NINGÚN OTRO FUNDAMENTO (1) Neville - 4 de noviembre de 1968
Definiendo a Cristo como el poder y la sabiduría de Dios, Pablo hace esta afirmación: “Ningún otro fundamento puede nadie poner que el que está puesto, el cual es Cristo. Si construyes sobre él con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno u hojarasca, tu obra se hará manifiesta. Será revelada por el día. Si la obra sobrevive, recibirás una recompensa. Si es destruida, sufrirás pérdida; pero tú mismo serás salvado, pero sólo a través del fuego.” Luego él añade este pensamiento: “¿No sabéis que sois el templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Cor. 3) Pablo se hizo un apóstol con el propósito de poner el fundamento de Jesucristo. No hizo compromiso de sí mismo como un hombre físico, sino que fue reclutado, llamado y enviado a través de un acto de gracia. Cuando yo fui reclutado, llamado y enviado, fue con el mandato: “Abajo las sangres azules.” En otras palabras, abajo con todo el protocolo de la iglesia, con cualquier cosa que interfiera con el acceso directo del individuo a Dios. Sólo hay un fundamento sobre el que construir. Ese fundamento es Yo soy, ¡y no hay otro! Siempre está ahí la tentación de construir sobre otros fundamentos. Esta mañana he recibido una carta de una cadena que me decía que recibiría una gran fortuna si enviaba veinte copias de la carta a los amigos. Si no lo hacía, algo terrible me sucedería. Después de leer la estupidez, la tiré a la basura. Si hubiera aceptado esa carta, habría estado construyendo sobre un fundamento distinto del único fundamento, que es Cristo. En su infancia, el hombre piensa que todo fuera de sí mismo es la causa de los fenómenos de la vida. Muchos creen en la astrología. Debo confesar que en un tiempo yo también lo hice. Hace años yo enseñé astrología a una querida amiga que era profesora jubilada de universidad. Deseosa de aumentar sus ingresos de jubilación, ella se convirtió en astróloga. Un día la encontré llorando. Parecía que estaba sentada junto a una ventana abierta cuando una brisa voló los papeles, provocándole trazar la carta a un hombre que había nacido diez años después que su cliente. Sin darse cuenta de esto, se convenció a sí misma – y al hombre – que la suerte de su negocio sería un éxito. El cliente se comprometió a enviarle 100 $ si esto fuera cierto. Norma vio en la carta lo que el hombre quería oír, y ella creyó en sus dichosos jeroglíficos. Eso es todo lo que importaba. Ella se auto-convenció, así que todo estaba hecho. Esto se basa en el fundamento: “Todo lo que deseéis, creed que lo habéis recibido y lo habréis hecho.” Pero en este tiempo yo había superado mi creencia en los huesos de mono, la astrología, las hojas de té, la numerología, o cualquier cosa fuera de mi propia maravillosa imaginación humana; habiéndome puesto a prueba a mí mismo, yo sabía que todo era posible para la imaginación. Aunque le dije esto a Norma, no podía consolarla. Pero esa noche yo estaba allí cuando un mensajero de Western Union le trajo un cheque de 100 $ del hombre que se lo había prometido. A pesar de que Norma entendió la verdad del único
fundamento, la astrología le trajo un pequeño ingreso, así que siguió siendo una astróloga profesional hasta su muerte. Norma no es la única. Muchos ministros, sacerdotes o maestros, saben que lo que ellos enseñan no es verdad, pero no están dispuestos a ponerse sobre sus propios pies y creer en el único fundamento. Pero yo fui enviado con las palabras, “Abajo con las sangres azules”, sabiendo que tenía que eliminar a todo intermediario entre yo mismo y mi Dios – pues él y yo éramos uno. Dios es tu propia maravillosa imaginación humana y nunca hubo otra. Él de hecho tomó sobre sí todas las limitaciones y debilidades de la carne, para que tú – a tu vez – puedas descubrir quién es Dios, creer en ti mismo, aplicar tu creencia, y despertar un día a darte cuenta de que tú eres Él en todo el sentido de la palabra. Fui enviado por el mismo ser que envió a Pablo. Me puse de pie en presencia del Señor Resucitado. Respondí a su pregunta, y mientras nos abrazamos nos fusionamos en un solo cuerpo. En ese momento yo estaba unido al Señor convirtiéndome en un solo espíritu con él. Entonces me envié a mí mismo, así que cuando tú me ves, ves al que me envió, ya que no estoy nunca solo. No puedes verme con el ojo mortal, pues yo soy espíritu, uno con mi remitente espiritual. Lo mismo es cierto en esta afirmación: “Hay sólo un fundamento, que es Jesucristo, y fuera de mí no hay otro.” (1 Cor. 3) Ahora bien, si soñar es morar en la irrealidad, no conocida como tal, ¿qué es la vida sino un largo sueño ininterrumpido? Muchas veces me he ido a la cama, cerrados mis ojos mortales, para ver una habitación – vívida en cada detalle, sin embargo no vista desde mi dormitorio. Mientras mi cuerpo está estirado en la cama, he entrado en esa habitación, la cual – al entrar – se hizo tridimensional para mí. Mientras lo hacía, ese mundo se cerró a mí alrededor y este mundo fue eliminado. Mi