Morata y Velilla de Jiloca
De oficio: Pastor
En Velilla de
Jiloca todavía quedan pastores, una actividad de gran importancia que se ha venido realizando regularmente en todo el medio rural de Aragón. Es un oficio muy duro y sacrificado, aguantan el sol, el frío, y el agua que cae. Su horario laboral empieza en invierno a las nueve de la mañana y termina alrededor de las seis de la tarde, no van a comer a sus casas, ahora se suelen llevar la comida ya preparada, pero antes casi todos los pastores llevaban el calderillo para hacerse la comida, lo más tradicional patatas con algún tipo de carne, o sea, caldereta. En verano es distinto, se levantan cuando apenas se ve la luz del día, a las cinco de la mañana pero regresan a sus casas para comer y después se echan la siesta. Vuelven a salir sobre las cinco de la tarde, no pueden salir antes ya que las ovejas se amorran con el calor, es decir, bajan el morro al suelo y no hay forma de hacerlas andar. Regresan sobre las 11 de la noche. Ahora, visten como cualquier persona, pero no hace mucho, usaban pantalones de cuero encima de sus propios pantalones para evitar el frío, albarcas y un zurrón
o morral para llevar la merienda. En otoño y primavera es cuando paren las ovejas después de tres meses de embarazo. En Julio se les esquila, antes se vendía la lana ¡y a buen precio! ahora se suele quemar porque nadie la quiere.. Para reconocer a sus ovejas, antes las marcaban con un marcador, un molde de chapa que se untaba de pez y se les ponía sobre la lana. Ahora llevan el Cortal en la oreja, esto es igual que el número del carnet de identidad de las personas, así está “fichado" todo el ganado. En cuanto a la alimentación, durante la mayor parte del año el ganado aprovecha como pasto los rastrojos del cereal de secano y también el de regadío, aunque como no es suficiente, en las eras se les suele echar para que coman nabos, remolacha y berzas, y en “la canal” dentro de los corrales o parideras (que es donde se encierra al ganado), maíz, alfalfe, cebada y pipirigallo. En los montes se alimentan sobre todo de hierbas y tomillos y tras la recogida de la uva se comen las hojas de las cepas. Es una pena que esta actividad ganadera vaya desapareciendo poco a poco no solo en Velilla de Jiloca sino en todo Aragón.
Cande, Manuela y Rosario