LA CAJA DEL POLICÍA FEO Erase una vez un chico al que le llamaban Feo. Por todas partes se reían de él porque decía que se iba a alistar en el cuerpo de policía y le decían: -Tú que te vas a alistar en el cuerpo de policía con esa cara. Entonces, el chico Feo decía: -Pues me opero la cara. -Pero si no tienes dinero. Entonces él decía: -Pues es verdad, bueno ya pensaré algo, ahora me voy a dormir que ya son las 23:30 y es muy tarde. Entonces el chico feo yendo para casa encontró una caja de color plateado y dijo: - pero, ¿qué es esta caja? La abrió y vio que había una nota la leyó y traía donde había un cofre del tesoro con 10.000.000euros. Al día siguiente se levantó de la cama y fue a comprar un pico y una pala y salió a buscar el tesoro. Una hora después llegó a un descampado y pensó: este es el lugar. Empezó a cavar con la pala y dijo: -aquí hay algo duro. Era una piedra enorme, rompió la piedra con el pico y encontró un cofre de color oro y plateado, lo sacó y el cofre tenía un candado, lo rompió con el pico, lo abrió y encontró el dinero y dijo: -¡wuau, que montón de billetes! empezó a saltar, cantar, brincar correr y dijo: -Soy el hombre más feliz del mundo ya tengo para comprarme un piso o un chalet un par de coches y para operarme la cara para entrar en el cuerpo de policía. Entonces fue al cirujano y le dijo: -Oye, señor cirujano, ¿me podrías hacer un presupuesto para operarme la cara? Cuarenta y ocho horas después salió de la sala de operaciones y al día siguiente fue a la entrevista para el cuerpo de policía. Después de dos meses de duras pruebas y duros ejercicios le dijeron que no se podía presentar al cuerpo de policía pero que podía probar en los bomberos que necesitan personal. Entonces se presentó para ser bombero y un mes después le cogieron. Luego un día salvando a una chica que se le incendio la casa quedaron para ir a comer por ahí y empezaron a salir como novios. Seis o siete meses después se casaron y un año más tarde tuvieron un hijo y una hija. La casa que tenían se les quedó pequeña y compraron un chalet y fueron felices y comieron perdices FIN
Autor: Cristian Menéndez Abad
Autor: Javier Noriega
El lagarto y el águila calva Érase una vez que un lagarto. Iba solo, siempre vagando por el desierto. Un día, el lagarto se encontró con un escorpión que se llamaba Locotrón, se hicieron muy amigos y desde ese momento se fueron muy, muy lejos a buscar un poblado. En el camino se encontraron a muchos animales muy pesados, siempre les intentaban despistar porque no querían tropezarse con ellos. Cuando encontraron el poblado apareció un águila calva que les empezó a perseguir echaron a correr todo lo que pudieron pero el águila atrapó al escorpión Locotrón. El lagarto tenía que decidir entre su amigo el Escorpión Locotrón y el poblado. Entonces él claramente eligió a su amigo. Fue corriendo y corriendo, estaba ya muy cansado y el águila se metió en una cueva. Entonces, él también se metió en la cueva y después de mucho buscar por los pasadizos encontró al Escorpión Locotrón vigilado por el águila. Sigilosamente se acercó por detrás pero, sin querer, pisó uno de los palos que había en su nido y el águila lo escuchó. Cuando el águila se dio la vuelta, el lagarto cogió a su amigo y salieron de allí corriendo. Cuando poro fin consiguieron despistar al águila se fueron camino del pablado que mas o menos se acordaban de cómo llegar.
LA NIÑA Y EL PERRO Erase una vez una nadie sabía
niña llamada Daniela y su madre. Vivían en un pueblo que
que existía, la niña tenía muchos amigos en el pueblo, ellos se
pasaban el día jugando, pero un día ella se fue a dar una vuelta sola por el bosque, se calló al suelo nadie la pudo consolar, pero al cabo de un tiempo vino un perro, ella pensaba lo peor que le podía pasar, pero el perro se puso a darle besos en la herida, Daniela se fue tranquilizando, el perro estaba muy sucio y su madre no le dejaba tener perros, ella estaba muy triste porque no se lo podía quedar, era un perro muy cariñoso y pequeñín, Daniela quería convencer a su madre a ver si la dejaba quedárselo, lo metió en un cesto de paja y Daniela fue corriendo al pueblo pero... se perdió por el bosque. Daniela se puso a pensar por donde había venido y… gracias al perro llego a casa. Daniela le contó la historia a su madre y su madre… le dejó quedarse el perro y Daniela fue feliz con su nuevo amigo.
Autora: Lucía Junquera
El Hechicero y los romanos.
Érase una vez un Hechicero que creó una fórmula mágica que los haría invencibles, y corriendo, corriendo… se lo contó a todo el pueblo. Entonces, de tanto repetir la fórmula, se enteraron los romanos, y pesaron -Un hechizo invencible uhmmmmm. Los romanos decidieron atacar para conseguir la maravillosa fórmula que les haría más fuertes. A la mañana siguiente, los romanos atacaron la aldea mientras todo el poblado dormía incluido el gran hechicero. Pero… menos mal que los ayudantes del hechicero se dieron cuenta, y rápidamente, fueron en busca de su maestro. Se lo contaron y éste les dio la pócima que les hacía invencibles. La batalla, la ganaron los ayudantes del hechicero, porque los romanos eran fuertes pero tontos, algunos eran tan tontos que pesaban que los árboles eran personas.
FIN
- a por él.
Autor: Sergio Rodríguez