¿Qué pasaría si un elemento extraño rompe con su rutina? ¿Significaría eso un caos absoluto?
En mi realidad inventada, un elemento extraño (una lata de Cokekeco) interfiere de repente con la rutina de una serie de personajes cándidamente amargos. En ese momento, el ciclo frenético de la ciudad se rompe. Las viejas corren, el ladrón triunfa y unos diamantes acaban en el estómago de un pichón. ¡Menudo lío! Es fácil, estamos tan acostumbrados a todo lo que llamamos normal que cualquier novedad supone una confusión total. Sin más, aquí les dejo con mis queridos personajes basados en la gente real que cada día se mueve por la ciudad.
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Esta colección está dirigida por el Club de Creativos www.clubdecreativos.com © de las ilustraciones y de los textos: Sara Alonso © de la presente edición: Blur Ediciones, S.L. Imprime: Punto Verde ISBN-13: 978-84-611-4794-6 Depósito legal: Edita: Blur Ediciones, S.L. Este libro ha sido impreso en papel: Cubiertas: Estucado Mate, 300 grs., cedido por Map Merchant Spain Interior: Estucado Mate, 170 grs., cedido por Map Merchant Spain
Josy Jo acostumbra a tomar JuiceFun todas las tardes al volver a casa. Hoy, por primera vez, decide probar una Cokekeco. Un sabor extraño, chispeante, refrescante. Pero parece ser que la mezcla del acidulante E-337 y el colorante E-150d hace saltar sus tripas y Josy Jo acaba vomitando un líquido marrón en la esquina de la Calle del Desengaño.
Josy Jo usually takes a JuiceFun every evening when he gets home. Today, for the first time, he decides to try a Cokekeco. A strange flavour, fizzy, refreshing. But it seems that the mix of the additive E-337 and the colorant E150d makes his got jump and Josy Jo ends up puking a brown liquid on the corner of Desillusion St.
Josy Jo, como muestra de su frustración ante la desafortunada mezcla química de la Cokekeco, pega una patada a la lata lanzándola al otro extremo de la Calle del Desengaño. Promete que mañana volverá al naranja chillón del JuiceFun.
To take out his frustration alter the unfortunate chemical mix of Cokekeco, Josy Jo kicks the can across the other side of Desillusion St. He promises himself that tomorrow he will return to the light orange of JuiceFun.
Son tres y ocupan la esquina de la Calle del DesengaĂąo con el CallejĂłn del Olvido. Pituki, Bon y Martirios. Se declaran freelance, sin chulo y sin burdel. Tres prostitutas aficionadas al macramĂŠ comparten secretos de lanas y patrones bajo la luz de una farola. Debaten sobre los colores de la nueva temporada de ligas, bragas y sostenes.
They are three and they occupy the corner of Desillusion St. and Forgotten Lane. Pituki, Bon and Martirios. They declare themselves freelance, without pimp nor bordello. Three prostitutes knitting fans, share secrets of wool and patterns under the light of a street lamp. They debate about the colours of the new season of suspenders, knickers and bras.
Unos faros de xen贸n alumbran el Callej贸n del Olvido. 1, 2, 3 metros de Limusina negra con cristales tintados. Martirios le pasa los apuntes de macram茅 a la biroja de Pituki; necesita dinero para llegar a fin de semana. Son tres marujas pagadas por amar.
The xenon front lamps illuminate Forgotten Lane. 1, 2, 3 meters of black Limousine with tinted windows. Martirios passes her knitting notes to Pituki “the crossed-eyed�; she needs money to reach the end of the week. They are three housewives who are paid to love.
La puerta de atrás de la Limusina se abre y Martirios se mete dentro. La cueva del lobo. Un MiniHombre, con gafas de pasta negra y un 34 de pie ruega a la prostituta aficionada al macramé un servicio exclusivo: unos azotes en el culete. Hoy han bajado las acciones y su compañía se ha ido al traste, necesita un castigo.
