era bailarina. Era la mejor bailarina de su pueblo. Después del accidente no pudo caminar más y su carrera había terminado para siempre. Un día Emilia conoce a Maxi. La gente le contaba que era el mago milagroso del pueblo. Ella fue a verlo actuar. Cuando Maxi terminó su función le pidió algo imposible. Maxi no sabía qué contestarle. Emilia le pidió a Maxi que le devuelva la capacidad para caminar. El mago preocupado no se tenía fe para semejante prodigio. Le dijo que no hacía esa clase de trucos. La gente le exigió que haga ese milagro. Maxi se vio obligado a realizar unos pases de magia delante de Emilia. No pasó nada. La gente lo abucheó. Se burlaban de él llamándolo farsante. Maxi muerto de tristeza decide irse del pueblo que tanto quería. Maxi sabe que sus trucos no pueden salvar a nadie. Sabe que no pueden devolver movilidad a las piernas de Emilia. Pero cuando estaba partiendo le comentan que Emilia había recuperado su movilidad. Maxi no lo podía creer. La gente sentía culpa por el error que habían cometido, le hicieron un monumento al mejor mago del mundo.

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Falta de padre

Me llamo Juan Pablo M. tengo 18 años. Mi infancia fue muy triste. Tenía 7 años y mi papá me dejó solo. No tenía cariño de nadie. Sólo de mi madre. La necesidad que tengo de afecto de un padre es una en un millón de mi corazón. Se cerró totalmente. Pensé que nunca en mi vida volvería a ser feliz. Ya hace 11 años que no veo a mi padre pero mi mamá conoció a un hombre que él es un gran persona y lo veo como un padre porque me dio lo que al fin de tanto tiempo necesitaba: amor de padre, consejos. Y hoy tengo gran felicidad, no me encuentro más solo por más que me falte mi padre.

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MOMENTOS

Consejos para un padre un viernes por la mañana: “Hay que hablar, tenés que estar siempre cerca. Va a haber personas que le van a querer acercar cosas, pero ​lo importante es que vos estés siempre ahí​. Si mañana juega un partido de fútbol andá a verlo. Tenés que estar ahí. A mí me faltó eso, yo lo único que recibí fueron armas y drogas”.

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RICARDO G.

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Un capitán no es nada sin su tripulación

Era 1834 y la cosa estaba fea, éramos solamente una tripulación en el barco: tres en la parte trasera limpiando y buscando ir hacia arriba: había solo un fondo de cañones para ejecutar. Solo fue un momento que dejé de mirar, ahora el mar azul reflejaba la tormenta que se venía y teníamos que atravesarla. Estamos luchando contra la tormenta, la marea rebalsa el barco, el agua entra por todos lados, la tripulación está gritando “​¡Velas arriba!“ ​para salir de esa tormenta, cuando se ve que se ilumina el mar pasando la tormenta casi llegando tierra arriba y al mismo tiempo se ve a lo lejos otro barco pirata en busca de hacer un motín. Se ve al capitán sonriendo con los dientes de oro: -¡Tripulación, preparen cañones! Se preparan los dos barcos para la guerra. -¡Capitán, cañones listos, solo tenemos una tanda, hay que destrozarlos, se acercan! El capitán grita: -¡Fuego a discreción! El barco pirata responde con una tanda de cañones. Se cae el barco -Rápido anclas al barco, ¡vamos! Me encuentro con un ropero con todo oro escondido: -Vamos muchachos, tenemos oro puro. -Capitán, tierra firme. -Velas arriba. The end. 110


Barco hecho por José, con palitos de madera y rollos de papel.

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Lo que se ve y no se cree

Una mujer vestida de verde no vió al que subió la escalera, pero subió. Cuando subió alguien salió por la ventana y cuando salió por la ventana ya había desaparecido... pero una marca de sangre se escurrió en el piso. La chica vestida de verde siguió el rastro de sangre para ver quién era. La intriga de saber quién era esa persona la mataba, si era alguien conocido y qué hacía en su casa. Cuando ella salió del callejón para donde estaba la sangre vió a un hombre de campera negra tapándose el brazo en la parada del ómnibus. Cuando se apuró no llegó. La persona ya había tomado el ómnibus que había venido. Ella tomó otro y bajó en la terminal. Mirando para ambos lados vió al hombre y lo corrió y con gran sorpresa vió que era Mat, el compañero de trabajo que se cortó la mano en la ventana. Le preguntó qué hacía en su casa y él le dijo que la fue a buscar a ella. Ella le pidió que no mintiera cuando suspiró y… ...a este final lo podés escribir vos, te dejo espacio:

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El cazador

Antes -Uy, ¿Qué pasó que Pedrito no vino a tomar el té? Después -¿Qué hacés pedrito? ¡Qué lindas plumas! Contestame Pedrito, ¿Qué te pasó? (...) ¿Ah, sí? Justo tenía que ir a comprar una piel de tigre para la estufa. Mirá, la voy a conseguir gratis. Ahora ​ (​Viajando a Paraguay) Bueno ahora me escondo acá y lo mato desde donde esté a ese tigre. Uy mirá, ahí está, me dio escalofríos. Acercate, acercate más. ¡Tomá tigre! Le di en el corazón. A ver, ¡Qué linda piel para la estufa! Vamos Pedrito, vamos a casa, hora de tomar el té con una buena alfombra para la estufa.

