Faceta b (1)

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FACETA B “Creación de un ambiente propicio para el aprendizaje de los alumnos” Esta Faceta hace referencia al entorno del aprendizaje en su sentido más literal. Es decir, “el ambiente en que tiene lugar el proceso de enseñanzaaprendizaje. El logro del rendimiento escolar depende en medida importante de los componentes sociales y afectivos del aprendizaje. En este sentido, el ambiente que se logra en el aula es significativo” (MINEDUC, 2000). Se refiere al establecimiento de relaciones humanas dentro de la sala, entre estudiantes y entre docentes y estudiantes, ya que estas relaciones sociales y afectivas permiten el logro de un buen rendimiento y un aprendizaje eficaz. Arancibia (2000) menciona los requisitos para generar un ambiente propicio para el aprendizaje, los cuales son; creación de un ambiente de trabajo, creación de un clima afectivo, estimulación y refuerzo permanentes la estimulación y un adecuado reconocimiento

e interpretación de los distintos patrones de

comportamiento grupal. El concepto de socialización se integra con el de cultura y de adquisición de cultura, entonces la socialización es el proceso de adquisición, por parte de los miembros de un grupo, de los conocimientos y saber hacer que son importantes en el contexto de interacción social para establecer lazos sociales. (Essomba. 1999) Instancia en la cual el ser humano adquiere la experiencia de interrelacionarse con los demás, lo que le otorga en dicha experiencia aptitudes y conocimientos que le permitirán desenvolverse en la sociedad. “Socialización es un proceso por el cual el ser humano va adaptándose al medio donde vive. Es el acto de percibir los cambios sociales y manipularlos. Proceso social que consiste en integrar a los individuos dentro de una sociedad teniendo en cuenta una serie


de elementos o agentes que influirán en mayor o menor grado en la persona” (Calderón citado en Vázquez, 1996). El o la docente procura tratar a todos los estudiantes en forma equitativa, reconociendo sus diferencias de género, culturales, étnicas y de nivel socio económico. Hay evidencias de un trato equitativo cuando el docente ofrece signos verbales y no verbales de que para él o ella todos los estudiantes son importantes (incluyendo aquellos con dificultades o con alguna discapacidad) y cuando les reconoce a todos el derecho de aprender y les concede la oportunidad de hacerlo; asimismo, cuando no deja pasar comentarios ofensivos, estereotipados o injustos de unos estudiantes respecto de otros y por el contrario los aborda educativamente. Respecto a lo mencionado, específicamente, a ofrecer oportunidades a todos para el aprendizaje, debo mencionar que la estrategia de enseñanza que más recurro es la clase expositiva-colectiva, esta hace referencia en que el docente presenta los contenidos a los estudiantes de manera oral utilizando recursos multimedia, dando a conocer los contenidos o temas a los estudiantes, esta estrategia es a mi parecer una de las significativas en la enseñanza, desde el punto de vista de presentar los contenidos a los estudiantes, debido a que no hay aprendizaje más enriquecedor que el aprendizaje basado en la praxis. Sin embargo la estrategia de clase expositiva-colectiva, sería muy ambigua si los estudiantes no participaran de ella, es muy importante tener presente que los seres humanos nos caracterizamos por ser entidad dinámicas, estando siempre en contacto permanente con el entorno inmediato que nos rodea, ahora durante el desarrollo de las clases, para que esta sea significativa para los estudiantes es imprescindible hacerlos participes del proceso, realizándoles preguntas tanto dirigidas como al azar, y siempre motivar la participación de ellos en el proceso de enseñanza, y esto es posible en la medida en que se involucran con el contenido.


