CULTURA Año 2 . Número 5 . Octubre de 2016 . Tishrei 5777 . Cultura . AMIA . ISSN 2451-7011
Sucot ESCRIBEN INTRODUCCIÓN: DR. AGUSTÍN ZBAR, PROF. DERECHO CONSTITUCIONAL UBA RAB. RAFAEL FREUE: "HOY...SI MI VOZ ESCUCHARÁN" RAB. DR. FISHEL SZLAJEN: "SUCOT, DIALÉCTICA Y NIHILISMO COMO SIGNIFICADO" RAB. ABRAHAM SERRUYA: "BAJO LA SOMBRA DE LA FE" RAB. DANIEL GROISMAN: "SUCOT, TIEMPO DE NUESTRA ALEGRÍA" RAB. TZVI GRUNBLATT: "UNA CABAÑA QUE ALBERGA EL ENIGMA PROFUNDO DE LO TERRENAL"
NUEVO LANZAMIENTO DE MILÁ PARA CHICOS!! COLECCIÓN “EITÁN Y OLI, EL EXTRATERRESTRE” VOL. I: “MANZANAS PARA ROSH HASHANÁ” Con “Manzanas para Rosh HaShaná”, el Departamento de Cultura de AMIA inaugura la colección “Eitán y Oli, el extraterrestre” con el objeto de transmitir, en forma amena y bajo un lenguaje coloquial y amigable, los principales conceptos sobre las festividades judías. Esta iniciativa, la cual abarcará B"H todos los "jaguim", cumple con la misión de generar distintas herramientas que faciliten los procesos formativos del judío en la comunidad Argentina; conservando y promoviendo a su vez el patrimonio judío constituido por conocimientos, representaciones, expresiones, más sus espacios específico.
Todo interesado en este material para uso escolar o particular puede contactarse por email a: cultura@amia.org.ar
¡SHALOM Y BENDICIONES PARA CADA UNO Y PARA NUESTRA QUERIDA COMUNIDAD EN EL AÑO QUE SE INICIA! BS'D No da lo mismo habitar entre judíos que vivir en una comunidad judía. Sucot es una maravillosa oportunidad para reconocer las fragilidades que amenazan o afectan tanto nuestra existencia individual como colectiva y entonces, con alegría, reconstruir, reinventar y recrear. Recordemos dos cosas: una comunidad fuerte ayuda a todos a estar mejor y la alegría de todo el año empieza en Sucot. El mundo que nos toca no está fácil: la inseguridad se alimenta de las drogas peligrosas consumidas fuera de todo freno o control, la confianza entre las personas se corroe por la insensibilidad y la corrupción de las palabras y los gestos, las redes sociales más que conectarnos nos aíslan, la televisión distrae nuestras vidas, y para colmo cada vez es más difícil encontrar la atención para conversar tranquilamente en la familia. En la sociedad pareciera que la ética no existe, los dirigentes parecen muy lejanos, con sus propias discusiones y su altiva intolerancia no ayudan a cambiar los paradigmas de una corriente global que ya parece demasiado fuerte para resistir y nos arrastra. ¿Estamos condenados a vivir en un mundo así? ¿Es lo que queremos legar a nuestros hijos y nietos, o podemos hacer algo para cambiar la situación? Podemos parar, es más fácil de lo que parece y debemos hacerlo para reorientar la marcha; ¿Cómo hacerlo? El judaísmo vivido en comunidad nos espera en la Sucá para aprender lo fundamental. Nadie debe perderse la experiencia de estar aunque sea un ratito de los días de Sucot dentro de una Sucá para comenzar a cambiar. ¿Qué es una Sucá? Formalmente es una vivienda precaria de tres o cuatro paredes endebles y un techo vegetal, en la cual moramos durante siete días, para acordarnos y
Cultura קולתורהes un publicación periódica de A.M.I.A. (Departamento de Cultura). Pasteur 633 (C1028AAM), CABA. www.amia.org.ar. Tel. (5411) 4959-8800. Director: Rab. Dr. Fishel Szlajen. cultura@amia.org.ar. Registro Propiedad Intelectual en Trámite. Prohibida la reproducción total o parcial de textos o fotos sin autorización previa del Director. Derechos Reservados. Impreso en Argentina. ISSN 2451-7011
agradecer a Dios que nos proveyó de vivienda al salir de la esclavitud en Egipto. Pero su significado es mucho, mucho más profundo y cada uno merece averiguarlo si no se niega a tener una verdadera experiencia espiritual. ¿Por qué se festeja Sucot justamente en estos días? La Torá podría haber elegido cualquier fecha ya que transcurrieron años en el trayecto hacia Israel. Pero quizá Dios nos está simbolizando cuál es la manera de poder vivir con un poco de equilibrio y cordura. Y eso es posible si cultivamos nuestra espiritualidad y aprendemos a dejar de lado nuestros egos e intereses personales, y ubicamos en su justo lugar al mundo material. Si logramos saber y entender que todo lo que nos rodea es superfluo, que lo importante está dentro de nosotros mismos y en la vida comunitaria, así podremos evitar la poderosa influencia de nuestro entorno y ser parte del pueblo de Israel. Eso es Jag HaSucot. Dejar por unos días nuestra casa para habitar en la Sucá de paredes endebles y techo de hojas, sin más preocupaciones que estar rodeado de familia y algunos amigos en un clima de pura alegría para reflexionar sobre qué es realmente importante, qué vale la pena en este brevísimo paseo por el mundo que nos toca hacer. Hablemos sobre la importancia de estar unidos y de ser correctos, de servir al prójimo, de hacer el bien sin intereses personales sino sólo para cumplir la voluntad del Creador. Esa es nuestra gran riqueza, quizá la mayor herencia que podemos transmitir a nuestros hijos. Afiancemos los lazos entre nosotros, nuestros contemporáneos, nuestros seres queridos, aprovechemos para conversar, escucharnos, profundizar sobre los valores y los sentimientos que cada uno de nosotros trajo hasta aquí. Y desde la fragilidad de la Sucá aprendamos a sostenernos y a proyectarnos como individuos y como comunidad de judíos. Que tengamos un año bueno y dulce, de unidad, de alegría y por sobre todas las cosas un año de paz. Shaná Tová uMetuká! Dr. Agustín Zbar
Abogado y Procurador, UBA 1988. L.L.M. (Master in Law), Harvard Law School. Profesor Adjunto Regular de Derecho Constitucional Facultad de Derecho y Cs Ss, UBA (desde 1996 a la fecha). Profesor Titular Regular de Derecho, Colegio Nacional de Buenos Aires, UBA (desde 1991 hasta la fecha). Miembro del Consejo Directivo del ILSE (desde 2015). Secretario Legal, Técnico e Institucional de la Auditoría General de la Nación 2007-2009. Procurador General de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. (Decreto 1270-GCBA-2006). Diputado de la Nación (Mandato Cumplido 10/12/05). Legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 1997-2000.
Rav Aharon Yehuda Leib Shteinman
- Rab. Dr. Fishel Szlajen -
La alegría es una de las bases del judaísmo. que en Sucot (cabañas) hice habitar a los hijos La Torá reclama de la persona que cumpla los de Israel cuando los saqué de la tierra de Egippreceptos no sólo para cumplir con su obligato” (Vaikrá 23). ¿Cómo eran esas cabañas? ¿Para ción, sino que debe realizarlos con un sentiqué sirvieron? ¿Por qué debemos recordarlas? miento de regocijo y felicidad. En el capítulo Cuando leemos la explicación del Talmud en 28 del libro de Debarím, se enumeran distinSucá 11 nos encontramos con distintas opiniotos castigos que recaerán sobre el pueblo de nes al respecto. Ribi Eliezer sostiene que “las Israel si se apartara del camino de Hashem. cabañas” eran las nubes celestiales que los ¿Cuál es la raíz que originará ese comportarodeaban en el desierto, protegiéndolos de miento? La misma Torá lo previene: “Porque las inclemencias del tiempo y de los enemino serviste al Eterno, tu Di-s, con alegría y con gos que se presentaran. De acuerdo con este bondad de cocriterio, recorrazón” (Dedar este suceso barim 28). Se año tras año resobreentiende nueva nuestra “salimos en Sucot que este tema fe en el Todopode nuestras casas y adquiere aún deroso que hizo más relevancia esos milagros habitamos en Sucot en la celebracon nuestros recordando que ción de las fesantepasados. hubo épocas en que tividades. Pero Pero por otro entre todas lado, el Talno tuvimos ni tierra ellas, la fiesta mud menciona ni casas para vivir... de Sucot es la la idea de Ribi que se conoce Akiba, quien con el nombre sostiene que las especial de “la fiesta de la alegría”. En discabañas del desierto eran similares a las tintos versículos la Torá llama a Jag HaSucot que hoy construimos para celebrar Sucot. con este nombre: “Y se alegrarán delante de Según su criterio, no representaron ningún Di-s siete días” (Vaikrá 23), “Jag HaSucot harás milagro especial. ¿Por qué entonces debemos para ti siete días... y te alegrarás en tu fiesta... recordarlas todos los años? ¿Cuál es el mensay estarás alegre” (Debarim 16). ¿Por qué tanto je educativo que adquirimos? Para encontrar reclamo de alegría en Sucot? ¿En qué se difela respuesta, debemos analizar la explicación rencia del resto de las festividades? ¿La oblidel Rashbam: “la fiesta de Sucot se celebra en gación de alegrarse está relacionada con la de la época de la cosecha, en donde las casas están habitar en la Sucá o son dos hechos indepenrepletas de trigo, vino y aceite... Debemos recordientes? Intentemos analizar el tema. dar que HaShem nos mantuvo en el desierto durante cuarenta años y así sabremos agradecer a En muchas oportunidades comentamos cuál Quien nos dio las casas llenas de bienestar. Que es el enfoque que debemos dar al análisis de no se escuche en vuestros corazones: “mi fuerza los motivos de los preceptos. No debemos iny el poder de mi mano me dio esta victoria...”. tentar comprender el sentido de cada uno de ellos, sino cumplirlos porque esa es la voluntad de Di-s. El caso del precepto de la Sucá es distinto. La propia Torá nos da la explicación del mismo: “para que sepan vuestras generaciones
