Una sola palabra es ya un poema
El primer verso surge como la luz. Luego llega el silencio.
Si existieran los dioses, hablarĂan sĂłlo en endecasĂlabos, sin rima, sus palabras flotando con el viento.
El paĂs de las letras es un paĂs alegre. Sonrisa es la palabra que nos baila en los labios.
En busca del misterio he navegado por la mar del poema. He sufrido naufragios, he despertado en playas solitarias y a veces he encontrado tesoros en la arena.
La poesĂa salva. Es la luz que se enciende donde lo oscuro acecha, la tabla que aferramos como se aferra el ciego al perro que le guĂa.
Y sigue la escritura, confundiendo deseo y realidad, hoy, ayer o mañana, yo, tu, él, los pronombres que nombran y señalan, los que acusan, los que nos significan.
Escribir como algo necesario, como si respiraras, como esa medicina que te salva de todo. Escribir, respirar, escribir, sĂstoles y diĂĄstoles que te mantienen vivo mientras alrededor transcurren dĂas grises.
Dicen que las palabras son las huellas que deja la memoria. Que el viento las convierte en sonidos confusos, que se pierden como el reloj de arena que se rompiรณ en la playa. Dicen. Dicen palabras y el viento las esparce.
Lo que nunca se ha dicho estรก esperando la voz que lo proclame. Permanece sentado en el zaguรกn con paciencia infinita, mientras transcurre el tiempo. Al final de la calle, caminando despacio, alguien se va acercando. Cuando llega a su altura se detiene, se apoya en la pared, mira con calma, pronuncia las palabras.
"CINCUENTA Y CINCO VERSOS”, de Julián Alonso, fue impreso el 30 de enero de 2017, con número de depósito legal P- 422/2016, en edición no venal de doscientos ejemplares numerados Ejemplar Nº: ______/ 200