Nuestros cuentos 2014

Page 1

GRANDES CUENTOS DE PEQUEÑOS AUTORES

CEIP RAFAEL PÉREZ DEL ÁLAMO Curso 2014/15


INDICE ALFABÉTICO DE AUTOR

Teresa Alonso Rodríguez...

Una noche en el bosque

Almudena Cobos Ortiz...

El pequeño pueblo

María Jáimez Pérez...

El misterio de las hermanas y el viejo roble

Pedro Pablo Lizana Serrano...

Los chicos en el castillo encantado

Rocío Molina Ogabán...

El libro de brujas

José Antonio Montilla Nogales...

Alvin y el tesoro

José Antonio Moreno Castillo...

Rex y Marck

David Ortega Sillero...

La mina de oro

Julia Perea Gálvez...

La bailarina secreta

Azucena Pérez Rodríguez...

Katy y Tory

Alba Puerto Liñán...

El derrumbe de la montaña

Francisco Rubio Quijada...

Un gran descubrimiento

Stela Torres Ortiz

The killer house


UNA NOCHE EN EL BOSQUE Hace muchos años cuenta una antigua historia que dos chicas llamadas Lucía y Sofía fueron un sábado de acampada. Lucía era una niña muy simpática y aventurera. Su pelo era castaño como sus ojos, siempre iba alegre y nunca se rendía. Llevaba una camiseta negra con flores blancas, unos vaqueros y sus botas negras. Sofía era tímida y atrevida. Era rubia de ojos azules, nunca se deprimía y era muy divertida. Llevaba una camiseta verde y verde oscuro, unas botas verdes oscuras y unos vaqueros negros. Las dos amigas llegaron al bosque por la tarde y se encontraron a su amiga Elena que se que se iba a su casa con sus padres, pero les preguntaron a Elena que si se quería quedar con ellas, la chica convenció a sus padres y se quedó. Elena era una niña con el pelo negro y los ojos verdes. Era muy optimista y segura. Llevaba una camiseta azul oscuro y celeste, unos vaqueros marrones y sus deportivas favoritas. Eran las seis de la tarde y las tres amigas empezaron a montar la tienda de campaña y a buscar leña para hacer una hoguera para no pasar frío por la noche. Al anochecer cenaron y entraron a la tienda de campaña y empezaron a contar historias de miedo y jugar a juegos. Cuando se quedaron dormidas algunas ramas empezaron a partirse y Lucía escuchó un sonido extraño y desagradable. Las tres amigas se despertaron y salieron de la tienda para investigar; no sabían lo que era, pero cada vez lo oían más fuerte. Empezaron a asustarse mucho, pero no dejaban de buscar que podría ser. Al final encontraron un castillo abandonado.


El castillo era enorme, estaba muy estropeado, casi todas sus ventanas estaban rotas y todo muy sucio, la puerta estaba abierta. Las chicas entraron, estaban muy asustadas, las cortinas de las ventanas se movían, hacía mucho frío en el interior del castillo. Al entrar, enfrente de la puerta había unas escaleras que te llevaban a la planta superior donde había muchas habitaciones. Lucía, Sofía y Elena subieron las escaleras y antes de llegar arriba, en el último escalón había una trampa que impedía subir a aquel que lo intentara; la trampa las dejó caer hacia abajo donde caían por una especie de tobogán. Ellas no sabían como salir de ahí. Elena vio una piedra que sobresalía hacia fuera y le dio un pequeño golpe, se abrió una pequeña puerta que daba al exterior del castillo. Las chicas no habían encontrado nada que pudiese hacer ese extraño ruido así que volvieron a entrar.

