Allan Poe, el genio triste
El Jodo frente a la compu
Su vida se convirtió en una cadena de infortunios que le llevó a extinguirse en medio de la desesperanza
Su mejorcito es el cine y el teatro, pero de pronto le dio por publicar mil 345 tuits (consejos) diarios para gente que sufre Edición Comunicante Pág. 7
Daniel Azdar Pág. 8
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SUPLEMENTO CULTURAL
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Comunicante Galería Episcopal de Catedral tesoro único
Con una riqueza histórica invaluable de cinco siglos, la Galería Episcopal de la Catedral cuenta con una colección única de arte sacro en el mundo; la más importante del Norte de México. A pesar de su majestuosidad, actualmente solo se cuenta con un 20 por ciento de todas las obras que alguna vez ataviaron a la Catedral. Después de su remodelación en 1845 muchas se perdieron. Por: Ricardo Bonilla Esparza
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Spota, en el apellido llevó la penitencia Luis Spota era un fenómeno de las letras por las altas ventas que alcanzaron sus obras, que se reimprimieron y publicaron en más de 20 idiomas. El 20 de enero de 1985 murió de cáncer. Por su trabajo periodístico era conocido como “El niño terrible de Bucareli”, por conseguir 43 días consecutivos las primeras planas a ocho columnas. Luis Mario Cayetano Spota Saavedra Ruotti Castañares nació el
13 de julio de 1925 en la Ciudad de México. Fue un hombre autodidacta, nunca terminó la escuela primaria, la tuvo que abandonar debido a la quiebra del negocio de su padre, pero alcanzó la fama y la gloria. A los 13 años publicó su primer cuento en una revista que dirigía Edmundo Valdés. Su abierta cercanía con los presidentes de México, lo hicieron blanco de críticas apasionadas y enardecidas, por lo que su
relación con intelectuales y escritores fue ríspida. Por ejemplo, el crítico Emmanuel Carballo lo acusó de “chapucería artística y moral”. Luis Spota consideraba a sus críticos como neuróticos, oportunistas y flojos. Por sus consecuencias, quizá el más célebre de sus públicos debates fue el que tuvo con Salvador Novo, implacable con sus enemigos. En abierta crítica a la homosexualidad del Cronista de
la Ciudad de México, Spota se refirió a él como “Nalgador Sobo”, a lo que este respondió con uno de los más agudos epigramas: “Este grafococo tierno / tiene por signo fatal / en el apellido paterno / la profesión maternal”, con lo cual, prudentemente, Spota debió tocar retirada. (Tomado de “Luis Spota, el fenómeno de las letras”, Paris Alejandro Salazar; Chilango, 20 de enero de 2014).
“No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”, Camilo José Cela (falleció el 17 de enero de 2002).
La Efeméride Enero 16 de enero de 1938, primera publicación de “Superman” en historietas. La Gran Depresión fue uno de los factores que influyó en las primeras historias de “Superman”, con tendencias izquierdistas, donde el héroe toma un papel de activista social. Por ejemplo, en una emisión de 1946 se enfrentó a una versión del Ku Klux Klan. (Wikipedia). Director Editorial / Juan Lorenzo Simental
Editor / Ricardo Bonilla
Nomás por hablar de algo… El 17 de enero de 1811 fue la Batalla de Puente de Calderón, en Jalisco. Luego de que Miguel Hidalgo, al frente de los insurgentes, pudo haber tomado la Ciudad de México y consumar la independencia, a lo cual inexplicablemente se negó, el ejército libertario fue derrotado en esta batalla por el realista Félix María Calleja. A partir de ahí, la estrella de Hidalgo se apagó. Editor / Daniel Azdar
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Diseño / Grupo Editorial HADEC
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4 Solo se conoce un 20 por ciento de lo que alguna vez fue la Catedral
Por: Ricardo Bonilla Esparza Fotos: Andy Calderón
TESORO ÚNICO El Museo de Arte Sacro conserva una colección única en el mundo; la más importante del Norte de México
