Aquí van los cinco relatos finalistas -de forma anónima, de momento- de nuestro concurso de cuentos. Ahora mismo abrimos una casilla de votación para que podáis elegir vuestro preferido: una persona, un voto. Los ganadores tendrán como nota final del relato un 10 y los laureles de la gloria literaria. Felicidades a todas y a todos por los muy buenos trabajos entregados. Y ahora, qué gane el mejor...
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20/11/2010
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Nota de los autores: hemos pretendido que se viera la evolución del personaje principal también en la escritura. Por eso, hemos intentado que en la última parte, la escritura sea menos correcta y formal y con expresiones mucho más coloquiales.
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13 Septiembre Hoy ha sido uno de los peores días de mi vida. No me hubiera imaginado nunca en una situación como esta. Yo solo quiero ser un chico normal: salir con mis amigos, jugar a futbol, tener a alguien que me escuche...Espero que esto mejore pronto. 1 Octubre Esto no mejora, cada día me siento más solo 19 Octubre Hoy por fin he dejado de ser “el nuevo”. Un compañero de 2º me ha dicho que por que no salgo a dar una vuelta. Me han llevado a la peña y Pablo ha estado contando “batallitas”, por ahora es el que mejor me cae. Antes de irme, he notado un olor extraño que no he sabido reconocer. 25 Octubre. Era el cumpleaños de mi hermano. Hemos comido todos juntos y a media tarde he ido a la peña a ver si estaban. Al entrar he visto a Pablo, estaba muy blanco. Los demás parecía preocupados y al preguntar por qué no lo llevábamos al medico, se han reído de mi y me han dicho que dejara de decir tonterías. 20 Noviembre. Hoy estoy muy contento porque ya he acabado mis exámenes. Durante el recreo nos hemos sentado donde siempre, al lado de la valla y entonces Pablo me ha pasado algo que he tardado en reconocer, pero cuando he visto lo que era lo he rechazado diciendo que estaba loco. El se ha reído y me ha dicho que no pasaba nada. Ha sido una situación extraña, olía como aquella tarde en la peña. Hoy he decidido no salir 22 Noviembre He hecho algo de lo que nunca me habría creído capaz. Ayer me volvieron a ofrecer lo mismo y hoy por fin lo he probado. Se que no debería haberlo hecho, pero en realidad me ha gustado, puesto que me he sentido integrado 15 Diciembre Después de todo este tiempo vuelvo a escribir. No me siento demasiado orgulloso de lo que he hecho, pero por fin soy uno más de verdad, aunque haya descuidado un poquito los estudios. De todas formas, todavía queda tiempo para centrarme. Hoy en clase de música, cuando Goyo, el profesor, se ha ido a hacer fotocopias, nos hemos liado un porro. Ha sido muy excitante. 25 Diciembre Buah, la noche de ayer fue alucinante. Mientras estábamos en la discoteca, Pablo me pidió que le acompañara al baño. Cuando echamos el pestillo, volcó medio gramo y nos hicimos unas rayas. Al principio estaba asustado, y el picor de la nariz que me produjo no fue demasiado tranquilizador, pero la sensación posterior fue tan increíble que hoy lo volvería a hacer. Al llegar a casa no podía dormir, por eso estoy escribiendo.
