Spanish How Can We Have Faith?

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PREGUNTAS DE LA VIDA

¿CÓMO PODEMOS TENER

FE?

NICKY GUMBEL


¿CÓMO PODEMOS TENER FE? Nicky Gumbel


¿Cómo podemos tener fe? Título original: How Can We Have Faith? Publicado por primera vez en 1993 como parte de Preguntas de la vida. © 1993 Nicky Gumbel Traducción española © 2013 Alpha International, Holy Trinity Brompton, Brompton Road, Londres SW7 1JA, Reino Unido. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, según las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier método o procedimiento, comprendidos la copia y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Esta edición ha sido publicada mediante un acuerdo especial con Kinsgway. Los derechos de autor de Nicky Gumbel están vigentes según lo dispuesto por la Ley de Patentes, Diseños y Derechos de Autor de 1988 (Copyright, Designs and Patent Act 1988). Edición 2013, traducción de Jaime Álvarez Nistal revisada por Rosa María Leveritt-Santiváñez y José Alberto Barrera Marchessi. Textos bíblicos tomados de la SANTA BIBLIA, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI®. Derechos de autor © 1999, Sociedad Bíblica Internacional®. Usado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional®. Todos los derechos reservados. Impreso en los Estados Unidos de América Ilustraciones de Charlie Mackesy Página 11: reproducción del cuadro de William Holman Hunt: La luz del mundo (©Dean and Chapter of St. Paul’s Cathedral). ISBN 978-1-934564-81-3 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Printing/Year 16 15 14 13


Índice

La palabra de Dios

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La obra de Jesús

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El testimonio del Espíritu

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Notas 23



¿CÓMO PODEMOS TENER FE? Algunas personas están más despiertas por la mañana, mientras que otras parecen estar más alerta por la noche. Mi mejor hora del día es la primera. Me despierto con mucha energía, pero a medida que transcurre el día me voy desinflando. A las nueve de la noche ya estoy listo para irme a la cama; a las diez me entra el sueño y a las once ya estoy completamente dormido, ¡esté donde esté!

«Trasnochar no es lo suyo».

Siempre he sido así, incluso cuando era universitario. Al final de mi último semestre en la universidad, asistí al 7


baile de fin de curso. Esa noche me encontré con una chica con la que ya había hablado un par de veces. Tenía más o menos la misma edad que yo. Empezamos a platicar y después bailamos juntos. Nos dieron las once de la noche, las tres de la madrugada, las cinco de la mañana, y, a las siete, nos pusimos a jugar al tenis. Después fuimos a dar una vuelta en barca por el río y, por último, comimos juntos. No había dormido lo más mínimo, pero no me sentía para nada cansado. Pronto se corrió la voz entre mis amigos de que, sin lugar a dudas, me acabaría casando con esa chica, puesto que había aguantado sin dormir hasta mucho después de las once de la noche. Y no les faltó razón: ¡Pippa y yo nos casamos dos años después! Aquella noche una nueva vida comenzó para mí; nunca volví a ser el mismo. De igual forma, hacerse cristiano marca el inicio de una nueva vida. Las relaciones humanas son apasionantes, pero la relación más apasionante de todas, es nuestra relación con Dios. Como Pablo escribió: «Cuando alguien se convierte a Cristo, se transforma en una nueva criatura. Su existencia anterior queda atrás, y él comienza a vivir una nueva vida» (2 Corintios 5,171). A veces, tomo nota de lo que la gente dice o escribe después de haber empezado la nueva vida de la que habla Pablo. He aquí algunos ejemplos: Ahora tengo esperanza, cuando antes sólo tenía desesperanza. Ahora puedo perdonar, cuando antes sólo tenía dureza de corazón […]. ¡Siento a Dios tan vivo! Puedo sentir cómo me guía, y la soledad extrema y completa que había experimentado hasta ahora ha desaparecido. Dios está llenando un vacío muy, pero que muy profundo. A través de un amigo conocí a otros cristianos que parecían estar muy en paz con el mundo y realizados como personas, y eso me llamó la atención [...]. Encontré a Dios y 8


me hice cristiana durante Alpha [...]. Me siento en paz y más contenta con la vida y estoy buscando maneras de afianzar mi relación con Dios.

