In Pectore

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La ilustración de la camiseta de la portada es de Sean Makaouki (www.mackaoui.com), realizada originalmente para la camiseta editada por Pigmatic y titulada “Efecto yanqui”. Cover illustration by Sean Makaouki (www.mackaoui.com), originally made for a T-Shirt titled “Efecto yanki” edited by Pigmatic.


IN PECTORE CAMISETAS CON MENSAJE T-SHIRTS WITH MESSAGE ALVARO SOBRINO ALEJANDRO MORCILLO


Editado con la colaboración de:

Edita: Blur Ediciones, S. L. Abtao, 25 Interior Nave C • 28007 Madrid • T 91 434 81 78 • F 91 434 10 27 http://librosdeblur.blogspot.com © de los textos: sus autores © de la ilustraciónde la cubierta: Sean Makaouki. © de la traducción: Inge Kooij © de la presente edición: Blur Ediciones, S. L. Imprime: Punto Verde ISBN: 978-84-612-4426-3 Depósito Legal: Impreso en

200g. 60% fibras recicladas / 40% fibras vírgenes FSC La nueva generación de papeles medioambientales de Arjowiggins.




Dedicamos este libro a todos los que nos han apoyado en este proyecto. De modo principal a los autores de las Camisetas, quienes las han cecido de forma totalmente altruista para la Exposición IN PECTORE, y a todas las entidades y particulares que confían en éste primer Fondo Documental de Diseño sobre Camisetas en España. Madrid, septiembre de 2008 Alvaro Sobrino y Alejandro Morcillo

We dedicated this book to all those that have supported to us in this project. Of main way to the authors of the T-shirts, that have yielded them of totally altruistic form for the Exhibition IN PECTORE, and to all the organizations and individuals that trust this one first Documentary Collection of Design on T-shirts in Spain. Madrid, September of 2008 Alvaro Sobrino and Alejandro Morcillo



Diseño, estampación y textiles: ¿modas de temporada? Alejandro Morcillo

Verano y calor. La piel expuesta al sol en su totalidad, para facilitar el bronceado y evitar los molestos sudores caniculares. Y como prenda estrella de las temporadas veraniegas, la camiseta. De todos los tamaños, colores, calidades, con todo tipo de motivos, personalizadas, de marca, customizadas, lisas, panaderas, de cuello en pico, con tirantes... El calor provoca una extraordinaria uniformidad en el aspecto de las personas: chancletas, pantalones cortos o pesqueros, gafas de sol y... Camisetas. Un sin fin de mensajes e imágenes inundan las calles, playas, pueblos y ciudades de todo el mundo. Pues raro es quien se atreve a lucir una camiseta lisa, sin diseño, sin nada estampado en su anverso o en su reverso. Y todos nos centramos en buscar y presumir con el motivo más sugerente y original, no importando tanto la calidad del propio textil. Es el enésimo triunfo de la marca, del diseñador, del colectivo artístico que, desde hace meses, prepara el verano con vistas a un lucrativo negocio estacional. Atrás quedaron los tiempos en los que los diferentes grupos juveniles se identificaban con una marca o grupo musical que, con mayor o menor fortuna, serigrafiaban en sus camisetas. El presente ha democratizado el uso de esta prenda cómoda, versátil, atemporal... pero, a su vez, ha convertido al público en un usuario mucho más exigente que no se conforma con la originalidad; anhela la absoluta exclusividad en el diseño del textil, el motivo y la técnica de impresión utilizada. Una competencia feroz y despiadada se desarrolla en estos meses estivales, y no es raro el diseñador, taller o promotor que, tras una inversión grande en prendas y estampaciones, se “come” las tiradas de sus camisetas con la absoluta convicción de que no serán vendidas la siguiente temporada.

El proceso es sencillo, si bien el conocimiento de las diversas técnicas de estampación, en especial de la serigrafía y la respuesta de las tintas acrílicas sobre los diversos géneros textiles, facilita enormemente las labores de diseño, impresión, acabado, comercialización, distribución y venta. Cuántos talleres de serigrafía han tenido que decir NO a un pedido imposible de realizar... y cuántos han dicho sí, con el consiguiente fracaso en la producción... Pero técnicas existen muchas: batike, serigrafía, impresión directa, transfer, pintura a mano, aerógrafo... Y un sólo género de tinta plástica a la catalización y endurecimiento por calor (con sus interesantes variaciones de ligante hinchable, o cubriente tipo Plastisol). Por no mencionar los soportes textiles: de la seda al algodón, la licra, el lino. Lo razonable, por costes, es una estampación sobre textiles ya manufacturados, si bien algunas importantes marcas con grandes redes de distribución apuestan por una impresión previa y la posterior confección del tejido a gusto del diseñador. Los primeros calores primaverales provocan el triunfo en la constancia de algunas empresas y colectivos de diseñadores que, en su día, apostaron por este medio para exponer sus mensajes, ilustraciones y diseños. Colectivos como los pamploneses Kukuxumusu quienes comenzaron vendiendo por las calles de su ciudad natal unas camisetas alusivas a la fiesta de San Fermín y hoy en día cuentan con una importante red de franquicias al estilo de sus hermanos mayores Phineas o, incluso, el mismísimo Don Algodón (recordado por aquellos “Nudos”, “Amarras” y otros textos de corte náutico, allá por los felices 80...). Épocas aquellas, las de los años 80 y 90, en las que la impresión de diseños, ilustraciones y fotografías sobre camisetas iniciaron un camino que ha acabado siendo el principal medio de comunicación de muchos herederos actuales. Años en los que, el

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mismísimo Oscar Mariné, en comunión con el conocido serígrafo madrileño Ignacio Martín, editaban sus camisetas de diseño (hoy verdaderos incunables) iniciando una corriente creativa que fue sistematizada anualmente en aquellas célebres exposiciones de junio promovidas por la madrileña Galería del Progreso. Los diseñadores Juan Antonio Moreno y Teresa Yague, junto con el serígrafo Manuel Gordillo del Taller 2 Negritos, lograron introducir la camiseta estampada en una galería de arte, con la participación de nuevos valores de la emergente creatividad madrileña post-movida de la talla de Ana Juan, César Fernández-Arias, Pep Carrió, A-LaLlama, entre otros muchos jóvenes, actualmente reputados artistas y profesionales. Hoy en día, sin embargo, el escaparate promocional y canal de ventas preferido, desde hace algunos años, para muchos creativos y estampadores, es la red Internet. Bonitacamiseta.com es la prueba del éxito que combina unas colecciones coherentes y divertidas con el abaratamiento de los costes logísticos de distribución frente a los circuitos de ventas convencionales. Divinas Palabras es otro taller creativo catalán con cerca de 10 años de trabajo a sus espaldas. Grandes colecciones propias y las colaboraciones de diseñadores de renombre como Bruno Sellés garantizan la continuidad, año a año, de esta empresa que surgió homenajeando a los escritores clásicos españoles. El estudio catalán La Mosca también ha sido tentado por este género de comunicación gráfica. Su colección “Don´t Forguet the Songs”, de venta en la original web www.usehelvetica.com, combina música y tipografía, muy al gusto de los nuevos profesionales del diseño, en camisetas estampadas con las fuentes originales empleadas por grupos musicales (Beachboys y la Cooperblack, los Ramones y la Akzidenzgrot, la Velvet Underground y la Futura Display, y Stereolab con la Countdown). Otros colectivos de diseñadores como Belio o Perfornika, prueban estacionalmente a editar sus colecciones de marca. Y si de creativos hablamos, tal vez la iniciativa desarrollada por Plausive constituya la más significativa apuesta por el género de la camiseta estampada. Diseñadores de la talla de Emilio Gil, Ipsum Planet, Vasava, Royo+Izarra,

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Andreu Balius o Carlos Pueyo han diseñado, en exclusiva y en beneficio de una causa altruista elegida por cada uno de ellos, un motivo que el taller Simbiosis ha serigrafiado con calidad inmejorable en ediciones limitadas y seriadas sobre prendas de gran calidad. Finalmente, y tras este panorama del “pret a porter” nacional de la camiseta, no se debe olvidar a quien está logrando que esta prenda abandone sus connotaciones vulgares, y pase a formar parte de la alta costura de talla internacional. Ángel Custodio Dalmau, diseñador y “alma mater” de Custo Barcelona, con una extrema habilidad en la selección y confección de sus tejidos, apoyado por las ilustraciones del omnipresente Jordi Labanda, consigue vender la friolera de más de 3 millones de prendas al año, tras 21 de trayectoria profesional con más de 10.000 diseños producidos. Todo un orgullo y guía para los creativos, diseñadores y profesionales del medio en España. País que, con toda lógica y su sol abrasador, está llamado a convertirse en el nuevo referente internacional del diseño sobre estas modestas prendas textiles de temporada.

