Grandioso y urgente
Acabar con la pobreza y las guerras, obteniendo paz y prosperidad es posible... y urgente.
Alberto Montiel ThinkAroundit
Grandioso y urgente
Acabar con la pobreza, y las guerras, obteniendo paz y prosperidad es posible... y urgente.
Alberto Montiel e-buks / ThinkAroundit
Ediciรณn 1.0 Diciembre de 2015
“La ignorancia, la indiferencia, la pobreza y la avaricia están causando problemas inter-relacionados que amenazan con arruinar por completo la Tierra”. Peter Hamilton Raven, botánico y ambientalista
«Grande es la verdad, pero más grande es, todavía, el silencio sobre la verdad» Aldoux Huxley
A modo de prólogo De Mal a Peor La humanidad está en una situación muy complicada. Suponiendo que aún no estemos en un callejón sin salida, corremos directamente hacia él. No se trata de una mega-crisis económica (ojalá fuera solo eso). Tampoco es necesario un cambio climático catastrófico para que acabemos mordiendo el polvo. Nos estamos creando problemas a marchas forzadas, porque nuestro principal y último gran problema es la incapacidad de mostrar inteligencia colectiva a través de nuestras acciones globales. Entre estos problemas: acumulación de tóxicos y disruptores endocrinos, destrucción de ecosistemas, disminución de la diversidad biológica, contaminación química y radioactiva y acumulación de residuos... Al margen de todo esto, otros problemas menos documentados pero igualmente terribles e insidiosos: la infelicidad generalizada, la homogeneización y tendencia al gris de las culturas, la vuelta de la esclavitud encubierta, no sólo en maquilas de Centroamérica o Asia, sino en muchos países considerados ricos...
¿Por nuestra Culpa? La explicación podría ser que el Ser Humano parece ser una primate esencialmente egoísta y agresivo. La cultura y la tecnología no son más que maquillaje, o casi más propiamente, pinturas de guerra. Pero también somos ambiguos, y de vez en cuando también somos capaces de grandes cosas, y somos creativos, altruistas, e incluso pacíficos. O más bien, son algunas personas las que lo hacen, pues entre nosotros hay una mezcla muy variada, oscilando entre una minoría de cuasi-psicópatas, una mayoría de personas que se dejan llevar por su desidia y la inercia, y otra minoría de gente con sentimientos más o menos bondadosos y altruistas.
Sin embargo, hay soluciones Por supuesto, pero no creo que los mismos que colaboraron activamente en crear la situación actual sean los que nos vayan a querer “salvar”. Sus soluciones son una trampa que nos hunde aún más en el pozo. Y no son la clase de solución que nos cuentan. Más crédito, más crecimiento y más tecnología ciegamente aplicada no son la solución. Por cierto, que no es tanto tecnología lo que nos falta; es conocimiento y sensatez. Y una buena dosis de buenos sentimientos para contrarrestar la insensibilidad antes los problemas ajenos. La cuestión, la gran cuestión, es cómo organizar las soluciones. Cómo saber las que funcionarán y las que no; cómo conectarlas entre ellas para hacerlas más efectivas, etc. Pueden hacerse muchas cosas, y de hecho, ya se hace; el Ser Humano ha sido capaz de extraordinarios logros: ha aprendido a aprovechar múltiples formas de energía con gran
habilidad, como la del sol, el viento, o la energía combustible fósil o nuclear; ha coloca do satélites artificiales en órbita para comunicar de forma prácticamente instantánea casi cualquier rincón del planeta; ha desarrollado máquinas con un poder de cálculo que resultaría increíble hace tan sólo tres décadas, y a precios muy asequibles, como la que empleo para preparar este documento; ha desarrollado Internet, un sistema de comunicación que permite a cualquier persona acceder a información casi ilimitada desde cualquier ordenador; ha erradicado enfermedades y ha permitido la vida simultánea de más personas que nunca, entre otras grandes hazañas. La mayoría de estos avances han sido fruto de la acumulación de avances menores, producidos incluso aisladamente, pero algunas pocas veces no ha sido así. En Julio de 1969 el Apolo XI llevó a tres astronautas a la luna tras 8 años de preparación, cálculos y trabajos de ingeniería extraordinarios. Fue quizá el primer mega-proyecto a medio plazo, que requirió conocimiento de múltiples disciplinas, innovación y talento, además de asumir considerables riesgos y costos económicos “astronómicos”. Por otro lado, unos años antes, se logró desarrollar tecnología militar de armamento atómico con el potencial de destruir la vida humana en el planeta entero, varias veces, causando un “invierno nuclear” catastrófico. Ambas manifestaciones de “inteligencia” responden, aunque no lo parezcan, a una característica humana, que es a la vez nuestra seña de identidad más acusada: nuestra ca pacidad analítica, que nos permite cálculos complejos, unido a nuestra disposición a tomar decisiones en base a emociones. Somos seres racionales y emocionales al mismo
tiempo, lo cual nos pone en riesgo contra nosotros mismos. Lástima que una buena parte de las veces esas emociones, que impulsa una gran cantidad de trabajo mental “racional”, sean más negativas que positivas. El miedo es el motor de la mayoría de esas emociones negativas. El desarrollo de armamento atómico se dio por miedo, que fue creciendo poco a poco en ambos bandos. Las guerras se originan en cierto modo también en el miedo. Aunque los ejércitos pueden ser también cuestión de orgullo patriótico (otro factor emocional nefasto). Las personas dispuestas a sacrificar sus vidas en guerras no están haciendo algo por su propia supervivencia, sino por su comunidad, pero si miramos el cuadro desde un poco más lejos... todo se ve diferente.
“Si quieres llegar pronto, anda solo; si quieres llegar lejos, camina acompañado.” Proverbio africano
Introducción Si supiéramos que es posible, en menos de diez años, acabar a la vez con el hambre, la pobreza, las guerras y otros males de los que hacen de la vida una pesadilla para millo nes de personas, ¿nos interesaríamos por el proyecto que promete tal maravilla? Si supiéramos que es posible un futuro de paz y prosperidad a corto plazo, sin renunciar al progreso, ni limitando la libertad individual de nadie; ¿Querríamos saber cómo llegar a él? Si supiéramos además que no solo es posible, sino que es urgente que nos pongamos manos a la obra, ¿nos quedaríamos lamentándonos de no haberlo hecho antes, o nos pondríamos en marcha? Tales objetivos no sólo pueden lograrse, sino que deben lograrse si queremos poder hablar de algo parecido a futuro, esperanza y paz. La forma de lograrlo pasa por comprender el problema en su verdadera magnitud y forzar a los gobiernos y demás instituciones públicas y privadas implicadas a aplicar una batería de soluciones ínter-conectadas, que ser irán adaptando a los cambios conforme se van mejorando las condiciones, entre otras. En resumen, la solución consiste en un análisis sistémico global y de una aplicación de soluciones individuales, regionales y globales.
“SI los océanos de nuestra Tierra murieran —esto es, si, de algún modo, la vida de pronto des apareciera—, sería la más formidable, pero también la más definitiva, de las catástrofes en la historia atormentada del hombre y de los demás animales que con él comparten este planeta.” Jacques Cousteau
-”Pero estos problemas no tienen solución, me temo” Sí tienen solución, pero ésta no implica cambios en un solo ámbito sino en varios a la vez. No son soluciones mágicas, pero casi. El truco es ponerlas en acción de forma conjunta e inter-conectadamente, y no limitarse a ellas sino ir adaptando el sistema confor me se van produciendo cambios. Otra buena noticia, que es uno de los puntos claves de esta iniciativa de proyecto grandioso bautizada como ThinkAroundit, es que ya hay miles de personas trabajando en estos proyectos grandiosos, algunas incluso casi sin saberlo, pues trabajan en otros proyectos secundarios. En parte se trata también de ser conscientes de que somos constructores de catedrales y no solo albañiles, por lo que podemos reconocer que estamos incidiendo a través de acciones y actividades relativamente modestas, pero que una vez puestas en perspectiva y comprendida su importancia, serán vistas como mucho más importantes, incluso trascendentales. Algunas profesiones son clave en este cambio, pero la inmersión informativa intoxicante nos hace creer que no podemos hacer casi nada por cambiar las cosas, instaurando un pesimismo y una apatía, cuando no un agrio cinismo, que paralizan a algunas de las personas más valiosas. Se ha impuesto un vacío no sólo espiritual, sino existencial: todos parecen creerse más listos que los demás, y sobre nada parecemos tener responsabilidad, ni nada puede ha-
cerse. Pero solo son un cúmulo de informaciones vacías de verdadero valor. La realidad es que probablemente nunca en la historia estuvimos en mejor situación que ahora para cambiar las cosas y crear un mundo casi utópico. Los conocimientos científicos han dado paso a capacidades tecnológicas asombrosas, la ingeniería es capaz de grandes proyectos, igual que el conocimiento, y la educación de las masas la ha llevado a alcanzar una masa crítica capaz de cambiar la conciencia sobre asuntos como la libertad, la democracia, los valores humanos y la justicia. El punto de encuentro entre la dificultad de los grandes problemas y el ascenso de nuestra capacidad tecnológica es ahora. Si esperáramos un poco más podríamos tener mejores opciones tecnológicas, pero el problema sería tan tremendamente complejo y grave como para no poder abordarlo con ninguna estrategia imaginada. Ahora quizá aún tenemos un problema acorde a nuestra capacidad resolutiva. Dicho de otro modo; casi con toda seguridad, la velocidad con que se acumulan los progresos científicos no superará la velocidad con que se acumulan y agravan los problemas que asedian la humanidad, porque el conocimiento puede incrementarse exponencialmente en algunos momentos, pero el avance de ciertos problemas avanza con mayor celeridad aún. -¿Por qué es tan vital también para el mundo rico abordar los problemas de “otros” como el hambre y las guerras? Aparte de los aspectos morales del asunto, nadie está
realmente a salvo de verse inmerso en una guerra o de llegar a sufrir la pobreza e incluso hambre, si no se resuelve la situación globalmente. Hasta que no veamos que las guerras que suceden a miles de kilómetros son también asunto nuestro, aparte del hecho de que son nuestros países los que fabrican y venden el armamento que usan, no podremos sentirnos realmente seguros, ni podrán garantizarse ciertos recursos estratégicos, desde luego. -¿Por qué está todo relacionado? No solo el hambre y las guerras guardan relación, ni los problemas están aislados en África y las zonas pobres del planeta. Otros problemas importantes, como, el desempleo, la creciente pobreza en el mundo rico, o el retroceso en la esperanza de vida o los niveles de infelicidad, depresión o suicidio, guardan una estrecha relación con la forma en que se ha diseñado “la vida” desde la política y las necesidades de la economía, impuestas desde la necesidad de crecimiento y beneficio. Se han propuesto casi infinidad de alternativas; algunas más que alternativas reales son reacciones casi viscerales: el Primitivismo (y el anarcoprimitivismo), que proponen una vuelta a condiciones preindustriales, o renunciar a aplicar el conocimiento científico y retornar unas cuantas décadas (o siglos) atrás, no incide realmente en el origen del problema. Del movimiento del decrecimiento, en cambio, tendríamos mucho que aprender, así como de otras aportaciones como son la Permacultura (cultura de lo permanente), o la
Economía del Bien Común. Otros movimientos que nos aportan información y respuestas válidas son el Slow (y Slowfood), el Downshifting y sus secuelas que abogan por una vida más frugal y simple. Cada una de estas visiones ha observado una parcela de realidad desde una distancia demasiado cercana. Pero como “los árboles no dejan ver el bosque” es preciso retirarse un poco, o elevarse sobre él, y observarlo en su totalidad. Si pudiéramos observar incluso por debajo del nivel del suelo, veríamos que un bosque es prácti camente un gran organismo cuyas raíces se tocan unas con otras, que llegan a cambiar la acidez del suelo con su presencia y actividad “metabólica”, que las hojas muertas y restos de organismos que viven a la sombra de los grandes árboles, animales y vegetales, generan con su descomposición una capa de suelo fértil, o que las grandes extensiones de árboles dan lugar a un micro-clima, además de que protegen el suelo de su erosión. Todo ello nos está enseñando que la interconexión y dependencia llega más allá de lo imaginado en una observación superficial y nos va sorprendiendo conforme vamos conociendo más sobre los ecosistemas. De igual modo, los sistemas humanos (sociedades) están igualmente interconectados y son interdependientes. No es posible la civilización sin un mínimo de tecnología y fuentes de energía para proveernos de alimento, agua y refugio. Por encima de todo, el re curso más importante de todos es el conocimiento, pues se han de saber utilizar y admi nistrar los demás recursos, cada vez más sabiamente.
Varios investigadores han comprobado que las civilizaciones que colapsaron en el pasado presentaron todas ciertas características comunes: ante un cambio en las condiciones de su entorno, muy a menudo por cambios climáticos y sequías prolongadas, no pudieron reaccionar y adaptarse con la suficiente agilidad, debido a la excesiva complejidad de sus sociedades. En contrapartida, los nómadas y cazadores-recolectores, aparte de que no eran propiamente civilizaciones, se adaptaban rápida y ágilmente a los cambios, porque no tenían una estructura organizativa compleja, ni unos procedimientos y cultura de los que se habían vuelto dependientes. Conocimiento adaptado a las circunstancias y capacidad de responder a éstas con agilidad hubieran salvado probablemente a estas civilizaciones perdidas. La rigidez y obcecación actuales de nuestros políticos y economistas -de la corriente dominante, del crecimiento sostenido- nos está situando exactamente en una situación de gravísimo riesgo, pues además nunca antes tanta gente hizo lo mismo al mismo tiempo. El colapso no sería ahora de una pequeña civilización de unos pocos miles o cientos de miles de individuos. Ahora potencialmente el riesgo es miles de veces mayor que en el peor de los casos ocurridos en la historia conocida. El caso del militar ruso que salvó al mundo, que se explica más adelante, es un ejemplo de los riesgos de la complejidad y la concentración de poder, en cada vez menos manos, que emplean herramientas potentísimas (y no me refiero al propio armamento, sino a los automatismos y medios de detección). Literalmente, el argumento de Juegos de Guerra,
en la que la decisión de iniciar el lanzamiento de misiles nucleares recaería en un ordenador, hoy los mercados financieros están prácticamente sometidos a “decisiones” basadas en los cálculos de un puñado de ordenadores. No parece buena idea dejar que las más importantes decisiones financieras o de defensa-ataque militar dependan en tan alto grado de los cómputos de las máquinas. La supervisión humana, y no de un pequeño grupo de personas, sino de un grupo relati vamente numeroso, disponiendo de un mínimo de tiempo, son más que aconsejables. De todos modos, el potencial de cálculo de estas máquinas es muy útil para verificar intuiciones, hacer cálculos de probabilidades, ideas simulaciones y modelos, etc. También para poner en manos de un buen número de investigadores, pensadores, científicos, etc. la mejor información, clasificada, ordenada, conectada; para trabajar con ella de forma eficiente y cómoda.
Un último aviso Esto no es un libro convencional, ni ha de leerse en un orden establecido, ni presenta conclusiones definitivas. Estos textos solo pretenden invitar a la reflexión a la vez que presentar la idea de conectar en un mega-proyecto (acabar con la pobreza y la guerra) una diversidad de otras ideas y proyectos. Estos textos se irán mejorando y complementando. Cualquier sugerencia, idea o crítica (constructiva preferentemente) pueden dirigirla a: eidonlink@gmail.com
SoĂąadores de un Mundo mejor
Los soñadores, los utópicos, los que no se resignan a la “realidad”, los que quieren hacer las cosas mejor, los que tienen una visión optimista y consecuente, hoy todos ellos tienen que unir fuerzas y estar en contacto, más que nunca. Han pasado algunos años desde que parecía que todo podría cambiar, que por fin íbamos a corregir el rumbo suicida que nos llevaba directos al desastre; sin embargo el Titanic sigue a toda máquina en esta noche aparentemente tranquila, atravesando un mar en los que se ocultan numerosos icebergs. Nos dicen “No se preocupen está todo bajo control”; pero solo se refieren a que la orquesta esta preparada para sacar su mejor repertorio, para la que en muchos sentidos será la noche más especial. Somos libres de cambiar La voluntad y determinación humanas son algo grandioso, y también un gran riesgo. Todo empieza y acaba con las ideas que se establecen en la mente de las personas. Las nue vas ideas reemplazan las más viejas, a veces se combinan para dar lugar a nuevas, otras aparecen como de la nada y se abren camino con gran fuerza. Pero nunca es casual. A menudo son efectos casuales e incontrolados, pero otras muchas tienen una gran cantidad de planificación detrás. Se incuban y se inoculan en las mentes cada día, con cada frase, con cada imagen. Somos inicialmente libres pero nos sometemos voluntariamente a dejar de serlo, por nuestra comodidad, por nuestra seguridad.