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omo si el tiempo se perdiera entre la cantera y el silencio, aquel que hace viajar a cualquiera por encima de un peldaño que separa el presente del pasado, la Galería Episcopal, conocida como el Museo de Arte Sacro, abre su majestuosidad y riqueza histórica de cinco siglos. Tras un bullicio urbano, ingresar por la parte trasera de la Catedral Basílica Menor de Durango, hace olvidar cualquier contratiempo. Sus segundos escalones de cantera y las paredes cubiertas de azulejos amarillos y aquella herrería que acompaña los imponentes arcos, son el preámbulo de una auténtica aventura. José Alonso Martínez Barrios, Historiador y custodio de la Galería Episcopal, detalla de manera cronológica las salas del Museo: del siglo XVI, XVII, XVIII y XIX; otras con un aspecto ecléptico, como la Sala de los Obispos, que conserva pinturas de 1620. En ese orden, se exhiben retratos de los obispos hechos por distintos artistas, hasta Héctor González Martínez; aún falta la imagen del nuevo Arzobispo, José Antonio Fernández. El Historiador además muestra la sala Capitular, donde se tomaban las decisiones más importantes de la Diócesis; ahí se encuentra la silla Cátedra en
la que se sentaba el obispo, en compañía del Cabildo eclesiástico. También obras atribuibles a Sebastián López de Artiaga, del siglo XVII. Dos pinturas de Carlos Villalpando, traídas en 1688. Una Capilla de Música con una colección de 67 libros de canto y llano, y dos de polifonía, con hojas de pergamino, chapetones de bronce y forrados de cuero animal. Órganos del siglo XVIII y XIX, uno con composición barroca en el mueble y otro de tipo neoclásico. En el recorrido, destacan obras como la Inmaculada Concepción, figura de madera tallada y estofada, de 1749. El Tenebrario, candelabro de cuatro metros de alto, que se dejó de usar en 1962. El Señor del Mezquital, figura de pasta de caña policromada, de finales del siglo XVI. Reliquias de mártires y santos; la Custodia Monumental de 1886, elaborada en plata y bañada en oro; adornada con pedrería de fantasía y muchas más. Esta colección es única en el mundo; conserva la obra más importante de norte de México; con obras de la calidad de Juan Correa, que se encuentra en la Sacristía; el San Jorge de José de Ibarra, de la época novohispana, precisa. Solo 6 años han pasado desde que la Galería Episcopal comenzó a difundir el arte religioso que
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prin junto a Ciudad de M Puebla. La Com Catedral llevó a cab Antonio López Av Mariano Alberto V Aunque desde a la Catedral estuvo altares tallados en m esculturas, pintura de José de Ibarra, L Morlete y Miguel se conoce solo un que alguna vez fue Barrios. “Lo que no actualmente en la poco; después de s 1845, hecha por Jo muchas obras se pi Fue necesario archivos de la
atavió a la Catedral, una de las ncipales del país, a la de Guadalajara, México, Michoacán y misión Amigos de la bo la gestión, cuando viña era arzobispo y Villalobos párroco. antes del siglo XVIII o ornamentada con madera; con algunas as importantes como Luis Suárez, Patricio Cabrera, hoy solo 20 por ciento de lo e, lamenta Martínez
osotros conocemos a Catedral es muy su remodelación en osé Antonio Zubiría, ierden”, expresa. remontarse a los Arquidiócesis de
5 Tesoro perdido
Durango, donde algunos obispos hacen alguna reseña de lo que existía en la Catedral; “ahí nos damos cuenta de sus pertenencias personales y de lo que había en la Catedral”, añade. Además, el fastidio del estilo barroco y el poco valor que se daba al artista a finales del siglo XVIII, provoca una exclusión de las obras de esa época; “tírenlas o quémenlas, no queremos saber más de esto”, argumentaban. En el siglo XIX, con la Independencia de México, la centralización y todo el movimiento neoclásico, también surge la necesidad de modernización a la que no escapa la Catedral. Esteban Lorenzo de Tristán, obispo que ejerce a finales del siglo XVIII, traslada el coro de la Catedral de la nave central a la parte posterior del altar mayor; en esa parte posterior, llamada ápside, se mueve un altar que era conocido como el Altar de los Reyes.
