GREGORIO SAN JUAN
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Idea, diseño y dirección: Julián Alonso © los autores Imprime: Depósito Legal:
Datos del autor: Gregorio San Juan, nació en Melgar de Yuso (Palencia), el 18 de noviembre de 1928 y murió en Bilbao el 17 de mayo de 2006. Por razones profesionales, su familia se trasladó a vivir a Barakaldo cuando él contaba con tres años de edad, residiendo prácticamente toda su vida en el País Vasco. Gran aficionado a los libros desde niño, frecuentó diferentes tertulias literarias en Bilbao y, tras estudiar Magisterio y Filosofía y Letras, trabajó durante años como profesor en centros de Bilbao y Sestao Muy interesado en la política y los derechos sociales, se licenció también en Derecho, pasando a trabajar en los servicios jurídicos de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao. En la segunda mitad de los años 70 del pasado siglo, participó en la fundación de varias publicaciones culturales y en la organización del certamen de novelas “Villa de Bilbao” y en 1979 entró como concejal del P.S.O.E. en el ayuntamiento bilbaíno, formando parte de la comisión de cultura hasta 1983, año en que dejó su cargo. Fue también vicepresidente de la comisión del Museo de Bellas Artes de Bilbao y miembro de la sociedades “El sitio” y “Sociedad Vascongada de Amigos del País”, así como fundador del grupo de teatro “Aquelarre”. Su pensamiento político le inclinó hacia la poesía social, trabando amistad con poetas como Gabriel Celaya y Blas de Otero. Aunque escribió principalmente en castellano, también lo hizo en gallego y de manera excepcional en catalán, latín y francés, destacando también como traductor de poetas portugueses. Entre sus obras cabe destacar los poemarios “Pequeño viaje a nuestro parnaso” (1961), “Arte menor” (1962), “Poemas descabalados (Antología poética 1945-2005)”, “Trece poemas galegos e outras páxinas”, la antología “Cuatro poetas de hoy”, ensayos como “Vida y Obra de Luis Antonio de Vega” (2000), “Alonso de Ercilla: cuarto centenario” y la colección de artículos “Quodlibetales. Ensayos sobre literatura y pensamiento” (2006). Fue también columnista y colaborador en numerosas revistas. Su pasión por los libros le hizo reunir una vasta biblioteca de más de treinta mil ejemplares metódicamente clasificados.
GREGORIO SAN JUAN
En cuatro idiomas Selecciรณn e introducciรณn de Juliรกn Alonso Ilustraciรณn de portada: ร ngel Cuesta
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La pasión de escribir – la pasión de leer Oí hablar por primera vez de Gregorio San Juan cuando el gran José María Fernández Nieto lo mencionó casi de pasada pocos meses después de la presentación del número 1 de la colección “Cuatro Cantones”. Y habló muy bien de él aunque eso no era de extrañar en José María, que cuando tenía que hablar mal de un poeta, por discreción, prefería callar y sólo mencionaba a los que realmente eran de su gusto. Me dijo que había sido amigo suyo y un intelectual de origen palentino digno de admiración y que si no me importaba le facilitaría a su viuda mi dirección a ver si era posible incluirlo en la colección de autores de la tierra que entonces recién se iniciaba. Ahí quedó todo por el momento, hasta que un par de meses después me llegó un paquete con un libro y una nota breve y de letra menuda, firmada por María Fernanda Iglesia, viuda de Gregorio, en la que me decía que lo hacía a instancia de José María Fernández Nieto y me rogaba acuse de recibo. Se trataba de “Poemas descabalados” y en un primer momento me quedé perplejo. No me explicaba qué interés podría tener para mí una supuesta antología del autor que no parecía guardar orden alguno, pues mezclaba uno tras otro, poemas de asuntos y épocas diversas trastocados aquí y allá, rimados y medidos unos, libres otros, en gallego, con versos en catalán, en latín, algunos de corte social, muchos dedicados a amigos escritores y artistas. En fin, algo que en apariencia no parecía tener mucho sentido. Pero a veces las apariencias engañan. Leídos prólogo y epílogo, empecé a darme cuenta de que el autor no era un poeta cualquiera ni un intelectual de tres al