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1 Enero Creo que anoche me pasé demasiado. Hasta mis padres se han dado cuenta de que no soy el mismo. Les he dicho que volveré a ser como antes, pero la verdad es que no pienso dejarlo. Esta nochevieja ha sido la mejor de toda mi vida, y no pienso cambiarlo ahora. Total, todo esto lo tengo controlado, puedo dejarlo cuando quiera. 25 Febrero Reconozco que esto, cada vez, va a más. No puedo dejar de ver el momento en el que pueda pillar algo, y en cada 5 minutos siento la necesidad de fumarme un porro para relajarme y volver a mi nube. 1 Marzo Estoy expulsado tres días. Mariano, el director, me ha pillado en el baño. Lo que no sé es cómo no me ha pasado antes, y mira que el olor es bastante sospechoso. Mis padres están muy preocupados, Mariano les ha explicado lo que he estado haciendo y la clase de amigos que tengo. Me quieren ayudar, quieren sacarme de este mundo, pero no saben como y yo tampoco pongo demasiado de mi parte. 18 Abril Hoy he llamado a “estos” y no me han cogido el móvil. También he probado a llamar a Pablo al fijo y nada. Me da igual, no los necesito. Voy a ver qué hay por el parque, y así me fumo un par de porrillos de ida y vuelta. 25 Abril He conocido a un grupo de chicos. Son bastante mayores que yo y la mayoría dejaron los estudios y se pusieron a trabajar. Estos sí que saben divertirse. Además me han propuesto pillar mucho para un festival, pero no tengo suficiente dinero, tengo que pensar algo. 1 Mayo Mañana es el festival y sigo sin el dinero. Creo que ya sé qué voy a hacer: mi madre saldrá luego a ver a mi abuela. Cuando se vaya, le cogeré el dinero de la cartera. Espero que no se de cuenta y piense que lo ha perdido * * * Estoy jodido, no puedo ir al festival. Cuando mi madre me ha pillado, se ha enfadado tanto que ha intentando darme una bofetada. Yo me he puesto nervioso, ella nunca me lo había hecho. La he agarrado fuerte del brazo y la he empujado contra la puerta. Justo después ha buscado su móvil y ha llamado a mi padre llorando. 2 Mayo Hoy ha sido uno de los peores días de mi vida. No me hubiera imaginado nunca en una situación como esta. Estoy totalmente solo. Ahora vivo en casa de mis abuelos. Mis padres no están dispuestos a permitir que viva bajo su mismo techo si no llevo la intención de cambiar. Esto empezó de manera inocente, pero hasta los que yo consideraba como “mis amigos” me han dejado de lado porque creen que me estoy pasando.
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VERGÜENZA BAJO LA LLUVIA Llovía pero no sentíamos la lluvia, pisábamos los charcos pero no nos mojábamos los pies, y aunque caminábamos juntos, éramos como completos desconocidos. Entonces lo miré, y el también me miró. Sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo, y sin pensármelo dos veces aparté la mirada. Justo en ese momento me di cuenta de lo que sentía.
MARTES 14/09/2011
Mi primer día de instituto, un día soleado, era inmune a la gente. Yo solo me preguntaba si llevaba todo lo que necesitaba de todas las asignaturas, lo demás me era indiferente. Intentaba adaptarme al ritmo de este instituto, a las preferencias de los profesores, y a los gustos o peculiaridades de cada grupo de amigos. Aunque esto tampoco me importaba mucho, ya que solo era una alumna más que empezaba el bachiller. Lo único que me diferenciaba del resto, era que había venido de otra ciudad hace dos días, y creo que esto tampoco le importaba a nadie.
Las primeras clases no fueron gran cosa, me presenté, lo de siempre cuando llegas a un sitio nuevo. Se me acercó un grupo de chicas para preguntarme sobre mi vida y el motivo de mi llegada a este pueblo, y noté que me miraban mucho de los pies a la cabeza. No tuve la suficiente confianza y valor para contarles lo que había sucedido entre mis padres. El resto del día fue bastante normal, hasta que coincidí con un chico que destacaba entre los demás, o eso me parecía.
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MIÉRCOLES 15/09/2011
Segundo día de instituto, un día nublado, ya no me sentía tan sola como el primer día gracias al grupo de chicas que hicieron que ese día fuese un poco más fácil. Antes de ir al instituto me perseguía la duda de llevar paraguas, ya que si llovía no quería que todos me viesen mojada, y si ocurriese al revés no me gustaría ser la típica idiota que lleve el paraguas sin sentido. Era demasiado vergonzosa para quedar con esas chicas, así que decidí ir hasta el instituto sola. De camino al instituto, en el cruce de mi nueva calle, en la acera de enfrente volví a ver a ese chico acompañado de mis nuevas amigas, pero la vergüenza se apoderó de mí y seguí caminando como si no les hubiese visto. Entonces fue cuando una voz dijo mi nombre, no me quedaba otra opción que acercarme a saludar. Fui yo misma la que noté la propia vergüenza, cuando mis nuevas amigas me presentaron a ese curioso chico. Vivía cerca de mí, ya no tenía que volver a mi casa sola.
JUEVES 16/09/2011
Cuando salí de casa, él me estaba esperando en la puerta. Caminamos hacia el instituto. Llovía pero no sentíamos la lluvia, pisábamos los charcos pero no nos mojábamos los pies, y aunque caminábamos juntos, éramos como completos desconocidos. Entonces lo miré, y el también me miró. Sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo, y sin pensármelo dos veces aparté la mirada. Justo en ese momento me di cuenta de lo que sentía.