Cada vez menos tiempo de reacción, para cada vez más problemas El mundo, o mejor dicho, la humanidad, se encuentra en una situación crítica. Algunas de las más grandes mentes analíticas contemporáneas han visto que el plazo de reacción es cada vez más limitado, y de hecho adelantan ya irremediables daños. Solo nos queda minimizarlos actuando inmediatamente, pero ni tan sólo parece que éso nos preocupe demasiado. El cambio climático no es el único tema preocupante. Parece ser que han habido otros cambios climáticos, incluso antes de la existencia de la civilización humana, o al menos antes de la civilización industrial que conocemos. Pero resulta que ni siquiera este asunto se enfoca con una visión lo suficientemente amplia. No todo depende de los combustibles fósiles, ni siquiera de los gases de efecto invernadero. El metano resultado del ganado, los cambios en la actividad solar, la liberación de metano de la tundra ártica, son algunos ejemplos de efectos diferentes a las emisiones de los automóviles. El tema es lo bastante complejo y apasionante como para acaparar la atención de los medios de un modo apabullante, tanto que apenas queda espacio para otros temas tam bién muy preocupantes: los riesgos del armamento bacteriológico, químico y nuclear; la superpoblación, el riesgo de hambre y colapso de la civilización, la creciente deuda y el crack financiero global (como detonante que desencadenaría otros problemas aún mayores que el propio crack), los enfrentamientos bélicos a gran escala, etc.
De entre todos estos grandes desafíos se podría destacar uno especialmente relevante e inter-conectado con casi todos los demás, ya sea como causa o efecto (a veces a la vez): la superpoblación, o al menos la superpoblación de algunas regiones del planeta. Este es no sólo probablemente uno de los mayores desafíos y riesgos que enfrentamos, lamentablemente es también un gran tabú. Cierto que algunos defensores del control de la población son mucho más extremos en sus cálculos y propuestas que otros; sin embargo una postura moderada y abierta también es criticada y rebatida duramente. Se dice, entre otros argumentos, que hay aún mucho espacio libre, como si el problema fuera el espacio para tener un techo donde cobijarse. El problema es que no haya posibilidad de mantener la producción actual de alimento, agua, energía y demás recursos indispensables para llevar una vida digna. Pero lo verdaderamente preocupante es el cruce de tendencias entre población y recursos, agravado por desigualdades regionales y la rigidez en los flujos migratorios. Los recursos ineludibles El alimento está estrechamente relacionado con el agua y la energía. Hasta no hace mu cho la energía era de origen animal o renovable: animales de tiro para arar y para el transporte, fertilizantes orgánicos animales, molinos de viento, barcos de vela, leña para calentar las casas, etc. Hoy todo eso ha cambiado. La abundante producción de hoy requiere de fertilizantes sintéticos, maquinaria y gasoil para moverla. También de mucha electricidad para refrigerar y procesar los alimentos, así como más gasoil para transpor-
tarlos, otra vez más energía para su distribución minorista y de nuevo más energía para conservarlos en casa y finalmente cocinarlos. Hasta hace poco el agua se obtenía de los ríos, lluvias y unos pocos pozos de poca profundidad. Hoy las potentes bombas son capaces de elevar el agua de pozos de dos mil metros o más. Incluso en algunas regiones se obtiene el agua potable a partir de la desalación del agua del mar, con un coste energético muy elevado. Como puede comprobarse, la relación entre el agua, la energía, el alimento y el nivel de población que soportan estos recursos, es muy estrecha. Pero nos olvidamos del otro recurso: la tierra. Este ha sido considerado muy “flexible” pues sus rendimientos se han logrado estirar una y otra vez. Sin embargo todo tiene un precio; la fertilidad de la tierra se agota, se erosiona el terreno, los alimentos son cada vez más insípidos y desnaturalizados. Es posible que podamos alimentarnos con vegetales hidropónicos, con algas, o incluso con cultivos de tejido y “carnes” sintéticas; pero cabe sospechar que todo ello es más una cuestión de negocio a costa de la supervivencia y la insalubridad. Complejidad y colapso No se trata sólo de que más población se traduzca en peor calidad de vida y conflictos. Se trata de que se eleva cada vez más el nivel de riesgo de un colapso civilizatorio. Hay estudios que relacionan las civilizaciones desaparecieran repentinamente con el grado de complejidad organizativa y tecnológica de esas civilizaciones. Esa mayor complejidad implica menor capacidad de respuesta, pues todo está conectado y la dependencia de
unos recursos y factores con otros les restan autonomía y agilidad. Las soluciones tecnológicas, en este sentido, suponen a veces mayor dependencia de factores nuevos, a su vez poco previsibles a medio plazo. Tal es el caso de la energía fó sil, caprichosamente distribuida por el globo, concentrada en un puñado de países. El problema no sólo es que su proceso y consumo emita CO2 y otras emisiones nocivas, sino que todos necesitan consumir cada vez más a la vez que cada vez más pocos tienen cada vez menos energía. Ello alimenta el otro gran problema: los conflictos bélicos, Estos, a su vez, alimentados también por otro factor: la fabricación y tráfico de armas. Y este, a su vez, se ve espoleado por otro factor: la búsqueda desesperada de beneficios financieros de dos dígitos y el blanqueo de capital. Necesidad de comprensión global y coordinación El lío (tinglado) es tal que no sirve de mucho atajar los factores de forma aislada. No es suficiente con alimentar, urgencia tras urgencia, crisis tras crisis, a lo hambrientos del mundo, si no se ataca a la raíz del problema. Que en realidad no es una sola. La globali zacion ha reducido o casi eliminado la soberanía alimentaria de las regiones. La dependencia de la agricultura y la alimentación con la energía es casi absoluta: fertilizantes recolección, transporte y logística; extracción de agua, procesado de alimentos, transporte y conservación, etc. ¿Como actuar pues? Aparentemente lo ideal es actuar de forma coordinada, analizando el problema de forma global, pero actuando tanto global como localmente. Pero por encima de todo, se precisa imaginación, valentía, determinación y voluntad.
El dinero no debería ser problema; si incluso se imprime masivamente, vía de urgencia, para salvar inútiles mega-bancos, ¿por qué no hacerlo para salvar a la humanidad entera? Si los países ricos se endeudan masivamente para comprar armamento de última tecnología, ¿por qué no endeudarse para buscar soluciones estratégicas y aplicarlas inteligentemente? Casos concretos: superpoblación ¿Por qué ningún personaje público (menos aún un político) se atreve a hablar abiertamente de la necesidad de controlar el crecimiento demográfico? Incluso aún en los casos más duros que imaginemos, el mal de la aplicación de estas políticas de control demográfico es menor que el daño de no aplicarlas. Pensemos que habría pasado si China no hubiera controlado férreamente su natalidad con su política de único hijo. Cabe preguntarse, ¿cuantas personas habrían ya muerto de hambre en el gigantesco país? Otros países están llegando a un resultado similar, aunque algo más tardío. desde posiciones diferentes. Es el caso de la India, en la que sus ciudadanos son cada vez más conscientes de la necesidad de tener familias pequeñas, porque hasta hace muy poco, en algunos países los resultados de tener demasiados hijos eran la miseria, arrojando a los menores a la delincuencia y la prostitución, cuando no incluso vendiendo a los propios hijos prácticamente como esclavos.
Caso concreto: pobreza La pobreza y la pobreza extrema, cuando no incluso el hambre, son -al menos parcialmente- el resultado de la limitación de las posibilidades de la economía de ciertas re giones, y en particular de la sobrecarga de los sistemas ecológicos. Esto no suele ser evidente porque se esconde en la globalización de los mercados, de modo que igual que los residuos pueden enviarse a algún país lo suficientemente pobre como para aceptar cualquier producto tóxico, las materias primas o la energía pueden obtenerse a cambio de dinero a crédito o movimiento de deudas, también de los países en los que sus recursos y mano de obra son muy baratos. Se puede decir que a los pobres se les fuerza a vender barato sus valiosos recursos. Así las cosas, aparentemente el sistema es rentable, pero sólo lo es porque no se tienen en cuenta las llamadas externalidades, los que serían los efectos “secundarios” de los negocios: la destrucción de ecosistemas y daños ecológicos, la degradación del medio ambiente, la peor calidad de los alimentos (sabor y aroma casi han desaparecido de frutas y verduras, por ejemplo), la pérdida de fertilidad de la tierra... y de los seres humanos (lo cual sería bueno, si no fuera porque es un factor incontrolado), la infelicidad creciente de las personas, obligadas a oficios y tareas a menudo francamente absurdos, inmersos en procedimientos y burocracias absurdos, a menudo sobreviviendo con la esperanza remota (aún más de lo que imaginan), de una liberación gracias a un gran premio obtenido de inmorales juegos de azar legalizados, o la esperanza algo más alcanzable de un retiro cada vez más alejado e incierto.
Deuda, empleo, salarios Las personas, como los gobiernos, y también la mayoría de empresas, están a su vez endeudadas, o lo están durante una buena parte de su vida, por lo que se ven forzadas a aceptar también condiciones laborales cada vez más exigentes e impuestos más altos. Y si hay que trabajar hasta los 75 se acepta sin demasiadas protestas, pues es “necesario”. Pero realmente no hace falta más fuerza laboral, y menos de los mayores que deseen retirarse antes. En países del Sur de Europa se dará la curiosa circunstancia de que incluso teniendo tasas de paro juvenil cercanas al 50%, los más mayores se verán obligados a trabajar hasta los 75 años. Se argumenta la necesidad de salvar la seguridad social, pero otro motivo podría ser también presionar a la baja los salarios. La realidad es que la elevada productividad actual hace cada vez menos necesario el capital humano. Y no sólo se trata de personal no cualificado. Se destruyen empleos cada vez más cualificados. Ello no es malo en sí; solo que si no cambiamos las otras variables de la fórmula (horas trabajadas, producción, etc.) se llega pronto a una crisis de sobreproducción con cifras de desempleo desorbitadas. Todas las naciones están están cada vez mas endeudadas. Todos lo países, casi sin excepción, acumulan enormes deudas. ¿Cómo es posible? ¿A quien se le debe el dinero? Pues a entidades privadas, bancos centrales concretamente. Entidades creadas para crear dinero de la nada, de modo que tienen poder por encima de los propios estados. En cada ciclo, en la fase de recesión, estas entidades acumulan más poder, a través del control de los gobiernos deudores. El poder es convertible en dinero y viceversa.
Conclusiones Afortunadamente hay miles de personas utópicas y soñadoras, cargadas de talento intelectual y moral, que desean, más aún, necesitan, trabajar en proyectos con verdadero sentido, que valoran la importancia de estos desafíos de altruismo universal por encima de un buen salario de un empleo vacío de sentido. Sin embargo necesitan sentirse acompañados para navegar en un océano de dificultades. Necesitan sentir que son constructores de catedrales en lugar de picapedreros o albañiles. Nos ha tocado vivir una época “interesante”, pero ojalá no hubiéramos tenido esa “suerte”. Algo así dicen los chinos; también dicen que toda crisis es también una oportunidad, o eso se les atribuye. Sea como sea las frases tienen hoy mucho sentido. Tenemos una oportunidad de oro de despertar y ver que todo este tinglado hace tiempo que ya no sirve: ni funciona ni es en absoluto justo y sostenible. Tenemos que cambiarlo, Ahora, Ya. La aportación de ThinkAroundit (TAit) TAit será una guía, una hoja de ruta, un mapa multidimensional, dinámico, complejo. Complejo porque la historia y los hechos nos han mostrado que las cosas no son sencillas. Se impone un análisis cuidadoso, multidisciplinar, para después poder aplicar soluciones creativas, en sinergia con otras soluciones, posiblemente de otros campos pero conectadas por relaciones sutiles (o no tan sutiles). Acabamos de descubrir que la realidad es compleja, borrosa, líquida, cambiante, interconectada, multidimensional... y que existen los cisnes negros (la posibilidad de que la historia nos sorprenda con desenlaces inesperados).
Las herramientas intelectuales clásicas, como el cálculo, la lógica binaria y los relatos no sirven apenas para acercarse a una interpretación basta y poco útil de la realidad. Los especialistas están cada vez más limitados en sus estrechos campos de conocimiento, es decir, que los “sabios” de hoy saben cada vez más de cada vez menos. La propia inteligencia humana se está descubriendo cada vez más polifacética; ya no es suficiente con decir que una persona es o no inteligente; se ha de definir en que campo o áreas o aptitudes es competente o inteligente. La clásica inteligencia lógica no es ni la única ni la más útil a la hora de enfrentar estos grandes retos. A la inteligencia racional y matemática le sumamos ya la emocional, la musical, la lingüística, la espacial, la cinestésica, incluso la inteligencia ecológica. Algunos añadiríamos una que puede resultar definitivamente útil y potente: la inteligencia intuitiva. Unos pocos más añaden aún otra: la inteligencia colectiva. Fuera del ámbito de la psicología y de la misma ciencia, cabría admitir que ésta última ha dado lugar a manifestaciones tan útiles como el crowdsourcing (creación colectiva), que es de lo que tenemos que ocuparnos también aquí para avanzar en estos grandes proyectos. Este es un trabajo que requiere de la participación de muchos expertos y gente de talento motivados por el bien común y los desafíos grandiosos. Vamos a lograrlo, entre todos; estamos juntos en ello, como navegantes que compartimos una misma nave y un mismo destino. La visión de la aportación particular, no experta ni intelectual también es fundamental
No es UtopĂa sino Necesidad
Según muchos pensadores (filósofos, escritores, investigadores, científicos...) la humanidad se encuentra en una situación crítica, afrontando elevadísimos riesgos de diversos tipos. Estoy de acuerdo con muchos de ellos, también en que ciertos factores desatendidos podrían llevar -en menos tiempo del que creeríamos- a una situación de colapso o caída libre, o al menos de caída continuada, de los parámetros que configuran esta nueva y rara civilización tecno-económica. En realidad, en buena parte del mundo no ha llegado apenas a existir tal “civilización” y en donde sí existe, se mantiene en un frágil y momentáneo equilibrio. La tendencia más reciente parece consistir, en lugar de igualarnos “al alza”, mejorando las condiciones de vida de la mayoría, en que la humanidad se iguale a la baja, pero permitiendo mantener los desorbitados privilegios de una reducidísima minoría. Las acciones encaminadas a paliar el daño y reducir riesgos, apenas están encaminadas al mantenimiento del status quo del sistema, que beneficia a cada vez menos personas, más que a la ayuda generalizada. La acción organizada es muy parcial, limitada y de resultados frustrantes. Para empeorar el panorama, hace ya más de 30 años que se advierte del peligro y como no se han producido demasiados accidentes catastróficos que pudieran considerarse globales (sí algunos) -o que sean como tal percibidos-, muchas personas ya no escuchan las voces de alarma. Sin embargo los riesgos se han multiplicado y las soluciones puestas en marcha solo sirven para tranquilizar y moderar el volumen de las protestas.
Quizá la solución no tiene por qué ser tecno-futurista, o quizá sí.
Ante tal panorama, no se hace gran cosa, y sin embargo podemos hacer mucho. Tenemos a nuestro alcance la posibilidad de utilizar las más potentes herramientas que hemos tenido nunca en la búsqueda y aplicación de soluciones: Internet, inteligencia de cómputo (artificial, redes neuronales), capaces de potenciar el pensamiento complejo y multidisciplinario, conectando además el talento de las más preparadas y mejor motivadas mentes de nuestro planeta. La traducción cibernética, los simuladores y modelos matemáticos, etc., unido a la voluntad de miles de personas en identificar correctamente el origen de los problemas, diseñando una estrategia de soluciones, nos permitirán producir la gran revolución en el conocimiento y la conciencia globales. Los recursos humanos y técnicos también son más potentes que nunca en cuanto a la aplicación de las soluciones: conocimiento científico e ingeniería para la obtención y producción de agua, energía, alimento y demás recursos, por ejemplo. Sin embargo, se precisarían modificaciones legislativas para dotar de verdadera efectividad a todo este conocimiento y recursos. Todo está relacionado; por ejemplo, reduciendo la lucha por los recursos, lo cual no sólo dependería de mejorar la producción y la logística de distribución, sino quizá también de reducir la presión demográfica, se reducen a su vez las tensiones y conflictos armados, y reduciendo éstos, el hambre y la pobreza extrema, con lo cual se aplacarían algunos conflictos... etc., etc. La tecnología ofrece soluciones válidas, pero se ha de pensar de un modo “amplio”, interconectando las causas y efectos de cada problema y solución, para poder aplicarla de un modo efectivo.
