Una reflexion simple sobre el poder y su naturaleza

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UNA REFLEXIÓN SOBRE LOS EXTREMOS POLÍTICOS

UNA REFLEXIÓN EN TORNO A LA NATURALEZA DEL PODER. (INSUMOS PARA UNA CONVERSACIÓN DESDE CERO)

ALEJANDRO RUBIO PELLON


La neurociencia nos dice que las características de los hemisferios del cerebro son las siguientes: en el hemisferio izquierdo se dan las siguientes características: la razonamiento, el lenguaje hablado, el lenguaje escrito, las habilidades científicas, las habilidades numéricas y el control de la mano izquierda. En el hemisferio derecho, en cambio se dan las siguientes características: la intuición, la imaginación, el sentido artístico, el sentido musical, la percepción tridimensional y el control de la mano izquierda. La psicología y la neurociencia también nos dicen que la mayor parte de las personas estamos más determinadas por un hemisferio que por otro, y que pocas (en relación a la totalidad) lo tienen desarrollado por igual. Es decir que las habilidades que cada uno posee suelen venirnos más de un hemisferio que del otro. Es decir que en la mayor parte de las personas la forma de su inteligencia está basada más en la intuición o más en el razonamiento (inteligencia emocional e inteligencia racional). Una mente que ha sido poco entrenada (desarrollada) será mucho más intuitiva, pues el razonamiento no está en la naturaleza, sino solo en la cultura. El razonamiento nos lo damos nosotros mismos desde el jardín infantil, e incluso antes. Un ser humano que nunca hubiere sido culturizado no sabría hablar, pero igual tendría imaginación. No podría transmitir sus ideas, pero no por eso dejaría de tenerlas. La percepción tridimensional es el modo en que percibimos los objetos en el universo físico (largo, ancho y fondo), y las habilidades numéricas las que nos permiten realizar las cuatro operaciones básicas de la aritmética en el universo mental (sumar, restar, multiplicar y dividir). El razonamiento es una herramienta creada por nosotros y modificada a lo largo del tiempo. Son las escuelas y liceos quienes nos dan el razonamiento. El primer razonamiento lógico nos lo dio Aristóteles, vigente por unos 2 mil años, hasta Kant. El mismo Aristóteles nos dio también un razonamiento cosmológico,


que estuvo vigente hasta Newton. No nos damos cuenta, pero nuestra forma de razonar no viene con nosotros. Nuestro razonamiento lo heredamos de las generaciones anteriores. Aunque no nos demos cuenta, Hegel, Nietzsche y Mark, entre otros, están influyendo en la forma de razonar de muchas personas. Hasta el reggaetón influye en la forma de razonar de muchos jóvenes. El razonamiento es enseñado y aprendido, y las personas con largos años de estudios suelen razonar más y mejor que los que casi no han estudiado. El razonamiento de cada persona depende en gran medida de la calidad de la educación que recibe en la escuela y en su casa. Unas personas razonan mejor que otras, pero hoy todos razonamos, en mayor o menor medida. ***** Los seres humanos, por otra parte, somos variables emocionalmente por naturaleza. La vida muchas veces, más no sea de rato en rato, se nos vuelve inconsistente y nuestros estados de ánimo cambian. Los altos y bajos son normales en nuestro diario vivir. Sin embargo, todos somos diferentes en nuestra genética, como también son diferentes nuestras experiencias. Los procesos químicos y eléctricos que experimentamos en nuestro ser biológico también son diferentes. En consecuencia, todos reaccionamos distintos a los ritmos cambiantes de la vida. Es decir que todos somos diferentes, y esta diferencia se manifiesta fundamentalmente en la personalidad y su estado de ánimo. Si bien es cierto hay personas que cambian muy poco sus estados de ánimo, la inmensa mayoría sí lo hace. Si el estado de ánimo se midiera en una escala de 0-10, las personas estables permanecerían en torno al 4, 5 y 6, y las extremadamente inestables oscilarían rápida y permanentemente entre el 0 y el 10, permaneciendo muy poco en el centro (estos sufren de bipolaridad). La mayoría de las personas, sin embargo, se encuentran en algún lugar cerca del centro de la escala del estado de ánimo, experimentando variaciones permanentes no extremas.