cuarto, sino una persona con un amplísimo y prestigioso bagaje de quien yo, en mi ignorancia, ni siquiera había oído hablar. Me puse a continuación a leer la obra en serio y ya desde las primeras páginas comencé a intuir la hondura, compromiso y originalidad de un Gregorio San Juan que iba tomando forma según iba pasando de poema en poema y, mediado el libro, ya sabía que Gregorio no podía dejar de figurar en la colección “Cuatro Cantones”, si bien esto debía producirse a su debido tiempo, pues la nómina ya elaborada era de entidad suficiente y prácticamente estaba comprometida. Así se lo hice saber a María Fernanda en mi carta de acuse de recibo, pidiéndole paciencia pero diciéndole que en cuanto fuera posible su marido formaría parte de las mini antologías de poetas palentinos por derecho propio. Me contestó el 2 de enero de 2009 agradeciendo la intención y enviándome el poemario en gallego “Trece poemas galegos e outras páxinas” y ambos
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quedamos a la espera del momento propicio, que ha tardado en llegar por el gran retraso que a lo largo del tiempo ha tenido la colección, pues si la idea primitiva fue publicar un cuadernillo al trimestre, por cuestiones presupuestarias las publicaciones se fueron dilatando en el tiempo y la espera, que no iba a ser de más de dos o tres años, se ha prolongado seis. No sé si será ya tarde para que María Fernanda pueda ver que Gregorio San Juan es un paseante más por los “Cuatro Cantones”, porque no ha contestado a mi última carta en que le anunciaba que ya había llegado el momento de publicarlo, pero en todo caso es de justicia que sus paisanos de nacimiento –Gregorio nació en Melgar de Yuso-, conozcan una obra muy apreciada en el País Vasco y que en su tierra ha pasado hasta hoy prácticamente desapercibida. Las páginas que siguen son, en este sentido, la muestra y también la reivindicación de un autor que a partir de este momento empezará a estar en la memoria de los buenos amantes de la poesía y son también, como siempre, una invitación a profundizar en una obra tan vasta como diversa. El obituario de “El País” de 20 de mayo de 2006, comenzaba así hablando de nuestro autor: “Antes de morir, Gregorio San Juan concedía entrevistas en su lecho de dolor (y no es una metáfora) haciendo honor a su condición de agente y agitador literario. Lo que siempre le pudo fue el amor a la literatura, a veces desmedido, otras no suficientemente tamizado, siempre sincero y basado en la entrega absoluta al libro, a las nuevas ideas, a las nuevas inquietudes”. En estos tiempos confusos y desintegradores, no quiero terminar esta breve presentación sin reproducir unos versos de Gregorio que dicen mucho del talante de un hombre que lamentaba no saber escribir en todas las lenguas de España porque aún no dominaba el euskera. Son unos versos en catalán de un soneto políglota donde introduce también gallego y castellano y en ellos muestra un tono tan melancólico como mediterráneo que a mí, me recuerda versos del Byron enamorado de Grecia o del mejor Kavafis: Em parles de la llum i del ahir, / ciutat de les fraternes llunyanies. La vida crema y jo no ho puc sentir / amb la passió mateixa d'aquells dies. (Me hablas de la luz y del ayer, / ciudad de las fraternas lejanías. La vida quema y yo no lo puedo sentir / con la misma pasión de aquellos días.) Julián Alonso
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CAPITAL DE PROVINCIA El mundo está bien hecho (Jorge Guillén)
Alcázar de sudor y de ceniza, ciudad dormida al borde del barranco. La luz penetra hasta la catedral, que fulge con el oro del verano. Sale el sol para todos. El mundo está bien hecho, celebradlo. El cura está en el púlpito. -Mis amados hermanos… El amo dormitando en el casino. El obrero en el tajo. El poeta en la luna, que es lo suyo. El militar en su lugar descanso. El obispo en el coro, o tal vez yendo desde el coro al caño… Y el hombre de esta tierra, viendo llegar la noche, resignado. A fuerza de pasión sube el termómetro. Crece el ardor. La ira va por barrios. Se deja uno ganar por la desesperanza creciente, como el índice del paro.