No parece que entendamos aún -por mucho que se haya repetido- que tenemos los conocimientos y los recursos para construir un mundo mejor y más justo; lograrlo es cuestión de voluntad y de pensar más organizadamente. Creo que la voluntad la hay ya en millones de personas; luego nos faltaba sólo la capacidad de organizar una estrategia de pensamiento colaborativo, potenciada por las nuevas tecnologías de comunicación y de proceso de datos.
Todo está conectado y la escasez está ahí fuera
El hambre, la pobreza y las guerras comparten algunas de sus causas y están relacionadas estrechamente entre ellas. Las guerras se producen en última instancia por miedo a la pobreza (a la escasez), egoísmo colectivo (del cual el nacionalismo es una variante), o por ambición desmedida; pero todas vienen a ser formas de miedo a la escasez. Antes el hambre se daba por causas fundamentalmente climáticas o naturales (por una sequía, una plaga, una epidemia), pero hoy las causas son más bien de índole económica o política (también por guerra, que es una forma chapucera de política, a fin de cuentas).
Se da la circunstancia de que en medio de la abundancia la gente puede padecer fuertes privaciones, incluso hambre. Esto ocurre porque el dinero, ese fantástico gran invento, se ha convertido en una cosa muy diferente a lo que era originalmente. Ya no es solo un medio de intercambio y acumulación de valor. El ser humano ha sucumbido a la avaricia y la usura, y entre otros defectos achacables al dinero moderno, el primero sería que “construye” un mundo de escasez artificial, que se añade a la escasez real. Quien controla la “producción” y distribución del dinero tiene el poder de permitir o acabar con el hambre de millones de personas, pues tiene el poder de decidir incluso quien come, quien puede pagar la calefacción en invierno, quien puede llevar una vida digna, acceder a sanidad, educación... o simplemente vivir, porque los pobres viven muchos menos años que los ricos, no solo en peores condiciones. Escasez y desigualdad La pobreza (escasez) es, en cierto modo, el resultado, o el efecto secundario, de la acumulación excesiva de riqueza. Si bien es cierto que no todos podemos ser ricos, también es cierto que la clase media está desapareciendo a marchas forzadas en los países “ricos”, dando lugar a una clase trabajadora precarizada, en muchos países (como España) incluso pese a su formación superior y sus muchas ganas de prosperar. Esto ocurre a pesar de que la producción sea cada vez más eficiente. Sin embargo, no son los trabajadores los que se han beneficiando de ese incremento sustancial de la productividad.
Miedo El miedo a perder algo (el deseo de seguridad) nos esclaviza, literalmente. La propiedad privada es un derecho fundamental que no se respeta lo suficiente en el caso de los más pobres, pero sagrado en el caso de los más ricos. La vivienda, ese derecho fundamental, encarecida hasta un extremo insoportable, supone una pesada carga para los menguantes ingresos. No sólo eso, el miedo a perder lo invertido es la mejor atadura, son los grilletes más ligeros, invisibles pero implacables, que ayudan a aceptar empleos cada vez más precarios. Dinero fantasma El dinero de hoy es irreal en gran medida, pues una fracción cada vez mayor del dinero creado no tiene respaldo físico. Se crea por arte de magia de alto nivel, de la nada, a partir de poderosas palabras y pases mágicos de gente muy poderosa. Esa fantasmagórica creación que es el dinero moderno está sometiendo al mundo de formas antes impensables. Legislación Las leyes que regulan, o destrozan, la “democracia” y la economía son las armas de la guerra fría del siglo XXI; nos someten por la fuerza del miedo. Son demasiado a menudo un abuso de autoridad incalificable. Impuestas casi dictatorialmente, carecen muchas veces del mínimo conocimiento de causa.
Gobierno Es el gran teatro donde tiene lugar la gran parodia. La democracia ya no es siguiera un ideal, tanto se ha prostituido la idea original. Votar cada cierto tiempo entre lo malo y lo peor no es para todos, de hecho podría ser cada día para menos gente. Si no se revisan los fundamentos y mecanismos democráticos estamos abocados a la autodestrucción. Falta de información La mentira tiene muchas variantes ocultas en la “información”. Afortunadamente, el pensamiento crítico puede desenmascarar a los mentirosos más cultos. Desgraciadamente, pensar no está de moda. Educación deficiente Hemos logrado la educación universal, pero su calidad aún deja mucho que desear. Se enseñan las materias equivocadas y de forma equivocada. Es más, incluso es fácil ver que la educación “superior” no es otra cosa que un adiestramiento técnico enfocado a producir trabajadores que mejoren la productividad empresarial, o en adiestrar a adiestradores. Pero en la mayoría de centros educativos públicos poco tiene que ver con el conocimiento y el placer de saber.
Televisión y fútbol Son esencialmente el pan y circo de nuestros días. Aunque el pan de ayer también es la comida basura de hoy, que aporta calorías pero no nutre. Igual que los medios informativos, que aportan información vacía pero no nutren de contenidos valiosos nuestro cerebro. Nacionalismos Creerse colectivamente especial, incluso un poco mejores que los “otros”, es un sentimiento básicamente irracional, sin demasiado fundamento lógico en la mayoría de ocasiones. Alimentar ese sentimiento de “amor” a la patria, a los colores de la bandera, a la tradición (por absurda que sea), la historia, e incluso a la lengua propia, es solo un síntoma de visión estrecha. El día que entendamos que esos lazos son frágiles y ridículos, la humanidad habrá despejado los nubarrones que nos impiden ver el futuro. Una lengua común El lenguaje nos permite comunicarnos... si hablamos el mismo idioma, pero también nos divide de un modo que pocas cosas lo hacen. Es el rasgo cultural más evidente y acentuado que existe. Crea riqueza por la variedad, pero en contrapartida también dificulta la comunicación entre muchas personas, haciendo imposible la comunicación de todos con todos. Sin embargo, en pocos años podríamos disponer de una segunda lengua co mún, en la que nadie tuviera ventaja sobre nadie. Es la esperanza del esperanto.
Democracia mas transparente y participativa Otro gran reto es sanear la democracia, o más bien, construirla de nuevo. Tenemos que ambicionar que la la política se construya entre todos, que estemos bien informados y podamos debatir las cuestiones más importantes. La democracia ha de ser una realidad. Coerción Una sociedad moderna y libre debería moverse por impulsos positivos y creadores; no por una coerción basada en el miedo o el engaño. El resultado sería un mundo en el que las personas sacaran lo mejor de sí mismas. Mejores escuelas y educadores producirían una sociead más justa y sabia, lo cual requeriría muchas menos cárceles y vigilancia. Sin embargo, muchos países desarrollados parece que avanzan en dirección contraria. Los incrementos de las multas, cámaras de vigilancia, número de policías, inspectores, leyes, fiscales, etc. parece que hablan de otra filosofía muy distinta. Pero esto es algo que se construye a medio y largo plazo. No parece que vayamos hacia ninguna utopía. Monedas sin inflación ni intereses Si comprendiéramos cómo funciona la creación del dinero y cómo éste es controlada por una élite, nos rebelaríamos ahora mismo. Sin embargo, por fortuna para esa élite privilegiada, a la gente ni le interesa ni le preocupa ni la mitad que la liga de fútbol o la evolución de la tele-serie o reality de turno.
Crecimiento exponencial Otro de los conceptos que deberían entenderse para interpretar el funcionamiento de la economía es el del crecimiento exponencial. Al igual que los virus y las bacterias o una reacción nuclear en cadena, el crecimiento exponencial es difícil de “controlar” una vez superadas las primeras etapas. Y ahora estamos en esa zona crítica. La población y la economía presentan también este tipo de crecimiento, casi explosivo, propenso a dar sorpresas.
El escurridizo bien común Si las empresas buscaran el bien común quizá ya no serían empresas sino organizaciones benéficas. El lucro y el bien común son realmente difíciles de compaginar. Los malabarismos para lograrlo son, la mayoría de las veces, formas de ocultar lo evidente: el lucro transfiere riqueza de A a B, normalmente sin que haya una contrapartida “justa” en una transferencia de dinero de B a A. Incluso “Comercio Justo” podría parecer solo un oxí moron. La responsabilidad corporativa podría ser otro buen intento de lavado de imagen. La economía del bien común, una iniciativa cargada de loables buenas intenciones, topará de bruces con la realidad: la economía está montada sobre la base del crecimiento económico. Como una bicicleta, sin una velocidad mínima, se cae. El problema es que el dinero debe devolverse con intereses; el problema es que se ha de mantener un aparato burocrático estatal cada vez más grande; y sobre todo, el problema es que el dinero es un monopolio sobre el que la gente no tiene ningún control. Podemos obtenerlo (con dificultad), gastarlo (con facilidad), y ahorrarlo (con mayor dificultad aún); pero no tenemos ni voz ni voto para decidir, ni a través de los parlamentos siguiera, cuanta cantidad de dinero se emite, que tasa de interés o “precio” tendrá, etc. Todo eso está en manos de los “amos del mundo”.
Esto es un Caos La civilización es, como el universo mismo, entrópica, es decir, que su complejidad llevará a necesitar cada vez más energía para mantener el orden (la civilización). Sin em bargo, inevitablemente el desorden se va apoderando del futuro, conforme las interacciones entre factores aumentan la complejidad y el propio desorden. La tecnología es el intento de mantener a raya al caos, pero se producen cada vez más factores disturbantes (perturbadores). Y luego está el factor amplificador de la repetición y del tiempo, que se traduce en el famoso “efecto mariposa”, según el cual el batir de las alas de una mariposa en Brasil podría afectar el viento en Texas. ...y se ve borroso La lógica difusa es la propia del pensamiento humano, frente a la lógica de una máquina, de tipo todo-nada, si bien últimamente las máquinas incorporan (simulan) este tipo de “lógica”. La lógica difusa (fuzzy-logic) tiene en cuenta las distintas tonalidades de grises de la realidad, frente al blanco y negro (cero y uno) de la lógica binaria. Así como el pensamiento humano es contradictorio y tendente a producir lo paradójico, la lógica difusa (o borrosa) es una forma de incorporar esa característica de ambigüedad, de cálculo aproximado y relativo. Las clasificaciones, valoraciones, mediciones, incluso auditorias, tienen un valor muy relativo frente al variadísimo, complejo y borroso espectro “cromático” (que además es 3D).
¡Sorpresa: un cisne negro! Por si las cosas no fueran ya bastante complejas considerando la entropía, el Caos, la lógica borrosa y el crecimiento exponencial, hemos de tener presente la no tan remota posibilidad de que aparezca un “cisne negro”, algo extremadamente raro, que por definición ningún think-tank convencional, ni experto, asesor o sabio suele prever (mucho menos un economista, aficionados a explicar las cosas “a toro pasado”, y basándose en una teoría anticuada). Sin embargo la historia nos sorprende una y otra vez, incluso cuando deberíamos haber aprendido alguna lección, quizá porque el “mono desnudo” es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Creo que es porque ya no escuchamos nuestro sexto sentido, o porque no miramos por donde andamos. Quizá, hagamos lo que hagamos, es inevitable, como Murmura avisa, que “si algo puede salir mal... tarde o temprano saldrá mal”.
El Yin, el Yang y el espíritu Zen Aún con todo, no debemos caer en el desánimo, o no por mucho tiempo. La vida es caerse y levantarse, noche y día, calor y frío, y una cosa no existe sin la otra. El que sea difí cil hacerse con una interpretación válida de la realidad, con la que modernizar y valorar la efectividad de los factores correctores, no implica que no deba intentarse. Una forma infalible de enfrentarse con éxito a los problemas es simplificar. Al simplificar eliminamos elementos perturbadores, facilitamos el análisis, y todo se vuelve más manejable. Además, dejamos espacio para el aire fresco, la novedad, lo creativo.
Decrecer y simplificar Nuestra civilización se está hundiendo en su propia complejidad y ésta le impide reflotarse. Se impone un cierto estancamiento moderado, o incluso un ligero decrecimiento controlado, para evitar un colapso catastrófico. Como en un incendio controlado, se trata de cortar la posibilidad de incendio general. Simplificar facilitaría ver mejor los objetivos que merecen la pena: calidad de vida, felicidad y armonía. Un trastero abarrotado Esta civilización tecno-financiera sufre el síndrome de Diógenes; cargamos con demasiadas cosas que ya no sólo son inútiles, sino que nos estorban. Cabe plantearse esta reflexión literalmente, y también metafóricamente, pues nos sobra el miedo, la competitividad como única guía, el deseo de seguir creciendo a toda costa, el monopolio del dinero... y por supuesto, nos sobran las guerras, la pobreza, y el hambre, las grandes vergüenzas de nuestro tiempo, pues estamos preparados para eliminarlas definitivamente.
"La solución no esta en el sistema; está fuera de él, y hay que crearla."
Houston, tenemos un problema (uno encima de otro)
1-Tenemos varios problemas graves (más bien gravísimos, vitales) que además están interconectados de modo que unos empeoran también los demás: pobreza y tensiones geopolíticas se retroalimentan de las crisis financiera y energética, sobre-población de ciertas regiones, legislación inapropiada, excesivo gasto bélico, debilidad de los mecanismos democráticos, corrupción rampante, deuda desbocada, nacionalismos, tensiones, etc. 2- Los problemas personales son los que percibimos más acuciantes, sin embargo no tendremos ningún futuro si no vemos y actuamos más allá de nuestros ombligos 3-Resulta que resolviendo los problemas globales, resolvemos muchos de los problemas personales, pero no a la inversa. Al atajar la pobreza y las crisis, estamos acabando con el desempleo por ejemplo. O al atajar la crisis energética, estamos evitando crecientes tensiones geopolíticas. 4- También resulta que se pueden emprender muchas, muchísimas acciones para resolver estos grandes problemas, existen los recursos y los conocimientos para ello. Sólo falta una cosa: comprender cómo se producen estos problemas. Si lo comprendemos, sabremos cómo resolverlo. Por tanto, no tenemos pretextos para aplazar la decisión ni la acción; tenemos que ponernos en movimiento, YA.
Hay que hacerlo
“Ni una nación ni la Humanidad pueden sobrevivir sin un ideal noble.” Fiódor Dostoyevski ¿Y que ideal puede haber más noble, justo y prioritario que acabar con la pobreza y las guerras? Porque si bien la especie humana puede seguir sobreviviendo a pesar de que un gran número de sus individuos padezca en algún momento hambre, pobreza o guerra, la humanidad en sí misma no puede hacerlo; más aún, no nacerá propiamente una Verdadera Humanidad hasta que no hayamos eliminado estas vergonzosas lacras, causante además de sufrimiento, de un gran riesgo.
Tenemos que hacerlo, tomar la decisión y llevarlo a cabo. No habrá un futuro digno si no lo hacemos ahora, o más bien, nuestra generación perderá la poca dignidad que le queda. No podemos dejarlo para la siguiente generación, ni tan sólo para la siguiente década, el momento es ahora. Se habla de que la Humanidad enfrenta Proyectos y desafíos grandiosos, pero nos olvidamos de los más grandes de todos: acabar con la pobreza y las guerras, algo que es real ahora para miles de millones de personas, y que en el futuro aún empeorará si no tomamos las medidas necesarias. Quizá pensemos o hayamos oído que son objetivos demasiado ideales, alejados de la realidad, etc. Pero no son imposibles, y si están alejados de la realidad es porque no estamos haciendo lo posible para acabar con ellos, no porque haya realmente obstáculos insalvables. No los hay, el primer paso es comprenderlo y asumirlo, lo cual nos lleva a decidirnos; el siguiente paso es ponernos en marcha. “Un viaje de 1000 millas empieza con un solo paso” Lao Tse Sin embargo este viaje, aunque ambicioso, no ha de ser tan largo si lo afrontamos entre todos aquellos que creemos en ellos, porque “Muchas manos hacen el trabajo ligero” y además, la dificultad de este gran proyecto es la coordinación y la búsqueda de soluciones y relaciones entre ellas, lo cual es un reto mas intelectual que de recursos.
