alandar Revista de información social y religiosa · www.alandar.org
La fe es creer en lo que no hemos visto y mirar hacia el futuro.
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Año XXX - Nº 295. Febrero 2013 - 2,50 euros
Una fe diversa como la vida
a Congregación de la Doctrina y la Fe nos recuerda que estamos en el Año de la fe, que se inició el 11 de octubre de 2012, coincidiendo con el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. En alandar nos ha surgido el interés por interrogarnos sobre el sentido primigenio de nuestra creencia.
la fe. Y no resulta difícil de entender si nos retrotraemos a una época convulsa, también en lo religioso, como era la que se vivía a finales del siglo IV. Lo que causa algo más de extrañeza es que esta misma letanía se repita mecánicamente, en pleno siglo XXI, en cada templo, en cada eucaristía. Casi 1.800 años después, las cabezas de la Iglesia instituciónal
La belleza de la Palabra se transforma en una experiencia de diversidad, no de un monolitismo que se niega a escuchar el fluir del presente. La preguntita se las trae. En el Credo de Nicea, “parido” en el Concilio de Constantinopla (año 381) se repite: “Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso (…) Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios (…) Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica”, etc. Dejando a un lado el análisis teológico, lo primero que salta a la vista es la perseverancia en reafirmar la unidad pétrea de
consideran necesario que ese mismo mensaje de unidad indiscutible, incontrovertible, incuestionable, forme parte de la esencia de este Annus Fidei. Siempre que tiene oportunidad, la jerarquía española difunde este mensaje que, como dice el escolapio y especialista en pastoral con jóvenes Carles Such, en una entrevista que contiene este número, esconde “la añoranza de una Igle-
sia de grandes números, implantada socialmente”. Nuestros obispos parecen echar de menos otra Iglesia, ya pretérita, más implantada socialmente y que conseguía sin esfuerzo llenar los templos y tener más poder. En alandar hemos querido hacernos eco de otras opiniones. Por ello se ha preguntado a cinco cristianos y cristianas cuáles son las claves de su fe. El resultado, como lo son la vida y el ser humano, ha sido rico y diverso. Entre las personas interrogadas están el párroco del único templo católico que persiste en la Cañada Real de Madrid (el mayor poblado marginal del país), una maestra comprometida con la enseñanza pública, una abogada que defiende a mujeres maltratadas e inmigrantes sin papeles, un jubilado voluntario de mil causas y miembro de una comunidad de base y una teóloga que enseña lo que ha aprendido en una Universidad dirigida por los
En este número...
Israel y Palestina, una injusticia que no acaba
Foto. Meri Tosh
jesuitas. Como ven, se contempla en la lista de elegidos y elegidas un abanico amplio de actividades y compromisos. O a lo mejor no: en todos los casos las respuestas justifican con argumentos similares el sentido de sus caminos vitales. Jesús no nos engaña, sino que enseña el camino de Dios tal y como es. En el evangelio de San Juan lo expresa diciendo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». La belleza de su Palabra, que da la vida, se transforma en una experiencia de comunión y de fraternidad. Y también de diversidad, no de un monolitismo que se niega a escuchar el fluir del río del presente. Carles Such, lo define perfectamente en páginas interiores: “El problema no es que existan muchos estilos en la Iglesia, sino que se quiera imponer uno determinado. Un pastor tiene que serlo de todas las ovejas. No tiene que beneficiar a unas y discriminar a otras o ningunearlas”.
Justicia y víboras
Perplejidad. Ese es el sentimiento que parece surgir en muchas personas ante el funcionamiento de la justicia en España en los últimos meses. Esa sensación de no creerse lo que está pasando, de que parezca inaudito lo que cuentan en los telediarios, de pensar que ya lo hemos visto todo pero que, al día siguiente, un nuevo caso de corrupción, impunidad o tráfico de influencias salte ante nuestros ojos. En estas semanas hemos visto cómo se indulta a un conductor kamikaze que provocó un grave accidente de tráfico en Valencia y que se llevó por delante la vida de un joven. Hemos sabido del paso fugaz por la cárcel de Ángel Carromero, cuya negligencia al volante causó dos muertos en Cuba, pero que aquí volverá pronto a ocupar un cargo público. Hemos leído en la prensa cómo se indulta a cuatro Mossos d’Esquadra condenados por torturar brutalmente a un ciudadano rumano detenido por error en Barcelona. Hemos asistido con perplejidad a la absolución de personajes como Francisco Camps y Ricardo Costa. Y, sin embargo, vemos cómo los delitos más pequeños se llevan, en proporción, las condenas más elevadas. Una madre que utilizó una tarjeta de crédito encontrada en la calle para comprar comida para sus hijas, pero que tendrá que cumplir condena por aquellos 190 euros que gastó. Un toxicómano rehabilitado que sigue en prisión porque le encontraron una cantidad irrisoria de droga hace casi una década. Activistas y manifestantes del 15M que reciben multas desproporcionadas o que, incluso, han tenido que pasar varias semanas privados de libertad, como en el caso de Alfonso Fernández, “Alfon”. Suma y sigue. Porque en España parece que se cumple cada vez más aquello de que “la justicia es como las víboras, solo muerde los pies descalzos”. Devora a dentelladas a las personas más débiles, a quienes tienen menos recursos para defenderse, a quienes -en proporción- menor daño causan a la sociedad con sus acciones, aunque éstas sean consideradas delictivas por el Código Penal. Y, mientras, quienes causan mayores daños siguen en libertad. Y nos invade la certeza de que también serán absueltos los Bárcenas, Urdangarines… e incluso los responsables de una tragedia tan absurda y evitable como la del Madrid Arena. Ante todo esto, ¿qué nos queda? Denunciar estos agravios, quejarnos, exigir indultos justos y cumplimiento de penas, ponernos del lado de las personas débiles… En una palabra, nos queda seguir buscando el Reino de Dios y su justicia que, claramente, es muy distinta a la justicia que rige este país.
Conversaciones en el Foro Gogoa con Txema Urkijo
Poblet: un ejemplo monástico de conversión ecológica
El reconocimiento de Palestina en la ONU y la operación “Pilar de defensa” han puesto una vez más de actualidad la situación del pueblo palestino: una injusticia que perdura desde hace décadas
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Kentaja: una lección de vida
Entrevista a Sabino Puente
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