INEFABLE TIERRA - Araceli Sagüillo

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ARACELI SAGÜILLO

Inefable tierra

20 - Virtual


Datos de la autora: Araceli Sagüillo: Araceli Sagüillo es palentina, aunque reside en Valladolid. Es cofundadora junto al poeta Andrés Quintanilla, de los movimientos literarios “Juan de Baños” (Palencia) y “Viernes del Sarmiento” (Valladolid). Ha dirigido las veladas poéticas en Valladolid durante 40 años todos los viernes sin interrupción, hasta 2018. Colabora en revistas y figura en más de setenta antologías. “Vibrando la memoria” (2016), secoge sus colaboraciones en distintas antologías, habiéndose realizado varios estudios sobre su obra poética. En 2013 crea el Premio Internacional de Poesía “Treciembre”, con gran acogida por poetas de España y de distintos países. De 2008 a 2018 logra una Antología, con poetas que intervienen durante el curso en los Viernes del Sarmiento. TRECIEMBRE vuelve como COLECCIÓN TRECIEMBRE. Durante cinco años coordina la revista de poesía “ALBOR”, J.C. y L. Hasta 2020 ha publicado veintiún libros: “La charca de los lirios” (1993). “Tamar” (1994), Premio de Narrativa J.C. Escalada, Reinosa (Cantabria). “Mujer” (1996). “Tiempo de silencio” (1999). “Manantial” (2001). “Las voces” (2002). “Solo esa mirada” (2004). “La llamada infinita (2005). “La música del agua” (2006). “Lo que nunca se encuentra” (2007). “El ático vacío” (2009). “Treciembre existe” (2011). “A la deriva” (2012). “Desde entonces” (2014). “Vibrando la memoria” (2016). “Las Moiras” (2016. “Nosotros” (2018). “En la alameda” y “El sonido de las horas” Dos piezas breves. “Inefable tierra” (2020) y “Precisamente” (en prensa). Sus poemas han sido traducidos a varios idiomas: portugués, italiano, búlgaro, croata, árabe y catalán. Ha intervenido en más de dos mil quinientos actos culturales en Viernes del Sarmiento. Y en presentación de libros y lectura de sus poemas dentro y fuera de España. Poemas publicados en la revista de poesía “SANJUAN POETRY” de Puerto Rico. Poemas publicados en la revista “MAGARI” de Miami. Poemas CREAR en Salamanca. Día de la Primavera 2019 Fotos de José Amador Martín. Mitxel Casas recita en Youtube el libro “Nosotros”. Mitxel Casas recita en Radio Música y Literatura poemas del libro “Las Moiras”. Poemas traducidos al catalán por Paquita Dipego, al portugués por Mª Adelaida Salvado y Víctor Oliveira Mateus, al búlgaro por Violeta Boucheva, al árabe por Abdul Hadi Sadoun., al italiano por E. di Leo, al croata…


ARACELI SAGÜILLO

Inefable tierra Selección de Julián Alonso Prólogo de José Antonio Valle Alonso

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Idea, diseño y dirección: Julián Alonso © los autores Imprime: Zamart (Palencia) Edita: Fundación Díaz Caneja (Palencia) Ilustración de cubierta: Fernando Bergés. Depósito legal:


Araceli Sagüillo García, nace en Venta de Baños (Palencia) donde vivió a caballo su niñez y su juventud con Palencia, hoy vive en Valladolid donde lleva afincada desde hace más de cuatro décadas. Araceli, presidió los Grupos Literarios “Juan de Baños” y “Sarmiento”, de los que fue cofundadora junto al gran poeta Andrés Quintanilla Buey, y coordinó las veladas poéticas de los “Vienes del Sarmiento” de cuyo consejo de redacción formó parte hasta su clausura en el 2018, después de cuarenta y un años de actividad y 2500 actos culturales. En 1994, “Casa de Palencia” en Valladolid la nombra “Palentina del año”. Figura, entre otras, en las siguientes antologías: “Los lugares del verso, VII Encuentro de Poetas Hispanoamericanos”, Fundación Salamanca Ciudad de la Cultura. “Cánticos de la frontera, Encuentro de Poetas Hispano portugueses”. “Los rumbos del viento, Antología de Poetas Hispano portugueses”, Cámara municipal de Fundâo, Portugal. “El paisaje prometido. Sesenta y ocho poetas del mundo para un pintor de Castilla y León, José Carralero”. “Cuentos para Segovia”, 21autores. Ha publicado más de veinte libros de poesía y un buen número de cuentos y breves textos en prosa: “Tamar”, “La charca de los lirios”, “Mujer”, “Tiempo de silencio”, “Como una pena a solas”, “Las voces”, “Sólo esa mirada”, “Versos inéditos”, “En la alameda”, “La música del agua”, “Lo que nunca se encuentra”, “El ático vacío”, “Treciembre existe”, “A la deriva”, “Desde entonces”, “Las moiras”, “Nosotros” e “Inefable tierra”, entre otros… Este último, “Inefable tierra”, recién salido a la luz. Se han realizado varios estudios sobre su obra: “La llamada infinita”, de Jaime Federico Rollán. “Infancia y recuerdo en voces poéticas femeninas para el siglo XXI”, por Jaime Federico Rollán. “El misterio en la lírica de Araceli Sagüillo”, tesis doctoral por Ángela Labate, Universidad de Messina, Italia. “Araceli Sagüillo, en la alameda”, Traducción de una pieza existencial al italiano. tesis doctoral por Arianna Colonnese, Universidad de Messina, Italia. “Araceli Sagüillo, una mujer, una poeta”, tesis doctoral por Sonia Di Blasi, Universidad de Messina, Italia. Cabe destacar los premios “Fiesta de la Primavera”, Valladolid; “José Ramón Escalada de Narrativa”, Reinosa (Cantabria); “Justas Poéticas Villa de Baltanás”, Palencia y “Justo Alejo”, Valladolid.

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El día 24 de febrero de 2011, recibió el “Bautismo de recuerdo” (Bautismo poético) en la Casa del insigne poeta José Zorrilla, por el conjunto de su obra poética, otorgado por el Ayuntamiento de Valladolid. En esta selección antológica como en toda su obra, Araceli, nos ofrece unos poemas bien templados, de alto calado emocional, vertiendo el sentimiento hecho verso de amor alado hasta revolotear en el papel en blanco y llenarlo de vida, de luz, de verdad, de ternura, en un mundo donde parece que aflora más lo superficial con tal de engañarse a sí mismo, y cerrar las heridas en falso hasta la inmensa soledad que nos sobrevive. La poesía de Araceli es íntimamente entrañable, diáfana y sensorial, que sabe llegar hasta las simas más profundas, y a los lugares más de olvido. Araceli, bajo su sensibilidad conoce muy bien la amargura dulce de las endechas, y las ha cultivado cual a flores silvestres en el jardín del amor con versos sutilísimos e imágenes bellísimas a través de los linderos de la vida para volver al abrigo de un día cualquiera asomada a la ventana de su ático vacío, para seguir soñando con ese sueño azul de la alborada que la mece el amor, y amor le crece alas; pero hoy, ahora, le pesa mucho el corazón al reunir esta exquisita selección antológica de su vasta obra poética. Dejo aquí como esencia de su poesía más reciente la huella sutilísima de la lírica profunda, de alta temperatura emocional de sus tres poemarios últimos editados: En el poemario “LAS MOIRAS” en la quimera de la rueca, hila sus versos en el regazo de la soledad. “Mi alma se derrama en un pozo inacabado hasta el final de las honduras… Y están creciendo pétalos de todas las acacias”. En el poemario “NOSOTROS” hay un exquisito verso que nombra la inmensa ceguera del tiempo absoluto, el sello personal de esta poeta entrañable. “No te escondas, que la noche oscurece tus ojos negros”. Y en “INEFABLE TIERRA”, su poemario apenas salido a la luz, es un volcán de amor a la vida, y cada verso un lagrimal de fuego. La esencia pura de la poesía. Para un adiós interminable, dejo aquí su huella del “Dulce río claro” “Como para un adiós de nada sirve el llanto, os recordaré a todos de espaldas al mundo, viendo pasar el Dulce río claro” La Vega 23 de octubre de 2020