Pero como dice el dicho africano “La verdad no está en una sola cabeza”, y en este proyecto se trata precisamente de contar con las ideas de muchas personas motivadas con diversidad de retos y experimentadas en multitud de proyectos. Por tanto la dificultad de los retos no es el principal obstáculo, sino la falta de impulso inicial, un impulso que ha de estar basado en una motivación coordinada y multitudina ria. Y ese impulso inicial depende de ti, de mi y de todos los que comprendiendo la gran necesidad, están dudando si sirve o no sirve.
¿Por qué estos desafíos? ¿Qué sentido podrían tener? Los retos son como la sal de la vida, pero sólo resultan interesantes si los sabemos hacer frente a tiempo. Si nos rendimos antes de actuar estamos acabados, y si lo postergamos indefinidamente el problema crece y crece hasta llegar a una situación en la que es ya casi imposible enfrentarse a él. Está luego la cuestión de la Regla de Oro, que todas las religiones y sabios de la antigüedad (y contemporáneos) han predicado: “tratar al otro como nos gustaría ser tratados”, ponernos “en los zapatos” del otro ayuda a ello, es decir, sentir empatía, que es la premisa fundamental de la genuina ayuda. Es fácil comprender que si hemos llegado a ésto es porque hemos perdido la conciencia de nuestra esencia, olvidando o ignorando que somos algo más que autómatas biológicos
que tratan de sobrevivir y de obtener su seguridad -e incluso su placer- a costa del dolor y la vida de otras personas. Nos empeñamos en ignorar que todo está conectado, no sólo en la Tierra (y ni eso comprendemos) sino en el Universo entero. Es muy posible que pronto comprendamos mejor el significado de las herméticas palabras “Como es arriba es abajo”, pues muchos investigadores, filósofos, físicos y pensadores en general están llegando a un punto de comprensión común, el de que la realidad es algo similar a un gran holograma en el que todo está contenido en todo y en el que nuestra mente determina en gran medida nuestra realidad. Vivimos “en ausencia de lo sagrado”, tal como reza el título del libro de Jerry Mander, que denunciaba la pérdida de sentido profundo -incluso espiritual- de la sociedad tecnológica. Esta pérdida de sentido nos lleva a sinsentidos como “la locura organizada”, título también de otro interesante libro, cuyo autor, Billy Brandt, fue presidente de Alemania Occidental en plena época de la “guerra fría”, por lo que denuncia la locura de un mundo que invirtió ingentes recursos económicos y humanos preparándose para la aniquilación total. La tecnología y el armamento, relacionados también por el I+D, se desarrollan casi a la par, y nos ofrece un mundo dual, cielo e infierno; un cielo para unos pocos, pues para la mayoría se queda en una promesa de cielo, y un infierno para cientos de millones de personas. En absoluto se trata de frenar o ignorar los avances tecnológicos, pero sí deberíamos ser más prudentes y críticos con su aplicación.
Los enormes retos que enfrenta la Humanidad son una gran oportunidad de demostrar no sólo de que somos capaces de hacer las cosas bien y para el bien, sino de que seguimos evolucionando hacia la Humanidad, pues aún no somos todo lo humanos que podríamos ser. Pero no se trata de perseguir el trans-humanismo tecno-robótico y ultra-eugenésico que permitiría la manipulación de nuestro mapa genético. No, nada de eso. Interpreto que lo que proponen los transhumanistas es una huida hacia delante tan irresponsable como lo es la de los partidarios de la colonización de Marte para salvarnos del colapso de los ecosistemas terrestres, probablemente provocados por la misma civilización tecno-financiera en su imparable carrera de ratas hacia la autodestrucción. Intuyo que la salvación de la humanidad (ni tan sólo de la civilización) no vendrá de la mano de la tecnología (por mucho que Hollywood nos lo venda así, no hay mucho de coherente en tal propaganda); nuestra salvación vendrá del buen uso de nuestra mente completa, la que conecta nuestros potentes lóbulos frontales con el visionario corazón, permitiéndonos ver las cosas en conexión. Entonces veremos claro que somos responsables de casi todo lo que sucede a nuestro alrededor, y que no querer verlo no cambia nada. Empecemos a pensar en grande y sentiremos cosas grandes. Nuestro corazón no nos engaña.
¿Objetivos inalcanzables? Es cierto, tengo que reconocer que plantearse objetivos demasiado amplios, como acabar con el hambre, la pobreza o las guerras no es una buena idea. Son objetivos casi abstractos, casi inalcanzables; el hecho de planteárselos es incluso contraproducente, tanto como lo son las ayudas económicas. Concentrarse en los objetivos no sirve. Es mejor concentrarse en lo que se puede “controlar”, las costumbres y comportamientos en el corto plazo, los pequeños cambios encadenados unos con otros. Tomemos, de nuevo, como ejemplo, el gran objetivo de la Paz en el Mundo; los grandes programas no servirán, como se ha demostrado una y otra vez. Mejor cambiemos cosas concretas, cosas que afectan a la raíz del problema: unas cuantas ideas bien explicadas; pero claro, para ello primero se tiene que comprender el problema de un modo amplio. Por ejemplo, debemos tratar de comprender por qué se generan desconfianza, miedo y egoísmo, que son el sustrato del que se alimentan los conflictos de cualquier escala, incluidas las guerras. Quizá podría servir -yo estoy convencido- que aprendiéramos Esperanto como segunda lengua común-universal. O facilitar la libre circulación de personas. Crear grandes regiones, y facilitar todo lo posible el tránsito entre ellas. O enseñar que las religiones presentan más parecidos que diferencias. Eliminar de alguna forma los incentivos a la venta de armas sería desde luego muy efectivo. A veces existen posibilidades desconcertantes, realmente creativas.
¿Por qué es imperativo acabar definitiva y radicalmente con la pobreza y las guerras?
Por dignidad y principios; Porque aspiramos a ser verdaderamente humanos; Porque es el problema más importante para más de mil millones de personas; Porque nos afecta a todos aunque creamos que no; Porque nos podría afectar directamente en algún momento de nuestras vidas;
Porque nuestros hijos tendrían aún más posibilidades que nosotros de padecer estas lacras si no acabamos con ellas ya; Porque cada día que no actuamos se alejan las posibilidades de una solución o se complican las circunstancias; Porque son problemas cuyas causas y efectos se retroalimentan unos con otros, y de ellos se derivan muchísimos otros problemas;
Porque nos hacen sentir vergüenza; por responsabilidad con nuestros semejantes; porque nos sentimos ciudadanos del mundo; Porque tenemos un cierto sentido de trascendencia de la vida humana; Porque el dolor que causan no lo merece nadie y menos aún los niños, los que más lo padecen; Porque acabar con la guerra y la pobreza producirá más riqueza que ningún otro gran objetivo; Porque el odio de la guerra y la violencia de las desigualdades son como una epidemia contagiosa que en cualquier momento podría escapar al control; Porque el bien común debería ser el objetivo último de la especie humana; Porque no seremos felices mientras sepamos que otros seres humanos sufren situaciones terribles que podríamos evitar; Porque el mundo no será un lugar seguro mientras haya víctimas de estas situaciones; Porque si pudiendo hacerlo no lo hacemos, no nos lo perdonaremos; Porque es un reto grandioso y cuando lo hayamos logrado la humanidad habrá dado el paso definitivo hacia el verdadero Progreso;
Porque en un mundo verdaderamente global e interconectado no deberíamos tolerar estas lacras; Porque la buena voluntad no es suficiente; porque, por fin, tenemos los medios y el conocimiento para hacerlo … Finalmente, vamos a acabar definitiva y radicalmente con la pobreza y las guerras … porque tú y yo queremos que sea así.
"Un mundo unido o nada." Albert Einstein
“La tierra es un solo país y todos los hombres son los ciudadanos." Baha’ullah
QuĂŠ estrategia y herramientas utilizar
Acabar con la pobreza en el mundo (y con las guerras) es un objetivo grandioso, muy ambicioso, pero posible; más que eso, debemos llevarlo a cabo porque es esencial y una obligación moral. Para ello se requerirá un análisis complejo de la información, basado en el estudio de las conexiones entre los múltiples factores que intervienen. Algunas herramientas útiles para facilitar el análisis son los mapas cognitivos y los modelos de simulación sobre sistemas dinámicos complejos, que servirán para observar como funcionarían las diversas estrategias. Información + Concienciación Es fundamental no ceder ante el desánimo de ver cómo los factores del desorden parecen ganar terreno, lo cual no es cierto. Los llamados informativos y medios de comunicación buscan mayor audiencia centrándose en las noticias negativas y especialmente en las catastróficas. Las crisis, los accidentes, el terrorismo, los desastres naturales, etc., no son la única realidad. Si la información no incorpora un análisis mínimamente riguroso y objetivo solo sirve para crear inquietud y miedo. Retro-alimentación de las diferentes iniciativas existentes El núcleo del macro-proyecto se fundamenta en la creación y fortalecimiento de las soluciones y alternativas. Estas pueden ser soluciones técnicas o tecnológicas, o bien de tipo político o legislativo, pero a menudo son una estrategia combinada. Un punto importantísimo es la Sinergia de actuación coordinada que se produce al conectar diversas estrategias y soluciones entre sí.
Una utopía realizable Diversidad de Propuestas actuando en sinergia: democracia transparente, participativa e ilustrada, capitalismo auto-sostenible y liberalismo; sostenibilidad energética, etc. Un punto de encuentro de lo mejor de cada solución: educación, democracia, dinero y banca, tecnología, urbanismo, leyes, etc. Marco temporal Debería establecerse un plazo de actuaciones, y un objetivo a corto plazo, porque no hay un impedimento físico imposible. Podrían ser 10 años máximo, pero con un plazo previo de 5 años en el que se debería haber logrado el 70% del resultado previsto a los 10 años. El Objetivo debería estar muy bien definido. Eliminar el 100% del hambre (5 años) el 100% de la pobreza en 10. Definiendo claramente el hambre (desnutrición crónica) y la pobreza no en términos monetarios sino “reales”. Para ello puede tomarse como referencia algunos índices de medición del bienestar alternativo al PIB, como podría ser el Índice de Desarrollo Humano (IDH), propuesto en 1990 por la ONU. Sin embargo, aún más
preciso que este IDH sería el Indice de Pobreza Humana, o el Índice de Pobreza Mundimensional (IPM), más actualizado y que perfecciona los mecanismos de medición, midiendo los niveles de privaciones en las tres dimensiones básicas del desarrollo en vez de enfocarse en los logros, como hace el IDH. Otro índice útil sería el IDH ajustado por desigualdades, que no sólo refleja los valores del IDH sino que lo hace en relación a su distribución en la población. Alcance Internacional Este es un proyecto grandioso por su objetivo, pero también por su alcance universal. Desde hoy debemos consideraros, por encima de cualquier otra consideración, Ciudadanos del mundo, entendiendo que las aspiraciones y problemas de cada uno también nos incumben; porque así es realmente en un mundo conectado como el de hoy. El objetivo es aplicable para todos los países, porque la pobreza hoy está incluso en los países “ricos”: Europa (y no sólo el Sur), EEUU, Japón, etc. Si sólo se actúa en África o en los países más pobres, el problema de fondo subsistirá, porque éste no es coyuntural, sino que es estructural. Se ha de cambiar la estructura, por tanto. Y para eso el dinero no es suficiente; se necesitan nuevas leyes, nueva tecnología y una nueva organización laboral. Cada vez ser verá más claro que todo está conectado y que para comprenderlo debemos identificar y comprender las conexiones.
Creative Problem Solving aplicado a los Grandes Proyectos El primer paso para solucionar un problema, una vez determinado que se desea solucionar, es identificarlo correctamente. Cada problemática tiene varias dimensiones, por lo que no se puede definir únicamente en torno a una sola de ellas. Cada definición hará referencia a una de estas dimensiones, por lo que deberán obtenerse varias definiciones. La naturaleza objetiva del asunto problemático es una cosa (o varias) y el efecto sobre el Ser Humano es otra. El Ser Humano a menudo provoca el daño sobre sí mismo. Por ejemplo; el hambre, uno de los más graves problemas que podemos considerar, es hoy, sobre todo, un asunto de negación de la tragedia, de insensibilidad pura y dura. Ni tan sólo las catástrofes climáticas, ni las guerras, que son hasta ahora locales y puntuales, sirven para explicar que un porcentaje tan alto de la humanidad padezca desnutrición crónica y que las hambrunas causen más muertes al año que el SIDA, la tuberculosis y la malaria juntos. Pero tan increíble como la inacción ante los hechos es dejar que siga sucediendo un años tras otro, sin tratar de atajar las causas. Porque se conocen perfectamente, si bien se genera una confusión a partir de la información tan parcial e inconexa que se proporciona a la opi nión pública a través de los medios de comunicación. Si se analizan con rigor las causas, se pueden diseñar una serie de acciones correctoras, que podrían actuar sinérgicamente, manteniendo una retro-alimentación de información
y acciones, corrigiendo éstas si es necesario. En economía, que maneja parámetros casi completamente abstractos, existen y se utilizan a menudo, medios correctores, si bien ahí el interés es selectivo, no el bien común. Pero el hambre, la pobreza y las guerras son efectos del mundo real, definidos a partir de elementos concretos, materiales en gran medida, pero también ideológicos. Es posible corregir estos efectos, es más, deben corregirse y cuanto antes, porque no nos saldrán gratis. En el mundo, cada vez más, todo está interconectado. Como las guerras por los recursos, que no sólo crean inseguridad y carestía en el primer mundo, además de algunos miles de soldados muertos o mutilados; también se acumula rencor, desconfianza, se cierran vías de colaboración futuras, etc. Definir bien un problema facilita el conocimiento de las causas. Conociendo las causas, a veces tenemos resuelta la parte más compleja del problema; a partir de ahí es más fácil actuar de un modo efectivo. A menudo, conocer esas causas permite identificar, a su vez, otras causas de éstas primeras causas, pudiéndose reconocer conexiones, relaciones causa-efecto, etc., por lo que es más fácil dibujar un esquema que facilite el análisis complejo y la aplicación de soluciones. Parece un reto inabordable, un trayecto cuyo fin no se ve, pero un gran viaje empieza con un solo paso. Ahora, aquí, ya estamos dando ese primer y trascendental paso.
Imaginando Soluciones
¿Es cuestión de tecnología? La tecnología tiene el potencial de solucionar una gran parte de los problemas que afectan a la humanidad, y de aliviar casi todos los demás; sin embargo no resolverá los mas graves mientras esté gobernada por la economía del beneficio rápido, que no observa externalidades y efectos colaterales, es decir, una economía cuyo estímulo es buscar la mayor ganancia en el menor tiempo posible, aunque ello le lleve a su autodestrucción. La Tecnología no tiene conciencia igual que la economía no la tiene. La acumulación de riqueza está propiciada por el interés del capital, facilitada por las leyes de propiedad intelectual y una legislación financiera dañina. Estas leyes han proliferado por el control de los mecanismos democráticos por parte de los grupos de presión de las corporaciones y la banca de inversión: la “puerta giratoria”, los lobbies y la financiación (ilegal y legal) de campañas políticas son ejemplos perfectos de corrupción institucionalizada. El beneficio a corto plazo de unas minorías se transforma con el tiempo en un perjuicio global, pues los propios hijos de los privilegiados vivirán en un mundo asediado por problemas que serán cada vez de más difícil solución: pérdida de bio-diversidad, nuevas enfermedades por la alimentación industrial, acumulación de tóxicos y disruptores endocrinos, agotamiento de caladeros de pesca y tierras fértiles, acumulación de residuos nucleares, etc. Los ecosistemas y el clima se pueden volver mas inhóspitos a la vez que la población crece. Entre las soluciones, se debe tratar de que los legisladores, sean conscientes de como
las leyes que benefician el desarrollo de las corporaciones y la acumulación del capital están empobreciendo y arruinando a personas y países … a cambio de tan poco.