Por eso, continúa explicando el Rashbam: “salimos en Sucot de nuestras casas y habitamos en Sucot recordando que hubo épocas en que no tuvimos ni tierra ni casas para vivir... y
este es el motivo por el que HaShem fijó la fiesta de Sucot en la época de la cosecha, para que no se nos enorgullezca el corazón por las casas llenas de bienestar”. De acuerdo con esta explicación, entendemos que la Sucá es una protección para la persona, ya que abandona durante siete días su hogar en el preciso instante en el que todo lo material se encuentra en él. De esta forma, el peligro que implica la riqueza desde el punto de vista espiritual se supera, al alcanzar la persona un sentimiento de humildad y anulación frente a Di-s. Con esta base, podemos comprender por qué la Torá nos ordenó cumplir con la Mitzvá de Sucot en el mes de Tishrei y no en el de Nisán en el que realmente salieron de Egipto. Muchas respuestas se dan a esta pregunta y una de ellas está íntimamente relacionada con la explicación mencionada anteriormente. Se refiere a que precisamente en el momento de la abundancia debemos recordar estos principios que deben sostener nuestra fe. Debemos salir de nuestro hogar fijo y habitar en un hogar transitorio, simbolizando así que somos peregrinos en este mundo y no podemos confiar en todo lo material que poseamos, sino sólo en la sombra de Di-s reflejada en la Sucá con todo lo que ello implica. Ahora quizás podamos comprender la estrecha relación que existe entre la alegría y la fiesta de Sucot. Podríamos preguntar: ¿Se puede alegrar la persona teniendo lo mínimo elemental para vivir como sucede en la Sucá? La respuesta es afirmativa, porque la verdadera alegría se encuentra únicamente en lo espiritual al elevarse de la búsqueda de los placeres materiales. Quien corre por el dinero, nunca se encontrará satisfecho con lo que posea y siempre sentirá que algo le falta. Lo material no es la receta de la alegría, sino de la sed que nunca le permitirá sentirse satisfecho. La humanidad entera corre en busca de la felicidad. Sin embargo y a pesar de los adelantos tecnológicos que constantemente mejoran la calidad de vida, el mundo es cada vez más inRab. Yissachar Dov Rokeach (5to. Belzer Rebbe)
feliz. Nuestras abuelas que no disponían de microondas o lavarropas automáticos, por mencionar sólo algunas de las comodidades que hoy existen, eran mucho más felices que las amas de casa que disponen de todo el progreso actual, además de tener quizás dos o tres mucamas que les realizan las tareas del hogar y en algunos casos -lamentablemente- también educan a sus hijos. El Talmud en Sanhedrín 98 nos da la clave del tema, cuando comenta que Ribi Iehoshua ben Levy se encontró con Eliahu HaNabi en la puerta de la cueva en donde está sepultado Ribi Shimón ben Iojai y le preguntó: “¿Cuándo vendrá el Mashiaj?”. Eliahu HaNabi le respondió que fuera él mismo a preguntarle a las puertas de Roma en donde lo encontraría. Lo podría identificar entre unos pobres que soportan sufrimientos y tienen el cuerpo lleno de vendas con las que cubren sus heridas. El Mashiaj se diferencia del resto en que cambia las vendas de a una por vez, ya que en cualquier momento puede ser llamado por Di-s para traer la Redención al mundo y en ese caso no desea demorarse ni siquiera un instante de más. Ribi Iehoshua ben Levy lo encontró y le preguntó cuándo vendría. El Mashiaj le contestó: “hoy”, luego de haberlo saludado diciéndole: “Shalom para ti, hijo de Levy”. Cuando Ribi Iehoshua regresó de Eliahu HaNabi, éste le dijo que le había asegurado el Olam HaBá para él y para su padre por la manera en que lo había saludado. Para que Ribi Iehoshua ben Levy no pensara que el Mashiaj lo había engañado al decirle que vendría en ese día, Eliahu HaNabi le explicó que el sentido de esa respuesta era lo que el rey David dijo en el Tehilim 95: “Hoy, si Mi voz escucharán”. Más allá de intentar analizar este suceso que narra el Talmud, podríamos preguntarnos: ¿por qué el Mashiaj no trae aún la Redención al mundo? ¿No podría aguardar en un lugar geográfico más apropiado tal como en la propia Ierushalaim por ejemplo? El Maharal de Praga explica que “las puertas” reflejan el final, el extremo de la ciudad. Roma, por su parte,
es el símbolo del materialismo a lo largo de todo el Talmud, es el centro del egoísmo y orgullo, es la que lleva la bandera de la búsqueda de los placeres contrarios a lo espiritual. Allí, en el final del materialismo se encuentra el Mashiaj. Cuando el mundo llegue al extremo y comprenda que esas bases materiales lo llevan a su entera destrucción, ahí vendrá el Mashiaj. No estamos lejos, basta observar lo que hoy sucede en la vida. ¿Cómo hará el Mashiaj para traer la Redención? Lo podemos deducir de lo que comenta el Talmud en esa misma sección al recordar el versículo de Zejariá 9: “será (el Mashiaj) un pobre montado sobre un burro”. ¿Por qué un pobre? ¿No sería mejor que se presentará en un tanque de guerra moderno o en un avión supersónico o quizás en una nave espacial? El significado es mucho más profundo. El término “Aní” que normalmente significa “pobre”, en este caso no debe ser interpretado en forma literal, sino por la raíz “Anavá” de la que proviene, que significa “humildad”. El rasgo que por excelencia destacará al Mashiaj será su sencillez y modestia. En forma similar el término “jamor” (burro), proviene de la raíz “jomer” (materialismo), ya que el Mashiaj vendrá “montado sobre un burro”, o sea que estará por encima de lo material, ya que tendrá un dominio absoluto sobre las necesidades del cuerpo humano. ¿Cómo se obtiene la felicidad? La podemos encontrar donde existe integridad, donde nada falta y la persona se siente completa de verdad. Tener absolutamente todo es el símbolo de la felicidad, pero nos equivocamos al creer que la búsqueda de lo material y de los placeres nos dará esa satisfacción. Cuando alguien adquiere -por ejemplo- un automóvil último modelo siente una alegría muy especial, pero que perdura sólo hasta que se entera de que existe un modelo aún más nuevo que el suyo. En ese instante, cree tener un automóvil antiguo por más que sólo hayan transcurrido unos meses desde que adquirió el suyo. ¿Y qué sucederá si su amigo o vecino adquirió el último modelo?
La tristeza se reflejará en su corazón al sentirse postergado continuamente. Se trata sólo de un ejemplo de lo que sucede en la vida diaria con las cosas materiales. Nunca darán una plena satisfacción a la persona, porque siempre observará el punto negro que oculta todo lo positivo que pueda existir. ¿Qué sucede con una madre que casa a su hijo y realiza una fiesta espectacular con cientos de invitados? Su alegría es enorme, pero siempre habrá algo -por más pequeño que sea- que le hará sentir que no llegó al cien por cien de felicidad. Quizás su consuegra tenía un vestido más fino que el suyo, quizás algunos invitados que no concurrieron a la fiesta o algún detalle de la misma que no fue previsto como correspondía, harán que su alegría no sea completa. Lo espiritual no es así: “La Torá de Di-s es íntegra y renueva el alma” (Tehilim 19). No hay manera de explicar lo que la persona siente luego de una clase de Torá en la que se esforzó por comprender con profundidad lo analizado. ¿Acaso alguien o algo podrá sacarle lo que consiguió? ¿Podemos explicar la alegría interna que se siente al ayudar a una persona ciega a cruzar la calle? ¿Cuál es nuestro sentimiento luego de colaborar para que una persona imposibilitada
Rav Jaim Kanievsky
pueda realizar algo que no le era posible por sus propios medios? ¿Existe algo que se compara con la dicha de un padre de llevar a su hijo en el día de su Bar Mitzvá al Beit HaKneset a celebrar ese momento? Nada material será comparado a cualquiera de estas u otras Mitzvot que la persona realice y que le otorgarán su verdadera felicidad. El Mashiaj enseñará a la clase humana al sobreponerse al materialismo, a que el cuerpo sirva al espíritu por el propio beneficio de la persona. Como escribe el Rambam en la carta de Musar a su hijo: “el mundo se compara a una persona que se encuentra sentada al lado de un horno en un día de pleno invierno. Si se sienta sobre el horno se quemará, si se aleja demasiado no tendrá provecho del calor. Sólo estar a una distancia media le provocará la mejor satisfacción”. Ese equilibrio maravilloso es la base de los preceptos de la Torá. Quien se conduce con ellos encontrará la felicidad en la vida, será dichoso en este mundo y disfrutará en el venidero. No debemos creer que la alegría proviene de factores externos, podemos encontrarla en nuestro interior, en nuestro espíritu. No es necesario pastorear en campos extraños para encontrarla, nuestras propias raíces nos llenarán de ese bienestar. Prácticamente nos encontramos en el comienzo de un nuevo año. HaShem nos dio el precepto de la Sucá para que estas bases de nuestros Sabios escritas en este comentario guíen nuestra vida, para que sólo tomemos de este mundo lo necesario para vivir en él y que el verdadero objetivo sea llenarnos de espiritualidad para ir al encuentro del Redentor del mundo. ¿Cuándo? Hoy, pero por supuesto, sólo “si Mi voz escucharán” (Tehilim 95).
