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AL FRENTE UP FRONT

The importance of cultural connections between patients and doctors has never been more evident than during the COVID-19 pandemic.Photo by CDN

La importancia de las conexiones culturales entre los pacientes y los doctores nunca había sido tan evidente como durante la pandemia del COVID-19. Foto de CDN

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AN URGENT VOCATION

By | Por: YAMILY HABIB AL DÍA News Managing Editor

Before the COVID-19 pandemic swept through the United States, statistics showed that less than 6% of the doctors in the country were Latino.

Shortages and under-representation in such crucial professions would only become more evident over the months, as the lack of leadership allowed the virus to permeate American homes, claiming the lives of more than 200,000 people.

Social disparities and economic inequalities have become shockingly evident over the past few months, when the Hispanic community, for example, accounts for a rate five times higher in hospitalizations for COVID-19 than the rest of the country. Obstacles to accessing health care — including a lack of bilingual professionals — have only made matters worse.

It has never been more apparent that cultural connections between patients and doctors are critical. Knowing the background, recognizing the intricate social connections, and speaking the same language could, in fact, save many lives.

But the projections are still not optimistic.

A report released by the Association of American Medical Colleges last June highlighted two persistent trends in American medicine: the shortage of doctors could worsen over the next 15 years, and the number of Black and

ENGLISH

Hispanic doctors is far from reflecting the true diversity of the nation.

About 2.6% of the nation's physicians in 2019 and 7.3% of the students enrolled in medical school in 2020 identified themselves as Black or African-American. Despite efforts to strengthen the ranks of Black physicians, the numbers are still below 13% of the total population.

Projected growth in racial minority populations will drive demand for two-thirds of new doctors during the decade and a half. According to the report, nearly 45,000 new doctors will be needed to serve the Hispanic community, the fastest growing in the nation.

However, there are doctors whose vocation has led them to try to change these trends, from their small trenches.

Such is the case of Dr. Jack Ludmir, our honoree of the week, and AL DÍA’s health archetype for its 2020 Hispanic Heritage awards.

Ludmir has a CV of more than 40 pages, decades of work in hospitals and research centers, and yet, the work he is most proud of is the one he carries out with his wife in clinics for immigrant women; women who find in him the security and peace of mind of those who recognize patients as individuals, not numbers.

Today more than ever, Dr. Ludmir's vocation is urgent, necessary, and fundamental.

Don't miss Dr. Ludmir's exceptional story that begins in page 20.

ESPAÑOL

Antes de que la pandemia del COVID-19 arrasara con Estados Unidos, las estadísticas mostraban que menos del 6% de los doctores en el país eran Latinos. La escasez y la falta de representación en profesiones tan cruciales sólo se harían más evidentes con el pasar de los meses, mientras la falta de liderazgo permitiera al virus permear los hogares estadounidenses, y cobrara la vida de más de 200.000 personas.

Las disparidades sociales y las desigualdades económicas se han hecho escandalosamente evidentes durante los últimos meses, cuando la comunidad hispana, por ejemplo, representa una tasa cinco veces más alta en hospitalizaciones por COVID-19 que el resto del país. Los obstáculos para acceder a la atención médica – entre ellos, la falta de profesionales bilingües – tan sólo ha empeorado el asunto.

Nunca había sido tan evidente que las conexiones culturales entre los pacientes y los doctores son fundamentales. Saber el trasfondo, reconocer los intrincados nexos sociales, y hablar el mismo idioma podrían, de hecho, salvar muchas vidas.

Pero las proyecciones siguen sin ser positivas.

Un informe publicado por la Asociación de Colegios Médicos Americanos el pasado mes de junio subrayó dos tendencias persistentes en la medicina estadounidense: la escasez de médicos podría empeorar en los próximos 15 años, y el número de médicos negros e hispanos está muy lejos de reflejar la verdadera diversidad de la nación.

Alrededor del 2,6% de los médicos de la nación en 2019 y el 7,3% de los estudiantes matriculados en la escuela de medicina en 2020 se identificaron como negros o afroamericanos. A pesar de los esfuerzos para reforzar las filas de médicos negros, las cifras todavía están por debajo del 13% de la población total.

El crecimiento proyectado de las poblaciones de minorías raciales impulsará la demanda de dos tercios de los nuevos médicos durante la década y media. Se necesitarán casi 45.000 nuevos médicos para atender a la población hispana, la de mayor crecimiento en la nación, según el informe.

Sin embargo, hay médicos a quienes la vocación les ha llevado a intentar cambiar estas tendencias, desde sus pequeñas trincheras.

Tal es el caso del Dr. Jack Ludmir, nuestro homenajeado de la semana y arquetipo de salud de AL DÍA en sus premios del Mes de la Herencia Hispana 2020.

Ludmir tiene un currículum de más de cuarenta páginas, décadas de trabajo en hospitales y en centros de investigación y, sin embargo, el trabajo del que está más orgulloso es ese que lleva a cabo de la mano de su esposa en clínicas para mujeres inmigrantes; mujeres que hallan en él la seguridad y la tranquilidad de quien les conoce no como una cifra, sino como individuos.

Hoy más que nunca, la vocación del Dr. Ludmir es urgente, necesaria y fundamental.

No te pierdas la excepcional historia del Dr. Ludmir que comienza en la página 20.

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