In pectore En marzo de 2004, justo en los inicios de una primavera triste y terrorífica marcada por los atentados en Madrid del 11M, la organización del primer Congreso de Tipografía de Valencia nos solicitó a Álvaro Sobrino y a mí mismo que preparásemos una Exposición de Diseño sobre Camisetas para ser exhibida durante la duración del evento el siguiente mes de junio. De forma rápida, que no precipitada (muy al estilo patrio), nos pusimos en contacto con numerosos estudios, creativos y talleres en los que obtuvimos una respuesta entusiasta y apasionada. La práctica totalidad de los mismos nos remitieron sus creaciones en un plazo brevísimo, lo que nos permitió la planificación y el montaje de la exposición en Valencia en las fechas acordadas. La muestra, ciertamente, constituyó un éxito en la audiencia del Congreso, que nos hacía de forma constante dar explicaciones a los interesados que pretendían comprar las prendas, algunos con verdadera


insistencia... Hasta 40 camisetas constituyeron las piezas de aquella exhibición pública que no estuvo exenta de la polémica surgida por la censura de la obra de Yolanda Vinuesa, “Optima, yo también la odio”. En la actualidad, más de 300 prendas constituyen la Colección IN PECTORE, en lo que se pretende constituya el primer Fondo Documental Creativo sobre este género de prendas textiles. Por ello, y animando a los diseñadores, artistas y creadores visuales a que colaboren con sus trabajos en la Colección, queremos agradecerles a todos ellos su absolu-

ta entrega y colaboración, además de sus desinteresadas aportaciones. Agradecimiento que hacemos extensivo a las empresas, colectivos profesionales y a todas las personas que han logrado que este proyecto se convierta en realidad en forma del libro que tiene en sus manos. Confiamos ciegamente en el interés que el diseño sobre camisetas representa a nivel sociológico y cultural, y pretendemos que IN PECTORE se convierta en una colección permanente y viva que recoja las tendencias y estilos de éste creativo y muy singular medio de comunicación.

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Design, and textile: Seasonal trends? Alejandro Morcillo

Summer heat. The skin completely exposed to the sun to make tanning easier and avoid annoying…sweating. Star wear of the season the T-shirt. Every colour, size and quality, with many motives, personalised, brands, customised, plain, v-neck… The summer heat results in extraordinary conformity in people’s looks: flip flops, bermudas or three quarter trousers shades and... T-shirts. An endless stream of messages flood the streets, beaches, villages and cities around the world. Weird is who dears to wear a design less T-shirt, plain front and back. We all dedicate our time to find the most original and suggestive, the textile quality doesn´t really matter. It´s the triumph of brand, designer, collective of artists that for months prepare designs for a lucrative seasonal business. Long gone are the days when different groups of young people identified with more or less success a brand or band, screen printed on their T-shirts. The present has made clothing more democratic, versatile, atemporary, but a the same time the user has become a lot more demanding. Today originality is not enough. The wearer demands 100% exclusivity in textile design, motive, and printing techniques used. A relentless competition develops in the summer months, and it is not strange to see workshops, designers or promoters investing large sums of money in textile and printing. Only to “eat” the left overs, convinced they cannot be sold the next season. The process is simple, because knowledge about diverse printing techniques, especially screen- printing and the response of various acrylics on different textile types makes the work of designers so much easier. Printing, finish, commercialisation, distribution and sales. How many workshops had to say no to an order impossible to carry out and how many have said yes, with all its consequences.

But there are many techniques: Batik, direct printing, hand painting, airbrush, and only one type of plastic ink catalysed and hardened with heat (with it´s interesting variety of expandable bonding or covering like Plastisol). Not to mention all different types of textile available: from silk to cotton, lycra, and linen. The sensible is printing on ready made garments although some well known brands prefer to first print the fabric and then produce the garment, to the designer’s likes. The first warmth of spring are the reason the triumph in continuity of some companies and designer collectives that placed their bets on this way of communicating their messages, illustration and design. Collectives such as the Pamplona designers Kukuxumusu started, in their native city, with selling T-shirts with motives related to the city’s famous “fiesta” de San Fermin; the running of the bull. Today they have a substantial network of braches with a style similar to that of their older brothers Phineas or, including, Don Algodón (remembered for designs “naked”, “Amarras” and other texts with a nautical twist, far away in the famous 80’s). Times like those, like the 80’s and 90’s saw the first small steps of printing design, illustration and photos on T-shirts, today mainstream communication. Years in which the very Oscar Mariné, together with well known Madrid screen printer Ignacio Martín published their design T-shirts (today real incunables) starting a creative current that was systematised yearly in those famous exhibitions in June promoted by the Madrilean Galería del Progreso. Designers Juan Antonio Moreno and Teresa Yague, together with screen printer Manuel Gordillo of the Taller 2 Negritos, managed to introduce the printed T-shirt into a gallery with the help of new emerging values postmovida the size of Ana Juan, César Fernández-Arias, Pep Carrió, A-La-Llama, among many other young, currently well known artists and professionals.

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However, for a few years now, the promotional stand and preferred point of sales for creatives and printers, has been the internet. Bonitacamiseta.com is the proof of success which combines coherent and fun collections with the benefits of lower distribution costs. Divinas Palabras is an another Catalonian creative workshop with close to 10 years of work behind them. Great collections and collaboration with renowned designers such as Bruno Sellés guaranty continuity year after year. The company came into being as a spin off to the homage paid to classic spanish writers. The Catalonian Mosca studio has also been tempted by this type of graphic communication. Their collection Don´t Forguet the Songs is sold in the studio´s original web site called www.usehelvetica.com. They combine music and typography, very much to the liking of new professionals in design, using the same original fonts used by the bands (Beachboys and Cooperblack, los Ramones and Akzidenzgrot, The Velvet Underground and Futura Display, and Stereolab with Countdown). Other designer collectives like Belio or Perfornika seasonally launch their brand collections. When we talk about creatives, maybe the initiative developed by Plausive is the most significant commitment to the T-shirt. Designers as Royo+Izarra, Ipsum Planet, Vasava, Andreu Balius, Emilio Gil or Carlos Pueyo have exclusively designed a motif for altruistic causes chosen by each of them. Simbiosis screen printed perfect limited and numbered editions on high quality garments. Finally, from this spectre to national T-shirt “pret a porter” we should not forget those who have achieved that this garment abandoned its vulgar connotations and became part of haute couture on an international level. Ángel Custodio Dalmau, “creating father” of Custo Barcelona, with extreme ability in the selection and making of his fabrics, supported by the illustrations of omnipresent Jordi Labanda, manages to sell the astounding number of 3 million garments a year, after

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20 years of professional career and with more than 10.000 designs produced. This to the pride, and as a guide, of creatives, designers and professionals of the sector in Spain. A country, which, as is logical, because of its burning sun is destined to convert itself into a new international reference point in the design of this modest seasonal textile wear. In March 2004, just after the beginning of a sad and terrific spring branded by the Madrid train Bombings, the organisation of the first Typography Congress of Valencia asked Alvaro Sobrino and I to prepare an exhibition on T-shirt design for the duration of the congress in June. We rapidly, but not without thought got in contact with numerous studios, creatives and designers, who responded with passion and enthusiasm. Practically everyone sent us their creations in a short interval of time which allowed us to plan and mount the exhibition in Valencia on time. The show was such a success with the audience of the congress to whom we were continuously giving explaining, some very insistent, that the items on show were not for sale. The exhibition existed of up to 40 T-shirts, some of them polemic like the work of Yolanda Vinuesa, “Optima, I hate it too”. Today, the IN PECTORE collection consists of 300 T-shirts. A collection with as its main objective to be the first creative research collection Documental in this class of textile garments. For this reason we want to stimulate designers, artists and visual creators to participate with their designs in the Collection, we want to thank all for their absolute dedication, co-operation as well as for their generous contributions We extend our gratitude to the companies, and professionals and to all people that have made this project a reality in shape of the book that you now hold in your hands. We have confidence that T-shirt design is of sociological and cultural interest. We wish to achieve that IN PECTORE becomes a living permanent collection which shows the trends and styles of this very unique means of communication.


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T-Shirt or not T-shirt Emilio Gil (Tau Diseño)

A veces creo que cuando regalas una camiseta más que un regalo lo que estás haciendo es una faena. ¿Recuerdas aquella época en la que todo el mundo te obsequiaba con una calculadora? Llegabas a casa, o a la oficina, y preguntabas ¿alguien necesita una maquinita de estas? Y por la expresión de la cara ya sabías lo que estaban pensando: “tengo tres en ese cajón guardadas y no se que demonios hacer con ellas”. El problema con las camisetas es que, aunque parecen unas prendas inofensivas, nos plantean a los diseñadores algunas preguntas comprometedoras. ¿No habíamos quedado que el diseño debe buscar una utilidad? ¿Estamos en contra del consumismo exacerbado y de la mala utilización de los recursos naturales, o no? Y, si el diseño debe servir para informar ¿de qué diablos informa una camiseta? ¿De lo bien que te queda? ¿De lo “molona” que es? ¿De que yo la tengo, porque la compré en Los Ángeles, o en el Soho londinense, y tú no?…

Y aquí empecé a darme cuenta de lo que significa el “diseño tridimensional”, los accidentes orográficos y que el diseño –al menos para estas prendas– sí tiene sexo. Además descubrí también que las camisetas tienen un delante y un detrás y que esta circunstancia me permitía jugar con un doble mensaje casi, casi “de ida y vuelta”. Que el “leer” la parte de atrás podía utilizarse como una provocación o un reclamo para que el espectador sintiese curiosidad sobre lo que había en la parte del pecho. O viceversa. En ese momento me acordé también de lo que decía Milton Glaser sobre la eterna frustración del diseñador gráfico al que siempre le toca trabajar sobre motivos bi-dimensionales. Las camisetas pensé, en alguna medida –nunca mejor dicho–, nos permiten traspasar ese umbral simbólico de la tridimensionalidad e incluso de la secuencia en la lectura.

