SEMILLEROS DE INVESTIGACION: OTROS MODOS DE HACER INVESTIGACIÓN Y DE HACER UNIVERSIDAD Alberto Martínez Boom Debo admitir que ver reunidos aquí 500 jóvenes es alentador para el espíritu. Este encuentro se ha convertido en pretexto para arriesgarnos a pensar la investigación, encuentro que se convierte en excusa para hablar de la universidad, encuentro que ante todo sugiere reconocer un interés común en nosotros: formarnos como investigadores, y por supuesto tomar direcciones que nos orientan por nuevos caminos. Entiendo que los semilleros de investigación son más que un grupo de estudiantes. La investigación en sí misma es ya un proyecto de vida, además de aportar en el orden académico y en el orden de los saberes en busca de fortalecer una comunidad de conocimiento. Los semilleros son también reunión de pichones de intelectuales comprometidos con la vida, que asumen frente a la guerra la posición del tercer excluido, es decir de aquel que es capaz de pensarse por fuera de los bandos de la guerra pero también de diferenciarse del que se asume como víctima. Se preguntarán entonces por ese compromiso vital que en tantos lugares escuchamos, y que se le demanda al académico, al intelectual desde varios discursos y sectores. Considero que la contribución que como intelectuales podemos aportar para que el país sea distinto, es la pasión por el pensamiento y por la vida. Hacer país de otra manera, es asumir un modo de vida distinto. ¿Cómo la academia contribuye a hacer país? Si no le encontramos sentido a lo que hacemos y lo que somos como investigadores, no lograremos asumir la vida como potencia. En ese sentido de lo que se trata es de la afirmación de la vida misma, y de los riesgos del pensar. El pensamiento se conecta en momentos, en instantes, siempre es en contra de algo, si no es así no se produce nada. Los semilleros de investigación no nacen desde el primer momento en que se constituyen como grupo, no es la sola propuesta de consolidarlos la que les permite aparecer como figura visible, sino la formas en que se van tejiendo en un cruce de múltiples pensamientos, y se constituyen en un cuerpo receptivo que además permiten observar nuevas representaciones, que no se han hecho hasta el momento y posibilitan procesos de conectarlas con otras. Ahora bien, lo que respalda la investigación es el grupo como tal, así se rompe la antigua concepción del alumno que Zuleta criticaba, ese precisamente es el por qué de la flojera, donde se involucra una actitud facilista para conseguir respuestas y tranquilizarnos. Una tranquilidad y pasividad nocivas, que evitan el pensamiento. Esculquemos los bolsillos de las viejas comprensiones de la investigación: ¿Qué se ha entendido por investigación? En el contexto universitario se ha dado tal remolquete para hablar de la práctica de los profesores en aquel dominio, en el que se ordena un conjunto de pasos que por un camino tranquilo llega al resultado; es la vieja idea de alimentarse de teorías que en principio tienen respuesta para cualquier tipo de cuestionamientos y cuyo preocupación primordial se coloca en el informe final, con sus márgenes y su marco teórico, es lo que en la nueva jerga, se denomina, se reconoce y se avala como investigación y que
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