The backdoor of the Limousine opens and Martirios gets in. The lion’s den. A MiniMan, with thick black glasses and size 34 feet begs the knitting-liking prostitute for an exclusive service: some slaps on his ass. Today the shares fell and his company went bust; he needs some punishment.
Los tacones de aguja abandonan los asientos de cuero reclinables. Martirios ofrece su palma derecha esperando la bonificaciĂłn correspondiente. Los tres metros de Limusina arrancan sin pagar a la prostituta por el servicio exclusivo. Pituki coge la lata de Cokekeco del suelo y la tira con todas sus fuerzas atravesando la Calle del Olvido. El MiniHombre lo habĂa perdido todo; ellas no llegarĂan a fin de semana.
The stilletos leave the reclinable leather seats. Martirios offers her right palm waiting for the relevant payment. The three meters of Limousine starts without paying the prostitute for the exclusive service. Pituki grabs the can of Cokekeco of the ground and throws it with all strength across Forgotten Lane. The Miniman lost everything; the prostitutes will not reach the end of the week.
El Sr. Chang encuentra los colores de Cokekeco agradables a la vista. Hoy utilizarĂĄ la lata para decorar el escaparate de ultramarinos con la gran oferta del dĂa. El Sr. Chang cree que hubiese sido un gran publicista; gracias a sus reclamos es el que mĂĄs vende en la Calle del Olvido. Un par de viejas entran en Ultramarinos Chang e Hijos.
Mr. Chang finds the colours of Cokekeco agreeable to look at. Today, he will use the can to decorate the display of the convenience store with the big offer of the day. Mr.Chang believes that he could have been a great advertiser; thanks to his ads, it’s him that sells the most on Forgotten Lane. A pair of grannies enters Chang and Son’s store.
La competencia desleal de la acera de en frente le mira receloso. El Sr. Yang y el Sr. Chang viajaron desde China con grandes proyectos empresariales. Ya en la estación de La Ciudad, un viejo enjunto con ojos de besugo, entregó misteriosamente un farolillo al Sr.Chang. El Sr. Yang culpa al farolillo de su mala suerte. Todos los días se apoya en el marco de Ultramarinos Yang e Hijas maquinando el gran robo. Un día ese farolillo será destruido.
The disloyal competition of the opposite pavement watches him jealously. Mr. Yang and Mr. Chang travelled from China with great business plans. Long ago in the station of The City an old hunchback, mysteriously gave a Chinese lantern to Mr. Chang. Mr. Yang blames the lantern for his bad luck. Everyday leans in the doorway of Yang and Daughters developing the great robbery. One day that lantern will be destroyed.
Las dos ancianas de la tienda de ultramarinos del Sr. Chang tachan elementos de la lista de la compra. Esta noche es noche de Bingo y van a freĂr 2 kilos de alas de pollo. Desde la pĂŠrdida de la abuela CĂĄndida por no despegarse del bolso que le estaban robando y verse arrastrada mĂĄs de 200 metros, los viejos del barrio patrullan las calles de dos en dos.
The two grannies in Mr. Chang’s convenience store cross things off the shopping list. Tonight is Bingo night and they are going to fry 2 kilos of chicken wings. Since losing granny Cándida who wouldn’t let go of a bag that was being robbed and found herself being dragged more than 200 meters, the grannies of the neighbourhood patrol the streets two by two.
Tony Tomas entra en Ultramarinos Chang e Hijos, es su último día de paro y no tiene nada en el bolsillo, sólo 50 céntimos para una barra de pan. Su estómago se queja ante la idea de tan pésima merienda. Sus ojos observan que sólo hay dos pobres viejas absortas en la sección de congelados. La caja está abierta. Ocasión perfecta para robo perfecto.
Tony Tomas enters Chang and son’s convenience store. It is his last day of unemployment benefit and he doesn’t have anything in his pocket. Only 50cs for a loaf of bread. His stomach complaints at the idea of such a miserable dinner. His eyes see that there are only two poor old women absorbed with the frozen food section. The cashier is open. A perfect opportunity for the perfect robbery.