***** Pareciera que donde sea que nos situemos (sea en el plano físico, mental o social) quedamos expuestos entre dos frentes, dos polos, dos posiciones. Al parecer esta exposición a la polaridad está en lo más profundo de la naturaleza, porque de partida se da entre las fuerzas fundamentales del universo (de la física), como es la fuerza electromagnética con sus polos positivo y negativo. En el plano del lenguaje también se da la polaridad, de modo que por un lado tenemos lo verdadero y por el otro lo falso; también lo bello y lo feo; lo bueno y lo malo; arriba y abajo; adentro y afuera. Es decir que nada es más bello que bello ni más feo que feo; como tampoco algo puede estar más adentro que adentro o más afuera que afuera. Pareciera que para hacer nacer al lenguaje debimos ponerle unas barandas, unas paredes de contención, ya que sin esas paredes el lenguaje no habría sido posible. No es posible concebir algo sin fronteras. En biología la vida está contenida dentro de una membrana, que en el caso nuestro es la piel que nos separa del entorno. En el lenguaje esta membrana son los opuestos (bueno-malo, justo-injusto, caliente-frío, alegre-triste, rápidolento, todo-nada, etc.), que le delimitan. Lo que no tiene límites no existe, razón por lo cual los científicos discuten sobre la forma y límites del universo. Con el lenguaje matemático es semejante, pues existen los números positivos y los números negativos. La polaridad, en consecuencia, está en lo más profundo de nosotros mismos, como si viniera en nuestra programación. Dentro de las células, el ADN está organizado en estructuras llamadas cromosomas, X e Y. No podemos escapar a la polaridad; de hecho nuestro planeta tiene el Polo Norte y el Polo Sur. Pero la polaridad se da también en el plano político, donde se manifiesta entre la derecha política y la izquierda política. En especial a esto quiero referirme.


Esta polaridad determina que seamos seres cambiantes, de instante en instante, de día en día, de año en año. Oscilar está en lo más profundo de nosotros. ***** A continuación, y luego de esta introducción, me aventuro a señalar las circunstancias y características profundas que inciden en que unas personas se encuentren en un extremo o en el otro en lo político. Me refiero a los fanáticos de derecha y a los fanáticos de izquierda. Son estos fanáticos los que definen la estructura básica de la política contingente (sus polos). Estos fanáticos extremos, que no son muchos, no suelen sobrepasar el 10% cada uno. Digamos que en una escala del 0 a 10, en el 0 está la extrema derecha y en el 10 la extrema izquierda. Luego están quienes son de derecha y de izquierda (no extremos) que suelen estar entre el 1 y el 3, y entre el 7 y el 9, respectivamente. Luego está la centroderecha entre el 4 y el 5, y la centro-izquierda entre el 5 y el 6.

Cuando los centros son débiles, o cuando no logran concitar grandes mayorías, los extremos suelen polarizar las elecciones, como en esta elección en Chile (y en muchos más). Estas posiciones políticas extremas actúan bajo la lógica política de “estás conmigo o en mi contra”. Pero no son fanáticos solo por elección de ellos, pues sus personalidades (formas) políticas obedecen también a la naturaleza de todas las cosas: la polaridad. Digamos que ellos cumplen un rol, pues nunca dejarán de existir fanáticos de ambos lados (como en todo).