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En las orillas del Manubles, se encontraba uno de los institutos con el menor nivel académico de toda España. La causa era que los alumnos inscritos en él, no superaban las competencias propuestas por el gobierno y otras instituciones. Todos los directores que habían pasado por el IES Zaurín, habían hecho todo lo posible para cambiar esta situación mediante sus propuestas, pero no tuvieron éxito. Entonces, llego un nuevo director llamado Marano Urgell. Cuando le comunicaron que iba a desempeñar el cargo de director en el IES Zaurín, pensó: - ¿Y si soy incapaz de sacar este instituto a flote? Pero tras una larga reflexión le dijo a su mujer: - Los rumores que me han llegado acerca de él son pésimos, pero en ningún momento perderé la esperanza ni las ganas por cambiar esta situación. En mi carrera profesional, he pasado por otros institutos que requerían mano dura y actualmente están en su máximo esplendor, así que no tengo porque tener miedo. El primer día que llegó a su puesto, en vez de proponer propuestas para mejorarlo, convocó una reunión con todo el cuerpo docente y los padres de los alumnos. Les informó de la situación, porque los padres desconocían la gravedad de ésta, ya que el problema conllevaba al cierre definitivo del centro debido a que todo instituto debe tener un mínimo nivel académico, que actualmente el IES Zaurín no superaba. Al día siguiente convocaron a los alumnos en el aula de audiovisuales para tratar este tema, ya que eran los principales implicados. Cuando se les comunico, la única reacción que tuvieron fue de alegría, ya que si cerraban el centro, no tendrían que asistir a las clases y habría un tiempo en blanco hasta que las retomaran. Mariano, se puso serio y les dijo:
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- No os dais cuenta de la gravedad de la situación. Si el cierre ocurre, vuestros padres van a tener que pensar en un traslado de pueblo o de instituto, cosa que a vosotros os perjudica principalmente porque debido a la situación geográfica de vuestra localidad, no todos los alumnos disponéis de un instituto cercano a vosotros. Por lo tanto, conllevaría a que tendríais que madrugar más y llegaríais más tarde a casa. Además echarías a perder unos años de vuestra vida sin hacer nada, ya que si no tenéis preparación no vais a encontrar ocupación en ningún lado. Los alumnos reflexionaron sobre lo que el director les había dicho y entonces fue cuando realmente se dieron cuenta de la situación. Ellos no querían trasladarse de su pueblo, ni cambiarse de instituto con las consecuencias que esto conllevaba y se dieron cuenta de que si querían labrarse un futuro, deberían buscar soluciones. Los alumnos tenían que ponerse las pilas, y así lo hicieron. Día tras día, el nivel iba siendo más elevado y a los alumnos se les veía más motivados. Finalmente, esté instituto salió a flote gracias a la esperanza del director y la colaboración de los alumnos.
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Era otro año más, el mismo Zaurín de siempre, la misma rutina, madrugar, tener que coger el autobús, llegar a clase y pensar un día sin otro en que haríamos el fin de semana. Tocaba conocer a mis nuevos compañeros. Ese año encontraba muchas caras conocidas pero entre ellas, alguna que otra desconocida. Cuando el profesor entró, nos coloco alfabéticamente y nos pidió que nos presentáramos. Empezaron a resonar nombres, Laura, Diego, David, Ángela, Sheila.... En ese momento, en ese mismo instante que oí su nombre, Sheila, alcé la vista, deje mis pensamientos monótonos de lado y la mire fijamente. De repente mi corazón se aceleró, parecía una válvula apunto de explotar, sentí que necesitaba mirarla, por lo que comencé a observarla detenidamente. Era preciosa, su pelo liso de color tan oscuro como el azabache deslumbraba mis ojos, tenía unas hermosas curvas, unos ojos penetrantes del color del alquitrán, , que me era inevitable no mirarlos. Era todo el ella...sus gestos, su manera sencilla de tocarse el pelo; dejándolo caer sobre su espalda, la forma de hablar, ese tono tímido pero a la vez cariñoso. Era como si lo tuviera todo, como si el mundo fuera ella; ella era mi mundo. De repente oí como sonaba el timbre, y me di cuenta de que me había pasado la hora entera pensando en ella. Las primeras semanas, no podía dejar de mirarla, me sentía frustrado, sabia que solo me podía conformar con eso, ella era inalcanzable para mi .Era guapa, inteligente, popular, era…. como de otro nivel, como si de la misma Afrodita se tratase, en resumen era la típica chica que causaba sensación, incluso se podría decir que parecía prepotente, que lo tenia todo. Yo sabia que ella no era para mi pero a pesar de eso me encantaba. Para ella yo no significaba nada, era como una diminuta hormiga mirada desde un avión, algo muy insignificante. Pero mi cabeza, si embargo, no podía dejar de pensar un segundo en ella, se había hecho dueña completamente de mis pensamientos. Recuerdo con exactitud el momento en el que por primera vez nuestras palabras se cruzaron, no fue una mañana cualquiera, el sol se colaba por las rendijas de la ventana, brillaba con más fuerza que de normal. Me senté en mi sitio, dejando aun lado las explicaciones del profesor, y observándola como de costumbre. Todo ocurrió minutos después de comenzar la primera clase, ella estaba tan estupenda 12