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Araceli Sagüillo

TODO EL SOL SOBRE MI PUENTE y la tarde entera para soñar. Pero queda tímida y amarga la palabra y no tengo ni alma para llamarte. Tendré que recurrir al río de libertad, o al mar sin horizonte, para que mi olvidada memoria recupere brisa caliente. Veo noche y es de día, Charcas olvidadas Y dolor de mí. Tengo tristeza y veo todo a mi alrededor dormido. Desde este camino sin salida, sólo espesor. Mañana por la tarde iré hasta Salinas de la Sed. Allí hay un mar que canta y siempre quema el sol. Y algún camino para desandar la tarde. (De “La charca de los lirios”. 1994)

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Inefable tierra

ESTÁS CONMIGO, en la ciudad que apenas conociste. Viniste pocas veces a ver el jardín grande. Alguien te borró aquel día las fuerzas y la sed. Me gusta recordarte entre soles y nubes, señalando con tu pisada la mía. Hierve el asfalto y la huella se borra. En la orilla del río regresaré a tu sueño, hasta cruzar el puente. Me detendré cuando escuche los cantos de los cisnes. El día se me acaba. Mañana seguiré con tu recuerdo. Se me han borrado los últimos dolores. (De “La charca de los lirios”. 1994)

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ESTE MONTÓN DE TROZOS DESIGUALES en barrios carcomidos de pisadas, confundidos los días. Parece limpia la fachada blanca, aún la noche oscura. Hasta ti llegarán las voces y sentirás miedo: tan negro es su sonido. Estoy en el balcón largo y oscuro. Y me encojo en la tarde, fiel y dócil, Por miedo de borrar toda tu imagen. Entre duda y mentira, la vida sigue, en esta ciudad de bosquecillos tiernos, calles intranquilas de silencio, pasos suspendidos. En la estación sigue frío el viajero, Cruza el andén y sueña una campana. Sin pañuelos al aires. Sólo mudas palabras. Cruzaré esta bahía tan olvidada y seca, llegaré hasta tu orilla, me sentaré a esperar en la piedra más brillante y cerraré los ojos muy despacio… (De “La charca de los lirios”. 1994)

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Inefable tierra

TIENE la neurastenia que da la soledad. El dolor, la rabia precoz de su impotencia, pierde colorido al exterior, y tiñe de blanco su cuerpo. Trata de alejarse del hervidero humano y ve a lo lejos la carretera, las encinas, la casa, las nubes… Desierto el campo, nadie pasa. Pequeños esclavos del olvido, yo te saludo. Y mi saludo no sabe de senderillos verdes, ni de tu nombre. (De “Tiempo de silencio”. 1999)

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Araceli Sagüillo

SE hiela la sonrisa cuando ahonda la mirada en el paisaje. Se le cae el cielo al pronunciar su nombre y mira atrás, buscando un corazón perdido, o un llanto solitario. Se le va de las manos la última rosa que respira y no le quedan labios para besarla. (De “Tiempo de silencio”. 1999)

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Inefable tierra

ENTRE CEREZOS Súbitamente transcurre el tiempo. Un poso de silencio se quedó hundido En la espalda de alguna primavera. Sobre los labios de una aurora crece un sendero de lánguidas miradas. Y es una voz venida de los montes, dulce y serena, la que rescata travesuras de un otoño donde un campo de cerezos florecía. Allí empleaste el orgullo y el coraje. En casi, casi, nada. (De “Lo que nunca se encuentra”. 2006)