De partida hago presente que no puedo hacerme cargo en esta corta reflexión de la excesiva ideologización de las personas. Me explico: muchas personas fueron “arrastradas” desde niños a una posición política, no muy diferente de cómo sus padres les “metieron” desde niños que deben ser del Colo o de la “U”. En Chile (y en otros países es semejante) la mayor parte de las personas que llevan por nombre Fidel o Vladimir casi seguro que tuvieron padres de izquierda, quienes sembraron en ellos la primera semilla de esa ideología. Por supuesto que no todas las personas que tienen dichos nombres son de izquierda, pero es muy probable que hayan tenido que hacer algún esfuerzo (interno) para dejar de serlo. Lo cierto es que los padres le quitamos a nuestros hijos su libertad de elegir en muchos ámbitos, jurándonos que lo hacemos por su bien. Así, es normal que la gente de extrema derecha le “meta” en la cabeza a sus hijos que la gente de izquierda es ‘mala’; y viceversa. En este intento por “descubrir” cuáles son los elementos que inciden más en las posiciones políticas personales (extrema derecha y extrema izquierda) habrá que tomar en cuenta también las circunstancias sociológicas de las personas, en especial su posición económica y su educación dentro de la sociedad. Desde que nacemos se nos dice, más menos, que los ricos son de derecha y que los pobres deben ser de izquierda. Algo así como que estamos divididos entre empleadores y empleados. Es decir que las circunstancias determinan en parte importante la posición política que asumimos. Cuento aparte son las personas que adoptan una posición política por una conveniencia específica y determinada, como sería el caso de una persona que encuentra en la administración pública un buen empleo, y toma la posición política del que le consiguió dicho empleo. Obviamente que esa persona podría cambiar de manera política de pensar, pero no pocas veces la circunstancia del empleo mismo se lo impedirá. Lo que expongo en esta reflexión es también un intento de explicar por qué asumimos posiciones políticas de derecha o de izquierda, a pesar de no ser extremas. En ningún caso esta reflexión pretende ser un juicio moral respecto de


las posiciones políticas que cada persona asume, pues en democracia todas son legítimas (si no se ejercen con violencia).

***** La “explicación” que propongo la obtengo de la triangulación de tres elementos básicos: mente, cuerpo y circunstancias. Expuse ya que nuestras habilidades mentales (mente) están determinadas más por alguno de los hemisferios de nuestro cerebro (derecho e izquierdo), entendiendo que la mayor parte de las personas tiene desarrollado un hemisferio más que el otro, dependiendo en buena parte de su formación y educación. Señalé también que nuestro ser biológico (cuerpo), en particular nuestro estado de ánimo, es fluctuante, y que este fluctuar (oscilar) nos es bastante natural (innato). Nadie pondrá en duda que muchas de nuestras decisiones están influidas por nuestros estados de ánimo. Este estado de ánimo influye demasiado en los niños, algo menos en los jóvenes, aún menos en los adultos y aún bastante menos en los adultos mayores (lo digo en general, y no en absoluto). En la medida en que se vamos madurando tomamos menos decisiones de acuerdo a los estados de ánimo, y más de acuerdo con lo que nos dice nuestra intuición o razonamiento. Pero siempre el estado de ánimo está influyendo en nuestra forma de “ver” y percibir. De algún modo nuestras vidas funcionan de acuerdo a nuestros estados de ánimo. Por último están las circunstancias

(el entorno, las oportunidades, la

contingencia en que nos encontramos). Así unas personas nacen y viven en entornos familiares muy ricos y otras nacen y viven en entornos familiares muy pobres (en ambos casos en todo sentido). Las circunstancias son también la familia, que en muchos casos tiene una gran influencia en la posición política que se abrace. Sin duda también tiene gran influencia la educación y la mentalidad que se le dio a la persona. Es decir que las circunstancias pueden ser más favorables o más desfavorables. Lo más o lo menos favorable estará determinado en gran


parte por las circunstancias socio-económico-culturales específicas de cada persona y su familia. ***** Es sensato pensar que las cualidades que tienen millones de individuos no desaparecen cuando se manifiestan colectivamente, sino que ellas están presentes colectivamente en todo momento. Es decir que la sociedad chilena tiene una mente, un sentir y está sujeta a determinadas circunstancias, tal cual una persona. En la clasificación para el mundial de futbol, por ejemplo, estuvo presente la mentalidad, el sentir y las circunstancias. Lamentablemente la mala combinación de estos tres elementos nos dejó fuera de Rusia 2020. Luego de perder la clasificación nuestro sentir experimentó un muy mal estado de ánimo, que gatilló que cuestionáramos la mentalidad (razonabilidad) con que enfrentamos la clasificación. En la derrota influyeron también las circunstancias (equipos con los que nos tocó jugar, o los jugadores lesionados para partidos importantes, etc.). Es decir que Chile es un país “vivo”, que piensa, siente y es circunstancial. En lo político es igual. (Entre las circunstancias también están presente el azar).