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La Edad Media nos ciñe de oraciones y cánticos. Cuánta tragedia en la memoria, pienso, y qué duro ser hombre desde abajo. Pero sigue la historia, esta tristeza petrificada a la hora del rosario. Nadie oye las plegarias de estas bocas que esperan el milagro. Entre la calma de la tarde estalla un juramento agudo como un látigo. Silencio impresionante. Miré al cielo. Dios en su nube haciendo solitarios. Segovia, 1951
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HOMAXE A ROSALÍA NO SEU CEO A Manuel Souto, meu mestre
Padrón, Padrón, Santa María, Lestrove… Padrón, Padrón, Santa María… digo namestres cai a choiva quete e digo. Pola veira do mar a serán more. Na outa fiestra un morno sol s'acende que olla para o maino Sar, que se emancipa. As follas van caindo dende sempre pola orela do tempo. Van caíndo, van enchendo de outono os meus poemas. Cimiterio de Adina, onde coubo Seu corazón de estruga e altasebe. A tarde chove sobor da tristura e o balcón cheo de follas outonizadas. Na señardá de edra e pedra mármore fico arelante, mergullado, ouvindo o latexante corazón de néboa. Verdes as verdes terras labradoiras. Verde o silenzo da serán. Escoita. Doe inda a voz de Rosalía. Deixa
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o corazón mollado sobre a terra. Oe cantar os páxaros do día por dentro da tua ialma. E despois canta: Padrón, Padrón, Santa Maria… E sempre. Adios, Adiós. Padrón, marzo de 1954
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POEMA TITULADO “DEFENDERÉ LA CASA DE MI PADRE” Nere aitaren etxea defedituko dut (Gabriel Aresti)
Sí, yo también defenderé la casa, la casa de mi padre y de mi madre, de mi abuelo paterno y del materno, la casa de mi hermano, aunque ahora recuerdo que mi hermano no tiene casa propia porque vive en un piso de alquiler. También defenderé –faltaría másLa casa de mis hijos, Claro, cuando mis hijos tengan casa. Defenderé igualmente, estoy seguro, Las casas de mis tíos, Sobrinos, primos y demás parientes. Defenderé también, si a mano viene, la casa de mi prójimo; pero ¿quién es mi prójimo? Pilato ¿tu lo sabes? Defenderé también, incluso,
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en determinadas circunstancias, alguna vez, es posible, querido Gabriel Aresti, la casa de tu padre, si la viera en peligro, si fuera necesario, si alguien, injustamente, la invadiera, pero sabiendo bien, quede esto claro, que es tu padre, no el mío el dueño de la casa. Porque lo que en Euskadi no sabíamos, parece ser, hasta hace poco, lo que quizá algunos no habían descubierto, es que sólo los hermanos, - sí, incluso hay hermanos de padres muy distintos – que sólo lo hermanos (y no todos) tienen el mismo padre. Bilbao, 1960
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MIENTRAS DURA ESCRIBIMOS AL DICTADO A José Aumente que también se consume en la esperanza
Lo nuestro es ir durando hasta dios sabe cuándo dios sabe cómo cómo te lo diré para que entiendas que me dirijo a ti y a ti y a ti tapia redonda rostro verdadero de un pueblo que agoniza de hambre sed y bienaventuranza oh sed quién puede ser que no haya sido antes o no esté siendo contra el grito invasor de la corriente corrientes aguas puras cristalinas quién puede hoy sin rubor mirarse en ellas mientras se escucha el himno y van cayendo heridos de amargura los mejores mejores no hay después de dios se entiende y de la casa de Quirós si acaso qué confusión de veinte años y un día digo diré mejor cuando me dejen llenar la andorga y calla lo demás son ganas de buscar tres pies al toro ibérico despacio y buena letra un dos un dos y oído a la pisada
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se abre interrogación tras del paréntesis porque soy hijo de una patria triste lo ha dicho Blas amén punto redondo podrá faltarme el aire el agua el pan lo nuestro es trabajar con b de burro y amar amar y amar que en el futuro se ha de escribir no más con hache de hombre yo nunca supe mucha ortografía rectitud de intención siempre la tuve y en cosas de opinión a las disputas de los hombres lo dejo esta no es copia que yo no sé escribir más que al dictado del corazón. Baracaldo, 1962.