En Números 29:12-36, se ordena que en esta festividad de Sucot se sacrifiquen en total 70 terneros. El primer día 13, el segundo 12, el tercero 11, el cuarto 10, el quinto 9, el sexto 8 y el séptimo y último día, 7 terneros. Sumando dichas cantidades, se tiene un total de setenta (13+12+11+10+9+8+7=70). Y luego en Sheminí Atzeret se sacrificaba un solo ternero. Por otro lado, el Talmud, en su tratado de Sucá 55b nos dice en boca de Rabí Eliezer que los setenta terneros son para expiar a las setenta naciones del mundo y para lograr la paz entre ellas. Dichas setenta naciones, son las primordiales, descendientes de Noaj a través de sus tres hijos Shem, Jam y Iéfet, tal como lo describe el capítulo 10 del Génesis. Aquí RaShÍ comenta por un lado que, dado los ruegos por lluvias, precisamente en Sucot, esto incumbe también a todas las naciones del mundo y por ello se expían por ellas; y por el otro, que la progresión descendente de los sacrificios signa la similar aniquilación de las naciones. Es en este mismo sentido que en el siglo VI a.e.c., el profeta Zacarías (14:16-19) dice “Y sucederá que todos los que quedaren en todas las naciones que vinieron contra Jerusalem, subirán de año en año para adorar al Rey, Señor de los ejércitos y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos (Sucot). Y acontecerá que, si cualquiera de las familias de la tierra no subiere a Jerusalem, para adorar al Rey, el Señor de los ejércitos, no caerá lluvia sobre ella. Y si la familia de Egipto no subiere ni viniere, habrá en ella la plaga con que HaShem herirá a las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos.” Pero la cita talmúdica prosigue explicando que el motivo del sacrificio de un solo ternero en Sheminí Atzeret, es para la ex-
piación de una sola nación, la de Israel. Luego, dicha explicación es alegorizada mediante un rey quien ordena a sus sirvientes hacer un gran banquete continuo durante varios días pero que, en el último día, requiere hacer un banquete pequeño sólo entre él y su amada; finalizando luego con las palabras de Rabí Iojanán quien se lamenta por las naciones del mundo que no saben lo que perdieron al ser destruido el Beit HaMikdash, dado que allí se expiaba por ellos. Sin embargo, en la Pesikatá d´Rav Abá bar-Kahana (28, Sheminí Atzeret), una hermenéutica homilética datada del siglo V-VII e.c., se nos dice que, así como los setenta terneros expiaban por las setenta naciones para que no fueran removidas del mundo; citando ahora el Salmos 109:4 “en pago de mi amor me aborrecen, pero yo oraba por ellos”, dichas naciones están protegidas por las Tefilot en lugar de los sacrificios. Aquí podemos observar que de acuerdo con RaShÍ y Rabí Iojanán, a los gentiles les fue concedido la bendición divina por virtud de los sacrificios, de los korbanot, pero ahora ellos están condenados a la aniquilación precisamente por la ausencia del Beit HaMikdash y la imposibilidad de implementarlos. Sin embargo, y por otro lado, acorde a la Pesikatá, las 70 naciones, los pueblos del mundo, no desaparecen dado que la Tefilá, ahora, suple el rol de los sacrificios. Lo importante aquí y a los efectos de analizar el significado de estos sacrificios, es la dialéctica entre la pluralidad de Sucot, sacrificando 70 terneros para la expiación de las 70 naciones del mundo y la particularidad de Sheminí Atzeret, sacrificando uno sólo para la expiación del pueblo de Israel. Dicha
misma tensión dialéctica encuentra expresión, hoy, ya no en los sacrificios sino en las plegarias, en las Tefilot, durante el transcurso de Sucot, reflejándose específicamente en las costumbres de los judíos sefardíes, en el Sidur Tefilat Iesharim, cuando dice: Nuestro Padre en los Cielos, en la antigüedad nuestros ancestros sacrificaban a Ti en la fiesta de Sucot setenta terneros para la paz y el bienestar de las naciones del mundo. Y nosotros, Tu santo pueblo Israel, te implora en esta consagrada festividad, desde Jerusalem, la ciudad de la paz, desde Tzión, la sede de Tu Gloria: Por favor, ten misericordia sobre los países y naciones, y mantenlos fuera de las guerras que destruyen el mundo, Tu tierra. Nosotros te rogamos, Rey de la paz, implanta rápidamente en los corazones de todas las naciones un espíritu de paz y hermandad para unánimemente sellar el pacto de paz para siempre, tal como Tú lo has destinado en las palabras de Tus santos profetas en la visión del final de los días, Amén y Amén. Es posible observar aquí la protección del balance, en el judaísmo, entre el particularismo y su rol colectivo y general, sin necesidad de reducir a una mismidad a todo quien sea diferente, violentando las alteridades. En este sentido, el judaísmo es habiente de los siete preceptos noájicos para los gentiles, rindiendo así culto a D-s, y quienes de ellos los cumplan serán piadosos entre las naciones, sin necesidad de ser judíos obligándose a cumplir los 613 preceptos. Maimónides mismo escribió en su Mishné Torá (Leyes de Reyes 11:8), y en el contexto de las leyes noájicas, que “Todo quien acepte los 7 preceptos noájicos y sea cuidadoso de observarlos, es considera-
do piadoso del mundo y tiene lugar en el mundo por venir. Y estos son quienes los acepten y observen debido a que HaShem lo comandó en su Torá y los informó a nosotros vía Moshé Rabeinu; que los hijos de Noaj fueron comandados desde el principio por estos 7 preceptos. Pero si los observan por los puros dictados de la razón, tal persona no es considerado un Guer Toshav y tampoco un piadoso del mundo ni uno de sus hombres sabios. En esta cita se observan dos facetas, las cuales se detallan en los siguientes ítems. A) El primer aspecto es el que dio comienzo a este artículo, y manifiesta que el judaísmo, como cultura salvífera no predica dicha salvación del alma bajo una mismidad e identidad de culto, sino del objeto de culto, que es D-s. Por ello el judaísmo no es proselitista ni predica ser un culto katholikós (del griego καθολικός) lo cual significa “universal”, absoluto y mismo para todos, o más literalmente unum versus alia “lo uno contra todo lo otro”. Y esto es porque no necesariamente el individuo, en el judaísmo, debe ser judío para cumplir con el culto a D-s, teniendo para ello los mencionados preceptos noájicos. Esta tensión dialéctica entre particularidad y generalidad, no sólo se refleja en Sucot mediante los mencionados sacrificios realizados por parte del pueblo de Israel y su rol general para las demás naciones, expiando por las 70 naciones del mundo y Sheminí Atzeret, donde Israel expía por él mismo; sino que también se observa dicha dialéctica entre la Ley dada por D-s a Noaj en sus siete preceptos y la Ley dada por D-s a Moshé, en sus correspondientes 613.
En este respecto, el Jajam Eliahu interior, en la parte occidental, donde se ben-Amozegh, en la Italia del siglo XIX, encontraba el Mishkán o tabernáculo, podesarrolla en su libro Israel veHaEnoshut seía en su perímetro 53 pilares, 20 de cada (Israel y la Humanidad) una teología de lado, 8 de fondo y 5 de frente. Si restamos los descendientes de Noaj, acorde a la la cantidad de pilares del perímetro protradición clásica de nuestros sabios. De pio del Mishkán respecto de la cantidad acuerdo a este autor, los judíos observande pilares del perímetro externo del Beit tes y cumplidores de su Ley serían los saHaMikdash, 60-53, resulta en 7; los 7 precerdotes del mundo y los descendientes ceptos noájicos para las 70 naciones del de Noaj, cumpliendo los siete preceptos, mundo. Y no es casual que precisamente los piadosos gentiles, oficiarían del pueen el espacio entre el Mishkán y el períblo de Israel. metro externo Desde ya, el del Beit HaJajam basó Mikdash, se esta categoriencontraba el “Por favor, ten zación macro, Kior, la fuente misericordia sobre a nivel de la de lavación, humanidad y por sobre los países y naciones, toda, tomantodo el misy mantenlos fuera do el modemo Mizbeaj de las guerras que lo del Beit HaNejoshet HaMikdash o altar de codestruyen el mundo, como si fuebre, donde se Tu tierra." ra un microrealizaban los cosmos que sacrificios. En representa la otros térmiíntegra especie humana. Luego, así como nos, dicha área es precisamente la zona de fue hecha la distinción, para distintas talos 7 preceptos en común a los que están reas y funciones entre los Kohanim “sacomandados los pueblos del mundo y el cerdotes” y el resto de los israelitas, según pueblo de Israel. él, hoy podría analogarse a nivel macro, Es posible adicionar a esta relación, la entre judíos (quienes serían los sacerafirmación talmúdica, en el tratado de dotes) y el resto de los descendientes de Sotá 32a, donde se expresa que las palaNoaj, siempre que, claro está, se estuviese bras de la Torá se escribieron en 70 lenhablando de judíos y gentiles observantes guas. Si bien hay distintas opiniones sode sus respectivos preceptos. bre ello, desde Najmánides, quien aduce Y aquí lo llamativo es que esta dualidad, que se escribió en estas 70 lenguas los esta tensión entre Israel y los pueblos del cinco libros de la Torá, o el Rab Saadia mundo es expresada incluso en la relación Gaón quien alega que en dichas lenguas entre el Beit HaMikdash y el Mishkán. Tal sólo se escribieron los diez mandamiencomo se explica en los capítulos del 25 al tos como forma de advertencia; más allá 27 del Éxodo, el Beit HaMikdash estaba de estas disputas, RaShÍ en su comentarodeado por 60 pilares, 20 de cada lado rio al Deuteronomio 27:8, el cual comanmás 10 de fondo y 10 de frente, y en su da que “sobre las piedras escribirás todas