***** Los términos derecha e izquierda (políticamente hablando) tienen su origen en la Revolución Francesa (1789), cuando, luego de la toma de la Bastilla, las distintas facciones políticas se reúnen para redactar una nueva carta magna para Francia. Los Girondinos (los conservadores de entonces) estaban sentados a la derecha respecto de quien presidía la Asamblea, mientras los Jacobinos (los liberales de entonces) estaban sentados a la izquierda respecto de quien presidían. Frente a quien presidía la Asamblea (es decir entre los girondinos y los jacobinos) estaban las personas indecisas o que aún no tomaban partido.


Mientras los girondinos (la derecha) apostaban por una monarquía parlamentaria y querían el sufragio solo para la clase propietaria, los jacobinos eran partidarios de la República y del voto universal. Mientras los primeros tenían el apoyo de las clases dominantes, los segundos tenían el apoyo de las clases populares. Podemos ver que en lo político dicha polaridad estaba dada entre los representantes de los ricos y los representantes de los pobres. Eso aconteció hace más de 200 años atrás. Pero esta división ya estuvo hace unos 2.500 años en la antigua Roma entre Patricios y Plebeyos. Mientras los primeros querían mantener todos los privilegios los segundos buscaban mayor igualdad. Luego de 500 años de lucha social (y de haber evolucionado desde la monarquía a la república), los republicanos (Brutus y otros) optaron por asesinar a Julio Cesar, quien pretendió coronarse rey y terminar con la república. Es decir que hasta en las repúblicas más fuertes siempre está latente la posibilidad de que unos pocos se tomen el poder, de un lado o del otro. Si continuamos investigando hacia atrás veremos que el origen de esta división se produce entre los que tienen y los que no tienen, entre los gobernantes y gobernados; entre los amos y los esclavos. La primera huelga documentada de la historia se produjo en Egipto en el año 1.166 a. c. (hace 3.200 años). Esta primera revolución reivindicatoria tuvo su origen en la corrupción y el hambre que se produjo durante la administración del

faraón Ramsés III.

Finalmente el Faraón tuvo que hacer concesiones para continuar con la construcción de la pirámide. ***** ¿Siguen siendo hoy

los fanáticos de la derecha y los fanáticos de la

izquierda fieles “descendientes” de patricios y plebeyos? ¿Se reduce todo solo a alcanzar o mantener el poder? ¿Hay algo que sea objetivo (aparte de querer el poder) en el discurso de la extrema derecha, y algo objetivo el discurso de la extrema izquierda? ¿Tienen algo que no sea subjetivo? ¿Hay algo que la


extrema derecha sepa hacer mejor por Chile que la extrema izquierda, y viceversa? ¿O simplemente ambas son una desgracia para el país (y la humanidad)? ¿Tienen una razón de existir? ¿O pudiera ser que sin ellas la política no podría existir? ***** ¿Históricamente que es lo que más ha definido a la derecha y a la izquierda (independiente de extremas o no extremas)? En términos simples, las posiciones de le derecha y de la izquierda son las siguientes: Para la derecha lo esencial es el capital, mientras que para la izquierda es la mano de obra. Para la derecha (en general) todos los medios de producción deben estar en manos privadas, y para la izquierda (en general) deben estar en poder del Estado. Mientras la derecha cree que lo mejor es que la economía se autorregule solo por la ley de la oferta y la demanda, la izquierda cree que es mejor una economía planificada centralmente (por el Estado). Mientras la derecha quiere un Estado muy pequeño, la derecha quiere un Estado muy grande. Mientras la derecha defiende los valores tradicionales, la izquierda se opone a ellos (unos no son partidarios del aborto y los otro sí; mientras los primeros son partidarios del matrimonio solo entre un hombre y una mujer, los otros quieren matrimonio igualitario –cualquier sexo-, por ejemplo). Mientras los de derecha suelen ser creyentes, los de izquierda suelen ser ateos (los dirigentes, en general). Mientras la derecha pone énfasis en el crecimiento económico, la izquierda lo pone en el reparto social. Es decir que son total y completamente extremos (entre sí). En términos simples, la derecha representa al capitalismo, y la izquierda representa al socialismo (y comunismo). En general ambos critican a los centros políticos. ¿Quiénes han sido sus grandes ideólogos? El origen del capitalismo está en Europa a fines del siglo XVIII de la mano de Adam Shmith y su obra “La riqueza de la naciones”. En ella, se defiende que el motor de la economía y del progreso social se halla en el individualismo.


