Revista Crecer Feliz Febrero 2012

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¡Al sabroso Cuándo y cómo introducirlo en la dieta del bebé

¿Qué beneficios tiene? ¿Cómo hay que cocinarlo? ¿Cuáles son las variedades más adecuadas para niños? Aquí tienes todas las respuestas.

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l pescado es un alimento fácil de digerir y es fuente de proteínas, minerales y vitaminas y de Omega 3. Se introduce en la dieta del bebé hacia los 10 meses, en el caso del pescado blanco (merluza, pescadilla, lenguado, gallo, bacalao, lubina, rape) y desde los 18 meses en el del azul (sardina, boquerón, atún). Pero en ambos casos consulta antes al pediatra. Para preparárselo debes hervirlo cinco minutos en poca cantidad de agua y sin sal. “El agua de la cocción no se usa para la preparación del plato, ya que en ella se habrán disuelto sustancias como las purinas, el potasio y otras sales minerales que es preferible no dar en grandes dosis para no sobrecargar los riñones del bebé”, advierte Júlia Farré, dietistanutricionista. Una vez cocido, puedes añadirlo a la papilla de cereales o al puré de verduras. Es importante que lo introduzcas en las comidas del mediodía (no por la noche) para ver cómo lo tolera tu hijo; si aparecen manchitas o granitos en su piel o si comienza con diarrea u otros síntomas, no le des más y ve al pediatra. Si lo tolera bien, ya puedes dárselo en las cenas.

En su justa medida

La ración que debe tomar de pescado blanco son 30 g (peso en crudo, sin piel ni espinas), unas cinco veces a la semana. Como siempre, has de contrastarlo con el pediatra, porque la cantidad se suele establecer en función del peso del bebé y de su 54

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pescado! 1

JUGOSO Y SIN ESPINAS

EL RAPE

Este es un pescado perfecto para los niños porque no tiene espinas, solamente un hueso del que se separa fácilmente la carne. Lo mejor es cortar pedacitos que luego puedan prepararse hervidos o fritos. ¿Qué le aporta?: Además de su contenido en proteínas, destaca la vitamina B9, que es necesaria para la producción y maduración de los glóbulos rojos y blancos. También contiene otras vitaminas del grupo B, como la B12, que resulta especialmente importante para el crecimiento corporal y la regeneración de los tejidos del niño.

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NUESTRA PROPUESTA: RAPE REBOZADO Trocea un filete de rape en pequeñas porciones (del tamaño de una croqueta), rebózalas en harina y en huevo y fríelas en aceite de oliva. Colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y sírvelas. No necesita acompañamiento, porque es un pescado muy jugoso. Ofréceselo al niño cuando sepa masticar bien. Puede comerlo con las manos.

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MUY RICA EN FÓSFORO

LA LUBINA

La mayoría de las lubinas que encontramos en las pescaderías proceden de criaderos, es decir, no se crían en libertad. Tienen grandes espinas, por lo que debes pedir al pescadero que te separe los filetes. Una vez cocinada la lubina, cerciórate de que en la ración del niño no queda ninguna. ¿Qué le aporta?: Al ser un alimento rico en fósforo, ayuda a mantener los huesos y los dientes sanos y contribuye a mejorar las funciones biológicas del cerebro. También contiene hierro, mineral que previene la anemia.

NUESTRA PROPUESTA: LUBINA EN PAPILLOTE Necesitas un filete de lubina y papel especial para hornear al papillote o un molde de silicona. Coloca el filete en el papel, añade unas verduras picadas (cebolla, pimiento, puerro) y un chorro de aceite de oliva. Ciérralo bien formando un paquetito y mételo al horno durante unos cinco minutos o hasta que el papel se hinche. Así se hará en su propio jugo y quedará muy sabroso. Tu hijo puede tomarlo mezclado con el puré de verduras o, si ya mastica, comerlo en pedacitos.

PERFECTOS PARA EL BEBÉ

LA MERLUZA Y EL LENGUADO

Al comprar merluza o lenguado debes pedir siempre lomos o filetes para evitar las espinas. Mezcla estos pescados con la papilla de cereales y leche para comenzar a dárselos y luego con el puré de verduras. En los niños más mayores sirven para preparar hamburguesas o pasteles sólo de pescado, porque no tienen un sabor muy fuerte. ¿Qué le aportan?: Como todos los pescados, contienen gran cantidad de proteínas de alta calidad, porque poseen todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita. Además, son fundamentales para la reparación y el crecimiento de los tejidos, como por ejemplo los músculos. También son muy ricos en yodo, un mineral que resulta imprescindible para un correcto desarrollo intelectual del bebé y para una adecuada función de la glándula tiroides.

NUESTRA PROPUESTA: CREMA DE MERLUZA Coloca un filete de merluza en una cazuela, cúbrelo con agua y deja que hierva hasta que esté cocido. Tira el agua y reserva el pescado. Pon en una cazuela una patata y un puerro troceados, cúbrelos con agua y deja cocer hasta que la patata esté blandita. Añade a las verduras la ración de merluza que debe tomar el niño y un chorro de la leche que habitualmente tome y tritúralo todo hasta obtener una crema. El sabor del pescado se atenúa con la leche y así es mejor aceptado por el bebé.