Camisetas flamencas Mi primera camiseta Me acuerdo muy bien de cuando la diseñé. A raíz del éxito de un libro que se llamó “Un Toro negro y enorme” sobre la valla del Toro de Osborne, (yo a este toro siempre le escribo con mayúsculas), se organizó una exposición itinerante sobre el trabajo de su creador: Manolo Prieto. En el libro había una sección titulada “Diez diseñadores gráficos y el Toro” para la que había hecho una página en la que se veía al muñeco gordo, fofo y paliducho del Michelin, con un pañuelo rojo anudado al cuello, corriendo los sanfermines. El Toro que lo seguía –tocándole los talones– era, reconocible por su imponente silueta negra, nuestro Toro de Osborne. Pues bien los organizadores de la muestra me encargaron hacer camisetas con el mismo motivo de esta ilustración.

Durante una serie de años hubo gente que creyó que en Tau Diseño nos habíamos especializado en temas “españoles”. O, para ser más precisos, en temas folclóricos o cañís. El ejemplo más revelador fue el artículo que Chris Foges escribió en 1998 para la revista inglesa “Graphics International”, en el que le pareció reconocer en el trabajo de Tau un estilo “muy español”. Imagino que después de ver, en su visita al estudio, tanto Toro, discos y revistas de flamenco e imágenes para los años Goyas o los Centenarios de Carlos V y Felipe II, cualquiera podría pensar algo parecido. Es más yo mismo, para acabar de arreglarlo, tuve la feliz idea de editar junto con unos amigos una serie corta de camisetas para regalar. En este caso recurrimos a una colección de estupendas ilustraciones que el pintor Luis Mayo había desarrollado para la revista del

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Ministerio de Cultura “La Caña de flamenco”. Para ser mi segunda incursión en el mundo “camiseteril” creo que el resultado fue espectacular. Me imagino que, si en vez de haber editado únicamente cuarenta camisetas de cada modelo, hubiéramos intentado comercializarlas, tal vez habríamos tenido un éxito notable en los tenderetes de los alrededores del Museo del Prado o en las tiendas de souvenirs de cualquier ciudad “turística” española.

do fue “You are under arrest”. Pues bien, el mítico trompetista, también para conjurar sus fantasmas, tituló de esta forma su siguiente álbum. A Miles Davis supongo que le serviría de algo. A mí sólo me sirvió para darme cuenta de que, a pesar del oficio del serígrafo que se ocupó de estampar la camiseta de “Plausive”, la utilización del matasellos y la cabecera de aquellas cartas en el frente de la prenda, no evitó la recepción continuada de esas indeseadas misivas.

Imitando a Miles Davis

Las camisetas son para el verano (o no)

Hace ya varios años recibí, un buen día, un correo de Alvaro Sobrino en el que me proponía unirme al grupo de diseñadores que habían colaborado con “Plausive” en esa interesante iniciativa de pensar un motivo para una camiseta y elegir una ONG donde fueran a parar los resultados de la venta de ese producto. Me parece que en mi caso Fundeso, la ONG que preside mi amigo Rafael Guardans Cambó, no habrá resuelto precisamente sus problemas financieros gracias a las “elevadas” aportaciones que con la venta de mi camiseta se hayan podido generar. El error por mi parte fue de manual: algunas ideas funcionan bien si se adecuan gráficamente de forma correcta al soporte donde se aplican y otras no. Este fue mi caso. A mí, en mi faceta de “empresario-a-mi-pesar” que también desarrollo, me estaban dando la matraca los señores del juzgado numero 6 de lo social con un tema que no viene al caso. Una semana sí y la siguiente también recibía, siempre por las tardes, un sobre con el matasellos del juzgado de marras en ese color azul característico de las estampaciones en sello de caucho. Como ya estaba bastante harto del tema pensé que una forma de alejar mis fantasmas y olvidarme del asunto, sacándolo de mi cabeza, podría ser la que Miles Davis empleó cuando un policía a las puertas del Village Vanguard neoyorquino le agredió dándole con la porra en la cabeza. Davis cuenta que lo último que oyó antes de perder el senti-

Lo cierto es que diseñar camisetas es una ocupación un poco “límite”. Generalmente uno no se plantea el diseño de una de estas prendas como un encargo “ex profeso” sino como algo ligado a otro tema: ya que tenemos resuelto este problema “¿por qué no hacemos unas camisetas con este motivo tan bonito que has diseñado?”. Más o menos se podría plantear así. Para mí el diseño es comunicación o no es nada y las camisetas, evidentemente, comunican algo. Pero el problema es que, por mucho que nos empeñemos, el mensaje que transmiten es un mensaje que no deja de tener un cierto carácter frívolo. O mejor dicho “frivolizado”. Tal vez por circunstancias ajenas al propio interés del tema a comunicar, o a la propia bondad del diseño, la máxima de MacLuhan viene otra vez a jugar de forma inexorable y el medio se carga cualquier intención bienintencionada que pudiera tener el mensaje. Para ser justos, el diseño de camisetas cumple una función que, según se interprete, es tan válida o tan importante como la de cualquier otra especialidad del diseño. Los matices que se generan sobre la interpretación del diseño de estos soportes –que en el fondo es lo que son– se parecen mucho a los que surgen en cualquier otra discusión sobre la funcionalidad del diseño. Y como este es un tema sobre el que sólo tengo preguntas y muy pocas respuestas no voy ahora a contradecirme y empezar a sacar conclusiones que, por otra parte, sólo servirían para hacerme la ilusión de que “mis” certezas son verdades.


T-Shirt or not T-shirt Emilio Gil (Tau Diseño)

Sometimes I think when you give someone a T-shirt, more than a giving a nice present you are getting into trouble. Do you remember the days when everybody gave calculators? You got home or to the office and asked “Does anyone need a calculator?” and from the facial expressions you could tell: “I’ve got three of those in the drawer, thanks”.

My first T-shirt I remember well when I designed it. A travelling exhibition was organised about the work of Manolo Prieto; the creator of the Osborne Bull. The event was inspired by the success of a book called “an enormous black bull” about the Osborne Black Bull billboards (Me, I always write this bull with capitals). The book had a section called “Ten designers and the bull” for which I had made a design of the ugly, fat, fluffy, pale Michelin doll with a red handkerchief tied to its neck running the bull in Pamplona. The bull on its heels was easily recognisable as the Osborne Bull. Then the organisers of the event ordered T-shirts with this illustration. This is when I became aware of the significance of “tridimensional design”, and potential orographic accidents. I also discovered that T-shirts have a front and back and that this would allow experimentation with double messages that were almost, almost, “a return trip”. Reading the back could be a provocation, catchword, or arouse the reader’s curiosity about what had been written on the chest. Or vice versa. At that moment I remembered also what Milton Glaser said about the eternal frustration of the graphic designer to be confined to work on motifs in two dimensions. T-shirts, I thought, allowed us in some ways to cross that symbolic

three dimensional threshold and would allow reading at a second level.

Flamenco T-shirts During a number of years there were people that thought that at Tau Design we had specialised in “Spanish” themes. To be more precise in folkloric themes or kitsch. The most revealing example was an article written by Chris Foges in 1998 for the English magazine “Graphics International”. He said that in the work of Tau he saw a “very Spanish” style. I imagine he derived this from his visit to our studio where he saw so much Toro (bull), records and flamenco magazines that anyone would have thought the same. What’s more, I, just to get it out of the way, had the brilliant idea of designing, together with a few friends, a limited series of T-shirts to give away. This time we used great illustrations made by Luis Mayo for a magazine, an initiative of the Ministry of Culture, called “La Caña de Flamenco”. This second expedition into T-shirt world turned out well. Had we made more than 40 pieces of each model and commercialised them we could have been considerably successful with the little shops around the Prado museum, or for that matter any souvenir shop in tourist cities.

