IÑAKI BAZÁN, DIRECTOR DEL CENTRO DE HISTORIA DEL CRIMEN DE DURANGO
«Es en la Edad Media cuando surge la violencia contra las mujeres» Bazán considera que no va a ser tarea fácil su erradicación. «La propia sociedad y los políticos deben solucionarlo», proclama.
BAZÁN dirige el Centro de Historia del Crimen. / JULIO CALLEJA
El Centro de Historia del Crimen de Durango ha centrado en la violencia de género en la Edad Media su quinto ciclo de coloquios. Las máximas autoridades en la materia han analizado su dependencia legal del varón, la prostitución, el amancebamiento, las agresiones sexuales o el trato que recibían del sistema penal. El director del centro, Iñaki Bazán, sostiene que el origen de la violencia machista se encuentra precisamente en aquella sociedad medieval -¿Por qué han escogido la violencia de género para su quinto coloquio? -No tienes más que encender la radio o la televisión, o leer el periódico, y verás cómo casi todos los días una mujer muere o recibe una paliza brutal. Nosotros vamos a buscar el origen de esa violencia. ¿Cuándo se empieza a generar jurídicamente, legalmente, ideológicamente, culturalmente esa violencia machista? ¿En qué momento la sociedad asume que puede ser aceptable golpear a una mujer para corregirla o matarla por adulterio? Es en la Edad Media. -¿Qué es lo que ocurre en esa época? -A partir del siglo XIII confluyen dos factores: uno es la recepción de la teoría aristotélica, que considera a la mujer un ser inferior, y el otro es la recepción del derecho romano, en el que tiene mucha importancia la patria potestad. Junto a eso también la Iglesia, que considera que el
hombre ha caído por culpa de la mujer, aporta su grano de arena. Como consecuencia se intenta controlar a la mujer, que tiene que estar metida en casa. -¿Qué opciones tenían las mujeres del medievo? -La mujer sólo tenía dos posibilidades: estar casada civilmente con su marido o religiosamente como esposa de Cristo en la Iglesia. Las situaciones que no estaban dentro de esto se intentaban reconducir. No se aceptaba fácilmente a las mujeres que andaban libres porque no tenían la tutela de ningún varón. -Y qué hay del matriarcado vasco, ¿no tenían las mujeres más poder en esta zona? -En los siglos XII y XIII, aquí hay un sistema patriarcal como en todo el occidente europeo y la situación de las mujeres es la misma que en otros lugares. Al menos social y jurídicamente, que es lo que podemos analizar a través de documentos. De lo que pasaba puertas adentro del caserío no sabemos nada. Derechos conculcados -También han hablado de las amantes, barraganas y concubinas clericales en sus charlas. -El amancebamiento se da en dos circunstancias. Para aquellas personas que no tienen acceso a una dote con la que casarse, pues en esa época y más adelante todavía no había casamiento sin dinero, la única posibilidad de tener una relación pseudomatrimonial era el amancebamiento. Otro caso es el de los varones a los que la familia les va a elegir una mujer para llevar adelante la estrategia de la familia desde el punto de vista económico, político y social, y antes de que se sacrifiquen por la familia, por así decirlo, se les permite llevar su vida durante algún tiempo. Eso genera luego muchos abandonos de mancebas con hijos. -Si en este tiempo ha cambiado tanto la sociedad, ¿cómo es posible que perviva la violencia contra las mujeres? -La sociedad no es que haya cambiado tanto. Hoy en día no es universal que, en España con sus leyes de igualdad y su democracia, las mujeres cobren el mismo sueldo que los hombres. Aún nos queda mucho. Tenemos un lastre cultural del que nos tenemos que deshacer y eso no se hace de la noche a la mañana. Hay mucha gente que ha crecido en una época donde los derechos de la mujer estaban conculcados y aunque entiende que hay que avanzar no lo hacen de forma absoluta y esos siguen reproduciendo entre sus hijos esas ideas. Algunos están en la educación, otros en la magistratura Tendrá que haber una o dos generaciones en las que todos hayan interiorizado que la violencia contra las mujeres es inadmisible y entonces se habrá erradicado. Pero mientras haya personas que la vean factible, podrán poner leyes, pero seguiremos viendo esas noticias en los periódicos. -Bueno, se dice que todo lo que tiene un principio tiene un final. -Lo primero que hay que hacer es buscar el origen del mal, como cuando uno se va al médico por una enfermedad. Aquí el origen lo buscamos en la historia, ahora es la propia sociedad y
los políticos los que deben solucionarlo. Libro sobre la herejía -Pero, ¿acabará desapareciendo la violencia machista? -Por eso hay que luchar y comprometerse. Lo que probablemente desaparecerá es que socialmente se vea rechazable la discriminación de la mujer, pero la visión histórica te dice que las cosas no son fáciles, que lo que parece que está a punto de acabar puede complicarse y tardar otro siglo. El ser humano no cambia de forma de pensar de la noche a la mañana. Es trabajo de zapa a todos los niveles de la sociedad: en la familia, en el colegio, en los medios de comunicación No va a ser tarea fácil. -El martes presenta en el Museo (19.30 horas) su libro 'Los herejes de Durango y la búsqueda del Espíritu Santo en el siglo XV', ¿qué es lo que pretende con este trabajo? -El libro es el fruto de cuatro años de trabajo, en los que he estudiado fuentes muy diversas. Intento que se conozca el tema de forma científica, he encontrado algunas cosas interesantes que muestran lo que hay de verdad y de falso en muchos de los chismes y leyendas en torno a esa herejía. -Esa herejía fue precisamente el tema que inauguró el primer ciclo de conferencias del centro que dirige en Durango. Entonces habló de un documento eclesiástico que explicaría aquel capítulo de la historia de la villa. ¿Lo ha encontrado? -Hablaba del proceso que se siguió contra los herejes, pero ése, que sería el documento fundamental, aún no se ha podido encontrar.