Cabe destacar si el docente sólo llama a voluntarios, entonces podría obtener una idea errónea sobre cuán bien comprenden los estudiantes el material, ya que las mismas personas participan como voluntarios una y otra vez. Con el fin de evitar llamar a voluntarios durante el desarrollo de las clase deje que los estudiantes tomaran la decisión de ser participes en la clase, y los resultados fueron óptimos, ya que gran cantidad de ellos se han hecho participes de la clase, sin embargo en algunas oportunidades al no hacer preguntas dirigidas la situación en la sala de clases se volvía caótica debido que un porcentaje importante del curso “gritaban” a coro las respuestas a las preguntas que les realizaba, por lo que no me era posible comprender lo que estaban comunicando, a la vez es importante realizar preguntas dirigidas, sobre todo aquellos estudiantes en lo que es posible identificar que no están poniendo atención, lo cual sirve para llamar la atención de una manera distinta a los mismos. Por otra parte Woolfolk, (2006) propone que el profesor en el aula cumple también un rol de mediador, y debe dar oportunidad de participación a todos los estudiantes, aspecto que ha sido notoria durante el desarrollo de las clases. Por otro lado durante el proceso de enseñanza-aprendizaje son muy variados los factores que influyen en el mismo, y uno de los más relevantes se encuentra relacionado con las condiciones del “clima” que el docente crea durante este proceso. Los estudiantes son muy capaces de percibir cuando el docente se encuentra bien o mal, además de ser capaces de darse cuenta cuando existe algún tipo de aceptación o rechazo desde el docente hacia al estudiante. El docente debe aceptar a cada uno de los estudiantes pero más que aceptarlos y respetarlos, debe crear un clima en el cual se sientan valorados, esta situación le otorgará confianza para participar en el desarrollo de las clases y actividades que el docente realice, este ambiente de valoración es posible llevarlo a cabo cuando el estudiante se motiva para que participe de la clase, demostrándole que su opinión es tan importante como la de sus compañeros, pudiendo llegar a ser un gran aporte para el desarrollo de la clase o la actividad que se esté realizando, creando experiencias enriquecedoras que le permitan avanzar en su propio proceso de aprendizaje y no crear las experiencias paralizadoras las cuales se


encargan de crear rechazo hacia la asignatura en los estudiantes, y por ende cerrar la posibilidad de lograr aprendizajes en los mismos. De todo lo señalado anteriormente me he preocupado bastante a que todos los estudiantes se sientan valorados es una situación muy ambigua porque en realidad no somos capaces de indagar tanto en las emociones como sentimientos de los estudiantes, que nos permitiera saber cual su predisposición hacia la asignatura o hacia la manera en que el docente realiza la clase. Sin embargo es posible crear condiciones en las que todos se sientan bien en la clase siendo muy importante no demostrar favoritismos por los estudiantes que más destacan en la asignatura, no felicitar ni motivar solamente aquellos que lo hacen bien, hay que recordar que todos aprendemos de diferente forma siendo una condición propia de la cultura escolar y lo que le otorga riqueza a este sistema, como docente en formación siempre me preocupo de motivar y persuadir aquellos estudiantes que no participan de la clase, intentado demostrarles la simplicidad de la asignatura como también motivarlos a ser participes de la misma. Es primordial realizar esto ya que debemos tener en cuenta que los estudiantes son muy perceptivos y se dan cuenta rápidamente si es que el docente presenta favoritismo por algunos estudiantes y frente a esto primero se frustran y luego se amurran la mayoría de las veces, negándose a realizar algunas actividades. Establecer en el aula un clima de relaciones respetuosas y de confianza con y entre los estudiantes, donde la empatía, la posibilidad igualitaria de participación, la tolerancia, la solidaridad y el respeto como valor fundamental presidan cada una de las acciones pedagógicas y logren imponerse ante cualquier diferencia (étnicas, sociales, culturales, económicas, de género, etc.) que puedan entorpecer el logro de los objetivos trazados. Por supuesto que para lograrlo, se requiere usar en el aula normas lo suficientemente consistentes y coherentes con este objetivo, diseñando estrategias de intervención prácticas para cuando se quebrantan dichas normas (González 2006). Siempre al momento de estar realizando las clases, soy muy cauteloso con lo que voy a decir, siendo esto un factor muy importante debido a que de manera inconsciente es posible que pueda referirme sobre algún tema especifico el cual


transgreda a algunos de los oyentes, situación que se debe evitar y estar siempre consciente, que en la sala de clase la diversidad cultural es uno de los factores más evidentes dentro de la cultura escolar. Durante el transcurso de mis implementaciones dentro del aula han sido varias las instancias en las que los estudiantes han realizado comentarios negativos, pero no han sido en ocasiones que sus comentarios son respecto a que están cansados o aburridos ya que gran parte de las implementaciones fueron realizadas después del período de Educación Física.