Las chicas volvieron a entrar y subieron las escaleras saltándose el último escalón. Por el pasillo vieron una sombra cruzar y la siguieron. La extraña sombra empezó a correr pero ellas la seguían, al final la extraña sombra entró a una sala. Se escuchaban voces pero no había nadie. Las chicas se asustaron mucho y salieron corriendo del castillo que estaba encantado. Recogieron todo para irse. Al día siguiente quedaron con todas sus amigas. Cuando llegaron les habían hecho una fiesta sorpresa. Les contaron lo que les pasó y se lo pasaron muy bien. Teresa Alonso Rodríguez


El pequeño pueblo Hace muchos años había un pueblo pequeño que estaba situado en medio de montañas. Tenía unos 50 habitantes. Allí vivía una muchacha alta, delgada y muy simpática y amable, que todos la conocían como la científica Jessy. Jessy había cumplido 20 años y tenía una amiga llamada Rubby. Rubby era una niña bajita, delgada, simpática y generosa que siempre ayuda a Jessy . El pueblo tenía casas muy pequeñas y también había al lado del pueblo un río, que no era ni grande ni chico, era mediano. Allí siempre iban las mujeres a lavar la ropa, todas las mañanas. Hasta que un día una mujer que estaba lavando, vio una especie de coche que venía hacía el pueblo para conquistarlo. Venían en el coche diez o quince hombres malos que querían hacer una guerra, y, quién ganara se quedaba con el pueblo. La científica Jessy estaba inventando un arma para poder ganar y quedarse con el pueblo. Pero los otros también eran muy astutos e inventaron otro arma para poder vencer. En ese momento se declaró la guerra. Paso ya una semana, y Jessy ya tenía hecho su invento: era como un cañón que disparaba piedras. Los malos también habían terminado su invento que era una especie de pistolas que también disparaban piedras. Cada grupo montó su propio terreno que era un círculo rodeado de tabiques y murallas para protegerse de las piedras que tiraban los enemigos. Pasaron tres semanas y se cansaron de seguir así, así que de cada grupo se decidió nombrar un capitán para que controlara el grupo.


Los capitanes se tenían que enfrentar cara a cara. Y echaron a suertes a ver quien empezaba primero. Primero empezaron los malos. El que consiguiera primero derrotar al contrario, ganaba, y se quedaba con el pueblo.

Cuando tiraron los malos no consiguieron derrotar a los otros, y luego cuando tiraron los buenos, tampoco pudieron derrotar a los malos. Así se tiraron una semana y media tirando primero uno y luego el otro. Hasta que al final los buenos derrotaron a los malos, es decir, ¡ganaron, se habían quedado con el pueblo! Los malos muy cansados y resignados se fueron del pueblo. Los habitantes fueron muy felices. Por fin otra vez paz y tranquilidad. ¡Todo volvió a la normalidad!

Almudena Cobos Ortiz


EL MISTERIO DE LAS HERMANAS Y EL VIEJO ROBLE Hace muchos años, en un lejano y bonito país vivían Sandra y Sofía en el palacio real. Sandra era una niña amable y cariñosa, pero un poco tímida. Tenía un cabello largo y marrón. Su cara era normal, con unos ojos verdes preciosos. Era alta y vestía con bonitos vestidos y zapatos blancos. Le gustaba mucho cocinar y no le gustaba estar aburrida. Sofía, su hermana, era un poco egoísta y mandona, pero en el corazón era buena. Tenía el pelo rubio. Su cara era alargada, con unos ojos tan azules como el mar. Tenía una estatura bajita y solía vestir con diferentes vestidos y zapatos brillantes. Le gustaba bailar, y no le gustaba cocinar. Un bonito día de primavera, cuando el Sol relucía en el cielo y los pajaritos cantaban, las hermanas salieron a pasear por los jardines del palacio. A Sandra le apetecía cocinar, pero a su hermana no le gustaba, así que dijo que ella quería bailar. Y así es como empezó todo. Las dos niñas tenían ideas y gustos opuestos, y no se ponían de acuerdo en nada. Los padres estaban muy cansados de que sus hijas estuviera peleándose continuamente. Meses después, decidieron separar a las niñas un tiempo para que mejoraran su comportamiento. Sofía aceptó, pero a Sandra no se le veía muy conforme, aun así aceptó también. Cuando llevaban un tiempo separadas se echaban de menos. Una de las hermanas, Sandra, estaba tan triste que decidió escaparse y esa misma noche se escapó. Al siguiente día, los padres estaban muy preocupados y todos los que había en palacio la buscaron, pero el resultado no daba éxito. Pocos días pasaron, y Sofía estaba muy preocupada por su hermana. Así que fue a buscarla. Después de andar y andar por el bosque Sofía escuchó sonidos raros: -¿Quién hay ahí? ¡Este bosque es mío y lo gobierno yo! -¿Quién me está hablando? –Preguntó la niña. -¡Soy yo! El viejo roble que está justo detrás de ti. Sofía se asustó mucho porque nunca había escuchado a un árbol hablar. –Hola, soy Sofía. Estoy buscando a mi hermanita, se escapó hace una semana y estoy muy preocupada porque no aparece en el palacio. –Solo tienes que pedirle perdón cuando la encuentres, así volverá otra vez contigo. Verás cómo funciona.