las palabras de esta Torá, bien elucidadas”, explica que “bien elucidadas” quiere decir “en las 70 lenguas”; y también en Deuteronomio 1:5 donde afirma que “ En la otra ribera del Iardén, en la tierra de Moab, Moshé comenzó a elucidar esta Torá”, RaShÍ interpreta que Moshé la explicó en aquellas 70 lenguas. Sin embargo, según el Midrash Tanjumá (2), una de las más tempranas interpretaciones homiléticas, siglo V e.c., afirma que debe entenderse dicha expresión como los 70 aspectos o sentidos principales de la Torá. Y aunque otros no afirman esto último, dado que en dicho caso debería entonces haber utilizado la expresión Shivim Panim “setenta facetas”, el gran comentario llamado Sifté Jajamim realizado por el Rab Shabetai ben Iosef Bass en el siglo XVII, acuerda con RaShÍ y la literalidad de las 70 lenguas, agregando que esto significa que la Torá puede ser copiada por todos los pueblos, siendo abierta y accesible a cada ser humano en el mundo. Incluso el mismo nombre de Jerusalem nos manifiesta esta dualidad entre el particularismo del pueblo judío y su rol general, dado que Shalem, en Genesis 14:18, era la ciudad donde Malqui-Tzedek, quien según el Midrash era Shem, un gentil monoteísta, fue el más grande sacerdote de D-s en los tiempos de Abraham. Najmánides explica que en la Torá está escrito respecto de Malki-Tzedek, que era sacerdote de ( אל אליוןEl Elión) “D-s Supremo” para mostrar que Malki-Tzedek no era como otros sacerdotes que rendían culto a sus dioses como representación de las fuerzas naturales o espirituales, sino que Malki-Tzedek, había reconocido la existencia del D-s supremo, más fuerte y poderoso que todos los demás y que todas las fuerzas del mundo, rindiéndoLe culto. Tenemos en-
tonces a un sacerdote gentil, monoteísta, quien es el rey de la ciudad de Shalem, y que ofrece vino y pan a Abraham y lo bendice en nombre de aquel D-s supremo, de la misma forma que los descendientes de Abraham en la misma ciudad que posteriormente toma el nombre de Jerusalem, ofrecerán sus oblaciones y libaciones de la mano de sus kohanim “sacerdotes”, al mismo D-s Altísimo y Creador del universo. Así y ciertamente, no es posible tomar con liviandad los alcances de la generalidad que sigue de esta misma palabra, Jerusalem, punto topográfico focal del Judaísmo, habiéndose conformado como centro del monoteísmo desde tiempos inmemoriales. Luego, el pueblo de Israel, quien hizo por orden de D-s a Jerusalem su eterna capital, preservó el culto a D-s en su sitio tradicional. Todos estos aspectos analizados dan cuenta de una tensión dialéctica particular-general inescindible, y se manifiestan en el proceso de Sucot, Sheminí Atzeret y Simjat Torá, como culminación de un camino hacia la mejora continua pero que además recuerda la demanda al Pueblo de Israel, al Pueblo Judío, en ser luz para las naciones, siempre que primero sea luz para sí mismo sirviendo a D-s, tal como refiere el profeta Isaías (49:5-7). Y esto último toma singular relevancia en una época como la actual, donde por la gran tasa de asimilación, mediocridad espiritual, bajeza moral y crisis institucional y de liderazgos, urge sin más dilaciones y precisamente la fundamental realización de aquella demanda. Esto, en términos de aquella patente tensión dialéctica y bajo la perspectiva macro, indica que sólo se establecerá el balance entre los pueblos del mundo e Israel cuando ellos y nosotros reconozcamos a D-s cumpliendo los 7 y 613 preceptos respectivamente, dado
que esa es la común finalidad en este mundo y para lo cual fuimos creados. En dicho momento, se cumplirá lo que afirma el ya citado profeta Zacarías y que repetimos tres veces por día en nuestras Tefilot, “y HaShem será Rey sobre toda la tierra, en aquel día HaShem será uno solo y Su nombre uno solo” (14:9).
reminiscencia y continuidad espiritual de los Iamim Noraim y Iom HaKipurim, acontecidos tan sólo unos muy pocos días anteriores a Sucot, en verdad muestra al hombre dónde éste adquiere una real proporción en relación a la vida, tal como ante el juicio en aquellos días sobrecogedores y de expiación.
B) Este segundo aspecto, y con el cual finaliza este artículo, es el que manifiesta en la citada halajá de Maimónides, por la cual el cumplimiento de un precepto debido a que así D-s lo conmina, hace la radical diferencia respecto del mismo acto realizado, pero cuyo motivo es que la razón así lo conmina. Y esa diferencia es tal, que oficia de criterio para que, en este caso, el gentil, sea o no habiente de lugar en el mundo venidero; por cuanto el motivo es aquello que establece que el acto sea preceptual y por ende en culto a D-s, o bien uno bajo un positivismo ético en culto a la razón.
Esta cita bien oficia de ejemplo, a modo introductorio, para considerar al libro de Kohelet como el del extremo escepticismo e indiferencia por antonomasia ante todo valor humano, ante toda mundanidad. Por ello Kohelet, es el paradigma del libro que realiza la más radical introspección y autocrítica, constituyéndose en el arquetípico “ חשבון נפשJeshbón Nefesh” o rendición de cuentas por parte del alma.
En este sentido, la axiología conductiva y su significado como tesitura existencial del hombre frente a D-s o frente a sí mismo, se refleja en Sucot, cuando en el Shabat incluido en el período de dicha festividad, la comunidad ashkenazí acostumbra leer el libro de Kohelet o Eclesiastés, e incluso algunas comunidades pronuncian antes de su lectura la bendición que implica un mandato preceptual de leerla. Uno de los aspectos llamativos de su lectura precisamente en esta festividad donde explícitamente la Torá conmina והיית “ אך שמחy estarás únicamente contento” (Deuteronomio 16:15), es la afirmación de Kohelet que “Es mejor ir a una casa de duelo, que ir a una casa de banquete; pues aquello es el final de toda persona, y así el vivo recapacitará en su corazón” (7:2). Si bien puede verse en este versículo una
Múltiples veces y de formas variadas, Kohelet pregunta la cuestión inicial “¿Qué beneficio tiene la persona de todo su esfuerzo que se esforzare bajo el sol?” (1:2); “…qué es lo bueno para las personas para hacerlo debajo del cielo, en el número de días de su vida?” (2:3); “…qué obtiene la persona…?” (2:12); “¿qué es para la persona todo su trabajo y el quebranto de su corazón, que él se fatiga debajo del sol?” (2:22); “¿qué provecho da a la persona? […]…qué es lo bueno para la persona en la vida, en el pequeño número de años de su vana vida, que pasan como una sombra?” (6:11-12). Kohelet intenta responder a esta pregunta mediante todos y cada uno de los aspectos, planos y dominios de la realidad humana tales como la vida material, la vida espiritual, o los placeres sensoriales de todo tipo y clase. Incluso ensaya proponiendo a la sazón como respuestas, la sabiduría adquirida, la inteligencia o comprensión de la realidad, pero concluyendo a través de sus inquisiciones, no sólo que ninguna de ellas complace debido a que incluso en
la abundancia de sabiduría hay abundancia de irritación, y quien aumenta el conocimiento aumenta el dolor (1:18), sino que tampoco resulta útil ser sabio en lugar de ignorante, dado que el mismo suceso ocurrirá a todos […] como le ocurrió al necio, también a mí me ocurrirá. (2:14-15). Luego de analizar todas y cada una de dichas propuestas, Kohelet da cuenta de la incapacidad de satisfacer aquel interrogante llegando en cada caso y por claros y distintos ejemplos, a la conclusión que también esto es vanidad. Así como el ojo no se satisface de ver ni el odio de oír, lo que fue, será, el pasado se borra sin que queden recuerdos de esto ni de lo que vendrá, todo trabajo y riquezas se cederá y diluirá, sin haber nada nuevo bajo sol. Todo es básicamente esforzarse tras viento. No erraríamos de suponer que Kohelet, en el transcurso de su búsqueda por lo provechoso o bueno para el hombre, da cuenta que todas las variables analizadas no tienen valoración, estimación ni cuantía por sí mismas sino en función de lo que coyunturalmente le ofrecen al hombre, y por ello luego de doce capítulos concluye que aun la propia existencia humana por sí misma, i.e., el hombre qua hombre, en tanto parte de la realidad natural y componente de la sociedad, no posee significado. Y todas aquellas variables que Kohelet escogió para ser indagadas como posibles respuestas a su pregunta, por lo provechoso o bueno para el hombre, considerándolas preciadas al menos para las multitudes, tal como la riqueza, saciedad, el amor, la belleza, el placer, el orgullo, la intelectualidad, la plenitud y la realización, revelándose alguna de ellas incluso más amarga que la misma muerte (7:26), finalizan descubriéndose vanas, vacías de todo valor per
se y carentes de significado categórico. Claramente Kohelet afirma que Tal como ha salido del vientre de su madre, desnudo volverá a irse tal como vino; nada tomará de su trabajo para llevarlo en su mano. […] tal como uno ha venido, así se irá, … (5:1415), siendo analogado por el Midrash Kohelet Rabá (5:14) con el zorro que para entrar al viñedo por uno de los orificios en el cerco tuvo que adelgazar en extremo mediante una severa hambruna, y una vez saciado con las uvas, tuvo que nuevamente adelgazar con idéntica hambruna para salir. Una vez fuera del cerco, el zorro contempló lo vano de su empresa, dado que hambriento entró y hambriento salió. Es en este mismo sentido que el Midrash Pitrón Torá (Jukat, 187) alegoriza la ilusión y a la vez elusión de la vanidad como significado categórico, con el hecho de nacer con las manos cerradas, expresando que todo el mundo es mío, apoderándome de todo, pero falleciendo con las manos abiertas dando cuenta que en verdad nunca fue habiente de nada y se marcha tal como llegó. En otras palabras, Kohelet quiebra el significado axiológico de toda variable considerada por los sistemas éticos como valor per se, por resultar en sí mismas vanas. Pero dentro de esta indagación que manifiesta el más radical y original nihilismo, considerando vanidad de vanidades, dice Kohelet, vanidad de vanidades, todo es vanidad (1:2) y no habiendo nada bueno ni provechoso per se para el hombre, Kohelet da cuenta de la cuestión trascendental. Y esta es ¿qué es el hombre? Es decir, bajo la exhaustiva pesquisa respecto de lo bueno o provechoso para el hombre y sin haber encontrado una satisfactoria respuesta, repentinamente uno de los últimos versículos manifiesta un