Tony Tomas coge una barra de pan, se la mete debajo del abrigo a modo de pistola y apuntando a las viejas grita “¡Manos arriba, esto es un atraco!”. Las dos viejas ni se inmutan, sordas como una tapia. Perplejo, Tony Tomas aprovecha la ocasión y vacía la caja registradora. Una de las viejas, la de las espaldas como un armario y corpulenta como una gorila, se percata del atraco, agarra un pollo de 5 kilos y pico y lo lanza contra Tony Tomas.
Tony Tomas takes a loaf of bread and puts it under his coat as if it was a gun and points the old women shouting: “Hands up!”. The two old women don’t even move. They are as deaf as bats. Perplexed, Tony Tomas exploits the opportunity and empties the cash register. The granny with gorilla complexion notices about the robbery and grabs a 5 kilos and something chicken throwing it against Tony Tomas.
Aunque gran lanzadora de peso en su tierna edad, la vieja corpulenta padece de 60 años de ceguera progresiva. El pollo de 5 kilos y pico atraviesa el escaparate del Sr. Chang dejando escapar a Tony Tomas con una barra de pan y 219,70¤ en una bolsa de plástico que dice: “Gracias por su compra”. El Sr. Chang llora desconsolado, el Sr. Yang ríe desternillado y la lata de Cokekeco sale disparada hacia el cielo.
Although she was a great weightlifter when she was young, the corpulent old woman has suffered 60 years of progressive blindness. The chicken of 5 kilos and something crashes through the display of Mr. Chang’s leaving a way free for Tony Tomas to escape with a loaf of bread and 219,70¤ in a plastic bag that says: “Thanks for your purchase”. Mr. Chang cries inconsolably, Mr. Yang roars laughing and the can of Cokekeco shoots into the sky.
La lata golpea el suelo dando varios saltitos y acaba en la Plaza de la Misericordia, junto a un contenedor y un rastro de pis de gato. Tres vagabundos vitorean a Tony Tomas mientras la tuerta Francine coloca las botellas para la próxima apuesta. Eugine, “El Lastimero”, se queja porque piensa que la línea de tiro ha sido desviada (quizás los dos litros de tinto han tenido que ver algo en esta percepción).
The can bounces off the ground jumping a few times and ends up in Mercy Square beside a container and cat piss prints. Three bums cheer Tony Tomas while the one-eyed Francine sets the bottles for the next bet. Eugine “the miserable�, complains because he thinks that the throwing line has been moved (maybe his bad score has something to do with the two litres of red wine that he drank).
Eugine, “El Lastimero”, se concentra, calcula la fuerza del viento, reparte la tensión de su cuerpo, enmarca el tiro y lanza la bola. Se oye un “clonk” de la bola contra el muro. Los tres vagabundos se retuercen de risa. La tuerta Francine se mete el dinero en el escote. Las botellas, estáticas, en su sitio. Eugine, “El Lastimero”, crece en ira por dentro y pide la revancha. El doble o nada.
Eugine, “the miserable”, concentrates, measures the force of the wind, spreads the tension through his body, aims the throw and launches the ball. A “clonk” is heard of the ball against the wall. The three bums fall in laugher. The one-eyed Francine tucks the money between her tits. The bottles, stationary, in their place. Eugine, “the miserable”, grows in anger and asks for a rematch. Double or nothing.
Posición de concentración, sudor en la frente, silencio total. Eugine “El Lastimero” busca la diana perfecta. Encoge los hombros, se echa hacia atrás y... Chucho, un saco de pulgas con hocico pega un salto y muerde la bola en el aire. Eugine “El Lastimero” rompe en sollozos y se lía a patadas con el pobre Chucho que choca con las botellas estrellándolas contra el suelo.
Position of concentration, sweat on the forehead, total silence. Eugine “the miserable” looks for the perfect target. He hunches his shoulders, takes a step back, and… Chucho, a bag of fleas with a dogs nose jumps up and bites the ball in the air. Eugine “the miserable”, starts to cry and kicks the poor Chucho who crashes into bottles and knocks them on the floor.
