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Fernando de Noronha: un oasis de agua dulce en el océano gracias a la desalinización

Noronha es un paraíso a 350 kilómetros de las costas brasileras cuyo desarrollo económico y social se había visto detenido por la falta de agua. La desalinización cambió eso y ahora sus habitantes tienen un suministro confiable que les permite una mejor vida y mayor oferta de servicios turísticos

El sistema de desalinización de Fernando de Noronha es un ejemplo de cómo la tecnología puede ser utilizada para mejorar la calidad de vida y el desarrollo económico en una isla remota. Esta isla brasileña ha sufrido históricamente escasez de agua, y es por eso que el sistema de desalinización se ha convertido en una solución vital para garantizar un suministro constante para sus habitantes y visitantes.

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La población de Noronha ha crecido de poco más de 1.300 personas en la década de 1970 a 7.500 en la actualidad, lo que ha llevado a una mayor dependencia del suministro de agua de mar potabilizada. Hoy, el agua desalinizada representa el 70% del consumo en la isla.

El nuevo sistema ha cambiado completamente el panorama del abastecimiento en la isla. Antes había un racionamiento de un día de servicio por cada nueve sin el mismo. Ahora hay abastecimiento diario, lo que ha permitido nuevos emprendimientos en la isla y un aumento en el flujo turístico.

Para hacer frente a esta creciente demanda, la empresa operadora, Compesa (Companhia Pernambucana de Saneamento), amplió la capacidad de desalinización de la planta en 2021, de 54 m³/h a 72 m³/h. Además, se implementó un nuevo tanque de almacenamiento de agua desalinizada con capacidad para 1.000 metros cúbicos, se adaptó el pretratamiento y se aumentó el número de membranas de ósmosis inversa de 96 a 112.

El proceso

Artur Santos, gerente de negocios en Compensa para Fernando de Noronha, describió el proceso que se divide en tres etapas: captación, filtración y desalinización.

La captación se realiza en la playa del Bodró en puntos donde no hay posibilidad de contaminación ni aumento de turbidez. La filtración consta de dos etapas antes de llegar a las membranas de ósmosis inversa. Primero están los filtros multimedia que funcionan automáticamente y pueden ser programados para filtrar y contralavar. Estos filtros eliminan los sólidos suspendidos gruesos. Luego hay un conjunto de filtros cartuchos de 5 micras que aseguran una mejor calidad del agua antes de ser enviada a la ósmosis.

La etapa final es la desalinización que se compone de un paso de ósmosis inversa para reducir los sólidos disueltos. Este único paso garantiza agua con conductividad suficiente para su uso como agua potable.

El sistema de desalinización de Fernando de Noronha está compuesto por un sistema de bombeo con bombas Grundfos y un recuperador de energía. La eficiencia del tratamiento es del 50% y el consumo de energía eléctrica es relativamente bajo. Los dos trenes de ósmosis inversa operan en paralelo e independientes para mayor flexibilidad y confiabilidad operacional. Toda la planta está controlada por un sistema basado en un PLC.

La composición de este sistema: Sistema de bombeo: bomba de alta presión (BMS 30 26 HS E C P A Grundfos), bomba de circulación (Booster BMS 46 4 PH A C P A Grundfos), CIP (NBG 80 65 125 N Grundfos) y recuperador de energía (X 220 P A Grundfos); Eficiencia de tratamiento: 50% de permeado y 50% de concentrado

Los desafíos

Desde sus inicios el proyecto tuvo que superar desafíos. En términos de logística, Noronha es una isla remota ubicada a unos 350 kilómetros de la costa de Brasil. Esto significa que cualquier equipo o suministro necesario para el sistema de desalinización debe ser transportado por mar o aire, lo que puede ser costoso y difícil.

Los residuos y subproductos generados por el proceso de desalinización son tratados de manera responsable. Parte del flujo concentrado se utiliza para la generación de cloro y el resto se drena de vuelta al mar a través de un curso natural (río) y efluente tratado de aguas residuales.

Siempre sostenible

El turismo sostenible y ecológico ha sido una prioridad para las autoridades locales, ya que quieren preservar el ecosistema y la vida silvestre del archipiélago. Además, la isla ha establecido límites en la cantidad de visitantes y ha implementado medidas para reducir la huella ambiental, como la prohibición de vehículos de tracción a las cuatro ruedas.

La desalinización y cada uno de los procesos que la componen demostró su sostenibilidad ambiental para superar los estrictos filtros institucionales y sociales para implementarse en la isla y hoy cuenta con el apoyo de las comunidades.

El costo estimado para operar y mantener el sistema es de R$ 350 mil/mes. Este costo incluye energía eléctrica, mantenimiento y operación, membranas, reactivos y filtros cartuchos.

El sistema se financia con recursos propios de la empresa Compesa y con la facturación. La comunidad local está involucrada en la gestión y mantenimiento del sistema a través de ciclos trimestrales de rondas socioambientales para instruir sobre su importancia.

En cuanto a planes futuros, el objetivo principal es mantener y operar el sistema. En un plazo corto (hasta 5 años) será necesario ampliar un módulo con al menos 30 m³/h para atender la expansión habitacional. También hay planes para producir energía solar flotante en Açude do Xareú para absorber el 60% de la demanda energética del sistema.

En resumen, el sistema de desalinización de Fernando de Noronha es un ejemplo de cómo la tecnología puede ser utilizada para mejorar la calidad de vida y el desarrollo económico en una isla remota. A través del uso responsable de los recursos naturales y la inversión en tecnología y mantenimiento, la isla ha logrado garantizar un suministro constante de agua potable para sus habitantes y visitantes. Además, el sistema ha tenido un impacto positivo en la economía local al permitir nuevos emprendimientos y aumentar el flujo turístico. Con planes futuros para expandir su capacidad y utilizar energía solar para reducir su consumo energético, el sistema de desalinización de Fernando de Noronha es un modelo para seguir en cuanto a gestión sostenible del agua.

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