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Araceli Sagüillo

LAS FLORES El frío del norte penetra en la habitación donde un ramo de flores se hiela. Cada talla cobija un verano y una despedida. Existen despedidas, como existen espejos vacíos de sonidos. En ellos transita la nieve antes de que el invierno llegue. De mala gana llueva hoy por estos lares. Nunca la lluvia tuvo tanta quietud, tanta tristeza sin motivo. Esta lluvia paupérrima resbala por las ventanas obscureciendo la calle que el santo dejó en herencia. La casa sigue igual, los libros sin mover guardan sorpresas al final del silencio. Los muebles bienvividos dan sombra a los sillones donde se escucha más la voz. Los labios siguen pegados en la puerta que da a la calle. En la viña de oro, uvas recién cortadas invitan a los grajos a dar vueltas. (De “Lo que nunca se encuentra”. 2006) [11]


Inefable tierra

LA HORA Escucha, escucha este silencio. Hondo el camino y honda la distancia. Escalofrío tienen las torres y terrible sequedad la tierra. La noria sigue dando vueltas, en la tarde gris, sin fundamento. Es la hora en que los pájaros dejan sus alas en alguna rama seca, lejos de la ciudad, tan repleta de carencias… Cuánto deseo y cuánta avaricia en esta hora que se agota. No, hoy no habrá sonrisas que no conducen a nada.] La salvación estará en los labios. (De “Lo que nunca se encuentra”. 2006)

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Araceli Sagüillo

DEMOS GRACIAS Cuando el corazón navegue allá por los aires de la nada, y el cuerpo pesado sea ya fulgor confuso ajeno a nuestra imagen, postración total en ruinas, sin sueño que regrese, ni destino que acabe… Sin cambio anunciado, ni flor que permita distinguirla… ni pulso en las venas, donde las fuerzas ceden…] Demos gracias. Y si la razón impide abrir los ojos, será prueba evidente de que sólo la oscuridad] borrará la pesadilla de esa imagen. (De “Lo que nunca se encuentra”. 2006)

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Inefable tierra

TODO HA SIDO YA, todo es anterior, nuestra historia fue como la brisa de aquel día colgado del aire que al repetirse el sol se desvanece. El sol en mi piel me fascina, mi deseo es tenerle cerca de mí, nadie hablará del sol con tanto fuego. ¡Tú lo sabías! Y me hundo en estos instantes lánguidos y extraños en que te nombro, hasta que los rayos del sol me hacen bajar la cabeza. Así, ajena a tod9o, escarbando el alma, Sola, con mis manos, con mis ojos, Con mi corazón. Te pienso, y escribo mi llanto poema. De “El ático vacío”. 2009)

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Araceli Sagüillo

ARCHIVÉ TU NOMBRE, Andrés, bajo la piel de mi corazón y quedó mi pulso a la deriva lo mismo que si acabara de nacer. Esta ciudad se cubre de llamadas y las ventanas se agrandan ante tanto revuelo de palomas. Si pudiera gritar tu nombre Con mi voz cristalizada… Si pudiera, apretaría tu pecho entre mis brazos, enredados en esta distancia llena de fiebre. Si tú pudieras, volverías a mí, estoy segura, y llenarías las horas con tu presencia, donde tu nombre me llama a cada paso. (De “El ático vacío”. 2009)

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Inefable tierra

ARCHIVAI IL TUO NOME, Andrés, sotto la pelle del mio cuore e rimase il mio polso allá deriva come se smettesse di battere. Questa città si copre di chiamate e le finestre s’ ingrandiscono davanti a tanti voli di colombe. Se potessi gridare il tuo nome con la voce di cristallo… se potessi, stringerei il tuo petto fira le mie braccia, irretite in questa distanza piena di febbre. Se tu potessi, ritorneresti da me, ne sono sicura, e riempiresti le ore con la tua presenza, Dove il tuo nome mi chiama ad ogni passo. (De “El ático vacío”. 2009. Traducción de Stefanía Di Leo)