Chucho se lanza a los brazos de la tuerta Franzine. La tuerta Franzine, que experimenta verdadero placer haciendo maldades, se saca un hilo de su chaqueta roída, lo ata a la lata y al rabo de Chucho. Los tres vagabundos lloran de la risa. Eugine “El Lastimero” chilla, grita y se acuerda de la madre del perro. La tuerta Francine da un puntapié al trasero de Chucho que huye como alma que lleva el diablo.
Chucho throws himself into the one-eyed Francine’s arms. The one-eyed Francine, who finds great pleasure in being bad, takes a thread from her ancient jacket, she ties it to the can and then to Chucho’s tail. The three bums roar laughing. Eugine “the miserable” yells screams and calls the dog’s mother some names. The one-eyed Francine kicks Chucho up the ass and he runs off like a possessed dog.
Ronko Bronco prepara la mercancía. En dos días estará en París donde montará una peluquería canina, con servicio de alisado para caniche y permanente para chihuahua. El último golpe, el más sonado, su jubilación como matón de mala muerte. Se mete en el Mercado de los Gitanos. Una manzana, un bote de aceitunas, una lata de conservas. Necesita un lugar para esconder los diamantes, algo que pase desapercibido.
Ronko Bronco prepares the merchandise luggage. In two days time he will be in Paris where he will open a hairdresser for dogs with a straighten service for caniches and a curling service for chihuahuas. It’s his last job, his most renown, his retirement as a low life hitman. He goes into the gypsy marker. An apple, a can of olives, a can of canned food. He needs a place to hide the diamonds, something unexpected.
Pasado el susto Chucho percibe un olor a pollo churrascado y hueso de jamón. Un par de niños diabólicos le ven entrar en el Mercado de los Gitanos y planean hacer algo con la Cokekeco que lleva colgando de su rabo. Una oportunidad demasiado buena para dejarla pasar. El pelirrojo de los niños diabólicos aprovecha que Chucho olisquea despreocupadamente la esquina de la pollería y mete un petardo en la lata.
After being scared Chucho gets the smell of roasted chicken and ham bone. A pair of evil children spot him entering the gypsy market and plan to do something with the Cokekeco can that’s hanging off his tail. An opportunity too good to miss. The red haired child exploits the moment when Chucho is carelessly sniffing in the corner of the chicken shop and drops a small banger in the can.
La explosión de la Cokekeco forma un tapón de culos gordos y carros de la compra a la salida del Mercado de los Gitanos. Rateros y carteristas meten mano a billeteras y bolsas de la compra. Chucho se desmaya en la esquina de la pollería, su corazón ha envejecido 20 años perrunos en sólo un segundo. Ronko Bronco ve el estallido de la Cokekeco como una señal divina, su pasaje a París en una lata de refresco.
The Cokekeco explosion causes a pile of fat asses and shopping trolleys at the exit of the gipsy market. Thieves and pickpockets take wallets and people shopping. Chucho faints in the corner of the Chicken shop; his heart has aged 20 more dog years in just one second. Ronko Bronco sees the Cokekeco bang as a sign from God, his ticket to Paris in a can of soda.
Ronko Bronco se acerca sigilosamente al pobre Chucho que respira con la lengua fuera. Arranca la Cokekeco del rabo chamuscado. El perro mira a Ronko Bronco con ojos de clemencia. Ronko Bronco saca un trozo de barra de chocolate olvidada en su bolsillo y la deja al lado de la cabeza del animal. Chucho, invรกlido en el suelo, no entiende tanta tortura; decide cerrar los ojos y elevarse al cielo de los perros.
Ronko Bronco sneaks up quietly behind the poor Chucho who pants with his tongue hanging out. He grabs the Cokekeco from the toasted tail. The dogs looks up at Ronko Bronco takes out of his pocket a piece of forgotten chocolate bar and leaves it next to the dogs head. Chucho, immobile on the floor, can’t comprehend such torture. He decides to close his eyes and float up to doggy heaven.