como siempre, se sentó en su sitio, comenzó a preparar el material, y se preparo para tomar apuntes. En aquella hora había un silencio sepulcral, pero este se rompió, se empezaron a oír pequeños golpecitos en el suelo; eran las cuencas de una pulsera que se había roto, eran preciosas. Supuse que eran de Sheila, y sí, estaba en lo cierto, eran igual de hermosas que ella. El profesor le dio permiso para recoger todas las bolitas, yo sin pensármelo me metí bajo la mesa y comencé a recoger las bolas más cercanas. Cuando acabe pose mis manos sobre las suyas y le di todas las bolitas, aproveche a mirarle los ojos fijamente, la sentía cerca y a la vez lejos. Al terminar la clase, ella se aproximo hacia a mi, no me lo podía creer, a medida que ella se acercaba mi corazón se aceleraba cada vez mas y mas rápido, ella muy amable me dio las gracias por haberla ayudado. A partir de hay, empecé a ilusionarme, y fue entonces cuando me di cuenta de que las apariencia engañan, quizás no era esa chica prepotente que imagine... Me arme de valor y esa misma tarde la agregué a Tuenti. A las 11h de la noche vi su nombre, era ella, estaba conectada, por lo que decidí hablarle, al principio la conversación era tensa y el tema principal el instituto, pero poco a poco, sin darme cuenta me abrí mas a ella, empezamos a hablar de temas personales. Esa noche no pude dormir, todas y cada una de sus palabras resonaban en mi cabeza, y estaba loco por que llegara el próximo día. Cada día la veía más perfecta, me tenía loco. Pasamos varias semanas chateando todas las noches, hasta que una noche me dijo que le apetecía ir al cine, yo sin dudarlo le propuse acompañarla, ella acepto de inmediato. Creo que no me había sentido mas nervioso en la vida, todos aquellos momentos de nerviosismo se hacían insignificantes con este día; quede con ella en la puerta del centro comercial, y fuimos a ver una película romántica, de las que les solían gustar a las chicas por esos tiempo. Durante toda la película ella me dio la mano, a media que avanzaba el cortometraje se me acercaba más. Cuando estaba a punto de acabar la película me dijo que me tenía que confesar algo, no me lo podía creer, pero por una vez en mi vida sentí que algo bueno iba a sucederme. Ella apretándome muy fuerte las dos manos me dijo que se estaba enamorando de mí, que era el chico con el que siempre había soñado, el que se preocupaba de ella, el que la ayudaba siempre, el que siempre estaba a su lado. Ella se había percatado en todo momento de mis observaciones, de esa forma tan tierna y al mismo tiempo enganchadora de mirarla. Deje de pensar en el pasado, la mire, la remire y de repente zas, surgió, fue eterno y fugaz, sencillo y complejo, fue fuego, ternura, fue un beso, mi beso, su beso, el 13
hecho que marco un antes y un después en mi vida, a partir de hay comenzó una historia de amor que jamás olvidare, pero que como todo también tuvo su fin. Al principio todo era perfecto, todas las tardes nos veíamos, íbamos al parque, al cine, o simplemente nos quedábamos acurrucados en un banco contemplando como caían las hojas formando una larga y grande alfombra otoñal. Así fue mi vida durante mi segundo de bachiller. La mala noticia llegó cuando recibimos las notas, ambos aprobamos y nuestros caminos se separaron, ella marcho a Madrid y yo me quede en Zaragoza. Esa noticia me destruyo por completo, no me lo podía creer nos íbamos a separar, nuestros caminos no continuarían juntos. Al principio dijimos que la distancia no nos separaría pero era evidente que el final estaba apunto de llegar y desgraciadamente ese día llegó, no lo pudimos remediar y nos tuvimos que separar. Mi primer gran amor había terminado, por un futuro prometedor, pero sin ella. Ahora, diez años después me encuentro en el Zaurín de siempre, con la misma rutina, madrugar, tener que coger el coche, llegar al instituto y dar clase. Me toca conocer a mis nuevos alumnos. He entrado a clase, he colocado alfabéticamente a mis chicos, y les he pedido que empezaran a presentare. Me han ido diciendo sus nombres, Alberto, Pablo, Julián, Lucia, en el momento que he odio su nombre he levantado la vista de la lista, y la he empezado a mirar. No se, su largo pelo negro y sus ojos a conjunto me recordaban a alguien familiar. Era ella, mi primer amor, tenía un encanto peculiar, imposible de encontrar otro igual, pero hay mismo, en la segunda columna, en primera fila, encontraba ese mismo encanto, esas maneras que me llevaron a la locura en mi juventud. Poco a poco notaba como se me hacia imposible dejar de mirarla, como su todo era el todo de Sheila, mi todo. Es ese pasado el que traigo atrás y que parece que me sigue ¿volverá a pasar? ¿Es que a caso un profesor se puede enamorar de su alumna? ¿Sera una casualidad o simplemente el destino, aquel quien me pone a prueba o que solamente quiere devolverme aquello que me arrebato?