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MOMENTOS Tan entusiasmados estábamos con la idea de escribir un libro que nos olvidamos un detalle fundamental… ¡Había que elegir un título!... “Sueños Compartidos, porque todos los que estamos acá tenemos en común un sueño, todos soñamos con la libertad y con que nuestra familia esté bien” “Expresión en Tinta” “Avanzando en un papel” Nos costó decidir, ¡qué difícil es ponerle un nombre a eso que refleje el trabajo de todo un año! Esos tres fueron los más votados, así que decidimos seguir jugando y ¡crear un libro con múltiples nombres! Después de leernos, podés elegir cuál te gusta más y escribirlo en la tapa.

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PATRICIO P. 115


Había un chico pobre que no tenía familia

Ni para comer ni ningún lugar para vivir. Él soñaba con tener todo eso. Un día él le pidió a Dios que le diera una familia para que lo cuide. Él creyó que Dios lo iba a ayudar. Un día fue a un hogar y una familia lo adoptó, y él le agradeció a Dios por haberlo ayudado, y ahora vive contento con su familia.

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MOMENTOS

Cuando leímos “Manual de la zoología fantástica” de Borges, nos dimos cuenta que este libro presenta una serie de animales mitológicos. Muchos de los cuales son mezclas de dos animales (Centauro, minotauro, etc.) Después de leer el A Bao a Qu , La chancha con cadenas y la Anfisbena, dos integrantes crearon sus propios animales mitológicos: “El niño rata” y “El Cuervonejo”. Con el relato del Cuervonejo (mitad cuervo y mitad conejo, donde también estaba el Lobotauro) estuvimos tentados de la risa casi diez minutos. Los chicos me pedían que lo vuelva a leer. Ese día leí el relato alrededor de cinco veces. Las cinco veces nos reímos mucho. Y volvía a escuchar: - “una más profe… la última”.

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PABLO GABRIEL M.

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La muerte sobre la noche

Una vez la muerte parada sobre la noche oscura y tenebrosa lo sorprendió con un gran susto. Ella lo seguía a todos lados para poder asustarlo mejor. Y también degollarlo. Pero primero lo quería asustar y el pibe comenzó a correr tropezando con todo lo que había a su paso. La muerte se aburrió de perseguirlo y finalmente lo degolló.

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La Familia Una vez yo estaba contento porque iba a venir a visitarme mi mamá, y se tuvo que cancelar porque tenía que hacer otra cosa. Me angustié porque la quiero ver. Pero el problema que tengo en la calle me pone entre la espada y la pared. Y bueno, a pesar de todo, sé que mi familia está bien y eso me hace feliz. Lo único que quiero es estar con mi familia y compartir. Cosas que nunca compartí. Y ser feliz para siempre y nunca alejarme ​♥♥♥

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El Cuervonejo Había una vez un conejo con cabeza de cuervo. Un día el Cuervonejo estaba aburrido y salió a caminar por el bosque. Estaba asustado por los ruidos. La leyenda que se contaba era que en el bosque había un Lobotauro con pata de lobisón. El Lobotauro se había adueñado del bosque. Se escuchaban ruidos y de repente salió el Lobotauro, y encontrándose cara a cara con el Cuervonejo le dijo: -¿Qué haces en mi bosque maldito perro? Y el Cuervonejo rápido de reflejo le contestó: -Te vas a parar de mano gato gil patea reja pu_ _violín. Y fue entonces cuando el Lobotauro abandonó para siempre el bosque, porque compró.

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MOMENTOS

Compartir una torta en cada cumpleaños. Unos días antes intentamos que el cumpleañero nos diga qué tipo de torta le gusta más, ¿de vainilla o de chocolate? ¿con chips? ¿chocotorta? Pero no hay caso. La respuesta es siempre muy parecida: “Noo, ¡cómo me voy a poner a elegir! Lo que puedas, en serio, lo que vos quieras y puedas. Muchas gracias, de verdad.”