Ronko Bronco introduce los diamantes en la lata de Cokekeco y se dirige al cuarto de baño. Su única salida. Un hombre gordo y sudoroso orina a la vez que mira indiferente cómo Ronko Bronco trepa hacia el ventanuco. Ronko Bronco, con la lata en su bolsillo y con el éxtasis de quien escapa hacia la verdadera libertad, arranca de cuajo el ventanuco sin cristales y sale al exterior.
Ronko Bronco puts the diamonds into the can of Cokekeco and heads to the toilet. His only exit. A fat, sweaty man looks indifferently at Ronko Bronco climbing out the little window while pissing. Ronko Bronco, with the can in his pocket and the ecstasy of one that is escaping to real freedom, pulls the window from its frame and jumps out.
Ya en la Calle del Viajero, Ronko Bronco mira en todas las direcciones y agita la mano en espera de un TAXI. Parece mentira que en La Ciudad haya tantos TAXIS y ninguno estĂŠ dispuesto a parar. Por fin, un TAXI con adornos florales en el espejo retrovisor y una estampa de la Virgen de los Remedios pegada junto a la ITV, para en seco a pocos metros de Ronko Bronco.
Once in Traveller’s St., Ronko Bronco looks around and waves his hands hunting a TAXI. None take him. Finally, a TAXI florally decorated mirrors and a picture of Virgin of the Remedies stack next to the ITV (vehicles test), suddenly stops nearly Ronko Bronco.
Un cuello de cadenas de oro sumado a un bigote cuasi-felpudo, negro como el carbĂłn, se asoma por la ventanilla del TAXI. Mascando un palillo y dejando entrever un par de dientes de oro, Medas Pelas pregunta a Ronko Bronco por su destino. Ronko Bronco pide que le lleve al aeropuerto, ahĂ le espera la libertad. Medas Pelas rĂe caninamente, menuda carrera le va a meter.
A neck full off with gold chains and a carpet-like moustache, black like coal, appears through the TAXI’s front window. Chewing a tooth-pick and showing some golden teeth, Medas Pelas asks Ronko Bronco for his destination. Ronko Bronco orders him to be driven at the airport; freedom is waiting for him there. Medas Pelas grins evilly, what a trip is gonna be.
Tras dos horas de atasco y conversación sobre las distintas operaciones de riñón de la abuela de Medas Pelas, Ronko Bronco, temiendo no llegar a tiempo a su vuelo, sufre un pinchazo en el brazo izquierdo. En ese momento ve al fantasma de Chucho mirándole desde fuera. Chucho le propone un negocio de peluquería canina en el más allá. Como g ran emprendedor que es, Ronko Bronco acepta y la espicha en un instante.
After two hours of traffic jams and conversation about the various kidney operations of Medas Pelas’ grandmother, Ronko Bronco, afraid of missing his flight, gets a cramp in his left arm. At that moment he sees Chucho’s ghost watching at him from outside. Then Chucho proposes they open a doggy hairdresser in heaven. The entrepreneur that he is, Ronko Bronco accepts and expires instantly.
Medas Pelas tiene la garganta seca de tanto hablar pero la boca llena de agua sólo de pensar la clavada que le va a meter al matón de mala muerte. Al descubrir que el matón está más tieso que la mojama y sin una moneda en su cartera, decide registrarle y quedarse con lo que tenga de valor, así pagará la carrera. Pero Ronko Bronco no tiene nada más que una triste lata de Cokekeco.
Medas Pelas his throat dry from talking so much but his mouth catering at the amount of money low-life hitman will have to pay. When he discovers the hitman is as stiff as a corpse and with no coins in his wallet, Medas Pelas riffles through Ronko Bronco’s pockets searching for anything of value, in that way the trip would be paid. But Ronko Bronco owns nothing but a sad can of Cokekeco.
