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Número 6

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1 de Abril 2016 Ensenada, B.C., México Ilustraciones: Neográfica de Kirxis Verdeja kirxis@hotmail.com

Microbús ¡En la esquina por favor! No, mejor no, que esa es una esquina somnífera, y si sucumbo en sueños, es probable que me la encuentre. (Un minuto después) ¡Ahí en la esquina, por fa! Espere, mejor no, esa es una esquina lacrimógena. Me recuerda aquella charla cuando me reveló su corazón, y sería muy vergonzoso manchar de lágrimas los asientos. ¡Bajan! Que me está lastimando, y lo hace de adrede. Sigue perpetua en mi corazón.

No sé si tengo fiebre, entro en un duermevela fantasmagórico, cuando me escoge la noche para robarme los guiones. Entonces no sé si soy chofer, peatón o mendigo; no sé si soy tornillo, escafandra o dique; ni si las trenzas o las bisagras. ¿A dónde el rebaño si no hay manada? ¿De cuántos broches durante los vidrios? Y si de mamparas la fotocopiadora se ha tomado mis tazas de café.

Mario de la Cruz Arreola

Por: Luis Damián

Un día en el parque ¿Quién osó cortar las cadenas de los columpios del parque? Han amagado a los niños con ellas y han disecado los puentes. Se inundan los árboles con las llamas del crimen. Pobres niños que no aprendieron a leer sus manos, mucho menos a escribir sus piernas. ¡Causa de que no pudieran cruzar los puentes para poder salvarse! Por: Luis Damián


Por: Luis Damián

Labios tercermundistas Tengo todo lo que no se puede decir, aquí, en estos labios. Todo aquello que fulgura entre tus sueños y supones que se borra al despertar. Aquello que se mueve detrás de una aurora boreal y que no alcanzas a ver. Todos los libros sagrados, se han fundido en estos labios, carentes, tercermundistas, helados.

Juro que si ahogas tus labios a los míos, conoceremos la verdad. Para entenderla, y desaprenderla,

y entenderla y desaprenderla una y otra vez,

teniendo el pretexto para siempre besarnos. Ven y funde tus labios a los míos para no morir jamás.

Juro que tus labios son la llave que los puede revelar, como el nacimiento de un sol en un silencio de inmensidad.

Amor en pedazos Mario de la Cruz Arreola

Cuerpo mío de aparato en un lugar tan vasto. Estas noches y los astros entregados al fracaso. Yo, en cobija azul de cuadros mosaico de mi tacto. Del alcohol ¡cuántos los vasos! me han dejado voz de cacto.

De la vida y sus milagros de tus ojos y tus labios sigue el misterio intacto. Somos amor en pedazos, un escapar del letargo, caricia beso abrazos.


Yo como tu padre

Te observo y callo tus preguntas Sigue así, desvanecida No te enteres de mis manos dentro de ti, Olvida tu nombre, Tu curp, Tu tarjeta del seguro popular (Ya perdiste la cita de limpieza dental Que tanto temiste). Te digo que calles deja los párpados sellados, Te restregaré mi erecta propaganda No hables, tu voz se ha perdido en una estadística más En la delicada modulación del noticiero nocturno Tu paso por las calles no tiene eco ya; A nadie extrañarán Tus cabellos en el baldío Y la madre que te parió Soñará adolorida que un día reíste, Guarda tus palabras Y ofrece tu docilidad Así lo manda el padre, tu afiliación, El sindicato las hormigas que se pasean por tu boca chupando los azucarados labios. Soy el padre que te secretea al oído: No te muevas No trates de cubrirme El torso tricolor, Porque me desnudo en secreto para ti, Para tomar tu carne y tragarla Triturarla Entre los perros lacónicos, latas de cerveza, Cartón reciclable, dinosaurios plásticos, zapatos sin par.

ra de ti que me sepa a r e t n o r f la re irás Desconozco re y al pad d a p l e d s e soledad Porque vien da en esta a t s o c e r , , Así il silencio En tu inút te confieso , te entierra e u q d a d i l osibi amo esa imp ya no eres amo lo que cido mirar, tu translú parco, fosa común, oscuro como o o precipici o televisad vida a parar tu o d i a h e d don de yo, y desde don tu padre, n. satisfacció mastico mi da ández Parti Iliana Hern


Autorretrato

Paciente trabaja líneas intuitivas divertidas formando círculos. Dibuja rastros con recuerdos donde la tinta graba como el vaivén de sus audífonos internos. Gira doblega la mirada inquieta, no sabe donde termina; como si analizara al caminante sobre su papel de texturas. No dice nada. Silenciosa inicia de nuevo en una pintura con anocheceres de chocolate oscuro. Kirxis V.