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MOMENTOS

El día en que la biblioteca tuvo aún más color y sobre la mesa aparecieron los cuentos de los chicos del Ibarra. Ese día, un grupo de personas, sin conocer a los chicos, se reunieron para leer sus cuentos y representarlos en la tapa de este libro. “¿Leíste este cuento? Está buenísimo” “Leí este y en mi mente empecé a volar” “Gracias por volver a conectarme con una parte de mi que hacía mucho estaba perdida” “Desde los 15 años que no pintaba”

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Algunas aclaraciones

Los autores de este libro son jóvenes de entre 16 y 18 años. Algunos de ellos no tienen escrita su autobiografía porque son chicos que han pasado por el taller pero que, por algún motivo, (como haber sido trasladados o haber salido en libertad) no se encuentran más con nosotros. Es por esto que hay muchas cosas que no llegaron a escribir… Sin embargo, ​mantenemos la esperanza de que, estén donde estén, en algún momento este libro llegue a sus manos y así puedan reconocerse escritores de esta obra. Ya que, como dijimos en un comienzo, cada uno ocupa un lugar fundamental y es parte de esta gran producción artística. Una producción que no tiene un título sino una multiplicidad de títulos, y que comprueban, una vez más, que no es posible definir qué es eso que sucede en el Carlos Ibarra todos los viernes a la mañana, porque lo que se crea en cada uno de esos espacios es, en realidad, una cadena de momentos. Muchos de los diálogos o las expresiones recuperadas en los apartados de MOMENTOS fueron reconstruidas, intentamos escribirlas lo más parecido que nos acordamos por lo que esperamos que pueda captarse la esencia de lo que se dijo y en el contexto en el que fue dicho. Por último, el taller de Expresión Artística se realizó durante todo este año, desde Febrero hasta la fecha, en el Instituto Carlos Ibarra, ubicado dentro del complejo Villa Nueva Esperanza en Lisandro Olmos.

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Lo que leímos

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La rosa de paracelso, Jorge Luis Borges Manual de la Zoología fantástica, Jorge Luis Borges. Aplastamiento de las gotas, Julio Cortázar. La Honda, Ricardo Piglia. Ante la Ley, Franz Kafka. El Loro Pelado, Horacio Quiroga. El Gigante egoísta, Oscar Wilde. Descubrimientos, Clarice Lispector. El Marica, Abelardo Castillo. La Perla, Calle 13. La Pelota, Felisberto Hernández. La historia de Manuel, Trayectorias sostenidas de abandono, Lourdes Farias. Semblanza, Alejandra Pizarnik. Elegía, Miguel Hernández. Mi Planta Naranja Lima, José Mauro de Vasconcelos. Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, Pablo Alarcón. El juguete rabioso, Roberto Arlt. Crónica del ángel gris, Alejandro Dolina. El diario de Anna Frank. Sube el pan, Gustavo Cornejo. Operación Masacre, Rodolfo Walsh. Juguetes perdidos, Alberto Sarlo. Mafalda, Quino. De la vida como una película y su tragedia como ficción, Canserbero. Viejo con árbol, Roberto Fontanarrosa. La tarántula, Hernán Casciari Ni una menos en el Pabellón 4, Alberto Sarlo

y otros cuentos creados por los talleristas...

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FINAL DE PARTIDA

Y llegamos al final. Esperamos que te haya gustado el encuentro. Para nosotros fue muy importante que vos nos estés leyendo o escuchando. Nos resulta necesario que alguien nos reciba o que simplemente nos espere con un mate caliente. Cuando eso sucede se hace lazo. Y cuando se hace lazo sé que no voy a estar solo. Entonces mi ánimo cambia. Alguien me espera del otro lado de la calle. Alguien me espera en su memoria. Alguien me recuerda o me tiene en cuenta. Hay otro para el que yo valgo. Y comienzo a valer cuando las palabras del otro y las mías se enlazan, se mezclan y a veces danzan. Este libro contiene palabras. Y para poder crear mundos necesitamos de ellas. Compartimos estos sueños desde y hacia las palabras. Hacia esas palabras que todavía no escuchamos y no escribimos. Por eso decimos un final de partida. Se lanza una nueva aventura donde queremos ser ese anfitrión que te espera con un mate caliente. Sabemos que nos esperan hojas en blanco para poder escribir. Sabemos que nos espera esa persona al otro lado de la calle. ¿Quién me espera además de mis sueños? ¿A vos, quién te espera? 128


AGRADECIMIENTOS

Queremos agradecerles especialmente a Pablo Bruno, Juan Terminello, Cecilia Odorizzi, compañeros del equipo Docente y Técnico y a los Operadores de niñez, a Jime, bibliotecaria de la Biblioteca Popular Mario L. Sureda y a Lau, quién nos enseñó cómo crear un libro. Sin su ayuda esto no hubiese sido posible, gracias por su dedicación y por su gran compromiso. Y por supuesto, a los que colaboraron para que este libro hoy esté en tus manos, que leyeron e imaginaron los colores y las formas de estas historias. De corazón, muchas gracias. Por último, queremos agradecer a todos los que silenciosamente trabajan cotidianamente por los jóvenes de los institutos.

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Y un agradecimiento especial para vos, que estás leyendo. Esperamos que te hayan gustado los mates y, sobre todo, este libro de creación colectiva.

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(Foto del día que decidimos los títulos)

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Este libro se finalizó el día 7 de noviembre de 2018 en un taller artístico de la Biblioteca Popular Mario L. Sureda.

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