esposa, mis hijos, todo lo que conozco como real aquí, no era sino un sueño – una imagen de la memoria – comparado con el mundo en el que había entrado. Una noche en particular yo estaba de pie en el vestíbulo de un hotel. Recordando lo que había hecho para llegar allí, traté de explicarle a dos señoras que era un sueño. Ellas se asustaron tanto, me di cuenta de que debo volver a la cama antes de que llamen a la policía y me detengan. Así que cerré los ojos al vestíbulo del hotel y los abrí pensando que vería el dormitorio familiar donde mi cuerpo físico estaba, sólo para descubrir que todavía estaba en el vestíbulo. Entonces me di cuenta de que, aunque había entrado en un mundo completamente diferente conscientemente, yo no sabía cómo regresar. Aunque no conocía ningún camino que me llevara de vuelta, yo sabía que sentir era el secreto. Así, mientras estaba en un cuerpo sólidamente real, me imaginé que mi cabeza estaba sobre una almohada. Insistí hasta que supe que yo estaba allí. Entonces me di cuenta de que mi cuerpo estaba muerto. Que yo era una presencia viva que había entrado en él. Me pareció una eternidad antes de que pudiera mover mi dedo meñique, el brazo desde el codo hacia abajo, y finalmente sentir el calor del cuerpo de mi esposa y saber que había regresado. El mundo en que entramos por la noche es tan real como éste. Como este mundo, todo ahí contiene en sí mismo la capacidad de significado simbólico. Al final de tu sueño despierto (o de noche), trata de interpretarlo simbólicamente, ya que sólo hay un fundamento para tus sueños, y ese es tu propia maravillosa imaginación humana.
Un amigo escribió contando un sueño que, aunque parecía como si años separaran los acontecimientos, tuvo lugar en una noche. En cuatro momentos diferentes, él entró en un establecimiento de comida muy lujoso en Inglaterra, donde fue reconocido y saludado como realeza. Decidiendo camuflarse, él entró por la puerta trasera, cuando el maitre lo señaló y le dijo a un camarero: “Él realmente es el Señor.” Esta experiencia es más que un sueño; es un recuerdo de una experiencia previa que ahora debe ser interpretada en un nivel diferente. Mi amigo ha alcanzado el punto en que su mundo de sombras le está reconociendo como el Señor. Sólo cuando él alcance el final de su viaje, la confirmación vendrá a dar testimonio de su verdadera identidad. Puedo deciros a todos: no importa qué papel juegues en este sueño de vida. Lo que importa es que estás destinado a convertirte en el Señor. Tú podría estar jugando el papel de un ladrón, un juez, un preso o un guardián, pero un día despertarás y sabrás que tú mismo eres el Señor. Ahora, cuando piensas en tu sueño de la noche, parecerá que es una experiencia en un mundo de sombras; pero si te hubieras despertado ahí habrías conocido su realidad. Si yo no hubiera entrado deliberadamente en el hotel, sino que inconscientemente me hubiera encontrado allí, lo habría llamado un sueño; pues una experiencia, intencionadamente ejecutada, parece real – mientras las que se deslizan inadvertidamente parecen irreales. Sin embargo todas las irrealidades, que no se sabe que son tales, son reales, pues la realidad de un sueño no difiere de la realidad de este mundo – pues él, también, es un sueño. No dejes que nada se interponga entre tú y ese fundamento del que Pablo habla y define como el poder creador de Dios y la sabiduría de Dios, no importa lo que pueda parecer. No permitas que nadie se interponga entre tú y Dios, pues Dios es tu propia maravillosa imaginación humana, ¿y quién puede llevarte ahí? Cada momento del día estás pensando. Sé cuidadoso con lo que piensas, pues tus pensamientos serán probados por el fuego, y si sobreviven, recibirás una recompensa. Tu pensamiento (tu imaginación) es a prueba de fuego. Pero si crees que el cumplimiento está condicionado a una cadena de cartas, a otra persona, o a ir a la iglesia y rezar a un Dios desconocido, entonces algo se ha interpuesto entre tú y el único fundamento. Nada debe interponerse entre tú y tu imaginación (pensamiento), que es el Señor Jesucristo. Créeme. Haz de tu imaginación el único fundamento sólido. Haz esto y disfrutarás de una libertad que no has conocido antes. ¡Es una libertad fantástica! ¡Sólo imagina y está hecho! La imaginación es el único fundamento. Ningún otro fundamento puede poner nadie que el que está puesto, que es Jesucristo. El hombre ha tratado de poner otros fundamentos en los muchos ismos del mundo. Esos no son Jesucristo, pues él es la Yosoidad del hombre, la imaginación humana del hombre, y no hay otro Dios. Escucha, Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es uno, cuyo nombre por siempre y para siempre es ¡YO SOY! Acepta la conciencia como tu modo de vida, y encontrarás una libertad que nunca has conocido antes. Te harás consciente del hecho de que todos y todo eres tú mismo empujado fuera. Despertarás como Dios, el padre de toda vida, para darte cuenta de que aunque las cosas parezcan muertas no lo están, pues nada muere en Cristo.
