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2.13. La capacidad de intercambio catiónico
Los cationes del complejo arcillo- húmico (ya adsorbidos) son ahora absorbidos por las plantas e incorporados en su interior. Es muy probable que la absoirción tenga unos enlaces químicos más fuertes que la adsorción. Suele llamarse “sorción” la combinación de los dos procesos: por un lado los nutrientes con cargas positivas se adsorben al complejo arcillo-húmico y, por otro lado, los vegetales absorben estos nutrientes para su nutrición. Algunos autores prefieren referirse a este proceso como el “complejo de sorción arcillo-húmico”. Por extensión, se califica como “desorción” el desplazamiento de iones desde la fase sólida del suelo hacia la fase líquida (o solución del suelo) por la acción de otro ion , cuya carga eléctrica es mayor que la del ion desplazado.
2.13. La Capacidad de Intercambio Catiónico
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Retomando el inciso anterior: se señaló que los minerales silicatos de la arcilla, la alófana (silicato de alúmina) y el humus poseen cargas negativas que atraen cationes positivos. Estos cationes se consideran intercambiables si pueden ser sustituidos por otros igualmente disueltos en el medio húmedo que rodea las partículas. Esta sustitución es posible si los enlaces no son muy fuertes y si los sitios son accesibles a la solución del suelo.
Los cationes positivos adsorbidos por el complejo arcillo-húmico será la fuente de nutrientes para el desarrollo de las plantas. La “CICCapacidad de Intercambio Catiónico”, es vital para el crecimiento de los cultivos. Observemos que en suelos muy arenosos , carentes de humus y arcilla, donde la capacidad de intercambio es ínfima, la vida vegetal es prácticamente inexistente.
La CIC nos mide pues la fertilidad de un suelo, o sea el grado de capacidad para almacenar cationes Al evaluar la CIC en el laboratorio, esta debe ser de un valor aproximado que más o menos corresponda a los miliequivalentes sumados de los cationes. En otras palabras, podemos considerar a la CIC como un almacén cuyas dimensiones dependen de la materia orgánica y de las arcillas y cuyo espacio lo utilizamos para guardar los nutrientes de las plantas, es decir los cationes. En la Gráfica 7 se califican los valores de la CIC de un suelo (que están expresados en miliequivalentes por 100 gramos de suelo) nominándolos desde muy bajo a muy alto.