“Lo que nosotros conocemos actualmente en la Catedral es muy poco; después de su remodelación en 1845 muchas obras se pierden” José Alonso Martínez Barrios, Historiador y custodio de la Galería Episcopal
Estos altares que en el siglo XVIII ornamentaron la Catedral eran tallados en madera, que manejaban estípites, pilares de tipo tritóstalas, con ornamentación de follajes, elementos eucarísticos, laminados en hojas de oro, bajos relieves, altos relieves, esculturas laminadas en hoja de oro, policromadas, estofadas. El altar de San Felipe Neri, del cual solo se encontraron cuatro de nueve obras. El altar de Nuestra Señora de los Dolores, del cual solamente se conserva la pieza “Nuestra Señora de los Dolores”, pero era toda una conformación de lo que es un frontis, los pilares, las hornacinas, el frontal todo laminado en hoja de oro, tallado en madera, detalla. Y la joya de la Catedral: el Pirámide, un altar que se encontraba en ese altar mayor, con medios relieves en el centro. La patrona de esta Catedral es la inmaculada Concepción, de quien se tiene una obra realizada por Felipe de Ureña, en 1749. Dentro de los inventarios, se ubicaban 7 arcángeles de hoja de oro, diversas alhajas; por ejemplo, unas crismeras de plata; el obispo Benito Crespo que menciona una gran cantidad de cosas, “que ahorita dices dónde están, muchas se perdieron”.
Poco conocido
Parte de estos tesoros de la Catedral quedaron guardados y empolvados en la sala Capitular; tras su rescate, se dan a conocer a través de la gestión de este museo. Si bien el Museo de Arte Sacro tiene una riqueza invaluable, su colección es poco conocida por la sociedad; José Alonso estima que solo el 40 por ciento de la población sabe del lugar. Al conocerlo, la gente empieza a valorarlo y se da cuenta de que no solo es el Museo Regional y algunos otros, sino que es un lugar como pocos en el país con arte sacro, señala. Admite que un mayor respaldo en la difusión impactaría en la atracción de más visitantes, para que todos los ciudadanos conozcan esta colección que forma parte de la historia de Durango. El que no conoce su historia, está condenado a repetirla, concluye José Alonso.
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6 “El sexo, una de las nueve razones para la reencarnación... las otras ocho no son importantes”
Henry Miller, el último de los malditos Redacción Comunicante
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enry Miller nació en Nueva York en 1891, ciudad que abandona en 1930 huyendo de la Gran Depresión. A los cuarenta años se traslada a París (donde viviría durante diez más), llevando una vida bohemia. En esta ciudad gestará sus tres novelas eróticas más conocidas de carácter biográfico: “Trópico de Cáncer” (1934), “Primavera negra” (1936) y “Trópico de Capricornio” (1939). Quienes lo conocieron, al menos “de leídas”, saben que hay un Miller antes y después de “Trópico de Cáncer”. El hombre que había sobrevivido como librero, taxista, repartidor postal, sepulturero, vendedor de poemas de puerta en puerta, tabernero, corrector de galeras, mendigo, profesor de inglés y otros trabajos eventuales, descubrió en París su juventud, donde conoce a la escritora Anaís Nin, quien se transformó en su amante durante algún tiempo. Luego emprendió un nuevo viaje a Grecia. Allí conoció a Durrell. Testimonio de esta época es “El coloso de Marussi”. En su país natal continúa escribiendo novelas. A esta época pertenecen “La pesadilla del aire acondicionado” y “La crucifixión rosada”, una trilogía en la que recurre de nuevo a la sexualidad. Los “Trópicos” (que durante tres décadas fueron prohibidos hasta que el autor ganó el juicio que levantó el veto) están considerados sus mejores novelas, por su prosa fluida en la que funde obscenidad y espiritualismo, y salta con gran naturalidad del expresionismo más realista al divismo más simbólico. Su obra ha sufrido los ataques de la crítica feminista, debido a su retrato de la potencia masculina frente al masoquismo femenino. Sin duda, fue uno de los principales defensores de la libertad individual y a partir de él, la sexualidad se trataría en la literatura con más normalidad. Si algo atrae de la obra de Henry Miller -desde su “Trópico de Cáncer” hasta “El libro de mis amigos”- es su pasión desmedida, incontenible, cualidad que durante muchos años la sociedad estadounidense puritana redujo al término de pornógrafo.