Sé que en mi propia búsqueda puse muchos fundamentos. Me enseñaron a creer que comer carne era uno, así que durante siete años yo fui un vegetariano estricto. Yo estaba tan bien que no era bueno para nada. No comía carne. No fumaba. No bebía y era célibe. A mi corta edad no me daba cuenta de que mi intento de ser célibe venía de mi completo disgusto en mi primer matrimonio, así que cuando nos separamos tomé el voto de celibato. Yo no estaba físicamente preparado para ello, ya que era todo un hombre, pero afortunadamente la dieta de hambre de vida vegetal ayudó a mi decisión. En ese momento yo era bailarín profesional. Mientras viajaba por el país yo iba a un restaurante y pedía sopa, siempre que no tuviera caldo de carne. Ahora, ¿qué restaurante digno de ese nombre haría una sopa sin caldo de carne? Bueno, yo creía al camarero y tenía una buena comida de vez en cuando. Entonces, un día antes de irme a Barbados, mi amigo Ab me dijo: “Tú morirás, pero por supuesto no morirás.” Su profecía resultó ser cierta, pues cuando volví, yo había muerto a todo lo que no había hecho durante los últimos siete años. Él sabía que había llegado el momento de romper ese hechizo dentro de mí. Yo espero que no tengas que pasar por esto. Sólo hay un fundamento y ningún otro fundamento – ya sea la dieta o el celibato – puede poner nadie, sino el que está puesto, que es la imaginación humana. Mi amiga Norma sabía que sus jeroglíficos no significaban nada, sin embargo ella no podía renunciar al dinero que sacaba de su clientela. Tenía a casi todo el mundo en el Metropolitan Opera como clientes. Ves, sólo porque uno rompa en el mundo artístico, no significa que sea sabio. Puede ser tan estúpido como todos de puertas afuera. Le dije a Norma: “Tú sabes que yo no creo en la astrología ya, sino que creo en mi poder intuitivo. Dime lo que quiere el hombre y yo te mostraré cómo verlo en las cartas, para que te puedas auto-convencer. Y cuando lo estés, ¿dónde está el poder del convencimiento, sino en tu imaginación? ¡Ciertamente no está en la carta!” Os exhorto a no ir a nadie en el exterior. El deseo que tú buscas está alojado dentro de ti. Puedes llegar a auto-convencerte de cualquier cosa, y si lo haces, se proyectará en tu pantalla del espacio. Toma el oro, la sabiduría de la verdad revelada. Toma la plata, el conocimiento que viene de la experiencia, o las piedras preciosas de nobles y amorosos pensamientos, pues el fuego no los destruirá. Cuando tengas duda, haz lo amoroso. Si piensas que algo terrible va a suceder, quítalo de tu mente. No hay ningún complot para destruirte como individuo, raza o nación. ¡Eso no está en las Escrituras! La causalidad está en la mente del que está auto-convencido, y no hay ninguna otra causa, pues el mundo es la conciencia empujada afuera. No estás predestinado a ser sabio o tonto, rico o pobre. Depende totalmente de ti lo que construyas sobre el único fundamento. Si tuvieras padres sabios y te dijeran que podrías vivir en confort y libertad, ser honrado y querido, a causa de tu contribución al mundo, y tú los creyeras, te convertirías en ello. Muchos padres comparan a sus hijos con los hijos de los vecinos y les encuentran faltas, pensando que es la manera de alzarlos; pero no lo es. En su lugar, se les hace sentir pequeños y no queridos. Pero si haces sentir a un niño noble e importante, se convertirá en ello. En las Escrituras, el que afirmó que su padre era Dios y que él era uno con su padre, fue acusado de blasfemia; pero él caminó como si lo fuera. Si tú hicieras la obra de Dios, debes asumir que tú eres él. No puedes hacer la obra de uno que no sientes que eres.