Estas situaciones a mi

parecer han sido abordadas de manera adecuada, momento en que me detengo por un instante, para motivar a los estudiantes en el trabajo que deben hacer, proponiéndoles de una manera más entretenida la invitación a trabajar en las actividades, creándose un clima “anexo”, a la clase propiamente logrando un clima de interacción con los estudiantes, para luego iniciar el trabajo en las actividades. Según Vásquez, A (1996) el profesor/a debe abordar de la mejor manera posible las actitudes de los estudiantes que puedan afectar de mala manera el ambiente en el aula. Si bien es cierto los alumnos/as actuaron de manera negativa cuando se les invito trabajar, lo hicieron simplemente como una forma de molestar, ya que la clase aún no comenzaba, de inmediato fue necesario intervenir para que el ambiente en la sala no se transformará en un caos y de igual manera trabajaron satisfactoriamente, esto gracias a la rápida acción que se debió tomar realizando una actividad de motivación pertinente al tema a trabajar durante la clase. El proceso de práctica ha sido una instancia de aprendizaje continuo para mí, en muchas oportunidades han existido situaciones que se escapan de las manos, pero considero que es un proceso continuo y la experiencia me permitirá, aprender a controlar diversas situaciones en el aula. Respecto al clima de la clase, dentro de la práctica docente existieron instancias en la cual se produjeron interacciones de tipo verticales y horizontales según

Vásquez (1996) basadas en el respeto y además esto permitió que


existiera un clima en el que se mantuvo la equidad entre el grupo presente en el aula, se mantuvo la activa participación de los estudiantes y sobretodo la libertad de expresión en el cual se consiguió que hubiera una óptima y efectiva participación y diversidad de opiniones. Según Arancibia (1997) señala que para la creación de un ambiente afectivo, para estimularlo resulta fundamental la mantención de un trato personal con los alumnos, estando siempre atentos a sus reacciones, una interpelación cariñosa, cordial y coloquial, la capacidad de mantener la disciplina, el respeto entre todos, el reconocimiento de los propios errores y la aceptación del humor. Por otra parte, López (1999) argumenta que el clima dentro de la sala de clases es cálido y afectuoso, lo que obedece a diversas condiciones que se desarrollen en ella. No existe una presión excesiva por el rendimiento. Los estudiantes tienen mayores espacios de libertad, pueden pararse y conversar, no se exige una disciplina rígida. Es decir, en el aula pedagógica no debe de existir un ambiente riguroso sino que se deben abrir instancias para participar de manera libre y con igualdad de oportunidades entre los grupos de pares, en la cual las interacciones son fundamentales para su desarrollo, a la vez siempre manteniendo los valores dentro de las interacciones y aceptando la diversidad con los educandos para favorecer y crear un clima apto, lleno de afectuosidad, respeto, confianza y acogida. Establecer un buen ambiente de relaciones con los estudiantes es una condición importante para lograr un clima de aprendizaje. El docente demuestra su preocupación

por

este

aspecto

cuando

ofrece

evidencia

genuina

de

preocupación, empatía, sinceridad y sentido del humor. También crea un buen ambiente cuando se interesa por los estudiantes en particular, reconoce sus aspectos singulares y las características de su mundo cultural. Para ello pone en práctica habilidades de comunicación interpersonal: comentarios que demuestran interés por los alumnos/as y sus diferencias; chistes que sirven para disipar tensiones en el ambiente de la clase; contacto visual; entre otros. Por otro lado al establecer contacto empático con los estudiantes, no significa necesariamente estar de acuerdo con la otra parte, ni mucho menos dejar de lado las propias convicciones, es simplemente respetar una posición.


Siempre existe una preocupación más allá de lo académico en mi relación con los estudiantes, aceptando que son individuos diferentes con actitudes, aptitudes y valores distintos uno de otro. Y además siempre estando dispuesto a conversar con ellos, diferentes temas o experiencias que quieran compartir. Entendamos que en esta edad es cuando más les gusta contar sus anécdotas, chistes, entre otras. Es por ello que ser un personaje que les escucha con atención ayuda a formar una relación más empática con los estudiantes y de esta manera ayuda a establecer un mejor rendimiento por parte de los estudiantes dentro de las clases. Está empatía se puede complementar, entendiendo que la comunicación es un proceso muy complejo dentro de la sociedad, y este debe de adecuarse a la situación que se esté vivenciando, hay muchos tipos de comunicación, por señas, gestos, por medio de la expresión corporal entre otros tipos comunicación. Este proceso de comunicación con los estudiantes se lleva a cabo tanto de manera profesional por ejemplo cuando realizo clases les doy indicaciones para que hagan una determinada actividad, me caracterizo bastante por utilizar un tipo de comunicación en la que la expresión corporal y el lenguaje gestual los utilizo casi en exceso, esta manera que empleo para comunicarme es la que más me acomoda sin embargo a la vez he logrado percatarme, que al utilizar el lenguaje gestual y expresión corporal, transmito sensaciones y a la vez logro captar la atención de los estudiantes, siempre me he caracterizado por ser caricaturesco, lo que me puede jugar en contra en el aula, distraer a los estudiantes y muchas veces no toman en cuenta algunas de las indicaciones que les imparto. Además dentro del proceso de comunicación más aún cuando realiza una clase en la que los contenidos con los actores principales, siempre intento de crear un clima distinto, no haciendo la clase tan “plana” siendo necesario en ocasiones salir del contexto contar alguna anécdota a los estudiantes, chiste o alguna historia, con el propósito de que no se cree un clima tenso, pudiendo relacionar los contenidos con estas historias, así a la vez crear un aprendizaje significativo, mediante el proceso de comunicación es posible lograr grandes acontecimientos


