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Signos Vitales Luis Miguel Sánchez Díaz



Fot贸grafo Jos茅 Ram贸n Irrustra



Biografía

Luis Miguel Sánchez, escritor aficionado , De Valencia- Venezuela, Técnico de profesión y soñador por convicción


Fot贸grafo Jos茅 Ram贸n Irrustra


Agradecimientos A mi Dios amado por permitirme cumplir este sueño, a mis amigos de Parnassus Patria de Artistas, en Especial a Ahikza y Marisa mis ángeles, a la vida por mostrarme su lado” A” y su lado “B” y a ti, que me inspiras. “Como siempre llegué tarde, pero el éxito es paciente y aún me espera”



Prólogo La vida me enseñó su lado hermoso, el amor, la humanidad y los sueños: Quisiera me acompañaran por esta amalgama de sentimientos y compartan mis letras enamoradas. Sé que no todo es Azul y por eso les muestro el lado oscuro de la Vida, la Humanidad y la desesperanza, la vida que no queremos ver pero que nos toca el hombro a cada instante.


Fot贸grafo Jos茅 Ram贸n Irrustra


Signos Vitales – Poemas Luis Miguel Sánchez Díaz


Capitulaci贸n


Capitulación Podría atesorar hermosas antologías Con las letras que nos escribimos, Dramáticas historias de amor y dolor Amalgama de temores y deseos incumplidos Podría prolongar el ciclo, para así Alargar la historia seriada de mi desdicha. Entonces como en una clásica novela Pensar en un final acorde a la ocasión No albergo rencores ni recelos Para eso no hay lugar en mi corazón, Siempre esta izada la bandera blanca Sobre el punto más visible de mi alma,


Capitulación Mi morada jamás cierra sus puertas Para recibir al que viene en paz y al que no Solamente te pido que nos cierres, las tuyas Para que todos puedan entrar, Has llegado a la encrucijada, en la que solo tú Tú solo sabes por qué camino tomar Pensando en los besos que no nos dimos Y en las lúbricas caricias que el destino Nos negó.


Cobro a destino


Cobro a destino Como lúgubres castillos, cubiertos de espesa bruma Jurisdicción penumbrosa de un corazón escondido Impenetrable fortaleza, rodeada por los espinos Son tu vida y tus andanzas, en tu mundo prohibido. Un día bajaste el puente y te tome por asalto, Uno a uno fueron cayendo, tus guardianes derrotados Y descubrí tu humanidad, colándose por las rendijas De la bruna armadura antigua, un secreto bien guardado.


Cobro a destino Tras esa pared metรกlica, oculta esta tu figura Como frรกgil escultura, del mรกs hermoso cristal Te desarme con canciones, bellas palabras, ternura Develando la hermosura, que no quisiste mostrar Y una vez al verte descubierta, huyes a toda prisa En el caballo de tus sombras, ese que corre En la brisa Solo se te ve la estela, de tus miedos temblorosos Se levanta como hojas, en torbellino apurado Tu cabellera brillando, al reflejo de la luna Desandando una por una las palabras de Tu amado. Cuento Medieval


Crepúsculo


Crepúsculo Las últimas destelladas del día, luchan por escabullirse De la gris cortina que lo abruma todo, gris que tiñe la tarde De tristezas y suspiros, gris que envuelves el alma Y la llevas por tus ríos. Son las tardes que me gustan, con dejos de lluvia resuellos de amores que no fueron, o tal vez Fueron y son sin que nos demos cuenta. Son las tardes que me gustan, la promesa de la lluvia Un sublime regalo que siempre agradezco, Porque con ella se alimentan mis versos Y se ahogan mis nostalgias


Crepúsculo Son las tardes que me gustan, las nubes sacando cuenta De las calles que han mojado, de las casas que han tumbado Sus hijos, los ríos enfurecidos, crecidos en su fiereza Las lágrimas que han desbordado, con la lluvia la tristeza. Me gustan aunque mi egoísmo sea evidente, ajeno al mundo Que en sus húmedos sufrimientos se ahoga en tristeza y lodo Me gusta porque en el cielo, sus nubes y sus destellos Viven mi esencia y mis sueños, mis amores, mi todo Las nubes gritan al mundo, por hoy vencimos al sol ¡Mañana será otro día!