“Trópico de Cáncer”, su novela más famosa, estuvo censurada desde su escritura (1934) hasta 1961
Trópico de Cáncer (Fragmento)
La Biblia contiene seis admoniciones para los homosexuales y 72 para los heterosexuales. Esto no significa que Dios no ame a los heterosexuales. Es solo que necesitan una mayor supervisión” Su obra nos muestra una poética perfumada de inconformismo y rebeldía, que venía en plan de echar por tierra todo ese puritanismo de aire acondicionado y hot-dogs, todos esos prejuicios raciales de una Norteamérica preocupada por hacer la guerra y no el amor. Los libros de Miller fueron escritos en cuartos baratos, con el sudor en la piel y en medio del éxtasis; sin embargo, todo eso lo llevó al papel con una poética feroz, todo escrito con inteligencia y desfachatez. Miller, que solo recibió un premio literario -el de Libro del Año en Nápoles, por “Como el Colibrí”, cuando tenía 79 años-, mantiene un sitio privilegiado entre los jóvenes que han aprendido a vivir a través de las páginas de sus libros. Henry Miller, el amante cínico y despiadado, falleció el 7 de junio de 1980 en su casa de Pacific Paladisades.
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Vivo en la Villa Borghese. No hay ni pizca de suciedad en ningún sitio, ni una silla fuera de su lugar. Aquí estamos todos solos y estamos muertos. Anoche Boris descubrió que tenía piojos. Tuve que afeitarle los sobacos, y ni siquiera así se le pasó el picor. ¿Cómo puede uno coger piojos en un lugar tan bello como éste? Pero no importa. Puede que no hubiéramos llegado nunca a conocernos tan íntimamente Boris y yo, si no hubiese sido por los piojos. Boris acaba de ofrecerme un resumen de sus opiniones. Es un profeta del tiempo. Dice que continuará el mal tiempo. Habrá más calamidades, más muertes, más desesperación. Ni el menor indicio de cambio por ningún lado. El cáncer del tiempo nos está devorando. Nuestros héroes se han matado o están matándose. Así que el héroe no es el Tiempo, sino la Intemporalidad. Debemos marcar el paso, en filas cerradas, hacia la prisión de la muerte. No hay escapatoria. El tiempo no va a cambiar. Estamos ahora en el otoño de mi segundo año en París. Me enviaron aquí por una razón que todavía no he podido desentrañar. No tengo dinero, ni recursos, ni esperanzas. Soy el hombre más feliz del mundo. Hace un año, hace seis meses, creía que era un artista. Ya no lo pienso, lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de mí. Ya no hay más libros que escribir, gracias a Dios…
7 “Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura”
Allan Poe, el genio triste Por: Edición Comunicante
“La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia”
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dgar Allan Poe, escritor, poeta y crítico estadounidense, maestro del relato corto de terror y misterio, iniciador de la novela policiaca, nació el 19 de enero de 1809, en Boston, Massachussets (casi 205 años atrás). Aunque su vida está rodeada del infortunio, al paso del tiempo se convirtió en uno de los más reconocidos cuentistas de la historia de la literatura, por obras como “El gato negro”, “La caída de la Casa Usher” y “El escarabajo de oro”, entre otras. La vida de Poe es casi tan estremecedora como muchos de sus relatos. Siempre deseó ser poeta, era su máximo anhelo, pero las necesidades económicas lo condujeron a la prosa. Sus padres, actores de teatro itinerantes, murieron siendo él niño. Fue criado por John Allan, un hombre de negocios rico de Richmond (Virginia), que probablemente fue su padrino. Acostumbrado al éxito literario desde antes de cumplir los veinte años, el maestro del terror y la intriga recurrió en numerosas ocasiones al opio y al alcohol mientras componía sus relatos. De delicada salud mental, fue también un temible crítico literario.