dentro del aula, siempre y cuando este sea bien empleado. Como también existe el proceso de comunicación que va más allá de lo académico, momento en el que los estudiantes se acercan a conversar sobre temas que les interesan y no están relacionado con la clase, sino que más bien se acercan en busca de consejos que les permitirán tomar decisiones sobre determinados actos que desean realizar, contar alguna historia, conversar de música, entre otros acontecimientos, esto genera un acercamiento hacia los estudiantes, permitiendo crear un clima adecuado dentro del aula. Egaña, en Woolfolk, (2006) destaca que se valora y se busca la comunicación, como manifestación de una relación de mayor confianza y, en cierta medida, de mayor reconocimiento hacia los menores. La posibilidad de escucharlos y atender sus opiniones, constituye una diferencia sustancial con sus propias vivencias. Entonces se puede rescatar al momento de establecer buenas relaciones de comunicación con los estudiantes se fomentan las relaciones interpersonales y también se crea un buen ambiente para el aprendizaje en la sala de clases. Siguiendo en esta línea para poder lograr los objetivos del aprendizaje es importante establecer en la sala de clase una cultura de aprendizaje. Es importante que para ello el profesor/a proponga a sus estudiantes altas expectativas y desafíos de aprendizaje. Los estudiantes serán capaces de proponer ideas o de hacer preguntas si no temen el ridículo. Cuando no existe una cultura del aprendizaje, ni los docentes ni los alumnos/as le asignan importancia al contenido de la clase; el profesor/a culpa al texto, al currículum o a la responsabilidad de otros profesores en la falta de aprendizaje de sus estudiantes. Los alumnos no demuestran energía frente al trabajo y su única motivación es "pasar el ramo" con el mínimo esfuerzo posible. En las aulas con buena cultura de aprendizaje, se observa un clima de trabajo y los estudiantes realizan tareas de buen nivel. El profesor insiste en la calidad del trabajo y los alumnos se esfuerzan por cumplir con sus metas. De igual modo proponer expectativas desafiantes a los estudiantes desde el comienzo de la clase, es primordial. Partiendo por el objetivo de la clase el cual tenía que cumplirse, además realizando preguntas en el cual los estudiantes tendrán que responder y ser participes constantes de su aprendizaje,


al uso de materiales innovadores dentro de las actividades. Según Coll, C. (1988) “El educador desempeña, fundamentalmente, en su relación con el alumno, el rol de organizador, facilitador y guía de los aprendizajes. Es el principal responsable de los resultados del proceso aprendizaje-enseñanza, como el de proporcionar al alumno diversas alternativas educativas, que le permitan alcanzar las capacidades establecida” Por ende el rol del profesor como mediador es fundamental en este aspecto, ya que tiene que organizar la enseñanza de manera adecuada, y considero que en esto aspecto estuve bien, me preocupe de hacerlo de dicha forma, planteando desde el comienzo lo que los educandos tenían que hacer durante la clase, y sobre todo de ser partícipes de su aprendizaje y el docente ser sólo el facilitador y guía de los aprendizajes de los estudiantes. Además es muy importante que al momento de hacer participar a los estudiantes se mantengan altas expectativas en ellos y pensar que todos son capaces de lograr y hacer cosas mediante la formulación de preguntas desafiantes que los estimule a pensar de manera reflexiva e inferencial. Como lo señala el Ministerio de educación (2002) el profesor o la profesora contribuye a desarrollar el pensamiento de los estudiantes a través de interrogantes y problemas abiertos a reflexionar, que les inviten a elaborar sus propias respuestas. Es decir, el pedagogo reconoce la importancia de motivar a los alumnos y alumnas a la indagación e investigación, preguntas y búsqueda de material para enriquecer el mejoramiento de los aprendizajes. Otro punto importante es el que se refiere a las normas de comportamiento, las cuales durante las primeras clases que realice indique las normas de comportamiento que ya estaban establecidas. Sin embargo en las clases posteriores no lo hice debido a que estas normas ya son conocidas por los estudiantes, para este efectos las normas comportamiento en el aula se recuerdan en la medida que estas son transgredidas, o sea cuando los estudiantes actúan de una manera indebida no considerando las normas de comportamiento me encargo de recodarlas para que la situación no se vuelva a repetir. Algunas de las normas