¡Al sabroso pescado!

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UNA BUENA DOSIS DE OMEGA 3

LA SARDINA

El pescado azul suele tener muchas espinas, por eso debes asegurarte de quitárselas bien antes de ofrecérselo al niño. Para lograrlo compra filetes de sardina y, una vez cocinados, desmenúzalos con los dedos. De esta manera podrás detectalas con más facilidad. ¿Qué le aporta?: Al ser un pescado azul proporciona una gran cantidad de Omega 3, un ácido graso esencial muy saludable. El cuerpo humano no lo puede fabricar, por lo tanto es necesario obtenerlo a través de los alimentos, sobre todo con el consumo de pescado azul. Tiene beneficios a nivel cardiovascular, disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades de este tipo. Por otro lado, las vitaminas A y D, presentes principalmente en el pescado azul, ayudan a una correcta asimilación del calcio de la dieta.

NUESTRA PROPUESTA: HUEVOS RELLENOS Cuece dos huevos, córtalos por la mitad y separa la yema de la clara. Pon uno o dos filetes de sardina envueltos en papel especial para cocinar al papillote (también existen recipientes de silicona para este fin) y mételo al horno durante cuatro o cinco minutos. Desmenúzalos con los dedos y mézclalos con las yemas de huevo. Haz una bechamel ligera y añádela a la mezcla. Rellena las mitades de la clara con la mezcla.

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» ritmo de crecimiento. “Se puede CON TEXTURA Y SABOR MUY SUAVES

EL LENGUADO Y EL GALLO

También son muy adecuados para introducirlos por primera vez en la dieta del bebé. Puedes comprar filetes congelados, de este modo te aseguras de que estarán bien limpios de espinas. ¿Qué le aportan?: Destaca su contenido en tres minerales: fósforo, yodo y potasio. Este último interviene en la contracción y relajación de los músculos y contribuye a conducir el impulso nervioso.

NUESTRA PROPUESTA: ALBÓNDIGAS DE CEREALES Y PESCADO Pon un filete de lenguado en un plato, rocíalo con aceite de oliva y mételo en el microondas hasta que esté bien hecho. En un bol echa unas cucharadas de cereales de los que tome el niño, añade un chorro de leche y mezcla hasta conseguir una textura espesa. Añade el pescado desmenuzado y mezcla. Haz bolitas, pásalas por huevo y fríelas. La leche y los cereales disfrazan el sabor del pescado y la textura del plato lo hace apto para los bebés que comienzan a masticar.

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DELICIOSO Y RICO EN POTASIO

EL BACALAO

Si el bacalao se compra seco o deshidratado tendrá una cantidad de sal superior a los pescados frescos. Déjalo en agua dos días en la nevera para eliminar los restos de sal y cámbiale el agua cada 12 horas. Y elige migas de bacalao, sin espinas. ¿Qué le aporta?: Entre los minerales destaca la presencia de fósforo y de potasio, que ayuda al pequeño a mantener un buen funcionamiento del sistema nervioso y de la actividad muscular.

NUESTRA PROPUESTA: ENSALADA DE COLORES Necesitas 100 g de migas de bacalao seco. Desálalo y seca bien las migas con papel absorbente de cocina. En un bol echa verduras muy picadas (pimiento rojo y amarillo), una yema de huevo cocida desmenuzada, unos trocitos de aceitunas negras y un puñado de migas de bacalao muy desmenuzadas. Aliña con aceite de oliva y limón y mezcla bien. Debes ofrecerle este plato cuando ya tenga los 2 años.

dar el pescado en las cenas y dejar la carne para las comidas. Si se ofrece durante cinco días, los otros dos días de la semana el niño puede cenar huevo”, aconseja la nutricionista. El pescado azul, con dárselo una vez por semana es suficiente. “Para evitar los metales pesados que contienen los pescados azules se deben elegir variedades de tamaño pequeño como las sardinas o la caballa”, aconseja la nutricionista. Cuando vayas a comprarlo pide siempre lomos o filetes, así te aseguras de que no tienen espinas.

Así le gustará más

Como aconseja Julia Farré, “hay niños que rechazan el pescado porque se les ha introducido con la papilla de verduras. Lo ideal es hacerlo con leche”. Otra recomendación: come pescado delante del niño, él se fija en tus hábitos. Algunos pescados azules tienen un sabor fuerte. Puedes disimularlo si lo maceras con limón antes de cocinarlo o le añades albahaca. Si los preparas fritos o a la plancha acentuarás su olor y sabor, por eso es mejor cocinarlos hervidos. Por último, recuerda que el pescado congelado aporta los mismos nutrientes que el fresco, siempre que no se rompa la cadena del frío y se cocine congelado o se descongele en nevera 24 horas antes. Para conservarlo congelado en casa debes mantenerlo a -18 ºC. Marga Castro

Asesora: Julia Farré, dietista-nutricionista


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