Calatayud
El guarnicionero guarnicionero
Llevo 48 años trabajando. Empecé a los 12. Me quedan 5 para jubilarme.
Sí. Había aprendices en aquella época, yo empecé como aprendiz.
Trabajábamos aparejos para animales: collerones, lomeras, tirantes, ramales, retrancas, barrigueras, cinchas... También albarcas. Hoy nada de eso se usa apenas. Ahora hago sobre todo toldos para fachadas. No. Ahora los albardones se trabajan. Iban rellenos de paja larga y centeno.
Estos utensilios los guardaré. No volvería a coger esta profesión.
No tengo sucesor en este trabajo. Trabajábamos para toda la comarca. Cosía con cáñamo y hasta con tripa de cerdo, porque es muy fuerte.
Esta profesión no tiene futuro. El precio depende de la calidad de la piel, si viene del extranjero al ser de peor calidad es más barata. Morosos no había y en alguna ocasión se pagaba con otros productos, como aceite.
El tiempo que dura hacer un aparejo no se puede concretar, depende de muchas cosas. Para fabricar los aperos, se utilizaban las pieles de los animales del guano como vacas y mulas.
Una cabezada muy elaborada las 40.000 pesetas, y los tirantes las 25.000.