Buzoni
Por Luis Enrique Délano
LLEVO TRES DÍAS ENFERMO, RECLUIDO, SIN ASOMARME al jardín ni ver el mar. Apenas lo siento, de noche, cuando se hace el silencio y me llega el rumor de la resaca. A través de la ventana he visto pasar algunos pájaros marinos y eso es todo. Afuera deben estar creciendo las plantas, picoteando los gorriones cuanto encuentran sobre la tierra. ¿Cómo estará Buzoni? Es una pregunta que me hago con inquietud. Estará inmóvil, apoyando su espalda en la pared de piedra, con una mano puesta con cierta suavidad en ese delgado tronco de eucalipto que sirve de columna. Estará con sus piernas débiles, sus
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