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Araceli Sagüillo

Puse mucho amor en este mundo que nunca fue mío, he comprendido que creer en algo nada significa. Fue necesario paladear palabras hasta justificar el rostro que me hacía preguntas. Recordaré aquellas palabras hermosas que dejé en la alcoba, aquel día de amores desnudos, puse de mi parte la sonrisa y las ternuras se quedaron juntas. Desde entonces vivo aquel milagro sin lluvia que se mueva, ni rocío que importe demasiado. Al acecho, el temblor de los árboles el viento y su danza la sombra y la mía, y una alondra muriéndose al caer la tarde. Terminaré cruzando el paraíso tantas veces inventado, y olvidaré el instante, que pasa y se termina. (De “Desde entonces”. 2014)

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Inefable tierra

Llega la noche, sin sol en todo el día segando las horas. Y yo atenta a este desastre se me estallan de pronto los ojos a través de un viento helador. Me encojo en el silencio de mi memoria y adivino un país cualquiera. En alguno lloverá, en otros estará nevando, cruzarán puentes los ríos desbocados y dolerán los ojos al contemplar el vuelo lánguido, de las mariposas. Se llenarán de polen las conciencias y todos los mediodías harán que yo desaparezca. (De “Desde entonces”. 2014)

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Araceli Sagüillo

Llegan locos viajeros, tristes, y algo tensos, a un lugar donde el corazón se cansa, y los pasos se aferran a cualquier avenida. “Donde acaba el mar y la tierra comienza”. Dijo Saramago, a la mítica Lisboa. Ahora que se rompen los párpados y los recuerdos brillan en esta tarde arropada de sol, precinto esta hora de abril en mi mochila. Y retraso mi vuelta detengo los pasos en los Fados del alma, y azulejo mi vida con el azul del cielo. Y llena de emoción escucho a los poetas. (De “Desde entonces”. 2014)

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Inefable tierra

AFUIMOS COMO LOS ATARDECERES Encadenados en sí mismos, sombras entre huellas huyendo de nuestro peor enemigo. Paisajes fuimos desgarrándonos, por selvas llenas de rugidos, sombras sobre las sombras alargándose donde el crepúsculo se esconde. Doloroso destino el nuestro, nacemos del amor y morimos sin voz en el canto. Terminaré el poema antes de que el suicidio me derrumbe. Este miedo me lleva a la eternidad de las tormentas. Y escribo mis poemas mirando al cielo, un cielo demasiado blanco. (De “Nosotros”. 2018)

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Araceli Sagüillo

ESTA FUERTE LLUVIA Este dolor salvaje sobre mis sienes, hace que descubra la puerta de tu reino. Pero la noche es testigo d mi ceguera y de estos pasos perdidos dando el último adiós a la tarde. Y están las ventanas de par en par respirando el verdor dorado del otoño… y veo el río rezumar llanto trasnochado en un lugar como este, tan crecido de locura… tan delirio… Que pienso en esa voz que acaricia la tristeza, y sin decir nada me limito a quedarme como una nube más, llenando un puñado de llanto, resbalando por mi boca, y sonrío un instante, sólo un instante. Mañana, cuando la madrugada vuelva, lanzará un grito la gaviota, ese delirio alcanzará la altura de los gritos vencedores, será el balance total de lo vivido. (De “Nosotros”. 2018)

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Inefable tierra

AQUELLOS DÍAS DE OTOÑO Caminamos juntos cruzando la alameda de los árboles desnudos,] el suelo cubierto de alfombras hechas de hojas desmayadas humeando el frío, hasta agonizar del todo. Y fuimos sintiendo todos nuestros pasos, la tierra que pisamos atendiendo el albur de la rutina, la historia y su verdad fue nuestro mejor destino. Más tarde el don del deber nos recordó la herida, ente el parpadeo de lo que fue, la niebla aprobando la oscuridad de la noche. ¿Será el desvarío del llanto la tragedia de lamentos? ¿O el pájaro sin alas la paciencia de gritos desbordados? Será el anhelo de tu boca, plenitud de tristezas y alegrías. Has conocido las horas del derribo, y sentido el sonrojo después de la complicidad. Te despejas de todos los instantes ante la verdina raya de esta tierra nuestra que devolverá la memoria intuyendo una serie de arrebatos, que asustan como los suspiros. Como este verso mío diminuto y sin respuesta, como la misma tierra, cuando se hunde en el río del secano.