De regreso a mi vida


De regreso a mi vida Desde hoy mi vida ira en reversa hasta encontrarte Y una vez que te encuentre, reconstruiré mis sueños Para volver a sentirte como alguna vez te sentí, Para así recuperar el amor que la distancia intentó robarnos Tal vez soñemos con un día de aquellos Llenos de inocencias y azules tiempos No recuerdo el color de tus ojos, Pues tu sonrisa me hacía desviar la mirada Suplicándote un beso, besos como los que te enseñe Besos tan tiernos como un poema de amor de Neruda Un sello de inocencia que marcaba mis labios profanos


De regreso a mi vida Contigo fui ángel que cayó castigado Por enamorarse de una diosa Pasé por la amargura de ser humano Pero Dios al fin mitigó mis penas, Y no tienes que preguntar si aún te quiero Pues para el amor no existe tiempo Y el “aún” está de más. Tu recuerdo ha regresado, soy feliz, como un niño en Navidad Ahora sabrás quién será el blanco de mis más tiernos poemas Tú, rosa escondida en la cima de la montaña Privilegio exclusivo de los osados hombres que lo arriesgan todo. Un río nace de una gota lejana De cómo será de grande, Se encargarán la tierra y el destino


Mi bĂşsqueda, un amor que no fue


Mi búsqueda, un amor que no fue Sentado sobre la alfombra de mis deseos Miro hacia el cielo queriendo hallarte, Resuenan mis llamados que se pierden Haciendo eco en las lejanas nubes, Tal vez el sol y las blancas brumas Me traigan noticias de ti. Te busco, si quieres hallarme, Estoy aquí sembrando estrellas Alimentándolas de sol, Para adornar tus pasos con ellas. Para hallarte, camino en equilibrio Sobre la delgada línea que une y También separa, tu Oscuridad de mi Luz.


Mi b炭squeda, un amor que no fue Alborada nonata, que disfruta mi ansiedad Mis versos desesperados, no encuentran Un asidero Cayendo junto a mis sue単os, Como pesadas rocas, Rumbo al despe単adero. Mi sue単o, el claroscuro perfecto Tus sombras y mis colores Colocar azul a las brumas Y esparcir nuestros amores


Marejada

Ilustraci贸n: Ahikza Adriana Acosta Pinilla


Marejada El infinito mar refleja en su rostro, el tapiz estrellado de la noche eterna mi desesperada alma, ansía llegar donde estés hasta ti lejana mujer que en otras tierras esperas, por ti cruzare el mar de mis sueños volando por las estrellas. No sé si la brisa marina se lleve mi alma al cruzar y me diluya en la bruma hasta que tan solo quede un tenue reflejo en la espuma


Marejada Y jugarĂĄn conmigo los seres del mar me convertirĂŠ en tu canto, hermosa sirena Obsequio precioso del azul infinito que premias mi alma y alivias mis penas AquĂ­ estoy junto a ti, un hombre casi vencido diluyes lo que queda de mi amor y sobre una ola de paz, me devuelves dormido.


Anhelos

Artista: Raúl Cantú


Anhelos Y aquí estamos los dos como niños enamorados Esperando la escuela para volver a vernos, Devorado por la ansiedad de la espera, mi tiempo se detuvo, ¿Cómo será ese día en el que por fin te vea nuevamente? Tendré que pedirle a mi corazón que se calme o que se largue, Pues mi alma no soporta tanta emoción.


Anhelos Aunque el tiempo inexorable deje su huella en tu cuerpo, Te querré, así tus carnes hayan perdido vigencia, Pues mi amor congeló tu imagen y siempre te veo hermosa, Porque el sentimiento es tan grande que nubla todo vestigio de razón Tal vez la vida nos sorprenda con un abrazo fugaz, Tal vez un beso nos enmudezca por un instante Y así tendría sentido la vida que sueño, Así entenderíamos la razón de ser de las estrellas.


El amor volvi贸 a mi casa


El amor volvi贸 a mi casa El amor volvi贸 a mi casa lo miro sentado en mi sala, en tus ojos que ahora brillan en lo inquieto de tu mirada, El amor volvi贸 a mi casa para llevarse mi calma,


El amor volvió a mi casa con él se va mi esperanza, con ella, se va mi alma. El amor volvió a mi casa y aumenta mi desespero, no vino a buscarme a mí, ya no soy, su compañero.