Considera que una persona está mucho más motivada a trabajar si saca beneficio propio. Él escribiría "No es la benevolencia del carnicero, el cervecero, o el panadero la que nos procura nuestra cena, sino el cuidado que ponen en su propio beneficio", seguido de "No nos dirigimos a su humanidad, sino a su propio interés, y jamás les hablamos de nuestras necesidades sino de sus ventajas". Partiendo de estas premisas, llega a la conclusión de que la mejor manera de hacer crecer el país es ofreciendo libertad al individuo, para que desarrolle todo su potencial, y que el estado no tiene que poner obstáculos a la libertad, al desarrollo de la persona en todo el espectro de posibilidades desde bienes a otros aspectos variados. En otras palabras, el estado no tiene que intervenir en la economía. Es el Laissez faire (del francés 'dejad hacer') del capitalismo. El origen del comunismo también está en la Europa de fines del siglo XVIII. Su mayor exponente es Carl Marx (fundador del socialismo científico) y sus obras el “Manifiesto Comunista” y “El Capital”. El Socialismo es la doctrina política, económica y social que aspira a la reforma radical de la sociedad, mediante la solución prioritaria de los problemas que afectan a las grandes mayorías de la población, esto es, a la clase trabajadora o proletaria; primando, en virtud de la clase trabajadora, el interés de ésta sobre el interés privado o particular. “En el desarrollo de las fuerzas productivas se llega a una fase en la que surgen fuerzas y medios de intercambio que, bajo las relaciones existentes solo pueden ser fuente de males, que no son ya todas las fuerzas productivas, sino más bien fuerzas destructivas, y a la vez surge una clase condenada a soportar todos los inconvenientes de la sociedad sin gozar de sus ventajas…; una clase compuesta por la inmensa mayoría de la sociedad, y de la que nace la conciencia de que es necesaria una revolución radical, la conciencia comunista” ¿Cuáles han sido sus exponentes políticos más extremos? La extrema derecha y la extrema izquierda tienen una tendencia “natural” a tomarse el poder, y en pos de ese objetivo han asesinado a millones de seres humanos a lo largo de la historia reciente. Horribles dictadores de derecha han sido Benito Mussolini en Italia, Francisco Franco en España, Jorge Rafael


Videla en Argentina; estos solo por nombrar algunos. En el otro extremo (izquierda) han sido, solo por nombrar algunos, Joseph Stalin en la ex Unión Soviética, Mao Zedong en China y Kim Jong Un hoy en Corea del Norte. ***** En la actual elección presidencial hemos visto como afloran estos extremos, en que la extrema derecha está representada por José Antonio Kast y la extrema izquierda por Eduardo Artés, Alejandro Navarro y en parte Beatriz Sánchez. Se trata de dos polos completamente opuestos, en que no hay posibilidades de convergencia de ningún tipo. Son estos dos polos los que terminan polarizando a la mitad de los chilenos en una posición u otra. Afortunadamente la mitad de la ciudadanía opta por no votar, excluyéndose del “diálogo de sordos” que antecede a las elecciones. Estos que no votan le dan (sin saberlo), de algún modo, equilibrio al proceso electoral. En el fondo la extrema derecha y la extrema izquierda se parecen en cuanto que sus discursos son bastante simples, viendo siempre el vaso medio lleno o medio vacío. La extrema derecha, por ejemplo, toma al cristianismo como la base (sustento) última de sus posturas, mientras que la extrema izquierda toma como su base al marxismo. Mientras la extrema derecha es doctrinaria, la extrema izquierda es ideológica. En el fondo son la cara (izquierda) y el sello (derecha) de lo mismo: el extremismo político (violento o no violento). Para ellos la realidad es blanca o es negra. Desde sus puntos de vista ellos son los buenos y los otros son los malos. Mientras un extremo dice defendernos del comunismo el otro dice defendernos del capitalismo. Para ellos no hay más que esto. La complejidad de la realidad los supera, por lo que simplifican todo (pero ellos parecen no se darse cuenta de la simplificación que hacen). Mientras para (los líderes de) la extrema derecha el mundo sigue dividido entre empleadores y trabajadores, para (los líderes de) la extrema izquierda sigue dividido entre explotadores y explotados. Mientras unos luchan para que los