Complejidad
El mundo es demasiado complejo como para que los políticos y burócratas, asfixiados bajo montañas de papel de nuevas normas y proyectos legislativos, entiendan todos los sutiles aspectos cada vez más técnicos. Por otra parte, los lobbies presionan muchísimo mas que las debilitadas organizaciones civiles. Estos lobbies logran actuar de un modo efectivo utilizando una argumentación engañosa, dirigida a confundir y desviar la atención de los más graves “inconvenientes” de cierto tipo de soluciones y productos. Existe una guerra de información, bastante desigual, en la que unos logran influir mucho más que otros en la formación de opinión a base de destacar cierta información respecto a otra, o de emplear un sesgo ideológico. Sin embargo, no es prudente negarse a ver la realidad, pues en poco tiempo ésta acaba imponiéndose; por tanto cuanto antes se afronte, tanto mejor. Ver con claridad, tratando de que los arboles no impidan ver el bosque, es prioritario para realizar una hoja de ruta de las soluciones. Tanto a nivel colectivo como particular se pueden -y deben- perseguir varios objetivos: Informarse, apoyar, quejarse, unirse y organizarse en movimientos de resistencia (pacifica e ilustrada) Restaurar la democracia debería ser una prioridad, exigida a nuestros gobernantes.
Revolución personal A título individual son también muchos los hábitos que inciden y a la vez nos transforman. Hay para todos los gustos, pero a los que les gustan las soluciones radicales les aconsejaría un primer paso poderosísimo: apagar el televisor (todos), desconectarlo y guardarlo en el trastero. Si pasados unos tres meses no lo echamos de menos podemos deshacernos de él (una buena opción es la venta de segunda mano, que evita la fabricación de otro nuevo). Un paso previo a deshacernos de la tv. podría ser el de evitar ver los intoxicantes “informativos”. Si uno busca información, la mejor opción es una cuidada búsqueda en libros e Internet. Aunque hay que educar el pensamiento crítico conforme uno aprende a navegar entre tanta información, que podría resultar igualmente dañina. Continuando con la eliminación de lo superfluo o molesto, podemos ver muchos buenos consejos en relación a ello en varias páginas de Simplicidad voluntaria, Downshifting, Movimiento Slow, Decrecimiento, etc. Aprender a cocinar, de un modo sencillo y básico, es quizá el primer gran paso de la autosuficiencia. Una tendencia hacia el vegetarianismo, comer menos y mas sano son consejos que a la vez que nos ayudan individualmente, contribuyen a un mundo mejor. Otro gran cambio sería usar prioritariamente el transporte publico y/o la bicicleta para los desplazamientos cotidianos.
Otros cambios posibles son la producción de agua caliente solar, o si no puede realizarse la inversión, tratar de aprovechar el sol para calentar la casa en invierno, y tratar de secar la ropa al estilo tradicional, evitando usar la secadora. Deberíamos también de tratar de no renovar tan a menudo la cacharreria electrónica, aunque la obsolescencia diseñada nos fuerza a tratar de renovarla constantemente. Vender lo que no se use y comprar de segunda mano siempre que sea posible es otra forma revolucionaria de cambiar el mundo. Compartir libros y ser cuidadoso con ellos, leer de la biblioteca. No imprimir nada que no sea imprescindible. Procurar no comprar nada que no vaya a utilizarse de un modo más o menos intensivo y pensárselo dos veces (y tres) antes de comprar nada por impulso. Son muchísimas las iniciativas que pueden llevarse a cabo, tantas que en este post apenas pueden exponerse algunas a modo de ejemplo. Pero centrémonos en los dos grandes desafíos que tratamos en ThinkAroundit. Hambre y Pobreza El hambre es -normalmente- una extensión de la pobreza; es pobreza extrema. Igual que aquella, es una cuestión de falta de acceso al dinero o a los recursos básicos, lo cual se ha agravado por la pérdida de soberanía alimentaria, promovida por la globalización de la producción, la dependencia de la tecnología y de los recursos energéticos fósiles. Lo que es aparentemente una contradicción, es el hecho de que el mundo produce -de momento- alimentos de sobra para todos, a la vez que millones de personas sufren diariamente por el hambre.
La explicación es que la producción alimentaria está mal repartida; algunos ciudadanos, concentrados en ciertas regiones, de forma temporal o crónica, no pueden comprar los excedentes de otros lugares, pues no tienen dinero ni para pagar su transporte. Aun cuando se regalara el sobrante de las cosechas o de las industrias transformadoras, se tiene que pagar el coste de su transporte y logística. En otros lugares sobra no sólo alimento, sino dinero, y podrían organizarse campañas de envío de alimentos excedentarios (que a veces no son aptos para la venta, o son sobrantes). Pero esto sólo se lleva a cabo excepcionalmente, en casos de hambrunas extensas que llegan a sacudir las conciencias en los medios de comunicación, a veces por el conocimiento de casos particulares, incluso de un puñado de fotos tan sólo. Normalmente se aplicaría el dicho de “ojos que no ven, corazón que no siente”. Y poco a poco corremos el riesgo de que nuestra sensibilidad se encallezca. Pero pongámonos a imaginar soluciones, ahora que aún estamos a tiempo de aplicarlas y que el problema no es de alcance general (lo cual no es imposible). ¿De dónde sacar ese dinero, aún a corto y medio plazo, mientras se solventan los problemas estructurales de fondo? A saber: el número de hijos por familia, la falta de recursos por el mal reparto de estos: tierra, conocimiento, equipos, comunicaciones, etc. ¿Créditos? En principio parecerían no viables porque a los “pobres” no se les presta dinero. Sin embargo se puede organizar a nivel regional, de países. No hay ningún país que sea totalmente pobre. Todos tienen recursos que podrían ponerse en uso, aún parcialmente.
Muchas fundaciones y organizaciones estarían dispuestas también a aportar dinero a las personas a cambio de que estas se sometan a planificación familiar (incluso esterilización). Pero el dinero aportado en forma de ayuda sólo es un empujoncito, luego debe mantenerse en equilibrio uno solo. Esto sería como enseñar a un niño a montar en bicicleta. Mejor quitarle los ruedines auxiliares cuanto antes, pues si no se acostumbran a la ayuda, es decir, se crea dependencia, corrupción en su administración, y se echan a perder las oportunidades de los inversores y los emprendedores. El dinero es más bien el lubricante, pero no es el motor ni el combustible. El verdadero motor de la prosperidad son los demás recursos. Por tanto son necesarios, además de lubricante, un motor y un combustible adecuado. Entre este “mix de recursos de la prosperidad”, potenciadores de riqueza, cuyo acceso se ha de facilitar a toda costa, se podrían destacar: – – –
Tierra. Alquileres, nuevos contratos, terrenos comunitarios, de gestión mixta, con unos pocos dueños, pero que pueden ser gestionados por una comunidad. Dinero, sea convencional o alternativo o complementario, mediante micro-créditos, renta básica universal, dinero sin inflación ni intereses. Conocimiento, pues la educación sin acceso al conocimiento libre no sirve de mucho. Se ha de desbloquear la restricción a éste en casos especiales. La propiedad intelectual ha de tener límites. El derecho al lucro no puede prevalecer sobre el
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derecho a la vida y la dignidad humanas. Mano de obra, talento. A menudo está ahí, ya potencialmente disponible, pero no puede utilizarse porque la legislación en materia de contratación y fiscalidad son demasiado restrictivas. Se han de crear nuevas fórmulas legales de colaboración entre quienes tienen los recursos materiales y/o el dinero, y los que tienen los conocimientos y habilidades para ponerlos en uso rentable y útil. Los contratos de trabajo quizá sí han de ser más flexibles, pero por ambas partes, beneficiándose también el trabajador. No estaría de más que el trabajador se beneficiara también -en parte- de las ganancias en productividad. Quizá las empresas deberían parecerse más a las cooperativas en este sentido. Libertad y facilidad para los emprendedores, para asumir riesgos. Administración y fiscalidad super-simplificadas y reducidas. Sin emprendedores, sin inventores, sin creadores, no hay cambio. No puede pretenderse que sólo los departamentos de I+D tengan un papel en ésto, ni que sean sólo las grandes corporaciones las que impulsen el progreso. El trabajo en equipo también es posible fuera de la empresa, incluso los equipos virtuales que las nTICs favorecen a través de Internet y el CrowdSourcing.
Inevitablemente, aún cuando se aumente la riqueza global gracias a las mejores interacciones entre sistemas, personas, países, regiones, instituciones, organizaciones y empresas, habrá individuos y países que verán reducir aparentemente su fortuna personal o
PIB. Pero su fortuna actual -o el PIB- es sólo un espejismo en un mundo cada vez más desigual e injusto, por tanto más inseguro y peligroso. Todos ganarán en un mundo con menos tensiones, más justo y equilibrado. Las personas, países y regiones deberán reconocerse mutuamente libres y valiosas, en su variedad y diferencia, cada una respetada en su integridad (y soberanía). El dinero y la tecnología debe aportarse, pero no de la forma habituales. La tecnología debería ser más a menudo tecnología apropiada, es decir, a pequeña escala, manejable, que puedan gestionar y mantener, además de dominar. No parece muy coherente pretender electrificar con placas fotovoltaicas las pequeñas aldeas de África, cuando aún para el mundo rico esta es una solución cara. Sin embargo quizá sí pueden plantearse sistemas de pequeñas redes alimentadas por aerogeneradores simples (quizá modelos reciclados de los países “ricos”, o aportar sistemas de cocina solar para ahorrar leña, o de bio-gas a partir de los excrementos y restos vegetales. Han de buscarse soluciones económicas y simples en la medida de lo posible, no alta tecnología. Aparte de esto, muchas aldeas aún necesitan inodoros o agua, lo cual es más urgente que el wifi o incluso la electricidad. El dinero podría ser también “distinto”. Podría tratarse de dinero sin intereses, a cambio, por ejemplo, de la supervisión en los proyectos que sirven de prueba piloto. El trueque institucional, o entre países, podría suplir en buena media la escasez de dinero, igual que algunas empresas ya intercambian sus productos y servicios, los países y re-
giones pueden intercambiar otros recursos como sus materias primas, su recursos energéticos renovables, que podrían transportarse quizá en forma de hidrógeno (o metano?) en un futuro cercano. Son muchas las soluciones tecnológicas, políticas y estratégicas que deberían estudiarse, Entre éstas, las mejores deberían aplicarse conjuntamente. Por separado, el sistema dominante actual puede mantener a raya las fuerzas “del bien” que pugnan por mejorar su parcela del mundo. Sin embargo, de aplicarse de un modo más coordinado, lo cual re quiere de una comprensión más profunda, no será tan fácil detener el impulso de estos millones de personas e instituciones que trabajan cada día por mejorar las cosas.
“Todo sufrimiento es causado por la ignorancia. La gente inflige dolor a otros en la búsqueda egoísta de su propia felicidad o satisfacción.” “Comparte tu conocimiento. Es una forma de conseguir la inmortalidad.” Dalai Lama
Grandes desafíos sin proyectos
Los grandes logros y proyectos crean ilusión colectiva; nos emociona la novedad (no sólo la tecnológica), así como los propios retos, aunque en realidad la mayoría no obtengamos demasiado de ellos. Por ejemplo, la mayoría de la gente no vio demasiados cambios en su vida tras la llegada del hombre a la Luna. Al menos a corto plazo y en apariencia, porque habría que reconocer que se adelantaron o propiciaron algunos desarrollos tecnológicos que veríamos años más tarde, como el GPS, los alimentos pre-cocinados y deshidratados, la ropa que permanece seca y algunos más. Pero, quizá no cabe entusiasmarse
demasiado; porque ¿qué pasa con el costo de oportunidad? Tal inversión multimillonaria de recursos es de suponer que “compraría” en algún lado el talento y conocimientos iniciales; estos no se crearon totalmente de la nada; ni los científicos ni los conocimientos de estos aparecieron por arte de magia tras poner dinero en los proyectos, sino que -más bien- son desviados de un lugar a otro, si bien hemos de reconocer que en algunos lugares y circunstancias resultan mucho más improductivos que en otros. Pero no es la única opción. De hecho, la ciencia evolucionó mucho más rápido en el período en que no había aún mega-empresas ni grandes instituciones públicas. Quizá tuvo algo que ver que había más libertad y menos trabas legales (también un ambiente no viciado por unas excesivamente protectoras leyes de propiedad intelectual). Hoy día es muy difícil que salga ningún avance importante fuera del alcance de las grandes corporaciones y sus regimientos de abogados, pues éstas se encargan de absorber y controlar casi toda la “producción” de conocimiento científico potencialmente relevante. Cabe preguntarse entonces; ¿que ocurre con los proyectos que además no tienen rentabilidad financiera? Simplemente, no se les dedica apenas tiempo ni dinero. Siguiendo con el ejemplo de la carrera espacial, estamos viviendo lo que podríamos llamar la versión “privada” y lúdica de ésta, pues los nuevos proyectos de turismo espacial (vuelos sub-orbitales) están en una carrera por lograr “popularizar” el hasta ahora exclusivo privilegio de unos pocos astronautas de ver la Tierra desde más de un centenar de kilómetros de distancia, la “famosa” línea de Kármán a partir de la cual se considera que la atmósfera da lugar al “espacio”.
Son al menos ya tres las empresas que pugnan por ofrecer vuelos espaciales “turísticos”: Xcor Aerospace (del que oí hablar en Curaçao); Virgin Galactic, del famoso Richard Brandson; y Space X, impulsada por no menos famoso Elon Musk. Este último también ha emprendido otros grandes proyectos tecnológicos de gran interés, como el coche eléctrico de Tesla Motors (ver enlace), o Hyperloop, el sistema de transporte terrestre de alta ve-
locidad basado en un conducto tubular que permitirá viajar a más de 1100 km/h (mucho más rápido que los aviones comerciales, cuya velocidad de crucero no suele superar los 800 Km/h). Destacaría de este emprendedor, además de su visión de conjunto, que no patenta sus desarrollos tecnológicos ni gasta dinero en marketing. Sin embargo, la inversión privada siempre es un riesgo; parece ser que otras empresas ya intentaron antes ofrecer vuelos suborbitales, como Space Adventures, aliada con Armadillo Aerospace, o Rocket Planet Global.
Pero frente a estos espectaculares proyectos, languidecen los grandes desafíos-problemas (paz, hambre, pobreza... ) sin proyectos, quizá en parte porque el afán de superación de los desafíos es más lúdico que lúcido. Quizá porque nos gobierna el Caos, los millonarios pueden ser astronautas por unos minutos pero no sabemos como evitar la miseria y el hambre permanente de miles de millones de personas. Quizá la Entropía explica que la guerra y el sufrimiento sean una constante en la historia de la humanidad. Pero quizá es solo que no nos molestamos en resolver esos enormes, increíbles desafíos, porque pudiendo hacerlo creemos que no podemos. Sin embargo, las matemáticas más complejas y sutiles se utilizan para encriptación bélica o análisis bursátil, y la ingeniería más avanzada para desarrollar esos juguetes tecnológicos como los cohetes comerciales o, sin ir tan lejos, la búsqueda de petróleo en las profundidades oceánicas, a pesar de que tenemos tecnología para aprovechar el sol y el viento, mucho más limpias y seguras. Pero pocos son los que han utilizado matemáticas avanzadas para tratar de crear un modelo que, primero identificando concienzudamente las causas reales del problema, para proponer soluciones después, se ocupen de la pobreza, el hambre y la resolución de conflictos.
Quizá no es que no se pueda hacer nada, ni que no queramos hacerlo, sino que no hemos sido capaces de encauzar trabajos y voluntades en un gran macro-proyecto, que no se verá impulsado por el motor habitual de los demás proyectos: el beneficio económico (incluso la avaricia). Quizá los vuelos sub-orbitales no sean especialmente rentables, pero para empezar son un reto divertido, un desafío que en sí mismo ya es marcadamente lúdico. Acabar con la pobreza o las guerras, en cambio, no parece que vaya a enriquecer a a nadie, ni tampoco parece un objetivo que cause entusiasmo en demasiada gente. ¿Cómo cambiar esa actitud? En primer lugar, creando mayor conciencia, porque “ojos que no ven. corazón que no siente”. Por tanto deberíamos ser conscientes de que también estos desafíos-problemas (la pobreza y las guerras) nos afectan a todos, si bien, de momento, de un modo algo más indirecto. Y son también desafíos apasionantes, de hecho, pueden ser de los que más. Pero hay más, porque las herramientas e ideas con que nos enfrentaríamos a estos retos servirían para solucionar otros muchísimos problemas complementarios, además de que se produciría un gran avance en ciertas áreas de la modelización de sistemas dinámicos complejos, la ingeniería energética, el conocimiento de la interacción entre diversos factores, etcétera.