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EL PEOR DÍA DE MI VIDA Son las siete y media de la mañana, suena la alarma como todos los días. Sin darme cuenta la he apagado y al despertar ya era demasiado tarde, el autobús se había ido. Sólo se me ocurría avisar a mi madre, pero el problema es que estaba trabajando. Además, la noche anterior no pude ducharme y había pensado ducharme hoy por la mañana, pero a parte de que era tarde, no había agua caliente. Para desayunar me había tomado dos yogures, sin darme cuenta de que estaban caducados, cosa que pasó factura en mi estomago por lo que te tuve que pasar por el servicio unas cuantas veces. Al final fue mi tía la que me llevo al instituto. Cuando me bajé del coche, resbalé con el suelo mojado de la lluvia y me ensucié todo mi pantalón blanco. No solo eso, sino que cuando entré a clase me di cuenta de que no llevaba la mochila, me la había dejado en el maletero del coche. Cuando entré por la puerta, todos mis compañeros se quedaron mirándome y se echaron a reír. Lo peor fue cuando llegué a clase de Filosofía. Se me había olvidado por completo que tenía examen, y por lo tanto no había estudiado nada. Aún así me propuse hacerlo, pero no tenía bolígrafos, ya que no tenía mochila. Solo tenía la opción de pedírselo al profesor, ya que mis compañeros me marginan por completo. Al levantarme no me di cuenta de que se me había quedado enganchado el pantalón en la silla. Sí, se me rompió. ¡Qué vergüenza!... Pensaba que ya nada más me podía pasar en este horror de día pero no fue así. Al bajar para irnos a casa tropecé con un compañero y me caí por las escaleras, y poco daño no es que me hiciera. Cuando conseguí salir afuera me di cuenta de que no había nadie. Estaba sola. Solo veía a una persona de 15
lejos, al fondo del pasillo. Tenía miedo, ya que las luces se apagaron y se escuchó el ruido de las llaves al cerrar una puerta. Grité como una loca y eche a correr escaleras arriba, escaleras abajo intentando buscar una salida. Todas las puertas estaban cerradas y aquella persona que antes veía a lo lejos, cada vez estaba mas cerca. No tardé más de diez segundos en recorrer un pasillo cuando de repente me encontré al profesor de Filosofía. El también se había quedado encerrado entre las cuatro paredes de uno de los lugares mas odiados por los adolescentes. No teníamos mas que el agua de las máquinas del piso de abajo del instituto y otra de comida rápida, como sándwich y bocadillos fríos. Pasaban las horas hasta que decidimos ponernos a buscar algún método para salir de allí. Nos recorrimos el instituto de arriba abajo, puerta por puerta, ventana por ventana, las cuales estaban demasiado altas como para saltar desde ahí. Entonces fue cuando una sombra pasó por delante de nosotros. Una sombra larga y misteriosa. Al principio no le hicimos mucho caso pero cuando vimos que nos perseguía a todos los lados que íbamos, empezamos a preocuparnos. En un momento dado nos dimos la vuelta y apareció la sombra, casi pisándonos la punta de los pies y con un objeto puntiagudo en la mano. No nos dio tiempo a reaccionar y veía perfectamente como ese cuchillo avanzaba hacia mi pecho lentamente, muy lento hasta que vi como se clavaba en mí… RING ! Sonó la alarma, pero la alarma verdadera, la que me decía que era hora de levantarse y empezar un nuevo día.
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