SOLO TRAGEDIAS El alcohol destrozó su vida, alejó una tras otra a las mujeres con las que tenía posibilidad de una relación sentimental y le hizo perder oportunidades de prosperar profesionalmente. Cuando se hallaba en buen estado era capaz de proezas tales como multiplicar por ocho el número de suscriptores de una revista en tan solo 14 meses, gracias a sus escritos publicados en ella y a su habilidad periodística como director de la misma; cuando su estado era malo, los fracasos se sucedían. Pudo recibir un nombramiento oficial bien remunerado y poseer su propia revista, pero lo perdió todo porque cuando iba a ser recibido por el presidente de Estados Unidos estaba borracho, insistía en llevar su capa puesta del revés y vociferaba contra los transeúntes por la calle. Una niña de trece años, su prima (la única mujer que llegó a ser su esposa), moriría tras una larga agonía de tuberculosis, cuando Poe cumplió los 38.
“EUREKA” Edgar Allan Poe afirmó al escribir “Eureka”: “me propongo hablar del universo físico, metafísico y matemático; material y espiritual; de su esencia, origen, creación; de su condición presente y de su destino”. La tarea le lleva ría a “quemarse” en el intento de abarcar el universo entero. “No tengo deseos de vivir desde que escribí ‘Eureka’. No podría escribir nada más”, confesó. Algunos afirman que su desequilibrio mental se incrementó con la composición de este libro, y que ello puede advertirse, de manera progresiva, según avanza el texto. Para comprender la importancia que para él tenía descubrir la clave que le revelase los secretos del universo, hay que tener presente el gran vacío que fue la existencia de Poe: la vida de un fracasado en la mente de un genio.
PIEDRA ANGULAR A los 38 años de edad, Poe había llegado a una situación límite. Estaba solo en el mundo, desaparecida su esposa, en cuyo amor se había refugiado enfermizamente. Su economía era patética y se hallaba rodeado de enemigos. Este era el Poe crepuscular reflejado en las historias más sórdidas que de él se cuentan: consumido física y mentalmente por el VIERNES 16 DE ENERO DE 2015
alcohol, las drogas y el fracaso, supuestamente recorría bares donde le servían en un vaso los restos de las copas dejadas por los clientes, a cambio de que contase una historia de terror para entretener a la concurrencia. Acabado, hundido, desesperado, experimentó un shock creativo que le llevó a quemar toda su creatividad, como una estrella en fase de supernova, en la composición de su obra maldita por excelencia, “Eureka”. Poe creía iba a ser no solo su obra cumbre, sino la piedra angular de la ciencia futura. Como tantos otros poseedores de “la verdad absoluta”, Poe no se percataba del mundo exterior. Sumido en su espejismo sideral, creía haber encontrado la llave del cosmos y abierto la puerta al “todo universal”. “Eureka” se publicó solo en una edición de 500 ejemplares, a pesar de que Poe propuso una tirada inicial de 50 mil ya que, según anunció a su editor, el descubrimiento de la Ley de Gravedad de Newton era una insignificancia comparada con los descubrimientos que él exponía en su libro. Con la seguridad propia de los dementes, Poe aseveró que ningún acontecimiento científico de la historia universal se acercaba en importancia a las consecuencias que tendría su obra, ya que el libro revolucionaría el conocimiento humano. “Eureka” no levantó el menor interés, ni del público ni de la crítica, a pesar de las conferencias que pronunció Poe para promocionar el libro. Los pocos críticos que se ocuparon de él lo tacharon de patraña.