de comportamiento instauradas fueron levantar la mano para opinar, estar en silencio mientras el profesor realiza la clase, entre otras. Arancibia (1997) menciona que un ambiente propicio para el aprendizaje debe ser ordenado en el cual existan reglas claras y conocidas por los estudiantes, con el fin de que el proceso de aprendizaje no sea interrumpido por la trasgresión de estas normas. Es de suma importancia que los estudiantes tengan conocimiento de las normas para el desarrollo de la clase, esto permitirá mantener un clima óptimo para el aprendizaje. Sin embargo estas normas no son siempre respetadas y tal como propone la autora cuando estas normas se transgreden se rompe el equilibrio de la clase. Tal como ha sido establecido en líneas anteriores, en la medida que los estudiantes transgreden las normas estas se discuten y analizan todo esto para conseguir un sólo fin lograr mantener o restablecer el orden en la sala de clases. Una de las normas que más se transgrede es la de estar en silencio mientras el profesor realiza la clase, por lo que en más de una ocasión no me he dedicado a lidiar con los estudiantes para que restablezcan el orden, sino que simplemente me quedo en silencio mirando a los estudiantes conforme avanzan los segundo ellos se quedan en silencio, siendo ese el momento más apropiado para recordarles aquella norma, discutirla y creo que el punto más bajo ha sido analizarla. Dentro de las estrategias utilizadas para abordar el incumplimiento de las normas y los problemas de comportamiento es el diálogo, mediante este se logra en algunos casos hacer que el estudiante reflexiones sobre su falta sea esta incumplimiento de las normas o mal comportamiento, si esta estrategia falla se acude a la hoja de vida del estudiante para registrar su mala situación con respecto al comportamiento, esto como medida máxima dentro de lo conversado con la profesora mentora, no se ha llegado a esta instancia aunque con sólo nombrarlo siembra el temor en la sala de clases.


Por lo general no recurro a la estrategia de anotar a los estudiantes sino que más bien recurro al dialogo, sin embargo esta estrategia tampoco ha sido eficaz, siendo esta una gran debilidad en el proceso de práctica lograr mantener la disciplina de aquellos estudiantes conflictivos dentro del aula. Según mi opinión la poca eficacia de la estrategia se debe a que los estudiantes están consientes de que los tíos practicantes no son tan relevantes como los profesores a los que están acostumbrados a ver todos los días en la sala o en los pasillos de la escuela, de cierta manera se aprovechan de esta situación. Este es uno de los indicadores a mejorar dentro de las prácticas que se presentarán. En las clases que intervine explique a los estudiantes el procedimiento de la clase, las normas de comportamiento con las que se trabaja son normas que ellos conocen desde principios de año las cuales están consensuadas con la profesora mentora y están pegadas en un afiche en la sala de clases, la gran mayoría de las normas responden a situaciones básicas de comportamiento que deben practicar. Según Arancibia (1997)

menciona que un ambiente propicio para el

aprendizaje debe ser ordenado en el cual existan reglas claras y conocidas por los alumnos, con el fin de que el proceso de aprendizaje no sea interrumpido por la trasgresión de estas normas. Es de suma importancia que los estudiantes tengan conocimiento de las normas para el desarrollo de la clase, esto permitirá mantener un clima óptimo para el aprendizaje. Sin embargo estas normas no son siempre respetadas y tal como propone la autora cuando estas normas se transgreden se rompe el equilibrio de la clase, además del desarrollo de la misma por lo que se hace necesario recordar a cada instante la norma principal de comportamiento, “Estar en silencio mientras el profesor realiza la clase”. Que los estudiantes respeten dichas normas es muy complejo durante el transcurso de la clase y por ende nos lleva a perder mucho tiempo, ya que, debemos explicarlas o recordarlas muchas veces. Como docente creo que es primordial establecer dichas normas en conjunto a los estudiantes ya que son ellos las que deben respetar y no que sean impuestas por los docentes