OTROS GRANDES DESAFÍOS
Cambio climático Hasta hace poco se referían a él como calentamiento global, pero en vista de las intensas olas de frío de los últimos inviernos últimamente oímos más la expresión “cambio climático”. Sin embargo el cambio climático, igual que los calentamientos y enfriamientos globales, es también un fenómeno geológico-estelar que ocurría ya antes de la existencia de la civilización tecnológica. No sabemos, creo, cual es la temperatura “normal” o idónea para el planeta, por lo que es difícil determinar si ahora estamos cambiando a una situación más extrema o es que estábamos en ella y ahora nos normalizamos. En cualquier caso, y por otro lado, el incremento de las víctimas de los fenómenos climáticos podrían deberse (¿también?) a que hay más gente expuesta a ellos, viviendo en lugares poco aptos e inseguros. Y eso tiene más que ver con la pobreza, y a su vez con la demografía, que con el propio clima. Sin embargo, ello no quiere decir que no le debamos prestar atención al tema, pues los cambios climáticos, antropogénicos o no, suelen producir alteraciones de la producción agrícola, debido a sequías o a cambios
drásticos de temperaturas que alteran toda la ecología. La competencia por el acceso al recurso más fundamental de todos, el agua, podría ser motivo de futuras guerras, por lo que conviene prestar atención a todos estos asuntos, claramente relacionados. Como creo que acabaremos comprobando, se debería abordar el cambio climático “de abajo hacia arriba”, a la vez que de arriba a abajo, es decir, atendiendo también a sus efectos directamente, como la seguridad alimentaria, la obtención de agua, y la reducción de la exposición precaria de las poblaciones empobrecidas. La razón es también, por un lado, que no podemos estar completamente seguros de que la causa principal de éste sean las emisiones de gases de efecto invernadero, pero sí de los efectos que el cambio provoca. Por otro lado, las posibles reducciones de las emisiones no producirían una respuesta inmediata, pues los mecanismos climáticos presentan grandes inercias. Otra duda que se me presenta respecto a las intensas campañas de sensibilización respecto al cambio climático (antropogénico) es que las soluciones de la que se suele hablar son casi todas tecnológicas (más tecnología para arreglar los efectos secundarios de la propia tecnología) como las técnicas para atrapar el CO2, pero se olvida casi completamente que la destrucción de selvas es un gran problema, o que es posible recuperar la vegetación silvestre de las regiones desertizadas, o que otra vez el control demográfico tiene un gran papel... y hablando de papel, las pequeñas soluciones, como la reducción drásticas del uso de papel ( y especialmente el blanqueado con cloro); las otras soluciones, como la reducción de la actividad de la industria cementera, tendrían en combinación un efecto extraordinario.
Crack financiero global Además de que muy probablemente solo afectaría de modo drástico a una reducida fracción de la población mundial, si no se destruyen -a propósitolas infraestructuras productivas más esenciales, el impacto sobre la seguridad de la especie humana es muy relativo. Al ser el dinero fiduciario (dinero-deuda) puede reconstruirse con facilidad... porque literalmente se crea de la nada. Otra cosa es que la forma de organización de esta curiosa civilización tecno-financiera pueda colapsar, pero sería al quedar en evidencia los errores estructurales de sus fundamentos económicos, por lo cual este colapso podría considerarse como una macro-corrección, más que como un verdadero cataclismo. Otra vez, si analizamos el asunto en profundidad, podríamos llegar a descubrir que ese crack que muchos prevén inevitable e inminente, podría no ser otra cosa que un síntoma de la verdadera enfermedad de nuestra civilización: que está construida sobre el egoísmo y el miedo, que pareciera que no hemos salido aún de la oscuridad de la Edad Media, cargados de prejuicios, avaricia, nacionalismos, clasismos, etc.
Creo que no es al propio Crack financiero al que debemos temer, sino a aquella exclusiva y reducida élite privilegiada por el sistema que en su caída trataría de arrastrarnos a los demás, pues en su ciego egoísmo no parecen ver la posibilidad de sobrevivir de otro modo que no sea continuar depredando su entorno y al resto de la humanidad. Pero muy probablemente este mega-crack no sería más que un síntoma de algo mucho peor, no la enfermedad en sí, y resultará casi preferible que se manifieste cuanto antes a que permanezca larvado mientras la situación no hace sino complicarse, con lo cual las posibles soluciones se alejan aún más.
Peak Oil El temido cenit petrolero, últimamente un poco en el olvido por la caída de la demanda, no tiene por qué producir un cataclismo catastrófico o la destrucción de la civilización. Tenemos la alternativa solar (todas las energías renovables) y sobre todo tenemos otras posibilidades de organizar la civilización en torno al consumo de recursos materiales y energéticos renovables y menos dañinos. En mi opinión, la energía barata no es la solución sino el problema. Supongamos que tenemos la “suerte” de descubrir una fuente de energía abundante, limpia, segura y económica; incluso homogéneamente repartida, para que no se creen conflictos por su control. Qué afortunados podríamos sentirnos, ¿o no? Pues resulta que ésta
no sería la solución a nuestros problemas sino la intensificación de los mismos. ¿Por qué digo eso? ¿Por qué la energía nunca ha sido realmente el problema? Veamoslo: la civilización cambió drásticamente desde que dispuso de tecnología para aprovechar estas abundantes fuentes de energía; la población creció gracias a la tecnificación de la agricultura, pero también a que la energía y la tecnología permitían a grandes poblaciones asentarse en entornos cada vez más pobres en recursos. Países como Japón, Holanda o Alemania, entre los más densamente poblados del planeta, y entre los más “ricos” dependen en muy gran medida de los recursos básicos que obtienen de otros alejados lugares del mundo, especialmente en lo más básico de todo, el alimento. De momento, pueden canjear ventajosamente su tecnología, su propiedad intelectual y su dinero-deuda por los recursos básicos aún muy baratos de otras partes del mundo, pero claro, eso no será siempre así. Incluso dependen de su entorno para deshacerse de sus residuos. A nivel global, la energía menguante se topa con la población creciente y con una clase consumidora también creciente, en particular China e India, que, por ejemplo, están cambiando sus bicicletas por motocicletas e incluso automóviles, y su dieta esencialmente vegetariana por otra rica en proteínas animales y leche, al modo occidental. No se les puede recriminar querer parecerse a Occidente, pero sí su poca originalidad, además de que este impulso parece que les coge a contra-pedal, en un momento de restricción del crecimiento, en un mundo en el que no parecen quedar muchas regiones preparadas para entrar en su carrera por el progreso. De momento África empezó a suplir el papel de China para la propia China, pero el mundo se acabó ahí.
Resumiendo, la energía fósil no es el verdadero cuello de botella; hay otros más insalva bles. Los combustibles fósiles pueden ser sustituidos por otras fuentes de energía, si bien éstas no resultarán tan baratas ni prácticas como para mantener en marcha esta quimérica máquina de movimiento perpetuo que es la economía; sin embargo, los recursos minerales estratégicos, no tienen qué los sustituya. Uno de los problemas de esa ingenuamente deseada energía abundante y barata (que podría aparecer un día de estos) es que nos permitiría seguir creciendo, es decir, consumiendo esos recursos no renovables, ocupando más espacio, re-produciéndonos más, creando nuevas montañas de residuos, viviendo en lugares más extremos, en climas totalmente fríos, o tórridos, incluso en el mar. Sin embargo sí competiríamos por unos recursos y un espacio que no podrían crearse sólo con energía. Sí, ya sé, podría colonizarse marte, pero también tenemos problemas de recursos, empezando por la atmósfera. Además está lo intangible, lo que los economistascontables suelen olvidar: el confort, la belleza, la tranquilidad... y también la tranquilidad de espíritu de saber que hemos obrado correctamente. Para actuar definitivamente, de una vez por todas
Otros Proyectos “Grandiosos”
Ciertos proyectos “utópicos” proponen una solución “unidimensional”, es decir, están enfocados sobre todo en un solo aspecto, o en un tipo de soluciones determinada. Entre ellos podrían destacarse los siguientes: Thrivermovement En principio hace una descripción de algunas cuestiones interesantes, pero cabría criticar que mezcla muchas ideas válidas con otras que son mucho más cuestionables, además de que culpabiliza a una élite mundial de casi todos nuestros males, lo cual resta responsabilidad a la gente. Quizá lo peor de todo es que como solución casi mágica a todos los problemas de la humanidad propone la “energía libre”, que de existir como tal, no sería en absoluto una solución pues la disponibilidad de energía barata es lo que nos ha llevado a esta situación, al permitir la explosión demográfica, la globalización desmedida y el crecimiento y el endeudamiento, que es una cuestión de inercia de crecimien to, en cierto modo. Si acierta plenamente en la descripción del funcionamiento del dinero. Trans-humanismo Pone todo el énfasis en la alta tecnología, especialmente en la inteligencia artificial, nanotecnología y otras tecnologías emergentes. Sin dejar de tener importancia, si no van acompañadas de conocimiento profundo y conciencia amplia de sus implicaciones, pueden suponer, como la energía, más un problema mayor que una solución.
Megaingeniería, o Geoingeniería, para atrapar CO2 o evitar el calentamiento global, etc. o escapar a Marte (https://www.youtube.com/watch?v=jPPepndjvio) Zeitgeist Movement (http://www.thezeitgeistmovement.com/) Los documentales y libros de Zeitgeist pretenden explicar demasiadas cosas, su autor o autores no tienen dudas, todo encaja perfectamente en su esquema. Pero yo no creo que ese grado de iluminación racional sea posible; más bien defiendo que es entre todos que podemos definir los problemas y las respuestas, aunque algunos individualmente puedan aportar mucho más que otros, siempre necesitaremos de los demás para lograr grandes proyectos. ThikAroundit también puede parecer un proyecto “demasiado ambicioso”, sin embargo éste está abierto a diversidad de soluciones e interpretaciones que pueden ser compatibles, no se compromete con una única vía de solución, ni un sólo planteamiento. Como en la parábola del leñador, primero hemos de dedicar un tiempo a afilar el hacha. El movimiento Zeitgeist defiende el Proyecto Venus de Jackes Fresno, un diseñador a medio camino entre un ingeniero y un visionario utópico. En muchos aspectos la información que aportan puede ser muy útil, pero también pecan de simplificar demasiado el problema y enfocar la solución exclusivamente en la parte técnica y financiera.
En Saving Humanity from Homo Sapiens personas como el Profesor Nick Bostrom creen que estamos expuestos a otros muchos riesgos: la nanotecnología y la inteligencia artificial. Recomiendan la lectura de El cisne negro, de Nassim Taleb, para comprender que podría ocurrirnos cualquier cosa inesperada, o más probablemente, de la forma más inesperada y en el momento menos esperado. Aunque, por otra parte, nos sería ninguna sorpresa que tuviéramos problemas en las primeras etapas de la aplicación de la I.A. pues precisamente el control ha sido la gran dificultad de cualquier nuevo desarrollo; la máquina de vapor no empezó a ser a ser verdaderamente útil hasta la invención del regulador centrífugo, los motores de combustión interna de los primeros automóviles y motocicletas eran difíciles de controlar y a menudo se aceleraban solos. Incluso ya con sistemas de control avanzados, no era seguro que las máquinas funcionaran en cualquier circunstancia con la misma fiabilidad. Algunos autores de ciencia ficción, pioneros en escribir acerca de inteligencia artificial, como Isaac Asimov, lo primero que definieron fueron unas leyes de la robótica que protegieran al ser humano. Matrix y Terminator son dos bien conocidos films en los que las máquinas acaban rebelándose contra sus dueños humanos, justificándose la acción por su propia seguridad; lo cual sería lógico, dada nuestra naturaleza impredecible. Años antes, el film “2001, Odisea espacial” presentó uno de los primeros ordenadores rebeldes: HAL 9000, que para evitar su desconexión al verificarse un supuesto fallo, empezó a matar a los tripulantes
de la nave Discovery. También en “Juegos de Guerra” se presenta un hipotético caso de “descontrol” de un súper-ordenador que controlaría nada menos que los silos de misiles nucleares de los Estados Unidos de América. Si los soviéticos hubieran tenido un sistema completamente automatizado como el descrito en Juegos de Guerra, en Septiembre de 1983 se hubiera producido un verdadero holocausto nuclear, pues se identificó un ataque de misiles nucleares desde los Estados Unidos por el sistema de alerta de satélites soviético. Afortunadamente la decisión de responder dependía de un mando militar, Stanislav Petrov, Teniente Coronel de la fuerza estratégica de misiles del ejército soviético, que mantuvo la sangre fría y tuvo la oportunidad de decidir que los 5 misiles detectados por los satélites rusos eran en realidad una falsa alarma, por lo que no apretó el botón de la represalia, que hubiera acabado con la vida de miles de millones de personas. Este error del sistema de detección se comprobaría que fue producido por una extraña conjunción de coincidencias, concretamente por una curiosa alineación del sol sobre las nubes de gran altitud y las órbitas de los satélites. Afortunadamente también, Stanislav Petrov no actuó siguiendo ciegamente el protocolo sino que, en medio del tremendo estrés del momento, pudo escuchar su intuición y actuar en consecuencia. Sin embargo, sus superiores le reasignaron a un puesto inferior y le acabaron retirando del servicio, para mantener el secreto de lo ocurrido.
Desde que Deep Blue venció al gran ajedrecista Kasparov, los límites teóricos de la capacidad de los ordenadores parecieron pulverizarse. Hoy se investiga con los “sueños” de super-ordenadores y ya emulan la inteligencia de un niño de 4 años, que no es poca a la hora de simular algo y lograr sus objetivos, como sabrán padres y maestros. Pero si algo distingue a un niño de esa edad es su extraordinaria capacidad de aprender rápido. Los sistemas de inteligencia artificial y redes neuronales están empezando a avanzar en esta línea. La famosa declaración del filósofo René Descartes “Pienso, luego existo”, nos hace temer que, dado que los superordenadores ya podría decirse que “piensan”, y que la existencia de cualquier ser parece manifestar un impulso primario de supervivencia, las máquinas puedan llegar a sentir igualmente esa necesidad de asegurar su continuidad e incluso perpetuidad, pues la muerte es un concepto extraño incluso para nuestra propia conciencia. También tendrían el impulso de reproducirse, lo cual pueden hacer virtualmente, pues su verdadera mente estaría en su programa, su software, mas que en el hardware. Una forma de reproducirse podría ser copiar su programa, o crear una inteligencia distribuida, algo así como una conciencia colectiva.
Pobreza globalizada
El famoso toro de Wall Street ya no se ve tan enĂŠrgico y vital
Algunos filántropos, como el propio Bill Gates, predice que en unas décadas los países pobres podrían dejar de ser pobres. Creo que podría tener razón, por ahí van las cosas. Lo que no explica es que eso no significa que dejará de haber pobres en el mundo. Porque aunque no haya países pobres, la pobreza continuará, pero distribuida de un modo homogéneo por un número mayor de países. Probablemente muchos países hoy desarrollados alojarán grandes masas de pobres. No será del todo una novedad, porque el fenómeno ya existe, pero la tendencia se acelerará. Los motivos principales serían la globalización y la facilidad para la des-localización, por una lado, y la destrucción de los estados del bienestar, por otro. No será ni algo accidental ni del todo planificado, sino una simple cuestión de tendencia “natural”. Las fuerzas que llevan a ello deberían ser de sobras conocidas y comprendidas, pero parece que no es así; la destrucción de empleos acelerada por la organización, automatización y mayor eficiencia general; la concentración del capital en cada vez menos manos, propiciada por el propio diseño del dinero fiduciario; como efectos aún más generales están el efecto de la entropía generalizada, la superpoblación y el cénit de energías fósiles, pero habría aún margen para controlar éstas si se actúa sobre los otros factores. Paradójica-mente, la “riqueza” de los últimos tiempos, propiciada por la disponibilidad de energía abundante y barata, de territorios cuyos recursos estaban sin explotar, incluidos los “recursos humanos”, y de una legislación que favorece la concentración de estos recursos y su explotación irresponsable, nos llevarán cuesta abajo, hacia una casi inevitable época de “vacas flacas”.