Imitating Miles Davis A few years ago now, I received an e-mail from Alvaro Sobrino in which he asked me to join a group of designers that had worked with “Plausive” on an interesting initiative to think

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about a design for a T-shirt and choose an N.G.O. to which the benefits of the sales of the product would go. I think that Fundeso, the N.G.O. presided by my friend Rafael Guardans Cambó, not exactly solved their financial trouble because of the “high” contribution generated by the sales of my T-shirt. Mine was a textbook error: some ideas work well when the graphical application is adequate for the support it’s used on, others fail. That was my case. In my entrepreneurial phase, I also went through one, the tax office was bothering me for something that is not quite so interesting today. One week, and the next too, and always late afternoon I would receive a typical envelope with the familiar tribunal’s postmark. The postmark had that typical rubber stamp blue. Now pretty much tired of the whole thing I thought that one way to empty my closet of ghosts and and clear my head would be what Miles Davis had done when he was hit hard on the head by a policeman at the door of New York’s Village Vanguard. The last thing he recalled before becoming unconscious was: “you are under arrest”. Well the mythical trumpet player, probably also to create a distance between him and whatever hunted him, used those words as the title for his next album. Despite the professionalism of the screen printers in charge of printing the Plausive T-shirt, using the postmark and letter heading of those letters on the chest of the T-shirt did not stop the letters from coming.

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T-shirts are for summer (or aren’t they?) The truth is that T-shirt design is a bit of a borderline job. Generally speaking you set out to design a T-shirt related to something else. “Now that we have resolved this problem why do we not make some T -shirts with this nicely designed motif? We could more or less look at it this way. To me design is communication or nothing at all. T-shirts unmistakably communicate something. The problem is that the messages, no matter how hard we try to convince ourselves of the contrary, tend to be slightly frivolous. Better said, and maybe for reasons beyond our control, these messages have become frivolous. Once more Mac Luhan’s maxim becomes relevant and the media ruin all sound communicative intentions. To do justice it needs to be said that the T-shirt does have a function, which, depending on the interpretation of design is as valuable and important as any other speciality in design. The ideas generated on the interpretation of the design for this type of support, after all that is what a T-shirt is, are very similar to those that rise in discussions on the utility of design. This is an issue about which I have many questions and very few answers. Therefore I will not contradict myself now and draw conclusions just to feed the allusion that “my” truths are right.


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Camisetismo Javier González Solas

Dicen que la vida nos va colocando donde nos corresponde, y eso parece confirmarse cuando a uno se le invita a escribir precisamente sobre aquello por lo que no siente especial afición o interés, como es todo lo que considero periferia del diseño (y no precisamente en el sentido geográfico de Bonsiepe), o cuando colaborar puede significar un apoyo a lo que uno piensa que desvía energías dignas de mejor causa. Sin embargo, y aunque parezca paradójico para la presentación de una publicación, se me ha autorizado a disentir (pero ¿no será una forma de integración esta funcionalización del disenso?). A pesar de eso y, aunque haya quien dice que se puede juzgar mejor desde la antipatía que desde la apologética, procuraré que, al momento del juicio, es decir de la crítica, pese sobre todo la objetividad. Naturalmente una objetividad que sólo puede proceder de posiciones previamente asumidas, pero manifestadas abiertamente. Entre esos previos posicionamientos se encuentra la búsqueda de un un sentido a lo que de otro modo no sería sino accidental y episódico, de un “inconsciente político” que subyace a cada acción, junto con la pretensión de cierto nivel de abstracción y homologación que permita aplicar la fuerza explicativa de las teorías, más allá de los pareceres individuales, de los que cada uno tiene el suyo. Y también una preferencia por el estructuralismo frente al positivismo. Por lo tanto mi comentario no será euforizante, como exigirían los cánones de una presentación convencional, sino simplemente analítico y crítico. Es decir, que no se limitará a una mera descripción y constatación de la situación, como suele ser tan habitual, sino que intentará emitir un juicio sobre los mismos que permita la discusión, o el reencauzamiento en su caso, de lo que podría aparecer como obvio. Todo puede manifestar una estructura interesante si se toma la debida distancia. Hechos tan anecdóticos como unas simples camisetas pueden dar

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lugar a toda una sociología de la vida cotidiana, si se acierta a pasar desde lo particular y espontáneo a cierto nivel de genericidad. De los -ismos dice Adorno que pueden ser considerados como la primacía de lo genérico sobre lo individual, que la obra concreta queda sumergida en un conjunto del que obtiene el sentido. Se puede constatar el decaimiento de nivel teórico entre los -ismos de Adorno y los actuales (creo que el “camisetismo” podría ser uno de ellos), volátiles y ahistóricos, pendientes de la unidimensionalidad de la moda. Pero aún así se puede afirmar que, más allá de la voluntad individual de plasmar lo que no es sino un accidente sobre otro (unos trazos sobre una tela), existe un sentido global, y ese sentido procede de que nos encontramos situados dentro del territorio de la estética de la mercancía. Parafraseando a Füssli, la producción simbólica de una sociedad religiosa toma forma de reliquias, la de una guerrera de trofeos, la de una mercantil de mercancías. El camisetismo sería un mercantilismo. Y cuando este hecho se transforma en fetiche –a través de un -ismo que lo introduce como objeto de deseo propuesto por la moda– y lo hace a imitación de su modelo también fetichista (la mercancía), la crítica se debe ejercer sobre el modelo y no sobre los accidentes particulares. Para mí tiene poco interés por tanto hablar de las formas y colores posados sobre las camisetas, sobre la estética, lo que se ve. Y posiblemente sea más productivo hablar de por qué y cómo llega a establecerse un nuevo soporte, la camiseta, como moda dentro de un medio ya establecido, la publicidad. Y hablo de publicidad porque con las camisetas se trata de hacer público físicamente in pectore, lo que tenemos, figuradamente, también in pectore, es decir in mente. La respuesta no parece ser otra que el efecto frontera típico de la


expansión capitalista, que aún conserva su primitiva pulsión colonialista: hay que inventar continuamente nuevos medios en los que representar su dinámica de supuestas necesidades y satisfacciones. Uno de esos medios parece haber sido la desregulación, el borramiento de fronteras físicas y legales para el capital. Otro parecen ser las camisetas en cuanto última frontera “cool” en la que crear adhesiones o donde participar de la moda del síndrome de la juventud perdida. ¡Qué exageración la de elevar unas simples camisetas al rango de factor geoestratégico y macroeconómico! En apariencia sí, pero no realmente si se las considera en el nivel teórico y de abstracción suficiente. Se puede o no compartir este planteamiento con visos de megalomanía, pero ahí queda como línea de discusión. Si admitimos que estamos situados en el nivel de la publicidad y por tanto del espacio público (en el sentido habermasiano) parece oportuno analizar lo que se dice en ese espacio, cómo y a quién. Y es posible que una lectura rápida de los materiales ofrecidos en este libro nos indique que lo que se dice suele ser poco, se dice de manera descoordinada, y no se dice a nadie. Es posible también que este “no decir” manifieste, a nivel de calle, una situación llamada postmoderna, en la que nada parecería ya importante ni orientador; nada exigiría, por tanto, una coordinación para un fin no encontrado, por lo que tampoco existiría el interlocutor a quien comunicar otra cosa que un monólogo solipsista que es la mera representación de uno mismo. En tal coyuntura manifestarse no pasaría más allá del “dejarse ver” para verse a uno mismo, para ver nuestro reflejo en la mirada de los demás, para ver en sus ojos el efecto de nuestra postura, para obtener nuestra identidad propia a través de esa figurilla, esa muñeca (pupilla) en que nos convertimos cuando nos miramos en otros ojos. Es posible que en este “efecto reflejo de identidad” se refleje la identidad de otros pensando que es la propia: en definitiva, se refleja la imagen de un modelo. Una identidad que parece aplicarse la marca propia en lugar de ajena, pero marca, al fin. El problema de la comunicación, de la publicidad, se habría convertido así en un problema de identidad. Digamos que quizás es así como se realizaría nuestra apetencia de publicidad-identidad, eso, la camiseta, se inscribe en el

ámbito de la vestimenta, lugar tópicamente residencial de la moda, al menos desde Luis XIV, cuando comienza el modo de vida cortesano. La moda pide novedad por definición, una novedad que por su misma veleidad es lo que la encadena a lo siempre igual. De los teñidos y bordados a mano, pasando por la artesanía industrial de las indianas, se llega, en esta era de la reproductibilidad técnica, a los múltiples estampados “individualizados”. Ahora florece el camisetismo como moda de vestir un estampado que al parecer ha cambiado sólo de estética, de apariencia: de los arabescos vegetales a los anuncios vivientes, de la expresión de clase social a la expresión del pensamiento individual. Pero ¿cuál sería ese supuesto pensamiento que proclamar? Si el material de este libro fuera representativo, que no lo es ni quizás lo pretenda (faltan muchas camisetas, desde las de la alta costura con precios idem, pasando por las de los “forajidos”, hasta las del paleta para quien cualquier promoción-identificación –sea de la Yale University, del Instituto Cervantes o de Supermán– le es indiferente si cumple otra función más inmediata), nos encontraríamos con que el 60% de lo presentado se reduciría a una simple decoración, es decir, a la función del tradicional estampado, sólo que en general técnicamente menos adaptado a un soporte con pliegues y polipostural que muchas veces dificulta la lectura convencional de figuras o de letras, que ahora se hacen precisamente para ser leídas. Se puede decir que la mayor parte de esas imágenes caerían bajo la categoría de ilustraciones, sean hechas con letras o con trazos, sean cómic o imágenes abstractas, tengan como referente el arte o la simple ocurrencia blanca o intrascendente. La mayor parte de la producción queda absorbida bajo el concepto de decoración neoindiana, con cierta aura neoartesanal, irrelevante para ese supuesto decir en el espacio público mencionado. El resto del material clasificable podría dividirse entre dos categorías. Una sería la autopromoción, personal o corporativa (¿cómo desperdiciar hoy una oportunidad de autopromoción? ¿cómo no tener uno su camiseta como cada arquitecto su silla?), con un 10% del total, aunque la autopromoción puede estar también presente en gran parte de las actuaciones decorativas o ilustrativas. La otra sería la proclamación, la manifestación de alguna idea o posición, en forma