-¡Muchas gracias árbol! -De nada Sofía y verás como la encuentras, estoy segurísimo. Adiós. Sofía buscó a su hermana por todas las partes del bosque. Una noche, muy cansada, se quedó dormida y… -¿Sofía, eres tú? -¡Sandra, te he encontrado por fin! Las niñas se abrazaron y hablaron sobre lo ocurrido, entonces en un momento dijo Sofía con mucho cariño: -Hermanita, quería decirte que eres la mejor hermana que alguien pueda tener y que a pesar de nuestras peleas te quiero mucho porque eres muy buena. Admito que soy egoísta y mandona, por eso te pido perdón.

Y mágicamente, cuando Sofía dijo eso aparecieron las hermanas otra vez en su palacio, el mismo día y la misma hora que empezaron a pelearse. -Sandra, ¿qué ha pasado?, ¿dónde estamos? -Parece que hemos viajado en el tiempo hacia el pasado. Bueno pero eso no importa, lo único importante es que volvemos a ser las de antes y que nunca nos volveremos a pelear. Aquella lección que les dieron a las niñas les sirvió de mucho, aunque fue muy curiosa. Se cuenta que aquel misterioso roble desapareció, sin dejar rastro y que las hermanas nunca jamás volvieron a pelearse.

María Jáimez Pérez


Los chicos en el castillo encantado Hace muchos años en un país muy lejano, había unos chicos llamados: Peter, Mat, Jonh y Albert . Ellos formaban una pandilla llamada: The Danger ( que en español significa LOS PELIGROSOS ). Su líder era Albert. Un día, Albert decidió dar un paseo por el campo con sus amigos. El paseo les gustó tanto que fueron a pasear otra vez, pero les pilló una tormenta. Los chicos salieron a correr al sitio más cercano para resguardarse de la lluvia, así que entraron en un castillo que habían visto el día anterior. El castillo era terrorífico, sin embargo, decidió adentrarse en él. Cuando entraron se encontraron con 5 monstruos: un hombre lobo, un vampiro, un zombi, un brujo y una momia.

Los chicos iban a salir a correr pero el hombre lobo les dijo: ¡Estad tranquilos, no os vamos a hacer daño, ¡auuu!¡solo queremos que guardéis el secreto, ¡auuu! Al final la pandilla decidió guardar el secreto y todos se muy amigos.