Los hijos de este conflicto


Los hijos de este conflicto ¿Hasta dónde aguantará mi alma, cuánto más soportara? Ya un caso omiso, hace la vida a mi causa desmoronada Ya no hay excusas que valgan, se te nota en la mirada El amor se nos ha marchado sin adiós ni despedidas Ya no hay palabras sinceras ni reclamos a esta vida Solo la tensa calma detrás de una espesa bruma Un silencio sepulcral, que estremece, que me turba ¿Cómo llegamos a esto, cómo es que el cielo se nubla? Tu juventud, mi experiencia, canciones que nadie escucha


Los hijos de este conflicto Toca recoger recuerdos, fingir un amor ficticio Llantos de inocentes niños, amenazas, insulto, gritos ¿Será que el infierno llegó?, ¿será que ya estoy maldito? Pues tu conducta ha dejado, un reguero de batallas Inocentes duendecitos, tocados por estas garras Herederos inocentes, los hijos de este conflicto.


Hoy estรก lloviendo


Hoy estĂĄ lloviendo

No le temas a la lluvia, es un regalo del cielo, la lluvia tiene el poder Ăşnico de detener el tiempo y avivar memorias. La lluvia es un canto que te arrulla, un manto que te envuelve y te traslada, la lluvia inspira amores o tristezas segĂşn el lado de la ventana de donde miras.



Fot贸grafo Jos茅 Ram贸n Irrustra


El lado oscuro de la VidaPoemas Luis Miguel Sánchez Díaz


Abandonado


Abandonado El mundo se viene abajo, se viene abajo tu sangre Tan bajo se te ha llevado Que la tristeza se aparta Para dejar pasar Tu hambre. Hogar sobre bases flojas, endeble sustento moral Tu esposa se ha marchado, se ha destruido tu hogar Ahora te quedas solo, cuidando de tus pequeños Para ella son un estorbo, para ti son tu gran sueño Pero la vida te grita, soy un peso insoportable Si por tus hijos no luchas, pobre hombre Miserable Por techo están tus brazos, por cama tu corazón Por alimento una estampa Que afirma tu fe en Dios.


Al filo de la navaja


Al filo de la navaja Ayer vislumbre mi patria, sumida entre la miseria. futuro desflorado antes de terminar la infancia Futuras niĂąas madres, perdidas Sin voluntad ni esperanza. El monĂłtono transcurrir del dia entre suciedad y ratas roto el silencio a veces por Vallenatos y balas callejeras mascotas y la abandonada infancia Caritas sucias, inocentes duendecillos piececitos desnudos macerados con el lodo caminando sin temor, al filo de los cuchillos que antes de tener los quince habrĂĄn de perderlo todo


Al filo de la navaja No es la cárcel sitio para sus sueños no es la morgue un final para su historia mis inocentes sin dueños Hijos de padres sin memoria Pon tu mano Dios Amado Rescátales uno por uno enséñale que hay otros lados Mejores hombres y un mejor mundo.


El 煤ltimo adi贸s


El último adiós

La marcha del tiempo inexorablemente te arrastra con ella En lentos movimientos la triste procesión comienza su andar Saben los arboles de tu partida, también lo sabe la brisa que contiene el aliento mientras te marchas Sobre los hombros de mis hermanos veo llegar tu cortejo de tristezas Hombres, mujeres y niños unidos en un solo llanto Y yo emplazado en el centro cual muro de los lamentos Tratando de dar consuelo a mi desconsolada sangre


El último adiós La tarde coloca su ofrenda de grises, la brisa detiene su andar las hojas de los árboles en estoica parada, despiden tu cuerpo Mientras la palidez de los lirios cayendo en tu última morada, Ya se ha unido al rio de lágrimas que acompañan tu adiós Y aún no sé cuando caiga en cuenta, de que te fuiste De que ya no estás, mi corazón no acepta el hecho Quiera Dios que el dolor no me sorprenda. Y que un lago de paz coloque en mi pecho.