Debes proclamar que tu conciencia es Jesucristo, a fin de saber quién eres tú realmente. Yo te digo que el mundo en que entras esta noche cuando pones la cabeza sobre una almohada es igual de real que éste. Los hombres afirman que es una sombra e irreal, sin embargo, desde estos llamados sueños interpretan su estado de conciencia. ¿Cómo puede nadie interpretar lo que es irreal? La realidad de ese mundo como opuesto a éste se produce únicamente desde el nivel en que la conciencia está enfocada. Si tú estás pensando desde ese mundo, parece la única realidad. Enfoca tu atención en este nivel, sin embargo, y ese mundo parecerá irreal. Entonces, la objetividad y la subjetividad están solamente determinadas por el nivel de conciencia en que el individuo se enfoca. Espero que me tomes en serio, en cuanto a que no hay otro fundamento. No necesitas haber nacido en una determinada nación, raza o creencia religiosa para experimentar tu deseo. Tú puedes convertirte en la dama o el caballero que quieres ser estando sobre el único fundamento. Mucha gente exitosa no tuvo fundamento social, económico o político para llegar a donde están. Simplemente creían en sí mismos. Imaginaron que eran lo que ellos querían ser viviendo como si lo fueran. Luego, de un modo que nadie podría concebir, su asunción se exteriorizó. La mayoría de las personas, después de exteriorizar su deseo, olvidan la escalera por la que ellos ascendieron. Espero que tú no lo hagas. No tienes que presumir, pero si alguien te preguntara cómo has logrado tu meta, diles cómo – a pesar de los requisitos llamados mundanos – creíste que ya eras la persona que tú quería ser, y poseías la porción del mundo que querías poseer. Haz esto, para que puedas animarles a hacer lo mismo. ¿Puedes creer en este solo y único fundamento? Si la palabra Jesucristo te molesta, utiliza otra. A mi me encanta la palabra porque sé lo que significa. Jesucristo es el poder y la sabiduría de Dios, que es tu propia maravillosa imaginación. Atrévete a asumir que tienes tu deseo. Tú puedes sentir que no tienes la sabiduría para encontrar los medios para conseguirlo, pero lo haces. Si se requiere que mil o diez mil personas jueguen sus papeles para llevarte a la encarnación de lo tú has asumido que eres, ellos jugarán sus papeles, a sabiendas o sin saberlo. No tienes que preocuparte en cuanto a quién va a ayudarte. Simplemente atrévete a asumir que eres lo que tú quieres ser, y obligarás a todos a jugar su papel para lograr tu asunción. Así es la vida. Vive de modo que tu mente pueda almacenar un pasado digno de recordar, porque cualquier parte de tu pasado que no pueda soportar el fuego sufrirá pérdida. Construye noblemente, pues continuarás enfrentándote a tu pasado hasta que Dios despierte dentro de ti. Cuando este glorioso conocimiento despierta y te das cuenta de que tú eres del que se habla en las Escrituras, te emocionarás sin medida. ¡Lo sé! Y voy a decirte por experiencia que la Biblia es tu biografía y tú estás destinado a experimentar todo lo registrado ahí como uno llamado Jesucristo. Nunca hubo otro. ¡Él siempre has sido tú! Tú eres el lugar donde mora Dios y el espíritu de Dios mora en ti. Su morada es santa. Ese lugar eres tú, por lo tanto tú debes ser Dios. ¿Cómo sabrás esto? Muriendo a tus ilusiones. Todo fundamento, toda creencia que no sea la creencia en ti mismo, es una ilusión que debe morir, pues ningún otro fundamento puede poner nadie que el que está puesto, que es Jesucristo, ¡y ese ser eres tú!
Ahora entremos en el silencio.
Traducido por Javier Encina La conferencia original en inglĂŠs es NO OTHER FOUNDATION (1) (Neville Goddard 11-04-1968)