pobres no les arrebaten sus privilegios, los otros luchan por lo contrario. Es una guerra sin cuartel. Se odian (como se ve en esta elección), y en ese odio nos les importa arrastrarnos a todos. Cada uno tiene una visión inmensamente sesgada de la realidad (que es muy variada). Para los primeros lo importante es solo el sujeto individual (que consume), mientras que para los segundos lo importante es el sujeto colectivo (que obedece). El poder a los primeros les viene de producir, y a segundos de mandar. A los primeros el dinero les da poder y a los segundos el poder les da dinero. El caso Soquimich ilustra bastante bien esto, en que el poder y el dinero se confunden, y en que la lógica política (dicha para la gente) deja de ser tan lógica). Los extremos políticos viven con sus espaldas pegadas a un muro cada uno, como sabiendo que detrás de sus espaldas nada más hay. Se han constituido en los límites del pensamiento político. En el fondo los primeros son cuadrados y los segundos son redondos. Se parecen (en todo caso) en cuanto los líderes de ambos bandos suelen ser un tanto mesiánicos, como si hubieran nacido para ello….. Y en esto último no se equivocan, pues no son ellos los que decidieron ser extremos de un lado y del otro; tenía que ser así… La polaridad está en todo… y no iba a dejar de estar en la política. ***** No deja de ser curioso que mientras los grandes líderes de la extrema derecha suelen ser personas muy adineradas, los grandes líderes de la extrema izquierda no suelen ser personas pobres, ni menos muy pobres. Lenin, Marx, el “Che” Guevara, Fidel Castro, Salvador Allende, entre otros muchos, no surgieron de entre los pobres. Es como que los pobres no saben tener líderes propios. Y en parte es lógico que los pobres no tengan sus propios líderes naturales, pues se requiere de buena formación para lidiar en las altas esferas. (No pongo en duda, en todo caso, que muchos grandes líderes sindicales han surgido del mundo obrero, es decir de entre los pobres).


La mayoría de los grandes líderes del Frente Amplio nunca ha pasado pobreza, aunque su bandera de lucha es justamente esa, la pobreza (en sentido económico amplio). Y es todavía más curioso que las personas pobres de extrema izquierda tengan un discurso en contra de la burguesía, cuando la mayor parte de sus grandes líderes son burgueses. Los grandes líderes de la extrema izquierda no tienen sus hogares en las poblaciones más pobres, mientras que los grandes líderes de extrema derecha los tienen entre los mismos ricos. Digamos que los líderes de los ricos están más cerca de sus representados, que lo que lo están los líderes de la extrema izquierda de los suyos. Los líderes de la derecha (extrema y no extrema), en todo caso, suelen decir que ellos defienden los derechos de la clase media y de la clase pobre. No olvidemos que Pablo Longueira logró ser alcalde en Conchalí. Políticamente el centro no existe, pues parece no tener una causa natural que defender, pues no son explotadores ni explotados. Pareciera que está falta de “causa propia” le pena. En la elección actual los extremos hicieron “papilla” a la Democracia Cristiana. Pareciera que un centro político es para una sociedad más evolucionada que la nuestra. En Chile de hoy solo tenemos extrema derecha, derecha, centro derecha, centro izquierda, izquierda y extrema izquierda. El signo de la falange (una flecha que rompe con la derecha y con la izquierda) ya no da en el blanco. El centro se perdió de su centro y sucumbió cual pantalón en una centrífuga. Chile es un país bipolar, con todos los síntomas y dolencias de esta triste enfermedad. A mi modo de ver estos extremos fueron superados a nivel mundial, pero sus grandes líderes hacen caso omiso de la realidad. El capitalismo cayó con la caída de las Torres Gemelas, y el comunismo cayó junto con el muro de Berlín. La única diferencia es que los primeros no cayeron del todo porque metieron la mano


en el bolsillo del fisco, mientras los segundos no tuvieron empresas a las cuales “echarles mano”. (En este último caso el Estado y la empresa eran el mismo).(China, en todo caso, es otra cosa, pues en lo económico es capitalista y en lo político es comunista). *****

