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Resucitó para liberarnos

CRISTO QUE VERDADERAMENTE FUE CRUCIFICADO, SEPULTADO Y VERDADERAMENTE RESUCITÓ; NOS DIO TODO ESTE SACRIFICIO COMO UN DON GRATUITO, PARA QUE, POR LA IMITACIÓN, SEAMOS TAMBIÉN PARTÍCIPES DE SUS DOLORES Y ADQUIRAMOS DE UN MODO REAL NUESTRA SALVACIÓN.

El sábado también iniciamos temprano nuestras actividades acompañando a la Virgen María nuestra madre en su dolor, para luego en la noche esperar la hora en que Cristo retorna a la vida.

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La Vigilia Pascual que es la noche de las noches, después de 40 días en los que la liturgia se volvió más sencilla sin flores y sin brillo, recupera todo su esplendor, la iniciábamos con un lucernario, rito que representa realmente el paso que celebramos, ya que el templo a oscuras representa la vida del hombre alejado de Dios, donde no ve nada, y esta atenazado por el miedo, pero en medio de las tinieblas surge una luz que es Cristo resucitado que ilumina a todos los que se acercan a él, en un ambiente de profundo silencio en espera de está Luz se inició la noche con la bendición del fuego con el que se encendió el Cirio Pascual, que nos iluminará en todas las celebraciones durante la Pascua, el silencio se rompió con el canto del Pregón Pascual, y se inició la liturgia de la palabra en la que meditamos la historia que Dios hizo para nuestra salvación desde la creación y hasta que al cumplirse el tiempo final, envió a su Hijo y llevó a su plenitud el misterio de nuestra redención.

En esta noche, la más santa de todas, en la que permaneciendo en vela celebramos la Pascua del Señor y nos alegramos con María nuestra madre, al finalizar la Santa Vigilia Pascual se realizó el emotivo Tupãsy ñuguaitî en la explanada del templo.

Y en la mañana de este Domingo Solemne, la primera Eucaristía fue en el patio del templo, celebramos que Cristo resucito, esta gran verdad es el fundamento de toda nuestra vida cristiana y estamos llamados a anunciar esta Buena Noticia al mundo, la celebración presidida por el Monseñor Enrique Meyer estuvo acompañada por el coro RUAH quienes nos deleitaron con sus hermosos cantos.

En su homilía el Monseñor recordó el trayecto que hemos recorrido en esos días santos, que culminan con la celebración del triunfo de Cristo sobre la muerte, y sobre el pecado. “Hoy estamos celebrando el triunfo glorioso de Jesús que nos da la vida”, Destaco la participación de la juventud luqueña, con más de mil jóvenes en la Pascua Joven del Santuario y de las capillas del Santuario, que estaban participando esa mañana de la Santa Misa, como cierre de las actividades de estos días, les dirigió unas palabras también a ellos para que como Jesús mantengan un ideal de amar y servir para construir un mundo mejor y pidió a María Santísima para que nos ayude en este caminar y a defender los valores que nos enseñó Jesucristo.

PASTORAL DE LA JUVENTUD LUQUEÑA

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