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de reclamo, lema o eslogan (24%). En este último apartado, que parecería adentrarse más en lo que podría ser el espacio público citado, casi la mitad de los ya pocos enunciados pueden clasificarse como blancos, intimistas, intrascendentes, ahistóricos, nihilistas… Índices más que símbolos, tablas erráticas en un aparente naufragio de sentido. Quedaría por lo tanto un reducido porcentaje para las manifestaciones que podrían denominarse de incidencia pública o política, entendiendo como tal la participación en la polis, y siempre sin prejuzgar el que toda contestación haya de ser necesariamente progresista. Aparece así algún rostro famoso, al modo en que en otras épocas aparecía el icono del Ché como símbolo de ciertas utopías predemocráticas, algunas identidades corporativas estigmatizadas, algún rechazo frente a acontecimientos concretos… todo ello disperso, sin ninguna articulación inter o supraindividual. “S” minutos de gloria warholiana que, si no obtenibles en la televisión, son al menos adquiribles por el módico precio de una camiseta marcada. Botellas en el agua que no parecen nacer de un proyecto común sino que lo sueñan. Un desorden de tipo carismático. Palabras que no llegan a ser lengua. Identidad en lugar de acción. Un decir como si se hiciera (como la publicidad). Es obvio que puede haber otros puntos de vista: para una visión despreocupada estos objetos serían “diver”. Para otra más distante y autosuficiente serían banalidades irrelevantes. Desde una postura postmoderna serían pensamiento débil. Desde la militancia serían un nuevo medio de combate. Para algunos estará de más buscar significatividad en unos soportes donde no se la pretende, hacer diagnósticos donde no se piden, teorizar sobre lo intrascendente y efímero. Al menos lo que he pretendido, a partir de los supuestos anunciados al comienzo de estas líneas, ha sido evitar sobre todo el cinismo y la mixtificación. Es decir, atribuir a unos hechos un significado que contradice o ignora la genealogía y la historia de esos mismos hechos. Porque parece estar suficientemente

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claro que nos movemos en los territorios de la sociedad de la abundancia y del consumo, y que la variación y novedad propias de la moda no son sino formas funcionalizadas para un tipo concreto de funcionamiento social. Que con las camisetas presentadas uno no se suele juegar nada, si no es el ser más o menos celebrado por su ocurrencia o por su pericia plástica. Personalización, individualidad, espíritu lúdico, voz propia… podrían aparecer como la nueva (¿nueva?) fantasía para una sociedad aburrida o sin objetivos que, a pesar de su aparente escepticismo, quiere creer que inventa nuevas formas de participación social. Resumamos: más allá de la dosis de banalidad y de intrascendencia aceptadas para unos objetos como los comentados, no parece apreciarse una voz particular, nada consistente que pueda representar alguna nueva fuerza utópica. Las camisetas no parecen ser nada más que un tatuaje fuera de su lugar natural, trasladado a una segunda piel más periférica, un pretatuaje comercializado. Tal como dice Lévy-Strauss de los caduveo, se resuelve en superficie, sobre el cuerpo (o sobre las camisetas), las contradicciones que no se aciertan a resolver en la realidad. Como el tatuaje original, podrían identificar a los individuos como pertenecientes al sistema de la mercancía, con lo que resolverían sin pretenderlo la crucial pregunta del “¿y tú, de quién eres?”. Sin embargo este humilde objeto alguna vez encuentra su lugar pleno en el espacio público, precisamente cuando el objeto deja de ser lo importante y toma el relevo la voz humana coordinada. Cuando lo primero es la participación en el espacio público y sólo una anécdota el soporte, sea camiseta o pliego de firmas. Bien es cierto que en ese caso las camisetas también podrían identificar la voz común, preadolescente o siniestra de una tribu urbana e incluso la pretensión de no integración en el espacio público. Pero también, una vez, en pleno Congreso de los Diputados de España, un conjunto de camisetas gritaron “No a la guerra”.


T-shirtism Javier González Solas

They say that life itself will put us in our place. This seems particularly true when asked to write about something about which no special interest or curiosity is felt. Things that I consider belong to the fringes of design (and not exactly in Bonsiepe’s geographical context). It also seems true when cooperating means stealing “good” energy from better causes. However, and although it seems paradoxical for the presentation of this publication, I was authorised to contradict that line of argument (but would that not also imply a form of integration making design functional?). Despite this and although there are people who say that it is better to judge being open rather than defensive I will intend to, at the moment of judgement or better said critique, guard objectivity. Referring openly of course to the kind of objectivity derived from previously taken positions, looking for a meaning to something, which void of one would be nothing but accidental or episodic political unconsciousness that sprouts with every action together with the intention to, at a certain level, abstract and standardise allowing for the application of the explicative forces of theory. Going further than the individual’s observations giving preference to structuralism facing positivism. Thus my comments will not be elating, as demanded by the canons of conventional presentations, but simply analytic and critical. That is to say, not limited to the mere description and confirmation of the situation, which tends to be the rule, but trying to evaluate and create room for discussion or, where necessary, redirecting what seems obvious. Everything has an interesting structure which becomes visible when we observe from a large enough distance. Things as trivial as simple T-shirts can reveal an entire sociology of every day life if we secure we pass from the spontaneous and particular to a certain generic level.

Adorno says about -isms that they could be the prime of the generic on the individual, that the actual work is in fact part of a whole from which it derives its meaning. We could observe that decadence at the theoretical level of Adorno’s and today’s -isms (T-shirtism could be among those) are volatile, non historic and dependent on fashion’s single dimension of mercantilism. Even though we could affirm that beyond the individual’s will to reflect something that is nothing but accident after accident (some traces on fabric) there is a global meaning. This meaning comes from the idea that we find ourselves in the territory of market aesthetics. Quoting Füssli, the production of symbols of a religious society is that of relics, a society of war has trophies, a mercantile society goods. This would make T- shirtism one of mercantilism. When this idea transforms into a fetish -through an -ism that presents it as an object of desire dictated by fashion- and it does this imitating its model, also a fetish, critique ought to be focused on its model and not on particular incidents. To me talking about shapes and colours about the aesthetics of what we can see on a T-shirt is of little interest. Possibly it’s more productive to discuss how a new support like the T-shirt has managed to find a place as a new trend amongst the already existing media and advertising. I mention advertising because it is through this that in pectore makes public what we figuratively speaking have in pectore, that is to say, in mind. The answer seems to be non other than the typical frontier effect of capitalist expansion, which still conserves its primitive push of colonisation: continuously inventing new ways through which to represent the so called dynamics of need and satisfaction. One way seems to have been that of deregulation of erasing capital’s legal and physical boundaries. The T-shirt is another, it being the ultimate frontier of cool with

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which to adhere new groups that are being told how to be part of that so called style of the syndrome of the lost generation. What an exaggeration elevating simple T-shirts to the ranks of geo-strategic, macro economic player! At a first glance it does seem a little exaggerated but not so when we consider T-shirts at a theoretical level and make it a little more abstract. One is of course free to agree or disagree with this outlook with elements of megalomania, but here it remains as a discussion opener. Admitting we are situated at advertising level and therefore in public space it seems right to analyse what exactly is being said in that space, to whom and how. It is possible that flicking through the material offered in this book we discover that actually very little is said. What is said is often not co-ordinated and not directed at anyone in particular. It is also possible that this “not saying anything”, on street level manifests a post modern situation in which nothing apparently is important or orientating and as a consequence nothings demands the co-ordination of a non existing objective. The mediator to whom to communicate is also non existent, for who needs to communicate when discourse is nothing but overlapping monologue a mere reflection of oneself? To exhibit in this kind of context would not be much more than looking for one’s own reflection in the eyes of others, see the effect of our attitude, and obtain identity through that small figure, the puppet (pupil) we become when we look at ourselves in the eyes of others. It is possible that in this “identity reflection effect” what we really see is the other’s identity which we confuse with our own. Nevertheless all is a mere reflection of a model. It is an identity with its own brand application, still a brand however. The communication and advertising problem has now become a problem of identity. The communication and advertising problem has now become a problem of identity. Maybe this is how we satisfy our hunger for public attention and identity, and The T-shirt becomes part of our dress and that is also where fashion resides, since Louis XIV when court life began. Fashion craves novelty, but it is that kind of capricious novelty which confines it to perpetual similarity. From the hand dyed and embroidered, to the handicraft industries of