cambio fundamental en la formulación y búsqueda de solución al original interrogante, afirmando que “La conclusión del asunto y cuando todo ya fue escuchado, a D-s temerás y a sus preceptos cuidarás porque esto es todo el hombre” (12:13). Cabe resaltar que dice “ כי זה כל אדםporque esto es todo el hombre” y no, porque esto es lo mejor para el hombre. Kohelet, en su profunda visión religiosa, no responde a la pregunta por lo mejor para el hombre por considerar todas sus alternativas vanas frente a D-s, incluyendo la propia existencia del hombre; sino que responde a una pregunta que no ha sido formulada y que da cuenta de la esencia del hombre, su finalidad, su contenido axiológico existencial, pero que a su vez también responde a todo interrogante anterior. Ciertamente hay significado en la existencia humana, pero sólo cuando el hombre es consciente de su estatus o condición frente a D-s, sin relación con ningún aspecto de la realidad humana que coyunturalmente pueda sobrevenir al individuo como consecuencia de dicho estatus. Y esto no es en absoluto negar la supervisión divina, sino que dicha supervisión no se refleja en lo que al hombre le parece o considera más cómodo, mejor o conveniente, sino en la forma en que el mundo se comporta a través de las propias leyes impuestas por Él. Y es precisamente en este mundo y bajo dichas leyes y su fenomenología, que acontece la demanda y exigencia al hombre para que decida o determine rendirle culto a D-s por Su propia divinidad y no por alguna consideración, beneficio, mejoría o provecho ulterior. Y esta demanda es debido y por la propia esencia del hombre. Éste, de hecho, es el significado de la de-
claración de Kohelet cuando afirma que, porque lo que le ocurre a la persona, y lo que le ocurre a la bestia, es el mismo suceso para ellos. Como muere uno así muere el otro, pues un mismo hálito de vida tienen todos. Y ventaja del hombre sobre la bestia no hay, porque todo es vanidad (3:19). Esto es, hay una negación de todo valor, sentido y significado per se, categórico, de cualquier variable o cuestión considerada provechosa para el hombre, fuera de su estatus como sujeto de culto a D-s, aun cuando de ello no devenga ningún placer, provecho o beneficio de los aceptados como tales en el dominio de los valores humanos. Resulta notorio que todo tiempo que la visión de Kohelet era antropocéntrica, donde el hombre y su provecho son el foco de su cosmovisión, existe un inescindible escepticismo incluso respecto del significado del temor reverencial a D-s y el culto a D-s, dado que estos no asisten ni son útiles en sentido alguno para el beneficio del hombre, su placer, provecho o bienestar. Precisamente porque Todo pasa igual a todos, un mismo suceso ocurre al justo, al malvado, al bueno, al puro, al impuro, al que ofrendare y al que no ofrendare. Como el bueno como el pecador, el que jura en falso como el que teme jurar (9:2). Es decir, si se trata incluso de la perfección moral como bien a perseguir, la justicia o la rectitud, fuera de las variables consideradas más naturales como el placer, también Kohelet entiende que el hombre necesita una determinación y esfuerzo para devenir en un ser moral, justo o malvado. Por ello, y si posiblemente lo bueno para el hombre sea el hacer rectitud y justicia, hay que saber que ésta no es una cuestión individual sino colectiva. Y aquí Kohelet hablando no sólo como el paradigma del hombre sabio sino también como hombre justo y rey de Je-
rusalem, sabe que acorde a la condición Respecto de la primera, Y vi yo que avenexistencial del hombre, y aun bajo las taja la sabiduría a la necedad, tal como mejores intenciones y voluntades, no es aventaja la luz a la oscuridad (2:13). Y esto posible erigir y concretar un régimen soes porque la ventaja de la sabiduría no es cial justo en el mundo. Y así lo expresa al entendida instrumentalmente para satisafirmar que, Y más he visto debajo del sol, facer necesidades, intereses o multiplicar en el lugar donde debía haber justicia, allí bienes, dado que no hay garantía de ello había maldad. Y en el lugar donde debía ni de ningún beneficio o perjuicio en térhaber rectitud, allí había maldad (3:16) […] minos objetivos para el sabio o el bruto, he visto a los tal como afirinicuos ser enma, Yo volví y terrados, que vi debajo del "La conclusión entraban y se sol, que no es iban del lugar de los ligeros del asunto y santo mismo y la rapidez, ni cuando todo ya eran olvidados de los fuertes fue escuchado, a en la ciudad vencer en las donde habían guerras, ni D-s temerás y a sus actuado de tampoco para preceptos cuidarás aquella malos sabios el nera (8:10) […] pan, ni tamporque esto es todo He visto sierpoco para los el hombre” vos a caballo, entendidos y a príncipes la riqueza, y andando en la tampoco para tierra como siervos (10:7). Pero al final Kolos poseedores de conocimientos la gracia, helet da cuenta de la existencia de aquello porque el momento de la desgracia sucedeque no es valorado ni mensurado desde el rá a todos (9:11). Más bien, la ventaja y la beneficio o utilidad para el hombre, desvaloración de la sabiduría es ella misma, de juicios, significados o sentidos hipotéy su habiente que adquiere la conciencia ticos, sino que constituye la esencia de lo de ser sabio. Pero esta sabiduría es la enhumano y el significado axiológico de su tendida por el salmista expresando que, el propia existencia. El culto a D-s por Su principio de la sabiduría es el temor a D-s propia divinidad, y no en función de (111:10); y aun cuando dicha sabiduría es alguna función que el hombre le atriaquella única en la que se le permite al buye o relaciona respecto de sus prohombre encumbrarse y enorgullecerse, pios intereses. tal como lo dice el profeta Jeremías, No se alabe el sabio en su sabiduría, ni se alaRecién aquí, es posible entender el mobe el valiente en su valentía, ni se alabe el tivo por el cual Kohelet, si bien y como rico en su riqueza. Sino que en esto se pose ha mencionado, considera vana la sabidrá alabar el que se alabare: en entenderduría y la justicia, en tanto valores humaMe y conocerMe… (9:22-23), no ampara ni nos, aparenta contradecirse, afirmando garantiza el resguardo del hombre ante que la una aventaja a la ignorancia y la adversidades, calamidades o accidentes, otra a la iniquidad. ni es funcional a una mayor seguridad o
bienestar. Tal como dice Kohelet, dicha sabiduría es a la necedad como la luz a la oscuridad, sin necesidad de requerir un beneficio a lo que ya es un beneficio. Así también lo expresa Maimónides afirmando que, cuando vemos estrechez intelectual de quien no entiende esta medida y requiere de la finalidad otra finalidad, le respondemos acorde a su necedad, tal como dice “Responde al necio con su necedad, no sea que fuera sabio a sus propios ojos” (Proverbios 26:5) (Inroducción Perek Jelek). Y similarmente, tampoco se debe requerir un castigo o pesar al necio, por cuanto el serlo constituye ya la pérdida de la valorada cualidad humana, siendo ello la más grave penalidad por devenir en un símil-humano, una sombra del hombre. Más aún, relacionado con la sabiduría se encuentra la verdad, sobre la cual recae el mismo criterio nihilista en relación con su provecho, tal como también afirma Maimónides y nuestros sabios ya nos advirtieron al respecto y dijeron: “No conviertas a la Torá en una corona para engrandecerte, ni en una azada con la que cavar” (Abot, 4:5); y ellos nos indican aquello que ya aclaré: que no hay que buscar ningún objetivo adicional en la sabiduría; ni ser honrados por los hombres, ni ganar riquezas, ni sustentarse por medio de ella; y no debe haber otra finalidad en el estudio de la sabiduría que el conocimiento de la sabiduría misma. Asimismo, la verdad no tiene ninguna finalidad que no sea el conocimiento de la verdad misma. Y la Torá es verdad, y la finalidad de su conocimiento es su cumplimiento (Introd. Perek Jelek). Análogamente acontece con el justo frente al malvado, si bien no hay ventaja funcional o instrumental objetiva, beneficio o perjuicio, de uno respecto del otro, dado que lo mismo que le sucede naturalmente a uno lo acontece al otro. Y más aún,
en el decir de Kohelet A todo he visto en mis días de vanidad. Hay un justo que se pierde conservando su rectitud, y hay un malvado que se prolonga en su mal (7:15); hay algo que sorprende, que se hace sobre la tierra: que hay justos que les llega el mal como si hicieran el proceder de los malvados; y hay malvados que les llega el bien como si hicieran el proceder de los justos. Y he dicho que también esto (ser justo o malvado) es vanidad (8:14). Pero como también dice, al justo y al malvado juzgará D-s (3:17), podría entenderse como la definitiva recompensa y castigo respectivo, y por ende una ulterior utilidad o beneficio en el justo frente al malvado. Sin embargo, esta visión anularía el concepto del reconocimiento y obediencia a D-s por su propia divinidad y sin relación alguna con lo que devenga de ello, dado que de lo contrario aquel culto no sería a D-s sino a uno mismo y sus propias conveniencias o intereses, oficiando D-s de instrumento para su consecución y por ende dejando de ser Él, el valor supremo. Y así lo atestigua el profeta Oseas en el siglo VIII a.e.c., cuando afirma porque son rectos los caminos de D-s, los justos andarán en ellos, mientras que los pecadores fracasarán en ellos (14:10), entendiendo que incluso quien cumpliera los preceptos divinos, pero motivado por su propio beneficio, no reconociendo a D-s por su propia divinidad, están dentro de la categoría de pecadores, ya que al no obtener las pretendidas ventajas dejarán de obedecer. En este sentido incluso un perverso, si viera un beneficio personal en el cumplimiento preceptual, también acataría los mandamientos. La única y excluyente respuesta es que tal como en el caso del sabio, la ventaja del justo sobre el malvado, es el propio ser justo y el saber de D-s que él es justo.
