Visita a una exposición

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Juan Ignacio Checa Franquelo. Grupo J


Análisis Objetivo Henri Matisse, nacido el 31 de diciembre de 1869, fue un pintor francés conocido por su uso del color y por su uso original y fluido del dibujo. Técnicas como el dibujo, grabado, escultura, pero principalmente la pintura, son aquellas que le dan el reconocimiento como uno de los grandes artistas del siglo XX. A pesar de la amplitud de su obra, nos centramos en la exposición de “Matisse y la Alhambra”. Esta exposición se puede visitar de domingo a jueves: de 9,00 a 18,00 horas y, Viernes y sábado: de 9,00 a 20,00 horas, hasta el 28 de febrero de 2011. La exposición, queda distribuida entre las salas 8, 9 y 10 del Museo de Bellas Artes de Granada (planta superior del Palacio de Carlos V), se articula en cinco secciones: "Matisse y la Alhambra", "Matisse y Marruecos", "Niza", "Las Odaliscas" y "Últimas variaciones". La muestra trata de reflejar que la visita a Granada fue definitiva en su obra, ya que la decoración de los palacios nazaríes ocupa un primer plano con las odaliscas, de las que se exponen siete del largo centenar que pintó, consideradas hasta ahora como inspiradas en el norte de África.


La exposición cuenta con más de un centenar de piezas, entre las que se encuentran 50 obras de Matisse que abarcan desde óleos, dibujos, litografías, una cerámica y una escultura; 60 piezas de arte islámico de extraordinario valor artístico como cerámica, cristal, bronce, tapices, miniaturas, celosías y objetos de madera; cartas, postales y fotografías personales del pintor francés. Las Odaliscas, se exponen frente a una selección de tejidos islámicos de diferentes épocas históricas atesoradas por el pintor. Objetos de contexto como tejidos que coleccionó a lo largo de su vida (como mantones de manila, telas hispanomusulmanas y tapices de la Alpujarra) que demuestran la fascinación de este artistaviajero por el patrimonio artístico musulmán. También, diferentes bodegones (Sevilla I y II), Conversación bajo los olivos, Polinesia, La habitación roja, entre otros. En ella se podrán ver juntos, por primera vez, los tres cuadros que Matisse pintó en España. Se exponen tres obras de su amigo el pintor Francisco Iturrino, con el que compartió estudio en la calle Méndez Núñez de Sevilla. Además, en esta exposición, se podrán ver juntos por primera vez los tres cuadros que Matisse pintó en España, junto a los tres que realizó su amigo el pintor Francisco Iturrino en el estudio que ambos compartieron en Sevilla.


El descubrimiento hace años de la firma de Henri Matisse en el libro de visitas de la Alhambra ha sido el punto de partida de una investigación que ha llevado a reconstruir los propósitos del viaje de Matisse a España, con escalas en Madrid, Sevilla, Córdoba, Granada, Sevilla, Toledo y Barcelona, así como la influencia de esta experiencia en su obra.

Análisis Subjetivo La experiencia de la visita a Matisse y la Alhambra la califico de arriesgada. Son diferentes los motivos que me hacen dar una calificación tan drástica. Quizás, la primera sea por la dificultad existente entre la conexión entre la obra en cuestión y mi sentido artístico. A ello, hay que sumarle mi experiencia en la exposición, que me defraudo bastante por el trato que recibí por parte de los responsables de la misma. También me considero un poco valeroso por el mero hecho de haber intentado poner el listón tan alto a la hora de elegir una exposición sin tener en cuenta mis limitaciones.


Yo mismo fui quien me autopropuse ir con mi familia a echar una ojeada a la exposición, ya que, aprovechando que iba a realizar una actividad cultural fuera de lo común, ¿por qué no ir a alguna de un autor conocido? No siempre hay esta suerte. Bien, pues así fue. Después de una larga cola había que esperar otra larga cola. A continuación se entraba a la antesala, donde se nos cuenta un poco la historia de Henri Matisse y el itinerario aproximado durante su estancia en España. Ya en la primera sala, encontramos una colección de objetos personales y curiosidades envitrinados que nos remontan a comienzos de siglo. Comienzan a visualizarse las primeras obras en una gran pared. Aun siendo discretos para realizar las fotografías pertinentes, rápidamente las azafatas encargadas del buen funcionamiento de la exposición llaman la atención sobre el cumplimiento de las normas de la visita: terminantemente prohibida la toma de fotografías en el museo. Aún así, casi jugándonos la continudad en la exposición, puedo tomar tan solo dos fotografías con el teléfono:


He podido recuperar algunas imágenes tomadas por periodistas autorizados del acto inaugural de exposición.

Lo que más me gustó de la exposición fue el color. La combinación de colores, los contrastes en sus cuadros, los detalles de ciertos retratos (como en el dibujo Odalisca de pantalones a rayas). También me sorprende como toca varios apartados además de la pintura: el dibujo y la escultura. Lo que menos me gustó, además del trato por el personal del museo que casi me obliga a borrar mis anotaciones tomadas en el teléfono, es la


percepción de una perspectiva plana. Recrean una realidad inexistente. Tiendo a racionalizar de manera continua el por qué no percibo la obra como él quiere que la perciba, buscando el error en ese abstracto. En segundo lugar, volviendo al trato que a veces se recibe en este tipo de lugares, pienso que el arte, como cultura, debe de estar al alcance de cualquiera y en cualquier momento. Puedo comprender que esté prohibido realizar tomas con trípode porque puedes entorpecer al resto de los visitantes, que no se hagan fotos con flash porque se puedan “dañar” las obras... pero, de ahí a ser perseguido por la ley... Era solo una reivindicación personal. Propuesta didáctica Creo que esta actividad pudiera ser creativa y atractiva para los más pequeños de Educación Primaria. Facilitaría a los niños varias fotografías que trataran de representar, por ejemplo Bodegón Sevilla I o II y, que ellos mismos, realizaran una copia del mismo. Puesto que seguro que no hay sentido de la profundidad ni de la perspectiva desarrollado, cometerían el mismo error que llevo a Matisse a ser un artista. Una vez acabados los dibujos, haríamos pequeñas comparaciones.


Otra posibilidad, podr铆a ser facilitar el Bodeg贸n en recortables y que ellos mismos sean quienes recreen en un papel como pudiera estar dise帽ado ese posible sal贸n.


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