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the Indies we arrive to this era of technical reproduction possibilities to multiple “personalised” printing. T-shirtism flourishes as a way of wearing a print that seems to have changed only in appearance: from veggie arabesque to living advertisements, from the expression of social class to the expression of individual thought. But what is this so called individual thought that we need to proclaim? If the material in this book were to be considered representative, which it might or might not, nor pretend to be, (a lot of T-shirts are missing. Overlooked are the haute couture T-shirts, with similar pricing, so are the outlaws, and workers indifferent to everything being it a Yale University or Cervantes Institute promotion or Superman because to him the T-shirt has a different function namely that of something to wear, a garment). Then we would find that 60% of the prints on the T-shirts in this book could be reduced to simple decoration, traditional graphic design more or less adapted to a folding, poly-postural support. Many times the T-shirt’s intrinsic qualities inhibit the proper reading of shapes and letters. Letters that are there of course to be read. We could say that the majority of the images, with letters and phrases, cartoon or abstract belong to the illustration category. They draw from or make reference to art or are simply void and unimportant. The majority of the production is absorbed by the new Indie decorative concept having a a certain aura of “handmade” very much irrelevant to communicating in the public space. The remaining classifiable material could be divided into two categories. One is the category of self promotion; personal or corporate promotion (why loose the opportunity to have your own T-shirt like every architect has his chair?) with 10% of the total, although self promotion could also be present in the many acts of decoration and illustration. Proclamation is the other category with T-shirts exhibiting ideas or positions through claims, maxims or slogans (24%). In this category which could be closing in on the public space mentioned earlier. Almost half of the the few enunciated classify as empty, private, intransient, historically incorrect or nihilist... They are indexes rather than symbols, erratic tables of what seems to be the the stranding of meaning. A low per-


centage is left to what could be denominated as of public or political impact, understanding as such the participation in society and taking into account that not everything that is being said is progressive. Some famous faces appear in the same way Ché’s face appeared as the symbol of certain predemocratic utopias. We find a few stigmatised corporate identities, a rejection of recent events, all disperse, and inarticulate on inter or supra individual level. They are the materialisation of a few minutes of Warholian glory on fabric, if TV is not an option, than it can be purchased for the modest price of a branded T-shirt. Messages in bottles that do not rise from shared projects but from dreams. A charismatic disorder. Words that fail to become language. Identity instead of action. Saying instead of doing (as in advertising). It is clear that there is room for more than one point of view: for the worry-less these objects are “fun”. For the remote and self sufficient they are irrelevant and banal. Seen from a post modern perspective it is weak thought. For the militant it is a new way of combat. For some people looking for meaning where there is none, diagnose when no-one is asking and theorise about the insignificant and ephemeral seems unnecessary. I have tried, from the assumptions made at the beginning, not to be cynical and avoid mixtification attributing meaning that contradicts or ignores the genealogy and history of the events. It is more than clear that we find ourselves on the territory

of a society of abundance and consumption, and that the variation and novelty implicit to fashion is nothing more than shapes at the service of a specific type of social function. To sum up: beyond the doses of banality and insignificance acceptable for this type of object, there doesn’t seem to be a particular voice. There is nothing that could represent some new type of utopian force. The T-shirts do not seem to be more than out of place tattoos moved to a second skin, a commercialised pre-tattoo. As Lévy-Strauss said of the Caduveo they dissolve in the surface, on the body (or on T-shirts). The contradictions are unlikely to be resolved in reality. Like the original tattoo, we could identify the individuals as belonging to the product system, and in doing so we will find an answer to that critical “Who do you belong to?”. Nevertheless, and on rare occasions, this humble object finds a proper place in public space, and this is precisely when the object loses importance and the human voice takes over and co-ordinates. This is when participation in the public space comes first and the support is merely trivial It is true that in these cases the T-shirt could carry the communal voice, pre-adolescent or sinister, of an urban tribe or even exist with the idea of not integrating in the public space. But also one time, in the Chamber of Deputies of Spain, a group of T-shirts screamed “No War”.

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Ab initium, sudoris Manuel López Parras

De testigo y compañera, a soporte de información, y de ahí... a los altares En sus orígenes transportaba, soportaba, sudores y anónimos trabajos, testigo fehaciente de esfuerzos mas o menos titánicos y mas o menos remunerados. Posteriormente incorpora, como el que no quiere la cosa, elementos identificativos de quien fuese el causante de esos sudores: antes la patronal, después la empresa y ahora la compañía. O del que multiplicaba esos sudores convirtiéndolos en escalofríos y pesadillas nocturnas, también relacionado con lo laboral, o sea, del banco al que se pedía la hipoteca. También se ha sudado la camiseta en asociaciones deportivas por razones puramente lúdicas en los días jugados y no trabajados. O hemos visto cómo la sudaban otros cuando animábamos a nuestro equipo. De cualquier modo se sudaba la camiseta, por múltiples y coincidentes razones. El caso era sudar. Algunas camisetas eran intercambiadas de pecho y aún sudadas por el donante, ya comunican a terceros a través de esa marca, símbolo o escudito en el corazón, el clan laboral o deportivo al que se pertenecía. Mas tarde representaron a gentes concretas del olimpo deportivo, incorporando inmen-

sos números, –protofenómeno del culto al ídolo–, que convirtieron al usuario en un número primo. El suministro de información aumentó, multiplicándose, invadiendo y coloreando espacios robados al sudor en aras de la irredenta e inconmensurable Comunicación. En el siguiente estadio se da la convivencia de dos tipos básicos: la tradicional, laboral o identificativa de un culto tendencia, o tribu urbana. Junto a la subversión del uso, la simple camiseta de empleado, la del sudor, se transmuta en objeto que resalta con notas la no pertenecia del sujeto a lo anunciado; lo lúdico denunciando lo laboral y sudoroso. Por fin, alguien le descubre a la camiseta su condición suprema: portadora de manifestaciones plásticas con sentido lúdico, artístico incluso sarcástico. Ya liberada de sus humildes orígenes proletarios, la camiseta reniega de ello ascendiendo: campo-fábrica-calle-fiesta deslumbrante, exigiendo su lugar en galerías de arte. Es entonces, cuando las mentes creadoras y creativas empiezan a diseñar-pintar-reflejar ideas plásticas, y las plasman en las renacidas camisetas, ahora objetos de culto y firma HODIE IN PECTORE ARTIS.

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Ab initium, sudoris Manuel López Parras

From witness to friend, to information carrier and from there... to the altar. In its origins it transported, bore, sweat and anonymous work, reliable witness to titanic more or less remunerated tasks. Later the “body” responsible for all this sweating was incorporated: before the union, later the enterprise, today the company. Sweating was worse when other work related nightmare provoking, cold sweat inducing institutions, in other words: the moneylender, the mortgage provider, the bank had their logo on it. The T-shirt also got sportively wet, just for fun on days it was no work and all play. We have also seen how others worked themselves into a sweat when we loyally supported and motivated our team. Either way the Tshirt was made for sweating. Some T-shirts, still wet with sweat, changed places from one sweaty chest to the other. A neat coat of arms, symbol or brand now gave away whose side we were on or whom we worked for. Later they came to resemble people. Huge numbers embodied Mount Olympus sport’s heroes, -the proto phenomenon of the cult of the idol-, turning the wearer into a prime number.

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The information flow swelled and multiplied, invaded and gave colour to space stolen from sweat all for the sake of immeasurable communication. In the following stage two basic types coexist, the traditional work outfit and the identifier of tendencies and urban tribes. Together with the subversion of its use, the simple worker’s T-shirt, the sweaty one, transmutes into an object that makes it very clear that the wearer is not owned by whoever or whatever announces on it. The playful answering back to the professional. Then finally someone discovers the T-shirt’s supreme condition as a bearer of plastic, artistic or even sarcastic exhibitions. Now freed from its humble working class origins, the Tshirt frowns upon it, and climbs away from fields, factory, street, party, outshining and demanding its place in art galleries. It is then when creatives and creators begin to design, paint, and reflect plastic ideas to capture them on the reborn T-shirt now an object of culture and signature. HODIE IN PECTORE ARTIS


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Jacobo Pérez Enciso

Siempre nos hemos expresado por medio de la camiseta, pero antes era otra cosa: camiseta “imperio” tipo tirantes, obrero. La misma transparentándose bajo la camisa, funcionario. De cuello cerrado y mangas cortas pero amplias, americano. Ha nacido un nuevo soporte de expresión y, como tal, ha provocado la aparición de un nuevo lenguaje. Facilita la comunicación, el personal va por el mundo gritando silenciosamente lo que le gusta, lo que siente, su odio por Bush o su amor por el jazz o por la vecina o vecino, lo que era impensable, al menos de una manera tan directa, antes de la aparición del nuevo soporte. El hecho es que nos hemos convertido en un nuevo tipo de hombre anuncio. Empezamos anunciando un pequeño cocodrilo o un signo de “visto bueno”, y estamos en anunciarnos a nosotros mismos, o lo que queremos comunicar. Como llevarlas aunque se te peguen a las tetas, por gordo, no por tía buena.