Como venganza, Medas Pelas deja a Ronko Bronco sentado en la sala de espera del aeropuerto. El cuerpo inerte de Ronko Bronco se camufla a la perfecci贸n entre la m谩quina de aperitivos de alto contenido cal贸rico y un expendedor de cigarrillos tax-free. Medas Pelas pega una patada a la lata de Cokekeco hasta que se confunde con el sol.
As revenge, Medas Pelas leaves Ronko Bronco sitting in the airport waiting room. The stationary corpse of Ronko Bronco is perfectly camouflaged between the high calories snacks machine and the tax-free cigarette machine. Medas Pelas belts the can into the air until it shines with the sun.
La lata de Cokekeco aterriza un poco maltrecha en un parque sin árboles al lado del aeropuerto. Allí, un par de niños cuentan aviones y viajan con la mente a países exóticos. Mientras tanto, la Señá Bernarda echa de comer a una legión de palomas radiactivas. Un pichón con obesidad mórbida confunde los diamantes caídos con sabrosas migas de pan.
The can of Cokekeco lanas crumpled in a tree-less park next to the airport. There, a pair of children count planes and travel in their minds to exotic places. Meanwhile, Mrs. Bernarda feeds a flock of radioactive doves. A pigeon of morbid obesity mistakes the fallen diamonds for bread crumps.
El pequeño Daniel encuentra un tesoro. Una lata de Cokekeco que reluce con el sol. Seguro que un pirata excombatiente se la dejó caer mientras sacaba el cofre repleto de monedas del parque de arena. La Señá Bernarda le coge por las orejas. La tarde acabó, hora de ir a casa. Promete a sus compañeros de aventuras investigar las inscripciones de la lata. Mañana, misma hora, mismo lugar. Cambio y corto.
Little Daniel finds a treasure. A can of Cokekeco that shines with the sun. It is for sure that an excombatant pirate dropped it when he was taking off the chest full of coins from the sand square. Mrs. Bernarda grabs Daniel by the ears. Evening ended and its time for going home. He promises his fellows to investigate about the inscriptions of the can. Tomorrow, same time, same place. Over.
Histérica de la limpieza, el orden y la naftalina, la Señá Bernarda baña al pequeño Daniel por tercera vez. Ha descubierto un saco de gérmenes escondido entre sus ropas; una lata maltrecha, sucia y engorrosa para ella, un tesoro abandonado por no se sabe qué pirata, seguramente con un mapa escondido en su interior, para él.
Cleaning addict and fan of naphthalene smell, Mrs. Bernarda gives a bath to Daniel for the third time. She has found a bag of germens hidden in his clothes. It is just a crumpled can, dirty and too nasty to her. It is an abandon treasure by an unknown pirate with a hidden map in it for the child.
Qué triste final para una lata vacía aunque llena de aventuras. Abandonada a su suerte, la Cokekeco hace compañía a otros envases en desuso listos para reciclar. Todos la miran con envidia, al menos vio el mundo durante un día. Pudo saborear la pena y la gloria, el uso, abuso y la misericordia. Se puede decir que, en un cubo amarillo, fallece ahora, con la dignidad de quien tuvo historia, una lata de ciudad.
What a sad end for an empty, although full of adventures, can. The can of Cokekeco has been left on a bin accompanying other empty containers ready to be recycled. All stare at it with jealousness; at least Cokekeco could see the world during one day. The can could taste the grief, the use, abuse and the mercy. It can be said that a citizen can rests in peace in a yellow bin, with the dignity of who had written its own history.
What would happen if a strange element smashes your routine? Would it mean an absolute chaos?
In my invented reality, a strange element (a can of Cokekeco) suddenly interferes with the routine of a sequence of naively bitter characters. From that moment, the frenetic cycle of the city is broken. Grannies run, the thieve wins and some diamonds end in the stomach of a pigeon. Such a mess! It’s easy, we are so used to the normal life that any new means a total confusion. No more preambles, here I leave you with my dearest characters based in real people, that one that moves everyday in the city.
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