Dios y yo tenemos una amistad varonil; él me juega bromas pesadas, desgarrantes, dolorosas, y yo le miento la madre cada vez que lo hace. Cuando la marea se calma, los dos recordamos con una sonrisa en el rostro nuestros juegos existenciales, mis tropiezos existenciales. Estoy segura que nuestra relación será eterna, solidaria, pase lo que pase. De lo que no estaré segura, hasta el día de mi muerte, es de su existencia.

Se detiene frente a treinta personas más jóvenes que ella, guarda silencio, les observa, piensa en algo que decirles, algo que una a todos los ahí presentes, antes de que ella pudiese hablar lo ojos y bocas de las personas brotan de sus rostros y caen al suelo. Ella queda confundida, preocupada, empieza a levantar los órganos uno por uno pero las bocas comienzan a morderla. Ella desaparece. Soy el texto que se quedo sin leer, la sustancia activa de los actos prohibidos. Mis padres lloran ante mi futuro incierto, no me abandones, seguiré caminando pero sin miedo, cuando menos lo intentare. Quiero tocar las cosas que en el mundo existen, sentirlas es lo que me hace falta. Soy el mango podrido en el cesto de frutas, me gusta lo que soy y lo que hago, no tengo miedo a la profundidad del vacío, el abismo oscuro que te agarra de las nalgas cuando estas cayendo. De vez en cuando cerrare los libros e iré a jugar con el diablo, solo para no quedarme con las ganas, para no decepcionarme a mí misma. Nosotros en la oscuridad musical, nuestros sexos conociéndose el uno al otro, bocas deseosas de sentir nuestra piel, secreciones que gozan, tu entrando y saliendo, mi vagina abrazándote muy fuerte, esperando que no te vayas, palpitando cuando despacio inspeccionas, erecto, aquello que un momento atrás lamias. El sudor empieza a salir de los poros y es cuando más se siente la magia que está por comenzar, la vida que terminara muerta cuando tu termines, nosotros gimiendo en la oscuridad de aquel cuarto, pene, vagina, erección, orgasmo, clítoris punzante y una explosión sincronizada marca el final de este nuestro primer round.

Ilka Baudelia Rivera Garcia


Ventaja

Cálido equidistante de tres puntas Atascadero del tiempo, Así me viste tranquilo sobre tu tormenta Retraído, corto de alcance Pasivo y sujeto tácito Un amante equivocado Que besaba tu rastro geométrico A cada golpe la caída; Pútrido ensoñamiento Me caí de tus orillas Rebané las puntas de mis dedos Creyendo que al mostrarte mi sangre Unirías tu mano a la mía. Estupidez, solo en la noche que no calla Voy pensamiento tras locura, Dame un poco de tu palabra Rómpeme de una vez la cara Relátame tu vida con verdades Que sean equiláteras Que sueñe que despierto Que destruya que no pase nada. Iliana Hernández Partida

Mario de la Cruz Arreola

Esa es la historia en petroglifos, que repaso cuando duermo en mi caverna.

Nuestro jardín se volvió selva, llena de víboras, de panteras. Nos convertimos en caníbales.

Lamento tanto haberte abierto hasta la semilla. Lamento tanto que el odio de mi amor todavía careciera de freno.

Tenías labios tan carnosos, que incluso una vez mordí para probar tu sangre escarlata y tibia.

Tus mejillas sonrosadas olían a durazno y tus ojos de aceituna, resplandecían bravíos bajo tus gruesas cejas.

Petroglifo


Tengo una ansiedad de pasmos Y las cenizas de mis fotos.

Ahora, cuando la cúspide del ópalo Con cubitos de colores Me brinda el zapping de los destinos,

Anhelo la hoguera de agua En qué me consumía Cuando era niño.

Hoguera en la playa

Quiero la sorpresa de encontrar el enchufe de esta televisión.

Quiero la violencia del aire que se dobla entre la sed. Quiero la sed de los colmillos satisfechos.


La primera maestra

Mario de la Cruz Arreola

Nos queda poco tiempo. Las lunas se estrellan contra el cielo cada noche. Las estaciones del año son los telones sucesivos de este teatro. La tristeza de Dios es una lágrima del tamaño del mar. El universo nos espera y no estoy listo. Todavia deseo lo desconocido. Todavia deseo el sueño de la libertad. Ese sueño que cabalga sobre la inocencia. Vuelve a mi, primera maestra. Con tu pizarra en blanco, tu libro nuevo, tu bello uniforme feo. Vuelve inocencia. Enséñame a balbucear


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