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¿LATINOAMÉRICA CUMPLIRÁ CON LA META DE AGUA Y SANEAMIENTO PARA EL 2030? ODS 6…cuánto NOS falta
from AGUAS LATINOAMÉRICA
A menos de una década para cumplir el plazo propuesto por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, vale la pena preguntarse cómo avanza Latinoamérica para llevar Agua Limpia y Saneamiento a cada uno de los sectores de las sociedades que la componen.
Es innegable que los ODS son parte de los discursos políticos y metas en los países latinoamericanos - y otras latitudes- y que, en términos generales, están presentes en el diseño de programas y planes de gobierno. No obstante, la región presenta obstáculos económicos, sociales e institucionales para poder cumplir con estos compromisos. En este artículo se pretende dar una mirada de cómo está la región de cara al ODS número 6 que se plantea llevar Agua Limpia y Saneamiento a la totalidad de la población para 2030. A modo de una primera mirada es preciso mencionar que en Latinoamérica habitan alrededor de 650 millones de personas. El 81% de ellas se concentra en las zonas urbanas y de éstas un 30% se considera en situación de pobreza y en los sectores rurales se llega al 45%. La cobertura de agua y saneamiento de la región supera a la media global pero está rezagada respecto a los países desarrollados (CEPAL 2019). Un estudio hecho por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2019 que incluyó a 38 países, entre ellos Argentina y Colombia, determinó que los principales problemas de gobernanza del agua tienen que ver con la dispersión institucional de los recursos hídricos entre distintos organismos, ministerios y niveles del gobierno. Además, se observó que existen intereses políticos que se anteponen al cuidado de las cuencas que a su vez suponen la falta de continuidad de funcionarios responsables. Por último, advierte la ausencia de marcos legales para incorporar la participación de grupos de interés en el sector. Según una ponencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hecha en el congreso de la Asociación Argentina de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (AIDIS ARGENTINA) realizado en el pasado mes de abril y en el que estuvo presente ALADYR, 220 millones de latinoamericanos no cuentan con abastecimiento continuo y seguro de agua potable, 490 millones carecen de saneamiento y 20 millones aún defecan al aire libre. El BID advierte que existe una dualidad con los parámetros con que los países se posicionan en la cobertura de AyS. Que suelen mostrar índices basados en los caducos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), según los cuales la región contaría con un 95% de abastecimiento de agua y 83% de alcantarillado cloacal pero que, si se mide con la vara de los vigentes ODS, con mayores exigencias como la calidad, asequibilidad y continuidad, entonces esos mismos índices se reducen al 65% y 22% respectivamente. Adicionalmente, el ODS 6 incorpora el tratamiento de las aguas residuales recolectadas que llega a un 20%. En la misma ponencia el organismo destacó que la cobertura de agua mejorada alcanza 97% en las zonas urbanas pero el 84% en las rurales y que lo mismo sucede con el saneamiento básico en proporciones de 88% en las ciudades y 64% fuera de ellas. Otra desigualdad que identificó el BID fue la brecha entre países. Por ejemplo, Chile posee un 100% de cobertura de agua y saneamiento en sus ciudades, mientras que en Haití los índices alcanzan 58% de agua y 22% de saneamiento. Agregaron que los sectores periféricos de las ciudades suelen tener un 30% menos de cobertura de AyS que los sectores urbanizados.
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Inversión meta Con el panorama un poco más claro, el BID se preguntó cuánta inversión haría falta para cumplir con la meta para 2030. La respuesta no es sencilla y menos alentadora. Para alcanzar el 100% de la cobertura de agua y saneamiento según los parámetros de los ODM, que son menos exigentes y no implican tratamiento de efluentes recolectados, se necesitaría triplicar el ritmo actual de inversiones pasando de 7 mil millones al año aproximadamente a 20 mil millones al año durante esta década. Aún así no habría garantías.
