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¿De qué forma se suman Estado y sociedad civil, y con ella el ciudadano/a artista, a la construcción de territorios de paz? Qué responsabilidades corresponden a cada una, y a la articulación entre ellas?… Pág
PREGUNTA 03
¿De qué forma se suman Estado y sociedad civil, y con ella el ciudadano/a artista, a la construcción de territorios de paz?¿Qué responsabilidades corresponden a cada una, y a la articulación entre ellas? Territorios de paz y construcción de alteridad
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Elías García
En los proyectos culturales comunitarios dentro del estado de Guanajuato, se pueden tener diferentes escenarios, dependiendo la naturaleza y dimensión del proyecto, algunos son financiados por las instituciones de carácter formal y otros proyectos nacen de los grupos sociales y comunitarios directamente, pero muchas veces persiguen diversos intereses al mismo tiempo, por un lado, las instituciones que regulan el recurso de una buena cantidad de proyectos artísticos y que llegan a las colonias, centros de esparcimiento y comunidades se ajustan a políticas públicas vigentes, la cultura de paz se construye desde el escritorio, es decir, la razón por la que hay un recurso para invertir en un proyecto cultural comunitario, es exactamente lo que el proyecto debe hacer, centrarse en las misiones previamente planeadas desde la institución formal, justificar y entregar el resultado esperado, ahí aparece una contradicción, que el agente de cambio o artista debe enfrentar, y en ocasiones a pesar de que, aquello que se pretende no es necesario ni significativo para la gente que lo está realizando, el objetivo general puede sentirse frío, y sin embargo, es lo que el proyecto debe demostrar, es importante que el artista sepa replantear una metodología y estrategias para llevar a cabo los objetivos específicos, que sean significativos e ingeniarse la forma en que se detonan los procesos de aprendizaje para llegar al resultado del proyecto, al final lo que importará en este tipo de proyectos es el resultado pero el agente de cambio puede propiciar los procesos situados en la comunidad para que tenga la relevancia que requiere, lo que ocurre en la comunidad no siempre puede ser evidenciado en los reportes, pero el agente de cambio tiene la responsabilidad de retroalimentar a las instituciones para que los proyectos estén situados en las realidades de la población que los usa. Hay otras dimensiones del problema en las diferencias de percepciones y aquello que se persigue en un proyecto cultural, en tanto que los artistas que se vuelven parte de una comunidad, muchas veces se tiene una concepción que difiere con los
tópicos y preferencias de la comunidad donde se encuentra, en ese sentido el agente (artista), debe estar dispuesto a jugar con el “entre” el momento del encuentro, no es la relación alumno maestro, sino la construcción en alteridad, no necesariamente porque el artista es poseedor de un conocimiento técnico o determinado es lo que debe regir el proyecto, sino que el carácter receptivo es importante para lograr aprendizajes de la comunidad al artista y luego, del artista a la comunidad, es fácil poner el ejemplo que ocurre en la comunicación entre personas, es común que uno piensa una idea, al momento de que se manifiesta para ser compartida es diferente en las palabras que en el pensamiento, cuando el receptor en la comunidad la escucha, percibe y recibe la idea entorno a sus conocimiento previos, a sus saberes personales y cuando el aprendiz la manifiesta, la información es otra, como dice María Acaso, la alumna, el alumno no aprende lo que el maestro enseña, y me parece fundamental que el artista se reconozca antes de propiciador o agente de cambio como aprendiz. Los roles que se juegan en cada dimensión del proyecto cultural comunitario son diversos y se van sistematizando conforme se diagnostica y se planea situado en las comunidades, saber quiénes son las personas a las que se les dirige, el contexto comunitario, quiénes somos cuando estamos juntos artistas y comunidad, cómo se experimenta el plan con bitácoras que permitan documentar los procesos y actividades planeadas y documentar aquellas cosas que no fueron previstas, evaluar siempre los resultados obtenidos para volver a hacer un diagnóstico con ello y replantear la metodología con que se desarrolla el proyecto. Finalmente, el artista es el eslabón donde las brechas entre los intereses de un proyecto artístico comunitario pueden adquirir sentido, la participación ciudadana y las políticas en las instituciones culturales dependen en gran medida del propiciador, artista o agente de cambio, hay un punto de inflexión en los proyectos culturales en los que el artista empodera al participante a través de la creatividad, la solidaridad, la confianza, el orden y otros valores artísticos y se llega al pensamiento disidente, capaz de ser sujeto de cambios y capaz de asombrarse, construir con una mirada disciplinar varias formas de resolución de conflictos, que se vuelven generales cuando la persona se desenvuelve en su vida cotidiana. La cultura de paz, el espacio seguro, el respeto y los procesos de aprendizaje situados en la comunidad son parte de negociaciones sociales, a las que se puede ir aproximando a través de las artes, desde mi punto de vista, esta reflexión es fundamental para acceder a territorios de paz.
Las instituciones tienen la obligación de generar políticas públicas, aunque es la sociedad civil la que termina haciendo el trabajo permanentemente. Prefiero construir directamente con la comunidad, nuestro proceso, nuestro tiempo, pero si se da la corresponsabilidad, aprovecharla priorizando la continuidad. Hacen falta personas sensibles que entiendan la complejidad de los procesos, que quieran dejar el escritorio para salir a ensuciarse los zapato.
Paulina Quintana