El hombre de la esquina


El hombre de la esquina

En esa esquina, derrumbado a la luz del día A nadie le importa si padeces o pereces En fin, ya tu dignidad abandono tu cuerpo Se fue cabalgando tras tu última alegría Quien podrá saber de este despojo humano Un hombre que tuvo sueños, tal vez familia Tal vez una vida, tal vez una hermosa amiga Tal vez un hogar hermoso, tal vez una hermosa hija


El hombre de la esquina

Lo que ahora yace en el suelo, convertido en un estorbo Es barco encallado, inmerso en los vapores del alcohol Al que la penuria le ha quitado hasta el último sorbo Y el mundo se ha encargado de negarle el amor Quisiera rescatarte hermano y te juro así lo hare Mostrarte el amor de Cristo, que al igual que tú, Es despreciado Porque también eres humano, porque también He pecado


En ojos ajenos mis propios ojos


En ojos ajenos mis propios ojos

Me miro en los ojos de un paĂ­s De hospitales sin medicinas, De su riqueza infinita Oculta en manos mezquinas Me miro en los ojos del padre herido Que lleva entre los brazos, sus sueĂąos Me miro en los ojos de niĂąo muerto, Desangrado en medio de sus lamentos


En ojos ajenos mis propios ojos Justicieras balas sin justicia Surcando el cielo en busca de inocentes Niños que dormidos esperan Su día de escuela siguiente Me miro en su propia rabia, Dios ¿Qué me hiciste? ¿Por qué pasan estas cosas , Por qué mi pueblo tan triste? Los hombres del brazalete Los de amarillo y de negro No saben de sus hermanos Mientras se prenden en fuego


La caída

Artista: Raúl Cantú


La caĂ­da

Un peligroso ballet en las alturas del techo. No es un trapecio de un circo, no es un acto pendenciero Es tu trabajo del dĂ­a, el que te da tu sustento Levitando en las alturas, trabajador justiciero Pero un dĂ­a tu confianza, fue tu peor enemiga Si pensarlo te trepaste a las alturas del miedo Flotando entre las sogas, los arneses y el desvelo Y en un oscuro segundo, tu pericia perdiĂł el vuelo


La caĂ­da

Un gran reflejo Violeta presagia lo inesperado Su color debilitado torna al azul blanquecino Un rojo hilo de sangre contornea la figura De un cuerpo que yace inerte sobre su propio destino. Colores desesperados, cocteleras, el bullicio Tus amigos alterados no soportan el suplicio Ya solo la tenue luz va acompaĂąando tu vida Blanca la luz que guĂ­a, tu alma hasta la salida.


La ruta de Santiago


La ruta de Santiago

Embarcados todos en un viaje de esperanzas Inician las vacaciones, regreso feliz a casa Viajeros, amigos, novios, hijos Padres, madres y la Parca Al son de un vĂĄmonos partieron Al son del sonido de la maquina Un suspiro, un hasta luego PaĂąuelos y manos en la distancia


La ruta de Santiago

Con precisión quirúrgica los va escogiendo Con pasmosa habilidad los ha apartado Una vez descarriladas las esperanzas Vidas y sueños descarrilados Ojala mis letras aminoren tu dolor Mi dios los guie en el momento aciago A los que partieron hacia un lugar mejor A tus hijos ¡Galicia ¡ en el camino de Santiago.


La última estación

Catedral de Barquisimeto – Venezuela


La última estación

La palidez de los cuerpos en sus últimas horas Manos tratando de aferrarse a la vida Que rauda va emprendiendo la huida Entre ayes y silencio la muerte llega sin demora. Para el menesteroso, su peor pecado es la pobreza De mengua fallece sin dolientes Ni una flor, ni amigos ni parientes Llevará a al cementerio su cortejo de tristeza. Angustiosa espera del llamado que no llega Del nombre que no quieres oír


La última estación

Un mundo reducido a lo que a la vida te apega Y que solo la fe en Dios te ayuda a resistir De tragedias ajenas te vas empapando Ya es tuyo el dolor del compañero Lloras la muerte de quien no has conocido Y tu corazón se torna más puro, más sincero. Ese frio silencio que recorre las salas Ya ha cobrado lo que andaba buscando Entre gritos y carreras se va llevando A él , que antes caminaba y ahora tiene Alas.


Este libro virtual se encuentra registrado y protegido los derechos de autor Signos Vitales _ LMSD1 C贸digo: 1401199857267 Fecha 19-ene-2014 15:37 UTC Licencia: Todos los derechos reservados


Este libro virtual ha sido diseñado y realizado por Marisa Aragón Willner, poeta y narradora argentina en auspicio a la obra poética del autor venezolano Luis Miguel Sánchez Díaz , compañero de letras en Parnassus, Patria de Artistas.


Signos Vitales Luis Miguel Sánchez Díaz



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