Si se tomaran los indicadores de agua y saneamiento seguros del ODS 6 que sí incluyen el tratamiento de los efluentes cloacales, entonces la cifra de inversión se hace astronómica. Según algunos expertos, aún contando con esta cifra impensable, llegar a la meta sería inviable sino existe un fortalecimiento de las instituciones acompañado de un aumento en las capacidades humanas y la actualización de los marcos normativos y las políticas públicas a largo plazo. Entre las recomendaciones del BID para superar la situación financiera está la de mejorar la gestión de la demanda para lograr mayor eficiencia y que con la misma infraestructura se beneficie a más personas. Esto implicaría alcanzar la totalidad del servicio medido para que no cueste lo mismo consumir uno o 10 metros cúbicos de agua. En muchos países de la región el servicio medido no alcanza al 30% de los usuarios, lo que supone un desincentivo al uso eficiente del recurso. Otro factor referente a la demanda es el del agua no contabilizada (fugas, tomas ilegales etc.) que ronda el 40%. También sugieren planes para financiar a las viviendas por donde pasa la tubería pero que no están conectadas.
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Para cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: AGUA Y SANEAMIENTO El reúso y aprovechamiento del agua residual tratada y los derivados de sus procesos como los lodos son parte esencial de la visión del BID sobre la viabilidad del ODS La cifra de inversión sería astronómica Y es necesario fortalecer las instituciones 6 en América Latina. “Las plantas deben concebirse y apuntar en esta dirección (reúso y aprovechamiento)” porque de esta forma se protege al entorno de la contaminación y se generan recursos financieros. Agua, Saneamiento y Pandemia Durante la pandemia se hizo recurrente escuchar lo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) llevaba tiempo predicando: que el agua y saneamiento constituyen la primera barrera de protección para la salud. Basados en esto y las recomendaciones de lavado de manos, los gobiernos exigieron un esfuerzo adicional de las empresas prestadoras de servicio para llevar la cobertura a aquellas poblaciones que no la tenían. Las empresas vieron un incremento de su demanda de más del 20% junto a una reducción drástica de sus ingresos a propósito facilitar la asequibilidad al servicio y no interrumpirlo por facturas atrasadas. La mayoría de ellas no tenían planes de contingencia y por tanto su situación financiera se encuentra “muy comprometida” según considera el BID.
TUVIERON UN INCREMENTO DE LA
DEMANDA
20%Para cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: AGUA Y SANEAMIENTO La cifra de inversión sería astronómica
Y es necesario fortalecer las instituciones REDUCCIÓN DRÁSTICA DE INGRESOS
Para cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: AGUA Y SANEAMIENTO La cifra de inversión sería astronómica Y es necesario fortalecer las instituciones
TUVIERON UN INCREMENTO DE LA DEMANDA REDUCCIÓN DRÁSTICA DE INGRESOS
20%
Otro dato que desnudó la pandemia es que casi un 22% de los centros de salud de Latinoamérica y El Caribe carecen de fuentes de agua, 21% de servicios de saneamiento y 22% de servicios de gestión de desechos. Entre las lecciones aprendidas durante el flagelo de la Covid-19 está la de fomentar la asociatividad entre prestadores del servicio pequeños con el fin de fortalecer sus capacidades administrativas, operativas y financieras, y reforzar la seguridad de las instalaciones y su personal para garantizar la provisión de los servicios. Además, los prestadores comprendieron que requieren de planes de contingencia para atender a las poblaciones más vulnerables incluso a través de soluciones alternativas como los camiones cisterna. La innovación en los campos tecnológicos, sociales, de infraestructura e institucionales se hacen imprescindibles para avanzar en los indicadores de AyS. Desde el BID recomiendan un cambio total en el paradigma de la gobernanza del agua que incluya el enfoque de la economía circular para reducir la contaminación y aumentar el financiamiento de los sistemas de tratamiento. Como conclusión cabe destacar que la pandemia sólo hizo visibles las carencias que solían ocultarse bajo el manejo conveniente de las cifras oficiales y la ineludible necesidad de fortalecer la gestión de las instituciones prestadoras de servicios sanitarios así como la inversión en infraestructura para garantizar el acceso al agua potable. Nos corresponde seguir acortando brechas con las opciones que ofrecen las tecnologías de tratamiento de agua y efluentes y repensar los escenarios posibles para cumplir la meta “AGUA LIMPIA Y SANEAMIENTO”