Lo mismo se predica de la ventaja del temor reverencial a D-s ante la herejía, la cual radica en que el reconocimiento de D-s por parte de la persona, cumpliendo sus preceptos, es una acción bilateral la cual implica que D-s también reconoce a dicha persona. Y ese es precisamente el mismo juicio divino para el malvado, quien no reconoce a D-s, siendo tampoco reconocido por Él, tal como se reza en Nehilá, el final de Iom HaKipurim cuando se dice Tu diferenciaste al humano desde el principio y lo reconocerás parado ante Ti. Esto mismo lo atestigua el salmista cuando al comparar al justo con un árbol plantado y firme, mientras que al malvado con un tamo que arrebata el viento, afirma Porque conoce D-s el camino de los justos, mientras que el camino de los malvados es olvidado [perdido] (1:6). Nuevamente, al justo no se le garantiza nada en términos objetivos utilitarios, a excepción del inestimable reconocimiento por parte de D-s, que él es justo, así como al malvado respecto de su maldad cuyos caminos serán olvidados dado que no conducen a D-s.
bre se hace reconocido por Él, cumpliendo con la propia y más sublime finalidad, a la que está comandado, entendiendo la diferencia entre acercarse a D-s porque me es bueno y lo que afirma el salmista, la cercanía de D-s me es buena [per se] (Salmos 73:28), esta es la tercera dialéctica que demuestra el cumplimiento preceptual como fin en sí mismo, dado que es el propio reconocimiento de D-s. A través de esta dialéctica, la condición para el significado es el nihilismo bajo el mandato Y no persigan tras sus corazones ni tras sus ojos, tras los cuales ustedes se pervierten. A fin que recuerden y cumplan todos Mis preceptos y sean santos para su D-s (Números 15:39-40); y aun cuando su plena realización estuviere por sobre la capacidad y naturaleza humana, no pierde el sentido, sino por lo contrario lo depura de todo instrumentalismo o presunción, de toda vanidad, y lo hace categórico por estar el hombre preceptuado a esforzarse en su cumplimiento, en ser santo para D-s.
Conclusión El ser sabio, justo y cumplidor de preceptos, no responde a la pregunta respecto de qué es lo bueno para el hombre, dado que no satisface necesariamente los intereses o conveniencias de éste, sino que responde a qué es el hombre y que el culto a D-s es el valor, la finalidad, y no un medio para obtener provecho. Es el propio contenido axiológico de la existencia humana, rendir culto a D-s por su propia divinidad, sin que tenga relación alguna con lo que objetivamente sucede al hombre, porque esto último es vanidad. Y si bajo el culto a D-s cumpliendo sus preceptos, el hom-
Maimonides
Ya transcurridos los famosos Iamim Noraim (Días Temerosos), Rosh HaShaná y Iom Kipur, cuando el Pueblo Judío se refugia en los Templos y con sus ardientes plegarias imploran por un año nuevo, bueno y dulce; enseguida se presenta Jag HaSucot, la fiesta de las cabañas, que por 7 días serán nuestras viviendas provisorias. Cabe preguntar cuál es la relación íntima entre los Iamim Noraim y Sucot, ya que la última se inicia a los 4 días del término del ayuno de Iom Kipur. También nos intriga el motivo de ser Sucot conocida como la fiesta de la alegría, siendo una semana de festejos sin interrupción culminando en Simjat Torá.
y dadas las condiciones climáticas de Petropolis (Brasil) donde era la Institución de Torá con internado al que tuve la dicha de pertenecer, donde en esta época del año llueve todos los días, y a veces todo el día; nosotros los alumnos que ayudábamos en la construcción de la enorme Sucá, teníamos nuestras dudas sobre cuánto disfrutaríamos esta hermosa cabaña. Aprovechando esta inquietud, decidí dirigirme al Rosh Yeshivá, preguntando cuál era el sentido de estar en la Sucá, expuestos a las inclemencias climáticas. Él me contestó con un ejemplo, difícil de olvidar….
¿Cómo convive esta expresión de júbilo “Imaginá a un niño de 7-8 años que sus y alegría bajo padres deben un techo de ausentarse de paja o arbuscasa por unas -¿Estás bien? tos, expuestos horas. El papá ¡Si papá, ahora sí! a las inclele muestra mencias del que todas las Y agarra la mano clima, frío, ventanas y del padre con calor, lluvias, puertas están vientos, falcerradas y que fuerza. ta de protecel lugar está ción contra seguro, nadie Bueno querido hijo, los insectos, puede entrar. ahora tenemos que u otras moLa mamá lestias? Norvolver a salir, pero prende todas malmente en las luces y le venís con nosotros, situaciones deja golosiy aunque se desate así, teniendo nas, juguetes que comer, una tormenta de y libritos para dormir y vique las horas rayos y truenos, vir bajo la inpasen rápido, temperie, la ¡no tendrás miedo! el niño se conpersona no vence y acepta puede evitar quedarse solo. un pequeño malestar, y preocuparse por Sin embargo a los pocos minutos siente lo que pueda ocurrir. miedo, temor, y corre a la entrada esperanHace cincuenta años atrás, en mi primer año de Yeshivá, al acercarse Jag HaSucot
do a sus padres, coloca su oído pegado a la puerta, los minutos transcurren lentamen-
te y una sensación de angustia y ansiedad se apodera de él, tiene ganas de llorar.
nes y volver a pararse en sus principios, su sistema de vida, sin abandonar sus raíces?
De repente escucha voces y pasos, le son familiares, reconoce a sus padres! La puerta se abre y un abrazo fuerte lo consuela.
La respuesta es ¡La Fe! El sentirnos cerca del Todopoderoso, saber que aun en un mundo oscuro y tormentoso Él Está a nuestro lado, nos permite estar alegres aun cuando el pronóstico es turbulento…
-¿Estás bien? ¡Si papá, ahora sí! Y agarra la mano del padre con fuerza. Bueno querido hijo, ahora tenemos que volver a salir, pero venís con nosotros, y aunque se desate una tormenta de rayos y truenos, ¡no tendrás miedo! Salen a la calle, el cielo está negro, los truenos y relámpagos, acompañados de la lluvia torrencial asustan a todos, pero el niño no teme, está feliz, tranquilo, está de la mano de su papá, que lo protege.” Así somos nosotros, me decía el Rosh Yeshivá, todo el año estamos solos, y aunque físicamente protegidos, sentimos miedo. En Rosh HaShaná escuchamos el Shofar, la voz de Nuestro Padre, en Iom Kipur sentimos Su Mano Extendida, y ahí sí, en Jag HaSucot salimos a la intemperie, felices, alegres, contentos, sin temores! El Pueblo de Israel transita una Diáspora de 2000 años, deambulando por todos los rincones del planeta, siendo blanco de envidia, persecución e intentos de exterminio. ¿Cómo puede soportar semejantes situacio-
“Vehí Sheamda Laavotenu Velanu…” Ella es la que nos sostuvo, a nuestros antepasados y a nosotros, que no sólo un enemigo nos quiso aniquilar, sino que en cada generación nos quieren exterminar y HaKadosh Baruj Hu, nos salva de sus manos, ¿Quién es ella? ¿Vehí?, la Emuná, la Fe. Nos fortifica y nos trae la salvación Divina. Al cumplir con la Mitzvá de estar en la Sucá, estamos bajo la sombra de la Fe, llenamos nuestros depósitos de este combustible espiritual, que nos lleva a seguir existiendo como Pueblo, el Pueblo Elegido por D”s para cumplir con Sus Mandamientos. Somos también un ejemplo para la humanidad buscando la paz, Sucat Shalom, como dice el Midrash, que el Mashiaj extenderá una Sucá sobre los justos, por lo tanto podemos esperar que sea reconstruida la Sucá de David, el Templo de Jerusalem, BiMherá BeIamenu, Amén.
Sucot
זמן שמחתנו
(Tiempo de nuestra alegría)
Rab Daniel Groisman
En todos los jaguim “festividades” tenemos la mitzvá de estar alegres, como lo señala el versículo ‘veSamajta beJagueja’ (y te alegrarás en tus fiestas). Sin embargo, en Sucot el versículo expresa ‘veHaíta aj sameaj’ (y estarás únicamente alegre). El Gaón de Vilna, cuyo nacimiento fue uno de los hitos del quinto milenio para el pueblo de Israel, comenta que este precepto es de los más difíciles de cumplir. ¿Cómo es posible para un iehudí lograr en esta festividad un estado de alegría constante?
La Creación y el Tiempo El primer versículo de la Torá, “Breishit bará Elokim et HaShamaim veet HaAretz” (En el principio creó HaShem los cielos y la tierra). La Torá comienza por lo sustancial: ¿cuál es el objetivo de la creación? Como lo especifica RaShÍ, la primicia del mundo es: Torá e Israel. La existencia fue concebida, diagramada y ejecutada por HaShem, según la forma en la que él mismo lo plasmó en la sagrada Torá y para una humanidad denominada Israel. Si bien estos son conceptos muy profundos, se puede asimilar la idea que transmite el Zohar: “Kudshé Brij Hu, Oraitá veIsrael, Jad Hu” (HaShem, Torá e Israel son una unidad). La Torá es el pensamiento de HaShem (su propia esencia), e Israel es el género humano para el cual fue concebida y ejecutada la creación. Israel nace para ser Torá, para ser el ejemplo vivo de los valores de HaShem. Es por ello que el Zohar también menciona que HaShem creó al mundo contemplando la Torá, como plano de la misma creación. Todo lo presente en ella fue diseñado para hacer factible la forma de vida que HaShem concibió óptima para el ser humano.