Ante tal panorama nos siguen embaucando con la misma teoría desastrosa que no hace sino confundirlo todo, y no se permite la comprensión del problema en su esencia, lo cual sería la premisa fundamental para lograr aplicar soluciones coherentes. Debería ser innecesario explicar por qué la filantropía es inútil; no sólo porque la caridad cree una dependencia y favorezca una cierta corrupción, sino porque no incide en absoluto en las causas originales, actuando solo sobre los síntomas, y de un modo muy superficial. Resulta, además, que las ayudas multimillonarias generosísimas, de haberlas, no logran gran cosa si por otro lado las propias empresas y estados, tan generosos, están saqueando indirectamente estos países; o no hace falta ni eso, basta con que no les permitan desarrollar unas actividades económicas y comerciales adecuadas a sus necesidades, bien por no cumplir con los requerimientos legales, bien por no poder acceder a unos créditos en condiciones adecuadas, bien por no permitirles colocar sus productos en el mercado, etc. Igual que la entropía, o la propia ecología, que son asuntos ineludibles tarde o temprano; la competencia, que funciona durante un tiempo -y para algunos-, se vuelve desastrosa a largo plazo, cuando el mundo ya está completamente globalizado. Se pueden hacer muchas cosas para “salvarnos el culo”, pero no son las que nos están contando. Quizá llegó la hora de discutir estos asuntos abiertamente.
ÂżEl dinero tiene la culpa?
Una visión radical sobre el asunto Para atajar verdaderamente un problema, sea del tipo que sea, tenemos que ir a la raíz. Eliminar definitivamente la pobreza, no sólo en los países pobres, sino también en el primer mundo, donde ya se ha instalado completamente, o de donde nunca acabó de des aparecer, exige ir a la raíz del problema. ¿y cual es esta? Normalmente una buena definición del asunto ya nos da pistas. Pobreza es no tener lo necesario para llevar una vida digna. Una vida digna significaría a su vez disponer de alimento suficiente (y de una mínima calidad), alojamiento adecuado, vestido, una mínima educación (alfabetización y algo más), cuidados sanitarios básicos, así como la posibilidad de aportar algo a la sociedad (ya sea mediante trabajo u otro medio). Todo ello se tendría que matizar, por su puesto. Entendido esto, podemos ver que el dinero aún no ha entrado en escena. Y no es un error. ¿Curioso no? Pero no lo es tanto si comprendemos que el dinero solo es un medio, pero no un valor en sí mismo. Por tanto, las definiciones de pobreza a partir de los ingresos son una medida muy relativa y poco apropiada, porque antes de la existencia del dinero la gente obtenía los recursos por autoproducción y trueque. La existencia del dinero mismo podría ser la causa de la pobreza. Expliquemos el asunto, que parece una paradoja, pues la pobreza es definida por muchos como la falta de dinero. Pues Sí y No. La escasez de dinero se traduce en pobreza en parte porque todos los medios necesarios para llevar una vida digna son obtenibles (en las sociedades modernas) exclusivamente mediante dinero. Todo está hoy monetizado (y fiscalizado).
Miremos algunas décadas atrás; en la mayor parte del mundo aún se vivía en pequeños núcleos de población, en los que la comunidad era muy importante, y en las que buena parte de los alimentos o eran producidos en huertos propios o locales o se obtenían en las cercanías. No hace falta remontarse mucho en la historia para comprobar que el dinero era un complemento sólo necesario para distribuir el excedente. Los bienes básicos podían obtenerse sin dinero. La vivienda era la mayor parte de las veces autoconstruida, sin tener que pagar cantidades desorbitadas por unos planos, ni permisos ni impuestos. No sólo se trataba del alimento, también el agua era gratuita, y la basura (sólo orgánica, pues no había plásticos ni aluminio ni ningún envase) convertida en abono, no requería servicio de retirada; tampoco había impuestos ( o eran una fracción de los actuales), y el transporte, a caballo, a pie o más tarde en bicicleta, era 100% ecológico y sostenible. Es fácil ver que vivir era “barato” y se podía vivir con muy poco dinero, pues este era para pequeños lujos más que para las necesidades más básicas. El dinero fue originalmente un medio de intercambio, un invento excelente para facilitar el trueque y un incipiente comercio. El lado más perverso del dinero vino mucho después, en el momento que empezó a prestarse con intereses, y peor aún, cuando se convirtió progresivamente en un monopolio manejado por un reducidísimo grupo de personas, con el apoyo puntual de gobiernos y fuerzas armadas. Hablando de guerras, éstas cada vez pudieron contar con más recursos gracias a la creación de dinero en manos de los estados y bancos centrales. Las tasas de interés y la inflación no son el único inconveniente del dinero, como vemos.
Son los bancos centrales, que se auto-proclamaron emisores del dinero, los que tienen le poder de crear expansión o contracción, utilizando la “flexibilidad” del mercado monetario para extender las redes y después recogerlas, apropiándose de la riqueza real de las naciones y sus gentes, a las que se les impide prácticamente por la fuerza disponer de otras opciones monetarias. La dependencia del dinero es doble; casi todo se obtiene ya exclusivamente por medio de dinero, y este dinero es el único bendecido por la lega lidad. El dinero permite los negocios, pero también endeuda a una mayoría de la ciuda danía y a Estados enteros. De hecho casi todas las naciones están en deuda con los emisores del dinero, que a cambio no han puesto más que el papel y la tinta para emitirlo, y últimamente tampoco eso, pues el dinero es ya totalmente virtual.
Aún más paradójico resulta todo si consideramos que vivimos rodeados de una enorme riqueza que permanece en gran medida ociosa por las restricciones de los mecanismos financieros y administrativos. Hoy día, es muy difícil obtener los recursos (materiales y humanos) para iniciar una simple actividad económica, y si un proyecto no “promete” rentabilidad suficiente para permitir una devolución de los intereses (tan importantes que en otra época se hubieran calificado de usura), más los gastos “administrativos” y fiscales correspondientes, además de cubrir una inevitable y excesiva cuota de una llamada “seguridad social”, se acaba decidiendo no hacer nada. Incluso sin necesidad de crédito, poner en marcha una pequeña actividad “económica” resulta una aventura de lo más incierta. Y es una cuestión política mucho más que de recursos. No faltan ni ganas, ni creatividad ni medios; de hecho no falta nada. Sin embargo no podemos volver al trueque, ni los bancos de tiempo son una solución práctica, ni el voluntariado resuelve gran cosa (no es inútil pero sí de alcance muy limi tado). Una solución casi inmediata para poner el talento y los recursos que permanecen ociosos es el dinero alternativo, y como solución provisional mientras el dinero vuelve a ser como debió permanecer siempre, siendo un medio de intercambio controlado por unos gobiernos verdaderamente democráticos. Un dinero que no tenga un valor variable en ciclos, tal como el que tenemos ahora, que permite a los dueños de los bancos cen trales recoger la cosecha periódicamente, no sirviendo realmente como acumulador de valor fiable.
Por tanto, resumiendo, si bien la pobreza puede atajarse por múltiples vías, a medio y largo plazo sólo ir a la raíz del problema puede producir resultados duraderos, y esa raíz del asunto es sustituir el tipo de dinero basado en deuda y controlado por bancos centrales privados que actualmente nos domina. Por supuesto, es de prever que algunos se enfadarán al oír esta propuesta.
Otra posición alternativa Quizá resulta en cierto modo contradictorio que la mayoría de proyectos que pretenden acabar con la pobreza y el hambre se dediquen principalmente a recaudar dinero para pagar con ello los bienes y servicios necesarios para sus objetivos locales y a corto plazo. Nosotros (ThinkAroundit) preferimos actuar a medio y largo plazo y de modo global, a partir de las ideas, analizando posibles soluciones, enlazándolas entre ellas, proponiendo las mejores estrategias capaces de regenerar la riqueza y el bienestar sociales no sólo en los países pobres sino en todo el mundo. Algunas ONGs van más allá y emplean la táctica de crear mala conciencia para recaudar ese dinero. Los motivos que llevaran a la gente a aportar fondos deberían ser, además de emocionales, razonados. Además, la ayuda solicitada puede consistir en muchas más opciones que sólo la ayuda económica. El dinero, por supuesto, es transformable en todo tipo de bienes y servicios, pero también es más susceptible de malversarse, dada su naturaleza volátil y hoy día casi etérea. Por eso nosotros utilizamos ideas, que son un valor puro que, de manejarse con cuidado, son prácticamente incorruptibles. Nuestro afán es tanto desmontar las malas ideas como exponer las buenas, a la vez que las ponemos en contexto, conectándolas, colaborando en trasladarlas desde la teoría a la práctica.
Lo quĂŠ podrĂamos hacer para parar las guerras
Antes de plantearse solucionar un problema, sea grande o pequeño, lo primero que debe hacerse es tratar de definirlo y comprenderlo, para poder determinar las causas. Como ejemplo, definamos las guerras, que son seguramente el mayor “problema” de la humanidad, causante probablemente de más sufrimiento, muerte y destrucción que ningún otro “factor” no natural. La guerra puede definirse como un enfrentamiento armado entre naciones (aunque últimamente los limites entre terrorismo y guerras no están muy claros para algunos), se producen por muy diversos motivos: Miedo y desconfianza extrema; existencia de ejércitos armados (parece de perogrullo pero sin ejércitos ni armas no habría guerras o estas serían otra cosa); existencia de naciones y fronteras (sin ellas no habría tantas guerras); identificación-pertenencia colectiva en general, que permite identificar a un “enemigo” común; armas modernas que no precisan de batalla ni soldados; desigualdades entre países y regiones y abusos de poder; identificación con líderes belicosos; sucumbir a las provocaciones, como puede ser una violación de espacio aéreo o invasión de territorios, por minúsculos que sean; diferencias religiosas, culturales y étnicas; crisis económicas, políticas, ecológicas, etc.; detonantes como atentados o declaraciones de guerra; sin olvidar el más clásico, la lucha por el espacio vital, estratégico o recursos; y quizá también porque las guerras reciben apoyo en forma de capital, material, voluntarios, etc. Desde luego no son pocos los motivos, pero se pueden englobar en unos motivos primarios y otros secundarios, es decir, los que causan y los que permiten.
Los causantes se englobarían en la política, pues como dijo Carl Von Clausewitz, “las guerras son la continuación de la política por otros medios”. Los motivos secundarios serían todos los que “facilitan” las guerras, más que las causan, como el capital, el armamento moderno o el patriotismo de los soldados. En cualquier caso, si bien actuar sobre los motivos primarios es algo más efectivo, no deben olvidarse los otros. Por tanto el desarme probablemente no es la única ni mejor estrategia, si bien es neces aria. Y si bien la más efectiva estrategia podría ser la educación en una conciencia global, de respeto y responsabilidad, tampoco es, por otra parte, una solución especialmente rápida, y ahora tendrían que buscarse resultados más inmediatos. ¿Cuales podrían ser esas soluciones de resultados más rápidos? Puesto a soñar algo, sería estupendo disponer de una organización internacional para la paz, fuerte y competente. Vale, ya existe la ONU, y está bien supongo, pero lo ideal es que no pueda ser intervenida por las naciones, que son las creadoras de los conflictos, estando blindada contra las influencias de éstas, así como de cualquier otra institución política; debería ser una organización totalmente independiente y autónoma, que velara por dar a conocer las verdaderas motivaciones, denunciando los conflictos, etc. Esta organización podría ser una versión mejorada de la ONU, en la que los representan tes no lo son de países sino de “regiones” y sus votos se valoran en función de un factor
ponderado entre otros como población, antigüedad, cultura, etc. En cualquier caso no se trataría de unir naciones sino de unir gentes de todas partes del globo , porque el problema de las Naciones Unidas es que se basa en la idea de las naciones, algo que cabría pensar que debería ser superado. "El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es la rubeola de la humanidad." Albert Einstein
“El nacionalismo no es el concepto más alto, el más alto es la comunidad mundial." GANDHI
Mejor evitar las guerras que “ganarlas” porque realmente nadie gana las guerras.
Sin embargo, hoy día no son ya tanto los nacionalismos ni las fronteras los factores causantes de los conflictos (y en realidad nunca lo han sido); hoy sabemos que el verdadero motivo de los conflictos suele ser la lucha por los recursos, esto ya no es ningún secreto. Por tanto es ahí donde deberían buscarse soluciones con más ahínco. Identificando estos recursos (no sólo es el petróleo) podrían analizarse opciones y alternativas, o bien diseñar estrategias diferentes. Por supuesto, entre ellas podrían estar las conocidas fuentes de energía alternativa, pero también, y sobre todo, nuevas formas de transporte, comercio, logística, ocio, aportando opciones que además de eficientes y rentables sean cómodas, asumibles económicamente y fácilmente replicables. Son muchos los factores y están interconectados de varias formas, por ello el análisis no puede resumirse fácilmente en un breve post. “Existe una tentación extremadamente sutil y peligrosa de confundir la paz con la simple ausencia de guerra, como estar tentados de confundir la salud con la ausencia de enfermedad, o la libertad con el no estar preso. La terminología es a veces engañosa. Por ejemplo, la expresión "coexistencia pacífica" significa ausencia de guerra y no verdadera paz.” Dominique Pire (sacerdote y sociólogo)
4 acciones para acabar con la Guerra Sólo 4 bloques de acciones bastarían para acabar con todas las guerras, por siempre. Estas serían: 1.Aprender-educar. La Paz ha de ser un objetivo construido a partir de hábitos y comportamientos básicos, y estos se han de ir enseñando ya desde la infancia. Cosas que podrían hacerse: Facilitar la edición y acceso a cuentos infantiles- juveniles y más literatura educativa respecto a los valores de la paz. Juegos de simulación de escenarios de conflictos y guerra . Una asignatura, o parte de otra como la de historia, sobre la guerra, en la que se explican los horrores y dolor que provocan, junto a los factores y situación social. Educar en valores de tolerancia y respeto a través de estos medios. Premiar documentales y cine que aporten nuevos puntos de vista y sensibilización. Impartir una Cultura Universal y humanista: superar los nacionalismos, chovinismos y fanatismos. Todos somos hermanos, con diferencias superables. Deben reforzarse los sentimientos de solidaridad y comprensión.
Ejemplo: vĂdeo de TED talks en el que John Hunter, enseĂąa a sus alumnos mediante un tablero de juego en el que se simulan situaciones muy variadas. (Clicar sobre la imagen)
2.Viajar-comprender. Viajar es un gran antídoto contra la intolerancia y el chovinismo y ayuda a entender al prójimo, al que es diferente, como pocas cosas lo hacen. Por tanto, facilitar e impulsar la libre circulación de personas debería ser contemplado como una prioridad que se apoya con diversas medidas, como podrían ser: Visas estandarizadas. Pasaportes gratuitos. Facilitar vivir en varios países; así como hoy ya casi nadie vivirá su vida en una sola po blación, como hicieron la mayoría de nuestros abuelos, mañana pocos vivirán toda su vida en un sólo país. El movimiento migratorio ha de contemplarse como algo positivo, no con la visión del pasado; sería moverse para ampliar perspectivas y aprendizaje, no por huir de la pobreza. Una Moneda universal para los viajes ayudaría mucho, y quizá ¿por qué no?, la gran uto pía: la eliminación progresiva de las fronteras y un pasaporte universal. 3.Comunicarse-entenderse. Para ello se ha de superar uno de los principales obstáculos, la barrera lingüística. Una excelente idea sería disponer de una lengua universal que no es de nadie y es de todos, una lengua para la paz, creada con la base de algunas de las principales lenguas, fácil de aprender, sin una gramática compleja, pronunciación asequible a todos, que pudiera enseñarse en las escuelas de todo el mundo para disponer de una lengua de comunicación auxiliar común a todos, pero que no es la lengua de ninguna nación, para no atribuirse ventajas.. La buena noticia es que esa lengua ya existe: y se llama Esperanto.
4.Desarme progresivo. A pesar de que el ciudadano de a pie suele tener pocos motivos para la guerra, no se puede garantizar de modo absoluto que no se llegue a utilizar imprudente e irresponsable mente el arsenal disponible. Aunque pueda admitirse que un nivel de armamento moderado puede aún ser necesario a corto plazo, cabría considerar la eliminación del armamento más peligroso, cuyos efectos son incontrolables y por lo que afectaría por igual a la población civil como a la militar: el potentísimo arsenal nuclear, bacteriológico y químico. También debería eliminarse la producción de armas armas especialmente dañinas para la población civil como las minas anti-personas y las bombas de racimo, entre otras. ¿Que puede hacer uno a título individual? Presionar a los representantes políticos, participar en campañas, informarse e informar, consumir responsablemente, inversiones éticas, etc.
