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Trayecto

TRAYECTO

Ya no es hora de decir esperanza con los labios abiertos, con las mejillas sonrosadas de inocencia. No es hora de decir futuro mientras bebo leche tibia. (Los frascos están vaciados y ningún surtidor celestial habrá de rellenarlos.)

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No es hora de sentarse a esperar a que caigan los frutos en el huerto con la frente sudorosa de trabajos, de absorber con boca ávida la dulzura de un mango, de exprimir en mi frente el zumo de un amor.

¿Te das cuenta? Tengo veintiún años y me miro al espejo y no veo nada.

II

Otra vez la mañana mi almohada incendiando, el refugio dondeme abandono a otro mundo mejor, la nube en que recuesto mi cabeza cansada, el montículo de nieve para calmar mi sed, la cueva para contraer mi cuerpo atrincherado.

¡Qué obligación la de salir a recorrer las calles y atreverme a fijarme un rumbo entre los hombres que me miran como se mira a un leproso!

Para salir e internarme a jugar mi parte del juego en las entrañas de esta gran máquina viviente, sé que debo creer… ¿Pero… en qué?

III

Otra vez el estruendo de la enorme ciudad reventando en mi oreja. ¡Qué confusión de agresiones dispersas! Cada puerta que se cierra, cada escupitajo en el suelo, cada carraspeo de una garganta incómoda, encierran una inevitable carga de violencia.

No se me escapa, no, que el humano es una bestia;

y que las bestias compiten y se destruyen.

¿Qué táctica bélica habré de escoger yo que de niño nunca jugué a la guerra, sino que jugaba con muñecos que eran huérfanos igual que yo?

IV

De regreso al principio del miedo —a la tumba de mi lecho— , doy testimonio de mi desarraigo.

Escribo porque las yemas de mis dedos alguna vez recuerdan que existen, porque algo en mí aún reprocha contra la ola de muerte que nunca pidió permiso para venir hacia mí. Después de todo, ¿cómo habría de poner todo mi empeño en salvarme si desde el principio supe que la pulsión de vida es en mí un mecanismo descompuesto?

¿Hacia dónde dirijo mi paso tembloroso? ¿Hacia qué playa incierta llevo mi popa raída? ¿Es este mar de cianuro —en el cual soy náufrago— la mortaja que habrá de envolver micadáver?

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