(De “Inefable tierra”. 2020)

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Araceli Sagüillo

Al borde de tus ojos cansados, recuerdas aquella infancia asfixiada en llantos y caricias. Sigues buscando la voz clara, Dulcísima, la única verdad que Sigue estremeciendo al alma. Se inmortalizó a fuerza de silencio vestida y descalza, sin dejar de mirarnos a los ojos, adivinando nuestro mutismo retumba el mar, y su reflejo. Del color de la espuma se adivina la triste verdad de lo imposible. Decides sembrar de pétalos los días, y las horas sumergidas en la nada salpican las piedras silenciosamente. ¿Cuánto tiempo hará falta para que encuentres aquel amor ausente? (De “Inefable tierra”. 2020)

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“INEFABLE TIERRA”, de Araceli Sagüillo, es el número 20 de la edición virtual de la colección "Cuatro Cantones", que edita en papel la Fundación Díaz Caneja de Palencia y virtualmente "Cero a la Izquierda"

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Títulos publicados: 1.- Tocad su corazón José María Fernández Nieto 2.- Árbol del paraíso Juan José Cuadros 3.- Una palabra menos Felipe Boso 4.- ¿Estás contenta? Cres Sanz Ruipérez 5.- In memoriam Santiago Amón 6.- Versos ocultos Juan Manuel Díaz-Caneja 7.- Paraíso y exilio Jesús Alonso Burgos 8.- Memorias y reincidencias Javier Villán 9.- Fechas retenidas Marcelino García Velasco 10.- Casi una vida - Versos e imágenes Antonio L. Bouza 11- Pasos contados Manuel Carrión Gútiez 12.- Cierta cantidad de silencio Joaquín Galán 13.- Campo a través Fernando Zamora 14.- Sonetos Gabino-Alejandro Carriedo 15.- Ecos del alma Carlos Urueña González 16.- Aire de un tiempo moderadamente vivo Manuel de la Puebla 17.- Palabra o claridad Manuel Bores Treceño 18.- De acá para allá Jesús Aparicio 19.- De niños. Poemas Esperanza Ortega 20.- Como un lento veneno Julián Alonso 21.- Exilio César Muñoz Arconada 22.- Señas de identidad Mariano Íñigo 23.- Micropoemas Ajo 24.- El desorden del aire Elpidio Ruiz Herrero 25.- Itinerarios Victorino Martínez

26.- En cuatro idiomas Gregorio San Juan 27.- La voluntad del paso Julia Gallo Sanz 28.- Naturaleza Accidental Jesús López Santamaría 29.- Treciembre Andrés Quintanilla Buey 30.- Un poco de mi ausencia Pedro Quintanilla Buey 31.- Paco Vighi, el ingeniero poeta Francisco Vighi 32.- Mientras dure la nieve Amalia Iglesias Serna 33.- Sociedad Limitada Carmen Álvarez 34.- Desde el saloncillo Enriqueta palacios 35.- Cuando cierras los ojos Sari Fernández Perandones 36.- Larga madeja de caminos Roque Nieto Peña 37 - El chico del rincón Gregorio Antolín 38 - El corazón de la palabra Conchi Gordón 39 - De sueños y de ángeles Elena Gutiérrez 40 - Gracias, sombra Jacob Iglesias 41.- Corazón humano Luis Javier Pinar 42.- Inefable tierra Araceli Sagüillo



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