En ocasiones el dominio de curso me cuesta mantenerlo, mi carácter es un relajado y pasivo, los alumnos están acostumbrado a que les griten siendo esta un indicador de que deben quedarse callados o seguir realizando la actividad. Considero que las personas entendemos con palabras no es necesario bajo ninguna circunstancia llegar a los gritos y/mal trato, lamentablemente los estudiantes están acostumbrados a esta situación de estimulo-respuesta, por lo que en ocasiones la profesora mentora tenía que interceder a modo de que los alumnos/as sigan con la actividad, en donde yo mencionaba inmediatamente las normas a modo que no vuelvan a ser transgredidas. Uno de los aspectos que no se consideran es la disposición física del aula, el cual, es un elemento importante para la realización de las tareas de enseñanza, este debe ser adaptado según el nivel de enseñanza y además de tomando en cuenta los propósitos de la misma el orden de las sillas indicará si se desarrolla una clase lectiva o si se trata de un trabajo grupal, tomando en cuenta en este orden de la sala las vías de evacuaciones en caso de emergencia, con la pizarra a la vista de todos. El criterio indica que los profesores en práctica tenemos poco control de los arreglos de la sala de clase, pienso todo lo contrario y me atrevo a rebatir parte de este criterio, ya que, los profesores en práctica tenemos muchas más ideas, motivaciones, proyectos y formas nuevas de enseñar. Sin embargo la “práctica hace al maestro”. La sala de clases se debe adecuar dependiendo de las necesidades de la clase que se va a impartir. Las condiciones de seguridad está estrechamente relacionada con la disposición del inmobiliario dentro del aula, ante esta situación intento poner especial énfasis al momento de disponer el inmobiliario de dejar espacios adecuados para tener un buen desplazamiento por el aula tanto para mí como para los niños y niñas, así también me preocupo que la puerta, se encuentre despejada en caso que ocurra alguna emergencia, de esta manera velo por tanto por la seguridad de los estudiantes como por la mía.


El inmobiliario de la sala de clases esta adecuado dependiendo de a las necesidades de la clase que se va a impartir, sea esta grupal, dual o individual. Las condiciones de seguridad está estrechamente relacionada con la disposición del inmobiliario dentro del aula, ante esta situación intento poner especial énfasis al momento de disponer el inmobiliario de dejar espacios adecuados para tener un buen desplazamiento por el aula tanto para mí como para los niños y niñas, así también me preocupo que la puerta , se encuentre despejada en caso que ocurra alguna emergencia. También me preocupe durante todo el periodo de práctica de una estudiante en particular , cual presentaba déficit visual, ella siempre se ubicaba en la segunda columna cerca de la pizarra. Por otra parte, se hace necesario profundizar y entender los términos espacio físico y ambiente físico, los cuales a pesar de estar interrelacionados no quiere decir que apunten a lo mismo. Según Iglesias (1996), el espacio físico se refiere al local donde se realizan las actividades, el cual se caracteriza por tener material, mobiliario, decoración y objetos; mientras que el ambiente, es el conjunto del espacio físico y las relaciones que se establecen en él; como, por ejemplo, los afectos y las interrelaciones entre las niñas y los niños y el docente. A partir de esto se puede decir que el ambiente y espacio físico se convierten en elementos fundamentales del quehacer educativo; además, permite orientar al educador en cuanto al proceso de ubicación de objetos en relación a los diferentes actores y la comprensión de las dinámicas a nivel cognitivo y socioemocional que se pueden presentar en el desarrollo de las actividades.


Referencias Bibliográficas. • Arancibia, V. 1997. Manual de psicología educacional. Ediciones Universidad Católica de Chile. Primera edición. Chile. • Arancibia, V. 2000. Manual de psicología educacional. Ediciones Universidad Católica de Chile. Segunda Edición. Chile. • Essomba M. 1999, Construir la escuela Intercultural. Editorial Biblioteca de Aula. España. • MINEDUC. 2000. Estándares de Desempeño para la Formación Inicial de Docentes. Extraído Plataforma Educa; Curso Taller Pedagógico III. Facultad de Educación. Universidad Católica de Temuco. • Woolfolk, A. 1996. Psicología educativa. Editorial Prentice Hall. Sexta edición. México. • Vásquez A. 1996, La socialización en la escuela, una perspectiva etnográfica. Ediciones Paidós, Ibérica S.A. Barcelona.


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