Sin hacerse notar, silenciosas y quietas, ocupando su espacio, desafiando al aire y al vacío, dando forma a lo que nos rodea. Son las cosas pequeñas, viven entre nosotros, con nosotros. Algunas son inútiles, pero, tan necesarias…
me enamoré perdidamente de las cosas pequeñas esas que nada valen las que se quedan quietas y calladas siempre en el mismo sitio las que parecen muertas un plato desconchado una punta oxidada dos membrillos en un cesto de mimbre un libro de poemas unas llaves las entradas del cine los chopos reflejados en el río las hojas de los álamos meciéndose en el viento un aloe un trozo de carbón una silla de enea tantas cosas comunes tan cotidianas que nunca reparamos en su lenta existencia y yo como un tonto me he enamorado
Mirar las cosas para ponerles nombre y que nazcan porque ya las sabremos.
Una taza de porcelana azul, vacía, podría contener el universo. Podría cada cual llenarla de cosas ordinarias o impensables. Una infusión de té, por ejemplo, un poco de agua, una medida de harina de centeno, una porción de viento de la costa, un pedazo de niebla, la cantidad de azúcar que endulzará el café. Nunca se sabe...
Por eso una taza de porcelana azul puede llegar a ser tan importante. En su hueco se debaten las cosas que alguna vez importan.
“DE LAS COSAS PEQUEÑAS”, de Julián Alonso y María Sánchez, salió de imprenta el 31 de enero de 2015, con número de depósito legal P-16/2015, en edición no venal de cien ejemplares numerados EDICIÓN VIRTUAL