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EL POETA DE LOS MIL LIBROS
Él sólo era poeta cuantitativo. Miles, quizás millones de hojas dejó a su muerte, escritas tal vez por las dos caras. Buscaba la excelencia en el número. Nunca, nunca aplacó su angustia voraz. Su única musa fue la insatisfacción, la inquietud de por vida. Le consumió la pena de saberse expulsado de todos los parnasos donde habitó de niño. Bilbao, 1978
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LA POESÍA ES UNA EME (Las trampas de la poesía social) A Aitor Luis Larrabide
La poesía toda es una eme. Díjolo Blas. Está entre la empeiría y la episteme. Un ris con ras. Usar el verso como un arma. ¿Todo es acaso un cartel? ¿Por qué escupir un borbotón de lodo sobre el papel? ¿Y aquel avión que emborronaba el cielo - ¿recuerdas? ¡Qué cabrón! – y que iba planeando en lento vuelo a Torrejón? La vida, Blas, es corta. El arte, largo. Déjalo estar. Bebamos ese largo trago amargo mirando al mar. Y aunque el camino del vivir sea oscuro, triste y mortal,
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sea tu verso refulgente y puro como un cristal. Yo amanecí en Solentiname un día en ofrenda de amor. ¡Oh, signo de los tiempos! Pero nunca pensé que había entrado en la espelunca de Maldoror. Estoy sentado junto al mar latino, como Rubén. El mar me abraza y me abanica el pino con su vaivén Por encima del viento una paloma me dice adiós. Es la vida que pasa. Punto y coma. Demos gracias a Dios. El Campello, Alicante, septiembre de 1980
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A JAVIER DE BENGOECHEA, QUE ANSÍA PAZ EN LA GUERRA ¿Callaremos ahora para llorar después? (Rubén Darío)
¿Tendremos que callar? ¿Marcar el paso también en la presente coyuntura? Quise correr a fondo esta aventura con Goya, Arteta y Pablo Ruiz Picasso. Todo desembocó en este fracaso, en esta colectiva desventura que nos congrega aquí. Y esta amargura sólo es la gota que desborda el vaso. Mala es la guerra, como bien dijiste, Javier. ¡Y cómo deja el alma triste este zarpazo de la vida perra! Quiero saber. No sé lo que barrunto. Pero yo insisto, acuso y me pregunto, porque no entiendo nada de esta guerra.
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PALOMAS LENTAS DEL ESTÍO (fragmento) (Al pintor Antonio Ángel de Raymundo)
III Cuando el sol bruñe los aleros del palomar con su potente llamarada,] cuando la luna asoma el rostro por el relente de la noche plateada,] cuando se apagan en el cielo los estertores de la música lejana,] cuando los sueños de los niños se colorean y se pueblan de fantasmas] y de palomas; pues sólo ellas tienen la llave misteriosa de la infancia….] Entonces nacen, de la sombra, deslumbradoras, recién hechas , las palabras.]
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IN ROSALIAM CARMEN (fragmento)
CANCIÓN A ROSALÍA (fragmento)
Cano canis omnes canimus el plodimus hodie Rosaliam matrem dolentem animan galaicam Semper colui amarum suum nominem urtica pagana veluti Obvenit mihi súbito palam aut silenter in medio labore Cerno ire eam errantem pervigilantem noctu diuque Increpat Quaerit doloris sui ortum Supplicat Interdum urget Sed nunquam delenimentum invenit…….
Yo celebro tú celebras todos celebramos y aplaudimos en este día a Rosalía madre dolorosa alma de Galicia Yo siempre honré su nombre amargo como la ortiga silvestre Me sale al encuentro de súbito delante de todos o silenciosamente en mitad de la jornada La veo ir errante velando de noche y de día Acusa Trata de saber el origen de su dolor Suplica A veces apremia Pero nunca encuentra alivio….
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DESAMPARADO MUNDO A Begoña Izquierdo por su pintura
Iba a escribir, para aclararme un poco, después de ver tu obra, el pie forzado que empezara, citando de memoria, lo que tan bien sabemos los dos: Considerando que el hombre es triste y tose y se compone de largos días o de cortos años… es triste como un pájaro marchito en plena primavera y sin embargo ama por arrabales con cines y barracas, o entre campos de trigo y sueños altos. Llega el domingo con su olor terrestre por caminos de incienso y de tabaco, y las gentes se juntan alrededor del vino y empeñan su palabra frente a un vaso con ternura que adobe su existencia, su material destino encadenado. Y la vida se va, céntimo a céntimo, se arrastra por esteras de cansancio, por cercanas ciudades con goteras y largas avenidas de lujo y sobresalto. Y van los hombres, antípodas del hombre dándole tiempo al tiempo, devorados
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por una pena negra y acuciante, subiendo mucho a mucho su calvario. Muestran su anticipada calavera, donde se transparenta su caballo, se tienden en los bancos del paseo, derrotados por días y trabajos y parten con sus manos laborales un pan negro y amargo. Imagen apacible de la muerte, llega el sueño y les coge en descampado. Viendo a estos hombres, siento un gran vacío en el tirante cielo de los pájaros. Voy a llorar dos lágrimas redondas y a rezar por la gente que tropiezo a mi paso. Pero nadie debiera alejarse del mundo, de este oscuro rincón desamparado, hasta que al habitante de tus lienzos le devuelvan la paz que está buscando y así en la tierra como en tu pintura se encienda la alegría a flor de labio.