Cuando S. Pablo habla de convertirse a Cristo o, en otras palabras, de hacerse cristiano, ¿a qué se refiere?, ¿qué es ser cristiano? La palabra «cristiano» puede usarse, ciertamente, de muchas maneras en nuestra sociedad. Sin embargo, en un principio, ser cristiano era ser «Crist-iano», es decir, ser un seguidor de Jesucristo: alguien que tiene una relación con Dios a través de su Hijo. Las experiencias sobre cómo comienza esa relación varían notablemente. Algunas personas, como yo, saben la fecha exacta en la que se hicieron cristianas. Otras afirman: «No recuerdo ninguna época de mi vida en la que no fuera cristiano». Otras, incluso, pueden decir: «Creo que hubo una época en la que no era cristiano. Ahora soy cristiano, pero fue un proceso y no puedo determinar exactamente cuándo ocurrió mi conversión». Lo que importa no es tanto la experiencia, sino el hecho de que cuando recibimos a Cristo pasamos a ser hijos de Dios. Como escribe el apóstol Juan: «Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios» (Juan 1,12). C. S. Lewis utilizó la siguiente analogía: en un tren de París a Berlín, algunos pasajeros estarán despiertos en el momento en que el tren cruce la frontera. Éstos sabrán el momento exacto en el que eso ocurrió. El resto de los pasajeros estarán dormidos. Lo importante es que todos saben que han llegado a Berlín. Muchas personas no están seguras de si son cristianas o no. Al final de Alpha, pido a la gente que responda unos cuestionarios. Una de las preguntas que hago es: «¿Te considerabas cristiano antes de hacer Alpha?». He aquí algunas de las respuestas: 9


«Sí, pero sin ninguna experiencia real de lo que es una relación con Dios». «Algo por el estilo». «Probablemente sí / eso creo». «No estoy segura». «Es posible». «Puede». «Más o menos». «Sí —aunque pensándolo bien, quizá no—». «No, era medio cristiano». El Nuevo Testamento deja bien claro que es posible estar seguros de que somos cristianos y de que tenemos vida eterna. El apóstol Juan escribe: «Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna» (1 Juan 5,13, cursiva del autor). ¿Cómo podemos saber que se nos ha dado la vida eterna? Al igual que un trípode tiene tres pies de apoyo, la certeza de nuestra relación con Dios está firmemente asentada en la actividad de las tres Personas de la Trinidad: las promesas que nos hace el Padre en su palabra, el sacrificio del Hijo por nosotros en la cruz y el testimonio del Espíritu en nuestros corazones. Estas actividades pueden resumirse en tres enunciados: la palabra de Dios, la acción de Jesús y el testimonio del Espíritu Santo. La palabra de Dios Si me preguntaran cómo sé que estoy casado, podría responder enseñando un documento concreto: el certificado de matrimonio. Es una prueba que demuestra que Pippa y yo estamos casados. Si me preguntaran cómo sé que soy cristiano, podría responder enseñando otro documento: la Biblia. El primer pie del trípode es la palabra de Dios. Nuestro 10


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conocimiento de Dios se basa en las promesas de la Biblia. Se basa en hechos, no en sentimientos. Si tuviéramos que confiar sólo en nuestros sentimientos, nunca podríamos estar seguros de nada. Nuestros sentimientos sufren altibajos que dependen de factores de todo tipo, como el tiempo o lo que hayamos desayunado. Son volubles e incluso engañosos. Las promesas de la Biblia —que es la palabra de Dios— no cambian y son totalmente fiables. Hay muchas promesas grandiosas en la Biblia. Un versículo que ha sido muy significativo para mí, sobre todo al principio de mi vida cristiana, es uno que aparece en el último libro de la Biblia. En una visión, S. Juan ve cómo Jesús habla a siete iglesias diferentes. Jesús le dice a la iglesia de Laodicea: «Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo» (Apocalipsis 3,20). Hay muchas maneras de referirse al comienzo de la nueva vida que supone la fe cristiana: «hacerse cristiano», «entregar nuestra vida a Cristo», «recibir a Cristo», «invitar a Jesús a que llene nuestra vida», «creer en Jesús», «abrir la puerta a Jesús», etc. Todas ellas son variantes que expresan la misma realidad: que Jesús entra en nuestra vida por el Espíritu Santo, tal y como aparece reflejado en el versículo del Apocalipsis arriba mencionado. El artista prerrafaelista Holman Hunt (1827-1910) pintó La luz del mundo inspirándose en ese versículo. Hizo tres versiones diferentes del mismo cuadro: una se conserva en Keble College (Oxford), otra en la Galería de Arte de Manchester y la más famosa dio la vuelta al mundo entre 1905 y 1907, y fue donada, en junio de 1908, a la Catedral de San Pablo (Londres), donde permanece aún hoy. Cuando se mostró la primera versión del cuadro, la crítica fue, en general, negativa. Pero el 5 de mayo de 1854, el artista y crítico John Ruskin escribió un comentario en el periódico 12


•  ¿Qué significa ser cristiano? •  ¿Hay que dar un salto de fe para serlo? En este cuaderno de reflexión, Nicky Gumbel aborda la respuesta a estas y a otras preguntas clave que la gente se plantea. ¿Cómo podemos tener fe? proviene del libro Preguntas de la vida de Nicky Gumbel y es una de las charlas de Alpha.

ISBN ISBN:978-1-934564-81-3 978-1934564813 515511

© Nicky Gumbel 2011

www.alpha.org

9 781934 564813


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