FIN En medio de su último fracaso, su estado precario de salud, una ingestión masiva de alcohol en contra de su voluntad y una severa paliza administrada por unos delincuentes, pusieron punto final a su vida con una solitaria muerte (en medio del delirium tremens), el 7 de octubre de 1849. El tío de Poe declaró a su muerte: “había conocido tanto dolor y tenía tan pocos motivos para sentirse satisfecho con la vida que este cambio apenas puede considerarse una desgracia”.
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Zipelbrum (o cómo sacar al Jodo de Twitter) Por: Daniel Azdar
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lejandro Jodorowsky es multifacético. Su mejorcito es el cine, uno que otro libro (‘Albina y los hombres-perro’, ‘El tesoro de la sombra’, ‘El maestro y las magas’), el teatro (‘El juego que todos jugamos’) y… se me hace que ya. De repente le dio por la psicomagia, la psicogenealogía, el tarot y, vaya puntada, por publicar mil 345 tuits y estados –o consejos– de Facebook al día. Tantos (se está volviendo una especie de Coelho) que se volvieron soluciones y respuestas superfluas a problemas aún más superfluos de gente que sufre frente a una computadora. Entre lo mejorcito del Jodo –para reivindicarlo– hay un cuento corto llamado ‘Zipelbrum’. Un cuento fantástico que uno bien puede meter en el mismo saco donde también entran ‘Albina y los hombresperro’ (la sexualidad de Albina transforma a los hombres en jaurías) o ‘Las ansias carnívoras de la nada’. Algo sucede en ‘Zipelbrum’: Octavio, estudiante de fonética, defiende una teoría: “La voz no surge de las cuerdas vocales ni del aire que las remece. Existe sin que nadie la produzca. Sólo que está prisionera en los músculos de la garganta y depende de la voluntad. Quiero libertarla. Hacer que salga por cualquier parte del cuerpo: por un ojo, por una mano. Conseguido esto, independizarla de mi voluntad, entonces sonará cuándo y por donde ella quiera. Yo la oiré.” Inadaptado y un tanto loco, Octavio se encierra por semanas en su pensión a puro pan duro y agua, a bien de probar su teoría; el pan es tan duro que le abre una herida y surge apenas un hilo de voz por ella. Octavio, desnudo y cansado, pero eufóri-
La voz no surge de las cuerdas vocales ni del aire que las remece”
co por su descubrimiento, sale a la calle y celebra hasta que la piel se le vuelve tan dura (por el frío) que se desploma justo en la puerta de Maese Brumstein, un viejo zapatero que cree en un dios de madera llamado Zipelbrum. Al Maese Brumstein Octavio, casi muerto, se le antoja (por su piel casi de madera) para ser Zipelbrum, así que lo clava en su pared y lo azota hasta que le conceda milagros. Pero como Octavio no es un dios no le concedió nada, así que lo azotó hasta medio matarlo. El zapatero, cansado de azotar, escuchó una voz en el
estómago de Octavio y acercó su oído para corroborar. Cuando la escuchó con más claridad, sacó un cuchillo y dijo: “Debo tenerla”. Le abrió el estómago. Octavio murió y su voz huyó por la ventana como un soplo, una corriente de aire, un animal libre. Maese Brumstein dijo: “no era Zipelbrum”, y arrojó el cuerpo a la basura. Yo leo cada cosa que escribe Jodorowsky en Facebook y Twitter y digo “no es Jodorowsky, ya no es un Dios”, y lo azoto a él y a sus seguidores –según yo– con comentarios agudos y lo arrojo a la lista de personas que ya no sigo.
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Has cambiado, Jodorowsky, antes eras chévere