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Siempre me ha parecido dificilísimo hacer una camiseta, casi tanto como hacer una tarjeta de visita, quizá porque sean la misma cosa en el fondo. Pero la tarjeta de visita-camiseta se mueve constantemente, en el sentido de traslación por un lado y de movimiento propio por otro, además de que hay que contar con las curvas propias del portador, que condicionan la lectura del mensaje. O sea, imposible para quienes aún no hemos superado el movimiento suizo. De todas maneras hacemos camisetas y lo que haga falta. Nos salen raras y como que no son lo que tienen que ser, pero hasta eso forma parte del mensaje. En fin, menos mal que en el estudio hay gente de menos de treinta, y eso empuja mucho, que si no estaríamos haciendo todavía carteles del movimiento suizo para colgarlos en las paredes.


Jacobo Pérez Enciso

We have always expressed ourselves through the T-shirt but it was different before: V-neck, working class. The same but under the shirt, goverment employee. Round neck and short sleeved shirt, american. A new support for expression was born which caused the appearance of a new language. This language makes communication easier for the wearer, people silently scream their likes and feelings, their hate for Bush and love for jazz and next-door neighbour. This was unthinkable before the T-shirt made its appearance. The fact is that we have become walking ad space. We began showing a little crocodile or a sign of “okay” and we are now announcing what we want to say to ourselves. Exactly how to pull off a T-shirt showing breasts, because of overweight, not for “chesty” babe is another story.

I have always thought it to be incredibly difficult to design T-shirts, almost as difficult as business cards, perhaps because in the end they are the same thing. The business card Tshirt is constantly moving, because someone actually moves it or by the force of trends. Another factor to take into account is that of curves, curves that influence in the reading of the message, utterly impossible for those who have not yet overcome the Swiss movement. Anyway we will make T-shirts or anything else for that matter. They will turn out strangely, not the way they are supposed to be, but even this will become part of the message. In the end, it is good there are people younger than 30 in the studio, if not we might still be designing Swiss posters to stick them on the walls.

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creativas creatives

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“Snake of June” Ana Juan, 1997 Serigrafía. Edición Kaiyu Theater Productions (Japón) “Snake of June” Ana Juan, 1997 Screen Print. Edition Kaiyu Theater Productions (Japan)

“La Camiseta” Mauro Entrialgo, 1995 Serigrafía. Edición Kukuxumusu “T-Shirt” Mauro Entrialgo, 1995 Screen Print. Edition Kukuxumusu

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“Arma de manipulación masiva” Miguel Rey y Marta Villoslada, 2004 Serigrafía. Edición Bonitacamiseta.com “Massive manipulation weapon” Miguel Rey and Marta Villoslada, 2004 Screen Print. Edition Bonitacamiseta.com

“Flores” Vicente Beneyto y Silvia Quesada, 2005 Intervención manual. Edición de los autores “Flowers” Vicente Beneyto and Silvia Quesada, 2005 Hand made. Edition by its authors

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“Madrid” Alfredo, 1992 Serigrafía. Edición Taller Manuel Gordillo “Madrid” Alfredo, 1992 Screen Print. Edition Taller Manuel Gordillo

“Madrid, plaza del Callao” Manolo Hidalgo, 1992 Serigrafía. Edición Taller Manuel Gordillo “Madrid, Callao Square” Manolo Hidalgo, 1992 Screen Print. Edition Taller Manuel Gordillo

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“No me lo creo” Miguel Rey y Marta Villoslada, 2003 Serigrafía. Edición Bonitacamiseta.com “I don´t believe” Miguel Rey and Marta Villoslada, 2003 Screen Print. Edition Bonitacamiseta.com

“Consume-Piensa” Miguel Rey y Marta Villoslada, 2002 Serigrafía Edición Bonitacamiseta.com “Buy-think” Miguel Rey and Marta Villoslada, 2002 Screen Print. Edition Bonitacamiseta.com

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“Botijo” Ana Juan, 1995 Serigrafía. Edición Galería del Progreso “Earthenware pitcher” Ana Juan, 1995 Screen Print. Edition Galería del Progreso

“Perro” Samuel Marín y Sergio Arredondo, 2003 Serigrafía. Edición Tres Triges “Dog” Samuel Marín and Sergio Arredondo, 2003 Screen Print. Edition Tres Triges

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“Camiseta” Karras Monserrat, 1999 Serigrafía. Edición Bacteria Industrias “T-Shirt” Karras Monserrat, 1999 Screen Print. Edition Bacteria Industrias

“Kafka” Pablo Vigil, 2004 Serigrafía. Edición Feta “Kafka” Pablo Vigil, 2004 Screen Print. Edition Feta

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“Homenaje a Vainica Doble” Ricardo de las Heras, 1997 Serigrafía. Edición Taller Manuel Gordillo “Tribute to Vainica Doble” Ricardo de las Heras 1997 Screen Print. Edition Taller Manuel Gordillo “C/DC” Mikel Uribetxeberría, 2002 Serigrafía. Edición Club de Creativos “C/DC” Mikel Uribetxeberría, 2002 Screen Print. Edition Club de Creativos

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“Forzudo” César Fernández-Arias, 1999 Serigrafía. Edición DHRAA Ciudad de la Noche “Strong man” César Fernández-Arias, 1999 Screen Print. Edition DHRAA Ciudad de la Noche

“Círculo de Bellas Artes” César Fernández-Arias, 1998 Serigrafía. Edición Círculo de BBAA “Círculo de Bellas Artes” César Fernández-Arias, 1998 Screen Print. Edition Círculo de BBAA

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“El Flamenco” Emilio Gil y Luis Mayo, 1994. Serigrafía. Edición Taller Manuel Gordillo “Flamenco” Emilio Gil and Luis Mayo, 1994 Screen Print. Edition Taller Manuel Gordillo

“Pueblos Indígenas” Mikel Urmeneta, 1994 Serigrafía Edición Survival “Indigenal people” Mikel Urmeneta, 1994 Serigraphy. Survival Editions

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Dise単o Design

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“Naranjito, veinte aniversario” Alvaro Sobrino, 2002 Serigrafía. Edición Ovideo “Naranjito, twenty birthday” Alvaro Sobrino, 2002 Screen print. Edition Ovideo

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“Kill your idols” Simbiosis, 2003 Serigrafía. Edición Simbiosis “Kill your idols” Simbiosis, 2003 Screen print. Edition Simbiosis

“Absolut corruption” Miguel Rey y Marta Villoslada, 2003 Serigrafía. Edición Bonitacamiseta.com “Absolut corruption” Miguel Rey and Marta Villoslada, 2003 Screen print. Edition Bonitacamiseta.com

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“Chernobyl University” Simbiosis, 2004 Serigrafía. Edición Simbiosis “Chernobyl University” Simbiosis, 2004 Screen print. Edition Simbiosis

“Enjoy Bakunin” Pablo Vigil y Jorge Vigil, 2002 Serigrafía. Edición Feta “Enjoy Bakunin” Pablo Vigil and Jorge Vigil, 2002 Screen print. Edition Feta

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“Madrileño” Alejandro Morcillo, 2005 Impresión digital. Edición del autor “Madrilenian” Alejandro Morcillo, 2005 Digital printing. Edition by author

“Por un mundo sin Tunos” MacDiego, 2000 Serigrafía. Edición MacDiego “By a world without Tunos” MacDiego, 2000 Screen print. Edition MacDiego

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“My heart is red and rounded” Divinas Palabras, 2000 Serigrafía. Edición Divinas Palabras “My heart is red and rounded” Divinas Palabras, 2000 Screen print. Edition Divinas Palabras

“Chancla” The Human Collective, 2003 Serigrafía. Edición Pigmatic “Chancla” The Human Collective, 2003 Screen print. Edition Pigmatic

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“Inocente” Diseño a 100, 2004 Serigrafía. Edición Diseño a 100 “Innocent” Diseño a 100, 2004 Screen print. Edition Diseño a 100

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“Mujer mordisco” Samuel Marín y Sergio Arredondo, 2003 Serigrafía. Edición Tres Triges “Woman bite” Samuel Marín and Sergio Arredondo, 2003 Screen print. Edition Tres Triges

“Ambre” Miguel Vagalume, 2005. Impresión digital. Edición del autor “Unger” Miguel Vagalume, 2005 Digital printing. Edition by author

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Comerciales Commercial

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“Colors AIDS” Tibor Kalman, 1996 Serigrafía. Edición United Colors of Benetton “Colors AIDS” Tibor Kalman, 1996 Screen print. Edition United Colors of Benetton

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“Madrid Swatch Mariné” Oscar Mariné, 1997 Serigrafía. Edición Swatch “Madrid Swatch Mariné” Oscar Mariné, 1997 Screen print. Edition Swatch “Com.unica” Depto. de Arte Revista Com.unica, 2005. Serigrafía. Edición Bankinter “Com.unica” Art department of magazine Com.unica, 2005. Screen print. Edition Bankinter

74


75


“Marca Kukuxumusu” Mikel Urmeneta, 2002 Serigrafía. Edición Kukuxumuxu “Kukuxumusu brand” Mikel Urmeneta, 2002 Serigraphy. Kukuxumusu Editions

“Kakaxumusu” Mikel Urmeneta, 2004 Serigrafía. Edición Kukuxumuxu “Kakaxumusu” Mikel Urmeneta, 2004 Serigraphy. Kukuxumusu Editions

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Autopromocional Selfpromotional

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“Se Casa el Príncipe Felipe” Santi Lardín y Cristian López, 2004 Serigrafía. Edición Agencia S,C,P,F... “Príncipe Felipe marries” Santi Lardín and Cristian López, 2004 Screen print. Edition Agencia S,C,P,F...