El tiempo y el espacio han sido parte de este proceso de creación, marcando los límites al hombre , dentro de los cuales puede elegir ser Israel. La máxima novedad en términos temporales está en el año. Una vez transcurrido un año, el hombre se encuentra ubicado en el mismo tiempo. En este sentido, el tiempo no es neutro sino que tiene su sesgo. Rosh HaShaná es el aniversario de la creación del hombre (sexto dia de la creación) y cada vez que llegamos al primer día de Tishrei, nos situamos en el momento en que HaShem toma la decisión de crear al hombre y precisamente por ello dicha fecha es Iom HaDin, el día del juicio, la oportunidad ideal para evaluar la gestión del hombre, la renovación de su creación en conjunto con sus recursos. Iom Kipur es el aniversario del perdón de HaShem al pueblo de Israel por el pecado del becerro de oro. Luego, el día diez de Tishrei permanece con su sesgo para ser el día de la expiación de los desvíos del pueblo de Israel. Y así, cada día del año es una estación de un viaje circular que el hombre realiza anualmente, y con esta idea, el éxito en la vida se concreta cuando el iehudí se eleva año tras año, arribando a cada estación de cada día en un nivel espiritual más alto, logrando merecer el nombre de Israel cada vez con mayor calidad cualitativa y cuantitativa. Queda claro, entonces, la trascendencia de conocer la tendencia de cada tiempo para poder utilizar este sesgo para el crecimiento esperado por nosotros. La Festividad de Sucot Sucot es el vértice final de dos sistemas de Moadim o “épocas festivas”. Por un lado Pésaj, Shavuot y Sucot, mientras que por el otro: Rosh HaShaná, Iom Kipur y Sucot.
El sistema Pésaj-Shavuot-Sucot , conocido como los tres "regalim" en los que el pueblo de Israel se trasladaba al Beit HaMikdash para encontrarse con HaShem, tal como dice el versículo, refiere a tres fundamentos del judaísmo.
cotidiano podemos sentir la conexión con nuestro creador, lo que nos provoca la máxima alegría. El entusiasmo del ser Israel. El privilegio de haber nacido iehudí.
Así el sistema Pésaj-Shavuot-Sucot nos Pésaj es la revelación de HaShem. En el conecta con los tres pilares fundamentaéxodo de mitzraim el creador se mos- les de la creación: HaShem-Torá-Israel. Mientras que tró a todo el Rosh HaShaná mundo con - Iom Kipur una contunShavuot es la entrega Sucot son en dencia únisu conjunto, ca. El faraón de la Torá en donde se el estímulo preguntó a transmite la forma de adecuado para Moshé: ¿quién que todo iees HaShem? vida que enaltece al hudí consiga Toda la huiehudí y le proporciona tener éxito en manidad caplos instrumentos para su vida, i.e., tó claramencumplir con te el axioma: cumplir con su objetivo. su misión. HaShem es Para consela causa de guir este obla existencia humana. Por ello, Pésaj es la fiesta del de- jetivo es prioritario que comprendamos el rej eretz (afabilidad, buenas costumbres). deber de cambiar mejorando para elevar Cuando se registra la presencia de nuestro nivel espiritual. HaShem es posible desarrollar buenas miEl primer día de Tishrei, HaShem juzga dot o “caracteres conductivos”. a todos los seres humanos, evalúa lo que Shavuot es la entrega de la Torá en donde estamos haciendo con todos los recursos se transmite la forma de vida que enaltece que pone a nuestra disposición y decide al iehudí y le proporciona los instrumentos una nueva asignación para el año entrante. Este juicio es para ayudarnos a finalizar para cumplir con su objetivo. una etapa y comenzar a tomar conciencia Sucot, la tercera columna del trípode del hecho que el mundo tiene un único ya mencionado, representa a Israel. Por dueño y que somos sólo criaturas cuya eso es el tiempo de la alegría. El júbilo e existencia depende de Su Voluntad. inspiración que nos invaden al tomar conciencia de ser los destinatarios de toda El reconocimiento del señorío de HaShem la creación, a quienes HaShem entregará es básico para ubicarnos correctamente en el mundo y dejar de actuar como si su más preciado objeto, la Torá. nosotros fuésemos los dueños. De esta Todo iehudí puede experimentar el forma podemos reformular proyectos sentimiento de esa alegría al entrar a que tengan más relación con nuestra la Sucá, donde lejos del materialismo verdadera función.
Iom Kipur, el día diez de Tishrei, es en el que más nos desprendemos de nuestro cuerpo y todo lo material para que con valentía miremos en nuestro interior y aprovechemos esta única y milagrosa oportunidad que HaShem nos brinda para reparar los errores del pasado y retirar de la creación la destrucción que produjeron nuestros desvíos. El ayuno es el estímulo adecuado para plantear un diálogo y comunicación estrecho con HaShem que nos permita reconocer, arrepentirnos y comprometernos a futuro, a no repetir nuestros errores. El iehudí se encuentra a sí mismo a la salida de Iom Kipur con una persona nueva, más liviana y con la energía para encarar un proyecto de crecimiento sostenido. Ésta es la realidad que nos ubica en Sucot, precisamente en el tiempo de nuestra alegría cuando entramos a la Sucá con el entusiasmo devenido del que HaShem aceptó nuestra Teshuvá y la inspiración que nos provoca vislumbrar un futuro en un nivel superior. Son entonces dos columnas principales las que nos pueden permitir cumplir con la mitzvá de estar constantemente alegres. a) El comprender, asumir y agradecer la posibilidad de ser Israel, destinatario de la creación y operador fundamental de la misma. b) El haber aprovechado la posibilidad de hacer Teshuvá, y haber reparado los daños provocados. Es por ello que el Talmud enseña que quien no vio la alegría de los días de Sucot, no conoció lo que es la alegría. En verdad, la Teshuvá e Israel son dos obsequios que HaShem entregó a los Iehudim y en Sucot la reconexión con
ellos es lo que produce esa explosión de Simjá o alegría. Nada se puede lograr sin la preparación adecuada, y debido a esta carencia de formación, apresto y disposición, no sorprende escuchar frecuentemente a muchos iehudim que dicen “estuve en la sinagoga en Rosh HaShaná y en Iom Kipur , o en una Sucá y no sentí nada”. Debemos destinar tiempo para estudiar los contenidos de estas festividades y en especial cuál es nuestro trabajo a realizar, ya que no sólo en estos días festivos y conmemorativos, sino siempre todas las mitzvot están para ayudarnos a ser y crecer. Hay quienes piensan que hacen un favor al hacer una mitzvá, cuando en verdad resulta en lo contrario. Sucá ( )סוכהen hibrit se escribe con ( )סSamaj, ( )וVav, ( )כJav, ()ה Hei. Las dos letras exteriores suman 65, el valor numérico del señorío de HaShem ( )אAlef, ( )דDalet, ( )נNun, ( )יIod; mientras que las dos del medio suman el valor numérico 26, correspondiente al propio nombre y esencia de HaShem ( )יIod, ()ה Hei, ( )וVav, ( )הHei. Seguramente una vez aceptado el señorío de HaShem a través de la preparación e implementación de los procesos de ambos sistemas: Pésaj-Shavuot y Rosh HaShaná-Iom Kipur, Sucot como el vértice y denominador común entre ambos, nos lleva a su interior profundo, la contemplación de la esencia de HaShem, de su Torá y de ser Su pueblo, Israel. Queda claro, entonces, que entrar y habitar en la Sucá es el mecanismo perfecto para desconectarnos de lo material y encontrarnos con la presencia de HaShem, donde podamos sentir esa alegría tan especial que produce la Teshuvá realizada y el privilegio que tenemos de pertenecer al pueblo de Israel.
“Se sentarán en el sentido de se radicarán, de aquí que durante los siete días la persona hace de su Sucá [su lugar] fijo, y de su casa algo transitorio […] nos enseña, que come, bebe y pasea en la Sucá.” (TB, Sucá 28b) El crecimiento de la vida judía en la Argentina, su evolución en el camino milenario de la Torá, es extraordinario. Recuerdo en mi infancia las Sucot que visitábamos, las cuales eran de los miembros comunitarios de Ajdut Israel de aquel entonces, donde crecí. Pero estaban sólo en unos pocos lugares. Desde 1978 en adelante, cuando ofrecíamos llevar una Sucá móvil a las escuelas judías o a los clubes judíos, la Sucá (no sólo el “móvil”) era toda una novedad. ¡Nunca antes los niños (ni los maestros) habían visto una Sucá! En una oportunidad, cierta institución socio-deportiva motivada por la riqueza de la vivencia de la Sucá, construyó una y me llamó para que la viera con el objeto que otorgue mi visto bueno. La Sucá estaba bajo un techo de hormigón. Me costó explicarles que todo el concepto de la Sucá radica en que ella, y no el sólido concreto de hormigón, sea la sombra protectora del hombre. Baruj HaShem progresamos, y hoy Buenos Aires (así como muchas ciudades del interior) están llenas de Sucot en patios, azoteas, jardines y countries. En todos los barrios y también en la periferia. * * * Como todos los preceptos y costumbres de la Torá, el precepto de habitar en la Sucá, esta simpática cabaña de techo de vegetales, realmente riquísima en contenido, es un poderoso instrumento de transmisión de la visión judía de la realidad.