¿Siguen siendo los primeros más hábiles para generar riqueza, y los segundos más hábiles para defender los intereses de los trabajadores? ¿Cómo explicar que los primeros obtengan votación en Huechuraba y los segundos obtengan votación en Providencia? ¿Podría ser que en parte las diferencias se mantengan infladas por ambos bandos (en una especie de colusión) para ser los únicos que venden sus “pomadas” en el mercado de la política? ***** La triangulación significa que la mente, el sentir y las circunstancias se influyen y determinan recíprocamente. Me refiero ahora en particular a las circunstancias. Lo primero es tener presente que está en nuestra naturaleza querer estar bien; nadie quiere estar mal. Todos queremos tener una buena atención de salud. Todos queremos una buena educación. Todos queremos buenos trabajos. Todos queremos viajar y conocer el mundo. Todos queremos que nunca nos falte la comida. Todos queremos una vivienda digna. Todos queremos muchas cosas, y lo cierto es que no alcanza para todos. El “TODO” no alcanza para todos. En Chile nunca alcanzó para todos. La TV (el gran invasor del hogar) nos muestra un mundo de maravillas, que no alcanzan para todos. Las cuentas corrientes no alcanzan para todos; los autos nuevos no alcanzan para todos. La ropa cara y de calidad no alcanza para todos. Los buenos hoteles no alcanzan para todos. Ni mucho menos ¿cuántos hogares habrá en chile hoy (hoy día) que no tienen una máquina lavadora (porque no hay dinero para comprarla o arreglarla)? Cuántos chilenos están ahora (mismo) con la


luz o el agua cortada por no poder pagarla? ¿Cuántos chilenos tienen hoy a sus hijos en malos colegios? Muchos, sin duda (aunque estadísticamente no sé cuántos). ¿Cuánto influye la frustración en la posición política de una persona? ¿Cuánto influye en su estado de ánimo? El nivel de frustración entre los pobres es inmensamente mayor que entre los ricos. Los ricos suelen ser mucho más felices que los pobres. La comodidad y el poder cubrir todas las necesidades son determinantes en el nivel de felicidad de una persona. (Caso aparte son los casos de los ricos que no han sabido ser felices). Un pobre (con varios hijos) podrá decir que es muy feliz, pero está sometido a un nivel de estrés mucho mayor que el de un rico, lo que lo hace menos feliz. No es lo mismo decir “hoy no estuvieron buenos los negocios”, que decir “hoy no hice para comer mañana”. El dolor de un padre y/o una madre que no pueden darle lo básicamente necesario a su hijo es algo que los ricos no han experimentado, y que por lo mismo no pueden imaginar realmente. Un rico no pude imaginar (sentir) la pobreza, ni pobre pude imaginar (sentir) la riqueza. Los pobres, sin embargo, muchas veces son monedas de cambio para los extremos políticos. Lo son por cuanto los pobres no tienen verdaderos representantes. Ni en el gobierno de Bachelet ni el de Piñera hubo un ministro de Estado o un subsecretario pobre. Tampoco un embajador, un seremi, o un alto jefe de servicio. Los pobres no están representados en las altas esferas en ningún lado por ellos mismos. Los pobres (en lo político) son como niños chicos que necesitan de tutores políticos; lamentablemente. La frustración de no tener un empleo, o un empleo digno, genera un estado de desánimo que puede llevar a la depresión, incluso a las drogas más extremas, como es hoy en miles de casos. Esto me lleva a decir que eso de que “los pobres son flojos casi por naturaleza” es una gran injusticia, pues la carencia de medios, de educación y de oportunidades determina demasiado la vida de las personas. Jamás un joven pobre podrá comprarse los artículos de gran calidad que ofrecen