hicieron

Pedro Pablo Lizana Serrano


El libro de brujas Érase una vez una niña llamada Lili, era aventurera, simpática, cariñosa. Tenía los ojos verdes, el pelo pelirrojo con melena y con pecas. Llevaba unos shorts rojos, con una camiseta de manga corta roja y unos deportivos blancos y rosas claros. A ella le gustaba jugar a ser hechicera. Un día estaba haciendo un dibujo con acuarelas, dibujando una bruja , que por cierto le salió muy bien. Fue a merendar y cuando volvió... ¡Todo el dibujo que había hecho estaba manchado de pinturas de colores! En la mesa, al lado de otros dibujos, había un libro viejo con luces, en el había algo escrito: “Libro de brujas”. Ella lo abrió y se encontró con ¡miles de conjuros y hechizos!. Al principio no creía que los conjuros ni los hechizos se hicieran realidad pero luego hizo un hechizo llamado “la invisibilidad: bañarse en agua del olvido con una esponja de goma; después secarse en el viento y salir a hacer mil bromas”. ¡No se lo podía creer, se hizo invisible! En ese instante entró su hermana Aurora, que es una niña muy traviesa y risueña, tiene los ojos marrones y con el pelo castaño y cogido de la mano un osito marrón. De pronto Lili empezó a tirar del osito, pero Aurora no veía nada y se asustó. Salió gritando y corriendo de su cuarto y Lili se estuvo partiendo de la risa. Su madre, llamada Carolina, vino a su cuarto. Es muy buena y cariñosa. Tiene los ojos verdes con el pelo castaño corto. Llevaba un uniforme de trabajo: pantalón y camiseta azul marino ya que trabaja en una biblioteca.


– Lili, ¿puedo pasar? Preguntó la madre. No le contestó nadie, así que pasó, vio el libro y dijo: – ¿Cuántas veces les he dicho que no se traigan libros de la biblioteca? Entonces se lo llevó a la biblioteca. Mientras Lili le estaba haciendo bromas a su hermana. Cuando Lili se hartó de hacer bromas fue a su cuarto a deshacer el hechizo, pero... ¡no estaba el libro! Se puso a buscarlo por toda la casa pero no lo encontró. Fue a buscar a su hermana y explicarle que no era un fantasma que era ella. Al rato se dio cuenta de que era verdad. Volvió Carolina del trabajo, Aurora fue a explicarle lo que había pasado, pero Carolina dijo que era una imaginación suya. – ¿Te has llevado un libro viejo que había en la habitación de Lili? – Sí, ¿no es de la biblioteca? – ¡No, es suyo! Por eso se ha vuelto invisible. Pero siguió sin creerla. Entonces Aurora fue a la biblioteca a por el libro, pero había tantos, que se tiró hasta el amanecer para encontrarlo. Allí estaba “Libro de brujas”. Lo cogió, se lo llevó corriendo al cuarto de Lili y al fin se volvió visible. Lili decidió que nunca iba a hacer más hechizos. Rocío Molina Ogabán


Alvin y el tesoro Hace mucho tiempo, vivía un hombre llamado Alvin, que era arqueólogo. Su pelo era moreno, sus ojos marrones, la nariz pequeña y la boca normal. Su gorro era negro, la camisa blanca, los vaqueros azules y las botas negras. Era simpático y feliz. Cuando iba por un pueblo llamado Tanque, decidió ir a investigar a una cueva que vio. Al llegar a la cueva entró. Había estalactitas y estalagmitas. Alvin fue por una ruta desgastada que parecía ser de humanos que habían estado allí. Fue corriendo hasta donde parecía estar el tesoro, pero cuando le faltaba muy poco, un portal rojo se abrió. Alvin retrocedió hasta que activó una trampa oculta. Una trampilla del techo se abrió y una gran bola de tierra salió disparada hacia el muchacho. No tuvo mas remedio que meterse en el portal. Al atravesar el portal había un gran descampado con mucha hierba y muchas tuberías. Parecía infinito. Hasta donde alcanzaba la vista se distinguía una figura que se iba acercando. Parecía tener una sudadera con un gorro azul oscuro y unos pantalones muy anchos. Alvin se dio cuenta de que no tenía cara. El personaje dijo en voz alta y grave: -¡¡SOY EL HECHIZERO SWAT Y VENGO A MATARTE!! Swat echó varias bolas de energía, pero Alvin las esquivó. El hechicero dijo un conjuro y un perro de tres cabezas apareció de la nada y echó a correr hacia el arqueólogo. Éste sacó un machete y cuando el perro estaba cerca se subió y le cortó las tres cabezas. Un portal se abrió y el joven se metió dentro lo más rápido que pudo. Desde ese día no volvió a meterse en ninguna cueva.