El Centro de Historia del Crimen de Durango ha centrado en la violencia de género en la Edad Media su quinto ciclo de coloquios. Las máximas autoridades en la materia han analizado su dependencia legal del varón, la prostitución, el amancebamiento, las agresiones sexuales o el trato que recibían del sistema penal. El director del centro, Iñaki Bazán, sostiene que el origen de la violencia machista se encuentra precisamente en aquella sociedad medieval -¿Por qué han escogido la violencia de género para su quinto coloquio? -No tienes más que encender la radio o la televisión, o leer el periódico, y verás cómo casi todos los días una mujer muere o recibe una paliza brutal. Nosotros vamos a buscar el origen de esa violencia. ¿Cuándo se empieza a generar jurídicamente, legalmente, ideológicamente, culturalmente esa violencia machista? ¿En qué momento la sociedad asume que puede ser aceptable golpear a una mujer para corregirla o matarla por adulterio? Es en la Edad Media. -¿Qué es lo que ocurre en esa época?
-A partir del siglo XIII confluyen dos factores: uno es la recepción de la teoría aristotélica, que considera a la mujer un ser inferior, y el otro es la recepción del derecho romano, en el que tiene mucha importancia la patria potestad. Junto a eso también la Iglesia, que considera que el hombre ha caído por culpa de la mujer, aporta su grano de arena. Como consecuencia se intenta controlar a la mujer, que tiene que estar metida en casa. -¿Qué opciones tenían las mujeres del medievo? -La mujer sólo tenía dos posibilidades: estar casada civilmente con su marido o religiosamente como esposa de Cristo en la Iglesia. Las situaciones que no estaban dentro de esto se intentaban reconducir. No se aceptaba fácilmente a las mujeres que andaban libres porque no tenían la tutela de ningún varón. -Y qué hay del matriarcado vasco, ¿no tenían las mujeres más poder en esta zona? -En los siglos XII y XIII, aquí hay un sistema patriarcal como en todo el occidente europeo y la situación de las mujeres es la misma que en otros lugares. Al menos social y jurídicamente, que es lo que podemos analizar a través de documentos. De lo que pasaba puertas adentro del caserío no sabemos nada. Derechos conculcados -También han hablado de las amantes, barraganas y concubinas clericales en sus charlas. -El amancebamiento se da en dos circunstancias. Para aquellas personas que no tienen acceso a una dote con la que casarse, pues en esa época y más adelante todavía no había casamiento sin dinero, la única posibilidad de tener una relación pseudomatrimonial era el amancebamiento. Otro caso es el de los varones a los que la familia les va a elegir una mujer para llevar adelante la estrategia de la familia desde el punto de vista económico, político y social, y antes de que se sacrifiquen por la familia, por así decirlo, se les permite llevar su vida durante algún tiempo. Eso genera luego muchos abandonos de mancebas con hijos. -Si en este tiempo ha cambiado tanto la sociedad, ¿cómo es posible que perviva la violencia contra las mujeres? -La sociedad no es que haya cambiado tanto. Hoy en día no es universal que, en España con sus leyes de igualdad y su democracia, las mujeres cobren el mismo sueldo que los hombres. Aún nos queda mucho. Tenemos un lastre cultural del que nos tenemos que deshacer y eso no se hace de la noche a la mañana. Hay mucha gente que ha crecido en una época donde los derechos de la mujer estaban conculcados y aunque entiende que hay que avanzar no lo hacen de forma absoluta y esos siguen reproduciendo entre sus hijos esas ideas. Algunos están en la educación, otros en la magistratura Tendrá que haber una o dos generaciones en las que todos hayan interiorizado que la violencia contra las mujeres es inadmisible y entonces se habrá erradicado. Pero mientras haya personas que la vean factible, podrán poner leyes, pero seguiremos viendo esas noticias en los periódicos.
-Bueno, se dice que todo lo que tiene un principio tiene un final. -Lo primero que hay que hacer es buscar el origen del mal, como cuando uno se va al médico por una enfermedad. Aquí el origen lo buscamos en la historia, ahora es la propia sociedad y los políticos los que deben solucionarlo. Libro sobre la herejía -Pero, ¿acabará desapareciendo la violencia machista? -Por eso hay que luchar y comprometerse. Lo que probablemente desaparecerá es que socialmente se vea rechazable la discriminación de la mujer, pero la visión histórica te dice que las cosas no son fáciles, que lo que parece que está a punto de acabar puede complicarse y tardar otro siglo. El ser humano no cambia de forma de pensar de la noche a la mañana. Es trabajo de zapa a todos los niveles de la sociedad: en la familia, en el colegio, en los medios de comunicación No va a ser tarea fácil. -El martes presenta en el Museo (19.30 horas) su libro 'Los herejes de Durango y la búsqueda del Espíritu Santo en el siglo XV', ¿qué es lo que pretende con este trabajo? -El libro es el fruto de cuatro años de trabajo, en los que he estudiado fuentes muy diversas. Intento que se conozca el tema de forma científica, he encontrado algunas cosas interesantes que muestran lo que hay de verdad y de falso en muchos de los chismes y leyendas en torno a esa herejía. -Esa herejía fue precisamente el tema que inauguró el primer ciclo de conferencias del centro que dirige en Durango. Entonces habló de un documento eclesiástico que explicaría aquel capítulo de la historia de la villa. ¿Lo ha encontrado? -Hablaba del proceso que se siguió contra los herejes, pero ése, que sería el documento fundamental, aún no se ha podido encontrar.
Fuente: www.elcorreo.com