en la TV. La pobreza genera frustración. Es que la gran mayoría de los pobres no eligió ser pobre, ni quiere ser pobre; simplemente no sabe cómo salir de la pobreza. Ahora, si consideramos que los pobres tienen también una educación de mala calidad, concluiremos, necesariamente, que su razonamiento es menor que el de los ricos, pero su intuición es mayor. Esto suena fuerte, pero no es ofensivo. Es como decir que los ricos tienen mejor salud que los pobres, que es muy cierto. En cuanto a condiciones materiales los ricos tienen todo mejor que los pobres, lo que influye en forma determinante en el estado de ánimo. Es más fácil ser un agradecido de Chile para los ricos que para los pobres. No es casualidad que el mundo de la cultura esté en general más con la izquierda que con la derecha. La poesía se nutre mejor de la necesidad y el sufrimiento que de la opulencia y la satisfacción. Por algo ningún premio nobel fue de derecha. No es casualidad, por otra parte, que los ricos sean más exitosos en lo material. No podemos explicar este éxito únicamente diciendo que son ladrones y sinvergüenzas. Ellos son más rigurosos y aplicados en sus propósitos. En un mundo cada vez más complejo la racionalidad y las habilidades científicas superan con creces a la intuición. ***** Sobrevivir está en nuestra naturaleza, y en Chile (y el mundo) se sobrevive ganando dinero. En Chile, según datos oficiales, los más pobres bordean el 15%, mientras los más ricos en torno al 1%. El conjunto de los últimos gana inmensamente más que el conjunto de los últimos. Siempre ha sido así, y no es seguro que deje de serlo, pues promesas ha habido siempre. Es indiscutible que en la naturaleza hay que luchar para sobrevivir. En ella la vida se alimenta de otras vidas, de modo que solo los más fuertes suelen sobrevivir. Estos ya nos lo dijo Darwin en “El origen de las especies”.


Y en política es igual, en que unos partidos políticos se alimentan de la muerte de otros. Así ocurrió en la recién pasada elección, en que dejaron de existir varios partidos políticos, cuyos electores serán absorbidos por otras colectividades políticas. En esta lucha no hay diferencia entre la derecha y la izquierda, que luchan con dientes y muelas por sobrevivir, y no solo por sobrevivir, sino que por ganar el gran cetro; para convertirse en el león de la cultura. No podemos sustraernos al poder; ES IMPOSIBLE. El poder está más allá de nosotros mismos. El poder tiene “vida” propia, y se alimenta de nosotros; de cada uno de nosotros. De ser efectivo que hubo un Big Bang (una explosión) que repartió lo que era UNO por todo el Universo, lo cierto es que ese Big Bang está en todas partes hoy. Si dicha explosión separó lo que estaba unido, entonces la SEPARACIÓN también está en todas partes. En consecuencia hay una “lucha” entre la unidad y la separación. La tendencia a la unidad y la tendencia a la separación están en todo. El poder político es la fuerza que tiende al uno, en que quien ejerce el poder tiende a quererlo todo. Y la separación se observa en la labor de la oposición política, que busca impedir que el contrario se quede con todo el poder. No es casualidad eso de la separación de los poderes del Estado. Sin embargo parece ser que esta separación no ha sido suficiente para garantizar naciones justas, de modo que es necesario repensar cual es un modelo político organizacional más justo y adecuado. El Estado no solo hay que modernizarlo, sino que es imperativo EVOLUCIONARLO. A falta de tiempo han quedado muchas preguntas pendientes. Algunas de ellas son: ¿Es la derecha o la izquierda la mejor opción para sacar al país de la pobreza? ¿Saben los ricos solucionar los problemas de los pobres sin caer en el puro asistencialismo? ¿Los dirigentes de izquierda invierten sus ahorros y capitales más en sociedades anónimas o en cooperativas? ¿Estamos midiendo


bien lo que entendemos por pobreza? ¿Podemos reducir todas las dimensiones de la vida solo a estadísticas? ¿Son los números los indicadores más importantes de todo? Esta reflexión es un humilde aporte a una reflexión mayor. La realidad no cabe en solo una mente, por genial que sea. SOMOS TODOS.


MANAÑA 17 DE DICIEMBRE GANARÁ EL CANDIDATO CON LOS ELECTORES MÁS DESPIERTOS, SIN DUDA.

EN DEMOCRACA LOS MENOS DESPIERTOS NO PUEDEN GANARLE A LOS MÁS DESPIERTOS; ES IMPOSIBLE. (MAÑANA SABRÉ QUE

TAN

DESPIERO ESTOY)

ACEPTARÉ EL RESULTADO COMO EL TRIUNFO DE LOS MEJORES,

SEA

O NO SEA MI CANDIDATO.

LOS EXTREMOS POLÍTICOS, EN TODO CASO, NO SABEN ACEPTAR LA DERROTA. NUNCA DEJAN DE AUTOENGAÑARSE. SIEMPRE TIENEN EXCUSAS.


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