José Antonio Montilla Nogales


REX Y MARK

Hace muchos años existía un dinosaurio llamado Rex. Su piel es marrón, tiene una raja en el cuello, tiene un ojo azul y otro verde y es alto. Tiene muchos amigos, uno de sus mejores amigos es Mark, un pequeño velociraptor. Es bajo, un poquito gordo, piel verde y sus ojos marrones. Un día cuando estaban jugando Mark se cayó a un agujero y no podía salir, entonces Mark dijo: “Rex corre y llama a mis padres.” Rex fue rápidamente a buscarlos pero no los encontraba. Más tarde Rex fue rápidamente donde había caído Mark para preguntarle donde estaban sus padres y Mark dijo que estaban en su cueva. Con sus padres, pasado un tiempo, fue a buscarlos y allí estaba Rex. Se lo dijo a sus padres y a los padres de Mark. Cuando Rex se lo dijo a los padres de Mark su madre se desmayó de tan nerviosa que estaba. Los padres de Rex y el padre de Mark intentaron sacarlo. Más tarde los padres fueron a llamar a otros dinosaurios, para poder ayudarlos y al final lo pudieron sacar.


Los padres de Rex y los de Mark se pusieron muy contentos; luego los padres decidieron mudarse a otra parte para que no volviesen a caer. Tardaron días en buscar un sitio en donde alojarse, estuvieron unos pocos de días en un hotel hasta buscar donde quedarse. Al fin encontraron una gran y espaciosa cueva para que pudieran vivir las dos familias juntas. Aunque allí había muchas especies de dinosaurios Mark y Rex no sabían con quien jugar porque unos eran muy grandes otros muy pequeños… Por consiguiente encontraron a uno que era cómo ellos de alto, peludo, su cara era rojiza y sus ojos muy negros, llamado Bat. Bat, Rex y Mark se pusieron a jugar. Cuando ya era de noche los padres de Mark y de Rex le preguntaron donde habían estado y ellos respondieron: jugando con un nuevo amigo. Al día siguiente cuando fueron a jugar ya no estaba porque se había mudado a un nuevo sitio. José Antonio Moreno Castillo


La mina de oro Hace muchos años un joven de 17 años fue a la montaña con unos amigos para acampar por la noche. Acamparon y al día siguiente fueron a explorar un poco la montaña. Entonces encontraron una cueva con múltiple túneles, unos hacia la derecha, otros hacia la izquierda otros hacia abajo… Cogieron una cinta larga que tenían en la mochila y cada tres metros, cortaban un pedazo y lo ponían en la pared para no perderse. Anduvieron mucho rato hasta que se encontraron con una especie de habitación. Con las linternas iban examinándola, y se dieron cuenta de que había una caja vieja y oxidada, la abrieron y ¡dentro había oro! Entonces, emocionados por su descubrimiento, decidieron investigar aún más y encontraron un túnel circular y estrecho que estaba literalmente vertical; dentro de él había unas escaleras para poder bajar. Ahí dentro había un generador, lo arrancaron y encendió todas las luces de la gran mina. Había allí también vías estrechas y vagonetas oxidadas, pero no se montaron en ninguna por precaución. Siguieron las vías que se iban separando unas de otras, pero ellos no se separaron. Al final la vía acabó en otra habitación en la que había cajas repletas de oro.


Estaban muy contentos con su gran descubrimiento. Cogieron todo el oro que pudieron y recorrieron de nuevo todos los túneles siguiendo las cintas hasta salir de la cueva. Eran ya las una de la tarde, habían estado dos horas en la cueva y disimuladamente, recogieron sus tiendas de campaña y se fueron. Más tarde volvieron a la montaña. Cuando llegaron a la mina, escucharon unos pasos, rápidamente se escondieron detrás de una pila de cajas de cartón. También bajaron por las escaleras; eran una mafia y además estaban armados, sería ese el lugar donde se reunirían habitualmente. Pero entonces, uno de ellos se dio cuenta de las huellas que habían dejado los chicos por la mañana. Ellos las siguieron mientras que los chicos se escapaban, pero al subirlas tan rápido, las escaleras crujieron y los mafiosos fueron a por ellos. Un mafioso les disparó con su pistola y casi le da al amigo de Antonio. De tanto correr salieron de la cueva en un instante y como los habían dejado un poco atrás, les dieron tiempo de esconderse y llamar a la policía, que llegó en un cuarto de hora. Los chicos le explicaron a la policía lo sucedido y detuvieron a la mafia que llevaba mucho tiempo robando joyerías. Al fin cerraron la mina y la policía devolvió todo el oro a sus propietarios.