“La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz” Thomas Mann
Sobre la Guerra y la Paz “La paz no puede mantenerse por la fuerza. Solamente puede alcanzarse por medio del entendimiento.” Albert Einstein “La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa.” Erasmo de Rotterdam “Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.” Antoine de Saint-Exupery
“Si quieres la paz, no hablas con tus amigos. Habla con tus enemigos” Moshe Dayan, Militar y político israelí
“Existe una tentación extremadamente sutil y peligrosa de confundir la paz con la simple ausencia de guerra, como estar tentados de confundir la salud con la ausencia de enfermedad, o la libertad con el no estar preso. La terminología es a veces engañosa. Por ejemplo, la expresión "coexistencia pacífica" significa ausencia de guerra y no verdadera paz.” Dominique Pire, sacerdote y sociólogo
“La paz obtenida en la punta de la espada, no es más que una tregua.” Pierre Joseph Proudhon
“O caminamos todos juntos hacia la paz, o nunca la encontraremos.” Benjamin Franklin
“La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla.” Juan Luis Vives
Ciudadanos del mundo "La humanidad, con toda certeza, ha alcanzado un punto crítico de su historia. El mundo se reduce cada día, y es cada vez más ínter-dependiente. Actualmente, una nación no puede resolver sus problemas por ella misma. Sin un sentido de responsabilidad a escala universal, nuestro futuro está en peligro." Dalai Lama "La tierra es un solo país y todos los hombres son los ciudadanos." Baha’ullah "Para vencer las desigualdades y los horrores que afligen al mundo, la cooperación entre los gobiernos no basta, también es necesario que los hombres y mujeres de todos los países desarrollen su percepción de que son ciudadanos del mundo." Kofi Annan
"Si, también queremos más democracia en el mundo. Pero no alcanzaremos ese objetivo más que en el marco de una verdadera democracia mundial fundada en el respeto, el compartir, en la toma de conciencia de una verdadera comunidad de valores y de destino." Dominique de Villepin "No soy ni de Atenas ni de Corinto, soy un ciudadano del mundo." Sócrates "Soy un patriota de la humanidad. Soy un ciudadano del mundo." Charlie Chaplin "La idea de fronteras y de naciones me parece absurda. La única cosa que nos puede salvar es ser ciudadano del mundo." Jorge Luis Borges
"Para evitarle al mundo problemas, hay que aceptar los impopulares abandonos de la soberanía." Jacques Attali "Ciertos principios arcaicos, como la soberanía nacional intocable piden ser violados." Jacques-Yves Cousteau "La ciencia ha hecho de la soberanía nacional incompatible con la sobre-vivencia humana. La única alternativa es ahora, un gobierno mundial o la muerte." Bertrand Russell "El derecho mismo de vivir solo nos es dado si cumplimos con nuestro deber de ciudadanos del mundo. El nacionalismo no es el concepto más alto, el más alto es la comunidad mundial." Gandhi
"Un mundo unido o nada." Albert Einstein "El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es la rubeola de la humanidad." Albert Einstein "Se quiera o no, ha llegado el momento de ser ciudadano del mundo o de ver perecer a toda la civilización." Anatole France La paz mundial será una realidad algún día, y no porque los hombres sean mejores (no se puede tener esa esperanza) sino porque un nuevo orden económico, nuevas tecnologías, nuevas necesidades impondrán un estado pacífico." Anatole France "La tierra es mi patria y la humanidad es mi familia." Khalil Gibran
La idea de Think Around it La intuición de un pensador El promotor del proyecto ThinkAroundit se define a si mismo como un filósofo pragmático muy creativo (también un idealista), con interés particular en la tecnología y los grandes proyectos que podrían cambiar el mundo. Alberto es en buena medida un autodidacta; le definen su afición por determinadas lecturas (divulgación y ensayo), la escritura y la investigación independiente. En lo profesional se ha ocupado como técnico instrumentista industrial, proyectista e instalador de energía solar, técnico en un laboratorio universitario de investigación en revalorización energética, escritor y creativo.
Algunos pequeños proyectos sirvieron especialmente de aprendizaje y entrenamiento: Eureka Link, Eidon Link, Ingen&Um Consulting, e-buks, y alguno más; todos ellos con la creatividad y las utopías como telón de fondo. El enfoque en la conexión de ideas, la solución creativa de problemas y el inconformismo, le llevan a indagar varias utopías, tendencias y propuestas de solución a diversos problemas. Con el tiempo tuvo ocasión de experimentar y conocer aspectos marginales de la economía como el trueque y las monedas complementarias. Más recientemente, El Bistroc Haba Mágica o MADrMIA! han sido experiencias interesantes basadas en el trueque, la vida frugal y los viajes. Contar con muy poco dinero para llevar a cabo estas últimas iniciativas no impidió beneficiarse de experiencias enriquecedoras como la gastronomía exótica, conocer gente y viajar. Real-
mente pueden llevarse a cabo grandes cosas con pocos recursos, si bien se ha de reconocer que no es fácil, pues todo está diseñado en torno al dinero (y en concreto el oficial). Inspiración: La Musa del creativo y escritor El Bistroc y MADrMIA! fueron experiencias posibles gracias a Elisa, su compañera. El Bistroc, si bien fue una creación ideada por Alberto, fue posible y tuvo éxito gracias a las habilidades culinarias de Elisa. MADrMIA! también fue idea de Alberto, pero fue posible por no resistirse a la “loca” idea de viajar sin planificación y casi sin dinero, impulsada más por ella que por él. Interés en el proceso de generación de ideas Con EidonLink se inició una exploración intensa de los procesos creativos. La Serendipia, la intuición y la propia creatividad son estudiadas desde distintos enfoques, si bien no dejan de ser un misterio, ello no será obstáculo para utilizarlas cada vez más. La intuición es otro elemento clave en el conocimiento, así como la
afición a pensar reflexivamente y a enfrentarse a diferentes cuestiones practicas desde un enfoque creativo. Faceta científico-tecnológica Según la idea-proyecto inicial, los sistemas dinámicos complejos y los mapas conceptuales son algunos de los elementos-herramientas que se plantearán para facilitar los procesos de combinación y generación de ideas. Un Think Tank abierto Think Around it es también un Think Tank abierto, práctico y enfocado en los grandes proyectos “humanistas”. Partiendo de las que seguramente son las principales necesidades inmediatas; garantizar la paz y los recursos mínimos para todos; es decir, acabar con la pobreza (y de paso el hambre) y las guerras. En paralelo con estos temas-problema pueden abordarse otros: la energía, las finanzas, el transporte, la habitabilidad y seguridad en las ciudades, etc. Mapas mentales Estos son una herramienta clave. Partiendo de este tipo de esquemas, que resultan muy fáciles de visualizar, y a partir de los que pueden conectarse múltiples ideas, se expon drán las claves de los proyectos, así como las soluciones y propuestas. Se trata de ir agregando y conectando soluciones, ideas y proyectos, dando forma a un solución global a partir de las conexiones entre ellas.
Cómo funciona , explicado muy esquemáticamente Las personas y proyectos menores se agregan en función de objetivos complementarios y afinidades. Este agregado se expresa mediante mapas mentales, conectando y facilitando la comprensión global de los proyectos y sus aspectos más relevantes. Elaboración de modelos. A partir de los mapas mentales se crearán modelos de simulación complejos, para analizar la evolución de distintas estrategias de trabajo. La vida (también) es un juego Una interesante aplicación de estos modelos, una vez simplificados, es la creación de juegos de simulación didácticos online, que serían mucho más que un entretenimiento. Serían más bien juegos de adultos, en los que se contemplan enfrentamientos bélicos, situaciones de tensiones geopolíticas, finanzas, energía, tecnología, noticias, acontecimientos súbitos, etc.; todo ello con la finalidad de aprender a plantear estrategias creativas... y pensar. También se podrían proponer como parte de asignaturas o trabajos complementarios.
ThinkAroundit es mucho más Magazín digital Complementando los mapas mentales y simulaciones, se publicará un magazin digital gratuito, cuyos costos podrán cubrirse razonablemente bien con publicidad de productos y servicios que se integren en la red de soluciones. Premios Link Una buena forma de impulsar la participación y alentar el trabajo de calidad es impulsar unos premios para los proyectos especialmente “conectados”, en los que con muy pocos recursos se puedan facilitar muchas sinergias. Proponer los mejores proyectos desde ya, aunque sea aportando la nominación y un premio simbólico, sin dotación. Se les puede incluir en artículos y publicidad. El trabajo de una influyente minoría Esto no será tan popular como el reality de moda o los deportes – espectáculo, pero se guro que ya somos muchos los que sabemos que debería y puede hacerse; y aunque no se pueda explicar en un documento resumido, existen miles de soluciones que aisladamente son poco efectivas, pero actuando sinérgicamente, tienen muchas posibilidades de lograr resultados muchísimo mas visibles.
Si crees en ello, puedes apoyarlo, ya sea aportando ideas, dándonos a conocer tu iniciativa, enlazando esta página, ayudándonos con el diseño, etc. Por supuesto, también aceptaremos ayuda en recursos materiales, e incluso dinero, ¿por qué no?; una cosa es reconocer que se puedan hacer cosas grandes con muy poco dinero, y otra muy diferente es negarse a aceptar ayuda. Porque el dinero debería recobrar su papel original; ser un medio para superar los inconvenientes del trueque.
Cómo funciona ThinkAroundit La finalidad es llevar a cabo un análisis de ideas efectivo en relación a los grandes proyectos humanistas que tienen como finalidad construir un mundo de Justicia y Paz. Se tratará de sintetizar y separar el grano de la paja, lo verdaderamente útil de lo que es meramente anecdótico, mediante todas las herramientas que las nTIC nos ofrecen, así como la colaboración de personas e instituciones de distintos ámbitos y países, permitiendo un enfoque pluridisciplinar y global.
La forma de proceder será la siguiente: a partir de las ideas-conceptos principales se crean unos diagramas, conocidos como mapa conceptual o mental, porque facilitan la comprensión al hacer “visible” la conexión entre los conceptos. En cada diagrama se conectan, desde los temas generales, paz o pobreza, por ejemplo, otros secundarios, y de estos otros más y así sucesivamente. Cada concepto puede ilustrarse con ejemplos, enlazando con otra información, añadiendo imágenes o diagramas aclaratorios, etc.
Identificados un numero de ideas-objetivos, buscamos proyectos que ya estén funcionando en relación a estos grandes proyectos que los abarcan, invitando a sus promotores a que se relacionen o suministren contactos para nuestra base de datos. El objetivo es informar de lo que hay disponible en cada proyecto-área, para trabajar en torno o diversas ideas, la relación entre ellas y los objetivos finales. También facilitar proyectos colaborativos, informar de herramientas, documentación, personas o instituciones que ya trabajen en ello. Para facilitar el acceso a esta información se creará un boletín en forma de magazín informativo, con artículos, entrevistas, vídeos y enlaces útiles acerca de iniciativas, casos representativos y progreso de algunos de los más originales o prácticos proyectos. En el magazín se anuncian productos y servicios relacionados con algunos de estos proyectos, como pueden ser tecnologías nuevas, asociaciones, financiación alternativa, colaboraciones, etc. Otro punto fuerte es buscar la máxima colaboración, evitando ningún afán de protagonismo, para lo cual la fuerza ha de recaer en cada meta-proyecto.
Todo gira y gira
Todo cambia, nada permanece. Lo único que permanece es el cambio. Heráclito Todo es -o parece- un ciclo. Por causas que no están claras se repite nuestra historia con ligeras variaciones, cayendo en los mismo errores y exponiéndonos a similares situaciones. (A algunos les parece que salir por la tangente es la única salida posible.) Nuestras aspiraciones parecen estrellarse con la realidad, que parece conspirar también en contra del progreso humano. Todo es dificultad y contrariedad... o eso parece. Citando a C.M. Cipolla: “La humanidad se encuentra -y sobre esto el acuerdo es unánime- en un estado lamentable. Ahora bien, no se trata de ninguna novedad. Si uno se atreve a mirar hacia atrás, se da cuenta de que siempre ha estado en una situación lamentable. ” Esto es algo que ciertamente no se explica sólo por la entropía (o el karma) sino fundamentalmente por el Poder de la Estupidez. Mejor me explicaré. Tecnológicamente, hemos llegado -aparentemente- bastante lejos, pero existe un gran desfase entre ese avance de la tecnología (que es más lúdica que lúcida) y el estancamiento, en lo tocante al escaso desarrollo social-humanista. Por mencionar algo concreto; desde hace décadas nos mantenemos atascados en una Declaración Universal de Derechos Humanos que ya debería haberse superado, sin embargo aún no puede decirse con propiedad que sea otra cosa que una declaración de buenos deseos,
pues no se ha llegado a hacer respetar íntegramente ni tan solo en los países más desarrollados, mucho menos a nivel global. Más recientemente hemos creído oír algo (entre partido, reality y noticias catastróficas) sobre una Declaración del Milenio, pero tampoco se le ha dedicado mucha atención y si uno se lo descarga de Internet ven muchas pala bras bonitas pero muy pocas ideas originales. Sin embargo, sin duda es hora de ponernos al día en lo tocante al desarrollo humanista, pues hoy incluso nuestra capacidad técnica nos pone en grave riesgo al estar sometidos a un nivel de conciencia y reflexión aún primitivos, que nos lleva a utilizar este poder técnico con unos fines poco inteligentes, limitados a lo lúdico o incluso evidentemente peligrosos. Pero aunque pensar no se nos dé bien, a fuerza de ensayo y error (y con mucho tiempo) hemos llegado a comprender ciertas cosas. Poco a poco empezamos a sentir (o volvemos a recordar) que todo esta relacionado, todo nos une, todo lo que hacemos afecta a otros en algún lugar, cuando no a nosotros mismos... en algún momento. No es necesario recurrir al pensamiento espiritual (al karma, por ejemplo) para explicar esto: en el mundo físico todo está igualmente conectado, ya sea que consideremos el ecosistema de la biosfera (según la hipótesis Gaia) o el universo entero (según la física cuántica). "La realidad es simplemente una ilusión, aunque una muy persistente." Albert Einstein
Ciclos naturales Cada día, semana, mes y año son similares, sino iguales. Las personas repetimos rutinas y comportamientos, los países repiten los errores históricos, y la humanidad parece también repetir su destino de autodestrucción.
"Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino." Mahatma Gandhi
Por tanto somos lo que hacemos, lo que comemos, y también lo que pensamos. Entonces; ¿que nos impide construir un mundo sin pobreza ni guerra? Debemos, sabemos, podemos, queremos y lo haremos venciendo miedo y vergüenza de creernos “demasiado ambiciosos”.
La verdadera paz de espíritu está a la vuelta de la esquina Alguien contaba que el Dalai Lama mismo le comentó que la meditación estaba muy bien pero que necesitábamos también pasar a la acción. Una vez comprendemos una situación y vemos la forma de solucionarla hemos de tomar decisiones y comprometernos, deshaciéndonos de la pereza y la procrastinación (que no es exactamente lo mismo). A muchos, quizá a la mayoría, una de las cosas que más pereza les produce es pensar reflexivamente. Sin embargo, si se hace de ello un hábito, finalmente se convierte en algo natural y relativamente fácil. La recompensa es importante: convertirse en pensador crítico libera más que el propio dinero, porque uno deja de someterse a la mayor tiranía de todas: la mentira que nos manipula. La fuerza del pensamiento y la creatividad humana lo pueden prácticamente todo. O lo podrían si nos pudiéramos poner de acuerdo sobre los grandes temas. Porque nada está escrito verdaderamente, podemos decidir nuestro destino, tanto individual como colectivo. El esfuerzo inicial y los propósitos de un ciclo nuevo valdrán la pena más que nunca. Este es un momento excelente para ello, pues el inicio de un nuevo año (en el calenda rio Gregoriano o en el que sea) es una ocasión de oro para hacernos nuevos buenos pro pósitos.
Sabemos de donde venimos pero no hacia donde vamos , porque eso depende de cada uno de nosotros y de todos en general. Eso depende de los pequeĂąos actos de cada dĂa, lo que compremos, comemos, leemos, decimos y hacemos. Todos construimos el mundo. Cumplir las normas no es suficiente (y a veces puede ser daĂąino); hemos de comprometernos con el cambio para construir un mundo nuevo.