Ante todo, comemos en la Sucá por ser un mandato de D´s, como se expresa claramente en el texto de la Torá. Pero además posee aspectos y mensajes formativos y en diferentes niveles de profundidad. Comencemos con el sentido literal del texto: “Para que sepan vuestras generaciones, que en Sucot Yo hice habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto.” (Vaikrá 23:43) La Sucá nos conduce y permite saber, conocer y tomar conciencia de muchísimo, como se verá. Ante todo, nos trae nuestra historia al presente para que tomemos conocimiento y conciencia de la protección milagrosa que nos prodigó HaShem, durante los cuarenta años de nuestra travesía en el desierto (Maimónides, Moré Nevujim 3:43). Tal como es conocido, aquello fue a través de las “ ענני הכבודNubes de Gloria”, las cuales rodearon el campamento judío protegiéndolo de sus enemigos, de las inclemencias del tiempo, creando un microclima en su seno. Y esto aún ocurre ahora, es actual, en 2016, aquí en Buenos Aires, igual que en Jerusalem. Existimos gracias a la protección milagrosa del Altísimo. Por eso en el presente y dondequiera que un judío se encuentre, éste construye una Sucá. Mi papá, Z''L , bajo el régimen nazi en Hungría -no sé si en 1943 o 1944, cavó un pozo en un campo de trabajo, lo tapó con ramas y comió en la Sucá. Saber y tomar conciencia que dependemos permanentemente de la protección Divina, es el principio básico que transmite y enseña la Sucá a quien tiene el privilegio de comer en Sucot bajo su sombra protectora. Algo clave para todo niño y adulto sin excepción. Analizar nuestra historia contempo-
ránea es suficiente para ver el “milagro” que el pueblo judío vive y existe. Que “Am Israel Jai”. De seguir compenetrándonos en la Sucá, podemos descubrir que nos resuelve principios filosóficos permitiéndonos entender el enigma de nuestra vida en el mundo terrenal. El secreto de nuestra misión en esta Tierra. También el misterio del credo judío que a muchos se les hace incomprensible. ¿Para qué tanto ritual? ¿Lo que importa no es acaso el sentimiento, la espiritualidad? Los siete días de Sucot representan el ciclo de la vida. Las semanas se repiten. Cada Shabat es Shabat Bereshit. Son los siete días de la creación que se recrean plenamente cada Shabat, en una dimensión superior. Entonces tratemos de “introducir” todos estos enigmas de la vida “en la Sucá”, y quedemos asombrados de la profundidad que encierran los aspectos más simples de cada mitzvá. También de una Sucá celebrada familiarmente en un patio o una terraza de Buenos Aires, una mitzvá espectacular desde el “marketing” -parafraseando en términos modernospero de lo verdadero y profundo. * * * Un conocido concepto detrás de esta “mudanza” de la comodidad del hogar a la fragilidad de una cabaña precaria y transitoria, manifiesta e instruye que lo material por sí mismo es precario y transitorio. Nos enseña a no ser material dependiente; a poder prescindir de nuestra comodidad física, de nuestro arraigo hacia lo material, para aprender a valorar lo espiritual, a concentrarnos en lo principal. Que lo material es sólo un medio y no es un fin en sí mismo. Nos alecciona para no pelear, celar ni sufrir por lo ma-
terial. Y esto no significa que la persona debe quebrarse, afligirse, anularse u oprimirse en la Sucá, puesto que la ley indica que quien sufre en la Sucá o está incomodo, que exceptuado de ella. Más bien, la enseñanza radica en concentrarnos en nuestra misión espiritual. En el mandato y la misión que D´s nos dio. En lo verdaderamente trascendente y permanente. Lo eterno. Lo infinito. La esencia. HaShem, Su Voluntad y Sabiduría. La Torá y las Mitzvot. Pero Jabad va aún más lejos que esto. No se acostumbra adornar la Sucá, sino que la misma persona sentada dentro de aquella, con su conducta y conciencia de la Divinidad debe ser quien adorna a la Sucá, aprendiendo a centrarse, focalizarse, alegrarse y disfrutar de lo verdadero y eterno, no de lo precario y pasajero. * * * A continuación, veremos algo interesante, que nos revertirá todo el esquema y echará luz a los enigmas enunciados. Para ello debemos antes presentar una contradicción en el mismo concepto de la Sucá. La Mishná en “Sucá” 1:1 y el Shulján Aruj, “Oraj Jaim” 633 dicen: “Una Sucá de más de 20 codos (=9,60m) de altura está descalificada como tal”. Uno de los motivos de ello es que hasta 20 codos hace una morada precaria, más de 20 codos hace una morada fija, permanente (TB, Sucá 2a). Y la Sucá, por definición, tiene que ser una morada precaria. Sin embargo, al principio del artículo hemos citado que todos los días de Sucot “la persona hace de su Sucá [su lugar] fijo, y de su casa algo transitorio” Hay aquí una contradicción conceptual. Si el precepto de la Sucá es que el hombre in-
grese a una residencia precaria y transitoria ¿por qué debe asumir en ella una conducta propia de residencia permanente? Y en el contexto del mensaje mencionado, donde la Sucá pretende inculcarnos la transitoriedad de lo terrenal, ¿por qué asentarnos y fijar ahí nuestra residencia permanente? Y es aquí donde está el mensaje revolucionario de la Sucá y del judaísmo todo. Precisamente, el objetivo de la vida y de la existencia del judío es que, con su conducta, con su mitzvá, introduzca lo permanente, lo eterno, lo que es esencia, lo Divino, en el seno de lo transitorio y precario de la existencia material, limitada, efímera y pasajera. En otras palabras, no estamos en el mundo terrenal y material para “escaparnos” de éste, sino todo lo contrario, para unirlo con lo eterno, lo permanente. Introducir y unir lo eterno, el infinito, la esencia, la Divinidad dentro de lo transitorio. Pero para lograr esto uno debe concientizarse previamente que la existencia material es limitada, efímera, y frágil; mientras que lo permanente y eterno, D's, Torá y Mitzvot es lo esencial. Caso contrario estaremos siempre atrapados por lo transitorio de la vida terrenal, y no nos conectaremos ni buscaremos la esencia, el absoluto, lo trascendente. D's. Por eso, primero está la Sucá como mensaje que lo terrenal por sí mismo es sólo precario y debemos focalizarnos y concientizarnos en lo permanente y eterno. Entonces podremos acceder al nivel o significado superior, el de introducir lo permanente en lo pasajero. Este es uno de los significados del enunciado de nuestros sabios en Pirkei Avot
4:17 donde dice: Es mejor una hora de teshuvá -retorno a D´s- y buenas acciones en este mundo [terrenal y temporario], que toda la vida del mundo venidero [el Gan Eden o mundo del espíritu puro]. Esta es la solución al enigma central del judaísmo. ¿Por qué siendo tan espiritual, donde la concepción del Altísimo llega a los niveles más puros y abstractos del monoteísmo, el judaísmo en su absoluta mayoría consiste en preceptos concretos de hacer y decir? El judaísmo es donde el pensamiento y el sentimiento son fundamentales, pero la acción es lo principal (Pirkei Avot 1:17). Es donde si, el judío leyó mentalmente el Shemá Israel, meditó profundamente la fe en el monoteísmo absoluto de un solo y único D's -HaShem Ejad- pero no pronunció las palabras, no cumplió la mitzvá del Shemá. Por el contrario, si dijo las palabras y no se concentró en su significado, cumplió con la mitzvá; fuera del primer versículo, Shemá Israel, donde la mitzvá consiste en la misma meditación, pero también ahí la cumple sólo si la verbalizó en palabras (TB, Brajot 20b; Shulján Aruj, “Oraj Jaim” 62:3. Tania cap. 38) De esta misma forma se nos clarifica el enigma esencial. Si D's pretende de nosotros una vida espiritual, ¿por qué nos colocó en un mundo donde no es posible sobrevivir sin cubrir necesidades materiales? Un mundo creado por D´s donde, al menos previo a la llegada del Mashiaj y de acuerdo a la Torá (TB, Brajot 35b) la gran mayoría del pueblo de Israel también debe trabajar y no sólo estar inmerso en la Torá, la plegaria y la vida totalmente espiritual. Es posible decir que nos emplazó en una situación donde se vive una contradic-
la observancia de la mikve. Una mente humana que razona y piensa, pero con la sabiduría Divina del Talmud. Y esta conexión Mi papá, Z''L, bajo el entre la dimensión de lo eterno régimen nazi en Hungría con lo pasajero -no sé si en 1943 o es a través de la mitzvá, lo per1944, cavó un pozo en manente, llevaun campo de trabajo, do a la palabra lo tapó con ramas y y la acción. No es suficiente el comió en la Sucá. Saber pensamiento y y tomar conciencia el sentimiento.
ción directa y permanente, dependiendo de necesidades materiales cuando nuestro objetivo es el espíritu más puro. Esta contradicción esencial, en algún momento debe perturbar a toda persona pensante y sensible. Y cuanto más Torá estudie y observe, más espiritual sea, más le llamará la atención.
que dependemos
El mundo perfecto de la époSin embargo, la ca del Mashíaj, protección Divina, es respuesta está en será justamente la “Súkele a kleiel principio básico que el resultado de ne” como recita esta labor (Tania transmite y enseña la la canción en 37). Un mundo Sucá a quien tiene el idish, la pequesin hambre, sin ña Sucá, a la que privilegio de comer en guerra ni com“ i n g re s a m o s ” petencia, donde Sucot bajo su sombra con toda nuesla Tierra se lletra vida durante protectora. nará del conocisiete días. Nuesmiento de D´s tra misión es precisamente introducir la como las aguas cubren al mar (Maimóniesencia, el infinito, la trascendencia, dendes, “Iljot Melajim” 12:5). tro de esta realidad precaria, intrascendente, temporaria y superficial. Nos manEl acto más místico, más trascendente, daron aquí para transformar la realidad más revolucionario y transformador de la transitoria y pasajera en una conectada existencia, i.e., la unión de la esencia del con la esencia y lo eterno. Absoluto con lo relativo de la tempora-
permanentemente de la
Y en eso consiste la vida del judío que sigue los mandatos del Eterno en la Torá. Comer -algo absolutamente terrenalpero kosher. Tener una casa, pero con una mezuzá en cada puerta. Comerciar y ganar dinero, pero con honestidad, sin trampa ni usura, donando el diezmo. Tener una vida familiar normal, pero con
lidad material, es llevado a cabo a diario con cada mitzvá que cumplimos, simplemente implementando la rutina de una vida judía, como indica el Shulján Aruj, el código de leyes judío. Llevemos “la Sucá” a nuestra “casa” de todos los días.
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