David Ortega Sillero


LA BAILARINA SECRETA Hace mucho tiempo en un país donde todo el mundo bailaba, había dos niñas, Alicia y Elia que eran las mejores bailarinas de la ciudad. Alicia era rubia, con los ojos azules, alta delgada y simpática. Casi siempre iba vestida con una camiseta blanca y un pantalón de chándal morado. Le gustaba bailar HIP-HOP. Elia era normalita de altura, con los ojos marrones, morena, delgada alegre y amable. Va vestida con una camiseta verde agua y un pantalón de chándal blanco. También le gustaba bailar HIP-HOP. Un día fueron a competir, y las separaron. Ellas no querían porque aunque eran amigas y se daban suerte. Y entonces dijo Alicia: -Tengo una idea -¿Cuál? -Cómo vamos en el avión al monitor que te toque le decimos que has puesto enferma y que no puedes bailar -¿Entonces, en qué me beneficio yo? -Espera…Y después te metes en una maleta y más tarde sales a la pista a bailar conmigo cuando me toque. - Que buena idea pero tengo una pregunta ¿Dónde voy yo mientras te revisan la maleta? -Como si fueras a despedirte. -Vale Llegó el día y lo hicieron todo como planearon hasta que… ¡las vieron esconderse! y le dijeron que se estaban despidiendo. Y… ¡Lo consiguieron! Salió de la maleta y... ¡Quedaron primeras! Porque le dieron a la gente el mensaje de trabajar en equipo y de que todos somos iguales

Julia Perea Gálvez


KATY Y TORY Hace muchos años vivía en un pequeño pueblo llamado Carlet una niña muy inteligente de 8 años. Con 3 años ya sabía hacer sumas y restas, más tarde aprendió a escribir y leer y a los 6 años ya hacía multiplicaciones y divisiones sin ningún tipo de problemas. Se llamaba Tory, era pelirroja, tenía el pelo corto y ondulado, los ojos marrones verdosos, una nariz pequeña y puntiaguda, y los labios carnosos, solía vestirse con un mono rojo y debajo una camiseta de rayas blancos y negras, además hacía todas las tareas de casa ya que su madre no podía andar y su padre murió hace ya muchos años. A todo el mundo le caía bien porque era muy simpática y compartía todas sus cosas, pero había una niña que no aguantaba a Tory porque era mejor que ella en muchísimas cosas. Se llamaba Katy, era muy antipática y no tenía muchas amigas y por eso envidiaba a Tory, pero lo que de verdad le molestaba era que le había remplazado .


Todo empezó cuando Tory se mudó al pueblo después de la muerte de su padre. Era su primer día de guardería, ella no conocía a nadie así que justo antes de entrar se puso a llorar pero su madre la tranquilizó. Después de varios días conoció a Katy, que se convirtió en su mejor amiga y sus madres quedaban todas las tardes para merendar, y así Katy y Tory podían estar un rato jugando juntas. Cuando cumplieron los 3 años y fue su primer día de colegio las dos se pusieron muy contentas porque estaban en la misma clase, lo malo era que después de unos días Tory hizo muchos amigos y Katy creyó que le habían remplazado. Su madre le decía que no se enfadara, que Tory no la había remplazado y Katy le hizo caso y al día siguiente le dijo que sentía haberle tratado mal y le preguntó si podría perdonarla, y ella le respondió que sí ya que ella también la había tratado mal y se reconciliaron.