“Estrella” Pep Carrió y Sonia Sánchez, 1999 Serigrafía. Edición Estudio Pep Carrió y Taller Manuel Gordillo “Star” Pep Carrió y Sonia Sánchez, 1999 Screen print. Edition Estudio Pep Carrió and Taller Manuel Gordillo

80


81


“Cuentahilos” Jacobo Pérez-Enciso, 2003 Serigrafía. Edición Estudio Pérez-Enciso “Threads lens” Jacobo Pérez-Enciso, 2003 Screen Print. Edition Estudio Pérez-Enciso

“Design is a good idea” Serigrafía. Emigre “Design is a good idea” Screen Print. Emigre

82


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“T-shirt in Progress” La Mosca, 2002/03 Serigrafía. Edición Estudio La Mosca “T-shirt in Progress” La Mosca, 2002/03 Screen print. Edition Estudio La Mosca

“Eyacular libera la mente” Xnographics, 2004 Serigrafía. Edición Pornographics “Ejaculation frees the mind” Xnographics, 2004 Screen print. Edition Pornografics

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“Sado” Matz Mainka, 1999 Serigrafía. Edición del autor “Sado” Matz Mainka, 1999 Screen print. Edition del autor

“Diablesa 1 y 2” Matz Mainka, 1999 Serigrafía. Edición del autor “Devil 1 & 2” Matz Mainka, 1999 Screen print. Edition del autor

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Editores Editors

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“ASCO” Eduardo González, 2003 Serigrafía. Edición Plausive “ASCO” Eduardo González, 2003 Screen print. Edition Plausive

“Burn your Enemy” Gee.Oh.Dee (Pedro Mogroviejo + + Pablo y Javier I. A.), 2000 Serigrafía. Edición Belio “Burn your Enemy” Gee.Oh.Dee (Pedro Mogroviejo + + Pablo y Javier I. A.), 2000 Screen print. Edition Belio

90


91


“Cerebro y corazón” Karras Monserrat, 2002 Serigrafía. Edición Bacteria Industrias “Brain and heart” Karras Monserrat, 2002 Screen Print. Edition Bacteria Industrias

“Post Script Error” Carlos Pueyo, 2002 Serigrafía. Edición Plausive “Post Script Error” Carlos Pueyo, 2002 Serigraphy. Plausive Editions

92


93


“Disquete” Pablo y Javier Iglesias Algora, 2000 Serigrafía. Edición Belio “Disquete” Pablo y Javier Iglesias Algora, 2000 Serigraphy. Belio Editions

“Soy Marxista” Rei Zentolo, 2004 Serigrafía. Edición Rei Zentolo “I’m Marxist” Rei Zentolo, 2004 Serigraphy. Edition Rei Zentolo

94


95


“Stop” Alejandro Morcillo, 2002 Serigrafía. Edición Plausive “Stop” Alejandro Morcillo, 2002 Screen print. Edition Plausive

“Niño Pollígio” Falopio (Hadidas Apostol), 2003 Serigrafía. Edición Holaporqué “Niño Pollígio” Falopio (Hadidas Apostol), 2003 Screen print. Edition Holaporqué

96


97


“0 Patatero” NiceTryp, 2004 Serigrafía. Edición NiceTryp “0 Patatero” NiceTryp, 2004 Serigraphy. Edition NiceTryp

“Trash” Carlos Díaz / Serifa, 2002 Serigrafía. Edición Plausive “Trash” Carlos Díaz / Serifa, 2002 Screen print. Edition Plausive

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“Miss Love” Chicaska, 2004 Impresión digital y bordado. Edición Zinguango “Miss Love” Chicaska, 2004 Digital printing and embroidery. Edition Zinguango

“Miss Honey Burny” Chicaska, 2004 Impresión digital. Edición Zinguango “Miss Honey Burny” Chicaska, 2004 Digital printing. Edition Zinguango

100


101


“Serenidade” Eduardo Bravo, 2004. Impresión digital. Edición Serenidade “Serenidade” Eduardo Bravo, 2004. Digital printing. Edition Serenidade

“Ga Lego” Aduaneiros Sem Fronteiras, 2004 Serigrafía. Edición Aduaneiros Sem Fronteiras “Ga Lego” Aduaneiros Sem Fronteiras, 2004 Serigraphy. Edition Aduaneiros Sem Fronteiras

102


103


“All you need is Pop” Pablo Vigil y Jorge Vigil, 2002 Serigrafía Edición Feta “All you need is Pop” Pablo Vigil and Jorge Vigil, 2002 Serigraphy. Feta Editions

“Soy una Reina” Rei Zentolo, 2004 Serigrafía. Edición Rei Zentolo “I’m a Queen” Rei Zentolo, 2004 Serigraphy. Edition Rei Zentolo

104


105


“Deportes Vascos” Mikel Urmeneta, 2004 Serigrafía. Edición Kukuxumuxu “Vasc sports” Mikel Urmeneta, 2004 Serigraphy. Kukuxumusu Editions

“Madrid” Alfredo, 1992 Serigrafía. Edición Taller Manuel Gordillo “Madrid” Alfredo, 1992 Screen Print. Edition Taller Manuel Gordillo

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Índice de autores y editores Index of authors and publishers

AUTORES AUTHORS

Mikel Urmeneta 53, 76, 77, 106 NiceTryp 98 Oscar Mariné 74

Aduaneiros Sem Fronteiras 103

Pablo y Javier Iglesias Algora 91, 94

Alejandro Morcillo 62, 96

Pablo Vigil 47, 61

Alfredo 40, 107

Pablo Vigil y Jorge Vigil 61, 104

Alvaro Sobrino 56, 57

Pep Carrió y Sonia Sánchez 81

Ana Juan 36, 44

Rei Zentolo 95, 105

Carlos Díaz 99

Ricardo de las Heras 48

Carlos Pueyo 93

Samuel Marín y Sergio Arredondo 45, 68

César Fernández-Arias 50, 51

Santi Lardín y Cristian López 80

Chicaska 100, 101

Simbiosis 58, 60

Depto. de Arte Revista Com.unica 75

The Human Collective 65

Divinas Palabras 64

Tibor Kalman 72, 73

Diseño a 100 66, 67

Vicente Beneyto y Silvia Quesada 39

Eduardo Bravo 102

Xnographics 85

Eduardo González 90 Emigre 83 Emilio Gil y Luis Mayo 52, 99 Falopio (Hadidas Apostol) 97

EDITORES PUBLISHERS

Gee.Oh.Dee (Pedro Mogroviejo + Pablo y Javier I. A.) 91 Jacobo Pérez-Enciso 82

Aduaneiros Sem Fronteiras 103

Karras Monserrat 46, 92

Agencia S,C,P,F... 80

La Mosca 84

Bacteria Industrias 46, 92

MacDiego 63

Bankinter 75

Manolo Hidalgo 41

Belio 91, 94

Matz Mainka 86, 87

Bonitacamiseta.com 38, 42, 43, 59

Mauro Entrialgo 37

Círculo de BBAA 51

Miguel Rey y Marta Villoslada 38, 42, 43, 59

Club de Creativos 49

Miguel Vagalume 69

DHRAA Ciudad de la Noche 50

Mikel Uribetxeberría 49

Diseño a 100 66, 67

109


Divinas Palabras 64

Ovideo 56, 57

Emigre 83

Pigmatic 65

Estudio La Mosca 84

Plausive 90, 93, 96, 99

Estudio Pep Carrió y Taller Manuel Gordillo 81

Pornographics 85

Estudio Pérez-Enciso 82

Rei Zentolo 95, 105

Feta 47, 61, 104

Serenidade 102

Galería del Progreso 44

Simbiosis 58, 60

Holaporqué 97

Survival 53

Kaiyu Theater Productions (Japón) 36

Swatch 74

Kukuxumusu 37, 76, 77, 106

Taller Manuel Gordillo 40, 41, 48, 52, 81, 99, 107

MacDiego 63

Tres Triges 45, 68

Matz Mainka 86, 87

United Colors of Benetton 72, 73

NiceTryp 98

Zinguango 100, 101

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Este libro se acab贸 de imprimir en septiembre de 2008 This book was printed in september 2008

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