El carácter portuario y comercial de la ciudad de Málaga se reactivó a finales del siglo XVIII gracias a la exportación de productos de la tierra y a la posibilidad de traficar con las colonias americanas después de la supresión del monopolio del puerto de Cádiz. La necesidad de contar con personal cualificado para la flota mercante y la presencia de José de Gálvez en el gobierno de Carlos III permitieron la creación del Colegio de Náutica de San Telmo en 1787. Aplicando un plan de estudios coherente con el espíritu ilustrado, este centro se dedicó a la formación de pilotos y pilotines hasta su supresión en 1847. Sin embargo, los estudios de náutica se mantuvieron con carácter oficial en la ciudad, vinculados de una forma u otra con el instituto hasta 1924.