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RECONVENCIÓN GARCILASIANA PARA SANTIAGO AMÓN Odi profanum vulgus et arceo
Santiago, buen amigo, acércate y escúchame una cosa, ya está cortado el trigo, ya está seca la rosa y aquella cosa mucilaginosa. Desde lo más profundo dime, pues eres hombre de palabra, si este cochino mundo no está como una cabra, ¡y aún enchufa esa música macabra! Porque aunque la teoría trice sus elementos musicales, aun muestra la poesía sus pompas medievales en la penumbra de las catedrales. Pero asoma la luna y el brillo de esa luz artificiosa va guiando la pluma y escorando la prosa hacia la nada, tan maravillosa.
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Es la cita obligada, el obligado encuentro con la gnosis, a la hora señalada en que exigen sus dosis la metonimia y la epanadiplosis. Allí, junto a la antena del espigón, se esponja la gaviota, mientras sobre la arena en la playa remota, la noche va cayendo, gota a gota. No me esperes mañana. Yo estaré navegando hacia poniente, hacia una isla lejana. Me alejo de esta gente satisfecha, de ombligo prepotente. Lento llega el infarto. Dios está ya cebando la metralla. ¿Oyes, Rubén? Me aparto, que empieza la batalla, porque la pena tizna cuando estalla. ¿Sabes ya la manera de sembrar bagatelas en tu predio? Vendrá la primavera desabrochado el tedio y el mal de amor, que no tiene remedio.
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Espérame en Siberia, bajo el arco que mira al cementerio, que va a empezar la feria con todo su misterio, y hablar de korrika es poco serio. ¡Ah, si mi baja lira mover pudiera el son contra la lona, y el sonido que inspira a Fray Luis en persona me alejase del ruido y la borona, y en el silencio puro que envuelve mis jardines interiores me borrase del muro las palabras mayores que ajan el sueño de los ruiseñores! Pero son una trampa, Fabio, las esperanzas cortesanas. El viento de la pampa romperá las ventanas. Ya golpea con fuerza en las persianas.
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“EN CUATRO IDIOMAS”, de Gregorio San Juan, se editó en abril de 2016, como número 26 de la colección “CUATRO CANTONES” colección de mini antologías de poetas palentinos, dirigida por Julián Alonso y editada en papel por la Fundación Díaz Caneja Cuaderno número 5 de la edición virtual
Títulos publicados: 1.- Tocad su corazón José María Fernández Nieto 2.- Árbol del Paraíso Juan José Cuadros 3.- Una palabra menos Felipe Boso 4.- ¿Estás contenta? Cres Sanz Ruipérez 5.- In memoriam Santiago Amón 6.- Versos ocultos Juan Manuel Díaz-Caneja 7.- Paraíso y exilio Jesús Alonso Burgos 8.- Memorias y reincidencias Javier Villán 9.- Fechas retenidas Marcelino García Velasco 10.- Casi una vida - Versos e Imágenes Antonio L. Bouza 11- Pasos contados Manuel Carrión Gútiez 12.- Cierta cantidad de silencio Joaquín Galán 13.- Campo a través Fernando Zamora 14.- Sonetos Gabino-Alejandro Carriedo 15.- Ecos del alma Carlos Urueña González 16.- Aire de un tiempo moderadamente vivo Manuel de la Puebla 17.- Palabra o claridad Manuel Bores Treceño 18.- De acá para allá Jesús Aparicio 19.- De niños. Poemas Esperanza Ortega 20.- Como un lento veneno Julián Alonso 21.- Exilio César Muñoz Arconada 22.- Señas de identidad Mariano Íñigo 23.- Micropoemas Ajo 24.- La voluntad del paso Julia Gallo Sanz 25.- Itinerarios Victorino Martínez 26.- En cuatro idiomas Gregorio San Juan