AZUCENA PÉREZ RODRÍGUEZ


EL DERRUMBE DE LA MONTAÑA

Un día soleado María que es alta, morena, el pelo lo tiene rizado, es amable cariñosa, se viste con camiseta roja y un pantalón negro de chándal se levantó, se vistió, desayunó y se fue a la montaña con su perro Escálibur, que es blanco con manchas negras. Fueron en coche, el viaje duró 3h, y por fin cuando llegaron fueron al pico de la montaña para escalar. Cuando estaban para llegar se derrumbaron algunas piedras y a María y Escálibur no les pasó nada pero al coche sí. María tenía su móvil, pero no tenía cobertura. Se esperaron un poco, media hora, aproximadamente, pero no vino nadie. A Escálibur se le ocurrió ir a buscar ayuda, no encontró pero si un conejo. María hizo una hoguera y con su cuchillo arregló el conejo y se lo comió, pero Escálibur no porque María llevaba un saco de pienso.

Al día siguiente Escálibur fue a buscar ayuda y encontró a dos montañistas muy educados que los dejaron ir en su coche y los llevaron a su casa.

Alba Puerto Liñán


UN GRAN DESCUBRIMIENTO Hace mucho tiempo vivía un biólogo excelente llamado Juan, alto y rubio, ojos azules, nariz pequeña y boca normal. Iba bien vestido y le gustaban los animales y no le gustaba el fútbol. Una tarde estaba en su laboratorio y a Juan se le ocurrió ir al campo. Al día siguiente tal y como lo pensó el gran biólogo y su ayudante se fueron al campo. Estaban en el campo y Marcos, su ayudante, veía cosas que siempre le gustaba ver. Pero tras horas y horas no veían nada y Marcos estaba cansado: -Vámonos ya – dijo Marcos -No espera un poco – dijo Juan -¿Para qué ? - dijo Marcos -Seguro que encontramos algo – dijo Juan Poco después de ese debate entre Juan y Marcos de si irse o no irse, Juan vio una cosa que se movió muy rápido y decidió seguirla. Después de perseguir lo que se movió tan rápido un gran rato pudo observar esa cosa detenidamente y le echó una foto para poder investigarlo.


Los dos grandes biólogos Juan y Marcos se pusieron a investigarlo lo más rápido posible sobre ese animal que sólo habían visto ellos. Por lo menos, eso creían. También lo había visto Luis, un biólogo que tenía mucha envidia de Juan y Marcos, por eso, siempre los estaba siguiendo. Así que Luis también vió esa especie desaparecida y como los otros dos se pusieron a investigar, el también. Fueron los tres: Juan y Marcos por su lado y Luis por su lado para saber más sobre ese animal. -¿Qué haces tu aquí ? -dijo Juan -¿Yo?, investigar este animal -dijo Luis -¡No, lo he visto yo primero!- dijo Juan -No, es mío – dijo Luis Y se fueron a investigarlo, pero Luis como era muy vago se esperó a que Juan lo terminara y robárselo para quitarle el mérito y ponérselo él, y que le dieran el premio a él. Juan se esforzó mucho y al fin lo sacó a la luz. Por su esfuerzo y dedicatoria le otorgaron el Premio Príncipe de Asturias. Y Luis se le fue el tiempo y al final los planes le salieron mal.

Francisco Rubio Quijada


THE KILLER HOUSE

Hace mucho tiempo en un pueblecito llamado Villaverde, una mujer vivía en la casa mas grande del pueblo . Una noche sentía algo extraño: era un cuchillo flotando y quien sea la mató.

Otra familia se fue a vivir y le pasó lo mismo pero a ellos no los mataron, llamaron a la policía y decían que estaban locos. El ruido seguía y seguía, descubrieron que una pareja que vivió allí los mataron los vecinos. Los espíritus se quedaron allí. El ruido ya no sonaba.


Pero el próximo día decidieron irse de allí y que fuera un cura a limpiarla de espíritus y todas esas cosas. Al día siquiente llamaron al cura e intentó limpiarla de espíritus pero no funcionó y tuvieron que derrumbar la casa . Ellos hicieron otra en ese mismo terreno y al final se quedaron allí a vivir y ya no tuvieron más problemas.

Stela Torres Ortiz.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.